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Templo prehispánico, lugar donde todavía suelen realizarse algunas ceremonias religiosas.
Magdalena Teitipac.
Fotógrafa: Dolores Coronel 0rtiz, 2004.
Acervo personal.
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NOTA SOBRE LA AUTORA
Dolores Coronel Ortiz es candidata a doctora por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Na-
cional Autónoma de México y especialista en los temas de mercados regionales, redes de comercialización y procesos
migratorios entre los zapotecos de los Valles Centrales en Oaxaca.
Fotografía 1a. de forros y portadilla: Vendedoras zapotecas, importantes proveedoras de alimentos frescos
de la ciudad de Oaxaca.
Fotógrafa: Dolores Coronel Ortiz, 1995.
Acervo personal.
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ZAPOTECOS DE LOS
VALLES CENTRALES
DE OAXACA
DOLORES CORONEL ORTIZ
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D.R. © 2006 Dolores Coronel Ortiz
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Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la au-
torización del titular, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso de los tratados internacionales
aplicables. La persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.
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ZAPOTECOS DE LOS
ZAPOTECOS DE LOS VALLES CENTRALES DE OAXACA
VALLES CENTRALES
DE OAXACA
INTRODUCCIÓN 5
LOS PUEBLOS ZAPOTECOS DE LOS VALLES CENTRALES DE OAXACA REPRE-
SENTAN EL NÚCLEO DE UNA DE LAS CULTURAS MÁS IMPORTANTES DEL ES-
TADO; son también uno de los grupos más dinámicos del país: pese a
los cambios estructurales, han mostrado una gran capacidad para re-
construir y reafirmar su identidad a partir de sus prácticas y habilida-
des tradicionales. Aun cuando muchos pueblos de la misma región
han perdido su lengua nativa, existen diversos aspectos culturales que
los hacen formar parte del mismo grupo.
El idioma es el indicador más importante de la identidad de los
pueblos: contiene tanto la cosmovisión de las culturas y los ritos de
cada sociedad como sus conocimientos y valores. De ahí la importan-
cia de su permanencia y desarrollo autónomo, ya que se trata de un
patrimonio histórico-cultural de la humanidad.
De acuerdo con los datos del censo de 2000, Oaxaca es el esta-
do de la república mexicana con mayor diversidad lingüística y más
hablantes de lengua indígena: 1 120 312 personas hablan, al menos,
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PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
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ZAPOTECOS DE LOS VALLES CENTRALES DE OAXACA
Pareja de zapotecos de
Asunción Ocotlán.
Fotógrafa: Dolores
Coronel Ortiz, 2003.
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ZAPOTECOS DE LOS VALLES CENTRALES DE OAXACA
condiciona la variedad de climas, desde go. No obstante, estos recursos son cada
los semicálidos subhúmedos en las pla- vez más escasos, a causa de la desmedi-
nicies, con temperaturas promedio de da extracción del líquido para cubrir la
22 oC, hasta los templados subhúme- demanda urbana, sobre todo del distrito
dos en las partes altas de la sierra, con Centro, donde se asienta la mayoría de
temperaturas medias anuales de 19.5 oC la población de la zona.
(INEGI; 2001). La precipitación prome- La vegetación que predomina en es-
dio anual es de 727.7 milímetros en el tos valles es la xerófita (como el guamú-
centro de la región y la temporada de chil, el mezquite, las cactáceas, los aga- 9
lluvias ocurre en verano. El valle más ves y los pastos) y algunas especies de
húmedo es el de Etla y el más seco, el árboles caducifolios (el fresno y el za-
de Tlacolula. pote, por ejemplo). En las montañas aún
El río Atoyac, la vía fluvial más im- quedan bosques de pinares y encinos, a
portante, atraviesa la región de norte a pesar de que se encuentran severamen-
sur; sin embargo, su escaso caudal pre- te afectados por el proceso de defores-
senta un alto grado de contaminación a tación.
consecuencia de los residuos proceden- Éste es, pues, el entorno geográfico y
tes de la actividad agropecuaria y de los ecológico donde habitan los zapotecos,
desechos que provienen de la ciudad de quienes viven en las llanuras, laderas y
Oaxaca. Asimismo, cuenta con algunos montañas. Gran parte de los pueblos de
otros ríos de pendientes suaves y poco las llanuras concentran sus caseríos en
caudalosos; varios son de temporal, co- áreas rodeadas de terrenos agrícolas, en
mo el Jalatlaco y el Seco. Los mantos tanto que los de la sierra tienden a esta-
freáticos han sido utilizados desde tiem- blecer caseríos semidispersos debido a
pos prehispánicos para el sistema de rie- sus condiciones geográficas.
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II, los habitantes de los valles sufrieron tra grupos vecinos, así como defenderse
la invasión de grupos del sur, aunque no de la amenaza del dominio azteca. No
llegaron a ser sojuzgados. Entre los años fue sino hasta la época de la Conquista
100 y 800 d.C., Monte Albán III recibió —primeras décadas del siglo XVI— cuan-
gran influencia de Teotihuacán, princi- do los zapotecos perdieron su autono-
palmente en la cerámica, la arquitectu- mía como grupo, al aliarse con Hernán
ra, la escultura y la pintura de murales. Cortés para combatir a los aztecas.
A lo largo de este periodo, Monte Albán Durante la época colonial —siglos
se convirtió en el centro más importan- XVI al XVIII—, la vida de los zapotecos
te para los zapotecos, y se distinguió cambió a raíz de la introducción de
por una compleja organización social y nuevos elementos políticos, económi-
política: el gobierno lo constituía el je- cos, sociales y culturales. Tuvieron que
fe sacerdotal. Monte Albán III llegó a su concentrarse en las comunidades rura-
máximo esplendor, y prueba de ello son les, pasando así a formar parte del cam-
sus templos, palacios, adoratorios, pla- pesinado al servicio de la Corona, la no-
zas, juegos de pelota y otras edificacio- bleza y el clero. La población zapoteca
nes más. sufrió una notable disminución, a con- 11
Monte Albán IV y V tuvieron un go- secuencia de tres factores: 1) el despojo
bierno de tipo militar, por lo que las de sus tierras comunales, que derivó en
guerras cobraron gran importancia; ade- una crisis agrícola; 2) el sometimiento a
más, los estados conquistadores implan- trabajos mineros insalubres, y 3) el con-
taban cargas tributarias. El apogeo de tagio de las enfermedades transmitidas
esta zona finalizó con el abandono pau-
latino del lugar y el predominio de la
ciudad de Zaachila (Whitecotton, 2004; Entre los años 100
Ruiz, M.,1990). y 800 d.C., Monte Albán III
Desde el siglo XII, los mixtecos co-
recibió gran influencia
menzaron a invadir los Valles Centrales,
de Teotihuacán, principalmente
y para el siglo XIV se proclamaron con-
quistadores de esta región. A pesar de su en la cerámica,
decadencia, los zapotecos lograron no la arquitectura, la escultura
sólo continuar siendo independientes, y la pintura de murales.
sino ganar varios enfrentamientos con-
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por los europeos, desconocidas para los de azúcar que se comercializaban con
nativos. Esta situación facilitó y permitió España.
a los conquistadores el dominio econó- Por otra parte, la producción de gra-
mico y político de la región. na de cochinilla fue una labor muy im-
Por otra parte, los dominicos comen- portante en el siglo XVIII, ya que llegó a
zaron la evangelización en 1529. Igle- ocupar el tercer lugar de productos de
sias y conventos de la ciudad de Oaxa- exportación de la Nueva España (White-
ca, como la catedral y los conventos de cotton; 2004).
12 Santo Domingo y La Soledad, fueron Los españoles introdujeron ganado
edificados por esta orden misionera, al vacuno y equino en los valles de Oaxa-
igual que las iglesias de Cuilapam y Etla. ca, que era criado en pastizales, tanto
Cuando el acceso a las tierras les fue para el consumo de los europeos como
restringido a los zapotecos, éstos co- de los nobles indígenas. También traje-
menzaron a especializarse en la elabo- ron ovejas, cabras y cerdos; las ovejas
ración y comercialización de artesanías, fueron de gran utilidad para los indíge-
por lo que el sistema de mercados pre- nas en la producción de lana.
hispánicos siguió vigente en el transcur- Por último, el desarrollo de la indus-
so de esta época. tria en la producción de seda, añil y al-
La producción agrícola en los Valles godón fue relevante en la economía de
Centrales de Oaxaca se basaba en pro- la región durante la Colonia.
ductos que tradicionalmente cosecha- Cuando se dieron los movimientos
ban los nativos (maíz, frijol y calabaza). independentistas, los oaxaqueños se ha-
También se cultivaban cereales y frutos llaban divididos: aquellos que se opo-
traídos por los conquistadores, como la nían al conflicto porque gozaban de
vid y sus derivados, o el trigo y la caña los privilegios de la Corona y los que
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pues no había inversión extranjera debi- y más tarde intentaron hacer partícipes
do a la falta de recursos y de una cultu- a los campesinos de las haciendas ve-
ra propia de las haciendas, desarrollada cinas para levantarse en armas. Sin em-
principalmente en el norte del país. Fue bargo, estas rebeliones fueron sofocadas
en el transcurso de este periodo cuando sin mayor dificultad.
se introdujo el Ferrocarril Mexicano del La lucha por la tierra en la región se
Sur, y la minería tuvo gran auge en los inició en 1916 y la perseverancia de sus
distritos de Tlacolula y Ocotlán, lo que demandantes —a pesar de la renuencia
favoreció el desarrollo del comercio y de los acaparadores de grandes exten-
las finanzas (Chassen; 1986). siones de tierras inconformes con per-
El año de 1910 marcó una nueva eta- derlas— permitió que en 1934 obtuvie-
pa en la historia de México: la Revolu- ran 77 de las 117 dotaciones ejidales
ción, una lucha de rebelión campesina que se llevaron a cabo en el estado. De
por la tierra. Los conflictos en los Valles todos, los más beneficiados fueron los
Centrales se presentaron de manera dis- distritos del Centro con 24, Etla con 19
persa y duraron poco tiempo. Los más y Ocotlán con 15 dotaciones, en donde
14 relevantes se suscitaron en Etla y en Zi- algunas de las comunidades indígenas
matlán, donde un grupo de rebeldes se resultaron favorecidas.
apoderaron de la hacienda de Gertrudis
POBLACIÓN
Desde épocas pasadas, los Valles Cen-
trales han concentrado la mayor parte
El año de 1910 marcó
de la población de la entidad. En 2000
una nueva etapa en la historia registraron 878 132 habitantes, es decir,
de México: la Revolución, 25.5 por ciento de la población estatal.
una lucha de rebelión Sin embargo, sólo el distrito Centro reú-
campesina por la tierra. ne a más de 50 por ciento de los mo-
Los conflictos en los Valles radores; la ciudad de Oaxaca y su área
Centrales se presentaron conurbada absorben la mayor cantidad.
Entre tanto, los seis distritos mantienen
de manera dispersa
un rango bajo de población, pues tienen
y duraron poco tiempo. menos de 12 por ciento del total de la
región (véase cuadro 1).
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Como ya se señaló, la región ha sido dos por razones de carácter laboral. Así,
históricamente territorio zapoteco; sin en 2000, la región concentró a 151 699
embargo, la notable reducción de los hablantes de lengua indígena, que re- 15
hablantes de su lengua dado el incre- presentan 19.4 por ciento de la pobla-
mento de hispanohablantes hace difícil ción total mayor de cinco años de edad
catalogarla como tal. En la actualidad, (véase cuadro 2 en la página 17).
los pueblos zapotecos “constituyen is-
las indígenas en un mar de campesinos
étnicamente descaracterizados y mesti-
El idioma se ha ido perdiendo y,
zos” (Barabas; 1999, p. 75). En efecto,
el idioma se ha ido perdiendo y, con él,
con él, algunas costumbres
algunas costumbres propias de su cul- propias de su cultura. La reducida
tura. La reducida población zapoteca población zapoteca convive
convive con otros grupos étnicos del es- con otros grupos étnicos
tado que se han incorporado en un pro- del estado que se han incorporado
ceso migratorio desde tiempos antiguos. en un proceso migratorio
Tal es el caso de los mixtecos y de otras
desde tiempos antiguos.
etnias que han migrado a la ciudad de
Oaxaca en décadas más recientes atraí-
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CUADRO 2: DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN INDÍGENA Y HABLANTES DE
ZAPOTECO POR DISTRITO EN 2000
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GRADO DE MARGINACIÓN
En general, los pueblos indígenas de los
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Véase Serrano et. al. (2002). Las estimaciones de Valles Centrales presentan una situación
la población indígena que realizan estos autores
están basadas en los datos del XII Censo General
de altas carencias tanto de servicios bási-
de Población y Vivienda 2000, INEGI. cos como de una educación adecuada pa-
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Población
Población % de mono- % de hablantes Tipo de
Municipio mayor de % HLI
total lingües del zapoteco * municipio
5 años
Asunción
3 655 3 290 96.4 14.1 95 A
Ocotlán
Coatecas
5 803 5 077 47.0 10.5 46 B
Altas
Magdalena
3 604 3 116 95.0 7.9 95 A
Teitipac
San Dionisio
9 788 8 602 96.2 17.8 96 A
Ocotepec
San Jerónimo
1 529 1 300 22.5 0.4 22 B
Taviche
San Juan
2 817 2 544 17.1 0.5 16 B
Teitipac
20 San Lucas
1 941 1 717 97.8 22.6 98 A
Quiaviní
San Miguel
2 097 1 791 95.3 12.8 94 A
Mixtepec
San Miguel
3 160 2 684 97.3 20.6 97 A
Tilquiapam
San Pedro
1 903 1 724 60.3 3.2 56 A
Mártir
San Pedro
9 570 8 194 99.0 31.3 99 A
Quiatoni
San Vicente
4 173 3 491 90.2 28.5 90 A
Coatlán
Santa Inés
1 177 1 044 99.6 13.2 99 A
Yatzeche
Santa Lucía
3 455 3 116 90.0 3.1 89 A
Ocotlán
* Porcentaje calculado con relación a la población mayor de 5 años. Según los criterios de E. Serrano
et al. (2002), la categoría A significa más de 70 por ciento de población indígena y B de 40 a 69 por
ciento de población indígena.
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de la sierra como San Pedro Quiatoni, en Santa Lucía Ocotlán, San Juan Gue-
donde 37.8 por ciento de las viviendas lavía y San Pedro Mártir prácticamente
no cuentan todavía con el servicio; San no lo tienen; en San Jerónimo Taviche,
Miguel Mixtepec presenta 36.2 por cien-
to y San Antonino el Alto, 25.6 por cien-
to (Serrano et al.; 2002). El abastecimiento de agua
El suministro de agua entubada cu-
para las viviendas en donde
bre 64 por ciento de las viviendas en
no existe la red
aquellos municipios con importante pre-
sencia zapoteca. Así, 36 por ciento de
de entubación se obtiene
las viviendas que aún no disponen de él principalmente de los pozos.
se distribuyen en todos los municipios:
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Combinación de cultivos
en zonas de temporal.
Magdalena Teitipac.
Fotógrafa: Dolores
Coronel Ortiz, 2003.
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opera en varios lugares. Sin embargo, cen sobre la ejidal y la pequeña pro-
los campesinos enfrentan el problema piedad. Además, hay otras formas de
30 del minifundio y de una agricultura de acceso al uso de la tierra a través de la
subsistencia. mediería, el empeño y el arrendamiento.
La posesión y la conciencia territo- La mayor parte de la superficie agrícola
rial les dan un fuerte sentido de identi- es de temporal, sujeta al régimen de llu-
dad a los pueblos indígenas de Oaxa- vias y, en menor proporción, están los
ca; ambas constituyen un ámbito físico terrenos de riego. Los suelos más pobres
y social de organización, reproducción se encuentran en el distrito de Tlacolu-
y supervivencia (Reina; 2004, p. 63). la, donde se asienta el mayor número de
Entre las localidades zapotecas, las localidades indígenas de la región. Ade-
tierras de propiedad comunal prevale- más, gran parte de las unidades familia-
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res tienen muy poca tierra y presentan blemas de acceso a la tierra son mayo-
una fuerte fragmentación. res en Asunción Ocotlán: el total de las
El estudio elaborado por Martha Rees tierras agrícolas son de pequeña propie-
(2001) en la región nos muestra parte de dad y se encuentran verdaderamente
esa realidad que viven los campesinos: fragmentadas. En San Agustín Yatareni,
el promedio de tierras que manejan las Santa Lucía del Camino, así como en los
familias zapotecas en Asunción Ocotlán pueblos aledaños a la ciudad de Oaxaca
es de 0.53 hectáreas; en San Agustín Ya- la superficie agrícola es cada vez menor
tareni, 0.71; en San Antonino el Alto, por efecto del crecimiento urbano.
1.30; en Magdalena Teitipac, 1.60; en Los sistemas de cultivo difieren de
San Bartolomé Quialana, 2.03, y en Mag- acuerdo con la geografía: tanto en las
dalena Ocotlán, 3.11 hectáreas. Los pro- llanuras como en los suelos de poca
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Sebastián Abasolo, San Francisco Lachi- calera, favorecida por una creciente de-
goló, entre otras. Dichas comunidades manda comercial. 33
intensificaron su producción agrícola y En cuanto a la ganadería, los zapo-
sus relaciones con el sistema de merca- tecos tienden a comprar y criar unos
do regional desde hace mucho tiempo. cuantos animales como forma frecuente
Sin embargo, los suelos donde aún con- de inversión. La cría de ganado bovino,
servan cierta humedad son sometidos a caprino, porcino y aves de corral en pe-
periodos intensos de producción, lo que queña escala son comunes entre las fa-
ha generado que el terreno se erosione y milias y, aun cuando no proporcionan
disminuyan los nutrientes. En otras loca- beneficios sustanciales de capital, sí re-
lidades, como las del distrito de Tlaco- presentan una forma de ahorro. El cui-
lula, donde los terrenos son áridos, se dado del ganado varía entre los pueblos
alternan los cultivos básicos con la pro- de las llanuras y los de la sierra. Los pri-
ducción del maguey para la elabora- meros acostumbran tenerlos en el solar
ción de mezcal. En años más recientes, de la casa, así como alimentarlos allí
el maguey se ha difundido hacia otras mismo o en los escasos agostaderos; en
áreas de los valles, gracias al incremen- tanto que los serranos los sacan a pastar
to de la producción en la industria mez- cotidianamente.
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LAS ARTESANÍAS
La elaboración de diversos objetos ar-
tesanales muestra sin lugar a dudas la
gran creatividad de los pueblos zapote-
cos y, junto con la agricultura, constitu-
ye la actividad primordial y el motor del
intercambio. La producción está presen-
te en todas las localidades zapotecas,
sólo que algunas participan más en el
mercado que otras.
Dentro de una gama de artesanías 35
elaboradas en los Valles Centrales, varias
se producen en los pueblos zapotecos,
sobre todo en los distritos de Tlacolu-
la y Ocotlán. De hecho, algunas se re-
Artesanos vendiendo sus cestos en el mercado de
Ocotlán. Asunción Ocotlán. montan al periodo prehispánico; otras,
Fotógrafa: Dolores Coronel Ortiz, 2003. en cambio, son resultado de la deman-
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da del mercado turístico. Se elaboran
de colores diversos. Para salir a la calle,
para ir a fiestas o para resguardarse del
sol, usan rebozo, ya sea de seda o de al- Dentro de una gama de artesanías
godón. En varios pueblos se sigue utili-
elaboradas en los Valles Centrales,
zando una faja ancha de color rojo que
varias se producen en los pueblos
detiene la falda. El vestido de las muje-
res jóvenes y niñas reproduce el de las zapotecos, sobre todo en los distritos
adultas, aunque éstas tienden a usar ro- de Tlacolula y Ocotlán.
pa más moderna. El uso de pantalones
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EL SISTEMA DE MERCADO
Las comunidades zapotecas están es-
Las comunidades zapotecas
trechamente relacionadas en un amplio
sistema de relaciones de mercado. Des-
están estrechamente relacionadas
de siglos atrás, los mercados-plaza de la en un amplio sistema
entidad oaxaqueña —específicamente de relaciones de mercado.
de los Valles Centrales— constituyen los
ámbitos físicos y sociales de intercambio
de los pueblos indígenas. En medio de de interacción y comunicación, lo que
las profundas transformaciones estructu- a la vez regula la producción (Diskin;
rales, estos mercados tradicionales per- 1990, p. 262).
sisten y reproducen antiguas relaciones El sistema regional de mercados-pla-
sociales de la cultura zapoteca. En ellos za en los Valles Centrales se extiende
se hace patente tanto la enorme diversi- más allá de este territorio, se organiza
dad productiva como cierta especializa- en función de una periodización sema-
ción agrícola de diferentes ecosistemas. nal y muestra cierta jerarquía. El mer-
Así, el mercado-plaza es un lugar donde cado primario lo constituye el merca- 39
suelen asistir vendedores y comprado- do-plaza de la ciudad de Oaxaca que se
res que muestran una compleja división “pone” en sábado, es el más concurrido
regional del trabajo, y una unificación y representa el eje del sistema de merca-
con grupos de pueblos en mecanismos dos. Los mercados secundarios operan
Productores zapotecos
en la central de abasto.
Ciudad de Oaxaca.
Fotógrafa: Dolores
Coronel Ortiz, 1995.
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cuentan con mercados permanentes en- tal del estado que mantienen la tradi-
cargados del abasto cotidiano, donde ción comercial. La actividad comercial
el flujo comercial se incrementa en los se intensifica notoriamente en las tem-
días de plaza. La central de abastos de poradas de fiesta, como Semana Santa,
la ciudad de Oaxaca es el mercado más Muertos y Navidad (Coronel; 1997).
complejo de la entidad, que a diario cap- Hay diferentes tipos de vendedores
ta y distribuye una gran diversidad de que operan en los comercios, desde pe-
productos. En él se comercializa casi queños hasta mayoristas, gran parte de
toda la producción agrícola y artesanal los cuales son intermediarios. Este gru-
de la región, al tiempo que surte a otros po incluye a los comerciantes en gran
mercados periféricos. Por otra parte, es- escala que llegan de otros lugares co-
tán los mercados céntricos de la capi- mo Puebla, Distrito Federal y Veracruz.
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Vendedoras de
legumbres en la central
de abasto. Ciudad
de Oaxaca.
Fotógrafa: Dolores
Coronel 0rtiz, 1995.
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Casi todos los vendedores indígenas son tortillas (“blandas y tlayudas”) a los mer-
42 minoristas. cados distritales y restaurantes
La tradición indígena en el abaste- Los mercados son los lugares idóneos
cimiento de productos para el merca- para conocer y disfrutar la gastronomía
do céntrico es ya muy añeja y lo mismo local. En ellos se venden los diferentes
ocurre con otros mercados periféricos. tipos de panes, chocolate y atoles; los
Las localidades de los alrededores tie- ricos y variados moles (negro, “colora-
nen mercancías especiales para comer- dito”, “amarillito”, verde); tamales en-
cializar. Un producto agrícola básico vueltos en hojas de plátano o de maíz;
en la dieta y elaborado particularmen- “higadito”; enchiladas; empanadas; las
te por manos de mujeres es la tortilla, populares tlayudas elaboradas con que-
la cual se comercializa diariamente en sillo de Etla, chorizo, tasajo o carne en-
todos los centros urbanos. Un número chilada; chapulines; verduras como el
significativo de mujeres zapotecas de “chepil” o guías de calabaza; bebidas
San Agustín Yatareni, San Andrés Hua- refrescantes, como el tejate, que se pre-
yapam, San Felipe del Agua, Magdalena para con cacao y maíz molido.
Teitipac, San Bartolomé Quialana, San- Por otra parte, la mano de obra den-
tiago Apóstol, entre otros, abastece de tro de los mercados suele ser indígena;
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MIGRACIÓN
En las últimas décadas, la migración
Desde principios de
indígena en general ha variado debi-
la década de 1980, los puntos
do a los cambios socioeconómicos y a
la demanda de trabajadores en las zo-
de origen y destinos
nas prósperas del país y del extranjero. migratorios se han
Hasta principios de la década de 1970, diversificado cada vez más.
los movimientos migratorios más impor-
tantes —destacaban la población mix-
teca y zapoteca— se dirigían a la Ciu- ron de plataforma de lanzamiento para
dad de México y a las zonas cafetaleras la corriente migratoria indocumentada
del sureste del país, para emplearse en que empezó a cruzar la frontera a fina-
actividades de construcción y en fin- les de la década de 1970, en busca de
cas algodoneras o cañeras (Costa, Pa- trabajo en la agricultura de los estados
paloapan, Chiapas y Veracruz). Si bien de California, Oregon y Washington.
un cierto número de campesinos de la Desde principios de la década de
44 entidad participó en el Programa Brace- 1980, los puntos de origen y destinos
ro, la mayoría de ellos ya no migró, una migratorios se han diversificado cada
vez que el programa terminó en 1965. vez más. Las crisis recurrentes de la eco-
El fin de éste coincidió con el principio nomía mexicana a lo largo de 1980 y
de un activo reclutamiento de oaxaque- 1990 incrementaron el flujo migratorio
ños por parte de las agroindustrias situa- internacional, que aún sigue. Muchos
das en el noroeste de México, las cua- hogares han adoptado la migración,
les empezaron a extender la producción temporal o establecida, como estrategia
de verduras frescas para exportar a Es- de supervivencia.
tados Unidos (Zabin; 1992). Así, en los De acuerdo con datos del INEGI y
años setenta, la migración indígena se el CONAPO, actualmente el estado de
acentuaba hacia esa región del noroeste Oaxaca se ubica en el cuarto lugar na-
y comenzaron a aparecer comunidades cional con saldo neto migratorio nega-
satélite de trabajadores agrícolas oaxa- tivo (–19.38). En el interior del estado
queños asentados en San Quintín y En- sobresale la región de la Mixteca, con
senada, Baja California (Kearney, 1986; 20.6 por ciento de sus municipios con-
Zabin, 1992). Estos asentamientos sirvie- siderados de muy alta intensidad migra-
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46
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de origen (Krissman, 1994; Anguiano, cas Altas, Ejutla, Asunción Ocotlán, San
1990; Varese, 2000). Pedro Mártir, Santiago Apóstol Ocotlán,
A pesar de que el fenómeno se ha San Antonino el Alto, San Miguel Mixte-
generalizado, éste se presenta de for- pec y Zimatlán.
ma heterogénea: hay diversos grados Las familias más pobres de estos pue-
de transformación como distintos gra- blos migran temporalmente a los cam-
dos de intensidad migratoria. Entre los pos agrícolas de Baja California, Sinaloa
pueblos zapotecos de los Valles Centra- y Sonora, ya sea mediante contratistas,
les hay tendencias diferentes en cuanto o bien, por su cuenta. Por lo general tie-
a los destinos migratorios y a los tipos nen un bajo promedio de escolaridad,
de actividades en que se emplean, si- que muy excepcionalmente alcanza el
tuación que se relaciona con las histo- tercer grado de educación primaria.
rias locales de migración y con las redes En Estados Unidos, las áreas geográ-
sociales. ficas receptoras son muy diversas: Cali-
Por una parte, están los jornaleros fornia, Oregon, Washington, Arizona,
agrícolas que trabajan actualmente en el Texas, Florida, Georgia, Carolina del
noroeste del país o en Estados Unidos, y Norte y del Sur, Chicago, Nueva York, 47
cuyas trayectorias migratorias se vincu- Illinois, Iowa, entre otras.
lan con los campos agrícolas de las zo- Por otra parte, varios pueblos de
nas productivas del mismo estado y de Tlacolula y del distrito Centro tienden a
Veracruz y Chiapas; entre los munici- trabajar en el sector de servicios de los
pios que sobresalen se cuentan Coate- centros urbanos, especialmente en Cali-
fornia y Nueva York; entre esos pueblos
están San Lucas Quiaviní, San Bartolo-
Entre los pueblos zapotecos mé Quialana, Magdalena Teitipac, San-
de los Valles Centrales ta Ana del Valle, Teotitlán del Valle y
hay tendencias diferentes San Agustín Yatareni.
Diversos estudiosos, entre los que se
en cuanto a los destinos
cuentan Hulshof, 1990; Stephen, 1990;
migratorios y a los tipos Kearney, 2000; Sánchez, 2000, y Rees,
de actividades en 2000, han mostrado que los emigran-
que se emplean. tes oaxaqueños, entre ellos los zapote-
cos, mantienen y recrean esa identidad
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El tequio en la
reparación del camino.
Sierra de Zimatlán.
Fotógrafa: Dolores
Coronel Ortiz, 1999.
Acervo personal.
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PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
Preparación de la ermita para festejar a San Pascual Bailón en San Antonino el Alto.
Fotógrafa: Dolores Coronel Ortiz, 2004.
50 Acervo personal.
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PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
Desfile de la dote
para los novios.
Asunción Ocotlán.
Fotógrafa: Dolores
Coronel Ortiz, 2003.
Acervo personal.
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54 1992.
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Notas
1
Se refiere a la población en hogares en donde el jefe, el cónyuge o algún ascendiente declaró ser hablante de lengua
zapoteca de municipios de Valles Centrales de Oaxaca.
2
Incluye hablantes de zapoteco y de otras lenguas indígenas de 5 años y más.
3
La diferencia entre la población ocupada y la población sin ingresos está distribuida en otros rangos de ingresos.
Fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, “Sistema de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002, con base en XII Censo General de
Población y Vivienda, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 2000.
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Zapotecos de los Valles Centrales de Oaxaca, de Dolores Coronel Ortiz, se terminó de
imprimir en diciembre de 2006 en los talleres de Impresora y Encuadernadora Progreso,
S.A. de C.V., San Lorenzo 244, Col. Paraje San Juan, Deleg. Iztapalapa, C.P. 09830, México,
D.F. El tiraje fue de 6 000 ejemplares.
Las tareas de digitalización y retoque de imágenes, composición tipográfica, diagramación
y cuidado de edición estuvieron a cargo de la Coordinación Editorial de la CDI.
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Zapotecos del Istmo
de Tehuantepec
Pueblos Indígenas del México Contemporáneo
Fotografía 1a. de forros y portadilla: Mujer con indumentaria tradicional en un ámbito festivo.
Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980.
Fototeca Nacho López, cdi.
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CDI
972.004
C65
ZAPOTECOS
ISTMO
Acosta Márquez, Eliana
Zapotecos del Istmo de Tehuantepec / Eliana Acosta Márquez. -- México : CDI, 2007.
55 p. : fots., tablas. – (Pueblos Indígenas del México Contemporáneo)
Incluye bibliografía
ISBN 978-970-753-093-5
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Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con
la autorización del titular, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor y, en su caso, de los tratados in-
ternacionales aplicables. La persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales cor-
respondientes.
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1
Para fines de este trabajo, se retoman plantea- 2
El término zapoteco proviene de la palabra ná-
mientos de Alicia M. Barabas y Miguel A. Barto- huatl zapotecatl, que se traduce como “pueblo
lomé, quienes definieron como macroetnia a los del zapote”. Este término, usado por los mexicas
grupos con cientos de miles de hablantes de un para referirse a la “gente de la palabra verdadera”,
idioma, compuestos por subgrupos y comunidades. fue retomado por los españoles, se castellanizó
Véase Barabas, Alicia M., y Miguel A. Bartolomé en zapoteco o zapoteca, y se generalizó como
(1999). denominación propia de este grupo.
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3
El didxazá es una de las tres variantes lingüísticas 4
El Istmo de Tehuantepec abarca una franja de 100
que se han clasificado del zapoteco en el Istmo, la kilómetros, aproximadamente. Limita al norte con
cual se concentra en la zona de los Llanos; las otras el Golfo de México, al sur con el Océano Pacífico, al
dos se hallan en el área montañosa de la región: la este con Chiapas y al oeste con la Sierra de Oaxaca
de Petapas-Guevea y la de Lachiguiri. El didxazá es y la Sierra Madre del Sur. Como región geográfica
la variante predominante y es escaso el grado de abarca los estados de Oaxaca, Veracruz, Tabasco
inteligibilidad entre ésta y las otras. y Chiapas.
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Puente de Juchitán, ejemplo del desarrollo urbano de la ciudad. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca.
Fotógrafa: Carla Torres, 1992.
Fototeca Nacho López, cdi.
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12
Vías ferroviarias que por
décadas conectaron al
puerto de Coatzacoalcos,
Veracruz, con Salina Cruz,
Oaxaca.
Istmo de Tehuantepec,
Oaxaca.
Fotógrafa:
Carla Torres, 1992.
Fototeca Nacho López, cdi.
blos de la zona, logró controlar las rutas los principales recursos de la zona mon-
comerciales que iban al Golfo y a Cen- tañosa, de la planicie y del área costera.
troamérica, y asegurar así la hegemonía Con la irrupción española, aunque
zapoteca en el Istmo de Tehuantepec. se redujo el control de los zapotecos en
En poco tiempo, los zapotecos conso- el Istmo, desarrollaron estrategias pa-
lidaron un poder central e integraron ra compartir el poder con los conquis-
asentamientos zoques, mixes, chontales tadores y afianzar su predominio en la
y huaves, y con ello se apropiaron de región. En un principio, gran parte de
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Y por el otro lado está el declive eco- rio no impactó considerablemente hasta
nómico por la apertura del Canal de Pa- que, en la década de los sesenta, diseñó
namá, que afectó considerablemente el un programa de modernización agríco-
carácter comercial del puerto de Salina la a partir de la construcción de la Presa
Cruz y del ferrocarril transístmico. Benito Juárez y del Distrito de Riego Nú-
Una de las consecuencias más no- mero 19. El Estado pretendió dotar a los
tables de lo anterior es la migración de campesinos de un sistema que posibili-
grandes contingentes de población a la tara el aumento y la comercialización
zona petrolera del sur de Veracruz, y, de los cultivos y superar así la agricultu-
vinculado a ello, el decrecimiento de la ra tradicional y de temporal. El resultado
población en los municipios zapotecos fue que un gran número de campesinos
en 24 por ciento (Reina; 1994, pp. 128- se quedaron sin tierra y no gozaron de
129). La industria petrolera se convirtió los beneficios del distrito de riego, que
en la fuente de empleo más importante se concentró en muy contadas propieda-
de la región, y los zapotecos, en una de des. Además, se desplazaron los produc-
las principales fuerzas de trabajo. Los tos agrícolas tradicionales (maíz, frijol)
1 binnizá llegaron a representar 70 por en beneficio de los nuevos (arroz, caña
ciento de la población indígena que la- de azúcar), los cuales no prosperaron.5
boraba en Petróleos Mexicanos (pemex), La construcción de la refinería de
y en el sur de Veracruz se concentró 25 Salina Cruz en la década de los setenta
por ciento del total de zapotecos del Ist- tampoco contribuyó a superar la crisis
mo (Acosta; 2005, p. 2). que dejaron los proyectos de moderni-
En el istmo oaxaqueño, en cambio, zación agrícola. En el transcurso de es-
la política del Estado posrevoluciona- tos años, la concentración de las tierras
fértiles en pequeños propietarios, auna-
da a la escasez de empleo y la falta de
En los años sesenta, la concentración
de las tierras fértiles en pocas manos, 5
Arturo Warman, en el texto Los campesinos, hijos
la escasez de empleo y la falta predilectos del régimen, da cuenta del conjunto de
fracasos de la presa y del distrito de riego. Este pro-
de actividades productivas fomentaron yecto de modernización, que fuera una de las prin-
la migración y el empleo informal. cipales promesas de desarrollo en la región y una de
las más esperadas demandas entre los campesinos,
dio lugar a una de las mayores crisis del Istmo.
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1
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Mujeres portando la indumentaria tradicional, una de las expresiones del estilo cultural zapoteco.
Juchitán de Zaragoza, Oaxaca.
Fotógrafa: Carla Torres, 1992.
20 Fototeca Nacho López, cdi.
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da en gran parte por los binnizá, quie- centran los binnizá cuentan con más
nes han propiciado que las actividades ventajas productivas y están mejor co-
productivas locales sean una extensión municados.
del comercio zapoteca. Hasta hace po- De especial relevancia en este proce-
co, las mujeres zapotecas eran las inter- so ha sido lo que se ha denominado la
mediarias del comercio de camarón que “zapotequización” del Istmo de Tehuan-
producían los huaves y por mucho tiem- tepec, término que se ha utilizado para
po proveyeron a mixes y zoques de mer- explicar la conformación de una cultura
cancías industrializadas a cambio de sus regional de estilo zapoteca (Reina, 1995,
productos locales (Millán; 2006a). p. 44; Barabas, 1999, pp. 101-102). Así
En definitiva, la hegemonía zapoteca pues, en contraste con otras regiones in-
ha estado aparejada a relaciones interét- dígenas, en el siglo xix, durante la lle-
nicas desiguales, que se han reflejado gada de población de distintas regio-
no sólo en el ámbito económico, sino nes de México y diferentes países —en
también en el político y cultural. Los el contexto de la construcción del ferro-
centros zapotecos han concentrado los carril transístmico—, los mestizos y los
22 recursos públicos y, por tanto, los ser- extranjeros no se erigieron como gru-
vicios y la infraestructura. Por eso no es pos dominantes, sino que se adaptaron
de extrañar que localidades mixes, zo- y mezclaron, y los zapotecos se consoli-
ques, huaves o chontales presenten los daron como la oligarquía regional.
mayores grados de marginación, mien- Si en el siglo xix los mestizos y extran-
tras que los municipios donde se con- jeros se “zapotequizaron”, una centuria
después no sólo tomó forma “una cultu-
ra regional de fisonomía zapoteca”, sino
que también se volvió modelo para los
Las localidades mixes, zoques,
otros pueblos originarios del Istmo (Ba-
huaves y chontales son las más
rabas; 1999, pp. 101-102). Por ejemplo,
marginadas, mientras que las mujeres huaves dejaron de portar su
los municipios de los binnizá indumentaria tradicional y adoptaron la
gozan de ventajas productivas de las zapotecas, en tanto que los mixes
y mejores comunicaciones. en sus fiestas incorporaron las “velas”,
forma festiva que es, por excelencia, de
los binnizá.
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ConTrasTes IdenTITarIos
y soCIoeConómICos
Es indudable la hegemonía de los binni-
zá en el Istmo de Tehuantepec; sin em-
bargo, no dejan de ser patentes los con-
trastes y las contradicciones dentro de la
población zapoteca. Entre los sectores
sociales y los municipios se marcan las
diferencias en las condiciones de vida
y en los índices de marginación. Igual-
mente son significativas las disputas po-
líticas, sobre todo en relación con pro-
blemas de linderos y con discrepancias
partidarias, y a pesar de que hay un esti-
lo cultural regional, las diferencias entre
los zapotecos son notables.
Muestra de las contradicciones so- Tehuana. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. 23
Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980.
cioeconómicas es la migración de los Fototeca Nacho López, cdi.
que van a la zona petrolera del sur de
Veracruz. El temprano proceso de mo- proyectos de modernización orquesta-
dernización y urbanización de los za- dos por el Estado (Acosta; 2005, p. 41).
potecos generó una acentuada desigual- Otro caso, como se mencionó, son
dad entre los municipios y las clases las disputas por los linderos: represen-
sociales. En principio, quienes no se in- tan uno de los conflictos más antiguos
tegraron al nuevo escenario económi- y de mayor lucha intercomunitaria entre
co buscaron en la industria petrolera las
posibilidades que no encontraban en su
lugar de origen. Si bien los migrantes En el siglo xix, los mestizos
aprovecharon la coyuntura del desarro- y extranjeros no se erigieron
llo de la creciente industria y construye-
en grupos dominantes, sino
ron las condiciones para una migración
que se “zapotequizaron”.
exitosa, generalmente se aventuraron
aquellos que quedaron al margen de los
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24
Tehuantepec, uno de los centros político-económicos de la región, Oaxaca.
Fotógrafa: Carla Torres, 1992.
Fototeca Nacho López, cdi.
los binnizá. Por ejemplo, desde el siglo Los espinaleños en distintas épocas e
xviii, los espinaleños y los juchitecos se instancias legales han abogado a favor
han enfrentado por la definición de lí- de la solicitud de tierras y la ampliación
mites y por la dotación de tierras.7 de su jurisdicción. Fue ya en el siglo xx
cuando los espinaleños —población pre-
dominantemente campesina hasta la dé-
7
El Espinal es un municipio que colinda al este cada de los sesenta— se vieron en la
con Juchitán, pertenecientes ambos al distrito del necesidad de arrendar tierras a los ju-
mismo nombre. Tiene sus orígenes en el siglo xvii,
chitecos; y finalmente, cuando se lega-
tiempo en que se fundó la Hacienda de Santa Cruz
con población española, mestiza, mulata y zapote- lizó su derecho sobre la tierra, se dio
ca. En la actualidad es una población con cerca de un proceso de acaparamiento entre los
7 700 habitantes, que se distingue por mantener
una arraigada identidad zapoteca y por contar con mismos espinaleños (Coronado; 2004,
altos niveles de vida y de escolaridad. pp. 247-266).
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2
ha reconocido por contar con las tradi- chitán, las actividades productivas han
ciones zapotecas más antiguas y menos girado en torno al comercio, y en es-
transformadas. El Espinal se ha diferen- ta ciudad se ha desarrollado una im-
ciado por gozar de las mejores condi- portante economía de servicios que ha
ciones socioeconómicas de la región y atraído a un significativo número de po-
por tener un alto grado de escolaridad y blación migrante proveniente de otras
un gran número de profesionistas. partes de la región y de diferentes esta-
Las diferencias identitarias se suman dos. En contraste, en Chihuitán, toda-
a las distinciones socioeconómicas en- vía hace dos décadas la agricultura era
tre los municipios. Por ejemplo, en Ju- la base de su sustento, y hoy en día de-
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pende en gran parte de las remesas que profesores de enseñanza básica y media
proporcionan los migrantes. Ahora que superior del Istmo.
el sistema tradicional de subsistencia no Por más que los zapotecos se adap-
da siquiera para el autoconsumo y no se ten a nuevos escenarios económicos, las
han generado otras posibilidades econó- fuentes de empleo son limitadas en la re-
micas, la migración pasó de ser un me- gión, excepto la creciente economía de
dio de autorregulación socioeconómica servicios en las ciudades y la escasa in-
a una franca expulsión demográfica. dustria, representada básicamente por la
Hasta los años sesenta, los municipios refinería de Salina Cruz y la cementera
zapotecos fueron predominantemente situada en el municipio del Barrio de la
agrícolas y pesqueros, con una enor- Soledad.
me actividad comercial. Esta dinámica Así pues, los binnizá cuentan con
se sustentaba en una estructura ocupa- mejores condiciones de vida en compa-
cional por géneros, en la que el hombre ración con los pueblos indígenas de la
se dedicaba a la producción agrícola o región; sin embargo, las diferencias so-
pesquera y la mujer, a la preparación y cioeconómicas —vinculadas a los pro-
venta de los productos del campo y del yectos de modernización y crisis agríco- 2
mar que le eran proporcionados por sus la— son considerables y se expresan en
compañeros. diferentes grados de marginación.
Aunque sigue siendo vigente esta for- Hay ciertos municipios como El Es-
ma de economía tradicional —como en pinal, que está clasificado como de muy
ciertos sectores de Juchitán o de Santa baja marginación, ya que más de 90 por
María Xadaní—, ésta se ha visto trasto- ciento de su población cuenta con todos
cada por la crisis agrícola, pero, sobre
todo, porque los hombres han tenido
que emplearse en servicios o en la re- El municipio de El Espinal
ducida industria de la región, mientras se ha diferenciado por gozar
que otros han terminado por migrar. En de las mejores condiciones
municipios como El Espinal o San Pedro
socieconómicas de la región y por
Comitancillo, además de la migración,
tener un alto grado de escolaridad
una salida a la crisis del campo fue la
profesionalización, así que se convirtie- y un gran número de profesionistas.
ron en los principales proveedores de
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2
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2
Mujeres desfilando
durante la celebración
de una calenda.
Juchitán de Zaragoza,
Oaxaca.
Fotógrafa: Carla Torres,
1992.
Fototeca Nacho López, cdi.
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rica, regional y culturalmente, no consti- y localidades que, como los huaves, zo-
tuyen un pueblo homogéneo, ya que en ques, mixes o chontales, giran en torno
el interior se marcan dichas diferencias. a él. El desarrollo de las ciudades y de
Hay un centro constituido por las ciuda- ciertos sectores de la población zapote-
des zapotecas —Tehuantepec, Juchitán ca se ha dado, en mayor o menor medi-
e Ixtepec— y un conjunto de municipios da, en detrimento de los otros binnizá y
pueblos originarios de la región.
30
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31
los binnizá, debido a sus múltiples im- ración histórica y de la fusión de ele-
plicaciones. No se advierte la particula- mentos de distintas tradiciones. Si bien
ridad de los zapotecos si no se repara en se puede constatar el origen prehispáni-
el conjunto de prácticas, símbolos y va- co o colonial de ciertos componentes,
lores que han dado forma a una mane- es en el siglo xix cuando adquiere el ca-
ra de ser que los distingue de los otros rácter que hoy en día encontramos. En
pueblos indígenas y de la sociedad na- efecto, en el contexto de la construcción
cional. del ferrocarril transístmico y, en particu-
Lo que en la literatura se conoce co- lar, a partir de la prosperidad económi-
mo “estilo étnico” o “estilo cultural” ca y el contacto con otras culturas, se
zapoteco es el resultado de la configu- define la tradición y se fija el estilo que
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Las flores como una de las principales manifestaciones festivas. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980.
Fototeca Nacho López, cdi.
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por sus derechos no sólo al vivir la tra- oficios y lugares; se ha destacado su ori-
dición día a día, sino también al reivin- gen prehispánico, en particular la rela-
dicar la identidad étnica en agrupacio- ción con el culto a los ancestros. Igual-
nes políticas como la cocei. Además, es mente, se ha considerado el trasfondo
importante no perder de vista que tanto agrícola, ya que su celebración corres-
en el contexto regional como en el de ponde al inicio del cultivo de maíz y la
la nación, el estilo zapoteco ha favore- entrada de las primeras lluvias.
cido la disposición de una relativa au- En Juchitán se cuenta con unas 24 ve-
tonomía política y su predominio en el las, que van desde las dos velas dedica
Istmo de Tehuantepec. das a San Vicente, santo patrono de la
ciudad, hasta las que honran apellidos,
Las veLas: expresIón de La fIesTa como la de los Pineda y los López. En el
y La organIZaCIón CeremonIaL Espinal, las principales velas se vinculan
Los zapotecos consideran las velas co- a los barrios; en mayo, cada barrio del
mo una de las tradiciones más arraiga- municipio hace gala de su vela distinti-
das, y los antropólogos las catalogan va, la de San Lucas, San Juan, San Mar-
3 como una de las instituciones centrales cos y San Mateo.
de la cultura binnizá. Constituyen las “Mayo es el mes de las velas”, dicen;
fiestas principales y se celebran en toda no obstante, también se llevan a cabo
la región, no sólo entre zapotecos, sino en otros meses del año, especialmente
también en los otros pueblos indígenas en los días de los santos patronos. Lo
y grupos mestizos. que es un hecho es que cuentan con
Las velas se hacen en honor de los ciertos pasos rituales que presentan po-
santos patronos de apellidos, grupos u cas variaciones.
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Manuel Álvarez Bravo, que capta la dis- poetas, quienes han creado un icono en
tinción de la mujer zapoteca. torno a su belleza, fuerza y sensualidad
Los viajeros fueron de los primeros (Cabrera; 2001, p. 107).
en construir una imagen, muchas veces Se ha construido un inagotable dis-
idílica, del Istmo de Tehuantepec y de curso sobre el protagonismo de la mu-
los binnizá. Destaca Charles Brasseur jer en la sociedad zapoteca. No sólo se
por ofrecer un panorama del Istmo en la ha reconocido su preponderancia en el
segunda mitad del siglo xix, que hoy en comercio y en el ámbito festivo, sino in-
día es fuente obligada para el estudio de cluso se ha hablado del “matriarcado 4
los zapotecos. Este viajero registra espe- zapoteca” y de la libertad sexual entre
cialmente la riqueza natural de la región las binnizá, que han sido descartados
y los cambios traídos por el ferrocarril; por la etnografía, pero siguen siendo
da cuenta, por ejemplo, del proceso de motivación para los buscadores de exo-
mestizaje de los zapotecos a partir de la tismo (Miano; 1992, pp. 15-16, 72-73).
presencia de población extranjera. Rela- Algo semejante sucede con la ima-
ta también la práctica de sacrificios en gen del muxe, “un hombre-mujer”, que
cuevas y la creencia en el nahualismo; da cuenta de la homosexualidad mascu-
como tantos otros, deja ver su asombro lina en las comunidades zapotecas del
por la libertad y el poder de las mujeres, Istmo. Se tienen datos del “hombre amu-
y “cierto misterio que atrapa” (Brasseur; jerado” desde la época colonial, y en la
1981, pp. 144,173-174). actualidad es parte de la “composición
En efecto, la mujer binnizá ha dado genérica de la sociedad”.
lugar a una prodigalidad única del ima- Entre los zapotecos, el afeminamien-
ginario étnico. La imagen de la tehua- to y el transvestismo son permitidos; el
na ha inspirado a pintores, músicos y muxe es particularmente valorado y
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Ganadería, una de las actividades económicas que más ha trastocado el Istmo de Tehuantepec.
Tehuantepec, Oaxaca.
Fotógrafa: Carla Torres, 1992.
Fototeca Nacho López, cdi.
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del campo que impulsaba el Estado. No juntaron política y tradición en las artes,
obstante, después concentró su lucha en especialmente en la literatura y la plás-
la arena electoral al disputar el control tica, y de ahí surgieron múltiples orga-
político de los gobiernos municipales. nizaciones afines (Campbell; 1989, pp.
En 1981, por primera vez ganó las elec- 252-253).
ciones en Juchitán; durante dos años La experiencia zapoteca en la indus-
mantuvo el poder hasta que fue desco- tria petrolera del sur de Veracruz es otro
nocida por el Congreso local. La cocei caso de la construcción cultural del po-
recuperó el control político a finales de der desde la etnicidad; en particular, la
la década de los ochenta y lo mantuvo hegemonía de los binnizá en el sindica-
durante los años noventa en alianza con to petrolero deja ver el binomio entre el
el Partido de la Revolución Democráti- estilo cultural y la estructura de dominio
ca (prd). En la actualidad, aunque sigue zapoteca (Acosta; 2005, pp. 21-25).
teniendo presencia —sobre todo en Ju- Por un lado, los zapotecos migrantes
chitán— su poder se ha reducido con- operaron mecanismos de alianza y apo-
siderablemente (Coronado; 2004, pp. yo mutuo entre familiares, compadres y
202-214). paisanos, que posibilitaron el control de 1
En amplios sectores de la población la agrupación. Por otro lado, se sirvie-
zapoteca, la influencia de la cocei se ron de sus tradiciones e identidad regio-
dio, en gran medida, a partir de la apro- nal para fortalecer la unidad entre ellos
piación de luchas independentistas pa- y consolidar de esta manera un frente
sadas y de la promoción de la lengua y común ante las distintas fuerzas del sin-
las costumbres de los binnizá. Los co- dicato. Comunicarse en didxazá, formar
ceístas hicieron de la cultura e identidad mayordomías de carácter regional y ha-
zapotecas una prioridad de su proyecto cer las velas a la usanza del Istmo afir-
político; en efecto, no fueron los prime- mó el sentido de comunidad entre los
ros en hacer uso de la tradición; sin em- zapotecos y consolidó una base política
bargo, la impulsaron como nunca antes. con tintes étnicos.
Se sirvieron del tequio y de las redes co- Los binnizá pudieron colocarse en la
munitarias, y su práctica política no se industria petrolera por haber sido de los
diferenció mucho de la organización ce- primeros grupos en emplearse; de modo
remonial y las fiestas zapotecas. Coceís- que desde muy temprano —principios
tas y simpatizantes del movimiento con- del siglo XX— inauguraron una tradición
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notas
1
Se refiere a la población en hogares en donde el jefe, el cónyuge o algún ascendiente declaró ser hablante de lengua
didxazá.
2
Incluye hablantes de didxazá y de otras lenguas indígenas de 5 años y más.
3
La diferencia entre la población ocupada y la población sin ingresos está distribuida en otros rangos de ingresos.
fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Unidas para el Desa-
rrollo, “Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002, con base en XII Censo General
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