Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Cuando hablamos de una conciencia ecológica nos referimos a la aprehensión real y profunda
de actitudes conscientes en beneficio propio, de los otros y del planeta. En ese sentido, hace
algunas semanas señalábamos que el concepto de medioambiente involucraba al entorno que
afecta y condiciona especialmente las circunstancias de vida de las personas. Por ello afirmamos
que, la conciencia ecológica se forma en la familia y el papel de la educación -tanto formal
como no formal- es reforzar los valores aprendidos en el hogar. Quiere decir que la conciencia
ecológica se manifiesta en todos nuestros actos de vida y eso implica por ejemplo, el cuidado de
las áreas verdes que rodean nuestras urbanizaciones; la disposición de la basura; el mantener
limpio el frente de nuestras casas y edificios; el unirse con los vecinos para, en conjunto, tomar
acciones y hacer gestiones que mejoren nuestras condiciones de vida en la comunidad a la que
pertenecemos.
Sin embargo, con preocupación observamos sucio en las calles, producto de nuestra acción
directa. Ayer, por ejemplo, Salí con mi esposo y mi nuera a caminar en una reconocida
urbanización de nuestra ciudad, la cual está habitada por personas de clase media. Es un lugar
que se presta porque el tráfico de autos no es tan intenso hay muchas personas y niños
caminando y jugando y además tiene grandes estacionamientos donde se puede andar
tranquilamente. Pero, allí se observa que existe un gran descuido con la limpieza y cuidado de
áreas comunes. El monte que rodea todas las caminerías esta altísimo, hay basura regada por
todos lados, las matas sembradas en las entradas de los estacionamientos sin podar y agua
estancada -producto de las lluvias- en la redoma central, lo cual se convierte en un criadero de
zancudos y alimañas que pueden afectar considerablemente la salud de los vecinos.