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Introducción

Toda acción corresponde a una reacción. Este es un principio básico de física


elemental el cual encuentra su contraparte en las ciencias sociales en la dialéctica
marxista.

Para el marxismo, la sociedad no es una estructura estática, sino una entidad


dinámica que en el tiempo se ve activada por las contradicciones y los conflictos en su
seno: La lucha de clases. De acuerdo con Marx, para poder entender nuestra situación
actual, o para encontrar la explicación de un hecho histórico debemos analizar el
proceso que llevó a la sociedad a este momento que pretendemos comprender y
explicar.

El interés por entender nuestro pasado necesariamente pasa por nuestra


situación en el presente, y en el caso de este trabajo no resulta ser una excepción. Las
condiciones en las que se ha desarrollado la clase obrera mexicana a través del tiempo
han moldeado un sistema laboral imperfecto, y por lo tanto injusto.

Por este motivo es que nace el interés en la creación de la Cámara Obrera, la


cual funcionó en el estado de Sonora de octubre de 1916 hasta agosto de 1917; y aun
cuando su existencia fue efímera, nos muestra una parte importante del proceso en el
cual se desarrollan las relaciones del Estado con la clase obrera, y en buena medida,
como da inicio el proceso regional por medio del cual estas relaciones llegan al
momento actual.

Las razones por las cuales fue creada, sus intenciones, la legislación que se
creó a su alrededor, con el propósito de conformar un sistema de justicia laboral
2

completo, los individuos que la conformaron y sus lugares de origen, las circunstancias
en las que asumen sus cargos, y una serie de incidentes que se suscitan durante los
diez meses de vida de la Cámara Obrera, nos proporcionan elementos para valorar el
papel de esta institución y su impacto en el desarrollo de las relaciones entre el estado
y los diferentes movimientos obreros de las regiones.

A través de este trabajo se pretende encontrar las motivaciones que tuvo el


régimen constitucionalista impuesto en el estado, y en especial el gobernador interino
Adolfo de la Huerta, para crear una institución como la Cámara Obrera; cómo se
conformó, cuáles son sus funciones o atribuciones, saber si cumplió con los objetivos, y
su funcionamiento; pero sobre todo, si la Cámara resulta un instrumento de control del
estado para establecer un orden, manejando los reclamos de las masas obreras de los
principales centros económicos y de trabajo en el estado de Sonora, principalmente los
centros mineros.

Con estas ideas, el primer capítulo presenta una panorámica del desarrollo de
los movimientos obreros, desde la perspectiva mundial, para pasar por un análisis del
desarrollo a nivel nacional y finalizar con una revisión de las mismas relaciones y de la
legislación creada en el estado de Sonora en épocas previas a la revolución mexicana;
todo esto con la intención de explicar de una manera breve los antecedentes históricos
de la expedición del Decreto 71, que crea la Cámara Obrera de Sonora.

De esta forma, el segundo capítulo analiza en forma concreta el Decreto 71,


expedido el 10 de octubre de 1916, en Hermosillo, Sonora; por el gobernador interino
Adolfo de la Huerta; empezando por los considerandos, que expresan las motivaciones
por las cuales el gobierno constitucionalista crea la Cámara Obrera, para pasar al
articulado que sienta sus bases de funcionamiento, los artículos transitorios, que de
manera provisional resuelven las necesidades inmediatas existentes por la ausencia de
un marco legal regulatorio de la cuestión laboral en la entidad; evaluando cual es el
funcionamiento proyectado de la Cámara, sus alcances, sus atribuciones y limitaciones.

Por último, el tercer capítulo de este trabajo está enfocado en las acciones
desarrolladas por la Cámara Obrera; como fueron electos sus delegados, como fueron
3

electas las mesas directivas de la Cámara y las razones del porque se fue prorrogando
el período ordinario de sesiones, la expedición de su reglamento interno y una análisis
de su articulado, para finalizar con una revisión de las sesiones y algunos expedientes,
conflictos puntuales en el estado, y la constitución de nuevas agrupaciones obreras.

Aun cuando las figuras de Adolfo de la Huerta y Plutarco Elías Calles resaltan en
la conformación, desarrollo y extinción de la Cámara Obrera, esto no demerita la
importancia tanto de actores sociales, como de los individuos que conforman la
institución. De la misma manera el papel preponderante que en este momento juega la
comunidad de Cananea opaca la participación que otras regiones del estado jugaron
en este proceso.

Como complemento para la mejor ilustración de este trabajo, se incorpora al


mismo un anexo legislativo, que resultará de gran ayuda al lector para entender tanto el
proceso evolutivo de la legislación estatal prerrevolucionaria, como el conjunto de leyes
preconstitucionales decretadas en el estado de Sonora. Este anexo abarca desde la ley
de relación ente amos y sirvientes, decretada de manera previa a la propia constitución
del estado de Sonora, hasta el decreto número 9, que deroga el Decreto 71 y en
consecuencia pone fin a la Cámara Obrera.

Este trabajo se basa en fuentes tanto secundarias como primarias, igualmente


necesarias ambas para poder llegar a las conclusiones que he encontrado en el mismo.
La gran mayoría de las fuentes bibliográficas fueron encontradas en las bibliotecas de
la Universidad de Sonora, con excepción de la obra de Horacio Sobarzo, Crónicas
Biográficas, que fue gentilmente proporcionada por el Lic. Juan Antonio Ruibal Corella.

Igualmente valiosos resultaron los recursos encontrados en Internet, en diversos


sitios de revistas de difusión académica, como la revista Andes, de la Universidad de
Salta, Argentina; o la revista Estudios de Historia Novohispana, de la UNAM, de donde
se obtuvo valiosa información para la construcción del presente estudio.

Sin embargo, es indudable que la más rica fuente de información lo constituyó el


Archivo Histórico del Gobierno del Estado de Sonora, de donde se obtuvieron la
totalidad de las fuentes primarias, consistentes en cartas, decretos, leyes, telegramas,
4

oficios y expedientes relativos a la Cámara Obrera. Desgraciadamente el estado de los


documentos y la falta de una clasificación y organización de los acervos, hacen
prácticamente imposible citarlos de una manera en la que los miso sean fácilmente
ubicables en los legajos, los cuales son manipulados y desorganizados cotidianamente,
por lo que el documento que un día se encuentra en un legajo probablemente al
siguiente se encuentre en otro.

Es necesario insistir en la conservación de este invaluable acervo y en la


recuperación, en la medida de lo posible, de los documentos que se encuentran ya en
mal estado; para lo cual podemos aplicar, a un bajo costo, nuevas tecnologías que
permitan revisar de modo indirecto los documentos y limitar el contacto físico con los
mismos a ocasiones estrictamente necesarias.
5

Tras cualquier acción de un político se puede


encontrar algo dicho por un intelectual quince
años atrás.
KEYNES, John Maynard

Capítulo I: Antecedentes de los movimientos


obreros.
Para entender que llevó a la sociedad sonorense y en particular a Adolfo de la
Huerta a crear una institución como la Cámara Obrera, es necesario entender los
procesos que en el mundo, en México y en nuestro Estado, influyeron de manera
directa o indirecta para que en 1916 el Gobernador Interino del Estado expidiera el
Decreto No. 71.

El total de la fuerza de trabajo ocupada en México para el año 1910 ascendía a


5’337,889, de los cuales el 15.05%, un poco mas de 800,000 mexicanos se
encontraban en el sector económico secundario1, es decir, eran obreros, distribuidos
principalmente en tres sectores fundamentales: textil, extractiva (minería y petróleo) y
comunicaciones (puertos y ferrocarriles); la nueva clase obrera se abría paso en un
México tradicionalista, fundamentalmente rural, que bregaba a contracorriente para
romper con las antiguas formas de producción, y con sus propias costumbres.

De acuerdo con la historiografía oficial mexicana, representada por autores que


van desde Antonio G. Rivera, que en su obra ―La Revolución en Sonora‖, escribe la

1
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Estadísticas Históricas de México,
(México, 2000,)Tomo I, 307
6

visión personal de su contemporaneidad y de los vencedores del conflicto2, hasta


quienes escriben la historiografía oficial de la revolución, como Jesús Silva Herzog,
quien en su obra ―Breve Historia de la Revolución Mexicana‖, establece que la razón
fundamental del movimiento social promovido por las clases sociales oprimidas, es el
sistema económico, representado principalmente por las haciendas de gran extensión
territorial en poder de un grupo reducido de personas de mentalidad conservadora o
reaccionaria, en contraposición de las masas oprimidas.3

No es posible negar la influencia ideológica liberal en Sonora, e incluso


corrientes más radicales como el magonismo y el anarcosindicalismo; y ha dejado
profunda huella, sobre todo en la principal manifestación obrera pre revolucionaria en el
estado: la huelga de Cananea. Las acciones de los obreros en levantamientos
posteriores al movimiento dan claros elementos para identificar su filiación
anarcosindicalista, al promover daños y destrucción de propiedad de los centros de
trabajo4.

Diversos líderes de este movimiento, en particular Esteban Baca Calderón y


Manuel M. Diéguez, tuvieron un contacto directo y participación activa en el movimiento
liberal magonista; además de las acciones antes mencionadas y llevadas a cabo en
diversas minas de la Cananea Consolidated Copper Company (de aquí en adelante
mencionaremos esta empresa como la CCCC), que se identifican con el
anarcosindicalismo, una corriente del anarquismo ligada con los movimientos sociales

2
Rivera, Antonio G., La Revolución en Sonora, (México, D.F.: Antonio G. Rivera, 1969). Una
versión en PDF puede ser consultada en: http://www.bicentenariosonora.gob.mx.
3
Silva Herzog, Jesús, Breve Historia de la Revolución Mexicana, la etapa constitucionalista y La
lucha de facciones, México: Fondo de Cultura Económica, 1965.
4
Las evidencias de la presencia de anarcosindicalistas en Cananea en fechas previas a la
huelga en 1906 son notorias. Como ejemplo Sariego, Juan Luis en su Tesis de maestría Enclaves y
minerales en el norte de México, historia social de los mineros de Cananea y Nueva Rosita 1900-1970, y
Cárdenas Jiménez, Nicolás, en Empresas y trabajadores en la gran minería mexicana 1900-1929; así
como los informes de la Secretaría de la Defensa Nacional entre 1911 y 1915, dan cuenta de las
múltiples manifestaciones de grupos anarcosindicalistas y magonistas que operaban tanto en Sonora
como en los estados unidos influenciando a los trabajadores de Cananea.
7

de clase, y que encuentra sus raíces organizativas en la primera internacional, en 1864;


nos dan clara muestra de esta influencia5.

Por tanto, más allá de las condiciones socio económicas y aún políticas del
estado y de la nación, no podemos soslayar la presencia del pensamiento mundial en
la situación laboral que influyó en la creación de la Cámara Obrera en el estado de
Sonora.

Marco de las relaciones laborales a nivel mundial

De acuerdo con Karl Marx, el tránsito del capitalismo al socialismo tendría éxito
en un país con alto grado de desarrollo económico, donde las clases sociales
(burguesía y proletariado) se encontrasen en el grado más alto de contradicción, es
decir, donde la lucha de clases se encontrase en su nivel máximo de enfrentamiento 6.
A mediados de Siglo XIX ese lugar era Inglaterra.

Por este motivo, cuando los intelectuales de la época encabezados por el mismo
Marx, Federico Engels y Mijaíl Bakunin, entre otros, promovieron la unión de los
trabajadores al establecer la Primera Internacional, lo hicieron en Inglaterra. Este
movimiento, conformado por obreros Ingleses y franceses principalmente, tuvo su
discurso inaugural en St. Martin’s Hall de Londres el 28 de septiembre de 1864, con un
discurso escrito por el mismo Marx en el cual hace una dura crítica al sistema
capitalista y a las condiciones laborales de los obreros ingleses, insertados en un
sistema económico que crecía a pasos agigantados, sin que las condiciones de vida de
campesinos y obreros mejorasen.

A partir de este momento la organización del movimiento obrero europeo se


expandió rápidamente, aunque al mismo tiempo inicia también su fragmentación.

5
Aguilar Camín, Héctor, La frontera nómada, Sonora y la Revolución Mexicana, 2ª Ed. (México:
Cal y arena, 1997), 154-163.
6
Los planteamientos de Marx y Engels se identifican claramente en el manifiesto del partido
comunista, el cual puede consultarse en línea en http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-
manif.htm (consultado el 14 de agosto de 2009)
8

En realidad, desde que aparece en el siglo XIX el movimiento obrero, una


de sus constantes ha sido el enfrentamiento entre corrientes más
radicales y revolucionarias (al menos en la expresión de sus objetivos y
métodos) y otras más moderadas, cautas, reformistas. En tiempos de
Marx, el choque directo de éste fue con los anarquistas, cuya figura
principal era Bakunin. Este choque lo llevó de hecho a imposibilitar el
funcionamiento de la I Internacional y fue lo que impulsó a Marx, en 1872
a proponer el traslado del Consejo general de la Internacional a Estados
Unidos, paso que se convirtió muy pronto en su desaparición7
De esta forma, con la confrontación entre socialistas, que propugnaban por la
centralización del movimiento en una dirigencia única y el establecimiento de un estado
obrero, y los anarcosindicalistas de Bakunin, quienes pretendían que la internacional
funcionase solo como una coordinadora de movimientos autónomos e independientes y
se oponían al establecimiento de todo tipo de estado, incluso a aquel que gobernase en
nombre del proletariado; puso fin al primer intento serio de organización obrera a nivel
internacional. Aun así, la influencia del movimiento obrero europeo se empieza a
extender por todo el mundo.

Tan sólo una década después, el 1º de mayo de 1886, en Chicago, en el acto


organizado por una comisión de huelga, el principal orador fue Auguste Spies, un
anarcosindicalista alemán, director del periódico Arbeiter Zaeitun (Periódico de los
Trabajadores). Esa tarde murieron, a manos de la policía, 6 trabajadores y más de
cincuenta resultaron heridos.8

En este contexto, en 1889 se establece la segunda internacional. Esta


organización resultó más perdurable que la primera, ya que su vida se extendió hasta
1916, cuando las condiciones que imperaron en Europa, derivadas de la primera guerra
mundial, terminan por dar al traste con la comunicación y la unión de las
organizaciones obreras. Entre 1889 y 1912 la segunda internacional celebró 9
congresos, de los cuales, probablemente, el más importante fue el celebrado en
Stuttgart en 1907, en el cual se logra la unanimidad en una enmienda propuesta por la
izquierda polaca y rusa, representada por Rosa Luxemburgo, Lenin, Maratov, entre

7
Manuel Azcárate, La izquierda europea (1940-1980), (México, Editores: Félix Goded, Elsa
Naccarella, Rafael Centeno, 1985), 5.
8
José Gómez Cerda. ―Origen del 1º de Mayo: los mártires de Chicago‖, Rebelión (junio, 30 de
2006): 3-4, http://www.rebelion.org/noticias/2005/4/14545.pdf ( acceso 16 de junio de 2009)
9

otros, que especifica: ―Si la guerra estalla, los socialistas tienen el deber de intervenir
para hacerla cesar inmediatamente y de utilizar con todas sus fuerzas la crisis
económica y política provocada por la guerra para agitar las capas populares más
profundas y precipitar la caída del capitalismo‖9

De esta manera las organizaciones obreras se adelantaban no a la primera


guerra mundial, sino a los eventos que propiciaron la revolución rusa, diez años más
tarde. Para mediados de la década de 1910, el movimiento obrero europeo se
encontraba en crisis gracias al inicio de la primera guerra mundial, y la influencia
nacionalista en la misma.

Por su lado, en el continente americano, las organizaciones obreras también


florecían, sobre todo en los Estados Unidos, pero movimientos de corte social también
se gestaban en Chile, Brasil, Argentina, Colombia y otros más, sobre todo en las
regiones mineras de estas naciones, aunque no exclusivamente.

Sin embargo, fueron los obreros estadounidenses los más exitosos en el


establecimiento de organizaciones obreras. Samuel Gompers, un inmigrante inglés
establecido en Columbus, Ohio; fundó en 1886 la Federación Americana del Trabajo
(American Federation of Labor/AFL), de la cual fue presidente hasta el día de su
muerte en 1924, tras sufrir complicaciones de sus múltiples enfermedades como
diabetes, al asistir a un Congreso de la Federación Panamericana del Trabajo en la
ciudad de México el 6 de diciembre de 1924. A la edad de diez años se convirtió en
aprendiz de zapatero, y poco después obrero de una fábrica de cigarros. En 1864 se
afilió a la Unión Internacional de Cigarreros (CIU por sus siglas en inglés), y en 1875
fue electo presidente de una de las uniones locales. En esta posición reorganizó la CIU
cuando en 1887 estuvo al borde de desaparecer.

En 1881 ayudó a organizar la Federación de Sindicatos Organizados


(Federation of Organized Trades and Labor Unions/FOTL), con la cual tuvo
enfrentamientos por organizar más tarde la AFL. Esta organización gremial, fue mucho

9
Manuel Azcárate, op. cit, 10.
10

más exitosa que sus homólogas europeas, ya que ésta perdura hasta nuestros días,
fusionada desde 1955 con el Congreso de Organizaciones Industriales (CIO).

De esta forma, y aun cuando los movimientos obreros estadounidenses cuentan


con páginas desafortunadas como la del 1º de mayo de 1886 en Chicago; la suerte que
los sindicatos corrieron en los Estados Unidos, fue diametralmente opuesta a
prácticamente todos sus correligionarios en el resto del mundo, debido en gran parte a
una visión más pragmática de los industriales de aquella nación, quienes prefirieron
otorgar concesiones y adoptar una actitud de negociación y acuerdos con los
trabajadores de su país.

Desgraciadamente este sentido práctico no formaba parte de su equipaje al


llevar sus inversiones fuera de las fronteras norteamericanas, y los trabajadores
mexicanos resintieron la xenofobia y la aplicación de políticas de mano dura en más de
una ocasión.

Incluso, los trabajadores mexicanos sufrieron discriminación por parte de los


obreros estadounidenses. El 12 de septiembre de 1903, estalló una huelga en las
minas de Clifton-Morenci, una región minera situada en el extremo oriental de Arizona,
aproximadamente 200 km al norte de Agua Prieta, con un 70% de mano de obra de
origen extranjera, que fue el principal impulsora del movimiento, debido a la disparidad
de salario y el maltrato de los capataces10.

Este mineral había recibido mano de obra mexicana desde su misma apertura
de la mina de cobre, a finales del siglo XIX. Pero en la primera década del siglo XX, los
sindicalistas de la Western Federation of Miners (WFM), quienes se habían sentido
afectados en las huelgas de 1902 y 1904 en las minas de carbón en Colorado por la
contratación de esquiroles mexicanos, dirigieron sus esfuerzos en contra de quienes
empleaban a trabajadores extranjeros. Esto aunado a un férreo control corporativo en
las minas de Arizona amplió la brecha salarial entre anglos y mexicanos11.

10
González Casanova, Pablo (coordinador); Juan Gómez-Quiñones y David Maciel, La Clase
obrera en la historia de México, Al norte del Río Bravo, 3a ed., (México : Editorial UNAM : Editorial Siglo
XXI) c1999, 121-122
11
Ibídem, 122-124
11

Sin embargo, el área de Clifton-Morenci, en comparación con las minas


carboníferas en colorado, presentaba un panorama diferente, ya que la predominancia
de mano de obra extranjera, su desconocimiento del movimiento, la falta de arraigo y la
alta movilidad de los obreros ofrecían un panorama desalentador para la WFM, quienes
optaron por apoyar una fuerte política antiinmigrante, lo que solo perpetuó las grandes
diferencias existentes, y permitió que las huelgas y manifestaciones de 1903 fuesen
derrotadas por una combinación de la naturaleza, que contribuyó con una inundación
de las casa de los obreros, y los rangers de Arizona. En 1907 los disturbios se
repitieron pero con igual saldo negativo por la desunión y el enfrentamiento entre
anglos y extranjeros.12

Pero en 1915, la situación cambió radicalmente, ya que los trabajadores


mexicanos se negaron a aceptar una negociación que no les favoreciera, y aunque
desistieron fácilmente del reclamo de filiación sindical a la WFM, los reclamos de
salarios y tratamiento justo, no se retiraron. En esta ocasión, el apoyo de la ciudadanía
estuvo con los obreros, lo cual no se había presentado con anterioridad; y finalmente,
tras 19 semanas de negociaciones entre la dirigencia sindical, los capitalistas y la
intermediación del gobernador George W. P. Hunt., los obreros obtuvieron aumento
salarial y la revisión de las condiciones y los tratos de los capataces de la mina13.

Los descontentos de los trabajadores no cesaron ahí, y en 1917 la mina de


cobre de Bisbee, Arizona, estalló una huelga, la cual fue reprimida, y muchos
trabajadores mexicanos, y hasta sus simpatizantes, fueron ilegalmente deportados, por
lo cual algunos residentes legales de la comunidad, que sufrieron del abuso de las
autoridades, tuvieron que ser indemnizados, algunos con hasta 1250 dólares14.

En resumen, los intentos de establecer organizaciones obreras a nivel mundial


resultaron poco fructíferos, sobre todo en Europa, debido a la poca cohesión que
propiciaba la diversidad de ideologías en las dirigencias del movimiento obrero
europeo, las cuales no emanaban de los obreros mismos, sino de ideólogos formados

12
Idem, 125-127
13
Idem, 127-128
14
Idem, 128-135
12

en las universidades del viejo continente, estudiosos de la sociedad que, sin entrar en
su motivaciones, buscaban encontrar mejores condiciones de convivencia social. En
contrapartida, en los Estados Unidos, los dirigentes de las organizaciones obreras,
indudablemente influenciados por las ideologías generadas en ultramar, pero con un
sentido menos utópico, sus aspiraciones terminan por consolidar consensos con los
dueños del capital.

Marco de las relaciones laborales a nivel nacional

A nivel nacional la situación para los obreros mexicanos no fue tan favorable. En
principio, y como ya mencioné, los obreros constituían una minoría dentro de la fuerza
laboral del país.

Pero la Historia de las relaciones laborales en México y del trato del Estado con
los conflictos de carácter laboral, se remontan a un pasado muy distante del
movimiento armado de 1910.

Podemos tomar como el primer paro laboral documentado del nuevo mundo, a la
protesta efectuada por los cantores y ministriles de la catedral metropolitana de la
ciudad de México, como se desprende da la siguiente transcripción:

El Musicógrafo Gabriel Zaldivar, después de referir las diversas rebeldías


de los trabajadores originadas por los bajos salarios y malos tratos, relata
una típica huelga ocurrida el 4 de julio de 1582 –dos años antes de que el
obispo Pedro Moya y Contreras fuera el primer inquisidor de la Nueva
España- en la primera catedral metropolitana contra el cabildo en las
postrimerías del siglo XVI de la Colonia, y cuando la Iglesia desempeñaba
un papel superior al gobierno civil. El cabildo tenía que revisar las cuentas
de la hacienda metropolitana y estimó que los salarios de los cantores y
ministriles eran muy altos y acordó reducirlos. Este acuerdo se les notificó
a los afectados, entre éstos al maestro de capilla Fernando Trujillo y a los
seis ministriles. Inmediatamente se dieron por despedidos los seis
cantores, reservándose los ministriles para dar su determinación seis días
después, pero desde ese momento se quedó la catedral del arzobispado
sin canto y sin música.
El día 10 del mismo mes y año, los ministriles abandonaron también el
trabajo, como indudable manifestación solidaria. La suspensión de
13

labores se prolongó hasta el 22 de agosto del propio año, en que


intervinieron las altas autoridades eclesiásticas y solucionaron el conflicto
mediante el pago de los sueldos dejados de percibir durante el tiempo no
trabajado y la promesa de retribuirles los sueldos originales, de por sí
miserables, reanudando las labores los afectados.‖15
El resultado del incidente, altamente satisfactorio para los afectados, tomando
en cuenta que en la época este tipo de manifestaciones resultaban inconcebibles,
mucho más tratándose de la Iglesia. Pero no podemos hablar de una ―huelga‖ como tal,
ya que este es un concepto que involucra la relación capitalista entre burgueses y
obreros; una relación que resulta imposible en la Nueva España, inmersa en un
sistema económico colonial.

Con base en lo anterior, podemos identificar hace ya más de cuatro siglos la


lucha de gremios por sus derechos laborales a través del retiro de sus servicios,
obteniendo retribuciones excepcionales para la época, como el pago de los sueldos
dejados de percibir durante el tiempo no trabajado, lo que podríamos equiparar a lo que
hoy es conocido como salarios caídos. Ya sea por conveniencia, por desesperación o
el adjetivo que queramos darle, pero resulta innegable que en este momento un
gremio, si se quiere elitista como los cantores, defiende sus derechos de trabajo y
adquiere el reconocimiento de los mismos.

De igual manera, la legislación en materia laboral se estableció en la Nueva


España apenas terminada la conquista. Desde 1524 quedó definido el numero de
encomendados que podía el encomendero tener a su disposición, mediante cinco
ordenanzas especiales sobre veedores y para uso de los encomenderos, así como la
instalación de las primeras industrias de las nuevas tierras que, como es natural,
estaban destinadas a la construcción de enseres de guerra.16

Todas estas consideraciones coloniales pueden ser rechazadas con el simple


argumento de que estos hechos se producen en un sistema en el cual el trabajo libre
no es precisamente el preponderante en el modo de producción de la Nueva España.

15
Jacinto Huitron Chavero, Orígenes e Historia del movimiento obrero en México, (México,
Editores Mexicanos Unidos, S.A., 1980), 16.
16
Jacinto Huitron Chavero, Op. Cit., 14-15
14

Con la introducción de la industrialización en México la situación cambió,


transformando tanto el sistema de producción como las relaciones socioeconómicas del
país.

Para mediados del siglo XIX el sindicalismo era prácticamente desconocido en


México, pero comenzaban a surgir las sociedades mutualistas, que fundamentalmente
organizaban la actividad artesanal, pero bien pueden ser identificadas como las
precursoras de los movimientos sindicales organizados propiamente dichos.

De acuerdo con autores como Marjorie Ruth Clark y Barry Carr, las
organizaciones de trabajadores en este período eran escasas y aglutinaban
trabajadores como los pulqueros, zapateros, músicos, panaderos y mecánicos entre
otros; la primera de ellas al parecer en Guadalajara en 1850. El desarrollo de estas
organizaciones se vio frenado quizás por el desconocimiento popular de las teorías
socialistas o su poca difusión generalizada en un país extenso y mal comunicado; y
según los autores mencionados por la casi nula inmigración al país desde naciones del
centro de Europa, en los cuales las ideas sociales habían permeado a la población en
general, en contraposición a las naciones del sur del continente, como Uruguay y
Argentina, donde la migración de mano de obra europea fue una constante, sobre todo
durante las últimas décadas del siglo XIX. En 1872 se establece la primera asociación,
el Gran Círculo de Obreros de México, que para 1875 ya contaba con veinticinco
agrupaciones afiliadas.17

Aun cuando esta organización se mantuvo por su ideología alejada de la política,


y sus miembros estuvieron de acuerdo en utilizar solo métodos legales para alcanzar
sus propósitos, es claro que sus actividades molestaron a los dueños del capital, y sus
acciones llamaron la atención del gobierno, sobre todo con la llegada de Díaz a la
presidencia. Para 1879 la dirigencia del Gran Círculo Obrero ya se encontraba bajo el
control de agentes del gobierno, como Carlos Olaguíbel y Arista, y Pablo Macedo,
quienes posteriormente ocuparon importantes cargos en el gobierno Porfirista.18

17
Carr, Barry, El Movimiento Obrero y la Política en México, (México, Ediciones Era, 1981) 26-
31; y Clark, Marjorie Ruth, La Organización Obrera en México, (México, Ediciones Era, 1979), 12-14.
18
Barry Carr, op. cit., 29-31.
15

Es claro que para fines de la era porfiriana el problema obrero no pasaba


desapercibido para las autoridades, aunque las reacciones de las autoridades para dar
solución a los mismos hayan sido tan heterogéneas.

Las políticas locales permitieron establecer políticas mucho más conciliadoras, y


en algunos casos, vanguardistas que las del gobierno federal. Tal fue el caso de
Veracruz, con Teodoro Dehesa; o el aún más singular caso de Bernardo Reyes en
Nuevo León, quienes llegaron a plantear de manera directa la posibilidad de convertir al
Estado en un mediador entre los detentadores del capital y la fuerza de trabajo;
mientras que a nivel nacional la política impulsada por el presidente Díaz y su
vicepresidente, Ramón Corral, se caracterizó por la mano dura de la represión, con los
resultados que todos conocemos en Cananea y Río Blanco19.

El punto es definir cuáles eran los fines de los gobernadores conciliadores, es


decir, si sus pretensiones eran genuinamente las de proporcionar a los obreros mejores
condiciones de trabajo cumpliendo con la obligación de un gobierno de proporcionar a
sus gobernados, o solamente se trataba de intentos de control de las masas obreras
para alcanzar otros fines, principalmente de corte político.

En el caso de Bernardo Reyes conocemos perfectamente sus aspiraciones


presidenciales, así como su enfrentamiento con el grupo de los científicos. Sus
seguidores veían en las reformas políticas y administrativas el único medio de
preservar los avances alcanzados bajo la presidencia de Díaz; y aun contra los
consejos del Presidente, el General Reyes adoptó una actitud favorable ante la
formación del Sindicato de ferrocarrileros de Monterrey, lo cual tenía como fin lograr el
control del mismo, lo cual logró, ya que incluso la orientación ideológica del sindicato se
desvió del socialismo, mientras los estatutos se elaboraron bajo la personal supervisión
del militar tapatío.20

19
Cárdenas García, Nicolás, Empresa y Trabajadores en la gran minería mexicana 1900-1929,
(México, Secretaría de Gobernación, 1998), 180
20
E.V. Niemeyer, El General Bernardo Reyes, (Monterrey, 1966) 136-138, citado por Barry Carr
en op.cit., 39
16

Sin embargo, los esfuerzos de estos políticos tenían su origen en la búsqueda


de controlar un embate ideológico genuino, que si bien con influencias europeas, iba
conformando una ideología con propuestas que se fincaban en las necesidades
nacionales. Como resultado de este proceso ideológico, el 1º de julio de 1906, en San
Luis, Missouri se firmó el programa del Partido Liberal Mexicano (PLM), el cual resumía
su convicción en 52 puntos, de los cuales 13, los que iban del número 21 al 33, se
referían a la cuestión laboral. Las posturas se resumían así:

CAPITAL Y TRABAJO

21.- Establecer un máximum de ocho horas de trabajo y un salario


mínimo en la proporción siguiente: $1.00 para la generalidad del país, en
que el promedio de los salarios es inferior al citado, y de más de $1.00
para aquellas regiones en que la vida es más cara y en las que este
salario no bastaría para salvar de la miseria al trabajador.
22.- Reglamentación del servicio doméstico y del trabajo á domicilio.
23.- Adoptar medidas para que con el trabajo á destajo los patronos no
burlen la aplicación del tiempo máximo y salario mínimo.
24.- Prohibir en lo absoluto el empleo de niños menores de catorce años.
25.- Obligar á los dueños de minas, fábricas, talleres, etc., á mantener las
mejores condiciones de higiene en sus propiedades y á guardar los
lugares de peligro en un estado que preste seguridad á la vida de los
operarios.
26.- Obligar á los patronos ó propietarios rurales á dar alojamiento
higiénico á los trabajadores, cuando la naturaleza del trabajo de éstos
exija que reciban albergue de dichos patronos ó propietarios.
27.- Obligar á los patronos á pagar indemnización por accidentes del
trabajo.
28.- Declarar nulas las deudas actuales de los jornaleros de campo para
con los amos.
29.- Adoptar medidas para que los dueños de tierras no abusen de los
medieros.
30.- Obligar á los arrendadores de campos y casas á que indemnicen á
los arrendatarios de sus propiedades por las mejoras necesarias que
dejen en ellas.
31.- Prohibir á los patrones, bajo severas penas, que paguen al trabajador
de cualquier otro modo que no sea como dinero efectivo; prohibir y
castigar que se impongan multas á los trabajadores ó se les hagan
descuentos de su jornal ó se retarde el pago de raya por más de una
semana ó se niegue al que se separe del trabajo el pago inmediato de lo
que tiene ganado; suprimir las tiendas de raya.
32.- Obligar á todas las empresas ó negociaciones á no ocupar entre sus
empleados y trabajadores sino una minoría de extranjeros. No permitir en
17

ningún caso que trabajos de la misma clase se paguen peor al mexicano


que al extranjero en el mismo establecimiento, ó que á los mexicanos se
les pague en otra forma que á los extranjeros.
33.- Hacer obligatorio el descanso dominical.”21

Conviene resaltar que el programa del PLM contenía una alta carga xenofóbica,
en contra de la inmigración china, cuando define su prohibición como una medida de
protección para los trabajadores de todas las naciones en especial para los de
nacionalidad mexicana. En un párrafo revelador, el programa del PLM señala:

La prohibición de la inmigración china es, ante todo, una medida de


protección á los trabajadores de otras nacionalidades, principalmente á
los mexicanos. El chino, dispuesto por lo general á trabajar con el más
bajo salario, sumiso, mezquino en aspiraciones, es un gran obstáculo
para la prosperidad de otros trabajadores. Su competencia es funesta y
hay que evitarla en México. En general, la inmigración china no produce á
México el menor beneficio.

La caracterización que el documento de las personas de nacionalidad china,


resulta sumamente revelador respecto del sentimiento que en la época privaba en
relación con la inmigración, y de cómo en épocas posteriores gobiernos en el estado de
Sonora establecerían políticas de persecución en contra de los inmigrantes chinos.

Volviendo al apartado referente a la relación entre capital y trabajo, este


contenía disposiciones extremadamente vanguardistas para el país, como la jornada
laboral de 8 horas, el salario mínimo, la obligación patronal de mantener condiciones de
higiene en los centros de trabajo, prohibición del trabajo infantil y el pago de
indemnizaciones por accidentes de trabajo; condiciones sin las cuales no
entenderíamos nuestro sistema actual de trabajo.

Pero a principios del siglo XX, las condiciones laborales en México distaban
mucho de cumplir con disposiciones como las antes mencionadas. Sin embargo, estos
reclamos no resultaban prioritarios para todos los sectores de la sociedad, ni siquiera
para todos aquellos que en 1910 participarían, e incluso encabezarían el movimiento
armado.
21
Programa del Partido Liberal Mexicano, http://www.ordenjuridico.gob.mx/Constitucion/CH6.pdf
(acceso el 15 de junio de 2009)
18

De hecho la principal figura del movimiento armado no lo consideraba prioritario.


Francisco Y. Madero, en su obra La Sucesión Presidencial de 191022, revela en forma
clara y extensa las motivaciones personales que lo llevaron a plantear el levantamiento
revolucionario y estar en contra del régimen de Porfirio Díaz. Estas motivaciones fueron
netamente políticas, y en nada tomaba en cuenta el aspecto social y económico de la
población en México. Aun cuando esta situación cambió y Madero prestó cierta
atención al problema, como veremos más adelante, es claro que las motivaciones
originales y la ideología de los dirigentes revolucionarios no contaban entre sus
prioridades los problemas laborales.

La política laboral maderista y huertista.

Como ya se ha perfilado, la política laboral implementada por el gobierno


porfirista a nivel nacional, y que se reflejó en las acciones represoras del régimen en
las tristemente célebres huelgas de Cananea en Sonora y Río Blanco en Veracruz, no
manifestó conciliación alguna o simpatías por el gremio obrero. Incluso en 1908, y pese
a las demostraciones de fuerza del régimen federal, los ferrocarrileros de
Aguascalientes intentaron una nueva huelga, la cual no llegó a estallar debido a las
amenazas del régimen de militarizar a los ferrocarrileros de intentar el paro, y los
intereses políticos, y muy probablemente económicos, finalmente se impusieron.23

La rebelión iniciada por Madero en 1910 abrió un período de esperanza y


aspiraciones, algunas realmente utópicas, aun entre los propios líderes del movimiento.
Estas no fueron ajenas a la clase obrera, y de alguna manera chocaban con la
ideología maderista que, como ya se ha mencionado, limitaba sus objetivos a cambios
de índole política; pero estas no constituyeron un freno para la formación de
organizaciones de corte obrera, las cuales florecieron, aunque su apoyo al movimiento
de Madero resultó poco efectivo debido a su escasa o nula organización, e incluso

22
Versión facsimilar de 1908 disponible en
http://www.bicentenario.gob.mx/bdb/bdbpdf/LibroSucesion1908/LA%20SUCESION%20PRESIDENCIAL
%201910.pdf (Acceso 12 de junio de 2009).
23
Clark, Marjorie Ruth, op cit., 19
19

representaron una oposición al régimen maderista una vez que éste asumió el poder; y
aun cuando éste abrió espacios e intentó canalizar y dar respuestas a los reclamos del
sector obrero, estos fueron insuficientes. El más evidente de estos esfuerzos lo
constituyó la creación del Departamento del Trabajo, en diciembre de 191124.

Aunque en su momento no se aplicó, el gobierno maderista también expidió en


octubre de 1912 un ―Reglamento de policía minera y seguridad en los trabajos de las
minas‖, el cual contenía entre otras disposiciones, obligaciones para las empresas
mineras de contar con ingenieros responsables de la explotación del mineral, médicos
cirujanos y personal adiestrado para suministrar los primeros auxilios, disponer de
planos actualizados de las labores, controles de entrada y salida de personal, y la
obligación de informar a la Secretaría de Fomento de cualquier incidente en sus
instalaciones. Además prohibía la contratación de menores de 12 años, el uso de
explosivos en las inmediaciones de poblaciones, construcciones, caminos, vías férreas
y canales. De igual manera establecía una serie de lineamientos para la construcción y
mantenimiento de tiros y bocaminas, transporte del personal y carga al interior de las
minas, la ventilación y el desagüe; así como para el uso manejo y acarreo de
explosivos.25

Finalmente, las condiciones políticas y sociales del país no permitieron el


desarrollo del proyecto maderista, y aunque como ya se ha mencionado, el aspecto
laboral no era una prioridad para este proyecto, existen indicios de que esta posición
había cambiado, y sin que este problema haya tomado un lugar prioritario en las
acciones del gobierno revolucionario, es claro que Madero había volteado sus ojos
hacia la situación de los obreros en el país.

Durante los 17 meses de gobierno de Victoriano Huerta, el movimiento obrero, y


la política gubernamental respecto a este rubro no modificó sus condiciones, e incluso

24
Para una información más detallada de estas acciones consúltese obras como Clark, Marjorie
Ruth, op cit, 20-26; Carr, Barry, op cit, 45-53; y Radding, Cynthia, El Maderismo en Sonora y los inicios
de la revolución en Historia general de Sonora, (Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1997), 244-
245.
25
Sariego, Juan Luis, Enclaves y minerales en el norte de México, (México: Ediciones de la Casa
Chata, 1988) 155-156.
20

el Departamento del Trabajo continuó sus funciones de acuerdo con los lineamientos
establecidos por la administración maderista, recibiendo peticiones de diversos grupos
obreros. Inclusive la primera manifestación masiva relacionada con la conmemoración
del primero de mayo, se efectuó en la Ciudad de México en 1913; tan solo sesenta y
siete días después del derrocamiento y asesinato de Madero, y en ella participaron
varios oradores, como Antonio Díaz Soto y Gama, reconocido zapatista, lo cual nos da
una idea de la tolerancia que mostró la administración de Huerta, quizás con intención
de granjearse el apoyo de estos grupos sociales.26

Mientras tanto, los revolucionarios que habían reaccionado ante el asesinato de


Madero no solo llevaban a cabo acciones militares para derrocar a Victoriano Huerta,
sino que hacían planes, algunos verdaderamente utópicos, respecto al tipo de sociedad
que querían construir al término de la lucha armada. Por ejemplo, a fines de 1913
Francisco Villa expuso a John Reed el siguiente pensamiento:

Cuando se establezca la nueva República, no habrá más ejército en


México. Los ejércitos son los más grandes apoyos de la tiranía. No puede
haber dictador sin su ejército. Pondremos al ejército a trabajar. Serán
establecidas en toda la República. El Estado les dará posesión de tierras
agrícolas y crearán grandes empresas industriales para darles trabajo.
Laborarán tres días de la semana y lo harán duro, porque el trabajo
honrado es más importante que el pelear y sólo el trabajo así produce
buenos ciudadanos.27
Claramente las expectativas de cambio que la revolución había creado, daba pie
a que la imaginación volara libremente, construyendo los sueños utópicos más
increíbles. Por supuesto que Villa no planeaba cómo iba a hacer el gobierno para
repartir tierras a todos los integrantes del ejército, ni como haría el gobierno para
conseguir maquinaria, instalaciones y el personal capacitado para operar esas grandes
empresas industriales que crearía. Sólo importaba encontrar mejores condiciones
sociales a como diera lugar. O cuando menos prometerlas.

26
Rivera Carbó, Anna, El primero de Mayo en la ciudad de México en tiempos de la revolución,
(Andes, numero 17, 2006), 6-10
27
Francisco Villa a John Reed en Reed, John, México insurgente, (México, Ediciones de Cultura
Popular, 1975) p. 121, citado en Salmerón, Pedro, La División del Norte, (México, Editorial Planeta
Mexicana, S.A. de C.V., 2006), 381
21

Por su parte, y tras la caída y exilio de Huerta, Carranza expide en enero de


1915 una ley que federaliza la expedición de leyes laborales.28 Esta acción, en conjunto
con otras emprendidas por la facción constitucionalista, contribuyó para que el 17 de
febrero de ese mismo año la Casa del Obrero Mundial (COM) firmara un pacto con los
carrancistas, que entre otras consecuencias crearía los batallones rojos, que actuarían
en contra de villistas y zapatistas. Para mala fortuna de Carranza, los obreros no serían
pacientes, y menos ante la mala situación económica.

La crisis económica que la revolución armada había creado, ahogaba al país: la


falta de circulante, la escasez de alimentos, los bajos salarios, el gran nivel de
desempleo, etc. Es por esta razón que en la segunda mitad de 1915 se desató una
oleada de huelgas iniciadas en el verano por los maestros, seguidos por el gremio de
choferes y los panaderos en el DF; y posteriormente los obreros petroleros de la
Compañía El Águila y el Sindicato de Trabajadores Textileros. Todos estos
levantamientos no fueron bien recibidos por los líderes del constitucionalismo, en
especial Carranza, y como consecuencia de estas manifestaciones, el 1º de febrero de
1916 giró órdenes a los gobernadores para que detuvieran a las dirigencias estatales
de la COM. La respuesta de los obreros no se hizo esperar, y entre el 5 y el 17 de
marzo celebraron en Veracruz un Congreso Obrero Nacional, con el fin de coordinar
esfuerzos, y de donde surge la Confederación del Trabajo de la República Mexicana.
Cuando las exigencias de los obreros no fueron satisfechas, el choque resultó
inevitable, y finalmente convocaron a la Huelga general para el 31 de julio de 1916.

Este estallido representó la ruptura definitiva entre Carranza y el movimiento


obrero, encabezado por la Casa del Obrero Mundial. Apelando al espíritu de
conciliación que había imperado, hasta ese momento, Carranza invitó a los líderes del
movimiento a Palacio Nacional, donde los apresa y ordena que sean juzgados
conforme a la ley del 25 de enero de 1862, por el delito de traición a la patria.

28
Legislación preconstitucional de la Revolución mexicana (1915), 28 en
http://www.congresojal.gob.mx/servicios/BibVirtual/Bv2/libros/LegislacionPrecosntitucional1915.pdf,
(acceso 13 de septiembre de 2009).
22

Posteriormente decreta la ley marcial, y aun cuando los inculpados resultaron absueltos
en un primer consejo de guerra, Carranza nulifica este primer veredicto, y ordena la
instalación de un consejo de guerra extraordinario que exculpa de nuevo a once de los
doce acusados, y condena solo a Ernesto Velasco, dirigente de los electricistas, por el
delito de ―complicidad en el delito de rebelión‖, lo cual resulta jurídicamente imposible al
ser el único que fue encontrado culpable, y sentenciado a la pena de muerte. Esta
resolución nunca se ejecutó, y finalmente fue liberado en febrero de 1917.29

Esta fue la reacción del gobierno revolucionario frente a los reclamos de la clase
trabajadora a la que representaban. Eran tiempos de desencuentro y represión de
aquellos que se habían levantado en contra de la represión. Lo importante era alcanzar
la paz, la estabilidad y restaurar la planta productiva del país; un país semiparalizado
durante casi cinco años, un país que tenía menos riqueza para repartir y más
necesidades que satisfacer.30

Antecedentes Jurídicos en Sonora.


Antecedentes legislativos
La producción legislativa en todas las sociedades responde a las necesidades
socioeconómicas de un momento y un modo de vida determinado, y por supuesto a la
ideología de la clase dominante. Es por esto que el desarrollo de la legislación a través
del tiempo en una región determinada nos muestra el proceso mediante el cual la
sociedad va madurando y las ideas más generalizadas de bienestar y justicia social van
permeando en las instituciones legislativas.

Si revisamos la composición del poder ejecutivo en Sonora, no nos debe


asombrar el encontrar entre sus integrantes individuos que ostenten apellidos como
Lucas, Escoboza, Loaiza, Camou, Gándara, Mazón, Escalante y un largo etcétera que

29
Quiñones Aguilar, Carlos A., La huelga general de 1916 en la ciudad de México, Revista
trabajadores Num. 55 (julio-agosto, 2006), 44-47
http://www.uom.edu.mx/rev_trabajadores/pdf/55/55_Carlos_Quinones.pdf, (20 de agosto de 2009).
30
Para un panorama más amplio de la situación económica en la época consultar el capítulo La
economía de la revolución Armada (1910-1916) en: De la Peña, Sergio y Aguirre, Teresa, Historia
Económica de México, Vol. 4, de la Revolución a la Industrialización (México, D.F.: Editorial Oceano de
México, S.A. de C.V., 2006), 139-204.
23

incluirá por supuesto, a las familias que, hasta la fecha, ostentan el poder económico
del Estado; y mucho menos nos debe sorprender el darnos cuenta que la producción
legislativa, de una u otra manera, y en un grado más elevado cuanto más nos
remontamos en el tiempo, responde a los intereses precisamente de estas familias que
controlan la actividad económica de la entidad.

Cuál sería la importancia de las relaciones laborales, y sobre todo la necesidad


de control de la mano de obra en un estado en el cual la misma había escaseado
desde la llegada de los españoles a nuestras tierras, que al disolver el antiguo estado
de occidente en lo que hoy conocemos como Sonora y Sinaloa, resultó prioritaria ésta
regulación, aun sobre la expedición de la misma constitución de la nueva entidad
federativa.

La primera constitución política del estado de Sonora, fue promulgada el 7 de


diciembre de 1831, mientras que la Ley de relación entre amos y sirvientes fue
decretada el 5 de mayo de ese mismo año, siete meses antes. Aun cuando la citada ley
es previa a la promulgación de la Constitución estatal, su fundamento se encuentra
bien fincado en el espíritu de una Constitución que se define como de antiguo régimen,
por su enorme carga conservadurista, de lo que podemos dar cuenta cuando declara
que ―…la religión del estado, es, y lo será perpetuamente, la Católica, Apostólica
Romana, única verdadera sin tolerancia de otra alguna‖31.

Pero en lo que respecta al trabajo incluye interesantes declaraciones. En


principio en el punto número 5 del artículo 10, los constituyentes sonorenses definieron
como un derecho civil de los sonorenses el ―empeñar su trabajo y sus servicios‖; es
decir, todo sonorense tenía el derecho de obligar su trabajo y sus servicios, entregarlo
a la voluntad de otra persona; pero más aun, el hacer entrega de esta voluntad
conllevaba ciertos menoscabos. De acuerdo con el artículo 13, apartado número 9,
―…los sirvientes domésticos cerca de las personas a quien sirven, mientras lo sean no
están en ejercicio de los derechos de ciudadano”32.

31
Corbalá Acuña, Manuel, Sonora y sus constituciones, (Hermosillo: Gobierno del Estado de
Sonora, 1992), 33.
32
Corbalá Acuña, Manuel, op. cit., 36
24

Algo inconcebible para una sociedad como la nuestra; se transforma en la


naciente sociedad mexicana, y la incipiente sociedad sonorense, en algo totalmente
normal, al grado de constituirse en un precepto constitucional por el cual una persona
renunciaba a su libertad, dejaba de ser igual, perdía la seguridad que le daban la leyes,
se desvanece el goce y disfrute de sus bienes, la posibilidad de reclamar sus derechos
ante las autoridades, y hasta votar; todo por obtener el sustento, por estar ligado a un
patrón a quien se le han empeñado los servicios. Todo esto perdía un trabajador
doméstico en el Sonora de 1831.

Pero la abstracción de estos preceptos palidece ante las ideas contenidas en la


citada Ley de relación entre amos y sirvientes33. Tan solo en el título encontramos los
restos ideológicos heredados de la sociedad colonial que poco desarrollo tuvo en la
entidad: no se refiere a la relación entre empleadores y empleados, sino a la relación
entre amos y sirvientes, lo que nos da cuenta de la mentalidad imperante, quizás no en
la sociedad sonorense en su conjunto, pero si con toda seguridad, en las mentalidades
de los constituyentes sonorenses.

El decreto establecía la obligación, para quien ocupase un sirviente, de llevar un


registro pormenorizado de la cuenta de adelantos de sueldo que se le entregase al
trabajador, sin que este pudiese quedar en libertad sin antes liquidar dichos adeudos. Y
como ya se ha señalado, de acuerdo con la constitución del estado, el sirviente perdía
su estatus de hombre libre, de ciudadano, pues al recibir productos a cuenta de su
trabajo ―…de (sic) que ya no es dueño desde el acto de acomodarse si no es pagado
(sic) su deuda al contado para quedar en libertad‖. El adeudo debía pagarse en el acto,
sin que el sirviente pudiese pedir tiempo para ir a buscar el dinero adeudado.

Aun cuando el ―amo‖ despidiese al trabajador, el adeudo subsistía, aunque, para


fortuna del ―sirviente‖, éste era libre de buscar un nuevo amo en cualquier parte. Sin
embargo, si el nuevo ―centro de trabajo‖ se encontraba a mucha distancia, el trabajador
tenía la obligación de dejar un fiador a satisfacción del amo que lo despide. El nuevo
amo debía separar el 25% del salario, incluyendo su ración diaria, para el pago de la

33
El texto completo del decreto en Colección Fernando Pesqueria: Sección Leyes y Decretos del
estado de Sonora (1831-1876), 26-33, y una transcripción de la misma al final del presente trabajo.
25

deuda con el antiguo patrón. Este descuento dejaba de aplicarse cuando el trabajador,
o su familia sufriesen una enfermedad o muerte.

Además, cualquier trabajador que buscase trabajo debía presentar ante su


nuevo empleador, ―…su libreta ajustada y constancia de hallarse en libertad para
buscar nuevo amo‖, la cual expedía el antiguo patrón. Aquel amo que empleara un
sirviente sin que éste le presentase los referidos documentos, podía ser acusado del
delito de encubrimiento‖.

Esta legislación establecía también obligaciones para los patrones, como ―…


tratar bien a los sirvientes, sin darles malas razones o maltratarlos de obra, y pagarles
religiosa y puntualmente su trabajo según las condiciones estipuladas al tiempo de
celebrar el contrato…‖, mientras a los trabajadores estaban sujetos a un régimen tan
severo que podía llegar a ser castigado ―…cuando de obra, palabra, acciones
burlescas, ó de mofa falte al respeto debido (sic) a su amo, administrador, mayordomo
ó encargado; cuando aunque sea día festivo, se ausente sin licencia de la Hacienda o
Rancho en que hade (sic) estar pronto para que su amo lo emplee, según (sic) la
necesidad ó urgencia de sus quehaceres: cuando en bailes o juegos, aunque sean
permitidos, gaste las horas que debe destinar al descanso de sus fatigados miembros
para volver con vigor al trabajo…”. El trabajador ni siquiera tenía pleno control de sus
horas de descanso.

Es claro que el imponer ―obligaciones‖ a los ―amos‖ era un intento por justificar
las desproporcionadas obligaciones de los trabajadores, argumentando que para
ambas partes existían disposiciones que debían ser acatadas, y por tanto existía la
igualdad que prescribiría, irónicamente más adelante, la constitución del Estado.

Pero es aun más grave que esta ley le otorgara a los propietarios de ranchos o
minas, a sus administradores, a los mayordomos o a cualquier persona que ejerciere
un puesto de administración o control en las negociaciones, el estatus de autoridad,
para poder castigar y perseguir a los sirvientes que infringieran la misma, e incluso
castigaba a quienes, teniendo la oportunidad de hacerlo, no aprehendiesen a un
sirviente prófugo; o aun mas no diese aviso con prontitud para ―…su persecución y
26

aprehensión, sufrirá las penas que las leyes designan á los encubridores, abrigadores,
y ausiliadores (sic) de delincuentes‖.

La visión de las autoridades sonorenses decimonónicas, respecto a las


relaciones laborales, al igual que en el resto del mundo, carecía de una visión social de
las mismas, que le permitieran consolidar en realidades las aspiraciones que de alguna
manera quedaban plasmadas en las constituciones, aun en las locales. Este tipo de
leyes para nada honran las aspiraciones de Liberté, égalité, fraternité, que legaron los
ilustrados franceses y la francmasonería a la idea de república en el mundo, y que la
propia constitución sonorense, en su artículo 4, definía como su forma de gobierno. La
contradicción ideológica es evidente, cuando consagra como derechos del ciudadano la
libertad, la igualdad, la seguridad, la propiedad, el derecho de petición; mezclándolo
con la posibilidad de perder su trabajo y servicios al empeñarlos; y aun considerar esta
pérdida como un derecho.

Habrían de pasar 40 años, un lapso increíblemente corto si tomamos en cuenta


el desarrollo de los derechos laborales a nivel mundial, la lucha de los ideólogos
europeos y la difusión de estas ideas; y sobre todo nuestro supuesto aislamiento, no
solo del resto del mundo, sino incluso del centro del país, para que el debate en el
parlamento sonorense cambiase de manera radical el punto de vista, cuando menos
puesto a debate y consideración, respecto de las posiciones demostradas por el
constituyente original.

Es así como el 5 de diciembre de 1871, durante la V legislatura correspondiente


a la Segunda época del Congreso de Sonora, el diputado Adolfo Almada Cevallos
presentó un proyecto de corte netamente liberal y vanguardista para su época.
Tomando en cuenta que el manifiesto comunista es publicado por primera vez en
Inglaterra el 21 de febrero de 1848, mientras que en Alemania no es publicado sino
hasta 1872; y que la Primera Internacional tuvo su sesión de apertura el 28 de
septiembre de 1864; resulta sorprendente el manejo de los conceptos y la vehemencia
del discurso pronunciado por el Diputado Almada en una cámara legislativa, tan solo 7
años después de la primera manifestación formal y organizada del movimiento obrero a
nivel mundial.
27

Podemos definir al proyecto en cuestión como liberal y vanguardista,


contextualizándolo en el México post-reformista, aunque para nuestra época resultaría
hasta misógino. El documento consta tan solo de 7 artículos sumamente concretos, de
los cuales, los primeros cuatro definen diferentes situaciones o perfiles y los salarios
que le corresponden a cada uno de ellos. En el siguiente cuadro se resumen estos
perfiles y los salarios que el proyecto de Adolfo Almada asignaba a cada uno de ellos:

Cuadro 1
Perfil Salario mensual
Varón mayor de diez y ocho años $15.00
Mujer mayor de quince años $8.50
Varón menor de diez y ocho años $8.50
Mujer menor de quince años $4.25

Como vemos la situación de la mujer es totalmente despreciada, valorando tan


solo en la mitad su jornada de trabajo, en una actitud totalmente discriminatoria para el
siglo XXI; pero el simple reconocimiento de un derecho a un trabajador resultaba casi
inconcebible en el México Juarista, mucho menos el derecho de la mujer, aun cuando
actualmente califiquemos al régimen de Benito Juárez como un gobierno de corte
liberal.

El artículo 5º establecía que el pago a los trabajadores se realizaría en dinero en


efectivo, combatiendo de esta manera la práctica generalizada de hacer pagos por
adelantado y en especie, a cuenta de trabajo futuro, con lo cual el trabajador empeñaba
su fuerza de trabajo, perdiendo la voluntad, como ya se ha mencionado. Esta práctica,
generalizada en la toda la república, se prolongó hasta bien entrado el siglo XX, y
constituyó una de las principales demandas sociales en materia laboral de la
revolución.

En el artículo 6º establecía la obligación de celebrar un contrato de trabajo,


cuando el asalariado recibía manutención (en la legislación previamente analizada se
utiliza el término ración) por parte de su empleador. En este caso, el Juez de Paz o el
Comisario de la localidad deberían tener a disposición de los ciudadanos un libro o
cuaderno, en el cual se asentara el valor que debía asignarse a la citada prestación, el
28

nombre y firma de los contratantes, así como la fecha del acuerdo de voluntades.
Finalmente el artículo 7o establece como una carga a los municipios el proporcionar
estos libros.

Quizás la parte más importante del decreto no sea su articulado, sino el discurso
de fundamentación que prosigue a la exposición de los numerales que ya hemos
analizado. El lenguaje utilizado y la convicción que demuestra el exponente, razonando
de manera tan clara la conveniencia no solo para el trabajador, sino para los
hacendados y patrones de otorgar a sus empleados una justa remuneración por su
trabajo; pero sobre todo, el reconocer que la situación en la que se encuentra la ―clase
proletaria‖ era de postración y a la vez constituía un peligro para la sociedad al lanzar
las siguientes preguntas: ¿y podrá decirse que ese modo de ser de la clase más
numerosa no es un elemento disolvente de nuestra sociedad? ¿Podrá sostenerse que
no es esa una abundantísima fuente de inmoralidad?34

Insisto en subrayar la claridad de las ideas del exponente, y no centrarse en la


defensa de los trabajadores, sino en encontrar un beneficio social, una situación de
ventajas tanto para trabajadores como para patrones; así como el hecho no menos
sorprendente de que una discusión de esta magnitud se haya escenificado, no en una
taberna o en una tertulia de un puerto con entendible heterogeneidad de ideas, sino en
el recinto parlamentario del Estado de Sonora, que medio siglo después sería definido,
de alguna manera, como el lugar donde terminaba la civilización y empezaba la carne
asada.

Estas son las condiciones legislativas que se desarrollaron a lo largo del siglo
XIX en Sonora, y reflejan en menor o mayor medida las tendencias ideológicas,
económicas y hasta demográficas del estado a lo largo de este período.

Para el siglo XX, las condiciones económicas en el país habían cambiado, y el


crecimiento económico era innegable, mas no así el desarrollo. La transformación del
México rural al urbano e industrializado se encontraba en marcha, y una de sus

34
Almada, Adolfo, proyecto de Ley de relación entre amos y sirvientes, en Sobarzo, Horacio,
Crónicas Biográficas, Hermosillo, Gobierno del estado de Sonora, 1982, 159-163; una transcripción al
final de este trabajo
29

principales manifestaciones era el alto grado de desarrollo alcanzado por la industria


extractiva. En Sonora, su manifestación más palpable era Cananea, el polo de
desarrollo industrial del estado, y uno de los centros económicos más importantes;
motivo por el cual resulta referente insoslayable de las relaciones obrero patronales en
el estado de Sonora.

Como ya se mencionó, el problema del pago a los trabajadores constituía una


carga social de enormes proporciones, y que además le representaba a los patrones
una forma de ingresos indirectos muy importante. Aun con todo lo anterior, no sería
justo no mencionar que el problema de la provisión de circulante en el norte del país
fue una gran preocupación desde la misma llegada de los españoles a estas tierras.35

Esta propensión a la escasez de numerario persistió aun a principios del siglo


XX, pero esto no fue impedimento para que se tomara como pretexto y se obligara a
los trabajadores a surtirse en las tiendas de raya, al entregarles vales solo canjeables
en estos establecimientos. A este respecto, en 1903, el Juez de Distrito de Nogales
impuso una multa a la CCCC, por la cantidad de 500 pesos por el uso de vales, con lo
cual todos los empleados se veían en la necesidad de adquirir sus satisfactores en la
tienda de raya de la propia compañía. La sentencia del juez señalaba: ―… de facto, se
elimina el uso de la moneda, siendo que según consta en autos, todos los operarios se
proveen y pueden proveerse y no pueden con ellos hacer sus compras en otras
tiendas, sino forzosamente en la de la compañía, lo que fuera de constituir un
monopolio posible, atacando la libertad de comercio, tiende a engendrar la posibilidad

35
De acuerdo con Ignacio del Río, desde 1750, en plena implantación de las reformas
borbónicas en España y sus Colonias, el visitador José Rafael Rodríguez Gallardo, elaboró un informe al
virrey en el cual hacía ver que la escasez de moneda propiciaba abusos y contribuía a mantener en la
pobreza a las clases más necesitadas. Unos años más tarde José de Gálvez, visitador de la real
Hacienda, se pronunciaba en el mismo sentido, e incluso propuso la creación de una casa de moneda en
la Comandancia General de las Provincias Internas, situada en Álamos, para desde ahí proveer del
numerario necesario a toda la región, la cual pese a su alta producción de oro y plata en pasta, carecía
de la moneda troquelada necesaria para el comercio, lo que propiciaba el abuso de los mercaderes. Para
un panorama más extenso de este tema puede consultarse: Del Rio, Ignacio, Comercio, Libranzas de
Real Hacienda y circulación monetaria en el norte de la Nueva España (1773-1810), Revista Estudios de
Historia Novohispana, No. 35 julio 2006, 117-131, disponible en:
http://www.iih.unam.mx/publicaciones/revistas/novohispana/pdf/novo35/0445.pdf (Consultada el 11 de
septiembre de 2009)
30

de que la misma compañía pueda adquirir con descuento sus vales de los operarios
por medio de los agentes que les proporcionen a aquellos dinero en efectivo…‖36

Es claro que aun cuando los abusos y la desigualdad social eran una constante
en el México porfirista, algunas autoridades aun jugaban un papel de control y de
balance, aunque fuese de manera tibia, entre los intereses del capital y la defensa de
los derechos sociales y de los trabajadores; lo cual resulta verdaderamente difícil de
lograr en una sociedad donde el proveedor universal resulta ser precisamente una
empresa con las características de la famosa CCCC.

El caso no era exclusivo de la CCCC; ya que la misma situación se repetía en


cualquier asentamiento en el que se instauraba el sistema de enclave minero,
usualmente a lo largo de la frontera con los Estados Unidos; como sucedía en Nueva
Rosita en Coahuila, o en Nacozari en el mismo estado de Sonora; como nos da cuenta
Cárdenas: ―En Cananea, Nacozari, El Boleo o La Embocada se constituyeron
comunidades ocupacionales donde la vida giraba alrededor de la compañía. En
Cananea, por ejemplo, gracias a la compañía se erigieron los principales edificios
públicos: palacio municipal, cárcel, escuelas. Asimismo esa administraba directamente
servicios tales como hospital, bomberos, agua potable, vivienda, energía eléctrica,
venta de carne y derivados, teléfonos y transporte público‖37.

La omnipresencia de la compañía prácticamente en todos los ámbitos de la vida


política y económica de la ciudad representaba una dura desventaja para la autoridad
municipal, la cual se veía relevada prácticamente de todas sus funciones; y aun más,
servicios netamente públicos como el transporte, y la estación de bomberos eran
administrados por la compañía minera. Esto comprometía de manera natural a quien
ostentaba el cargo de munícipe, ya que el funcionamiento de todos estos servicios se
encontraban en manos de la minera, y representaban buena parte del bienestar social
de la comunidad.

36
Averiguación del Juez de Distrito de Nogales, citada en Sariego Juan Luis, op cit., 97
37
Cárdenas García, Nicolás, óp. cit., 140.
31

A esto hay que adicionar que pese a la percepción generalizada, producto de


la leyenda negra creada desde la historiografía oficial del régimen emanado de la
Revolución, las malas condiciones económicas de los trabajadores mineros no
resultaban ser del todo reales. De acuerdo con François Xavier Guerra, los sueldos de
los mineros resultaban ser los más altos respecto del resto de las actividades
económicas, como se detalla en la gráfica1.

De esta manera, y no
obstante que las condiciones
de vida de los obreros de las
minas resultaran riesgosas, y
sus condiciones sociales de
vida, entendidas como las
casas y los servicios en
general, difirieran del estatus
del cual gozaban los
extranjeros en la misma
comunidad, es claro que
Gráfica 1
económicamente resultaban un
Fuente: Guerra, Francois Xavier, México: Del Antiguo
sector privilegiado en Régimen a la Revolución, Tomo 1

comparación con los jornaleros del campo y otros obreros. Lo anterior nos lleva a
afirmar que los levantamientos, cuando menos en Cananea, son el resultado de la
combinación del resentimiento social y las condiciones de trabajo, y por supuesto las
reclamaciones económicas.

Antonio G. Rivera, recuerda las condiciones de las minas en Sonora, y en


particular un accidente en la mina de ―El Crestón‖, en el poblado de La Colorada, que
tuvo una gran resonancia social. En cuanto a la CCCC, el mismo autor señala que sus
condiciones de trabajo no distaban de otras minas en el estado, incluyendo la citada
32

mina, pero lo accidentes eran menos frecuentes. Sin embargo, las enfermedades
pulmonares, como la silicosis, menguaban constantemente la salud de los mineros.38

Retomando el tema de las percepciones económicas de los trabajadores


mineros, ésta se puede explicar a partir una combinación de diferentes factores, entre
los que podemos destacar el flujo migratorio, tanto del Norte de México hacia los
Estados Unidos desde mediados de Siglo XIX, como del centro del país hacia el norte;
la inversión extranjera, el repunte de precios de los metales hacia finales del Siglo XIX,
entre otros; contribuyó para que el norte de México tuviese un marcado contraste en las
percepciones económicas con el resto de la república, en especial los estados de
pacifico sur mexicano, como Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Chiapas (que
tradicionalmente se han mantenido en un nivel de desarrollo económico inferior al resto
del país), lo que se reflejaba en los salarios, principalmente de los mineros, toda vez
que es precisamente en este sector en el que se ve notoriamente más favorecido en la
última década del porfirismo.

El análisis económico de estos factores ha sido ampliamente estudiado, y resulta


innegable que el estatus de los trabajadores de la industria extractiva a principios del
Siglo XX era de privilegio frente a la situación de otras actividades económicas, en
especial los trabajadores del campo, como lo refleja el cuadro siguiente:

Cuadro 2
Salario mínimo diario general por sectores y por zonas, 1877-1911
(pesos corrientes)
Sector Pacífico Pacífico
Años República Agricultura Minería Industria Norte Golfo Centro
Público norte sur
1877 0.22 0.22 0.22 0.22 0.54 0.26 0.28 0.31 0.18 0.20
1880 0.23 0.22 0.23 0.24 0.69 0.27 0.28 0.32 0.18 0.20
1885 0.24 0.22 0.27 0.28 0.83 0.28 0.28 0.34 0.19 0.21
1890 0.24 0.26 0.31 0.34 0.83 0.31 0.31 0.38 0.24 0.24
1895 0.33 0.31 0.36 0.37 0.83 0.33 0.49 0.41 0.26 0.30
1900 0.34 0.32 0.43 0.40 0.83 0.35 0.49 0.43 0.30 0.31
1905 0.43 0.38 0.59 0.44 1.00 0.44 0.67 0.56 0.34 0.38
1910 0.48 0.42 1.04 0.59 1.20 0.62 0.71 0.77 0.35 0.38
Fuente: Semo, Enrique, Coordinador, Historia económica de México Vol. 4, De la Revolución a la Industrialización,

38
Rivera, Antonio G., La Revolución en Sonora, (México, D.F.: Antonio G. Rivera, 1969), 18-20.
Una versión en PDF puede ser consultada en: http://www.bicentenariosonora.gob.mx
33

Como se desprende del cuadro 2, los salarios de la minería tuvieron un


desarrollo mucho más sustancial que el resto de las actividades económicas en la
época. Esto combinado con el análisis de los salarios en la región del pacífico norte nos
da una idea de cómo la situación económica de los habitantes en Sonora, en especial
en la minería, resultaba en un estatus económico relativamente mejor para este sector.

El problema específico para Cananea estuvo en la caída de la producción, ya


que en 1906 el trabajo escaseo, afectando a los mexicanos en mayor medida que a los
extranjeros. Por ejemplo, en abril de ese año, las horas de trabajo sumaron un total de
153,620 días-hombre, y aunque de este tiempo 61.3 % del tiempo fue trabajado por
mexicanos, la planta laboral estaba compuesta por 70.9 % de mexicanos, por lo cual el
promedio per cápita de ocupación fue un 35% menor para los trabajadores nacionales.
El caldo de cultivo quedó completo con la inclusión de elementos con instrucción e
inteligencia, como Lázaro Gutiérrez de Lara, Manuel M. Diéguez y Esteban Baca
Calderón. Menos de un mes después de la huelga en Cananea, los operarios del
ferrocarril Sud Pacífico, en Empalme, estallaron una huelga por una rebaja salarial de
1.70 a 1.50 pesos.39

Una vez que el maderismo triunfó, la correlación de fuerzas en materia laboral


cambio ostensiblemente como resultado del cambio de autoridades, siendo esto más
evidente en Cananea, por lo cual, las manifestaciones se presentaron de manera más
abierta. En el mes de octubre de 1911 estalló de nuevo una huelga, con el objeto de
obligar a la empresa a que reconociera al primer sindicato minero, la Unión de Obreros
de Cananea. A pesar de la simpatía hacia los huelguistas mostrada por las nuevas
autoridades, las cuales no solo se negaron a proporcionar apoyo policial a la empresa,
sino que la prefectura de distrito ordenó la detención de los dos capataces de la mina,
por haber usado un lenguaje abusivo; la empresa no hizo la mas mínima concesión, y
finalmente los obreros comenzaron a regresar paulatinamente.40

No obstante este fracaso, la Unión persistió en las demandas planteadas en


1906, y en diciembre de 1912 declaró nuevamente una huelga general, en medio de un

39
Cárdenas García, Nicolás, op cit., 186-191
40
Sariego, Juan Luis, op. cit., 138-140
34

clima de inestabilidad política, de desencanto popular del apóstol Madero, quien desde
su perspectiva había propiciado la huida de Díaz, y hecho a un lado las promesas
formuladas en el Plan de San Luis. De igual manera, los yaquis se habían levantado
nuevamente, y representaban otro foco de atención que había que atender.

El lunes 16 de diciembre de 1912, el Sindicato presentó un ultimátum exigiendo


la reducción de la jornada laboral del turno diurno de 9 a 8 horas, y un incremento
general del 20%; peticiones que fueron rechazadas por la empresa de inmediato, por lo
cual, al día siguiente 1200 trabajadores abandonaron sus puestos de trabajo, afectando
todas las minas de la compañía y la planta concentradora. El mismo gobernador
interino Ismael Padilla intervino en el asunto logrando que la compañía disminuyera la
jornada laboral en media hora; así como una serie de concesiones menores, de las
cuales la más importante fue la instalación de llaves públicas en los campamentos
mineros de mexicanos, que suministrasen agua potable para uso doméstico de manera
gratuita41.

Durante los meses que siguieron al asesinato de Madero en febrero de 1913, la


organización del constitucionalismo, aunque surgida y dirigida desde Coahuila,
encabezada por Venustiano Carranza, tuvo su mayor auge en Sonora. La organización
del movimiento en el estado logró establecer una estructura compleja que incluyó un
sistema de financiamiento para el movimiento. Esto se logró a partir de dos acciones
fundamentales: la primera fue la incautación de los bienes de personas acaudaladas
que en vista de la amenaza que representaba el levantamiento armado, se refugiaron
en los Estados Unidos; y la segunda la negociación y la diplomacia del grupo que
encabezó el movimiento con las compañías extranjeras, principalmente la CCCC y la
Compañía del Ferrocarril Sud pacífico, con quienes pactó una amplia colaboración,
tanto económica como laboral, con el movimiento a cambio de la protección de sus
intereses. Este entendimiento explica, en parte, el triunfo de los constitucionalistas

41
Idem, 140-141
35

sonorenses al contar durante esta crisis con un clima de relativa estabilidad social en el
ámbito de la entidad.42

Ya en otro contexto, en 1914 se presenta un nuevo movimiento de huelga en


Cananea. En esta ocasión las acciones demuestran una clara influencia del
anarcosindicalismo en la plaza, en la cual se confrontan los intereses sociales con los
intereses de una empresa que, como ya he explicado, controla todos los ámbitos de la
vida social y económica del enclave minero. La manipulación de la población a manos
de la Unión de Obreros encabezada por José R. Ojeda, exacerbó los ánimos de la
población y complicó la negociación que las autoridades y la compañía habían
entablado, llegando a la violencia incluso de los propios operarios que buscaban
regresar a sus labores voluntariamente; e incendiar las instalaciones de la mina.
Conjurado este problema, las huelgas se alejaron de Cananea hasta 1917.43

Ante este panorama es claro que existía la necesidad de las autoridades


emanadas del constitucionalismo de lograr el control de la situación laboral a nivel
nacional. Como respuesta a esta necesidad, los constitucionalistas crearon un marco
jurídico que les permitiera responder a las exigencias sociales concebidas a partir de
las expectativas establecidas por el movimiento revolucionario. Como ya se ha citado, a
nivel nacional Carranza decretó una serie de leyes de cortes social, pero esta no fue la
única acción de la facción triunfadora. A lo largo de la república los gobernadores
carrancistas promovieron un auge legislativo buscan la renovación social en los
ámbitos cívico, educativo, moral y por supuesto laboral. En Yucatán, Salvador Alvarado
decreto una Ley de Salarios mínimos a finales de 191544, mientras que Plutarco Elías
Calles expide un ordenamiento similar mediante el Decreto número 25 de 10 de enero
de 191645.

Resulta difícil de creer que no existía una coordinación, o cuando menos el


conocimiento generalizado de las acciones que los gobernadores revolucionarios

42
Aguilar Camín, Héctor, La frontera nómada, Sonora y la Revolución Mexicana, 2ª Ed. (México:
Cal y arena, 1997), 419-422
43
Sariego, Juan Luis, op cit, 143-148.
44
Una transcripción completa del decreto al final del presente trabajo.
45
Macías Richards, Carlos, Vida y temperamento: Plutarco Elías Calles, 1877-1920, (México:
Fondo de Cultura Económica, 1995), 189-193.
36

llevaban a cabo en sus respectivas entidades, y que este apogeo legislativo no haya
sido una acción, si bien no coordinada, sí de consensos entre los generales que habían
salido triunfantes del conflicto armado.

El 16 de mayo de 1916, Elías Calles, por órdenes de Carranza, deja la


gubernatura del estado, entregándosela a Adolfo de la Huerta, quien habría de
continuar y ampliar el esfuerzo legislativo de la facción constitucionalista en el estado,
incluyendo el decreto que daría vida a la Cámara Obrera del estado.

Aun así, la problemática obrera continuaría, y es precisamente por encontrarse


en este entorno de inestabilidad laboral, que se hizo más necesaria la creación de una
institución avocada a la solución de esta situación. Aun cuando el decreto 71 había sido
ya expedido, los mineros de El Tigre, Sonora reclamaban cambios en su situación
laboral, aun cuando estos resultasen tan incongruentes como el incluir la media hora de
la comida en las ocho horas laborales, tomando en cuenta el recorrido histórico de la
lucha obrera resultaba ridículo regatear a las empresas incluir dentro de la jornada
laboral 30 minutos destinados a los alimentos.

El cuatro de noviembre de 1916, la compañía The Moctezuma Copper Co.,


elaboró y dio a conocer un reglamento de trabajo, en el cual, iniciaría su vigencia el día
6 del mismo mes; y establecía los horarios de entrada a la mina, la salida de la misma,
la barrenación, los truenos, y la comida. Esta regulación no fue del agrado de los
mineros, quienes el 10 de noviembre giraron un extenso telegrama dirigido al Ejecutivo
estatal, signado por el presidente municipal de Nacozari, E. Andrade, en el cual
protestaban enérgicamente contra el citado reglamento, ya que, en sus palabras, el
documento en cuestión contenía ―…poderosos resolutivos que no nos son favorables a
la clase obrera…”46.

De igual manera, en ambos casos, el Ejecutivo dio contestación negando a los


mineros la razón, y conminándolos a regresar a sus labores. El dar la razón al capital,
resultaba una jugada peligrosa para el gobierno, que se encontraba entre la espada y

46
AHGES, tomo 3063, Telegrama dirigido por E. Andrade, Presidente Municipal de Nacozari al
Gobernador del estado, 10 de noviembre de 1916.
37

la pared, ya que no podía regatear ante la realidad de que las compañías habían sido
aliadas del constitucionalismo en los meses de crisis en 1913. La expedición de las
disposiciones laborales complementarias en Marzo de 1917, representó otro momento
crítico por la confluencia de graves factores como la guerra en Europa, y la sospecha
del gobierno estadounidense de una supuesta alianza de Carranza con Alemania. Este
era el entorno laboral que se presentaba en Sonora durante la etapa de vida de la
Cámara Obrera sonorense.
38

Toda vez que el triunfo de la Revolución Social,


encabezada por el C. Venustiano Carranza, de hecho ha
conseguido llevar al proletariado al dominio del Estado,
no debe recurrir el obrero al sistema de las huelgas en el
actual orden de las cosas, desde el momento en que el
constitucionalismo es la genuina representación de los
trabajadores y sostenedor de sus demandas justas.
Decreto 71 que crea la Cámara Obrera
Octubre 11 de 1916

Capítulo II. La Cámara Obrera de Sonora

El miércoles 11 de octubre de 1916, el Boletín Oficial, órgano del gobierno


constitucionalista de Sonora, el cual se publicaba en Hermosillo, Sonora, bajo la
dirección de Salvador Escudero; presentó su número 17 el cual publicaba el Decreto
No. 71, relativo a la creación de la Cámara Obrera. Además, para dar debida publicidad
al decreto, el gobierno del estado mandó imprimir el decreto en hojas tamaño tabloide,
para que se fijasen en lugares visibles en los principales centros de trabajo de estado;
e incluso, se imprimió una versión traducida al inglés de las mismas dimensiones, muy
probablemente dirigida a los dueños y administradores de la CCCC.

El decreto signado el día anterior por el gobernador interino del estado de


Sonora, Adolfo de la Huerta, no fue resultado del proceso legislativo estatal; sino una
resolución tomada por el ejecutivo de estado, gracias a las ―facultades especiales‖ que
Venustiano Carranza, en su carácter de primer jefe del ejército constitucionalista, había
concedido a los gobernadores constitucionalistas.
39

Irónicamente, De la Huerta promulgaba un decreto de tintes eminentemente


sociales y pro obreros, gracias a las facultades que Carranza le otorgó. El mismo
Carranza que el 1º de agosto de 1916 había decretado la Ley marcial en la ciudad de
México aplicando la ley del 25 de enero de 1862, dictada por el gobierno juarista para
castigar a quienes se aliaran a los invasores franceses, setenta y un días después, el
gobernador sonorense firmaba el Decreto 71.

Su creación: El Decreto 71, Ley que crea la Cámara Obrera en


el Estado
Considerandos
La primera parte del decreto se compone de diez párrafos en los cuales el
ejecutivo sonorense expresa de manera puntual las motivaciones que le dan origen, y
en consecuencia a la creación de la Cámara Obrera.

Los dos primeros considerandos expresan que las malas condiciones de la clase
trabajadora constituyeron, originalmente, uno de los motivos para el levantamiento
armado. Estas líneas dibujan de manera excepcional lo que en décadas posteriores
sería el fundamento ideológico de la historiografía oficial. El pensamiento maniqueo, en
conjunción con la ideología marxista, constituyeron los pilares que sostuvieron al
régimen revolucionario, por lo menos durante las siguientes ocho décadas, creando el
mito de las raíces populares del movimiento revolucionario.

En el tercer párrafo de este capítulo, el decreto expresa el compromiso de los


ideales revolucionarios con la reivindicación de las condiciones sociales de la clase
trabajadora. Una aspiración que, igual que las propuestas populistas actuales,
resultaba muy atractiva para el pueblo; sobre todo obreros que contaban con nuevas
formas de organización y lucha social, como lo demuestran las protestas que, como ya
he señalado, a mediados de 1916 se daban en la ciudad de México, expresiones las
cuales era necesario encauzar… o controlar para reorganizar la nación, y en nuestro
caso particular el Estado de Sonora.
40

Cuarto y quinto párrafos expresan la posición que el régimen revolucionario


guarda respecto del derecho obrero a la huelga, y es en este punto donde se encuentra
un contrasentido importante que es necesario analizar.

De acuerdo con lo expresado en el decreto, aun y cuando reconoce el derecho a


huelga como ―el único instrumento de defensa de la clase trabajadora”, este solo se
puede ejercitar en contra de gobiernos de corte conservador, pero no en un régimen de
gobierno encabezado por los revolucionarios. El régimen constitucionalista sonorense
contaba con una vacuna en contra de las huelgas.

Ese mismo régimen revolucionario que representaba en Sonora a Venustiano


Carranza, quien el 31 de julio de 1916, en una ciudad de México sumida en las
penumbras por la huelga general que incluía al Sindicato Mexicano de Electricistas
(SME), invitó a los líderes obreros a Palacio Nacional, solo para regañarlos como niños
diciéndoles: ―¿Por qué se han ido a huelga? Son unos cínicos, traidores a la patria, y
no merecen ni ser cintareados […] sino ser arrojados de mi presencia a patadas‖.47
Acto seguido, los mandó detener y procesar por el delito de traición a la patria.

Sin embargo, en Sonora los obreros no habían presentado a los gobiernos


constitucionalistas mayor problemática que la citada huelga en 1914, y estos mismos
gobiernos habían identificado que las complicaciones suscitadas en los incidentes
tenían claras raíces en los elementos de ideología claramente anarcosindicalistas.
Incluso en 1911 cuando Maytorena era gobernador, comunicó al Jefe de la primera
zona militar la presencia de ―…un grupo ―magonista‖ en la sierra del Durazno…‖, el cual
fue disipado por el ejército. El 3 de octubre de 1911, el Cónsul en Douglas Arizona
envió un informe a cerca de planes de ―…elementos magonistas en Texas, Nuevo
México y Arizona para invadir el territorio nacional por Agua Prieta y Nogales.‖48

47
Quiñones Aguilar, Carlos A., La huelga general de 1916 en la ciudad de México, en
Trabajadores No. 55, julio-agosto 2006, revista de la Universidad Obrera de México ―Vicente Lombardo
Toledano‖, 46. http://www.uom.edu.mx/rev_trabajadores/pdf/55/55_Carlos_Quinones.pdf (consultada el
20 de agosto de 2009)
48
Muro, Luis y Ulloa, Bertha Guía del Ramo Revolución Mexicana 1910-1920 del Archivo
Histórico de la Defensa Nacional y otros repositorios (México, el colegio de México, centro de estudios
históricos, 1997), XI/481.5/268, ff. 859-863, 888, 902-903.
41

Con base en lo anterior, es claro que la influencia de los anarquistas en los


movimientos obreros en la entidad iba en aumento, por lo cual era necesario articular
un marco regulatorio que, en vez de enfrentar al nuevo gobierno con los obreros, diera
cauce a las inquietudes de los nacientes movimientos sindicales, patrocinarlos, y por
supuesto controlarlos.

En el quinto párrafo de los considerandos del decreto, se asumía el compromiso


del constitucionalismo con los derechos sociales, ―los ideales que lo impulsaron a la
lucha armada‖. Nada más falso, puesto que el constitucionalismo, y en especial el ala
sonorense, había enarbolado una bandera que no fue la de los derechos sociales, sino
el respeto al marco legal existente, tal y como lo planteó Madero en 1909.

La problemática en 1913 se centro en el federalismo; es decir, en el respeto que


el gobierno federal había vulnerado en contra de la soberanía estatal: ―En la práctica, la
defensa de la soberanía estatal no parecía un motivo tan poco preciso como lo era en
forma de cliché jurídico. La insistencia de Pesqueira en este lema traducía el último
esfuerzo de negociación que su gobierno había intentado con el centro.‖49

Aun cuando el constitucionalismo, en fechas posteriores a la fallida soberana


convención de Aguascalientes, se arrogó la defensa de los derechos sociales, no
puede decirse que realmente la defensa de estos derechos fueron los que le dieron
impulso a su lucha armada. Mucho menos si los consideramos herederos directos del
maderismo, ya que, como ya he señalado con anterioridad, la lucha de Madero no
estimaba que el problema de México estuviese sus orígenes en la desigualdad social,
sino en la inequidad política. De cualquier forma los constitucionalistas utilizaron
perfectamente a manera de propaganda el malestar social, aprovechando las
necesidades sociales como bandera, pero más importante, como escudo en contra de
quienes se les opusieron.

Este uso político queda de manifiesto en el séptimo considerando en el cual el


gobernador interino declara que ―…se hace necesario determinar el camino por el que
han de solucionarse las dificultades de las clases trabajadoras…‖, y ese camino está

49
Aguilar Camín, Héctor, op cit, 380
42

trazado convenciendo a la clase trabajadora de que serán ellos mismos, los


trabajadores, quienes tendrán es sus manos la solución de sus problemas. Es por esto
que la Cámara Obrera se compone de obreros, ya que serán ellos mismos, bajo la
paternal tutela del gobierno, quienes encontraran el camino del mejoramiento de sus
condiciones de trabajo y de vida.

¿Por qué la solución debe ponerse en manos de los obreros y no de las


instituciones previamente constituidas para la impartición de justicia?, ¿Estas
instituciones no habían dado una respuesta satisfactoria?, ¿Los procedimientos
establecidos para estas instituciones no eran los correctos?, aparentemente no, pero
más allá de las instituciones, la desconfianza es en los individuos, ya que aun habiendo
zanjado el problema planteado por Madero en 1909, estableciendo un marco de
libertad para la elección de representantes en las instituciones vigentes, esta libertad
podría verse avasallada por los intereses político-electorales, y de esta manera no
garantizaba que las demandas obreras hicieran eco en los cuerpos legislativos, con lo
cual se defraudarían los anhelos de los obreros sonorenses. Esto establecía el octavo
considerando.

En el contexto planteado por los considerandos precedentes, el decreto remata,


en sus dos últimos párrafos, justificando de manera impecable la constitución de un
órgano avocado de manera exclusiva a la solución de los problemas de corte laboral.

En el primero de ellos, deslinda a la legislatura del deber de resolver esta


problemática, lo cual no podría ser de otra manera, ya que el poder legislativo tiene
como objetivo principal el legislar, es decir, el formular el marco jurídico que regule la
conducta social. La aplicación de este marco jurídico, es decir, la resolución de
problemas concretos no le compete al legislador, sino al poder judicial. Cabe señalar
que si bien esta situación podría atribuirse a la inestabilidad social y política del
momento, delegando facultades a instituciones que en la teoría de la división de
poderes no les corresponde, sí los constitucionalistas buscaban establecer un orden
institucional, basados en la ley; estas disposiciones resultan un esfuerzo errado para la
consecución de este fin.
43

En el segundo, plantea la necesidad de regionalizar la solución de los problemas


laborales, toda vez que los mismos ―…tienen indiscutiblemente sellos notorios de
regionalidad…”, y por tanto, aun cuando reconoce, de una manera un tanto velada, la
superioridad de las leyes emitidas por el gobierno federal, al que se refiere como
―Gobierno General‖, las cuales le imponen el deber de adecuarse a las necesidades de
cada región, plegarse al conocimiento de quienes en carne propia viven en cada estado
de la República las problemáticas mismas, en este caso, los trabajadores, y por
delegación a sus representantes.

De esta manera Adolfo de la Huerta justifica la creación de la nueva institución,


para dar paso a los principios básicos de la Cámara, en el articulado del decreto.

Establecimiento
En los primeros nueve numerales del articulado el decreto pone las reglas a
cerca del establecimiento y conformación de la Cámara Obrera. El primer artículo
ordena la creación de la Cámara Obrera, y define que su objeto sería el estudio de
asuntos relacionados con la clase trabajadora.

El artículo segundo establece que la institución estaría conformada por


representantes provenientes de agrupaciones conformadas por mil o más afiliados, las
que elegirían un representante propietario y uno suplente por cada mil miembros o
fracción del millar que superase los 500 miembros.

Para que los representantes acreditasen su personalidad, el decreto prevé la


expedición de una credencial, la cual sería autorizada por la mesa directiva o por el
representante de las agrupaciones, según los estatutos de las mismas. Además este
mismo documento sería visado por la primera autoridad política de la localidad quien
levantaría una constancia certificando el cumplimiento de los requisitos exigidos por el
mismo decreto.

Asimismo, para poder ser representante, el artículo 4º exigía que el candidato a


al cargo fuese mexicano en ejercicio de sus derechos, mayor de 25 años al momento
de la instalación del período que le tocase cumplir, y con una antigüedad de por lo
44

menos 5 años como trabajador. La duración en el cargo sería de un año y el


representante debía cumplir durante su gestión con una asistencia puntual a las
asambleas, la observancia de una conducta honesta, el uso de formas comedidas al
tratar los asuntos correspondientes con la autoridad e interceder frente a los obreros
para que se diese ―…fiel cumplimiento a las disposiciones del Gobierno de la
Revolución Social‖. Curiosamente entre las obligaciones de los representantes no se
encontraba el velar por los intereses de los obreros, pero si interceder ante ellos, para
que las disposiciones gubernamentales tuvieran cabal cumplimiento.

La fracción cuarta del artículo 5º, en conjunción con los considerandos cuarto y
quinto del decreto 71, dejan clara idea de la intención que escondía la promulgación del
mismo; que no eran primordialmente la defensa de los derechos de los trabajadores,
sino la instauración de un sistema legal que garantizara la supervivencia del
constitucionalismo.

Para este mismo fin, el artículo 6º establecía como remuneración para los
delegados de la Cámara el mismo que las leyes correspondientes establecieren como
dieta para los diputados locales, que para el caso de los primeros, y únicos, delegados
de la Cámara Obrera, fue de $300.00 pesos mensuales, y que solo les sería retribuido
en tanto estuviesen en funciones.

El artículo 7º establece que las elecciones de los delegados se efectuarían antes


del quince de diciembre de cada año. De esta forma, los delegados estarían electos y
listos para trasladarse de sus lugares de origen, y estar el día primero de enero del
siguiente año en lugar de asiento de las operaciones de la Cámara, que de
conformidad con el artículo 9º sería la Capital de Estado.

El 8º numeral resulta toda una curiosidad, ya que, no obstante que el artículo


primero del decreto establecía que el objeto de la Cámara Obrera era el estudio de
asuntos relacionados con la clase trabajadora, establecía que en la primera sesión de
la Cámara, los delegados mismos, nombrarían a dos representantes obreros
agricultores, que provendrían de diferentes regiones del estado; y sus asuntos serían
tratados con preferencia sobre los obreros. Es claro que para el legislador, como para
45

el régimen en general, el problema agrario en Sonora resultaba de dimensiones mucho


menores que el obrero, y no ameritaba la constitución de un instituto para su
resolución, sino solo la amable ayuda, por única ocasión, de sus hermanos
trabajadores industriales. Esta ideología queda claramente de manifiesto en el párrafo
que le dedica en su obra al tema Antonio G. Rivera:

―Esta maquinaria oficial estaba apuntalada principalmente por los latifundistas,


quienes, dicho sea en su honor, no eran todo lo infames que sus congéneres de otras
partes de la República, y que no empleaban los procedimientos acostumbrados por
estos: el cepo y los azotes de Yucatán, el derecho de pernada en Morelos, y la odiosa
altanería de los señoritos capitalinos que veían en las hijas, hermanas y esposas de los
peones de sus haciendas la natural y fácil presa de su depravación. El peón sonorense
no se hubiera sometido a tales infamias, por su altivez innata, por su indiscutible amor
a su dignidad y por su hombría. Consecuentes, sin embargo, los hacendados por
imperativos de casta con aquel estado social, burdo remedo del feudalismo, feudalismo
criollo, no desdeñaban ni la tienda de raya ni el vale. El vale hereditario, que en su
estuche de carrizo era la cadena fatídica que en algunas haciendas comprometía, no
solo a sus tenedores, sino que pasaba a sus hijos como herencia del vasallaje, triste
baldón de aquellos irredentos.‖50
Esta situación es importante, pues perfila que la Cámara Obrera responde a un
interés ideológico de la facción que termina por imponerse a la conclusión de la lucha
armada, y sobre todo a un proyecto legislativo nacional, que se consolida en la
promulgación de la Constitución Política del 5 de febrero de 1917.

Atribuciones y funcionamiento
De acuerdo con el artículo 10 del Decreto 71 la Cámara Obrera, sesionaría
durante dos períodos al año, los cuales tendrían una duración de dos meses cada uno;
el primero corriendo en los meses de enero y febrero, y el segundo en julio y agosto.
Esta periodización nunca se pondría en práctica, ya que su primer y único período se
extendería durante toda la existencia práctica del instituto colegiado. La primera
prórroga fue solicitada por el ejecutivo estatal el 28 de febrero de 1917, situación que
se repitió el 11, 20 y 28 de Marzo así como el 1º de mayo, todos del mismo año;
argumentando en todas las ocasiones que el ejecutivo contaba con ―…algunos asuntos

50
Rivera, Antonio G., op cit., 18
46

de importancia que someter a su consideración‖51. Por supuesto, los integrantes de la


Cámara atendieron puntualmente las súplicas del ejecutivo, y renovaron las mesas
directivas que debían durar en su encargo el período de dos meses que el decreto, y el
reglamento interno de la propia Cámara marcaban para las sesiones de la misma.

Durante los recesos, los cuales como ya se ha señalado, jamás tuvieron lugar, el
artículo 11 establecía la constitución de una comisión permanente conformada por tres
de los mismos delegados. Ésta tendría la misión de cumplir con tres objetivos
fundamentales: continuar el estudio de asuntos iniciados durante el período de
sesiones, iniciar y encausar nuevos estudios de asuntos que se presentasen en el
trascurso de los recesos; y vigilar el mantenimiento de la institución. Había un cuarto
inciso que facultaba a la comisión permanente para hacerse cargo de los asuntos que
en forma genérica, la ley estableciera como de su competencia. El numeral parece
bastante claro, y aun cuando el ejecutivo tuviese asuntos pendientes para plantearlos a
la Cámara, el propio decreto establecía que el funcionamiento del instituto quedaba con
plenas funciones en la comisión permanente, sin necesidad de mantener al pleno de
los representantes obreros en la sede de la Cámara o en sus constantes comisiones en
los centros de trabajo, donde los conflictos laborales resultaban de mayor constancia y
problemática.

El artículo 12 establecía las atribuciones concedidas a la Cámara Obrera. La


primera de esas atribuciones era la de formar un reglamento interno que rigiera el
funcionamiento de la institución, el cual quedó redactado y aprobado el 5 de enero de
1917. Este reglamento estaba conformado de ochenta y cuatro artículos, divididos en
trece capítulos; así como dos artículos transitorios. El articulado regula todos los
aspectos de funcionamiento del instituto parlamentario: desde el lugar de asiento de las
sesiones, hasta las formalidades que deberían respetarse en el desarrollo de las
actividades de la institución. Este reglamento, de acuerdo con el transitorio segundo del
mismo, inicio su vigencia el día 15 de enero de 1917.

51
Los oficios de referencia 1163 de fecha 28 de febrero, 1309 de fecha 11 de marzo, 1642 de 20
de Marzo, 1747 de 28 de marzo y 2186 de 1º de mayo; en Archivo Histórico del Gobierno del Estado de
Sonora, Carpeta 3126.
47

La segunda fracción establecía la atribución de estudiar ―organizaciones y


sistemas que produzcan mayor bienestar al obrero‖, con lo cual no fijaba la
obligatoriedad del establecimiento de estos sistemas u organizaciones, sino solamente
su estudio.

En la tercera fracción, la Cámara Obrera quedaba facultada para emitir juicios


periciales respecto de indemnizaciones por accidentes de trabajo, sin que para esto
fuese un obstáculo la profesión o los conocimientos de los elementos que conformaban
el instituto. Técnicamente esta fracción adolecía de una profunda falla de congruencia
legal, que curiosamente era el objetivo que los constitucionalistas buscaban al
promover esta serie de codificaciones. Atendiendo a la definición, un juicio pericial
necesariamente debería ser emitido por un perito, una persona ―especialista o experto
en una ciencia, arte u oficio‖. En el caso de las indemnizaciones por accidentes de
trabajo, la Cámara Obrera adquiría amplios conocimientos respecto de diversos
campos del conocimiento humano, al grado de alcanzar un alto grado de experiencia,
sólo por la expedición de un decreto.

Asimismo, la fracción cuarta facultaba a la Cámara para opinar y proponer


soluciones a conflictos obreros. Para fortuna de los Representantes electos, los
conflictos laborales durante su gestión fueron de poca complejidad y trascendencia
social, y solo analizaron problemas puntuales y focalizados, mayormente Cananea y
contra la Compañía minera de las CCCC. De hecho al inicio de su gestión, la Cámara
recibió para su estudio cinco expedientes, todos ellos referentes a quejas en contra de
la Cananea Consolidated Copper Company.

La fracción quinta otorgaba a la Cámara la facultad de proponer inspectores


para cuidar la higiene de los establecimientos de trabajo, y que las instalaciones y
construcciones cumplieren con las regulaciones que para tal efecto se decretasen. Las
reglamentaciones respectivas se expedirían seis meses más adelante, por el mismo
Gobernador De la Huerta, haciendo uso nuevamente de las facultades extraordinarias
que le habían sido conferidas; mediante los decretos 92 y 97, publicados en el Boletín
Oficial del Gobierno Constitucionalista de Sonora el 16 de abril y el 16 de junio de 1917
respectivamente. No se entrará al análisis del Reglamento de Trabajo, y la Ley sobre
48

indemnizaciones por accidentes sufridos en el trabajo, pero se anexa una transcripción


de estos decretos en el apéndice correspondiente al final de este trabajo.

Las fracciones sexta y séptima establecían las facultades y las modalidades en


las cuales la Cámara Obrera podía intervenir de manera formal en el proceso legislativo
referente a la creación de leyes laborales. En el primer supuesto, la Cámara podría
enviar representantes con voz cuando el congreso del Estado discutiera la
promulgación de leyes en relación con la cuestión obrera. El segundo caso se refería a
la posibilidad de dirigir por medio del Ejecutivo, o directamente al Poder Legislativo,
proyectos legislativos relacionados con la problemática laboral. La última fracción
dejaba a la Cámara la puerta abierta para facultades que otras disposiciones le
confiriesen.

El decimo tercero, y último, artículo del decreto 71 otorgaba a los empresarios la


posibilidad de enviar a la sede de la Cámara un número indeterminado de
representantes que sin tener voto, si tendrían voz para exponer su punto de vista en las
sesiones, y tampoco gozarían de la remuneración del estado, como lo hacían los
Representantes obreros.

Transitorios
En los nueve transitorios del decreto De la Huerta estableció diversos
lineamientos que, siendo temporales, daban sustento al accionar inmediato de la
Cámara Obrera.

Así, fijaba la jornada laboral en ocho horas, el salario mínimo en un peso con
cincuenta centavos, la edad mínima para laborar en catorce años, la obligación de
celebrar un contrato por escrito cuando la relación laboral se extendiese por más de
seis días y que los impuestos que se generasen a partir del contrato laboral fuesen
pagados por el patrón; y la obligación de otorgar un día de descanso semanal.

El séptimo transitorio encomendaba a la defensoría de oficio, dependencia de la


oficina del ejecutivo estatal, la tramitación de las reclamaciones de indemnizaciones por
accidentes de trabajo, protegiendo los intereses de los trabajadores de manera pública;
mientras en el octavo definía las sanciones al decreto, concediéndole acción pública a
49

la persecución de las mismas. La penalidad por infracción al decreto, era la multa por
hasta 500 pesos, en oro nacional metálico, o bien, ésta podía ser conmutada por
detención carcelaria de hasta un mes.

Por último, el noveno transitorio daba vigencia al decreto al día siguiente de su


publicación, es decir, La Cámara Obrera y las disposiciones respecto al salario, horario
de trabajo y demás disposiciones cobraron vigencia a partir del día 11 de octubre de
1916; ostentando las firmas del gobernador Adolfo de la Huerta, y el Oficial Mayor en
funciones de secretario de gobierno, Daniel Benítez.

Al parecer, alguien modificó el proyecto original enviado por De la Huerta para


el Decreto 71, y unos días después emitió un nuevo decreto, modificando, aunque sea
mínimamente el primero. La nueva disposición modificaba la edad mínima de catorce a
quince años, por contraponerse a la Ley de Instrucción Pública; pero además
establecía nuevas disposiciones que al parecer no se incluyeron en el decreto original,
contraviniendo los deseos de De la Huerta. Las nuevas reglas establecían
procedimientos complejos que protegían a los miembros de la Cámara Obrera, con una
especie de fuero, que preveía la anuencia de los miembros de la misma Cámara
votando por unanimidad la procedencia de la acusación52. Resulta sumamente extraño
que en sus memorias Adolfo de la Huerta omite mencionar que ordenó estos cambios,
y en su dicho incluso mantiene la edad mínima en 14 años, y no quince, como se
consigna en los documentos citados. Sin embargo, si hace mención a la oposición que
encontró a su llegada al Gobierno de Sonora, y hasta la reacción del mismo Calles
cuando fue removido de la primera magistratura del Estado. Al referirse a un incidente
con el tesorero del Estado Flavio Bórquez, el gobernador consigna en sus memorias:
―Había publicado dos artículos en el periódico Reforma Social, bravos en mi contra
sobre el tema que había tomado todo el grupo callista: Que yo era un mal amigo, que

52
AHGES, Tomo 3063, Borrador de disposiciones que modifican el Decreto 71, sin firma ni
fecha, Telegrama fechado solo octubre, girado por Adolfo de la Huerta, y Telegrama de fecha 15 de
octubre de 1916, dirigido a Adolfo de la Huerta, ―en Empalme o donde se encuentre‖, firmado por el
Oficial Mayor Encargado del Despacho, Benítez.
50

era un mal sonorense cuando había aceptado venir a desbancar a Plutarco, el héroe
triunfador del maytorenismo.53”

Sin intentar especular, para alguien en la posición de poder que le permitiera


modificar un decreto del Gobernador Interino del Estado, resultó excesiva la protección
que el proyecto original de De la Huerta pretendía otorgar a los representantes obreros.
Resultaría necesario también cuestionar porque el proyecto del Gobernador otorgaba a
los representantes obreros un estatus de legisladores, no solo por la protección que
este fuero les otorgaba, sino por los emolumentos que le fueron otorgados,
equiparándolos totalmente a los diputados locales en este aspecto.

Frente a estos argumentos, resulta innegable que estos dos aspectos dibujan a
la perfección la intención de otorgar un trato de privilegio con fines de control de los
representantes obreros, con fines muy parecidos a lo que en el México de Cárdenas se
definiría como el corporativismo. En el pre constitucionalismo la figura institucional se
sustituía por el caudillo, sin que resulte inverosímil pensar que estos caudillos
buscaban amalgamar alrededor de sus personalidades agrupaciones organizadas de
apoyo, como de hecho sucedía en esos momentos en el plano nacional con Obregón y
sucedería poco tiempo después con Calles.

53
Guzmán Esparza, Roberto, Memorias de Don Adolfo de la Huerta, según su propio dictado
(Hermosillo: Gobierno del estado de Sonora, 1981), 137-138
51

Conviene que las leyes se elaboren de


forma tal que queden lo menos posible a
expensas de la decisión de los que juzgan.
Aristóteles

Capítulo III.- Manos a la Obra: Las acciones de


la Cámara Obrera.

Elección de Delegados
De acuerdo con el decreto 71, los delegados deberían ser electos el día 15 de
diciembre de cada año. En virtud de su corta existencia, solo tuvo lugar una elección de
delegados a la Cámara Obrera, la cual, de acuerdo con el citado decreto, debió
efectuarse el día 15 de diciembre de 1917. Pero el 7 de diciembre, el gobernador De la
Huerta expidió el decreto No. 78, en el cual establecía las reglas particulares para la
elección de los delegados que conformarían la Cámara en el año de 1917.

En este decreto, conformado de solo cuatro disposiciones puntuales, se


convocaba a las agrupaciones del estado para elegir a sus representantes. Además,
fijaba como fecha para celebrar dichas elecciones, por única vez, el domingo 17 de
diciembre de 1916, en los lugares que las autoridades definidas por los estatutos de
cada agrupación designaran para efecto de llevar a cabo dichas elecciones,
reafirmando que los lineamientos establecidos por los artículos 2º, 3º y 4º del decreto
71, fijaban las reglas para elegir a los representantes obreros; y por último, elevaba a
la Cámara Obrera al rango de Colegio Electoral, para resolver la calificación de validez
52

o nulidad de las elecciones de los mismos representantes obreros una vez que
hubiesen asumido sus cargos en enero de 1917.

Como en cualquier nuevo procedimiento organizado por un personal novel en


las lides, la elección de los delegados y la nueva legislación propiciaba enormes dudas
entre quienes pretendían intervenir o que se encontraban alrededor de la organización
de los mismos. El 20 de noviembre, el presidente municipal de Magdalena, Sonora;
mediante comunicación telegráfica consultó a cerca de un trabajador que tenía quince
días en la plaza; y por su parte, José Lafontaine, Secretario del Club Liberal
Democrático de Ures, mediante comunicación telegráfica planteó al gobernador la duda
que surgía por la llegada a esa localidad de un trabajador del ferrocarril, y sobre los
derechos de éste a votar en la elección. La respuesta fue clara por parte del
Gobernador, mediante el Oficial Mayor: solo votarían los trabajadores empadronados, y
no los que accidentalmente se encontrasen en la plaza54.

Así, la primera, y única, Cámara Obrera quedó conformada por Margarito C.


Ríos, Alfonso C. Leyva, Rodolfo Lima, Gonzalo Sánchez y Leonardo Rojas, delegados
de Cananea; Francisco Moncayo, a saber, presidente del club ―porvenir del obrero‖, de
Guaymas y Jesús M. Villa, quienes representaban a los obreros de Guaymas y
Empalme; mientras Alejandro Bórquez resultó electo como representante de Ures; y
por último, Jesús Bojórquez fue el designado como delegado de la Villa de Horcasitas.
Posteriormente a la toma de posesión el día primero de enero de 1917, asumieron sus
cargos los delegados de Pilares y Nacozari de García, quienes enfrentaron dificultades
en sus elecciones. Varias curiosidades confluyen en la elección de los delegados,
principalmente en los designados por los obreros cananenses.

Primeramente es de llamar la atención que el delegado guaymense, Francisco


Moncayo, provenía de una organización constituida el día 5 de noviembre de 1916, 26
días después de la publicación del Decreto 71, el club ―porvenir del obrero‖ constituido
con el claro objetivo de impulsar la candidatura de su presidente el señor Moncayo,

54
AHGES, tomo 3063, Telegramas del Presidente Municipal de Magdalena, 20 de noviembre de
1916, del Secretario del Club Liberal Democrático, 07 de diciembre de 1916; y sus respectivas
respuestas.
53

para ocupar un lugar en la Cámara Obrera, además de arrogarse la facultad de


organizar las elecciones para dicho objetivo.

Además de lo anterior, salta a la vista el encontrar que, habiendo constituido la


organización el día 5, con fecha 6 de noviembre, este club expidiese un documento con
membrete y elaborado en imprenta, cuando las condiciones de las organizaciones
obreras en otras latitudes del estado apenas y permitían contar con papel para levantar
sus constancias; eficacia y rapidez. Este documento fue recibido por el Oficial de partes
del Gobierno del Estado el 13 de noviembre, y dos días después recibe contestación de
la Oficialía Mayor, prácticamente trascribiendo el escrito recibido, otorgándole al club la
organización y vigilancia de la elección del delegado porteño.

El mismo 15 de noviembre, la oficialía recibe un escrito del mismo club, fechado


el día 8 del mismo mes, solicitando se le proporcionen ejemplares del decreto 71 para
promover entre organizaciones obreras y de agricultores sus trabajos, obteniendo como
respuesta que le serían proporcionados 10 ejemplares del mismo. Para el día 1º de
diciembre, la misma organización obrera solicita se le aclare el contenido de los
artículos 2º y 3º del decreto, referente a que los delegados provendrían de
organizaciones que agrupasen 1000 o más miembros, lo cual, por propias palabras del
ocursante, Sr. R. Fajardo, secretario de la organización, ―…siendo muy pocas las
agrupaciones en el estado que cuenten en su seno un numero de mil obreros, es
indispensable establecer uniones que hagan la propaganda necesaria para poder
enviar un representante a la Cámara Obrera…”55, con lo que tácitamente admite que el
Club ―porvenir del Obrero‖, no contaba con la adhesión de mil miembros.

En el mismo sentido, el Presidente de la asociación obrera urense, se había


manifestado mediante telegrama de fecha 20 de noviembre, cuestionando si el artículo
2º permitía que agrupaciones con más de 500 agremiados eligieran delegado;
recibiendo contestación en sentido negativo. Este problema fue fácilmente resuelto, ya
que la dispersión de los obreros poco importaba, y mediante oficio numero 5133 el
escollo fue salvado, ya que: ―… la mente de la ley es que tengan representación no

55
AHGES, Tomo 3063, telegrama del secretario del Club ―Porvenir del Obrero‖ al secretario
general de gobierno, 29 de noviembre de 1916.
54

solamente las sociedades y sindicatos ya establecidos sino todos los que en lo futuro
se establecieren.56‖

Esto nos demuestra con claridad que la intención del Gobierno del Estado, más
allá de la legalidad y el respeto a las reglas creadas por él mismo, era el control de los
polos de desarrollo obreros que representaban focos rojos de incitación y posibles
revueltas y huelgas. En el mismo sentido, el 7 de diciembre, la oficialía Mayor del
Gobierno del Estado de Sonora, remitió a un grupo selecto de Presidentes municipales
un telegrama, donde hacía de su conocimiento la convocatoria a las elecciones de
delegados de la Cámara. Este grupo estaba compuesto por los presidentes
municipales de Guaymas, Nacozari de García, Pilares de Nacozari, El Tigre, Ures, La
Colorada y, por supuesto, Cananea.57

El Tigre, había sido una comunidad particularmente problemática. El 7 de


noviembre, aproximadamente 95 mineros de El Tigre, encabezados por Jesús
Carrasco, quien meses después sería designado como el Representante ante la
Cámara Obrera por parte de esa localidad, dirigieron una carta al Gobernador del
Estado, Lic. Adolfo de la Huerta, donde se quejaban de que el gerente de la compañía
minera les exigía que trabajasen 8 horas efectivas, sin incluir la media hora destinada a
la comida, con lo cual, a su decir, trabajaban 8 horas y media, contraviniendo lo
dispuesto por el artículo Segundo transitorio del Decreto 71. El mismo día 7, el
Comisario de Policía de El Tigre, Sr. Enrique Leal, envió un telegrama al Gobernador
informándole que lo obreros se habían declarado en huelga ese mismo día a las 6
P.M., y solicitando se interpretase el decreto definiendo si el tiempo destinado a la
comida entraba o no en las ocho horas de trabajo. Como respuesta, el Secretario
General de Gobierno, envió el siguiente Telegrama:

“Diga obreros espíritu y letra artículo segundo transitorio Decreto setenta


y uno, previene jornada máxima trabajo será ocho horas diarias efectivas,

56
AHGES, Legajo 3063, Oficio 5133, del Oficial Mayor del Gobierno del Estado Encargado del
Despacho, al C. Secretario del club ―Porvenir del Obrero‖, Guaymas, Sonora.
57
AHGES, Legajo 3063, Telegrama Girado por el Oficial Mayor encargado del despacho a los
presidentes municipales de Cananea, Guaymas, Nacozari de García, Pilares de Nacozari, El Tigre, Ures
y La Colorada; haciendo de su conocimiento la fecha de las elecciones, e instruyéndoles a cerca de la
organización de los comicios.
55

no descontando tiempo comidas. Ya comisionase Ingeniero Luis León y


Juan de Dios Bojórquez explique obreros inteligencia este artículo.‖58
Pese a la claridad del mensaje, al día siguiente, el Comisario de Policía de El
Tigre insistió en el tema dirigiendo un nuevo telegrama al secretario con las siguientes
palabras: ―Su mensaje de ayer media hora que se da mineros para comer corresponde
ocho horas de trabajo? ó es separada? El Comisario de P., Enrique Leal.59‖

Al parecer los obreros no se resignaban a la respuesta recibida de parte del


gobierno, pero ésta fue ratificada mediante un sencillo y claro telegrama: ―La media
hora a que refiérese su mensaje de ayer, es separada.- Salúdolo. El Secretario Gral. de
Gobierno, Lic. Gilberto Valenzuela.‖ E incluso, para clarificar aun más la situación, el
mismo Secretario de Gobierno, en 16 de noviembre giró la siguiente comunicación:

“Como resultado atento ocurso ustedes fecha siete actual, acuerdo C.


Gobernador manifiéstoles que ocho horas trabajo establecidas como
máximum por Decreto 71 este Gobierno, deben comprender tiempo
empleado por trabajadores para ir de la boca-mina a los trabajos, asi
como el necesario para regresar hasta la boca-mina a la hora de salida.-
Que debe permitírseles comer dentro de la mina facilitándoles remisión
lunches a la hora precisa de la comida, pero tiempo empleado en comer
no está comprendido en las ocho horas de trabajo. Atentamente.”60

Si el objeto de la Cámara Obrera era el control de los posibles focos de


inestabilidad laboral, innegablemente El Tigre resultaba un competidor poco deseable
para el gobierno del estado, al preeminente lugar de atención que constituía Cananea.
Tan incomodo e incontrolable resultó, que la elección en El Tigre fue impugnada, y el
delegado retrasó su incorporación a la institución.

58
AHGES, Tomo 3063, Telegrama enviado por el Lic. Gilberto Valenzuela, Secretario General de
Gobierno del Estado de Sonora al C. Enrique Leal, Comisario de El Tigre, Sonora, 07 de noviembre de
1916.
59
AHGES, Tomo 3063, Telegrama que envía el C. Enrique Leal, Comisario de Policía de El
Tigre, Sonora al Secretario General de Gobierno del Estado de Sonora, Lic. Gilberto Valenzuela, 08 de
noviembre de 1916.
60
AHGES, Tomo 3063, Telegrama girado por el Secretario General de Gobierno, Lic. Gilberto
Valenzuela, al C. Enrique leal, Comisario de El Tigre, Sonora; 16 de noviembre de 1916.
56

En este punto es de resaltar que habiendo sido electos, los representantes de


Cananea enfrentaron problemas para trasladarse de su centro de trabajo a la sede de
la Cámara Obrera en la capital del Estado, por lo cual en fecha 23 de diciembre de
1916, el Presidente Municipal de Cananea, Ramón Gil Samaniego, dirigió un telegrama
al C. Gobernador del Estado, en el que suplican la ayuda para los delegados electos ya
que no quieren retrasar su salida a la capital, la cual estaba programada para el día 25.
Ese mismo día, el Oficial Mayor del Gobierno del Estado dio contestación, haciendo del
informándole que: ―Su mensaje hoy relativo Delegados Cámara Obrera.- Acuerdo
Gobernador libróse orden remítase cada uno, doscientos pesos cuenta su sueldos.-
Salúdolo.61‖

El trato preferencial para los delegados de Cananea resulta innegable, sin


menoscabar la extraña situación en la que fueron electos los delegados de Pilares y
Nacozari. Con todo y que claramente el telegrama señalaba que los doscientos pesos
girados a los delegados cananenses, y confirmado en fecha posterior por oficios tanto
del oficial Mayor, como del Tesorero del Estado; con fecha 4 de enero de 1917, El
gobernador De la Huerta, mediante oficio No. 26 del ramo de hacienda, ordenó al
Tesorero del Estado que los $1,000.00 pesos oro nacional que habían sido
proporcionados a los señores delegados unos días antes, fuesen cargados a la partida
No. 76, sección XIII del Presupuesto de Egresos, denominada ―de extraordinarios‖,
revocando de esta manera la orden que le había sido enviada mediante oficio 5663 de
fecha 23 de diciembre de 1916.62

En cuanto a los delegados de Nacozari y Pilares, el ejecutivo fue menos


esplendido, pese a encontrarse más alejados de la Capital. El 28 de diciembre de 1916,
el Presidente Municipal de Nacozari, E. Andrade, giró telegrama al primer mandatario,
en el cual le ponía en conocimiento de la situación de los delegados de ese municipio,
quienes se encontraban en Agua Prieta sin poder transportarse a Hermosillo. Mediante

61
AHGES, Tomo 3126, Telegrama girado por el C. M. García Nuñez, Oficial Mayor del Gobierno
del Estado, Encargado del despacho, al C. Presidente Municipal de Cananea, Sonora, 23 de diciembre
de 1916.
62
AHGES, Tomo 3126, oficio 5663 del oficial mayor al tesorero del estado, 23 de diciembre de
1916; y oficio 26 ramo de Hacienda, del Gobernador Interino al Tesorero general del Estado 04 de enero
de 1917
57

comunicación por la misma vía, el Lic. Gilberto Valenzuela, Gobernador Interino del
Estado, hacía del conocimiento del munícipe que se había librado la orden de entregar
$50.00 pesos plata a cada uno de los representantes, y que en Naco se les entregaría
por parte del Agente del ferrocarril el pase para que abordaran el ferrocarril con destino
a la capital.

No existe registro de que los representantes hayan cobrado los cincuenta pesos
plata a los que se hizo referencia anteriormente; sin embargo el 1º de enero, A.R.
Cárdenas, Presidente Municipal de Nogales, Sonora; en comunicación vía telegráfica
manifiesta al Gobernador que [de acuerdo a] ―Sú atento mensaje. Hé entregado por su
orden veinticinco pesos oro nacional al representante obreros Nacozari, señor Miguel
Palma. Saludolo afectuosamente. El Presidente Municipal. A. R. Cárdenas.63‖ Al calce
del propio telegrama, a lápiz, se aprecia una nota en la que se ordena que la tesorería
entregue los veinticinco pesos a la municipalidad de Nogales, con cargo a la partida
extraordinarios.

Nuevamente el 10 de enero, el Alcalde de Nacozari envía comunicación urgente,


en la que le suplica al Gobernador proporcione pasajes y gastos a los tres delegados
que se encuentran en Agua Prieta; esta vez, la tesorería reduce la partida, pues solo
autoriza la entrega de 30 pesos a cada uno de los delegados, con cargo, por supuesto,
a la mágica partida prevista en la Fracción XIII del artículo 76 del presupuesto de
egresos estatal. Sin embargo la odisea no termina aquí, ya que el 12 de enero, a las
10:30 de la mañana, el presidente municipal de Cananea, Marino Urrea, envía nueva
comunicación en la cual informa que los delegados Miguel Palma, Arturo Cota y
Ricardo Hoyos, solicitan pasajes para salir en el tren de la una de la tarde. Es muy
probable que en esta ocasión los delegados hayan logrado arribar a la capital para
ocupar sus puestos, ya que en el informe de fecha 08 de junio de 1917, señala que en
la primera sesión, la del primero de enero, se reunieron en el salón de recepciones de
palacio de gobierno los once representantes, incluidos los delegados de Pilares y
Nacozari; los que sabemos se encontraban en esa fecha en Agua Prieta.

63
AHGES, Tomo 3126, Carpeta ―Gastos de viaje de los representantes de las Cámaras de
Obreros de Nacozari y Pilares de Nacozari‖ Telegrama dirigido por A.R. Cárdenas al Gobernador Interino
del Estado, 1º de enero de 1917.
58

Sin embargo ese mismo informe señala que las elecciones de Pilares fueron
anuladas y se convocó a nuevas elecciones, sin hacer mención alguna a los comicios
de Nacozari; y dos párrafos más adelante afirma que el día quince de enero se
verificaron las elecciones tanto de Pilares como de Nacozari, resultando electos los
Sres. Arturo Cota, Miguel Palma y Ricardo Hoyos, quienes de inmediato se trasladaron
a la Capital.64 Después de todas las peripecias que se encuentran registradas en la
concatenación de telegramas girados desde Nacozari, Agua Prieta, Nogales y
Cananea, resulta difícil de creer que los delegados hayan viajado de vuelta a Nacozari,
efectuado las elecciones y regresado a Hermosillo en tan solo tres días.

Resulta poco creíble que las irregularidades se hayan solucionado de una


manera legal, conforme a las reglas previamente establecidas por los decretos emitidos
en octubre y diciembre de 1916, y no explican el porqué los delegados de Pilares y
Nacozari, habiendo impugnaciones en sus procesos de elección, se habían trasladado
desde el mes de diciembre a Agua Prieta, con la intención de llegar a Hermosillo e
integrarse a la Cámara Obrera. De cualquier forma, lo cierto es que la Cámara Obrera
fue instalada con los Delegados de Pilares y Nacozari, con todas las inconsistencias de
su elección.

Por último, el mismo día quince de enero, la Cámara, en uso de las facultades
que le proporcionaba el artículo 8º del Decreto 71, nombró a dos delegados
agricultores, Joaquín Moreno por la región norte y Francisco Siqueiros por la región sur
como propietarios; mientras que las suplencias recayeron en los Sres. Florencio
González y Procopio Duarte respectivamente. El Delegado agricultor por la región norte
no aceptó el cargo, por razones que se desconocen, ya que no existen documentos
que consignen las razones que esgrimió el Sr. Moreno para tomar tal decisión; por lo
cual su suplente Florencio González asumió el cargo.

Merece una mención especial el caso del Sr. Lamberto Yepiz, que en una
extensa carta sin fecha enviada al ejecutivo se manifiesta engañado por el secretario
de la Cámara Obrera, Sr. Alfonso Leyva, quien le había nombrado delegado por

64
AHGES, Tomo 3126, Informe de actividades enero-junio que rinde el Presidente de la Cámara
Obrera, Gonzalo Sánchez, al Ejecutivo estatal, 08 de junio de 1917.
59

Navojoa, sin embargo al arribar a la capital y en específico a la sede de la Cámara,


Leyva le reclamó el no haber esperado a la celebración de las elecciones, y desde ese
momento dejó de prestarle atención, y no cumplió con lo acordado previamente en
Navojoa.

Resulta complicado establecer como resultó que Alfonso Leyva se encontraba


en Navojoa para antes del 16 de enero otorgándole el Nombramiento al Sr. Yepiz, pero
de acuerdo con el balance de gastos que obra en los archivos, en fecha 19 de enero se
hicieron tres cargos, dos por cincuenta pesos para gastos de viaje a Cananea de los
delegados Ríos y Sánchez, y uno más por sesenta pesos plata para gastos de viaje a
Navojoa del representante Alfonso C. Leyva, por lo cual la versión del Sr. Yepiz cuenta
con sustento65.

Con lo anterior resulta clara la intención de los obreros electos de ampliar la


base de representantes, pero al no haber logrado la legitimación del mismo por medio
de la elección que jamás se llevó a cabo en Navojoa, al parecer optaron por olvidar la
idea del representante por los obreros de la región mayo, y mediante oficio número
263, de fecha 16 de enero de 1917, el Oficial Mayor autorizó la entrega de cincuenta y
cinco pesos oro reclamados por Lamberto Yepiz por los gastos erogados de su viaje de
Navojoa y estancia en Hermosillo66.

Como he señalado, las funciones de la Cámara se extendieron más allá del


período de dos meses que le establecía el artículo 10 del Decreto 71, y al parecer esta
extensión de la convivencia trastocó la convivencia entre los delegados y terminó por
crear tensiones al seno de la Cámara.

En sesión de 20 de Marzo, se presentó un problema con el delegado de ―El


Tigre‖, el Sr. Jesús Carrasco, quien a petición del Presidente de la Cámara, Gonzalo
Sánchez, enfrenta la expulsión de la institución, ya que había faltado a la sesión del día
anterior, por encontrarse ebrio, y en ese mismo día se presentó en la sede de la

65
AHGES, Tomo 3126, Balance de gastos de la Cámara Obrera enero-septiembre 1917, 24 de
septiembre de 1917.
66
AHGES, Tomo 3126, oficio número 263, del Oficial Mayor al Tesorero del estado, 16 de enero
de 1917.
60

Cámara, en estado de ebriedad, a solicitar un permiso para trasladarse a su lugar de


origen, el cual le fue negado, al encontrarse cuatro delegados en diversas comisiones
en diferentes partes del estado y uno más enfermo. La reacción de Carrasco ante la
negativa resultó violenta profiriendo groserías e insultos a los representantes. Ante esta
situación, y en una votación de siete a favor y dos manifestándose solo por una
amonestación, el representante de El Tigre fue excluido de la Cámara, llamando a su
suplente.

En respuesta a esta situación, Jesús Carrasco dirigió una misiva al ejecutivo


Estatal, de la cual se extrae el último párrafo, que resulta ser el más expresivo del
ocurso:

“Como la manifestación de las ideas y principalmente en cuerpos de la


índole de la Cámara Obrera, no tiene más límites que el respeto a la vida
privada, la moral y a la paz pública, estando estas garantías reconocidas
y apoyadas en la Nueva Constitución firmada en Querétaro y como
además las frases por mi proferidas, como ya dejo dicho no constituyen ni
pueden constituir un delito y por considerar, según mi humilde entender
que por ningún motivo puede el Presidente de la Cámara Obrera expulsar
a un representante legítimo, a menos que volvamos a la época de D.
Porfirio en que rifaban los Prefectos Políticos con sus sistemas
dictatoriales y en fin señor Gobernador por un sinnúmero de razones que
no escaparán al buen criterio de Usted, el procedimiento del Presidente
de la Cámara Obrera no puede tener más fundamento que su ignorancia
para tratar con sus colegas en la repetida Asamblea, por lo que no entro
en mas consideraciones y vengo a suplicar a Usted de la manera más
respetuosa, se sirva pedir copia del acta de sesión en que se pretendió
expulsarme y tomar las medidas que Usted juzgue convenientes, a fin de
que no sufran mis representados por un capricho que no cabe ni viene en
las disposiciones que tome un Cuerpo tan democrático como lo es
indudablemente la Cámara Obrera del Estado de Sonora.67‖

Curiosamente, los dos representantes que se pronunciaron por la amonestación


fueron Francisco Moncayo, representante de Guaymas, y Alejandro Bórquez,
representante de Ures; votando todos los representantes de los minerales en contra de
Carrasco. Solo una semana después de la Carta enviada por Carrasco, Francisco
Moncayo fue expulsado por supuestas calumnias en contra de la representación de

67
AHGES, Tomo 3126, Carta dirigida por Jesús Carrasco al Gobernador Adolfo de la Huerta,
Marzo 26 de 1917.
61

Cananea, en específico y de Margarito Ríos. Como resultado de esta ―revuelta‖,


Carrasco fue sustituido por Ramón Serrano; mientras que Salvador P. Sandi sustituyó a
Moncayo.

Finalmente, el último relevo de los Delegados se dio por la renuncia el 1º de


agosto, aduciendo asuntos personales, del Sr. Arturo N. Cota, delegado de Nacozari, la
que le fue aceptada el día 02 de agosto, en plena agonía de la Cámara.

Elección de las mesas directivas

Como todo cuerpo colegiado, y aun cuando no se había expedido el reglamento


interno que preveía el establecimiento de una mesa directiva, la Cámara Obrera tuvo a
bien designar con fecha 1º de enero de 1917, su primera mesa directiva, girando la
siguiente circular, haciendo del conocimiento general quienes ocupaban los puestos en
la misma:

―Tengo el honor de participar a Ud. que conforme al Decreto


Número 71 expedido por el ejecutivo del Estado con fecha 10 de octubre
de 1916, se instaló solemnemente la Cámara Obrera del Estado Libre y
Soberano de Sonora; habiéndose nombrado su Primera Mesa Directiva
en el orden siguiente:
Presidente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . C. Margarito C. Ríos.
Vice-Presidente. . . . . . . . . . . . . . . . . .C. Rodolfo Lima.
Secretario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .C. Alfonso C. Leyva.
Secretario Suplente. . . . . . . . . . . . . . .C. Jesús Bojórquez.
Protesto a Ud. mi atenta consideración.”68

Resulta evidente presencia y la fuerza de los representantes cananenses en la


mesa directiva original, ya que solo el Secretario suplente no provenía del mineral de
Cananea, quienes como se ha señalado, resultaban excesivamente favorecidos por las
prebendas del ejecutivo estatal; por lo cual no es de extrañar que existiese una lealtad

68
AHGES, Tomo 3126, Circular s/n, girada por la Cámara Obrera, en fecha 1º de enero de 1917
62

probada de los delegados del mineral para con el gobernador, con lo que resultaba
muy útil que éstos tuvieren en sus manos el control de la institución.

De acuerdo con el artículo 10 del reglamento interno de la Cámara Obrera, en la


primera sesión de cada mes, la mesa directiva sería renovada, eligiendo nuevo
presidente y vicepresidente, así como al secretario suplente, mientras que el secretario
suplente del período anterior ocuparía la secretaría titular. De esta forma, habiendo
elegido a la primera mesa directiva en enero, para el siguiente mes la mesa fue
renovada, quedando integrada de la siguiente manera; Presidente.- Sr. Alfonso C.
Leyva, Vice-Presidente.- Arturo N. Cota y como Secretario suplente el Sr. Francisco
Siqueiros.69

De conformidad con el artículo 10 del Decreto 71, los períodos de sesiones de la


Cámara tendrían una duración de dos meses, con lo cual estas dos mesas cubrirían el
primer período que comprendería enero y febrero, pero en fecha 28 de febrero de
1917, mediante oficio 1163, en vista de que el ejecutivo aun tenía algunos asuntos de
importancia, para someter a su consideración, suplicó a la Cámara prorrogar las
sesiones por 10 días, hasta el 10 de marzo. Con fecha 1º de Marzo, mediante oficio
numero 32, la Cámara dio respuesta al oficio girado por el ejecutivo estatal en sentido
afirmativo, firmando el citado oficio como presidente de la Cámara Gonzalo Sánchez,
pese a que aun no era electo, ya que con fecha 2 de Marzo, se emite el oficio numero
33, dirigido al C. Gobernador De la Huerta, informándole que la nueva mesa directiva
quedaba integrada en la presidencia por el Sr. Sánchez, Jesús Carrasco como Vice-
Presidente, Leonardo Rojas como secretario y Ricardo E. Hoyos como Secretario
Suplente. Las prórrogas se continuaron solicitando por diez días en el mes de Marzo,
hasta que el día último solicitó la extensión de las funciones de la Cámara hasta el día
último de abril, y el 1º de mayo por toda la extensión del mes.70

69
AHGES, Tomo 3126, Oficio número 20, del Presidente de la Cámara Obrera al Gobernador del
Estado, 1º de febrero de 1917
70
AHGES, Tomo 3126, diversos oficios del Gobernador del estado al Presidente de la Cámara
obrera solicitando prórroga del período de sesiones.
63

En cada una de estas prórrogas, las mesas directivas fueron renovadas


mensualmente, en estricto cumplimiento al Reglamento interno de la Cámara, pero
resultó poco claro y con ciertas irregularidades.

Por ejemplo, en la mesa directiva electa para el mes de junio, el secretario


suplente, o pro-secretario, como se consigna en el oficio número 119, lo fue el Sr Arturo
N. Cota, por lo cual, y de acuerdo al reglamento de la propia institución, el Sr. Cota
debería haber ocupado el cargo de secretario en el período subsecuente, pero no fue
así, sino que fue nombrado presidente, curiosamente en el mismo mes en el que en
Nacozari, de donde el delegado era representante, se presentaban fuertes problemas
laborales.

Funcionamiento de la Cámara Obrera


El Reglamento Interno de la Cámara Obrera.
Como señala en el apartado respectivo, la Cámara Obrera contaba entre sus
atribuciones con la de expedir su propio reglamento interno, el cual terminó de redactar
el 5 de enero de 1917, cinco días después de la instalación formal de la Cámara. La
capacidad legislativa de los obreros respondía de manera cabal al estatus que De la
Huerta pretendía otorgarles, al trabajar de manera expedita, extensa y puntal respecto
en sus primeras encomiendas. El reglamento estaba conformado por 84 artículos y dos
transitorios, divididos en trece capítulos, que regulaban desde el Lugar en el cual la
Cámara sesionaría, hasta el protocolo formal que se debería cubrir en las sesiones
camerales a las cuales asistiese el Gobernador del Estado.

El primer capítulo lo conformaban cuatro artículos que daban nombre al lugar


donde la Cámara sesionaría, describía la distribución física que las instalaciones
deberían cubrir para el correcto funcionamiento, así como los conjuntos de
disposiciones legales que deberían estar a disposición en las instalaciones para la
consulta de los asistentes; así como la obligación de la Comisión de Policía de
resguardar dichas instalaciones.
64

El segundo capítulo, compuesto de cinco artículos regulaba el establecimiento


de las juntas preparatorias, las formalidades que en el desarrollo de las mismas se
debería seguir, y los órdenes del día básicos que debería cubrir dichas juntas.

El tercer capítulo definía las atribuciones del presidente y vicepresidente de la


cámara, así como el período en el cual ejercería dicho encargo, que sería de un mes,
toda vez que los períodos ordinarios de sesiones durarían dos meses de acuerdo con
el Decreto 71. Los dos artículos siguientes conformaban el capítulo cuarto, que
establecía las obligaciones para el secretario de la Cámara; mientras el quinto
señalaba las atribuciones, obligaciones y límites de los representantes que
conformaban la institución obrera.

El sexto capítulo se refería a las sesiones, y en el artículo 28 las definía como


públicas o secretas, ordinarias o extraordinarias; debiendo, mientras trascurriera los
períodos establecidos por el artículo 14 del Decreto 71, sesionar diariamente, con
excepción de los domingos. Resulta ineludible resaltar el contenido del artículo 33, que
define la naturaleza de las sesiones secretas, que se llevarían a cabo en tres casos
solamente.

En el primer caso, cuando se tratasen asuntos de carácter reservado dirigidos a


la cámara por corporaciones y autoridades de la nación, el segundo caso, quizás el
más interesante, al estudiarse acusaciones en contra de los miembros de la propia
Cámara. Resulta obvio que para poder mantener un control sobre estos asuntos, y
poder proteger a los representantes resultaba indispensable tener total control en los
procesos que eventualmente se pudiesen abrir en contra de los delegados; y en este
juego la secrecía era un elemento muy importante. En el tercer, y último supuesto
establecía que en este tipo de sesiones se trataría lo relativo a licencias, renuncias o
llamamiento de un representante. El artículo sucesivo reafirmaba, con especial énfasis,
que los asuntos que la Cámara definiese como reservados deberían guardarse en total
secreto. Además, las sesiones extraordinarias tendrían preferencia sobre las ordinarias.

En el Séptimo capítulo, el reglamento se refería a las comisiones, incluyendo las


especiales, las cuales tendrían por objeto facilitar el despacho de los negocios de la
65

Cámara, y que discutirían, estudiarían e instruirían los mismos, reduciéndolos a


dictámenes que contendrían proposiciones claras y sencillas, que pudieran sujetarse a
votación, No había un numero definido de integrantes para conformar dichas
comisiones especiales, pero en la práctica estas siempre estuvieron constituías de dos
Delegados, que sin excepción fueron foráneas, principalmente a la ciudad de Cananea.
Igualmente regulaba la comisión permanente, la cual nunca se estableció, dado la
permanencia ininterrumpida de la Sesiones en pleno.

En el octavo apartado, se trataba el proceso legislativo, es decir, el trato que la


Cámara debía dar a los proyectos de ley que por conducto particulares o miembros de
la propia Cámara presentasen ante el pleno para su estudio, de acuerdo con las
facultades que el habían sido otorgadas desde la fracción VII del artículo 12 del
Decreto 71. Curiosamente el reglamento establecía que los proyectos que hubiesen
sido aprobados, se turnarían al Poder Legislativo o al Ejecutivo Estatal con el carácter
de iniciativa de Ley, soslayando el orden constitucional y arrogándose así la facultad
legislativa de incitar los órganos del estado designados por la constitución para el resto
de las etapas del mismo. También es de resaltar que en este apartado se regulaba la
actuación de la cámara en los casos en los cuales tuviese que constituirse en gran
jurado, y conocer de acusaciones en contra de miembros de la propia institución; así
como en sus funciones de Colegio Electoral.

En los capítulos noveno y décimo, el Reglamento establecía las reglas para los
procedimientos de discusión y votación, respectivamente. Las discusiones se
prestaban para ser extensas, ya que el reglamento permitía la intervención de los
delegados hasta en tres ocasiones, y aun podrían participar en ulteriores oportunidades
si así lo solicitase, y la Cámara le otorgase permiso. Las discusiones solo podrían
suspenderse en dos casos: porque la Cámara acordase dar preferencia a otro negocio
de mayor gravedad y urgencia; y segunda, por alguna proposición que presentase
cualquier Representante y mereciere la aprobación de la Cámara.

En cuanto a las votaciones estas tendrían tres modalidades: nominal, económica


y por escrutinio; todas las votaciones se resolverían por mayoría absoluta, y los
empates que no resolvieran la elección de personas se resolverían en votaciones
66

subsecuentes que podrían prolongarse por más de una sesión; pero para la elección de
personas preveía la celebración de segunda vuelta solo con la participación de los dos
candidatos que hubiesen alcanzado mayor votación, pero si ni se lograba un ganador,
finalmente la elección era decidida por la suerte, sin especificar un método de azar
aplicable.

El capítulo XI definía la creación de una Comisión de Policía, integrada por el


presidente y secretario en funciones, quienes deberían vigilar el orden al seno de la
Cámara; y el secretario resultaba el jefe administrativo de la misma, por lo cual el
personal se encontraba directamente bajo sus órdenes.

El décimo apartado regulaba la instalación y funciones de la Comisión


permanente, de la cual, como ya se ha señalado, jamás se echó mano, toda vez que el
periodo de sesiones ordinarias iniciado el 1º de enero de 1917 no finalizó sino hasta
agosto de ese mismo año, sin interrupciones.

Finalmente el decimoprimer título estaba dedicado a los protocolos de


funcionamiento de la Cámara, haciendo especial énfasis en la comparecencia del
Ejecutivo del Estado a las instalaciones de la Cámara. En cuanto a los transitorios,
estos solo eran dos, y establecían que los lineamientos generales del reglamento se
retrotraían al propio Decreto 71, y que el reglamento iniciaría su vigencia el día 15 de
enero de 1917.

Las Sesiones y Expedientes

Reclamaciones Individuales
Los primeros expedientes con reclamaciones de obreros, fueron turnados a la
Cámara mediante escrito el 13 de enero de 1917, consignándose en dicho documento
que todas las reclamaciones en contra de la Cananea Consolidated Copper Company.
El citado ocurso señalaba:

―Lista de los expedientes que con fecha 13 de enero de 1917, fueron


remitidos a la Cámara Obrera, para que sean estudiados y emita su
opinión sobre el particular:
67

Expediente formado con motivo de la queja presentada a este


Gobierno, por el C. Refugio Bujanda, de Pueblo Nuevo, Cananea, Son.
contra la Compañía Cananea Consolidated Copper Company, sobre la
pérdida de su vista en los trabajos de minas del referido Mineral.
Expediente formado con motivo de la queja presentada a este
Gobierno, por el C. Luis Moraila, de Hermosillo, contra la Compañia de las
4 C. por falta de asistencia en su enfermedad ocasionada en el trabajo.
Expediente formado con motivo de la solicitud elevada a este
Gobierno, por el C. Manuel A. Bustamante, de Hermosillo, a fin de que la
Compañía Minera de Cananea, le pase una subención (sic) por haber
perdido un ojo en los trabajos de la mina.
Expediente formado con motivo de la queja elevada a este
Gobierno, por el C. Manuel Lucero, de Cananea Son. en contra de la
Compañía The Cananea Consolidated Copper Company, por falta de
cumplimiento en los contratos celebrados con la citada Compañía.
Expediente formado con motivo de la queja elevada a este
Gobierno, por el C. Francisco R. Flores, de este lugar, a nombre de los
CC. F. Navarro, R. M. Pérez, F. García, J. Barbuzón, F. Ramos, L.
Madrigal y F. Celis, contra la Compañia Cananea Copper Company, por
no pagarles lo equitativo como contratistas.
Hermosillo, Son. enero 13 de 1917.‖71

Con esta bienvenida, no es de extrañar que al emitir el Reglamento del Trabajo,


el 30 de Marzo, el capítulo primero del Decreto se titulase ―MINERIA Y
DEPARTAMENTOS ANEXOS‖, lo cual pone de manifiesto el lugar preponderante que
la minería ocupaba no solo en el terreno laboral, sino también en lo económico, por lo
cual era necesario proporcionarle un marco regulatorio que controlase esas relaciones
de trabajo. Incluso, más allá de la importancia que la minería pudiese representar en
ese momento, y que persiste aun en nuestros días, para la economía del estado; el
entorno nacional e internacional presentaba una coyuntura sumamente complicada
para los gobiernos constitucionalistas, como ya ha quedado consignado.

Veamos el desarrollo y resolución de algunos casos representativos en lo


particular, con la acotación de que para los primeros cinco expedientes referentes

71
AHGES, Tomo 3126, lista de asuntos turnados a la Cámara Obrera.
68

todos a reclamaciones en contra de la Cananea Consolidated Copper Company, S.A.;


desde el mismo 18 de enero de 1917, la Cámara comisionó a los C. Margarito Ríos y
Gonzalo Sánchez, en ese momento presidente y vice-presidente del mismo órgano,
para que se trasladasen al mineral para dar trámite a las reclamaciones formuladas:

Refugio Bujanda vs. CCCC

La reclamación del Sr. Bujanda se fincaba en la perdida de la vista a


consecuencia de un accidente dentro de una de las minas de la Compañía de las 4 C’s,
resolviéndose este asunto cuando la minera envió, cubriendo de manera total sus
gastos, a la ciudad de Phoenix, Arizona, donde fue examinado; Además de que se le
entregó una indemnización de $1,000.00 pesos. Cabe hacer la aclaración que en este
momento aun no se expedía el Decreto 97, que contiene la Ley sobre indemnizaciones
por accidentes sufridos en el trabajo. En el documento mencionado, para el caso del
Sr. Bujanda, la nueva ley establecía una indemnización de $5,000.00 pesos, además
de la cobertura de hospitalización, alimentos, medicinas y el pago de un 50% del
sueldo que el empleado devengaba al momento del accidente durante su
convalecencia. De cualquier forma, en el caso concreto la mediación de la Cámara
derivó en una negociación en la que ambas partes, al parecer, estuvieron conformes.

Luis Moraila vs. CCCC

Respecto de esta reclamación, la Cámara Obrera, entre otros asuntos, por


conducto de los delegados comisionados en Cananea para la solución de los mismos,
requirió a la empresa mediante oficio No. 106, de fecha 19 de mayo, para que en el
plazo de 10 días diera contestación a las reclamaciones.

De acuerdo con el informe presentado por la propia compañía minera ante la


Cámara Obrera, el ocho de septiembre de 1916, el Sr. Moraila se presentó en el
hospital de la empresa con una hernia muy inflamada, la cual se controló de inmediato,
para buscar posteriormente una cura definitiva. Durante los dos siguientes días se le
mantuvo bajo observación, pero se descubrió que el paciente además padecía
tuberculosis, por lo cual no podía permanecer hospitalizado, ya que las políticas del
nosocomio lo impedían; además de que la condición del enfermo impedía intervenirlo
69

quirúrgicamente para remediar de forma definitiva el problema de la hernia. Ante esta


condición, el Sr. Luis Moraila, fue dado de baja del hospital, y manifestó que las
conclusiones del cuerpo médico de la empresa fueron las siguientes:

“PRIMERA – La hernia era antigua e imposible de haber sido causada


repentinamente por un esfuerzo extremo;
SEGUNDA – Si la hernia hubiera sido causada de esta manera, no
hubiera podido ser reducida;
TERCERA – El paciente no hubiera podido ser operado debido a la
tuberculosis crónica.‖72

En la misma respuesta de fecha 30 de mayo, la compañía manifiesta que en


vista de las conclusiones presentadas por el cuerpo médico, y toda vez que no se
había encontrado evidencia de que la lesión hubiese ocurrido en las instalaciones de la
negociación, la empresa declaraba improcedente la reclamación desde su óptica. Al
parecer, la Cámara Obrera ya no tuvo oportunidad de continuar con el proceso, ya que
en junio los problemas en ―El Tigre‖ y Cananea desembocaron en disturbios sociales y
posibles huelgas.

Manuel Bustamante vs. Compañía del ferrocarril Sur Pacífico de México

En este caso, el trabajador perdió la vista en un desafortunado accidente cuando


al intentar arreglar un barreno, el explosivo detonó, lanzando rocas hacia su cara,
perdiendo totalmente la vista, en contraposición a lo que señala el informe, en el cual
consigna la pérdida de un solo ojo. El 13 de enero, la queja fue turnada a la recién
constituida Cámara Obrera, y no es sino hasta el 6 de abril que el Sr. Bustamante se
presenta en el salón de la Cámara Obrera para escuchar su testimonio y clarificar sus
pretensiones.

En la citada comparecencia Manuel Bustamante claramente señala que su


reclamación era en contra de la empresa Ferrocarril Sur Pacífico de México, ya que en
diversas actuaciones y oficios del gobierno y de la propia Cámara, se indica que la
queja es en contra de la compañía de las 4C; y plantea que busca la intermediación

72
AHGES, Tomo 3127, carta respuesta de la CCCC a diversas reclamaciones de obreros, 30 de
Mayo de 1917.
70

amistosa de la Cámara para que se gestionen ―…los beneficios que en definitiva se le


impartirán‖, ya que desde el accidente, la compañía solo le paga el 50% de su salario,
lo cual no le es suficiente para cubrir sus gastos. Cabe hacer énfasis en este momento
que el quejoso reconoce que la empresa, desde el accidente suscitado el 23 de Marzo
de 1916, poco más de un año antes de la comparecencia, la empresa ferrocarril Sur
Pacífico de México, le ha estado asistiendo, tanto médicamente como en lo económico;
ya que se le atendió con prontitud y eficacia, pero sobre todo manifiesta ―…que no tiene
motivos de queja en contra de la referida compañía, sino antes bien, le está agradecido
por los servicios que le han prestado…‖73.

Lejos de la percepción popular, sobre todo respecto de compañías como las


mineras y el ferrocarril, que la historiografía oficial o tradicional les ha creado, en el
caso concreto la empresa, en una conducta sensata y justa, cuando menos hasta el
momento de la comparecencia demuestra con acciones un comportamiento
socialmente responsable, pero sobre todo de lealtad para su trabajador. Si bien es
cierto el recorte del salario le acarreó problemas al exponente, al pasar de percibir
$200.00 pesos mensuales, a solo cien; no menos cierto es que para una empresa
resulta difícil realizar gastos que no resultan una inversión, es decir, hacer un gasto que
de manera posterior no le redundará en ganancias, es su naturaleza.

Al parecer, el Sr. Bustamante desistió de buscar un pago extra, ya que el


expediente no contiene ninguna actuación posterior a la comparecencia del 06 de abril
de 1916.

Manuel Lucero vs. CCCC

Los detalles de la reclamación del Sr. Lucero, son inciertos, ya que no existe
constancia de la misma en los archivos de la Cámara, salvo el informe en el cual se
turna el asunto al instituto parlamentario, y el informe presentado el 8 de junio de 1917,
en el cual se hace constar que el asunto quedó resuelto mediante el pago de $1146.40
pesos.

73
AHGES, Tomo 3127, comparecencia del Sr. Manuel Bustamante ante la Cámara Obrera, para
clarificar su queja.
71

Se debe hacer el señalamiento que a pesar de los buenos resultados de la


intervención de la Cámara en el asunto del Sr. Lucero, en otros caos en los cuales la
naturaleza del conflicto no resultaba ser netamente laboral, como sucede en el ejemplo
del Sr. Manuel Lucero; la institución, de manera correcta, se excusó por no ser de su
competencia un conflicto de naturaleza netamente mercantil, por lo cual los quejosos
debieron dirigir sus inconformidades a los tribunales competentes; pero en el caso del
Sr. Lucero, pese a tratarse de un contratista, y no un trabajador de la empresa minera,
actividad que desde 1889 se encontraba claramente reglamentada por el Código de
Comercio, la Cámara intervino hasta lograr el pago adeudado por metales entregados a
la minera. Esta discrecionalidad resulta muy conveniente para efectos políticos y de
control, ya que atrae simpatías y resuelve conflictos cuando así lo requieren las
necesidades del status quo.

Francisco R. Flores vs. CCCC

Al igual que en el caso del Sr. Manuel Lucero, la reclamación presentada por el
Sr. Francisco R. Flores, en nombre de diversos contratistas, resulta ser un asunto de
naturaleza mercantil y no laboral, como finalmente se dio. Sin embargo, de los siete
reclamantes, existe poco testimonio, ya que no se levantaron actuaciones de ninguno
de los asuntos, excepto de Fernando Navarro, quien insistió constantemente en la
resolución de su asunto, reclamando el pago de $22,000.00 pesos plata, por 39
toneladas de material que según el dicho del quejoso en las constancias que obran en
el expediente, pagaban una ley de 9%, sin especificar de qué metal.

Es interesante el análisis de la reclamación de Navarro por las ligeras


implicaciones políticas que matizan el asunto. Fechado 8 de febrero de 1917, en
Cananea, el quejoso presentó un escrito dirigido a Rodolfo Lima, vicepresidente en
funciones de Presidente de la Cámara, solicitándole la devolución de diversas
documentales, toda vez que el Gral. Plutarco Elías Calles ―ofreciome ayudarme en este
asunto y necesita los documentos a que me refiero‖74

74
AHGES, Tomo 3127, escrito dirigido por Fernando Navarro a Vice-Presidente de la Cámara
Obrera en funciones de Presidente, 08 de febrero de 1917, en Expediente: FERNANDO NAVARRO.
72

Mediante oficio No. 20, la Cámara Obrera le contestó que asunto había sido
resuelto, y se había dado a conocer al ejecutivo, por lo cual el expediente se
encontraba en poder del Gobernador, a quien debía dirigirse a fin de obtener las
constancias que solicitaba.

En vista de lo anterior, Fernando Navarro envió una Carta al Ejecutivo Estatal,


en la que solicita la devolución de los comprobantes y notas de ensaye, para hacer la
reclamación que corresponda, ya que la institución bancaria que le financió para llevar
a cabo la empresa en cuestión lo presiona, al igual que los trabajadores que laboraron
en la obra. Como consecuencia de esta misiva, el Oficial Mayor del Gobierno del
Estado, mediante oficio No. 1235, solicita a la Cámara un informe respecto al asunto,
con lo cual queda claro que el expediente no se encuentra en poder del Gobernador.

Con fecha 15 de Marzo, y mediante oficio No. 50 la Cámara rinde el informe


solicitado por el Ejecutivo, donde manifiesta que lo expuesto por el Sr. Navarro no era
verdad, esto respaldado por el testimonio de tres personas; que el material se encontró
en los terrenos destinados a los desechos de la compañía y que el mismo quejoso los
reconoció como suyos, pero que al mandar muestras del mismo para su análisis, éste
se molestó y aseguró que los comisionados y la Compañía estaban de acuerdo para
perjudicarlo, profiriendo groserías y amenazas, que “…a él no lo…perjudicaba nadie,
pues se había andado batiendo en la revolución y tenía donde arreglar su negocio…‖75,
acto seguido se retiro profiriendo mas insultos y amenazas a los comisionados.

En posteriores ocasiones, según el informante, el Sr. Navarro manifestó que lo


que deseaba era que se ensayasen muestras de la mina de la que aseguraba había
extraído originalmente el material desechado, y que se le pagara con esa ley los
metales referidos y otros de los años de 1913 y 1914, lo cual resultaba imposible.
Como conclusión, la Cámara establece que lo único que se puede exigir a la empresa
es que ponga los metales que se encuentran en el desechadero, en un punto cercano a
la vía, para que el Sr. Navarro los trasporte, lo cual resulta inoperante por la actitud del

Cananea, Sonora. Pide Comprobantes del expediente de su queja en contra de la Compañía de las
Cuatro C.
75
AHGES, Tomo 3127, oficio No. 50, dirigido por la Cámara Obrera al gobernador del estado.
73

quejoso. La resolución, que consta en el informe de 8 de junio de 1917, es la


declaración de improcedencia de la queja de Fernando Navarro, junto a las
presentadas por otros cuatro contratistas, excepto las quejas de Ramón Pérez, a quien
se le pagaron 450.00 pesos en un primer pago en presencia de los delegados y se
estableció la procedencia de un adeudo de 2,229.25 como faltante de sus entregas de
metales; y el asunto de Florentino García, donde se condenó a la compañía a pagar la
cantidad de cinco mil pesos por una obra que se consideró como contratada a destajo.

Porfirio Gil vs CCCC


El 25 de junio de 1916, Porfirio Gil, vecino de Buenavista, Cananea; sufrió un
accidente en la mina ―Overside‖, fracturándose la pierna derecha. Fue trasladado al
hospital de la compañía, donde se estuvo curando, hasta que lo echaron del mismo,
quedando imposibilitado para trabajar, ya que la pierna se le secó.76

El 14 de Marzo de 1917, el doctor John Y. Tapsley emitió el siguiente


diagnóstico:

―…[el] individuo presenta una lesión en la pierna derecha, lo cual es el


resultado de una fractura de la fíbula derecho que sufrió, situada una
pulgada de la extremidad superior del dicho hueso; que con esta fecha se
encuentra el hueso consolidado, pero con alguna deformidad, por motivo
que los fragmentos del hueso en las primeras curaciones no quedaron en
buena aproximación.‖77

El veintiséis y veintisiete del mismo mes, se desahogaron diligencias con la


comparecencia del gerente de la compañía, quien en principio atribuyó el problema del
reclamante a que la atención que le fue proporcionada en el momento del accidente se
dio por parte de médicos que el gobierno había llevado al hospital de la mina, ya que
los médicos americanos contratados por la compañía, al igual que el resto del personal
estadounidense no se encontraban en Cananea en ese momento. De cualquier forma,
ofreció ante la Cámara presentar el caso ante la comisión dictaminadora de la

76
AHGES, Tomo 3127, Carta de reclamación presentada por Porfirio Gil, febrero de 1917.
77
AHGES, Tomo 3127, Certificado emitido por el Dr. John Y. Tapsley diagnosticando al Sr.
Porfirio Gil, Marzo 24 de 1917.
74

empresa, y en caso de encontrarlo procedente, entregar al Sr. Gil una cantidad con el
carácter de donativo; y ofreció una ocupación acorde a las capacidades del quejoso.

Finalmente, el 30 de mayo, la compañía envió un informe a la Cámara en el cual


definía su posición en diversos asuntos. En este manifestó haber llegado a un acuerdo
amistoso con Porfirio Gil, quien se encontraba trabajando desde semanas atrás en la
misma compañía.78

Martin Lewkowitz vs. May Hermanos


En 3 de abril de 1917, el Sr. Martín Lewkowitz presentó queja en contra de la
empresa comercial May Hermanos, para la que había trabajado durante seis años,
percibiendo un sueldo de $200.00 plata mensuales. No especifica la razón de la
separación de su empleo, pero reclama que sus patrones no quieren liquidar los
sueldos que aun le adeudan.

Inclusive, May Hermanos le presenta una cuenta con un saldo en contra de


$666.81; cuando sus balances le arrojan un saldo a favor de $1197.31. Tratándose de
una negociación ubicada en Hermosillo, se comisionó de inmediato a los delegados
Leonardo Rojas y Gonzalo Sánchez, quienes se constituyeron en la negociación el día
5 de abril, planteando al encargado de la negociación la reclamación del Sr. Lewkowitz.

Una vez cotejados los estados de cuenta, recibos presentados por la empresa, y
las manifestaciones del quejoso, el comercio presentó la propuesta de liquidar el
asunto mediante el pago inmediato de doscientos dólares; los cuales fueron aceptados
en la misma diligencia.79

Como se desprende de diversos expedientes, la composición amistosa de los


problemas obreros era bien manejada por los delegados obreros, alcanzando en
muchos de los casos, soluciones satisfactorias a partir del mutuo consentimiento de las
partes. Sin embargo, el uso discrecional de facultades por parte de la cámara queda de

78
AHGES, Tomo 3127, Respuesta de la CCCC a diversos asuntos, 30 de Mayo de 1917
79
AHGES, Tomo 3127, Expediente de queja presentada por el Sr. Martín Lewkowitz en contra
de May Hermanos; 03 de abril de 1917.
75

manifiesto en el siguiente caso, que pese a tratarse de un asunto de gran similitud con
el anterior, no recibe el mismo trato por parte de la institución obrera.

Agustín Gras vs. Compañía Industrial del Pacífico


En 23 de abril de 1917, el Sr. Agustín Gras presentó una reclamación por
sueldos no pagados por su trabajo como Gerente comercial de la ―Fábrica de los
Ángeles‖, con un sueldo de $6,000.00 pesos plata anuales. Al asumir su cargo de la
negociación citada, en junio de 1914, se dio cuenta de que no existía administrador a
cargo de dicho establecimiento, por lo cual tuvo que hacerse cargo de esta función,
planteando que por este concepto se le debería pagar un sueldo extra 80.

El tema de las percepciones del Sr. Gras, se trató en las juntas de consejo de la
citada compañía, prometiéndosele un aumento proporcional por ejercer las dos
funciones de manera conjunta. Dos años después, en julio de 1916, la empresa le
informó que se le daría una compensación para reconocerle un sueldo de $6,000.00
pesos por su función como gerente, y $4,000.00 pesos por sus funciones de
administrador, ambos sueldos anuales y pagaderos en billetes a los que se les
reconocería un valor de 18 centavos, oro americano por peso81.

No estando conforme con este arreglo, el Sr. Gras manifestó esta situación a la
empresa mediante carta de fecha 20 de julio de 1916, la cual ofrecieron estudiar en la
junta de consejo a celebrarse el cinco de septiembre, la cual no se celebró, con lo cual
fueron postergando su asunto, y antes su insistencia optaron por solicitarle la renuncia,
presentándole su liquidación el 13 de noviembre82.

No estando de acuerdo con la liquidación que le presentaron, recurrió a los


servicios del Lic. Taide López del Castillo, quien obtuvo el reconocimiento de su sueldo
de $500.00 pesos oro nacional mensualmente, por su trabajo como gerente, y un pago
extra por su función como administrador por la cantidad de tres mil pesos plata, o su
equivalente de mil quinientos dólares americanos, y el total del saldo a su favor que

80
AHGES, Tomo 3127, carta de queja presentada por Agustín Gras en contra de la Compañía
Industrial del Pacífico, S.A., 1
81
Ibdem, 2.
82
Ibdem, 2.
76

resultase de los pagos que se le habían realizado durante su función, se consignaría en


pagarés que se liquidarían mensualmente, sin especificar el plazo en el cual se cubriría
esta cantidad83.

El 24 de Marzo, el Sr. Gras telegrafió a su abogado, informándole que pasaría a


Hermosillo para recibir la liquidación, lo cual finalmente no ocurrió, pese a que
constantemente se trasladaba desde su lugar de residencia en Nogales, hasta esta
capital. En su último viaje hasta ese momento, el día 17 de abril, y viendo la falta de
voluntad de la empresa por arreglar su asunto, decide dirigirse a la Cámara en busca
de una resolución84.

A esta petición del Sr. Agustín Gras, la cámara resolvió en fecha 26 de abril de
1917, con base en el dictamen presentado por los delegados Ríos y Sandi, mediante
oficio No. 111 lo siguiente:

―Examinada detenidamente que fue la queja que se sirvió usted presentar


ante esta cámara en contra de la Compañía Industrial del Pacífico, S.A.
de esta ciudad, manifiesto a usted que, puesto que el objeto principal de
su demanda es el obtener la liquidación de su cuenta, en concepto de
esta misma Cámara bien puede gestionarla por la vía particular o exigirla
en cualquier otra forma por conducto de su abogado que ya tiene
encargado este asunto; toda vez que no tratándose de una reclamación
por sueldos devengados, esta Cámara estima innecesaria su intervención
en el asunto.‖85

Comparando los asuntos de los señores Gras y Lewkowitz, es claro el uso


discrecional que la Cámara Obrera daba a sus facultades. Queda poco claro cuál es el
criterio utilizado por los delegados para resolver de manera totalmente distinta casos
tan parecidos como los aquí expuestos, pero resulta innegable que la aplicación
práctica del decreto 71, derivó en la utilización discrecional de la justicia.

83
Ibdem, 3.
84
Ibdem, 4.
85
AHGES, Tomo 3127, Expediente de queja presentada por Agustín Gras, 26 de abril de 1917.
77

Y aun más contradictorio resulta el caso que el gobernador del estado turnó a la
Cámara, Por el accidente sufrido en una explosión de tren por la Señora Refugio
Enríquez y una hija suya, habiendo quedado ambas inutilizadas para el trabajo y
habiendo perdido en el mismo accidente dos hijos más. No podemos negar lo trágico
del suceso, pero la competencia de la Cámara llegaba al estudio de indemnizaciones a
pasajeros del tren aun y cuando estos hayan quedado imposibilitados para trabajar.

Aun así, el día seis de Marzo, se comisionó a los delegados Cota y Hoyos para
que se trasladasen a Nacozari, para que pasen al lugar de los hechos a tramitar dicho
asunto hasta dejarlo en estado resolutivo; siendo el día 28 del mismo mes que
presentaron sus conclusiones ante la Cámara, la que increíblemente resolvió en sus
sesión del 5 de abril que las reclamaciones presentadas en contra de la CCCC, eran
procedentes, entre ellas la de la Sra. Enríquez. Incomprensiblemente la muerte y
lesiones, ocasionadas en un accidente resultaron competencia de la Cámara, mientras
la reclamación del Sr. Agustín Gras tenía que ser tramitada en los tribunales civiles.

Reclamaciones colectivas
Las reclamaciones colectivas, más allá de los dos conflictos graves que tuvo que
afrontar la Cámara Obrera en El Tigre y en Cananea, fueron relativamente pocas.

El 26 de enero, y en vista de ―Informes‖ que habían recibido, una comisión de


delegados realizó un recorrido por los lugares de trabajo en Hermosillo, donde se
corroboró las infracciones del Decreto 71, especialmente en lo referido a la jornada
laboral, denunciando esta situación ante el Ejecutivo, de quien se obtuvo el
mejoramiento de los obreros y el castigo de los infractores.86

El caso de los veladores de la minera de Cananea se extendió por varios meses,


ya que el 2 de marzo de 1917, la Cámara recibe una queja del obrero Juan B. Casillas
en el cual manifiesta que los veladores cubren turnos de 12 horas. Al parecer esta
queja no se resolvió satisfactoriamente, ya que en mayo del mismo año, el Club Político

86
AHGES, Tomo 3126, Informe que rinde la Cámara Obrera del período enero-junio, foja 1, junio
08 1917.
78

―Ignacio Zaragoza‖ denunció nuevamente que los veladores de la CCCC trabajaban


jornadas de 12 horas, infringiendo el Decreto 71. 87

El 13 de febrero de 1917, la Cámara Obrera giró atento oficio al C. presidente


municipal de Hermosillo, con el fin de hacer de su conocimiento que los operadores
tranviarios de la ciudad trabajaban jornadas de 12 horas, para que en uso de sus
facultades reprimiera estos abusos.88

Como se ha visto en la Capital del estado, las reclamaciones se formulaban en


contra de comercios, y en este caso a la prestación de un servicio público, como el
trasporte, todo esto sin olvidar que Hermosillo no contaba con delegado en la Cámara
Obrera.

Por su parte, el ferrocarril sud pacifico, con el fin de evitar controversias y


problemas, en fecha 26 de febrero de 1917, envió a la Cámara la Cédula de Sueldos y
el Reglamento para conductores y empleados de la compañía, el cual después de ser
estudiado en la Cámara se turnó a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas
para su aprobación final. Con esto la empresa regulaba de forma clara los sueldos de
todos sus empelados, en especial de los conductores, evitando conflictos.

Constitución de agrupaciones obreras


Como ya se ha citado, la sola expedición de decreto 71 excitó a los obreros a
conformar nuevas agrupaciones, como el club ―porvenir del obrero‖ del puerto de
Guaymas. En Ures existían igualmente agrupaciones más de corte político, pero con
claras inclinaciones gremiales, como el Club Liberal Democrático de Ures, y en
Cananea, el Club Político Liberal ―Ignacio Zaragoza‖.

El día diecisiete de Marzo los representantes Lima y Leyva dieron cuenta a la


Cámara de la comisión que se les confió, ―manifestando haber quedado constituida la
asociación obrera en San Javier, bajo el nombre de ―Obreros Unidos de San Javier‖,
presentando el acta correspondiente que lo certifica. También manifestaron haber

87
AHGES, Tomo 3127, Queja presentada por el Club Político ―Ignacio Zaragoza‖, de Cananea
Sonora
88
AHGES, Tomo 3127, Oficio No. 22 de 13 de febrero de 1917, girado por la Cámara al
Presidente Municipal de Hermosillo.
79

constituido otra agrupación de la misma índole en el mineral de ―Minas Prietas‖ bajo el


nombre de ―Obreros unidos de Minas Prietas‖, según copia del acta que presentaron‖89

Pero una vez expedido el Decreto 71, y en diversos lugares se inició un auge
inusitado en la conformación de agrupaciones. Siguiendo el ejemplo de los
trabajadores de Cananea, los obreros de Pilares constituyen la Unión de Obreros de
Pilares el 21 de abril; y de igual manera la Unión de Carpinteros de Nacozari,
establecida el 26 de abril de 1917; o la Unión de Barberos del mismo lugar, que se
estableció solo 19 días después.

Tal fue el éxito y la difusión del apoyo a la formación de agrupaciones obreras


que la Cámara llevaba a cabo, que su fama traspasó las fronteras del estado, ya que
en sesión del 17 de marzo, el presidente de la Cámara dio lectura a una carta que en
nombre del Sr. Encarnación Asencio, minero de Santa Rosalía, formulaba un vecino de
Guaymas, en la cual:

―…suplica a esta Cámara mande unos delegados al mencionado puerto


con el objeto de formar una unión obrera que les permita hacer valer sus
derechos hoy lesionados por la tiranía de la Compañía de ―El Boleo‖; por
lo que esta Cámara ya que no puede hacerlo de una manera directa, por
estar fuera de su jurisdicción el lugar en referencia, ya estudia la manera
más apropiada para influir a favor de los solicitantes.‖90

El órgano parlamentario consciente de sus limitaciones en razón del territorio,


negaba su intervención, pero aclarando que de manera directa, con lo que aceptaba
intervenir, aunque de manera velada en asuntos de la federación, toda vez que en la
época Baja California era un territorio y no un estado.

La diversificación de las actividades económicas también pasó por la cámara, ya


que habiendo una crisis en el empleo en la entidad, bajo su supervisión se constituyó
en la Fábrica de los Ángeles la ―Sociedad Cooperativa de Obreros Explotadores de

89
AHGES, Boletín Oficial del Estado, Informe que rinde la Cámara Obrera al Gobernador del
estado, publicado el 28 de julio de1917.
90
AHGES, Idem.
80

Guano‖, aprovechando la existencia e cuevas en los alrededores, de donde se


extraería el material para comercializarlo entre los agricultores de la región. 91

De cualquier manera es importante resaltar el impacto que la promoción de las


organizaciones obreras tuvo en el estado; y aun cuando los propósitos de crear la
Cámara Obrera hayan sido diferentes, la institucionalización de cualquier beneficio, por
mínimo que éste parezca, redundará tarde o temprano, y de manera directa o indirecta
en el beneficio de los ciudadanos, en el caso concreto en el de los obreros.

Resolución de conflictos

La Cámara Obrera sonorense tuvo que enfrentar dos conflictos importantes en


su corta existencia; ambos relacionados con la minería, y claro que por lo menos uno
directamente relacionado con la mina de Cananea, la CCCC.

En ambos casos, el de la minera CCCC, y el otro en el mineral de ―El Tigre‖, los


problemas se originaron por un desacuerdo en la forma de pago de la barrenación. Un
par de meses atrás, en Pilares se había dado un desencuentro entre los obreros y la
compañía minera de aquel lugar por la utilización de ―pistolas‖ de barreno, que no
inyectan agua en las perforaciones, con lo cual se producía una enorme cantidad de
polvo, lo que repercutía en la salud de los mineros. Ante la imposibilidad de que la
compañía adquiriera estas herramientas, los mineros aceptaron trabajar inyectando
agua manualmente, con el compromiso de que la empresa adquiriría los modelos con
inyección automática de agua, a la brevedad posible.

En el caso de ―El Tigre‖, los obreros no estaban conformes con el pago por
pulgada de barrenación, sistema el cual de hecho estaba proscrito terminantemente por
el inciso D del artículo 15º; por lo que los delegados comisionados a aquella población,
tuvieron que llevar a cabo una serie de negociaciones, presentándose ante la
compañía y después con la asamblea la Unión Liberal de Obreros ―Benito Juárez‖,
como se desprende del acta de sesión numero 8, en la que se consignan estos

91
AHGES, Tomo 3127, Expediente de comisión de los delegados Sánchez y Bojórquez, para
trasladarse a la Fábrica de los Ángeles, para la formación de una sociedad cooperativa para la
explotación del guano en aquella región, 24 de abril de 1917.
81

hechos92. En esta asamblea los obreros estuvieron de acuerdo en mantener el sistema


de pago por pulgadas, aun cuando la ley lo prohibiera, sin que los delegados se
opusieran a esta determinación. La compañía contestó que las pretensiones de los
obreros eran imposibles de cumplir, e incluso, de volver al pago diario que la compañía
proponía, ésta debería estar en libertad de despedir a quien no cumpliera con cuotas
mínimas de barrenación o cualquier otro trabajo.

Es de resaltar la actitud y el tono que el Presidente en turno toma al dirigirse a


los inconformes en El Tigre al exhortarlos a que ―… permanezcan actitud pacífica
mientras Cámara arregla convenientemente y en forma favorable para los obreros.‖93

El Principio del fin


No debemos olvidar que todo el desarrollo legislativo generado a partir del
Decreto 71, lo lleva a cabo De la Huerta, en su carácter de Gobernador Interino del
Estado, por lo cual su puesto era temporal, y de la misma manera abrupta en la que
llegó a Sonora a asumir la Gubernatura, así la abandonó, ya que el 30 de julio de1917,
Plutarco Elías Calles retomó la primera magistratura del estado.

Con el regreso de Calles, la situación, sobre todo económica cambió


radicalmente para la Cámara Obrera. Con fecha 7 de julio el oficial Primero de la
Secretaría de Gobierno, como era costumbre, solicitó al Gobernador del Estado
autorización para los gastos de traslado de los delegados comisionados a atender
asuntos en La Colorada y Empalme.

La respuesta del Ejecutivo, que se encontraba en Magdalena, fue muy clara:


‖…Soy de opinión que no es el camino legal debe seguirse y los obreros de la Colorada
y Empalme deben mandar sus representantes ante esa Cámara para hacer las
gestiones que juzguen convenientes y de no hacerlo así, mandar un memorial. La
Cámara estudiará y discutirá el asunto que se someta a su discusión y rendirá un
informe al Ejecutivo sometiendo a su aprobación la resolución que dé. En caso de que
92
AHGES, Tomo 3127, Copia certificada del Acta de sesión No. 8, en Expediente de comisión
Ramón Serrano y Margarito Ríos a El tigre, para solucionar conflicto entre mineros y empresa.18 de junio
de 1917.
93
AHGES, Tomo 3127, Telegrama dirigido por Gonzalo Sánchez al Presidente de la Unión
Liberal ―Benito Juárez‖, 13 de junio de 1917.
82

el Ejecutivo juzgue conveniente que pase un miembro de la Cámara Obrera al lugar de


lo(s) acontecimientos lo ordenará, o lo ordenará también a proposición de la Cámara
Obrera cuando el caso lo requiera, pero juzgo que no es conveniente que vayan
delegados a las zonas obreras, sin antes saber cuáles son los asuntos que ocasionan
la dificultad.‖94

Dos días después, mediante oficio No. 105, dirigido al mismo Arturo N. Cota
presidente en turno de la Cámara, Calles refrendó su postura, refiriéndose a unas
quejas de ferrocarrileros de Querobabi, en contra de la empresa Sud Pacífico. Toda
vez que las reclamaciones eran individuales, ―… y no del Gremio que existe en
Empalme, debe indicárseles que hagan sus gestiones ante este Gobierno, por
conducto de la Mesa Directiva de esta última agrupación.‖95

De igual manera, mediante oficio No. 188, de la misma fecha, 9 de julio, Calles
acusa recibo de la invitación que el Sr. John L. Donnelly, Presidente de la Federación
del Trabajo de Arizona, quien invita a los obreros del Estado para que envíen
delegados a la Gran convención obrera a celebrarse el 6 de agosto de 1917 en Clifton
Az.; pero manifiesta, ―…con pena, que debido a las difíciles circunstancias del
momento, no es posible complacer los deseos del señor Donnelly, enviando
representantes a la Convención a que se refiere.‖96

Queda claro que el impulso que De la Huerta había aplicado a la Cámara


Obrera, con el regreso de Calles a la Gubernatura, ha sido neutralizado. Pese al ímpetu
legislativo de los constitucionalistas, las regiones se vieron sobrepasadas por la
federalización de la legislación de corte social, como es el caso de las leyes laborales.

De esta forma, con la promulgación de la Constitución federal el 5 de febrero, se


sentaron las bases para la nueva legislación laboral, por lo cual, la Cámara Obrera
sonorense resultaba inoperante al duplicar las funciones propuestas por la fracción XX

94
AHGES, Tomo 3126, Telegrama de Plutarco Elías Calles al Presidente de la Cámara Obrera,
7 de julio de 1917.
95
AHGES, Tomo 3127, Telegrama de Plutarco Elías Calles al Presidente de la Cámara Obrera,
9 de julio de 1917.
96
AHGES, Tomo 3126, Oficio No 188, del Gobernador del Estado al Oficial Mayor, 9 de julio de
1917.
83

del artículo 123 de la carta magna. Así, el 30 de junio, y mediante el oficio No. 12, la
Secretaría de Estado, por medio del departamento de negocios interior, informó al
gobierno del estado de Sonora que el instituto obrero podría seguir funcionando
siempre que estuviere dentro del nuevo marco jurídico, y no estándolo, resultaba
inevitable su desaparición.

El 8 de agosto de 1917, el gobernador interino Cesáreo Soriano, presentó ante


el Congreso del estado la iniciativa de ley que finalmente sería el Decreto 9, que
suprime el funcionamiento de la Cámara Obrera.

En su exposición de motivos, el ejecutivo reconoce que siendo la justicia laboral


una de las premisas fundamentales del movimiento social que representa la Revolución
Mexicana, más allá del proyecto original constitucionalista, el proyecto del Decreto 71
solo podía aspirar a una vida limitada, en tanto se sentaban las nuevas bases
constitucionales, y a las cuales las entidades federativas necesariamente tendrían que
plegarse al nuevo orden.

El Decreto nueve, promulgado el 21 de agosto de 1917, resulta de lo más


sencillo al estar compuesto solo por dos numerales. El primero deroga el decreto 71,
mientras el segundo refiere a que entran en vigor en el estado los transitorios
constitucionales referentes al ámbito agrario y laboral. En los transitorios, define que en
tanto se establecen las juntas de conciliación y arbitraje en el estado, el ejecutivo
quedará a cargo de proveer sobre la cuestión obrera. El segundo transitorio fija el día
31 de agosto como la fecha de entrada en vigor de la ley.

Pese a todo lo anterior, la Cámara Obrera y la cuestión laboral siguió dando de


qué hablar, y el 2 de octubre, el Congreso del Estado urgió, mediante una excitativa, al
Ejecutivo para que estableciera las juntas de conciliación que la constitución señala. A
esta comunicación el gobernador Soriano dirigió una extensa carta en la cual se
deslinda de la obligación de nombrar a los integrantes de la nueva institución, toda vez
que no existían las bases legislativas para hacerlo; y les solicita a los legisladores
retiren la excitativa que le fue enviada para dar paso al trabajo camaral de crear el
84

marco jurídico que regulara la conformación y funcionamiento de las Juntas de


Conciliación y Arbitraje97.

Este pequeño desencuentro entre el Legislativo y el Ejecutivo locales nos da


cuenta del nivel de confusión entre los diversos actores del proceso de transformación
de nuestro marco legal en 1917.

97
AHGES, 3126, Oficio número 35, ramo Oficialía Mayor, dirigido por Gobernador del Estado a
los Diputados del H. Congreso del Estado, 03 de octubre de 1917.
85

Conclusiones

El desarrollo de los derechos laborales y la lucha obrera tiene sus orígenes en


organizaciones encabezadas no por obreros sino por académicos y científicos sociales
que dirigen a los grupos de trabajadores en las manifestaciones y reclamaciones de
sus derechos sociales.

Las organizaciones obreras norteamericanas tuvieron un impacto y una


permanencia mucho más exitosa que sus contrapartes en Europa y en Sudamérica, en
parte debido al pragmatismo de los capitalistas estadounidenses, quienes
aprovecharon las oportunidades de desarrollar un sistema industrial avanzado que les
permitiera la explotación capitalista al más alto nivel.

Si bien el gobierno federal encabezado por Porfirio Díaz desplegó una política de
represión en contra de los movimientos y manifestaciones de la incipiente clase obrera
mexicana, los gobiernos estatales, en algunos casos como los de Bernardo Reyes en
Nuevo León, o Teodoro Dehesa en Veracruz, establecieron políticas laborales mucho
más conciliadoras, aunque con claras intenciones de control, más que de protección de
los derechos de los trabajadores.

Que el área minera situada en el noreste de Sonora, y la región sureste de


Arizona, constituyen una región económica profundamente ligada, por las relaciones
obreras de los mineros que laboraban en la región, con características de alta
movilidad, lo que favorecía la transmisión de información y de ideas.

En este ambiente se genera un ambiente propicio para la generación de


movimientos y manifestaciones obreras, lo cual atrajo a principios del siglo XX tanto a
los liberales mexicanos, en especial magonistas, como a las organizaciones sindicales
norteamericanas de ideología anarcosindicalista, lo que generó movimientos obreros
86

en ambos lados de la frontera, con resultados muy parecidos para los obreros, tanto en
Sonora como en Arizona.

Por otro lado, el desarrollo que en un estado de frontera, como lo es el estado de


Sonora, ha tenido la legislación en materia laboral, nos da una clara idea de la
evolución que el pensamiento, reflejado en la actitud legislativa. Con esta idea, la
transformación del marco legal que las relaciones laborales experimentaron en Sonora
a través del siglo XIX y desembocan en la abrupta transformación que por necesidad
se presenta a la par de un movimiento social como la Revolución Mexicana requiere un
estudio más a fondo que el que este estudio presenta, sobre todo si este trabajo se
realizase desde un punto de vista de la historia social.

De igual manera, y proponiendo este momento como punto de partida, es


necesario analizar el camino que las organizaciones laboristas, tanto en el estado como
a nivel nacional siguieron como consecuencia de la transformación social iniciada en
1917 con el nuevo orden constitucional, pero sobre todo con la imposición de nuevos
ordenes sociales y políticos. Podemos afirmar que en este punto se sientan las bases
para constituir décadas más adelante el sistema corporativista de control que existió en
México, y que fue puntal para el sostenimiento de un Régimen de Partido de Estado.

De forma particular, y sin dejar de reconocer que las condiciones sociopolíticas


del estado de Sonora en la etapa preconstitucional presenta características especiales
que no permiten la instauración, y sobre todo el funcionamiento de un sistema jurídico
de justicia eficaz y ordenado, debemos aceptar que esta coyuntura fue eficazmente
aprovechada por los revolucionarios sonorenses, lo que finalmente les permitió
constituirse en el grupo hegemónico que surge del movimiento armado; y para lograr
esto, fue particularmente importante el manejo de las premisas sociales emanadas de
la Revolución, y de igual manera el control que logran de los grupos sociales más
importantes: obreros y campesinos.

Para lograr este control, y como es claro en el accionar, no solo de los


constitucionalistas sonorenses, sino de todo el grupo constitucionalista a nivel nacional,
la creación de marcos regulatorios que respondan a las necesidades sociales de estos
87

grupos es indispensable. Los constitucionalistas estaban conscientes de esto, y sus


acciones a lo largo de toda la república, e incluso en el plano nacional dan buena
cuenta de esta posición.

De la Huerta, como parte de este grupo, sin dejar de reconocer las diferencias
que al seno de los mismos revolucionarios existen en la época, lleva a cabo una labor
muy importante en la creación de este marco regulatorio a nivel estatal. Existe la
necesidad de estudiar las consecuencias posteriores que la creación de la Cámara
Obrera tuvo en la política del Estado, pero a la luz de las evidencias encontradas en
este estudio, resulta imposible no reconocer que, cuando menos en parte, la intención
del gobernador sonorense fue controlar las masas de obreros, sobre todo mineros, con
la intención de establecer un orden social y económico que sentara las bases para la
recuperación del Estado; e incluso eventualmente político, lo que puede ser objeto de
un estudio más amplio.

Del mismo texto del Decreto 71, podemos concluir que el proyecto revolucionario
constitucionalista, al arrogarse las atribuciones de protección de los derechos sociales
de obreros y campesinos, manifestaba claramente las intenciones de control de masas,
con el fin de dar forma al nuevo proyecto de gobierno, creando un marco jurídico propio
y nuevas instituciones que respondieran a las necesidades del nuevo sistema
económico, pero sobre todo político que emergía al fin de la Revolución

El trato que el Gobierno del Estado, y en particular el propio Gobernador


Interino, da a los delegados obreros de Cananea en comparación con los provenientes
del resto de la entidad, demuestra de manera clara que existe una preferencia, por lo
menos sospechosa, al proporcionar recursos extraordinarios e inexplicables; aunado al
tema del control de estos delegados, con la clara intención de que éstos a su vez
manejasen a los obreros del mineral.

De igual manera, la discrecionalidad en la elección de delegados resulta


evidente, ya que aun cuando las autoridades de Horcasitas advierten que en esta
localidad no existen el número suficiente de obreros que el Decreto 71 exige para el
nombramiento de delegados, esta comunidad recibe el beneficio de estar representado
88

en el instituto parlamentario; mientras que la capital de estado, donde resultaría


inexplicable que el número de obreros no superase los mil individuos, es privada de
este privilegio.

Las condiciones sociales, políticas y económicas del período preconstitucional,


favorecieron que el funcionamiento de la Cámara Obrera fuese poco institucional,
propiciando el uso discrecional de sus atribuciones, en muchos casos con trasfondos
claramente políticos, y en otros, por lo menos con la intención de generar un
clientelismo a favor de los líderes revolucionarios.

Resulta evidente que el proyecto del gobernador De la Huerta se ve frenado por


la creación de un sistema jurídico homogéneo a nivel nacional, a partir del nuevo orden
constitucional, pero además es innegable que con el regreso del general Calles a la
gubernatura, se inicial la desarticulación de la institución, al retirarle el apoyo sobre
todo económico, impidiendo un accionar más eficaz, aun cuando su desaparición
estuviese a la vuelta de la esquina.

Es importante también reconocer que, aun cuando el uso discrecional de las


instituciones empaña los verdaderos alcances que una regulación, y en especial una
institución como la Cámara Obrera, el proceso de legislar y dejar constancia en los
marcos jurídicos, por limitados que hayan sido en el tiempo, constituyen por si mismos
avances importantes en el plano del reconocimiento de los derechos sociales, y no
debemos menospreciar el impacto que estos esfuerzos, sin importar que hayan existido
motivaciones colaterales, tienen en la sociedad.

Un estudio más profundo, enmarcado en la historia social es posible, pero


requeriría de un esfuerzo más amplio, de una consulta mucho más extensa de fuentes
primarias.

Asimismo, son necesarios esfuerzos por mejorar las condiciones de los archivos
históricos de la entidad, los cuales se encuentran en condiciones poco propicias para la
conservación de valiosos documentos para entender el desarrollo de nuestra sociedad.
89

En resumen, la Cámara Obrera, en conjunción con la legislación laboral


preconstitucional generada en Sonora, representa un avance en el reconocimiento y
respeto de los derechos de los trabajadores; aunque en la práctica, su aplicación y
funcionamiento discrecional hayan sido un intento de controlar a las masas obreras del
estado, en principio con un objetivo práctico de establecer un orden, necesario para la
generación de riqueza que pudiese ser distribuida de manera más equitativa y alcanzar
niveles de desarrollo económico que respondieran a las exigencias que los ideales
planteados por la Revolución.
90

ANEXO LEGISLATIVO
Compilación de leyes relacionadas
91

Gobierno del Estado


REPUBLICA MEXICANA

Decreto Núm. 71.

Ley que crea la Cámara Obrera en el Estado.

ADOLFO DE LA HUERTA, sistema social a que antes se ha hecho


Gobernador interino del Estado de referencia;
Sonora, en uso de facultades
especiales que me ha conferido el C. Que si bien es cierto el derecho a
Primer Jefe del Ejército huelga, único medio penoso a que los
Constitucionalista y Encargado del trabajadores han ocurrido para defender
Poder Ejecutivo de la República; y sus intereses, está reconocido por el
Constitucionalismo; este derecho debe
CONSIDERANDO: ejercitarse exclusivamente en el caso
de que se presente en su contra la
Que una de las causas tendencia conservadora de los
principales que originaron la Revolución Gobiernos;
Social fue el malestar económico de las
clases trabajadoras, por efecto del Que toda vez que el triunfo de la
sistema injusto de la repartición de las Revolución Social, encabezada por el
utilidades obtenidas por las empresas C. Venustiano Carranza, de hecho ha
productoras; conseguido llevar al proletariado al
dominio del Estado, no debe recurrir el
Que ese malestar se agravó obrero al sistema de las huelgas en el
hasta llegar a convertir a los actual orden de las cosas, desde el
trabajadores en verdaderos esclavos de momento en que el constitucionalismo
los capitalistas (así nacionales como es la genuina representación de los
extranjeros) a virtud de las trabajadores y sostenedor de sus
espoliaciones permitidas y apoyadas demandas justas;
por las administraciones dictatoriales;
Que ha llegado el momento en
Que entre los ideales que el Constitucionalismo debe
revolucionarios figura como uno de los demostrar con hechos que van
principales la redención de las clases directamente al cumplimiento de los
trabajadoras y que, por lo tanto, las ideales que lo impulsaron a la lucha
tendencias de la Revolución deben armada;
encausarse hacia la transformación del
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Que al presente se hace trabajadoras que conocen a fondo sus


necesario determinar el camino por el necesidades y aspiraciones; y a sus
que han de solucionarse las dificultades genuinos representantes que designen
de las clases trabajadoras, llevando a para ser porta-voces en la Cámara que
ellas el convencimiento íntimo de que este Decreto establece;
en sus manos deposita el Gobierno
emanado de la Revolución los medios He tenido a bien decretar lo
de solucionar sus dificultades y siguiente:
determinar su mejoramiento; Art. 1º.- Se crea en el Estado
Que no basta la libertad de una Cámara Obrera, y su objeto será
elección dentro de las instituciones estudiar los asuntos relacionados con
vigentes, para hacer que la voz del las clases trabajadoras.
obrero sea oída en los cuerpos Art. 2º.- Para formar dicha
Legislativos, puesto que, los intereses Cámara, las agrupaciones mayores de
políticos en juego en las luchas mil trabajadores elegirán un
electorales, pueden defraudar las representante por cada mil obreros o
aspiraciones de los obreros; fracción que pase de quinientos. Por
Que, por otra parte, la Legislatura cada representante propietario se
Local obligada a resolver problemas del elegirá también un suplente. La
orden político y de interés público en personalidad se probará por medio de
general, no puede ocuparse de manera una credencial.
especial de los trascendentales Art. 3º.- Las credenciales serán
problemas obreros y por ello se hace autorizadas por las mesas directivas
indispensable la formación de una correspondientes o por quienes
asamblea dedicada a esos problemas, representen a las agrupaciones según
libre de toda influencia política; sus estatutos; y serán visadas por la
Que muchos puntos quizá primera Autoridad Política del lugar
importantísimos del problema obrero, quien pondrá constancia de que se
tienen indiscutiblemente sellos notorios cumplirán todos los requisitos exigidos
de regionalidad, que hacen que casos por este Decreto.
semejantes se resuelvan de modos Art. 4º.- Para ser electo
distintos según el Estado y requieran representante se Requiere ser
trámites también diferentes; por lo cual ciudadano mexicano en ejercicio de sus
las disposiciones del Gobierno General derechos, mayor de veinticinco años al
deberán ineludiblemente ser auxiliadas tiempo de la instalación de la Cámara, y
con las luces de los conocedores de la pertenecer a la clase trabajadora cinco
región y de su medio; y en el caso años antes a la elección.
presente a nadie sienta mejor tan noble
papel que a las propias clases
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Art. 5º.- Los representantes uno: el primero comprenderá enero y


durarán en su encargo un año y tendrán febrero, y el segundo julio y agosto.
las obligaciones siguientes:
Art. 11.- Durante el receso de la
I. Asistir con puntualidad a las Cámara habrá una Comisión
Sesiones. permanente compuesta de tres
II. Observar una conducta honesta. miembros elegidos entre los mismos
III. Usar formas comedidas al tratar representantes y que tendrá por objeto:
asuntos con las autoridades.
IV. Interceder con los obreros para el I. Continuar los estudios
fiel cumplimiento de las emprendidos por la Cámara, para
disposiciones del Gobierno de la no sufran demora.
Revolución Social. II. Iniciar y encausar los que se
presenten de nuevo.
Art. 6º.- Los representantes III. Vigilar en todo lo que tienda al
tendrán una remuneración igual a las mantenimiento de la Institución,
dietas de los Diputados locales; las tramitando los asuntos que a ella
recibirán sólo mientras estén en se refieran.
funciones, y se pagarán por la Tesorería IV. Las demás que le impongan las
General. Oportunamente se modificará leyes
el presupuesto de Egresos del modo
que corresponda. Art. 12 Son atribuciones de la
Cámara:
Art. 7º.- Las elecciones de
Representantes se harán antes del I. Formar su reglamento interno.
quince de diciembre de cada año y la II. Estudiar las organizaciones y los
toma de posesión el día primero de sistemas que produzcan mayor
enero. bienestar al obrero.
III. Emitir juicios periciales sobre las
Art. 8º.- En la primera Sesión la indemnizaciones que deban darse
Cámara nombrará por esta vez dos a los perjudicados, en razón de los
obreros agricultores, de distintas accidentes sufridos por los obreros
regiones del Estado, para que asistan en sus trabajos.
como representantes a las Sesiones. IV. Presentar su opinión en los
Los asuntos relativos a la Agricultura se conflictos obreros y proponer
tratarán siempre en primer término. bases para su conclusión.
V. Proponer al Ejecutivo Inspectores
Art. 9º.- La Cámara Obrera que cuiden la higiene de los
tendrá su asiento en la Capital del establecimientos destinados al
Estado. trabajo y de que se llenen en
Art. 10.- Habrá dos períodos de construcciones, instalaciones, etc.
Sesiones que durarán dos meses cada los requisitos exigidos por los
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Reglamentos o disposiciones seis días, las empresas tienen la


relativas. obligación imprescindible de firmar
VI. Asistir a las sesiones del Congreso contratos claros y concisos sobre las
por medio de delegaciones que obligaciones y derechos de los
tendrán voz, cuando se traten contratantes. Los impuestos que dichos
asuntos relacionados con la contratos causen serán cubiertos por
Legislación obrera. las empresas.
VII. Promover ante el ejecutivo del
Estado o el Congreso las Leyes o SEXTO.- Es obligación de las
disposiciones que juzgue empresas conceder a sus trabajadores
convenientes en relación con su un día de descanso en cada semana.
objeto. SEPTIMO.- Las reclamaciones
VIII. Las demás que se le señalen de de indemnización por accidentes del
un modo expreso por legítimas trabajo que presenten los obreros, se
disposiciones. encomendará al Defensor de Oficio y en
Art. 13.- Se concede a las su defecto a la persona que designe el
empresas el derecho de mandar a la Ejecutivo.
Cámara los Representantes que OCTAVO.- Se concede acción
juzguen convenientes, los cuales pública para denunciar las infracciones
tendrán voz, pero no voto ni a este Decreto, que se castigará
remuneración oficial. administrativamente con multa hasta de
ARTICULOS TRANSITORIOS quinientos pesos, oro nacional metálico
o reclusión hasta de un mes.
PRIMERO.- Mientras se fijan las
Leyes del Trabajo, se observarán las NOVENO.- Este decreto
disposiciones de los artículos empezará a surtir sus efectos al día
siguientes. siguiente al de su publicación.

SEGUNDO.- La jornada de Por tanto mando se imprima, se


trabajo será cuando más de ocho horas. publique, circule y se cumpla.

TERCERO.- El salario mínimo Constitución y Reformas


del obrero será de un peso con Dado en el Palacio del Poder
cincuenta centavos oro nacional. Ejecutivo en Hermosillo, a los diez días
CUARTO.- La edad mínima del del mes de octubre 11 de mil
trabajador será de catorce años. novecientos diez y seis.- El Gobernador
Interino, Adolfo de la Huerta.- El Oficial
QUINTO.- Para todos los Mayor E. F. del S. G. de G. Lic. Daniel
trabajadores cuya duración exceda de Benítez.
Decreto numero 78
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ADOLFO DE LA HUERTA, Gobernador Interino del Estado de Sonora, en uso


de las facultades que me ha conferido el C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista,
Encargado del Poder Ejecutivo de la Nación, y;

En virtud de que el artículo 7/o. del Decreto Número 71 de 10 de octubre del


presente año previene que las elecciones de los Representantes que deben integrar la
Cámara Obrera en el Estado se harán antes del 15 de diciembre de cada año, a fin de
que los electos tomen posesión el día 1/o de enero, he tenido a bien expedir el
siguiente

DECRETO:

Primero.- Se convoca a las Agrupaciones Obreras existentes en el Estado, para


la elección de Representantes que deben integrar la Cámara Obrera en el próximo año
de mil novecientos diecisiete.

Segundo.- Las elecciones se efectuarán, por esta vez, el Domingo 17 del actual,
en los lugares señalados al efecto por las Mesas Directivas, ó Representantes de las
Agrupaciones Obreras, según sus estatus.

Tercero.- Las elecciones se ajustarán en todo a los Artículos 2/o. 3/o. y 4/o. del
Decreto número 71 de 10 de octubre del presente año.

Cuarto.- La calificación de las elecciones en caso de discusión sobre la validez o


nulidad de las mismas, deberá hacerse por la misma Cámara de Representantes
Obreros, constituida en Colegio Electoral al reunirse en esta Capital.

CONSTITUCION Y REFORMAS.

Dado en el Palacio del Poder Ejecutivo en Hermosillo, Son. a los siete


días del mes de diciembre de mil novecientos dieciséis.

El Gobernador Interino.

Adolfo de la Huerta.
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LA CAMARA OBRERA DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE SONORA, EN USO


DE LA FACULTAD QUE LE CONCEDE EL ARTÍCULO 12, INCISO PRIMERO, DEL
DECRETONUMERO 71, EXPEDIDO EN 10 DE OCTUBRE DE 1916, HA TENIDO A
BIEN APROBAR EL SIGUIENTE REGLAMENTO INTERIOR.

CAPITULO PRIMERO

DEL LUGAR DE LAS SESIONES

Art. 1º.-El lugar de las sesiones de la Cámara se llamará ―Salón de Sesiones de la


Cámara Obrera‖.

Artículo 2.-Dicho edificio tendrá todas las oficinas necesarias, como son: Salón
Principal donde la Cámara celebrará sus sesiones; Secretaría que servirá de Sala de
Comisiones, Archivo y demás piezas que sean precisas.

Artículo 3.-En la cabecera del Salón de Sesiones habrá una mesa con algunos
ejemplares de este reglamento, de la Constitución General de la República, de la
Particular del Estado, una colección de disposiciones y decretos del Gobierno
Constitucionalista, lista de Comisiones y demás libros y papeles que sean necesarios
en este sitio, a juicio de la Cámara.

Artículo 4.-La Comisión de Policía cuidará constantemente de que las piezas


expresadas se conserven en perfecto estado de aseo.

CAPITULO SEGUNDO.

DE LAS JUNTAS PREPARATORIAS Y DE LA INSTALACION DE LA CAMARA

Artículo 5,-En la renovación de la Cámara, la víspera del día señalado por la ley
para la instalación de la nueva, se celebrará una junta preparatoria con los
representantes nuevamente electos y presidida por la Comisión Permanente.

Artículo 6.-Las Juntas Preparatorias se instalarán con la concurrencia de un


número mayor que la mitad de los representantes electos en todo el Estado,
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Tomándose como base para esto la información que previamente haya recabado la
Comisión Permanente.

Artículo 7.-La primera Junta tendrá por objeto:

I. La presentación por los electos de sus respectivas credenciales.


II. El nombramiento que hará el presidente de dos Comisiones Revisoras,
componiéndose cada una de tres Representantes; la primera, para revisar
las credenciales de todos los Representantes, excepto las de los que la
forman, y la segunda para examinar las de los que componen aquella.

Artículo 8.-La segunda Junta Preparatoria se celebrará en el mismo día de la


instalación y apertura del período de sesiones, a la hora designada por la Comisión
Permanente, y tendrá por objeto:

I. Lectura y aprobación del acta anterior.


II. Lectura de los informes que rinden las Comisiones respecto a las
credenciales.
III. La discusión sobre la legitimidad de cada credencial.

Artículo 9.-Los representantes cuyas credenciales hayan sido aprobadas,


otorgarán la protesta de ley en la siguiente forma: ―¿Protesta usted trabajar en esta
Cámara, por el mejoramiento del pueblo obrero, y serle fiel en el desempeño de la
misión que le ha conferido?‖-―Si‖-―Si así lo hiciereis que ese pueblo os lo recompense, y
si no, que os lo demande.‖, y en seguida se procederá a nombrar de entre ellos mismos
y en escrutinio secreto, un Presidente, un Vice-Presidente, un Secretario y un
Secretario Suplente; y, retirándose la Comisión Permanente, que cesará en sus
funciones se declarará la Cámara legítimamente instalada y abrirá el primer período de
sus sesiones ordinarias.

CAPITULO TERCERO.

DE LA PRESIDENCIA Y VICE-PRESIDENCIA
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Artículo 10.-En la sesión del día primero de cada mes o al siguiente, si el de aquel
fuere festivo, leída y aprobada el acta de la sesión anterior, se procederá a la
renovación de oficios, eligiéndose al efecto por escrutinio secreto: Presidente, Vice-
Presidente, y un Secretario Suplente, quedando el Secretario Suplente como Secretario
y cesando el Presidente, Vice-Presidente y Secretario anterior, que podrán ser electos
para distintos oficios de los que sirvieron últimamente.

Artículo 11.-Esta elección se comunicara al Ejecutivo del Estado para su


conocimiento y publicación.

Artículo 12.-Son atribuciones del Presidente:

I. Abrir y cerrar las sesiones en horas acordadas.


II. Dar curso a los oficios que se reciban en la Cámara.
III. Determinar los asuntos que deban ponerse a discusión, con arreglo al
artículo 49
IV. Conceder la palabra a los representantes en el orden en que la hayan
solicitado y a los miembros de las Comisiones, conforme al artículo 69.57.
V. Conceder licencias a los Representantes hasta por ocho días en los
casos previstos en los artículos 21, 22 y 23 de este Reglamento.
VI. Firmar con el secretario en el libro respectivo las actas de las sesiones
luego que estén aprobadas, así como las leyes que se comuniquen el
congreso o al Ejecutivo para su sanción y promulgación.
VII. Nombrar, de acuerdo con el Secretario, las Comisiones especiales y de
mera ceremonia.
VIII. Citar a sesión extraordinaria cuando lo creyere necesario o cuan do fuere
excitado para ello por el Congreso, Ejecutivo o por algún Representante.
IX. Erigir la Cámara en Colegio Electoral o en Gran Jurado, en los casos
necesarios.
X. Cuidar el orden en el acto de sesión.

Artículo 13.-Cuando algún Representante manifestare su inconformidad relativa a


disposiciones de la Presidencia, se someterá el caso a la decisión de la Cámara.
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Artículo 14.-El Presidente permanecerá sentado mientras ejerza las funciones que
le señala este Reglamento; pero al tomar la palabra para entrar en la discusión de los
negocios, lo hará de pie, como todos los Representantes.

Artículo 15.-A falta del Presidente, ejercerá todas sus funciones el Vice-
Presidente; y en defecto de ambos, aquel de los representantes que haya
desempeñado ese cargo en el mes anterior, y si este faltare a la vez entrará el
Secretario.

Artículo 16.-Cuando el presidente haga uso de la palabra, como representante, el


Vice-Presidente ejercerá respecto de aquel las atribuciones que comprende el artículo
12, fracción IV.

Artículo 17.-El Vice-Presidente, o quien hiciere sus veces, por sí o excitado por
alguno de los Representantes, llamará al orden al presidente cuando infrinja algún
artículo de este Reglamento.

CAPITULO IV

DEL SECRETARIO

Artículo 18.-Son obligaciones del Secretario:

I. Concurrir a la secretaria una hora antes de las sesiones, para revisar el


acta de la anterior y hacerse cargo de los asuntos que deban presentarse
a la Cámara.
II. Extender las actas de las sesiones secretas y redactar o cuidar de que se
redacten las de las públicas, firmándolas en unión del Presidente.
III. Autorizar con su firma las comunicaciones oficiales.
IV. Dar cuenta a la Cámara con los asuntos que sean presentados a la
Secretaría, en el orden siguiente:
1. Con el acta de la sesión anterior.
2. Con las comunicaciones oficiales del ejecutivo, del Tribunal Superior
de Justicia, del Congreso de la Unión, de las Secretarías de Estado,
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de las Legislaturas de los demás Estados de la Federación, de sus


gobiernos y de las demás corporaciones reconocidas por la ley.
3. Con las proposiciones de los Representantes.
4. Con los memoriales de los particulares.
5. Con los dictámenes de segunda lectura y luego con los de primera.
6. Con los dictámenes que por razón de trámite dictado con
anterioridad, deben ser discutidos en la sesión.

Artículo 19.-La falta del secretario se cubrirá con el suplente y si este faltare a la
vez, entrarán a funcionar los Secretarios menos antiguos de entre los presentes.

CAPITULO V

DE LOS REPRESENTANTES.

Artículo 20.-Los representantes tienen la obligación de asistir a todas las sesiones


y de permanecer durante todo el período en el lugar de residencia de la Cámara, salvo
el caso en que se le nombre a una comisión fuera del lugar.

Artículo 21.-Cuandompor causa justificada algún representante no pudiere asistir a


sesión o continuar en ella, lo avisará de palabra o por medio de oficio al Presidente;
pero si la ausencia hubiere de impedirle por más de ocho días concurrir a sesiones, lo
participará a la Cámara para obtener su permiso.

Artículo 22.-No se concederá licencia a tres representantes a un mismo tiempo, ni


esta podrá pasar de un mes

Artículo 23.-Las licencias de que hablan los artículos 21 y 22, no podrán


concederse cuando la Cámara haya de quedar sin el número competente de
Representantes para sesionar.

Artículo 24.-Concluido el período de sesiones ordinarias, los representantes,


previo aviso que darán a la Comisión Permanente, podrán retirarse a donde sus
negocios los llamen.
101

Artículo 25.-El representante que sin causa justificada dejare de asistir a las
sesiones, sufrirá- un descuento de cinco pesos por cada sesión que dejare de
concurrir.

Artículo 26.-La Secretaría llevará una lista de las faltas de que hablan los artículos
anteriores, y dará cuenta con ella a la Tesorería General para que haga las
deducciones correspondientes.

Artículo 27.-En la enfermedad grave de algún Representante, el Presidente


nombrará una Comisión compuesta de dos miembros de la Cámara, para que lo visiten
diariamente y den cuenta de sus necesidades para remediarlas. En caso de que
falleciere, una Comisión de la misma Cámara presidirá el duelo y se encargará de los
funerales.

CAPITULO VI

DE LAS SESIONES.

Artículo 28.-Las sesiones serán públicas o secretas, y unas y otras ordinarias o


extraordinarias.

Artículo 29.- Se reunirá la Cámara en sesión ordinaria todos los días, por el tiempo
que señala el Artículo 14 del Decreto número 71, menos los Domingos, excepto cuando
deba inaugurarse o clausurarse en ese día algún período de sesiones; usando el
presidente de esta fórmula: ―Se abre la sesión‖, ―Se levanta la sesión.‖

Artículo 30.-La Cámara no puede abrir sus sesiones ni ejercer su encargo sin la
concurrencia de la mayoría absoluta del número total de sus miembros; pero los
presentes deberán reunirse el día señalado por la ley y compeler a los ausentes bajo
las penas que ella designe. (Decreto Núm. 71.)

Artículo 31.-Cuando por cualquier motivo no puede celebrarse una sesión en el


día señalado, tendrá efecto precisamente en el inmediato útil.

Artículo 32.-Las sesiones públicas comenzarán a la hora que acuerde el


Presidente con aprobación de la Cámara y durarán hasta tres horas habiendo asuntos
102

de que tratar, pudiendo en todo caso prorrogarse hasta por una hora más si la Cámara
así lo acordare a petición de cualquiera de sus miembros, o bien declarándola
permanente si la gravedad y urgencia de los negocios así lo exigiese, mas para esto
último se necesita el voto de las dos terceras partes de los representantes presentes.

Artículo 33.-Las sesiones secretas podrán celebrarse antes o después de las


públicas, siempre que deban tratarse alguno de los puntos siguientes:

I. Los asuntos que con el carácter de reservados se dirijan a la Cámara por


las corporaciones y autoridades de la Nación.
II. Las quejas y acusaciones que se dirijan contra alguno de los
representantes o de las autoridades de la federación o del Estado.
III. Las puramente económicas de la Cámara en que se trate de la renuncia,
licencia o llamamiento de algún Representante.

Artículo 34.-Se observará en ellas las ritualidades y orden de las sesiones


públicas, guardándose un riguroso secreto siempre que la Cámara declare que el
asunto así lo demanda.

Artículo 35.-El secretario extenderá de su puño y letra las actas de las sesiones
secretas, las firmará con el Presidente después de aprobadas y las archivará en lugar
seguro y de reserva.

Artículo 36.-Las sesiones extraordinarias solo tendrán lugar cuando así lo


demande la necesidad, urgencia y gravedad de los negocios, y la duración será por
solo el tiempo preciso para llenar el objeto a que fueron convocadas.

Artículo 37.-Si las sesiones extraordinarias tocaran al tiempo en que deben


celebrarse las ordinarias, cesarán aquellas y la Cámara continuará conociendo en
estas de los negocios para que fueron convocadas las primeras.

CAPITULO VII

DE LAS COMISIONES.
103

Artículo 38.-Para facilitar el despacho de los negocios de la Cámara se nombrarán


Comisiones especiales que los discutan, estudien e instruyan.

Artículo 39.-Las comisiones fundarán por escrito sus dictámenes y concluirán


reduciéndolos a proposiciones claras y sencillas, que puedan sujetarse a votación.

Artículo 40.-Las comisiones especiales que fueren nombradas se compondrán del


número que fueren suficiente para el mejor desempeño de su cometido, haciéndose
esa designación por la Cámara en sesión plena.

Artículo 41.-La Cámara o la Comisión Permanente en su caso, de acuerdo con el


Ejecutivo del Estado, podrán nombrar Comisiones foráneas para el mejor cumplimiento
de su cometido y de las atribuciones que establece el artículo 12 del Decreto número
71.

Artículo 42.-El mismo día en que la Cámara cierre su período de sesiones


conforme al Decreto número 71, antes de declararse en receso, nombrará la Comisión
Permanente.

Artículo 43.-Para la elección de la Comisión Permanente, que será por escrutinio


secreto, la Cámara propondrá formula- de los tres miembros que deban integrarla,
quedando el primero de la fórmula Presidente y el último Secretario. Las faltas
temporales o absolutas de alguno de los miembros de la Comisión Permanente se
cubrirán por sus respectivos suplentes a quienes se llamará inmediatamente.

CAPITULO VIII.

DE LA INICIATIVA DE LEYES Y RESOLUCIONES DE LA CAMARA.

Artículo 44.-Si alguna persona, corporación o empresa presentare a la Cámara


algún proyecto de ley o reglamente que fuere de notoria utilidad para el gremio obrero,
se someterá a un estudio minucioso, y si resultare aprobado, se le pasará al Congreso
Local o al Ejecutivo, con el carácter de iniciativa de ley.
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Artículo 45.-A las iniciativas de ley presentadas por los Representantes, a la


Cámara, se les dará el mismo trámite que expresa el artículo anterior.

Artículo 46.-Toda resolución de la Cámara deberá ceñirse a lo dispuesto en los


artículos11 y 12 del Decreto número 71 y tendrá el carácter de iniciativa de ley o
acuerdo económico.

Artículo 47.-Al presentarse un proyecto de ley o acuerdo económico, su autor


expondrá verbalmente o por escrito todos los fundamentos en que se apoya, y en la
discusión podrán hablar todos los Representantes en pro o en contra en el orden en
que pidan la palabra, conforme a la fracción IV del artículo 12, hasta que se declare el
punto suficientemente discutido por la Cámara.

Artículo 48.-Las iniciativas de ley o proposiciones de que habla el artículo 45


quedarán sujetas a la exclusiva discusión de la Cámara; y si no fueren aprobadas, se
devolverán a su autor con las anotaciones que se juzguen necesarias, o de última
resolución.

49.- Todo dictamen se sujetará a dos lecturas, debiendo mediar de dos a cinco
días entre la primera y la segunda, y al concluir de darse esta última la Cámara
determinará el día en que ha de discutirse.

Artículo 50.- En el caso de urgencia notoria o de obvia resolución o cuando esté


por terminar un período de sesiones, la Cámara puede dispensar los trámites
establecidos en el artículo 49 de este Reglamento.

Artículo 51.- Cuando el Congreso o el Ejecutivo, usando de la facultad que les


concede la ley devuelvan con observaciones alguna iniciativa de ley, el expediente
pasará a una comisión especial para que examine el asunto y emita su dictamen dentro
del tercer día; sujetando la resolución a nueva votación. Si resultare nuevamente
aprobada, se remitirá nuevamente para su reconsideración.

Artículo 52.- Cuando la cámara tenga que conocer de un asunto relativo a


acusaciones en contra de alguno de los miembros, se erigirá en Gran Jurado y seguirá
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así el procedimiento hasta agotar el punto que dio margen a la acusación, dictándose
en seguida la resolución que corresponda, de la que se dará conocimiento a las partes,
si las hubiere, archivándose el expediente.

Artículo 53.- La Cámara en calidad de Gran Jurado no tendrá receso, y cuando se


reúna como tal será presidido por el Presidente de la Comisión Permanente.

Artículo 54.- La Cámara en sus funciones como Colegio Electoral, se sujetará a lo


dispuesto en los decretos 71 y 78 y reformas posteriores.

Artículo 55.- Las iniciativas de la ley suscritas por el Presidente y Secretario de la


Cámara se comunicarán al Congreso o al Ejecutivo con un oficio de remisión firmado
por el Secretario. Las demás resoluciones se comunicarán insertándose en oficio que
firmaran solo los últimos.

CAPITULO IX

DE LAS DISCUSIONES

Artículo 56.- En la discusión de los negocios que se presenten a la Cámara, se


leerá: primero la proposición, oficio o solicitud que la hubiere motivado y después el
dictamen de la Comisión a cuyo examen se remitió.

Artículo 57.- Los representantes harán uso de la palabra en el orden que la hayan
solicitado y podrán hacerlo hasta por tres veces cada uno, sobre un mismo asunto. A
los miembros de la Comisión que sostengan un dictamen o autores de proposiciones,
se les concederá la palabra cuantas veces lo soliciten. Para que los representantes
puedan usar de la palabra por más de tres veces, necesitan permiso expreso de la
Cámara.

Artículo 58.- El Presidente, por si o excitado por algún representante, dispondrá


que se pregunte si el asunto está suficientemente discutido. Si lo estuviere, se
procederá inmediatamente a la votación, y si no, continuara la discusión; pero bastará
que hayan hablado un Representante en pro y otro en contra para que pueda repetirse
la pregunta.
106

Artículo 59.- Declarado un proyecto suficientemente discutido en lo general, se


preguntara si ha o no lugar a votarlo en su totalidad, y habiéndolo, se procederá a la
discusión de los artículos en lo particular. En caso contrario, se consultara si vuelve o
no el proyecto a la Comisión. Si la resolución fuere afirmativa volverá para que lo
reforme, mas si fuere negativa se tendrá por desechado.

Artículo 60.- Declarado que vuelva a la Comisión algún dictamen o parte de él


para que lo reformen, se presentara reformado en el sentido de la discusión tres días a
mas tardar; después de haber sido devuelto, se pasará a un Comisión nombrada
especialmente en caso de que la primera así lo solicite.

Artículo 61.- Ninguna discusión se podrá suspender sino por dos causas: primera,
porque la Cámara acuerde dar preferencia a otro negocio de mayor gravedad y
urgencia; y segunda, por alguna proposición que presente cualquier Representante y
merezca la aprobación de la Cámara.

Artículo 62.- Aprobado un proyecto de ley o acuerdo por la Cámara, después de


cumplir con lo prevenido por el artículo 59, se remitirá al Ejecutivo para su sanción y
promulgación.

CAPITULO X

DE LA VOTACION

Artículo 63.- Habrá tres clases de votaciones:

I. Nominal.
II. Económica.
III. Por escrutinio.

Artículo 64.- En la votación nominal, cada Representante, comenzando por el lado


derecho del Presidente, se pondrá de pie y en alta oz dirá su apellido y su nombre, si
fuere necesario, añadiendo la palabra ―si‖ o ―no‖, según que aprobare o reprobare lo
que se vota. La votación será recogida por el Secretario, que hará público el resultado
de ella.
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Artículo 65.- La votación económica se hará por la simple manifestación de


ponerse de pie a la vez los que aprueban, y quedarse sentados los que reprueben.

Artículo 66.- Las votaciones por escrutinio secreto se harán por cédulas que cada
Representante entregará al presidente y este depositará sin leerlas en un ánfora.
Concluida la votación, el Presidente leerá las cédulas y el Secretario anotará los
nombre de las personas y el número de votos que cada uno hubiere obtenido, dando
cuenta en seguida con el resultado de la votación.

Artículo 67.- Si en el primer escrutinio ningún candidato resultare con mayoría


absoluta de votos, se repetirá la votación entre los dos que obtuvieron mayor número,
quedando electo en el segundo escrutinio el que reúna la mayoría absoluta; y en caso
de empate, se decidirá la elección por la suerte. Los votos en blanco se aplicarán al
que hubiere obtenido la mayoría

Artículo 68.- Todas las elecciones se decidirán por mayoría absoluta de votos de
los representantes presentes, exceptuándose los casos en que este reglamento exija
un número mayor

Artículo 69.- Se harán por cédulas en escrutinio secreto todas las votaciones en
que se trate de elegir personas; de provisión de empleos de nombramientos de la
Cámara; para destituir empleados y para decidir las acusaciones que se presenten al
Gran Jurado.

Artículo 70.-Las votaciones serán precisamente nominales en los casos


siguientes:

I. Cuando se pregunte si ha o no lugar a votar algún proyecto en lo general


o en lo particular de cada artículo.

II. Cuando declarado sin lugar a votar algún proyecto, se pregunte si ha de


volver a Comisión.

III. Cuando se pregunte si se aprueba o no cada artículo de los que contenga


el indicado proyecto, o cada fracción de los que le forman.
108

IV. Cuando se voten iniciativas que la Cámara dirija al Congreso Local o al


Ejecutivo.

V. Cuando lo pida algún Representante o sea apoyado por otro.

VI. Cuando se trate de dispensa de trámites.

Artículo 71.-Los asuntos no comprendidos en los artículos 69 y 70 serán resueltos


en votación económica. También podrán resolverse en votación económica los asuntos
a que se refieren las fracciones I, III y IV, cuando no haya mediado discusión.

Artículo 72.- Los empates en las votaciones que no sean para elegir personas, se
decidirán discutiéndose de nuevo en la primera sesión, y si resultare empatada por
segunda vez, se repetirá la discusión y votación de nuevo en la sesión inmediata; pero
si a pesar de estas medidas volviese a empatarse la votación, se reservará el asunto
para el período ordinario de sesiones más próximo.

Artículo 73.- Mientras se verifica la votación, ningún miembro de la Cámara podrá


salir del Salón ni excusarse de votar, a no ser que se trate de asuntos que afecten su
persona o sus intereses.

CAPITULO XI

DEL ORDEN Y GOBIERNO INTERIOR DEL SALON DE LA CAMARA.

Artículo 74.-La Comisión de Policía se compondrá del Presidente y Secretario.


Esta cuidará del orden y gobierno interior del Salón de la Cámara y de hacer que se
observen las formalidades de este Reglamento.

Artículo 75.- Es Jefe de las oficinas de la Cámara el representante Secretario y,


por consiguiente, todos los empleados estarán bajo sus órdenes.

CAPITULO XII

DE LA COMISION PERMANENTE.
109

Artículo 76.- Al siguiente día de haber clausurado la Cámara sus períodos


ordinarios, se reunirá en el salón de Sesiones de la Comisión Permanente, formada
como lo previene el art. 11 del decreto núm. 71; y declarada instalada, se comunicará
al Gobierno y demás Corporaciones que fuere conveniente.

Artículo 77.- Celebrará sus sesiones ordinarias todos los días de la semana
excepto los domingos, y extraordinarias o secretas cuando lo pida algún vocal por
demandarlo así el asunto cuya calificación hará el presidente.

Artículo 78.- Además de las atribuciones que concede el art. 11 del Decreto núm.
71, la Comisión Permanente se sujetará en sus sesiones y despacho de los negocios a
lo que dispone este Reglamento respecto de la Cámara.

Artículo 79.- Si la Cámara fuere convocada a sesiones extraordinarias, cesará la


Comisión Permanente luego que se reúna aquella, y disuelta, continuará en sus
funciones.

Artículo 80.- Al abrir las sesiones extraordinarias se leerá la convocatoria, y tanto


en la apertura como en la clausura se usara de la fórmula establecida para las sesiones
ordinarias.

Artículo 81.-La designación de las horas en que hayan de celebrarse las sesiones,
se hará a la vista de las exigencias de los negocios que en ellas deban tratarse.

CAPITULO XIII

DEL CEREMONIAL.

Artículo 82.- Cuando en los casos previstos por el Decreto núm. 71 el Gobernador
se presentare en la Cámara, una comisión nombrada al efecto lo recibirá a la entrada
del Salón, acompañándole también a su salida hasta el mismo lugar.

Artículo 83.- Los Representantes se pondrán de pie en el acto de la protesta.


110

Artículo 84.- Cuando el Gobernador dirija la palabra ante la Cámara, el Presidente


contestará en términos generales.

Artículo 85.- En los períodos de receso de la Cámara, las protestas del


Gobernador y Magistrados del Tribunal (testado en el original)

TRANSITORIOS

Primero.- Para la mejor perfección en los procedimientos de la Cámara ó


Comisión Permanente, en su caso, todos los actos que no estuvieren previstos en este
Reglamento, se sujetaran a lo dispuesto por el Decreto 71 de fecha 10 de octubre del
año próximo pasado, con sus adiciones o reformas si las tuviere.

Segundo.- El presente Reglamento comenzará a regir desde el día quince del


presente mes.

Comuníquese al ejecutivo para su conocimiento y publicación.

SALON DE SESIONES de la Cámara Obrera del Estado.- Hermosillo, Sonora, 5


de enero de 1917.

FIRMAS DE MARGARITO C. RIOS Y ALFONSO C. LEYVA


111

Ley de Relación entre Amos y Sirvientes


El Gobernador provisional del Estado de Sonora á todos sus habitantes sabed:
que el Congreso del mismo Estado ha decretado lo siguiente.
NUMERO 15.
El Congreso Constituyente del Estado Libre y Soberano de Sonora, a tenido a
bien decretar.
Art. 1.- Todo individuo en el estado que sabiendo leer y escribir, o que teniendo
quien le lleve sus cuentas acomodare algún sirviente, asentará en el libro o cuaderno
de ellas, el nombre y apellido de este, la fecha en que se acomodare, el sueldo ración y
condiciones en que se convengan, expresando su vecindad, origen y la circunstancia
de si es casado, soltero ó viudo.
2º.- Todas las cantidades y menudencias que el sirviente pidiere a cuenta de su
salario se le anotarán siempre que se pueda en el mismo acto que se le dan, en el libro
o cuaderno de que habla el artículo anterior, y en una libreta que firmada del amo o su
agente en el encabezado de las condiciones, se le entregará al sirviente al tiempo de
acomodarse, igual a las que en el libro se hayan puesto, para que en ella consten todas
las partidas de su cargo, con caracteres de círculos, líneas y sus mitades, de modo que
el sirviente pueda ajustarse cuenta por sí y tener constancia de ella en su poder.
3º.- Cuando por algún accidente inevitable no pudiere hacerse el cargo á un
mismo tiempo en el libro y libreta, se verificará en otra ocasión oportuna que se
presente con acuerdo del interesado, su mujer, madre ó persona que haga sus veces
en la familia.
4º.- Cuando el amo, administrador u otro mandón en su caso no supieren leer y
escribir, ni tuvieren quien les lleve sus cuentas, se entenderá con el sirviente por medio
de círculos, rayas y sus mitades en un papel ó palo como observan llevar sus
conocimientos las gentes rústicas del campo que no tuvieron ningunos principios,
haciendo siempre de modo que el sirviente sepa lo que debe o lo que alcanza, el
tiempo que lleva servido y las faltas que se le rayan como es costumbre ó según el
pacto que haya celebrado con el amo cuando se acomodó.
5º.- A todo sirviente que a cuenta de su salario pidiera algunos efectos para
vestirse él o su familia, y lo mismo cualesquiera otros comestibles para el
mantenimiento, podrán facilitárseles, previo el convenio de sus precios o valores, de
suerte que al cargarse en el libro ó cuaderno de cuentas y en la libreta, sea con pleno
conocimiento del sirviente y como si lo hubiere recibido en dinero en efectivo.
6º.- El sirviente que quiera ajustar sus cuentas para salir, se pagará en el acto la
deuda que haya contraído con su amo según se convenga, sin exigirle tiempo alguno
para ir á buscar el dinero a menos que el amo quiera voluntariamente concedérselo
pues desde que se acomodaba el sirviente debe saber que las cantidades que en
112

dinero o especies pide y se le suministren adelantadas las recibe a cuenta de su


trabajo de que ya no es dueño desde el acto de acomodarse si no es pagado su deuda
al contado para quedar en libertad.
7º.- El sirviente solo estará obligado á satisfacer lo que conste asentado en su
libreta, aunque en el libro o cuaderno del amo aparezca deber más cantidad, a menos
de que éste no justifique legalmente que lo que el sirviente niega se lo dio sin asentarlo
a un tiempo en el libro y libreta, ya por no estar en el punto en que existía uno y otro
instrumento cuando en igual caso de andar ausente de su familia la recibe de algún
encargado del amo, o ya cuando en las mismas circunstancias se lleva el sirviente la
libreta deja a la familia sin ella y es preciso darle a esta lo que pide, pues mediando
estos incidentes estará obligado a pagar, previo el precio estipulado al tiempo de dar y
recibir el efecto, bien sea por el mismo- sirviente como queda dicho en el artículo 5º
bien por su mujer ó la persona de su familia que á su nombre hace el pedido.
8º.- Solo en el caso de que el sirviente pierda su libreta estará obligado a
satisfacer cuanto cargo aparezca contra él, en el libro o cuaderno del amo, y éste en
caso de que el sirviente quiera reconocer su cuenta le presentará en el acto el libro si
se hallan en el punto que exista, se la liquidará y no podrá exigirle que manifieste la
libreta, sino en el caso de conformarse con el resultado de la liquidación.
9º.- Cuando algún amo despidiere o suspendiere a un sirviente que le debe ya
sea por que no tenga en que emplearlo o por que el año tiene estaciones que por el
rigor del frío o la cortedad de los días le es menos útil no tendrá derecho para obligar al
sirviente a que vuelva a trabajarle cuando lo necesite siempre que ya se haya
acomodado o alquilado con otro amo, y en este caso solo se le podrá obligar a que le
abone la cuarta parte del salario que gane, sin excluir el valor de la ración.
10.- Ningún amo que o por las causas anteriores despida o suspenda a un
sirviente podrá embarazarle que solicite nuevo amo a poca o mucha distancia de la
residencia del que lo suspendió, aun cuando le ofrezca socorrerlo con la ración o algún
suplemento mientras tiene en que emplearlo; pero en el caso de ir a buscar nuevo amo
el sirviente a larga distancia ó punto distinto, estará obligado a dejarle fiador a su
satisfacción mientras le noticia (sic) quien es su nuevo amo en cuyo poder dejará la
cuarta parte de su sueldo en abono de su deuda, siempre que no tenga la desgracia de
ocurrirle enfermedad a su persona, la de su mujer, o sus hijo, o la muerte de alguno de
éstos, en cuyo caso no podrá ser obligado a ningún abono mientras no satisfaga los
cargos que le haya ocasionado alguna de las ocurrencias referidas.
11.- Todo amo que por las expresadas causas suspenda o despida a un
sirviente, estará obligado a liquidarle su cuenta y libreta, y dejarle constancia de estar
en libertad para buscar nuevo amo a quien servir, y lo mismo hará con cualquiera otro
que se separe de su servicio porque ya no le convenga continuar con el siempre que
debiéndole satisfaga su deuda como queda explicado en el artículo 6º.
12.- Todo amo que acomodare un sirviente de otro sin su consentimiento,
deberá satisfacer en el acto el delito en que salga descubierto, cargándoselo en su
cuenta; mas no acomodará sirviente alguno de otra persona, ni por algún pretexto la
113

retendrá en su poder si no es llevando su libreta ajustada y constancia de hallarse en


libertad para buscar nuevo amo, so pena de perder cuanto le diere y quedarse sin el
sirviente si se le reclama.
13.- Así como los amos o mandones de estos están en la obligación de tratar
bien a los sirvientes, sin darles malas razones o maltratarlos de obra, y pagarles
religiosa y puntualmente su trabajo según las condiciones estipuladas al tiempo de
celebrar el contrato, los sirvientes están constituidos en la de desempeñar con
honradez y pureza trabajando con actividad y esmero en cualquiera quehacer o trabajo
a que se le destine si así se comprometió, y por vía de corrección atendiendo a que la
mal atendida libertad ha viciado en sumo grado la subordinación y respeto que se debe
a los amos, y mandones, podrán estos en sus casos respectivos, corregir y castigar a
los sirvientes por primera, segunda y tercera vez y en una misma falta, y por la que
cometieren en el desempeño de su obligación con encierro de uno a ocho días en una
pieza aseada que tenga luz, pudiéndolos poner, si lo creyeren conveniente, de pies o
de cabeza en el cepo para su escarmiento y enmienda; pero el cepo estará constituido
y puesto en términos que no lastime ni cause tormento por muy alto o muy bajo, de tal
suerte que dé al cuerpo una posición violenta. El encierro o castigo se ejecutará en las
horas que el sirviente no deba trabajar; bien sea de día o de noche, quedando siempre
prohibido ponerlos doblados de espinillas, acaballo, o cualquiera otro modo que no sea
el permitido por este artículo, bajo la pena de cien pesos de multa por la primera vez,
doble por la segunda y así progresivamente, aplicándose a beneficio del sirviente que
sufrió el castigo prohibido cien pesos, y lo restante en los casos de reincidencia á los
fondos que sufraguen las manutenciones de presos.
14.- El amo que por no tener haberes suficientes no pueda cubriir la multa
referida sufrirá el propio castigo que impuso y el mismo tiempo; mas si de su exceso
resultare la muerte mutilación de miembro u otro daño grave al sirviente de suerte que
a juicio de un facultativo quede imposibilitado para trabajar con vigor, será juzgado con
arreglo a las leyes, que impongan mayores penas que las señaladas en el presente y el
anterior artículo sin perjuicio de ellas.
15.- La facultad de castigar al sirviente concedida al amo administrador
mayordomo, u otro mandón que de halle ausente de los primeros la ejercerán también
en los casos siguientes: cuando en las horas de su trabajado abandonare éste el
sirviente sin licencia del que lo manda, aunque el abandono sea de media hora; cuando
por supuesta enfermedad o flojera falle un día o días de la semana; cuando en el acto
de estar trabajando deja de hacerlo intencional y caprichosamente con la actividad y
esmero que debe aunque se le esté advirtiendo por el mandón y ceda en perjuicio del
amo solo porque no se le da la tarea que él quiso; cuando de obra, palabra, acciones
burlescas, o de mofa falte al respeto debido a su amo, administrador, mayordomo o
encargado; cuando aunque sea día festivo, se ausente sin licencia de la Hacienda o
Rancho en que hade estar pronto para que su amo lo emplee, según la necesidad o
urgencia de sus quehaceres: cuando en bailes o juegos, aunque sean permitidos, gaste
las horas que debe destinar al descanso de sus fatigados miembros para volver con
vigor al trabajo: cuando no envíe a la escuela, donde las haya, a sus hijos que pasen
de cinco años o no les enseñen lo que deben a Dios, a la Patria y a la sociedad en que
114

viven. Donde no hubiere tales escuelas se excita el celo de los dueños de haciendas y
ranchos para que las establezcan del modo que les sea más conveniente.
16.- Cuando el sirviente cometiese el delito de fugarse del trabajo a que está
destinado, abandonando este, o el interés o bienes que se le hayan puesto a su
cuidado, será igualmente castigado por el amo o quien haga sus veces según la
facultad que se les da por el artículo 13 pudiendo hacer cargo al sirviente de las
perdidas y menoscabos y demás perjuicios que ocasione su fuga. Si el sirviente
reusare el pago por algún motivo que él crea justo, se decidirá el punto en cuestión por
los jueces competentes poniendo en práctica las formalidades que las leyes señalan
según la cuantía que se disputa.
17.- Si la cuestión del amo y el sirviente consiste en el mayor o menor precio á
que debe cargársele al segundo el daño o perdida que por su fuga o descuido
voluntario se ocasionó el primero sin que haya podido recobrarse la cosa perdida, el
juez ó tribunal que deba conocer en el asunto con presencia de las razones que cada
uno manifieste si hallare ser justo que el sirviente deba pagar el cargo que se le haga,
dispondrá que lo sufra a los precios corriente y comunes a que el amo pudiera haber
enajenado su interés según la mayor o menor calidad y circunstancia de la cosa
litigiosa. En cualquiera tiempo que parezca ésta, y el amo la recobre, quedará el
sirviente libre de cargo de su valor, más no de los perjuicios y erogaciones que haya
causado el amo.
18.- El sirviente que reincidiere por cuarta vez en un mismo delito ó falta, será
remitido con las seguridades que según su carácter y audacia merezcan, al juez de la
jurisdicción en que resida para que previa la relación exacta legal que se haga por el
amo o por sus agentes, de palabra o por escrito, y calificando en un juicio sumaria la
culpabilidad del sirviente según las pruebas que reciba, lo sentenciara de doce días a
un mes de obras públicas, siempre que el delito de que sea acusado no merezca
mayor pena por las leyes, pues en este caso se le aplicarán las que por ella le estén
designadas.
19.- Si el sirviente ha adquirido el vicio de fugarse por desgracia bastante común
en el día, para eludirse del trabajo, de pagar lo que deba, o de ser castigado por alguna
falta ó delito atroz, podrá ser perseguido por su amor, por los jueces y demás
autoridades que juzgan en la policía urbana y rural, y por cualquier ciudadano que
teniendo noticia de la fuga se le presente ocasión de aprenderlo. El tratado como
prófugo será presentado ante el juez, el amo o quien haga sus funciones para que cada
uno a su vez en circunstancias de ser la primera, segunda, tercera o cuarta ocasión
que lo verifica le aplique la pena a que se haya hecho acreedor, cuando lo castigue el
juez después de que haya cumplido su condena, lo entregará al amo si le debiere y
quisiere recibirlo, autorizándolo para que lo asegure mientras se desempeña en el
modo más conveniente de los permitidos, ya sea en las horas de trabajo o ya en las de
descanso para evitar que repita la fuga. Los gastos que se impendan en la persecución
de un sirviente fugitivo serán de cuenta del mismo sirviente, anticipándole al amo por
cargárselos en su cuenta a siempre que continúe en su servicio.
115

20.- A los amos o administradores de las minas, y a los amos de mayordomos


de las haciendas de beneficio de plata, se les concede igual facultad para castigar a
sus sirvientes que a los de las haciendas y ranchos de campo, les prescribe esta ley
21.- En los delitos comunes de gravedad que los sirvientes cometan, a mas de
los insinuados en esta ley, serán juzgados por los tribunales competentes, lo mismo
que los demás Ciudadanos, y en estas circunstancias si alguno o algunos merecieren
que se les forme causas, se remitirá el reo al alcalde a quien corresponda, con informe
de su delito, las circunstancias de él, los nombres de los testigos que pueden declarar y
las demás noticias que sean conducentes al esclarecimiento de los hechos.
22.- Los sirvientes que por su delito merezcan ponerse en la cárcel pública de
los pueblos se mantendrán en ella por cuenta de los fondos que dan la subsistencia a
los demás presos, y donde no los haya de los recursos que estén en práctica.
23.- El que aprendiere un sirviente prófugo y temiese que se le vuelva a fugar
podrá hacerle poner un par de grillos si los hubiere, y considerarse no ser bastante el
cepo para sujetarlo, con tal que no se obligue a caminar a pie a su destino o a
presencia del juez que deba juzgarlo. Si no hubiere grillos se le atarán las manos por
delante para caminar, y de noche, si no se encontrare piedra ni cepo capaz de
contenerlo, se le asegurará como las circunstancias lo permitan, con el fin de que no
eluda la vigilancia y trabajo de los que le han perseguido. La presentación del reo ante
el juez o amo será lo más pronto posible para que obre según sus facultades.
24.- Los amos administradores de las haciendas o ranchos de todo el Estado y
los manejantes de las negociaciones de minas y haciendas de sacar plata, situados
donde no haya Ayuntamiento municipalidades ni jueces constitucionales, cuidarán de la
policía y de todo el orden administrativo en lo interior de la hacienda, rancho o
negociación que esté a su cargo con inmediata dependencia de las corporaciones y
autoridades referidas del pueblo más inmediato, a quien comunicarán las ocurrencias
que merezcan llegar a su noticia y las providencias que en su consecuencia hayan
tomado. En desempeño de este deber y por el bienestar de sus mismas haciendas,
intereses y sirvientes, vigilarán de las persecuciones de toda clase de vagos u otros
individuos que lleguen a ellos sin ocupación oficio y modo de vivir industrioso y
honesto: y si a las cuarenta y ocho horas de llegado un hombre cuya conducta se
ignore o quisiere acomodarse a trabajar, o no ejerciere algún oficio u ocupación
honesta, se hará salir en el momento de aquel punto, salvo los casos en que él, o
familia lleguen enfermos.
25.-Los sirvientes que se llaman alquilados, y son aquellos que se convienen a
trabajar sin guardar ninguna formalidad de cuenta y razón, si no que diariamente o
cada semana se les page el jornal o semanario estipulado. Estos si bien no están
comprendidos en los artículos que tratan de la cuenta que el amo debe llevar a los
sirvientes acomodados, estarán siempre sujetos a los demás artículos que comprende
esta ley.
26.- Los sirvientes domésticos cerca de de la persona sea mujer u hombres, no
podrán salir de la casa en que sirvan a negocio propio, ni de día ni de noche, sin
116

consentimiento de su amo o quien haga sus veces. Si lo hiciese sin esta precisa
circunstancia en la hacienda y rancho, serán castigados por sus amos según las
facultades que se les concede en esta ley, y en las Ciudades, Villas y demás pueblos
en que los haya, serán amonestados por el amo en primera y segunda vez; pero si
repitiere la falta lo entregará el amo inmediatamente al juez respectivo quien le aplicará
la pena de ocho días de obras públicas por la primera vez que se le presente, diez y
seis por la segunda: y un mes por la tercera, y si aun reincidiere será tratado como
vago conforme al artículo 5º del decreto número 63 de 21 de julio de 1828 del estado
Unido. Si el doméstico fuese mujer sufrirá su condena en el depósito que disponga el
juez.
27.- Si el sirviente doméstico se embriagare por primera vez y aún segunda vez
el amo lo entregará al juez respectivo, quien le aplicará las penas por su orden
establecidas en el artículo anterior, y en las haciendas y ranchos los castigarán los
amos según sus facultades.
28.- Cualquier robo que el sirviente doméstico cerca de la persona hiciere a su
amo, familiares o huéspedes de la casa en que sirve, será castigado conforme a las
leyes vigentes. Su amo en el primer robo que cometa el sirviente lo entregará a la
justicia para su castigo y no verificándolo incurrirá en la pena de encubridor.
29.- Si el sirviente doméstico cerca de la persona, fuere enviado por su amo o
ecónomo de la casa en que sirve, a las tiendas, alhóndigas, plazas o mercados, a
comprar algún utensilio, ropa o comestibles, y usare de fraudes suponiendo que la cosa
comprada le costó más precio que el que dio por ella, el amo ó ecónomo de la casa
hará la correspondiente averiguación, y dará cuenta al juez respectivo, entregándolo al
sirviente para que apareciendo justificado el fraude, aunque solo haya consistido en un
solo centavo de real, le aplique la pena de ocho días de obras publicas. Si el fraude
pasare de dos reales, sufrirá la pena que señalan a estos delitos las leyes de la
materia.
30.- Si el amo a sabiendas no diere cuenta al juez ni entregare al sirviente,
incurrirá en la pena de encubridor.
31.- El individuo que ocultare o tolerare en su casa hacienda o rancho, o
auxiliare y no aprendiere pudiendo a un sirviente de otro sabiendo que anda fugitivo
para presentarlo inmediatamente al juez, ministro de policía urbana y rural o a sus
cabos subalternos o que no diere cuenta con prontitud para su persecución y
aprehensión, sufrirá las penas que las leyes designan a los encubridores, abrigadores,
y auxiliadores de delincuentes.
32.- Ni el amo podrá despedir a ningún sirviente, ni éste sea de la clase que
fuere dejará el trabajo sin aviso anticipado de tres días bajo la multa del valor de ellos,
incluso el de la ración que les corresponda, aplicables a los fondos municipales.
33.- Cuando el sirviente que no tenga bienes necesite demandar a su amo lo
hará ante el juez más inmediato, quien con forme a la ley le administrará pronta y
cumplida justicia si la tuviere, auxiliándolo como pobre.
117

34.- A ningún jornalero ni sirviente pobre se le cobrará carcelaje ni derecho


alguno sea de la clase o denominación que fuere. El juez que los cobre será tratado
como infractor.
35.- El juez que no obstante lo prevenido en esta ley por una débil
condescendencia, apatía o consideración mal entendida, no pusiese activamente en
práctica lo que se le recomienda en ella y diere lugar a quejas de las partes, será
responsable de los perjuicios que les cause y se les exigirá la responsabilidad con
arreglo a las leyes, sin que se les admita disculpa de ignorancia no otra alguna.
36.- Los sirvientes de las haciendas o ranchos, los de las negociaciones de
minas y haciendas de sacar plata, serán exceptuados del servicio de la milicia local del
Estado, a menos de que teniendo consentimiento de su amo, quiera alistarse
voluntariamente.
37.- Por la presente ley queda derogado el decreto número 157 de 27 de mayo
de 1830 de la legislatura del estado unido.
Lo tendrá entendido el Gobernador del Estado, y dispondrá su cumplimiento
haciéndolo publicar y circular. Sala de Sesiones del Honorable Congreso del Estado de
Sonora. Hermosillo 5 de mayo de 1831.- Jesús Morales, Diputado Vice-Presidente.-
Ignacio Loaiza, diputado Secretario.- José Lucas Picó, Diputado Secretario.
Por tanto mando se publique y circule, dándosele el debido cumplimiento. Dios y
Libertad Hermosillo 5 de mayo de 1831
Leonardo Escalante.
José Elías.
Srio Into.
Chihuahua 1831.
Imprenta del Supremo Gobierno del Estado á cargo del C.
José Sabino Cano.
118

PROYECTO LEY DE ADOLFO ALMADA


DE 5 DE DICIEMBRE DE 1871

LEY SOBRE SALARIOS


Art. 1º En el Estado de Sonora el menor sueldo que ganará un trabajador varón
mayor de diez y ocho años, será de $15.00 mensuales.

Art. 2º La mitad del fijado en el Art. Anterior obtendrán las mujeres mayores de
quince años.

Art. 3º El mismo que señala el Art. 2º los varones menores de diez y ocho años.

Art. 4º La mitad del determinado en el Art. que precede las jóvenes menores de
quince años.

Art. 5º Se entenderá pagable el salario en dinero efectivo.

Art. 6º Para los casos en que se contrate la manutención del sirviente, el valor de
esta será previamente determinado por las partes interesadas ante el Juez de Paz o
Comisario de Policía, quienes llevarán un libro o cuaderno para asentar estas cláusulas
autorizándolas con sus firmas; en ellas constarán los nombres de los contratantes y la
fecha en que el convenio tuvo lugar.

Art. 7º Las municipalidades respectivas proporcionarán los libros o cuadernos de


que se trata.

Señor: el vehemente deseo que me anima de sacar a nuestra clase proletaria de


la postración en que se encuentra, abyección pudiera llamarse, y la creencia de que la
consecución de este fin, arrancaría grandes ventajas al Estado porque facilitaría la
ilustración de nuestras masas desde que se las colocará en una posición mejor, me ha
hecho presentaros el proyecto de ley a que acabo de dar lectura. Vengo, confiado en
vuestra indulgencia, pero todo con el temor que inspira mi incapacidad, cuando toco un
asunto que no he visto tratado en otra parte.
119

Es posible que encontremos quienes de pronto crean atacados sus intereses


con esta medida, pero bastará en mi concepto un poco de reflexión para persuadirse
de lo contrario. El aumento de sueldo que se consulta verificará indudablemente el
mejoramiento del trabajo que hoy es pésimo, y lo es precisamente por demasiado
barato, porque no cabe ser de otro modo, cuando el jornalero tiene que sujetar sus
aspiraciones al materialismo de satisfacer de una manera muy ordinaria y escasa, sus
más apremiantes necesidades. Señor, nuestra clase proletaria está reducida a una
condición que no se aleja mucho a la del esclavo; quizá esto parezca una exageración,
pero a mi pesar no encuentro grande diferencia: vemos multitud de hombres por lo
regular cargados de familia sujetos a un sueldo mensual de ocho pesos; este sueldo no
les alcanza para vestir y alimentarse por más que nuestro pueblo sea tan frugal y vista
de una manera tan primitiva, si se me permite la expresión, y tiene la necesidad de
ocurrir al fiado, lo que viene a empeñarlos con fuertes sumas con sus patrones,
llegándoles con estos compromisos la certidumbre desconsoladora de que en
proporción del tiempo que trabajen, será el aumento de las deudas contraídas; desde
este momento el hombre ha perdido su libertad , tiene que ser abandonado y perezoso
porqué está encadenado, y ya no recibe sino lo estrictamente necesario para que
mantenga su mísera existencia, tiene que robar siempre que se le presente la ocasión
para hacerla menos amarga; y tiene por último que fugarse del servicio muy
frecuentemente abandonando su familia para procurarse unos pocos días mejores,
empeñándose por otra parte. No se puede decir que doy un colorido demasiado vivo a
la triste condición de esos desgraciados, porque estoy seguro que no hay un solo
miembro de esta cámara que no esté fatigado de ver lo que acabo de describir ¿y
podrá decirse que ese modo de ser de la clase más numerosa no es un elemento
disolvente de nuestra sociedad? ¿Podrá sostenerse que no es esa una abundantísima
fuente de inmoralidad? No señor, estoy seguro que el buen sentido se pronunciará
porque para curar ese cáncer, sería ventajoso hasta hacer verdaderos sacrificios.

Ahora mirando este asunto bajo otro punto de vista, viene a ser para mí más
interesante y digno de atención, me refiero a la estabilidad que adquirirán nuestras
instituciones, cuando haya una mayoría de veras interesada en mantener el orden de
cosas existente, pues es un axioma que el amor de los pueblos a la idea abstracta de
120

un Gobierno, está en relación directa del conveniente enlace de ésta, con la idea
concreta de la individualidad, es decir, que el hombre ama a la sociedad en que vive en
razón de los beneficios que de ella recibe. Ejemplos de esta verdad registramos a cada
paso en la historia; Grecia y Roma fueron grandes por la energía de sus hijos mientras
el Estado los protegió eficazmente; y a pesar de su organización defectuosa según las
ideas filosóficas del siglo, la grandeza de los E.U. del Norte, está basada seguramente
en la sabia tendencia de hacer independientes individualmente a sus ciudadanos,
procurándoles el medio de que disfruten de una manera proporcionada la riqueza
pública, y por fin debemos atribuir la mayor parte de nuestras desgracias, a que
nuestras masas que no están de una manera muy sensible en mejor condición que con
el sistema colonial, se dejan fácilmente arrastrar a las revueltas movidas por el secreto
instinto de mejorar, puesto que nada tienen que perder. Procuraremos pues CC.
Diputados hacer palpables las conquistas a que tanta costa ha venido haciendo el
pueblo.

URES, diciembre 5 de 1871

A. Almada.--- Rúbrica.
121

Número 9.

EL CONGRESO DEL ESTADO DE SONORA, con funciones de Constituyente y


Legislativo, en nombre del pueblo, decreta la siguiente

LEY QUE DEROGA EL DECRETO NUMERO 71 DE 10 DE OCTUBRE

DE 1916.

-o-

Artículo 1ro.--Se deroga el Decreto Número 71 de 10 de octubre de 1916, que


creó la Cámara Obrera en el Estado.

Artículo 1ro.—De acuerdo con el Artículo 11 transitorio de la Constitución


General vigente, quedan en vigor en el Estado las bases establecidas por dicha
Constitución sobre los problemas agrario y obrero, mientras se completa la legislación
local sobre dichas materias.

T R A N S I T O R I O S.

PRIMERO.--Entre tanto se provee a la organización y establecimiento de la


Junta de Conciliación y Arbitraje en el estado a que el ejecutivo deberá convocar en el
menor tiempo posible, queda a cargo del mismo, vigilar por el cumplimiento de las
bases a que se refiere el artículo 2do. De esta Ley.

SEGUNDO. —Esta Ley comenzará a regir el día 31 del presente mes.

Comuníquese al ejecutivo para su sanción y observancia.

SALON DE SESIONES del Congreso Constituyente.

Magdalena. Son., 21 de agosto de 1917.


122

GOBIERNO DEL ESTADO

Decreto Número 92.


ADOLFO DE LA HUERTA, Gobernador Interino del Estado de Sonora, en uso
de las facultades que me ha conferido el C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista,
Encargado del Poder Ejecutivo de la República, y considerando que la Cámara Obrera,
ejercitando el derecho que le concede la fracción VII del artículo I2 del Decreto número
71, de fecha I0 de octubre de I 916, ha presentado a este Gobierno una iniciativa de
reglamentación del trabajo, que en concepto del suscrito se halla en perfecta
concordancia con las necesidades de la clase obrera, por Io que ha sido aprobada en
todas sus partes, he tenido a bien decretar el siguiente:

Reglamento del trabajo

CAPITULO I,

MINERIA Y DEPARTAMENTOS ANEXOS,

Art. 1º. — La jornada del trabajo diurno será de ocho horas y de siete el
nocturno, en lo general, exceptuándose aquellos trabajos excesivamente rudos, en que
se consideren inhumanas éstas jornadas y que serán objeto de reglamentación
posterior. La jornada se contará desde el momento en que el operario da su nombre o
número en la Oficina de Tiempo hasta en que lo repite para salir del trabajo. Por lo
tanto, se impone a las Compañías la obligación de retirar de sus labores a los
trabajadores con el tiempo necesario para llegar a la Oficina de Tiempo y dar Su
nombre y número, finalizada la faena del día. Solo se considerará como jornada legal
nocturna de ocho horas, la de los pueblos ocupados en trabajos continuos y corridos,
que por su naturaleza no puedan paralizarse; siempre que en el término de 6 semanas
ningún operario trabaje de noche más de dos.
123

Art. 2°. —Las Compañías o empresas fijarán en las puertas de sus Oficinas de
Tiempo, avisos claros en que se expresen las horas de entrada y salida de los trabajos
generales, tomando en consideración que concederán media hora para comer a los
operarios del interior de las minas y un hora a los del exterior y cuyo tiempo no quedará
comprendido en el de la jornada. De éstos avisos darán parte a las autoridades;
respectivas del lugar, quienes cuidarán de su fiel cumplimiento.

Art. 3°. — Todo trabajo que hicieren los operarios fuera del tiempo marcado por
el Art. 1o, les será pagado a doble precio del sueldo asignado a la jornada ordinaria.

Art. 4°. — Se impone a las negociaciones la obligación de conceder a sus


empleados y obreros un día de descanso por semana, salvo cuando se trate de
trabajos que por su naturaleza sea necesario su funcionamiento continuo, siendo en
estos casos con el pleno consentimiento de los trabajadores; pero será de obligación
imprescindible conceder a estos el tiempo necesario para el ejerció de las prácticas
democráticas cuando a ellas se convoquen. Se Impone, también, que el cambio de
turno de los pueblos se haga cada quince días.

Art. 5°. — Los lugares de las minas y demás departamentos deberán tener todas
las condiciones de seguridad para lo cual la Cámara de acuerdo con el Ejecutivo,
nombrará inspectores, que visitarán todos los lugares y darán cuenta de su estado.
Además de los inspectores, todos operarios tienen derecho a denunciar ya sea ante las
autoridades o ante la Cámara, los lugares peligrosos, a fin de poner el remedio
correspondiente

Art. 6o.-No se encomendara a ningún operario un trabajo cuyo desempeño


constituya un peligro para su persona o esté fuera de sus conocimientos; excepto
cuando el neófito quede al cuidado de uno o más trabajadores conocedores, por lo que
al presentarse por primera vez un trabajador a la Oficina de Tiempo de una Compañía,
y ser admitido, se le preguntará si ha trabajado con anterioridad en el negocio que se le
encomendare, y en caso negativo, se pondrá al cuidado de dichos conocedores,
anotándose en un libro especial: el nombre del nuevo obrero y el de los encargados
124

quienes estarán obligados a instruirlo sobre el trabajo, explicándole de referencia los


peligros a que está expuesto y la manera de evitarlos.

Art. 7°.―En ningún labrado del interior o exterior de una mina se pondrán menos
de dos operarios conocedores del lugar.

Art. 8o.-No se permitirá penetrar a la mina a operarios mutilados o incapacitados


del oído, vista o habla, ni a menores de catorce años; en la inteligencia de que queda
facultado el mayordomo o jefe respectivo, cuando tenga motivos para creer que un
obrero solicitante de trabajo está incapacitado de alguna de las maneras indicadas,
para remitido a que se sujete a un reconocimiento médico, antes de conceder el trabajo
que solicita.

Art. 9.-Cuando a juicio de los operarios algún lugar amenazare peligro; lo


advertirá al jefe o mayordomo inmediato, quién en el acto retirará a la gente y
procederá a remediar aquel mal; pero sin exigir a ninguno obra fuera de su voluntad.

Art. 10º.-Todos los labrados estarán perfectamente ventilados, retirándose a los


operarios de aquellos lugares en que hubiera gases deletéreos, hasta ponerlos en
condición de poder trabajar sin peligro.

Art. 11º.- Cada departamento de las negociaciones tendrá su planta de obreros


expresamente dedicados al desempeño de sus labores, sin perjuicio de que puedan
efectuarse los cambios de persona de uno a otro departamento que exija la
administración interior de la negociación; siempre que no se afecte la categoría del
trabajador, y sea con su pleno conocimiento. Se establecerá una completa equidad en
el pago de los sueldos, a fin de que la actitud no se postergue, quedando
terminantemente prohibidas las distinciones por favoritismo; solo la aptitud y buena
conducta serán acreedoras a la preferencia, por tanto, son improcedentes los actos de
carácter arbitrario de jefes y mayordomos para la destitución de los obreros sin causa
justificada, debiendo los obreros por su parte, en cada caso, probar las acusaciones
que hagan a ese respecto.
125

Art. 12°.-Se establecerá una perfecta igualdad en el pago de los sueldos entre
obreros nacionales y extranjeros, evitando en la remuneración del desempeño de las
labores de la misma clase, la marcada diferencia de salario entre unos y otros;
debiendo corresponder a igual labor igual remuneración.

Art. 13o.- Todos los jefes y mayordomos extranjeros de grupos obreros, sin
excepción de nacionalidad, están obligados a saber leer, hablar y escribir el español,
en el grado necesario para que puedan recibir y trasmitir órdenes en dicho idioma, y
darse a entender con los subalternos con decencia con decencia, sin ofenderlos con
actos o frases injuriosas, teniendo idéntica obligación los empleados y obreros; en la
inteligencia de que la infracción de este precepto por cualquier mayordomo u obrero,
privará al culpable del derecho de queja.

Art. 14º.-En el desempeño de todo trabajo, en igualdad de circunstancias, se


dará preferencia al obrero nacional.

Art. 15º.-En toda obra que en el ramo minero se tome a destajo se seguirán las
siguientes prevenciones generales:

A.-El contratista y el patrón acordarán libremente las condiciones del contrato.

B.-El contrato se hará precisamente por escrito, en escritura privada, para los
efectos de este reglamento bastara con que este autorizado con la firma del Presidente
Municipal o Comisario del lugar.

C.-En aquellos contratos en que para el pago de metales se tome como base la
unidad ley que contengan, además de lo prevenido en las fracciones A y B, deberán
someterse a las disposiciones siguientes:

I.-Los patrones tienen la obligación de mandar practicar las operaciones de


muestreo y ensaye, sin costo para el contratista, antes de emprender los trabajos, para
que se sepa la verdadera ley del metal.

II.-Para la liquidación se tomarán tres muestras: una para ser ensayada donde lo
desee el patrón; otra para serlo donde quiera el contratista y la tercera, en caso de que
126

los resultados de los ensayes anteriores no concuerden, será ensayada en las Oficinas
que establezca o autorice el gobierno del Estado, a fin de surta efecto la tercera.

III.- Si el contrato resulta improductivo, las pérdidas se repartirán por partes


iguales entre el patrón y el contratista, para lo cual aquel podrá ejercer la vigilancia en
el trabajo

IV.-Cuando el contrato resulte improductivo, cualquiera de las partes podrá


suspender el trabajo y rescindir el contrato, con tal de que de aviso de esta
determinación a la otra parte con la intervención de la autoridad correspondiente.

V.- Si el contratista desea seguir adelante con el contrato, lo podrá hacer bajo
las mismas condiciones, pero en tal el patrón no responderá ya por ninguna de las
pérdidas, desde la fecha de la notificación.

D.-En los departamentos mineros de toda compañía quedan terminantemente


prohibidos los contratos llamados por pulgadas en los trabajos de barrenación a mano

Art. 16º.- Se prohíbe hacer uso en los trabajos de barrenación de las máquinas
conocidas como pistolas cuando estas produzcan polvo. Solo podrán usar las pistolas
del nuevo sistema que inyectan agua en el barreno y evitan el polvo, y únicamente
perforando hacia abajo.

CAPITULO II.

Servicio Médico.

Art. 17°.-Cerca de la puerta de cada mina y demás departamentos, habrá un


servicio médico y de botica, de urgencia para que con la mayor prontitud posible se
haga la primera curación a los que sufrieren accidentes en el trabajo.

Art. 18o.-Todos los departamentos de botica de una negociación estarán


atendidos por farmacéuticos titulados que sean responsables de sus actos, teniendo la
precisa obligación de saber leer escribir y hablar el idioma español en el grado que
127

puedan hacerse comprender por la clientela y despachar recetas redactadas en dicho


idioma.

Art, 19°.- El servicio médico estará cubierto por médicos titulados, quienes
estarán expeditos para desempeñar su profesión a todas horas del día y de la noche,
haciéndose los turnos procedentes, lo que harán saber al publico por medio de avisos
fijados en las puertas de las boticas y sus oficinas, especificando el nombre del médico
y turno que le corresponda; quedando directamente responsable de las deficiencias del
servicio médico el Director de los Hospitales de la Compañía. Dichos médicos estarán
obligados a saber hablar, leer y escribir el idioma español en el grado necesario para
hacerse entender con los enfermos, comprender sus necesidades y escribir las recetas
claramente.

Art. 20º.- Para los efectos de lo dispuesto por los artículos 18 y 19 de este
reglamento, todos los jefes de las empresas o negociaciones presentaran ante el
consejo superior de Salubridad en el Estado, a las personas que vayan a ocupar en sus
departamentos médicos y de botica, para que sean examinadas sobre el conocimiento
del idioma y sobre la legalidad del título, hecho lo cual, se extenderá constancia que los
acredite para ejercer la profesión en el Estado.

Art. 21º.- Especialmente en los servicios médicos y de botica se dará


preferencia, en igualdad de circunstancias a los médicos y farmacéuticos mexicanos.

Art.22º.- Para el servicio del público, los departamentos de botica estarán bajo la
gerencia del farmacéutico y los médicos solo podrán ordenar la entrega de medicinas
por medio de recetas extendidas a los pacientes; quedando por lo tanto, al exclusivo
encargo del farmacéutico la entrega de las medicinas que las compañías acostumbran
hacer sus recetas. Estas disposiciones no impiden a los médicos dispensar medicinas
en las visitas domiciliarias, en las enfermerías de lugares donde el número de operarios
no justifique la ocupación de un farmacéutico ni tampoco en los casos urgentes, donde
quiera que estos ocurran.

Art. 23º.-Los departamentos de botica de las empresas o negociaciones deberán


estar perfectamente provisionadas de todas las medicinas que fueren necesarias, así
128

como de un completo surtido de instrumentos quirúrgicos para la mejor y más eficaz


atención de los enfermos para lo cual la Cámara, de acuerdo con el Consejo Superior
de Salubridad en el Estado nombrará los inspectores necesarios.

Art. 24º.-Se concede el derecho de acción popular para denunciar antes las
autoridades del lugar, o ante la Cámara Obrera, las deficiencias que hubiere, tanto en
el servicio médico, como en el de botica.

CAPITULO III

RAMO DE AGRICULTURA

Art. 25º.-El jornal mínimo de los trabajadores u obreros rurales será de $1.50 (un
peso cincuenta centavos plata) por la jornada diaria de ocho horas o la nocturna de
siete, cuyo término se fijará por convenio mutuo entre patrones y obreros, de acuerdo
con las necesidades de cada lugar. Todo trabajo hecho fuera de este término será
objeto de arreglo especial entre patrones y trabajadores.

Art. 26º.- A los obreros cuyo trabajo este a una distancia mayor a cuatro
kilómetros (una legua), de la ―Casa Grande‖ se les concederá como parte de la jornada
legal el tiempo que emplearen en recorrer esa distancia a la ida y a la vuelta.

Art. 27º.- Los terratenientes o patrones que cultiven una extensión mayor a
cincuenta hectáreas están obligados a prestar gratuitamente a sus trabajadores, que lo
sean fijos o de pié, una parcela del terreno cuya extensión y ubicación determinará la
Cámara a solicitud de los interesados, y de acuerdo con las necesidades de la región, a
fin de que los trabajadores puedan sembrarla libremente, de lo que deseen, durante el
tiempo de descanso haciendo uso gratuito de las bestias e implementos usados en los
demás cultivos.

Art. 28º.- Los demás sistemas de pago empleados en las empresas agrícolas se
sujetaran a lo prescrito en los Arts. 36o, 37o y 38o del presente Reglamento.

Art. 29º.- Las empresas agrícolas tienen obligación de proporcionar casa y


habitación a sus obreros, que llenen los requisitos de seguridad, higiene y demás que
129

marca la fracción XII del Art. 121 de la Constitución; para cumplimento de lo cual la
Cámara nombrara los inspectores que juzgue convenientes.

Art. 30.-Todods los patrones que ocupen a más de diez familias están obligados
a tener en su propiedad un botiquín con las medicinas más indispensables para hacer
las primeras curaciones en accidentes y enfermedades.

CAPITULO IV

EMPLEADOS

Art. 31º.-La jornada diurna para los empleados de comercio será de ocho
o\horas y se reglamentara por la leyes y disposiciones gubernamentales o Municipales
que establezcan el funcionamiento comercial en cada lugar.

Art. 32º.-En los establecimientos comerciales o centros recreativos en que las


leyes permitan su funcionamiento después de las seis de la tarde, los empleados
tendrán una jornada no mayor de siete horas.

Art. 33º.-Los empleados de escritorio, talleres, industrias o de cualquier otro


género, tendrán la misma jornada establecida para los obreros en el Art. 1º de este
reglamento.

Art. 34º.-Todos los empleados tendrán derecho al descanso dominical, o un día


semanario, sin que le sea descontado de sus sueldo, cuando este sea por un mes.

Art. 35º.-Los patrones están obligados a proporcionar a sus empleados todos los
útiles que para el desempeño de su cometido necesitaren.

CAPITULO V

SISTEMA DE PAGOS

Art. 36º.- Los sueldos o jornales devengados serán pagados diariamente o por
semana, y deberán serlo en moneda de curso legal quedando prohibido el uso de
fichas, vales o cualquier otra forma con que se pretenda suplir la moneda.
130

Art. 37º.-No se dará a los obreros ninguna clase de mercancías en pago de su


trabajo; en caso de que a las empresas se les permita verificar sus liquidaciones
semanariamente, estarán obligados a hacer a los trabajadores pagos anticipados a
cuanta de sueldos devengados, cuando estos lo soliciten.

Art. 38º.-Para todo sistema de pago se entregará al trabajador, al ser admitido al


trabajo, una póliza o cartera de buena forma y calidad con numero progresivo en donde
se anotará: el nombre de la persona su oficio, sueldo o jornal convenidos, día o días de
trabajo, las deducciones lícitas que se le hagan y sus liquidaciones. Dichas carteras no
serán negociables y podrán servir para mercancías solamente a voluntad del obrero.

CAPITULO VI

DE LAS OBLIGACIONES DE LOS OBREROS

Art. 39º.-Son obligaciones de los obreros:

A.-Presentarse con puntualidad a su trabajo.

B.-Cumplir con eficacia las ordenes que reciban.

C.-Usar buenos modales con sus superiores.

D.-No abandonar el trabajo ni faltar a él sin previo aviso a sus jefes o


mayordomos.

E.- No infringir ninguna de las disposiciones que establezcan las Compañías, y


que no estén en contraposición con lo dispuesto por este Reglamento.

TRANSITORIOS

Art. 1º.-Los asuntos relacionados con los obreros, que no estén previstos en este
Reglamento, se sujetarán a acuerdos especiales de la Cámara Obrera, que dictará en
cada caso, de acuerdo con las disposiciones de la Constitución general de la
República.
131

Art.2º.-Este Reglamento comenzará a surtir sus efectos ocho días después de


su publicación.

Por lo tanto mando se imprima, publique, circule y se le dé debido cumplimiento.

CONSTITUCION Y REFORMAS

Palacio del Gobierno del Estado, Hermosillo, marzo treinta de mil novecientos
diecisiete.

El Gobernador Interino.

Adolfo de la Huerta.

El O. Mayor Encargado del Despacho

Lic. S. Sandoval
132

DECRETO NUMERO 97
ADOLFO DE LA HUERTA, Gobernador Interino del Estado de Sonora, en uso de las
facultades que con fecha 26 de abril de 1916, me fueron conferidas por el C. Primer
Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de la República, y
considerando que la Cámara Obrera, ejercitando el derecho que le concede la fracción
VII del artículo 12 del Decreto número 71, de fecha 10 de octubre de 1916, ha
presentado a este Gobierno una iniciativa de LEY SOBRE INDEMNIZACIONES POR
ACCIDENTES SUFRIDOS EN EL TRABAJO que en concepto del suscrito se halla en
perfecta concordancia con las necesidades de la clase obrera, por Io que ha sido
aprobada en todas sus partes, he tenido a bien decretar lo siguiente:

LEY SOBRE INDEMNIZACIONES POR ACCIDENTES SUFRIDOS EN EL TRABAJO

CAPITULO PRIMERO

DE LA RESPONSABILIDAD Y CLASIFICACION DE LOS TRABAJOS RIESGOSOS


EN QUE SE EXPONE O PELIGRA LA VIDA DEL INDIVIDUO.

Art. 1º.-Para efectos de la presente ley, enriéndese por accidente toda lesión o
daño corporal que el operario sufra en el desempeño de trabajo que ejecuta por cuenta
ajena.

Art. 2º.- Las compañías de cualquier clase que sean las corporaciones
existentes en el Estado, ya sean civiles o particulares, los empresarios y toda persona
que emprenda trabajos peligrosos, son responsables de los accidentes ocurridos a los
operarios con motivo o en ejercicios de la profesión o trabajo que desempeñen a
sueldo diario, mensual o a destajo.

Art. 3º.- Las compañías o empresas son en todo caso responsables de los
accidentes sufridos por los trabajadores por la impericia o poca previsión de los
directores de una obra.

Art. 4º.- Las industrias o trabajos que dan lugar a responsabilidades son:
133

I. Los trabajos que se hagan en el interior de las minas bajo cualquier forma, ya
sean para extraer carbón piedra, o bien para extraer metales de cobre, plata o
de cualquier otra sustancia; los tranvías eléctricos que se empleen dentro de la
mina para el manejo de carros o plataformas; las jaulas, ollas de fierro y carros
que continuamente se ocupen en los tiros; los carros que corren por vías de
fierro sobre puentes y su movimiento se hace por cables, por medio de
malacates.
II. Los trabajos que se hagan en el exterior de la mina, como: rebajes, desmontes,
corte de piedra en que se usen o no explosivos; los trabajos que se hagan en el
subsuelo, abriendo pozos, túneles, y en que se empleen o no explosivos.
III. La concentradoras con todos sus departamentos, incluyendo casa de bandas, (y
chutes) o tolvas de metales; toda clase de bombas y motores; los molinos para
triturar metales, que sean movidos por electricidad; compresores de aire,
gasolina o vapor.
IV. Las plantas eléctricas de luz y fuerza con todos sus departamentos, inclusive las
vías de conducción y distribución de la mina,
V. Las fábricas, talleres de construcciones terrestres y navales.
VI. Las fábricas, talleres y los establecimientos industriales, donde se hace uso de
una fuerza distinta a la del hombre.
VII. La construcción, demolición de edificios, comprendiendo los trabajos de
albañilería y todos sus anexos: carpintería, cerrajería, corte de piedra, pintura,
etc.
VIII. Los establecimientos donde se emplean industrialmente materias explosivas o
inflamables, insalubres o tóxicas.
IX. La construcción, reparaciones y conservación de vías férreas.
X. Los trabajos que se hagan en las obras de los puertos, terraplén o dragado y sus
similares.
XI. las faenas agrícolas y rurales.
XII. El acarreo y transporte por vía terrestre y de navegación interior.
XIII. Los almacenes comerciales y los depósitos al por mayor de carbón, leña y
madera de construcción.
XIV. Los teatros con respecto a su personal asalariado.
XV. Los cuerpos de bomberos.
XVI. Los establecimientos de producción de gas, la instalación y reparación de redes
telegráficas telefónicas y la instalación de pararrayos.
XVII. Todo el personal encargado de las faenas de carga y descarga.
XVIII. Toda clase de funciones y plantas metalúrgicas
XIX. Los talleres tipográficos, las fábricas industriales en que se contraigan, ya sea
por el hombre o por la mujer, enfermedades que les incapaciten, temporal o
totalmente para seguir sus labores.
XX. Toda industria o trabajo similar no comprendido en las fracciones anteriores.
CAPITULO SEGUNDO

CLASIFICACION DE ACCIDENTES Y SISTEMA DE PAGOS DE


INDEMNIZACIONES.
134

Art. 5º.- Lo obreros tendrán derecho a indemnizaciones por los accidentes que
ocurran en todos los trabajos antes indicados y que produzcan una incapacidad de
trabajo, ya sea temporal o absoluta, en la forma y cuantía que establecen las
disposiciones siguientes.

I. Accidente que por el daño sufrido ocasione la muerte instantánea $6,000.00


II. Accidente que ocasione la muerte en un término de seis meses o después, y sea
a consecuencia del mismo $5,500.00
III. Pérdida completa de las vista $5,000.00
IV. Paralización completa del cuerpo, $5,000.00
V. La pérdida total de ambos brazos, $5,000.00
VI. La pérdida total de las dos piernas $4,000.00
VII. La pérdida total de ambas manos
VIII. Por perdida de un brazo hasta cerca del hombro $3,000.00
IX. Por una pierna hasta cerca de la cadera, que impida el uso de un miembro
artificial $2,700.00
X. Por la pérdida de un brazo hasta el codo $2,400.00
XI. Por una pierna hasta arriba de la rodilla, en que queda un muñón suficiente que
permita el uso de un miembro artificial $2,500.00
XII. Por una pierna entre la rodilla y el tobillo $1,500
XIII. Por la pérdida total de una mano $1,500
XIV. Por un pies hasta el tobillo $1,500
XV. Por la pérdida de un dedo gordo de la mano y el hueso metacarpiano $500
XVI. Por la pérdida de un dedo gordo de la mano hasta su primera articulación $500.00
XVII. Por la pérdida de un dedo gordo de la mano hasta su segunda articulación
$250.00
XVIII. Por la pérdida de un dedo índice y su hueso metacarpiano $450.00
XIX. Un dedo índice hasta la primera articulación $300.00
XX. Por un dedo índice hasta su segunda articulación $225.00
XXI. Por un dedo índice hasta su articulación extrema $150.00
XXII. Por un dedo mayor y su hueso metacarpiano $450.00
XXIII. Por un dedo mayor hasta la primera articulación $225.00
XXIV. Por un dedo mayor hasta su segunda articulación $150.00
XXV. Por un dedo mayor hasta su articulación extrema $75.00
XXVI. Por un dedo anular y su hueso metacarpiano $300.00
XXVII. Por un dedo anular hasta su primera articulación $180.00
XXVIII. Por un dedo anular hasta su segunda articulación $120.00
XXIX. Por un dedo anular hasta su articulación extrema $60.00
XXX. Por un dedo menique y su hueso metacarpiano $285.00
XXXI. Por un dedo menique hasta su primera articulación $150.00
XXXII. Por un dedo menique hasta su segunda articulación $90.00
XXXIII. Por un dedo menique hasta su articulación extrema $45.00
XXXIV. Por un dedo gordo del pie con su hueso metatarsiano $450.00
XXXV. Por un dedo gordo del pie hasta su articulación próxima $325.00
XXXVI. Por un dedo gordo del pie hasta su segunda articulación $150.00
135

XXXVII. Por un dedo del pie que no sea el gordo y su hueso metatarsiano $180.00
XXXVIII. Por un dedo del pie que no sea el gordo hasta la articulación extrema $45.00

Art. 6º.- En todos los casos de accidentes sufridos en el trabajo, ya descritos, las
compañías o empresas, o los que fueren responsables, tienen la imprescindible
obligación de dar a los lesionados hospital, alimentos, medicinas, o lo que fuere
necesario, y un cincuenta por ciento diario de sueldo que ganarán a raíz del daño
sufrido, y cuando estuvieren completamente restablecidos, de pagarles la
indemnización aplicable al caso, sin que por ningún concepto les sean descontados los
gastos correspondientes a la atención medica y las cantidades que durante su
enfermedad les fueron suministradas.

Art. 7º.- Cuando un obrero tuviere conocimiento por medio de aviso de que
existe algún lugar o departamento peligroso en el lugar donde trabaja, y no haciendo
caso de tal advertencia sufre una accidente, la compañía, empresa o negociación
estará solo obligada a proporcionar al ofendido el hospital, alimentos medicinas y lo
demás que fuere necesario hasta su completa curación, y en caso de muerte, a cubrir
los gastos de los funerales, que en ningún caso serán menores de setenta y cinco
pesos.

Art. 8º.- Cuando un obrero, sin previo aviso de su patrón, jefe o mayordomo,
dejare su trabajo y se retirare de su departamento o lugar donde trabaje y fuere a otro,
y en este sufriere un accidente, que le ocasione la muerte o un daño que lo inutilice
parcial o totalmente, la compañía o empresa solo estará obligada a proporcionar al
ofendido, hospital, alimentos, medicinas o lo demás que fuere necesario, salvo en el
caso en que el obrero haya ido a prestar auxilio a un departamento distinto al suyo a
alguno o algunos operarios incapacitados por algún accidente, y por prestar ayuda
sufriere un daño la privare de la vida o de cualquier miembro, o lo incapacitare total o
parcialmente, en cuyo caso si estará obligada la compañía o empresa a pagar la
indemnización que corresponda al accidente sufrido.

Art. 9º.- En caso de accidente que ocasione únicamente lastimaduras,


luxaciones o contusiones, sin que pongan en peligro la perdida de algún miembro, la
136

compañía o empresa tiene la obligación de proporcionar a l ofendido servicio de


hospital, alimentos, medicinas, y lo demás que fuere necesario, y por vía de
indemnización, el sueldo integro que se le pagaba a raíz de ocurrir el daño sufrido, por
todo el tiempo que dure su enfermedad, así como también restituirlo en su trabajo si
pudiere desempeñarlo, y en caso contrario darle otro arreglado a sus circunstancias.

Art. 10º.- En caso de hernia por accidente, y a fin de que el obrero tenga derecho
a indemnización, debe demostrar plenamente: que la enfermedad es de origen
reciente, que su aparición fue dolorosa, que fue inmediatamente precedida por algún
esfuerzo extraordinario sufrido en el curso del empleo o trabajo; probado lo cual, la
compañía o empresa tiene la obligación de proporcionarle hospital, alimentos,
medicinas, servicio médico y costear la operación si fuere necesario y además por vía
de indemnización el cincuenta por ciento del sueldo que ganaba a raíz de sufrir el daño,
por el termino que dure la enfermedad

Art. 11º.- Las enfermedades profesionales contraídas por el hombre o la mujer,


como resultado de la profesión o trabajos que desempeñen, o en ejercicio de estas, ya
sea en fabricas, talleres o empresas de cualquier clase, y que a consecuencia de las
cuales sobreviniera la muerte o simplemente la incapacidad temporal o permanente
para trabajar, los patrones o personas responsables pagaran la indemnización
correspondiente, según la magnitud del daño sufrido, sirviendo de base para esta clase
de accidentes el certificado del médico legista, que para el efecto hará un examen o
análisis al paciente, determinando la causa de su enfermedad, a fin de normar la
indemnización por la fracción correspondiente del artículo 5º.

Artículo 12.- La parálisis completa de cualquier miembro del cuerpo humano, se


considerará como perdida de dicho miembro, y la indemnización se aplicará conforma a
lo especificado en los incisos del artículo 5º.

Art. 13º.- La enajenación mental, resultante de algún accidente se indemnizará


dando al ofendido hospital, alimentos y medicinas, y el cincuenta por ciento de sus
sueldo que recibía a raíz de sufrir el daño por todo el tiempo que dure su curación; pero
si la enajenación a juicio de los médicos, fuere permanente, además de lo ya
137

estipulado, se pagará una indemnización de $5,000.00, que se pagará de conformidad


con lo que determina la fracción IV del artículo 5º de esta ley, quedando el paciente a
cargo de la persona que reciba la indemnización.

Art. 14º.- En las fábricas, talleres o empresas de cualquier clase donde se


empleen mujeres en el trabajo, y alguna de ellas sufriera algún accidente, se le hará el
pago de la indemnización en la forma que se previene en la presente ley.

Art. 15º.-En los hospitales habrá médicos cirujanos que se encarguen


especialmente de atender con eficacia a los heridos o lesionados por accidentes, con la
precisa obligación de extenderles, cuando los den de alta, un certificado amplio y
detallado, determinando la causa del accidente sufrido y el estado en que haya
quedado el paciente, que pueda servir de base para la indemnización; pero si el
paciente no quedara conforme con dicho certificado por envolver alguna duda,
entonces le interesado ocurrirá al médico legista, quien le extenderá otro para que le
sirva de comprobante.

CAPITULO III

SISTEMA DE PAGOS POR INDEMNIZACIONES

Art. 16º.-Al tener la Cámara Obrera conocimiento de algún accidente que haya
ocurrido, en el que hayan resultado víctimas, tomará todas las medidas necesarias a fin
de que se haga el pago de las indemnizaciones correspondientes.

Art. 17º.-En caso de muerte instantánea, causada por accidente en el trabajo, la


compañía, empresa o la persona responsable, hará el gasto de los funerales por su
cuenta, los que, en ningún caso bajarán de 75.00, y pagará la indemnización integra
correspondiente, previo cumplimiento con los requisitos legales, a la esposa o hijos
legítimos, si los hubiere, y a falta de estos últimos, al padre o a la madre del finado, y
en defecto de estos, a los abuelos si hubiere, a los hermanos o hermanas, y en caso de
no haber ninguno de los descendientes enumerados, dicha indemnización pasará al
Gobierno del Estado, para beneficio de los planteles de instrucción pública o casas de
beneficencia.
138

Art. 18º.-Cuando la muerte no ocurriere en el acto, el responsable tiene la


obligación de proporcionar al ofendido hospital, alimentos medicina y todo lo que fuere
necesario así como también el cincuenta por ciento diario del sueldo que percibía a raíz
de sufrir el accidente; pero si la muerte sobreviniere en el término de seis meses o
después, serán por cuenta del patrón los funerales, que en ningún caso bajarán de
75.00, y hará el pago de la indemnización correspondiente según lo previene la fracción
II del artículo 5º.

Art. 19º.-En los casos de muerte o incapacidad total permanente, en que fuere
público y notorio que el responsable de dicho accidente no le fuere posible hacer el
pago inmediato, a juicio de la Cámara Obrera, hará entrega desde luego, previo los
requisitos leales, del cincuenta por ciento de dicha cantidad, veinticinco por ciento seis
mese después y el veinticinco por ciento restante, a los otros seis meses, extendiendo
a los interesados bonos por cantidades y tiempo determinado, pagaderos por la
compañía, empresa u otra institución solvente dentro del lugar en que ocurriere el
accidente. Estos bonos serán visados por el Presidente municipal o Comisario,
manifestando que están en debida forma, entregándose a sus dueños.

Art. 20º.- La cuestión relativa a quien se constituye en beneficiario o en heredero


inmediato o secundario, se determinará de acuerdo con la fecha en que haya ocurrido
el accidente al empleado, ya sea que la muerte sobrevenga inmediatamente como
resultado del mismo o no.

Art. 21º.-Todo derecho a indemnizaciones por accidentes en el trabajo pueden


ejercitarse dentro del término de dos años, contados desde el día en que sucedió el
accidente; pero si durante este tiempo no se presentare reclamación alguna, las
personas, empresas o compañías responsables de la indemnización, entregarán la
cantidad correspondiente al Gobierno del Estado, para beneficio de las escuelas y
casas de asilos.

Art. 22º.-Los derechos que otorga la presente ley, son exclusivos de las
personas en cuyo favor se declaran y por ningún motivo podrán tramitarse ni
139

renunciarse, ni menos acabarse por acuerdos posteriores al accidente que le dio


origen.

Art. 23.-Las indemnizaciones por accidentes de trabajo, no serán en ningún


tiempo embargables por el pago de deudas de la víctima o de quien deba percibirlas.

Art. 24º.-Cuando un obrero tuviere dificultades con la compañía, por rehusarse


ésta a hacer el pago correspondiente de la indemnización, este dará aviso
inmediatamente a la Cámara Obrera, la que resolverá a la mayor brevedad, ya sea
encomendando el asunto al Defensor de Oficio o nombrando una Comisión, según lo
estime conveniente.

CAPITULO IV

EXCEPCIONES EN QUE NO PUEDE OBLIGARSE A INDEMNIZACIONES POR


ACCIDENTES SUFRIDOS.

Art. 25º.-La persona, empresa o negociaciones no serán responsables de


indemnizaciones por daños que sufrieren los obreros por accidentes ocurridos en sus
departamentos o trabajos, en los casos siguientes:

1. Cuando una persona extraña al trabajador penetrare, ya sea a una mina a un


taller, o departamento de cualquier lugar peligroso, con o sin permiso del
encargado.
2. Cuando el accidente proviniere a consecuencia de un acto criminal.
3. Cuando la muerte del empleado ocurriere por una causa extraña a la del
accidente sufrido.
Art. 26º.- Para evitar en lo posible accidentes, las compañías o empresas fijarán
avisos claros y precisos en todos aquellos lugares peligrosos o prohibidos, para que se
haga del conocimiento general de los obreros, y esto les sirva de guía para normalizar
sus actos.

Art. 27º.-Todos lo accidentes que no estén previstos en la presente ley se


sujetarán a acuerdos especiales de la Cámara Obrera para su resolución.

Art. 28º.-Los preceptos de esta ley comprenden al Estado y a los Municipios,


cuando tengan el carácter de patronos.
140

TRANSITORIO

UNICO.-Esta ley entrará en vigor desde la fecha de su publicación.

Por tanto mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento.

CONSTITUCION Y REFORMAS.

Palacio de Gobierno del Estado, Hermosillo, junio diez y seis de mil novecientos
diez y siete.

El Gobernador Interino,

Adolfo de la Huerta

El O. Mayor Encargado del despacho,

Lic. S. Sandoval.
141

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144

INDICE

INTRODUCCION. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Capítulo I: Antecedentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.1 Marco de las relaciones laborales a nivel mundial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.2 Marco de las relaciones laborales a nivel nacional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.2.1 La política laboral maderista y huertista. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.3 Antecedentes jurídico-sociales en Sonora. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
1.3.1 Antecedentes legislativos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Capítulo II: La Cámara Obrera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
2.1 Su creación: El Decreto 71. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
2.1.1 Considerandos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
2.1.2 Establecimiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.1.3 Atribuciones y funcionamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
2.1.4 Transitorios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Capítulo III: Manos a la obra: Las acciones de la Cámara Obrera. . . . . . . . . . . 51
3.1 Elección de Delegados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
3.2 Elección de las mesas directivas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
3.3 Funcionamiento de la Cámara Obrera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3.3.1 El Reglamento Interno de la Cámara Obrera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3.3.2 Las sesiones y expedientes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
3.3.3 Reclamaciones Individuales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
3.3.3.1 Refugio Bujanda vs CCCC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
3.3.3.2 Luis Moraila vs CCCC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
3.3.3.3 Manuel Bustamante vs. Compañía ferrocarril sur pacífico. . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.3.3.4 Manuel Lucero vs CCCC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
3.3.3.5 Francisco R. Flores vs CCCC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
3.3.3.6 Porfirio Gil vs CCCC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
3.3.3.7 Martín Lewkowitz vs May Hermanos.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
145

3.3.3.8 Agustín Gras vs. Compañía Industrial del Pacífico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75


3.3.4 Reclamaciones Colectivas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
3.3.5 Constitución de agrupaciones obreras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
3.3.6 Resolución de conflictos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
3.4 El principio del fin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Conclusiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Anexo legislativo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Decreto 71. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Decreto 78. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Reglamento Interior de la Cámara Obrera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Ley de Relación entre Amos y Sirvientes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
Proyecto de Ley Sobre Salarios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Decreto Numero 9, que deroga el Decreto 71. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .121
Decreto 92, Reglamento del Trabajo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .122
Decreto 97 Ley sobre Indemnizaciones por Accidentes sufridos en el Trabajo. . . . . 132

Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

Índice. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .144

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