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1.2) Estilo
Pío Baroja afirmaba que la novela era una especie de cajón de sastre en el que todo
cabía; que no era necesario un planteamiento previo, sino que lo más importante era la
naturalidad conseguida mediante la espontaneidad a la hora de escribir. Esta es la
impresión superficial que producen muchas de sus novelas: episodios y acontecimientos
puestos unos detrás de otros, anécdotas, divagaciones y digresiones, multitud de
personajes ocasionales. En realidad, no era tan espontáneo como él afirmaba; sí se
preocupaba de la construcción narrativa y, en general sus novelas tienen una sutil línea
estructural, de características muy sui generis.
La técnica narrativa de Baroja es sobre todo realista, basada en la observación de
ambientes, situaciones y personajes de la vida real, pero vistos a través del particular
subjetivismo del autor, lo que confiere a su obra un carácter impresionista.
1.3) Obra
Pío Baroja fue el más importante novelista contemporáneo por sus extraordinarias dotes
de narrador. Su influencia posterior ha sido enorme y los novelistas de la posguerra
siempre le reconocieron como su maestro. Fue un escritor fecundísimo. Sus novelas son
más de sesenta. Él mismo agrupó muchas de sus novelas en trilogías (34), pero estas
clasificaciones, con alguna excepción, frecuentemente carecen de relación entre las
obras que las integran. Hay que destacar las distintas trilogías:
- Tierra Vasca formada por La casa de Aizgorri(1900), el Mayorazgo de
Labraz (1903)y Zalacaín el aventurero(1909)
- La lucha por la vida: La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora Roja (1905)
- La raza: A ella pertenece El árbol de la ciencia, La dama errante y La ciudad de la
niebla.
Además escribió cuentos, novelas cortas, libros de viajes, biografías, ensayos,...
Resultan también destacables sus Memorias, tituladas Desde la última vuelta del
camino, siete volúmenes que constituyen un importante testimonio de la personalidad
del autor y un excepcional panorama de toda una época.
2.) Ensayo
El tema elegido para el ensayo, es La trayectoria vital de Andrés Hurtado,
personaje protagonista de El Árbol de la Ciencia.
Hay que aclarar que la acción y su desarrollo se sitúan en los mismos años en
que Baroja fue estudiante de medicina y médico rural, es decir, desde 1887 hasta 1896,
que vuelve a Madrid. Son estos los años los que Baroja reconstruye unos veinte años
después de haberlos vivido y estructura la novela siguiendo los mismos periodos que
tuvo en su vida.
Los años de carrera para Andrés fueron transcurriendo con más pena que gloria.
Conoció a Montaner, un amigo de Julio Aracil y los tres juntos fueron pasando los
cursos hasta que consiguieron terminar la carrera. Entonces, Aracil invita a visitar en
Hospital San Juan de Dios, para asistir a un curso de enfermedades venéreas, a Hurtado
el hospital le daba escalofríos, además estaba lleno de pobres, mendigos, en general
gente sin hogar. A estos los médicos no les prestaban la atención necesaria, estas y otras
muchas razones quebrantaban el sentido humanitario del protagonista.
Después de su experiencia en esas practicas, Hurtado pasa de los exámenes de alumno
interno en el hospital general.
Pero en el fondo estas experiencias sólo le llevan a aumentar su confusión interior y a
debatirse (políticamente) entre la doctrina revolucionaria y la inacción.
A través de Lulú, con quien establece una gran amistad, descubre nuevas
atrocidades (Doña Virginia y sus muchachas, relación entre Niní y Aracil,...). Para él, su
relación no puede llegar a más de lo que es (una amistad).
Cuando Luisito cae enfermo, Andrés se sume en una gran depresión. Este hecho
hiere nuevamente las esperanzas que tiene puestas en la Medicina (impotencia ante la
posibilidad de hallar cualquier tratamiento). Finalmente la muerte del pequeño le
conduce a la duda ante la ciencia y a las más oscuras ideas sobre la vida.
Andrés ya no sabe que hacer con su vida y decide visitar a su tío Iturrioz para
hablar filosóficamente y conversar acerca de su futuro, no sabe si ser o no médico ni
como reconducir su vida. Pero finalmente encuentra un puesto de médico en Alcolea de
Campo (pueblo ficticio inventado por Baroja que posee las características propias de un
pueblo manchego) y se traslada como médico rural.
Todo no fue malo en su regreso a Madrid, se reencontró con Lulú, que ahora
poseía una tienda y no le había ido nada mal. Hurtado cree que el amor es un engaño,
un estado ficticio como resultado de “la confluencia del instinto fetichista y del instinto
sexual”. Pero ni con tales teorías consigue ocultar su amor hacia ella y al poco tiempo
se casan; comienza entonces una nueva vida para Andrés.
Ahora ya no trabajaba como médico de higiene sino en algo más tranquilo como
la traducción de libros, en esta época, vivió sus años más felices junto a su mujer.
Desgraciadamente, la tranquila vida del matrimonio se ve turbada con el
embarazo de Lulú. A partir de entonces, Andrés empieza a tener miedo. Es un miedo al
destino, a la vida misma. Hasta que ocurre lo peor: el hijo que esperaban nace muerto, y
la madre fallece tres días después. Andrés cansado de luchar, se queda sin fuerzas y se
suicida, poniendo punto final a su vida y a la obra.
3.) Bibliografía
BAROJA, Pío: El árbol de la ciencia, Letras Hipánicas, Barcelona, 2007.