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García de León, A. (1994) “Tiempo Mítico, Tiempo Verbal, Tiempo Histórico”.

En
Cuicuilo-Revista de la ENAH, Vol. 1, No, 1, pp. 59-75.

Para interpretar el pasado “…el único referente posible son las relaciones sociales y los
marcos culturales que se suceden a través de los diferentes ‘presentes sucesivos’” por lo
que los pueblos precolombinos según García de León la reinvención de su pasado [diría
yo por medio de arquetipos cíclicos] fue una de las formas más claras de su
supervivencia y adaptación a la conquista por medio de:
• Registros temporales y proféticos [Chilam Balam de Chumayel]
• Uso de la fiesta como representación simbólica de la resistencia secular
[Carnavales de los tzetzales y tzotziles] (pp. 59-60).

“…los espacios lúdicos y rituales sólo pueden ser analizados combinando los recuerdos
históricos con los referentes mitológicos” (p. 60).

Según García de León el enfoque glotocronológico de Swadesh y sus discípulos al ser


refinado ha probado ser una excelente herramienta “…para conocer los avatares de los
procesos históricos en contextos como el de la antigua Mesoamérica” (p. 67).

El discurso se define por García de León como “…la descripción formal de conjuntos
de palabras superiores a la oración” (p. 68).

Según García de León que para indagar si existe algún tipo de construcción lingüística
que pueda identificar al discurso histórico tal cual habría que definir hasta que nivel de
enunciación se encuentra en el discurso (p. 69).

La diferencia entre discurso histórico y discurso imaginario por la preferencia de


algunos embragues (Apud Jakobson), los cuales, sin embargo, no constituyen al
discurso como estructuralmente distintivo. Ejemplo de esto sería:
• El testimonial: Se basa en las fuentes y los testimonios, convirtiendo al narrador
en un escucha y condensa el acto de informadora y la palabra del enunciante que
lo refiere.
• El organizador: El enunciante organiza el discurso narrado por medio de algunas
marcas como la inmovilidad, ascenso y descenso, interrupción, aviso, etcétera
por lo que se crea una fricción entre el tiempo de la enunciación y el tiempo de
la materia enunciada, lo cual hace que el discurso sea incoherente en el uso del
tiempo narrado, lo que lo convierte en tiempo complejo, paramétrico y no lineal,
característico de las antiguas cosmogonías.
• La participación del enunciante en el tiempo del suceso narrado, donde el
historiador como actor del suceso se convierte en su narrador como Bernal Díaz
del Castillo en La historia Verdadera …yo lo vi…lo cual también es común en
la tradición oral que puede servir de fuente al discurso histórico (p. 69-70).

Nietzche decía “No hay hechos en sí. Siempre hay que empezar por introducir un
sentido para que pueda haber un hecho”. Lo que deja la cuestión ¿Qué es “lo real” en el
discurso histórico? (p. 70).

“…la lengua es tal vez el único medio capaz de transportarnos a través del tiempo y el
espacio” (p. 72).

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