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La realidad histórica

es objetiva, que algo existe o ha existido por sí mismo, independiente de


interpretaciones y explicaciones que hagan de la misma.

Ningún relato histórico se corresponde automáticamente con la realidad que


trata de aprehender, aunque en cada narración histórica pueda existir una parte
de esta realidad, una parte de la verdad histórica.

LA INTERPRETACION HISTORICA

Para enfocar la realidad desde una perspectiva crítica es necesario dejar de


lado tanto la posición hegeliana que pretende identificar lo racional con lo real,
como el positivismo, que considera a los hechos como el único aspecto de la
realidad. En cualquiera de éstos casos, se produce una absolutización de los
hechos, que promueve su aceptación, descartando de plano, la mirada crítica.
Se entenderá la historia de dos formas: por un lado a los acontecimientos
hechos por el hombre (res gestae); y el reconocimiento mental de estos,
cognitio (res memoria). Para ellos no sólo existe la realidad histórica sino el
conocimiento o estudio de dicha realidad, es decir, la historia se convirtió en
ciencia.
La filosofía del conocimiento histórico se ocupará por tanto de la realidad
histórica (res gestae) y la historiografía (res memoria).
La filosofía crítica es la historia concreta con el fin de crear los conceptos que
nos permiten comprender la realidad histórica.

LA INTERPRETACION HISTORICA

El enfoque interpretativo de las ciencias sociales se remonta al siglo XVIII,


cuando la hermenéutica fue llevada a otros campos como la literatura, las
obras artísticas y los documentos históricos.
En el siglo XIX fue adoptado por la jurisprudencia y la filología, y enriqueció el
debate sobre la naturaleza misma de la historia. Pero fue a fines del siglo XIX y
comienzos del XX, período en el cual el Positivismo estaba en pleno auge,
cuando un grupo de teóricos y sociólogos alemanes sentaron las bases
epistemológicas de una ciencia social interpretativa.
El primero en iniciar la polémica frente al positivismo fue el filósofo Dilthey, para
quien el conocimiento del hombre en cuanto ser histórico y social, no puede ser
reducido a las ciencias de la naturaleza, por eso él empezó a hablar de las
ciencias del espíritu..[4]
En último análisis la historia es el registro de las ideas humanas, su aceptación,
su transformación en ideales y su oportuno reemplazo por la imposición de
otras nuevas.

LA INTERPRETACION HISTORICA
Es preciso especificar la existencia de diversas corrientes de interpretación
histórica, las cuales convergen hasta nuestros días, unas con mayor fuerza que
otra, pero todas vigentes. Asimismo, es menester no olvidar que en el campo
de la historia, en la medida en que su método de investigación se ha ido
transformando, también las explicaciones de los hechos sociales han ido
cambiando, y por ello existe una pluralidad de opiniones, a veces
contradictorias o bien complementarias. En este punto lo prioritario es ubicar
con precisión cómo se sustenta una u otra interpretación y asumir la que
presente menor grado de especulación. Tres son las corrientes más
delineadas, pero que a su vez dan paso a derivaciones o adaptaciones que no
permiten diferenciarlas, en ciertos casos, con perfecta claridad.
a) la interpretación de hechos o acontecimientos históricos, en donde interpretar
significa relacionar un hecho, que aparece como condicionante, causa, de otro hecho –
condicionado-.

De esta manera, “la imagen histórica” surgía, exclusivamente, cuando se


indagaban determinas conexiones, cuya naturaleza se determina por el valor
que se les atribuye a las mismas”; con ello, la Historia aparece como “una
manera de darle forma al pasado”, o mejor dicho, “la captación e interpretación
de un sentido que se busca en el pasado”. Así, se llegaba a una definición de la
Historia capaz de integra los métodos científicos del presente, y los métodos
historiográficos del pasado.

HISTORIOGRAFIA CLASICA.

historiografía

1. f. Conjunto de métodos utilizados en el estudio de sucesos históricos:


la historiografía debe presentar criterios objetivos en la medida de lo
posible.
2. Estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre la historia, sus fuentes
y los autores que han tratado esta materia:
la historiografía moderna concede mucha importancia a la política.

La historiografía es el registro escrito de la historia, la memoria fijada por la


propia humanidad con la escritura de su propio pasado.

Llamamos Historia a un género de conocimiento acerca del pasado que se


adquiere por medio de la investigación.

Pero este saber no se detiene en la obtención de datos fiables, sino que hace
un esfuerzo de interpretación, sin el cual la historia no significa nada.
Frecuentemente esta interpretación depende de la ideología del historiador,
ya que la ideología es un instrumento de conocimiento, que permite escoger,
entre toda la información, aquella que es relevante.

HISTORICISMO.

Corriente teórica e interpretativa de la historia que plantea abordar la realidad


con una evolución continua. Esta corriente llega a una serie de relativismos
que niegan el carácter acumulativo de las verdades históricas. Esta negación,
asimismo, implica que nos encontramos ante una serie de ideas distintas, sin
relación entre sí y no ante un desarrollo sino ante fenómenos aislados. Sin
embargo, una sola vertiente del historicismo resultaría difícil de encontrar, pues
tanto el positivismo como el materialismo histórico presentan elementos
comunes a él, sobre todo la perspectiva de linealidad ascendente del devenir
humano. No debemos olvidar que estas tres corrientes de interpretación
histórica se generaron en Europa occidental, atendiendo a las particularidades
del desarrollo del sistema capitalista, pero sin romper con una concepción
evolucionista que sustenta la idea de un ascenso de los hombres y mujeres en
pos de una vida en armonía, diferente a otros sistemas de interpretación de la
historia, como en la cultura china, donde existe una concepción no lineal, sino
circular un eterno retorno. No obstante, el positivismo rompe con el
historicismo al proponer un método científico de aprehensión de la realidad
histórica - eliminando parcialmente - el relativismo propio del historicismo. En
cuanto al materialismo histórico toma su distancia al plantear que son los
hombres con condiciones determinadas que ellos pueden modificar los que
hacen realmente a la historia.
Se inició en Europa a finales del siglo XIX, alcanzando su madurez en el siglo
XX.
Su máximo exponente en México es Edmundo O´Gorman.

TEORIA DE LA HISTORIA.
La existencia de múltiples teorías de la historia –aunque por teoría entendamos
realidades diferentes– es un reflejo más de las diversas concepciones
ideológicas asumidas por los hombres
Pero, ¿qué se entiende por teoría cuando nos referimos a la historia? En
la mayoría de ocasiones las teorías de la historia formulan los principios
generales según los cuales se pretende explicar toda la evolución de la
humanidad, sus cambios y transformaciones, sus avances, retrocesos o
estancamientos: la búsqueda de unas leyes últimas por las cuales se rige el
desarrollo histórico.
 Cuando San Agustín elaboró su teodicea de la historia afirmaba que
toda la historia de la humanidad era el efecto directo de una sola causa:
la voluntad divina.
 Trece siglos más tarde, Montesquieu, en L’ esprit des lois, buscaba en
los factores geográficos –y especialmente en el clima- las razones que
determinaban las evoluciones sociales, aunque ya situaba la historia en
un nivel estrictamente humano.
 Y cuando en el siglo XIX, Marx se desmarcaba de las teorías
universalistas y metafísicas y enunciaba el principio según el cual «toda
la historia de la humanidad hasta nuestros días es la historia de la
lucha de clases», situaba en el terreno de las relaciones sociales la
casuística fundamental de la evolución social.

FILOSOFIA DE LA HISTORIA.
Para ahondar en las características de esta forma tradicional de historia, el
autor hace una búsqueda minuciosa de sus condiciones de posibilidad.
Reconoce una filosofía de la historia fundada en una racionalidad de la
teleología del devenir, en la relatividad del saber histórico y en la
posibilidad de descubrir o constituir un sentido a los acontecimientos.
Encuentra una historia del pensamiento sustentada en el ejercicio fundador del
sujeto -de todo devenir y de toda práctica - y su tendencia a reintegrar las
diferencias, bajo la modalidad de conciencia histórica.

Identifica una antropologización de Marx como historiador de las totalidades


culturales y portador del humanismo, así como una interpretación de Nietzsche
que le atribuye la paternidad de una filosofía trascendental y la investigación de
lo primigenio. Y, por último, registra una negación del estructuralismo por su
imposibilidad de explicar el devenir, ya que se asume una oposición irreductible
entre estructura e historia.

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