Propósito y Fe: La Fe que mueve montañas

La Fe que mueve montañas

Por Carlos Andrés

Si permanecéis en mí, y mis palabras

permanecen en vosotros, pedid todo lo
que queréis, y os será hecho.
Juan 15:7

En toda etapa o temporada de nuestra vida, necesitamos oír la palabra de Fe. Nuestro espíritu
fue diseñado para creer lo imposible, pero desafortunadamente nuestra carne, nuestro cuerpo,
nuestra mente, está más alerta a las cosas que se ven, que a las cosas que no se ven.
Nuestros cinco sentidos le dicen a nuestra mente lo que es real y lo que no es real, lo que es
posible y lo que no es posible; y olvidamos que somos espíritus, que habitamos en un cuerpo y
que tenemos un alma.
Seguramente, tú has escuchado decenas de mensajes sobre la Fe, y has salido de la iglesia
lleno de Fe, pero al siguiente día todo vuelve a la normalidad. Para que eso no te suceda, en
este breve documento aprenderás la estrategia que debes aplicar diariamente a tu espíritu para
caminar gracias a la Fe y no guiado por la vista.
En la Biblia, el versículo Juan 15:7 dice:
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho.”
Aquí Jesús comienza a hablar sobre la vid, que es una planta cuyos frutos son las uvas. Jesús
siempre predicó comparando las cosas que conocemos o que hemos aprendido a través de
nuestros sentidos, para enseñarnos las cosas del Reino de Dios.
Jesús se compara con la vid, el árbol que da fruto, y dice que todos los que estén conectados
con la vid, tienen que dar fruto.
Tú eres una rama, y si estás realmente conectado con la vid (Jesús), es imposible que no des
fruto, es imposible que no operes con Fe en tu vida, es imposible que vivas en pobreza, en
miseria, es imposible que no tengas propósito. Jesús te garantiza frutos, si estás pegado a la
vid, si estás conectado a Él.
Jesús dice “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran,
y se les concederá”.
Jesús da esta instrucción a todo creyente que quiera operar con Fe, y pide solo dos
condiciones:
1. Que permanezcas en Él:
Una rama no puede dar fruto si está separada del tronco, tú no puedes vivir y dar fruto
separado(a) de Jesús.
2. Que sus palabras permanezcan en ti:
Con la lectura de La Biblia a diario y la repetición de tus versículos preferidos, o los
versículos que necesitas en ese momento. Al repetir la palabra de Dios el centro de

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lógica de tu mente se hace a un lado, y le cede el control a tu espíritu.

El espíritu que estuvo con Dios en los cielos, antes de venir a este mundo físico, conoce
la voz de Dios, conoce su palabra, e inmediatamente reacciona a ella. Al repetir su
palabra varias veces al día, el espíritu se levanta y toma control de esa palabra y la trae
de lo invisible a lo visible.
Por eso cuando comiences a aplicar la fórmula que Jesús nos dio en Juan 15:7, vas a ver
cómo comienzan a suceder cosas sobrenaturales en tu vida. Porque Dios es real y todo se va
a manifestar cuando su palabra es proclamada, es dicha en voz alta.
Debes leer la biblia diariamente, al menos 5 minutos, un capítulo. Comienza con los proverbios,
lee los proverbios todos los días a partir de mañana mismo. Esto te tomará solo 5 minutos, y
vas a ver cómo se va a manifestar una transformación en tu vida.
Cuando pedimos a Dios, la mayoría de las veces pedimos mal, porque no conocemos Su
voluntad sobre nosotros, sobre nuestra familia. Por eso Jesús dice “Si mis palabras
permanecen en vosotros...”, estas palabras son las que están escritas en la Biblia.
Esta es la fórmula que Jesús nos dejó en Juan, para que tuviéramos una Fe que mueve
montañas. Si comprendes este mensaje, ya no tienes excusa para prosperar, para sanarte,
para mover montañas.

Cómo mover las montañas con tu Fe

Estos son los pasos que debes seguir para cambiar tu vida:
1. Vas a estar con Dios todos los días, sin falta:
Pasa como mínimo 10 minutos dedicados exclusivamente a Él, muy concentrado. No
dejes que nadie te quite ese momento entre tú y Él. Consigue un MP3, o un Ipod, o una
grabadora pequeña. Guarda 1 ó 2 canciones de adoración y entrégale tu vida a Él para
ese día. Dile estas palabras: “Señor, en este día quiero permanecer en Ti”.
2. Lee la Biblia:
Después de orar 10 minutos, toma la Biblia y lee solo 1 capítulo. Toma el hábito de leer
Su palabra. Antes de iniciar, dile a tu Dios “Señor, quiero que tus palabras
permanezcan en mi en este día” y comienza a leer.
Hacer esto solo te llevará 15 minutos diarios. Comienza hoy mismo a dedicar estos 15 minutos
de tu tiempo, la Palabra de Dios no miente:
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho”.
Después de hacer estos dos pasos, comienza a pedirle a Dios. Declara al menos un versículo
diario, todo el día. Proclama una promesa diariamente, piensa en esa promesa, fuerza a tu
mente a renunciar a la idea de que no se puede, y deja que tu espíritu tome control de esa
promesa.
Si lo haces, el mismo Espíritu Santo, que vive dentro de ti, te guiará por el camino correcto,
traerá a las personas correctas, te colocará en el lugar correcto y tu bendición vendrá sin falta.
Para asegurarte de que vas a aplicar estos dos pasos, debes anotar en una libreta, o
programar en un calendario, la hora exacta a la que vas a estar con Dios y leer la Biblia.
Es muy importante que lo programes, al menos de lunes a sábado, y las hagas antes de
cualquier otra actividad del día.

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La decisión es tuya
Aplicar los pasos que te mencioné, y programarlos en tu calendario para no olvidarlo, al menos
hasta que este hábito se instale en tu mente y forme parte de ti, es esencial para fortalecer tu
Fe y generar ese cambio que te llevará por el camino correcto.
Pero si no quieres cambiar tu vida, no lo hagas. Sigue haciendo las cosas que has estado
haciendo hasta ahora y tu vida no mejorará.
Si este documento te ha sido útil, reenvíalo a la mayor cantidad de gente posible. Ayúdame a
propagar la Palabra de Dios por todo Internet y Facebook. En Juan 15:2, Jesús dice “Todo
pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará“. Este mensaje es fruto, y la Palabra de Jesús dice
que todo el que permanezca en Él, tiene que dar fruto, o si no será cortado. Reenviar su
Palabra, es una manera de dar fruto para Él.
Hazlo, dile sí al Espíritu Santo que está contigo. ¡Amén!

Llamado
Amigo y Amiga que aún no conoces al Señor, si has recibido este mensaje es porque alguien
te lo envió, alguien que quiere bendecirte.
Dios tocó el corazón de esta persona para que este mensaje llegara a tus oídos, porque Dios te
ama, Él te ama tanto que dio a su único y amado hijo "Jesucristo" para que muriera por tus
pecados.
Si en este día tú quieres cambiar tu vida, quieres salir de tus problemas financieros, quieres
conocer a Dios en persona, y dejarte amar por tu verdadero Padre, si quieres desde este día
saber la razón por la cual has nacido, si quieres saber cuál es tu propósito aquí en la tierra,
solo el Espíritu de Dios puede revelártelo. Y para que eso pase, tienes que hacer una oración
sencilla en voz alta.
Solo repite esta oración y apenas termines, el Espíritu Santo entrará directamente a tu corazón,
llenándote con su amor, y a partir de ese momento tu vida no será igual, te lo garantizo. Vas a
ver bendiciones llegar a tu vida, vas a tener experiencias con Dios del verdadero amor.
Repite ahora esta oración, en tan solo 30 segundos tendrás a Cristo, viviendo en ti
desde hoy y para siempre:

“Padre celestial: Yo reconozco que soy un pecador, y que mi pecado me

separa de ti. Hoy, creo que Jesús murió por mí en la cruz y que Dios Padre lo
resucitó de entre los muertos. Yo me arrepiento de todos mis pecados, y
voluntariamente, confieso a Jesús como mi Señor y Salvador. Yo renuncio a
todo pacto con el mundo, con mi carne y con el diablo, y hago un pacto con
Jesús. Te pido que entres a mi corazón y cambies mi vida. Si hoy muriera, al
abrir mis ojos, sé que estaría en tus brazos. ¡Amén!”

Carlos Andrés – El Predicador Cibernético

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