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Universidad de los Andes

Facultad de derecho
Lógica y retorica

Nicolás Mantilla Navarro – 20112313

Derecho y argumentación

El derecho se entiende como el encargado de encontrar respuestas y soluciones a


problemas concretos que generalmente afectan a uno o más individuos. Es decir, el
derecho -y los individuos participantes en él (jueces, abogados)- tienen la responsabilidad
de tomar cierta clase de decisiones para dar solución a un requerimiento, pero las
decisiones no pueden ser tomadas arbitraria o injustificadamente, tienen que proceder de
una serie de argumentos que las validen y justifiquen. En este sentido, la argumentación
está íntimamente relacionada con el derecho, puesto que se constituye como un
mecanismo mediante el cual se encuentran las respuestas que el derecho y sus
participantes exigen.

A la hora de argumentar –sostiene Manuel Atienza- se pueden presentar tres situaciones.


La primera, de tipo formal, hace referencia a establecer las premisas y conclusiones de un
texto; la segunda de tipo material, trata de de predecir algún acontecimiento o justificar
alguna acción; y la tercera de tipo pragmática, se da cuando se tiene que defender o
debatir un punto de vista o tesis ya que estas pueden ser aceptadas o rechazadas. En el
derecho, a la hora de encontrar respuestas, ninguna de las tres concepciones pueden
estar separadas, ya que están conectadas con pilares fundamentales del derecho mismo.
Atienza, nos proporciona el siguiente ejemplo: “La certeza con la concepción formal; la
verdad y la justicia con la concepción material; y la aceptabilidad y el consenso, con la
concepción pragmática” (Atienza, M.1999,97). Sin embargo, cómo se argumente puede
variar según los contextos.

Por ejemplo, para Dworkin las decisiones –dentro de un estado social de derecho- se
tienen que llevar a cabo teniendo en cuenta un modelo descriptivo argumentativo. En
dicho modelo, hay una clara distinción entre reglas y principios ya que, aunque en un caso
determinado pueda que no existan reglas aplicables, siempre van a existir principios
jerarquizados que guían la decisión que se va a tomar. Adicionalmente, dentro de dicho
modelo el juez tiene que tener en cuenta la historia jurídica anterior, para así no romper
cierta continuidad histórica legislativa en cuanto a una determinación. Por lo tanto, para
Dworkin a la hora de encontrar una respuesta o una verdad, se tienen que contraponer
tanto las reglas, como los principios y las decisiones ya existentes. En palabras de Cesar
Rodriguez lo anterior equivaldría a “Para decidir “cualquier” caso el juez debe examinar
las reglas, principios y antecedentes relevantes y decidir cuál es la solución que mejor
encaja en prácticas jurídicas” (Rodriguez,C.1997,81) En este sentido, la argumentación
para justificar una decisión, sería primero, que se utilizó un principio y segundo el porqué
se utilizo dicho principio y no otro.
Por ejemplo para Hart, la argumentación a la hora de tomar una decisión –en un caso
difícil- está íntimamente relacionada con la discrecionalidad judicial. Un caso difícil se da
cuando existen dos normas completamente diferentes y las dos se pueden constituir
como respuesta a alguna exigencia especifica. Cuando existe un caso difícil, el juez que
tiene ciertas virtudes, está en la capacidad de determinar cual decisión es más favorable,
teniendo en cuenta sus convicciones o principios, “Los abogados siguen criterios morales
para decidir cuáles proposiciones normativas son verdaderas.”. (Arango, R.1999, 10)
Entonces, la justificación a la hora de tomar una decisión en un caso difícil –para Hart-
está dada por la discrecionalidad del juez, sus convicciones y principios.

Por lo tanto, la argumentación es un elemento fundamental del derecho, ya que no es


posible que exista una decisión sin una argumentación previa. Es necesario aclarar, que
dentro del derecho, decidir y argumentar son conceptos relacionados pero completamente
heterogéneos, por ejemplo, establecer una condena es una decisión, y las razones por las
cuales se impuso son los argumentos. Para Dworkin y para Hart, los argumentos se dan
de forma distinta, pero para las dos, dichos argumentos (ya sean basados en
discrecionalidad o en el modelo descriptivo argumentativo) son completamente
fundamentales a la hora de establecer una solución a una cuestión o dilema.

Bibliografía

- ATIENZA, Manuel. El derecho como argumentación, 2006, España, Editorial Ariel.


- RODRÍGUEZ, Cesar. La decisión judicial,1997, Colombia, Universidad de los
Andes
- ARANGO, Rodolfo. ¿Hay respuestas correctas en el derecho?,1999, Colombia,
Universidad de los Andes

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