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“No es cierto que las segundas partes nunca han sido buenas”. Antoni Bolinches,
psicólogo clínico, sexólogo y máster en sexualidad humana, propone en su libro “Amor
al segundo intento” (Grijalbo) fórmulas de autoayuda para la convivencia en pareja,
esta unión amorosa que parece deteriorarse con el paso del tiempo.
“Sólo podemos enamorarnos una sola vez de la misma persona, aunque sí que
podemos querer a la misma persona toda la vida”. Sin embargo, hay que preguntarse
cómo hacerlo bien, y esto no es fácil. ¿Qué hace que la pareja funcione? ¿Por qué
deja de funcionar? ¿Cómo dejar de sufrir por amor?
“Para que funcione bien, la pareja necesita cuatro piernas –las dos de cada uno de los
componentes- y cuatro patas”. ¿Cuáles son estas patas? En primer lugar, la del buen
acoplamiento sexual. “Estoy plenamente convencido de que, sin sexo ,la pareja no
funciona, pero también tengo bastante claro que sólo con sexo tampoco”.
En la estabilidad de la pareja, el sexo pierde euforia. Por eso, hay que revisar las
estrategias para mantener un sexo cómodo. El sexólogo propone cuatro reglas de oro:
“haga todo lo que quiera, no haga nada que no quiera, hágalo siempre desde el deseo
previo y actúe de acuerdo con su escala de valores”.
No es extraño, dice el psicólogo, que “una de cada dos personas pase por un
enamoramiento alternativo mientras está implicada en un proceso de convivencia
estable. Esto es así porque lo que estimula en una relación es siempre lo
desconocido, aunque hay que ser consciente de los peligros que se corren.
“De tu pareja conoces la cara y la cruz, de la otra relación, sólo la cara”. De aquí que,
según Bolinches, el 50% de las personas que inician una segunda relación se
arrepientan al año de haberla empezado.
“El 50% de los hombres y el 40% de las mujeres es infiel”, asegura Bolinches. A pesar
de estos porcentajes tan altos, sólo una tercera parte de las parejas rompen por
infidelidad. ¿A qué se debe eso? Según el sexólogo, “la infidelidad no siempre
condena la relación de pareja, sino que la puede regenerar”. En definitiva, que la
infidelidad no es tan mala como parece. “La cultura nos marca que tenemos que ser
fieles a nuestra pareja, pero la antropología, no”.
Celos, adulterio, cinismo, insatisfacción, mentira, obsesión, etc. Todo son problemas
de convivencia que aparecen a menudo en la vida de pareja. “Suponen una fricción a
las cuatro patas”, dice Bolinches en referencia a la estabilidad de la pareja.
Según el sexólogo, estos tropezones aparecen en la segunda fase del amor, cuando
ya conocemos mejor a la pareja. Asimismo, florecen los problemas familiares. ¿Quién
no ha oído a hablar de la típica discusión suegra-nuera? Bolinches sugiere que la
ambivalencia de los roles del hombre (hijo y marido a la vez) es el principal problema
de esta situación.
Sólo así se aprende del fracaso y no se vuelve a caer en él. Es importante tener claro
que la pareja funciona de manera “complementaria”: “Tiene que haber un espacio
propio y uno común”. Por eso, remarca, es esencial “conceder” y no “ceder”, es decir,
ser uno mismo y hacer aportaciones positivas a la pareja.
En definitiva, es básico “trabajar” la pareja, pero antes será necesario trabajar con uno
mismo, conocerse y criticarse los errores. “Hace falta tierra fértil para cultivar una
buena planta”, dice Bolinches.