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Deformación en Frío.

Verónica Franco Fernández.

Los átomos de los metales en estado sólido están ocupan las posiciones de
equilibrio. Si se somete la pieza a fuerzas exteriores se produce un desplazamiento de
dichos átomos alterando, así, el equilibrio cristaloquímico de la pieza. Este
desplazamiento produce deformaciones, que pueden ser de dos tipos:

• Elásticas: cuando los átomos vuelven a su posición inicial cuando se deja de


ejercer la fuerza sobre la pieza, ya que no han llegado a alcanzar unas nuevas
posiciones de equilibrio.

• Plásticas: cuando los átomos no vuelven a su posición inicial después de


ejercerse la fuerza. La deformación plástica produce cambios importantes en las
propiedades de los materiales y dichos cambios son más o menos sensibles
según se realicen a altas o bajas temperaturas.
El concepto de alta o baja temperatura es relativo y se fija según la temperatura de
recristalización del metal, que es la formación, por calentamiento a una temperatura
determinada, de granos cristalinos nuevos a partir de granos previamente deformados o
endurecidos.
La deformación en frío es un tratamiento de deformación permanente que se realiza
por debajo de la temperatura de recristalización, consiguiendo aumentar la dureza y la
resistencia a la tracción de la pieza y disminuyen su plasticidad y tenacidad.
La deformación del material es debida a la deformación individual de sus granos,
cualquier esfuerzo que actúe sobre la pieza se transmite por su interior a través de
dichos granos.
La deformación de los granos y las tensiones que esto origina, provoca un estado
de acritud en el metal, es decir, se produce un aumento de la fragilidad, de la dureza y
de la resistencia mecánica de la pieza.
La deformación en frío proporciona el endurecimiento del metal. La densidad de
dislocaciones aumenta con la deformación en frío. El mecanismo exacto por el que se
producen este tipo de deformaciones no se conoce con exactitud pero durante la
deformación se crean nuevas dislocaciones que interactúan con las existentes. La
densidad de dislocaciones aumenta con la deformación, hace que sea más difícil el
movimiento de éstas a través de las dislocaciones ya existentes y el material se
endurece.
Bibliografía:
monográficas.com; aceros.
“Ciencias de los materiales”. Coca Rebollero, Rosique Jiménez. Piramide Madrid,
1990.
“Metalurguia y materiales industriale”. Neely. Limusa. Oregon 2000.
“Ciencia e ingeniería de materiales”. William F. Smith. McGraw Hill. 3º edición.
2004.

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