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El objeto de la psicología es descubrir las leyes generales de la conducta o sea las relaciones
generales que se dan en los fenómenos psicológicos. Para lograrlo por un lado debe estudiar la
conducta y operaciones como la percepción, la memoria, la emoción, etc. y por otro ver las
relaciones constantes y otros aspectos de estos fenómenos en los individuos en general
(proceso de abstracción y generalización). Se establecen leyes que rigen la conducta o los
hechos psicológicos. Pero corre el riesgo de no poder conocer al individuo.
La individualidad es una característica esencial del hombre.
El conocimiento psicológico debe tener como fin fundamental conocer al individuo.
La Psicología diferencial (Wundt y Stern) estudia en primer lugar una función de forma
aislada y luego establecen la distribución de la misma en un conjunto de individuos para
hallar las variaciones individuales o excepciones a la ley. El individuo es utilizado como
medio de investigación, no como fin.
La Psicología de la Gestalt (estructuralista, Lewin) insiste en un “todo estructural” de la
mente y critica la selección arbitraria que hace la psicología experimental hace hincapié en las
interrelaciones de las funciones dentro de un individuo (cobra importancia lo individual).
La Personalidad no es:
Características de la personalidad:
Los caracterólogos se encuentran más lejos de hallar el por qué y el cómo del individuo que
los personológicos.
Clasificación de los hechos que estudia la personología:
Plano transversal: reacciones actuales que frecuentemente crean vías reaccionales futuras.
Plano longitudinal: el del tiempo, el del paso del pasado al presente.
Ambos están relacionados, no hay reacción actual que no se explique en parte por una
reacción precedente. Pero la conducta pasada solo influye en la conducta presente en función
del complejo situacional.
No existen dos individualidades iguales porque las leyes de lo “transversal” y “longitudinal”
lo impiden.
Las transformaciones de la conducta buscan asegurar la existencia del propio individuo. Hay
un dinamismo que es la tendencia del organismo a preservar su ser. La fuente de la tendencia
es una situación interna que exige su propia supresión por medio de una conducta adecuada.
Una vez que se suprime la tensión surge un estado de equilibrio que se rompe cuando aparece
otro estado de tensión.
La conducta está compuesta por fuerzas motivacionales la orientan hacia actos y objetos que
producen el efecto que ella busca.
Si tendencia es la fuerza que orienta al organismo a actuar de determinada manera se deberá
clasificarlas en negativas (evitar un estimulo) y positivas. Para mantener el esquema tensión-
reducción se deberá clasificar a las negativas dentro de las adquiridas. Pero esto pone en duda
la naturaleza interna la fuente tensora de las motivaciones por lo que es contradictoria.
Lewin, Catell, Murray dicen que tendencia es toda fuerza que orienta al individuo en una
dirección.
Para que halla una tendencia debe existir una tensión.
La vista del asunto que hay que tomar es la de Freud en la teoría de las pulsiones. En donde
las tendencias son las fuerzas que se insertan en una persona o cosa y se presentan como
hambre de estímulo.
Sólo pueden considerarse innatos los ERGS (Catell) como las necesidades físicas y las
necesidades sexuales porque sólo estos orientan hacia objetos cuya carencia produce la
disociación. Los ergs obedecen a dos principios:
1- La constancia indica que el organismo persiste en una conducta hasta que logra la
satisfacción.
2- El placer el organismo busca objetos-fines que producen satisfacción.
Luego de un período desordenado con intentos fallidos, rabia, impotencia, etc. el individuo
descubre cómo esquivar la barrera. Esto último depende de la aptitud del individuo en
cuestión y de la ayuda exterior (indicaciones que provienen del medio, como recompensas o
como castigos).
Las exigencias culturales crean nuevos fines y nuevas tendencias. Los fines indirectos,
aquellos que se usan para rodear el obstáculo, se transforman en fines.
Los obstáculos que no pueden ser sorteados son conocidos como frustrantes. Si la prohibición
es momentánea se llama “privación” pero si es definitiva es “frustración”. Esta última ocurre
cuand el mundo exterior no puede responder a los deseos. Estas frustraciones pueden ser
debido a normas culturales intransigentes o a conflictos internos. Durante los primeros 3 años
de vida las únicas que están presentes son las del primer tipo (porque se deben a la falta de
adaptación del niño al medio).
Ley de frustración-agresión (Dollard, Miller y Sers): establece una relación entre frustración y
agresividad. La existencia de un comportamiento agresivo presupone la existencia de alguna
frustración e inversamente la existencia de la frustración conduce siempre a alguna forma de
agresión.
La intensidad de la conducta agresiva depende de:
1- intensidad de las necesidades frustradas
2- número de necesidades frustradas
3- importancia del obstáculo
4- los efectos de las frustraciones son acumulativos
A veces hay grupos culturales que imponen una actitud agresiva. Aunque no siempre una
frustración determinará actos agresivos por este motivo uno de los autores de la ley
frustración-agresión reformuló la ley diciendo que las frustraciones producen diferentes
respuestas de las cuales una puede ser la agresión.
En todos los casos de frustración exógena, que resulta del choque de la motivación contra un
obstáculo exterior, las reacciones agresivas son la impotencia del individuo para adaptarse.
La primera respuesta a un obstáculo no es siempre la cólera si la tendencia que está presente
exige satisfacción, sino que puede aparecer otra respuesta emocional: la ansiedad.
Como medida de defensa puede surgir respuestas de huida (negación –negar las partes
desagradables de la realidad- , aislamiento –separar conductas que normalmente están
ligadas-).
Estas conductas no adaptan al individuo, son sólo temporarias. En cambio las conductas que
giran en torno de fines sustitutivos son un factor de adaptación porque por medio de ellos se
satisfacen las tendencias frustradas. Stagner los denomina Principio de gratificación
sustituida. Para Freud estos desplazamientos sólo intervenían como consecuencia de una
represión insuficiente. Pero luego en los trabajos de Adler y Murray, muestran que existen
desplazamientos previos a toda represión o por lo menos desplazamientos que intervienen
independientemente de la represión.
La satisfacción que se obtiene por medio del pensamiento autista tiene poco valor. Las
compensaciones imaginarias a los fracasos son de naturaleza alucinatoria. Hay adultos que la
tienen y se da cuando la cultura es frustrante y crea conflictos. La sociedad promueve este
tipo de comportamiento porque pone al individuo en perpetua frustración.
Los comportamientos regresivos pueden ser muy peligrosos.
La sublimación –desplazamiento hacia lo mejor- la tendencia se descarga en un fin que tiene
cierta equivalencia con el fin primitivo y además tiene la aprobación social. Se da sobre todo
en tendencias sexuales reprimidas.
La represión siempre es consecuencia de un conflicto interno. Para que exista represión se
necesita un obstáculo interno que simbolice uno externo.
Lewin distingue los siguientes conflictos:
Acercamiento – acercamiento: fines incompatibles (valencia positiva) no implica riesgos una
vez que se seleccionó la otra fuerza desaparece.
Alejamiento – alejamiento: cuando el individuo se encuentra entre dos amenazas. Porque el
problema verdaderamente no tiene solución o porque el individuo cree que es un problema.
Provocan cambios en el comportamiento como por ejemplo la imaginación o la regresión.
Acercamiento – alejamiento: un mismo fin provoca atracción y rechazo. (conflictos
freudianos), originan las características esenciales de la conducta. Exigen hallar una solución
y esta se fija de modo que elimina la angustia.
Las contracatexias son barreras internas que son reflejos de bloqueo se adquieren como los
perros de Pavlov. La anticipación al dolor o al castigo por medio de una memoria proyectiva.
La anticipación permite un mejor control personal. Este control alimenta conflictos internos.
Los mecanismos de ego-involvement son aquellos por los cuales el individuo internaliza
normas culturales. Estos son la identificación y la introyección.
Identificación: una persona deviene en una persona con la cual está emocionalmente ligado y
actúa como si fuese esa otra persona.
Introyección: consecuencia de la identificación. Características que eran extrañas al individuo
pasan a formar parte de la individualidad.
Freud reduce el ego-involvements al super yo que surge en el primer año de vida y que se
constituye con la resolución del complejo de Edipo. El niño convierte a la madre en objeto
fundamental de sus tendencias y se identifica con el padre para evitar agresividad peligrosa
(debido a la rivalidad por la madre). La niña es al revés aunque se identifica con ambos
sistemas el padre y la madre.
El complejo de Edipo se resuelve cuando la produce la identificación y la introyección de
normas parentales que recibe mayor influencia de uno de los sistemas (el padre o el madre).
La represión que prohíbe la acción y la expresión consciente de tendencias indeseables están
ligadas al super yo.
Cuando la represión no es absoluta provoca la intervención de conductas de defensa. Anna
Freud, sistematizó los mecanismos de defensa_
El desplazamiento, la huida, la sublimación, la regresión, no son específicos de la represión.
Por lo que pueden aparecer ante una barrera exterior y con anterioridad a una represión.
Otros intervienen más tarde como función del conflicto con el super yo: la proyección, la
racionalización, la formación reactiva, la defensa por lo contrario.
Hay hábitos que se instalan y no desaparecen mientras que otros se van. La fijación de
conductas complejos que substituyen a las originales que eran inadecuadas se explica por la
ley del efecto (psicología experimental) o el principio de realidad (denominado por el
psicoanálisis). Se refuerzan las conductas que tienen resultados favorables. Cuando las
situaciones se repiten se fijan pautas reaccionales y a partir de allí no es necesario adaptar
nuevamente la conducta. Las conductas se fijan cuando favorecen la adaptación al medio
externo y un ajuste interno.
Allport supone que toda conducta adquirida tiende a funcionar mediante inercia propia. Para
él la autonomía funcional de los sistemas adquiridos se convierte en uno de los principios más
importantes de la personalidad.
Si existe la compulsión de repetición la ley de rigidez no es fundamental en el psiquismo, y
toda resistencia al cambio no es una inercia.
La defensa del yo frente a las pulsiones no vienen de una inercia sino que proviene de la
identidad temporal de un modo de organización.
Adquirir conductas nuevas se contradice con el carácter incoercible de la teoría de la
autonomía funcional.
Una conducta nueva se fija sólo en el caso en que se integre a la personalidad ya existente.
Capítulo IV
El Determinante Social: Cultura y Personalidad
El medio social ejerce influencia sobre el individuo. Es allí en donde se encuentran los
estímulos, las barreras y los modelos que condicionan el accionar del individuo.
Freud redujo esta influencia al mínimo y le atribuyó un papel negativo. Sullivan, Fromm,
Karen, Horney, y Kardiner conceden importancia y la sociedad la ven como un conjunto de
instituciones que no sólo reprimen al individuo sino que también tiene efectos positivos sobre
la personalidad.
En el hombre predominan los modos de conducta adquiridos, estos están influenciados por
una cultura de la cual el ambiente familiar es un agente transmisor.
El desarrollo individual es moldeable por lo que se puede aceptar que toda persona puede
dominar cualquier hecho cultural si tiene oportunidad de aprenderlo.
Cada cultura tiene standards de comportamiento relativos a la educación de los niños, estos
están ligados al modo de organización familiar.
Las experiencias emocionales del niño no sólo dependen de la estructura familiar sino
también de otras personas de su entorno con quienes tiene un lazo y/o obligaciones definidas.
Kimbal Young dice que para comprender la formación de la personalidad se deben tener en
cuenta:
Las condiciones del medio y ciertos aspectos de la organización social crean para el individuo
los problemas básicos de adaptación. A raíz de esto los individuos deben acomodarse y para
ello implementan ciertos métodos de adaptación. Esto crea en el individuo desde el punto de
vista subjetivo la estructura del yo y desde el punto de vista objetivo la estructura de la
personalidad básica. La personalidad básica proyecta sus actitudes y determina así una red de
creencias y reglas que son su expresión y por otra parte racionaliza las instituciones
secundarias dándole una justificación.
Para Durkheim la P.B. es una realidad social independiente del individuo.
Un punto que crea dificultad es que la PB es el nexo entre instituciones primarias y
secundarias porque es difícil distinguir unas de otras. Según Dufrenne redujo las instituciones
secundarias a las primarias porque según él depende de concepciones generales que no están
subordinadas en forma alguna. Claude Lefort dijo que es imposible establecer una relación
cronológica entre ambas.
La P.B. no puede ser idéntica entre todos los individuos porque hay que tener en cuenta la
influencia de los subgrupos en donde se cría el niño.
Erich Fromm dice que el modo de vida de una sociedad resulta de varios factores, entre ellos,
la historia, la economía, la sociología y la psicología. Esto se manifiesta en ideas y actitudes
que influyen en la personalidad del individuo que la recibe por la familia y demás grupos en
donde se mueve la persona en cuestión. Esto se evidencia en ideas y actitudes que influyen en
la personalidad del individuo no sólo por vía de la familia sino también por medio de los
grupos en los que interactúa el individuo. Con esto Fromm dice que el carácter social es más
fluctuante de lo que Kardiner denomia personalidad básica.
Linton dice que la participación de un individuo dentro de una cultura depende del estatus
social. Por lo que la P.B. varía entre los estatus y sólo es igual entre individuos de un mismo
estatus. Linton denomina personalidad de status a la P.B. de un estatus sub-cultural.
Con esto se hace necesario estudiar los roles, que son la suma de las formas culturales de
conducta que están asociadas a un estatus particular. Mead vincula el rol al comportamiento
individual con ciertas normas de grupo relacionadas con la conducta que se espera. Aunque el
individuo no siempre actúa de acuerdo al tipo de conducta que se espera de él sí reconoce qué
tipo de conducta le corresponde como también el que corresponde a los demás individuos.
No todos los roles son igualmente obligatorios: pueden ser prescriptos, permitidos, adquiridos
(facultativos), adscritos (imputados). Los roles adscritos e imputados orientan al individuo de
manera decisiva. Los roles pueden corresponder a un estatus que marque al individuo,
anciano, niño, mujer, obrero, burgués, son estatus fuertes que implican conductas de rol que
se convierten en una segunda naturaleza.
Los modelos que los estatus presentan se convierten en conductas inconscientes.
El individuo se forma un ideal de sí en función de su rol y adquiere características que lo
distinguen de otras personas en las cuales percibe otros roles.
Linton distingue los roles generales (adscritos a todos) y los roles particulares (propios de
categorías profesionales específicas). Los roles generales ejercen influencia como las normas
básicas que surgen de los padres. Los roles particulares modelan más al personaje que a la
persona. No provocan un cambio radical en la personalidad.
Este personaje puede se una compensación de frustraciones y en otros funciona como una
formación reactiva a través de la cual el super yo busca legitimar pulsiones reprimidas
(responde a actitudes de simulación).
El personaje social puede ser considerado una ficción directriz (según Adler) la cual hace más
lo que el individuo desea ser en lugar de lo que verdaderamente es.
Los estatus actúan como anclajes porque constituyen un marco de referencia en el plano
formal y en el plano de contenido (le indican lo que debe hacer). El estatus es un elemento de
seguridad porque gracias a él el mundo no es imprevisible. Para Newcomb los demás roles
complementarios sirven de sistema de referencia para comunicar a los individuos entre sí.
Desempeñar un rol que no concuerda con las necesidades del individuo puede provocar
inhibiciones, frustraciones y conflictos internos. A veces la elección de un estatus no depende
exclusivamente de un individuo.
Los conflictos de roles pueden producirse porque no se pueden desempeñar dos roles al
mismo tiempo, aunque se pueda ocupar varios estatus al mismo tiempo. Si los roles son muy
contradictorios pueden crear problemas de integración personal. Karen Horney lo ejemplifica
con el caso de mujeres que trabajan y deben atender otras cuestiones como la de ser madres.
La personalidad de estatus es más variable que a personalidad básica porque cada individuo
asume su rol (adquirido o adscrito) de una manera particular.
Los roles más importantes se adquieren en la adolescencia y en la edad adulta.
La adopción de rol modela la personalidad al inducir estilos y conducta habituales que
provocan fijaciones en los roles la inversa es también verdadera. Hay una relación recíproca
no causal.
Para Catell la adopción de un rol no es equivalente a la creación de una nueva personalidad.
Es una adaptación general en niveles de aspiración y concepción de sí mismo y que provocan
ajusten de compensación dentro de esos mismos roles. La personalidad formada a partir de la
experiencia de los roles no es algo estático e idéntico entre quienes participaron en iguales
experiencias. Las diferencias individuales están en la manera propia en que cada individuo
vive un estatus.
La clase es el medio real que estructura el mundo que rodea al individuo y es fuente de
normas, ideologías y de conductas de roles que se integran a los roles exigidos por los grupos
en los que el individuo participa.
La clase comprende a todos los individuos que realizan una misma función en el proceso de
producción económica (existe quienes poseen los medios de producción y aquellos que
venden sus fuerza de trabajo). La clase implica vínculos de clase que el individuo vivencia
como conciencia de clase y como conciencia ideológica. La clase objetiva y la mentalidad de
clase modelan la personalidad.
G. Friedmann dice que las tareas repetitivas y parcelarias de las industrias ejercen influencia
sobre la personalidad obrera: el psicoanálisis estableció que el organismo necesita finalizar la
tarea comenzada. El trabajo en cadena frustra esta motivación y origina conductas de
inestabilidad.
La identificación con la clase implica que ciertas normas de comportamiento sean necesarias
(sistema de ideas, de valores).
- El niño tiende a verse como los adultos lo ven. Aprende a verse como un individuo a
quien los demás responden de una determinada manera.
- Aprende que cuanto más rápido aprenda las condiciones que se le imponen a su
comportamiento más rápido podrá evitar frustraciones. Entre estas condiciones se
encuentran las que debe seguir porque él es un niño y esto lo lleva a caracterizarse
como niño y se responde a sí mismo como un objeto niño.
- El lenguaje es un instrumento de comunicación y de identificación. Mead dijo que la
palabra es un gesto que implica conocer qué efecto provocará en el otro. Hablar es
ponerse en el lugar de otros.
Según estudios de Piaget y de Mead en la infancia el hecho se tomar las actitudes de otros
para sí mismo es una condición imprescindible para la conciencia de sí. Por medio de roles
que va asumiendo los lleva a cabo tal como lo ve en otros y finalmente toma conciencia de su
personalidad en la medida que toma conciencia de la de otros.
El nombre del niño tendrá gran influencia sobre él, igual que las vestimentas, etc.
William James, destaca que todos necesitan ser reconocidos por los otros. Hay una tendencia
natural a ser considerados favorablemente por otros individuos. Por eso nadie es indiferente a
la opinión de otros.
Colley, destacó el papel que juega la imaginación en la interacción social. Según él, el yo es
función de cómo uno se imagina que los otros lo percibirían. Los sentimientos que posee el
individuo respecto de él mismo está determinado por la actitud que atribuye a otros respecto
de él.
El para sí, tiene tres elementos principales:
Lo que conduce a una opinión sobre uno mismo es lo que se cree que otros piensan sobre uno.
Entre las actitudes que implican una posición del individuo hay que darle importancia a de la
estima de sí.
El super-yo arcaico e inconsciente es el responsable de los sentimientos de vergüenza,
culpabilidad y angustia (es punitivo). Pero la evaluación de sí no depende sólo del super-yo,
sino que depende en gran medida de la comparación conciente o inconciente con un ideal de
sí. Frecuentemente se juzga a la persona real comparándola con la irreal. El ideal del yo (lo
que la personalidad más desea ser) es más conciente que el super-yo.
Este ideal del yo está influenciado por las lecciones que los adultos que pertenecen al
ambiente del niño le impartieron. Surge de los ideales que los miembros de la cultura
afirmaron delante del individuo.
La persona ideal tiene siempre un componente moral: no sólo es la persona que uno desea ser
sino también lo que uno debe ser.
El ideal de sí corresponde a los roles que el individuo desearía desempeñar, es la
identificación con las personas a las que admira.
Los estudios sobre los niveles de aspiración dicen que la estima de sí aumenta cuando se logra
el fin deseado y disminuye cuando se fracasa. Quienes guardan un nivel de aspiración muy
alto manifiestas conductas inadaptadas y sentimientos de autodesprecio mientras que aquellos
cuyo nivel de aspiración es bajo se contentan con poco pero no experimentan la satisfacción
ante un logro difícil.
La representación que la persona tiene de sí misma está ligada a la complementariedad que se
establece entre los resultados de la conducta y el ideal más o menos inconciente buscado.
La percepción social es imprescindible para formar el ego. Por esto se comprende que
individuos de diferentes culturas se conciban a sí mismos diferentemente y esta es una razón
por la cual son diferentes. Los individuos no se percibe a sí mismo en función de una cultura
global sino que lo hace en función de los grupos en donde vive y se relaciona.
William James dice que el hombre tiene tantos yo sociales como individuos lo reconocen y
tienen en su mente una imagen de él. Habrá tantos yo sociales de acuerdo a la cantidad de
individuos que reconocen y tienen una imagen del individuo.
Para Mead hay un dinamismo organizador que dirige la integración de todos los yo. Este
dinamismo es el de las tendencias fundamentales que evolucionan en el transcurso de todos
los procesos de socialización.
Lo que hace a la unidad de la persona es lo que lo define como organismo cuya tarea es
conducirse para continuar siendo.
Murray dijo que dividido el organismo perece y unido sobrevive. La existencia de todo
organismo depende de la organización del proceso de evolución de las tendencias y en
consecuencia es la tendencia la que indica la unidad del organismo.
Según el esquema gestáltico de Lewin, la persona es una forma que comprende partes
centrales y periféricas y cuyo núcleo expresa precisamente la convergencia de las partes en
vista de la existencia del todo.
Pierre Janet veía mayor unidad en donde el nivel mental era más alto. Donde una mayor
tensión psicológica permite la óptima utilización de los recursos del ser.
La teoría freudiana de la fuerza del yo dice que a energía mental debe intervenir para
sintetizar y para controlar el ajuste y para hacer actuar a las contracatexias equilibrantes.
Los padres transmiten a sus hijos su manera de ver la cultura de la sociedad. Existen casos de
neurosis familiares en las que las frustraciones de los padres se transmiten a sus hijos, se hace
una cadena. En función de leyes rigurosas, un acontecimiento fortuito puede ser altamente
traumatizante (ejemplo peligro a ahogarse).
La conducta de cada individuo está determinada por leyes que rigen la interacción entre el
devenir y su medio.
A pesar que se puede prever como actuará una persona ante determinadas circunstancias ya
sea porque se la conoce bien o se le realizó un estudio psicológico el psicólogo no pueda
decirlo a ciencia cierta sólo puede hablar de probabilidades de ocurrencia. Sin embargo es
más fácil decir que no hará esa persona.
Los trabajos sobre la personalidad parecerían asegurar:
1- La noción de libertad sin límites es más una postulación filosófica que psicológica.
2- Si hay libertad esta aumenta con la progresiva interactividad de la personalidad.
3- Es erróneo describir la personalidad como algo rígido, estereotipada, encerrada en su
pasado.