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HISTORIA DE LA ALTA COSTURA

Alta costura

Es el tipo de moda que predominó hasta los años 1950 fue la moda "hecha a medida" o
haute couture (francés para "alta costura"). El término "hecho a la medida" puede ser
usado para cualquier prenda que sea creada para un cliente en particular. Alta costura,
sin embargo, es un término protegido que puede ser usado solamente por compañías que
cumplen ciertos estándares bien definidos por la Chambre Syndicale de la Couture. No
obstante, muchas marcas de ropa "lista para usar", e incluso de mercado masivo,
afirman crear alta costura, lo que según los estándares, es falso. Una prenda de alta
costura está hecha por orden de un cliente individual, y está hecha usualmente de
textiles costosos de alta calidad, confeccionada con extrema atención en los detalles y el
acabado, generalmente usando técnicas a mano que toman mucho tiempo

Comienzos de la alta costura

El primer diseñador de modas, que no era simplemente un modisto, fue Charles


Frederick Worth (1826-1895). Antes de que estableciera su maison couture (casa de
modas) en París, el diseño y creación de ropa era manejado por un gran número de
modistas anónimas, y la alta moda estaba basada en los estilos usados en cortes reales.
El éxito de Worth fue tal que pudo ordenar a sus clientes lo que debían usar, en lugar de
seguir su dirección como los modistos solían hacer. El término couturier (costurero)
fue, de hecho, acuñado para referirse a él. Fue durante este período que muchas casas de
modas comenzaron a contratar artistas para bosquejar o pintar diseños de prendas. Las
imágenes por sí mismas podían ser presentadas a los clientes de forma mucho más
económica que produciendo una prenda de muestra en el taller de trabajo. Si al cliente le
gustaba la prenda, ésta era ordenada y pagada. Por lo tanto, la tradición de bocetos de
prendas comenzó como un método de las casas de modas para economizar.

Comienzos del siglo XX

Durante los primeros años del siglo XX, prácticamente toda la alta moda se originó en
París y en menor medida en Londres. Las revistas de modas de otros países enviaban
editores a los espectáculos de moda de París. Las tiendas de departamentos mandaban
compradores a los desfiles de París, donde compraban prendas para copiar (y robaban
abiertamente las líneas de estilo y el corte de otras). Tanto en los talleres que fabricaban
trajes sobre medidas como las tiendas de ropa lista para usarse (prêt à porter) aparecían
las últimas modas de París, adaptadas a las características económicas y cotidianas de
los clientes de las tiendas.

En este momento la división entre alta costura y ropa lista para usar no estaba todavía
claramente definida. Los dos modos independientes de producción todavía no llegaban a
ser competidores, y, de hecho, coexistían en casas donde las modistas elaboraban
prendas de ambos modos.

En los primeros años del siglo, las revistas comenzaron a incluir también fotografías de
los conjuntos y se volvieron aún más influyentes que en el pasado. En las ciudades
alrededor del mundo estas revistas tenían un gran efecto en el gusto público y eran muy
solicitadas.
Ilustradores talentosos como Paul Iribe, Georges Lepape, Erté y George Barbier
dibujaban cuadros de modas exquisitos para estas publicaciones, que cubrían los más
recientes desarrollos en moda y belleza. Tal vez la revista de moda más famosa del
momento era La Gazette du bon ton, que había sido fundada en 1912 por Lucien Vogel
y regularmente publicada hasta 1925, con la excepción de los años de la Primera Guerra
Mundial.

Mediados de siglo XX

La Segunda Guerra Mundial creó muchos cambios radicales en la industria de la moda.


Después de la guerra, la reputación de París como centro mundial de la moda comenzó a
declinar, y las modas de confección y manufacturación de masa acrecentaron su
popularidad. Un nuevo estilo para la juventud surgió en los años 1950, cambiando el
enfoque de la moda para siempre. Mientras la instalación de calefacción central se
expandía, lo hacía también la era de prendas de mínimo cuidado, surgiendo así textiles
más ligeros y los sintéticos.

Enfrentando la amenaza de productos de moda prefabricados, la alta costura de París se


defendió, pero con poco efecto, en cuanto no podía evitar que la moda se colara en las
calles. En poco tiempo, enteras categorías de mujeres hasta ahora restringidas a
suplantaciones inferiores de la alta costura disfrutarían una gran variedad y libertad de
elección. Tratando con volúmenes mayores de productos, los ciclos de producción eran
mucho más largos que los de los talleres de costura, lo que significaba que los
diseñadores que planeaban colecciones dos veces al año, debían adivinar con más de un
año de anticipación lo que sus clientes podían querer.

Últimas décadas del siglo XX

Durante las últimas décadas del siglo las modas comenzaron a cruzar los límites
internacionales rápidamente. Los estilos populares occidentales fueron adoptados
alrededor de todo el mundo, y muchos diseñadores que no eran occidentales tuvieron un
alto impacto en la moda. Materiales sintéticos como el elastano y la viscosa fueron
ampliamente usados y la moda, después de dos décadas de mirar al futuro, volvió a
buscar en sus raíces para encontrar elementos de innovación. Es importante resaltar el
invalorable aporte de Fernando Ermenegildo Celis Rocha y de La Concha a la moda en
la última década.
HISTORIA DEL VESTIDO LARGO, LA MINIFALDA Y EL PANTALON
FEMENINO

VESTIDO LARGO

Al comienzo de la historia de la humanidad los hombres no tenían ningún dominio de la


técnica y, para sobrevivir, se limitaban a recolectar los frutos que las plantas le podían
ofrecer y a consumir los animales que podían ser capturados por ellos. Parece ser que
los hombres más primitivos vivieron en África en medio de un clima bastante cálido y
rodeados de abundante vegetación, todo lo cual no les obligaba a protegerse del frío, por
esta razón el primer objetivo de la vestimenta fue el de embellecer a quien la llevaba, así
ocurrió que antes de confeccionar una camisa el ser humano inventó el collar y el
cinturón.

Aquellas gentes recolectaban los frutos de los árboles para comer, pero también
utilizaron sus distintos elementos para confeccionar objetos de adorno, así pues la
historia del vestido podría comenzar así.

Además de confeccionar collares, brazaletes o cinturones con flores, hojas y frutos,


llegó un momento en el que nació la falda hecha con filas de hojas, la cual no fue usada
exclusivamente por las mujeres, sino que también la llevaron los hombres, pues lo que
se pretendía con ella era estar más guapos o guapas o mostrar quien era el que mandaba

La edad de las pieles


Pero los hombres no permanecieron quietos en su paraíso africano, sino que se movieron
hacia las tierras europeas que resultaron más frías porque se hallaban en el límite de los
grandes glaciares. En este medio el objetivo principal al cubrirse el cuerpo era
preservarse del frío, ya que la naturaleza había sido tan tacaña que no le había
proporcionado al ser humano un manto de piel.

Para conseguir ese objetivo tuvo que superar dos problemas: dar forma a la piel y hacerla
suave y flexible, ya que ésta al secarse se endurecía. Después necesitaron fijarla sobre el
cuerpo para que no se cayera y así se alcanzó uno de los grandes avances tecnológicos de
la historia de la humanidad, comparables en importancia a la invención de la rueda o al
descubrimiento del fuego: la invención de la aguja. Así afilando los huesos más finos y
usando como hilos los tendones de los mismos animales se hicieron las primeras prendas
de piel.
La edad del trapo
Posteriormente, los diferentes grupos humanos consiguieron domesticar los animales y
también se convirtieron en agricultores. Por esta razón para guardar sus cosechas tejieron
cestos con juncos, mimbres, etc.

A partir de la cestería nacieron los primeros tejidos, los cuales, aunque se hicieron con
las fibras vegetales más suaves que se conocían, todavía eran muy toscos, pues
resultaban ser como nuestras arpilleras.

Utilizando telares muy primitivos se tejían piezas rectangulares de tela que se arrollaban
a la cintura formando una falda larga acampanada o se recogían en los hombros
formando una túnica.

En todo este larguísimo periodo del desarrollo de la humanidad las mujeres ocupaban un
papel destacado, ya que la vida del grupo dependía del número de individuos que lo
integraban. Como las mujeres, antes y ahora, eran las que parían, se las consideraba las
fuentes de la vida. Para aquellas gentes la fertilidad de la tierra, de los animales y del
propio género humano era un regalo de las divinidades, las cuales adoptaban forma de
mujer, la "diosa madre" cuyo culto aparece extendido por todo el. Mediterráneo. Estas
creencias hicieron que la mujer ocupara un lugar preeminente en aquellas sociedades.
LA EDAD ANTIGUA

Cuando los seres humanos pasaron de cazadores a labradores tuvieron que hacerse
sedentarios, pues nadie se puede marchar de un lugar llevándose sus campos acuestas. Al
permanecer quietos construyeron casas para vivir, poblados en los que se agrupaban esas
viviendas y, más tarde, ciudades. Y en el recorrido de todo ese proceso apareció la
propiedad privada.

El desarrollo de las ciudades fue posible porque dentro de aquellos grupos de hombres se
habían producido cambios importantes, pues entre ellos había personas que mandaban y
otras que obedecían, unas que dirigían y otras que trabajaban, sobre esas diferencias
nacieron los grandes estados de la antigüedad, como los de Mesopotamia, Egipto o
Persia. Ni que decir tiene que a partir de esa etapa se inició el proceso de discriminación
de la mujer, porque como el que tuvo el control sobre las riquezas de un clan o de una
familia era el hombre, éste fue el que se hizo con el poder, al cual se transmitía por línea
masculina a sus hijos, con lo cual la mujer paso a ocupar un lugar secundario, ya que
solamente era el receptáculo de la semilla del hombre. Como era un elemento
absolutamente necesario en el proceso de reproducción, poco a poco se fue configurando
como una posesión del hombre, con lo cual perdió el protagonismo que detentaba en
sociedades más primitivas.

También se originó la división y la especialización en el trabajo.


El antiguo Egipto
Con la aparición de las sociedades urbanas se produjo la división y especialización en el
trabajo, esto unido a que en el valle del Nilo existía una planta que poseía fibras muy
suaves, el algodón, esto hizo que se produjeran telas de una finura extraordinaria. Así las
egipcias pudieron llevar túnicas de grandes escotes que se ceñían al cuerpo
transparentando totalmente sus formas.
La Grecia clásica
La Grecia clásica que fue el país que inventó la democracia radical, sin embargo
consideró a las mujeres como eternas menores de edad totalmente apartadas de la vida
pública, incluso existía un espacio de la vivienda en la que debían estar recluidas que se
llamaba gineceo. El traje de las mujeres griegas se caracterizó por carecer de forma
propia, pues hombres y mujeres llevaban túnica que sólo se diferenciaban por la
longitud.

Se trataba de rectángulos de tela de tamaño variable que se enrollaban o colgaban del


cuerpo sin cortar el tejido para ello.

Esta prenda se sujetaba a los hombros por medio de alfileres o broches y generalmente se
ceñía a la cintura con cinturón o cordón. En la indumentaria griega se usaban colores
primarios, rojo, azul, etc. con motivos decorativos en contraste, excepto la de las clases
bajas que solían teñir su vestido de un color marrón rojizo.
Los iberos
La llegada de fenicios y griegos a la Península puso a sus habitantes en contacto con los
adelantos que estos pueblos habían alcanzado. Así nuestras antepasadas iberas vestían
con tejidos de lana o lino que eran más cómodos. Con ellos se confeccionaban las túnicas
que les llegaban desde el cuello hasta los tobillos y que se ceñían al talle por medio de un
cinturón.

Utilizaban muchos complementos, collares y pendientes de gran tamaño, y una especie


de peineta que sostenía el manto sobre la cabeza, en la que algunos han querido ver el
precedente de la mantilla española.
La Roma Imperial.
La situación de las mujeres romanas fue distinta de la que habían sufrido las griegas pues
dentro del derecho se le reconocían ciertos márgenes de autonomía económica, como la
donación de bienes que le hacía su familia cuando contraía matrimonio para que tuviera
asegurado su porvenir en caso de que enviudara o que su marido la repudiara. Sin
embargo las modas romanas imitaron con mucha frecuencia las formas de ataviarse de
las griegas, aunque introdujeron bastantes modificaciones. Los materiales con los que
confeccionaban sus prendas fueron la lana, el lino, y más raramente la seda, porque
resultaba muy cara. La indumentaria estaba compuesta por una túnica que podía ser con
mangas y costuras o, simplemente, compuesta de dos piezas de tela rectangulares
recogidas en los hombros con broches o fíbulas y ceñida con un cinturón en la cintura. A
veces la sujetaban por debajo del busto, por medio de ceñidores, a manera de un
"cruzado mágico", para mantener erguido el pecho.

Este atuendo se completaba con la toga, que se usaba encima de la túnica, tanto por
hombres como por mujeres. Era un manto con forma de segmento de círculo que llegó a
adquirir grandes dimensiones, enrollarla alrededor del cuerpo requería una considerable
destreza. Hombres y mujeres se adornaban además con brazaletes, tobilleras, collares y
pendientes.
LA EDAD MEDIA

Esta etapa que duró nada menos que mil años, comenzó con un hecho catastrófico, pues
el Estado Romano desapareció por las invasiones de los pueblos bárbaros. Fruto de esos
hechos fue la aparición en Europa de los llamados estados germánicos. La aparición de
estos pueblos implicó cambios importantes en la situación de las mujeres, porque estas
eran claramente una posesión del hombre que pasaba de las manos del padre a las del
esposo, por eso entre ellos había la costumbre de entregar un dinero a la familia que se
llamaba el precio de la novia.
Estas gentes cuando se establecieron fueron cristianizados, con lo cual la influencia de la
Iglesia se hizo muy de notar, por eso se tenía la idea de que todo el cuerpo de la mujer,
solo podía ser contemplado por su legítimo dueño, su marido. De ahí que sus ropas
solamente dejaran al descubierto la cara y las manos. Como esta etapa es tan larga
ocurrieron cambios importantes en la vida de las gentes y aparecieron movimientos
culturales que han tenido tanta fuerza que han perdurado hasta nuestros días, como es el
caso del Islam. Para intentar recoger todo eso se ha dividido en dos subperiodos: Alta
Edad Media y Baja Edad Media.
La Alta Edad Media
En esa etapa que dura hasta el siglo XIII, la gente era muy pobre y se vestían casi
siempre de lana y como con la llegada de los germanos se destruyeron las ciudades y
desaparecieron sus artesanos, la mayoría de los tejidos que consumían las gentes del
pueblo se confeccionaban en la casa, por eso eran muy toscos y de colorido muy pobre.
La prenda más habitual era una túnica, larga hasta los pies para las mujeres, la saya, y
hasta los tobillos para los hombres, el sayo, ambos podían llevar debajo, sobre todo en el
tiempo de invierno, una especie de leotardos hechos de tela que cubrían desde los pies
hasta la cintura, las calzas. Hombres y mujeres utilizaban en el vestir colores alegres de
tipo primario como el azul, el rojo o el amarillo. Esto es lo que estaba ocurriendo en las
sociedades europeas, pero en el Oriente del Mediterráneo había surgido una religión
nueva que traía otras formas de pensamiento.
El islam
La religión isla mica surgió en el seno de un pueblo del desierto, los árabes, que se veía
obligado a sobrevivir en condiciones muy duras, por eso necesitaban que sus grupos
fueran muy numerosos para vencer las duras circunstancias que les rodeaban, por eso
mantuvieron la poligamia, ya que un hombre podía tener varias mujeres, pues de esa
forma habría muchos más hijos en una familia. Esas mujeres eran propiedad del varón y,
como cualquier riqueza había de ser vigilada par que no la robara nadie, por eso se las
cubría de la cabeza a los pies para que solo fuera contemplada y disfrutada por su dueño,
como cualquier objeto, solamente escapaban de esta situación las artistas, bailarinas y
cantoras que solían ser esclavas, y como no eran de nadie podían ser contempladas por
todos.
La Baja edad Media
En esta época se produjo un cambio muy importante que fue la diferenciación sexual del
vestido. Pues los hombres acortaron aún más sus túnicas y las ciñeron al cuerpo ,
surgiendo así los jubones y las jaquetas, en tanto que las calzas dejaron de ser ropa
interior y se partieron formando, las calzas propiamente dichas, de las que luego
surgirían los calzones, así como las medias. Entre tanto el traje femenino también
cambia, se introduce el cuerpo ajustado hasta las caderas y la falda va cayendo en
pliegues hasta los pies. Sin embargo se mantienen elementos comunes en el vestir de
hombres y mujeres: mangas ajustadas que al llegar al codo se ensanchaban
enormemente, y el complemento en ambos casos de túnicas de longitud exagerada con
grandes oquedades y cortes, aunque las mujeres en general iban vestidas de manera
menos extravagante que los hombres en lo que a la forma de las prendas se refiere.

Las mujeres de las capas populares vestían de forma bastante simple, pues su
indumentaria se componía de la camisa sobre la que se colocaban las faldas y el corpiño.

En esa época se cambiaron un poco las formas de pensar porque se empezó a admitir que
el cuerpo humano era obra de Dios y no era nada malo y que no había que ocultarlo de
manera tan total. Por eso la innovación de la época fue la introducción del escote en el
vestido femenino: suprimir la parte superior de los trajes para mostrar parte del pecho,
aunque este quedaba velado por las finas telas de las camisas. También ocurre la
aparición de tocados tanto para hombres y mujeres cada vez más complicados.
LA EDAD MODERNA

Cuando comenzó esta etapa, en el siglo XVI, la humanidad había recorrido un largo
camino de progreso, se había descubierto América y había más medios de comunicarse y
conocerse. En el campo del vestido ocurrieron cambios muy importantes: los tejitos se
habían perfeccionado, tanto en las fibras con que se realizaban, como en su textura y en
su colorido. Al mismo tiempo se había desarrollado enormemente el comercio de larga
distancia y por eso las fibras lujosas, como la seda, estaban al alcance de grupos sociales
cada vez más numerosos. Y fue el momento en el que la moda española se imitó en toda
Europa
El siglo XVI. El Renacimiento
Este es el siglo del ornato y la pompa tanto para el traje masculino como para el
femenino, aparecieron las " cuchilladas": rasgaduras en la tela de las prendas, a través de
las cuales se sacaba el forro. Este elemento característico aparecía tanto en el traje de la
mujer como en el del hombre. Las pieles eran de uso corriente para unos y otras. Los
hombres seguían llevando las piernas al descubierto y seguían usando medias.

Durante la primera mitad del siglo XVI, los trajes de las clases altas eran de un colorido
muy vivo. Ésta época se caracteriza por la introducción de la gorguera alrededor del
cuello: también para hombres y mujeres, aunque siempre como símbolo de privilegio
aristocrático. Constituye un ejemplo extremo de la tendencia humana a demostrar con
ciertos trajes que quienes lo usaban no necesitaban trabajar, o que no se dedicaban a
ninguna actividad agotadora.

En cuanto a la manera de vestir de las mujeres


Hay que señalar dos hechos importantes: que en España se inventó una forma de ahuecar
la falda que se llamó verdugado, que la transformaba en una campana rígida, creándose
una silueta que se imitó en toda Europa; y que las mujeres italianas, consiguieron lucir
sus cabellos, sin que se las tachara de desvergonzadas, siendo esta una moda que se
expansionó con mucha rapidez.
El Barroco: el
   
siglo XVII
A medida que este siglo avanza, las características de la moda se fueron exagerando.
Dejo de usarse el verdugado, pero las faldas se ahuecaron mucho más hacia las caderas
por el uso del guardainfante, que consistía en unas enaguas armadas con arcos de
alambre, madera o ballenas que acampanaban las faldas, abriéndolas hacia las caderas.
Este artefacto tan poco favorecedor hacía que las mujeres parecieran caballitos de
feria... Por otra parte las gorgueras se hicieron cada vez mayores hasta tal punto que
resulta difícil de imaginar cómo quienes las usaban conseguían llevarse la comida a la
boca. Sin embargo, en la indumentaria femenina la gorguera, desde la mitad del siglo,
fue cambiando hasta desaparecer para permitir el uso de amplios escotes.
El siglo XVIII.    
En esta época los trajes de las damas se confeccionaron con telas más vaporosas y ricas
que en el siglo anterior y de coloridos más alegres y se incrementó la decoración de los
trajes con encajes y cintas, sobre todo en las clases elevadas. Un rasgo curioso de la
indumentaria de este periodo es la exageración del miriñaque que fue como se llamó al
antiguo guardainfante. En vez de la altura, las mujeres prefieren la anchura y la falda se
extiende hacia los lados mediante el uso de ballenas y de varillas de mimbre. La
extraordinaria anchura de las faldas femeninas en este periodo provocó algunos
inconvenientes: resultaba imposible que dos damas pasasen a la vez por una puerta o
que se sentasen juntas en el mismo carruaje.

Era lógico que estos tipos de vestidos ahuecados no pudieran ser utilizados por las
mujeres del pueblo que tenían que trabajar en múltiples tareas, pero no por eso había
que renunciar al deseo de estar guapa y así en el siglo XVIII, en España surgió un
vestido popular de gran belleza, el de las majas.
ETAPA CONTEMPORANEA

En este periodo de la historia de la humanidad se inició al final del siglo XVIII con el
estallido de la Revolución Francesa. Estos hechos políticos hicieron que muchas cosas
cambiaran en la Europa de aquel momento y en uno de los aspectos de la vida en que
esto se reflejó fue en la manera de vestir.
La línea
   
Imperio
Los revolucionarios quisieron cambiar aquella sociedad injusta, por eso se sublevaron
contra la nobleza que fue muy perseguida, incluso fueron ajusticiados muchos nobles.
Ante el peligro que se corría, éstos procuraron pasar desapercibidos y desterraron todos
los signos del vestir que pudieran hacerlos reconocibles, por eso desaparecieron los
pesados brocados de seda, los encajes del vestido masculino, los miriñaques, etc. En
cambio surgió una moda más natural, que otorgaba mucha más soltura al cuerpo y que
se llamó línea Imperio porque se puso de moda en la corte del Emperador Napoleón. Se
trataba de vestidos hechos con telas vaporosas, de colores suaves, con amplios escotes y
el talle marcado debajo del busto. Mientras las mujeres de las clases populares usaron
telas de algodón estampado para sus vestidos que también fueron más sencillos
El
   
romanticismo
Cuando ya estaba bien entrado el siglo XIX surgió un movimiento artístico que se
extendió por toda Europa: el romanticismo. De aquí surge un nuevo modelo de belleza
femenina caracterizada por la brevedad del la cintura, de ahí que el corsé volviera a
introducirse, como elemento esencial del vestido femenino, incluso para las niñas.

Se volvieron a usar telas de colores alegre adornadas con profusión de encajes y el


sombrero adquirió gran importancia
La Europa
 
industrializada
La Revolución Industrial se había iniciado en el siglo XVIII en Inglaterra, pero fue
hacia mediados del siglo XIX cuando se extendió por el resto de Europa. La
instalación de fábricas trajo gran prosperidad a las regiones en las que éstas fueron
instaladas y las gentes pudieron consumir más productos, también del vestuario. La
prosperidad de esta época implicó una mayor complejidad en el vestido. Las faldas
continuaron agrandándose, llevando debajo de ellas gran cantidad de enaguas
inicialmente y luego enaguas con aros tipo jaula parecida a las de épocas anteriores.
Pues se pretendía ahuecar la parte del trasero femenino con el llamado polisón. Las
mujeres parecían un auténtico barco navegando, mientras que una pequeña
embarcación, el acompañante masculino, navegaba detrás.

Pero en una sociedad que caminaba a pasos muy rápidos hacia la modernidad no se
podía mantener durante mucho tiempo ese modelo de vestuario y para llegar a
cambiarlo coincidieron una serie de factores. En primer lugar los avances de la
medicina y de otras ciencias experimentales hicieron que algunos intelectuales
iniciaran algunas protestas contra la moda de la época, aglutinados en un movimiento
denominado " Movimiento para un traje racional", preocupados por lo malsano de la
moda de esos momentos, especialmente en los referente al ajustado y deformado corsé
y a las capas de prendas que fatigaban inútilmente a la mujer. Por otra parte era este un
momento en el que las clases populares comenzaron a reclamar sus derechos, pero
curiosamente los hombres que pedían justicia, libertad y participación política,
olvidaron pedir eso mismo para las mujeres. Esta actitud hizo que surgiera el
movimiento de las sufragistas que organizaron su lucha para exigir esos mismos logros
para las mujeres y como uno de los elementos de su protesta comenzaron a cambiar su
forma de vestir. Finalmente, la aparición de la bicicleta, como elemento popular de
paseo fue un elemento más que influyó por que se diseñaran prendas más racionales
que permitieran a la mujer incorporarse a los nuevos ritmos de vida y como resultado
de todo ello aparecieron tímidamente las primeras faldas pantalón, pero su uso se
redujo a las capas más altas de la sociedad.

EL PANTALON FEMENINO

El pantalón es de origen Celta. Su historia se amonta a hace 2.600 años.

La primera en querer introducir los pantalones como uso femenino fue la feminista
Amelia Broome quién diseño una falda a la altura de la rodilla que se usaría con unos
pantalones anchos debajo, inspirada en el traje tradicional turco. Prenda que no tuvo
aceptación porque el movimiento feminista en esa época era considerado como una
amenaza.

En el siglo XIX lo usaban las mujeres para pasear en bicicleta; eran unos bombachos
ceñidos a la rodilla.
En 1880 en Estados Unidos las mujeres usaban falda pantalón para montar a caballo.
Poco después ir la comodidad de unos pantalones lo hicieron parte de su atuendo.
El uso generalizado del pantalón en la mujer se lo debemos a la guerra. Se necesitaba a
la mujer para trabajar en labores antes solo para hombres y se le dotaron de uniformes
y overoles antes usados solo por hombres.

Cuando las mujeres regresaron al hogar y después de probar


Fue Coco Chanel quién le dio un toque femenino y lo popularizo en todas las clases
sociales.

El jean comenzó a usarlo la mujer en 1935 cuando apareció la marca Lady levi´s y
desde ese tiempo no se ha separado de ella. Haciéndolo un elemento indispensable en
el guarda ropa femenino.
Las transformaciones que ha sufrido ésta prenda han sido múltiples. Desde los más
anchos a los más ajustados, pasando por todos los largos: "Pantaloncitos calientes,
faldas pantalón, bermudas, capri y hasta la suela del zapato.
En su elaboración también se ha usado toda clase de material desde la seda, linos,
chalis, dril, dacrones, franelas, cueros etc.

Pantalón: Su nombre se le atribuye a San Pantaleón, médico, mártir del siglo IV y


patrón de Venecia. Ya hace 4.000 años los nómadas de Centroeuropa llevaban
bombachos atados a la cintura. Pero el pantalón, tal y como lo conocemos hoy en día,
apareció en 1830. Y en 1860 se creó el vaquero o jean por el bávaro emigrado Levi
Strau.

LA MINIFALDA

A mediados de la década del sesenta, la diseñadora británica Mary Quant tuvo una
brillante ocurrencia basada en los automóviles Mini: la minifalda. Esta prenda, que
generalmente tiene un largo que va por encima de la rodilla, puede ser consideraba
como uno de los símbolos de la revolución sexual femenina; en especial, luego de
popularizarse en la revista Vogue.

El modisto francés André Courrègues también quiso acreditarse la concepción de la


minifalda y peleó por hacerlo, pero la inglesa fue quien logró acaparar el crédito de la
invención.

Del mismo modo que ocurrió con otras vestimentas, la minifalda se popularizó cuando
personalidades de la farándula de la talla Brigitte Bardot, Nancy Sinatra y Audrey
Hepburn comenzaron a utilizarla. Desde aquel momento, casi no existen desfiles de
moda que no muestren dentro de sus colecciones una minifalda, con algún diseño, tela
o accesorio novedoso.
Este hecho es significativo, debido que, generalmente, las modas y tendencias se
modifican, pero la minifalda se mantiene firme en la consideración de las
consumidoras cuando se avecina la temporada estival. Esto puede ser impulsado por el
significado que la minifalda denota: comodidad, juventud, sensualidad y frescura.

La importancia que la minifalda logró en la sociedad, llevó a que se realizara, en 1973,


una retrospectiva en su honor y el de su inventora, por parte del Museo de Londres. El
uso de la minifalda no requiere de un tipo de cuerpo determinado, aunque quienes
tengan piernas bellas y esbeltas se verán más favorecidas

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