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Princesa de mis adentros

Para Erika Juseppe Báez

C. Augusto Valdés.
MMIIII
Enamorarte de una libélula. En la memoria habitan abismos, un CAPITÁN
DE BARCO NAUFRAGADO CON UNA SOLA PIERNA, así es como se siente
el fracaso solo dejarse hundir, mancillar es un verbo que nunca he oído
de tus labios. Déjame solo en esa luna marchita dentro de tu ojo
izquierdo estrábica, eso pasa las veces que dejas la luz prendida, pero si
yo no lo provoqué, de tu cuello hay un rosario hecho de perlas de besos
que vomitaste el día que tus piernas se destrozaron en siete humos
distintos. Para que se te quite lo payasa me voy a morir de antier. ¿es
ésa una palabra francesa? Con mi lengua aprenderé a construir árboles
de navidad en lo profundo de tus caries. En diciembre hace frío. Mi
nombre es ilusión, pero solo es un payaso vestido de amarillo en pleno
metro estación niños héroes, se cayó mi abuela se quedó chimuela ¿a
qué le tienes miedo? Cuando yo nací me bautizaron en las aguas negras
del capitalismo. Dame tu mano, hay una civilización que ha surgido del
polvo de tu clase de ayer, nadie se ha dado cuenta que tus zapatos son
rosas en medio del blanco océano en medio de tu pecho. Una monedita
con lo que guste cooperar, como si fuera aguacero, pues ya la hicimos,
aquí me bajo. Estaciones de metro que se pierden, ésas no las
devuelven en la oficina de objetos perdidos. El veneno de la araña
veinticinco años en el futuro. Sonries como el mundo que no se acaba.
Acaba de llover. Llueve en espiral, espira, espiral. Hace mucho que no te
oigo cantar. Y sin embargo tu voz todavía persiste. Perdiste. Ya no
cenaste hoy. De noche subimos al tren submarino, debajo del mar
aparecen las mujeres que comparten un solo ojo y un solo
diente. Una, a sus dieciséis, amamanta una criatura en silla de
ruedas, acaba de perder a otro, se columpia la segunda porque
cree que es muy chistosa y la tercera en su camioneta roja nos
llevaría a casa. Es ahí donde no estás. ¿Dónde guardas mis
besos? Un suave descanso de lamentos habita en tu aliento.
Déjame beber las lágrimas de tu fotografía, morderte las ganas
de escapar, herir esa ansia que tienes de abdicar. Tu nuevo
título es PRINCESA DE MIS ADENTROS. Sultana de las pesadillas,
en un terror nocturno te volví a revelar mi corazón . tu otra boca
se hunde en el cementerio de elefantes. Dentro del polvo existe
una escalera, dentro de la escalera una biblioteca. Cuéntame otra
vez que tu padre odia las agujas, que las agujas bajan a las estrellas de
su nido. A veces este lugar puede ser tan relajante. A veces, sólo a
veces dentro de nuestra mitología hay pequeños demonios con rostros
de chino. Vamos a jugar a los susurros chinos. A las damas chinas, a los
cachorros chinos. No puedo creer que hayas dicho eso tú lo dijiste es tu
culpa, esa fue la frase que vivía dentro de tu risa ar
g e n t i n a. Voy a dormir envuelto en tu
lengua, suspirar bocanadas de pena, crear la religión de los habitantes
de tu palabra. Eres mujer y cosmos, mujer universo, ¿Porqué quitaste las
dos? ¿Porqué quitaste las dos? Cuando era aprendiz. Amanece cuando
me miras. La blanca aurora que escondes. Invierno tras los lentes. El
diablo te marcó la mano con tijeras. Sus ocho brazos golpearon tu furia,
tu sirena, tu caballo alado, tu gorgona, tu bruja, tu lilith. A veces sueño
tu tridente clavado en los vellos de mi brazo. ¿Puedes hacerme un favor?
Arráncame los dientes, de antemano te lo agradezco. Ya sé que siempre
agradezco o termino pidiendo disculpas. This cool pass. Día de
muertos le regalaron una caja de música con una bailarina, su
magneto la hacía girar, quisiera recordar la melodía que sonaba
al abrir la puerta. No hay lugar. ahora debía de comprar alhajas
para llenar la caja y era pobre. hizo un pacto con los duendes,
no para ser joven, se arrancaría los dedos a cambio de joyas. Lo
peor que le pudo pasar es conseguir su deseo. Ya no puede dar
cuerda a su caja de música llena de joyas. Ahora se limita a
cantarle a su bailarina muerta de inanición. ¿Alguna vez marcarás
tus uñas en mi piel? En navidad hace frío. Dame tu asfixia o dame la
muerte. Le atinaste, le atinaste. Otra ocasión vieron al fantasma de la
bailarina pidiendo limosna en el metro San Antonio. Reparte imágenes
de la virgen saltando con su única pierna, arranqué las piernas de la
virgen niña porque te respeto. Do I love you? You said. Y lo único que
siento ahora es mutilación, hablada por una bogado que le gusta recitar
poesía con voz de afeminado. La bailarina le jaló los pies en la noche . le
arrancó uno para ponérselo para poder volver a bailar. No le gustó, no le
gustó. Sabes que eso no es verdad. Cierro los ojos para ver tu verdadera
forma. Me vi a mí mismo inventándote, alucinándote. Quizá estaba en el
camión hablando solo, riendo solo. No debes de comer de su fruta. A
veces, solo a veces no hay lugar para dejar de soñar el mar, coral.
Mírame cuando ruego. Sé que no quiero tener hijos contigo. Dejé de lado
el azul dorado. Sólo sirve para dos cosas, ¿Porqué arrancaste las dos...?
el único muslo de la bailarina fantasma te manda saludos, es decir,
nadie. ¿Donde guardas la esencia de tu mirada? Dame un poco, si no
quieres que me la inyecte me conformo con beberla en café, no hay
nada más que sepa. En este segundo no hay tormento. No hay nubes de
granito y espadas. Páginas iniciales. Dulce es el sabor de tu alma. No
hay lugar de ti que no me interese. Mujer ciudad, mujer país, mujer
continente, dame uno de tus cabellos para hacer una pluma, con la cual
escribirte, describirte, escindirte. En medio de esta nube de quimeras,
perdón, químicos desconocidos temo decirte que no voy a morir, no es
tóxico. Sin embargo hay otros venenos que palpitan. Del otro lado de la
sala. Con una sola mirada dijo absolutamente todo. Este soy yo, este es
el cáliz de tu presencia, este es el pan de tu voz, dulce como un
buñuelo, venenoso como el cristal. Inhalo tus piernas antes que el viento
las apuñale en el Ajusco. ¿Cuál será la temperatura exacta de tus
encías? ¿Grados Celsius? ¿Excelsos? En el camión hay alguien que
pide dinero cuando dice mi corazón es para ti, eso es una parada
antes del olvido ¿cómo se da el corazón? ¿Partido y frito en
filete? ¿Vino rojo para acompañar? ¿Puré de papas o ensalada?
O enterrado en un vidrio, empalado en la antena de un viejo
televisor, engargolado o enmicado ¿empaquetado? ¿Tendrá que
desangrarse primero como los corderos del holocausto? Por favor
discúlpame, pero no puedo olvidar las cenizas de mi gente. Ese libro a
los dieciséis años. No soy esa estrella sino esta otra. ¿y tú? ¿Alguna vez
lloraste? ¿Salieron de tus ojos fragmentos de botellas rotas? ¿Alguna vez
se apoderó el animal de tu garganta para aullarle una serenata a la
angustia? Seguro eso no es para ti. Dices que aún no lo sabes, para eso
existe una fundición, tiemblan las hormigas debajo de los muertos,
tiemblan las esquinas de las nubes que no conocen la lluvia. The test is
over now. Ahora que te hable trataré de copiar la longitud de onda que
nos separa. No puedo creer que sigo aquí, aunque sea dormir un poco
antes de seguir, antes no es posible. Tiembla en mí tu pálido sabor. La
caricia robada de tu perfume, regresa a mi lugar feliz, palacios de
ámbar, tocar tus dientes, sentir... ver al ángel que invocas en el rito
secreto de tu risa. Quiero el número negro, decir quiero es de mala
educación, el número que usted marcó está suspendido. No hay lugar.
Un capitán de barco naufragado con una sola pierna y el fantasma de la
bailarina de un solo muslo. ¿De eso se tratan las novelas de amor?
Quince horas con treinta y un minutos. Pintura o atún en agua o aceite.
Pintar tus pupilas de azul o de saliva. Ese complejo tuyo de creer que no
eres princesa. En la esquina hay un viejo que se olvidó de leer
esas amarillentas novelas de amor, ahora busca los pies de la
gente para limpiarlos con sus cabellos como la magdalena, ha
olvidado que es calvo. Su único amigo es su violín que dejó en el
monte por piedad. Que no se acabe la tinta, de esta manera te canto,
de esta manera me sabe tu presencia, que ha volado con las estrellas al
norte por el verano no trates de detenerme, no volteaste, gracias, no me
mandaste de regreso al infierno. Por eso sé que tus cubiertos no
desgarrarán mi carne. Es tu sonrisa la que lo hará. Ríe exhalando el
viento de navajas, ríe cuando todo vaya mal. Así podrás abrir el reino de
los mitos. ¿Tienes el mapa para llegar al país de las hadas? Lo siento, lo
dejé encima de la televisión, por cierto, le arrancaron una antena. Tú
dices; Fuiste tú, desgraciado!. Respondo que quizá sí, está, como ya
sabes, clavada en mi corazón. ¿Y eso no lo consideras falta de
educación? Solo cuando la tarde se llena de tejados y de cerveza. En
aquel entonces no había suficiente verde para pintar el cielo de azul.
Mejor de rosa para que lo recuerdes. ¿Recordar qué? Que doblado en la
esquina de este pensamiento te he dejado una carta de amor, léela
antes que se borren los mensajes, si lo borras es que lo amas. ¿No es
eso una desgracia? No quiero, no quiero borrar la sombra de la luna. ¿Te
da miedo el ratón que vive en la cara oscura? Que miedo, ja, ja, ja, ja, ja,
Abajo de mi casa me espera la melancolía, vestida de esa blusa,
la que llevó al funeral de mi padre. Es absurdo, ni siquiera
estaba viva cuando eso pasó. Todo por un libro que dejó abajo
de mis uñas cuando nos conocimos por equivocación. Beli dela
luca po, eso habría dicho la sirena, al tiempo que se mojaba las
canas en café descafeinado, en sangre desangrada, en vida no
vivida. Tocando tu mano descubrí que hay un décimo planeta en el
sistema solar.Ahora vengo, voy abajo por pan, pan de cenizas, pan de
lástima, pan de tontos o de piadosos, tal vez regrese a Itaca, o como sea
que se llame ese lugar que quiere decir hogar y techo. En tus sueños
existen mil océanos de plata. Caminar a tu lado entre el sol y la primera
mitad de la lluvia. Entre tu isla desierta y el hierro templado en la forja
de tus caderas. Llevo a mi calavera cargando tu gramática y tu historia.
Aquí en mi destierro, polvo sobre el suelo y papeles sobre la basura me
he creado el incómodo olimpo. Agua sucia de puro cansancio, música de
restaurante, infecciosa espina de pez, ése es mi río estigia. Te has
cansado de repetirme una y otra vez, el barquero no tiene cambio de un
billete de doscientos. SOY UN FALSO DIOS, ni siquiera puedo goberrnar a
la nada ni al ruido del polvo, la basura abarca más que mis brazos
tristes, rompo las falsas lozas de mi templo de estiércol, los vitrales de
mi falsa liturgia están pegados con cochambre, las plañideras ya no
aceptan el falso salario mínimo para llorar el viacrucis con falsos
transeuntes, sus falsos pies clavados a una tabla para hacerlas
reflexionar. A lo lejos tu paloma de plástico, pasos perdidos cerca de seis
banderas, a veces no sé cuando dejar de tocarte o si lo hago mi carne se
volverá cera derretida en el espacio. Con la carita empapada. Elevo una
plegaria a ti. La doblo en forma de un caballo con alas anaranjadas de
un viejo modelo que se niega a volar en el monte cerca de los coyotes.
En el espacio entre la espiral de la mariposa y sus alas rasgadas
habita la diosa del mar con uñas de madera carcomida. Una vez
me contaste que su padre la lanzó de la balsa para que se
ahogara. Hoy danza en ropa interior en su cuarto, tan
horriblemente limpio, estéril como la nieve que corre dentro de
su cerebro, comprando eso viejos cuentos de gatos con calzado
y reinas de rostros amarillos y cabellos rosados. Un ángel
coloreado de verde. La horrenda diosa marina tuvo que
aprender a jugar a la baraja. Y ni aún así puede bajar a beber
agua. ¿mencionas mi nombre cuando rezas? Cada gota de silencio
ahoga a los pálidos colibríes. Cada lágrima que no tengo huye al no
poder mojarte. La madrugada se me escapó leyendo el par de años que
no supe de tu existencia. Me aterra pensarte desconocida y que quizá
moriré sin saber el color de tu cepillo de dientes. Se deshacen mis
huesos en papeles amarillos escritos por tu mano, uno a uno
recordatorios en tinta negra azul o lápiz. ¿cuál de esos papeles debía de
recordarme que debo vivir? El adhesivo se acabó, se llevó el viento el
recado que escribimos juntos, para que no olvide mi identidad en el
casillero. No hay lugar, no hay lugar. El sol roe mi piel para alimentar a
sus insectos en las alturas. Sumergido en el azul frío de capricornio. Por
favor, no mueras en el amanecer antes de los comerciales. La espada
atraviesa tu ojo ancestral, ése manchado de una galaxia donde
erradicaron la envidia y a los enanos. Que bueno. Con ese ojo describes
la mirada SULTANA DE LAS PESADILLAS. Y bajo ese farol la libélula
canta sola, sus alas gimen bajo su mochila donde guardó sus
pantaletas para una nochebuena que nunca llegó. En navidad
hace frío, se repetía estrujando tres estrofas trágicas atrayendo
su trajinera destrozada. Hombres vacíos, hombres de paja en
hoteles de paso sin ver. Ese era el color de su lamento que no
alcanza a cubrir el maquillaje de cien espejos. En estos tiempos de
caducidad solo existen tus labios de sueño, enmedio de astas de madera
y libros de texto. Presencia cítrica de un verde amarillo artificial. Tu
aroma hace que mi espíritu abandone mi cuerpo para vivir entre tu
cuello y tu hombro. ESPIRAL, ESPIRAL, No te he visto bailar enmedio de
los desollados cuerpos de las niñas ácidas que repiten tablas de
multiplicar entre sus convulsiones. Bueno fuera, así aunque sea se les
habría quedado algo grabado. Verbos irregulares, ESPIRAL, ESPIRAL.
Bailas enmedio del fuego que alimenta mi sangre, baila a un lado de la
mica transparente en el desierto multicolor. Bailas en un siglo pasado
por ácido melancólico. Bailas entre seis banderas y ninguna es de mi
patria. ESPIRAL, ESPIRAL. Niña. Opaca tus dientes de risa al soñar
de la cárcel. Te digo que hay un ciego hundiéndose vivo por un
juego que Dios decidió. ESPIRAL, ESPIRAL, QUE EL DEMONIO VA A
PASAR. Te mando una docena de rosas el día de hoy; Rosa vengada, por
la muerte de un mal amante en la esquina del periférico y avenida
toluca. Rosa piedra, fosilizada de esperar que le llamen por teléfono para
salir a bailar o a un café, Rosa roja, hinchada de lenguas de serpiente o
una malentendida tristeza. Rosa verde, descubren a nenita asesinada y
encobijada en una barranca de la álvaro obregón. Era niña de buena
familia, opinan los investigadores. Rosa blanca, crece en el pasto el
vestido de la novia podrida. Rosa fuego, ya no se puede fumar a las
siete de la mañana, te quedaste con el encendedor. Rosa vieja, el
imperio del polvo nos espera para cenar con velas y filosofía. Rosa
silvestre, la pintura de la pared se está descarapelando y tengo sed de
tu aliento. Rosa vientre, enmedio de tu piel mi salvación o desgracia.
Rosa alegría, tus dedos en la herida entre mis vértebras. Rosa negra,
ayer encontré el cadaver de mí mismo cuando barrí bajo la cama. Rosa
vida, contesta el teléfono antes que mi nariz atraviese mi cerebro. De tu
boca salen mis heridas y mis alegrías. Pero en verdad no, apriétame
hasta que sangre. Nos unimos para comprender la incompresión.
añadimos mil enciclopedias a la ignorancia, como si se tuviera que nutrir
a lo vacío. este es el viaje en el tiempo, me voy a disfrutarlo. Bajo el
agua es una época de hace tres mil años. Calles sin rumbo, la
otra calle me baja. Me tengo que subir a los toldos porque hay
animales, cerdos, hipopótamos y una hiena. Hay una familia
muy amable que me habla del retiro del colegio méxico, me
señala un elevador por el cual sólo quepo parado, pasa por un
túnel muy estrecho y me dan a leer un cuaderno con una
reflexión cristiana, llego a una especie de escenario desértico
donde hay seres animados hechos de arena en un teatro.
encuentro luego gente. El pecador se disuelve en arena, es
pecador porque se comporta como occidental. me doy cuenta
que los seres de arena son fantasmas. Deje su nombre y un
mensaje. Un minuto más no hay lugar, no hay lugar. Esperándote. El
árbol que canta tiene razón; Es amor o la soledad que se acumula. Huele
a miedo o quizá olvidé cerrar la ventana tras tu partida. Camino a la cruz
espero que me den de beber vinagre aunque preferiría tu sangre, la sed
del vino de tus venas, tan diferente de la vida y a lo mejor... Cuestión de
esperar o dejarse herir. Doce son los pecados cometidos porque mi
nombre es Legión. Por eso no eres mi dios ni un ángel; eres el dulce
olvido de mi esperanza. El teléfono que usted marcó no está disponible
o se encuentra fuera del área de servicio. Le sugerimos derramarse
gasolina encima y prenderse fuego. En este momento el fuego no me
quema, todo me queda demasiado lejos, mis dedos están a cinco
kilómetros el uno del otro. En mi piel se evapora tu presencia. No me
llamaste. No contestas. Luego hay un tianguis de ropa gigantesco,
donde toda la gente, que es prisionera de ese mundo trabaja,
así que sólo se intercambian. ropa y accesorios pero no libros ni
juguetes. Se abre una grieta en el suelo de la que puede salir
una criatura de la primera edad, dientes de sierra, las mujeres
corren y se quitan la blusa, se ponen camisas de muy mal gusto.
una muchacha me muestra que en un puesto hay una camisa
con su rostro, la emergencia pasa y abajo sólo hay suelo. Quien
ejerce poder sobre todo el mundo son los patriarcas que lo
observan como tablero de ajedrez. Anáil nathrach, ortha bháis
bheatha, dothuar dhéamamh. Al menos eso es lo que le entendí a la
quimera que perdiste de compras en el papel. A veces pienso que me
imaginaste cuando tenías seis años. Un recuerdo que tu mente deja de
lado para estudiar cálculo. Historia con canas y un anillo. ¿que habrá
pensado ella antes de ahorcar su año nuevo? ¿Tienes hambre? ¿Te sirvo
de comer? Con tu mirada llenas mi carne de clavos y flagelos, me
arrancas pedazos para dárselos de comer a tus pestañas. Hoy no pude
soñar. Tiene la vida llena de hielo y agua sucia, al menos eso es
lo que piensa su familia. Camina en zapatos prestados y habla
con los dedos torcidos. No sabe cantar y por las noches besa
baños públicos. Nadie la espera, excepto el señor de las moscas.
Se estaba bañando cuando del agua surgió su cabeza con
cuernos y televisión. Con la lengua envolvió su vientre herido y
el día de hoy en clase de historia ella piensa que nunca podrá
volver a besar a sus sobrinos. Eso es lo que deberíamos hacer. Del
otro lado no escucho nada. En ese lugar tan lejano de mi casa te
escucho aunque pienso que ese no es el mejor lugar. Vienes de aquel
sitio tan ajeno con ganas de escapar a la casa que desearía que
tuvieras, al ala que desearía que cobije nuestras noches. ¿es que la hay?
Y si es así ¿porqué dudas? El siglo pasado yo era tu infección y
pestilencia, al menos eso dijiste.Con mi mirada lleno tu carne de clavos
y flagelos, te arranco pedazos para dárselos de comer a mis pestañas.
No te conviene, es muy grande para ti, eso dijo antes de deslizarse y
dejarse matar por el tiempo que pasas por el teléfono, desearía ir
justamente a las afueras de tu casa. Al lado de la camioneta y cantarte,
pero ahí está la moral mural material de las hermanas de la cara edad
caridad cara dar. Si no voy, si no estoy no me siento vivo. ¿en realidad
vale la pena? En un mercado un niño se esconde de su madre y se
disfraza de anciana negra, sustituye sus manos con alas de pavo,
haciendo parecer que sus manos son monstruosos muñones de un solo
dedo. No quiero verte, por eso estoy aquí. Duele tan solo de pensar. De
soñar un mundo donde tu jardín y tu cenicienta se ahogaron en blancas
canas y una clase de historia. Lo mejor de ti es poder contener tu belleza
entre mis manos. En algún lugar en el corazón de la selva de
Camboya una compañía de militares estadounidenses encuentra
las ruinas de una antigua ciudad, que ahora en su mayoría está
sumergida en el lago. Uno de ellos se adelanta a explorar un
antiguo templo, entra por el techo, donde hay una escalera de
caracol construida en terracota. Mientras baja puede ver en el
gran ventanal a sus compañeros. El túnel es tan profundo que
en un momento se puede ver por debajo del agua. En uno de los
descansos hay un esqueleto de un niño. El esqueleto voltea.
Arrastro mi cerebro, en dos lugares mencionas un anillo como parte de
una cadena. Esa es la única cosa que he decidido no compartir con
nadie y cuando la mencione la perderé para siempre y no quiero, no lo
deseo, el mensaje equivocado y a la coja que sabe llover se le acabó el
cariño, ¿es eso lo que querías saber? En realidad no te importa ni me
importa, lo único bueno que tienen esas esféricas palabras es que tú las
mencionas. Por tus labios pasan y por tus labios mueren ¿porqué no
quisiste...? arrastro mi cerebro y mis pesados recuerdos de una plaza en
medio de la nada y avenida patriotismo, ¿porqué no dejaste que... ? Hay
una vecindad de camboyanos, una muchacha prepara su rifle
mientras lava los trastes en la cocina. Desde el tendedero del
primer piso se puede ver el patio central de la vecindad. Unos
niños juegan con una pistola. Una niña le dispara en la nariz a
un niño. La niña ríe escandalosamente mientras el niño gime de
dolor y se va. Presuntamente se va a morir a las ruinas de la
antigua ciudad. Ven conmigo y toma mi mano, me gusta tu imagen
junto a la mía. Afuera de la plaza hay una cruz que no hemos podido
respirar, quizá está esperando la llegada de lánguidos mariachis que sin
guitarra ni viento compusieron esta canción: One said; “We could wake
if we lived in a dream”. But all we are doing is dancing to the graveyard.
And you said: “Darling rescue me”, without realizing you are the one
who drags me down. We are in the tombstone all buried alive, but all
you see is a dirty cheap hotel room, “don't you want to lie down with
me” but if I do we will both rot away... Es el silencio o el polvo que lo
acompaña. Me levanté temprano para alimentar esa rueda de ferrocarril,
perdón, es decir esa ilusión como globo de papel incandescente. Es tu
piel o solo la sierra de cadena en medio de mis venas. Es tu sonrisa o el
vidrio roto dentro de mis ojos. Es tu mirada o el Mesías eléctrico
clavando sus palmas en mis deseos. Son tus labios o fríos botones de
carne entre paredes verdes y sábanas que no sirven para dormir. Es tu
lengua o un taladro haciendo el amor con mi oído interno. Es tu
presencia o las alas negras que traen las blandas alegrías y los
exámenes de ortografía. Es tu herida o tu amarga libertad en medio de
cuervos de estambre y buenas costumbres. Esa herida tuya no puede
ser mi herida, no cicatriza ni sutura, eso pasa por haber crecido con el
odio y los comerciales de cereal de colores artificiales no te puedes
llevar la camioneta. Cabestrillo inmundo de calaveras. Es tu cabello o
mis ojos que te llevaste en la mochila por error. Son tus ideas o el
alambre de púas. Son tus manos o el monstruo blanco de siete cabezas
ninguna para pensar quizá eso te hará sonreír. No hay tinta a las cuatro
de la mañana o sabes que me encantas. Que ella muera sin lengua
que sienta que la magia la traen los guasones. Que sea tuerta la
muerta que llore, con su sangre se acabe la sed. No quisiste. Me
levanté temprano para pagar un taxi hacia el café con sal y el cándido
amarillo en medio de las flores. Todavía no, tu sabrás cuando sea
tiempo. Va a llegar el tercero y la química se deslizó entre los dedos que
no tengo, se me cayeron al salir por esa puerta. Al menos no tuviste que
buscar. No hay lugar, no hay lugar. La salida de emergencia entre tus
piernas olvida que dije eso, no es decente, por la salida de emergencia
entre tus piernas se escapó mi voz al cobrar la vértebra corre sin ver
para atrás. Él lo condenaron a subir una roca por la colina ¿a qué me
habrás condenado? Frente a tus pies el templo de la silla eléctrica.
Encadenado a la espalda de nieve prestada. El mundo es una carcajada
falsa provocada por un mal chiste, de esos que te ríes por compromiso.
La ceguera no es una decisión para enmudecer, entre mis
lagunas mentales se escurren las sombras y mi lengua no ha
aprendido a leerte o ese alfabeto que llevas tatuado entre el
cuello y la ternura no lo he internalizado. La resequedad no se
acaba, no hay tal cosa como la última que cause desequilibrio y
el gnomo se lacera hiere y espina dentro de una fuga de gas
frívolo, ese es el que causa más daño al decidirse por la materia
también eligió pudrirse hasta el eterno parto. Ojalá ya pueda
llorarse a sí mismo. ¿Que no te enseñaron que no hay sonrisa sin
sangre? Le dijo el buitre a su amado Prometeo, antes de
dedicarle su absurda victoria a la sonrisa que arrastra la noche.
Odio la luna porque mancha el colchón y la falda. Odio la luna porque no
hay señal en su cara obtusa. Odio la luna porque ya se han bebido toda
su poesía los juglares mediocres y las cajeras de banco. Odio la luna
porque con su pálido ratón crucificó a más de cien cristos. Odio la luna
porque no me recuerda a ti. Odio la luna porque definitivamente no se
puede beber a cucharadas ni meterla al bolsillo. Odio la luna porque no
me habla de otra cosa que no sea resequedad. Odio la luna porque no
hay vida pero si hay banderas y envases de pepsi cola. Odio la luna
porque no hipnotiza. Odio la luna porque no es tu presencia. Odio la luna
porque no hay lugar. Esperándote. También debería odiar a las cebollas.
Una vez me contaste que te sangraron las axilas a causa de las malditas
cebollas. Porque no veo su rostro pero sí sus lágrimas, vestido amarillo
flores anaranjadas, en resumen, son las cejas marcadas con lápiz la
desgracia de la adolescencia. Hoy no sale pero si huele las pantuflas y
todo por las malditas cebollas. Payasos de porcelana y chambritas por
las malditas cebollas. Fotos envejecidas de gente que ya no vive por las
malditas cebollas, las páginas del álbum están pegajosas y huelen mal
por las malditas cebollas. Hablar de lo que debe de ser por las malditas
cebollas. Y se repiten los anillos en historias distintas, cadenas o
cebollas, caricias o cabellos. Para unirlos a todos no hay lugar. Debajo
de la escalera vive un duende, dentro de un viejo veliz que llegó
por correo a la dirección equivocada. Expedición al ártico 1923.
nadie ha movido la caja en ochenta años hasta que se le ocurrió
que podía tener tesoros, el duende al salir le arrancó la nariz,
cuando fue al baño para vomitar debajo de su lengua encontró
una gigantesca esmeralda, así fue como de dio de comer sus
orejas y sus labios, pues el duende le dejaba joyas cada vez más
valiosas a cambio, hasta que por error le dio de comer su
lengua, el duende ya no le podía dejar más joyas y murió de
locura. Pienso que aún te recuerdo. Helado de papel blanco. Sweet
sweat. Dulce sudor. Para el sol no hay edad pues ésta es la noche
donde el café sabe a gasolina. Dame tus uñas para clavarlas en las
palmas de mis manos. Es una sensación maravillosa. Es una la ventana
y uno el desamor, sin embargo son dos los ojos muertos por la ventana
del salón. Tres veces guardaste mi corazón entre tus pulmones. Cuatro
las canciones derramadas y cinco las puertas sin recámara. ¿qué
significa dulcamara? Para el seis ya lo habrás pensado y quizá ya no vea
el siete. Quisiera recordar la melodía que sonaba al abrir la puerta. No
hay lugar. no hay lugar para dejar de soñar el mar, coral. No hay lugar,
el número que usted marcó está suspendido. No hay lugar, no hay
lugar. El sol roe mi piel para alimentar a sus insectos en las alturas. Deje
su nombre y un mensaje. Un minuto más no hay lugar, no hay lugar.
Esperándote. Al menos no tuviste que buscar. No hay lugar, no hay
lugar. Odio la luna porque no hay lugar. Esperándote. Para unirlos a
todos no hay lugar. No hay lugar de ti que no me interese. No hay lugar.
No hay lugar de tu alma que no quiera leer con la lengua. No hay lugar.
No hay lugar esperándote. No hay lugar en el disco, no hay lugar en el
libro, no hay lugar de tu herida que no me aprisione, no hay lugar para
beber tu sudor. No hay lugar. No hay lugar. No hay lugar.

Cicatrices sin rostro separan nuestras bocas.

México D. F. Marzo-Abril de 2004

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