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Lo que quiero contigo

Si tu pudieras sentir lo que en mi mente observo


quizás te asombrarías de saber lo que yo quiero
sentir tu piel, rozar tu aliento
mientras mis manos descubren tu cuerpo
siempre susurrando palabras en tu oído
diciéndote, te quiero y te necesito!
me encanta tu cuerpo, te amo amor mío...
Mis manos despacio recorren tus pechos,
dibujando despacio tu esbelto cuerpo
y nuestros labios se encuentran en un beso
candente existo sin sentir el tiempo
como despertando apasionados sentimientos
para hacernos el amor y
fundirnos en un solo cuerpo hasta
sentir el amor en lo más ¡excelso!

Desnúdame
Ven a navegar por mi cuerpo desnudo,
con tus manos ardientes de pasión
descubre mi sensibilidad
y ahógate en mis ríos de ansiedad.

Recorre cada parte de mi cuerpo,


que deseoso está de ti
estremécete y entrégate
que tu excitación me hace desmayar.

Acaríciame lentamente,
hazme resurgir
rodea mi cintura,
bésame con locura,
hazme delirar,
enrédate en mi cabello rizado
y no me dejes nunca escapar.

Mírame a los ojos


mientras tus manos siguen recorriendo mi cuerpo
encuentra mis oscuridades
y navega en ellas sin recelos.

Déjame sentir tu firmeza


que provoca jadeos y suspiros sin frenos ni esperas.
Ámame esta noche amor,
que necesito hoy sentirte dentro de mi
y disfrutar lo nuestro
como cada noche se vuelve éste...
nuestro tan esperado encuentro.

¡Esta noche!
Mi amor,
esta noche, hazme sola tuya.

Haz explotar en mí toda la pasión.

Haz relucir al lado tuyo mi deseo.

Haz que mi cuerpo tiemble,


al sentir tus manos recorriéndolo.

Haz que mis labios sientan tu néctar,


al ser besados por los tuyos.

Haz que mi alma se pierda y enloquezca,


en medio de tanta pasión.

Mí amor,
esta noche hazme sentir mujer.

Tómame en tus brazos y llévame por el camino de la perdición

Toma mi cuerpo y aduéñate de él

Toma mis labios y calma tu sed

Mira mis ojos y sabrás cuanto anhelo ser tuya en cuerpo y alma

Siente mi respiración y sabrás como explota en mí el deseo.

Mi amor,
siente como mi piel pide a gritos,
ser acariciada por tus manos.

Mi amor,
esta noche solo hazme tuya.
Te lo pide mi cuerpo...
Te lo pide mi alma.

Fantasía de amor
Mi cuerpo sigue temblando
mis labios aún adormecidos
fue una noche mágica: que locura
cuando amaneció ya no estaba
se desvaneció como la tenue luz de la habitación.

Aún escucho sus te amo


aún siento sus latidos
aún percibo su silueta: que hermosura
cuando amaneció ya no estaba
se desvaneció como la tenue luz de la habitación.

Me quedan marcados sus dedos


en mi espalda, fuego y deseo
aún saboreo sus labios: que ternura
cuando amaneció ya no estaba.

Se desvaneció
como la tenue luz de la habitación.

Hoy despierto y más calmado


te llamo y tan solo pido
que despejes esta duda
si este amor fugaz y de locura
fue amor de verdad o fantasía.

Olor de mujer
Cuando estoy cerca de ti
en esos momentos perenne;
donde no hay reloj ni tiempo
entre las lunas traviesas
y el espacio inmenso.

En ese preciso instante


se aviva un fuego
que arde en mi boca
desde la esquina de mis labios.
Ahí, abraza la lumbre
en el antojo de un beso
y cobija el anhelo
del deliro de la pasión.

Que emana desde el principio


desde... antes de todo esto
y termina intacto.

Entonces, mi cuerpo se perfuma


a olor de mujer.
Y destila un aroma;
a tierra mojada,
de esos días lluviosos,
a la hierba recién regada,
a cultivo de flores,
en plena primavera.

Al sabor de la brisa
del mar
y árboles frutales.

¡Y se atrapa en la esencia
de un alma enamorada!

Orgasmo femenino
Ella estaba recostada en su cama con los ojos cerrados,
y con sus gráciles manos recorría lentamente todo su cuerpo,
apretando y arrugando la seda de su camisón violeta,
que poco a poco iba descubriendo esos pechos,
tan apetecibles como sus carnosos labios color rubí.

La luna, desde la ventana,


bañaba caprichosamente su blanca piel
y en la oscuridad de la noche,
transformaba las contorsiones de ese agitado cuerpo
en un mágico y maravilloso juego de luces y sombras.

Mi corazón no hacía más que latir como un caballo desbocado,


y sin entender lo que me pasaba,
la necesidad de mirar se volvió imperiosa.

Comencé a desearla,
cuando la vi jugar con su sexo ardiente y mojado...
Abrió sus piernas y sus jugos brillaron como finos ríos de plata
ante el resplandor de la luna;
ríos que iban a morir a un mar que yo imaginaba dulce y tormentoso
agitado por las olas de sus dedos que se hundían en él
inquietos y desesperados,
como buscando un tesoro perdido.

Y el tesoro fue encontrado.

Lo supe cuando la escuché gemir y jadear y retorcerse


con la desesperación de un condenado a muerte,
mientras sus entrañas se aferraban con espasmos
a ese improvisado barco que ella hizo naufragar en sus profundidades,
socavando los confines de su ser.

Y después de la tormenta, llega la calma.

Las olas se aquietan y devuelven los despojos a la playa.

Se dejó volar unos segundos, exhalando un largo y suave suspiro de placer y,


con la satisfacción dibujada en sus ojos,
termina diciendo: “Orgasmo femenino”.

La dulce miel del amor


Era como aventurarme en el desierto;
deslizando mis manos sobre las dunas,
sintiendo el sofocante calor, de ellas
y acariciando la ardiente arena;
¡Fue así!...
Aún lo recuerdo.

Me envolví en una palabra;


aquella que envuelve a todo el mundo...
en esa, que cambia el temor por confianza;
que disminuye palabras, para aumentar besos
o que invita a la noche, a ser su cómplice...
él, deja de ser; para ser la...
la dulce miel de la pasión.
Placeres
Sigo cayendo hacia ti, mientras tú te hundes en mi cuerpo, deseo sortear mis besos
empaparte de caricias, renacer con la luna, abrazando el sol, sin temor del amor, el hedor de
un corazón dormido calcinando sus sentimientos tratando de vivir el hoy, la respiración es
controlada, sentimientos absortos, abriendo las puertas al mero
placer, conexión tibia, mojada, bocas purulentas besando lo sublime de las puertas del
hedonismo sin cinismo me masturbo a través de tu olor.

El deseo de ti
Cuando me invade el deseo, pienso en ti, y me imagino lo que estaría haciéndote en ese
momento... No tienes ni la más remota idea de todo lo que me imagino contigo y entonces
el deseo crece más y mas en mi interior...

Mi saliva vestirá tu piel desnuda;

Mis manos dibujarán como un Da´Vinci tu cuerpo delineando paso a paso con la punta de
mis dedos y mas tarde con mi húmeda lengua;

Mis caderas bailarán en su fiesta privada con las tuyas y un solo gemido brotará de tu
garganta y de la mía... Y el deseo sigue creciendo, ahora tu piel como un abrigo cubrirá la
mía y otra vez tu lengua será el cincel de mi tibio cuerpo y de nuevo llegaremos al jardín
del deseo... Y esta vez nuestro gemido estremecerá a la tierra y despertará el instinto mas
primitivo de los vecinos...

Así es mi deseo por ti;

No tienes ni la más remota idea de todo lo que pasa por mi mente cuando el deseo por ti,
crece dentro de mi...

Tus manos
Siento tus firmes manos
posarse sobre mis blancas palomas,
acariciando mi piel cual suave terciopelo
y en mi cara tu aliento que me quema,
bebiéndote con avaricia mis besos.

Tus manos siguen la senda de mi desnudo cuerpo


y desembocan en los oscuros rincones de mis deseos,
y allí, cual firmes centinelas
del mayor tesoro que poseo,
y cual ladronas de cuento,
se apoderan de mi voluntad de hierro.

¡Yacimos! yacimos durante mucho tiempo,


tu has hecho que me olvide del mundo,
que ya nada importe en mi pensamiento,
por ti, me dejé robar hasta el último suspiro,
te has convertido ya, en mi dueño.

Una mirada es suficiente


Frío, si, hacía frío, ese frío que deja la lluvia en un día nublado, ese frío que te deja las
manos y la nariz heladas como la nieve, ese ambiente gélido que delata con vapor, que hay
calor dentro de tu cuerpo.

Los dos; agobiados por un día de actividades tan diferentes a las del día anterior pero tan
cotidianas como siempre.

Sólo estábamos ella y yo aquel día, en aquel mirador, solos y a la vez no, ya que nos
hallábamos acompañados por el sonido de las gotas al caer de las hojas y el viento pasando
entre las ramas de los árboles. Bajo uno de ellos, el cual, nos había servido de refugio
contra aquella tormenta.

Mi abrazo se unía al de ella, para conservar la calidez de nuestros cuerpos. Empezaba a


oscurecer, el sol había dado paso a la noche, lo cual nos hizo pensar lo tarde que era, pero
ninguno dijo nada, sólo reinó el silencio, tal silencio, que hasta era capaz de sentir y hasta
oír el latido de mi corazón golpeando su pecho, como si quisiera buscar el suyo.

Fue entonces que pareciera que habíamos pensado al mismo tiempo, o tal vez
inconscientemente, nos miramos cara a cara, sin hacer nada; yo, miraba sus ojos y
fantaseaba con lo negro de ellos, como si existiera otro mundo dentro de tales, un mundo
que me hipnotizaba al verlos, y por lo cual no dejaba de hacerlo, admiraba sus ojos, su
nariz, su frente, sus mejillas, su barbilla, todo!; su boca, que por el frío escaseaba de color;
al igual que sus labios, esos labios que me invitaban a ser besados intensamente y perderme
en ellos.

Entonces, con un leve movimiento de mi cabeza me aproximé más a ella, mucho más, tanto
que podía respirar su aire, podía sentir el roce de su rostro con el mío, esa nariz helada por
el día.

Sin poder esperar más, intenté besarla, pero ella lo evitó, sin perder la distancia.

Sentí confusión al percatarme de lo sucedido, pero una sonrisa traviesa y un abrazo aún más
fuerte provocarían mi exaltación.
De nuevo me miró y yo desvié la mirada a su boca, fue cuando al fin pude alcanzar sus
labios, pude sentir lo frescos que estaban, y mientras los besaba, transmitía la tibieza de mi
boca a la suya, y en ocasiones, succionaba leve y delicadamente cada parte de cada uno de
sus labios.

Entonces me abrazó de nuevo más fuerte y me pude dar cuenta que los latidos de su
corazón incrementaban de velocidad, igual que el mío, fue cuando alejamos nuestros
rostros para interceptar nuevamente nuestras miradas, la distancia entre nuestras caras hizo
que sintiéramos nuevamente el viento frío que jugaba con su cabello y que se posaba en su
cara, como si quisiera ocultarla.

Suavemente retiré aquel mechón que me impedía observarla y que al parecer había hecho
trato con la oscuridad que cada vez se hacía más densa.

Retirándole el cabello noté su mirada, era una mirada distinta, una mirada que no podía
describir pero que sin querer podía comprender, pude notar sus labios, ahora ya sonrojados
por aquel encuentro.

Deslicé mi mano lentamente de su cabello a su mejilla, así, hasta llegar a esa zona sensible
detrás de su oreja; la acariciaba, tenía la piel tan suave, tan tibia, que parecía que nunca la
hubiese tocado antes, entonces ella, con un movimiento disfrazado en un volteo o
distracción, descubrió su cuello, ella sabía lo mucho que me encantaba su cuello, ese cuello
que por alguna razón me dominaba, esa tez tan suave, tan fresca, tan delicada, pero a la vez
tan fuerte como para hacer que no resistiera tal tentación.

Con mi mano, recorrí su mentón hasta llegar a su barbilla para dirigir su boca de nuevo a la
mía y poder saborear de nuevo ese momento, solo que ésta vez, besaría un camino hacia su
cuello, muy lentamente para recorrer cada parte de su piel, esa piel que moría por sentir.

Oía su respiración un poco agitada, no menos que la mía, y entonces los dos lo sentimos,
era algo extraño y digo los dos porque nuevamente pude contemplar su cara frente a la mía,
enseguida la abracé y nos besamos de nuevo, cada beso con un poco de desesperación,
nerviosismo y a la vez calor, además de esa sensación en el pecho que sentía y del que era
esclavo.

Cada vez que daba un beso, su piel invitaba a otro lo cual parecía un vicio, un vicio al que
estaba atado y nunca pudiera dejarlo, lenta y casi inadvertidamente baje mis brazos
perdidos y casi temblorosos hasta posarse en su cintura donde mis manos débiles tenían los
dedos fríos.

Lentamente fueron deslizándose y abriéndose camino para encontrar su piel tersa y calida
de su cintura, sólo con la punta de mis dedos recorrería cada centímetro de su cintura,
abdomen y espalda baja, como si dibujara en ella, trazos que, al ser remarcados hacían que
los poros de su piel avisaran el roce de mis dedos y que en algún momento al pasarlos de
arriba hacia abajo por toda su espalda, hicieran que su cuerpo se encorvara y sacara de lo
más dentro de su ser una inhalación y una respiración torpe.
Fue cuando me tomó de sorpresa, ya que sin que me diera cuanta sus manos dominaban
todo mi dorso de igual forma, mientras que sus besos se encargaban de mi boca y cuello.

El olor de su perfume me ofrecía aventurarme en su cuerpo y explorar cada rincón de este,


sabiendo que podría perderme en tan seductor paraíso.

Parecíamos estar en un trance, un trance en donde mi “ser” y su “ser” no existieran y


nuestros cuerpos actuaran por si solos.

Podía soñar mientras la besaba, mientras recorría su cuerpo, que parecía arder de una forma
jamás antes imaginada y el pensar en nosotros, en nadie más, junto a la noche, las estrellas;
ellos como únicos testigos de aquel secreto entre ella y yo, además del glacial viento que
soplaba y se esforzaba en vano en hacer efecto sobre nosotros.

Pero el crepúsculo nos advertía el tiempo, el cual había jugado alrededor de nosotros y se
había marchado sin avisarnos. Me miró, y la miré, ella con una cara dulce rió, y contesté el
gesto de igual forma seguido de un beso, entonces me tomó de la mano y sólo dijo:

- Es tarde –

Fue lo único, y nada más.

Y es que a veces, a veces nuestro cuerpo quiere hablar, sacar lo que lleva dentro el alma,
gritarlo a los cuatro vientos pero, no con palabras, porque en ocasiones para expresar lo que
siente nuestro ser… con una mirada es suficiente.

Mi vida se pierde en tu cuerpo


En tus manos cuelga mi fantasía,
donde tu sonrisa es invitación
a un viaje libido
donde deposito la ilusión
de tu cuerpo entrelazado a mi alma
en la cama de la perdición.

¡Que se detenga el tiempo!


que no hay segundos para pensar...

La ropa desaparece
y quedas vulnerable ante mi,
ante mi deseo extasiado
por dominar tus caderas enardecidas;
de tus glúteos apoderarme con mis manos
y guiarte al infinito de mi ser;
toma con tu boca mi piel,
tierna flor de primavera,
que quiero vencer al tiempo,
a la disputa del amor y lo correcto,
que sólo hay una vida
y la mía se pierde en tu cuerpo

Bajos instintos
¡Bajos Instintos! En el profundo oscuro de tu mirar,
puedo descubrir lo que quieres de mi en verdad,
paralizas el tiempo y al mismo momento lo dejas correr,
mas dejar de pensar en mí no lo puedes hacer,

por que no lo puedo entender,


con tus ojos puedes desnudar mi corazón,
tus manos siento en mi pecho tocar,
si ves bien dentro de él,
sabrás que en el siempre estarás…

Siento tus suaves manos por mi cuerpo recorrer,


al tiempo que siento tu calor como una enorme entrega de placer,
no nos podemos detener…
pues el corazón nos dicta que lo empezado tiene que proceder,

tu cuerpo descansa sobre mi,


después de una entrega por amor,
sobre mi espalda siento tu respiración agitada
de la entrega que se dio,

Mis labios son tu fuente de amor,


suaves labios anhelas tocar,
con los tuyos suaves como miel,
que son un irresistible fuente de placer,

tus ojos, tus manos, tus labios, y tus dulces pensamientos,


ellos en conjunto fueron los que me atrajeron
como pensar que esto tendrá final,
el amor aquí entre los dos es uno hasta la eternidad,

tu me quieres yo te quiero,
bajos instintos de dos, ¡no, nunca se vayan!
avivan la llama de nuestro amor.
¿Crees?
¿Crees que por ser menor, no te voy a poder amar,
que por mi falta de experiencia ineficiente te voy a resultar
que por que no tengo diez de años más
sería imposible contigo estar?

¿Crees, que eres la única mujer en la que me he fijado,


que no he tenido aventuras en mi corta vida,
que tú eres la que sabe todo,
y que nunca con un niño te meterías?

¿Crees, que sólo los mayores, te pueden satisfacer


que con un niño como yo no vas a tener placer,
no se de donde sacas tantas cosas,
si aún en la cama, no me has llegado a tener?.

¿Qué acaso no has tenido una primera vez,


o acaso naciste sin virginidad,
o es que quizá cuando lo hiciste,
no te distes cuenta que aquella persona, era mayor,
que no era de tu edad?

Y si es así, si es que crees ¿que soy un niño para ti?,


dame la oportunidad, de crecer al fin,
de hacer el amor, con una mujer así,
así como tú, bella y seductora,
así como tú, una ladrona,

que le roba el deseo a cualquiera,


así como me lo robas ahora,
y no se como recuperarlo, creo que sería mejor,
contigo dejarlo, para que alguna día,
por otra cosa, tú me lo dieras...

Curiosidad
Me inunda la curiosidad por tu cuerpo
por sentir tu nombre en mi pecho
por sentir tus manos y tus besos
por pecar de noche con mis sueños
y al despertar sentir
como ha llorado mi cuerpo.
Tu cuerpo
Contemplo tu esbelto cuerpo desnudo
extendido en la alfombra
contoneándose cadencioso,
resbalando como lo hacen los guijarros
frescos y limpios en el fondo de un río.

Alargo el brazo para abrir mi mano...


y te toco.

Mis dedos notan


como palpitan tus venas
y se deslizan despacio
por tu piel ansiosa,
impregnada con sudor y champagne
de tantos brindis derramados.

Afuera es el helado invierno.


-Posiblemente haga frío-.
Los cristales se empañan de vaho,
el goce se hace eterno,
y las lentas horas no se atreven a entrar
para no molestarnos.

Tu carne se me presenta ardiente,


fogosa;
como el calor que abrasa mi cuerpo,
y tu regazo acoge a mis labios
que te acarician...

Y aquella noche
se hizo eterna:
...las lentas horas no se atrevieron a molestarnos...

El sendero del amor


Lentamente te despojo de tus prendas,
El caer de tus vestidos es un deleite a las pupilas,
Con musitado morbo separo botones,
Bajo cierres, abro telas.
Voy vislumbrando debajo de los lienzos
Tu hermosa piel, tus formas perfectas,
Poso mis manos sobre tus pechos,
Ruedo mis dedos hacia tu vientre,
Hacia la aventura, la pasión.

Milagro divino el haberte conocido,


De verte desnudo ante mi,
Mostrando a mis pupilas
Tus diabólicas formas,
Sensuales, firmes, seguras.

Eres un ser imponente,


Cual escultura al arte del ser,
Monumento a la perfección masculina,
Homenaje al deseo femíneo.

A esa única forma tuya de llevar la ropa,


A esa única forma de deshacerte de ella,
A la manera en como forras tu poderosa espalda,
Tus fuertes piernas, tus enormes brazos.

Repentinamente me has hipnotizado,


No puedo continuar, no puedo seguir,
No creo que seas real, no puedes ser real,
En verdad eres un Dios.

No puedo dejar de mirarte, de admirarte,


No puedo dejar de emularte, me has embelesado,
Eres un ángel, convertido en hombre,
Para deleite de una mujer,
Para suerte mía.

Eres un ser alado, con imaginación demoníaca,


Con amor celestial y fantasía perversa,
Con tacto suave e instinto animal,
Con sabiduría divina y mirada de amante.
Eres un pecado, con sentencia mortal,
Pero tentación al fin.

Me rindo ante la excitación,


Ante la estimulación de tus manos,
La incitación de tus ojos,
La provocación de tu sexo,
Aquel que quema mi sexo
Y calma mis deseos.
Dios, es tu vientre perfecto
El que me roba el aliento
Y me moja el instinto,
Y por ti vida mía,
Mataría, nacería,
Haría un milagro.

Por ti detendría el tiempo,


Por ti haría lo imposible,
Por una noche perdida en tu cuerpo de acero,
Amarrada a tu sublime esencia,
Enredada entre tus bellos pliegues,
Aferrada a tu hermosa espalda,
Al sostén de tu cuerpo,
Al recoveco entre tus piernas.

Mis manos desesperadas tocan tu piel,


Te moldean, te suavizan, te reconocen,
Mis labios te exigen, te recorren, te muerden,
Te humedecen, te beben, te lamen, te acarician

Mis piernas rodean tus caderas,


Tu mástil se hunde entre mi sexo,
Mi sexo quema tu deseo,
Y el fuego nos invade,
Nos quema, pulveriza la razón,
Nos enloquece, nos consume.

El mismo fuego que provoca la explosión,


Estallamos en mil rosas de fuego,
Esparciéndose en nuestro cuerpo,
Inundando la alcoba de esa peculiar fragancia,
Y así, el deseo se torna en calma
Y la calma en sentimiento, en amor.
Aparentemente esto fue encontrado en un periódico mural clandestino (Samizdat) de
Lodz, Polonia. Yo la tengo en un viejo pasquín anarquista (Agitación A), pero se que
circula por ahí también, en el buscador de Taringa! no la encontré, así que la publico.
Funciona así: piense un número de cuatro cifras del 1 al 9 (por ejemplo 1942). Luego
lea la proposición 1 del Grupo I, seguida de la 9 del grupo II, la 4 del III uy la 2 del IV. Le
quedará una frase preciosa. Hay 6361 combinaciones diferentes, lo cual es suficiente
como para hablar mas o menos inútilmente unas 40 horas, tiene para entretenerse.

GRUPO I
1.Camaradas
2.Por otra parte
3De este modo
4.Permítasenos, sin embargo, que es así como
5.La práctica diaria demuestra que
6.La importancia de estos problemas no necesita demostración, dado que
7.Una rica y multifácetica experiencia en
8.Las necesidades de la organización y particularmente
9.Una visión ideológica más amplia, así como

GRUPO II
1.la efectiva realización de las tareas aún incumplidas del programa
2.la tarea de formación de cuadros
3.el constante crecimiento cuantitativo y cualitativo de nuestra actividad
4.la situación actual de la organización
5.un nuevo modelo de actividad organizacional
6.la constante defensa propagandística e informacional de nuestro país
7.el refuerzo y desarrollo de las estructuras
8.una más amplia consulta con las bases
9.el lineamiento general de nuestro trabajo

GRUPO III
1.fuerza a un reanálisis de
2.tiene una parte tangible en la formación de
3.requiere una detallada definición de
4.nos permite tomar conciencia de
5.asegura la participación de un grupo más amplio en la formación de
6.juega un rol importante en la elaboración de
7.facilita en alto grado la creación de
8.nos lleva a apreciar mejor la importancia de
9.lleva a un proceso de familiarización con

GRUPO IV
1.las actuales condiciones administrativas y financieras.
2.otras direcciones de desarrollo.
3.un sistema general de participación.
4.la efectiva toma de posición de los participantes respecto de las tareas impuestas por
la organización.
5.nuevas propuestas.
6.las orientaciones adecuadas para un entrenamiento progresivo.
7.un sistema de funcionamiento que corresponda a las circunstancias y necesidades
actuales.
8.condiciones apropiadas para una reactivación.
9.un modelo de desarrollo político
UNA CARTA DE AMOR CON DOBLE MENSAJE.
Uno tierno y otro grosero

El mensaje amoroso.

Estimada señorita: Desearía con todo mi ser co-


rresponder al afecto que usted me brinda y prote-
gerla como yo creo que se merece por ser la pu-
reza hecha mujer. A vuestro lado me lleva la ru-
ta mas hermosa que he conocido, es grande el pe-
sar cuando estamos lejos, pero saber le convie-
ne que yo tengo bien guardado para usted un tro-
feo. Mi pertinaz soltería, que entregaré con go-
zo realmente inmenso, yo quiero obtener, su con-
sentimiento para visitarla, para aumentar mi di-
cha para cubrirla de besos y llegar a sus te-
soros mas preciados. En todo esto resumo las me-
tas que siempre he deseado. Pero también su or-
denada forma de vida es digna de todo respe-
to merece mi profunda admiración. Por eso co-
nocernos íntimamente y nuestras vidas entrete-
ger cuanto antes es lo mejor para nosotros dos.

Apasionado y hondamente la quiero a Usted jo-


ven hermosa, como es natural yo deseo proce-
der con toda prontitud y eficacia a fin de pre-
sentarla luego al altar de la Iglesia y no enga-
ñarla vilmente, pues pienso que es Usted la más pu-
ra y el modelo inevitable de mujer buena y cas-
ta que pueda haber existido.

Asimismo, deseo depositar en Usted todo el se-


creto de mi alma e impedir que mis venas se que-
men con ardiente pasión y después de haber for-
malizado nuestras relaciones y haber comu-
nicado a su madrecita y hermanitas, quedaría mi ver-
dadera pasión correspondida al fin de que la ha-
ga muy feliz ante tanta emoción.

La verdad le digo que el más afortunado cu-


pído, mirándonos con tan ardiente anhe-
lo, envidiaría nuestra dicha pues créame que el co-
nocer la felicidad matrimonial que desea toda mu-
jer es lo más importante de la vida

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