CUANDO PARTA

En mis años se tenderá la vida.

No serán ya más mis momentos.
No sabré jamás si la muerte estuvo cuando no estuve despierto
O de la realidad me arranco del alma
Un quejido incierto.

Sólo partiré. Como solo y desnudo en este mundo fui a caer; de él me iré desnudo y
solo como llegué ayer.

No sé en que punta de estrella he de enredarme ni en que mundo caeré al

evaporarme. Los designios de la existencia son como las olas traviesas, se saben
que vienen y se sabe que se van pero lo que nunca se sabe en que lugar del cielo
uno ha de volar.

No quisiera nada de este mundo terco.

Pero no puedo soslayarme del egoísmo que a tus labios aferro.
Eso quiero, sólo llevarme de ti tus besos; tus labios ya deje de contemplarlos pero
aun su aroma virginal en los míos grabado esta a fuego.

Quiero tus manos, que son de terciopelo.

Fueron las caminantes que caminos hicieron en cada palmo de mi cuerpo, sin
herirlo, ni daño alguno jamás hicieron, pero en ellas todos los recovecos de mi piel
se desvanecieron en un súbito palpitar, de pasión, dulzura y cielo.

Quiero tus pechos... ¡Oh dulzura encanto, pedazos del mismo amor
Que se hicieron carne entre mi boca húmeda y el corazón que en guijarros explotó
de sentimientos!...Cuando tú me permitiste míos serlos.

Deseo tu piel que soldada a la mía no es sino el masaje que hacen a los árboles los
vientos, la lluvia a la tierra y el sol a las praderas que llevan de la faz al infierno y
al cielo en un jirón de sentimientos.

Pero de todo lo que más anhelo

Es tu amor presente, tus ojos que dan vida, tu pasión perenne.
Quiero guardarlos como luz divina para aquellos días
En que las sombras del olvido a mi muerte arrecien.

Con tu amor presente yo tendré la fuerza para traspasar hasta el mundo celeste y
esperarte siglos si Dios antes no lo permite.
Tus ojos serán el cristal, por los cuales miraré los senderos sin tener que con
alguna estrella por ahí tropezar.

Tu pasión será
El calor que permita a mi vida
Mantenerse tibia, aunque en el entorno el frío traspase todo
Mientras nuevamente con tu sonrisa simple tú has de llegar.
Y despegada del mundo de la carne has de traspasar
Y caer en el algodón de mis brazos en el más haya.
Antonio Emperador
…cuando mi vida se apague, serás mi luz en la espera…
Febrero 2011