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EL ESCARABAJO DE HORUS

PERSONAJES

Carla.- joven de 17 años (protagonista)


Miguel.- hermano de Carla, 9 años
Josué.- muchacho egipcio que ayuda a Carla en Egipto, es hijo del faraón y
hermano gemelo de Ramses.
Ramses.- hijo del faraón, hermano gemelo de Josué.
Tolomeo.. comerciante que rescató a Carla del desierto de Egipto.
Said.- Traficante de esclavos. Bajito, regordete, ojos saltones
Kaifas.- soldado egipcio a las órdenes de Said.
Gerardo.- padre de Carla y Miguel

CAPITULO 1

El primer capítulo nos introduce en el Antiguo Egipto cuando Isis le comunica a


su hijo Horus que iba a ser coronado Faraón de Egipto.
Isis se casó con Osiris y tuvieron un hijo, Horus.
Seth tipo de Horus, hermano de Isis, quería el trono de Egipto y luchó en una
dura batalla con Horus. En este duelo Horus perdió un ojo y Thot, otro dios, lo curo de
sus heridas y recuperó la vista.
Los dioses en la Asamblea decidieron que Horus fuera el faraón de Egipto.
Thot que era un buen amigo de Isis ayudó a que lo eligieran, a pesar de que otro
dios, Ra, estab en contra y apoyaba a Seth.
Horus fue coronado faraón por Ra, Thot le entregó el disco de oro que
simbolizaba la victoria sobre Seth.
Pero Horus estaba preocupado por si Seth volvía.
Isis sabía que su hermano no se rendiría nunca y por eso se había encargado de
tomar precauciones.

CAPITULO 2

Carla es una chica de 17 años, madrileña, que por motivos laborales de su padre
se ha tenido que trasladar a París.
Miguel tiene 9 años y es hermano de Carla.
Gerardo el padre de Carla y Miguel era restaurador en el Museo del Prado y
recibió una oferta para trabajar un año en el Museo del Louvre.
La madre de Carla murió cuando era una niña y su padre se había hecho cargo
de los niños el solo.
A Carla no le gustaba estar en París, apenas conocía a nadie, tenía problemas
con el idioma y tampoco le gustaba la comida francesa.
Carla se quedaba fascinada viendo el obelisco en la plaza de La Concordia,
había sido traído desde el templo de Luxor, en Egipto, donde había otro igual.
Carla había quedado a las seis en el museo con su padre para recoger a Miguel.
Entró en el museo y un encargado le dio una carta para su padre.
Se dirigió al sótano donde estaba su padre siempre trabajando, a pesar de tener
despacho, pero alli donde se encontraban las piezas para restaurar.
Cuando llegó donde estaba su padre este le dijo que tenía que quedarse con su
hermano, porque el tenía que trabajar.
Carla se enfadó, esa tarde había quedado con una compañera de clase.
Carla protestó pero su padre no cedió. Se fue enfadada cogiendo a su hermano
de la mano y se dio cuenta que se le había olvidado darle la carta a su padre.
Le dijo a Miguel que se esperara y volvió a darle la carta a su padre.
Cuando volvió adonde había dejado a Miguel, este no estaba allí.
Vió una puerta abierta y entró, era una especie de almacén.
La puerta se cerró y cuando intentó abrirlo no pudo.
Alguien la llamó desde el final de la sala, era su hermano.
Estuvieron esperando mas de una hora y nadie fue a rescatarlos.
Mientras Carla intentaba abrir la cerradura con un gancho del pelo, Miguel vio
un objeto que parecía brillar en la oscuridad de la sala.
Era un escarabajo de color verde con un ojo tatuado en el caparazón, encerrado
en una especie de triangulo sagrado, que estaba encima de un sarcófago.
Miguel lo cogió y cuando Carla lo vio le dijo que lo dejara en su sitio.
Al ir a dejarlo pareció que recobrara vida y a Miguel se le cayó de las manos.
Carla se enfadó tanto con Miguel que le dijo que desearía no tener ningún
hermano.
De pronto los trozos de cristal se convirtieron en puntos dorados y empezaron a
girar sobre ellos como un gran remolino.
Miguel y Carla se soltaron de la mano y fueron arrastrados por el remolino.

CAPÍTULO 3

Miguel despertó en una sala oscura y vacía, tenía las paredes pintadas.
Notó la presencia de alguien y vio unos ojos brillantes, intentó escapar pero la
sala no tenía ninguna salida.
Miguel no pudo evitar sucumbir al influjo de sus ojos, que le robaron los
recuerdos y lo peor de todo, su alma.
Miguel formaba ya parte de la maldición.
Se había convertido en la pieza principal del ritual que permitiría recuperar sus
poderes y llevar a cabo la venganza que había planeado desde hacía siglos.
Cuando Carla despertó, llamó a Miguel, pero este no estaba, al intentar
levantarse de dio cuenta que estaba rodeada de arena.
No podía creerlo, pensaba que estaba soñando, estaba delante de una de las
pirámides de Egipto.
No se explicaba como podía haber llegado, y al contemplar la esfinge de Gizeh,
una figura de piedra con un cuerpo de león y cabeza de rey, que era mundialmente
conocida por su nariz, porque no la tenía, se dio cuenta que esa esfinge si tenía la nariz.
Carla empezó a caminar por el desierto buscando a Miguel.
Se hacia de noche y empezó a notar el frió en su cuerpo.
Carla apenas tenia fuerzas para continuar y además tenía mucha sed, cayó
agotada.
Cuando empezó a amanecer intentó caminar, pero estaba agotada y cerro los
ojos pensando que todo era un sueño.
Al despertar estaba acostada en un lecho, pensó que había sido un sueño, pero al
levantarse se dio cuenta que no estaba en su habitación, iba vestida con una túnica
blanca de seda.
Se asomó a la ventana y vio un faro enorme, estaba en Alejandria.
De pronto entró un hombre en la habitación, le dijo que se llamaba Tolomeo.
Tolomeo le explicó que la habían encontrado en la arena.
Era un hombre pudiente, su familia se dedicaba al comercia y llevaba una vida
acomodada.
Tolomeo la llevó a ver la ciudad.
Se quedó sorprendida cuando vio la biblioteca.
Allí vio como trabajaban y ayudó a uno de ellos hacer un papiro.
Tenía que volver a casa de Tolomeo, pero se perdió por las calles.
Al llegar al mercado vio a una mujer con joyas, amuletos y le compró uno con
un escarabajo de color azul, ya que Tolomeo le había dado dinero.
Cuando seguía su camino vio a un muchacho de su edad retenido por dos
hombres.
Un oficial decía que el muchacho había robado dos manzanas.
Carla se dio cuenta que iba a sufrir un duro castigo y dijo que el muchacho era
un criado, que ella era prima de Tolomeo.
Tolomeo era un hombre conocido y muy influyente, soltaron al muchacho
enseguida.
Este salió corriendo y desapareció.
A Carla le siguió un gato y pensó que a Tolomeo no le importaría que se lo
llevara a su casa.
Antes de llegar a casa de Tolomeo oyó una melodía muy suave, venía de un
templo, donde habían seis bailarinas que danzaban al compás de la música.
Eran sacerdotisas de Isis. Carla empezó a mover los pies imitando los gestos de
las bailarinas.
Cuando Carla llegó a casa de Tolomeo y este la estaba esperando en la puerta, el
gato que iba con Carla era de Tolomeo, se llamaba Amenophis.
Cenaron, dieron un paseo y se marcharon a dormir.
Cuando Carla despertó tenía la esperanza de que estaría en París, pero no era así.
Tolomeo se había ido de negocios y Carla volvió a visitar el museo.
Entro en una sala y aprovechó que un hombre se levantó para ver de cerca lo que
estaba copiando, pero con tan mala suerte que dejó caer un bote de tinta sobre el papel,
y al intentar limpiarlo dejó una mancha en el escrito.
Cuando salía corriendo chocó con un joven, Carla le dijo que estaba mareada y
el joven le preparó un brebaje.
Los egipcios tenían muchas plantas medicinales.
El joven le dijo que se llamaba Imhotep, entonces Carla recordó que era el
médico egipcio más famoso de toda la Antigüedad, al que el faraón le otorgaría toda
clase de privilegios.
Carla empezaba a sentirse culpable por no pensar en hermano Miguel, no sabía
si él estaría allí, o en París, pero tampoco sabía como podría volver a su casa y a su
época.
De pronto oyo un gran alboroto, eran los soldados del faraón.
Todo el mundo huía.
Alejandría iba a ser destruida. Al pasar por la casa de Tolomeo la vio que estaba
ardiendo.
Carla estaba asustada, empezó a llorar.
Un muchacho le dijo que ya no podía hacer nada, la cogió de la mano y la obligó
a irse de allí.
Se separo del muchacho con la confusión y ella salió corriendo de la ciudad.
Otra vez estaba en el desierto.
De pronto alguien la tiró al suelo, era un hombre bajito, regordete, con poco pelo
y con un olor desagradable, era Said, un traficante de esclavos.
Intentó escapar pero Kaifas, un soldado, la enrolló con el látigo por la cintura.
Ella se resistía y volvió a correr de nuevo, pero Kaifas la volvió a alcanzar.
Said la arrastró por el pelo y cuando iba a darle con el látigo alguien dijo que si
la lastimaba no le valdría de nada y no podría hacer el viaje hasta Tebas.
Said ordenó a Kaifas que la atara, y no le diera de beber a ella y al muchacho
que se había atrevido a decirle lo que tenía que hacer
Carla se disculpó con el muchacho y éste le dijo que no se preocupara por él, y
que algun día el faraón pagaría por lo que había hecho.
El muchacho odiaba al faraón.
Carla no se imaginaba que el faraón estuviese detrás de todo eso, tenía que se un
hombre justo y bondadoso, era la representación del dios Horus en la tierra.
Entonces Carla reconoció que el muchacho que la ayudaba era el que le había
hecho abandonar Alejandría cuando se estaba quemando y al que ella ayudó en el
mercado.
Estaba agotada, llegaron a un oasis pero Said y Kaifas no les permitieron ni
beber ni comer.
Pero un niño les dio un cuenco con agua.
Carla le preguntó el nombre al joven, Josué, le dijo.
Le contó que vivía en Heliopolis y que su ciudad había sido atacada por las
tropas del faraón.
El intentó avisar a los habitantes de Alejandría, pero no le creyeron.
El Faraón había sido siempre un hombre justo y los habitantes pensaban que el
ataque debía ser un castigo por alguna falta que habían cometido.
Volvieron a caminar y al hacerse de noche Said se dio cuenta que tenía que dejar
descansar a aquél grupo de personas.
Said siguió sin darles comida, pero los compañeros de viaje les dieron a Carla y
a Josué parte de su ración.
Carla estaba sorprendida por como aquellas personas se mostraban tan sumisas.
Todos excepto Josué, que estaba tremendamente enfadado con el faraón.
Al día siguiente llegaron a Heliopolis.
Carla vio un templo con una estatua de una cabeza de gato en su parte superior.
Josué le dijo que su padre y él habían construido ese templo y que las pupilas del
animal están diseñadas de tal forma que se dilataban con la posición del sol.
Josué le señaló cual era su casa.
A Carla no le extraño el odio que tenía hacía el faraón.
De pronto Carla empezó a sentirse mal y cayó al suelo temblando.
Josué encontró una picadura de escorpión en el tobillo de Carla y succionó el
veneno, esperando que no fuera tarde.
Said se dio cuenta de lo que sucedía y decidió abandonar a Carla en aquél
mismo lugar, pero Josué la cargo a sus espaldas.
Después de tres días llegaron a Tebas, era la capital del reino.
Al llegar vieron como cientos de mujeres, niños y hombres trabajaban sin
descanso en la construcción de una gigantesca pirámide.
Said les mando empezar a trabajar.
Todos cargaban las piedras tirando de cuerdas sin descanso alguno.
Al anochecer Said les dijo que podían descansar.
Al día siguiente volvieron otra vez al trabajo, Carla le preguntó a Josué que para
que querría el faraón una pirámide como esa.
Josué no lo sabía, pero pensaba que había algo siniestro en todo aquello.
Por la tarde llegaron nuevos prisioneros, Carla vio a Tolomeo entre ellos.
Cuando Carla vio a Kaifas golpear con el látigo a Tolomeo, salió corriendo y
puso su cuerpo encima del anciano y Kaifas la golpeó a ella sin parar.
De pronto alguien preguntó que estaba ocurriendo, vestía una falda blanca y un
cinturón dorado, un enorme collar de oro y piedras preciosas y en su cabeza llevaba un
gorro decorado con dos animales, el buitre y la cobra, símbolo de las diosas protectoras
de la realeza.
Era el Faraón.
El faraón le pregunto a Said si para la fiesta de Amón podrían honrar al Dios con
un sacrificio.
Said se volvió hacia Carla y se echo a reír, mandando a sus hombres que la
apresaran y la llevaran al templo de Karnak.
Carla intentó resistirse pero no pudo escapar y Josué intentó ayudarla pero los
los hombres de Said lo golpearon con el látigo.
Josué se había dado cuenta que Carla se iba a convertir en el sacrificio que el
faraón había pedido.

CAPITULO 4

La llevaron al templo de Karnak y allí los hombres del faraón la trasladaron al


templo de Luxor, donde se celebraba todos los años la ceremonia mas importante de
Egipto.
Una vez en el templo de Luxor la metieron en una celda. Allí en el templo de
Luxor Carla pudo ver el obelisco que días antes había visto en la plaza de la Concordia
en Paris.
Sola en la celda pensaba en Tolomeo, en sus compañeros, en el faraón, al que
había notado algo extraño.
De pronto oyó un sonido, alguien estaba golpeando la pared. Carla golpeó la
pared y recibió respuesta, así una y otra vez, gritó con todas sus fuerzas para ver si
alguien le respondía pero no fue así, el sonido desapareció.
Carla se dio cuenta que estaba sola, sin Miguel, en una época diferente a la suya,
que lo que había sucedido no tenía ninguna lógica.
Deseaba encontrar a Miguel, volver a su casa, a que todo fuera igual que antes y
que no volvería a separarse nunca mas de Miguel.
Se quedó dormida y se despertó sobresaltada por unos ruidos. Alguien llevaba
un puñal y mató al guardia, luego forzó la puerta de la celda. Era Josué.
Josué la saco de allí, pero Carla nada más andar unos pasos regreso para
comprobar si había otra celda y le dijo a Josué que allí había alguien encerrado.
Josué le dijo que no tenían tiempo y salieron de allí.
Se metieron en una sala, era distinta a las demás, de pronto apareció el faraón y
junto a él un muchacho, que vestía como el faraón, Carla al verlo reconoció a su
hermano.
Josué no pudo cogerla, salió corriendo gritando “Miguel”.
Pero su hermano no la reconoció y Miguel grito que la mataran.
Cuando Carla pensó que iba a morir, un cuchillo atravesó la sala y a fue a parar
al corazón del atacante de Carla.
Josué cogió a Carla y trato de sacarla de allí, pero los hombres del faraón lo
tenían acorralado.
De pronto un muchacho salió y empezó a luchar , Carla vio como el faraón y su
hermano se marchaban, entonces cogió un puñal de los guardias y se abalanzó hacía el
faraón, pero este la cogió fuerte de la mano y la miró a los ojos.
Carla sintió un dolor terrible y vio una mirada oscura, fría y penetrante.
Josué consiguió interrumpir al faraón así pudieron huir, ahora junto con otro
compañero.
Lograron ocultarse gracias a un pasadizo secreto que el joven que les
acompañaba había abierto.
Josué le pregunto por su nombre, mientras tanto Carla comenzaba un descenso
por un conducto resbaladizo.
Cuando Josué oyó gritar a Carla se volvió para ver lo que pasaba y el muchacho
empujó a Josué por el conducto, mientras le decía que se llamaba Ramses.

CAPITULO 5

Carla cayó al agua y junto a ella Ramses y Josué.


Josué llego primero a la orilla y ayudó a Carla.
Ramses era el hijo de faraón.
Carla le había dejado el cuchillo de Josué en la celda a Ramses. Josué estaba
enfadado, odiaba al faraón y pensaba que Ramses era igual que su padre.
Pero Ramses les contó que su padre pensaba ejecutarlo y que lo había encerrado
en la celda.
Los tres empezaron a caminar siguiendo el curso del agua del lago para llegar al
Nilo.
Carla le preguntó a Ramses porque el faraón quería construir una pirámide tan
grande, pero Ramses no lo sabía.
Josué se mostró indignado con el faraón, diciendo que no merecía ser la
representación del dios Horus en la tierra.
Ramses a pesar de estar dolido, defendió a su padre diciendo que era un hombre
justo.
Les contó que hacía diez días que se encerró en el templo de Luxor ordenando
que nadie le molestara y al salir de allí se había convertido en esa persona tan perversa.
Desde ese día el faraón ordeno que su pueblo construyera la pirámide, y que
tenía que estar hecha antes de la crecida del Nilo, ordenando a sus soldados que si
alguien se resistía lo mataran.
Ramses al intentar detener al faraón, este decidió apresarlo y deshacerse de él.
Llegaron al final del conducto y entonces se fue estrechando hasta desaparecer
por completo.
Ramses les explicó que tenían que sumergirse y que cuando notaran el agua más
fría era el momento de salir hacia la superficie.
Ramses fue el primero en meterse.
Entonces Josué aprovecho que estaban solos para preguntarle por el muchacho
que estaba con el faraón. Carla le dijo que era su hermano.
Carla se tiró al agua y de pronto se dio cuenta que no podría llegar al final.
Josué no tardo en alcanzarla y le dio la mano. Los dos notaron como el agua se
hacía mas fría y salieron a la superficie.
No encontraron a Ramses y Josué decidió que debían marcharse. Carla no estaba
de acuerdo pero Josué le dijo que no podían quedarse allí.
Josué empezó a caminar y Carla le siguió, aunque él no recordaba haber estado
en ese templo, sabía moverse por allí, era como si tuviese un plano de aquel lugar en su
cabeza.
Cruzaron el patio y los jardines, pero de pronto alguien les dio el alto.
Era un guardia, iba avisar al resto de la guardia para que fueran al lugar cuando
una flecha impacto en el pecho del guardia.
Era Ramses, los tres huyeron del lugar y se escondieron en el templo de Osiris.
Carla vio alli el escarabajo que su hermano había tenido en sus manos.
Le preguntaron si había visto esa imagen y donde.
Entonces Carla les conto que su hermano había tenido uno igual pero de color
verde y que se le había caido de las manos rompiendose en mil pedazos.
Ramses dijo que era pero de lo que él se imaginaba y les dijo que era el
escarabajo de Horus.
Ramses dijo que “él” había vuelto para cumplir su venganza y matarlos a todos.

CAPITULO 6

Salieron de allí y Ramses empezó a contarles la historia de los dioses.


Osiris, Seth, Isis y Neftis, eran dioses, hijos de la tierra y el cielo.
Osiris era el primogénito y heredero del reino, era el lado bueno, la
regeneración, la fertilidad.
Seth representaba el lado oscuro y las zonas desérticas.
Osiris se casó con su hermana Isis y Seth con Neftis.
Seth quería dirigir el futuro de los egipcios y ayudado por varios cómplices
construyó un sarcófago de oro y piedra preciosas.
Seth lo enseño a los invitados y dijo que se lo regalaría a la persona cuyas
medidas se ajustaran mejor, sabiendo que sería Osiris.
Cuando Osiris se metió dentro, su hermano Seth y los cómplices sellaron el
sarcófago con clavos y plomo, tirándolo al rio.
Isis encontró el sarcófago en Biblos un tiempo después. El sarcófago estaba
debajo de un árbol y el rey se lo entregó a Isis.
Ella volvió a Egipto y lo guardó en un lugar seguro.
Pero Seth lo encontró y partió el cuerpo de Osiris en catorce partes,
dispersandolos por todos lados.
Isis dedicó los años siguientes a buscar los trozos de Osiris. Recompuso el
cuerpo y Anubis, hijo adoptivo de Isis lo devolvió a la vida, pero no como rey de los
mortales sino como Señor de los Muertos.
Isis y Osiris engendraron un hijo, al dios Horus.
Horus vivió en la isla de Delta, fue adiestrado para la guerra, para poder
enfrentarse a Seth y recuperar el trono de Egipto.
Horus desafió a Seth y lo venció.
El Consejo de los dioses le perdonó la vida, pero como sabían que era peligroso
decidieron encerrarlo donde no volviera hacer daño a nadie.
Coth amaba a Isis y como señor de la magia que era, creo un hechizo contra
Seth, condenando su alma a permanecer encerrada en el interior de un amuleto mágico,
un escarabajo, el escarabajo de Horus.
Al romper Miguel el escarabajo, había liberado a Seth y se había apoderado del
cuerpo del faraón.
Los tres navegaban por el rio, pensando en alejarse todo lo posible del faraón.
Ramses dijo que tenían que llegar lo antes posible al templo de Anubis.
Ataron la barca y bajaron a tierra. No querían adentrarse en el desierto pero era
la única manera de llegar allí.
Ramses les contó que su padre el faraón le dijo en una ocasión que Anubis le
daría todas las respuestas.
Fueron sorprendidos por una tormenta de arena, Carla casi muere sepultada por
la arena.
Caminaron todo el día y al caer la noche se quedaron durmiendo, no tenían agua
ni comida. Si no encontraban agua moririan antes de llegar al templo de Anubis.
Carla despertó la primera, llamó a sus amigos pero ninguno despertaba.
De pronto oyo un ruido y algo la empujo por la arena, notó que estaba tumbada
en algo distinto a la arena fina y caliente del desierto, estaba húmeda, era un oasis.
Bebió y limpió su cuerpo, luego se fijo en el animal que le había salvado la vida,
era un camello.
Carla volvió con sus amigos para llevarles agua, como no podían andar los subió
al camello y los llevó hasta el oasis.
Luego siguieron su camino, llegando por fin al templo de Anubis.
Entraron y la única cosa que llamaba la atención era un pequeño altar en el
centro del recinto, dentro del cual ardía un fuego muy brillante.
Cogieron una antorcha y la encendieron, así vieron los grabados de la pared.
Estaba reproducido todo lo que Ramses les había contado.
Anubis había devuelto la vida a Horus utilizando un encantamiento que estaría
recogido en el Libro de los Muertos.
Agotados se durmieron y Ramses despertó en mitad de la noche al oir un ruido.
Cuando apoyo la cabeza sobre una de las columnas se dio cuenta que no eran
lisas, comprobó que aparecían grabadas las palabras de Anubis.
Ramses leyo un texto y al decir la última palabra entró un soplo de aire fresco
que apagó las antorchas y el fuego del altar.
Carla y Josué se despertaron.
El suelo del templo empezó a temblar.
Josué y Ramses cayeron al vacio.

CAPITULO 7

Carla se quedó sola.


Las antorchas volvieron a encenderse y el suelo estaba intacto, como si no
hubiera pasado nada.
Decidió salir del templo, pero cuando fue hacia la salida se encontró con un
pasillo estrecho que conducía a varias galerias.
Vio en la entrada del pasillo un símbolo: una flor de loto encerrada en un
círculo.
Carla entró, pero estaba perdida con tantos pasillos, oyo un ruido y decidió
volver al principio de la galeria.
Fue entonces cuando recordó que el símbolo era el signo de Isis.
Carla empezó a bailar recordando los pasos de baile que habia visto hacer a las
bailarinas en Alejandria, era la forma de salir del laberinto, los pasos de baile indicaban
la dirección dentro del laberinto.
Dentro del laberinto el ruido era cada vez mayor, eran serpientes, pero no perdió
la calma y siguió bailando.
Encontro el disco de Horus, lo cogió y el metal comenzó a cambiar la
temperatura hasta que le quemaba las manos, pero no lo solto, y de pronto cuando
pensaba que iba a desmayarse apareció al lado de Relámpago, su camello.
El laberinto había desaparecido y estaba en el exterior del templo.

CAPITULO 8

Ramses despertó y vio a Josué, lo zarandeó hasta que se despertó.


Todo esta oscuro, estaban atrapados.
Pensaron en escalar los muros, pero eran lisos.
Josué pensaba en Carla, como estaría.
Ramses y Josué después de discutir por quien sería el que debía escalar y Josué
decirle que él no era uno de sus esclavos, fue Ramses el que se agachó para que Josué
subiera.
No pudieron hacerlo ninguno de los dos, Ramses tenía las manos
ensangrentadas.
Ramses le preguntó a Josué porque odiaba tanto al faraón.
Josué le contó todo lo que su pueblo estaba sufriendo, muriendo de hambre.
Ramses no sabía nada de todo eso.
Luego Josué le conto que nunca había conocido a sus padres, la única familia
que tenía, Sasa, había muerto hacia unos meses en Heliopolis.
Sasa lo encontró en el río después de un accidente en la construcción de una de
las tumbas del valle de los Reyes.
Sasa pensó que era el hijo de un matrimonio que había fallecido en el accidente.
Ramses le dijo a Josué que lo sentía, que no sabía que el pueblo de Egipto
viviera en esas circunstancias, y que si salian de ahí, haría lo posible por cambiarlo
todo.
Josué después de esas palabras de Ramses se dio cuenta que no lo odiaba, que
Ramses era un muchacho noble y decidió confiar en él.
De nuevo intentaron trepar el muro. Ramses ayudó a Josué y de repente sus pies
comenzaron a escarlar el muro.
Para salir de allí era necesario que los dos confiasen el uno en el otro.
Josué ayudó a Ramses a salir de allí, utilizando el arco, disparó una flecha y al
quedar clavada Ramses pudo escalar hasta la superficie rugosa y subir el muro.
Empezaron a andar por un pasillo que cada vez se iba estrechando mas y que
apenas podían caminar.
La pared se volvio rugosa y cientos de salientes hirieron sus cuerpos, pero no se
detuvieron.
La distancia entre las paredes empezó hacerse mas amplia, Josué salió corriendo
al ver una antorcha y cuando la cogió activó un mecanismo secreto.
Algo pesado avanzaba hacia ellos.
Josué tropezó y se rompió el tobillo, pero Ramses a pesar de la gran bola de
piedra que les perseguía no dudo en volver y coger a su amigo sobre sus hombros.
Lograron salir de allí.
Llegaron a otra sala y quedaron sorprendidos al ver el sarcófago que Seth regalo
a su hermano para encerrarlo.
En la parte superior había una inscripción, cuando Ramses la leyó se dio cuenta
que esas eran las palabra que utilizaron para encerrar a Seth.
Tenían que utilizar ese conjuro, pero solo podía hacerlo el faraón o sus
descendientes porque si lo hacia otra persona el conjuro se volvería contra él.
Era Ramses el que tenía que hacerlo.

CAPITULO 9

Carla avanzaba por el desierto con Relámpago.


Se detuvo en el oasis y no podía evitar pensar en sus compañeros.
De pronto un ruido la despertó, al abrir los ojos vio ante ella a Said, pudo
alejarse de Said echándole arena en los ojos pero se encontró con Kaifas.
Relámpago, el camello, golpeó con sus patas a Kaifas pero eso no evito que se
levantara y lanzara el látigo sobre ella.
Carla perdió el equilibrio y Said y Kaifas la atraparon.
De pronto Kaifas caia herido al suelo, Said miraba a su alrededor para ver quien
había herido a su compañero, y una flecha negra le atravesó la pierna.
Aparecieron unos hombres de piel oscura y extrañas vestimentas, Carla no sabía
lo que iba a pasar.
Carla le dio las gracias al hombre y le dijo que la perseguían porque se había
escapado de Karnak donde estaba prisionera.
Pero el hombre le dijo a Carla que el faraón era un hombre justo y ella entonces
pensó que ese hombre la entregaría de nuevo.
Mandó a sus hombres que ataran a Said y a Kaifas.
Said amenazó al hombre diciéndole que cuando el faraón se enterase de todo le
declararía la guerra.
Carla se marcho con aquellos hombres. Después de un rato de viaje Carla les
preguntó a donde se dirigían y le respondieron que a Nubia.
Carla sabía que Nubia estaba habitada por valerosos guerreros que siempre se
habían resistido a ser conquistados por los egipcios, por lo que habían firmado la paz
con sus habitantes.
Llegaron a Nubia, a la fortaleza de Bohen.
Vio a mujeres amasando el trigo para cocerlo en los hornos, hombres encargados
de cuidar los rebaños de gacelas y antílopes y un hombre lleno de cicatrices que
enseñaba el arte de la lucha.
El jefe nubio se presentó a Carla, se llamaba Yali y gobernaba su pueblo desde
hacía 20 años.
Yali y sus hombres habían salido de su fortaleza para comprobar los rumores
que le habían llegado sobre el faraón.
Carla le contó a Yali todo lo que había sucedido desde su llegada a Egipto y de
cómo el espiritu de Seth se había adueñado del faraón, que había una manera de evitar
que Seth llevara a cabo sus plantes, pero que tenía que ir a Tebas cuanto antes.
Yali le dijo a Carla que abandonara Egipto, ella no era de allí y no tenía porque
arriesgar su vida, pero ella le dijo que no estaba de acuerdo con eso, que mucha gente
estaba sufriendo y tenía que hacer algo.

CAPITULO 10

Ramses repetía una y otra vez las palabras que tenía que pronunciar para liberar
a su padre Seth.
Tenían que encontrar la manera de salir el templo.
Ramses pensó que la manera de salir de allí era a través del sarcófago.
Movieron el sarcófago y encontraron debajo de este un agujero.
Entraron en un pasadizo que les llevo a un laberinto.
De pronto Josué reconoció el olor de Carla, le dijo a Ramses que olía a jazmín,
que era el perfume que Carla llevaba.
Josué salió corriendo y Ramses le siguió, pero el camino se dividió en dos
direcciones y Ramses eligió el de la derecha y no había rastro de Josué.
Decidió volver atrás pero se dio cuenta que estaba perdido.
Por otro lado Josué seguía corriendo por los pasillos cuando se dio cuenta que se
había perdido y también separado de Ramses.
De pronto oyó a Ramses gritar llamándole.
Corrió por los pasillos y cuando encontró a Ramses vio que estaba a punto de
morir, pero Josué cogió su puñal y se abalanzó sobre la criatura que estaba atacando a
su compañero.
Era una serpiente.
La serpiente soltó a Ramses y se abalanzó sobre Josué.
Josué se vio que detrás de la enorme serpiente estaba la salida del laberinto,
tenía que encontrar la forma de acabar con ese animal y salir de allí.

CAPITULO 11

Mientras Carla en el campamento de los nubios estaba aprendiendo el arte de


luchar.
Carla había cambiado mucho desde su llegada a Egipto, ahora no tenía miedo,
estaba segura de poder vencer a Seth.
Yali reto a Carla a una pelea, ella luchó y le demostró a Yali que estaba
preparada para enfrentarse al faraón.
Yali le dijo que al día siguiente partirían hacia Egipto.

CAPITULO 12

Ramses recobró el conocimiento y se dio cuenta que estaba fuera del templo.
Intentó entrar pero una puerta le cerraba el paso, trato de abrirla pero era
imposible.
Comprendió que Josué se había quedado dentro para luchar con la serpiente y
que lo había salvado a él porque solo los descendientes del faraón podían pronunciar el
conjuro que acabara con Seth.
Ramses comenzó a caminar, llegó al oasis y de pronto oyó a alguien pedir
ayuda.
Vio a dos hombres atados, uno estaba muerto y el otro era Said, al que los
nubios habían dejado allí, cuando rescataron a Carla.
Ramses desato a Said, pero este espero que el muchacho se quedara durmiendo
para quitarle el cuchillo y matarlo.
Said se dio cuenta del símbolo que llevaba Ramses colgado al cuello, no había
duda, era el hijo del faraón.
Ramses despertó y cuando Said le dijo que lo iba a entregar al faraón, Ramses se
abalanzó sobre él, fue una pelea dura pero al final venció Ramses, Said se había clavado
el puñal durante la pelea y había muerto.
Ramses comenzó a andar con la única misión de llegar a Tebas y acabar con
Seth.
CAPITULO 13

La pirámide estaba casi acabada, faltaban dos días para el solsticio de verano y
por fin el santuario de Ra estaría listo para llevar a cabo sus planes, ser el mas poderoso
del mundo.

CAPITULO 14

Carla vio como la pirámide estaba terminada y le dejo a Yali que Seth
recuperaría su cuerpo y sus poderes, por lo que tenían que actuar rápidamente.
El faraón se encontraba en el interior de la pirámide haciendo los últimos
preparativos.
Solo faltaba una hora para que los rayos del sol atravesaran la única abertura
para penetrar en el interior e iluminar el altar donde se realizaría el sacrificio.
En ese momento Ra, dios del Sol, le transmitiría a través de un rayo de luz la
energía para recuperar su cuerpo y sus poderes.
De pronto el jefe de la guardia interrumpió al faraón, para decirle que les estaban
atacando.
El faraón salió al exterior y le dijo al jefe de la guardia que se encargara de ellos,
eran muy pocos y no tendrían problemas para acabar con ellos.
Pero los nubios eran guerreros que no temían a la muerte y luchaban con una
furia sobrenatural.
La lucha fue sangrienta y terrible.
Carla lucho como uno de ellos.
De pronto Carla vio como una flecha iba directa hacia ella, pero Yali puso su
cuerpo delante de ella y la flecha se clavo en él.
Yali le pidió que siguiera con su misión.
Como los guardias estaban pendientes de la batalla contra los nubios no se
dieron cuenta de que Carla iba hacia la pirámide.
Solo tenía que derribar a los dos guardianes de la puerta, cuando de pronto dos
flechas impactaron en el cuerpo de los guardias, facilitándole las cosas.
Era Ramses, estaba allí luchando con los nubios.
Carla quería ir junto a él pero tenía que entrar en la pirámide, miro por todos
lados buscando a Josué pero se dio cuenta que no estaba.
Carla salió corriendo para acabar con Seth y no pudo escuchar los gritos de
Ramses pidiéndole que no lo hiciera.
Después de algunas trampas que tuvo que sortear llegó hasta la sala donde
estaba el altar de piedra y vio el cuerpo de su hermano Miguel encima del altar.
Intentó despertar a su hermano pero no lo consiguió.
En la oscuridad Carla distinguió la figura del faraón.
El faraón no se había dado cuenta de la presencia de Carla y empezó a
pronunciar palabras en un extraño idioma.
De pronto un rayo de sol penetró por la abertura de la pirámide hasta el altar
donde estaba el hermano de Carla, el faraón levantó los brazos y cuando Carla vio la
daga que sostenía grito.
Carla se puso delante del faraón y le lanzó el disco de Horus, pero el faraón
reaccionó a tiempo y lo evitó.
El faraón cogio el disco y lo rompió.
Carla atacó al faraón con un cuchillo pero parecía sentir dolor.
De pronto se escucharon unas palabras dentro de la pirámide, era Ramses
pronunciando el conjuro.
Las palabras parecían hacer efecto en el faraón.
Cuando solo faltaba que Ramses dijera las últimas palabras, el faraón se
arrodilló delante de Ramses y dijo “hijo mio”.
Ramses empezó a dudar si el conjuro destruiría a su padre y fue entones cuando
Seth aprovechó para coger al muchacho del cuello.
Ramses perdió la esperanza de salvar a su padre.
Carla pidió ayuda a Isis y de pronto vio como el disco de Horus recuperaba su
forma inicial.
Se arrastró por el suelo y aprovechó que el faraón estaba en el altar con el
cuerpo de su hermano porque el sol estaba desapareciendo y tenía que realizar el
sacrificio, para coger el disco de Horus.
Lanzó el disco al faraón pero este siguió con el ritual.
De pronto resonaron otras palabras en el interior de la pirámide que pillaron al
faraón por sorpresa y a Carla.
Ramses estaba incosciente ¿quién las había pronunciado?
El faraón cayó al suelo y una luz potente salió del cuerpo del hombre y se
introdujo en el escarabajo que permaneció suspendido en el aire durante unos segundos.
Luego recuperó su forma inicial para regresar de nuevo al colgante de Carla.
Carla vio a Josué, el había pronunciado las palabras, tenía la túnica rasgada de
su enfrentamiento con la serpiente.
Carla se acercó a su hermano, Miguel despertó y Carla le prometió que luego se
lo explicaría todo.
Ramses también se había despertado y todos fueron a ver como estaba el faraón.
Ramses preguntó como se había completado el conjuro, porque solo los
descendientes del faraón podían hacerlo.
Antes de que Josué dijera nada, Ramses vio en la espalda de este un tatuaje de
Horus.
Solo el faraón y sus descendientes podían llevarlo.
Josué no podía contestar porque no sabía la respuesta.
Solo recordaba que estando en el templo notó la presencia de alguien al que la
serpiente obedecía porque el animal dejó de apretar el cuerpo de Josué.
Josué sintió que un manto cálido lo rodeaba y curo sus heridas, cuando recobró
el sentido estaba tumbado en el arena y fuera de peligro.
El faraón recuperó el sentido y cuando vio el tatuaje de Josué grito ¡Gemelos!
Josué y Ramses eran hermanos gemelos.
El suelo de la pirámide empezó a moverse, cayeron piedras, tenían que salir de
allí.
El faraón los condujo por el laberinto pero quedó atrapado y murio.
Los jóvenes lograron salir de allí.
La pirámide había sido destruida, igual que Seth.
Dos meses después según los rituales egipcios el faraón fue enterrrado.
En la tumba del faraón, Josué encontró las respuestas a sus dudas.
La esposa del faraón había muerto al dar a luz dos hijos varones y el faraón se
encargo de criarlos hasta los cuatro años.
Pero un día cuando vio a sus hijos peleando por quien era el mas fuerte decidió
elegir a uno para ser príncipe de Egipto y al otro lo entrego a uno de sus sirvientes para
que le buscara una familia.
Por fin Josué sabía cual era su origen y su familia.
Salieron de la tumba del faraón y Carla cuando se disponía a montar a
Relámpago alguien la llamo, era Yali.
Todos juntos marcharon hacia el oasis.
Yali se despidió de Carla y siguieron el camino hasta el templo de Anubis.
Llegaron al templo y encontraron la puerta abierta, el fuego seguía ardiendo en
el altar.
Carla se desató el colgante de su cuello y el fuego se apagó.
El altar comenzó a descender y en su lugar apareció el sarcófago de Osiris.
Carla depositó el escarabajo de Horus en la parta superior en el lugar donde
había sido extraído por Miguel.
Notaron un breve temblor y Carla dijo “regresamos a casa”. Se despidió de sus
amigos.
Josué volvería a Heliopolis para ayudar a los ciudadanos de allí con la
colaboración de su hermano Ramses.
Carla y su hermano despertaron en la misma sala donde se habían quedado
encerrados.
Carla y Miguel dijeron que habían tenido un sueño muy extraño.
De pronto oyó ruidos y Carla pidió ayuda, los sacaron de allí, habían pasado
toda la tarde encerrados.
Cuando salían Carla pasó por una sala donde se exponían libros de la biblioteca
de Alenjandría y vio algo que le llamó la atención, un libro, tenía un borrón de tinta
sobre una de las páginas, ella habia sido la causante del borrón al dejar caer la tinta
sobre una de las hojas.
Carla le pidió a su padre que la dejara volver sola paseando y cuando llego a la
plaza de la Concordia observo en el obelisco el nombre de Ramses grabado en su base.
RESUMEN

Carla y Miguel son dos hermanos que se trasladan a Paris porque su padre está
trabajando en el Museo del Louvre.
Cuando por accidente Miguel rompe un escarabajo de cristal egipcio, los dos
aparecen sin saber por qué en el Egipto de los Faraones.
Carla tendrá que sobrevivir en condiciones adversas, para librar a la humanidad
de la amenaza de un siniestro faraón, el cual ha sido poseído por el dios Seth, igual que
su hermano Miguel.
Carla es hecha prisionera y junto a Josué, participa en la construcción de una
pirámide, conocerán al hijo del faraón Ramsés y los tres viven numerosas aventuras en
el desierto.
Los tres tienen un objetivo común, liberar al faraón de Seth y ayudar al pueblo,
marchan al templo de Anubis donde encontraran la solución al problema, en el Libro de
los Muertos.
Carla se separa de sus amigos cuando encuentra el Disco de Horus, yendo con el
pueblo nubio donde aprenderá a luchar y le ayudarán a derrotar al faraón poseído por
Seth.
Ramses y Josué lograran derrotar a Seth junto con Carla.
Josué y Ramsés descubren que son hermanos gemelos.
Carla consigue volver a Paris con su hermano.

OPINION PERSONAL

Es una lectura de aventuras e intriga, muy entretenida, que a la vez te introduce


dentro de la mitología egipcia, la vida en aquella época, los misterios de las pirámides,
pero también nos muestra el sufrimiento de un pueblo, la diferencia tan grande que
había socialmente, mientras el faraón vive rodeado de lujos, el pueblo pasa hambre y es
esclavizado para construir las pirámides.

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