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Oración para vivir el Amor de Dios

La Vida de Dios se aloja en la esencia de la Vida de todos los seres


humanos. En el budismo se hace referencia a esto diciendo: “Todos los
hombres poseen naturaleza búdica”. En el Cristianismo se dice: “Cristo
Interno”. A esta naturaleza búdica y a este Cristo interno, los japoneses lo
llaman de Dios (Kami). Dios Se aloja en el interior de todas las personas. No
es que “Se aloja”; Dios es la propia Vida verdadera del hombre. El cuerpo
carnal es el medio de auto-expresión de Dios en la faz de la Tierra, y no es
el “hombre en sí”. En la esencia del cuerpo carnal, en la esencia de la
materia, está el Espíritu Divino sumamente maravilloso y supremamente
poderoso. Este Espíritu Divino es el “hombre en sí”.
La esencia de este Espíritu Divino es el Amor la Sabiduría, la Vida
Eternamente Indestructible. Cuando vivimos plenamente el amor, el Espíritu
Divino de nuestro interior vive realmente, y cuando esto sucede sentimos la
alegría de vivir.
El Amor de Dios no odia a nadie. EL Amor de Dios perdona a todos. El Amor
de Dios vivifica a todos.
El Amor de Dios no hace elecciones rebeldes. El Amor de Dios es el
que se armonizaron todos y no deja de hacerlos felices. El Amor de Dios es
siempre atento y jamás falla. El Amor de Dios ama hasta a las personas que
no Lo aman. El Amor de Dios no se frustra, ni aun cuando no es
correspondido. No existe tristeza para el Amor de Dios. El Amor de Dios
solamente ama. El Amor de Dios no pide para ser amado. EL Amor de Dios
es incondicional. El Amor de Dios no exige retribución. El Amor alcanza su
objetivo simplemente amando.
Quien expresa el Amor de Dios se vuelve sagrado porque no posee
deseos egoístas. El Amor de Dios es desinteresado. Dios Se manifiesta
donde no hay intereses egoístas. El amor que contiene deseos egoístas es
impuro. Es sólo una pasión con máscara de amor. EL amor impuro es
egoísmo con máscara de amor. El amor no es la satisfacción de los placeres.
El amor trasciende los placeres. El amor da todo, sin pedir nada a cambio.
Quien da todo de sí mismo consigue realizar el Amor de Dios.
Así como el rocío humedece serenamente a las plantas dándoles Vida, el
Amor de Dios vivifica serena, silenciosa y anónimamente a todo. El rocío
que da vida a las hierbas no hace alarde de esto, y desaparece cuando
amanece. Así debe ser. Así es el Amor de Dios.
¡Agradezco profundamente a Dios, que me hizo conocer esta Verdad!

Oración para despertar el Verdadero Yo

¡Yo soy la suprema autorrealización de Dios! Dios es eterno, infinito y


sagrado. Este Ser sagrado está alojado en mi interior como “esencia de mi
ser”. Él está intentando manifestarse en forma de hombre de un modo cada
vez más perfecto en la Tierra.
El cuerpo carnal es sólo una vestimenta (tejida con los “hilos de la mente”)
utilizada por la “esencia de mi ser” para cumplir su misión en la Tierra. Es
un “tejido” necesario mientras su ocupante cumple su misión en la Tierra.
Cumplida la misión y rotos los “hilos de la mente”, el cuerpo carnal
comenzará a desintegrarse y acabará desapareciendo.
Por lo tanto, el cuerpo carnal no tiene existencia eterna. Por no ser
eterno, es provisorio y no es existencia verdadera. Por no ser existencia
verdadera, no tiene sustancia. Al igual que la sombra, el eco o las olas de
agua, sólo es proyección. No se debe considerar la “proyección” como
“existencia verdadera”. El cuerpo es como una imagen que aparece en el
televisor: detrás existe el “ser verdaderamente vivo” que es el origen de la
imagen proyectada en la pantalla. Este ser realmente vivo es la Vida de
Dios, es la Imagen Verdadera de la Vida del hombre. Debo tener conciencia
que este ser realmente vivo, este ser eterno, esta Vida de Dios constituye
mi verdadera Vida.
Alcanzar esta convicción es que inicio la Vida del hombre verdadero.
Hasta este momento yo no vivía la Vida del hombre verdadero; vivía la vida
de la ”envoltura” o “instrumento” del hombre, pensando ilusoriamente que
fuese la Vida del propio hombre. Erróneamente, pensaba que los deseos
carnales constituían los derechos básicos del hombre y confundía los
placeres de los sentidos con las alegrías del alma. Sin embargo, en este
momento desperté a la Verdad de que “el hombre no es cuerpo carnal”.
Esta es una revolución del concepto del hombre mucho mayor que la
revolución de la cosmovisión en la cual el geocentrismo cedió su lugar al
heliocentrismo. Cuando se comprende que el hombre no es cuerpo carnal,
la vida empieza a emitir un brillo muy especial. En el pasado creía que la
satisfacción de los placeres instintivos del cuerpo carnal fuese la
satisfacción del hombre, pero esto era una inversión de los valores del
hombre. El “Yo divino” alojado en la esencia de la Vida del hombre estaba
siendo prisionero, esclavo e instrumento de la envoltura llamada cuerpo
carnal y a él servía.
A partir de hoy, viviré consciente de que la Vida de Dios es el Yo
Verdadero, y jamás seré un instrumento de los deseos del cuerpo carnal.
Por el contrario, haré que el cuerpo carnal sirva como instrumento al Yo
Verdadero para satisfacer las aspiraciones del alma y para cumplir la misión
del alma en la Tierra. Dios, Le agradezco por haber guiado mi alma hasta
obtener esta profunda concienciación.

Oración para bendecir a todas las cosas del cielo y de la tierra

Dios trabaja constantemente. El trabajo de Dios se manifiesta


siempre como un trabajo de Dios se manifiesta siempre como un trabajo
armonioso. Sucede esto porque Dios es el origen de todas las cosas, y por
estar ellas unificadas por la Sabiduría única de Dios, se armonizan entre sí.
La obra de Dios siempre se manifiesta como el movimiento armónico de
todas las cosas. Si, por ventura, ocurren hechos desarmónicos es porque mi
mente egoísta no está perfectamente ajustada a la Mente de Dios, lo que
impide la manifestación de la Sabiduría armonizadora de Dios.
En este momento, vacié por completo mi mente y anulé la mente
egoísta. Or esta razón, se manifestará infaliblemente la Sabiduría de Dios.
Hasta ahora, mi mente egoísta obstruía el canal conductor de la Sabiduría
de Dios, pero, al ser eliminada la mente egoísta fluye abundantemente en
mí la Sabiduría de Dios,
Ahora, me coloco delante de Dios, vacío mi mente y me dirijo a Él.
Entonces, la Sabiduría de Dios fluye hacia mi interior permitiéndome actuar
de modo adecuado con cada persona, cada momento, cada lugar y cada
hecho, de modo a vivificar todo y a todos.
Me coloco ahora delante de Dios, vacío mi mente y me dirijo a Él. Por
eso, el Amor de Dios fluye hacia mi interior y bendice a todas las cosas.
Como a través de mí Dios bendice a todas las cosas, también bendigo a
todas las cosas. Como bendigo a todas las cosas, todas las cosas también
me bendicen. Luego, yo y todas las cosas estamos totalmente armonizados.
Todas las cosas son mis aliadas, y yo soy aliado de todas las cosas, y nos
vivificamos mutuamente, sin perjudicarnos unos a los otros.
¡Oh, que puro, bello y agradable es el mundo del mutuo vivificarse!
Aquí y ahora, sobre la faz de la Tierra fue construido el paraíso: todas las
personas son completamente libres; todos los acontecimientos ocurren en
lugares adecuados; las debidas cosas se realizan en sus debidos lugares y
en el momento exacto constituyendo un mundo verdaderamente armónico.
Aquí y ahora, en mi hogar, está realizado el Paraíso. Por eso, todos mis
familiares son saludables, alegres; no hay nadie que se queje; todos los
planes se realizan, todos los hechos y cosas deseadas vienen a mi hogar, y
todos los hechos y cosas no deseados desaparecen por sí mismos. Mi hogar
es verdaderamente un hogar paradisíaco, bendecido por Dios.
Agradezco profundamente a Dios.

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