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Seducción por la ciencia y el medio

ambiente
Relatoría del Taller de Ciencia y Medio Ambiente

Ciudad de Panamá, Panamá, del 1 al 5 de marzo de 2011

Organizado por:
La Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano - FNPI
CAF- Banco de Desarrollo de América Latina
Encuentros de Periodismo CAF+FNPI

Con el apoyo del:


Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales

Relatora: Iralis Fragiel


Editor: Carlos Serrano
Maestra: Ángela Posada-Swafford

Ángela Posada-Swafford es escritora, editora y productora de temas de


ciencia y exploración. Tiene 30 años escribiendo para audiencias no
especializadas sobre temas como biodiversidad, medio ambiente,
oceanografía, astronomía, astronáutica, paleontología, geología,
genética, evolución, arqueología y astrofísica.

Actualmente es corresponsal en Estados Unidos de la revista Muy


Interesante de Madrid. También ha publicado en medios como National
Geographic, Astronomy Magazine, WIRED, New Scientist, The Boston
Globe, The Miami Herald, Gatopardo, Travesías y El Tiempo de Colombia.

Ha colaborado con investigaciones y documentales para Discovery


Channel y Animal Planet; además de grabar y narrar sus propios
documentales radiales para National Public Radio.

Es colombiana y actualmente reside Miami, Estados Unidos. Tiene un


grado en idiomas de la Universidad de Los Andes y una Maestría de
Periodismo de la Universidad de Kansas. Fue la primera periodista
hispana en recibir la beca del Polar Journalism Program, del Marine
Biological Laboratory (MBL), para visitar la Estación Palmer en la
Península Antártica.
Introducción

“La naturaleza no conoce fronteras”, decía Ángela Posada-Swafford a


uno de los periodistas, al inicio del Taller de Ciencia y Medio Ambiente,
que organizó la FNPI y CAF - Banco de Desarrollo de América Latina.

Esa frase resumió las ganas de 13 talleristas de traspasar las barreras


de sus países (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El
Salvador, México, Perú, Puerto Rico y República Dominicana) y
encontrarse con otros colegas en Panamá, para aprender más sobre el
tema que los apasiona: la ciencia y el medio ambiente.

Del 1 al 5 de marzo de 2011, los participantes con experiencia en


medios impresos, revistas, radio y televisión, aprendieron técnicas para
hacer de la ciencia y el medio ambiente un tema más atractivo al
público.

¿Cómo investigar y analizar apropiadamente la situación del medio


ambiente en los países de América Latina?, ¿cómo abordar las fuentes
científicas?, ¿cómo contar historias sobre biodiversidad?, fueron algunas
de las cuestiones que se debatieron en el taller.

Para poner en práctica las técnicas aprendidas durante el taller -como


salir de las plataformas tradicionales, buscar oportunidades, contar
historias que fascinen y enciendan la imaginación- los talleristas
publicarán en un especial multimedia, en la web de la FNPI, sus
reportajes.

Palabras claves: periodismo científico, ciencia, medio ambiente,


desarrollo, cambio climático, biodiversidad, biocomercio, tecnología,
becas, asociaciones, redes, premios.

Romper paradigmas

Si bien la situación del periodismo de ciencia y medio ambiente en


Estados Unidos y América Latina no es alentadora, ya que en el primer
caso la crisis económica hizo que muchos profesionales perdieran sus
empleos, y en nuestra región los medios dedican muy poco espacio al
tema, Ángela Posada-Swafford alentó a los talleristas a seguir adelante y
a romper esquemas.

“Debemos salir de las trincheras y buscar las oportunidades”, dijo al


citar como ejemplo la experiencia que vivió cuando la NASA la invitó a
volar en un avión, y entrar al ojo del huracán Earl.

Una vez que se encuentra la oportunidad y se escoge el tema, se debe


convencer al editor del medio con una propuesta interesante de
publicación; además de entender la visión del científico, que en
ocasiones es muy distinta a la del periodista.

“Los periodistas tenemos que actuar siempre como conejillos de indias,


para convencer al editor y contar con algo único”, detalló al ejemplificar
que fue la primera periodista del mundo a la que se le implantó un
VeriChip, un pequeño dispositivo que se inserta debajo de la piel y
brinda información sobre la identidad y aspectos biológicos de su
portador. Gracias a esta experiencia, Ángela, se convirtió prácticamente
en un experimento, ya que ese chip funcionaba como una microbase de
datos portátil, con lo cual cualquier médico podía conocer, al instante, su
historial clínico.

Para tener al jefe de redacción de nuestro lado, debemos ir preparados y


contestarle las siguientes preguntas: ¿por qué es importante publicar
esa información?, ¿cómo voy a presentarla gráficamente? De igual
manera hay que tener presente que conectar la ciencia con otros
sectores de la sociedad es esencial para darle interés noticioso. Así que
si vamos a escribir sobre el clima en la Antártica, debemos explicar de
qué manera esa situación se refleja en la política, la salud y la economía.

“El trabajo como proponente es resolverle problemas al editor. Estamos


en la capacidad de pensar visualmente, no sólo en el texto. También
podemos ver cuántas fotos vamos a publicar y quién las tomará”.

La labor del periodista es ser creativo, ir más allá, investigar… pero


¿dónde?, ¿cómo hacerlo? Posada-Swafford recomienda buscar
información en universidades, centros de investigación, redes sociales, o
entrevistar directamente a los científicos, ya que son portadores de
información novedosa.

Luego se debe superar la barrera del lector: ¿cómo hacer la nota


periodística o el reportaje de TV, radio y prensa, atractivos al público? Se
trata de seducirlos con palabras, imágenes, recursos y sonidos; en fin,
salir de las plataformas tradicionales, valerse de otras maneras, escribir
sobre temas novedosos, “contar historias que fascinen y enciendan la
imaginación”.

“Perfectamente puedo hacer un reportaje radial sobre ciencia y medio


ambiente y mezclarlo con un concierto de rock. Podemos valernos de los
videojuegos, por ejemplo, para acercar la ciencia a los niños, y hacer
más que prensa escrita. Las noticias se pueden aprovechar para explicar
la ciencia básica: un hecho como el meteorito que cayó en Santander
(Colombia), sirve para detallar qué es y cuál es la composición de estos
cuerpos del universo”, comentó Posada-Swafford.
Investigación permanente

¿Por qué es importante cubrir ciencia y medio ambiente? Para Ángela


Posada-Swafford la respuesta es sencilla: “el impacto de la ciencia en la
sociedad es más profundo y amplio que el de casi cualquier otra
actividad humana”.

Para traducir ese impacto y revelarlo a las personas existe una


herramienta fascinante: el periodismo científico. Gracias a él se puede
dar a la gente instrumentos para desarrollar un criterio que le permita
tomar decisiones que afectan su vida cotidiana y futura.

Claro está: no hay que ser científico para escribir ciencia, pero sí hay
que entender la ciencia. Es por ello que el periodista debe analizar: ¿por
qué esta noticia de ciencia o medio ambiente es importante?, ¿qué es lo
nuevo en un suceso determinado y qué no?, ¿quién no estará de
acuerdo y quién sí?, ¿en qué evidencia se basa cierta investigación para
llegar a estas conclusiones?, ¿quién pagó por la investigación?, ¿qué se
hará luego?, ¿cuál es la conexión del experto con el tema?

Así que si se quiere hacer un buen periodismo es necesario conocer y


especializarse. Sobre todo con las numerosas investigaciones que se
llevan a cabo en el mundo.

Para lograrlo, se puede apelar a revistas o medios web. Ángela Posada-


Swafford recomienda leer toda la ciencia que caiga en las manos:
“Prensa local; New York Times; Science Magazine; Nature Magazine;
Scientific American; Revista Discover; WIRED Magazine; Sci/dev.net;
Muy Interesante; el sitio web de la NASA, Efe Verde, Google Académico
y aceptar alertas por correo, de Eurekaalert, por ejemplo; además de
consultar a los institutos nacionales de salud y tecnología, y no descartar
redes sociales como Facebook o Twitter. El desafío es ser un poco
autodidacta”.

Un día se topó en Internet con la página en Facebook del robot Phoenix,


ubicado en Marte, y que ya está inactivo. Ese hecho fue el estímulo para
crear una entrevista “póstuma” con el robot, como una especie de chat.
En este escrito, Ángela le pregunta al robot cómo es que puede hablar
por Facebook y Twitter, y si ha podido conversar con los demás, como
él, en el planeta rojo. Además indaga en cómo se siente, y Phoenix, en
su respuesta, esboza datos científicos de la realidad de Marte y la Tierra:
“La verdad es que tengo mucho frío. Mis sensores marcan 89 grados
centígrados. ¿Te das cuenta que es exactamente como el punto más frío
de la Tierra, la estación Vostok en Antártica? Y eso no es nada. En unos
pocos días la cosa se va a poner mucho peor”.

Este no es el único ejemplo que confirma le necesidad de usar la


tecnología para hacer un mejor trabajo. En el año 2009 realizó la
primera transmisión vía Internet inalámbrico, desde una isla remota en
la Península Antártica.

La emisión fue vista simultáneamente por niños de 10 a 12 años en los


museos de ciencia de Colombia, Venezuela, México, Costa Rica y Chile.
“Al cabo de media hora, empezaron a hacer preguntas contundentes
sobre cambio climático y contaminación. Esto confirma que no
necesariamente hacemos periodismo para adultos”.

También estima importante visitar asociaciones de periodismo científico,


y así encontrar datos interesantes. Citó a la National Association of
Science Writers (NASW), Society of Environmental Journalists (SEJ),
World federation of Science Journalists (WFSJ), Asociación
Iberoamericana de Periodismo Científico, y Asociación Española de
Periodismo Científico, entre otras.

En este sentido, recomendó a los periodistas “asociarse”, formar una red


de periodistas científicos, que se convierta en el canal para estar
fortalecidos y llegarle a las fuentes; es decir, a los científicos. Sugirió
que el taller podía ser el inicio de una red panamericana de periodismo
científico. “Aunque es muy ambiciosa, la idea es pensar en grande”.

Otra clave importarte es aprender todo lo que se pueda de publicaciones


y salidas de campo. Éstas últimas son importantes para verificar, y tener
herramientas de comunicación en vivo y directo.

Temas y técnicas del periodismo especializado

Aunque no lo parezca, medio ambiente y ciencia van ligados al arte: en


vez de llenar las páginas de textos largos y tediosos, se puede utilizar
material fotográfico, infografías, y recuadros para llamar la atención.
“Una foto tiene un poder inmenso y la escritura no tiene que ser
aburrida”, asegura.

La disposición del periodista es muy importante, ya que él es quien crea


la noticia, y desde su ángulo capta la realidad y revela una historia. Sin
embargo, esto no quiere decir que el comunicador se haga pasar por
“sabelotodo” ni explicar algo que no entiende.

Por ello, no debe tener temor de preguntarle al científico. “No existen


preguntas tontas. Preguntar de una forma suave, interesada, no
detestable, es la estrategia. La idea es seguir preguntando hasta que
estemos satisfechos. Si es necesario podemos decirle al especialista:
‘por favor explíquemelo como si fuera su abuela o como si se tratara de
un niño de 11 años’. Hay que ayudarles porque ellos (los científicos) a
veces están temerosos”.
Ángela Posada-Swafford advierte que se debe estar atento en todo
momento, pues las mejores respuestas a veces suceden cuando los
entrevistados “se van por las ramas”.

“Los silencios son claves, durante la conversación. Esperar la pausa, es


importante, porque ellos a veces quieren agregar algo, y es allí cuando
ocurre la declaración que esperamos”.

Son diversos los temas que se pueden tratar en el periodismo de ciencia


y medio ambiente, con enfoques novedosos. Leer y estar en contacto
con publicaciones especializadas puede estimular la creatividad.

Posada-Swafford mencionó como ejemplo un tema que surgió a partir de


la lectura del perfil de un científico costarricense. Ella se fascinó con un
importante descubrimiento: las hormigas pueden estar absorbiendo
nitrógeno, quiere decir que están tomando gases del efecto invernadero.
Este hallazgo es importante en ciencia, y representa un tema diferente
que da pie a otras investigaciones.

Detalló que la astronomía, por ejemplo, es una de las ramas de la


ciencia que más descubrimientos está teniendo, y que más ha crecido
en los últimos años. “Podemos preguntarnos por qué es importante
manejar información de otros planetas. Y es que Venus es un ejemplo de
un planeta afectado por el efecto invernadero de la Tierra. Saber por
qué perdió el agua Marte sirve para interrogarnos si la Tierra va por el
mismo camino”. Estos detalles confirman que el periodismo
investigativo debe centrarse más en el “por qué” que en el “qué”.

Entre otros temas, mencionó las investigaciones que están llevando a


cabo científicos latinoamericanos. Citó como ejemplo la creación del
primer nano satélite; es decir, un satélite muy pequeño hecho por
colombianos. Detalló que la NASA está muy pendiente de Latinoamérica,
por lo que recomendó estar atentos de la información que produzca este
organismo sobre nuestro continente.

Otro aspecto que le cautivó, y que nació de su viaje a la Antártica fue “la
vida extremófila”; es decir, la vida que crece en sitios extremos, donde
no hay agua ni sol, por ejemplo. “Algunos de estos organismos viven en
el fondo del mar, se reproducen y tienen bebés. Ellos nos dan un montón
de claves sobre la historia de la vida de la tierra”.

Para Posada-Swafford esta información se puede extrapolar a la vida


ambiental. Ver los organismos que mueren a causa de la minería, pero
destacar otros que paralelamente se desarrollan en este ambiente
extremo.

En cuanto a los enfoques, se refirió al cambio climático. La idea es ir


más allá de confrontar fuentes que expliquen si hay o no efectos por el
desarrollo de este proceso ambiental. En el caso del derrame del Golfo
de México, ocurrido en el año 2010, se pueden hacer trabajos de
seguimiento, y encontrar ángulos distintos que los hagan interesantes.

Cuando se escribe de ciencia y medio ambiente no se deben tocar


solamente los aspectos negativos. Posada-Swafford estima pertinente
partir de un punto pequeño, de algo llamativo. “No debemos esperar
que llegue un boletín de prensa para copiarlo. Podemos recurrir a los
organismos de investigación, para encontrar información novedosa, es
sólo cuestión interés”.

Humanizar la ciencia

Una estrategia para hacer más humanos los datos científicos es


preguntarle al especialista cómo se siente con la investigación que
adelanta.

En los reportajes de este tipo se debe evitar la jerga científica, y para


hacer comprensibles los datos, se pueden emplear analogías, metáforas,
comparaciones, simplificar, y emplear un orden cronológico.

Posada-Swafford, dio algunos ejemplos: “Un meteorito es como el


helado frito que sirven los restaurantes chinos: Una bola fía en su centro
que ha sido expuesta brevemente a un calor intenso”. (El
Tiempo/Domingo a Domingo).

“A temperatura ambiente, los átomos se mueven a unos 500 metros por


segundo. Pero si se les somete a casi el cero absoluto, su velocidad
disminuirá a unos 20 centímetros por segundo. Esto es suficiente para
observar detalles en su estructura interna que no son visibles de otra
manera. Es lo mismo que tratar de adivinar el color del timón de un auto
que pasa frente a usted a 80 km por hora. En cambio, si ese auto pasa
mucho más lentamente, usted podrá observar detalles tales como el
tapizado”. (El Tiempo/Domingo a Domingo).

Es fundamental aprender a interpretar las estadísticas y los números, ya


que nuestra labor como periodistas es traducirlos en un lenguaje
comprensible a la gente.

En cuanto a los ángulos de una información, el periodista puede resaltar


una tendencia, poner en contexto un hallazgo, seguir una investigación
específica, o también retratar a un personaje. A veces el científico es
una persona interesante que se esconde detrás de un laboratorio. La
maestra citó como ejemplo a George Aldrich, a quien se le conoce como
la nariz de la NASA. Él se encarga oler todos los objetos que vienen del
espacio, y, en su tiempo libre, se desempeña como juez en una
competencia de oler tenis, y decide cuál es el más asqueroso.
“Los artículos cortos del periodismo narrativo son súper valiosos. Si
algún día se encuentra un personaje que nos apasione empezamos a
anotar detalles de cómo se viste, qué le gusta, etc”.

Al final de la entrevista siempre habrá espacio para consultarle sobre


algo que haya quedado por fuera.

La ciencia periodística

A la hora de crear, el comunicador debe tener una cámara imaginaria en


su interior: pensar en primeros planos, largos planos, planos medios y en
el retrato de un personaje.

Sobre la estructura del reportaje o la noticia, se deben usar transiciones,


para enhebrar la ciencia y la descripción (los hilos entre una hebra y otra
no deben notarse. En radio, por ejemplo, las transiciones son los
sonidos). Se puede recurrir a la voz activa; verbos fuertes; además de
organizar la información, desplegándola poco a poco. Lo importante es
tener una idea clara de lo que se va a escribir.

“No se pierdan en la selva… cuenten el cuento, pero eviten abrumar al


lector. Elijan lo mejor y utilicen un poco de poesía a la hora de escribir.
En este sentido, usen palabras que conlleven un sentido artístico:
“arquitectura del animal” en vez de “anatomía del animal”, señala
Posada-Swafford.

En cuanto a las citas textuales recomendó usarlas de manera adecuada.


“Para poner algo ente comillas, tiene que ser algo contundente y no
redundante con las ideas principales”.

Cuando se tiene redactada la información, es recomendable enviarla a


los científicos para ver si hay algún error. Es por ello que la periodista
insistió en la necesidad de corroborar los datos y así garantizar buenas
relaciones con las fuentes.

Si el periodista se desempeña como freelance, también existen secretos


para hacer notas irresistibles y publicables: estudiar el medio para ver
su estilo y ofrecerle un texto adecuado a su target; además de utilizar
centenarios o sucesos especiales como excusa para armar una nota.

“Podemos partir de hechos que ya son noticia, para iniciar un reportaje,


o hacer ciencia a través de notas de entretenimiento y espectáculo. Un
día utilicé la serie de televisión, The Big Bang Theory, en un artículo de
física. Algunas de las notas más interesantes son seguimientos de
controversias que pasaron hace tiempo”.
Cuando se colabora para una revista internacional se tiene que pensar
globalmente. Si se empieza con algo muy local, probablemente el lector,
que está al otro lado del continente, no leerá la información.

Ahora bien, si se trata de una publicación local, es importante destacar


la ciencia de cada región, alrededor de la cual está el periódico o el
medio de comunicación. “Como periodistas podemos tener una
influencia muy importante”.

Paradójicamente, algo global, puede volverse local. Por ejemplo se


puede abordar cómo el derretimiento del casquete polar afecta la
cosecha de soya en Brasil.

¿Visiones enfrentadas?

Es una realidad que científicos y periodistas ven el mundo desde ángulos


diferentes. Para el científico, las ideas están sujetas a cambios, la ciencia
no puede proveer respuestas completas a todas las peguntas, y los
descubrimientos son, por lo general, inciertos y graduales. Estos
especialistas ven la ciencia como algo continuo en permanente
evolución.

El periodista piensa al revés: “los científicos dicen descubrir la verdad


con cada avance. La incertidumbre es señal de mala ciencia. Le damos
demasiada importancia a los desarrollos incrementales, más que a las
tendencias amplias, como la ciencia básica y explicativa”. Para los
periodistas toda investigación científica debe ser concluyente, y no
siempre es así.

Entonces surge un problema, que es cuando el comunicador no entiende


la ciencia, y se limita a citar a los extremistas de ambos lados. Por
ejemplo: escribir en una nota visiones extremas de quienes dicen que
hay o no cambio climático.

Es fundamental entonces que editores y reporteros “conozcan el tema”


del cual escriben”. Y los científicos, por su parte, necesitan capacitarse,
adquiriendo las destrezas necesarias para comunicar.

La visita que los talleristas realizaron a la Isla Barro Colorado, centro de


investigaciones del Smithsonian, les permitió ponerse en la piel del
científico y conocer su trabajo: recorrer los bosques, cultivar la
paciencia, observar, explorar, escuchar…

La recomendación es darle al lector datos más profundos de la ciencia


que se hace. “En dos o tres frases se puede dar información sobre las
investigaciones del Smithsonian (u otro organismo científico). Se pueden
poner balitas e intentar unirlas con la descripción del recorrido. Si se
escriben features es bueno comenzar ubicando a la persona en el sitio”.

Es importantísimo darle al lector un comienzo distinto, estructurar la


nota como si fuera una cachetada. Y Ángela se le ocurrió un ejemplo:
“En el corazón de esta pequeña isla (Barro Colorado) hay una hormiga
que produce su propio antibiótico…” Aquí se da información inicial
impactante, y además se devela lo que allí se investiga (Historia y
biología de las hormigas cultivadoras de hongos, adelantada por el
científico panameño, Hermógenes Fernández).

Para Posada-Swafford, la ciencia, es como debe ser la entrada de una


nota: puntual, exacta, bordada a mano. Una metodología a seguir a la
hora de escribir es enfocarse en una sola cosa, ya que es más
productivo y más contundente. Se trata de ir de lo micro a lo macro.

En cualquier reportaje es importante recurrir a los estudios originales de


los científicos, investigar quién fue la persona que empezó con un tema
determinado. Con ello se puede ver qué información adicional se
encuentra para construir la noticia.

Más y más oportunidades

Pareciera imposible acceder a instituciones científicas no sólo para


obtener información, sino para formar parte de los trabajos de campo, y
aprovechar las actividades formativas que ellas ofrecen.

Sin embargo, Ángela Posada-Swafford asegura que no es difícil, sólo se


requiere el interés y las ganas de hacerlo. Por ello estimuló a los
periodistas del Taller de Ciencia y Medio ambiente a buscar
oportunidades, especializarse, y a estudiar inglés, ya que este es un
requisito muy importante para optar a las becas que hay en el área.

Animó a los participantes a estar pendientes de la convocatoria de la


beca para periodistas de ciencia de la National Science Foundation,
alternativa de la cual ella fue beneficiaria. “La fundación te envía a la
Antártica, por mes y medio aproximadamente. Allí tienen la oportunidad
de conocer una de las tres bases polares que existen, y acompañar a los
científicos en sus labores, como estudiar a las focas, aprender cómo se
forma un glaciar o un témpano, o tener detalles de las investigaciones
sobre calentamiento global, por ejemplo”.

La beca knight de periodismo científico, que ofrece el Massachusetts


Institute of Technology (MIT), es “la oportunidad máxima” para un
periodista que desea especializarse en ciencia y medio ambiente, según
Posada-Swafford. Para mayor información se puede visitar el site:
http://web.mit.edu/knight-science/.
También es importante el programa de periodismo de ciencia del Marine
Biological Laboratory. Para detalles del mismo se puede llamar al 508-
289-7276 o escribir a la siguiente dirección: pclapp@mbl.edu.

Otra opción de programas para comunicadores de Latinoamérica y el


Caribe la ofrece el International Center for Journalists. En la página web,
http://www.icfj.org/OurWork/LatinAmericaCaribbean/tabid/212/Default.as
px, están todos los detalles.

La World federation of Science Journalists imparte cursos de periodismo


científico en línea, a través del site http://www.wfsj.org/course/sp/.

Además están las becas Philips-EFEverde, dirigidas a estudiantes de


último curso de periodismo. “La iniciativa comprende dos períodos de
formación consecutivos de seis meses, que se desarrollarán en la
redacción central de EFEverde y en el Gabinete de Comunicación de
Philips en Madrid”.

Adicionalmente, la Sociedad de Periodistas Ambientales, promete una


conferencia de periodismo “como ninguna hasta ahora”, del 19 al 23 de
octubre de 2011 en la ciudad de Miami (Estados Unidos). Ofrece un
atractivo programa con interesantes investigaciones de campo:
observación de cocodrilos, panteras y manatís; visitas al Centro Nacional
de Huracanes, al laboratorio de investigación submarino “Aquarius” y a
los Everglades; identificación científica de tiburones; posibilidad de
bucear en un arrecife coralino; ver a los delfines en su medio natural;
realización de una gira por un río reconstruido; además de vivir una
experiencia en la congeladora que alberga la colección más grande del
mundo de especímenes biomédicos del fondo del mar. Los detalles
enwww.sej.org.

Si se tiene un tema interesante sobre diversidad y medio ambiente, los


periodistas pueden postularse para el premio de reportaje en
biodiversidad. Las bases y los requisitos en:
http://www.premioreportaje.org/.

Periodismo: puente para el desarrollo sostenible

En definitiva, debe existir un vínculo entre los comunicadores y las


investigaciones científicas; ya que es precisamente el periodismo, el
puente que debe construirse entre la información de ciencia y medio
ambiente y el público.

Así lo señaló Andrew Bovarnick, economista, líder en recursos naturales


del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), quien,
durante el taller, presentó un estudio realizado por esta organización,
titulado: “Importancia de la Biodiversidad y de los ecosistemas para el
crecimiento económico y la equidad en América Latina y el Caribe: Una
valoración económica de los ecosistemas”.

El fin del informe fue demostrar el valor económico de la biodiversidad y


el medio ambiente en Latinoamérica.

“Los periodistas son claves para comunicar las actividades de desarrollo


en el mundo y para difundir este tipo de estudios. Hay mucha
oportunidad para cambiar la conciencia de la gente sobre el tema
ambiental y su valoración económica. La idea es poder traducir el
conocimiento y llevarlo a la gente”.

El especialista reveló, como parte del informe, que las tendencias


mundiales están cambiando, y se enfocó en la compatibilidad que existe
entre “ganar dinero” y “aplicar prácticas amigables medioambientales”,
lo que sin duda es una oportunidad para América Latina, por ser una
región biodiversa y rica en ecosistemas.

Citó algunos ejemplos de esos cambios, de las nuevas tendencias que se


están dando en Europa y Estados Unidos, y que pueden replicarse en
América Latina.

Mencionó el caso de Wal-mart, un gigante que tiene una economía del


tamaño de Centroamérica. En el pasado, esta cadena tenía una
reputación muy mala, pues ofrecía productos costosos con impactos
negativos sociales y ambientales. Sin embargo, cambió su política al
respecto, y la iniciativa se tradujo en metas o indicadores positivos: para
finales de 2015 Wal-mart no comprará carne vinculada a la
deforestación del Amazonas. Y de Argentina sólo comprará 80% de la
carne que esté certificada. “Es un cambio bastante significativo para
todos los proveedores de carne de Wal-mart”.

En la misma línea, Jaime Cárdenas, representante de CAF - Banco de


Desarrollo de América Latina, habló de las oportunidades y las
tendencias del mercado mundial a favor del desarrollo de iniciativas de
comercio basadas en el uso sostenible de la diversidad biológica,
conocido también como Biocomercio. Productos cosméticos, de uso
personal, alimentos y bebidas naturales, entre otros, y sectores como el
ecoturismo muestran un incremento en su demanda a nivel global. “Lo
que antes era una moda, ahora es una tendencia económica”.

Cárdenas divulgó un estudio sobre la biodiversidad y el patrimonio por


descubrir de los países andinos, que también resalta las oportunidades
que existen en América Latina en materia de inversión medioambiental,
dinamización de las economías locales e integración de los países en
este sector. Insistió en la importancia de crear redes e instó a los
periodistas a compartir este conocimiento para que llegue al público.
Vivir la aventura de la ciencia

“Flotar en gravedad cero dentro de un avión de entrenamiento para


astronautas. Descubrir nuevas formas de vida en un sumergible a 3,000
pies bajo la superficie del Atlántico. Pisar el gélido Polo Sur Geográfico.
Seguir los pasos de un cazador de fósiles en busca de las primeras
criaturas que habitaron la Tierra. Ver al mayor telescopio del mundo
abrir por primera vez sus párpados al universo. Observar células de
corazón en un tubo de ensayo unirse y comenzar a latir
espontáneamente. Tocar la piel aterciopelada en la garganta de una
ballena jorobada. Estos son algunos de los momentos fascinantes que he
vivido desde el día en que se me ocurrió dedicarme a anotar, describir y
explicar el impacto que la ciencia, la tecnología y el estudio del medio
ambiente tienen sobre cada una de nuestras vidas y las de nuestros
compañeros de planeta”.

Es sin duda, una invitación a continuar en “la aventura de la ciencia”


que, como Posada-Swafford describe, se vive todos los días en pequeñas
y grandes dosis: en laboratorios, sumergibles, naves espaciales, buques
oceanográficos, institutos, universidades y estaciones de investigaciones
en este planeta…y más allá. Todas ellas estarán inmortalizadas en las
distintas manifestaciones del periodismo, esas que penetran en la
mirada del público.

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