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Siguiendo estas las teorías y la evidencia que los fósiles proporcionan es que se
ha podido saber cómo es que han surgido y evolucionado algunas especies
naturales como los reptiles, para este tipo de estudio se realizan esquemas
generales de relaciones filogenéticas de las especies que muestran sus
antepasados y sus relaciones con las demás especies. En el caso de los reptiles
se clasifican como tetrápodos, dentro de esta clasificación hay dos grupos los
anfibios y los amniontos Los amniotos comprenden reptiles (incluyendo las aves),
mamíferos, y todos los descendientes de su ancestro común más reciente
Origen y evolución de los reptiles
Esta características de huevo amniótico protegido por una cascara les dio la
oportunidad de no tener que reproducirse en un ambiente acuoso y permitieron
una vida completamente terrestre, el huevo provee su propio charco (“Asimilación
del medio”).
El huevo amnioto es
semipermeable y permite la
ovoposición fuera del agua.
Existe desarrollo directo sin etapa
larval libre. Las extremidades se
desarrollan mucho más temprano
en amniotos que en anfibios
Los amniotos se dividen en son todos los más cercanos a los mamíferos que a los
reptiles (Synapsida) y todos los amniotos más cercanos a los reptiles que a los
mamíferos (Sauropsida: incluye aves).
Está claro que los reptiles dieron origen a los mamíferos, nuestra propia clase de
vertebrados así como también a las aves actuales. Para muchos evolucionistas, la
complejidad del huevo amniótico sugiere que la transición entre anfibios y reptiles
no tuvo lugar más que una vez, y que por tanto el grado evolutivo de los reptiles es
monofiletico. Desafortunadamente dado que es muy poco frecuente que los
huevos se fosilicen, se desconoce el punto en el que tuvo lugar la transición, pese
a que parece claro que debe estar presidida por los siguientes acontecimientos:
Dado que el huevo amniótico con cascara sólo puede ser fecundado antes de la
puesta, la línea evolutiva que dio lugar a los reptiles debía haber presentado, en
algún momento, comportamiento de fecundación interna.
El hábito de poner huevos en la tierra también debía estar desarrollado con
anterioridad, dado que el embrión protegido por los reptiles depende del
intercambio gaseoso y sumergido en el agua no habría sido capaz de obtener
oxigeno suficiente.
Si el embrión amniótico debía nacer en la tierra, probablemente la fase de larva
acuática con branquias había desparecido.
Un tamaño pequeño permitiría una buena tasa de intercambio gaseoso antes
que evolucionaran las membranas
amnióticas
La clase Reptilia incluye a todos los descendientes del ancestro común más
reciente de los reptiles vivientes. Comprende tres grupos vivientes claramente
distinguibles: Testudines (tortugas), Lepidosauria (lagartos y serpientes) y
Archosauria (crocodylia mas aves).
Para clasificar las nuevas líneas de reptiles amniotas surgidas, los científicos han
realizado una clasificación basada en un carácter, que si bien puede resultar tanto
peregrino a los no familiarizados con la taxonomía, marca unas claras diferencias
entre los principales grupos y permite su representación en los llamados aboles
filogenéticos y cladogramas; este carácter para la clasificación de los amniotas es
el número de ventanas o aberturas en la región temporal del cráneo. Hay tres tipos
de cráneos en función de ventanas.
Existe otro grupo, el euriápsido, que se caracteriza por tener una abertura igual
que el sinápsido, pero en este caso se encuentra en posición más dorsal y deriva
de la diapsida por la pérdida de la abertura inferior, se encuentra en ictiosaurios y
plesiosaurios. En función de estas características el árbol evolutivo de los reptiles
se puede representar de la siguiente forma:
Todas las formas reptiliana, tanto las extintas como las vivientes, se pueden
agrupar en dos tipos iniciales, los reptiles mamiferoides, sináptidos que se dieron
lugar a los mamíferos, y los reptiles propiamente dichos, los saurópodos. Estos
últimos, atendiendo al número de aberturas craneanas, se dividen en anápsidos
(grupo en el que no entraremos y que tan sólo comprende a las tortugas) y los
diápodos, grupo en el que se encuentran los dinosaurios. Este esquema de tres
tipos de cráneo es básico y en numerosos grupos de diápsidos existen formas
derivadas en las que se ha perdido la abertura inferior debido a la desaparición de
su arco inferior, como ocurre con los lepidosaurios más evolucionados.
Los dinosaurios
El final del Triásico está marcado por una extinción que acabo con la mayoría de
los tecodontos, al igual que la del Pérmico había acabado con la mayoría de los
Terápsidos. A esta extinción sólo sobrevivieron unos Crurotarsianos, los
Sphenosuchidae, que originaron los cocodrilos actuales, los pterosaurios y los
dinosaurios. De esta forma, durante el Jurásico y el Cretácico fueron los animales
que dominaron el mundo, aunque ya entre sus patas corrían los pequeños
mamíferos de entonces, que relegados a segundo plano, a finales del Cretácico
comenzarían su explosión evolutiva con la desaparición de los dinosaurios.
Conclusión