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Para trabajar este abordaje y posterior diferenciación tomaremos el criterio de Heinrick von
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Wright , quien asegura, como aclaración preliminar y fundamental, que la dicotomía explicación-
comprensión no es producto del siglo XX, ni mucho menos. En cuanto a la explicación, y para acercarnos
con simplicidad a la idea, debemos saber que ella está implicada toda vez que efectuemos una pregunta
acerca de las causas de algún fenómeno. En otras palabras, se está buscando una respuesta, bajo la
forma de responder por el por qué de algo (de hecho, la palabra provienen del latín explicatio/explicare
‘desarrollar’, ‘desplegar’ (y en sentido figurado: aclaración). Para exponerlo cita a Hempel2 lo que la
investigación científica, y en especial la explicación teórica persigue (…) objetivo de penetración en los
fenómenos que se alcanza mediante una unificación sistemática (…) como manifestaciones de
estructuras y procesos subyacentes comunes que se ajustan a principios básicos específicos contrastables
(1983: 125). Esto puede graficarse con las dos tradiciones que ha seguido la explicación a lo largo de la
historia: la una aristotélica –teleológica, finalista-, y la otra galileana –causal, mecanicista-; pero ambas
involucrando la referencia, implícita o explícita, a leyes científicas3.
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Wrigth, Georg Heinrik von (1979): Explicación y Comprensión, Madrid: Editorial Alianza. La elección de esta obra
no implica nuestra adhesión a ninguna de sus supuestas implicancias con respecto a sus filiaciones teóricas
(concretamente, referimos a la influencia wittgensteniana como su desarrollo presente allí -y posterior- en clave
hermenéutica analítica anglo-norteamericana). Simplemente, aquí apelamos a él como obra procedente a la
consigna evitando cualquier consecuencia que exceda a ésta como a nuestra escasa posibilidad de fundamentar
una postura epistemológica sólida y consistente (como efectivamente lo es la de este autor, y tantos otros).
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Hempel, C.G. (1966): Filosofía de la Ciencia Natural, Madrid: Alianza Editorial, 1983 en Wrigth, Georg Heinrik von:
Explicación y Comprensión, Madrid: Editorial Alianza ([1971] 1979).
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Tal vez, antes de seguir, creemos procedente comentar que el autor acaba por sostener que la cuestión entre
‘explicar’ y ‘comprender’ no es tan diferente en el lenguaje natural, por ello la real diferencia de procedimientos
estriba en el sesgo psicológico de la misma actividad de comprender, en su intencionalidad individual. De este
modo se posiciona por lo que llama explicación cuasi-causal de la acción, y la explicación cuasi-causal de lo natural.
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Las condiciones antecedentes (C1, C2,… Cn) junto a las leyes generales (L1, L2,… Ln) constituyen el explanans, y la
derivación lógica de éste –el fenómeno explicado- será el explanandum.
especificadas5. Es por esto que la pregunta ‘¿por qué sucede ese fenómeno?’ se transforma en ‘¿de
acuerdo con cuáles condiciones iniciales y qué leyes generales se produce el fenómeno?. En otros
términos, podríamos concebir la situación como el requisito de condiciones antecedentes a las que se
sumará una legalidad fuerte que conecte aquéllas con el fenómeno que se desea explicar6. La tesis de
Hempel formulada para los principios explicativos de la física, es también aplicable, según su precursor,
P
a las ciencias sociales7. Señala que la clave está en diferenciar una ley general (un condicional universal
a
capaz deg ser confirmado/desechado por evidencia empírica), de una ley o hipótesis universal, en donde,
dado uneevento C -en un espacio y tiempo determinado-, otro evento E ocurrirá, en un espacio y tiempo
relacionado específicamente con el espacio/tiempo del primero8. Hempel considera que la explicación
puede ser| replicada en la historia, ya que su razón de ser reside en mostrar que un evento no sucedió
"por casualidad", sino que era esperable acorde ciertas condiciones antecedentes o concomitantes (por
ejemplo:2 'los agricultores migraron a California "porque" las continuas sequías y tormentas de arena
habían hecho su existencia precaria y pensaron que en California encontrarían mejores condiciones de
vida. claro que esto descansa en una hipótesis universales del tipo de 'las poblaciones tienden a migrar
siguiendo mejores condiciones de vida'.
Sin ahondar más –por cuestiones de espacio- en las disquisiciones hempelianas acerca de los
tipos de explicaciones, prosigamos con la transición hacia la comprensión. En este tránsito es donde
creemos que mejor podemos introducir una aclaración importantísima, dado que fácil se puede caer en
un comentario dicotómico al abordarla concomitantemente con la explicación. Suponer que las ciencias
duras y naturales explican mientras las sociales comprenden, es un craso error: no haremos afirmaciones
acerca de las primeras, pero sí queremos dejar especialmente destacado que las ciencias sociales
(nomológicas) tienen, de suyo, interés por encontrar regularidades empíricas como a la formulación
de conceptualizaciones y regularidades que permitan explicar.
Max Weber afirmaba acerca de la sociología, como la ciencia que busca comprender,
interpretando, la acción social, y de esa manera explicarla (en sus desarrollos y efectos). Tanto
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comprender como explicar son fenómenos que pertenecen a la ciencia social (aún cuando
ello no signifique echar mano de cada una a nuestro antojo, claro).
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Por supuesto que, además de explicar la regularidad, esta forma de razonamiento científico también indica una
predicción para acontecimientos futuros.
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O bien, un condicional categórico en que para todo x, si x es a, entonces x es b.
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Cfr. Carl Hempel: The Function of General Laws in History, ensayo originalmente publicado en 1942.
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Las denominaciones C y E representan los términos ‘causa’ y ‘efecto’, respectivamente.
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Habermas diferencia en la idea de explicación/comprensión de Weber, las ideas de procedimientos, fines y
presupuestos, aclarando que la relación se transformaría para cada caso: la comprensibilidad óptima de un
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La cuestión es más compleja, y lo que ello tiene de incierto, lo compensa con el desafío que
resulta para aquellos que quieren entender lo que los hombres hacen juntos o separados (caso en el que
también se encuentran ‘en sociedad’): por eso, es neceario destacar que el meollo de la cuestión reside
en que laP labor generalizadora de la ciencia social no se reduce solamente a la explicación (es decir, a
la meraa formulación de leyes), sino a la construcción de conceptos que son también generales y
g buscando acrecentar la univocidad de la interpretación de sentido. En este sentido, si
abstractos,
estamoseobservando una conducta social (una acción, un proceder de una persona o grupo), podríamos
interpretar los motivos que llevaron a ese actor a dirigirse en tal o cual dirección. Esos motivos son,
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concretamente, el sentido subjetivo del agente, y explicar una acción por medio de motivos nos aleja
de la explicación por causas que vimos más arriba: interpretar comprendiendo el sentido es, además de
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una de las mayores particularidades a la ciencia social, la posibilidad de acceder -a través de un
desarrollo externo, que será su conexión- al motivo con sentido. Aclarada esta cuestión, centrémonos
en la idea de comprensión (Verstehen) propiamente dicha:
comportamiento social en condiciones dadas no constituye por sí sola una prueba de la hipótesis de que en efecto
se da tal o cual nexo causal. La hipótesis ha de poder acreditarse también con independencia de la plausibilidad de
la interpretación que, en términos de ‘comprensión’, hayamos hecho de la motivación subyacente. La relación
lógica entre explicación y comprensión puede reducirse, por tanto, a la relación general entre proyección de una
hipótesis y comprobación empírica. Por vía de comprensión interpolamos en un comportamiento observable un fin
racionalmente perseguido, considerándolo un motivo suficiente. Pero sólo cuando la hipótesis que así obtenemos
acerca de un comportamiento regular en circunstancias dadas queda comprobada empíricamente, conduce la
comprensión de la motivación a la explicación de una acción social (en La Lógica de las Ciencias Sociales, 1988).
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