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Strawson 1

Resumen “Libertad y Resentimiento”, Strawson.

Capítulo I: Libertad y Resentimiento.

Filosofía

Deterministas No Deterministas. No saben. Escépticos

La relación resp.
moral y
Pesimistas Optimistas
determinación es
confusa.

No se pierde la razón
No existe la resp.
de ser responsables Determinismo Resp. Moral también
moral, ni las Determinismo falso.
moralmente por el verdadero. es falsa.
obligatoriedad.
determinismo.

Strawson se sitúa dentro de los que no saben.

Primero, intenta dilucidar si pesimistas y optimistas pueden “reconciliarse”.

Para esto, supone la posición del optimista de la siguiente forma:

No apuntan a que
el determinismo
Que los hechos, tal sea falso
Optimistas cual como se
presentan: Apuntan a que el
determinismo es
correcto.

1
Omití algunas explicaciones que da Strawson sobre la reformulación de preguntas para llegar a nuevas
preguntas y así adecuarlas a sus ejemplos y explicaciones, de manera que en algunas partes puede
observarse un “salto radical”
al” de una idea a otra.
Cualquier comentario, sugerencia y/o corrección, favor mandarlo a mi e-mail: filisto@gmail.com.
filisto@gmail.com
Atte. Sebastián Contreras.
Pero podría darse que el optimista tenga una visión “errada” de los hechos o de las bases que
presentan para la problemática del determinismo.

El pesimista podría, al revés del optimista, intentar abarcar todo lo que el optimista pasó por alto,
basarse en algún punto vital y aceptar el determinismo o simplemente rechazarlo.

Tanto para optimistas como para pesimistas es necesario que existan ciertos factores para que se
pueda hablar de determinismo, a saber:

 Castigo.
 Condena.
 Aprobación Moral.

Pero que se requiere de libertad para que sean efectivos, excepto en ciertos casos, donde el sujeto
no tiene o no está en la posición de elegir adecuadamente2. De esta forma, no podría recaer sobre
él una condena o una aprobación moral.

También hay otros casos en los que se mitiga la reprobación, tales como ignorancia de algún factor
o un mero error.

En este sentido aceptan los pesimistas el concepto de “libertad” y, por ende, que pueda
relacionarse el determinismo con ésta.

Aún así, el concepto de identificación libre de la voluntad es la que contradice, según el pesimista,
el concepto de determinismo.3

El optimista opone a esto los argumentos positivos de lo anteriormente dicho, a saber, que se
tiene control efectivo y se conocen efectivamente los actos y consecuencias a realizar.4

De esta forma, se requiere de un nuevo concepto de libertad, el cual plantearía que el


determinismo es falso (en su relación con la responsabilidad Moral).

Aún así, Strawson plantea que existe una tesis que logre hacer renunciar al pesimista a su
negación y al optimista a ampliar su criterio.

Para explicar esto, primero analiza un terreno “neutro” tanto para el pesimista como para el
optimista, donde, según plantea, se podrá dilucidar mejor el asunto; este terreno son las actitudes
y reacciones de las personas implicadas en transacciones recíprocas; de las actitudes y reacciones
de las partes ofendidas y de sus beneficiarios; del amor, del perdón, del resentimiento y los
sentimientos heridos5.

2
Sujetos coaccionados, problemas innatos, problemas sicológicos, etc.
3
P. 40.
4
Para ver más detalladamente la explicación que, en definitiva, es lo mismo dicho anteriormente, pero
dicho de forma positiva, ver la página 41.
5
P. 41.
De esta forma, intenta establecer la relación que hacemos las personas entre nuestras reacciones
y sentimientoss y las actitudes e intenciones, es decir, cómo nos afectan o cómo consideramos los
actos de los demás.

Así, podemos distinguir entre actos que me causan gratitud y otros que causan resentimiento.
Esto es la relación pura entre un acto, y su respectiva intención, y la manifestación de una actitud
respecto de ese acto.

A esto, se suma el perdón. Pedir perdón es aceptar que la acción realizada pudo producir
eventualmente un resentimiento, pero que esa no era la intención, sino por el contrario, que se
repudia el resentimiento. Perdonar, es aceptar el repudio al resentimiento y rechazar la idea del
mismo sobre ese individuo.

Además, se debe considerar el grado de cercanía de la persona involucrada, es decir, la valoración


que tenemos de cada persona.

Ahora bien, se debe observar que estas actitudes reactivas están sujetas a variaciones y, a su vez,
hay que ver qué significaría no sufrirlas.

Para explicar esto, Strawson se basa en ejemplos y hace ciertas distinciones.

En un caso donde se va a recibir irremediablemente un reproche, podemos distinguir las


siguientes acciones.

No hubo otra
opción.

Se ignoraba el
daño causado.
Pueden ser
aceptadas o no.
No da cabida a una
actitud reactiva de
reproche.

Eximen de Son relativas al


responsabilidad caso y las
Moral. circunstancias.

Sujeto
coaccionado o
fuera de sí.
Sicológicamente
Siempre
anormal.
Sujeto incapaz.

Inmaduro.
En cuanto al sujeto incapaz,
az, podemos decir que se está catalogando al sujeto como un objeto, ya
no pasa a ser visto como una persona normal, sino como un objeto,, como alguien a quien se debe
evitar. Este “sujeto-objeto”
objeto” no es capaz de recibir acciones reactivas, ya sean reproches como
consideraciones de gratitud. No se considera a este sujeto como una persona que pueda
eventualmente participar de alguna relación humana.

Así, se puede establecer que hay actitudes participativas6 y actitudes objetivas (sujeto-objeto,
(sujeto no
posee responsabilidad,
abilidad, ni puede participar de una relación humana completamente).
completamente)

Es curioso notar que Strawson plantea que se puede responder a las interrogantes básicas del
determinismo en relación a la responsabilidad moral, sin siquiera saber qué es el determinismo
determinismo.

La única forma de considerar al determinismo que elimine el repudio de una situación, es que
transforme a todos los sujetos en objetos, es decir, que pasen a ser actores objetivos, ya no
actores reactivos, ya no humanos.

Esto, para Strawson, vendría siendo


siendo algo claramente “inhumano”, en todo el rigor de esta palabra;
vendría siendo renegar contra nuestra propiedad básica de humanos y pasar a ser meros objetos.

Podemos intentar comprender a un sujetosujeto-objeto,


objeto, es decir, podemos, por ejemplo, intentar
establecer un patrón de conducta o intentar observar cómo se comporta un sujeto sujeto-objeto (tal
como un demente, o una persona con problemas mentales.), para así tratarlo como “persona”
“persona”,
pero esto ocurría sólo en el caso de que tuviéramos una intención de hacer,
hace a este casi objeto,
partícipe de cierto acto por conveniencia. De todas formas, el agente sigue estando incapacitado
para recibir una valoración moral.

Podemos distinguir además 3 formas de decir que el sujeto está “determinado”:

Todo comportamiento
Determinismo
se encuentra
verdadero.
determinado

No sería inconsistente
con los hechos como
los apreciamos.
Posibilidades en
Determinismo podría
relación a "sujeto
ser verdadero
determinado"
Todo comportamiento
sería determinado por
lo anterior.

Aceptamos primero
Objetivación de un que el sujeto se halla
sujeto anormal determinado por ser
anormal.

6
Sujeto reacciona frente a una mala o buena voluntad o indiferencia de los demás
demás.
La respuesta de Strawson se divide en 2 partes:

1. No se puede aceptar o creer que uno adopta hacia otros una actitud de objetividad
simplemente por la teoría del determinismo.7
2. Si es que tomamos esa actitud, no se refiere a que haya sido por “una visión determinista
para un caso concreto”, sino porque simplemente cambiamos nuestra actitud de relación
interpersonal ordinaria8.

Nota.9

Cabe destacar otra categoría de las actitudes reactivas, actitudes reactivas a las cualidades de las
voluntades de los demás. De esta forma, el que “tiene resentimiento”, vendría a decirse “está
indignado”, es decir, que toma una actitud moralmente desaprobadora. Este carácter impersonal
de la actitud es lo que le otorga la cualificación de “moral”.10

Se debe nombrar para completar el cuadro el tercer y último aspecto: el sentimiento de obligación
o la vinculación que se hace un sujeto a sí mismo11.

Estos 3 tipos de actitud se relacionan entre sí humanamente. Y deben estar relacionadas para
lograr un “equilibro moral”12.

Tienen que haber ciertos “requerimientos” para que estas actitudes no se inhiban o anulen, de
forma que se inhiba la reprobación, pero no así la valoración del agente, de quién hace o en quién
recae la acción respectivamente. Y es precisamente que se catalogue al agente como persona,
como humano y ser moralmente capaz.

Cuando se observa al agente como incapaz de recibir responsabilidad moral, ya no se estaría


inhibiendo su responsabilidad por una excusa o de la misma forma que el caso anterior, sino que
elimina completamente el hecho de la relación interpersonal, elimina la demanda y la reacción, se

7
Es decir, que uno toma esta actitud por una razón distinta, no simplemente porque “fuimos determinados
a ser así”, o porque simplemente teníamos que actuar de esa forma.
8
En este sentido, si es que llegamos a tomar una actitud de objetividad frente a otros, no significa
necesariamente que haya sido por determinismo, sino porque nosotros mismos, por nuestros mismos
deseos o razones de diversa índole, quisimos cambiar nuestra actitud, es decir, fue un acto libre y
consciente.
9
Strawson comienza a plantear que la pregunta del determinismo está mal formulada, llegando a ciertas
conclusiones. Por una cuestión netamente de síntesis, voy a omitir estas reformulaciones y análisis
lingüísticos para centrarme en las conclusiones. Ver p. 52.
10
Strawson llama a estas actitudes “vicarios de las actitudes análogas reactivas personales”, ya que plantea
que esta vez no se requiere de que la actitud sea valorada por el mismo sujeto, es decir, que yo mismo
establezca una reacción por una acción o por la falta de ésta (una indiferencia), sino que ahora la actitud es
impersonal, en tanto que veo a la otra persona de una forma así y no soy yo el que establece la actitud. Las
actitudes reactivas requerían de una buena o mala voluntad del resto hacia mí. Los vicarios reflejan esta
expectativa, pero de forma generalizada. La persona expresa su buena o mala voluntad hacia todos, no hacia
un individuo en particular.
11
Como sentir vergüenza, sentirse obligado, sentir remordimiento, etc.
12
No caer en un solipsismo moral, o “egocentrismo”, ni en otros vicios morales.
observa al agente como un objeto, ya no como una persona; se observa en un sentido general, es
decir, para todos va a ser así y no solamente en un caso particular, como sería con un agente
“personal”. A su vez, tampoco se le puede aplicar una actitud moral o general a este agente
incapaz, ya no es un agente moralmente responsable. Se le exime de la “comunidad moral”.

También se pueden suspender las actitudes personales reactivas, pero sólo cuando haya otros
compromisos personales previos. No es el caso común.

Volviendo al tema principal, para Strawson la suspensión total de las actitudes reactivas no estaría
necesariamente ligada al concepto teórico de determinismo y tampoco anularía las vicarias.

Llegar a pensar que es racional que todas las actitudes reactivas se suspendan por el
determinismo, es creer y afirmar que se podría ir contra la naturaleza humana. Por ello, es
completamente imposible.

Otro contraargumento al determinismo, vendría siendo la acepción de “determinado” en el


sentido de la crianza de un niño por sus padres. Éste es en potencia un ser responsable moral, mas
por el momento es ajeno a esta calificación. Sería irrisorio pensar que la crianza que le otorgan los
padres es “determinar” al niño para su futuro, es decir, cuando éste sea un ser responsable
moralmente.13

Strawson vuelve a replantear el problema de optimistas y pesimistas y su primera disputa sobre la


relación de determinismo y responsabilidad moral.

El problema está en que el optimista intenta universalizar la actitud objetiva al hablar de


determinismo; cosa que al pesimista le parece chocante, pues sería distinto a la naturaleza
humana.

La suspensión de una actitud, ya sea por un principio de buena voluntad, o el hecho de la


inhibición de uno de los tres aspectos de la actitud, no significa que se vea al agente como ajeno a
la comunidad moral, sino que se le siga considerando dentro de ésta, mas se le atenúe su carga o
responsabilidad moral; como sujeto que a pesar de las demandas que se le hacían, ha llevado a
cabo la acción (ofensa). Así, producir un daño al ofensor, que es parte de la sanción, va ligado
completamente a la distinción de las actitudes. Además, el ofensor desarrolla unas actitudes de
autorreacción, es decir, que al recibir una sanción o un acto, no genera una reacción contraria, un
resentimiento, sino que lo acepta; tiene la disposición a aceptar la sanción o castigo como algo
“justo”.

Tenemos una creencia en la utilidad social del castigo o de la sanción, por ello no los consideramos
como algo ilógico o innecesario.

13
Más ejemplos y analogías con el psicoanálisis, pp. 60-61.
Un pesimista diría que al hablar sólo de utilidad social estaríamos dejando de lado un elemento
vital. Como elemento vital se entiende a todos los sentimientos y actitudes que nos conforman
como humanos y no como objetos.

Tanto pesimistas como optimistas cometen el mismo error: intentar superintelectualizar los
hechos; por ello, los confunden. Lo que no logran aceptar, es el hecho de que toda la red general
de actitudes, que se conectan y modifican entre ellas, es sólo para conformar un marco de
actitudes que conforman a la misma sociedad humana, que se nos da con ella.

Se debe tener una visión crítica en el ámbito histórico y antropológico en relación a las actitudes
humanas y sus aspectos morales, pues va a depender de estos dos ámbitos necesariamente cómo
se relacionen y cuándo se pueda hablar de una responsabilidad moral. No se debe caer en pensar
en meros localismos, ni tampoco en dejar de valorarlos, sino considerar que las actitudes y las
reacciones siempre van a ser vinculantes, de una u otra forma, con el ámbito moral, pero siempre
o casi siempre va a ser de distintas formas, según sea el sujeto, la cultura y la misma historia.

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