Un programa de prevención eficaz, debe basarse en una evaluación
objetiva, que se eficaces.
La Fundación W. T. Grant, las competencias clave que deben cubrir estos
programas se asemejan bastante a los elementos de la inteligencia emocional (apéndice D). Entre estas habilidades emocionales se incluyen
• Conciencia de uno mismo;
• Identificar, expresar y controlar los sentimientos; • Controlar los impulsos y posponer la gratificación, y • Manejar las sensaciones de tensión y de ansiedad.
Una aptitud clave para dominar los impulsos es conocer la diferencia entre los sentimientos y las acciones y en aprender a adoptar mejores decisiones emocionales.
Muchas de estas habilidades son marcadamente interpersonales:
• la capacidad de interpretar adecuadamente los signos emocionales y
sociales, • la de escuchar, • de resistirse a las influencias negativas, de asumir la perspectiva de los demás y • de comprender la conducta que resulte más apropiada a una determinada situación.
Se trata de una vacuna universal para afrontar todo tipo de problemas
Las causas subyacentes a estos problemas son muy complejas y se hallan
entrelazadas con factores como la dotación biológica, la dinámica familiar, la política social y la subcultura urbana.
No existe un único tipo de intervención capaz resolver todos estos
problemas. Pero, en la medida en que las deficiencias emocionales constituyen un riesgo añadido para los niños debemos prestar una especial atención al desarrollo emocional, sin excluir otro tipo de acciones. ¿En qué consiste, pues, la educación emocional?