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Antología

muy esencial
Víctor Coral Cordero

www. ohcultos.com
ediciones digitales
Víctor Coral Cordero

Antología
muy esencial
Antología muy esencial
© Victor Coral

© www.ohcultos.com
ediciones digitales
Revista de Arte y cultura
Colección Poesía Escrita
Primera edición, 2011

Editor: Alex Alejandro Vargas


Diseño: Claudio Salazar
http://justindelba.wordpress.com/2010/02/09/pajar
os-en-la-noche/

Esta obra está bajo una licencia


Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5
Creative Commons.
i. De Luz de Limbo (2001)

Miles Davis

Un pájaro nocturno alarga su sombra sobre los tejados,


la luna madura tal vez en la penumbra y cierta
pulsión en los barrios negros y en la tierra.
tus solos, voluptuosos y oscuros como hembras
cogidas por un celo antiguo y salvaje,
no cesan de adentrarse en mi cuerpo:
un fluido lento y cadencioso operando la carne,
llevándola hacia una curva de luz o algo así.

Ahora puedo verte en una foto.

El metal brilla y brilla como un latigazo


y es enorme frente a ti que te doblas hacia atrás
buscando el absoluto a costa de tu cuerpo.
El sudor baña tu rostro negrísimo y yo
recuerdo unos versos que dicen:

Tú música es una herida profusa


que mana oscura sangre…

Mira,
No sé quién soy para decirte que has muerto,
que no es esta una edad para tu canto;
pero acepta este poema como yo acepto tu muerte;
este exceso de los ojos y del corazón.

Victor Coral - 5
Puerto Azul

Ahora que tu rostro es


como esta mancha de vino que absorbe
la arena yo quiero cerrar los ojos los labios
y sentir el susurro del mar acariciando mi cuerpo
mientras tu recuerdo se pierde con el viento
en el laberinto puro de estas playas.

Victor Coral - 6
Otro poema de amor y van seis
Nobody, not even the rain,
Has such small hands
e.e. cummings

La belleza detenida en tus cabellos


Turba la verdad de mis sentidos

Abre mundos idos o perfectos


músicas sabias afiladas
un claro en el pensar
en el sentir aún de tu mano

–tan pero tan real –

tocando este cuerpo perdido


volado de imágenes reales

No sé bien si voy al sosiego


No sé bien si este diáfano
Miserable estado será eterno

Pero observo tus ojos de cielo


de celo

y soy cien mil colgando


de cada uno de tus cabellos
y estoy ciego y resbalo liso
liso hasta el vacío

donde me espera blanca tu mano.

Victor Coral - 7
i. De Parabellum (2008)

setiembre, silencio de las seis

Como rascar la tierra negra en la noche


y descubrir una efigie plateada, con un ojo
parpadeante brillando en argénteo baño lunar
y quedar suspendido en sueño gomoso y fértil,
esperando el desplome de las casas vacías,
la fiel decadencia de palacios blancos y azules,
el girar voluptuoso del humo cuando llueve
y mis palabras vagan cual sombras separadas,
vuelos oscuros y raquíticos hacia un cielo abandonado

Victor Coral - 8
guerra interna

Y la tierra reposó de guerra


para que podamos escuchar el silbo de los vientos
sobre lo estéril, sentir la sorda influencia de la luna
acariciar con dedos de plata las aguas
semimuertas,
madre que acaricia a su hija peorherida
en la soledad de un camino esquilmado...
Volutas de humo negro, fierros esperpénticos,
ayes sin esperanza ni vida. A lo lejos,
nubes brunas acurrucadas con susto sobre el
horizonte;
para qué esta cruel tregua:
los vivos tienen el fragor en sus mentes,
el pavor en sus sobresaltados corazones;
los muertos, la plegaria en sus ojos desmesurados,
el error computado de toda nuestra vanidad.

Victor Coral - 9
5

En silente juego la vida nos lleva a lo oscuro.


Gemir en soledad de playas purpúreas, de mares
violentos como estirpes numerosas sublevadas
al yugo insalvable de la irrisión.

¿Cuánto habrá en las sombras huidizas


de las seis, cuando los ficus suenan azules
al viento y la tierra oscurece con el cielo?

Oh casas vacías a la hora del crepúsculo,


Bosques hundidos en el recuerdo gomoso y oscuro
De los muertos, a dónde me llevan con mano fría,
Con pasos hundidos llenos de odio y falsedad

Victor Coral - 10
Céline declina

Crujir de maderas y gordas chispas;


el alma de la gente crepita entre llamas;
el pavor local, el enemigo airado;
sí, todo lo vi como bello desde una cumbre:
“Ah la belleza de los pueblos
devastados por el fuego” –dije.
O algo parecido.

Hoy regreso malherido:


la guerra del alma, la iniquidad
me hicieron pedazos

Victor Coral - 11
Uchuraccay, un sobreviviente

Desde el fondo del valle de la matanza,


una vez idos los turbios invasores,
mi padre recuerda en voz alta: “Hace
muy poco aquí florecían la retama
y la rosa; la cantuta y el amaranto
se peleaban nuestras miradas.
Hace apenas un año en este valle
abrevaban los gamos en el puquio
y los halcones buscaban huevos tiernos
entre los pinos y robles del bosquecillo.”

Pero a mí me parece todo eso locura.


Nunca existió tal valle de la vida.
Esto es polvo muerto y desolación;
chirriar de vientos moribundos, heder
de carnes despavoridas. Misterio:

lo oscuro nos marca más fuerte que la vida

Victor Coral - 13
Pequeño y necio homenaje a Hegel

En mí y para mí yo vengo
cuando lo real se muestra irreal
-una vez más-
y mis ojos se caen al fondo
de ellos mismos
nace la conciencia de sí
toda loca
débil como el hombre
al momento de re
velar su amor.

¡Vivan las antinomias del corazón!


¡La paralógica sea primaria y pura!
¡Apuestos los opuestos, por lo menos!

En mí y para mí yo me voy,
pues esto parece un trozo de Hegel
-mal traducido además-
y no tengo otra cosa
para el Espíritu que habla, para
el que pertenece a la horda de los fuertes
y pensando se pasa la vida,
lejos del deseo y de la muerte

Victor Coral - 12
iii. De Poseía (2005-2010)

&

una carta, no importa si apócrifa. en ella se expresa una


queja: la pluma que, con dificultad y tropiezo,
males¬cribe los versos, roma el flujo de la idea, la
sobresee, la enturbia. la caligrafía (y la poesía misma)
se fragiliza con este accionar frustrante, solo queda la
revuelta con¬tra la rebeldía de los signos que no
quieren plasmarse.

y, sin embargo, aún eso oferta o genera: se impone una


fría determinación en el acto: la página se llena con una
mancha empecinada, oscura (pero lo oscuro anuncia la
luz), el poema se ha convertido en el horror de una
mácula turgente: el rostro del poeta obstinado en dejar
un rastro legible cuando ya dejó su única verdad allí;
pero no se detiene: busca un sentido en la turgencia y
desvanece esa verdad, fugaz, como todas.

Victor Coral - 14
&

la escritura se adelgaza; agua que se diluye entre las


piedras, pero vuelve a aparecer atrapada en el verde,
un verde que ya no vemos, una savia insabia donde
viajan constelaciones de imágenes a una mar que no
es ya el morir, sino la disolución.
el verbo no soporta tantas palabras.

escribir no presenta, no representa, ni se presenta; es


el presente en flujo continuo hacia una gracia nadal (el
mejor de los casos) o un girar en torno a la piedra de la
cordura (¿de la razón fascista?) donde nada se
estremece y lo contado, y mostrado, se olvida de sí y
de todos.

perdido el antiguo miedo, ida la coloratura temblante


del yo, cómo arrojar una pregunta desde un centro
adelgazado como la yema de una cebolleta poco a poco
desgajada de sus sentidos. y sin embargo hay un
preguntar…

Victor Coral - 15
&

Absalom, Absalom! El fantasma meditaba con


sobria docilidad. Su no voz resonaba en la oquedad
nadal de la casa. La casa, abandonada desde
siempre –pero no había memoria, no había
palabra fijadora–, permitía las no voces como la
madre ve alejarse a sus hijos, ya crecidos, del
trizado hogar. ¿Un salón vacío lleno de ecos de
nombres destrozados, una morosa precisión de
entidades desfilando de espaldas (¡sí, Dante!),
desde la anábasis hasta la disolución?

No sublimación, no lírica: los demás, los no demás


emitían ayes, gruñidos, ruidos de casas
empolvadas; pero el fantasma sureño –que
escribió– miraba hacia atrás, terco, y pensaba, en
voz alta de espectro, que el tiempo del honor, la
exclusión, el prejuicio, fue incluso mejor.

Victor Coral - 16
&

Con demasiada frecuencia –en cromática


superficie fugaz– me hacen hablar de la anulación
del lenguaje; saben no saben que vivo en la sacra
palabra sinsentido. Es que no han visto el caballo
pálido casquetear justo detrás del horizonte;
saben no saben de su minucioso (horriblemente
hermoso en su morbidad) plan de resumirlo todo
en un punto rojo gordo negro no existencial…

Preferimos las anécdotas, claro, las lecciones, el


logos spermatikós; no con de pantera piel, con
camaleón de, extendemos –y la vergüenza nos
copa hasta la acidia– un manto (piel para acá, piel
para allá, sentido para acá, sentido para allá) que
oculta la de todos fulgurosa oquedad.

Victor Coral - 17
Víctor Coral (Barranco, Lima, 1968)

Estudió Ciencias Administrativas y Literatura en la Universidad


Nacional Mayor de San Marcos. En 1998 fundó la revista
literaria Ajos & Zafiros. Ha publicado los poemarios Luz de
limbo (2001, 2005), Cielo estrellado (Santo Oficio, 2004),
Parabellum (2008) Y Poseía (2005-2010), y las novelas Rito de
paso (Norma, 2006) y Migraciones (2009). Ha hecho crítica
literaria y periodismo cultural en los diarios La República y El
Comercio. Ha publicado poemas, artículos y ensayos en Letras
Libres, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Hueso
Húmero, Periódico de Poesía (UNAM), Quehacer, Letras S5, La
Siega y otras publicaciones. Representó al Perú en la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara, en el 2005.

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