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Introducción:

Condiciones necesarias para ser un buen director

Las competencias que tiene atribuidas el rol de directo de un centro educativo,


requieren de éste ciertas características tanto personales como profesionales,
que permitan su desempeño en el complejo marco que suponen los centros
educativos (Bris, 1996).

Se han realizado diversos estudios en relación a las cualidades que debe tener
un director para desempeñarse como tal, lo cual incluye el trabajo de expertos
en esta clase de investigaciones, especialistas en análisis de trabajo,
directores, profesores, alumnos y la comunidad (Lemus, 1975). Por lo tanto, en
términos generales, las cualidades profesionales que debe tener cualquier
director son: competencia técnica; habilidad para tratar con las personas;
previsión de las situaciones futuras, sobre todo las problemáticas; respeto por
la opinión ajena,; decisión, inicaitiva, abundante energía, entusiasmo,
originalidad, confianza en sí mismo y sentido del humor (Lemus, 1975).

A su vez, profesionales en el ámbito de la Educación han considerado ciertos


atributos valiosos con los cuales debe contar una persona que se desempeña
como director de un establecimiento:

1. Aptitud intelectual

2. Salud mental y física

3. Buen juicio

4. Inteligencia emocional

5. Personalidad capaz de hacer valer su competencia profesional y lograr


que los maestros acepten y busquen su asistencia y orientación.

6. Una filosofía de la educación bien fundamentada, y habilidad para


traducirla en la práctica.
7. Satisfacción por las actividades de servicio profesional

8. Capacidad para ejercer un liderazgo democrático

9. Aptitud para trabajar con otros de manera individual y en grupos

10.Aptitud para comunicarse eficientemente.

Por lo tanto, una persona que desee llegar a ser un buen director puede
atender a estas cualidades personales que debiese tener todo director de
colegio. A todas estas cualidades de la personalidad, se puede agregar un
elemento fundamental. La personalidad del director debe ser acorde a la
búsqueda constante de un clima positivo en la organización, a nivel de trabajo
y de relaciones personales (Bris, 1996, pág 105).

Responsabilidades del director

Si bien muchos estudios se han realizado en relación a determinar estos


deberes del director, las conclusiones tienen un carácter genérico, pues los
medios son diferentes en cada caso.

Entre las tareas más importantes del director encontramos: 1) Orientación


académica y mejoramiento del currículo; 2) Administración del personal; 3)
trabajo de oficina; 4) control del edificio; 5)relaciones de la escuela con la
comunidad; 6) trabajos de rutina y 7) mejoramiento profesional.

Para Lemus, el quehacer más importante debe estar relacionado con la


orientación académica y el mejoramiento del currículo y debe ser la actividad
central, puesto que alrededor de ella giran las demás responsabilidades.

Liderazgo del director

El director no sólo es la persona principal dentro de la institución educativa,


sino es el líder de una comunidad (Lemus, 1975). Liderar es educar y desde
esta perspectiva educacional, cada educador es un líder (Lepeley, 2003).

El mismo autor afirma que “el liderazgo para la calidad es la ciencia de


conducir una organización de la situación actual a una situación futura
comparativamente mejor, donde las personas son el principal factor de
cambio”.

Según Lynch (2004), liderazgo es un proceso de influencia que un individuo


(líder) ejerce en las personas (seguidores) para alcanzar objetivos en una
situación determinada. El líder, a través de liderazgo, busca intervenir, más
bien modificar preferencias, actitudes, creencias, sentimientos o valores; en
consecuencia, el comportamiento de persona o grupos, en contextos
situacional específicos, en función de conseguir ciertas metas u objetivos
determinados.

Tipos de liderazgo

Patricio Lynch (2004), presenta un liderazgo situacional, donde establece


cuatro estilos de liderazgo:

- Liderazgo directivo o autoritario

- Liderazgo carismático

- Liderazgo político

- Liderazgo participativo

Liderazgo Directivo o autoritario: el comportamiento de este líder es alto en


tareas y bajo como especialista social (relaciones).

La idea del estilo directivo expresa el comportamiento del líder según tres ejes:
normativo, realizador y evaluador. El normativo privilegia el cumplimiento de
normas y el establecimiento de patrones de desempeño o secuencias de
acciones que secuencian y limitan la conducta de los potenciales seguidores.
Para este efecto la comunicación es preferentemente unidireccional, desde el
líder hacia los seguidores. En el mismo sentido, promueve fidelidad a la
estructura vertical de autoridad y al proyecto estratégico organizacional que
conduce a las metas u objetivos buscados.

El líder como realizador enfatiza el desempeño de tareas, el cumplimiento de


estándares y la responsabilidad por resultados; el poder se centra en el vértice
estratégico superior de la organización y se expresa en el propio lider a través
de decisiones que él toma en función de las metas u objetivos que espera
alcanzar.

El líder como evaluador favorece el establecimiento de una meritocracia, sobre


la base del uso de incentivos y de una medición rigurosa del aporte y
rendimiento personal de sus potenciales seguidores.
Los líderes directivos utilizan su poder y autoridad para definir objetivos, metas
y estrategias organizacionales; son ellos los que se encargan de establecer una
relación racional y lógica entre medios, metas y objetivos que sea eficaz.

Los lideres directivos, urgidos principalmente por las metas que deben alcanzar
o los estándares que deben satisfacer o los limites de tiempo que no pueden
evitar, buscan centrar la atención en la tarea inmediata, en los controles
simples; también en las decisiones que deben ser eficaces y tener efectos
rápidos; normalmente son ordenes para ser obedecidas sin objeción ni
dilataciones.

A la fuerza de trabajo se le comunica exigencias, requisitos, normas de


comportamiento y estándares de desempeño; asimismo, se acuerdan
recompensas y premios como incentivos por el cumplimiento de metas
definidas por el líder, y promulga amenazas y castigos por el incumplimiento
de las mismas.

Liderazgo carismático: Es alto en tareas y alto en relaciones, que Hersey,


Blanchart y Johnson designaron como “convencer”, basado en el argumento
que lo medular del estilo es persuadir a los potenciales seguidores, a través de
entregar información, aclaración, explicación y dialogo de la bondad o
propiedad de las decisiones que el líder otorga, en función de realizar las
tareas con eficiencia.

El líder carismático compromete el comportamiento del líder integralmente en


el desempeño de dimensiones tales como especialista de tareas y social, es
profundamente moral, en el sentido que es una llamada totalizadora al
hombre, especialmente en su dimensión espiritual que busca tocar las
emociones, sentimientos, deseos es intereses más íntimos de las personas
para producir una corriente vital de energía transformadora.

El líder carismático hace a cada miembro de la organización más libre y


potencialmente más fuerte, en cuanto cada uno puede decidir y hacer lo
necesario en el ámbito de las tareas, estrategias y metas, para alcanzar la
visión compartida.

El líder sabe cuales aspectos enfatizar y cuales son secundarios, sabe a donde
llegar y qué esfuerzos son necesarios, sabe en qué momento se alcanzarán los
objetivos y qué recompensas obtendrá cada uno, en consecuencia, conoce la
visión mejor que nadie y puede comunicarla mejor que ninguno.

Liderazgo político:
Se describe como alto en cuanto a especialista social (relaciones) y bajo en
tareas. El comportamiento de un líder político busca hacer posible que sus
seguidores tomen decisiones especialmente en aquellos asuntos o materias de
mayor importancia o interés y que participen de consensos en la resolución de
problemas. En consecuencia, este líder busca incorporar a sus posibles
seguidores, tanto a nivel individual como grupal, a los procesos de toma de
decisiones y de resolución de problemas de la organización.

Se podría caracterizar el liderazgo político dentro de 3 ejes: conductas


negociadoras, persuasivas y consensuales, las cuales son herramientas que
ayudan al líder político a alcanzar acuerdos, decisiones o convenios exitosos.

Por otra parte, se señala que este líder privilegia la colaboración, el ajuste
mutuo y el trabajo en equipo; en este sentido, incluso se ha expresado que su
tarea es la de un buen abogado que busca y promueve metas, causas o
visiones para que sean compartidas por los demás miembros de la
organización.

Para finalizar, el líder político logra mantener activa y productiva la


organización revitalizando permanentemente el proceso de negociación y así
obtener nuevos convenios que mejoren sustancialmente la calidad de la
organización.

Líder participativo:

El líder participativo se caracteriza por ser bajo en cuanto a experto social


(relaciones) y bajo en tareas. El lider en esta vision, es un creador de
ambientes que facilita y desarrolla la potencialidad de los miembros
organizacionales; el lider no piensa ni reemplaza a los seguidores. Ellos
piensan y actuan por si mismos, en un ambiente que descansa y se sostiene
por un proceso de tomas de decisiones centrado en los seguidores. Es
responsabilidad del lider la vigorización y desarrollo de la organización para
alcanzar sus objetivos a través de las personas; de aquí su preocupación
prioritaria en orden a que orgánicamente los subordinados participen
resolutivamente en la preparación del plan de desarrollo y gestión educacional.

Debe comprenderse que la influencia que el líder ejerce sobre los seguidores o
subordinados, no está basada en su autoridad burocrática, mas bien se basa
en su capacidad técnica, en su dominio del contexto organizacional, en
comunicaciones abiertas, fluidos y expeditas y en un sentido de camaradería
organizacional que fortalece la formación de grupos de tareas; en definitiva,
que faculta a los subordinados para actuar con independencia y para tomar
decisiones en el ámbito de sus capacidades distintivas.
Rol del director

La labor del director es decisiva en cuanto al tipo de organización que se da en


la escuela, cuando las metas fundamentales de la escuela se relacionan con el
éxito académico de los alumnos.

Sin embargo, este cargo se ha considerado como exclusivamente


administrativo, sin que se preste la debida atención a la función educativa del
mismo.

El director ineficaz

La investigación sobre dirección escolar ha demostrado que un director


ineficiente reúne en una persona características que no permiten la innovación,
la iniciativa y la participación de los profesores. El director ineficiente tiene una
o varias de estas características:

1. Ejerce un rol de mando medio en la escala jerárquica administrativa.


Este director acostumbra a consultar a las autoridades inmediatamente
superiores (DAEM) antes de tomar una decisión en la escuela.

2. Demora los cambios: Prefiere lo conocido o familiar. Pierde la


oportunidad de dar soluciones prontas u oportunas a los problemas que
se enfrentan en la escuela, porque burocratiza su gestión.

3. “Castiga” y le da desconfianza el profesor que propone ideas o


soluciones diferentes a los procedimientos que son los habituales en la
escuela. Prefiere evitar toda innovación y atenerse a lo conocido que
maneja menor y con menos esfuerzo.

4. No da lugar ni considera las iniciativas de los profesores, prefiere que


estos se queden en la sala de clases y que no interfieran en los asuntos
de la escuela.

El director eficaz

1. Conoce a fondo las necesidades de su escuela. Sabe con claridad hacia


donde se dirigen los esfuerzos y la actividad de la escuela.
2. Sabe de educación lo suficiente para apoyar a profesores y alumnos en
la búsqueda y el logro de la excelencia académica.

3. Sabe compartir el poder con su equipo de profesores. No impone sus


decisiones sino que consultar con frecuencia a los profesores,
especialmente en lo que se refiere a asuntos académicos.

4. Se interesa más por los aspectos pedagógicos e instruccionales que por


los asuntos administrativos y de relaciones públicas de la escuela.

5. Le interesa más manejar bien y manejar los aspectos técnicos y


curriculares de la escuela que la posición jerárquica y el prestigio que
significa ser director.

Estrategias para ser un buen líder académico.

1. Dar importancia, enfatizar el rendimiento académico de los alumnos.

2. Crear una atmósfera institucional de orden y tranquilidad para que se


pueda trabajar bien, favorecer un clima escolar conducente al
aprendizaje.

3. Estar informados de la materia que se está pasando en los cursos y


asignaturas.

4. Identificar personalmente a los alumnos y conocer los niveles de


rendimientos de cada uno

5. Apoyar a los profesores con los alumnos de bajo rendimiento

6. Dar facilidades para el perfeccionamiento.

7. Crear instancias para el intercambio de experiencias que les permitan a


los profesores compartir experiencias exitosas y aprender unos de otros.

8. Estimular las evaluaciones externas de rendimiento, como el Simce, por


ejemplo, como fuente de información para planificar acciones de
mejoramiento.

Según Autúnez y Gairín (1996), el cambio y la innovación se verán favorecidos


si desde la dirección:
1. Se realiza un esfuerzo por conocer más y mejor el clima escolar y al
personal que trabaja en el centro y cuáles son sus circunstancias.

2. Se trata de resolver los conflictos con la intención de aprender de ellos.

3. Se ponen en marcha procesos de resolución de problemas.

4. Se presta atención de cada individuo particularmente

5. Se ponen en evidencia ante la administración o el ente titular del centro


la eventual falta de recursos (materiales, de tiempo, etc.) necesarios
para posibilitar la innovación.

Estrategias para convertirse en un director eficaz.

1. Tomar decisiones: Tomar decisiones no es un asunto fácil, especialmente


cuando dichas decisiones perjudican a personas, cuando hay
demasiados riesgos involucrados, cuando los errores pueden resultar
muy costosos. A nivel institucional, las decisiones no siempre son fáciles
ya que nuestro sistema escolar acarrea una herencia pesada de
centralismo y burocracia que históricamente a tomado las decisiones a
nivel central y ha delegado pocas decisiones a la escuela.

2.

Estilos de dirección

“La forma como se implementa el liderazgo y la dirección en la escuela,


constituye el estilo de dirección, e implica un conjunto de actitudes, conductas
y valores que están mutuamente relacionados” (Espinola, Almarza, Cárcamo,
1994).

Entre estos estilos de dirección, encontramos los siguientes:

1.- Dictatorial: Es aquel que busca tener poder sobre el resto del equipo y les
exige obediencia y lealtad. Este tipo de director supone que es él quien sabe
cómo deben ser las cosas y que el deber de sus subordinados es obedecer sin
cuestionar. No confían en las demás personas.

2.- Paternalista: Actúa como si supiera más que el resto del equipo y se dirige a
los profesores como si fueran sus alumnos. Le gusta que los demás dependan
de él y proyecta una imagen de que sabe mejor lo que es bueno para los
demás. No le gusta ser cuestionado ni criticado. Escucha las demandas y
necesidades del equipo, pero las considera mientras éstas no interfieran en sus
proyectos.

3.- Burocrático: Por sobre todo, valora su seguridad y mantención en el cargo.


Pone énfasis en el conducto regular, en las instrucciones de la autoridad y en
las jerarquías. No toma decisiones si no es autorizado previamente por sus
superiores.

4.- Laissez faire: Este tipo de director no asume públicamente su autoridad. Su


estilo aparece como no directivo, poco estructurado, espontáneo y muy libre.
Sufre al tomar decisiones. Estos directores escuchan, facilitan y apoyan a los
profesores pero jamás los confrontan o les señalan la necesidad de mejorar y
cambiar.

5.- Democrático: Estos directores no dan órdenes, sino que crean los espacios y
las estructuras necesarias para que los profesores cumplan con sus tareas de
manera satisfactoria. Ellos son capaces de integrar la eficiencia con las buenas
relaciones humanas, el sistema con las personas, las tareas y los procesos. Son
empáticos, y preocupados por los demás, pero también tienen la capacidad de
confrontarlos cuando es necesario.

De estos estilos de dirección, presentes en diferentes ámbitos educativos, se


puede señalar que el más adecuado para transformarse en una escuela que
aprende es el estilo democrático. Según Autúnez y Gairin (1996), una
actuación directiva democrática y satisfactoria debería estar orientada de la
puesta en funcionamiento y el desarrollo de las siguientes capacidades:

- Diagnosticar y analizar situaciones y problemas

- Diseñar planes de acción en función de la diagnosis y de los recursos


existentes.
- Actuar de acuerdo con las prioridades que determina la diagnosis, los
recursos y criterios de importancia y urgencia.

- Implicar a todos los miembros de la comunidad escolar, especialmente a


los estudiantes en los tres procesos anteriores dándoles protagonismo y
poniendo el énfasis en procesos de colaboración e información.

CONCLUSIÓN:

• Existen estilos de dirección más eficientes que otros, dependiendo de la


organización de la escuela, del nivel de participación de los demás
miembros y de su capacidad para aceptar y/o acordar un determinado
estilo de dirección. Sin embargo, cualquiera que sea el estilo, hay
algunas actitudes y acciones que el director debe manejar para ser
eficaz.
• El papel del directivo, finalmente será eficaz y contribuirá al cambio si es
capaz de ayudar a encontrar respuestas adecuadas a: qué, por qué,
cuándo, dónde, cómo, para qué y para quiénes cambiar o innovar.

BIBLIOGRAFÍA

“Manual para una escuela eficaz”, Viola Espinola, Osvaldo Almarza, María
Eugenia Cárcamo (1994). Editorial Zig-zag, Santiago de Chile.

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