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Nuestro Nombre:
Nuestra Misión:
CREENCIAS FUNDAMENTALES
Los Adventistas del Séptimo Día aceptan la Biblia como su único credo y
mantienen ciertas creencias fundamentales como siendo la enseñanza de las
Escrituras Sagradas. Estas creencias, de la manera como son presentadas aquí,
constituyen la comprensión de la expresión de la enseñanza de las Escrituras
por parte de la Iglesia. Puede haber revisiones de estas declaraciones en una
asamblea de la Asociación General, cuando la Iglesia es llevada por el Espíritu
Santo a una comprensión más completa de la verdad bíblica o encuentra mejor
lenguaje para expresar las enseñanzas de la Santa Palabra de Dios.
LA IGLESIA LOCAL
La Iglesia Local, es el primer y más importante nivel en lo que se
refiere a la dirección y administración de nuestra organización.
El Pastor
La Junta de Iglesia
1. La alimentación espiritual.
2. El evangelismo en todas sus fases
3. La conservación de la pureza doctrinal.
4. La defensa de las normas cristianas.
5. La recomendación de cambios en la feligresía de la iglesia.
6. Las finanzas de la iglesia.
7. La protección y el cuidado de la propiedad de la iglesia.
8. La coordinación de los departamentos de la iglesia.
Los miembros de la junta son designados cada año por la comisión
de nombramientos en ocasión de las elecciones regulares de los
dirigentes de la iglesia.
DIRIGENTES DE LA IGLESIA
Nuestro Dios es un Dios de orden. Su iglesia también debe revelar
esta característica en su accionar. Con esa finalidad cada año se realizan
las elecciones eclesiásticas a fin de nombrar a los miembros que serán
los encargados de dirigir la iglesia durante el siguiente año. A tales
hermanos se les llama dirigentes de iglesia. A continuación
mencionaremos algunos de ellos:
CULTOS Y REUNIONES
La reunión de oración
Las reuniones de oración (cultos los días miércoles) deben ser los
cultos más interesantes que se tengan. Están destinados para ser un
período de refrigerio espiritual al estudiar una breve porción de la Biblia
y, sobre todo, dedicar un tiempo especial para compartir testimonios de
bendiciones y oraciones contestadas, así como orar los unos por los
otros.
La Escuela Sabática
La salud y la temperancia
Pertenecemos a Dios en cuerpo, alma y espíritu. Es, por lo tanto,
nuestro deber religioso observar las leyes de la salud, tanto para nuestro
propio bienestar y felicidad, como para poder servir más eficientemente
a Dios y a nuestros semejantes. El apetito debe ser dominado. La salud
se promueve por la observancia inteligente de los principios de higiene
que tienen que ver con el aire puro, la ventilación, la vestimenta
adecuada, la limpieza, el ejercicio y la recreación apropiados, el sueño y
el descanso adecuados, y la alimentación sana y equilibrada. Dios
proveyó al hombre abundante variedad de alimentos, suficiente para
satisfacer todas las necesidades dietéticas. Las frutas, los granos, las
nueces y los vegetales preparados en forma sencilla, “complementados
con leche o crema, constituyen el régimen más saludable” (Consejos
sobre la salud, p. 113).
Cuando se practican los principios de la vida sana, no se sentirá la
necesidad de estimulantes. El uso de sustancias intoxicantes y de
narcóticos de cualquier clase está prohibido por la ley de la naturaleza.
La abstinencia del uso de bebidas alcohólicas y de tabaco fue, desde los
primeros días de este movimiento, una condición para ser miembro de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día.
La Vestimenta
La verdadera religión, que entra en cada aspecto de la vida, tiene
que tener una influencia modeladora en todas nuestras actividades.
Nuestros hábitos de vida deben basarse en principios y no en el ejemplo
del mundo que nos rodea. Las costumbres y las modas pueden cambiar
con los años, pero los principios relativos a la debida conducta son
siempre los mismos. La vestimenta es un factor importante en el
carácter cristiano.
Los cristianos deben evitar la ostentación llamativa y “los adornos
profusos”. La vestimenta debe ser, hasta donde sea posible, “de buena
calidad, de colores apropiados y adecuados para el uso. Deberíamos
escogerla por su durabilidad más bien que para la ostentación”. Nuestra
indumentaria debe caracterizarse por la “modestia”, la “belleza”, la
“gracia” y “las cualidades propias de la sencillez natural” (Mensajes
para los jóvenes, p. 350).
“El vestir sencillamente y abstenerse de ostentar joyas y adornos
de toda clase está de acuerdo con nuestra fe” (Joyas de los testimonios,
t. 1, p. 350). En las Escrituras se enseña con claridad que el uso de joyas
es contrario a la voluntad de Dios. “...no con peinado ostentoso, ni oro,
ni perlas, ni vestidos costosos” es la admonición del apóstol Pablo (1
Tim. 2:9). El llevar joyas y ornamentos es un esfuerzo por atraer la
atención que no está de acuerdo con el olvido de sí mismo que debe
manifestar el cristiano.
Los padres cristianos deben hace valer el peso de su ejemplo,
instrucción y autoridad para inducir a sus hijos e hijas a vestirse con
modestia, y conquistar así el respeto y la confianza de quienes los
conocen. Que nuestros hermanos se consideren bien vestidos sólo
cuando hayan cumplido con las normas de la modestia en el uso de una
vestimenta de buen gusto y conservadora.
La música
La música es una de las artes más sublimes. La buena música no
sólo proporciona placer, sino que también eleva la mente y cultiva las
más finas cualidades. Dios usó a menudo los cantos espirituales para
conmover el corazón de los pecadores y llevarlos al arrepentimiento. La
música degradada, por el contrario, destruye el ritmo del alma y
quebranta la moralidad.
Debe ejercerse gran cuidado en la elección de la música. Cualquier
melodía que participe de la naturaleza del jazz, el rock u otras formas
híbridas semejantes, o cualquier expresión del lenguaje que se refiera a
sentimientos tontos y triviales, serán rehuidas. Usemos sólo buena
música en el hogar, en las reuniones sociales, en la escuela y en la
iglesia.
DATOS DE INTERÉS
Pastor de su iglesia
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