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El principio de montaje.
El plano: se debe tomar en una sola de sus dimensiones, es decir aquel plano
caracterizado por una cierta duración y un cierto movimiento, equivalente
de la expresión unidad de montaje
Primero que nada con la palabra sintagma nos estamos refiriendo a: a los
encadenados de unidades sucesivas, por ejemplo los planos.
Las películas, en general están articulados en un determinado número de
grandes unidades narrativas sucesivas. Estas grandes unidades reciben el
nombre de segmentos o grandes sintagmas.
Este concepto de montaje es tan importante para la historia del cine, sobre
todo, porque este ha sido motivo de enfrentamientos extremadamente
profundos y duraderos entre dos concepciones opuestas del cine: La
historia del cine desde 1910, y la de las teorías cinematográficas desde sus
orígenes. Esto ha permitido que se haya ido adoptando variadas formas, las
cuales se han ido oponiendo de forma constante y menudo muy polémica.
Una de las primeras tendencias es la de todos los cineastas y teóricos, para
quienes el montaje, como técnica de producción
(De sentidos, afectos etc.) se considera mas o menos el elemento dinámico
del cine.
Otra tendencia se funda sobre una desvalorización del montaje como tal y a
la sumisión estricta de sus efectos a la instancia narrativa o a la
representación realista del mundo. Esta concepción esta bien descrita por la
idea de transparencia del discurso fílmico.
Se han definido dos grandes ideologías del montaje y correlativamente dos
grandes maneras ideológico-filosóficas del propio cine. Los tipos de
influencia que estas han podido ejercer, los hemos escogidos, porque los dos
han elaborado un sistema estético, una teoría del cine.
• Por un lado se destaca Andre Bazin y el cine de la
transparencia: su ideología se apoya en dos tesis complementarias: 1)
ambigüedad de lo inmanente a lo real: hace alusión a que en el mundo
de lo real, ningún acontecimiento esta dotado de un sentimiento
determinado a priori,
• El cine tiene una vocación ontologica de reproducir lo real
respetando al máximo esta característica esencial: el cine debe, pues,
producir representaciones dotadas de la misma ambigüedad o por lo
menos intentarlo. Para bazin esta exigencia de plasmar la realidad tal
y cual es se traduce en que el cine reproduzca el mundo real en su
continuidad física y de acontecimientos, de aquí deriva su idea de
montaje prohibido.
Es preciso que lo imaginario tenga sobre la pantalla la densidad de lo real. El
montaje solo se puede utilizar en sus límites precisos.
Lo esencial de las concepciones baizinianas se deduce de estos principios
que le llevan a reducir considerablemente el lugar concedido al montaje:
El montaje prohibido
La transparencia