Sunteți pe pagina 1din 11

Derecho Familiar

Julián Güitrón Fuentevilla


Situación actual del divorcio en el Código Civil del Distrito Federal (Primera de tres partes)
Organización Editorial Mexicana
25 de enero de 2009

ANTECEDENTES

Como es del dominio público, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y el Poder
Judicial de la ciudad-capital elaboraron un proyecto de reformas que se convirtió en
Derecho positivo vigente, a partir del 3 de octubre del 2008, con relación al divorcio,
habiendo terminado con una organización sistemática y fundada en la ley, violando entre
otras las garantías constitucionales establecidas en los artículos 14 y 15 de la carta magna.

De un día para otro, sin metáforas, de un plumazo, desapareció la regulación del divorcio y
sus diferentes clases, abrogando, además, todas las causales, que hoy, verbigracia, si un
cónyuge golpea al otro, lo injuria, lo hace sujeto de la violencia familiar física, psicológica
o material, queda en el olvido, no hay forma de invocar esos motivos, porque han
desaparecido de la ley, y usted, distinguido lector, se preguntará, quién tuvo esa ocurrencia
o por qué se realizó un ataque tan artero contra la familia, la respuesta es simple: ignorancia
y mala fe.

¿SI USTED SE QUIERE DIVORCIAR EN EL DISTRITO FEDERAL, HOY EN DÍA,


QUÉ DEBE HACER?

Entre otras alternativas, podría usted acudir a un escritorio público o simplemente en la


avenida Juárez, frente a los tribunales, se anuncia que por tres mil pesos se puede realizar el
trámite del divorcio. Todo esto, gracias a lo que hoy rige la vida de los casados y la familia
en México. Para empezar, el Capítulo X del cuerpo normativo multicitado regula el
divorcio del artículo 266 al 291, salvedad hecha de los preceptos 273, 274, 275, 276 y 289
Bis, que han quedado derogados.

¿QUÉ DICE EL ARTÍCULO 286?

Textualmente ordena que el divorcio disuelve el vínculo del matrimonio y deja a los
cónyuges en aptitud de contraer otro. Facultativamente, autoriza a cualquiera de ellos o a
ambos a solicitar ante la autoridad judicial, es decir, el juez familiar, su divorcio
"manifestando su voluntad de no querer continuar con el matrimonio, sin que se requiera
señalar la causa por la cual se solicita, siempre que haya transcurrido cuando menos un año
desde la celebración del mismo". De acuerdo con el texto trascrito, ya no existe en el
Distrito Federal ni el divorcio voluntario judicial ni el necesario, en su lugar, como usted lo
acaba de leer, distinguido lector, hoy hay que solicitarlo y, como dice la propia ley, con la
simpleza de expresar que no quiere seguir casado o casada, además, absurdamente dice la
ley, que sin expresar causa o causas, las cuales se han suprimido de la ley en cuestión. Si
usted se quiere divorciar, lo puede solicitar unilateralmente, si su cónyuge está de acuerdo,
los dos firman la solicitud y fijarse bien, tengan o no hijos menores de edad y haya o no
bienes que repartirse, porque se hubieran casado bajo el régimen de sociedad conyugal, el
juez Familiar está obligado a disolver el vínculo en un lapso que oscila entre 8 y 30 días,
contados a partir de formular la solicitud; y respecto a las cuestiones pendientes -hijos y
bienes- éstos se resolverán en forma incidental, es decir, juicios cortos, que derivan del
principal. En el primer caso, será una controversia familiar y en el segundo, un juicio
ordinario civil. Es criticable también que como única ratio iuris, haya expresado el
legislador que cuando menos hubiera transcurrido un año a partir de la celebración del
matrimonio, como si esto fuera una razón que sirva para algo o sea importante para la
familia y sus miembros. Es evidente que atrás de esta reforma hay intereses inconfesables,
ataques contra la familia, discriminación, sobre todo contra la mujer, porque en la realidad,
al decretarse el divorcio por esta solicitud, imagínense ustedes, distinguidos lectores, qué
tanto le va a importar a estos divorciados su propia familia, y si fuera el caso, que quisieran
disolver el lazo jurídico, esto deberá hacerse siempre respetando las garantías
constitucionales, en las cuales se establece que nadie puede ser condenado sin haber sido
oído y vencido en juicio, en otras palabras, por ejemplo, él solicita el divorcio, lo hace de
manera unilateral, ella se niega a concederlo, lo expresa claramente, se opone a la solicitud,
y el juez, parafraseando a un expresidente de México, "ni la ve ni la oye", procede el
divorcio y con otro agravante, por eso decimos que es una reforma con dedicatoria, se
agregó el artículo 685 Bis del Código de Procedimientos Civiles, ordenando en ese
precepto que la resolución del juez es inapelable. Si todo esto no fuera suficiente para alzar
la voz contra estas reformas, lo haremos en la segunda entrega de este artículo, en la cual
nos referiremos expresamente al artículo 3° transitorio del Decreto, que puso en vigor la
reforma del 3 de octubre del 2008, porque el mismo es una vergüenza, carece de razones o
fundamentos jurídicos básicos y nuevamente regresan al 1804, para determinar que la
autonomía de la voluntad, "laissez faire, laissez passer", norma suprema del Código Civil
de los franceses, la han puesto en vigor para determinar la suerte de una familia y acabar
con ella.

NUEVO TEXTO DEL ARTÍCULO 267 DEL CÓDIGO CIVIL EN COMENTO

Baste señalar para nuestros distinguidos lectores que la letra anterior de la ley regulaba en
este precepto diferentes causales o razones para demandar el divorcio necesario. Si bien es
cuestionable que algunas de ellas estaban ahí por tradición jurídica otras por cambios en las
clases de familia y unas más, porque así había funcionado en la ciudad-capital el régimen
familiar, hoy, con una decisión mayoritaria en la Asamblea Legislativa, se creó un nuevo
precepto, desapareciendo la violencia familiar, el adulterio, la concepción de hijos que no lo
fueran del otro cónyuge, la prostitución de la mujer, del hombre o de los hijos, la incitación
a la violencia para cometer algún delito, los actos inmorales, ejecutados por él o por ella
para corromper a aquellos, así como tolerarla, padecer sífilis, tuberculosis o cualquier otra
enfermedad crónica o incurable, que además fuera contagiosa o hereditaria y la impotencia
coendi, entre otras causales; hoy, todo ha desaparecido y se ha reducido a lo siguiente:

"El cónyuge que unilateralmente desee promover el juicio de divorcio deberá acompañar a
su solicitud la propuesta de convenio para regular las consecuencias inherentes a la
disolución del vínculo matrimonial, debiendo contener los siguientes requisitos:

I La designación de la persona que tendrá la guarda y custodia de los hijos menores o


incapaces;

II Las modalidades bajo las cuales el progenitor, que no tenga la guarda y custodia, ejercerá
el derecho de visitas, respetando los horarios de comidas, descanso y estudio de los hijos.

III El modo de atender las necesidades de los hijos y, en su caso, del cónyuge a quien deba
darse alimentos, especificando la forma, lugar y fecha de pago de la obligación alimentaria,
así como la garantía para asegurar su debido cumplimiento;

IV La designación del cónyuge al que corresponderá el uso del domicilio conyugal, en su


caso, y del menaje;

V La manera de administrar los bienes de la sociedad conyugal durante el procedimiento y


hasta que se liquide, así como la forma de liquidarla, exhibiendo para ese efecto, en su caso,
las capitulaciones matrimoniales, el inventario, avalúo y el proyecto de partición;

VI En el caso de que los cónyuges hayan celebrado el matrimonio bajo el régimen de


separación de bienes deberá señalarse la compensación que no podrá ser superior al 50 por
ciento del valor de los bienes que hubieren adquirido, a que tendrá derecho el cónyuge que
durante el matrimonio, se haya dedicado al desempeño del trabajo del hogar y, en su caso,
al cuidado de los hijos o que no haya adquirido bienes propios o habiéndolos adquirido,
sean notoriamente menores a los de la contraparte. El juez de lo Familiar resolverá
atendiendo las circunstancias especiales de cada caso".

COMENTARIOS

Como decíamos, el divorcio se obtiene ahora por una solicitud unilateral que viene a ser
semejante al viejo "repudium" considerado en el Deuteronomio. La solicitud que no es
demanda, dice la ley, debe acompañarse con la propuesta de un convenio que se refiera a
los efectos de la disolución del vínculo matrimonial. De las medidas que establece, unas se
refieren a la guarda y custodia de los menores o incapaces, otra, a cómo se visitará o
convivirá con quien no tiene la guarda y custodia, siendo tan ambigua esta disposición, que
de manera general dice que deben respetarse horarios de comidas, descanso y estudio; más
adelante habla de dar alimentos a quien los necesite y su garantía, así como quién tendrá el
uso del domicilio y menaje del hogar. Cómo se administrarán los bienes, si hubiere sido
sociedad conyugal o en separación de bienes, abrogaron el 289 Bis y lo convirtieron en un
párrafo, para hablar de la compensación a que tiene derecho quien se haya dedicado durante
el matrimonio a cuidar el hogar o a los hijos y que no hubiera adquirido bienes propios o
que sean insuficientes. Éste es el nuevo divorcio. Éste es el artículo que sustituyó al 267.
Ésta es, desde la perspectiva del Poder Judicial del Distrito Federal y de la Asamblea
Legislativa, lo que la familia merece.

NUEVO ARTÍCULO 271


El nuevo texto obliga a los jueces de lo Familiar a suplir sus deficiencias, en el convenio
que hubieren propuesto, y de alguna manera limitan lo que en el pasado era más
discrecional para la intervención del juez y apoyar a las partes en conflicto. De repente el
legislador se metió en el procedimiento civil, y en la segunda parte de este artículo habla de
las limitaciones formales de la prueba, que son de materia civil, y dice expresamente que no
deben aplicarse en los casos de divorcio, sólo en lo referente a la propuesta de convenio.

¿Y QUÉ PASÓ CON EL DIVORCIO ADMINISTRATIVO?

Inexplicablemente, se mantuvo el artículo 262 del Código en comento, el que regula la


disolución del vínculo matrimonial ante el juez del Registro Civil, en este caso, se piden
más requisitos que en el de la solicitud y así se sigue manifestando la voluntad de ambos, y
sólo en ese supuesto procede ese divorcio, requiriéndose que sean mayores de edad, que
hubieren liquidado la sociedad conyugal, si ése era su régimen, que ella no esté
embarazada, que no tengan hijos en común o, en caso contrario, que sean mayores de edad
y que no necesiten alimentos o fijarse bien si alguno de los cónyuges requiere alimentos, no
se pueden divorciar por esta vía, tendrán que hacerlo con el nuevo 267, al que con sus
calamidades ya nos hemos referido. En este divorcio administrativo, la disolución se da en
aproximadamente quince a veinte días, sin mayor problema; por supuesto hay una sanción,
si se comprueba que se ha engañado al juez del Registro Civil, con información falsa o
fraudulenta. En otras palabras, el divorcio por voluntad de ambos cónyuges, de manera
administrativa, sigue vigente en el Código Civil del Distrito Federal, contradiciendo toda la
nueva disposición del 267.

SEPARACIÓN DE CUERPOS

De acuerdo con el artículo 277 del Código en cuestión, también reformado el 3 de octubre
del 2008, procede la suspensión de cohabitar con el otro cónyuge cuando se padezca una
enfermedad incurable que sea, además contagiosa o hereditaria; en su caso padecer
impotencia sexual irreversible -no aclara si es del hombre o la mujer- probablemente se
refiera a la coendi y no a la generandi, poniendo como requisito que esa impotencia no se
origine en la edad avanzada. Termina refiriéndose en esta separación a que haya un
trastorno mental incurable con la previa declaración de interdicción, respecto al cónyuge
enfermo. El resultado de esta separación es que el matrimonio continúa, subsisten todas las
obligaciones, excepto la de cohabitar bajo el mismo techo. (CONTINUARÁ)

NOTA: Atenta disculpa a nuestros lectores por no haber acudido hace ocho días a nuestra
cita habitual, en virtud de que por razones de fuerza mayor -tuve la pérdida irreparable de
mi querida suegra, que era como mi segunda madre- me fue imposible escribir mi
colaboración cotidiana
Derecho Familiar
Julián Güitrón Fuentevilla
Situación actual del divorcio en el Código Civil del Distrito Federal (Segunda de tres
partes)
Organización Editorial Mexicana
1 de febrero de 2009

Para emitir un punto de vista, una crítica constructiva sistematizada, primero trascribiremos lo que se afirma en esos
considerandos y enseguida haremos los comentarios respectivos.

Considerando

¿Si el divorcio es un contrato en el que interviene la voluntad de las partes para unirse en matrimonio, por qué no se
establece como causal o requisito para solicitarlo la falta de esa voluntad por parte de uno solo de los cónyuges de
seguir con el matrimonio? Esto es lo que aprobó la Asamblea del Distrito Federal.

Comentario

Es evidente la ignorancia de quienes han aprobado esta reforma, porque en primer lugar, el divorcio no es un
contrato. Decir que ésa es la naturaleza jurídica del divorcio es una ignorancia crasa, ya que la naturaleza jurídica
del divorcio es la de ser un medio legal para disolver el vínculo matrimonial. También se afirma que interviene la
voluntad de las partes para unirse en matrimonio, lo que es cierto; lo que cae nuevamente en la estulticia es afirmar
por qué no se permite que sea causal o requisito para divorciarse, solicitándolo, el que falte esa voluntad, aquella
que se expresó para casarse, en el sentido de que uno de los cónyuges ya no quiera seguir casado. Es obvia la
respuesta. Si para casarse se requirieron dos voluntades, lo elemental es que para divorciarse se siguiera ese
procedimiento. Pretender que la sola voluntad de uno, que de manera unilateral se pida, se conceda, se solicite y
que el otro no tenga ninguna posibilidad ni de oponerse, ni de que sea oído y vencido en juicio, de acuerdo con lo
que establecen los artículos 14 y 16 constitucionales, es absurdo que así se haya aprobado, que así esté desde el 3
de octubre del 2008 a la fecha la posibilidad de disolver el vínculo matrimonial porque, repetimos, el matrimonio no
es un acto jurídico unilateral, como tampoco lo puede ser el divorcio, ya que hay procedimientos, hay requisitos y en
última instancia, como va a ocurrir, esos divorcios en los que cínicamente se dice que hay causa que no es causal, y
en otros supuestos que es una solicitud y que la misma se puede contestar, caen en los más graves errores.

Considerando

¿Si uno de los cónyuges no quiere seguir casado, por qué no puede invocar este deseo para solicitar el divorcio?

Comentario

Es cierto que si alguno no quiere seguir casado, puede invocar esa voluntad para divorciarse; sin embargo, como
vivimos en un régimen de derecho, como existe una familia, porque hay relaciones jurídicas bilaterales, no puede ser
suficiente que una sola voluntad se imponga al otro para decir: se termina este matrimonio y esta familia. Lo
deseable, si bien se querían eliminar todas las causales de divorcio, hubiera sido que, ante la solicitud formulada por
uno de ellos, se le corriera traslado al otro; que el otro expresara su voluntad para que si lo manifestaba en sentido
afirmativo, ese matrimonio se disolviera y no habría ningún problema desde el punto de vista jurídico; pero al
imponérsele al otro la voluntad de uno, que incluso es una situación que la propia ley, en una disposición absurda
dice que esa resolución es inapelable, incluso tuvieron que agregar al Código de Procedimientos Civiles el artículo
685 Bis que no existía, en los términos que hemos señalado.

Considerando

¿Al ya no existir la voluntad por parte de uno de los cónyuges de continuar con el matrimonio, no se termina con este
contrato por medio de una rescisión? (sic)

Comentario

Si bien es cierto que uno de ellos no quiere seguir casado, la falacia aparece cuando se dice que es un contrato y
más grave y mostrando una ignorancia absoluta, que se hable de una rescisión. Entendida ésta como una forma de
dar por terminada una obligación, la rescisión es un acto jurídico unilateral o bilateral válido, que deja sin efecto otro
acto jurídico en las mismas circunstancias; esto en Derecho Civil, en Derecho particular, en Derecho Privado, pero
no en Derecho Familiar que es todo de orden público e interés social, como lo dice el propio Código Civil para el
Distrito Federal en el artículo 138 Ter y así lo ha ratificado el máximo órgano jurisdiccional del país. Es evidente que
el matrimonio no es un contrato, porque si lo fuera tendríamos que hablar de elementos esenciales y de validez;
tendría que aplicársele las modalidades del acto jurídico; por ejemplo, término, condición, formas de terminación,
indemnización, en fin, todo lo que en un contrato, por ejemplo de arrendamiento, las partes se le pueden agregar;
pero decir que el matrimonio es un contrato es haberse quedado en la época en que Benito Juárez, en el año de
1859, al promulgar la ley sobre el matrimonio, estableció en el artículo 1° que era un contrato y para terminarse se
podría hacer a través de la voluntad de ambos y acudiendo ante un juez del Registro Civil, llamado en ese tiempo
oficial del Registro Civil.

Considerando

¿Por qué en el divorcio necesario se pide una serie de causales que a veces no se pueden comprobar? ¿Y si la
mujer está encinta, tienen hijos, no tienen más de un año de casados, no encuadra cualquiera de los cónyuges en
alguna de las causales del divorcio necesario y sólo uno de ellos quiere divorciarse, no va a poder hacerlo?

Comentario

Para solicitar el divorcio necesario, de acuerdo con la legislación que estaba vigente, era suficiente con probar una
de las causales señaladas por la ley, que dicho sea de paso, éste es otro gran error del documento que estamos
analizando, cuando se refieren en una larga lista a todos los estados de la república, de la "A" de Aguascalientes a la
"Z" de Zacatecas, cometen el error gravísimo de decir que, en promedio, el número de causales oscila entre 17, 18,
19, 20, 21, en algunos casos 22 o Quintana Roo 25, pero el común denominador es hablar de veintitantas causales;
el grave error de quien elaboró este documento es ignorar que las causales para divorciarse en su gran mayoría, en
todos los Códigos mencionados, son más de 40; ya que si bien es cierto que algunos tienen 16 o 17 fracciones
romanas, eso no corresponde a la realidad de que en cada una de ellas se legisle sólo una causal de divorcio. Por
ejemplo, como va a ser alcohólico o padecer los problemas de la adicción al alcohol y la impotencia incurable para la
cópula; ambas causales consignadas en la misma fracción romana, y de ahí que quien hizo ese documento dice
erróneamente que hay una causal; esto se agrava cuando al implementarse una demanda de divorcio y se invoca la
fracción I, II o III del artículo 267 como estaba, al contestarse esa demanda, el demandado, el otro decía, estas
causales I, II y III no son ciertas pero sí son ciertas las VI, VII y VIII, también cometiendo el mismo error, porque el
que invocaba éstas, en realidad esta citando otras seis u ocho causales que al final el juez tenía que resolver sin que
el actor probara su acción ni el demandado sus excepciones, que no procediera la disolución del vínculo matrimonial
y que debían seguir casados; situación diferente y que debemos ratificar que no es el número de fracciones romanas
lo que determina las causales para divorciarse, sino el contenido aislado de cada una de ellas.

Autonomía de las causales

Decir que las causales no se pueden comprobar es una salida falsa, porque precisamente, citaré el ejemplo de lo
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado en una contradicción de tesis al referirse a la violencia
familiar; en una enconada discusión, en un debate cerrado donde hubo votación por mayoría, se determinó que si un
cónyuge evoca la violencia familiar como causal de divorcio, debe expresar en ella las circunstancias de modo, lugar
y forma; es decir, cómo fue la violencia, en qué consistió, en dónde se cometió, a qué horas, quiénes estaban
presentes, a quiénes les consta, porque como dijo la Corte, si no se dan estas circunstancias, a quien se le imputa,
al demandado, no se le da la opción de poderse defender, situación que así está resuelta por la Corte y en la cual se
establecieron dos votos en la Primera Sala, destacando que no estaban de acuerdo con estas circunstancias de
modo, lugar y forma; pero finalmente, la ley ordena y no discute el caso específico de decir que alguna de las
causales que no se puede comprobar, entonces no se puede invocar, porque de otra manera estaríamos frente a
una calumnia o una mentira que uno de los cónyuges estuviera inventando para divorciarse.

Otro supuesto que dice, si la mujer estuviera embarazada, si tienen hijos o no tienen más de un año de casados,
ellos no encuadrarían en algunas de las causales del divorcio necesario y, si uno solo se quiere divorciar, ¿por qué
no puede hacerlo? Porque vivimos en un régimen de Derecho. No es cuestión de hacer la ley a la medida y a la
autonomía de la voluntad de quien la invoca, antes ya lo dijimos, el orden público en el Derecho Familiar es un
conjunto de normas jurídicas impuestas por el Estado que la familia tiene que aceptar sin protestar, así como sus
miembros y que debe cumplir con ello. Por ello es absurdo pretender que en esas hipótesis de que la mujer
estuviera embarazada, que tuviera hijos o que su matrimonio no tuviera más de un año de celebrado, no pudiera
divorciarse. Incluso, y así ocurría en el pasado, se inventaban las causas y, en los casos en que no se podía probar,
los resultados eran desastrosos.

Considerando

¿Si se solicita el divorcio necesario por violencia familiar u otra causal requerida y no se puede comprobar, el
cónyuge debe aguantarse y seguir casada o casado? ¿No puede solicitarse el divorcio simplemente porque ya no se
quiere en matrimonio, sin tener que comprobar malos tratos, adulterio, bigamia, etc.?
Comentario

Es evidente que el propósito del legislador es disolver el vínculo matrimonial y atacar a la familia. Antes lo
señalamos, específicamente cuando se trata de violencia familiar, lo que ha resuelto la Corte, pero en cualquier otra
causal requerida, al vivir en un régimen de Derecho, lo que se dice se tiene que probar, se tiene que demostrar, ya
que quien carece de una prueba, carece de un Derecho; tiene la sombra de un Derecho; en esas condiciones
debemos considerar que no es suficiente la voluntad de una persona para divorciarse y menos para decir que existe
una causal pero no la puede comprobar, porque entonces el régimen jurídico se convertiría en una anarquía. Dicen
en los considerando que si el cónyuge debe aguantarse y seguir casado o casada. No es que tenga que aguantarse,
el Código señala una serie de acciones, que se puede acudir ante el propio juez para que éste dé una separación,
para que no tengan que seguir viviendo juntos y demostrar, porque vivimos en un régimen de Derecho, cuál es la
causa por la que se quiere divorciar.

Esta afirmación de que el divorcio debe solicitarse simplemente porque ya no se quiere seguir en matrimonio, es tan
absurda como quien compra un vehículo o renta una casa; va ante el vendedor y le dice aquí está tu coche, ya no te
lo quiero comprar o va con el arrendador y le dice que ya no quiere vivir en esa casa y que ahí la tiene, pero ni la
compra ni el arrendamiento se pueden equiparar a la familia y a sus miembros y todo lo que implican, si como dicen
ellos, se da el divorcio aunque haya habido malos tratos, adulterio, bigamia, etc. Y no se pueden demostrar, es un
absurdo lo que dicen los considerandos, porque vivimos en un régimen de Derecho y no basta la afirmación de uno
solo de los cónyuges para decir no estoy casado o no quiero seguir en esta relación y que la misma se termine.

Por eso, hemos dedicado este espacio para señalar las falacias, lo absurdo de estos argumentos que se han
intentado y que desgraciadamente se aceptaron para aprobar este nuevo divorcio, que desde ahora le auguramos
poca vida y seguramente en esta misma Legislatura, tengan la pena de rectificar y presentar la reforma de la reforma
total o parcial porque la misma es un fracaso y es un atentado en contra de la familia.

Fraude a la Ley

Esta figura surge cuando, habiendo una norma que ordena realizar determinada conducta, las partes, los abogados,
quienes intervienen en un conflicto asumen una connivencia, se ponen de acuerdo y eluden el cumplimiento de la
ley, surgiendo la figura mencionada. En el décimo segundo considerando del decreto que estableció el divorcio que
venimos comentando, se da con toda claridad este fraude a la ley, cuando dice lo siguiente: "Por ello -las 21
causales de divorcio que dice la Asamblea Legislativa y que en realidad son 50- los proponentes de las iniciativas
-los partidos Social Demócrata, iniciativa presentada por el diputado Juan Ricardo García Hernández y la del Partido
de la Revolución Democrática presentada por los diputados Daniel Ordóñez Hernández, Nazario Norberto Sánchez y
Víctor Hugo Círigo Vázquez- pugnan porque haya un remedio más sano, que es la facilidad de disolver un vínculo
jurídico matrimonial a través de un formulismo legal -¡aquí se empieza a gestar el fraude a la ley!- de crear una
causal 'sin causa'; es decir, sabemos -dicen los legisladores- a ciencia cierta que hay una causa, que siempre habrá
una causa para solicitar el divorcio, pero se tendrá la seguridad que los acontecimientos dados en la intimidad del
hogar seguirán resguardándose si no se quiere exponerlos ante un tribunal y una sociedad que llegue a emitir
críticas erróneas, por no conocer la verdad histórica de ese matrimonio y desde el punto de vista procesal, sólo se
tendrá que acreditar y reafirmar esa voluntad de divorciarse, sin violentar la garantía del otro cónyuge de llamarlo a
juicio".

Comentarios

Para explicar lo que es un fraude a la ley, analicemos lo transcrito. Quienes se van a divorciar saben que hay una
causa para hacerlo o finalmente un mutuo consentimiento, como estaba en el pasado; esto ahora lo conocen los
abogados del actor y del demandado y por supuesto el juez, incluso el propio Ministerio Público adscrito al Juzgado
Familiar y como dicen, quienes hicieron esta iniciativa saben que hay una causa, pero que ésta hay que encubrirla y
dan como argumento que los acontecimientos íntimos se resguardan en la misma forma; aquí habría que
preguntarles si cuando se realiza un divorcio, cuando se dicta una sentencia, esa se publica en los diarios, se
publicita en la televisión, se lleva al internet, las personas no interesadas en esta situación se enteran, cuando en
realidad esto sólo concierne a los divorciantes, a sus hijos, a su familia.

Igualmente, aquí se llega al otro absurdo, que es como una gran preocupación, cuando dicen que la sociedad va a
llegar a emitir críticas, lo que es un absurdo, porque primero está la familia y si bien este par de cónyuges decidió en
el pasado unir sus vidas y formar una familia, no es posible que con una sola manifestación de voluntad, una
solicitud, ni la familia, ni los hijos, ni la relación entre ambos, pueda perdurar o se termine en esas condiciones.
Asimismo, cuál es la verdad histórica de ese matrimonio, que preocupa tanto al legislador y que dice en otro absurdo
que es mejor que se permita el divorcio sin llamar al otro porque así no se le viola la garantía que el otro tiene de ser
llamado a juicio, entonces así, para que no se dé este aspecto constitucional, será suficiente con que lo solicite uno
de ellos. Por eso decimos que es un fraude a la ley consciente, en la que han participado todos y la sacrificada es la
familia.

¿Cuál fue el contenido del decreto?


Se involucraron dos cuerpos de leyes: el Código Civil del Distrito Federal y el de Procedimientos Civiles. Del primero
se reformaron diez artículos y, del segundo, ocho. Se adicionaron sólo al de Procedimientos Civiles dos artículos y
se derogaron ocho del Civil y ocho del de Procedimientos Civiles.

Reformados

Para reformar los artículos 266, 267, 271, 277, 280, 282, 283, 283 Bis, 287 y 288, se tuvieron que derogar otros,
para que quedara a modo de lo que se estaba persiguiendo. Es decir, el divorcio por solicitud. Si en este momento
surgiera un conflicto, por decir lo menos de violencia familiar y se quisiera invocar éste como causal de divorcio, no
habría posibilidades porque ya no existe, incluso, en los artículos derogados vamos a ver que, como ya no existen
estos textos que citaré a continuación, todo ha quedado hecho un desorden y la familia ya no sabe si va o viene y
sus garantías han quedado violadas en forma flagrante. (CONTINUARÁ

Derecho Familiar
Julián Güitrón Fuentevilla
Situación actual del divorcio en el Código Civil del Distrito Federal
Organización Editorial Mexicana
8 de febrero de 2009

(Tercera y última parte)

SÍNTESIS

En las dos entregas anteriores nos referimos ampliamente a los considerandos del decreto que modificó la
sistemática del divorcio del Código Civil vigente en el Distrito Federal, así como a los artículos que se reformaron,
derogaron y adicionaron tanto de la legislación adjetiva cuanto de la sustantiva. En este artículo, nos referiremos
como última parte de este estudio al texto de los preceptos que desaparecieron, para que nuestros distinguidos
lectores tengan una visión íntegra, completa, panorámica de cómo era el divorcio y lo que hoy, para desgracia de las
familias mexicanas del Distrito Federal está en vigor en la materia.

ARTÍCULO 273 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL

Éste regulaba el divorcio por mutuo consentimiento judicial y los requisitos del convenio correspondiente. En este
precepto se había establecido el divorcio por mutuo consentimiento, es decir, acudir ante el juez ambos cónyuges y
divorciarse de común acuerdo, satisfaciendo los requisitos de un convenio en el que tenían que determinar, si había
hijos, quién tendría la custodia, cómo se atendería la acción de los alimentos, quién viviría en el hogar, cómo se
administrarían los bienes y cómo se ejercería la guarda y custodia compartidas, a través de las visitas, etc.

DIVORCIO QUE NO VIOLABA GARANTÍAS CONSTITUCIONALES

Éste era en realidad un divorcio que no violaba una garantía, que permitía, si ese era el acuerdo de ambos
cónyuges, que el divorcio se pudiera disolver, garantizando todo lo que la familia requiere, los hijos e incluso el
reparto de los bienes, y no como ahora ha quedado que, simplemente, el legislador para ajustarse a sus designios, a
sus propósitos, derogó el artículo 273 para que no haya ninguna posibilidad para quien quiera divorciarse por su
voluntad, expresada por ambos, de que se pueda hacer en el mutuo consentimiento ante el juez; ha quedado ahora
este absurdo de solicitarlo unilateralmente y pretender darle todos los efectos jurídicos, violando como ya lo hemos
reiterado, las garantías constitucionales del 14 y 16 del otro cónyuge.

ARTÍCULO 275 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL


Este artículo se refería a la separación provisional y al aseguramiento de los alimentos, pero al no haber la manera
de que se separen los cónyuges provisionalmente, sobre todo mientras se decrete el divorcio voluntario, el juez ya
no puede dictar ningunas medidas respecto a los alimentos, respecto a los hijos y tampoco mencionar el convenio
porque ya no existe el divorcio por mutuo consentimiento judicial y entonces, éste es otro golpe artero contra la
familia y contra los propios cónyuges, que si bien no querían ventilar o manejar sus cuestiones estrictamente
personales, lo podían hacer a través de este tipo de divorcio, que en el mismo caso se estaba cometiendo el fraude
a la ley al encubrir la verdadera razón de por qué era la ruptura conyugal.

ARTÍCULO 276 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL

Hoy nos encontramos con la novedad de que no puede haber reconciliación de los cónyuges, porque el precepto
que la regulaba ha quedado derogado; en el pasado, este artículo decía que quienes hubieran solicitado el divorcio
por mutuo consentimiento podrían reunirse cuando quisieran, siempre y cuando no se hubiera decretado el divorcio
y que además se tenía que esperar un año para volver a pedir ese divorcio por mutuo consentimiento.

EL LEGISLADOR DEL DISTRITO FEDERAL ATENTA CONTRA LA FAMILIA

¿Qué ha hecho el legislador? Acomodar, derogar, reformar y adicionar preceptos, que desde el ángulo que se vea
atenta contra la familia, contra los hijos, contra los cónyuges y obviamente contra la sociedad y el propio Estado,
porque habría que ver qué efectos se están produciendo, si en realidad esto ha sido como una panacea, han
acudido por cientos o por miles las parejas para divorciarse para acogerse a esto o simplemente se benefició a
alguien en especial o a un sector determinado.

ARTÍCULO 278 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL

En este precepto se facultaba al cónyuge, que presuntamente no era culpable, a tener determinadas prerrogativas.
El precepto que hacía referencia al divorcio necesario, se decía que sólo podía demandarlo quien no hubiere dado
causa a él. Se señalaba que debía hacerse en un plazo de, por ejemplo, seis meses, de cuando se tuviera
conocimiento de los hechos y, en otros supuestos, se daban dos años para que se pudieran invocar los mismos; es
decir, aquellas causales, más de cuarenta que consignaba el artículo 267 del Código Civil para el Distrito Federal.

VIOLACIÓN FLAGRANTE DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES

En este caso, quienes realizaron el proyecto tenían la firme intención de que no quedara un resquicio de respeto ni
de vocación hacia las garantías constitucionales, sino más bien, dar todas las facilidades para que esa solicitud
proceda y todo esto, como las facultades al cónyuge presuntamente no culpable, desaparecieron porque así lo
consideró la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

ARTÍCULO 281 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL

En este artículo se regulaba la posibilidad del perdón, se decía que el presunto inocente podía perdonar al presunto
culpable, pero como ya no existe el divorcio necesario, esta norma resulta obsoleta, ya que en ésta se decía que
antes de que se pronuncie la sentencia que ponga fin a ese litigio, puede, quien no dio causa al divorcio, quien lo
demandó, otorgar a su consorte el perdón respectivo y decía que no se podía invocar nuevamente el divorcio por las
mismas razones del juicio anterior, pero sí por otras nuevas o por hechos diferentes que puedan en un momento
dado ser causal suficiente para el divorcio.

JUICIOS ORALES EN DERECHO FAMILIAR PODRÍAN SER LA SOLUCIÓN A LA TARDANZA

Lo que se pretendía con la antigua legislación, y así funcionó desde que se copió del Código Napoleón de 1804, y la
repetición que han hecho los distintos Códigos Civiles de México que lo han venido repitiendo, fue el Código Civil del
2000 que se refirió a estas causales y que así había funcionado; si bien ha habido quejas o en los considerando se
dice que los divorcios se han hecho muy largos, que han lastimado a los participan en él y hay muchos problemas y
chicanas legales, ahí el legislador, si tiene éste detectado, debería modificar las leyes para que los procedimientos
fueran más ágiles, por ejemplo, por qué no pensar en establecer los juicios orales en materia familiar y quitar toda
esta serie de obstáculos procesales que estamos conscientes dilatan el juicio, pero el propio órgano legislativo es
quien debía de proponer este tipo de leyes para solucionar los conflictos.

ARTÍCULO 284 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL. DESAPARECIERON LAS FACULTADES
DISCRECIONALES DEL JUEZ FAMILIAR

En este precepto se regulaban las facultades discrecionales del Juez Familiar, que eran tan importantes para que
actuara dentro de los conflictos de Derecho Familiar. El precepto derogado decía que este juez, antes de proveer
definitivamente sobre la patria potestad o la tutela de los hijos menores o incapaces, podía acordar, si se lo
solicitaban los menores, sus abuelos, hermanos, tíos, primos o el propio Ministerio Público, cualquier medida que
fuera necesaria para el desarrollo de los hijos menores o incapaces. Esta norma ha desaparecido y obviamente esto
provoca una laguna en la ley.

ARTÍCULO 286 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL. DESAPARECIERON EL CÓNYUGE
CULPABLE Y EL DIVORCIO NECESARIO

También desapareció el que sancionaba al cónyuge culpable, ya que al no haber divorcio necesario, no hay cónyuge
culpable, no hay consecuencias jurídicas y ahora simplemente queda en una solicitud y después de un año, veinte,
treinta o cincuenta años de matrimonio, metafóricamente se dice que te vaya bien y resuelve tus problemas como
puedas, ya que la ley desde nuestro personal punto de vista, ha dejado desprotegidos a los cónyuges, a los hijos y a
la familia.

ATAQUE GRAVE CONTRA LA FAMILIA

Este artículo derogado decía que el cónyuge que hubiere ocasionado el divorcio debía perder lo que se le hubiera
dado o prometido, por su consorte o por otra persona en consideración al matrimonio que, además, el inocente
conservaría lo recibido y podría reclamar lo pactado en su provecho. Ya no hay norma, no hay hipótesis legal, esto
ya no es posible, porque estamos en presencia de esta relación jurídica que se llama divorcio exprés, espurio "fast
track" o como usted quiera llamarlo. Sea como fuere, es un ataque grave contra la familia.

ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL

Este artículo, que se convirtió en la fracción VI de la nueva regulación del 267, decía que se facultaba a los
cónyuges para demandar una indemnización económica, que la Suprema Corte ha corregido diciendo que es una
compensación. En este sentido, al hablarse del divorcio necesario y la demanda, se facultaba al otro para demandar
una indemnización de hasta el 50 por ciento del valor de los bienes que hubiera adquirido durante el matrimonio y se
ponían como requisitos que debían estar casados bajo el régimen de separación de bienes, que se hubiera dedicado
el demandante en ese lapso preponderantemente al desempeño del trabajo en el hogar y, en su caso, al cuidado de
los hijos y que durante el matrimonio, el demandante no hubiera adquirido bienes propios, o si los adquirió, fueran
menores al otro cónyuge y se facultaba al juez a que éste al resolver otorgaba esa indemnización.

NUEVO DIVORCIO POR REPUDIO

Por supuesto, al ya no haber causales de divorcio necesario y plantearse sólo por solicitud, que finalmente, como ya
lo dijimos antes, viene a ser un repudio, no hay causa, es simplemente porque hueles mal, porque ya me caíste peor
o simplemente porque ya no quiero estar casado y se acaba el matrimonio, la familia, los hijos y todo lo demás. Por
ello nuestra crítica acerba al modo en que se ha atacado tan duramente a la familia.

FALLAS EN EL PROCEDIMIENTO

En cuanto a los procedimientos, también hay que destacar lo que hizo el legislador, ya que en esta materia se le
ocurrió derogar los artículos 674 al 682 que regulaban el divorcio por mutuo consentimiento judicial.

SENTENCIA INAPELABLE DE PRIMERA INSTANCIA, BURLA Y ATAQUE CONTRA LA FAMILIA

En referencia a los artículos reformados, todo apunta hacia consolidar esta resolución del divorcio por solicitud y en
el mismo sentido fueron los que se adicionaron, especialmente en el Código de Procedimientos Civiles que fue el
272-B y el 685 Bis, éste último al que ya nos hemos referido en cuanto a que la decisión del juez, la sentencia que
dicte, será inapelable, por lo que ésta no pasará a segunda instancia y sólo quedaría, en su caso, el amparo directo.

ARTÍCULO TERCERO TRANSITORIO DEL DECRETO EN CUESTIÓN

Por lo que hace a los juicios de divorcio en trámite, será potestativo para cualquiera de las partes acogerse a las
reformas establecidas en el presente decreto y, en su caso, seguirán rigiéndose con las disposiciones vigentes
anteriores a la publicación del presente decreto hasta en tanto hayan concluido en su totalidad.

ABERRACIÓN DEL ARTÍCULO TRANSCRITO

Si la reforma fue mala, el tercero transitorio fue peor. Imagínense ustedes, distinguidos lectores, que se faculta a
quien esté actualmente en un trámite de divorcio, cambiar, si quiere, a la nueva forma, es decir a solicitarlo sin
causal y con la sola expresión de su voluntad particular. Si éste fuere el caso, se aplicará la nueva regulación; por
supuesto que se violarían, entre otros, el artículo 14 constitucional, el cual determina que no debe darse
retroactividad a ley alguna, en perjuicio de las personas; obviamente, en este supuesto, si uno de los dos
participantes en un divorcio necesario decide dejar ese juicio, en estricto derecho debería pagar las consecuencias
por abandonar el procedimiento, debería ser condenado con todas las consecuencias legales que ello implica. Sin
embargo, como dice el tercero transitorio, "será potestativo para cualquiera de las partes acogerse a las reformas
establecidas en el presente decreto", al ejercer esa facultad, la misma se convertirá en derecho y el desastre judicial
será todavía más grave. Es evidente que la angustia debe rondar por los pasillos de quienes, para desgracia de la
familia, propiciaron esa reforma y seguramente en unos días seremos testigos presenciales y reseñaremos lo que
ocurra en este espacio, si la Asamblea Legislativa decide reformar la reforma, sin metáforas, y que cuando menos
conviertan el divorcio unilateral en bilateral, que se respeten las garantías constitucionales y que sea el juez, porque
vivimos en un régimen de Derecho, y no la voluntad unilateral de uno de los cónyuges, quien determine la ruptura
del vínculo matrimonial y sus consecuencias jurídicas.

S-ar putea să vă placă și