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PINTORES CLAROSCURISTAS

LEONARDO DA VINCI
Nació en 1452 en la villa toscana de Vinci, hijo natural de una campesina,
Caterina (que se casó poco después con un artesano de la región), y de Ser
Piero, un rico notario florentino. Italia era entonces un mosaico de ciudades-
estados como Florencia, pequeñas repúblicas como Venecia y feudos bajo el
poder de los príncipes o el papa. El Imperio romano de Oriente cayó en
1453 ante los turcos y apenas sobrevivía aún, muy reducido, el Sacro
Imperio Romano Germánico; era una época violenta en la que, sin embargo,
el esplendor de las cortes no tenía límites.

A pesar de que su padre se casó cuatro veces, sólo tuvo hijos (once en total, con los que
Leonardo acabó teniendo pleitos por la herencia paterna) en sus dos últimos matrimonios,
por lo que Leonardo se crió como hijo único. Su enorme curiosidad se manifestó
tempranamente, dibujando animales mitológicos de su propia invención, inspirados en una
profunda observación del entorno natural en el que creció. Giorgio Vasari, su primer
biógrafo, relata cómo el genio de Leonardo, siendo aún un niño, creó un escudo de Medusa
con dragones que aterrorizó a su padre cuando se topó con él por sorpresa.

Consciente ya del talento de su hijo, su padre lo autorizó, cuando Leonardo cumplió los
catorce años, a ingresar como aprendiz en el taller de Andrea del Verrocchio, en donde, a lo
largo de los seis años que el gremio de pintores prescribía como instrucción antes de ser
reconocido como artista libre, aprendió pintura, escultura, técnicas y mecánicas de la
creación artística. El primer trabajo suyo del que se tiene certera noticia fue la construcción
de la esfera de cobre proyectada por Brunelleschi para coronar la iglesia de Santa Maria dei
Fiori. Junto al taller de Verrocchio, además, se encontraba el de Antonio Pollaiuollo, en
donde Leonardo hizo sus primeros estudios de anatomía y, quizá, se inició también en el
conocimiento del latín y el griego.

Juventud y descubrimientos técnicos

Era un joven agraciado y vigoroso que había heredado la fuerza física de la estirpe de su
padre; es muy probable que fuera el modelo para la cabeza de San Miguel en el cuadro de
Verrocchio Tobías y el ángel, de finos y bellos rasgos. Por lo demás, su gran imaginación
creativa y la temprana maestría de su pincel, no tardaron en superar a las de su maestro: en
el Bautismo de Cristo, por ejemplo, donde un dinámico e inspirado ángel pintado por
Leonardo contrasta con la brusquedad del Bautista hecho por Verrocchio. El joven
discípulo utilizaba allí por vez primera una novedosa técnica recién llegada de los Países
Bajos: la pintura al óleo, que permitía una mayor blandura en el trazo y una más profunda
penetración en la tela. Además de los extraordinarios dibujos y de la participación virtuosa
en otras obras de su maestro, sus grandes obras de este período son un San Jerónimo y el
gran panel La adoración de los Magos (ambos inconclusos), notables por el innovador
dinamismo otorgado por la maestría en los contrastes de rasgos, en la composición
geométrica de la escena y en el extraordinario manejo de la técnica del claroscuro.
DIEGO DE VELASQUEZ
(Diego de Silva Velázquez; Sevilla, 1599 - Madrid, 1660) Pintor español. Además de ser la
personalidad artística más destacada de su tiempo, Diego Velázquez es también la figura
culminante del arte español, sin rival hasta los tiempos de Goya.

Diego Velázquez realizó su aprendizaje en Sevilla, en el taller de Pacheco, con cuya hija
casó en 1617. Cuando todavía era un adolescente, pintó algunas obras religiosas (La
Inmaculada Concepción, La Adoración de los Reyes Magos) con un realismo inusual y
pronunciados efectos de claroscuro. A la misma época pertenece una serie de obras de
género con figuras de prodigiosa intensidad y una veracidad intensísima en la reproducción
tanto de los tipos humanos como de los objetos inanimados; entre otros ejemplos se pueden
citar Vieja friendo huevos y El aguador de Sevilla.

También por entonces pintó inusitados cuadros de temática religiosa ambientados en


escenarios cotidianos, como Cristo en casa de Marta o Cristo en Emaús; de hecho, la
capacidad de convertir las escenas religiosas en algo cercano
y realista constituye una característica del barroco sevillano
que Velázquez legó a otros artistas de su tiempo.

Estas obras, de un estilo por lo demás muy distinto del de su


época de madurez, le valieron cierta reputación, que llegó
hasta la corte, por lo que en 1623 Diego Velázquez fue
llamado a Madrid por el conde-duque de Olivares, valido de
Felipe IV, para que pintara un retrato del rey; tanto gustó la
obra al soberano que lo nombró pintor de corte.

Las Meninas, de Velázquez

Comenzó así para Velázquez una larga y prestigiosa carrera cortesana, a lo largo de la cual
recibió destacados títulos, como los de ujier de cámara y caballero de la Orden de Santiago.
Desde su nombramiento oficial hasta el final de sus días pintó numerosos retratos de Felipe
IV y de diversos miembros de su familia, a pie o a caballo. Se trata de obras de gran
realismo y excepcional sobriedad en las que el magistral empleo de la luz sitúa los cuerpos
en el espacio y hace vibrar a su alrededor una atmósfera real que los envuelve. Los fondos,
muy densos al principio, se suavizan y aclaran luego, con el paso del tiempo. En los retratos
femeninos (el de Mariana de Austria, por ejemplo), el artista se recrea en los magníficos
vestidos, en los que muestra sus grandes cualidades como colorista. La culminación de su
carrera como retratista es Las Meninas, considerada por algunos como la obra pictórica más
importante de todos los tiempos. Hay que destacar igualmente las incomparables series de
enanos y tullidos de la corte. Velázquez realizó dos viajes a Italia, uno en 1629-1631 y otro
en 1648-1651. En ambos produjo obras importantes: La túnica de José y La fragua de
Vulcano en el primero; los retratos de Juan de Pareja y de Inocencio X en el segundo; el del
Papa es un retrato portentoso, dotado de una vivacidad, una intensidad y un colorismo
excepcionales.
La rendición de Breda, de Velázquez
Al genio sevillano se debe también una obra maestra de la pintura histórica, La rendición
de Breda, pintada en 1634 para el Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro de Madrid.
El mérito de la obra reside en la ausencia del engolamiento
habitual en los cuadros de temática histórica y en la
plasmación de las facetas más humanas del acontecimiento;
la composición admirablemente resuelta y la atmósfera de
extraordinario realismo han hecho de esta obra una de las
más conocidas del maestro.

Artista prolífico, Diego Velázquez dejó también importantes


creaciones de temática religiosa (Crucificado) y algunas de
tema mitológico en clave cotidiana, como Los borrachos o
Las hilanderas, ésta una de las obras capitales del artista por
la perfección que alcanza en ella la perspectiva aérea. El tono
de cotidianidad, de acontecimiento vivo, confiere a estas
realizaciones un particular atractivo.

De temática mitológica es así mismo la magistral Venus del espejo, el único desnudo
femenino que pintó y uno de los pocos de la historia de la pintura española. Poco conocido
fuera de España hasta el siglo XIX, Diego Velázquez es hoy considerado uno de los
grandes genios de la pintura universal.

VICENTE VAN GOGH


(Groot-Zundert, Países Bajos, 1853 - Auvers-sur-Oise, Francia, 1890)
Pintor holandés. Vincent Van Gogh era el mayor de los seis hijos de un
pastor protestante, y mantuvo con su hermano Theo, cuatro años menor
que él, una relación que sería determinante en su existencia y su
trayectoria artística. La correspondencia que ambos intercambiaron a lo
largo de toda la vida es el testimonio de la intensidad de esta relación.

Tras recibir una esmerada educación en un internado privado, con


dieciséis años entró como aprendiz en la filial de La Haya de la galería
de arte parisina Goupil & Cie., fundada por su tío Vincent; allí conoció
las obras de la escuela de Barbizon.

El traslado de Van Gogh a Londres en 1873 señaló el inicio de una primera etapa creativa.
Tras un rechazo amoroso, se volvió cada vez más solitario, hasta que en 1878 se vio
impelido por la necesidad de entregarse a sus semejantes, y tras intentar estudiar teología,
decidió satisfacer su vocación uniéndose a los mineros de la Borinage. En este período
realizó una serie de dibujos de los mineros.

Hacia 1880, tras ser expulsado por su excesiva implicación, descubrió en la pintura su
auténtica vocación, considerándola una vía para consolar a la humanidad. En los primeros
años de la década de 1880 estudió con diversos pintores, entre los que cabe destacar a
Anton Mauve. Su rápida evolución y el conocimiento de los impresionistas lo llevaron a
abandonar la enseñanza académica y a reunirse con Theo en París en 1876.

Campo de trigo con ciprés, de Van Gogh

Su hermano le presentó a Pissarro, Seurat y Gauguin, y esta situación coincidiría con la


definición de su pintura. Su paleta se tornó definitivamente colorista y su visión, menos
tradicional, dando forma a su personal visión del postimpresionismo. Su interés por el color
y por la captación de la naturaleza lo indujo a trasladarse a Arles, donde su obra fue
progresivamente expresando con mayor claridad sus sentimientos sobre lo representado y
su propio estado mental. Con la pretensión de crear el grupo de los «impresionistas del
sur», Van Gogh alquiló una casa donde invitó a los artistas con quienes compartía intereses
y en la que Gauguin pasaría dos meses. La primera crisis mental, en la que se cortó parte de
la oreja izquierda, tuvo lugar en la Navidad del mismo año 1888. En abril del año
siguiente, ante el temor a perder su capacidad para trabajar, pidió ser ingresado en el
hospital psiquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence donde permaneció doce meses. Tras sufrir
diversos ataques y ante la imposibilidad de salir al exterior a pintar, realizó obras
relacionadas con el hospital, retratos de médicos y reinterpretaciones de obras de
Rembrandt, Delacroix y Millet.

La pérdida de contacto con la realidad y una progresiva sensación de tristeza son las claves
de este período en el que Van Gogh desarrolló un estilo basado en formas dinámicas y en el
uso vigoroso de la línea, de lo cual resultó una pintura más intrépida y visionaria que la de
Arles. Sin conseguir superar el estado de melancolía y soledad en que se encontraba, en
mayo de 1890 se trasladó a París para visitar a su hermano Theo. Por consejo de éste, viajó
a Auvers-sur-Oise, donde fue sometido a un tratamiento homeopático por el doctor, y
pintor aficionado, Paul-Ferdinand Gachet. En este pequeño pueblo retrató el paisaje y sus
habitantes, intentando captar su espíritu. Su estilo evolucionó formalmente hacia una
pintura más expresiva y lírica, de formas imprecisas y colores más brillantes. Pese a que
unos meses más tarde el doctor Gachet consideró que se encontraba plenamente curado, su
estado de ánimo no mejoró debido a los sentimientos de culpa provocados por la
dependencia de su hermano Theo y por su fracaso profesional. Sumido en esta situación de
angustia, el 27 de julio Van Gogh se descerrajó un disparo en el pecho; murió dos días más
tarde.

HONORE DAUMIER
Honoré Daumier nació el año 1808 en la ciudad de Marsella, pero siendo
niño debió trasladarse a París junto con su familia. En París, muy joven
trabajo como ujier en un tribunal de justicia y cadete en una librería, luego
se dedicó a estudiar pintura y dibujo. De este modo dio inicio a su carrera
de artista realizando trabajos en xilografía y la ilustración de anuncios
publicitarios en los que se nota el influjo de Charlet.
En 1828 comenzó sus primeras litografías para el diario La Silhouette (La
Silueta). En 1830 inició su labor en la revista humorística La Caricature en
donde adquirió merecido renombre por sus grabados y dibujos llenos de sátira y crítica
social (incluyendo escenas domésticas). En 1832 comenzó a trabajar en Le Charivari,
periódico humorístico-político dirigido por Charles Philipon particularmente crítico al
gobierno de Luis Felipe I de Orleans, allí tuvo como compañeros a otros señalados
caricaturistas:Raffet, Devéria y Grandville. Daumier precisamente por haber realizado una
caricatura en la cual ese monarca aparecía retratado como Gargantúa (el glotón personaje
de Rabelais), sufrió una prisión de seis meses.
En 1835 debido a la instalación de la censura en Francia, Daumier evitó la caricatura
política directa y en su lugar se dedicó a ridiculizar las convenciones y costumbres entonces
imperantes.
Retornó a la sátira política con la Revolución de 1848. A partir de ese mismo año 1848 se
apasionó por la pintura, teniendo entonces un estilo muy influido por Delacroix, Corot,
Millet, Rousseau y -en sus últimas obras- por Fragonard (Estudio del pintor) y los
impresionistas (por ejemplo: La lavandera). A medida que fue perdiendo vista, tuvo que
dejar la litografía y centrarse en la pintura, que abordaba con una técnica directa y apenas
retocada.

También son muy valoradas sus esculturas y bustos de yeso (escayola) y bronce que
realizaba principalmente para que le sirvieran de modelos al realizar sus ilustraciones.

Sus grabados se destacan por la mordacidad descarnada y sin embargo de matices


exquisitos y líneas nada exentas de sutileza, al trabajar sarcásticamente los rostros, las
expresiones, los gestos, con precisas exageraciones logra dar noción de la personalidad de
los sujetos representados. Es interesante notar en sus litografías el sabio uso de las
combinaciones cromáticas para lograr sus cometidos de expresar situaciones emotivas en
un ámbito social (existe aquí un influjo -morigerado- desde la obra de Goya); sus litografías
tienen una calidad muy próxima a la pintura, en cuanto a su menos conocida pintura, se
caracteriza por un patetismo logrado con masas oscuras y contrastes de colores fríos y
cálidos, es así que si en sus últimos tiempos Daumier recibió influjos de los impresionistas,
él previamente había ya influido en ellos, pero no queda en esto la gravitación de Daumier,
también ha influido sobre los expresionistas, por ejemplo en Nolde, Ernst Barlach y Ensor.

En 1865 conociendo la grave situación económica por la cual pasaban Daumier y su


esposa, su amigo el escultor Geoffroy Dechaume les convenció para que fueran a vivir a
Valmondois (en Val d'Oise) donde su otro amigo, Corot, les prestó una pequeña casa en el
centro del pueblo; allí falleció Daumier.

Principales obras

Daumier realizó cerca de 4000 litografías, 300 dibujos y 200 pinturas así como decenas de
esculturas. Entre sus grabados y pinturas se destacan:

• Gargantúa (1831)
• Un héroe en julio(1832)
• El vientre legislativo (1832)
• La libertad de imprenta (1832)
• El miembro de todas las academias (1842)
ALBERTO DURERO
Durero nació el 21 de mayo de 1471 en Núremberg,
ciudad a la que estuvo íntimamente unido. Su padre,
Alberto Durero el Viejo, era orfebre y fue el primer
maestro de su hijo. De su primera formación, el joven
Durero heredó el legado del arte alemán del siglo XV, en
el que estaba muy presente la pintura flamenca del gótico
tardío. Los artistas alemanes no tenían dificultad en
adaptar su propia tradición gótica a la de artistas
flamencos como Robert Campin, Jan van Eyck y, sobre
todo, Rogier van der Weyden.

El concepto empírico del mundo de la gente del norte


(fundamentado más en la observación que en la teoría) era
el nexo común. Durante el siglo XVI, el fortalecimiento
de lazos con Italia a través del comercio y la difusión de
las ideas de los humanistas italianos por el norte de
Europa infundieron nuevas ideas artísticas al mundo del arte alemán, de tradición más
conservadora.

Para los artistas alemanes resultaba difícil conciliar su imaginería medieval -representada
con ricas texturas, colores brillantes y figuras con gran lujo de detalle- con el énfasis que
los artistas italianos ponían en la antigüedad clásica, los temas mitológicos y las figuras
idealizadas. La tarea que Durero se planteó fue la de proveer a sus compatriotas de un
modelo con el que pudieran combinar el interés empírico por los detalles naturalistas con
los aspectos más teóricos del arte italiano.

En su abundante correspondencia -especialmente en las cartas al humanista Willibald


Pirckheimer, amigo suyo toda la vida- y en diversas publicaciones, Durero hacía hincapié
en que la geometría y las medidas eran la clave para el entendimiento del arte renacentista
italiano y, a través de él, del arte clásico.

En la lista de amigos de Durero estaba el austriaco Johann Stabius, autor que le


proporcionó los conocimientos y detalles sobre la construcción de relojes solares. Entre las
notas que dejó en su diario, cabe mencionar una descripción de una pesadilla que tuvo una
noche de Pentecostés en 1525 donde veía caer trombas de agua del cielo. Marguerite
Yourcenar hizo un interesante análisis en su libro El tiempo, gran escultor.

Desde aproximadamente 1507 hasta su muerte tomó notas y realizó dibujos para su tratado
más conocido, Vier Bücher von menschlicher Proportion (Cuatro libros sobre las
proporciones humanas, publicado póstumamente en 1528). Sin embargo, otros artistas
contemporáneos suyos, con una orientación de tipo más visual que literaria, ponían mayor
atención en los grabados en planchas de cobre y madera de Durero, que en sus escritos
dirigidos a orientarlos en la modernización de su arte con desnudos de corte clásico y temas
idealizados, propios del Renacimiento italiano.
Aprendizaje y primer viaje

Jacobo, cabeza de la familia Fugger Anciana con monedero (1507),


que apadrinó a Durero (obra del artista) Kunsthistorisches Museum de Viena

José de Ribera
José de Ribera (Játiva, España, 12 de enero de 1591 – Nápoles,
Italia, 1652); pintor y grabador español del siglo XVII, que desarrolló
toda su carrera en Italia y principalmente en Nápoles. Fue también
conocido con su nombre italianizado Giuseppe Ribera y con el
apodo Lo Spagnoletto («el españolito») debido a que reivindicaba
sus orígenes firmando sus obras como «Jusepe de Ribera, español» o
«setabense» (de Játiva).

Cultivó un estilo naturalista que evolucionó del tenebrismo de


Caravaggio hacia una estética más colorista y luminosa, influida por
Van Dyck y otros maestros. Contribuyó a forjar la gran escuela
napolitana (Giovanni Lanfranco, Massimo Stanzione, Luca
Giordano...), que le reconoció como su maestro indiscutible; y sus
obras, enviadas a España desde fecha muy temprana, influyeron en técnica y modelos
iconográficos a los pintores locales, entre ellos Velázquez y Murillo. Sus grabados
circularon por media Europa y consta que hasta Rembrandt los conocía. Autor prolífico y
de éxito comercial, su fama reverdeció durante la eclosión del realismo en el siglo XIX; fue
un referente imprescindible para realistas como Léon Bonnat. Algunas de sus obras fueron
copiadas por pintores de varios siglos: Fragonard, Manet, Henri Matisse...

Ribera es un pintor destacado de la escuela española, si bien su obra se hizo íntegramente


en Italia y de hecho, no se conocen ejemplos seguros de sus inicios en España. Etiquetado
por largo tiempo como un creador truculento y sombrío, mayormente por algunas de sus
pinturas de martirios, este prejuicio se ha diluído en las últimas décadas gracias a múltiples
exposiciones e investigaciones, que lo reivindican como creador versátil y hábil colorista.
Hallazgos recientes han ayudado a reconstruir su primera producción en Italia, etapa a la
que el Museo del Prado dedica una exposición en 2011.

Biografía
José de Ribera nació en Játiva en 1591, hijo de Simón de
Ribera, zapatero de profesión, y de Margarita Cucó. Tuvo
un hermano llamado Juan que también hubo de dedicarse a
la pintura, aunque muy poco se sabe de él.

Juicio de Salomón, 1609-1610. Galería Borghese, Roma.


Este óleo, anteriormente atribuido por Roberto Longhi a un
presunto «Maestro del Juicio de Salomón» no identificado,
se ha descubierto ser el primer cuadro documentado de José
de Ribera, cuando trabajaba en Roma con alrededor de dieciocho o diecinueve años, a partir
de las investigaciones de Gianni Papi en 2002. Se cree que José de Ribera inició su
aprendizaje con Francisco Ribalta, que tenía un taller muy frecuentado; pero al no
conocerse obras de esta etapa, tal deducción es difícil de comprobar. Ribera decidió
marchar a Italia, donde seguiría las huellas de Caravaggio. Siendo aún adolescente inició su
viaje, primero al norte, a Cremona, Milán y a Parma, para ir luego a Roma, donde el artista
conoció tanto la pintura clasicista de Reni y Ludovico Carracci como el áspero tenebrismo
que desarrollaban los caravagistas holandeses residentes en la ciudad. La reciente
identificación de varias de sus obras juveniles demuestra que Ribera fue uno de los
primerísimos seguidores de Caravaggio; incluso se ha conjeturado que pudo conocerle
personalmente ya que su traslado de Valencia a Italia hubo de ser anterior a lo que los
expertos creían.

Finalmente, Ribera decidió instalarse en Nápoles, acaso al intuir que captaría una mayor
clientela; la región era un virreinato español y vivía una etapa de opulencia comercial que
fomentaba el mecenazgo artístico.

Obras destacadas
• Sileno borracho (1626). El lienzo se encuentra
en el Museo de Capodimonte en Nápoles. De él hizo
Ribera una versión grabada, con ligeras variantes.

• San Andrés (1630). Se encuentra en el Museo del


Prado en Madrid. Se representa al santo ante un
fondo oscuro abrazando la cruz de su martirio y con
un grueso anzuelo en la mano, al que está sujeto un
pez.

• La mujer barbuda (1631). El lienzo se encontraba hasta hace unos años en el


Hospital Tavera de Toledo (Fundación Casa Ducal de Medinaceli), aunque actualmente
está depositado en el Museo del Prado.
Antonio Mohedano
Antonio Mohedano fue un pintor español (Lucena, 1563 - †Antequera, 1626).

Formado al parecer en Córdoba con Pablo de Céspedes, sufrió también la influencia de los
fresquistas italianos Giulio Aquiles y Cesare Arbasia y, probablemente, de los manieristas
escurialenses. Avecindado en Antequera, gozando de gran fama como pintor y cultivando
con acierto la literatura hasta merecer que Pedro de Espinosa le incluyera dos sonetos en su
Flores de Poetas Ilustres.

Muy celebrado en su tiempo como pintor de frescos, su obra de este género, cual la
decoración del Sagrario de la catedral de Córdoba y la del claustro del convento de San
Francisco de Sevilla, en colaboración con Alonso Vázquez, se ha perdido. Queda, no
obstante, por aclarar la atribución que Ceán Bermúdez le hace de las pinturas del techo del
Salón de honor del Palacio arzobispal de Sevilla (1604), que representan escenas
apocalípticas y, aunque al óleo, poseen sentido de mural. También fue notoria su fama
como autor de naturalezas muertas, principalmente frutas, aspecto igualmente desconocido
actualmente que lo relacionan con Blas de Prado y Sánchez Cotán y que, al decir de
Angulo, pudieran hacer de él un precursor de Francisco de Zurbarán. La más importante de
sus obras conservadas se encuentra en la Iglesia de la Anunciación de Sevilla, formando
parte del retablo mayor, junto con otras pinturas de Juan de Roelas y Francisco Varela;
fechada en 1606, permite hacerse una justa idea de la fama que Mohedano alcanzó en su
tiempo, al mostrar su dominio del dibujo, su exquisito sentido del volumen y la riqueza de
su paleta, cuyos azules tanto celebró Francisco Pacheco. Otras obras importantes son: la
Asunción y la Transfiguración de la iglesia de San Sebastián de Antequera, la serie no muy
bien conservada de la iglesia de San Pedro de la misma localidad y los lienzos dedicados a
Santa Lucía y la Sagrada Familia de propiedad particular antequerana y sevillana
respectivamente.

Situado en la transición entre el manierismo y el barroco, es, como todos los andaluces de
su tiempo, un pintor italianizante y ecléctico que si no concentró como Roclas su atención
por el color, a la manera veneciana, lo hizo en el volumen de las figuras, anticipando con
ello mucho del plasticismo zurbaranesco. Formado, como toda su generación, en el
idealismo renacentista, el naturalismo de sus composiciones y el interés que mostró por los
problemas claroscuristas le convierten en un auténtico precursor del barroco de 1600
Rembrandt Harmensz van Rijn
Rembrandt Harmensz van Rijn nació en Leiden, el 15 de julio de
1606. Considerado uno de los más grandes pintores de la escuela
holandesa, que floreció alrededor del 1500 al 1700, se formó
como artista en su ciudad natal. Auténtico genio de la pintura,
abarcó todos los campos, el retrato, el paisaje, los interiores, el
cuadro religioso, el mitológico y, a su vez, fue uno de los más
grandes grabadores de todos los tiempos. Durante su formación en
Leiden, fue discípulo de pintores influenciados por el arte italiano,
en particular por Caravaggio.

En 1632 se establece en Amsterdam como pintor independiente,


donde recibe su primer encargo importante de pintura de grupos:
“La Lección de Anatomía del Dr. Tulp”, donde representa figuras
con una unidad psicológica y moral, donde cada personaje tiene una expresión propia. En
1634, Rembrandt se casa con Saskia, durante esos años el artista recibía muchos encargos y
gozaba de una elevada posición económica y social en Amsterdam, pero en 1642 muere su
esposa después de dar a luz a su hijo. Para aliviar su tristeza se entrega a la pintura y pinta
“La Ronda Nocturna”.

Durante los años siguientes recibe pocos encargos y contrae fuertes deudas, pero continúa
trabajando en pintura, dibujo y grabado.

En 1656 se declara en bancarrota, y pierde su casa y sus bienes, a partir de entonces dejara
los negocios y la economía en manos de su hijo y de su segunda mujer Hendrickje, para
dedicarse solo a pintar. Durante los 10 años posteriores, produce sus mejores y más
importantes obras a pesar de la muerte de su hijo y de su mujer en 1664. Estas desgracias lo
afectan cada vez más. Su pintura se torna así más profunda, espiritual y trascendente. En
1661, pinta “Los Síndicos del Gremio de Trabajadores de Tela”, su obra maestra en todos
los aspectos.

Muere el 4 de octubre de 1669.

Rembrandt van Rijn fue un artista en el más profundo sentido de la palabra. Su grandeza
esta plasmada en el modo en que emergen sus figuras de las sombras, envueltas en un clima
de profundidad y misterio. Su técnica, el claroscuro, sobrepasa a la naturaleza, con sus
contrastes de luces y sombras. Su pintura es monocromática, brillan en la oscuridad los
objetos metálicos, su claroscuro busca un efecto pictórico antes que plástico. En sus
grabados se aprecia al admirable dibujante. Inspirado en la Biblia, plasma ambientes que
sólo él era capaz de crear. En sus retratos, descubre al hombre a través de sí mismo. Pinta
personajes que lo seducen y desnudos llenos de sentimiento y sensibilidad de sus mujeres
amadas. Grandes contrastes entre lo material y lo espiritual, entre la luz y las tinieblas y así
vemos entre su primer y último autorretrato, pasar su vida, la vida de este auténtico pintor,
el pintor claroscurista del hombre y de su espíritu.
Dirck van Baburen
(1595-1624)
Nació en la localidad de Wijk bij Duurstede, cercana a Utrecht, región central de los países
bajos. Pintor del Barroco de cuadros religiosos, históricos y escenas de la vida real. Viajó a
Roma donde permaneció alrededor de 10 años. Allí conoció y adoptó el estilo claroscuro,
del sin igual maestro italiano El Caravaggio.

Al volver a su ciudad natal, van Baburen fundó, junto a otros neerlandeses destacados como
Terbrugghen y Van Honthorst, la escuela de pintura Utrecht que desarrolló y puso en boga
el estilo 'Caravallista' (a manera de Caravaggio).

Las obras de Van Banburen muestran el fulgor colorido que da el dramatismo, propio del
caravallismo. Esto se consigue en parte, estableciendo bordes afilados entre luz y sombra.
Si bien en su carrera de pintor no alcanzó celebridad, el legado artístico de Van Baburen se
manifiesta a través de otros maestros, entre los cuales destaca el icono de la pintura
holandesa, tardíamente reconocido: Jan Vermeer.

La Proxeneta Pastor y Princesa


Ofrenda a Ceres

Vulcano y Prometeo
Concierto Cristo con Doctores
TOMÁS LÓPEZ RAMOS
Biografía

Falleció, el 23 de Junio del año 2010, el artista plástico dominicano Tomás


López Ramos "Tomasín", a consecuencia de varias complicaciones mientras
recibía atenciones médicas en el hospital Padre Billini de la Ciudad
Colonial. Tomasín nació en España y se desarrolló en la República
Dominicana. Sus obras ocupan las paredes y rincones del Mesón de Bari,
lugar de que fue uno de los fundadores. De acuerdo con los datos suministrados a DL por
Juan Julio González, empleado del Mesón, el artista que murió a los 80 años, había sido
ingresado al centro hospitalario hace 15 días. "Don Tomasín era una persona talentosa,
cuyas obras todavía se exhiben aquí. Es una pérdida que lamentamos porque siempre fue
una persona de mucha calidad humana", explicó González. El artista Fernando Ureña Rib
refiere en una crítica publicada en la internet: "La pintura de Tomás López Ramos se ha
vuelto luminosa. Y no es que antes no lo fuera. Desde hace más de treinta años López
Ramos se fue internando en los dulces misterios del claroscuro, produciendo una pintura
intimista, de tonos sordos y graves". Su cadáver está siendo velado en la funeraria
Blandino de la avenida Abraham Lincoln y será sepultado hoy. La pintura de Tomás López
Ramos se ha vuelto luminosa. Y no es que antes no lo fuera. Lo que pasa es que desde hace
más de treinta años López Ramos se fue internando en los dulces misterios del claroscuro,
produciendo una pintura intimista, de tonos sordos y graves. En esas pinturas, el tema
(generalmente amable) era un pretexto que le permitía enfrentar diariamente las faenas
propias del ejercicio pictórico.

En su obra, Tomás López Ramos rehuye del discurso, de la proclama y del panfleto quizás
por la convicción íntima de que el destino de un cuadro no ha de ser el de cambiar el
mundo. Parecería bastarle con poder cambiar el rincón oscuro y gris de alguna casa. He
oído decir que su manera de pintar ha transitado bajo el influjo del maestro Gilberto
Hernández Ortega, con quien compartió taller durante los años bohemios de la zona
colonial. Sin embargo, a pesar de la afinidad entre el benemérito maestro y el consagrado
discípulo, no es necesario hacer notar las diferencias, por ser estas marcadas y numerosas.

Mientras en la obra Hernández Ortega se escuchan clamores de angustia, desde un fondo de


tinieblas, la pintura de López Ramos es salpicada con sutileza por las chispas de la ironía y
la causticidad. Aún si el espíritu libre e intenso de
Hernández Ortega se hubiera escondido tras los lienzos de
López Ramos, esta exposición demuestra que él ha sabido
escabullirse de todo posible maleficio y encontrado desde
hace décadas su propias senda. Ese sendero se ve ahora
despejado. La trayectoria de los treinta años precedentes
sirvió a López Ramos para lograr reducir el color a sus
principios esenciales, dejando que la forma apareciera
entre sombras y brumas; mientras los fondos, hechos sobre
una base de tierra de Siena tostada y azules de cobalto, le
servían de soporte a objetos que se veían tocados por una luz envolvente y serena..

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