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Marco teórico.
Es directa cuanto el Estado, el Poder público o Político, es el que se hace cargo por
sus medios y órganos administrativos de prestar estos servicios. Y las bases de las
legislaciones son conocidas: Continuidad Suficiencia Rapidez Seguridad Economía
Calidad Eficiencia Innovación
En 1824 firma un segundo decreto y en 1826 se firma un tercer decreto que define
la corrupción como “un acto de violación del interés público. Y establecía pena de
muerte a todo funcionario público culpable de robar 10 pesos o más.”
.
En 1832 los funcionarios de la Renta del Tabaco se quejaban del exceso
contrabandista y de la impunidad “protegida descaradamente por los jueces
locales”. Por esta razón, los delincuentes se atrevían a construir cabañas, chozas y
cobijos donde a la vista de todos guardaban mercancía de origen ilícito; los
resguardos mientras tanto, conocedores de estas guaridas, no osaban registrarlas
por estar amparadas “bajo las garantías del asilo doméstico”
Entre 1847 y 1858.
El mismo José Antonio Páez, a pesar de su riqueza, recurrió al peculado y a otros
delitos como el tráfico de influencias para conseguir un préstamo del Banco
Nacional. Luego de las exacciones de un empréstito arbitrario para financiar la
guerra en enero de 1862, Páez fue señalado de utilizar parte de ese dinero en
beneficiar a sus hijas, quienes reclamaban el pago de perjuicios en una finca
heredada de su madre, la difunta Doña Barbarita Nieves. Mientras tanto, a los
empleados no se les pagaba el sueldo respectivo y los soldados permanecían sin
recibir ración.
El ministro más importante durante la dictadura, Pedro José Rojas, negociaba
contratos ilícitamente aprovechando su posición. Este contrato fue hecho con un
comerciante de apellido Servadio y Monsanto en septiembre de 1862 y por el cual
ganó 15 mil pesos. También estuvo vinculado a los siguientes convenios: del gas,
junto a José María Larrazabal, Felipe Jiménez, Servadio y Monsanto y Don Antonio
Ríos, y por lo cual obtuvo una tercera parte del total que fue negociado en Nueva
York; la construcción del faro en Los Roques, cuyo costo fue de 20 mil fuertes, y en
donde fue socio de Marcelino Martín y de un tal Chataing; el negocio de la sal, en
el cual ganó una tercera parte junto a Marcelino Martín, la Casa Boggio y Eloy
González de Valencia; la provisión de armamentos y vestuarios, negocio que
compartió con Marcelino Martín y Justino Anzoátegui; el arreglo y composición de
calles, junto con Alejandro Viso, quien no componía ni arreglaba nada, pues lo que
hacía era “remendar con malísimo empedrado algunas cuadras”; y finalmente, el
negocio de acueductos donde actuó al lado del gobernador Miguel Mujica .
Pero antes de que Pedro José Rojas llegara al poder, se negociaban y se cobraban
contratos por obras inconclusas o no ejecutadas. Pedro Núñez de Cáceres
menciona algunas: carretera Caracas-Aragua (vía El Valle), de la Compañía
Bermúdez y Marcano, a un costo de 60 mil pesos; carretera La Cuesta de Auyamas
a Guarenas, del contratista Felipe Jiménez, a un costo de 20 mil; otro contrato de
Felipe Jiménez por 100 mil pesos; carretera al Tuy, del contratista Faustino
Bermúdez, a un costo de 100 mil pesos; carretera Barquisimeto-San Felipe, del
contratista Eduardo Ortiz, a un costo de 40 mil pesos; Penitenciaría de La Trinidad,
del contratista Olegario Meneses, a un costo de 10 mil pesos; Puente del Guaire,
del contratista Juan Cristósomo Hurtado, a un costo de 40 mil pesos.
Los hermanos Monagas también estuvieron implicados en hechos de corrupción
cuando ejercieron la presidencia. De su clan se destacó la esposa de José Tadeo,
Luisa Josefina Oriach, quien realizó negocios muy turbios con vales y recibos
pertenecientes a empleados públicos. El 8 de abril de 1858 el pueblo de Caracas
quemó una muñeca que simbolizaba a una Judas Iscariote. “Esta Judas
representaba a Doña Luisa la mujer de Monagas, y tenía, en una mano unos
papeles de crédito, y en la otra un bolsón lleno al parecer de dinero. Tanto es el
odio a esta familia, que llaman generalmente la Dinastía Monagas”
Las diversas combinaciones entre el sector público y privado con el propósito de
enriquecerse a través de “fraudes públicos generalizados”, tanto de dineros
como de otros recursos nacionales.
El gobierno de Julián Castro fue una gestión de escándalos y corrupción . Durante
el período marzo 1858 y agosto 1861, transcurren en la presidencia de Venezuela
tres personajes: Julian Castro, Felipe de Tovar (heredero del Conde de Tovar), y
Pedro Gual. En cuestiones de ética administrativa, la historia no recoge mayores
elementos positivos de esta gestión. Sin embargo, si hubo en esa época hombres
al menos con vergüenza. Uno de ellos fue el general oligarca Eduardo Carrillo,
quien sin ninguna necesidad, se suicidó de un balazo en la boca por hallarse
incurso en algunos delitos de carácter administrativo y en el robo de 18 mil pesos.
Núñez de Cáceres compara este suceso, poco frecuente en la historia de
Venezuela, de la forma siguiente: “Más prudente ha sido Mariano Mora: en los
ocho meses que manejó la Tesorería no llevó siquiera libros: se robó una de
cuarenta mil pesos, y no se ha tirado una pistola”
El Mariscal Falcón. Se hizo famoso por su manirrotismo: administraba la hacienda
nacional como si fuera patrimonio personal, regalaba títulos, otorgaba
recompensas y obsequiaba dinero tomado de las arcas públicas. Durante la
presidencia del general Falcón (1864), fue famoso un empréstito contratado en
Londres de 1.500.000 libras. El 40 por ciento de este dinero (600 mil libras), se fue
en pago de comisiones, y el resto se lo repartieron los generales federalistas. El
general José Antonio Sotillo rechazó 40 mil pesos que le ofrecieron, es decir,
menos del 5% del monto total
El presidente Cipriano Castro y el general J.V. Gómez fueron denunciados
por corrupción y de manejar los bienes públicos como si fueran los propios.
Dictadura del Tcr. Marcos Pérez Jiménez. Se institucionaliza en la Venezuela
moderna el nepotismo y la comisión entre el circulo allegado al dictador que luego
se auto nombro general y presidente.
Década del 60 a los 70. Este periodo conformado por los presidentes: Rómulo
Betancur, Raúl Leonis y Rafael Caldera. Surge una incipiente seudo-democracia,
que logra aumentar la burocracia del estado y la participación del gobierno en
forma directa en todos los asuntos del estado
Periodo peresista. (Carlos Andrés Pérez. ) Se consolida la corrupción al más
alto nivel en Venezuela al punto de que nuestra nación pasa de ser el país más
rico del hemisferio pero con los casos más connotados de corrupción de toda
América.
A mediados de la década de 1970, el manejo de los bienes nacionales venezolanos
comenzó a deteriorarse drásticamente. Los acontecimientos políticos en el Oriente
Medio produjeron un incremento abrupto en los precios mundiales del petróleo y,
como resultado, los ingresos petroleros se triplicaron en Venezuela. Los hombres
ordinarios al frente del gobierno de Venezuela se vieron expuestos a tentaciones
financieras extraordinarias. Enfrentado con estas ganancias inesperadas, el
presidente Pérez estructuró un programa que denominó “La gran Venezuela”.
Según este plan, una versión tropical del “Gran Salto Adelante” de Mao, el
gobierno invertiría cerca de 2.000 millones de dólares en proyectos industriales en
el sur del país, diseñados para triplicar la producción de acero en cinco años y
construir nuevas plantas de aluminio. En un momento determinado, existían más
de 300 empresas estatales en Venezuela, ninguna de las cuales era rentable.
Durante la segunda mitad del mandato de Pérez, como resultado de los
caudalosos ingresos provenientes del petróleo, la corrupción se disparó y se
“democratizó”. Hasta aquel momento, la corrupción se había restringido,
esencialmente, al círculo a cargo del poder; ahora, por el contrario, muchos
venezolanos comenzaron a participar, en forma directa e indirecta, del abuso y
uso indebido de los fondos públicos. Al final de la presidencia de Pérez, y a pesar
de los ingresos
Inesperados provenientes del petróleo, Venezuela se había endeudado con los
bancos internacionales.
Entre 1975 y 1998, los niveles de corrupción en Venezuela aumentaron de manera
casi constante y se mantuvieron elevados. Especialmente grave fue el período de
la presidencia de Jaime Lusinchi, de 1984 a 1994. En su estudio sobre corrupción,
la socióloga Ruth Capriles Méndez, de la Universidad Católica Andrés Bello, estima
que, durante su presidencia, hubo un uso indebido y deshonesto de unos 36.000
millones de dólares, en especial a través del programa de control del tipo de
cambio denominado RECADI (Régimen de Cambios Diferenciales). Diversos
factores contribuyeron al incremento drástico de la corrupción:
• La debilidad de las instituciones políticas y sociales.
• La falta de normas y controles administrativos adecuados.
• Los caudalosos ingresos relacionados con la producción petrolera, una
riqueza que no se ganaba, en líneas generales, con el trabajo de la mayoría,
sino que la generaba un pequeño grupo de personal técnico de la industria
del petróleo.
• Los líderes políticos populistas, deseosos de promover un estado de
bienestar a fin de consolidar su posición política, en lugar de guiar al país
hacia una prosperidad estable a través del trabajo y la disciplina social. Estos
líderes persuadieron a los ciudadanos de que el dinero proveniente del
petróleo “pertenecía” al gobierno y que parte de él podría entregarse a la
gente a cambio de su lealtad política. A causa de esta creencia, el uso de los
bienes nacionales para beneficio personal, tanto dentro de la elite política
como a lo largo y a lo ancho de la población, perdió gran parte de su sentido
peyorativo.
La visión benevolente de la corrupción que prevaleció en aquellas décadas puede
ilustrarse mediante el fallo judicial de un caso de corrupción ocurrido en 1982 en el
Ministerio de Agricultura de Venezuela: el tribunal a cargo lo desestimó
sosteniendo que “la suma en cuestión [aproximadamente 20.000 dólares] era
demasiado pequeña en relación al presupuesto total del Ministerio”
En 1997, Pro Calidad de Vida, una organización no gubernamental (ONG)
venezolana dedicada a la lucha contra la corrupción estimó que en los últimos 25
años se habían malgastado o robado aproximadamente 100.000 millones de
dólares del ingreso relacionado con el petróleo.
Hugo Chávez
Al acercarse el final del siglo XX, Venezuela estaba lista para un cambio político
profundo. Las elecciones presidenciales de diciembre de 1998 le dieron la victoria
a Hugo Chávez. Que había prometido un corte radical con la política anterior,
basada en un sistema en el cuál dos partidos se alternaban en el poder, con
niveles elevados de ineficiencia burocrática y corrupción. Durante la campaña, la
plataforma de Chávez consistió en tres propuestas fundamentales: convocar una
asamblea constituyente para redactar una nueva constitución, eliminar la
corrupción gubernamental y luchar contra la exclusión social y la pobreza.
En noviembre de 1999, el nuevo Ministro de Relaciones Exteriores, José
Vicente Rangel, dio un discurso en el Centro de Divulgación del
Conocimiento Económico (CEDICE), durante un seminario sobre
“Economía y Corrupción” celebrado en la misma ciudad. En este discurso,
Rangel presentó lo que fue considerado como la posición oficial del nuevo
gobierno en lo relativo a la corrupción. Esta posición puede resumirse de la
siguiente manera:
1. Reconocemos la existencia de una cultura de corrupción sistémica en
Venezuela.
2. Los ciudadanos la identifican, al ver que los hospitales carecen de los
recursos o medicamentos esenciales debido al robo de fondos que han
debido dedicarse a la adquisición de estos insumos.
3. A partir de ahora, la ética jugará un papel central en la vida de nuestra
sociedad.
4. La corrupción aparece por igual en regímenes autoritarios y democráticos y
es más perversa en democracia, ya que requiere la complicidad de muchos.
5. La corrupción ha tenido un costo enorme en Venezuela. Funciona,
esencialmente, a través de la contratación de obras públicas. Los
ciudadanos venezolanos han enviado más de 100.000 millones de dólares al
extranjero. El costo de la corrupción durante los últimos 20 años, según la
ONG Pro Calidad De Vida, es del orden de los 100.000 millones de dólares.
Los costos espirituales y sociales de la corrupción son aún mayores.
6. El 4 de febrero de 1992 [la fecha del intento de golpe de estado de Chávez]
tiene un significado esencialmente ético. El golpe fue una expresión de
protesta popular contra la corrupción venezolana.
7. A fin de luchar contra la corrupción, debemos luchar contra la
confidencialidad y la falta de información de los bancos, las corporaciones
financieras y el sistema judicial.
8. La lucha contra la corrupción debe involucrar a toda la sociedad y a todos los
ciudadanos, a las organizaciones estatales, a las instituciones académicas, a
los medios, a las instituciones religiosas y a las asociaciones políticas,
comerciales y gremiales, a fin de revertir los efectos de la corrupción y
permitir que renazcan nuestros valores morales y éticos.
9. Estamos en las puertas del cambio, y uno de los objetivos principales de este
nuevo gobierno es eliminar la corrupción. Ésta es la única manera de
reinstalar la democracia en nuestro país. El riesgo más importante que
enfrenta este gobierno es no llevar adelante esta lucha con coraje y
decisión, ya que la vieja corrupción tiende a ser inmediatamente
reemplazada por corrupción nueva.
10. Si queremos ser un estado legítimo, necesitamos un sistema judicial en
el que podamos confiar. Sin una justicia digna de confianza, no existe
posibilidad de librar una lucha eficiente contra la corrupción.
11. Como una señal de nuestra determinación de combatir la corrupción,
hemos incorporado en nuestro proyecto de una nueva constitución un
organismo conocido como el Poder Ciudadano, compuesto por el contralor,
el procurador general y el defensor del pueblo, con plena autoridad para
investigar y controlar el funcionamiento del estado y el uso de activos
públicos.
12. Dejaremos de lado la retórica vacía y nos abocaremos a tomar
medidas concretas para que las instituciones funcionen.
Las encuestas que el público no tiene alta estima a las empresas y a la ética en la
administración. Para revertir esta situación el reto es comprender el verdadero
significado de la ética en la administración, el por qué de su importancia y como
debe integrarse en la toma de decisiones. Tanto la filosofía moral como la teoría
de la administración contienen principios éticos que informaran a los gerentes
interesados.
“Una institución en decadencia… es aquella en que los dirigentes han perdido el
rumbo, han olvidado sobre todo que es lo que están intentando hacer
exactamente”.
Se debe iniciar un estudio, con las autoridades del Ministerio de Educación Pública,
de aquellas materias en las cuales se imparten valores a los efectos de determinar
la filosofía, principios y estrategias en el área de actividad educativa para que
mediante afiches, concursos, mensajes en la radio, televisión y prensa se
profundicen sobre éstos en los niveles I, II, III, IV ciclo y nivel universitario. Se
recomienda elaborar una campaña nacional que fortalezca y promueva nuestros
valores no solo en el campo laboral sino también de la familia y de la sociedad,
con la participación de las diferentes iglesias y cultos religiosos.
También se propone emitir la normativa pertinente desde los más altos niveles a
los efectos de que cada organización establezca su filosofía, misión y visión
tornando en cuanta los valores para crear así una organización fundamental en la
vivencia de éstos en la proyección de un óptimo Servicio Público. Además se debe
alcanzar, mediante acciones de capacitación y aprendizaje, que los propios
funcionarios públicos estén debidamente preparados, profesional y técnicamente,
para detectar denuncias y combatir las nuevas conductas delictivas que generan
corrupción.
Los valores que orientan la función pública como la lealtad, eficiencia, probidad y
responsabilidad originan consecuentes deberes y obligaciones para el servidor
público como lo son el deber de confidencialidad, de imparcialidad y de objetividad
en el desempeño de su cargo.
a) Políticas preventivas que tiendan a disminuir los incentivos para que los
funcionarios públicos adulteren el ejercicio de sus funciones en interés privado
y que los particulares puedan comportarse normalmente en el ejercicio de sus
actividades sin desgastar su tiempo, esfuerzo y recursos en procurar el favor de
los gobernantes.
Motivo
Oportunidad
Impunidad
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.