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DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA

CHARLES ANDRES HURTADO

COLEGIO COFREM

GRADO 9-3

Villavicencio-Meta

2008
DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA

CHARLES ANDRES HURTADO

Presentado A:

Licenciado Jesús Octavio Zuluaga

Materia:

Sociales

COLEGIO COFREM

GRADO 9-3

Villavicencio-Meta

2008
INTRODUCCIÓN

Los derechos humanos en Colombia han tomado en rumbo distinto al acordado en


el Congreso de Ginebra ya que los grupos alzados en armas han hecho actos
terroristas y se han salido de su ideología marxista-lennista y dichos grupos han
violado el derecho internacional humanitario por esto en el presente proyecto
logra buscar las causas, consecuencias y soluciones para este conflicto. Temas
que hablan de la actualidad como guerrillas, narcotráfico, desplazamiento forzado,
diversidad étnica, negritud y sindicalismo dan a este trabajo un toque de gran
importancia para leerlo y analizarlo.
OBJETIVOS

Generales:

• Reconocer las causas, consecuencias y hallar una solución de la violación


el los derechos humanos en Colombia

Específicos:

• Conocer los antecedentes que tuvo Colombia para que la violación de los
derechos humanos en Colombia fueran un hecho

• Conocer por que las guerrillas como la FARC se salieron de su ideología y


comenzaron ha hacer actos de terrorismo

• Hallar una posible solución a los conflictos internos del país y poder llegar a
una paz que tanto anhelamos.
CONTENIDO

Introducción

Objetivos

DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA

1. Marco legal

2. Marco teórico

3. Cronograma de actividades

4. Recursos utilizados

5. Tiempo

Conclusiones

Bibliografía
DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA

1. Marco legal

ARTÍCULO 3 COMÚN: UN CONVENIO EN MINIATURA


En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional y que surja en el
territorio de una de las Altas Partes Contratantes, cada una de las partes en
conflicto tendrá la obligación de aplicar, como mínimo, las siguientes
disposiciones:

1) Las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los


miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas
puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra
causa, serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin distinción
alguna de índole desfavorable basada en la raza, el color, la religión o la creencia,
el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier otro criterio análogo.
A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las
personas arriba mencionadas:

a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio


en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios;

b) la toma de rehenes;

c) los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y


degradantes;

d) las condenas dictadas y las ejecuciones sin previo juicio ante un tribunal
legítimamente constituido, con garantías judiciales reconocidas como
indispensables por los pueblos civilizados.

2) Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos.


Un organismo humanitario imparcial, tal como el Comité Internacional de la Cruz
Roja, podrá ofrecer sus servicios a las partes en conflicto.
Además, las partes en conflicto harán lo posible por poner en vigor, mediante
acuerdos especiales, la totalidad o parte de las otras disposiciones del presente
Convenio. La aplicación de las anteriores disposiciones no surtirá efectos sobre el
estatuto jurídico de las partes en conflicto

El derecho de Ginebra o derecho humanitario propiamente dicho, cuyo objetivo es


proteger a los militares puestos fuera de combate y a las personas que no
participan en las hostilidades, en particular la población civil.
El derecho de La Haya o derecho de la guerra, por el que se determinan los
derechos y las obligaciones de los beligerantes en la conducción de las
operaciones militares y se limita la elección de los medios para perjudicar al
enemigo

2. Marco Teórico

Problema

Se puede considerar como un problema la violación de los derechos humanos ya


que los grupos terroristas de Colombia no lo respetan a la población civil ni a las
personas que cubre el artículo 3 de DIH impuesto por la ONU

Justificación

Se puede considerar como un problema de gran importancia el conflicto armado


colombiano que se desarrolla en nuestro país desde hace 40 años en su versión
actual, pero tiene antecedentes históricos en la violencia bipartidista de la década
de 1950 y de años anteriores. La actual administración que encabeza el gobierno
afirma que en Colombia realmente no se está dando un conflicto armado, ya que
Colombia es un estado de derecho, y que las alteraciones al orden público
causadas por las FARC, el ELN, las AUC y otros grupos armados irregulares son
consideradas como parte de una amenaza terrorista. Dicha posición no es
compartida por otros sectores políticos, sociales e intelectuales del país, que se
refieren al mismo con términos tales como conflicto armado, conflicto interno, etc.
El fracaso del proceso y la percepción de que las FARC se habían engrandecido
con una retaguardia en el Caguán desde la cual lanzaban sus ataques, realizaban
actividades relacionadas con el narcotráfico y concentraban a los secuestrados,
fue uno de los factores que contribuyó a la elección de un candidato considerado
como de "mano dura" en Álvaro Uribe Vélez en el 2002.

Las FARC acusan a Uribe, entre otros aspectos, de plantear una guerra sin cuartel
y de haber apoyado grupos paramilitares, por lo cual argumentan que se niegan a
negociar con el presente gobierno algo distinto a una nueva zona de despeje en el
departamento de Valle del Cauca y el ya mencionado "intercambio humanitario" o
intercambio de prisioneros: un canje de los guerrilleros de las FARC en prisión por
un grupo de políticos y militares cautivos por las FARC. En días atrás el 1 de
marzo a las 12:25, alias Raúl Reyes, vocero internacional de las FARC, fue
abatido por el ejército colombiano, en territorio ecuatoriano, constituyendo el golpe
mas duro a las FARC. En el operativo, también murió uno de los ideólogos de las
FARC y otros 14 guerrilleros. El operativo que condujo a la muerte de Reyes
desencadenó una controversia internacional entre Colombia y Ecuador,
principalmente, al igual que entre Colombia y Venezuela. Un hecho destacado
sucedió el 13 de Mayo de 2008. Ese día, 14 jefes de las autodefensas (Entre ellos
"Jorge 40" y Salvatore Mancuso) fueron extraditados a Estados Unidos. El
argumento que dio el gobierno para dar vía libre a la extradición fue que ellos
seguían delinquiendo desde la cárcel, incumpliendo los compromisos adquiridos
en la ley de justicia y paz

También otro inconveniente de gran magnitud es el narcotráfico en Colombia, el


problema ha adquirido connotaciones muy particulares, porque es el mayor
traficante de hoja de coca, pasta básica y sobre todo de cocaína.
La ilegalidad de la industria de la droga le imprime un carácter peculiar: el crimen
organizado, la violencia y la corrupción son sus componentes naturales. El
narcotráfico ejerce su poder para penetrar en las estructuras de la sociedad civil,
para intervenir en las redes de toma de decisiones y para controlar parte de los
territorios nacionales. Y usa la fuerza a través de grupos paramilitares para
desestabilizar los Estados e imponer sus propias leyes y valores, violando los
derechos humanos y poniendo en peligro la permanencia del sistema democrático.
Las drogas afectan a la salud de quienes las consumen, y en particular la de los
jóvenes y los niños. Las diversas opciones para combatir la droga se discuten
tanto a nivel de los países involucrados, como en el plano internacional. Bajo el
liderazgo de las Naciones Unidas, se esta configurando una política basada en el
principio de responsabilidad compartida, en el respeto a la soberanía de los
Estados, en la eliminación del uso de la fuerza y en la no injerencia en los asuntos
internos de los países, todos objetivos loables pero quizás contradictorios. La
economía de la droga conecta la producción, la comercialización y las finanzas en
una intrincada red que hace caso omiso de las fronteras nacionales, y que se
extiende a todos los continentes. El carácter clandestino o subterráneo de la
economía de la droga, dificulta enormemente el análisis de sus efectos en las
sociedades envueltas en la producción, manufactura, tráfico y consumo de
estupefacientes.

Colombia sufre desde los años setenta el estigma de ser la principal productora y
exportadora de cocaína en el mundo. Más allá de la multitud de ideas urdidas al
respecto, sin embargo, los efectos económicos, políticos y sociales del
narcotráfico en la marcha del país han sido tan enormes como difíciles de evaluar
con certeza. Para algunos especialistas la economía colombiana misma depende
ya en cierta medida de los ingresos del narcotráfico, en especial las cuentas
externas. Los carteles de la droga se han fortalecido porque han logrado infiltrarse
en la estructura política del país. Una parte de los cuantiosos ingresos
provenientes del narcotráfico, consideran los estudiosos, se destina a la inversión,
genera empleos y contribuye a financiar el creciente déficit externo, mantener la
estabilidad cambiaria y contar con altas reservas monetarias, lo cual explicaría la
reciedumbre de Colombia frente a problemas financieros internacionales. El
reciente "efecto tequila", por ejemplo, tuvo pocas repercusiones en el país,
mientras que en otras naciones latinoamericanas obligó a severos ajustes
económicos. Otros analistas, en cambio, aseguran que se ha distorsionado la
naturaleza del problema del narcotráfico en Colombia. Por el grado de desarrollo
alcanzado por el país, sostienen, la economía no depende tanto de la droga y
subsiste la capacidad soberana del Estado para combatirla. También desestiman
las bondades económicas del fenómeno al considerar que el desmedido ingreso
de narcodólares desequilibra la demanda interna, afecta la producción transable,
altera los precios, genera expectativas sin bases sólidas y suscita, a largo plazo,
un caos total.

Una de las consecuencias generadas por este problema es el desplazamiento


forzado que consiste en el de los éxodos de poblaciones enteras, desarraigadas
de sus lugares de origen y residencia por motivos bélicos, que se ven forzados a
buscar nuevos lugares de refugio para salvarse y reconstruir sus vidas por fuera
del fragor de las batallas y lejos del control autoritario de gobiernos o grupos
armados que intentan la exclusividad del poder en sus territorios y que prefieren
perder ciudadanos antes que convivir con las diferencias culturales, étnicas,
religiosas o políticas. Colombia, con un conflicto armado casi permanente, con la
presencia de grupos alzados en armas de diferente signo político y una creciente
delincuencia organizada en torno a la producción y el comercio de las drogas
ilícitas, hace parte de ese conjunto de países marcados por el drama del
desplazamiento forzado y aunque la magnitud y la pervivencia del fenómeno es de
mayor alcance que el de muchos países en similares circunstancias, su situación
no ha tenido el reconocimiento internacional suficiente y al interior del país el tema
ocupa lugares marginales, tanto en las agendas de los gobiernos y de los grupos
armados, como entre la opinión pública, sobre todo la de las grandes ciudades
En Colombia el desplazamiento es un eje de pervivencia histórica que atraviesa la
vida nacional desde la fundación de la república hasta el presente y a lo largo del
tiempo manifiesta coyunturas agudas y períodos de relativa estabilidad
poblacional. El poblamiento y colonización del siglo XIX, así como los procesos de
urbanización de las grandes ciudades son evidencias claras de lo que aquí se
planea. El desplazamiento es un dato recurrente y casi permanente de la historia
colombiana; hace parte de la memoria de las familias y de las poblaciones; está
inscrito en los recuerdos de los habitantes urbanos, precedió la fundación de
barrios en las grandes ciudades y de poblaciones grandes y pequeñas a lo largo y
ancho de las fronteras internas. Podría decirse que se ha constituido en un eje
vertebrador de la conformación territorial en el país y como dice Daniel Pecaut ha
devenido en "una representación instalada en la larga duración" donde la violencia
sería el marco constitutivo de esa representación colectiva

Sin embargo, en la última década, el desplazamiento forzado ha tomado


dimensiones de catástrofe humanitaria y se ha hecho visible no solo por sus
magnitudes y sus repercusiones en el mundo urbano sino porque se logró, gracias
a los aportes de algunas O.N.G, situarlo como tema específico de preocupación
política y deslindarlo de ese magma indiferenciado donde se mezclaban de
manera confusa los diferentes eventos del conflicto como asesinatos, masacres,
secuestros, tomas de poblaciones, violación sistemática de los derechos
humanos, panorama en el cual, los desplazamientos de población eran percibidos
como algo capilar, aluvial y como un resultado, no buscado de las operaciones
militares de las fuerzas en disputa. Las consideraciones anteriores apuntan a
demostrar una particularidad del desplazamiento forzado en Colombia con relación
al que acontece en otros países que sufren en la actualidad idéntico drama social.
Uno de los medios principales por el cual se castiga a los narcotraficantes y a los
jefes de las guerrillas es la extradición es, sin lugar a dudas, el instrumento de
cooperación internacional que más controversia ha tenido en la historia jurídica de
nuestro país. A pesar de que desde finales del siglo XIX -exactamente en el año
de 1898- Colombia suscribió un tratado de Extradición con Gran Bretaña y, por lo
tanto, no se trata de una figura novedosa en nuestro ordenamiento, desde la
celebración del Tratado con los Estados Unidos, de 1979, se han presentado toda
clase de vicisitudes y de posiciones divergentes tanto de los diferentes gobiernos y
demás agentes responsables de su implantación, como de la ciudadanía en
general.

La intensidad del debate, sin embargo, no se explica únicamente por la disparidad


de criterios académicos o jurídicos. Aun cuando existen argumentos válidos para
sustentar que la extradición es un instituto jurídico que trasciende la esfera de lo
simplemente procedimental y que puede vulnerar núcleos de derechos
fundamentales como el debido proceso, el derecho de defensa y -cuando se alega
su aplicación retroactiva- el principio de legalidad, es evidente que las razones que
encienden los ánimos tienen una explicación que supera el ámbito de lo jurídico.

Nadie en Colombia ignora que la capacidad de los carteles para intimidar con el
uso de la fuerza y el terrorismo como lo hizo el cartel de Medellín o para corromper
los poderes públicos como lo ha hecho el cartel de Cali ha impuesto un marco de
regulación a través del cual no sólo han evitado que la extradición rija en nuestro
país para el delito de narcotráfico y conexos, sino que, adicionalmente, disfrutan
de las ventajas que les brindan un aparato judicial particularmente ineficiente, que
es incapaz de probar -sin confesiones o delaciones- las actividades delictivas de
sus miembros, y de una legislación penal deficiente que, por la vía de la
acumulación de beneficios exagerados y de un régimen punitivo significativamente
laxo (recuérdese que, por principio de legalidad, el aumento de penas y la
eliminación de beneficios contenidos en la Ley 365 de 1997 no puede aplicarse
hacia el pasado), ha terminado haciéndolos acreedores a condenas que no son
condignas al daño social causado. Así, en una clara expresión del desequilibrio en
el enfoque de un país que aún no acepta su responsabilidad como nación con los
mayores niveles de consumo de drogas, la falta de una definición precisa ha
conducido a la exasperación a los Estados Unidos, que, siguiendo
consecuentemente su inveterada tradición de tramitar sus conflictos internos y de
cohesionar a su sociedad mediante la estrategia de constituir enemigos externos y
de declarar guerras lejos de sus fronteras, han logrado estigmatizar a Colombia
como amenaza a su seguridad interna y movilizar en buena medida la
animadversión de la comunidad internacional por la supuesta resistencia de
nuestro país a cooperar decididamente en la lucha contra el tráfico de narcóticos.
En tales condiciones, los colombianos hemos presenciado cómo, en el transcurso
del año pasado y en lo que va corrido del presente, el Congreso de la República
ha debatido las iniciativas de reforma del artículo 35 constitucional, que van desde
la desconstitucionalización de la prohibición a la extradición de nacionales
colombianos, hasta la de una regulación detallada de las condiciones en las que
sería procedente su aplicación, contenida en el propio cuerpo de la Carta Política

Una de las principales guerrillas de Colombia calificados como terroristas son las
fuerzas armadas revolucionarias de Colombia - ejército del pueblo o FARC-EP son
un grupo guerrillero que se autoproclama marxista-leninista. Opera en el país
homónimo y en las regiones fronterizas de Venezuela, Ecuador, Panamá y Perú.
Son partícipes del conflicto armado colombiano desde su conformación en 1964 y
son dirigidas por un secretariado de siete miembros bajo el comando de Pedro
Antonio Marín, conocido por los alias de Manuel Marulanda o Tirofijo quien según
el gobierno colombiano falleció en marzo de 2008. , noticia que fue confirmada por
el comandante de las FARC, 'Timochenko' en la cadena de televisión venezolana
Telesur el 25 de Mayo de 2008. 'Timochenko', anunció además que el nuevo
comandante en jefe es 'Alfonso Cano'.

La califican como un grupo terrorista 31 países (Colombia, Perú, Estados Unidos,


Canadá y la Unión Europea ). Los gobiernos de otros países latinoamericanos
como Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina y Chile no le aplican esta calificación. El
Gobierno de Venezuela ha solicitado que se le otorgue un estatus de grupo
beligerante a las FARC y no las considera terroristas.

Hacen presencia en 24 de los 32 departamentos de Colombia sobre todo al sur y


oriente del país, concretamente en Putumayo, Huila, Nariño, Cauca y Valle del
Cauca. Se ha reportado la existencia de operaciones militares y campamentos en
los países que tienen frontera con Colombia, como Venezuela, Ecuador, Panamá
y Brasil. Sus acciones consisten en guerra de guerrillas y combate regular
convencional así como técnicas terroristas, como el asesinato de civiles, miembros
del gobierno y militares, el secuestro con fines políticos (como el de Íngrid
Betancourt) o extorsivos, atentados con bombas o cilindros de gas, y actos que
han provocado desplazamientos forzados de civiles violando así el Derecho
Internacional Humanitario.
De acuerdo a un estudio del gobierno y del ejército colombiano esta organización
obtiene del narcotráfico más de $1.000 millones de dólares (el 78% de su
presupuesto). Según esas mismas fuentes, la extorsión (a través de vacunas) les
significan a las FARC más de $600 millones de dólares, mientras que el robo de
ganado ocupa el tercer de sus métodos de financiamiento.
Su número de efectivos varía según las fuentes, desde 6.000 hasta 16.000. Según
un informe de Human Rights Watch, aproximadamente el 20-30% son menores de
18 años, muchos reclutados forzosamente, de igual forma se acusa a las FARC de
torturar y abusar sexualmente de estos menores

La FARC y el ELN han impulsado el y otras agrupaciones de menor relevancia.


Hoy en día, según registros, los grupos paramilitares también recurren al
secuestro, pero las FARC y el ELN lo hacen con mayor frecuencia. Se estima que
a julio de 2005 las FARC mantienen secuestrados a 2500 civiles. Es necesario
tener en cuenta que a diferencia de los secuestros que comete la guerrilla, las
autodefensas jamás han reconocido cometer ese delito. Por tanto, a diferencia de
lo que sucede con las FARC o el ELN, no suelen exigir dinero para liberar a los
plagiados y tampoco envían pruebas de supervivencia. Sin embargo, la Fundación
Nueva Esperanza estima que entre 1996 y 2004 los paramilitares secuestraron a
509 personas. Los volúmenes del secuestro en Colombia registraron un
incremento constante hasta el 2001. En el año 2000, por ejemplo, la triste cifra de
secuestrados fue: 3706 personas. En el 2002 las estadísticas mostraron cierta
disminución, 3.260 personas perdieron su libertad, un 85% de ellas fueron
secuestradas por algún grupo guerrillero. Para algunas fuentes esta disminución
responde al incremento del pago previo de extorsiones para evitar el secuestro
(datos de País Libre y Fondelibertad).

Por causa de esta guerrilla ha sido manifiesto el irrespeto de las normas


humanitarias que protegen a la población civil de los ataques de los actores
armados. Los grupos paramilitares han dirigido sus ataques específicamente
contra la población. Por su parte, la guerrilla ha desconocido el principio de
distinción y de proporcionalidad, poniendo así en peligro a la población. Así,
personas civiles han muerto en el fuego cruzado y varias viviendas han quedado
destruidas luego de incursiones guerrilleras de carácter indiscriminado. La
utilización de armas de fabricación artesanal difíciles de dirigir, como los cilindros
de gas utilizados por la guerrilla, han tenido también este efecto en las acciones
bélicas realizadas por estos grupos. Como consecuencia, se han producido
numerosas muertes de civiles, alcanzados por dichos artefactos en sus casas

En especial los derechos humanos han sido violados a la población indígena y


negra en América Latina también ha habido en la cultura y en la política una
defensa y reconocimiento del componente africano en la Cultura pluri-étnica. En
varios países latinoamericanos hay una población de origen africano, portadora de
un legado cultural africano. El cándomble en Brasil, el Vudú en Haití y La Santería
en Cuba son expresiones de una simbiosis viva y actuante entre la cultura africana
y la cultura europea e indígena. En toda América Latina negritud sirvió para
estimular la autoconciencia de los descendientes de antiguos esclavos y para
darle expresión estética al componente afro de la cultura latinoamericana, la obra
de Nicolás Guillen, de Wilfredo Lam, de Manuel Zapata Olivella, para citar solo
algunos ejemplos, da testimonio de este proceso. Pero utilizar la noción para
pensar conflictos sociales y culturales de las naciones latinoamericanas y dar
expresión a reivindicaciones de la población negra no es actual. Para Manuel
Zapata Olivella hoy en día negritud en América Latina debe ser sinónimo de lucha
por la libertad y reconocimiento del mestizaje como piedra angular de la
autenticidad de la cultura americana, sobre ello escribe: Negritud en América tiene
resonancia de cadena, bodegas, inquisición, resguardos, plantaciones, látigo,
esclavitud, linchamiento, palenque, libertad, vudú, candomblé, rumba, tango,
marinera, jazz, espiritual, blues, cimarrón, mandinga y diablo. No nos esforcemos
en buscarle etimiologías semánticas, encuadramientos filosóficos, literarios o
estéticos. Negritud en América es unidianidad, africanitud, americanidad, todas las
connotaciones que quiera dársele menos el de colonización, doblez, mimetismo,
castración, aberración, imitación

En Colombia existen hoy toda una serie de movimientos que expresan intereses
vitales de comunidades negras e indígenas. Para estos movimientos nociones
tales como negritud o indigenismo ya están agotadas.

Ante la eventualidad de la formulación de una nueva constitución, es necesario


defender la definición de Colombia como nación pluri-étnica y pluri-cultural. En la
cual se representen los derechos sociales, económicos, culturales y políticos de
las comunidades negras e indígenas. La Constitución Nacional debe condenar y
prohibir el racismo, así como todo acto o manifestación que produzca y difunda
prejuicios raciales y afecten la unidad y las relaciones de solidaridad y convivencia
humanista y pacifica entre todos los colombianos. Las zonas habitadas por
población negra e indígena, son en su gran mayoría, de gran pobreza y muestran
condiciones materiales inhumanas de existencia.

Por eso, creemos que el llamado movimiento cimarrón tiene justificadas razones al
posponerle a la Asamblea Nacional Constituyente que la nueva constitución
institucionalice el Apoyo a las zonas habitadas por las comunidades negras e
indígenas para acelerar su desarrollo económico, social, cultural y político,
otorgándoles atención especial en los programas de gobierno y de las
instituciones estatales.

Tenemos que por los sindicalismos abarcan desde a las industrias que se habían
venido creando desde finales del siglo XIX, se fueron agregando otras a partir del
gobierno del General Rafael Reyes, quien utilizó los mecanismos del Estado para
implantar el proteccionismo aduanero que hiciera posible la creación de incentivos
como mecanismo destinado a orientar los ahorros del país hacia la
industrialización, apareciendo así una serie de empresas, muchas de las cuales
subsisten aún, con lo cual se hizo posible una expansión manufacturera
continuada a una tasa media del 5% anual que bajó al 3% entre 1925 y 1930.
Nacieron en esta época: Telares Medellín (1909), Coltejer (1908), Obregón y
Cervecería Bolívar (1908), Cementos Samper (1909) y otras manufacturadoras de
grasas, empaques, cigarrillos, vidrio y cemento, de las cuales pocas de ellas
utilizaron nuestras materias primas agrícolas.

Así mismo, surgieron las compañías extranjeras encargadas de la explotación de


petróleo y otros minerales y también las productoras y exportadoras de banano. El
movimiento económico, el surgimiento de organizaciones laborales y los conflictos
agrarios que se fueron generalizando, resquebrajaron cada vez más el sistema
hacendario, llevando al país hacia el capitalismo que demandaba cada día mayor
mano de obra asalariada, frente a las clases adineradas que persistían en
mantener los privilegios y prebendas y en acrecentar su afán de lucro. Y dentro de
este marco de formación capitalista que vino a incrementar las tensiones de los
trabajadores agravadas luego por la estrechez económica producida a
consecuencia de la primera guerra mundial, surgieron en Colombia los primeros
sindicatos

Como antecedente mediato de la organización sindical en Colombia, se pueden


citar las sociedades aparecidas a mediados del siglo XIX,
Luego aparecerían las agrupaciones sindicales, constituidas como unas
instituciones religiosas y políticas, a las cuales no fueron ajenos ni el partido liberal
colombiano ni el “ partido socialista de esa época”, el primero de los cuales en la
Convención de Ibagué de 1922 adoptó plataformas socialistas y orientaciones que
más tarde tendrían repercusiones en la llamada República Liberal.

Más tarde en el año de 1909 la agrupación sindical formada por sastres, zapateros
y otros artesanos, bajo el nombre de “Sociedad de Artesanos de Sonsón”, fue
reconocida por el gobierno, siendo al parecer la Iglesia su promotora, lo cual
explicaría el que posteriormente fuera una de las agrupaciones afiliadas a la
U.T.C.

Además de los sindicatos ya mencionados, deben mencionarse otros como el


“Sindicato Agrícola de Fresno”, Tolima (1910), el “Sindicato Nacional de Obreras
de la Aguja” (1910), el “Sindicato Central Obrero” (1917) y el “Sindicato de
Profesores y Maestros del Tolima” (1918). De los anteriormente citados se destacó
el “Sindicato Central Obrero” cuya organización inicial fue de carácter artesanal y
mutualista, y desempeñó “un papel notable por aquel tiempo en las luchas de los
trabajadores, apoyando activamente luego, por influencia de su acción socialista
moderada, al candidato presidencial del partido liberal en 1921, General Benjamín
Herrera

Los principales partidos de Colombia son el liberal y el conservador su reseña


histórica es que en 1848 apareció el primer programa liberal elaborado por
Ezequiel Rojas y un año más tarde José Eusebio Caro y Mariano Ospina
Rodríguez redactaron el conservador. Los partidos tradicionales basaron su
ideología en la filosofía liberal del siglo XVIII. y se hallan relacionados con el
federalismo y centralismo de la época de independencia y con los liberales
moderados (conservadores) y liberales progresistas (liberales) que surgieron del
pensamiento de Francisco de Paula Santander. La segunda mitad del siglo XIX
representa para Colombia el rompimiento definitivo con la estructura
socioeconómica colonial. Con la imposición de las ideas liberales, el país entró de
lleno en el sistema capitalista imperante en occidente. La Constitución de
Rionegro (1863-1886) representa el triunfo de los intereses librecambistas y la
imposición de las libertades individuales absolutas. La práctica de estos principios
condujeron al finalizar el siglo a un replanteamiento de las bases ideológicas del
Estado. Se instauró entonces un sistema y proteccionista, regido por la
Constitución de 1886 que perduró en Colombia por más de 100 años y se
caracterizó por un rígido centralismo y por las amplias facultades que otorgó al
poder ejecutivo. La Constitución estableció el sufragio para todos los varones,
mientras que el voto femenino se estableció hasta 1957.
3. Cronograma de actividades

Presentación Fecha
Corrección de proyecto 29 de Mayo
Presentación de proyecto 5 de Junio

4. Recursos utilizados

Producto Valor
Papel $ 2000

5. Tiempo

Situación Periodo
1. La violencia bipartidista 1950-1960
2. Abatido alias ‘Raúl Reyes’ 1 de marzo de 2008
3. Muere Alias ‘Manuel Marulanda’ 13 de Mayo de 2008
4.Surgimiento de la Extradición 1898 - Presente
5. Surgimiento de las FARC y sus actos 1964 - Presente
terroristas
Conclusiones

Con la realización de este trabajo se puede concluir que los derechos humanos en
Colombia han sido violados por un antecedente histórico dado con la fundación de
las FARC y por otros factores como los partidos políticos tradicionales lo cual ha
generado consecuencias como el desplazamiento forzado, el irrespeto a los
indígenas y la posible solución encontrada literalmente es el cese la fuego y
buscar acuerdo con estos grupos para la paz y la calma de Colombia. En el
Derecho son de obligado cumplimiento para los Estados y, en el caso del derecho
internacional humanitario, para los grupos armados organizados. Su objetivo es
proporcionar una protección fundamental que puede prevenir el desplazamiento,
conferir protección a las personas durante el desplazamiento y ayudarles a
regresar a su hogar. Las normas vigentes cubren las necesidades más
apremiantes; no hay mayores vacíos jurídicos en la protección de los desplazados
internos. El reto reside en garantizar la aplicación de las normas existentes
Bibliografía

SITIOS WEB:
www.icrc.org/spa (Comité Internacional de la Cruz Roja)
www.un.org (Organización de las Naciones Unidas)
www.icj-cij.org (Corte Internacional de Justicia)
www.icc.int (corte penal internacional)

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