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Y DEL
MOSAICO
Maestro Sri Deva Fénix
(Prof. Félix E. Díaz)
MADRE
(Mosaico aplicado sobre una escultura).
CONTENIDO
Los aglomerantes
El cemento es el aglomerante más conocido para fijar las placas de mosaico
sobre su base; este material confiere a la obra solidez y resistencia
perdurables. Pero el cemento no puede utilizarse en las bases lisas y en
aquejas que. no pueden humedecerse abundantemente antes de aplicar las
plaquitas. Por éstas y otras razones resulta desagradable y difícil cuando
no se está acostumbrado a trabajar con él. Para los mosaicos que no se
exponen a la intemperie ni están destinados a durar muchos años, se podrán
utilizar otras sustancias aglomerantes, más fáciles de emplear.
La cola fabricada con base de resina sintética sirve perfectamente para los
trabajos decorativos que se realizarán en los interiores de una casa. En
estos casos se cubre la superficie con una capa de cola; se yuxtaponen las
plaquitas y se termina el trabajo llenando las juntas de cemento blanco
fluido.
Mujer esquimal. La
vestimenta multicolor se
destaca sobre un fondo azul,
realizado con piedras de 2 x 2
cm. El marco está hecho con
dos hileras de piedras de 1
cm. de lacto. En el rostro no
se han destacado los rasgos.
El método indirecto
Se llama indirecto porque las plaquitas o los trocitos se fijan primero
pegándolos sobre un papel resistente '(generalmente papel madera);
después se traslada a la base. La ventaja de este método consiste en que el
trabajo completo, siempre que no fuese demasiado grande, puede
ejecutarse sobre una mesa. Hay que tener presente que el trabajo de
ejecución de un panel o de un fresco es generalmente muy largo; muchas
composiciones con mosaicos están destinadas a decorar fachadas y muros
exteriores. En esos casos sería poco menos que imposible componer la obra
en el mismo lugar, exponiéndose el artesano a los embates de la
intemperie. Por el método indirecto, la obra se prepara en el taller,
pegándola sobre una base de papel o cartón, y luego se la traslada al lugar
destinado, donde se coloca.
El mosaico, por lo tanto, se confecciona pegando las plaquitas sobre papel;
para lograrlo hay dos métodos:
A) Imagen invertida, con el anverso de las piedras hacia abajo. Este
método se emplea cuando se trata de grandes composiciones cuyo
montaje requiere varias planchas de papel.
Las dos caras de los abáculos de vidrio, son diferentes: el anverso es liso;
el reverso, estriado, para que se adhiera mejor el cemento. La imagen
se esboza primeramente en tamaño natural sobre papel cuadriculado.
Se marcan los colores elegidos. Si se decide conservar el bosquejo, se
pegan los abáculos (con el anverso hacia abajo) mediante cola
hidrosoluble sobre papel madera o estraza: así se obtendrá la imagen
invertida del mosaico. Las piedras no deben colocarse demasiado
juntas, pues la cola encoge un poco el papel. Este detalle será
importante recordarlo en el caso de los mosaicos de grandes
dimensiones. En este caso, debe descomponerse toda la obra en varias
hojas de papel que se sujetarán sucesivamente sobre la base. El ángulo
derecho del papel se coloca sobre el ángulo izquierdo de la base, y así
sucesivamente. El papel que cubre la superficie de las plaquitas será
eliminado con una esponja humedecida.
D: Se aplica una delgada capa del aglutinante sobre las piedras. Luego se da
vuelta la composición y se aprieta firmemente sobre la base para que las piedras
no sobresalgan del borde, los rastros de humedad que aparecen en las juntas
prueban que las piedras penetraron bien en el aglutinante.
C D
E F
G: El trabajo se deja reposar durante un día o dos, después se llenan las juntas
con la ayuda de la rasqueta. Media hora más tarde se limpia la superficie de la
placa con la esponja humedecida. La esponja se pasa en sentido oblicuo.
G H
El método directo
El método directo indudablemente presenta una infinidad de
ventajas. Sencillamente se introducen las plaquitas multicolores
directamente sobre una capa de aglomerante. Por este método surgirá
la imagen directa y definitiva.
Este mismo método se emplea ante todo para la composición de
pequeños cuadros y motivos decorativos, para adornar objetos tales
como floreros y botellones, trabajos taraceados, tableros de mesitas,
es decir, para trabajos artísticos y de dimensiones reducidas.
Cualquiera fuere el aglomerante que se utilice, cola o cemento, sólo
se debe cubrir inmediatamente la superficie que va a revestirse con
plaquitas, para que aquél no se seque antes de terminar el trabajo. Se
debe tener siempre presente que al aplicar el método directo, la imagen
se forma colocando una piedra por vez sobre el aglomerante. Antes de
comenzar debe calcularse el tiempo necesario que se empleará. Se
empezará pues aplicando el aglomerante a una parte reducida de la
superficie, a fin de que se pueda cubrir con plaquitas sin dificultad,
mientras aquél se halle en condiciones. Se procederá de esta manera
hasta completar la obra.
Los artistas tienen la predilección por el método directo; algunos lo
aplican para trabajos delicados: primero cubren la base con una capa de
cemento; cuando está seco, graban con el punzón los contornos del
dibujo; luego aplican una nueva capa delgada de cemento y sin pérdida
de tiempo colocan las plaquitas, una por una, buscando armonía en los
colores y alterando, a veces, el orden de algunas plaquitas. En este
método al hacerse las modificaciones necesarias y corregir las
imperfecciones debe procederse con suma rapidez, pues una vez que el
cemento haya fraguado será imposible retocar el trabajo.
La obra quedará terminada, finalmente, rellenando las juntas con
cemento en fusión.
D E
Efecto decorativo de las juntas coloreadas y cóncavas
Las juntas, es decir los espacios rellenos con cemento que separan las
plaquitas de mosaico unas de otras, otorgan, según su color y forma, una
característica especial a la composición del mosaico. Se obtendrá un
efecto completamente distinto si al color original del cemento blanco o
gris, se incorpora un colorante soluble en agua, el cual debe mezclarse no
solamente con el cemento para las juntas, sino también con el aglomerante
para la base. Tanto uno como otro deben ser de la misma tonalidad, para
no correr el riesgo de una mezcla de colores en la superficie misma de las
juntas. En-resumen, es indispensable dar color a toda la cantidad de
sustancia aglomerante que se deba utilizar.
El colorante se disuelve en agua y luego se utiliza el líquido obtenido para
mezclar con el cemento. Las plaquitas se colocan en su lugar mientras el
aglomerante está aún fluido, pues antes que éste se solidifique deben
profundizarse las juntas con un pincel para poder rellenarlas con el
cemento coloreado, que varía según las distintas partes que componen el
mosaico.
Con las juntas cóncavas (ahuecadas) se presenta un Inconveniente: una vez
terminado el mosaico, las piedras no quedan sólidamente fijas. Por ello un
trabajo con estas características debe manipularse con precaución.
El mosaico confeccionado según esta técnica servirá para un hermoso
motivo mural.
A B
C D
C: Las hojas con las placas de mosaico se colocan una al lado de la otra.
En los traba/os grandes este procedimiento lleva mucho tiempo.
En tal caso el cemento aplicado a la pared se mantiene fresco rodándolo
con agua.
D: Se quita el papel después de mojarlo abundantemente.
Obsérvese la posición de la mano que quita el papel: casi se
desliza sobre la superficie de las piedras. A la izquierda: el papel
mojado se ha vuelto casi transparente, permitiendo contar las
piedras y comprobar si todas están en su lugar.
Mosaico en el vestíbulo
Para la confección de este tipo de mosaico se requieren buen gusto y
habilidad. El que reproduce la figura cubre todo el piso de entrada que
da al vestíbulo. Está realizado sobre un piso de cemento fuerte de 10
mm de espesor; éste se prepara con una mezcla de cemento común y dos
partes de arena fina (en proporción 2 : 5).
El mosaico se realiza según el método indirecto. Luego de fijar las
piedras sobre papel, se divide en varias secciones numeradas, que luego
se trasladan y colocan una tras otra sobre la base de cemento fuerte. El
artista que realizó el trabajo aquí presentado nunca había trabajado con
mosaico, lo que prueba que un principiante puede intentar trabajos de
envergadura y obtener hermosos efectos decorativos. Para cada metro
cuadrado de este trabajo se calculan 2500 piedras de 2 x 2 c m . o sean
10 kilogramos.
La botella revestida con mosaico puede ser utilizada como pie (base) de una
lámpara. El vidrio de la botella constituía una base muy frágil, por lo tanto se
vertió pasta de cemento en su interior. Una vez endurecido se rompe el vidrio de
la botella y el mosaico se aplica sobre la base de cemento, que ha adoptado,
según el procedimiento anterior, la forma de la botella.
Repisa de mosaico
A pesar de que la confección de este mosaico no ofrece ninguna
dificultad, debe tenerse mucho cuidado al confeccionar el soporte o
marco de madera, el que deberá tener por lo menos 16 mm de espesor, ya
que debe incorporarse el mosaico de aproximadamente 8mm. El
borde será, por lo tanto, relativamente alto. Para la repisa de la
figura (colocada encima del radiador), la tabla de la base ha sido
totalmente reforzada con un sólido fleje metálico que sirve de marco; el
borde está constituido por un cuadrado metálico (de hierro cortado en
ángulo, con el cual se ha rodeado la plancha que sirve de soporte). El
cuadro está fijo sobre pequeñas piezas de hierro blanco remachadas.
Sobre toda la superficie del soporte se ha aplicado una capa de pasta de
cemento; luego se procedió a la colocación propiamente dicha de las
secciones del mosaico, previamente pegados sobre papel (método
indirecto). Para lograr mayor armonía entre mosaico y ambiente, el
marco se pintó de un solo color.
Mesita con tabla de mosaico
Paisaje realizado por un niño, con piedritas coloreadas. Las líneas negras
han sido trazadas con un pincel.
Mosaico con piedritas
Este trabajo ha sido compuesto con toda clase de legumbres secas y granos
de caté. Como los elementos son relativamente grandes, conviene encolar
un grano por vez y luego colocarlos en su lugar.
NOTA: El material que se utilizará será el siguiente: yeso para modelar (una
gran cantidad); colorante en polvo hidrosoluble; cola de almidón (engrudo);
una plancha de vidrio o linóleo,- varillas de madera; una brocha de pintor o un
cepillo; una cuchara vieja para revolver o un cucharón (de cocina); dos reci-
pientes para hacer las mezclas; un pequeño serrucho,- un cortaplumas; una
cuchara de albañil; un martillo y clavos para unir las varillas y formar un
cuadrado.