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2 VÍAS DE INFECCIÓN
La boca (ingestión).
Los pulmones (inhalación).
A través de la piel (inyección).
Por los ojos.
Pueden ser ingeridos;
Por Inyección:
• Debido a salpicaduras.
3 NORMAS DE SEGURIDAD
d) Inhibiendo determinados enzimas: esto altera algunas rutas metabólicas que son
imprescindibles para la reproducción o para la vida de la célula.
La temperatura elevada combinada con un alto grado de humedad es uno de los medios más
eficaces de matar microorganismos. Estos mueren porque sus proteínas se desnaturalizan. El
calor húmedo es más rápido y eficaz que el calor seco, que destruye los microorganismos al
oxidar su materia orgánica en presencia de aire.
Las células vegetativas son más sensibles al calor que las esporas. Las células vegetativas de la
mayoría de las bacterias mueren en 5-10 minutos a 60-70 °C de calor húmedo. Sin embargo, sus
esporas necesitan temperaturas superiores a 100 °C durante unos pocos o muchos minutos. Los
hongos son más sensibles: sus células vegetativas mueren en 5-10 minutos a 50-60 °C de calor
húmedo y sus esporas mueren en el mismo tiempo pero a 70-80 °C. Los virus tienen una
resistencia similar a la de las células vegetativas bacterianas mesófilas.
El vapor a presión permite esterilizar con calor húmedo a temperaturas superiores a 100 °C. El
fundamento es el siguiente: la temperatura de ebullición del agua depende de la presión externa,
de modo que una presión elevada permite que la temperatura de ebullición también sea alta. Esto
permite que a temperaturas superiores a 100 °C se pueda tener agua en fase líquida, lo que
garantiza que la fase gaseosa estará saturada de vapor. El aparato de laboratorio que permite
alcanzar esta situación se llama autoclave y funciona de modo similar a una olla a presión
regulada.
Al poner en marcha el autoclave, la primera porción del vapor producido se emplea en arrastrar el
aire del interior hacia fuera (purga de aire), de modo que la atmósfera que llena el autoclave a la
temperatura de esterilización es únicamente vapor de agua, sin aire. Si no fuese así, para
alcanzar una temperatura de 121 °C la presión tendría que ser muy superior a la que
normalmente se trabaja (1 atm = 1'033 kg/cm²).
En el autoclave no es la presión lo que mata a los microorganismos, sino la temperatura
elevada del vapor. De este modo, todos los recipientes que se introduzcan en el autoclave deben
estar abiertos, al menos parcialmente, de modo que el vapor de agua pueda penetrar en ellos (el
vapor atraviesa con facilidad los tapones de algodón).
Al utilizar el autoclave hay que guardar siempre una serie de precauciones:
a) La tapa del autoclave debe cerrase con la suficiente fuerza como para asegurar que no haya
escapes de vapor cuando la presión sea elevada.
b) No abrir nunca el autoclave hasta que la presión no sea igual a la ambiente (el manómetro
indicará P = 0 atm) y el termómetro indique que la temperatura ha bajado por debajo de 90 °C .
De lo contrario, saldrá de golpe una gran cantidad de vapor de agua muy caliente que puede
quemar a quienes se encuentren cerca. Además, los líquidos que haya dentro hervirán de
repente, derramándose.
c) No introducir frascos ni tubos cerrados herméticamente, pues podrían estallar por el aumento
de presión en su interior. Los que tengan tapones a rosca deben dejarse con el tapón puesto pero
a medio roscar: se roscan primero y después se les quita una vuelta o dos.
d) Los frascos y tubos con líquido nunca deben llenarse hasta el borde, sino hasta 2/3 de su
volumen máximo, pues al perder presión a veces hierven ligeramente y si estuviesen totalmente
llenos se desbordarían con facilidad.
f) Antes de ponerlo en marcha hay que comprobar que tiene suficiente cantidad de agua.
g) La carga (la carga es el conjunto de matraces con medio, tubos, etc., que queremos esterilizar)
debe repartirse en el interior del cestillo de modo equilibrado y procurando que queden espacios
entre los distintos recipientes para que el vapor circule libremente entre ellos.
Hay que tener en cuenta el siguiente fenómeno. El autoclave se programa como si sólo tuviese 3
fases: 1), 3) y 4), de modo que cuando la cámara alcanza 121 °C el reloj comienza a contar 15
minutos y después comienza a enfriarse. Sin embargo, hemos dicho que la carga se va
calentando con retraso, de modo que una parte de los 15 minutos de la fase de esterilización en
realidad son todavía tiempo de penetración del calor al interior de la cámara. En realidad, este
tiempo perdido se gana en parte durante la fase 4; la carga va con retraso pero para enfriarse
(ahora a mayor temperatura que la cámara), de modo que los primeros minutos de enfriamiento
de la cámara aún son de esterilización para la carga.
Lo que se ha descrito no sucede así de modo riguroso, pero esto no es un problema porque el
tiempo de 15 minutos de esterilización ya incluye un margen de seguridad. Sin embargo, esto
sólo es válido para recipientes de vidrio no muy grueso y que contengan menos de 1 litro de
medio, ya que se calientan relativamente rápido. Aún así, en muchos laboratorios los 121 °C se
mantienen durante 20 minutos en lugar de sólo 15 minutos. Cuando se esterilizan matraces con
volúmenes superiores a 1 litro es conveniente alargar aún más el tiempo de esterilización.
b) Tiras de esporas. Son unas tiras de papel impregnadas de esporas bacterianas envasadas en
sobres permeables al vapor. El sobre se introduce en el autoclave, se somete a un ciclo de
esterilización normal y después se cultiva la tira. Si el autoclave funciona bien no debe haber
sobrevivido ninguna espora (el cultivo será negativo).
c) Indicadores químicos. Los hay de varios tipos. Los más comunes indican mediante un cambio
de color si efectivamente se alcanza la temperatura deseada.
II. Pasteurización.
a) Esterilización por aire caliente. Se consigue en estufa eléctrica con la puerta cerrada o con un
chorro de aire caliente. Para esterilizar el material de vidrio de laboratorio es suficiente con dos
horas a 160 °C.
6.4 Desecación.
6.6 Radiaciones.
Las radiaciones electromagnéticas de alta energía (rayos gamma, rayos X y rayos ultravioleta)
esterilizan la superficie de los materiales sobre los que inciden, aunque la radiación menos
energética (UV) necesita actuar durante más tiempo que los rayos X o los rayos gamma. Las
lámparas de ultravioleta se utilizan mucho en el saneamiento de quirófanos, cabinas de flujo
laminar como la de nuestro laboratorio e industrias alimentaria y farmacéutica.
La filtración de disoluciones a través de filtros de tamaño de poro muy pequeño permite retener
los microorganismos en el filtro. Los filtros bacteriológicos retienen todas las bacterias y también
los hongos, pero dejan pasar los virus. Hay también filtros para el aire. Los llamados filtros HEPA
permiten obtener aire limpio de polvo y bacterias. Nuestra cabina de flujo laminar tiene un filtro de
este tipo.
Hay una gran cantidad de sustancias químicas que a determinadas concentraciones son capaces
de matar o impedir el crecimiento de los microorganismos. Ninguna de ellas es óptima para todos
los microorganismos en todas las situaciones medioambientales posibles. Para seleccionar la
más adecuada hay que tener en cuenta:
7.2 Alcoholes.
El alcohol etílico de 60-95° es un desinfectante eficaz contra células vegetativas, pero no actúa
contra las esporas bacterianas. La concentración más eficaz es al 70 % v/v en agua (70°). Actúa
en menos de 10 segundos. El alcohol metílico es menos eficaz y muy tóxico, por lo que apenas
se usa. Los alcoholes de 3 o más carbonos son más eficaces que el etílico, pero se usan poco. El
etanol se usa mucho en clínica como antiséptico de la piel.
Iodo.
Es uno de los germicidas más antiguos y eficaces. Actúa contra todas las bacterias. También
tiene propiedades esporocidas, fungicidas y antivirales, aunque su actividad depende de las
condiciones ambientales.
Es poco soluble en agua, pero se usa desde hace tiempo en forma de tintura de yodo (disolución
de yodo en alcohol y yoduro sódico o potásico). En la actualidad se utilizan también disoluciones
de sustancias que forman complejos con el yodo, solubilizándolo. Es uno de los mejores
desinfectantes de la piel humana y este es su principal uso.
Cloro y compuestos clorados.
El cloro gaseoso es muy eficaz como desinfectante, pero su manipulación requiere equipo
especial. Se usa principalmente para desinfectar agua en plantas purificadoras.
Los hipocloritos más utilizados son el de sodio y el de calcio (NaClO y Ca(ClO)2). Se
comercializan disoluciones de hipoclorito de sodio al 5-12 % para uso doméstico (lejía) que,
diluyéndolas aún más, se usan como desinfectantes (de manos, de agua, etc.) y también como
blanqueantes por su poder oxidante.Otros desinfectantes clorados son las cloraminas.
7.5 Colorantes.
Diferentes sustancias que actúan como colorantes tienen actividad germicida. Destacan el cristal
violeta, el verde brillante y el verde malaquita. Por regla general, son más eficaces contra
bacterias grampositivas que contra las gramnegativas. Actualmente se utilizan principalmente
para preparar medios selectivos.
7.6 Detergentes.
Se usan para lavar y sanear la piel, cabello, superficies, instrumentos, etc., por facilitar el arrastre
mecánico de las bacterias por un chorro de agua. Además, algunos tienen altas propiedades
bactericidas. Destacan especialmente los detergentes catiónicos cuyo catión es un compuesto de
amonio cuaternario : tienen un gran poder bactericida y también actúan como fungicidas y contra
protozoos patógenos. Se usan como antisépticos de la piel y para sanear carnicerías, lecherías,
plantas procesadoras de alimentos, etc.
Los pH extremos son letales para la inmensa mayoría de los microorganismos. Son
excepcionalmente resistentes las micobacterias y pocos microorganismos más. Los ácidos son,
en general, más eficaces que los álcalis. Sin embargo, sus aplicaciones como desinfectantes son
escasas debido a su capacidad corrosiva.
7.8 Esterilizadores gaseosos.
Hay una gran variedad de productos hechos con materiales que no se pueden esterilizar por
medio de altas temperaturas o de esterilizadores líquidos. Con estos materiales se emplean los
esterilizadores gaseosos.
Oxido de etileno.
Es un poderoso germicida utilizado para esterilizar salas en hospitales, industrias y laboratorios y
también muchos productos entre los que se encuentran las placas de Petri desechables. Al ser
un gas es muy penetrante. Su espectro de actividad es muy amplio e incluye también las
esporas.
Formaldehido.
El HCHO es una gas que a temperatura ambiente se polimeriza formando un sólido. También se
presenta en disolución acuosa al 37-40 %, llamándose entonces formol. De cualquiera de estas
presentaciones puede vaporizarse mediante calor el formaldehido; manteniendo este gas en un
recinto cerrado durante un cierto tiempo puede esterilizarse el mismo. Sin embargo, es menos
penetrante que el óxido de etileno.