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PADRES EXITOSOS

Al pensar en los hijos pueden venir a la cabeza y al corazón muchas ideas y sentimientos encontrados,
porque los hijos traen a los padres una gran cantidad de gratificaciones pero también de
responsabilidades difíciles de manejar. Para nadie es fácil saber cuáles son las decisiones correctas, los
momentos precisos o las palabras justas que debemos dar a nuestros hijos para hacer de ellos hombres y
mujeres de provecho.
Nuestras incertidumbres son innumerables y varían dependiendo de la edad de los hijos, pero aunque
ellos crezcan, éstas no desaparecen. Hoy podemos dudar si dejar o no llorar al bebé cuando se ha
despertado ya tres veces en una noche o podríamos pensar si prohibirle o no esos amigos que no nos
gustan; mañana tendremos que decidir cómo respaldarlo en lo que ha decidido estudiar o cómo
reaccionar ante el anuncio de su matrimonio. Definitivamente los padres necesitamos una guía eficaz, un
parámetro que nos marque cómo educar y formar a nuestros hijos.
Nuestro manual de vida, la Biblia, nos da una respuesta sencilla, infalible y eficaz para lograr ésto. En el
libro de Proverbios dice "instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él"
(Proverbios 22:6). Este simple principio encierra la respuesta que usted y yo como padres necesitamos
para culminar con éxito la tarea que emprendimos cuando nuestros hijos nacieron, porque encierra tres
áreas claves para la formación de ellos.
Primero tenemos la estima y valía personal, ésto es, la forma como un niño se siente acerca de sí
mismo determinará su éxito o su fracaso en todo lo que emprenda en la vida. Los que poseen una
autoestima sana, sea niños o adultos, funcionan adecuadamente en la vida. Recuerda: las experiencias
desarrollarán sentimientos positivos o negativos acerca de la imagen personal.
Como segunda área tenemos una disciplina adecuada. La disciplina es parte del carácter que se edifica
en el hijo y lo que le dará su estilo de vida. Significa guiar a un niño para ayudarlo a madurar y a
desarrollar su carácter dentro de ciertas normas y límites. Disciplinar es instruir, educar, guiar y formar
con fidelidad y reglas consecuentes.
La tercera área corresponde a la formación espiritual. Somos los padres los responsables de transmitir una imagen
adecuada de Dios a nuestros hijos. Los padres somos los encargados de que el niño conozca a Dios como su
verdadero Papá (Papá Dios), no sólo con palabras sino con el estilo de vida y el trato que le demos. Poniendo en
práctica estas tres áreas en el manejo de nuestros hijos podremos hacer realidad el Salmo 127:3 que dice "...
herencia de Dios son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre." Anímate y disfruta del regalo que Dios te dio a
través de tus hijos.

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