San Francisco de Ass

Por Gabriel Ruiz Medina Hacia el ao 1182, naca en Ass, Italia, el hombre que por su carisma y su total entrega a la causa de Dios, transformara la perspectiva del seguimiento de Cristo, fundando ordenes, con un carisma que, aunque poco usual en aquella poca medieval, goza de toda la bendicin de Dios y su eterna compaa. Francisco Bernardone, naci bajo el cuidado de sus padres Pedro Bernardone y Donna Pica. En su juventud, Francisco fue convocado para el ejrcito papal, ya que el Sacro Imperio sufra las disputas contra el ejrcito germnico. Despus de cerca de un ao de aprisionamiento por los germanos, Francisco huye de la guerra y se regresa a Ass, desairado, toma un temple meditativo y de contemplacin, y empieza a mostrar una conducta de desapego a lo terrenal, cosa que a sus amigos y familiares les extraa mucho. Un buen da que sus amigos lo notaron en un estado de paz y calma le preguntan que si pensaba en casarse, a lo que respondi: Estis en lo correcto, pienso casarme, y la mujer con la que pienso comprometerme es tan noble, tan rica, tan buena, que ninguno de vosotros visteis otra igual. Es en esta etapa cuando empieza el momento culminante de su conversin, con una convivencia a la realidad de los leprosos, y con una visita al templo de San Damin cerca de Ass, donde se dedico a reconstruir el templo, despus que Cristo crucificado en la cruz del templo le dijo que reconstruyera su iglesia que se caa en ruinas. Aunque sus padres no estuvieron de acuerdo con su decisin, el opto dejar su vida pasada por un lado y llevar su espiritualidad a otro nivel, y as surge la Orden de los Frailes Menores, con el carisma de la Pobreza Evanglica. Por medio de la ayuda de el obispo Guido de Ass consigue que el Papa Inocencio III le de la aprobacin del sumo pontfice, logrando desde este momento su recto caminar hacia el seguimiento de Cristo. Francisco de Ass, un hombre, un santo, un amante de la naturaleza y un ejemplo de verdadero seguimiento de Cristo. Roguemos a San Francisco de Ass que interceda por nosotros ante el Seor, para que infunda en nuestros corazones el mismo espritu de el llamado pobrecillo de Ass, y llevemos nuestra caminar hacia Cristo, con Pobreza Evanglica, al ejemplo de San Francisco.