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1*351
HISTORIA
GENERAL Y NATURAL DE LAS INDIAS,
ISLAS Y TIERRA-FIRME DEL MAR OCÉANO,
POR
POR
PRIMERA PARTE.
MADRID.
IMPRENTA DE LA REAL ACADEMIA ÜE LA HISTORIA.
I* irne POIlRIÍCSZ, CILIE DE S VICrJTK «414. XUH. 7*.
1851.
M'fcSOUR/ BOTABA*
&MDgH Ll8«A*V
A SU AUGUSTA PROTECTORA
2 Ignórase el fundamento que pudieron tener brió don Francisco Cerda y Rico en poder del mar~
los autores de la Biographie Universelle ancienne et qués los dos tomos primero y tercero , copias anti-
moderne para asegurar que en 1783 hizo cl mar- guas del original de la Casa de Contratación de
qués de los Trujillos una edición completa de la Sevilla. De ellos sacó Cerda el traslado, de que habla
Historia general y natural de Indias de Oviedo. Baena; pero el marqués no dio á luz la Historia,
Esta noticia, trasmitida despues por Brunet, aunque que tampoco tenia completa, y aunque se dispuso de
con alguna reserva , no podia apoyarse en las pa- real orden la publicación de la recogida por Cerda,
labras de Baena, quien solo aseguraba que descu- no llegó esto siquiera á emprenderse.
ADVERTEiNCIA. VU
de la catedral de Sevilla, don Andrés Gaseo, á la Casa de Contratación, y ad-
quiridos despues por don Luis de Salazar, habian pertenecido al monasterio de Mon-
serrate, á quien heredó aquel erudito cronista con su copiosa y rica libreria. Pero si
el traslado de los referidos libros merecia toda fé, por haber sido hecho bajo la vi-
gilancia del mencionado Maestre-escuela ; si los códices originales, retocados y aña-
didos por el autor, aunque lastimosamente mutilados de algunas hojas, eran el mas
seguro comprobante de los trabajos ya verificados, y la mas clara guia de los que era
necesario emprender, todavía no fué posible dar por completa h Historia general
y natural de Indias, pues que ni en la copia ni en el autógrafo existia el li-
bro XXVIII, que no pudo tampoco encontrar Cerda, según el testimonio de Bae-
na. Nuevas diligencias se hubieron de practicar por tanto, á fin de llenar aquella
laguna, no pudiendo ser mas satisfactorio el éxito que ha coronado estos esfuer-
zos. El libro XXVIII, con algunos capítulos del anterior, de que antes no se te-
nia noticia, se ha encontrado, pues, entre otros papeles procedentes del extin-
guido archivo de jesuítas, en un tomo en folio de cuatrocientas treinta fojas,
siendo indudable, por la identidad de la letra, que fué desglosado en otro tiempo
del traslado hecho por el Maestre-escuela de Sevilla, traslado que perteneció, an-
tes de pasar á la biblioteca de S. M., á la del conde de Torre-Palma 3.
Con estos seguros datos no era ya tan difícil llevar á cabo los trabajos, tantas
veces interrumpidos, y confiados ahora exclusivamente al celo del académico de
número don José Amador de los Rios. La comprobación de los libros antes reco-
gidos , asi como la copia y cotejo de los nuevamente hallados, han exigido arduas
y prolijas tareas, que terminadas sin embargo en breve tiempo, dieron á la Aca-
demia la seguridad de que podia sacarse á luz la primera parte de la Historia
general y natural de Indias, tan completa y autorizada como es hoy posible,
logrados afortunadamente los originales. Para suplir las cortas lagunas que en
estos resultaban, se ha tenido presente la edición de 1555, la cual ha pare-
cido mas auténtica y segura que la de 1547, no solamente por haber cui-
dado de ella el mismo autor, sino también por no hacer este mención alguna de
la segunda en los MSS., á que daba la postrera lima en 1548, según se ad-
vierte en muchos pasages de la Historia, y va notado en la Vida y escritos de
Oviedo.
Extremado ha sido el esmero que se ha puesto en esta edición, procurándose que
no desmerezca del concepto,' formado respecto de la Historia general y natural de
Indias por cuantos escritores la mencionan. La Academia, no solo ha creido que
se debia atender á conservar con sumo cuidado la dicción de Oviedo, sino tam-
bién su peculiar ortografía. La variedad que se observa en el autógrafo, respec-
3 Asi consta en la última hoja del primer volú- presa en la nota con que terminan puesta de mano
men ; pero atendiendo á las noticias que dá Baena de Antonio Gaseo , sobrino y amanuense del Maes-
de los dos tomos que poseía el marqués de los Tru- tre-escuela, se viene en conocimiento de que son
julos, y considerando que los dos gruesos volume- unos mismos los referidos tomos, pareciendo prô-
nes de la biblioteca patrimonial de S. M., que teñe- bable que de la del marqués de los Trujillos pasaran
mo á la vista, son copias antiguas de los códices á la libreria del conde de Torre-Palma.
de la Casa de Contratación de Sevilla, según se ex-
VIII ADVERTENCIA.
to de la escritura de algunas voces, ha obligado no obstante á deducir la regla
general del mayor número de ejemplos; pero á pesar de esto, ha sido tal el res-
peto tributado al autor, que aun en las numerosas citas italianas y latinas que
hace, se ha guardado su ortografía, consultando con frecuencia los códices y las edi-
ciones mas antiguas de los autores por él alegados; pues que habiéndose valido
de manuscritos é impresos contemporáneos, no parecía oportuno despojar á su
Historia de este matiz de antigüedad, que tanto la recomienda á la estimación de
los discretos 4. La Academia ha deseaüo, en una palabra, no apartándose un
ápice del códice original y conocida por él la ortografía del autor, que solo el papel
y los tipos fuesen modernos.
La importancia de esta y las demás producciones de Gonzalo Fernandez de Ovie-
do , cuya infatigable pluma se consagró exclusivamente á los estudios históricos,
exigía que se diesen al público algunas noticias de aquellas útilísimas tareas, des-
conocidas en su mayor parte aun de los que se precian de eruditos. A tal pro-
pósito cumple sin duda el trabajo que sigue á esta Advertencia, encomendado
también al señor don José Amador de los Rios, quien recorriendo paso á paso
los acontecimientos principales de la vida del primer cronista de Indias, señala
oportunamente las vicisitudes que padece, y observa el contraste que presentan
estas con sus empresas literarias, ofreciendo por último el juicio de todas las
obras, cuya autenticidad está reconocida, y mas detenidamente el de la Historia
general y natural de Indias.
Al finde la tercera parte, última de la misma obra, ha parecido conve-
niente poner un glosario de las voces americanas usadas por Oviedo, las cuales,
ó se han aclimatado y hecho frecuentes en nuestra lengua, ó pueden servir de nor-
te para intentar algún ensayo respecto de los numerosos dialectos ó idiomas que
hablaban los indios, al verificarse la conquista. En la parte de este trabajo relati-
va á las ciencias naturales, se ha consultado, para mayor ilustración, al labo-
rioso y entendido académico de la Real de Ciencias, don Mariano de la Paz
Graelís, gefe también del Museo de Historia natural, y catedrático de la Facul-
tad de Filosofía de la Universidad de esta Corte. Igual servicio ha prestado á la
Academia el no menos celoso profesor don Manuel Maria de Galdo, quien ha en-
tendido con un esmero digno de todo elogio en la comprobación de las plantas y
animales, cuyo diseño presentaba Oviedo, cuidando al propio tiempo de obtener
la mayor fidelidad en los grabados.
Con tales medios ha contado la Academia : la publicación de la Historia ge-
neral de Oviedo comienza, pues, á realizar el proyecto años há concebido,
abrigando esta Corporación la lisongera esperanza de llevar felizmente á cabo la
Colección de Historiadores de Indias.
4 Lo mismo so ha hecho respecto de los nombres la milicia, sino también respecto de las letras cu-
propios y geojráacos , que ó ha modificado ya el yo mas importante instrumento es la lengua dé ca-
uso , ó hm tona lo después carta de naturaleza en da pueblo. Los irrefragables testimonios del progre-
nuííslro sucio. Las historias escritas en los pasados sivo desarrollo de una nación se encuentran ma-
siglos no deban solo considerarse como monumen- yormenle en la historia de su len<nia.
tos de civilización respecto de là política, la toga o
VIDA Y ESCRITOS
DE
I.
Estado político de Castilla á fines del siglo XV.—Conquista de Granada.—Descubrimiento del Nuevo Mun-
do.—Renacimiento de las letras. — Esludios clásicos. — La Reina Católica alienta y estimula los trabajos
históricos.—Crecido número de cronistas de su reinado.—Gonzalo Fernandez de Oviedo.—Su patria y cali-
dad.—Su educación.—Preséntale en la corle el duque de Villahermosa.—Conoce en Granada á Cristóbal
Colon.—Forma el proyecto de escribir la historia de sus expediciones.—Su amistad con los hijos de aquel
he'roe.—Predilección del príncipe don Juan hacia Oviedo.—Muerte del príncipe.—Peregrinación de Oviedo
por Italia.—Su trato con los mas celebrados pintores.—Su amistad con Pontano, Serafín del Águila y Sanna-
zaro.—Visita á Roma—Enlra al servicio de don Fadrique de Ñapóles.—Vuelve á España.—Su casamiento y
primera viudez.—El Rey Católico le elige para el servicio del duque de Calabria.—Su segundo casamiento.—
Prelende llevarle á Italia por su secretario el Gran Capitán.—Alístase en la expedición de Pedrarias Dávila.—
Es nombrado Veedor de las fundiciones del oro de la Tierra-Firme.—Parte al Nuevo Mundo.—Contraste que
ofrecen á su vista la cultura de Europa y el estado de las Indias.
JLLNTRE los ingenios españoles que deben su educación y fama al glorioso reinado
de los Reyes Católicos, merece sin duda lugar señalado Gonzalo Fernandez de
Oviedo, cuya vida activa y laboriosa, cuya acrisolada lealtad y generosa constancia
eslán revelando el espíritu de aquella felicísima era, en que parecía levantarse la
nación española de un sueño profundo, para conquistar entre todos los pueblos el
mas elevado asiento. Grandes males habían afligido á Castilla durante los turbu-
lentos reinados de don Juan II y Enrique IV, cuando plugo á la Providencia asentar
en el trono de los Alfonsos á una muger, dotada de corazón magnánimo y claro
talento, á quien estaba reservada la noble empresa de curar tan hondas heridas.
Ceñía Isabel en 1474 la corona de sus mayores, y cinco años adelante heredaba
Fernando, su esposo, el cetro de Aragon, formándose de esta manera un solo
pueblo de aquellos dos poderosos reinos, hasta entonces rivales.
Yacia la administración, á su advenimiento, en un caos espantoso : era un vano
nombre la justicia, y ni la hacienda reconocia otro sistema que el antiguo y re-
probado desorden de los almojarifes, entregadores y recogedores judios, ni el
Consejo de los reyes ejercía su influencia legítima en los negocios públicos, ni
lograba por último ser respetada en todas partes la magestad real, con grave des-
doro v menoscabo de la corona. Clamaban los pueblos por salir de tan angustiosa
TOMO I. 2
X VIDA Y ESCRITOS
servidumbre, y aquellos dos príncipes, que no desconocian los peligros que les
rodeaban, comprendiendo que la única senda de salvación era la acertada organi-
zación del Estado, acometieron tan ardua tarea llenos de aliento y de esperanzas.
La creación de los Consejos Supremos de Castilla, de Aragon, de Hacienda y de
Estado, dictada en 1480, deslindando todas las atribuciones de la administra-
ción , vino por una parte á manifestar la firme voluntad de los Reyes y á descu-
brir por otra la extension de aquella política previsora, constante é inflexible,
que debia someter al elemento monárquico cuantos elementos sociales habían bas-
ta entonces existido en completo divorcio.
Sujeto ya el pais á tan saludable como severo régimen, volviéronse los Reyes
Católicos á la conquista de Granada, empresa en alto grado meritoria, y olvi-
dada en los anteriores reinados entre el tumulto estéril de las discordias civi-
les. La sorpresa de Zahara, llevada á cabo por Muley Hacen el siguiente año de
1481, rompiendo las treguas asentadas con los Reyes de Castilla, ofreció á estos
justa ocasión de acometer aquella guerra santa, de donde debia salir purificada de
sus antiguos extravíos la nobleza española, fuerte y poderoso el trono, respetada
y temida la nación ibera entre todas las gentes. Diez años fueron menester, no
obstante, para postrar del todo el poderío de la media luna, sacando uno à uno
(según la feliz expresión del Rey Católico) los granos de aquella codiciada Grana-
da. Al cabo lograba Isabel ver cumplida su esperanza, recibiendo el dia 2 de
enero de 1492 las llaves de aquella poderosa metrópoli: la lucha comenzada en
Cobadonga ocho siglos antes habia terminado; y aquel trono vacilante y desau-
torizado en 1474, aparecía ya vigoroso y robusto, ostentando en sus gradas una
nobleza leal, aguerrida y sumisa, y un pueblo magnánimo, feliz é independiente.
La Providencia que asi premiaba los nobles desvelos de la Reina Católica, qui-
so también coronar la purísima fé de sus creencias, poniendo á sus plantas el vasto
imperio de un Nuevo Mundo. El ilustre y no comprendido piloto, que habia men-
digado en vano el favor de las cortes extrangeras, el sabio Cristóbal Colon, lo-
graba al fin ser oido por Isabel, y á poco tiempo cortaban naves españolas las mas
remotas é ignoradas regiones del Océano. Colon volvía un año después á la corte
de los Reyes Católicos, para ofrecerles las primicias de aquel inmortal descubri-
miento, que despertando el espíritu aventurero de los españoles, abria ante sus
ojos un nuevo teatro de hazañas y victorias, brindándoles al par con inauditas ri-
quezas. No habia espirado aun el siglo XV, cuando la misma nación que, encer-
rada por los Pirineos y rodeada por ambos mares, consumía todas sus fuerzas en
restaurar su libertad y salvar la religion de sus mayores, tremolaba también sus
estandartes en el centro de Europa, preparándose de esta manera á las grandes
conquistas que en los primeros años del siguiente siglo la hicieron dueña de Na-
varra y Ñapóles y le allanaron las costas del África, engendrando en la mente de
Carlos I el pensamiento de la monarquía universal, tan constantemente acariciado
por Felipe II '.
i Para prueba de que el pensamiento de la los reyes, sino que habia cundido también entre los
monarquía universal no solamente era abrigado por ejércitos españoles, copiamos aqui las siguientes lí-
DE GON. FERN. DE OVIEDO XI
Mas si lograron los Reyes Católicos levantar en esta forma á la nación ibera del
abatimiento en que yacia, borrando para siempre de España el imperio mahome-
tano, no menores esfuerzos les debieron las ciencias y las letras, aletargadas du-
rante el infausto reinado del último Enrique. La corte de don Juan II, si fué triste
espejo de flaquezas políticas, encerró no obstante cuantos elementos de cultura se
habían elaborado en no remotos tiempos: imitáronse en ella las obras del arte tos-
cano, ilustrado por tan altos ingenios como Dante y Petrarca; sintióse el renaci-
miento de la poesía lemosina, halagada en Aragon por Juan II y don Enrique de Vi-
llena ; y comenzaron finalmente á ser cultivados los estudios clásicos con predilec-
ción y esmero. La Reina Católica que, miraba el ocio como fuente de vicios, no
tuvo por completa la grande obra que estaba realizando, sin apartar á sus magna-
tes y caballeros de los frecuentes peligros, á que los exponía su interminable hol-
ganza. Para conseguir tan plausible intento, procuró atraer aquella desvanecida
juventud á la honesta ocupación de los estudios, considerados al cabo como auxi-
lio y complemento de la milicia 2; y reanudando las tareas literarias que ilustra-
ron la corte de su padre, alcanzó la gloria de ceñir á su frente la inmaculada aureo-
la de restauradora de las letras. Daba Isabel la preferencia á los estudios históricos,
y admirando los grandes hechos y varones de la antigüedad, ardia en el deseo de
reconocer en su nativa lengua á los historiadores latinos, anhelando saborear al
propio tiempo las bellezas que habian sembrado en sus inmortales obras los Hora-
cios y Cicerones. La voluntad de la Reina, superior siempre á todo obstáculo,
triunfó también en esta ocasión, siendo ella la primera que acometió con íirme
empeño la tarea de aprender la lengua del Lacio3, y trayendo á España los
mas insignes humanistas que en Italia ílorecian, para fomentar aquellos estudios. A
su ejemplo quiso unir el de su familia: Pedro Mártir de Anglería y los hermanos
Geraldinos recibieron el honroso encargo de dirigir la educación de los infantes de
Castilla, tarea que mas adelante compartieron respecto de la primera nobleza con
el no menos docto humanista Lucio Marineo Sículo. Los duques de Guimarens y
Villahermosa, el primogénito del duque de Alva, don Pedro Fernandez de Velasco,
don Gutierre de Toledo y don Alfonso Manrique, siguiéronlas huellas de la Reina y
neas, tomadas del mismo Oviedo : <<El qual (César) »ben y Dios tiene ordenado, á nuestro César ; pues
»ha seydo digno, mediante la divina clemencia (que »le sobran osados milites y gentes y no le han de
»le hizo merecedor de sus buenas venturas y nues- »faltarriquezas que les reparla, assi de sus grandes
»tras) de ser señor de tan valerosa nasçion , para »Estados de Europa y África , como destotra m¡-
»que veamos al presente, como se vee, lá bandera »lad del mundo que comprehende sus Indias» (Bist,
»de España celebrada por la mas victoriosa, acata- nat. y (¡en. de Ind., lib. VI, cap. 8).
»da por la mas gloriosa, y amada por la mas digna 2 Pedro Mártir de Anglería: Opus epistolarum,
»de ser querida en el universo. Y assi nos enseña epist. i 15.
»el tiempo é vemos palpable lo que nunca debaxo 3 Hernán Perez del Pulgar decia á la Reina
»del cielo se vido hasta agora en el poderío é alta con este propósito: «Mucho desseo saber cómo
»mageslad de algund príncipe cripsliano ; y assi se »va V. A. con el latin que aprendeys: dígolo, Se-
»debe esperar que lo que está por adquirir y ve- »ñora, porque hay algund lalin tan zahareño que
»nir al colmo de la monarchia universal de nues- »no se dexa tomar de los que tienen muchos nego-
ntro César, lo veremos en breve tiempo debaxo de »cios ; aunque yo confio tanto en el ingenio de
»su yugo y obediencia. Y no digo solo esto por los »V. A. que, si lo tomays entre manos, por soberbio
»infieles; pero ni de los que se llaman cripstianos, »que sea, lo amansareys, como habeys hecho con
»si dexaren de reconosçer por superior, como de- »otros lenguajes» (Le!ra XI, año 1482).
XU VIDA Y ESCRITOS
de los principes, y dieron muy en breve inequívocas pruebas de su amor á las le-
tras, amor que arraigó también en el pecho de las mas ilustres damas castellanas,
entre quienes se distinguieron, con las dos hijas del conde de Tendilla, doña Lucia
de Medrano y doña Francisca de Lebrija, las cuales emularon dignamente la fama
ya adquirida por doña Beatriz de Galindo, maestra de la Reina Católica.
Brillante fué el resultado que tan decidida protección produjo en la república
de las letras, tomando un vuelo inusitado todos los estudios: la teología y la ju-
risprudencia, la filosofía y la literatura, la elocuencia y la historia, apoyándose
poderosamente en la filologia, recibieron ardiente culto, preludiando asi los glo-
riosos dias del gran siglo que no en balde es llamado entre nosotros Siglo de oro.
Prodigioso es verdaderamente el número de los importantes trabajos llevados á
cabo en esta felicísima época, no cabiendo pequeña parte en tan extraordinario
movimiento á los cultivadores de la historia; y digna es por último de señalado
aplauso la esclarecida cohorte de ingenios que dedicaron sus plumas á ilustrar,
en vida, el inmortal reinado de los Reyes Católicos.
En esta edad y en esta corte nace, pues, se educa y florece Gonzalo Fernan-
dez de Oviedo, quien animado de la mas viva gratitud, consagra su vida entera
á la memoria de aquellos Soberanos y al servicio de sus descendientes. Acaricia-
do en su juventud por amiga suerte ; expuesto en su virilidad á los golpes del in-
fortunio, y condenado á llevar siempre una existencia laboriosa y vagabunda, nos
presenta Oviedo en sus numerosos escritos la mas evidente prueba de lo que al-
canzan la actividad y el buen deseo y de lo que pueden la voluntad y la constancia.
Impulsado por estos poderosos móviles, todo lo observa y examina, todo lo pre-
gunta é inquiere, todo lo escribe y guarda en sus memoriales, que á donde quie-
ra le acompañan desde la puericia, y que, aun á riesgo de la vida, logra salvar,
como otro César, ora en el paso de hondos torrentes y caudalosos rios, ora en el
centro de inaccesibles boscages, ya en medio de abrasadores desiertos, ó ya final-
mente en las desconocidas sirtes del Océano. Su talento observador y reflexivo,
su amor profundo á la verdad y el religioso culto que á la historia tributa, le po-
nen la pluma en la mano: para Oviedo nada importa la magnitud de la empresa:
contando siempre con la firmeza de su voluntad, si tiene por útil y meritorio el
objeto de sus vigilias, nada le arredra al emprender sus proyectos, nada le des-
anima ni abate en mitad de sus tareas, reproduciéndolas una y otra vez con infati-
gable tesón y levantado esfuerzo. Gonzalo Fernandez de Oviedo, si no aparece á
nuestra vista como el mas elocuente y docto intérprete de la grande era que de-
jamos bosquejada, es por tanto el mas vivo reflejo de los instintos y de las espe-
ranzas de aquella nación, que no cabiendo ya en los patrios confines, inundaba al
par la Europa, el África y la América, aguijoneada siempre por el estímulo de la
gloria, y prodigando siempre la sangre y las hazañas.
Oriundo del valle de Valdés en las Asturias de Oviedo, nació Gonzalo Fernan-
dez en Madrid en agosto de 1478 4, sin que nos sea dado señalar el nombre de
4 Refiriendo el mismo Oviedo una pendencia que acaeció en Barcelona, el año de U93, enlre don
DE GON. FERN. DE OVIEDO. XIII
su padre. Su calidad de bidalgo, de que se pagaba mucho y hace frecuente alarde
en sus escritos, ha sido no obstante causa de sospecharse que pudo serlo ó ya Fer-
nando de Oviedo, regidor de Madrid, ó ya Juan de Oviedo, secretario en 14GC
de don Enrique IV 5. Dá mayor consistencia á esta fundada conjetura la circuns-
tancia de traer Gonzalo Fernandez en algunos pasages de sus obras la autoridad
de su padre , como testigo presencial de varios sucesos, acaecidos en la corte y pa-
lacio de don Enrique, donde al parecer asistía mas obligado que devoto 6. Mas
no puede dejar de llamar la atención el silencio que guarda Oviedo sobre su fami-
lia, cuando le vemos tan solícito en instruir á sus lectores en cuanto á su calidad
y servicios concierne. Sea como quiera, es cosa averiguada que entró á servir
desde su niñez en casa de don Alfonso de Aragon, segundo duque de Villahcrmo-
sa, sobrino del Rey Católico y hermano de don Juan de Aragon, duque de Luna.
Era el de Villahermosa uno de los magnates que mayor empeño habían mostrado
en eí cultivo de las letras, según queda advertido; y prendado del buen natural
é inteligente viveza de Oviedo, crióle con especial afecto, procurando iniciarle
en los estudios, y despertando en su corazón aquel inexliguiblc amor á los gran-
des hechos que se refleja vivamente en todos sus escritos 7. No había cumpli-
do Gonzalo trece años, cuando el mismo don Alfonso, deseando labrar su fortuna,
le sacó de aquella escuela de Minerva y de Marte, que este nombre dá Oviedo
á la casa de ambos duques, y le presentó en la corte de los Reyes Católicos, don-
de obtuvo el nombramiento de mozo de cámara del príncipe don Juan, con el suel-
do ó quitación de 8,000 mrs. anuales y título firmado por la misma Reina 8.
Iñigo Lopez de Mendoza y otro caballero, prosigue recuerdos, calló Gonzalo constanlemente el paren-
de esta manera el diálogo que sostiene con otro per- tesco que tenia con Juan de Oviedo, mostrándose
sonage: «SERENO : Qué años habriades vos eslon- por el contrario muy adicto á los Reyes Católicos.
»çes?... ALCAIDE: Yo nací año de 1478 y esto fue 6 Oviedo escribe: «Oy decir á mi padre que se
»año de i 493 ; habría algo mas de 14 años. SERENO: »avía hallado en Segovia en aquella sacón, donde
»Edad era essa para quedaros en la memoria lo que »el rey don Enrique el IV estaba é la reina doña
»hays dicho. ALCAIDE : Mejor me acuerdo de lo que »Johana, su muger, etc.» (Bat. y Quinq., III Bat.,
»aveysoydo quede lo que há pocos días quepassó.» dial. 28). Y en otro lunar: «Yo oy á mi padre que
(Bat. y Quinq , Bibliot. Nacional, Cod. Y. 59, folio »lo vio (estando en la corle) y conoció á Barrasa»
602). En el capítulo XXIX del lib. VI de la 1.a Parlede (Quinq., 1.a Parte, Est. 12, fol. 204. Cod.orig. de la
la Hist. gen. ynat. de Ind. dice el mismo Oviedo, ha- Bibliot. Nacional, Ff. 104).
blando del año 1548 : «Una cosa diré aqui que aun- 7 Narrando Oviedo el famoso desafio del capi-
»que he setenta años , etc ;» y después anadia: é los tán Benavides y el comendador Urquillas , acaeci-
complí en el mes de agosto en que estoy ; pero esta do en Zaragoza, escribe: «Sópelo tan menuda-
cláusula que subrayamos, fué después borrada por »mente porque la villa de Cortes en Navarra era cu
él i aunque puede leerse fácilmente en el original. »essa sacón de doña Leonor de Soto, duquesa de
(Real Acad. de la Hist., Cod. de Salazar, lorn. I, fo- »Villahermosa, mi señora, madre de don Alonso
lio 181, enmendado 128). »de Aragon, duque de Villahermosa, mi señor,
5 El secretario Juan de Oviedo, era Señor de »que me crió , al qual yo serví antes que sirvies-
Casasrubios del Monte, y habiéndose declarado por »se al príncipe don Juan » (Bat. y Quinq., Y. 59, fo-
la Beltraneja , le fueron confiscados sus bienes por »lio 457.) En otra parte decia: «Porque el duque
los Reyes Católicos, luego que vencieron estos al de »de Villahermosa, el segundo duque, era su her-
Portugal y á los parciales de doña Juana. El señorío »mano (de don Juan de Aragon, duque de Luna) y
de Oviedo fué donado á Gonzalo de Chacon, favorito »me avía criado» (Bat. y Quinq. 187 vto.).
de los Reyes, de quien le hubieron despues sus he- 8 Hablando de los mozos de Ja cf'mara d<i
rederos , saliendo por tanto de sus primitivos posee- príncipe don Juan , y apuntando los nombres df
dores. Acaso por no despertar estos desagradables lodos, se pone Oviedo en el úllimo número, diciendo:
XIV VIDA Y ESCRITOS
Tenia entonces el príncipe trece años de edad, pues que había nacido en junio
de 1478, dos meses antes que Gonzalo; y esta favorable circunstancia, á que se
agregaban el abierto genial y la reverente solicitud del mozo, fué causa de que
le prefiriese don Juan entre todos sus servidores, asistiendo Oviedo y tomando parte
en sus lecciones durante el dia, y entreteniéndole en los ocios de la noche con
]a lectura de los historiadores y moralistas.
Dos años contaba Gonzalo al servicio del príncipe, cuando abatido y quebran-
tado el imperio de los granadles, rindióse aquella poderosa metrópoli á los es-
fuerzos de Isabel y de Fernando. Procuraban los Reyes que el príncipe don Juan
tomase enseñanza, como heredero de ambas coronas, en los ejemplos de la go-
bernación y de la guerra : era la conquista de Granada la mas difícil empresa que
en muchos siglos acometieron las armas españolas ; y el Rey Católico, que en el
otoño de 1490 habia ya armado caballero al príncipe ante los muros de aquella
opulenta ciudad, asentado el cerco y fortalecidos los reales en el siguiente año,
quiso que asistiese al ejército la Reina Isabel con todos sus hijos, á fin de quitar la
última esperanza de salvación á los sarracenos. Siguió, pues, la corte Gonzalo Fer-
nandez de Oviedo, y todavía en su adolescencia, tuvo la fortuna de conocer allí
los mas ilustres varones que ala sazón florecían en España, y de presenciar los
mas heroicos hechos, que iba ya recogiendo cuidadosamente, formando asi el in-
apreciable tesoro de sus obras 9. Conoció alli también á Cristóbal Colon, pobre
y oscuro mareante, á quien la Providencia encaminaba á Granada, para ofrecer
á la Reina la mas alta ocasión qiie han visto las edades. Oviedo, que se prendaba de
todo lo grande y extraordinario, no le perdió de vista desde aquel momento; y
enterado con diligencia de su pasada vida, apuntaba cuidadoso todos los contra-
tiempos que en la córtele sobrevenían. La rendición de Granada, en que hicie-
ron intervenir los Reyes Católicos al príncipe don Juan, puso término á tan peli-
grosas dilaciones, partiendo al cabo la feliz expedición de la isla de Saltes el 5 de
agosto de 1492, no sin que Oviedo formase el decidido propósito de escribir su
historia <0.
((Tenían en mi tiempo 8,000 mrs. de quitación y advertirse que el deslino de mozo de cámara era
»J2,000 en la despensa, que por tercios de quatro nuevamente creado, cuando se concedió á Oviedo,
»en quatro meses les pagaban , en dineros, cada siendo considerado como cargo de distinción , pues
»un año.» (Off. de la Casa Real de Cast.. Bibliot. que se exigía la nobleza.
Nacional, Cod. T. 88; Quinq., ///.a Parí., Est. 23.) 9 Al mencionar Gonzalo Fernandez la loma de
Prescotl, Irwing, Ticknor , Ternaux y otros es- Granada, el descubrimiento del Nuevo Mundo, la
critores extrangeros asientan que fué page , ya del expulsion de los judíos y la herida del Rey Catón-
príncipe don Juan, ya de los Reyes Católicos : se- co , escribe: « Assí que, no hablo de oydas en nin-
mejanle error, á que tal vez dio origen el mismo »guna destas quatro cosas sino de vista, aunque
Oviedo, diciendo que se habia encontrado pagemu- »las escriba desde aquí, ó mejor diciendo , ocur-
chacho en la conquista de Granada (Hist. gen. de In- »riendo á mis memoriales, desde el mismo tiempo
días , 7.a Parte, lib. II, cap. 7), queda enteramente »escriptas en ellos» (Bist. Gen. y Nat. delnd., 1.a Par-
desvanecido, cuando se advierte que esta frase solo te, libro 11, cap. 7).
determina la tierna edad que entonces tenia, siendo \0 En el prohemio que puso Oviedo al Suma-
machos los pasages de sus obras en donde hace rio de la Natural Historia de las Indias, decia, dan-
relacion del oficio que en la cámara de don Juan do al César noticia de sus trabajos literarios : «Todo
desempeñaba (Ad. á los Off. de la Casa Real: Hist. »lo quai y otras muchas cosas desta calidad muy
(¡en. delnd., lib. VI, cap. S). Debe sin embargo »mas copiosamente yo tengo escripto y esta en los
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XV
Echados los cimientos á la gobernación del nuevo reino y arrojados de España
los judios, partieron entre tanto los Reyes Católicos de Granada la vuelta de Ara-
gon, llevando en su compañía á las infantas y al príncipe don Juan, sus hijos. En
Zaragoza permanecieron algunos meses, hasta que en el de octubre se encami-
naron á Barcelona, donde estuvo el Rey á punto de ser víctima de la traición ó
de la demencia. «Viernes, siete dias del mes de diciembre (escribe Oviedo, tes-
»tigo ocular del hecho), un villano natural del lugar de Remensa del Principado
»de Cataluña, llamado Juan de Cañamares, dio en Barcelona una cuchillada al
»Rey Católico en el pescueeo, tan peligrosa que llegó apunto de muerte: del
»qual traydor fué hecha muy señalada justicia, no obstante que segund paresció, él
»estaba loco é siempre dixo que si le matara, que él fuera rey»". Aun no conva-
lecido de la herida, tuvo don Fernando nueva ocasión de admirar la clara prevision
de la Reina Católica, respecto de la existencia del Nuevo Mundo. El ilustre ge-
novés, tenido antes por loco, llegó á Barcelona en abril del siguiente año, pre-
sentando á los Reyes larga y brillante muestra de las riquezas que la desconocida
América atesoraba : en pago de tan extraordinario servicio, no solamente alcanzó
las mayores honras, conforme á las capitulaciones asentadas, sino que obtuvo la
gracia, por él solicitada, de que sus hijos fuesen recibidos en el número de los
pages del príncipe ,2. Era esta favorable coyuntura á los planes de Oviedo, que
solo contaba quince años, y no la desaprovechó por cierto: el respeto que Cristó-
bal Colon le habia inspirado, se convirtió en acendrado cariño para con sus hijos.
Distinguido por el príncipe, fué á Oviedo fácil empresa el iniciarse en la amistad de
los jóvenes Diego y Fernando, inquiriendo de su padre por este camino cuanto ha-
bia sucedido en aquel viage, cuyo fruto era el descubrimiento de tan peregrinas re-
giones. Mas aunque muchacho, habia ya aprendido Gonzalo que no debe la verdad
histórica recogerse en una sola fuente, y á fin de comprobar los hechos que
apuntaba, procuró informarse también de los hermanos Pinzones, yen especial de
Vicente, con quien desde entonces sostuvo amistosa correspondencia l3. Esla
»originales y chronica que yo escribo desde que tu- 12 «Mas como era prudente hombre (Crislóba'
»ve edad para ocuparme en semejante materia, assi »Colon) luego que á España fué con las nuevas del
»de lo que passó en España desde el año 1490 has- »primero descubrimiento, suplicó á los Reyes Ca-
»ta aqui, como fuera della» (Historiad, primit. de las »thólicos que oviessen por bien que sus hijos d
Ind. occid , por don Andres Gonz. Barcia, lomo I). En »príncipe don Juan los rcsçibiese por pajes suyos...
el capítulo 30 del lib. L y último de la 111.a Parte de la »E assi el príncipe don Juan tracto bien á estos sus
Hist. Gen. y Nat. de Ind. escribía después: «Doy »hijos y eran del favoresçidos é anduvieron en su
»(á Dios) infinitas gracias por la misericordia que »casa hasta que Dios le llevó á su gloria en la cib-
»coninigo ha usado, pues sin elegancia de cir- »dad de Salamanca año de 1497» (Hist. Gen. y Nat.
»cunloquios ni afeytes ni ornamentos de rethórica, de Ind., 1.a Parte , lib. HI, cap. 6).
»sino llanamente ha dexado llegar á tal estado esta 13 Narrando lo ocurrido en los primeros viages
General y Natural historia de Indias, conforme á que hizo Colon á las Indias, dice Oviedo: «Allende
»verdad, la qual há que continúo desde el tiempo »de lo que, fuy informado dellos é otros del primero
»que estas partesse descubrieron por el primero al- »camino, assi como de Vicente Yañez Pinçon, que
»mirante don Chripstóbal Colom, año de 1492 hasta »fué uno de los primeros pilólos de aquellos 1res her-
»el presente de 1Ö48; y pues há cinqüenta años que »manos Pinçones, de quien queda hecha mención;
»en esto entiendo, creer se debe que es historia». »porque con este yo tuve amistad hasta el año de
1 i Historia Generaly Natural de Indias, 1.a Par- »1514 que murió» (But, Gen. y Nat. de Ind., 1.a Par-
le, libro II, cap. 7. te, lib. JI, cap. 13).
XVI VIDA Y ESCRITOS
juiciosa conducta, digna de edad madura , ha sido no obstante causa de que algu-
nos escritores tengan á Oviedo por sospechoso, en cuanto á la historia de Colon
se refiere *\ Dispuesta entre tanto la segunda expedición del almirante, soli-
citaron seguirle muchos criados de la casa Real, amigos ó conocidos de Gonzalo,
á quienes rogó que lo comunicasen cuanto hallaran digno de memoria. En este
mismo año de 1495 conoció y trató en Barcelona á don Frey Nicolás de Ovan-
do i5, comendador de Lares, que en 1502 fué nombrado gobernador de la Isla
Española, cuya capital recibió de sus manos considerables aumentos.
Restituyóse en 1494 la corte á Castilla, y con ella Gonzalo Fernandez ,6, de
quien don Juan, su señor, se mostraba de dia en dia mas aficionado. Concerta-
das entre tanto las bodas del príncipe y de la princesa Margarita, hermana del
archiduque de Austria, determinaron los Reyes Católicos en 1498 ponerle casa y
rodearle de la juventud mas ilustre y de los mas experimentados caballeros.
Oviedo, que no habia salido aun de la esfera de mozo, logró entonces que el mis-
mo príncipe don Juan le encomendase, con título firmado de su mano, la custodia y
llaves de su cámara, cargo deque se manifestó aquel honrado y satisfecho ".
14 Washington Irving en su Vida yviagesde Cris- »bridor é inventor destas Indias y primero almiran-
tóbal Colon (Apéndice n.° 28), no titubea en asegu- »te délias en nuestros tiempos ; pues no como Leo-
rar que no debe confiarse en la historia de Oviedo en »nino, que mostrando el arle oratoria allegó el oro
materias relativas al almirante, suponiéndole, como »de su estatua, sino como animoso é sabio náu!a
al piloto Hernán Perez Mateo, partidario de los Pin- »é valeroso capitán nos enseñó este Nuevo Mundo,
zones, Para desvanecer esta idea ofensiva á Oviedo, »tan colmado de oro que se podrían aver fecho mi-
cuya sinceridad y afecto á Colon se reconoce desde » llares de estatuas, etc.» (Hist. Gen. y Nat. de In-
las primeras líneas de su obra, nos baslariacitar las dias, 1.a Parte , üb. VI, cap. 8). Necesario ha sido
siguientes palabras: «Godos son y españoles los que trascurran tres siglos para que se tribute á Co-
»que estas nuestras Indias hallaron , vasallos de lon el homenage (y mas humilde ciertamente) que
»V. M. y de la corona real de Castilla , guiados por Oviedo le pretendía rendir á mediados del si-
»la industria de aquel memorable almirante primero glo XVI. Mas si quedase todavía duda del entusias-
»délias, don Chripstóbal Colom, cuya memoria no mo con que habla siempre de Cristóbal Colon, oi-
»puede aver fin , porque aunque todo lo escriplo y gamos la declaración que hace en otra de sus obras,
»por escrebir en la tierra perezca, en el cielo se per- respecto del descubrimiento de las Indias: «El qual
»petuará tan famosa historia... De cuyos subçeso- »servicio (exclama) hasta hoy es uno de los mayo-
»res desle almirante, me paresçe y es razón que »res que ningún vasallo pudo hacer á su príncipe y
»quede un continuo y perpetuo acuerdo en vuestra »tan útil á sus reinos, como es notorio : y digo tan
»Sagrada Magestad y en lodos los reyes de Castillas »útil, porque hablando la verdad, yo no tengo por
»para honrar y gratificar y conservar la subçesion de »castellano ni buen español al hombre que esto
»Colom y su casa y sostenerla y aumentarla y esti— »desconosçiesse» (Sum. de la Nat. Hist, de las Ind.
»maria, como joya propria y ornamento de sus rey- Proh.).
unos , pues fue causa de tantos bienes y que Chrips- 15 Bat. y Quinq., Bibliot. Nacional, Cod. K. 130,
»lo y su fé calhólica en estas Indias se sirviesse y fol. 383 vuelto.
»alimentasse» (Hist. Gen. y Nat. de Ind., 11.a Parle, 16 Officios de la casa Beal de Castilla. Bibliot.
lib. I, Proh.). Quien de esta manera habla ¿podrá te- Nacional, Cod. 205, fol. 3.
nerse por sospechoso ?.. Pero Oviedo, sobre quien 17 «En Almazan, año de 1496, se le dio casa
se ha querido echar el borrón de la ingratitud, es el »al principe don Juan, mi señor, porque los que
primer escritor que tiene la gloria de haber conside- »de antes de esso le servíamos, estábamos asenta-
rado á Colon acreedor á que se le erigiese una estatua, »dos en los libros de la Reyna Calhólica, é nuestros
y node cualquier manera, sino una estatua de oro. »títulos firmados de S. A. é no del príncipe.» Y en
« Por cierto (dice) aquella estatua llamada holosphi- otro lugar: «También tuve las llaves (de la cáma-
•»raton y la otra de Leonino, que fue el primero de »ra) en los postreros días de la vida del príncipe»
»los hombres que en el templo de Delphos puso á (Officios de la casa Real de Castilla.—Quinq.,
»si mismo una estatua de oro maçiço, muy mejor la 111.a Parle, Est. 23). Hablando también Oviedo de
»meresee don Chripstóbal Colom , primero descu- un collar de oro encontrado en Almazan en 1496-
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XVII
En marzo de 1497 aportó á Santander la hija del emperador Maximiliano, en la
misma armada que habia llevado á Flandes á la infanta doña Juana, desposada ya
con Fciipc. Saliéronla á recibir el Rey Católico y el príncipe con numeroso y lu-
cido acompañamiento: proponíase don Juan festejarla galante y rendido, y tuvo por
discreción el presentarse á su vista, ostentando entre atrevido y recatado la cifra
de su nombre. Fió la ejecución de este proyecto á Gonzalo de Oviedo, el cual go-
zaba ya reputación de entendido en las artes del diseño; «y cómo se satisfizo de
»la cifra, que estaba de letras antiguas mayúsculas latinas, le dijo:—Di, Oviedo,
»¿entiendes lo que dicen essas letras que vas dibuxando?.. A lo cual le respondió
Gonzalo: «Señor, piensso que dicen Margarita. Estonces el príncipe se sonrió, y
»dixo : Pues mira, guárdate del diablo ; no lo digas ni enseñes á hombre del mun-
»do l8». Esta escena, que por una parte descubre la inocente galantería de don
Juan, basta por otra para darnos á conocer el aprecio íntimo que hacia de Gon-
zalo. Avistáronse al fin los dos príncipes en Rcinosa, y veláronse en Burgos en
los primeros dias de abril, con las mayores fiestas y regocijos que jamás se vieran
en España: las mas generosas damas y los mas poderosos magnates compitieron,
según el mismo Oviedo nos refiere, en la pompa y gala de sus joyas y atavíos y en
la magnificencia y numeroso séquito de sus casas, como quienes procuraban hacrr
público el placer de sus corazones por tan deseado acontecimientol9.
Breves fueron, por desgracia del suelo español, tantas alegrías y esperanzas:
el príncipe don Juan, que apenas contaba diez y nueve años, adoleció en Salaman-
ca de tan aguda fiebre, que le acabó en trece dias, espirando el 4 de octubre,
cuando no se habian terminado aun los regocijos en algunas villas y ciudades de
los reinos. Hondo sentimiento produjo en todas tan infausto suceso, y mayor que-
branto causó entre los fieles servidores del príncipe, cuya brillante corte se des-
vaneció como por encanto, acogiéndose unos al retiro de la clausura, muriendo
otros de tristeza y partiendo otros á extrañas regiones, para buscar tal vez en la
guerra el fin de sus dias. Gonzalo Fernandez de Oviedo eligió el último partido.
«Mi descontento (dice) me Ue\ó fuera de España á peregrinar por el mundo,
»habiendo passado por mí muchos trabaxosy nescessidades, en diversas partes dis-
»curriendo, como mancebo, á veces al sueldo de la guerra y otras vagando de unas
»partes y reynos en otras regiones ao. » Anduvo asi por toda Italia, teatro en aque-
llos dias de las proezas de los tercios castellanos y de la pericia del Gran Capitán;
y guiado siempre de los saludables avisos que en la infancia habia recibido , huyó
cuidadosamente de los malos y viciosos, procurando el tralo de los buenos ê ilus-
tres. Ni le abandonó tampoco su grande afición á los estudios: su amor á la pin-
tura le acercó á Vinei, Ticiano, Michael Angelo y Urbino, príncipes de aquella
encantadora arte: su inclinacióná las ciencias y á las letras le indujo á solici-
precisamente en los dias en que se dio casa al prín- 18 Bat. y Quinq. Bibliot. Nacional, Cad. K. 81
cipe, dice: «Yotuve este collar en mi poder, por- fól. 56.
»que tuve las llaves de la cámara del príncipe» 19 Bat. y Quinq.—Hist. Gen. y Nat. de Ind.,
(Hist. Gen. y Nat. de Ind., 1.a Parte, libro VI, capí- 111.a parle, lib. X, cap. 6.
talo 8). 20 Quinq. , III." Parte, Est. 23, Ff. i06, fol. 48.
TOMO I. - 3
XVIII VIDA Y ESCRITOS
tar la amistad del docto Pontano, y de los no menos celebrados ingenios Serafín
del Águila y Jacobo de Sannazaro, padre de la poesia bucólica italiana 3I : su
predilección á los trabajos históricos le impulsó á estrechar relaciones con todos
los hombres señalados en armas, notando cuanto veia, y encomendándolo ya á
la memoria, ya ala pluma. Oviedo no desaprovechó por tanto un solo dia, du-
rante su permanencia en Italia ; y para hacer mas fecundas sus tareas, se dio
al estudio de la lengua toscana, enriquecida por tantos y tan esclarecidos escrito-
res , buscando al mismo tiempo y adquiriendo los libros que mas convenian á su
propósito, algunos de los cuales conservó hasta los últimos años de su vida22.
Tres habia pasado desde la muerte del príncipe don Juan sin permanencia ni
rumbo seguro, ya alistado en las banderas españolas, ya al servicio del duque de
Milan, ya en el palacio del marqués Francisco de Gonzaga, cuando publicado en
1500 el jubileo, tomó la vuelta de Roma, con intento de ganar, como católico, las
indulgencias concedidas á los fieles por el Sumo Pontífice. Conoció alli á don Anto-
nio de Acuña, que servia entonces en la cámara de Alejandro VI, y que tanto figuró
veinte años adelante en las comunidades de Castilla "; presenció las desavenencias
y sangrientos choques ocurridos entre los suizos del duque Valentin y los cuerpos
españoles que militaban en la guardia del Papa 2I; asistió al famoso duelo de Fer-
rer de Lorca y el castellano de Arche, donde se reprodujo fielmente uno de aque-
llos desafios, narrados con frecuencia en los libros de los Amadíses y Esplandia-
nes *; y depositando todos estos hechos en sus curiosos diarios, partió para Ñapóles,
terminada ya la cuaresma. Solicitó, al llegar á esta corte, entrar al servicio del
rey don Fadrique , de quien fué bien recibido y tratado , creyendo con esto repa-
rar la inolvidable pérdida del príncipe de Castilla. «Pero como me estaban (dice)
»otros trabajos esperando, reservados en mi poca ventura, siguióse que el siguiente
»año aquel buen rey perdió su reyno, dividiéndole España y Francia 26.»
Era el reino de Ñapóles desde siglos anteriores blanco de la política francesa,
que habia encontrado siempre insuperable barrera en el esfuerzo de los españo-
les. Codiciaban ahora su posesión, alegando cada cual privilegiado derecho, el
rey don Fernando y Luis XII; y temerosos de empeñarse en nuevas guerras, ó ya
reconociendo la necesidad de reunir sus fuerzas contra el turco , enemigo formi-
dable de la cristiandad, resolvieron, al asentar las paces, que el Abruzo y la Cam-
paña quedase por el de Francia, con título de rey de Ñapóles, y se llamara el
Católico duque de la Pulla, con el señorío de Calabria. Despojado en tal manera
el desdichado don Fadrique, no faltaron consejeros que le incitaran á la vengan-
za , proponiéndole que trajese en su ayuda contra los cristianos, que asi le vili-
pendiaban, las temidas armadas del turco; pero aquel infeliz príncipe rechazó in-
21 Quinq., I." Parle, Est. 4i, fol. 103. »punto mi tiempo» (Quinq., IIIa Part., Est. 23).
22 «Discurrí por toda Italia, donde me dito- 23 Relación de lo subçedido en la prisión de
»do lo que yo pude á saber é leer y entender la len- Francisco de Francia , etc. —Cod. X. 227, fol. 69
»gua toscana, y buscando libros en ella , de los vio.
»quales tengo algunos que ha mas de 55 años (es- 24 Quinq., 111.a Part., Est. 45, fol. 74.
»cribia en el de 1555) que están en mi compa- 25 Quinq., III." Part., Est. 23, fol. 48 y sig.
Ȗia, desseando por su medio no perder de todo 26 Quinq., Ib.
DE GON. FER. DE OVIEDO. XIX
dignado intento semejante , declarando que en nada tenia la corona, si habia de
ser recuperada á tan infame precio 27. Resignado con su desgracia, reunió al
fin don Fadrique la Real familia en la cámara de la Reina viuda, y con lágrimas y
sollozos les manifestó su dolor é infortunio, despidiéndose tiernamente de todos.
«Aquesto (escribe Oviedo) turó bien cuatro horas, y de alli se salió el rey, y al
»tiempo que salía, como yo estaba en la puerta y le servia en la cámara, díxo-
»me: Oviedo, la Reyna, mi hermana, quiere que vais con ella, y yo os lo
»mando por amor mió ; porque se le ha ido su guardarropa á los franceses (que
»ha veynte é cinco años que la sirve desde que la criaba), y quiere que ten-
»gais su cámara, porque os criasteis en la del señor príncipe de Castilla. Haceldo
»assi, que todo parará en bien, y presto volveremos todos á Ñapóles. Lo que yo
»sentí con la misma angustia de la muerte, é hincado de rodillas, le supliqué
»que oviesse por bien que yo fuesse á morir donde S. M. fuesse. É él dixo : Ha-
»ced lo que yo digo: que aunque vais con la Reyna, mi hermana, no me de-
»xais de servir a8.»
Mientras el triste D. Fadrique embarcaba los restos de aquel naufragio político,
para refugiarse en la isla de Isela, la princesa doña Juana, que pocos años antes
cenia la corona de Ñapóles aü, partia de esta capital con toda su servidumbre
en siete galeras, que al mando de don Iñigo Lopez de Avala habia enviado el
Gran Capitán, para que la llevase á Sicilia. Iba Oviedo en su compañía, y arri-
bada á Palermo aquella escuadrilla en los primeros dias de agosto de 1501,
permaneció al servicio de la Reina por el espacio de diez meses, tiempo en que
procuró cultivar la amistad de Gonzalo Fernandez de Córdoba, no descuidando
el acaudalar sus memoriales, ya con la relación de las hazañas de tan ilustre cau-
dillo, oidas de su propia boca, ya con peregrinas noticias de aquella celebrada
isla, ya finalmente con la narración de los sucesos, de que era testigo. En mayo
de 1502 se daba nuevamente á la vela la reina doña Juana , dirigiéndose á la
ciudad de Valencia, á donde llegó en el término de ocho dias, teniendo el placer
de estrechar alli en sus brazos á su anciana madre , que habia salido á recibirla.
Pasados algunos meses, dio Oviedo cumplida cuenta de la cámara, puesta á su
cuidado, y con licencia de doña Juana, se despidió de su servicio, encaminán-
dose á Madrid, su patria, no sin tocar antes en Zaragoza, ciudad en que á la
sazón se hallaba, teniendo Cortes, el Rey Católico 30.
27 Después de dar noticia de este consejo, del »tracto y os tengo dicho» (Quinq. , 11.a Part,
cual disuadió al rey don Fadrique con muy cristia- Est. 34, Cod. Ff. 205, fol. 75 vto.).
nas razones don Frey Luis Garrapho, caballero de la 28 Epílogo Real y Pont., edad VI. Reyes de Ña-
Orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusa- póles, Bibliot. Nacional, Cod. orig. S. 33, f. 376 vto.
len , dice Oviedo : « Bien creo que pocos chronis- 29 La Reina doña Juana, que era sobrina del
»tas han hecho memoria de esla cathólica é sancta Rey Católico , habia sido esposa de Fernando II de
»determinación del rey don Federique: ni os mara- Ñapóles, muerto sin hijos en 1496 : sucedióle en el
»villeis, lelor, que yo tan puntualmente os la haya trono su lio don Fadrique, último rey de aquella di-
"contado y sabed que servia en su cámara de nastía.
»ayudante de cámara , é uno era yo de los que 30 El erudito don Joseph Alvarez ßaena, en sus
»guardábamos la puerta mas próxima á su realper- Hijos ilustres de Madrid, tomo II, pág. 355, se ex-
»sona é oy muy bien lo que en aquel consejo se presa del siguiente modo, al dar noticia de estos
XX VIDA Y ESCRITOS
Llegado á Madrid, de donde faltaba mas había de cinco años , enamoróse de
Margarita de Vergara, una de las mas hermosas mugeres que ovo en su tiempo en
el reino de Toledo, con la cual contrajo matrimonio was mancebo y con menos
hacienda que fuera menester, puesto que frisaba ya en los veinte y cuatro años,
gastados en servicio de magnates, príncipes y reyes 3I. Corta fué no obstante su
ventura : apenas contaba diez meses de casado , cuando sobrevino á su esposa tan
azaroso parto, que hubieron de extraerle el feto en pedazos, quedando tullida y
expirando al poco tiempo entre agudos dolores n. Grande amargura produjo en
Oviedo aquella desgracia, que aun recordaba cuarenta y cinco años después con
lágrimas y suspiros M; y despechado de su mala suerte , volvió de nuevo al ejer-
cicio de las armas. Ofrecióle ocasión oportuna la entrada que hicieron por el Ro^
sell on los franceses, rotas las paces de 1500. Pusiéronse los enemigos sobre Sal-
sas en número de veinte mil combatientes, mandados por el mariscal de Bretaña; y
defendida aquella fortaleza por don Sancho de Castilla, general de la frontera, fue-
ron rechazados bizarramente en cuantos asaltos intentaron. Urgia , sin embargo,
socorrer el castillo, y concertado el Rey Católico con don Fadrique de Toledo, á
quien tenia confiada la guarda del Rosellon, corrió contra los franceses , que to-
mados entre ambos ejércitos, huyeron precipitadamente , aunque superiores en
número, dejando en poder de los españoles artillería, municiones y bagage.
Cupo a Oviedo parte en esta singular victoria de nuestras armas, obtenida en oc-
tubre de 1503 3*; y terminada en tan breves dias aquella amenazadora campaña,
siguió la corte del Rey Católico , quien habia ya resuelto aprovecharse de su fide-
lidad en otro linage de servicios.
La acertada política del Gran Capitán, que por aquel tiempo tenia allanadas casi
toda la Pulla y la Calabria, le habia aconsejado apoderarse de Tarento, donde se for-
tificaba el primogénito de don Fadrique. Pocos meses tardó esta ciudad en recibir
las banderas españolas, procediendo tan afortunado caudillo de tal manera que el mis-
sucesos, (artículo de Gonzalo Fernandez de Ovie- »pocos meses despues que ove dado cuenta de la
do (a) de Valdés): «Habiendo muerto en la flor de su »cámara, con licencia de la reina, mi señora, fuy
»edad el año de 1496 el príncipe (don Juan), pasó »á Madrid, mi patria» (Quinq.,IH.a Parte, Est. 23:
»á servir (Oviedo) á Federico , rey de Ñapóles , en Bat. y Quinq. Y. 59. fol. 452 ). Oviedo no fué, pues,
»donde estaba en 1507; y despedido de allí, volvió guarda-alhajas de la reina Germana, sino de la rei-
»á España , y fué guarda de las alhajas de la reina na doña Juana de Ñapóles. El error de Baena ha s¡-
»Germana y del Rey don Fernando.» Ni el príncipe do, no obstante, seguido por los autores del Diccio-
don Juan murió en 1496, pues que se casó en abril nario universal de Hist, y Geog., torn. V, pág. 457
de 97, ni Oviedo pasó á servir desde luego, como (Madrid, 1848).
Baena supone , al rey don Fadrique, ni estaba en 31 Hist. Gen. y Nat. de Ind., 1.a Parte, üb. Vi,
Ñapóles en 1507, ni fué guarda de las alhajas de la cap. 38.—Quinq., III.* Part. Est., 23.
reina Germana. Los dos primeros hechos quedan 32 Hist. Gen. y Nat. de Ind., 1.a Parte, lib. Vi,
plenamente ilustrados en las notas que anteceden: cap. 38.
respecto de los dos siguientes, bastarános copiar las 33 Ib.
palabras textuales de Oviedo, conjo cual no quedará 34 «Yo estuve essa noche en el campo , y tuve
ya duda alguna de las equivocaciones en que Alva- »creydo que, segund la dispusiçion de aquel passo
rez Baena incurre: «En el mes de mayo de 1502, »estrecho, en que los franceses estaban entre la
»en otra armada, tornó á navegar la Reina , mi se- »montaña y los esfagnos de agua salada, que po-
»ñora , y dentro de ocho días fuymos en España, »eos franceses salieran de allí con las vidas » Bat. y
»en Valencia del Cid , donde estaba su madre (la Quinq., Y. 59 , fol. 383 vto.~Off. de la Casa Real
»reina doña Juana, hermana del Rey Católico), y de Castilla. E. 205).
DE GOJNZ. FERN. DE OVIEDO. XXL
mo don Fernandode Aragon solicitó pasar al servicio de los Reyes Católicos. No
titubeó el Gran Capitán en acoger el ofrecimiento del duque de Calabria, como
quien le habia provocado ; y haciéndole en nombre de los Reyes las mas lisonge-
ras promesas > dio orden á Juan de Conchillos para que en una galera le llevase
á España. Llegó el duque á Madrid, donde á principios de 1505 fué recibido
por Isabel y Fernando , como hijo de rey; y el Católico, que daba todo su valor
á tan feliz conquista, procuró rodearle de caballeros é hidalgos de su entera con-
fianza , poniendo con este propósito los ojos en Oviedo, en quien demás de la
lealtad tantas veces probada, concurría la circunstancia de haber ya servido al
duque en casa del rey, su padre 35. De esta manera volvió Gonzalo Fernandez de
Oviedo á verse ligado á la corte de España, abandonando su proyecto de la
milicia.
La llorada muerte de la Reina Isabel, ocurrida en noviembre de 1504, vino
entre tanto á ser fecunda ocasión de disturbios y desavenencias, llevando al Rey
Católico al extremo de pretender echar por tierra con sus propias manos el edifi-
cio de la unidad política, levantado por él á tanta costa. Fiel se mantuvo Oviedo,
en medio de aquellos trastornos, al Rey Fernando, quien aficionado á sus estu-
dios y erudición, le insinuó en Toro, donde hacia Cortes en 1505, el deseo de
que recogiese y compilase cuantas noticias concernían á los reyes de España des-
de los tiempos mas remotos3<s. Consagró Gonzalo Fernandez todas sus vigilias á
este intento, que solo pudo ver realizado veinte y siete años adelante; y devoto
siempre del Rey Católico, asistió en Dueñas á su casamiento con doña Germana,
siendo después testigo de las entrevistas y diferencias entre suegro y yerno (don
Fernando y don Felipe), el cual pasó al fin de esta vida en setiembre de 1506, á
tiempo en que el Rey Católico, desconfiando del Gran Capitán, se habia partido
para Ñapóles. Las continuas tareas literarias, á que por natural inclinación se en-
tregaba Oviedo, no le libertaron de que pensara de nuevo en contraer matrimo-
nio, siendo ahora mas afortunado que la vez primera, pues que en 1509 le nació
un hijo que habia de sucederle con el tiempo en sus empleos y trabajos.
Cambió entre tanto con la ausencia del Gran Capitán el aspecto de las cosas de
Italia, y repuestos los franceses de sus pasadas rotas, volvieron con mayor co-
rage á tentar la suerte de sus armas. La costosa batalla de Ravena, dada el vier-
nes santo de 1512, despertó al Rey Católico de sus perjudiciales recelos y des-
confianzas respecto de Gonzalo Fernandez de Córdoba, á quien pensó de nuevo
enviar á Italia, para saldar aquella sangrienta quiebra. «Fué elegido (dice el mis-
35 «Yo fui criado un tiempo del rey Federique cribía: «El qual (catálogo) yo comencé á copilar
»de Ñapóles , padre del dicho duque (de Calabria), »el año de 1505 de la Natividad de Nuestro Señor,
»é le serví en la cámara hasta que salió de Ñapóles, »conosciendo que el Sereníssimo Rey don Fernan-
»é assi mesmo fuy después en Castilla uno de los »do, V de tal nombre, vuestro abuelo, desseaba una
»criados que por mandado del Rey Calhólíco sirvie- »copilacion semejante». Y al final de la misma obra
ron al mesmo señor duque, y doméstico de Su dice: «Este trabaxo..., como en otra parte ten-
»Excelencia» (Relac. de lo subçed. en la prisión del »go dicho, comencé estando el Rey Cathólico don
Rey Francisco de Francia, etc., f. 19). »Fernando, V de tal nombre, en la cibdad de Toro,
36 En el proemio que puso Oviedo á su Ca- »haciendo allí Cortes, año del Señor de 1505 años«
tálogo Real de Castilla, dirigido à Carlos V, es- (Bibl. del Esc, Cód. orig. il-j- 7).
XXIÍ VIDA Y ESCRITOS
»mo Oviedo) por el Rey Católico por general, para volverá Italia el Gran Capitán,
»el qual quiso servirse de mí de secretario. Y para yr con él y ponerme en orden,
»vendí parte desso que tenia, porque en lo demás mi muger, viviendo, atendies-
»sc la fortuna de ambos: y en caballos y armas y ataviar mi persona y criados,
»gaste lo que no cobré, y fuy á Córdoba, donde fuy del Gran Capitán graciosa-
»mente acogido y le escrebí algunos meses, hasta que de alli se partió para yr á
»Loxa desdeñado y gastado y despedido de la jornada. Y yo con su licencia me volví
»á la corte del Rey Cathólico, gastada mi hacienda y perdido el tiempo ; porque á
»mí no me estaba á propóssito la yda á Loxa, ni de començar á servir al Gran
»Capitán ni á otro señor de España» 3T.
No habían trascurrido muchos meses desde que se restituyó Oviedo á la corte,
cuando decretada por el Rey Católico la expedición de Pedrarias Dávila, deter-
minóse á pasar con él á las Indias, ganoso de reponer su malparada hacienda.
Alistóse con este intento entre los hidalgos que tomaban parte en tal empresa, di-
rigiéndose luego á Sevilla, donde debia hacerse el grueso de la gente para la ar-
mada. En aquella capital permanecieron los expedicionarios todo el resto del año
de 1513 y parte del siguiente, tiempo en que falleció Juan de Queicedo que iba
proveido en el oficio de Veedor de las fundiciones del oro de la Tierra-Firme; y
noticioso de ello don Fernando, nombró para sucederle á Gonzalo Fernandez de
Oviedo 39. Apercibida al fin la armada, que se componía de veinte naos y carave-
las, salió del puerto de Sanlúcar el 11 de abril de 1514, no sin que antes se vie-
ra á punto de zozobrar la nave en que el nuevo Veedor iba embarcado 39.
37 Quinq., 11.a Part., Est. 4.-Id., III.a Part. analizar la Hist. Gen. de Indias y las Q uinquagenas,
Est 23. razón tenia para no incurrir en semejantes inadver-
38 Notables son por cierto los errores en que lencias. Oviedo dá noticia de sus empleos en dife-
rían caido la mayor parle de los biógrafos que ban rentes pasages de una y otra obra , y sobre todo en
hablado de Oviedo , al tratar del oficio que le confió el lib. X, cap. 1 de la 11.a Parte de la Hist. Gen. y
el Rey Católico en 1514. Mr. Ternaux en su fíiblio- Nat. de Ind., esplica cómo y por qué fué nombrado
thcque Américaine (Paris 1837) asienta que fué á Veedor de las fundiciones del oro de la Tierra-Fir-
las Indias con el empleo de Director délas minas de me ; cargo que desempeñó, según en su lugar ad-
Santo Domingo, error á que hubieron de inducirle vertiremos, hasta el año de 1532, bien que en el
los autores de la Biographie universelle ancienne et de 1523 se viese obligado á trasladar su casa y fa-
moderne (torn. XXXII, págs. 310 y 11, Paris 1822), milia á la Isla Española.
quienes aseguran que el Rey Católico le nombró Di' 39 « Aquesta armada salió con muy buen tiem-
rector de las minas de la isla de Hayti, en pago de »po del puerto de Sanlúcar de Barrameda, domingo
sus servicios en Ñapóles. Verdad es que antes de »de Carnestolendas año de 1514, y despues que la
que esto se escribiera le habian hecho ya Moren »nao capitana estaba quatro ó cinco leguas en la
y los autores del Diclionaire historique portatif (lo- »mar , saltó el tiempo al contrario y hubo de dar la
mo II, pág. 337, colum. 1.a, Paris 1752) Intendente »vuelta: la postrera nao que salió del puerto, era
o Inspector General del comercio en el Nuevo Mundo, »aquella en que yo yba, y aun quedaba otra surgi-
hajo el reinado de Carlos V. Pero lo mas censurable »da en que el contador Diego Marquez estaba, que
de todo es que Mr. George Ticknor, autor de la »nunca se quiso de J&narrar Y cómo los pilotos
apreciable obra titulada : History of Spanish Litera- »del rio habian dexado yr las naos fuera en la mar
ture (Londres, 1819, lomo I, Período II, cap. VI), »y se habian tornado á Sanlúcar en sus barcos, y la
haya perdido de vista al erudito Baena y al respe- »mar andaba brava, forzosamente hizo tornar el
table don Martin Fernandez Navarrele (Colee, de »tiempo el armada al rio ; y la nao en que yo yba,
Viag. Españ., torn. I, inlrod.) diciendo que fué »assi como avia salido la postrera hubo de entrar la"
Oviedo nombrado en 1513 Veedor de las fundido- »primera, y al enlrar por la barra, dio ciertos gol-
nes del oro de Santo Domingo. Quien intentaba »pes en tierra y nos hubiéramos de perder por falta
DE GOiNZ. FERN. DE OVIEDO. XXllI
Hasta aquella época habia recorrido Oviedo las mas ilustradas cortes de Euro-
pa , conociendo y tratando en ellas á los hombres eminentes que en la república
de las ciencias y las letras florecían. Roma, Florencia y Ñapóles habían excitado
su admiración con la multitud y brillo de sus monumentos, gloria de las artes
que en aquel privilegiado suelo aspiraban á eclipsar la fama de Atenas. La corte
de Castilla , acaso la mas poderosa del continente, con sus espléndidas fiestas, con
sus vistosas justas y torneos, le habia familiarizado al fausto y la opulencia. Cami-
naba ahora, guiado de su desgracia, á las desconocidas regiones de América, don-
de en lugar de los sabios le estaban esperando gentes bárbaras y salvages ; en lu-
gar de las suntuosas ciudades, inmensos y abrasadores desiertos; en lugar de la
magnificencia y lujo de las cortes, la desnudez, el hambre y la miseria. ¡Contras-
te singular por cierto el que debia presentarse a su vista!.. Pero si aparecía vio-
lenta la comparación entre la cultura del mundo antiguo y del nuevo mundo, no
menos peregrino era el desusado espectáculo que iba á desplegar á sus ojos aque-
lla rica y varia naturaleza, virgen todavía á la codicia de los hombres y á las espe-
culaciones de la ciencia. Todo habia de ser nuevo para Oviedo dentro de breves
meses, excitando poderosamente su imaginación, despertando con mayor fuerza
aquel indefinible deseo de examinarlo y anotarlo todo y avivando al par el propó-
sito ya concebido en 1492 de escribir la historia de las Indias. Hombres, religion,
ritos, tradiciones, costumbres, todo era distinto en América de cuanto en Euro*
pa conocia, no habiendo mayor conformidad en los árboles, plantas, flores y ani-
males que poblaban los bosques y estendidas llanuras. Mas no era Oviedo en aque-
lla armada el único español que debia con el tiempo contarse en el número de los
soldados historiadores, mas celebrados por su pluma que por su espada: en ella, y
tal vez en el mismo barco, iba también Bernai Diaz del Castillo, quien ya en edad
madura, llegó á poseer, en premio á sus servicios, una de las mas pingües enco-
miendas del reino de Méjico. Al tomar partido bajo la conducta de Pedrarias Dávila,
se hallaba Bernai Diaz apenas entrado en la primera juventud ; Gonzalo Fernandez
de Oviedo rayaba en los treinta y seis años: el primero falto de experiencia, mo-
zo no formado todavia, comenzaba entonces su carrera, sin que alcanzara vali-
miento alguno entre aquellos conquistadores: aleccionado el segundo en la gran-
de escuela de Italia y protegido de la corte, llamábale á intervenir en los nego-
cios de la conquista no solamente su pericia de soldado, sino también la obliga-
ción de su empleo.
»de piloto ; y quiso Dios ayudarnos por su miseri- »donde aviamos salido» (Hist. Gen. y Nat.f II.* Par-
»cordia y que quassi pendiendo de un bordo por te, lib. X, cap. 6).
Ȏlagua surgimos dentro del rio Guadalquivir, de
XXIV VIDA Y ESCRITOS
II.
Próspero viage de Oviedo.—Su arribo á Sania Maria.—Su desembarque en el Darien.—Codicia y tiranía del
Pedrarias.—Desolación del Darien.—Resuélvese Oviedo á volver á España para quejarse del gobernador de
Castilla del Oro y del Obispo.—Pretenden ambos ganarle.—Parte Oviedo de la Tierra-Firme.—Pénenle es-
pías el Pedrarias y el Obispo.—Los oficiales reales de Sanio Domingo le encargan la conduela de los quintos de
la Corona.—Prese'ntase Oviedo en la corte del rey Católico.—Muerte de este monarca—Resuélvese el Vee-
dor á pasar á Flandes , para querellarse al nuevo Rey.—Remítele este á los gobernadores de España.—
Pensamiento político de Cisneros sobre el gobierno de las Indias.—Retírase Oviedo á su casa de Madrid.—
Venida del rey don Carlos á España , y vuelta de Oviedo á la corle.—Su desavenencia con el licenciado
Bartolomé de las Casas.—Torna Oviedo á la Tierra-Firme bien despachado.—Muerte del gobernador don Lo-
pe de Sosa y desconsuelo del Veedor.—Recibenle el Pedrarias y los suyos con encubierta enemistad.—Aban-
dona el Pedrarias la ciudad del Darien.—Resuélvese Oviedo á protegerla.—Es nombrado Teniente del Gober-
nador.—Pierde su segunda muger.—Su gobierno.—Tramas de sus enemigos.—Destituyele el Pedrarias de
la tenencia.—Su nombramiento de procurador del Darien.—Intentan sus adversarios asesinarle.—Residencia
de Oviedo.—Castigo del asesino.—Oviedo se embarca secretamente para España.
Hecha á la vela la armada de Pedrarias Dávila, arribó á los nueve días á la isla
de la Gomera, donde se gastaron veinte en abastecerse de lo necesario, tornando
luego á la mar con tan próspero tiempo, que el 5 de junio tocó en la Dominica, y
lleo-ó el 19 al puerto de Santa Marta , en que comenzaba la gobernación de Cas-
tilla del Oro. Mandó alli el Pedrarias saltar en tierra parte de la gente , y con ella
á Gonzalo Fernandez de Oviedo (quien demás del oficio de Veedor, llevaba el car-
go de escribano general ), y ahuyentados los indios que en la costa pretendian es-
torbar el desembarque, tomó posesión de aquellas regiones, en nombre de los
revés de España. Estendido el oportuna auto que autorizó Oviedo, dio el Pedrarias
orden que entrasen trescientos hombres la tierra adentro, para reconocerla ; y
como traia prevenido que no fuesen maltratados los indios, sin que primero se les
hiciera el requerimiento ordenado por el Rey Católico y rompiesen ellos las hos-
tilidades, cupo á Gonzalo Fernandez la obligación de leerles, no sin grave ries-
go de su persona, aquel intrincado y estéril formulario *.. Solo alcanzaron los es-
pañoles á conocer en esta entrada la fiereza y brio de aquellos naturales y el géne-
ro de flechas herboladas con que herian á sus enemigos. Vuelto el Pedrarias á las
naves el 15 del mismo junio, entró el 50 en el golfo de Urabá 2, surgiendo al
siguiente dia en el puerto de Santa Maria del Antigua, donde fué recibido y pues-
to en posesión de la justicia y gobierno por Vasco Nuñez de Balboa , no sin'que
á poco empezaran á sentirse los rumores de rompimiento, que á vueltas de mil
i Advertido Oviedo del poco fruto de aquel re- »mos algund indio en una jaula, para que despacio
querimienlo, poco inteligible aun para los doctos en »lo aprehenda y el señor obispo se lo dé á enten-
teología , dijo á Pedradas, después de terminada »der» (Hist. gen. y nat, de Ind., II." Parte, lib, X,
la refriega: « Señor, parésçeme que estos indios cap. 7).
»no quieren escuchar la Iheologia de este requerí- 2 Quinq. , III.a Parte ; Est. 23.—Hist. gen. y
»miento , ni vos tenéis quien se lo dé á entender: nat. de Ind., lit." Parle, lib. X, cap. 8:111.a Parte,
»mande Vuestra Merced guardalto hasta que tenga- lib. 18, cap. 3.
DE GON. FER. DE OVIEDO. XXV
contradicciones y mudanzas costaron la vida á este célebre descubridor y valiente
soldado.
No habían pasado muchos meses , cuando trocada la codicia del Pedrarias en
crueldad y la crueldad en tiranía, llegó á ser aborrecido, tanto de los españoles
que tenían poblada la villa del Darien, como de los que con él vinieron. Subió
juntamente la imprevisión y mal gobierno hasta el punto de acabarse los basti-
mentos que se trageron de España, sin que se pensara en reponerlos ; y aban-
donado el cultivo de los campos, y presa los maizales de horrible langosta , fue-
ron aquellos pobladores afligidos por el horrible azote del hambre, viéndose obli-
gados, para salvar las vidas, á desamparar en gran número la misma tierra, don-
de reinaban antes la paz y la abundancia. «Muchos de los que fueron en aquella
»armada (escribia Oviedo algunos años después) huyeron de la tierra, y algunos
»se volvieron á España , é otros se passaron á estas nuestras islas Española, é
»Cuba, é Jamáyca, é Sanct Johan ; é en espacio de siete ú ocho meses eran mas
»los muertos é ydos que los que quedaron en la tierra. Y en aquellos que vinieron
»avia tanto descontentamiento, que ninguno estaba de su voluntad , y aun el go-
»bernador y obispo y oficiales desampararan la tierra , si con buena color é sin
»vergüenza lo pudieran hacer 3.» Cansado Oviedo de presenciar tantas injusticias,
crueldades y tiranías como el Pedrarias y los suyos ejecutaban, asi en los indios
como en los españoles, formó la hidalga resolución de volver á España, para dar
noticia de todo á su rey, y vivir en tierra mas segura para su conciencia y vida.
Procuró estorbárselo el Pedrarias, obligándole á hacer residencia , como escribano
general que era en nombre del secretario Lope de Conchillos ; mas publicada
aquella por el espacio de sesenta días, y no resultando queja alguna contra Ovie-
do , hubo de acudir , aunque en vano , á los halagos y promesas, temeroso de
que el Rey Católico fuese informado de cuanto en el Darien pasaba. Tuvo igual
recelo el Obispo don fray Juan de Quevedo, pastor mas dado á la codicia que á
la práctica de las virtudes evangélicas y al cuidado de sus ovejas , y acudió tam-
bién á ganar en la última hora la voluntad de Oviedo, quien se vió de pronto
erigido en arbitro entre aquellos dos poderosos rivales. Cargáronle ambos de
cartas para el Rey y su Consejo, declarándose mutuamente contrarios á la bue-
na gobernación de Castilla del Oro, y rogáronle uno y otro que asi lo manifes-
tara al Rey Fernando, en lo cual no tenia por qué violentarse Oviedo , pues que
tal era el motivo que á España le traia. Partió al fin de la Tierra-Firme á prin-
cipios de octubre de 1515, lleno su corazón de enojo contra el Pedrarias y el
obispo , bien que enriquecida su mente con la observación y estudio de aquellas
regiones, cuyos inaccesibles boscages y estensos lagos habia recorrido , y acau-
dalados sus memoriales con la relación de las entradas y conquistas hechas en
aquel período , y la descripción de las peregrinas costumbres de los indios 4.
3 Hisl. gen. y nal. de Ind., 11.a Parle, 1. X, c. 9. »que yban á aquellas entradas (las expediciones
4 1.a Parte, lib. Ill, cap. 5 y 12.—Lib. V, c. \.— »que se hacían desde el Darien), los quales torna-
Lib. VIII, cap. 28. « Yo proveía los escribanos del »dos dolías , me entregaban los procesos é diligen-
»juzgado del gobernador v del alcalde mayor y los »eias q¡ie avian hecho los capitanes; y sabia lo que
4
TOMOl.
XXVI VIDA Y ESCRITOS
Dudosos quedaron tanto el Gobernador como el Obispo de la disposición con
que Oviedo habia escuchado las quejas de ambos, y para asegurarse de su con-
ducta, resolvieron, cada cual por su parte, enviar una persona que espiara todos
sus pasos y penetrara, si fuese posible, sus intenciones. Designó el Pedrarias con
este propósito al capitán Rodrigo de Colmenares, soldado mas diestro en lides
cortesanas que en campales refriegas, y nombró el Obispo á fray Diego de Tor-
res, provincial de la Orden de San Francisco, muy señalado por su astucia y por
su facilidad en disponer todo género de intrigas. En una misma caravela salieron
los tres del Darien, no pasando muchos dias sin que Oviedo comprendiese el ob-
jeto de la expedición del capitán y del fraile. Juntos y amigos fueron, no obstan-
te, hasta la ciudad de Santo Domingo de la Isla Española, donde se detuvo Ovie-
do algunos dias, para recoger ciertos millares de pesos de oro que el tesorero Mi-
guel de Pasamonte y los oficiales reales de aquella Isla enviaban al Rey Católico.
Encomendáronle al mismo tiempo el mando de la nave que debía conducir aque-
llos caudales, y dióle ademas el tesorero, para que al Rey los ofreciera en su
nombre, seis indios caribes y otras tantas indias mozas, con treinta papagayos,
seis panes de azúcar, labrada en la Española, y quince ó veinte trozos de cañafís-
tola; presente mas precioso en verdad por lo peregrino que envidiable por lo es-
pléndido 5. Faltó paciencia al capitán Colmenares para esperar á Oviedo, y dióse
luego á la vela, aprovechando la partida de ciertas naves que volvían á España:
no asi el franciscano Torres, quien abroquelado en el convento de su Orden que
en la ciudad de Santo Domingo ya existia, averiguó entendido cuanto hizo Ovie-
do, resuelto á seguirle en la misma caravela que él mandaba. Larga y trabajosa
fué la navegación que hicieron, tardando setenta y cinco dias desde Santo Domin-
go á la isla de la Madera, donde hubo de quedarse en tierra el religioso Torres,
á causa del recio temporal que alli les sobrevino. Embarcado, sin embargo, á
pocos dias en otra caravela, y no pudiendo resistir mas las molestias de tan pe-
noso viage, pasó de esta vida, cuando tocaba las costas españolas, entrado ya
en la bahía de Cádiz.
Seguia Oviedo entre tanto su derrota á España, y llegado á Sevilla en los pri-
meros dias de diciembre, encaminóse sin dilación alguna á Plasencia, ciudad en
que á la sazón se hallaba el Rey Católico. Tenia este determinado pasar á la ca-
pital de Andalucia, á fin de reponer su quebrantada salud en aquel templado
suelo ; y aunque recibió contento al antiguo mozo de cámara del príncipe don
Juan, holgando mucho de las cartas y nuevas que le traia, asi como del presente
»en sus viages avian hecho, por fé de los escriba- la Nat. Hist, de Ind., cap. 31; Colee, de Barcia).
»nos, que yo avia enviado con cada capitán» {Hist. «Me dio (el tesorero Miguel de Pasamonte) cartas é
gen. y nat. de Ind., 11.a Part., lib. X, cap. 9). »crédito y envió seys indios é seys indias muy bien
I» «Pocos dias antes quel Cathólico Rey don Fer- »dispuestos, ellos y ellas caribes, y muchos papa-
»nando pasasse desta vida, le truxe yo á Plasen- »gayos y seys panes de acucar, y quince ó veynte
»eia seys indios caribes, de los flecheros que comen »cañutos de cañafistola, que fué el primer acucar y
»carne humana, seys indias mocas, la muestra del »cañafistola que el Rey vido de aquestas partes y
»acucar que se començaba á hacer en la Isla Espa- »lo primero que á España fué» (Hist. gen. y nat. de
»ñola, cañafistola y treynta papagayos» (Sum. de Ind., [1.a Parte, lib. X, cap. 11).
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XXVII
de los indios caribes, azúcar, cañafístola y papagayos, no quiso entonces oirle
en las cosas que á la gobernación tocaban, mandándole que diera al secretario
Concbillos memorial de cuanto conviniese proveer, y que compareciera en Sevi-
lla, donde seria oido y despachado. Pidióle Oviedo licencia para visitar de paso á
su familia, y dirigióse sin mas tardanza á Madrid, sabiendo en esta villa la muer-
te del Gran Capitán, y llegándole dentro de breves días la infausta noticia del
fallecimiento de don Fernando, acaecido el 25 de enero 6.
Acaso hubiera bastado este fatal suceso para desanimar á cualquiera otro que
en lugar de Oviedo se encontrara; pero resuelto, como estaba, aponer enmienda
en los males de la Tierra-Firme, determinóse á partir para Flandes, con el inten-
to de informar á don Carlos de todo cuanto tenia pensado decir al Rey Católico.
Estábanle en esta navegación reservados nuevos trabajos : embarcado en Portuga-
lete y arrojado por una borrasca á la costa de Laredo, tornó á probar fortuna, sin
mas favorable éxito, pues que ya en mitad del camino, se vio forzado á dar la
vuelta á España, no pudiendo tomar puerto hasta la Coruña, desde donde le lle-
vó su piedad á visitar la casa del Apóstol Santiago. «Dentro de tercero dia (escri-
be) tornamos á la Coruña é nos embarcamos é seguimos la via de la canal de Flan-
»des, y estando ya dentro della, nos dio tiempo contrario é nos sacó fuera ; é con
»mucho trabaxo é mayor ventura podimos tomar las islas de Gorlinga, y en una
»délias esto vimos ocho dias, haciendo vida peor que la de las Indias, porque no
»avia alli sino una fortaleça, ruinada y yerma, del rey de Inglaterra y quatro ó
»cinco chocas pajiças, é no tales como los buhíos de acá (de América) con mu-
»cho. Con todo avia vino; pero tan caro y mas que aqui le bebemos. Tenían un
»poco de harina, de que heçimos unas tortillas que cocimos en el rescoldo ó
»çeniça : otra cosa de comer no la temarnos ; pero avia conejos é algunos balleste-
»ros de la nao mataron algunos. Y en esta penitencia estovimos ocho dias ó diez,
»esperando el tiempo ; é viamos desde alli la isla de Inglaterra é seys ó siete lu-
»gares: é si por caso no pudiéramos aferrar aquellas isletas, fuéramos la vuelta de
»Irlanda é pudiera ser que dende á un año no volviéramos á Flandes 7.» Cesó
por último tan recio temporal, y aprovechándose del buen tiempo, pudieron to-
mar tierra en Calés, encaminándose desde alli á Bruselas, á donde llegó Oviedo
mediado ya el mes de agosto.
Fué en esta capital bien recibido por don Carlos, quien enterado de su deman-
da, ordenó al gran Canciller de Borgoña que le oyese; pero no atreviéndose este
á proponer resolución alguna en asunto tan arduo como peregrino, dispuso el nue-
vo rey que se diera orden á los gobernadores de España, los cardenales don
fray Francisco Ximenez de Cisneros y Adriano de Utrecht, para que examinasen
el memorial por Oviedo presentado. Ordenaba también don Carlos, satisfecho de
la conducta de este leal vasallo, que se le pagasen los gastos, ocasionados en tan
largo viage, y que fuera igualmente gratificado por sus buenos servicios. Dióse
6 Mariana, Hist, gen. de Espafia.Wb. XXX,cap. A 108.—Hist. gen. y nal. de Ind., 11.a Parle, lib. X,
27.—Carta de Oviedo, fecha 23 de octubre 1537; capítulo ii.
Real Acad. de la Hist., Colee, de Muñoz, tom. 81, 7 Uist. gen. y nat. de Ind. ut sufra.
XXVIll VIDA Y ESCRITOS
Oviedo por contento con este despacho, y cuando se preparaba para volver à
Castilla, deparóle la suerte al capitán Rodrigo de Colmenares, que se disponia
también á dejar á Bruselas, remitido, como él, á los gobernadores de España. Ha-
llábale Oviedo enfermo y menesteroso, y olvidando en aquel momento la causa
de su venida á Europa y su privanza con el Pedrarias, dolióse de su infortunio,
llevándole consigo á Castilla y socorriéndole con mano generosa.
Poco mas de tres dias duró esta vez la navegación que antes habia costado á
Oviedo cuatro meses de trabajos y peligros 8, no pareciendo sino que el mar se
ablandaba á sus ruegos, avivando asi la esperanza que le habian hecho concebir la
conocida rectitud y acrisolada experiencia de Cisneros. Mas dominado este gran
político por el pensamiento de someter á un nuevo régimen la administración y
gobierno de las Indias , enviando á aquellas partes los priores gerónimos de la Me-
jorada , San Juan de Ortega y Montamarta 9, aunque puso Oviedo en sus manos
la cédula del rey don Carlos y el memorial de las cosas del Darien, no obtuvo
respuesta ni despacho alguno , viendo con profundo dolor cuan infructuosos ha-
bian sido todos sus esfuerzos, para remediar los males que á la Tierra-Firme afli-
gían. «Yo les di á aquellos reverendíssimos Cardenales (exclama) la remisión y
»memorial que he dicho, y les supliqué que me oyessen , como el rey, nuestro
»señor, lo mandaba; pero nunca fuy dellos respondido ni oydo, ni despachado en
»cosa que tocasse á aquella tierra, ni á la paga é gratificación que Su Magestad
»mandó hacerme ; y assi la tierra se quedó con sus trabaxos y otros que se aug-
mentaron cada diat y yo con los mios, y con mas de dos mil castellanos me-
»nos que gasté en aquellos viages. ¡Sea Dios servido de todo l0!» Hasta aquí
las quejas de Oviedo. Pero no fueron los gobernadores mas accesibles á Rodrigo de
Colmenares, quien advertido del poco efecto de los pasos del Veedor, y cansado
de seguir inútilmente la corte, quiso tentar fortuna por otra via, y abandonando
los negocios del Pedrarias, se pasó al reino de Ñapóles. Tal fué el término que
tuvieron aquellas negociaciones, en que animaba á Oviedo el noble deseo de la
prosperidad de las Indias , y habia movido á los procuradores de Pedrarias y de
Quevedo el interés particular de sus patronos ó la esperanza del propio en-
grandecimiento.
8 «Estuve en este camino quassi qualro meses »cion de lo mismo al gran Chan de Borgoña , é fuy
»é gasté é" Irabaxé mas que si dos veces viniera »remitido al cardenal don fray Francisco Ximenez;
»desde Sevilla á esta cibdad de Sancto Domingo : á »y porque no se lo remitieron á él solo, nunca quiso
»la vuelta torne', desde Gelanda á Porlugalele, en »oyr nada , y porque estaba ya puesto en enviar
»tres dias» (Hist. Gen. y Nat. de Ind., ut supra). »ciertos frayles hierónimos, que nunca salieron de
9 Estos priores eran fray Luis de Figueroa, fray »esta cibdad (Santo Domingo) ni entendieron cosa
Alonso de Santo Domingo y fray Bernaldino de Man- »de la Tierra-Firme. Mandó Vuestra Magestad que
zanedo ( Hist. gen. de la orden de San Gerónimo, »yo fuesse gratificado é se me pagassen mis gastos;
por fray José de Sigüenza, 111.a Parte, lib. I, cap. 25). »pero tampoco se hizo esso como lo otro : y porqué
10 Hist.gen. de Ind., 11.a Parte, cap. if. «Yo pre- »no me anduviesse diciendo verdades, quédeme con
»sumí un tiempo de avisar á Vuestras Magestades »aver perdido el tiempo, que fueron quassi tres
ode muchas verdades, y hallé vivo al Rey Calhólico, »años, y con mas de mili é quinientos ducados de
»de gloriosa memoria, en tiempo que si viviera mas, »mi hacienda gastados en caminos» ( Carta al Real
»yo piensso que fuera muy servido de lo entender; Cons, de Ind., fecha. 25 de octubre de 1537. Colee.
»é murió dende á poco , é fuy á Fiandes , é di reía- de Muñoz , torn. 81, A. 108).
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XXIX
Perdida ya la de alcanzar justicia, y despechado del poco fruto de sus preten-
siones , se retiró Gonzalo Fernandez al seno de su familia, resuelto acaso á re-
nunciar para siempre al bienestar que le habia brindado América. Pero teníalo
dispuesto la Providencia de otro modo. En setiembre de 1517 aportaba el nuevo
rey á Villaviciosa de Asturias , y el cardenal Cisneros salía á recibirlo hasta Roa,
donde le llegó un correo de don Carlos, mandándole que no pasara adelante. Fué
este un golpe mortal para el octogenario arzobispo, que afligido, al verse trata-
tado con semejante desden, cayó en tan hondo abatimiento, que expiró el 8 de
noviembre del mismo año, tildando la posteridad con la nota de ingrato al prín-
cipe , á quien habia conservado ilesa , en medio de los mayores contratiempos, la
corona de sus abuelos. Andaba por este tiempo en la corte don Diego Colon,
pleiteando con el fiscal del Consejo de Indias sobre los privilegios concedidos
á su padre é invalidados por el acuerdo de Cisneros ; y llegado don Carlos á Cas-
tilla , ya fuese en odio al mando del cardenal , ya por amor á la justicia, resti-
tuyó á don Diego en las prerogativas del almirantazgo, y ordenó que volviesen á
España los priores gerónimos. Alentado con esta determinación, dejó Oviedo su
retiro , en el cual no habia por cierto desperdiciado el tiempo, aumentando y or-
denando sus diarios , mientras ponia en castellano el peregrino libro de don Cla-
riballe, que dos años después dio á la estampa en Valencia M.
A principios de 1518 se presentó , pues, de nuevo en la corle con el mismo
empeño que en 1515 le habia traído de América ; y aunque no existia ya el obs-
táculo de los priores, gastó otros dos años con igual fortuna, hasta que en
1519 logró en Barcelona ser oido y bien despachado. Mas no sin que su natu-
ral franqueza y desenfado le alrageran para lo porvenir duras é irreconciliables
ojerizas. Hallábase en aquella populosa ciudad por el mismo tiempo el licencia-
do Bartolomé de las Casas, procurando la gobernación del rio y provincia de di-
mana en la Tierra-Firme : dolíase este clérigo, como se dolia Oviedo, del nial
tratamiento que los indios recibían, y llevado de un celo verdaderamente evan-
gélico , habia venido, como Oviedo, á querellarse y buscar el remedio de tantos
males. Pero las Casas se apartaba del Veedor de las fundiciones del oro en que
solo pedia este para el Darien un gobernador experto y justificado y un obispo
que , ageno de codicia, pensara únicamente en reglar la conducta de sus cléri-
gos, mientras pretendía aquel que se echaran de las Indias gobernadores, capi-
tanes y soldados ; comprometiéndose á conservar la tierra de Cumaná en el ser-
vicio y poder de los reyes de Castilla , sin mas aparato que unos cuantos cente-
23 Ut supra
TOMO I. 5
XXXIV YJDA Y ESCRITOS
El resultado de esta desacertada resolución no pudo ser mas fatal al Darien: al-
zóse la tierra con los desafueros do Estete, y viéndose reducidos los españoles casi
al recinto de la ciudad, comenzaron á abandonarla, temerosos por una parte de
comprometer sus haciendas, y llamados por otra de los nuevos repartimientos
que en Panamá les hacia el Pedrarias. Pero asi como iba creciendo el número de
los que desamparaban la tierra, asi se afirmaba Oviedo en la determinación de
protegerla, y mientras los mas llegaban hasta el punto de arruinar las casas alli
labradas, se empeñaba en fabricar para sí una tal y tan costosa que ninguna has-
la aquel tiempo había en la Tierra-Firme como ella*1. Entre tanto llegó á Pana-
má el oro recogido en la parte del poniente, y deseando el Pedrarias fundirlo y quin-
tarlo , mandó á Oviedo que se presentara en aquella ciudad á ejercer su oficio,
saliendo con este intento del Darien en agosto de 1521. No quiso el Ayuntamiento
perder esta ocasión de reclamar la observancia de las últimas reales cédulas y
provisiones que habían ya caido en desuso, y para este efecto dio á Gonzalo de
Oviedo poder bastante, seguro de que no habia de faltarle resolución en seme-
jante demanda. Asi sucedió por cierto: verificada la fundición y sacado el quinto
de la corona, requirió el Veedor nuevamente al Pedrarias, haciéndole responsa-
ble de todos los males que aquejaban al Darien y declarando, en nombre de su
Ayuntamiento, que por su causa se despoblaba y perdía aquella ciudad, la mas
principal y rica de cuantas existían en la Tierra-Firme. Tomó Oviedo testimonio
público del requerimiento, y disponíase ya á tornar al Darien, cuando escogitado
el medio de comprometer y arruinar al Veedor, cuya integridad y firmeza de carác-
ter tanto le ofendían, le propuso Pedrarias Dávila hacerle su teniente, con lo cual
se daría la ciudad por contenta y se sostendría la tierra, puesto que él no podia
por entonces abandonar aquellos mares. No desconoció Oviedo el lazo que se le
armaba25, y aunque dudó primero si aceptaría cargo, en que no era posible ganar
mucha honra, acordándose de que aquella ciudad se despoblaría enteramente, y per-
dería él su hacienda, si no habia quien de ella se doliese, se resolvió al cabo á ser-
vir la tenencia, en nombre de S. M., reservándose siempre sus oficios de Veedor
de las fundiciones, Regidor perpetuo y Receptor general de la real cámara y
fisco.
A principios de noviembre del mismo año volvió, pues, al Darien, hecho ya
capitán de aquella comarca, donde le estaban aparejados nuevos quebrantos. Aco-
metida su muger de aguda fiebre, durante su ausencia, apenas llegó á tiempo pa-
24 «Yo hice una casa en la cibdad de Sancta »neros á mi muger para que hiciese mi casa» (Hist.
»Maria del Antigua del Darien que me cosió Gen. y Nat. de Ind., 11.a Parle, lib. X, cap. 14).
»mas de i ,500 pesos de buen oro , en la cual se pu- 25 «En la hora que se me dio la provision (dice
ndiera aposentar un príncipe, con buenos aposen- »Oviedo) por la qual avia de gobernar aquella cíb-
» tos altos é baxos é con un hermoso huerto de mu- »dad é ser capitán de aquella provincia, dîxo Pe-
»chos naranjos é otros árboles , sobre la ribera de ndrarías á algunos que por mi mal avia tomado
»un gentil rio que pasa por aquella cibdad» (Hist. »aquel cargo ; y assi fué ello, porque mí condición
Gen. y Nat. de Ind., 1.a Parte , lib. Vi , cap. 1). «É »de hombre libre no pudo comportar cosas feas é
»assi como otros la desamparaban (á la ciudad del »torpes» (Hist. Gen. y Nat. de Ind., ut supra).
»Darien) comencé yo á labrar ó dexé la traza é di-
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XXXV
ra cerrarle los ojos, siendo imponderable la tristeza que produjo en él tan impre-
visto acontecimiento. «Con el dolor de pérdida tan triste para mí (exclama),
»transportado é fuera de sentido, viendo muerta á mi muger que yo amaba mas
»que á mí, estuve para perder el seso, porque demás de tan dulce compañía y ser
»mi desseo vivir en el estado matrimonial, como cristiano, no era acostumbrado á
»las mancebas que mis vecinos tenian y aun algunos duplicadas26.» Rendido, no
obstante, aquel justo tributo al amor conyugal, pensó Oviedo en.las cosas de su
tenencia, con el firme propósito de cortar de raíz los envejecidos abusos y castigar
severo los crímenes que diaria é impunemente se cornelian. Persiguió, pues, á los
amancebados; prohibió los juegos de naipes, mandando quemar por mano del pre-
gonero todas las barajas que se encontraron en la ciudad ; castigó á los blasfemos;
amonestó y multó á los escribanos públicos para que se abstuvieran de sus fraudes
y rapiñas, y defendió bajo graves penas que se maltratasen las mugeres indias,
cargándolas como acémilas; adoptando otras disposiciones no menos acertadas-7,
que si bien merecieron la aprobación de los hombres honrados, comenzaron á
grangearle el aborrecimiento de los malos y viciosos. A tal punto los habían lleva-
do la impunidad y falta de justicia de las pasadas gobernaciones!
Mas si solícito se mostró el Veedor en cuafto á la moral y á las buenas costum-
bres locaba, no desplegó menor actividad en cuanto á la prosperidad material se
referia. Después de concertar la mayor parte de las diferencias que sobre deudas
existían entre los vecinos, poniendo de su casa mas que palabras, para avenir y
amistar las partes; después de establecer de su propia hacienda el abasto de-car-
ne para la ciudad; y finalmente, después de haber sometido la limpia del oro á
régimen menos duro, procuró abrir pacíficamente el comercio con los indios cari-
bes , logrando en pocos meses que armasen á su ejemplo no pocos vecinos del
Darien piraguas y caravelas, para segundar su industria ; con lo cual se recogieron
en la ciudad mas de 50,000 pesos de oro, sin riesgo alguno de los españoles y
con beneplácito de los indios. Pero al mismo tiempo que estas nuevas exaspera-
ban en Panamá la codicia y saña del gobernador y los suyos, ofrecíales la justifi-
cación de Oviedo frecuentes ocasiones para desautorizarle y malquistarle. No ha-
bía delincuente que se acogiese á Panamá, que no obtuviera impunidad completa:
no habia penado que apelase de las sentencias del Veedor, que no lograra ser ab-
suelto y premiado con heredamientos y distinciones- Por esta senda se vio en breve
personalmente odiado de cuantos malhechores vagaban por aquellas parles, sin
que le sirviese de escudo el asentimiento de de los buenos M. Y no fueron por
sa ccL'úda esta petición en Regimiento y en mi »líelo, y ser hecho sobre asechança y sobre pens-
"prescnc.'-a, dixe que bien parescia que todo aque- »sado, y dixo que quando avia procurado de vivir
».lio era fabricado por el dean» {Ut supra.). »conmigo, era por me matar durmiendo ó como mc-
33 Refiriendo Gonzalo Fernandez la confesión »jor le paresçiesse » (Hist. gen. y nat. de lad., li-
ât Simon Bernai, se expresa asi : « Confesó su de- bro X, cap. 19).
DE GON. FERN. DE OVIEDO. XXXJX
»gaba, porque me paresçia que era buena persona aquel, para quien me pedia la
»vara del alguacilazgo. Y en este instante llegó por detras el Simon Bernai con
»un puñal luengo y muy afilado, aunque traia otra espada ceñida, é dióme una
»gran cuchillada en la cabeça y descendió cortando por debaxo de la oreja sinies-
»tra é cortóme un pedaco grande de la punta é huesso de la quizada y entró hasta
»media mexilla, é fué tan grande é honda la herida que me derribó é dio conmi-
»go en tierra; y al caer dióme otras dos cuchilladas sobrel hombro izquierdo; é
»todo tan presto que antes que el alcalde le viesse ni yo me reconosciessc, era
»hecho lo ques dicho. Y el malhechor echó á huir la calle adelante, no querién-
»dose acoger á aquella iglesia, á par de donde estábamos (porque si alli se entrá-
»ra, fuera preso), sino fuesse á la Iglesia Mayor, donde el dean y otros clérigos,
»sus amigos é valedores le atendían, para le favorescer, como lo hicieron. Assi
»cómo cay en tierra atordido, dixe: Válgame la madre de Dios; y miré alias é
»víle aleado el puñal, é dándome priessa á levantarme, dixe; ¡Oh traydor! ¿por-
»jué me has muerto?... E puse mano á la espada que tenia ceñida debaxo de una
»loba cerrada que tenia vestida, tomando el pomo por encima de la ropa, medio
»sin sentido, é tal que no conoscí bien al que me hirió por la turbación de la vis-
»ta.... E estando de esta manera herido, me llevaron á mi casa é pedí á mucha
»priessa un confesor, porque conoscí bien el peligro en que estaba : é venido un
»barbero cirujano, cómo me vido, no me queria curar, é dixo que para qué avia
»de curar un hombre muerto; é con importunación de los que alli estaban, me cu-
»ró, sin esperança de todos los que me vieron que pudiesse vivir, tres horas. E yo
»no sentí la cura ni hablaba : é desde á mas de cuatro horas que estaba curado é
»echado en la cama, volví á tener algund sentido é torné á pedir el confesor, é
»me confesé é dixe por auto ante un escribano que perdonaba, é perdoné á quien
»me avia muerto é á todos los que en ello avian seydo, porque Dios me perdo-
»nasse á mí, pues se puso en la cruz por mi redemption y de lodos los peca-
»dores» 3*.
Con asombro de sus enemigos que le daban por muerto, sanó en breve el Veedor
de las heridas, no sin que en lo mas recio de su dolencia protestara ante el escri-
bano Pedro de Rojas que habia ido al Darien á publicar la primera residencia del
Pedrarias, para que si no podia presentarse en ella al tiempo señalado, no se si-
guiera perjuicio á sus intereses ni á los del fisco, pues que subían á 10,000 pesos
de oro los cargos que contra el gobernador formulaba. Restablecido al fin, vióse
á poco sujeto á juicio de residencia, la cual fué pregonada en el Darien por Juan
de Carvallo, á quien hizo el gobernador su teniente, porque sabia que no era de-
voto del Veedor, el cual le habia multado y perseguido por varios delitos. Diez
mil pesos de oro exigió Carvallo de fianzas á Gonzalo Fernandez de Oviedo, para
seguridad de su persona, no pareciendo sino que, al estrecharle de este modo, se
procuraba incitarle á la fuga ; pero cómo no podia allegar aquella suma tan cre-
cida , ni se tenia tampoco por culpado, dejóse echar grillos dentro de su propia
3íi Esla muger habia delatado á su marido co- pitulo i9 del libro X, de la 11.a Parte, que ya hemos
11,0
asesino, sin probarle el crimen de que le acu- citado repetidas veces, y al cual remitimos á los lec-
saba (lo., cap. 18). tores; no creyendo oportuno recargar estos pasages
36 Oviedo rcíiere menudamente todas las cir- con la repetición de aquellos pormenores, sin que
cunslancias de la prisión de Simon Bernai en el ca- lográramos tampoco dar mas interés á este escrito.
DE GÔNZ. FERN. DE OVIEDO. XLt
avocándola á sí, como juez y autoridad suprema en aquellas partes. Tarde vi-
no sin embargo esta diligencia, bien que el mensagero traia andadas cuarenta
leguas en poco mas de diez y seis horas 37: cuando llegó á la villa de Acia, ha-
lló al licenciado y á Gonzalo de Oviedo, que saliendo de misa, pasaban casual-
mente delante del palo en que se veian clavados el pié y la mano del asesino, y
que era por cierto el mismo, donde pocos meses antes se contemplaba con asom-
bro la cabeza del ilustre descubridor Vasco Nuñez de Balboa. Mandó Alarconcillo
leer públicamente aquella orden del Pedrarias, y declarando en el acto que se
apartaba del proceso, en cuanto al descubrimiento y castigo de los cómplices,
pidió Oviedo testimonio de esta declaración, protestando en debida forma contra
el procedimiento del gobernador, à quien hizo responsable de los daños y perjui-
cios que se le ocasionaran, los cuales montaban ya á dos mil pesos de oro. Mas
perdida toda esperanza de justicia, cansado de sufrir persecuciones, y expuesto á
cada instante á nuevas asechanzas, resolvióse Oviedo á recurrir al Real Consejo
de Indias , y recogiendo secretamente parte de su hacienda y toda su familia (que
ya habia contraido nuevo matrimonio), se embarcó el 5 de Julio de 1523 en el
mismo bergantín que le trajo del Darien, y protestando dirigirse al Nombre de
Dios, torció el rumbo hacia la isla de Cuba, alejándose de aquellas costas, teatro
de sus trabajos y desgracias, con el mismo deseo y la misma esperanza que en
1515.
Pero no habian sido estériles aquellos tres años para sus empresas literarias:
en medio de las penosas tareas de sus oficios ; entre el cúmulo de contratiempos
que le sobrevinieron ; enfermo, perseguido y despechado, hallaba siempre Ovie-
do placer y contentamiento en sus tareas históricas, siendo verdaderamente pro-
digioso el tesón con que las proseguía y el fruto que obtenía de sus vigilias. Cuan-
do se embarcaba en el puerto de Acia, era acaso su mayor cuidado el de poner
en salvo sus numerosos manuscritos, entre los cuales contaba ya la crónica y vi-
da de los Reyes Católicos, que insertó después en su Catálogo Real de Castilla y
la Historia general y natural de Indias, comprensiva de todos los acontecimientos
acaecidos hasta el año de 1525, en que se hallaba 38
37 Replicando el mensagero de Pedrarias Dávila sin duda motivo á que el erudito anglo-amcricano
al licenciado Alarconcillo que al recibir la orden del Mr. George Ticknor tenga por obras dislinfas y es-
gobernador, le reprendió por haber llegado larde, peciales las Crónicas no completas de los Reyes Ca-
creyendo que se habría dormido en el camino, dijo: tólicos y de Carlos V; pero debe advertirse que estos
((Si me he dormido ó no mande Vra Mrd. que se trabajos forman parte, según queda notado, del Ca-
»me dé por testimonio á qué hora llego aqui; por- tálogo Real de Castilla, en que se ocupaba Oviedo
»que pueden ser tres ó qualro horas que amanesció desde 1505. Al final del Sumario observa: «Yo he
»é después de vísperas partí de Panamá» (Hist. gen. »escrito en este breve sumario ó relación lo que de
y nal. de Ind., 11.a Parte, lib. X, cap, 19). »aquesta Natural historia he podido reducir á la
38 Cuando en 1525 presentaba Oviedo al empe- »memoria y he dexado de hablar en otras cosas mu-
rador Carlos V el Sumario de la Natural Historia »chas, de que enteramente no me acuerdo ni tan al
de las Indias, decia, hablando de sus trabajos lite- »propio, como se pudieran escrebir, ni expresarse tan
rarios: «Distinguiendo la crónica y vidas de los Ca- »largamente, como están en la General y natural
»thólicos Reyes don Femando y doña Isabel, de glo- »historia de Indias , que de mi mano tengo escrip-
riosa memoria, hasta el fin de sus dias, de lo que »la... lo quai tengo en lacibdad de Sancto Domingo
»despues de vuestra bienaventurada subçesion se »de la Isla Española, etc.» (Historiad, primit. délas
»ha ofreseido». Estas palabras de Oviedo han dado Ind. occid., por don Antonio Gonzalez Barcia, 1.1).
TOMO i. G
XLH VIDA Y ESCRITOS
HI.
2 Cuando narra Oviedo la expedición de Juan de pítulo 4.° de su libro de los Naufragios, último de
Grijalva, se expresa, respecto de este punto, en los la General historia: «En una nao (dice) en que yo me
siguientes términos: «Y como he dicho en el li- »hallé el año de mili é quinientos é veynle é tres
»bro II desta 1.a Parle, pues Su Magestad manda »años en el mar Océano, de la qual era maestre Juan
»que me den relación verdadera todos sus goberna- »Lopez de Archuleta que hoy vive, yéndonos ane-
»dores de las cosas destas Indias, esto tengo yo sig- »gando é quassi perdidos, alijando de la ropa y car-
»nado é por testimonio que me fué dado por el te- »ga, yba un mancebo, criado del almirante don
»niente Diego Velazquez, passando por aquella isla »Diego Colom , durmiendo y roncando tan descan-
»Fernandina el año de mili é quinientos é veynle é »sadamente como si estoviera en Toledo. Llamábale
»tres; é yo llevé este testimonio á España, ásu rue- »el almirante de quando en quando, y decíale:— Sanc-
»go, para dar noticia deste descubrimiento suyo é »la Cruz (que assi se llamaba), ¿no vees que nos ane-
»de otras cosas á la Cesárea Mageslad» {Bist. gen. »gamos?... ¿Por qué no despiertas, traydor, y te
ynat.de Ind., 1.a Parle, lib. XVII, cap. -17). »encomiendas áNuestro Señor?... Y el mancebo res-
3 Curiosa es por cicrío la circunstancia que re- »pondia y decia:—Señor, ya lo veo.—E inconti-
fiere Oviedo de esta peligrosa navegación en el ca- »nenti tornaba á roncar».
XLIV VIDA Y ESCRITOS
ticioso alli de que el César tenia su corte en Vitoria para alentar las operacio-
nes del ejército, que bajo la conducta del Condestable don Iñigo Fernandez de
Velasco, se bailaba sobre Fuente-Rabia, fortaleza de que se apoderaron los fran-
ceses durante los disturbios de las Comunidades, se dirigió á aquella ciudad, mo-
vido no solamente por el deseo de librar la Tierra-Firme de la opresión del Pe-
dradas, sino aguijoneado también por las graves ofensas personales que de sus
manos habia recibido. En Burgos encontró al Real Consejo de Indias que se pre-
paraba á trasladarse al lado del César, siendo tal la impaciencia que le aquejaba
por representar sus querellas, que tuvo á mal agüero aquella partida.—Siguió,
no obstante, á los señores del Consejo (que no habia de vencer el desaliento á
quien sobraban la voluntad y la constancia), y resuelto á pasar la plaza de im-
portuno hasta ser oido, llegó á Vitoria á principios de 1524 *. Pero cumpliósele
su esperanza mas fácil y prontamente de lo que pensaba : servíale la ilustre me-
moria del príncipe don Juan de protector escudo, y abríansele á su nombre, co-
mo al influjo de misterioso talisman, las puertas de magnates y prelados : el mis-
mo César, que ya en Bruselas y Barcelona habia oido de su boca las quejas
contra el gobernador de la Tierra-Firme, y que recordaba complacido su leal-
tad para con el príncipe, su tio, luego que hubo de enterarse del propósito de
su venida, no solamente previno al Consejo que le hiciese justicia, sino que le
concedió en su cámara especial audiencia. Oviedo expuso al Emperador y á su
Real Consejo todos los trabajos y persecuciones que habia padecido desde su par-
tida de Barcelona en 1520, y presentando los poderes que traia de la ciudad del
Darien, pidió, en nombre de la misma, nuevo gobernador para aquella desventu-
rada provincia. Ordenóle el César, oida su demanda, que presentase al Consejo
por escrito su relación y querellas contra el Pedrarias, lo cual verificó el Veedor
inmediatamente, como quien veia lograda la ocasión de que su rey supiera las
vejaciones, inhumanidades y tiranías, de que era víctima tan rica y vasta region
del Nuevo Mundo 5.
4 Don fray Prudencio de SandoVal, en su fíis- »drarias, é que venia desde allá á dar noticia á Su
toña del Emperador Carlos V, 1.a Parte, lib. XI, »Majestad da cómo aquella tierra está perdida é
pair. 24 (Amberes 1681) , dice, aludiendo á las no- »destruyda é robada, é han passado épassan en ella
licias que trajo Oviedo de la Tierra-Firme : «Vinié- »muchas crueldades , de que Dios é Su Magestad se
ronle también (al Emperador) cartas y relaciones de »dessirven é la tierra se pierde, seyendo, como en
las navegaciones y conquistas de Indias, assi de las »la verdad es, lo mejor de lo descubierto ; é lodo
tierras y provincias de la Nueva España, como de »estáescondido é ocultado á Su Magestad y su Con-
Tierra-Firme y Nicaragua y otras partes della, que »sejo.... É díxome Su Magestad que á Vras. Mrds.
en aquellos dias se habían conquistado, trayendo los »hablasse é dixesse todo aquello que sabia é me
naturales al conocimiento del verdadero Dios, como »paresçiesse de las cosas de aquella tierra , de don-
lo escriben Gonzalo Hernandez de Oviedo y otros »de vengo, para que Vras. Mrds. se informassen,
dotos y curiosos coronislas». (Véase también el ca- »é que Su Magestad lo mandaría luego remediar é
pilulo 20 del Hb. X de la 11.a Parle de là Hist. gen. y »proveer, como conviniessé. É cumpliendo con el
nat. de Ind.—Bat. y Quinq., K. 130, fol. 3 vio.) »mandamiento de Su Magestad é con lo que debo
5 He aqui como empieza Oviedo esta importan- »á su real servicio y á mi consçiençia, digo, ele».
te relación: «Al tiempo que besé las reales manos (Arch. gen. de Siman., Patr. Real, Arca de Indias,
»de Su Magestad, le dixe cómo yo le servia de leg. l.—Real Acad. de la Hist., Colee, de Muñoz,
»Veedor en Tierra-Firme, dó es gobernador Pe- torn. 76, A. 103).
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XLV
Duros eran en verdad los cargos que formuló Oviedo contra el Pedrarias; pues
no solamente le negaba en su informe las cualidades mas precisas para la gober-
nación, tildándole de flojo, inconstante, codicioso, díscolo y sembrador de ciza-
ña (con lo cual habia sido causa de continuas desavenencias y escándalos), sino
que le acusaba tambie¿i de injusto, arbitrario, cruel, venal é hipócrita, declarán-
dole como usurpador, é inobediente al rey y á su Real Consejo. Pero estas califi-
caciones lejos de ser hijas del enojo que el Veedor atesoraba en su pecho, ve-
nían hasta cierto punto comprobadas por la simple exposición de los sucesos, á que
se referia. Apandillado el gobernador con los oficiales reales, que á su ejemplo
abandonaron el Darien, ni habia obedecido las cédulas de 1510, permitiendo en
contrario el tráfico inmoral, en que aquellos se ejercitaban y admitiéndolos à su
consejo; ni remitido á España los quintos de la corona, pretestando gastos ex-
traordinarios 6; ni guardado las provisiones reales en el repartimiento y trato de
los indios, haciendo violenta y falaz aplicación del requerimiento ordenado por
el Rey Católico 7. Y si consintió, débil ó mal intencionado, que los oficiales rea-
les maltrataran á los indios, mudando á su placer los repartimientos, con lo cual
crecían por demás sus haciendas y la del mismo Pedrarias; si toleró que su pri-
mo, el capitán Gaspar Morales, pasara á cuchillo trescientos de aquellos desdi-
chados, sin perdonar edad ni sexo, cebando asi su desenfrenada rapacidad ; si dejó
impune la alevosía de Benito Hurtado, el cual vendió como esclavos los indios de
carga que le diera, baJ3 seguro, el cacique de Careta; si no castigó la inhumani-
dad de Pedro de Cárdenas que asó por su placer dos mugeres indias de encomien-
da; y si apadrinó finalmente al capitán Francisco de Medina y á otros muchos
desalmados que, sobre saltear y aperrear indios caribes, osaron también vender en
pública almoneda no pocos de los que habían ya recibido las aguas del bautismo;
no mas humano y justo se mostró con los españoles que ó se oponían á su volun-
tad y de los suyos ó no se doblaban fácilmente á la lisonja.
Acusábale asimismo el ofendido Oviedo de haber tomado para sí las islas de Oto-
que y Terarequi ó de las Perlas, pertenecientes ambas á la corona, haciendo en
ellas inmoderado logro, sin participación legítima de la real cámara y en daño de
todos los pobladores, á quienes vedó allí la pesqueria. Pero si debió este cargo
6 Es sobre manera importante', para ilustrar 7 Las palabras de Oviedo son en esta parte har-
la historia de la conquista, lo que en la Relación to significativas: después de recordar el objeto que
hecha por Gonzalo Fernandez de Oviedo de los el rey don Fernando se propuso, al disponer que se
males causados en Tierra-Firme por el gobernador hiciera á los indios el requerimiento, de que lleva-
Pedrarias se dice, respecto de la inversion de cau- mos bocha mención arriba, observaba: «Esto se
dales : « Las pagas que se le hacen ( al gobernador) »ha fecho desla manera: que primero eran sallea-
»de gente serian excusadas , pues ninguna tiene ni »dos, é después de presos è atados se les leia ; é
»la hay para ninguna nescessidad, por razón de las »con esto eran dados por esclavos é repartidos é
»dichas pagas ; é assi hácense copias vanas , é por »vendidos. É nunca hasta hoy se ha fecho nt guar-
»aquellas libra el contador é paga el tesorero: é se- »dado la fuerza del dicho requerimiento; é para ver
»ria mejor, yaque las oviesse de llevar, dárselo de »si esto es assi , llamen ó tomen un indio que me-
»salario que por esta via : que paresçe ques untarse »jor entienda nuestra lengua , e' veráse que ninguna
»la cebada su dueño ; é dessotra manera seria mer- »cosa entiende del requerimiento ».
ced é sonaría mejor el salario , seyendo mayor».
XLYl VIDA Y ESCRITOS
llamar seriamente la atención del Consejo de Indias, no era por cierto menos
grave el que fulminaba el Veedor de las fundiciones del oro en las siguientes pala-
bras : «Entre las culpas que halló (el Pedrarias) á Vasco Nuñez, para le degollar,
»es aver tomado el dicho Vasco Nuñez una marca de las con que marcan el oro,
ȇ su suegro Verdugo, que era Veedor de la dicha Tierra-Jirme (que creo que
»le llaman Silvestre); pero no obstante esso, envió el dicho gobernador Pedrarias
»desde Panamá al Darien por un cuño de los que tenia el Veedor Gonzalo Fer-
»nandez de Oviedo, é lo tuvo en su poder el tiempo que le paresció é lo pudo hacer,
»é marcar pudo el oro que le paresçiesse, abscondidamente». Y no menos re-
prensible aparecía el Pedrarias en la Relación de Oviedo, respecto de las cosas
del esclarecido y malogrado descubridor del mar del Sur : ya desde su llegada al
Darien habia obligado á este á venderle su casa por menos dinero del que valia en
renta ; y cuando después de degollado, se apoderó de sus bienes, en nombre del
fisco, repartió los indios que le quedaban entre doña Isabel de Bobadilla, su mu-
ger, y los criados de esta, separándolos asi del grueso de la hacienda del adelan-
tado, la cual puso en poder de Martin de Estete. Aquellos ponderados cien mil pe-
sos de oro que en Barcelona despertaron con razón la solicitud del Real Consejo
de Indias, vinieron á quedar reducidos á la insignificante suma de tres mil, que
diezmados de nuevo por el administrador y los escribanos del proceso, dieron por
último resultado dos mil castellanos 8, pagados principalmente en recibos y otros
papeles, lo cual bastaba sin duda á poner en claro la integridad de los oficiales y
apadrinados del gobernador de Castilla del Oro 9. Mas para que el ruido de estas,
violencias y rapiñas jamás llegase á la corte de España, negábase astutamente el
Pedrarias á permitir que saliera de la Tierra-Firme español alguno que no se
le confesara parcial, ofreciéndose á decir maravillas de su gobierno : á tal extre-
mo llegaron la arbitrariedad y la impudencia, que se apoderaba de cuantas car-
tas iban y venían de las Indias, á fin de que por ningún camino fuera en la corte
conocida su conducta <0.
Oviedo, cuyo principal deseo, aunque personalmente injuriado, era la salva-
ción del Darien, terminaba su Relación, proponiendo al Real Consejo de Indias los
medios, que en su juicio debían adoptarse para evitar la ruina de aquella desdi-
8 Tenia cada castellano el peso de un adarme, »con papeles, é sin cobrarlos ni pagar en dineros».
y fué establecido en América por los primeros con- 10 «E tómanse las cartas é no se dan á quien
quistadores, para el cobro y paga del oro , compu- »van, é las que de allá vienen, tómanse porque Su
tándose por el valor de dos pesos y medio de Es- »Mageslad ni su Consejo no sepan verdad: é assi
paña ó dos pesos fuertes de América, y equivalen- »no osan escribir ni avisar de cosa que allá passe».
te á un escudo de oro del doblón de á ocho antiguo Tales son las palabras con que denunciaba Oviedo
(Alcedo, Dice. Geog. Hist, de las Ind. occ, torn. V, en su fíelacion tan inaudito abuso , á que anadia el
pág. 48 del Foc. de las voc. prov. de la Am.). Pedrarias, para mas oprimir y obligar á los espa-
9 Oviedo, que habia ejercido el cargo de Re- ñoles , el de apoderarse de los instrumentos púb'i-
ceptor de las penas de Cámara, y que tuvo ademas cos, que convenían á sus codiciosos intentos: el
el especial de tomar las cuentas de los bienes de Veedor escribia: « Algunas escripturas é registros
Vasco Nuñez, decía en su fíelacion al Consejo: E tal • »originales que él quiera tener en su poder, es nes-
»maña se dio el dicho Estete é escribanos , que él »çessario que se le den ; porque el que gelas impi-
»é ellos se llevaron de los dichos tres mili castella- »de, no se halla bien dello; é si dá conosçimiento
»nos mas de los mili dellos, pagando solamente »délias, es de muy mala gana o no lo dá.»
DE GOiNZ. FERN. DE OVIEDO. XLVII
chada comarca: «Assi que (escribia) para lo de Tierra-Firme conviene que Su
»Magestad determine una de dos cosas, y son: perderlo ó ganarlo. Para perderlo,
»ninguna cosa se podria buscar, ni penssar, ni proveer mejor que dexarlo estar
»de la manera que ello se está : é para ganarlo é atajar tantos daños é dar orden
»cómo Dios é Su Magestad sean servidos é la tierra remediada, háse de proveer
»quel que gobernare aquella tierra, sea hombre de buena sangre é que tenga celo
»é fin prençipal del servicio de Dios é del Rey é que sea amigo de justicia é hombre
»para trabaxar por su persona é non de sobrada cobdicia, ni cargado de hijos, é
»de edad convenible para el seso é para los trabaxos. E que este tenga, dó quiera
»que estoviere, una ó dos personas de buena consçiencia é letras; é que por su
»persona visite ambas costas, é los pueblos délias; é si nesccssario fuere (que si
»es é mucho), torne á tomar las residencias á los jueces passados, que no serán de
»poco intéresse para la hacienda de Su Magestad: é que demás desso, tenga siem-
»pre en el Darien un teniente que sea persona de letras é buena consçiencia, que
»administre justicia en la costa y pueblos del Norte, é otro en la costa é pueblos
»del Sur.» Tal era el bello ideal de Oviedo, que no pudo ver realizado en tantos
años de contradicciones y desgracias **.
il Despues de conocer las persecuciones que El obispo de Ciudad Real de Chiapa, añade sin
padece Gonzalo Fernandez de Oviedo por de- embargo: «Llamaba también sus indios los repar-
fender la ciudad y provincia del Darien de las »timienlos que tenia sojuzgados con las violen-
injusticias del Pedrarias y de los suyos ; des- »cias y entradas que se han referido arriba, en las
pués de notar los principales cargos que le diri- »quales y en los robos que por ellas se hacían, tenia
ge en la enérgica Relación presentada al real Con- »Oviedo su parte, como la tenia Pedrarias que des-
sejo de Indias, no se comprende cómo se ha con- »gobernaba la tierra, y los otros oficiales del rey
fundido el nombre de Oviedo entre los asoladores »con el Sr. obispo». Mas adelante proseguía las Ca-
de la Tierra-Firme y los destructores y despoblado- sas: «Solo vido (Oviedo) y se halló y participó en
res del Darien por un escritor coeláneo suyo, que »las tiranías y destruycion de aquella Tierra-Firme
le dirige sobre este punto severos y formidables »cinco años que en ella estuvo, según queda dicho,
cargos. Bien se advertirá que hablamos del licencia- »de los males y perdición que hizo é ayudó á hacer,
do Bartolomé de las Casas. «Que Oviedo (dice) ha- »concedérnosle que será muy cierto testigo ; mas
»ya sido partícipe de las crueles tiranías que en »no dice él ni decia cosa dellos, sino en quanto
»aquel reyno de la Tierra-Firme que llaman Casti- »fuere de infamia y en detrimento de los indios y
»Ua del Oro se han hecho desde el año catorce que »en excusación y justificación de sus crueldades y
»fué no á gobernallo, sino á destruillo Pedrarias, »de sus consortes, y ambición y cudicia» (Hist. Gen.
»hasta este de diez y nueve , confiésalo el mismo é de las Indias, libro III, capítulo 141). Una ob-
»véndelo al rey por servicios señalados». Oviedo servación sola bastará para desvanecer todas estas
no confiesa tal, ni podia confesarlo; pues que acusaciones: Oviedo llegó á la Tierra-Firme en ju-
en 1515 había dado la vuelta á España para de- nio de 1514, y no pudiendo sufrir los desmanes del
nunciar , como lo hizo, aquellas tiranías, sobrevi- Pedrarias y del obispo, se partió para España en
niéndole todo lo que dejamos referido en la 11.a Par- octubre de 1515. ¿Cómo, pues, si estaba en Es-
te de este escrito, hasta que á fines de 1519 lo- paña y representando contra ellas, ejerció en el
gró derribar, aunque sin fruto, al Pedrarias, de Darien aquellas ominosas tiranías en los restan-
quien le hace las Casas ayudador y cómplice. tes cuatro años? Por cierto que si Oviedo hubie-
Lo que Oviedo confiesa, cuando habla de si, y ra sospechado que tan reverenda persona, como
no respecto de los cinco años desde i 514 á 1519, las Casas , le habia de acusar con tal dureza y agru-
sino refiriéndose al tiempo en que tuvo la tenencia ,ra por haberse expuesto á mil peligros, desafiando
del Darien, es que se ocupó cuando convino asi en y arrostrando en tantas ocasiones la saña del Pe-
el desempeño de sus oficios, como en la conquista y drarias y de los suyos, habría sin duda desmayado
pacificación de algunas parles de aquella tierra, con en el meritorio intento que le trajo á España dos
las armas sirviendo á Dios y al su Rey, como su ca- veces , y que le movía en 1521 á fulminar tan seve-
pitán y vassallo (Prohemio del libro I, de la 1.a Parle ros cargos contra el gobernador de Castilla del Oro.
déla Hist. Gen. y Nat. de Ind.). Lejos, pues, de disculpar las crueldades c injusti-
XLVIII VIDA Y ESCRITOS
Mediado el mes de marzo de 1524, trasladó el Emperador á Burgos su corte,
cuyos pasos siguió el Veedor, resuelto, como estaba, á que se le hiciese justicia.
Pero al mismo tiempo que exponia ante el Real Consejo de Indias los cargos ya
indicados contra el Pedrarias y los suyos, esforzábanse doña Isabel de Bobadilla y
el bachiller Corral en contradecirle, procurando dar á entender al mismo Consejo
que seria grave inconveniente, para la conquista y posesión de aquellas regiones,
remover de su cargo al gobernador, cuya pericia é inteligencia eran grandemen-
te ponderadas. Andaban en todo el oro y las perlas de la Bobadilla, la cual, como
sobrina de la célebre marquesa de Moya, hallaba entrada en todas partes, y no ha-
cían menor efecto las gestiones del astuto bachiller, quien demandaba personalmen-
te á Gonzalo de Oviedo, para que le pagase los daños producidos en su hacienda
con el extrañamiento de Santa Maria del Antigua; acloque calificó el Real Conse-
jo de arbitrario, condenando al Veedor en cien mil maravedís, por no haberle
remitido, como debiera, al tribunal superior del Pedrarias. Absteníase, sin em-
bargo, el Consejo de absolver á Diego del Corral de los delitos castigados por Ovie-
do; y mientras entendía en proveer lo mas acertado, respecto de la gobernación
de Castilla del Oro, mandaba que, tanto el Veedor como el bachiller, se presen-
taran en tiempo oportuno á dar sus descargos ante el juez de residencia, que de-
bía pasar á la Tierra-Firme <2. Pero no desmayó Oviedo por este contratiempo,
que le acarreó mas bien su lealtad que su injusticia; y si halló castigo donde bus-
caba premio, no por eso se dio por vencido.
Iba entre tanto muy despacio el principal asunto que le había traído á España;
cias, de que habla las Casas, fué el mayor y mas »en tout dignes de l'extermination». Esta calumnia,
constante anhelo del Veedor el que llegaran á oidos á que da lugar el suponer que Oviedo fué al Nuevo
del rey y de su Consejo : esta gloria, puesto que lo Mundo como Director de las minas de Santo Domin-
es, nadie puede disputársela, pues contra todo gé- go, no se hubiera indudablemente formulado, sin la
ñero de declamaciones , aparecerá siempre la irre- injusta y arbitraria acusación de las Casas, quien no
sistible fuerza de los sucesos y el irrecusable tesli- se atuvo á la verdad de los hechos, como debiera,
monio de los documentos que, como la Relación,he- para condenar á Oviedo ab irato; pero propagado
cha por Gonzalo Fernandez de Oviedo , de los ma- el error sin correctivo alguno , asientan en nuestros
les causados en Tierra-Firme por Pedrarias, son días otros escritores , y entre ellos Mr. Ternaux, las
bastantes á destruir cualquiera acusación mejor fun- mismas imposturas manifestando que «il parait que
dada. Lo notable de todo esto es que un hombre, sa cruauté fit périr un grand nombre d'indigènes»
como don fray Bartolomé de las Casas , que vio á (Bibliothèque américaine, Paris, 4837). Lástima es
Oviedo en Barcelona en 15i9, ignorara ú olvidara que escritores españoles, curándose poco de la
tan fácilmente lodos los hechos sobre que había de verdad histórica, hayan repetido sin otro examen,
recaer su terrible censura. Que esta , por injusta é que Oviedo señaló su administración, comointenden-
infundada que fuese, habia de producir nuevos te de Hayti, con exacciones violentas, y que para jus-
errores, lo prueba la lectura de los artículos biográ- tificarse, calumnió à toda la población india (Diccio-
ficos de Oviedo que se han escrito fuera y aun den- nario univer. de Hist, y Geog., Madrid, 1848, to-
tro de España. Los autores de la Biographie uni- mo V, pág. 437).
verseile ancienne et moderne (torn. XXXII, pág. 310 Lo que eu realidad sucede desgraciadamente, es
y 11) ignorando enteramente las circunstancias de que por ignorancia de unos y por interesadas miras
la vida del Veedor, llegaron hasta el punto de lan- de otros, se ha calumniado sin miramiento alguno al
zar contra él el siguiente anatema: «L'abominable Veedor de las fundiciones del oro de Tierra-Firme
»tyranic d'Oviedo envers ces insulaires, diminua en un asunto, en que su conducta le hace digno de
»considérablement leur nombre en 1res peu de temps; verdadero elogio.
»etpour se juslilier des cruautés qu'il exerçait envers t% Hist. Gen. y Nat. de Ind., IL" Parle, lib. X,
»eux, il eut la mauvais foi d'avancer dans ses es- cap. 20).
» crils que les haïtiens elaint disolus, méchants et
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. IL
y aunque no apartó la vista de las cosas de América, volvióse al cultivo de las le-
tras para no consumirse en la ociosidad y esparcir el ánimo, fatigado en el labe-
rinto de querellas y demandas, réplicas y ratificaciones. Escribió entonces la
Respuesta à la Epístola moral del almirante de Castilla, obra en que bosquejó de
mano maestra el estado de las costumbres, considerando su corrupción como
principio y raiz de los males que afligían al Estado ; recogió en sus diarios las no-
ticias del portentoso descubrimiento del estrecho de Magallanes, cuya relación
oyó al valeroso capitán é ilustre piloto Juan Sebastian del Cano *3, que acababa de
dar la vuelta al mundo; y cuando partió el César para Valladolid con el propósito
de asentar en aquella ciudad las capitulaciones del matrimonio del rey de Portu-
gal y de la infanta de Castilla, doña Catalina, había logrado ya el laborioso Vee-
dor reanudar sus antiguas relaciones literarias, disponiéndose de este modo á
completar las noticias de los acontecimientos que habian acaecido en Europa, du-
rante su ausencia en el Nuevo Mundo.
Pocos meses hacia que Gonzalo de Oviedo moraba en Valladolid, cuando re-
cibió una prueba inequívoca del aprecio con que el presidente del Consejo de
Indias miraba su lealtad, bien que no hubiera podido absolverle de la fal-
ta por él cometida en el negocio del bachiller Corral, excediéndose de sus fa-
cultades. Llamado el Veedor al seno del Consejo, supo allí de boca del car-
denal de Sevilla que pedia la gobernación de Santa Marta, renunciada por él
en Barcelona, el capitán Rodrigo de Bastidas, y que rehusaba el Consejo con-
cedérsela hasta conocer su voluntad, pues como antiguo criado de la real casa,
debia ser preferido á otro alguno. Mas recordando Oviedo que entre los capítulos
por él presentados, cuando solicitó aquella provincia, pedia cien hábitos de la
Orden de Santiago, aunque agradeció tan singular fineza, ya por no juzgar
decoroso el desistir de semejante demanda, ya porque realmente la creyera
necesaria á sus planes, insistió de nuevo en la pretension, negándose á aceptar
tan honroso cargo, sin su otorgamiento í4. Pero no era posible que el Real Conse-
jo de Indias concediera en 1524 lo queen 1519 habia negado como perjudicial á
los intereses de la corona: razones de alta política le aconsejaban lo contrario, y
reprobando la insistencia de Oviedo, mandó que no se habíase mas en el asunto
de los hábitos, con lo cual hubo de recaer en el capitán Bastidas la gobernación
de Santa Marta. Arrepentido tal vez ó deseoso de borrar el mal efecto que en el
Consejo produjo aquella especie de repulsa, se aventuró Oviedo á tentar fortuna,
solicitando la tercera gobernación de Castilla del Oro, apellidada de Cartagena,
comarca puesta al Occidente de la encomendada al Bastidas y no menos rica , por
la abundancia de sus metales y por la feracidad de sus campos. Escasa resisten-
cia encontró en el Real Consejo esta nueva pretension, bien que estaba muy re-
ciente la negativa de Oviedo: sometíase ya este á las condiciones ordinarias im-
puestas á los demás capitanes y pobladores, y merced á esta circunstancia obtuvo
finalmente los títulos y despachos de gobernador y capitán general de Cartagena,
13 Quina., III." Part., Est. 6. 14 líist. Gen. de Ind., II.a Parte, lib. VII, cap. 3.
TOMO I. 7
L VIDA Y ESCRITOS
aprobadas por el César las oportunas capitulaciones 15. Pero al mismo que asi cu-
raba de sus propios asuntos, no se mostró menos solícito en los que la ciudad del
Darien le tenia encomendados: profundamente convencido de que era fatal para la
Tierra-Firme la permanencia en ella del Pedrarias, estaba, pues, resuelto á soste-
ner su acusación, no dejando la corte hasta derribarle de nuevo, por mas que do-
ña Beatriz de Bobadilla apurase en contrario todos sus recursos.
Combatido el César de rebeldes fiebres, trajo en el otoño del mismo año su cor-
te á Madrid, con ánimo de restablecerse y pasar el invierno en esta villa. Daba
aqui Oviedo mayor calor á sus pretensiones, deseando poner término á tantos sin-
sabores y disgustos, como le ocasionaban, cuando los prósperos sucesos de la guer-
ra de Italia vinieron á despertar su amor patrio, ministrándole copiosos materiales
para sus proyectos históricos y empeñándole en nuevas tareas. En abril de 4525
llegaba á Madrid la fausta noticia de la victoria de Pavía y prisión de Francisco I,
siendo este monarca traido á la corte de España á los pocos meses, y puesto bajo
la custodia de Hernando de Alarcon en la famosa torre de los Lujanes. Oviedo,
en quien tan vivo entusiasmo causaban siempre los triunfos de las armas castella-
nas, concibió desde luego el patriótico proyecto de consignar aquel extraordinario
y glorioso acontecimiento; y siguiendo paso á paso los que sobrevinieron durante la
prisión del rey Francisco, desde su llegada á Madrid hasta su matrimonio con la
reina viuda doña Leonor, escribió la curiosa Relación de todos aquellos sucesos,
haciendo en ella frecuente alarde de la amistad y favor que entre los grandes y
principales cortesanos alcanzaba 46.
Convocadas en tanto Cortes generales del reino en la ciudad de Toledo, se vio
el nuevo gobernador de Cartagena obligado á trasladarse á aquella metrópoli, don-
de habia fijado también su residencia el Real Consejo de Indias. De vencida lle-
vaba ya las cosas del Darien, á tiempo que llegó á la corte el segundo presente
que desde Méjico enviaba Hernán Cortés al Emperador, dando pábulo tan des-
lumbradoras riquezas á la murmuración y á la envidia ". Pero Oviedo, que si aun
15 Hist. gen. y nat. de-Ind. ut supra. aquella isla. De esta manera es, pues, como se com-
16 Es notable verdaderamente la facilidad eon prende que pudiera atesorar tantas y tan peregrinas
que Oviedo lograba ingerirse en todas parles, con- noticias sobre los principales sucesos de su tiempo,
trayendo amistad con lodos los personages que por y asi también es fácil apreciar las siguientes pala-
su experiencia en las cosas de la corte ó de la mi- bras del mismo Oviedo respecto á los mencionados
licia , podían contribuir con sus relaciones á sus co- en esta relación: «Desde el mes de diciembre de
losales proyectos históricos.—No bien habia llegado »1523 que yo llegué (á la corle) de España, vinien-
á Madrid Rodrigo de Peñalosa, portador de la nue- »do de las Indias, hasta el año de 1526 que el Em-
va de la victoria de Pavía, cuando se contó Ovie- »perador, nuestro Señor, partió para Sevilla, yo
do en el número de sus amigos, adquiriendo noticias »residí en la corte de Su Magostad, y pude bien
circunstanciadas de la batalla y traslados de las car- »ver é considerar algunas cosas é passos de lo que
tas , que el Marqués de Pescara y la reina Luisa de »subcedió en aquellos tres años, como lo tengo di-
Francia dirigían al Emperador. Lo mismo sucede »cho , porque con mucha diligencia procuré de in-
con todos los acontecimientos que en esta Relación »quirirlo». (Relac. de lo subç. en la prisión del rey
comprende: en octubre de 152o entraba en Toledo Francisco de Francia, etc., Bibliot. Nacional, có-
el Gran Maestre de Rodas, Felipe de Ladislan: Ovie- dice X, fol. 81 vto.)
do ganaba á los pocos dias el afecto de uno de los 17 Hist. gen. y nat. de Ind., 111.a Parte, lib. VU,
cuarenta caballeros que le seguían, y recogía en sus capítulo 33.
memoriales la narración del asedio y pérdida de
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LI
no sabia todo el precio de las hazañas de Cortés, conocia por experiencia propia
los grandes trabajos y penalidades de América, oyó enojado las murmuraciones
cortesanas, que lejos de abatir su ánimo, engendraron en su pecho el deseo de
examinar de cerca y quilatar los sucesos de tan prodigiosa conquista. No podia esto
llevarse á cabo desde España, por lo cual activando el despacho de los negocios de
la Tierra-Firme, pensó de esta manera apresurar su viage; mas no era llegada
todavía la hora de triunfar de doña Isabel de Bobadilla y sus valedores, quienes
oponian la mas constante y vigorosa resistencia á los tiros de Oviedo. Procurába-
se á la sazón en el Real Consejo de Indias poner en claro el tratamiento que á
los americanos debia darse, cosa en que personas de alta virtud y ciencia anda-
ban discordes, y que por tanto llamaba seriamente la atención del César. No eran
por cierto los religiosos que en el Nuevo Mundo moraban los que mas avenidos
se habian mostrado en esta parte : prontos á defender hoy lo que ayer era por
ellos vituperado, ofrecían en su conducta el mísero contraste de la soberbia y fla-
queza humana, manifestando en aquel fácil trocar de opiniones que no era siem-
pre el amor del prógimo ni la caridad evangélica el móvil de sus acaloradas dis-
putas. Oviedo fué también llamado por el Consejo de Indias á dar, bajo juramento,
declaración sobre asunto de tanta importancia, y aprovechando esta coyuntura pa-
ra ratificarse en cuanto tenia expuesto sobre el mal tratamiento délos indios, con-
denó á los cristianos, que pensando solo en enriquecerse, los oprimían cruelmen-
te, asolando y despoblando vastas regiones, sin curar de su conversion y ense-
ñanza. No sospechaba que esta noble conducta habia de atraerle, aun después de
muerto, enemistades y anatemas l8.
18 El obispo de Chiapa decia sobre este punto en mas de lo justo las variables opiniones de los domi-
su Historia general de Indias: «Se cegó también nicos y franciscanos de la Isla Española, cosaque
»(Oviedo) por la permisión divina á que diesse eré- ni afirma ni contradice el obispo de Chiapa, debió
»dito á los que le referían mentiras y él también de manifestar lo mismo que tenia dicho en su Relación
»suyo las dixesse, sin creer que las decia; y con contra Pedrarias, para no contradecirse y desacre-
»esta ceguedad dixo en el libro III, capítulo 6.° de ditarse ; y al referirlo en el lugar alegado, da á
»su primera parle historial, que dos veces que se entender de una manera inequívoca que reprobaba
»halló en Castilla , en el año veynte y cinco y en el aquel dar y tomar de pareceres, de los cuales rc-
»de Ireynta y dos, por mandado del Consejo de las sultaba unas veces que los indios no carecian de al-
»Indias le fué lomado juramento de loque senlia ma, á.semejanza de los demás hombres, y otras
»destas gentes y que habia depuesto que eran.llenas que no eran seres racionales. Oviedo escribe, des-
ude abominaciones y delictus y diversos géneros de pues de referir el llamamiento del Consejo : «Assi
»culpas y que eran ingralíssimos y de poca memoria »que, yo me remito á estos religiosos dolos, des-
»;/ menos capacidad; y]si en ellos hay algún bien, »pues que estén acordados: y entre tanto esté so-
nes en tanto que llegan á la edad adolescente, por- »bre aviso quien indios tuviere para los tratar co-
»que entrando en ella, adolescen de tantas culpas y »mo á próximos é vele cada cual sobre su conseiru-
»vicios que son muchos dellos abominables : y que »cía». Mas adelante prosigue: «Para mí yo no ab-
»si en aquel mismo día en que juró, él estuviera en »suelvo á los chripstianos que se han enriquesçido
»el artículo de la muerle, en verdad (dice él)aques- »ó gozado del trabaxo destos indios , si los mal-
»to mismo dixera. Estas son sus palabras». (Lib. Ill, »Iraclaron ó no hicieron su diligencia para que se
cap. 142.) Oviedo no dice en el lugar citado ni en »salvasen».—De donde y de toda su historia se de-
olra parte alguna que pronunció ante el Consejo de duce cuan injusta y gratuita es esta acusación,
Indias las palabras que las Casas le atribuye: como en que no se descubre por cierto aquel espíritu que
apreciador imparcial de las costumbres , capacidad debe animar á quien busca solo la verdad, con el fin
é inclinaciones de los indios apunta las buenas y noble y sincero de esclarecerla ; pues que se alri-
las malas cualidades que en ellos descubre; pero buye á Oviedo liasla la fórmula de una declaración
cuando se présenla al Consejo , respetando ocaso que absolulamenle se desconoce. Lts Cr.sas reunió
Lil VIDA Y ESCRITOS
Al cabo lograba el nuevo gobernador de Cartagena salvar la Tierra-Firme de
la tirania del °Pedrarias : el Real Consejo de Indias consultaba al César su des-
titución , designando para sucederle á un caballero de Córdoba, llamado Pedro de
los RíOS, cuya antigua nobleza y buen nombre hicieron concebir al Veedor las
mas halagüeñas esperanzas. Mas despachado y pronto para volverse á América,
vino á detenerle en Toledo una obligación nueva respecto del Soberano 19 : ha-
bíale este manifestado el deseo de conocer las cosas del Nuevo Mundo, y Ovie-
do , para quien semejantes indicaciones eran supremas leyes, habiendo dejado en
Santo Domingo sus memoriales y minutas », acudió á su prodigiosa memoria pa-
ra complacer á su rey, presentándole al poco tiempo el Sumario de la Natural
Historia de las Indias, que fué impreso en Toledo por mandado del César en
1526 2I. A principios del mismo año fuese el Emperador á Sevilla, para cele-
brar sus bodas con doña Isabel de Portugal, siendo recibido en aquella populosa
metrópoli con extraordinaria pompa y regocijo. Tuvo allí Oviedo la satisfacción de
ver nombrado gobernador de Castilla del Oro á Pedro de los RíOS , á quien ofre-
ció luego su amistad y servicios \ y empeñado mas que nunca en seguir su justicia
contra el Pedrarias y los suyos, se embarcó el 30 de abril en la misma caravela
del nuevo gobernador, donde halló acaso al bachiller Diego del Corral, que se di-
rigía á la Tierra-Firme, en cumplimiento de lo ordenado en Rurgos y Valladolid
por el Real Consejo de Indias.
Salidos á la mar, tocaron en la Gomera el 51 de mayo, y tomadas allí las co-
sas necesarias, prosiguieron su viaje, haciendo escala en la isla Dominica, don-
de se detuvieron tres dias, para reparar una de las caravelas que iba lasti-
mada y abastecerse de agua y leña, no sin tener algunas ligeras escaramuzas
con los indios 2a. El 30 de julio arribaron por último al Nombre de Dios, pose-
sionándose alli de sus oficios el gobernador Pedro de los Rios y su alcalde mayor,
el licenciado Juan de Salmerón, que iba también nombrado juez de residencia.
No habia este comenzado á ejercer su ministerio, y ya el bachiller Diego del
Corral, que durante la navegación se mostró reconciliado con Oviedo, présen-
teras las calificaciones adversas á los indios que »de Indias ; y porque todo aquello está en la cib-
habia hecho Oviedo, y con ellas formó la supuesta »dad de Sánelo Domingo de la Isla Española, don-
declaración , de que solo él puede ser responsable »de tengo mi casa y asiento y muger y hijos, y
en el tribunal de la Historia. Véase, en prueba de »aqui no Iruxe ni hay desfa escriptura mas de lo
todo lo dicho, el cap. 6 del lib. Ill de la 1.a parte »que en la memoria eslá é puedo dolía recoger, de-
de la Gen. y Nat. Hist, de Indias. » termino para dar á Vuestra Mageslad alguna re-
id Al final del proemio que puso al Sum. de »ereaeion de resumir en aqueste Reportorio algo de
la Nat. Hist, de las Ind., decía : «Pero porque ya »lo que me paresce que aunque acá se haya escrip-
»estoy despachado para volver á aquella tierra é yr »to, y testigos de vista lo hayan dicho, no será tan
»á servir á Vuestra Magestad en ella, si no fuere »apuntadamente en todas estas cosas, como aqui se
»tan ordenado lo que aqui será contenido ni por tan- »dirá». (Prohem. del Sum. de la Nat. Hist, de las
»ta regla dicho, etc.» De donde naturalmente se Ind.)
deduce que cuando se le encargó este trabajo estaba 2t Hist. gen. y nal. de Ind. , I.a'Parte, lib. 1,
ya consultada la destitución de Pedrarias Dávila. Proh.—Lib. XIV, cap. 7.—Lib. XV, cap. 3.—ILaPar-
20 «Demás desto (decia Oviedo, hablando de sus te,lib. X, cap. 26.
»trabajos historiales, compilados después en el Ca- 22 Hist. gen. y nat. de Ind., 11.a Parle, lib. X,
»tálogo Real de Castilla), tengo aparte escripto todo cap. 22.
»lo que he podido comprender y nolar de las cosas
DE GON. FERN. DE OVIEDO. LUI
taba contra él una demanda de 8,000 pesos, cantidad á que ascendian los da-
ños que declaraba haberle causado en su hacienda, con la remisión á España;
mas dados por el gobernador de Cartagena sus descargos, y solicitada al pai-
la indemnización de los perjuicios que le originaron el Corral y sus amigos,
terciaron en el asunto honrados medianeros, quienes temiendo la destrucción
de entrambos, pudieron por fin avenirlos, poniendo en manos del juez Salme-
rón todas sus diferencias 23. Concertadas estas amigablemente, bien que con
grave pérdida de ambas partes, pusiéronse todos el 25 de agosto camino de
Panamá, á donde debia también acudir el Pedrarias, que era ido á Nicaragua,
para degollar á su teniente Francisco Fernandez, con no mas justicia que á
Vasco Nuñez de Balboa. Súpose entre tanto que enojado el vengativo goberna-
dor contra el Darien por el poder dado á Oviedo, é irritado contra este por su
inesperada fuga, habia pasado á aquella ciudad en setiembre de 1524, sacan-
do de ella todos los vecinos, y dejándola expuesta á la saña de los indios cari-
bes , quienes dando muerte á los pastores y enfermos que allí quedaron , arrima-
ron fuego á las casas, que por ser de paja y madera, ardieron fácilmente, sien-
do reducida á cenizas la fabricada por el Veedor en 1521, y destruida igualmente
la preciosa heredad por él fundada, con lo cual desapareció casi toda su fortuna,
perdiendo mas de G,000 castellanos 24.
El dia 5 de febrero de 1527 llegó el destituido gobernador á Panamá, noti-
cioso ya de que iba à tomársele formal residencia de sus actos, si bien no tan
cumplida como el Veedor y los muchos agraviados desearan, pues que la Boba-
dilla habia alcanzado cédula del Real Consejo, para que solo se le pidiesen cuen-
tas del tiempo trascurrido desde la simulada residencia del licenciado Alarconci-
11o. Mas no fué esto parte para que dejara Oviedo de presentarse como querelloso,
23 Hist. Gen. de Ind., 11.a Parle, lib. X, c. 20. »obispo (don fray Vicente Peraza), díxole mucho
24 Peregrinas son por cierto las noticias que el »mal de aquella cibdad, y loóle mucho á Panamá y
diligente Alvarez Baena da sobre este particular en »assi le sacó de allí y en público c secrelo pro-
sus Hijos ilustres de Madrid: «En 1519 se hallaba, »curó con los vecinos que se fuessen á Panamá y
»(dice) teniente de Pedrarias en el Darien, y le fué »á Acia, diciendo que alli estaban perdidos y que
»orden para que despoblase aquella tierra y sacase »no avia alli indios que les pudiessen dar, é que en
»lo que habia y lo llevase á Panamá, como lo hizo, »las otras poblaciones los avia , é lodos estaban r¡-
»y cada vecino levantó su casa ». Si del contexto de »eos, é que él los enriquesçeria mas : é volvióse á
la misma Historia general y natural de las Indias no »Panamá él y el obispo..Desde á dos ó 1res meses
resultase que ninguno de los hechos apuntados por »adelante se despobló el Darien por el mes de sep-
Baena pudieron acaecer, la seguridad con que los »liembredel año de 1524... é quemaron (los indios)
expone podría acaso producir la duda aun en el áni- »la mayor parle de aquella cibdad , y enlre las oirás
mo de quien mas seguridad tuviera en el conoci- »easas la mia, que era tal como en otra parle he di-
miento de los referidos hechos. Pero ni Oviedo es- »cho , en la cual y en mis heredades y hacienda
taba en el Darien en 1519 , ni fué en aquel año te- »perdí mas de seys mili castellanos» (Hist. gen. y
niente del Pedrarias, ni despobló este aquella ciudad nat.de Ind., 11.a Parle, lib. X, cap. 12). No sa-
hastad524, ni se hallaba el Veedor en América, bemos,pues, á qué atribuir ios errores de Baena,
cuando se consumó semejante atenlado, ni luvo en que sigue en parte un docto escrilor de nuestros
él parle alguna directa ni indirectamente. Oviedo dias , diciendo: «En ili\9 se hallaba de teniente de
trabajó por el contrario para evilarla ruina de aque- »Pedrarias Dávíia en el Darien , donde hizo disim-
ila población, en la forma que dejamos manifestado; »guidos servicios» (Navarrele, Colee, de Viag. esp.>
y al volver en 4526 al Nuevo Mundo, escribía tomo I, Inlrod.). Mas sea cual fuere el origen de
lo siguienle: «Llegado el gobernador Pedrarias al estas inexactitudes, no nos es dado dejarlas sin el
»Darien, después que se ovo vislo con el nuevo oportuno correctivo.
UV VIDA Y ESCRITOS
poniéndole varias demandas personales, que ascendían á la crecida suma de 8,000
pesos de oro, lo cual redujo al Pedrarias al extremo de buscar intercesores para
con el Veedor, quien resentido de las injurias pasadas, y receloso de que hu-
biera sido participante en los consejos del Zalduendo, se resistió por algún
tiempo á las súplicas de sus amigos. Deseaba, sin embargo, poner término á tan.
enojosas contiendas, y viniendo finalmente á concierto, fué indemnizado por el
Pedrarias con setecientos pesos de oro y dos marcos de perlas, precediendo formal
juramento de que no había sido en dicho ni en techo ni consejo para que el Veedor
fuese asesinado 25. Gomo prenda de seguridad común , y para evitar nuevas que-
rellas, celebróse entre ambos cierta concordia, autorizada por escribano público,
en la cual se imponia la multa de 2,000 pesos de oro al que primero la quebran-
tase 26. Mas si levantaba mano de las cosas del Pedrarias, no desistia Oviedo de la
acción que contra los cómplices de Simon Bernai le correspondía ; y cuando ya se
preparaba á pedir justicia contra el dean, para lo cual habia traido de España es-
pecial provision del Consejo, plugo á la Providencia librarlo de estas nuevas al-
tercaciones con el fallecimiento de Juan Perez Zalduendo 27.
Terminadas asi aquellas desavenencias, pensó Oviedo en disponerse para partir
á Cartagena, y con este propósito rogó á Salmerón que le recibiese las cuentas
del resto de los bienes del adelantado Balboa, entregándose del corto alcance que
á favor del fisco resultaba. Ocupábase en esto con la mayor diligencia, cuando lle-
garon á Panamá las nuevas de que Rodrigo de Bastidas, enemistado con el Vee-
dor por cartas de malos terceros, habia saqueado la isla de Codego, apoderándo-
se de quinientos indios, los cuales fueron vendidos en Cuba, San Juan y la Espa-
ñola. Mucho enojo causó en el de Cartagena esta conducta del gobernador de
Santa Marta, que asi atropeilaba los mandatos del César, invadiendo el territo-
rio de agena gobernación, y maltratando tan impíamente á los indios que á otro
estaban encomendados. Era ya imposible, después de aquel atentado, el reanudar
la resfriada amistad del Bastidas ; y aunque habia gastado parte de su hacienda en
apercibirse para la jornada, se dirigió Oviedo al Emperador y á su Consejo de In-
dias, quejándose amargamente de tan desleal proceder, y renunciando al propio
tiempo la gobernación de Cartagena, cuya comarca se habia puesto en armas con
aquel incalificable rebato 28. Despedido asi de semejante empresa, tornó Gonzalo
Fernandez de Oviedo á ejercer el cargo de Veedor de las fundiciones del oro,
23 Hist. Gen. y Nat. de Ind., 11.a Paríe, lib X, »traición» (Hist. gen. y nat. de Ind., ut supra)
ca
P- 24- 28 Despues de referir Oviedo la invasion quehi-
20 Ib zo
- Rodrigo de Baslidas en la provincia de Carlage-
27 « Quedábame (dice Oviedo ) mi recurso con- na , añade i « Como yo supe aquesto en la cibdad de
»Ira aquel dean ; é yo llevaba provision para que »Panamá, escrebí á Sus Majestades é á los señores
»fuesse con él oydo á justicia : é quando en ella qui- „del Consejo Real de Indias , quexándome de Bas-
»se entender, se murió , é quiso Dios que la cuen- »lidas ; é despidiéndome de la gobernación, supli-
»la que yo pensaba pedirle, la diesse allá ante su di- ¿qué que la diessen á quien fuesse su servicio, ana-
»vina Mageslad, á la cual plega averie perdonado: „que avia gastado dineros, començando á aparejar-
»que en verdad él me hizo mucho daño, y como era „me. E assi enojado, alcé la mano de la negocia-
»hombre idiota y sin letras, él se movió por consejo »don » (Hist. gen. y nat. de Ind., 11.a Parte, lib. VU,
»de aquel bachiller Corral, para me hacer malar á cap. 3).
DE GON. FERN. DE OVIEDO. LV
de que aun no se habia desprendido, y. deseando salir del teatro de sus desgracias
é infortunios, pasóse á la gobernación de Nicaragua, que desempeñaba enton-
ces su deudo Diego Lopez de Salcedo , permaneciendo alii sin contratiempo algu-
no , hasta que vino á inquietarle de nuevo la presencia de Pedrarias Dávila 29.
Mucho trabajó y logró la Bobadilla en el Consejo de Indias desde abril de 152G;
pues que no solo hizo olvidar el mal efecto de los cargos, fulminados por Oviedo
contra su esposo, sino que, aun sin terminar la residencia de su gobernación d<>
Castilla del Oro, se le proveyese en la de Nicaragua, con daño y mengua del Sal-
cedo. Ofendió á este sobremanera tan desusado acuerdo del Consejo, y aun-
que pudiera resistir su ejecución, atendiendo á que no era todavía espirado el
tiempo de las capitulaciones, entregó el oficio al Pedrarias, quien al verse de
nuevo en el mando, olvidó la concordia de Panamá, molestando al Veedor, en
odio del Salcedo, con nuevos disgustos y quebrantos. Escarmentado de las desave-
nencias pasadas, y advertido de que iba la edad aumentando la codicia y tiranía
del octogenario gobernador, resolvióse Oviedo á vivir lejos de él; y recorriendo
las ciudades de Granada y Leon y las poblaciones de Guacama, Teocatega, Ma-
nagua, Malinari y otras muchas, procuró completar de esta manera sus estudios
y observaciones sobre los árboles, plantas, aves y animales de la Tierra-Firme,
no perdiendo de vista el examen de los inmensos y pintorescos lagos de Xaragua
y de Lenderi, ni los maravillosos volcanes del Masaya 30.
Seis años se habían cumplido desde que dejó Oviedo su familia en la Isla Es-
pañola , sin que entre tantos afanes tuviese el consuelo de estrechar ni una vez en
sus brazos á sus tiernos hijos. Pasaba ya de medio siglo su existencia, y apagado
algún tanto en su pecho aquel espíritu aventurero que animó su juventud, reco-
nocía la necesidad del sosiego que solo puede á esta edad encontrarse en el ho-
gar doméstico; volviendo por tanto todas sus miradas á la ciudad de Santo Do-
mingo, á donde le llamaba el cariño de sus hijos y de su esposa. Resuelto, pues,
á dar la vuelta á Panamá, á fin de recabar de Pedro de los Ríos la oportuna li-
cencia para realizar su intento, embarcóse en el puerto de la Posesion á fines
de mayo de 1529; pero si daba el deseo alas á su imaginación, sobreviniéndole
eternas calmas en mitad del Océano, veíase siempre á igual distancia de Pana-
má , adoleciendo al cabo de penosas cuartanas, que hubieron de poner en riesgo
su vida. Dentro del golfo de Oroliña reconoció el maestre Juan Cabezas que no
ofrecía la caravela seguridad alguna para proseguir la navegación, dado que el
29 Hisl. gen. y nat. de Ind., Ií.a Parte, libro X, »llos mucho humo , y en algunos tiempos fuego, é
cap. 25). »hay innumerable açufre por aquella tierra , é rios
30 En carta dirigida por Oviedo al Emperador, »¿arroyos calientes que salen de los dichos mon-
en 17 de julio de {539, fechada en Santo Domingo, »tes, assi como de uno queslá cerca de la ciudad
manifiesta que el día de Santiago de 1529 (25 de ju- »de Leon, dos leguas á par de la laguna grandf, é
lio) observó por el espacio de cuatro á cinco horas »otros 1res montes queslán juntos que se llaman Ma-
el monte é fuego de Massaya, é otro día siguiente vio »ribios» (Ileal Acad. de la Hist., Colee, de Muñoz,
el lago de Lenderi que era cosa de mucha admira- torn. 81, A 108.—Hist. gen. y nat. de Ind., 111.a Par-
ción. Después añade: «Está en Nicaragua esse mon- te, lib. IV, cap. 4).
»le de Massaya ; mas hay otros montes que sale de-
LVI VIDA Y ESCRITOS
viento se moviese; y forzados á tomar tierra en el puerto de Posessí, no sola-
mente encontraron comido por la broma el timón, sino también podridas dos ta-
blas del costado de la caravela, siendo verdaderamente milagroso el que no se hu-
bieran sumergido en el mar, durante la travesía de cien leguas que llevaban an-
dadas. Reparado el barco, mas bien por la industria del piloto que por los medios
que el arte le prestaba, diéronse de nuevo á la vela, llegando á Panamá á los
cinco meses de haber salido de la Posesion, sin que hubiera triunfado Oviedo de
las tenaces fiebres que le persiguieron en todo aquel tiempo y que le molestaron
algunos meses después mas de lo que deseara 3I.
No sospechaba el Veedor que habia de encontrar en Panamá trocadas las cosas
de la gobernación de Pedro de los Rios en la forma en que estaban. La insacia-
ble codicia de su muger, doña Catalina de Saavedra, y la excesiva blandura de
su carácter fueron causa de que menudearan las quejas elevadas al Real Consejo
de Indias, acordando este enviar, para que le tomase residencia, al licenciado
Antonio de la Gama, el cual habia aportado á Panamá pocos dias antes que Ovie-
do. Un año duró la residencia de Pedro de los Rios, quien no creyendo justas las
resoluciones de la Gama, partió luego de la Tierra-Firme, para seguir su derecho
ante el Real Consejo, dejando en el Nuevo Mundo á la avarienta doña Catalina.
Disponíase con esto el Veedor á pasar á la Isla Española, cuando el Regimiento
de Panamá que tan claras pruebas tenia de su hidalga entereza, temiendo el favor
que gozaba Pedro de los Rios, le suplicó que aceptase sus poderes para represen-
tarlo en la corte, demanda á que hubo de ceder no sin repugnancia, pues que
harto ya de arrostrar sin fruto enemistades de poderosos, solo ambicionaba vivir
pacíficamente en el seno de su familia 33. Al fin se embarcó Oviedo en los postreros
dias de setiembre de 1550, haciendo escala en Santo Domingo, para dar un abra-
zo á su esposa é hijos, y arribando prósperamente á la península ibérica á me-
diados de diciembre del mismo año.
Ardia por este tiempo en Alemania el fuego de la protesta, amenazando consu-
mir con sus llamas todo el Imperio ; y deseoso el César de poner término á tan
crudas disensiones, procuraba, cual príncipe católico, reducir con su presencia á
los partidarios de Lutero; ardua y dificilísima empresa, cuyo éxito hubo de librar-
31 Hist. Gen. y Nat. de Ind., I.« Parle , cap. 2. de Panamá es en la Bul. gen. y nal. de Indias : di-
111.a Parle, lib. L, prohem. ce asi: «De allí (de Nicaragua) torné á Panamá,
32 En carta escrita al César por el Regimiento »donde estuve mas de un año, en el qual tiempo
de Panamá en 30 de junio de 1533 , se hacia refe- »hizo residencia Pedro de los Rios , porque se die-
rencia á este cargo de Oviedo, diciendo: «Hemos »rondel é de su muger tantas quexas en el Real
»suplicado otras veces con Gonzalo Hernandez de »Consejo de las Indias , que no le turó el officio
»Oviedo y otros, á quien dimos poderes, varias co- »1res años.... Y en la verdad no dio la cuenta , c'o-
»sas, etc.» (Real Acad. de la Hist., Colee, de Muñoz, »mo á él conviniera, é fuesse á España en segui-
tom. 79, A 106). En la carta que dejamos citada del »miento de su justicia é dexó alli á su muger. E°por
mismo Oviedo se aludía á Ja misma procuración con »ruego de aquella c'ibdad, como yo estaba para me
estas palabras : «Después venido á la Española y »venir á esta de Sancto Domingo, despues que vol-
»enviado procurador á la corle por las cibdades de »vi de Nicaragua á Panamá , fui importunado que
»Sancto Domingo y Panamá , estando Vuestra Ma- »fuesse á España y acepté el poder, etc.» (11.a Par-
»gestád en Ralisbona, etc.» Pero donde no deja du- te, lib. X, cap. 25).
da del objeto con que le dio sus poderes la ciudad
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LVIl
se por último á la suerte de las armas. Gobernaba entre tanto en España la Empe-
ratriz doña Isabel, asistida de don Juan Ta vera, arzobispo de Santiago y presi-
dente del Consejo de Castilla, varón cuyo gran talento y extremada prudencia le
habían conquistado, con el amor de los reyes, el respeto de la muchedumbre. En
Avila se hallaba la corte, á tiempo que Pedro de los Rios y Gonzalo Fernandez de
Oviedo llegaron de América, dirigiéndose entrambos á aquella ciudad, animados
de diverso propósito. Solicitaba el primero echar por tierra los cargos que contra
él aparecían : deseaba el segundo que aprobase el Consejo las sentencias del licen-
ciado la Gama; y para salir adelante con su intento, comenzó cada cual sus tra-
bajos, acudiendo al auxilio desús antiguos valedores. Traia Oviedo mejor causa,
y no era en consecuencia de extrañar que obtuviese también mejor fortuna : vista
la residencia de Pedro de los Rios por el Consejo, no solamente fué destituido
de la gobernación de Panamá, sino que se le condenó á pagar a la real cámara
cierta suma de pesos de oro, prohibiéndole que volviese al Nuevo mundo 33.
Cumplido en tal manera el objeto de la procuración de Panamá, trató el Vee-
dor con igual diligencia de obtener el favorable despacho de los asuntos locales
que á su paso por la Isla Española le encargó el Regimiento de Santo Domingo.
Habia recogido en esta ciudad parte de los apuntamientos, que desde 1505 tenia
hechos para formar la compilación que en Toro le encargara el rey don Fernando;
y mientras alcanzaba la resolución de aquellos negocios, dedicóse asiduamente
al examen y coordinación de sus minutas y memoriales, dando por resultado de
sus largas vigilias la primera parte del Catálogo Real, que comprendiendo
desde la población de España hasta los reinados de don Juan II de Castilla y don
Juan II de Aragon, logró ver terminada en 50 de abril de 1552, delarando al
propio tiempo que solo le faltaba sacar en limpio las dos siguientes 34. Apre-
tábale entre tanto el deseo de poner término á sus peregrinaciones, y érale con-
trario á la salud el clima de España, acostumbrado ya á la templanza de Améri-
ca M : movido de ambas causas, á que se agregaba su avanzada edad, determinó-
se á renunciar la plaza de Veedor de las fundiciones del oro de la Tierra-Firme,
suplicando al Consejo que se dignara proveerla en su hijo Francisco Gonzalez de
36 Dando Oviedo noticia de su renuncia del em- »treinta y tres, y en tanto que la Cesárea Magestad
pleo de Veedor y nombramiento de cronista escribe: »proveyesse de alcay de de esta fortaleça, los oydo-
«Desde el año de mili é quinientos é catorce basta »res desta Audiencia Real é los officiates que Sus
»el que passó de mili é quinientos é treinta y dos, »Magestades aqui tienen, la depositaron é pussie-
»serví al Rey Calhólico , don Fernando y á la Ca- »ron en poder del capitán Gonzalo Fernandez de
»fhóliea é Sereníssima reyna, doña Jobana, su »Oviedo y Valdés, vecino desta cibdad, auctor é
»bija y á la Cesárea Magestad, nuestros señores, »chronista desta historia, como antiguo criado de la
»de su Veedor de las fundiciones del oro en la »casa real» (Hist. gen. y nat. de Ind., 1.a Parte, li-
»Tierra-Firme; y Su Magestad queriendo que mi hi- bro IV, cap. 1).
»jo, Francisco Gonzalez Valdés, le sirva en el mis- 38 En carta, dada en Monzón á 25 ,de octubre
»mo officio, le hizo merced del, por mi renuncia- de 1533, decia el Emperadora Gonzalo de Oviedo,
»çion é suplicación: y mandó que yo, como hom- respecto de la tenencia del castillo de Santo Domin-
»bre constituido en edad para reposar, descansasse go, las siguientes palabras: «El depóssito que en
»ya en mi casa, recoligiendo y escribiendo con mas »vos se hizo de la fortaleça dessa cibdad, en tanto
»reposo, por su Real mandado, estas materias é »que mandáramos proveer della á quien fuéremos
»nuevas historias de Indias» (Hist. Gen. y Nat. de »servido, me paresçe bien; y con esta fecha os man-
»Ind., 1.a Parte, lib. VI, cap. 8). »do enviar cédula, para que durante el tiempo que
37 El Regimiento de Santo Domingo deeia al »la luviéredes, se haga con vos lo que se hacia eon
Emperador, en carta escrita á 25 de enero de 1533, »el alcayde Tapia, en la paga de vuestro salario y
sobre este punto: «Murió Franciscode Tapia, le- »de la gente» (Real Acad. de la Hist., Colee, de Mu-
»niente de la fortaleça desta cibdad, y su officio he- ñoz , torn. 91, A. 118). Desde este tiempo debe,
»mos depositado en Gonzalo Fernandez de Oviedo» pues, ser considerado Oviedo como tal alcaide, sien-
(Real Acad. de la Hist., Colee, de Muñoz, l. 79, do verdaderamente extraño que, tanto el erudito
A. 106). El mismo cronista declaraba, al referir este Baena como el respetable Navarrete, aseguren que
hecho, lo siguiente: «El qual (Francisco de Tapia) no fué nombrado para este oficio hasta el año de
»murió el año que passó de mill é quinientos é 1535.
DE GON. FERN. DE OVIEDO. LIX
ral de Indias, obra á que se babia consagrado desde su vuelta á Santo Domingo
con singular empeño 39. Mandábale el monarca al propio tiempo que enviase en
el primer navio, que para España saliera de la Isla, el cuaderno ó tratado, donde
se proponía demostrar, según tenia ofrecido, que pertenecieron las Indias en la
antigüedad á los reyes de Iberia ; empresa que acometida por Oviedo con menos
razón que patriotismo, despertó en aquellos dias el enojo de Fernando Colon, y
le atrajo después la ojeriza de los eruditos 40. Pero no se pierda de vista, para
comprender lo que la opinion de Oviedo significaba, el móvil que le impulsó á
formularla, fundándose en la inoportuna autoridad de Aristóteles, Eusebio, San
Isidoro , el Beroso y Teófilo de Ferrara. Habíanse levantado entre España y Por-
tugal graves contiendas sobre la línea divisoria de la conquista que á uno y otro
reino pertenecia en las Indias: nada se concluyó en la junta mixta de Badajoz,
celebrada en 1524, y mientras los reyes de ambas naciones temian ó esquivaban
el rompimiento, hacíanse españoles y portugueses cruda guerra, con no peque-
ñas vejaciones de los naturales y daño propio. Al fin se asentaba que des-
de las islas de Cabo Verde y las Azores, trescientas leguas al Occidente, se ti-
rase una línea de polo á polo, quedando asi definitivamente dividido el imperio
de aquellos desconocidos países. Mas insistiendo los portugueses en que les
correspondía todo lo del Oriente, designado á los españoles, exasperó esta pre-
tension el patriotismo de Oviedo á tal punto, que para corlar aquella especie de
nudo gordiano, concluyó asegurando que las Indias se habían sabido y poseído an-
tiguamente por los reyes de España u. Las pruebas que alegaba para convencerlo,
ni eran tan sólidas como pretendía, ni hicieron tampoco valedera en la corte
aquella opinion, que severos historiadores calificaron después de vana, dañosa y
lisongera 42. Justo es reconocer, sin embargo, que no podía ser mas sana ni pa-
triótica la intención de Oviedo.
Laudables fueron en tanto sus esfuerzos para poner la fortaleza, cuya guarda
se le habia confiado, en verdadero estado de defensa. Habíala recibido en com-
39 El Emperador escribia: «Vi lo que me decís gun él mismo refiere (Nota 36) ; llamándonos por
»que se os mandó que cada año envíasedes al nues- tanto la atención el ver la seguridad con que Alvarez
»tro Consejo Real de las Indias un traslado de todo Baena y después el sabio Navarrele asentaron que
»lo que tenéis escripto y de todo lo que fuéredes fué electo, para desempeñar aquel cargo, después
»aeresçetando , y que mas creéis que se os mandó de 1535. Lo notable de todo es que tanto en el enca-
»por daros á entender que en lo que escribíades no bezamiento como al final de la 1.a parle de la Hislo-
»haya dilación , que no porque Nos ni nuestro Con- ría gen. y nat. de Ind., publicada en 1535, se in-
»sejo queramos ver cada año una misma cosa, si titula Oviedo cronista de las cosas de las Indias , lo
»con lo que se acreseentare aveis de enviar también cual no vieron ú olvidaron sin duda aquellos apre-
»lo primero. Y porque nuestra intención es verlo ' eiab'es escritores, cuando creyeron que se le habia
»que hasta aqui ha passado , y que se continúe lo conferido después de dicho año tan honorífico oficio,
»porvenir, me suplicáis sea servido que quanlo á lo 40 Ilisl. del Alm. de las Ind., don Cristóbal Co-
nde hasta aqui, lo enviéis de una vez, y que se va- Ion , escrita por su hijo don Femando.—Historiad.
»ya acresçentando lo que subf-ediere ; y parésceme primit. de las Ind. Occ., tomo 1, págs. 8 y 9, ec~
»bien que, como decís, lo vays enviando como fué- lumnas 2.a y 1.a
»redes escribiendo, sin tornar á enviar lo que una 41 Hist. gen. y nat. de Ind., 1.a Parte, lib. II, ca-
»vez oviéredes enviado» (Colee, de Muñoz , lo- pílulos 2, 3 y 8.
mo 91, A 118). No queda duda de ningún género de 42 Véase la nota delapág. 15 de esta 1.a Parle,
que Oviedo era tal cronista desde el año 1532 , se-
LX VIDA Y ESCRITOS
pleto abandono : sin armas, sin municiones ni pólvora , inútil hubiera sido inten-
tar la resistencia en caso de asedio, el cual no habria tampoco podido ser muy
duradero, pues que se carecía en el castillo del agua necesaria para soportarlo.
Oviedo reparó los muros, limpió y barreó los fosos, se abasteció de municiones
y de armas, abrió en la esplanada un ancho algibe, y llamó á la fortaleza un lom-
bardero acreditado, á quien señaló el salario de 20,600 mrs., sueldo superior al
que disfrutaba él mismo como alcaide tó. Nada omitió en suma para hacerse dig-
no de la confianza de sus compatriotas y de su rey, sin dolerse jamás de su ha-
cienda, que como su vida, estaba pronta á gastarse en servicio de la república 4*.
Alentaba todos estos trabajos con tesón comparable solo al afán con que dedica-
ba sus vigilias al cumplimiento de sus obligaciones, como cronista, cuando los inau-
ditos desmanes y tiranías de Garcia de Lerma, gobernador de Santa Marta, vinie-
ron á llenar de escándalo al Regimiento y Audiencia de Santo Domingo, alte-
rando la no gozada paz que tanto codiciara Oviedo. Noticioso este de las quejas
y formidables acusaciones que contra el Lerma fulminaban, asi los propios como
los extraños, habíale escrito en i555, para apartarle con tiempo de la senda que
le llevaba al despeñadero; mas no hicieron efecto alguno aquellos amistosos avi-
sos, siendo cada dia mas frecuentes y terribles los crímenes, de que se le culpaba.
Ni fueron por cierto mas eficaces las amonestaciones de la Real Chancilleria, la
cual ordenó por último que se le formara el oportuno proceso, de que resultaron
probados todos los robos, desacatos y maldades antes denunciados, sentencián-
dole á pagar al fisco gran suma de pesos de oro. Era, pues, necesario acudir al
Consejo de Indias, para que se impusiese al rebelde Lerma, la pena á que le hizo
acreedor su torcida conducta; y el Regimiento y la Audiencia de Santo Domin-
go volviéronse al par al cronista, para suplicarle que admitiese los poderes del
primero y el crédito de la segunda, demanda á que cedió Oviedo, vencido del
noble deseo de libertar aquella comarca de tan ominosa tiraníau. Partido para
España , arribó á Sevilla en el verano de 1554, á tiempo que disponía Gerónimo
de Ortal su expedición para el descubrimiento del Orinoco *; y llegado á la cór-
43 Curiosos son los pormenores que en carta de »lengo demás desso quaíro negros á Ja continua en
31 de mayo de 1537, dirigida al Emperador, daba »casa : que si por estos nofuesse, no me podría va-
Oviedo sobre el orden por él establecido, en el pago »ler, que en ninguna cosa de mi hacienda enlien-
de salarios de los que servian con e'l en la fortaleza »den, sino en traer agua á la fortaleça los dos de-
de Santo Domingo: «Mi salario (observaba) es de »líos de la otra parte del rio, y en dos caminos se les
»veynte mili mrs. y el del lombardero veynte mili »va el dia , porque el agua del algibe es fecha cal y
»sèysçientos : el qual nunca tuvo alcayde alguno en »no para beber, etc.» (Real Acad. déla Hist., Colee,
»esta, sino yo, llevándose los dineros : é llamaban de Muñoz, torn. 81, A 108).
»lombardero á un negro, lo qual yo no tengo de 44 En la misma carta de 31 de mayo de 1537
»hacer; pues de seys hombres otros, que se pagan anadia : «Concluyo con que lo que tengo es lo que
»á once mili seyscientos mrs. cada uno, no hay »me da de comer, y desto lo mas gasto en servir á
»hombre que por ellos quiera estar en la fortaleça, »vuestra Magestad; y assi gastaré lo que me que-
»ni pueden sostenerse con ellos en ninguna parte. »dáre déla vidaé déla hacienda».
»Y para suplir aquesto págalo mi hacienda, porque 45 Hist. gen. y nat. de Ind., 11.a Parte, lib. VII,
»ninguno tengo sin le darde comer demás del d¡- cap. 8.
»nero, y á lo menos hásele de dar á cada hombre 46 Id. id. lib. V, cap. 7.
»una carga de caçabi cada mes, que vale cada una
»un peso de oro, que son doce pesos en un año... E
DE GON. FER. DE OVIEDO. LXI
te, que se hallaba á la sazón en Valladolid , expuso ante el Consejo las causas de
suviage, presentando el proceso y sentencia contra elLerma, y logrando que se
designara al oidor Rodrigo Infante, para que le tomase residencia de todos sus ac-
tos. Garcia de Lerma murió al poco tiempo, agoviado bajo el peso de sus críme-
nes, sin que satisficiese las fuertes y numerosas demandas de sus agraviados, en-
tue quienes se contaban los oficiales reales, lanzados por él del territorio de San-
ta Marta.
No quiso Oviedo desaprovechar el tiempo ni el viage, y terminada la primera
parte de la Historia general y natural de Indias, presentó al Consejo los últimos
cuadernos por él escritos, solicitando su examen y aprobación, á fin de darlos
luego á la estampa con los anteriores. Pero los grandes sucesos que á principios
de 1555 turbaron la paz de la cristiandad, fueron sin duda causa de que no vie-
se cumplidos sus deseos tan pronto como apetecia. En 28 de febrero salia el César
de Madrid con el intento de dar calor á los grandes aprestos navales que se hacian
en el Mediterráneo contra el poder de Barbarroja, permaneciendo la familia real
en aquella villa, donde recibió el cronista nuevo testimonio de la predilección
con que se recordaban sus antiguos servicios. Deseaba por entonces el Emperador
que el príncipe don Felipe se criase y sirviese como se habia criado y servido el
primogénito de los Reyes Católicos ; y con este propósito dio orden á su partida
para que, oyendo á los mas ancianos caballeros de Castilla que florecieron en la
corte de aquellos Soberanos, se estableciese la casa del príncipe. Muchos perso-
nages fueron consultados al intento, contándose entre ellos el respetable conde
de Miranda, don Juan de Estúñiga y Avellaneda; pero remitiéndose todos á Gon-
zalo Fernandez de Oviedo, cuya intimidad con el príncipe don Juan y cuya ex-
traordinaria memoria eran umversalmente elogiadas, mandóle llamar don Felipe,
á fin de que informara á su ayo, don Fernando de Estúñiga, del orden y etiqueta
establecidos para la casa del malogrado príncipe de Asturias fí. Informó Oviedo,
como se le ordenaba, escribiendo una breve relación, donde consignó el régimen
y forma del servicio y cámara del hijo de Isabel la Católica, y abrigó desde en-
tonces el pensamiento, que realizó doce años mas tarde, de componer el pre-
cioso tratado de los Officios de la casa Real de Castilla **.
Y no permanecía tampoco ocioso respecto de las demás tareas literarias por
él emprendidas; declaraba en 1552, al concluir la primera parte del Catálogo
Real, que tenia ya entonces acopiados los materiales y atin estendidas las minu-
47 «En el año de {535 en esta villa de Madrid, »gund el Comendador mayor estonces me dixo, la
»donde yo nascí (decía al príncipe don Felipe) me »voluntad del César fué que Vuestra Alteea se crias-
»hallé al tiempo que él Emperador, nuestro Señor, »se é sirviesse de la manera que se crió é sirvió el
»partió desdella para efetuar la gloriosa empresa »príncipe, su tío ; é que por la información que el
»de Goleta é de Túnez en África.... é dende á dos ó »Comendador mayor tenia, todos aquellos con quie*
»tres dias que Su Magestad era salido de aquí, me »nes habia hablado, inquiriendo lo que en este caso
»envió á llamar Vuestra Altera, para que yo infor- »se debía saber é inquirir, se avian remitido á mí é
»mára á don Fernando de Slúñiga, Comendador ma- »con ellos el conde de Miranda, don Juan de Stú-
»yor de Castilla, su ayo, é le dixesse lo que me »»iga é Avellaneda, su hermano, etc.» (Off. de la
»acordasse de la orden que se tuvo en la casa é ser- Casa Real de Cast., Introd.)
)ui<;io del príncipe donjuán, mi señor; porque se- 48 Introd. á la 11.a Parle de los mismos.
LXII VIDA Y ESCRITOS
tas de la segunda y tercera parte de este importante monumento histórico ; y en
1555 se determinaba á darle cima, completando la relación de los principales
acontecimientos, desde la muerte de don Juan II hasta el año de 1534, en que la
cristiandad celebraba el advenimiento de Paulo III á la silla apostólica49. Daba á la
segunda parte el título de Epílogo Beal de Castilla, y apellidaba la tercera con el
de Epílogo imperial y pontifical, formando de este modo la historia general de IQS
reyes de España, emperadores y pontífices romanos que hasta aquella edad habian
florecido. Aprobada entre tanto en todas sus partes la primera de la Historia gene-
ral y natural de Indias, y obtenido el privilegio del Consejo Real para su impresión,
encaminóse Gonzalo Fernandez de Oviedo á Sevilla, donde á fines de setiembre vio
terminada la edición de aquella obra, en que llevaba ya invertido el largo pe-
ríodo de cuarenta y tres años de no interrumpidas vigilias. El efecto que la His-
toria general produjo no pudo ser mas universal ni lisongero : poníanse en ella
de manifiesto los grandes misterios de aquella naturaleza tan rica y espléndida co-
mo desconocida por los sabios del antiguo mundo ; dábanse peregrinas noticias so-
bre la religion, los ritos, las costumbres de aquellos hombres, cuya existencia
se habia puesto constantemente en duda ; explicábanse las prodigiosas virtudes de
aquellos árboles y plantas jamás sospechados por los naturalistas; hacíanse pinto-
rescas descripciones de aquellos lagos, rios y montañas, en cuyo seno se escon-
dían tantos y tan maravillosos tesoros; y ponderábase finalmente el extraordi-
nario esfuerzo de aquellos primeros navegantes, que luchando con las olas en mi-
tad del Océano, habian logrado arrancar de las tinieblas la existencia de un mun-
do, llevando á tan remotas regiones los católicos estandartes de Castilla. Las
ciencias filosóficas y naturales, la medicina, la cosmografía, la náutica y aun la
milicia acudieron á la Historia general de Indias para pedirle enseñanza, logran-
do al poco tiempo ser traducida en las lenguas toscana y francesa, alemana y tur-
ca, latina, griega y arábiga, honra hasta entonces no alcanzada por obra alguna
moderna, y de que el mismo Gonzalo Fernandez de Oviedo se manifestó des-
pués altamente satisfecho 50.
49 Oviedo escribía en el mismo Epílogo: «Desde »año de mili é quinientos é treynta y cinco, al
»el primer año que tuvo principio el reyno de Espa- »tiempo que Su Magestad Cathólica se partió para
»ña hasta este del nasçimiento de Chripslo de mili é »Africa, quando tomó lode Goleta y Túnez» {Quinq.,
»quinientos é treynta é cinco , en que este Epilogo 111.a Parte, Est. iO).
»y sumaria relación se escribe, son passados tres 50 Hablando el mismo Oviedo del efecto que
»mili é septecienlos años». En otra obra decia, alu- produjo la publicación de la primera parte de su
diendo á esta secunda parle del Catálogo Real: uY Hist. gen. y nat. de Ind., aseguraba que aquel li-
»su Cesárea Majestad se quiso servir de aquel trac- bro estaba ya en lengua toscana, y francesa, é ale-
»tado , que era de quinientas ó mas hojas de marca mana, é latina, é griega , é turca, é arábiga, di-
»real, y desla mi mano y letra; y alli dixe lo que vi ciendo: aunque yo la escrebí en castellano (11.a Par-
»y alcancé de aquella bendita Reyna á su nielo, el te, lib. XIV, cap. 54).
DE GON. FERN. DE OVIEDO. LXIII
IV.
Torna Oviedo por la quinta vez al Nuevo Mundo.—Envidia de Gaspar de Astudillo.—Muerte desastrosa de
Francisco Gonzalez de Valdés.—Aparición de piratas en los mares de América.—Proyecto de fortificación de
Oviedo.—Repara el castillo de Santo Domingo.—Ármale de gruesa artillería.—Emigración de los españoles
al Perú.—Funestos resultados para la Isla Española.—Procura Oviedo promover, con su ejemplo, el desar-
rollo de la agricultura.—Enfermedad peligrosa que en 1541 padece.—Intenta volver á España.—Suspendí'
su viage por mandado del César.—Alonso Lopez Cerralo.—Sus arbitrariedades en el gobierno de la Isla Es-
pañola.—Es nombrado Oviedo procurador contra el Cerrato.—Llega á la corle.—Dificultades y obstáculos de
su procuración.—Retírase á Sevilla, mientras el capitán Alonso de la Peña pasa á Alemania, en busca del
César.—Entrégase á las tareas literarias.—Vuelve á la corte sin fruto alguno, respecto délos negocios públi-
cos.—Restituyese á Sevilla.—Carta del infante don Fernando.—Llega Peña de Alemania , ya depachado.—
Peligros y disgustos de Oviedo en Santo Domingo.—Dedícase exclusivamente á los trabajos históricos.—
Remite al príncipe don Felipe las Quinquagenas.—Nómbrale el Regimiento nuevamente su procurador.—
Ultimo viage á España.—Comienza la impresión de la segunda parle de la Historia de Indias.—Su muerte.
vJcho veces había atravesado Oviedo la vasta extension del Océano, cuando en
1555 dio á luz la primera parte de la Historia General y Natural de Indias ': im-
primíase el 50 de setiembre el último pliego, y con igual fecha dirigía la dedica-
toria al cardenal don frey Garcia Jofre de Loaysa, no sin que recordara en ella su
cargo de procurador, pidiendo para las Indias prelados doctos y de buena casta, y
jueces íntegros y enemigos de codicia. Al fin daba en aquel invierno la vuelta á la
Isla Española, arribando al puerto de Santo Domingo sin contratiempo alguno
el H de enero del siguiente año de 1556 2, siendo recibido por la Audiencia y
Regimiento como quien tan cumplida cuenta babia dado de la procuración, ya
atendiendo al bienestar de sus conciudadanos, ya promoviendo cuantos medios
favorecían el aumento de población en aquella ciudad é Isla.
Habia con este propósito suplicado y obtenido del Real Consejo de Indias cédula
1 Todos los escritores que han dado noticias veces; error en que hubo de caer el erudito Raena, sí-
de Gonzalo Fernandez de Oviedo aseguran de una guiendo la autoridad de Quintana , Gil Gonzalez, el
manera que no parece dejar entrada á la duda, que P. Sarmiento , don Nicolás Antonio , Pinelo y don
habia cruzado á su muerte, acaecida en 1557, ocho Lúeas Cortés (cuya preciosa Biblioteca publicó con
veces las vastas llanuras del Océano; y sin embargo su nombre Gerardo Hernesto), quienes por no
¡ncurren en manifiesto error, cuando esto asientan. haber podido tal vez examinar las obras MSS. del
Oviedo, que en 1535 publicaba la primera par- Alcaide de Santo Domingo, se atuvieron , sin mas
te de su Historia general y natural de Indias, se- examen , á lo que habia él mismo dicho de sus
gun queda apuntado, decia en el proemio de la viages en 1535.
misma, con este propósito: «Yo acumulé lodo lo que 2 Refiriendo Oviedo la desgracia de Simon de Al-
»aqui escribo de dos mili millones de trabaxos y cazaba y el mal efecto de su expedición á las regio-
»neseessidades y peligros en veynte é dos años é nes australes, dice: «Yo hablé en esta cibdad (Santo
»mas que há que veo y experimento por mi persona »Domingo) á estos que escaparon deste viaje y ar-
»estas cosas, sirviendo á Dios é á mi rey en estas »mada de Simon de Alcaçaba, y su hijo era moco de
»Indias, y aviendo ocho veces passado el grande »Irece ó catorce años; donde allegué á los once días
»mar Océano». Después del año citado de 1535 hizo »del mes de enero de mili é quinientos é treynla y
Oviedo los cuatro viages, de que damos noticia en »seys, tornando yo de España, después de la prime-
esta IV.a parle, siendo por tanto inexacto el supo- »ra impression de la primera parle desla Historia»
ner que solo habia paseado el mar Océano por ocho (11.a Parlo, lib. HI, cap. 3).
IXIY VIDA Y ESCRITOS
y merced de 50,000 maravedís por vida para el primer vecino de Santo Domingo
que en una sementera cogiese cien fanegas de trigo 3, y era asimismo portador de
otras gracias y privilegios, encaminados todos á igual fin; pues que el descubri-
miento y conquista de otras regiones, despertando con sus riquezas la codicia de
aquellos habitantes, comenzaba ya á despoblar las feraces comarcas donde primero
asentaron su planta los españoles. Mas si el Regimiento y la Audiencia quedaron
satisfechos de la conducta del Alcaide, no faltaron hombres envidiosos y desal-
mados que intentaran malquistarle con los moradores de Santo Domingo y con la
corte de España, tildándole de haber procurado únicamente su provecho, y decla-
rando como ilegítimas las dietas que durante su residencia en la península habia
disfrutado 4. Pero estas quejas que osó elevar al mismo César el Veedor de las
fundiciones Gaspar de Astudillo, lejos de producir el efecto que este se proponía,
solo contribuyeron á poner de relieve la honradez de Oviedo, acarreando al Astu-
dillo la justa animadversion y desprecio que merecía por sus torpezas. A tal punto
llegaron estas, que dos años después dirigían al Emperador el almirante y regi-
dores de Santo Domingo las siguientes palabras: «Gaspar de Astudillo es hombre
»bullicioso y de mal vivir. Fué á essos reynos poco menos que desterrado , y tuvo
»maña para venir de veedor de las fundiciones, veedor del Audiencia y regido-
»res, tres officios que con cada estaría contento qualquier vecino honrado. El está
»procesado por varios delictos y sentenciado á desdecirse públicamente ó ser
»traydo á la vergüenza; cosas que hacen infame. Por cierto fraude en quilatar
»el oro, mandó V. M. llamarle preso á esse Real Consejo y que el officio de vee-
»dor del Audiencia no lo tuviesse y se depositasse en el Alcayde Gonzalo Fer-
»nandez de Oviedo; pero no falta quien le sostiene. Suplicamos á V. M. provea
»sus officios en otras personas dignas : que es afrenta para los buenos un tal hom-
»bre en semejantes empleos. Háse casado tres veces con tres mugeres, sacadas
de lugares públicos»5. Tal era en suma el detractor de Oviedo.
La favorable acogida que alcanzó en el Consejo de Indias la Historia general
y el éxito extraordinario que obtuvo en la república de las letras, eran en tanto
para el Alcaide nuevo y eficaz estímulo, alentando mas y mas sus tareas históricas,
que iban tomando cada dia mayores dimensiones. No satisfecho de lo publicado,
dedicóse desde su llegada á la Isla Españala á ilustrar con peregrinas é importantes
adiciones aquella primera parte, enriqueciéndola al par con la narración de los
3 Juan Ramos , escribano de número de la ciu- embargo á aplicarse (Arch. gen. de índ., Cart.,l. 24).
dad de Sanio Domingo, que informaba en 31 de 4 Astudillo decia, hablando de la procuración de
mayo de 1537 al Real Consejo de Indias sobre la Oviedo: «La cibdad poco provecho ovo , é se le de-
necesidad de fomentar eficazmente en la Isla Espa- »bieran mandar volver los mili pesos que llevó de-
ñola la agricultura , decia enlre otras interesantes »lia mal llevados. Es mi enemigo , y fatígame de
razones: «Para aumento de población en esla is- »mill modos con relaciones y pleitos » (Arch. gen.
»la, seria lo principal que se cogiese pan y vino. En de Ind., Cart., leg. 24).
»lo de las viñas se dá orden cómo denlro de poco (5) Este importante documento , cuya fecha es
»haya cantidad de vino. En lo del trigo dio V. M., de 20 de julio de 1538, está firmado por el Almi-
»á suplicación de Gonzalo Fernandez de Oviedo, ranle y los regidores Diego Caballero , Francisco
»cédula haciendo merced de 30,000 maravedís por Dávila , Alonso de la Torre y Alvaro Caballero
»vida al primero que en una semenlera cogiese cien (Real Acad. de la Hist., Colee, de Muñoz, tomo 81,
«hanegas». Esla importante concesión no llegó, sin A 108).
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LXV
acontecimientos que sucesivamente acaecían y llegaban á su noticia. Ni descuidó
tampoco la prosecución de la segunda y tercera, valiéndose de la real cédula que
imponía à gobernadores y adelantados el deber de comunicarle las relaciones de
los nuevos descubrimientos, con lo cual ensancbaba insensiblemente el círculo
de sus tarcas, bien que alejaba de esta forma el dia de la terminación de las mis-
mas. Consagrábase á tan laudables estudios con admirable constancia, cuando
recibidas por él las relaciones de los descubrimientos y conquistas del mariscal
Diego de Almagro, halló en aquel peregrino documento la triste nueva de la de-
sastrosa muerte de su hijo. Seguía Francisco Fernandez de Valdés el ejército de
Almagro, como veedor de la Tierra-Firme, oficio heredado de su padre; y afli-
gidos los expedicionarios del hambre y del frió, tornábanse desde Chile la vuelta
de Catama, arrostrando en tan largo y penosísimo camino todo linage de tra-
bajos y privaciones, ya trepando inaccesibles montes, ya atravesando inmensos
desiertos, ya salvando con esfuerzo maravilloso pestilenciales pantanos. Llegaron
al'rio de Arequipa, entrado el mes de noviembre de 4536, é iba tan hinchado y
furioso, que apenas osaban pasarle los mas valientes nadadores, temiendo con
razón el mariscal que llegara á desbaratársele del todo la gente con aquel
grande é inesperado peligro. Y no fué pequeña su amargura, en medio del ge-
neral sobresalto, al contemplar la catástrofe del veedor, que arrebatado de im-
proviso por la impetuosa corriente, luchaba en vano para ganar la opuesta orilla,
desfalleciendo al cabo y desapareciendo entre las olas. Imponderable sentimiento
asaltó á Oviedo al recibir en tan extraña manera aquel terrible golpe, contras-
tando solo la magnitud de su dolor con la piadosa conformidad cristiana que des-
plegó en tan duro trance. Contaba Francisco Fernandez de Valdés la edad de
veinte y siete años , y dejaba, al morir, dos huérfanos en poder de su padre,
quien no gozó tampoco en su vejez el consuelo de verlos crecer ambos á su lado,
pues que á los pocos dias de sabido el desastre del veedor, pasó á mejor vida
el hijo varón de este, cuando apenas rayaba en los cinco años 6.
Pero si estas desgracias afligieron hondamente el ánimo de Oviedo, pagado á la
naturaleza el indispensable tributo, buscó en las tarcas de la milicia la paz y sosie-
go interior que esta vez le habian negado las vigilias históricas, si bien jamás pudo
abandonarlas. Entregábanle en 1552 el castillo de Santo Domingo casi desmante-
lado y destruido, y procuró entonces con singular esmero fortificarlo: en 1555
exponía la necesidad de su armamento al Real Consejo de Indias, y juraba en
G Al referir Oviedo el paso del rio de Arequipa, »Nevó Dios el nielo en edad de cinco años en esta
dice : « Se ahogó en él el desdichado Francisco de »cibdad de Sánelo Domingo de la Isla Española.
»Valdés, veedor de Ticrra-Firmc , lujo del capitán »Bendito sea Dies por todo!... Y aunque, scyendo
»Gonzalo Fernandez de Oviedo , chronista desla Ge- »como soy hombre pasible , y la falla de tales den-
»ncral historia de Indias; porque pueda mas al »dos no puede dexar de lastimarme, sin duda la ma-
»propóssito dolerse con los demás, y le quepa lanía »yor pena que siento es llevar Dios aquel mancebo
«parle deslas desaventuras. Y porque su dolor no »en la flor de su edad de vcynle é sieie años, con
»fuesse sencillo , le quedaron un niño c una niña, »tal manera de muerte, etc.» (l'isi. Gen. y Nal. de
»hijos del veedor: é desde a pocos días después que Ind., 111.a Parte, lib. IX, cap. «).
»supo la desventurada muerte del hijo ahogado , le
TOMO I.
LXVI VIDA Y ESCRITOS
manos del doctor Beltran, decano del mismo, que solo pedia lo necesario 7: des-
de su vuelta á la Española ni un solo dia dejó de atender al reparo de la fortale-
za, aguijoneándole en semejantes faenas la aparición de algunos piratas que,
amenazando la seguridad de aquellas tierras, comenzaban ya á infestar los ma-
res de Occidente. Tal acontecimiento, que difundió en America grande alarma y
sobresalto, despertó en el Alcaide de Santo Domingo una actividad prodigiosa; y
no contento con solicitar de nuevo para su castillo la artillería de grueso calibre
que desde 1555 tenia pedida 8, reprodujo ante el Consejo el proyecto de fortifi-
car las islas y costas de la Tierra-Firme, levantando en el Nombre de Dios, Puerto
Belo, isla de Bastimentos, embocadura del Ghagre, Cartagena, Santa Marta, es-
trecho de Magallanes y otros muchos puntos de no menor importancia, respeta-
bles fortalezas que pusieran tan ricas y dilatadas comarcas al abrigo de los corsa-
rios , haciendo asi temida y respetada en todas partes la bandera española 9. Ni
olvidaba el celoso Alcaide la necesidad de formar algunas escuadrillas que anduvie-
ran reconociendo la mar constantemente, á fin de restituir la confianza á los mer-
caderes, que no osaban ya salir de los puertos í0, y de evitar al propio tiempo todo
género de violencias y pillage. Mas aunque proponía Oviedo un plan vasto de for-
tificación, segundándolas instancias hechas por él los años pasados, no perdía de
vista que era su principal deber la custodia y defensa del puerto de Santo Do-
mingo, insistiendo una y otra vez en sus leales reclamaciones ". Había sido cau-
sa la impericia ó el abandono de sus predecesores de que al lado del castillo se
fabricaran algunos edificios, los cuales, sobre cerrar el puerto á la fortaleza, im-
pedían el que pudiese jugarse la artillería, para defenderlo de cualquiera agresión
extraña. No titubeó, pues, el Alcaide en proponer la demolición de aquellas ca-
7 En caria de 31 de mayo de 1537 decia Oviedo citados, eran Puerto-Rico, San German é isla de la
al Emperador, respecto de este punto, «Al tiem- Mona, donde podían lener fácil abrigólos sallea-
»po que estuve en la corle de Vuestra Mages- dores y piralas : hablando de la isla de San Juan
»lad , el dolor Beltran, uno de los mas antiguos observaba que deberían levantarse varias fortalezas
»de su Real Consejo de Indias, en presencia de en íoda la cosía del Norte, procurando que fuesen
»todos los del Consejo, porque yo dixe en cierto de mas efecto que la comenzada áfabricar en Puer-
»memorial la neseessidad questa casa lenia é tiene to-Rico, de la cual afirmaba que aunque ciegos la
»de armas é municiones , me tomó juramento para edificaron, no la pudieran poner en parte tan sin
»que, 80 cargo del, dixesse las cosas mas nesces- provecho.
»sarias , porque no se Indessen gaslos excesivos, é 10 «En osle punió que escribo esta carta están
»yo dixe, só cargo de juramento , lo que me pares- »en esle puerlo qualro naos cargadas, que lo que
»ció que no se podía excusar, é lo proveyeron» »llevan vale sobre cinqüenla qücnlos, é no osan sa-
(Real Acad. de la Hist., Colee, de Muñoz, torn. 81, »lir á la mar, porque hay nueva que andan ciertos
A. 108). »navios de franceses por aqui cerca».
8 En la misma carta , cilada en la nota anterior, H Cuando en 1533 estuvo Oviedo en España,
escribía: «Ydo á Sevilla, los oficiales de la Casa de no solamente manifestó al Real Consejo de Indias
»conlraelación me dieron creo que cinqüenta duca- cuanto habia hecho ya en beneficio de la fortaleza,
»dos, de que yo compré ciertas lanças é lançones, cuya tenencia le estaba encargada, sino que le ex-
»é hice hacer veynte barriles de pólvora é otras co- puso repetidas veces la necesidad de artillar y nut-
»sas délas que vuestro Real Consejo proveyó; é nicionar dicho castillo, á fin de evitar cualquier
»dexé haciéndose quatro piceas de artillería para rebato. Sobre este punió son dignos de consultarse
»esla casa , y hasta agora ninguna cosa de todo ello los dos extensos Memoriales de Oviedo que se
»se ha traydo , ni tengo una arroba de pólvora». conservan origínales en el Arch. Gen. de Ind., Gob-
9 Los puntos que, en concepto del Alcaide, do- de la Española , legajo 3, num. 1.
bian fortificarse en aquellas islas, ademas de los ya
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LXVll
12
sas, levantadas por algunos magistrados de la Real Chancillería , ponderando
cuerdamente los peligros que amenazaban la ciudad é isla, si no se acudía pron-
tamente al remedio. Nada proveyó sin embargo el Consejo en cuanto Oviedo so-
licitaba, teniendo acaso por exagerados los temores, que muy en breve justi-
ficaron las correrías hechas en 1557 y 58 por los piratas franceses, con grave
escándalo de aquellas tierras y notable perjuicio de la corona. Pasado ya el es-
panto de semejantes excursiones, y reconocida por el Alcaide la oportunidad de
sus demandas, escribía al Emperador sobre tan importante asunto en los siguien-
tes términos: «Lo que conviene, ante todas cosas, es que Vuestra Magestad mande
»labrar de hecho esta fortaleca en la punta adelante de donde agora está doscien-
tos pasos, é que le quede todo su sitio franco c libre dende la casa del dolor
»Infante hasta la mar— é que en la otra punta del río se haga una muy buena
»torre, donde esté constante vela é media docena de tiros.... Hecha la fortaleca
»é torre ¿será por esso guardada esta isla?... Digo que no; porque no es menor
»falta que en otras partes della, en especial en los puertos prencipales, assi co-
»mo en la villa de Açua é en la Savana é en Puerto-Real c en Puerto de Plata é
»otras partes, haya fortaleças é recabdo en ellas; porque está visto que si una ar-
»mada de propóssito viniesse é se assentasse en qualquiera de los puertos, ¿quién
»les excusaría después de se enseñorcar de parte de la isla y hacer guerra?» í3
El Real Consejo de Indias mandó por último proveer de artillería gruesa el casti-
llo, cuya tenencia estaba confiada á Gonzalo de Oviedo ", sin que en lo demás
diese muestras de aceptar sus avisos, quedando por tanto expuestos aquellos rei-
nos á la rapacidad extrangera, que no escaseó desde entonces linage alguno de
asechanzas.
Aumentaba también todos estos peligros la numerosa emigración de los pobla-
dores que al reclamo de las riquezas del Perú, abandonaban tanto la Isla Espa-
cola como la de Cuba y San Juan, volando tal vez en busca de una muerte segura,
puesto que las discordias de Almagro y de Pizarro, traían yermadas y sangrientas
tan felices regiones. Reconocíalo de este modo el Alcaide de Santo Domingo, y ya
12 «Vueslras Magcslades (decía el Alcaide en 31 »puede aprovecharse del artillería, como podría,
»de mayo de 1537) hicieron merced al licenciado »quitando las dichas casas. Apercibo dello á Vues-
»Espinosa de cierto solar denlro de los solares de la »tras Majestades, c digo que aunque las manden to-
»fortaleca, é no se le debiera dar ni él pedirlo, por- »mar é pagar á sus dueños , conviene mucho á su
»que está la casa que en el solar que digo se ha »real servicio». (Real Acad. de la Hisl., Colee, de
»fecho muy perjudicial, é es padrastro ella é otra Muñoz, torn. 81, A 108.)
»de un clérigo para esta casa de Vuestras Magesla- 13 Carta de 24 de mayo 1538, Colee, de Muñoz,
»dcs. Me dicen que una vez las mandaron derribar ut supra.
»é después cesó c se mandó otra cosa: yo digo á- 11 «En el año de 1538 mandó la Calhólica Ma-
» Vueslras Magestades que quien les informare que no »gestad proveer de artillería gruesa é muy hermosa
»se deben quitar ó derribar las dichas casas , no mi- »esta fortaleca suya que está á mi cargo, é se tru-
wra bien vuestro real servicio, ni quiere questa casa »xeron culebrinas de á septenta quintales é mas
»sea lo que ha de ser ó no lo entienden los que tal »cada una, de bronce, é cañones de cinqüenta é cin-
»dixeren. Ya el licenciado las vendió; é suyas ó »co, é medias culebrinas de á quarenlaé algo me-
»agenas, é aunque fuessen mías, no dexaria de dc- »nos». (Hint. gen. y nat. de Ind., I." Parte, üb. VI,
»cir la verdad; porque quitan gran parle de la vista cap. 5.)
»de la mar é entrada del puerto á esta fortaleca é no
LXVllI VIDA Y ESCBLÏOS
que no le era dado evitar lo primero, movido de su lealtad é hidalguía, habia pro-
curado restablecer la antigua amistad é inteligencia entre aquellos conquistado-
res, mostrándoles cuan errados andaban en sus odios, con los cuales labraban
torpemente su perdición, atrayendo sobre sus cabezas la indignación de su rey y
el desprecio de los buenos 15. Pero ningún efecto produjo esta patriótica solicitud
en el ánimo empedernido de aquellos capitanes, y Oviedo se creyó en consecuencia
obligado á dar noticia al Real Consejo de Indias de los escandalosos crímenes, que
inundando de sangre española el imperio de Atabáliba, arrebataban al comercio y
á la agricultura innumerables brazos, ofendiendo la moral y relajando lodos los vín-
culos sociales con tan pernicioso ejemplo. Cundieron, pues, á tal extremo los males
de América y en especial de la Isla Española, ya aflijida por el azote de los piratas,
ya mermada por la furia de la emigración, ora abandonada de sus pastores, ora
desamparada de sus jueces, que después de haber clamado Oviedo por la vuelta
del prelado, solicitando la creación de un procurador mayor de la ciudad, el nom-
bramiento de cuatro jurados y la conservación del fiel ejecutor, oficio que se ha-
bia suprimido con poco acuerdo <6, exclamaba en esta forma, dirigiéndose al Cé-
sar el 24 de mayo de 1558: «La justicia de Vuestra Magestad ni se hace ni se
»cumple, en especial en esta isla é cibdad, donde nunca se paga cosa que se
»deba ni se castiga ladrón que haya, porque la Audiencia está sola con un solo oy-
»dor, viejo y heredado en la tierra y en el officio».
Y no mas grata perspectiva presentaron los negocios de la Isla Española en los
siguientes años, que gastó el Alcaide en la prosecución de sus trabajos históri-
cos ", sin apartar la vista de los cuidados de su tenencia, promoviendo al mis-
mo tiempo cuantas mejoras agrícolas le aconsejaba su talento observador y le
inspiraba el deseo de la prosperidad de sus compatriotas. Poseía Oviedo á ori-
llas delHayna, rio que pasaba á tres leguas de Santo Domingo, uno de los mas
pingües heredamientos de aquellas riberas ; y deseoso de alentar con el ejemplo los
esfuerzos de los pocos labradores que el descubrimiento del Perú y Nueva Espa-
i8 Hist. Gen. y Nat. de Ind., 1.a Parte, üb. Vil, (Hist. Gen. y Nat. de Ind., 11.a Parte, lib. XIV,
cap. i. cap. 53).
19 Hist. Gen. y Nat. de Ind., 1.a Part., lib. IV? 21 «Estando para partirme (escribe), resçebi tres
cap. 25. »letras de un tenor ó duplicadas de la Calhóüca
20 Dirigiéndose Oviedo al virey de Méjico en la »Magestad, fechas en Monzón de Aragon, á ios
fecha citada le decía, hablando de su historia: «Yo »treynta de agosto del añoquepassó de mili é qui-
»tengo licencia del Emperador, nuestro señor, pa- »nienlos é quarenla y dos, en las quales me man-
»ra llevar á Su M * gestad Calhólica lo cscripto, y »dó que tuviesse el cuidado y vigilancia que Su
»es muy desseado en España é fuera dclla; y ando »Magestad de mi persona confia <: como soy obti-
»alistando mi partida, y espero con ayuda de »gado, en la guarda é fortificación deslafortaleea de
»tro Señor que será en todo el mes de mayo; y no »la cibdad de S,- neto Domingo, que á mi
»piensso volver acá hasta dejarlo lodo impresso» »tá, en que yo resido en su real servicio; porque
LXX VIDA Y ESCRITOS
nueva guerra, en que iban á reproducirse las antiguas pretensiones de aquellos
dos poderosos rivales que con tan denodado esfuerzo y tesón aspiraban al dominio
de Europa; y mientras las banderas españolas tremolaban victoriosas en Alema-
nia, Flandes é Italia, rechazando al par y desbaratando á los franceses, turcos,
alemanes y africanos, guardaba Oviedo celoso y entendido aquella preciosa llave
de América, dispuesto siempre é castigar con las armas toda invasion extraña, si
bien se dolia de que, por no haberse aceptado en años anteriores sus consejos, no
pudieran ahora presentar las islas y costas de Tierra-Firme igual resistencia. El
portentoso esfuerzo y corage de los españoles triunfaba por último de todos los
enemigos del César, comprando Francisco I la paz de Grespio, publicada en 9 de
setiembre de 1544, con la renuncia de todo derecho á los Estados de Italia y pa-
tronato de Flandes 22.
En los primeros meses del siguiente año supo Oviedo la concordia asentada entre
el Emperador y el Rey, no mas duradera por cierto que las anteriores, y volvió des-
de luego á entender en su proyectado viage, enriquecidas la primera y segunda
parte de la Historia general y natural de Indias, con nuevos y mas peregrinos do-
cumentos 23. Favorecía los deseos del Alcaide la necesidad en que la ciudad é Isla
se encontraban de reclamar justicia contra la dureza y arbitrariedad del licenciado
Alonso Lopez Cerrato, enviado á fines de 1545 por el Real Consejo, para tomar
residencia á los oidores y presidente déla Chancilleria de Santo Domingo y gobernar
aquella provincia ; siendo ya insufribles las vejaciones y demasias con que fatigaba á
sus habitantes. Movido el Regimiento de la afrenta y daño común, resolvióse final-
mente á elevar sus quejas á la corte, poniendo de relieve los vicisitudes y penalidades
que tenian reducida al último extremo tan envidiable comarca, y recordando las sú-
plicas délos años pasados, hasta entonces de todo punto infructuosas. Nombró con
este intento sus procuradores á Gonzalo Fernandez de Oviedo, de cuya lealtad y
entereza habia recibido tantos y tan claros testimonios, y al capitán Alonso de la
Peña, honrado y discreto regidor de Santo Domingo 24, quienes recibidas las ins-
»la guerra eslá rompida, é fué principiada por el 23 Explicando Oviedo las causas ya indicadas
»rey de Francia con la Calhólica Majestad é sus de la suspension de su viage, añade: «Assi estas
»reynos é señoríos. Y desla causa, como obediente »materias (la historia de Indias) se han suspendido
»é fiel alcayde é criado, cessé en mi camino, y po- »quanlo á la impresión deltas; pero hánse augmen-
»niendo en efeío lo que el Emperador, nueslro se- »lado é cada día cresçen en su discurso historial»
»ñor, me mandó, lie estado quedo, aguardando (Hist. Gen. y Nat. de Ind., 11.a Parte, lib. XIV,
»el tiempo é su real servicio» (Hist. Gen. y Nat. de cap. 54). Lo mismo repite en otros muchos lu-
Ind.,11.a Parte, lib. XIV,'cap. 54). gares.
22 El artículo octavo de la concordia de Crespio, 24 La ciudad y Regimiento de Santo Domingo
estaba concebido en los siguientes términos: «Que escribía al Consejo de Indias en 13 de julio de 1546:
»el rey (Francisco) baga cession é traspassacion rata «A tantas relaciones como esta cibdadha hecho de
»firme , como la bizo en la concordia de Madrid y »los trabaxos y fatigas de qualro años á esta par-
»en otras , de cualquier derecho que pretenda tener »te y súplicas para su remedio, con el ausen-
»al reyno de Ñapóles , Sicilia, Milan, condado de »cia de Su Mageslad y otras ocupaciones, nada
»Arle , derecho de patronazgo que tuvo en Flandes, »se ha provehido. Esta nuestra tierra está á punto
»Artoes, Islas, Duaco, üicbiaco, Tornay, Mortan- »de perderse. Enviamos procuradores al alcayde
»ga y San Amando)) (Fray Prudencio de Sandoval, »Gonzalo Fernandez de Oviedo, coronista de Su
Hist del Emperador Carlos V, 11.a Parle, lib. XXVI, »Mageslad, y al capitán Alonso de la Peña. Favo-
párr. 27). »rezcánles Vras. Mrds. en sus pretensiones» (Rea
DE GON. FEUN. DE OVIEDO. LXXI
trucciones del Regimiento y oportunas credenciales, salieron de la Isla Espa-
ñola entrado el mes de agosto de 1546, arribando á Sanlúcar en los últimos
dias de octubre, no sin que en la navegación dejaran de experimentar riesgos y
trabajos.
Mediado ya el mes de noviembre, llegaron el Alcaide y el capitán á la corte,
la cual estaba á la sazón en Madrid, causándoles bondo disgusto la ausencia del
César, que empeñado en las guerras religiosas de Alemania, tenia confiada la go-
bernación de estos reinos al príncipe don Felipe 23. Presentaron , no obstante , al
Real Consejo de Indias sus poderes, y procediendo con arreglo á la instrucción
que traían, le expusieron el lamentable estado en que dejaban la Isla Española,
grandemente acrecido con la publicación de las ordenanzas formadas en Vallado-
lid el año de 1542 26. Instaba el buen despacbo de las pretensiones del Regimien-
to de Santo Domingo, entre las cuales no era la menor la remoción del Cerrato;
y para conseguirla, pusieron ambos procuradores en juego todo su antiguo vali-
miento. Anbelaba el Alcaide ganar la voluntad del príncipe, y noticioso de que no
le desplacería el ver ampliada la breve relación que en 1555 compuso de su orden,
describiendo algunos oficios de la casa y cámara del primogénito de los Re-
yes Católicos, consagróse asiduamente á este trabajo, viéndolo terminado antes
de que pasase el príncipe al Aragon, donde pensaba tener cortes de aquel rei-
no 27, Oviedo aprovechaba la propicia coyuntura de presentar á don Felipe su
Acad. de la Hist., Col. de Muñoz , torn. 84, A. 12¡). »de Scpúlveda, coronista del Emperador y su cape-
Narrando el mismo alcayde las arbitrariedades y »Han, hombregravey doctísimo... Tuvieron dispulas
dureza de Cerrato, observa: «A mí no me está »y conclusiones, y el Emperador por el celo santo
»bien hablar en esto, poique la cibdad de Sánelo »que en lodo lenia , mandó que ningún indio se pu-
»Domingo me envió á mi é al capitán Alonso de la »diesse cebar en las minas, ni á la pesquería de las
»Peña, por sus procuradores á España, é con su »perlas, ni se éítrgassen, salvo en las partes que no
»poder é instrucción, por el mal concepto que de »se pudiesse escusar, y pagándoles su trabajo: que
»Cerrato c de su riguridad la cibdad tenia» (Hist. »se lasassen los tributos que habían de dar á los es-
Gen. y Nat. ds Lid., 1.a Parte, üb. V, cap. 12). »pañoles : que lodos los indios que vacassen, por
2o «El año de 1546 fuy procurador desla cibdad »muerte de ios que agora los tenían, lo.s pusiessen
»de Sancto Domingo é Isla Española á la corle, é »en la corona real: que se quitassen las encomien-
»hallé en Madrid al Sereníssimo principe don Phe- »das y repartimientos de indios que tenían los obis-
»lipe, nuestro señor, que gobernaba en ausencia». »pos, monasterios y hospitales , y otros ofiiciales
(Quinq., //.'• Parte. Est. 32.) »del reyno, y particularmente se quitassen en el
26 Las ordenanzas de Valladnlid , aconsejadas »Pirú á todos los que hubiessen sido parte y culpa-
y solicitadas por don fray Bartolomé de las Casas, »dos e i las passiones entre don Francisco Pizarro
si bien eran encaminadas á un fin santo y benéfico, »y don Diego de Almagro; y eslos indios y renias
no por eso dejaban de ofender los intereses de los »se pusiessen en cabeza de Su Magostad. Esta or-
pobladores de América. «Fray Barlolomé de las Ca- »denanza se llevó muy mal y la ejecución della le-
»sas, frayle de la Orden de Sanio Domingo, que fue vantólas gentes del Pírú, etc.» (11.a Parte, 1. XXIV,
»obispo de Cbiapa (decía el de Pamplona en su His- párr. 24). Justo es reconocer que el celo que anima-
»toria de Carlos V), dio memoriales al Emperador, ba al obispo de Cbiapa es digno de todo elogio: lo
»diciendo que los indios eran muy mal tratados de que no lo merece igualmente son los medios por él
»los españoles, que les quitaban las haciendas y escogilados y propuestos al Emperador , lo cual
»las vidas cruelmente : que los ponían en minas y demostraron bien pronto los acontecimientos. Sen-
»pesquerías y li '.onde perecían y las tier— sible nos parece que para evitar la opresión de los
»ras si' ¡i, como lo estaban ya grandes is- indios, se fuese al extremo de pro ligar sin fruto al-
»las. Apretaba fray Barlolomé de tal manera que si guno 1 ñola.
»se hiciera lo que él no fuera España se- 27 En i 's que en
»ñora de las Indias. Opúsoselc ei doctor Juan Cines los Officios de la Casa ñeal (tól. \), escribía: *Ea
LXXII VIDA Y ESCRITOS
curioso tratado de los Officios de la Casa Real de Castilla, para recordarle há-
bilmente los males que fatigaban la Isla Española, expresándose de este modo:
«É porque mi edad no es ya ni estos frios de Madrid (donde nascí) para hombre
»que há treynta é cinco años que está sirviendo á Sus Magcstades é á V. A. é
»sus progenitores en Indias, suplico humilmente que en los negocios é nesçes-
»sidades de la muy leal cibdad de Sancto Domingo de la Isla Española del mar
»Océano, por cuyo procurador estoy en esta, corte de V. A., mande remediar
»aquella tierra con brevedad é que sea socorrida con tiempo con el favor é jus-
ticia que en su nombre atiendo, y que el Real Consejo de Indias me despache,
»pues á ninguno vá tanto en la substcntaçion é buena gobernación de aquella
»tierra como al eeptro real de Castilla 28».
Nada alcanzó Oviedo por entonces, á pesar de este y otros esfuerzos no me-
nos acertados, en que hubo también de probarse la discreción del capitán Alon-
so de la Peña. Al fin se movia la corte de Madrid, encaminándose el príncipe
á Monzón, donde tenia convocadas las cortes aragonesas; y siguiéndole los Con-
sejos hasta Aranda de Duero, establecieron alli sus audiencias, á fin de estar
prontos al gobierno de Castilla, viéndose por tanto los procuradores de Santo
Domingo forzados á trasladarse á dicha población, para continuar sus comenza-
das diligencias. En Aranda permanecieron todo el resto del verano de 1547,
tiempo en que fueron resueltas por el Real Consejo de Indias algunas demandas
de la Isla Española, remitiéndose las mas arduas á consulta del rey don Carlos,
que en aquellos dias se hallaba en Augusta celebrando dieta del imperio. Seme-
jante determinación del Consejo advirtió al capitán y al Alcaide de la necesidad
en que estaban de acudir á Alemania , si habian de obtener verdadero resultado
de su procuración ; y como ni la edad ni la salud de Gonzalo de Oviedo le con-
sentían hacer aquel viage, conformándose ambos procuradores en que pasara
Alonso de la Peña á la corte del César, retiróse el Alcaide al Andalucia, huyen-
de los penetrantes frios de Castilla 29.
Llegado á Sevilla, punto mas propio que otro alguno para la inquisición de
noticias de América, pues que la casa de contratación llamaba alli á los capi-
tanes, descubridores y mercaderes que del Nuevo Mundo volvian, dedicóse
á coordinar las relaciones que en Madrid le habia dado Alvar Nuñez Cabe-
»el año de 1535 en la villa de Madrid, donde ñas- en 4546 formó el libro de los Officios, aumcnla-
»cí y me crié, envié al príncipe don Plielipc una re- do en i5i8, según notaremos adelante.
»lacion de cinco ó seys fojas , en que dixc breve- 28 Officios de la Casa Real, etc., fol. 4, Cód., E.
»mente aquello de que yo me acordé , y creo que 205 de la Bibliot. Nacional.
»no fueron inútiles las cosas que aquella carta con- 29 «É cómo el año passado de 1547 el príncipe,
»tenia pata la casa y ordinario servicio de Vues- »nuestro señor , donde Madrid se fué á tener cortes
»Ira Alteza Despues que en el mes de noviem- »en Aragon y los Consejos se fueron á Aranda de
»bre de mili é quinientos é quarenta y seys pro- »Duero, después que alli estuve despachado de al-
»ximo passado, llegué á esta corle, he sabido »gunas-cosas é se remitieron otras á consulta de la
»que será Vueslra Alteza servido de mí, si re- »Cesárea Mageslad, esperando de Alemania algu-
»novasse ó desperlassc mi memoria, exercitán- »na respuesta de despachos é viendo que se iarda-
»dola en cscrebir lo que toca á los officios de la »ban, por mi edad, huyendo del frió, me fuy al
»Casa Real de Castilla , etc.» De donde se deduce »Andalucía». (Ib. Col. 93 )
»que en -1535 fué una carta ó breve relación lo que
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LXXIII
za de Vaca, relativas á las expediciones de la Florida y Rio de la Plata, donde
tantas y tan inauditas fatigas habia padecido aquel valeroso y experimentado cau-
dillo 30. Amenizaba el Alcaide estas sabrosas tareas, trayendo á la memoria los
recuerdos de su juventud, y acaudalando con ellos el tratado de los Officios de
la Casa Real, no sin que procurase activar las negociaciones de su procuración,
manteniendo activa correspondencia con el capitán Alfonso de la Peña y con sus
amigos y valedores de Monzón y de Aranda 31. En estas ocupaciones gastó Oviedo
los restantes meses de 1547 y parte del siguiente, traduciendo también de len-
gua toscana la piadosa obra, titulada Reglas de la vida espiritual è secreta theolo-
gia, libro que impreso en el mismo año, bajo la inspección del traductor, obtuvo
el mas desgraciado éxito 32. A principios de agosto debian reunirse en Valladolid
los procuradores de las ciudades para celebrar las cortes allí convocadas por el prín-
cipe don Felipe, quien á ruego de su padre, gravemente enfermo, se preparaba
á dejar estos reinos, encomendando su gobernación al príncipe Maximiliano, velado
ya con la infanta doña Maria. Supo el Alcaide que era esta la ocasión señalada por
el Emperador para montar la casa del príncipe de Asturias á la borgoñona, desau-
torizando asi la etiqueta grave y sencilla de los Reyes Católicos y olvidado el antiguo
proyecto de seguirla ; y deseando estorbar aquellas novedades, partióse luego á
Valladolid, donde presentó á don Felipe las Adiciones à los Officios de la .Casa
Real, en que se completaba el cuadro del servicio y corte de aquellos esclareci-
dos monarcas. Ningún efecto produjo en esta parte la solicitud de Oviedo: el
dia 15 del referido agosto se comenzó el príncipe á servir á la borgoñona, repar-
tiendo los oficios de su palacio entre los mas ilustres magnates de Castilla 33.
Pero si vio el Alcaide malogrado el tiempo consumido en aquellas tareas y des-
deñado el generoso impulso que le sacó de Sevilla, no por eso fué inútil su pre-
sencia en la corte para su procuración y empresas históricas. Pocos dias pasaron
desde su llegada, cuando se recibieron en Valladolid las nuevas del levantamiento
y tiranías de Gonzalo Pizarro, quien desbaratado al fin por la constancia y pru-
dencia del presidente Pedro de la Casca, habia sido degollado en el valle de Xa-
quixaguana, para escarmiento de traidores. Vinieron con estas cartas algunas re-
30 Hist. Gen. y Nat. de Ind., 11.a Parle, lib. XVí, »qual está de manera que no buscan los mas de los
cap. 7. »hombres libros que aprevecben al ánima, sino Irac-
31 «E llegado á Sevilla, acorde' de acomular »lados que tengan essa y el cuerpo ocupados en leer
»otros Officios de la Casa Real en el tiempo que va- »devaneos, por su passaüempo, y es tan mal pas-
neaba tí me faltaba que escrebir é mensajeros para »sado , que es de averies lástima á los que en essas
«las inteligencias de Alemania ó Monzón é Aranda» »vanas liciones gastan la vida» (Ut supra).
(Ad. á los Off., ut supra). . 33 Cristóbal Calvete de Estrella, criado del mis-
32 «E assi lo restante del año (1547) lo passé al mo príncipe don Felipe, decia sobreesté punto «que
»fuego (en Sevilla) é lo que del venidero é presente el duque de Al va vino de Alemania con orden del
»de 1548 no hizo calor... lo gasté en esto (en escri- Emperador Carlos V para poner la casa del príncipe
»bir las adiciones á los Officios) y en la impression don Phelipe á forma y uso de la casa de Borgoña».
»de aquel devoto libro de las Reglas de la vida espi- Después añade que los mayordomos del príncipe
»ritual é secreta theologia , que yo passé é traducí (era el mayor el mismo duque de Alva) salieron
»de la lengua toscana en esta nuestra castellana: en muy galanes y muy riccmenle vestidos , y lo mis-
»lo qual el impressor ganú pocos dineros é yo nin- mo los gentiles liombres de la boca y de la casa, etc.
» trunos; pero ambos despendimos bien el tiempo, el (Marc del principe don Phelipe, fol. 12).
TOMO I. 1U
LXXIV VIDA Y ESCRITOS
laciones de todo lo ocurrido en tan sangrientas revueltas, apareciendo evidente
que habian sido principal causa de ellas las ordenanzas de Valladolid, contrarias
al bienestar de los pobladores, y la dureza y poco tino del virey Vasco Nuñez
Vela, vencido y muerto en Quito por elPizarro. Aprovechó Oviedo el mal efecto
de las ordenanzas para inclinar el ánimo del Consejo, que ya blandeaba, á su mo-
dificación, y con no menor diligencia adquirió en breve las relaciones remitidas
por don Alonso de Montemayor y otros pobladores del Perú, las cuales halló en
manos del magnífico caballero Pedro de Mejía, cronista, como él, del Empera-
dor Carlos V, y á quien le unían ya amistosos lazos 34. Terminadas las cortes, sa-
lió el príncipe de Valladolid el 1.° de octubre, dirigiéndose á Barcelona con áni-
mo de pasar á Flandes, mientras tornaba Oviedo á Sevilla, para esperar allí la
vuelta del capitán Alonso de la Peña.
Desesperado de la tardanza, bien que atento siempre á recoger cuanto im-
portaba á la prosecución de la Historia general de Indias, cuya nueva impre-
sión habia suspendido, no solamente por la ausencia del Emperador, sino tam-
bién por el deseo de abrazar todos los sucesos que iban llegando á su noticia 35,
comenzaba ya á flaquear su constancia, á tiempo que recibió una carta del infante
de Castilla y Rey de romanos, en la cual le manifestaba el placer hallado en la
lectura de la primera parte publicada en 1535, rogándole al par que no levan-
tase mano de aquellas tareas, hasta cumplir lo que en la misma habia prometi-
do 36. Fué esta súplica de don Fernando supremo mandamiento para el Alcaide,
34 Hisl. Gen. y Nat. de Ind. 111.a Parle, lib. XI, »dado (á Oviedo) previlegio para que ninguna otra
caps. 40 y i\). »persona lo pueda imprimir, sino él ó QUIEN SU PO-
35 No podemos menos de llamar la atención de »DER OVIERE, Só graves penas». En la de Salamanca
los lectores sobre un hecho que parece eontradic- se omile esla cláusula subrayada, expresándose so-
torio de estos asertos y cuya explicación no es tan lo «que se acabó de imprimir en la muy noble cib-
fácil como deseáramos. Hablamos de la edición de »dad de Salamanca, en casa de Juan de Junta, á
la 1.a Parle de la Historia general, hecha en Sala- »dos dias del mes de mayo de mili y quinienlos y
manca con eslos títulos: «Crónica de las Indias.— »quarenta é siele años», tiempo en que Oviedo se
La Historia general de las Indias, agora nueva- hallaba en Sevilla. De todas estas observaciones, á
mente impressa, corregida y emendada, 1347—y las cuales debe añadirse la de haberse impreso jim-
ia conquista del Perú». Es digno de nolarse cier- laméntela relación de la conquista del Perú, es-
lamenle que no haga Oviedo mención alguna de crita por Francisco de Xerez, lo cual no hubiera
esta edición en sus manuscritos, aumentados en hecho ni consentido Oviedo en manera alguna,
15 i8 (según vá apuntado), manifeslando por el pues que la tenia él ya escrita, se deduce sin
conlrario en multitud de pasages que se prepara- violencia que no hizo por sí la edición referi-
ba en dicho año á hacer la segunda y no la lerce- da de 1547, si bien pudo dar su consenlimien-
ra impresión de la referida 1.a Parle.—No deja sin to, introduciendo al par algunas enmiendas y cor-
embargo de ser extraño el que se advierta al frenle recciones. Puaiera también deducirse del silencio
de esta edición que iba corregida y enmendada; por- absoluto de Oviedo y sus continuas referencias á
que si bien-no se expresa que lo fuese por el autor, la segunda impresión que preparaba en 1548, cu-
la circunstancia de hallarse este en España, aunque yas copiosas adiciones van incluidas en la presen-
no consta que pasase en d548 á Salamanca, dá oca- te, que no la tuvo tampoco por tan autorizada co-
sion á creer que no hubiera consentido á nadie po- rao la de 1535 , lo cual aumenta notablemente la
ner la mano en una obra propia, traducida ya á tantos estimación de esta en el aprecio de los eruditos.
idiomas. Hay otra circunstancia en la impresión de 36 Refiriéndose Oviedo á su avanzada edad,
Salamanca que debe, en nuestro concepto, tenerse enfermedades y vicisitudes que le habian estorbado
presente: en la de Sevilla de 1535 se decia, al final sacar á luz la 11.a parle de la Historia general, aña-
del libro de los Naufragios: «Lo qual todo fué visto dia : «Pero no por esso me excusaré de continuar
»y examinado en el Consejo Real de Indias, y le fué »estas vigilias, y agora mucho mas, porque junto
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LXXY
quien en el mismo año de 1548 consignaba en la Historia General las siguientes
palabras; «En la brevedad de mis dias, diré lo que fuere Dios servido que por mí
»se continúen estas materias; donde con mis canas, passado ya de los sesenta é
»nueve años que ha que vivo, ningún dia se me passa fuera desta ocupación (al-
»gunas horas), trabaxando todo lo que en mí es y escribiéndolo de mi mano, con
»desseo que antes del último dia de los que me quedan, yo pueda ver corregido
»y en limpio impresso lo que en todas tres partes de aquesta General historia de
»Indias yo tengo notado. Y en tanto que el sol me tura, estoy agora en este año
»de mili é quinientos é quarenta y ocho, dando orden cómo en este año ó en el si-
»guiente se reimprima esta primera parte, acresçentada y enmendada y mas or-
»nada que estuvo en la primera impression : é assi mismo se imprimirá la segun-
»da, y yo quedare continuando la tercera, en la qual no me faltará voluntad para
»concluirla, pues que está una grand parte della escripta en minutas» 37, No se
había terminado el año, y ya el Alcaide de Santo Domingo (llegado á Sevilla con
los despachos de Alemania el capitán Alonso de la Peña), se preparaba para res-
tituirse á la Isla Española, teniendo aun en aquellos últimos dias.la fortuna de
aumentar los datos, adquiridos en Valladolid sobre el levantamiento de Gonzalo
Pizarro, con la relación de Diego Centeno, que Pedro de Mejia le enviaba 38. El
resultado de la procuración , bien que algo costoso por el tiempo gastado en ella,
no podia menos de satisfacer los deseos del Regimiento de Santo Domingo: tanto
el licenciado Cerrato como su compañero Alonso de Grageda fueron removidos de
la Cnancillería y quedaron sujetos á residencia, volviendo á la Isla Española, con
título de Arzobispo y capitán general, el antiguo presidente don Alonso de Fuen-
mayor , querido y deseado de aquellos pobladores 39.
En los primeros dias de 1549 se embarcaban el capitán y el Alcaide, la vuelta
de América, nombrado el último regidor perpetuo de la ciudad de Santo Domin-
go, á donde llegaron á fines del mes de marzo, siendo agasajados y honrados por
el Regimiento, que veia en ellos los salvadores de aquella comarca. Mas bien
pronto vinieron á turbar el contento y satisfacción de Oviedo nuevos sinsabores y
peligros. Cercano ya á los setenta y un años, tuvo la amargura de verse insultado y
»con servir on ello á la Cathólica Magostad del Em- documentos que recogió en Valladolid en el mes de
perador rey , nuestro señor , y hacerlo por su agosto: «E las cartas, que el chronista dice que allí
»mandado y como su chronista en estas partes é »vido de capitanes é personas de'l conosçidas é de
»Indias, me manda la Magostad Sereníssima de su »crédito, en muchas cosas concuerdan con esta rela-
»hermano el infante de Castilla don Fernando , Rey »çion que en Sevilla vino á sus manos en el mes de
»de los romanos y de Ungria y Bohemia, por su car- »diciembre de 4548». Y luego añade: «Estando en
»ta messiva que no cesse de escrebir lo que ofrescí »Sevilla, atendiendo que abonancen los tiempos pa-
»en la primera parle, teniéirlose por servido delio, »ra volverse á la cibdad de Sánelo Domingo de la
i-á lo cual tampoco puedo faltar, haciendo lo que »Isla Española , con los despachos que de la Cesá-
»debo á su real servicio , como faltarme á mí mes- »rea Magostad é del príncipe, nuestro señor, ha ne-
»mo, negándome yo los alimentos para vivir» »goçiado para la buena gobernación de aquella tier-
{Hist. Gen. y Nat. de Ind. , 11.a Parte, lib. Ill, »ra , é á cabo de escribirse é continuarse estas his-
proh.). »lorias hoy lunes, tros dias del mes de diciembre
37 Ib. , I." Parte, lib. VI, proh. »dol dicho año, etc.» (Hist. Gen. y Nat. de Ind., Ill'
38 Al dar cuenta Oviedo del levantamiento y Parle, lib. XI, cap. U).
traición de Gonzalo Pizarro , dice, mencionando los 30 Ib., 1.a Parte , lib. V , cap. 12).
LXXYÍ VIDA Y ESCRITOS
aun amenazado de muerte por un racionero de la catedral, llamado Medrano,
quien no solamente osó maltratar sus hidalgas canas, sino que á riesgo de pasar
por sacrilego, llevó su odio hasta el extremo de quitar las armas del Alcaide de
su enterramiento y capilla, labrados en la misma iglesia y pertenecientes al ma-
yorazgo , fundado por él en aquella isla 40. En 14 de abril siguiente se hacia ante
la Audiencia la información de aquel atentado, dándose el Alcaide por satisfecho
con la reparación completa que obtuvo, siendo el racionero multado y condenado
á restituir en su primer ser el sepulcro y capilla *•.
Pasado este nublo, que derramó no poca ponzoña en el corazón del cronista, y
asentado de nuevo en su casa y fortaleza, volvió los ojos á sus colosales proyec-
tos literarios, resuelto á darles cima con la voluntad de un mancebo y la perseve-
rante madurez de un anciano. Era una de las obras que mashabia acariciado Ovie-
do desde que presentó al César el Catálogo Real de Castilla, un tratado sóbrela no-
bleza y casas principales de España, considerado por él como el complemento de
aquella larga historia, é interrumpido desde 1545 por la promesa que Florian de
Ocampo hacia en el mismo año de publicar las ilustraciones que tenia recogidas so-
bre los linages españoles. Cansado de esperar inútilmente, ó mas bien convencido
de que no era fácil á Ocampo el cumplimiento de su palabra *2, determinóse á dar
la última mano á esta importante obra, en la cual allegó tantas y tan peregrinas
noticias, respecto de las costumbres y proezas de sus coetáneos, que no sinrazón
podria ser considerada como uno de los monumentos que mas fielmente reflejan
el glorioso reinado de los Reyes Católicos. Dióle el título de Batallas y Quin-
quagenas, dividiéndola en cuatro gruesos volúmenes ; y proponiéndose, á ejem-
plo de Hernán Perez de Guzman, formar en ellos copiosa y rica galería de re-
tratos, trajo à consecuencia los ascendientes y descendientes de cada personage,
como quien habia conocido casi todos los hombres de Estado de los reinos de
Leon y Castilla, Navarra y Aragon , Granada y Cataluña 43. Terminada esta pre-
ciosa obra, procuró también dar cabo á otra, no menos interesante y útil al es-
clarecimiento de la historia nacional, la cual, empezada desde 1520, tenia ya
bosquejada y recogida en minutas el año de 1532, cuando presentó á la corte
40 El mayorazgo, fundado por Oviedo en la Isla »mas me maravillaré si él cumple lo que díxo en el
Española, pertenece hoy al señor don Manuel Se- »prohemio ó prólogo de los quatro libros de la pri-
queira y Caro , residente en la Habana , habiéndolo »mera parte de la Crónica general de España que
heredado este caballerro del último poseedor don »recopila eseauctor» (Bat. y Quinq., Cod. K., 130,
Francisco Javier de Caro y Torquemada, consejero fol. 180). Lo mismo manifiesta en el fol. 221 del mis-
que fué del Real y Supremo de indias, ya abolido. mo códice, y lo repite en otros lugares.
41 Real Acad. de la Hist., Colee, de Muñoz, to- 43 En la estanza 22 de la 111.a Parle de las Quin-
mo 85, A 112.—Arch. gen. de Ind., Cart., leg. 24. cuagenas decia Oviedo : «Y no os maravilléis si en
42 El Alcaide de Santo Domingo escribía sobre »alguna de las cosas que hasta aqui he escripto
este particular lo siguiente : « Desseo ver lo que lie— »yo hablo mas puntualmente que otro lo haría, por-
»ne prometido esse coronisla (Florian de Ocampo) »que á la verdad pocos hombres de Estado (y digo
»desde quince de diciembre de mili é quinientos é »muy pocos) hay de estos reynos de Castilla y de
»quarenta y tres, y no me maravillo que larde lan- »Leon , Galicia, Navarra, Granada, Aragon, Va-
»to en cumplir su palabra, aunque estamos ya en »lençia é Cataluña que yo no los haya visto é conos-
»el año de mili é quinientos é cinqüenta, porque »rido á ellos ó sus padres ó abuelos».
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. IXXVH
la primera parte del Catálogo Real de Castilla u. Intitulábase aquel escrito Libro
del blason de lodas las armas, teniendo por objeto el investigar los orígenes
de cuantas empresas y blasones ilustraban la nobleza española; tratado en que
mostró Oviedo vasta y sazonada lectura, confesándose partidario de la ciencia
heráldica , la cual comenzaba por aquellos dias á ser considerada y cultivada con
empeño, por la misma razón que, vencida y dominada la grandeza en el campo
de lo s hechos, acudia á los recuerdos de sus mayores para justificar con las glo-
rias de aquellos su representación y valimiento en el Estado.
A estos meritorios trabajos consagraba el Alcaide de Santo Domingo sus vigi-
lias, sin que olvidase un punto la Historia general, á cuya terminación estaba obli-
gado como cronista, ni se creyera excusado de retocar el Catálogo Bcal de Casti-
lla , añadiéndole la narración de la última campaña, sostenida por el César contra
los luteranos, campaña en que habia don Carlos conquistado los envidiables títulos
de experto caudillo y magnánimo príncipe 45. Pero si no era la nieve de los años
bastante á apagar en su pecho aquel amor á las letras, que desde la infancia le ha-
bia alimentado, tampoco las tareas historiales le impedían el acudir á los negocios
públicos, á que sus cargos de alcaide y regidor le llamaban. El lastimoso estado
que presentaba la Isla Española en 1546, no habia cambiado desgraciadamente
con las provisiones alcanzadas dos años después por el capitán y el cronista : ni
la población se aumentaba, ni florecía la agricultura, ni se reformaban las costum-
bres, ni lograba la justicia señorear aquella desventurada provincia, presa de
bastardas pasiones, engendradoras de todo linage de abusos. En vano clamó Ovie-
do, ya como regidor de Santo Domingo, ya como Alcaide y cronista de las Indias,
por el alivio de aquellos males: atenta la corte de España á los grandes aconteci-
mientos que turbaban la paz del catolicismo, y deslumbrada sin duda por los triun-
fos del César, meditaba tal vez en el remedio y prosperidad de aquellos opulen-
tos dominios, cuando venían las flotas cargadas de oro á sacarla de sus frecuen-
tes apuros.
Un suceso, en sumo grado fatal para la Isla Española, movia al Alcai-
de en 8 de febrero de 1554 á importunar de nuevo á la corte, para represen-
tarle la horfandad que amenazaba á los pobladores de Santo Domingo. Acometí«I«»
el Arzobispo gobernador de mortal dolencia, ninguna esperanza de vida daba á
aquellos habitantes, que en medio de sus tribulaciones y quebrantos acudían
siempre á él, como á padre solícito y cariñoso, bastando el prestigio de su voz
para consolarlos y fortalecerlos. Oviedo (á quien distinguía el Arzobispo entre to-
dos los regidores de la capital, no tanto por la solicitud que siempre habia mos-
trado en bien de aquellas regiones, como por su edad y madura experiencia),
acaso mas dolorido que otro alguno, bien que atento siempre á la prosperidad
44 «Todo eslo que loca á las banderas de ar- »copiosamente notado». (Catálogo Real de Casti-
»mas, si yo tuviere vida para acabar de sacar en la, fol. 7).
»limpio e\ Libro general de Armas que mucho tiem- 45 Cuando refiere el Alcaide las causas que es-
»pohá yo escrebí, de lástima de verlas ynorançias torbaron su venida á España en i542, observa:
«que en ella andan en estos reynos, se verá asaz «Despues que de Mooçon partió Cesar passó en
LXXVIII YJDA Y ESCRITOS
común, creyó oportuno prevenir el ánimo del Consejo sobre esta nueva calamidad,
adelantándose á manifestarle que. no senlaria mal la dignidad de Fuenmayor al Obis-
po de San Juan, don Rodrigo de Bastidas, cuyos servicios y los de su padre le
bacian acreedor á la gratitud del César 46. Pudiera tal vez inclinarle á dar este
paso el deudo que ya le unia al hijo del capitán, que en 1527 le estorbara pose-
sionarse de la gobernación de Cartagena; pero aunque apareciese interesado, eran
tantas y tales las prendas del Obispo, y se habia consagrado con tan esmerada so-
licitud á labrar la felicidad de sus feligreses, que bien merecia disculpa la sana
intención del Alcaide. Al cabo plugo á la Providencia alargar los dias del Arzo-
bispo, restituyendo la esperanza perdida á los moradores de la Isla Española, que
veian en la muerte del gobernador su total ruina.
Todo el año de 15541o pasó, no obstante, el Regimiento de Santo Domingo en sú-
plicas y demandas dirigidas al Consejo de Indias, y encaminadas á evitar que se des-
poblara totalmente la Isla Española, considerada solo como escala y factoría de las
regiones últimamente descubiertas en la Tierra-Firme. Unió Oviedo su voz á la de
sus compañeros no con mayor fortuna que en los años anteriores, y cansado al fin
de tan inútil y larga porfía, pensó en restituirse á España, deseoso de terminar sus
dias en el suelo donde habia nacido. Mas no quiso impetrar esta gracia de la corte,
sin conquistarla primero con sus merecimientos ; y en aquella edad, cuando pare-
cía que le hubiesen ya abandonado las fuerzas intelectuales, emprendió una de sus
mas preciosas obras, capaz de arredrar por su extension é importancia á quien se
encontrara en la virilidad mas entera. Proponíase en este peregrino tratado, que
dividió en tres partes, corregir las costumbres de la juventud, presentando á su
vista heroicos ejemplos, dignos de ser imitados; y dándole el título Quinquagenas,
recogió en ellas todo el fruto de su nestoriana experiencia, poniendo al mismo
tiempo en contribución sus apuntamientos, diarios y minutas. Admirado sin du-
da el mismo Oviedo de conservar á los setenta y siete años el vigoroso alien-
to de la juventud, hacia gala de su ancianidad en diferentes pasages de di-
cha obra, manifestando de paso su perseverancia en los trabajos históricos:
«Entended, letor (exclama), que há dias que en estas y otras materias escribo y
»hablo, y no desde ayer, sino sin muelas y dientes me ha puesto tal exerçiçio.
»De las muelas, ninguna tengo, y los dientes superiores todos me faltan, y un
»pelo en la cabeça y la barba hay que blanco no sea, y en septenta y siete años
»constituido, vivo hasta que el Señor de la vida sea servido. Y desde el año de mili
»é quatroçicntos y noventa, seyendo de doce años, page muchacho, fuy llevado
»á la corte de los Sereníssimos é Cathólicos Reyes, don Fernando y doña Isabel de
»inmortal memoria, y empecé á ver y conosçer la caballería y nobles y principa-
»les varones de España» 47. El Alcaide de Santo Domingo que escribió, tanto esta
»Alemania c en aquellos sus Estados que por allí Gen. y Nat. de Ind., Ií.3 Parte, lib XIV, cap. 54).
»liene, le dio Dios los buenos subeesos que en la 46 Real Acad. déla Ilist. Col. de Muñoz, lo-
»segunda parle que cscrebi del Cathálogo Real de mo 87, A. H4.
»Castilla desde el cap. IV adelante podrá ver, en- 47 Quinq., 7//.a Parle, Est. 22.
»tenderé conoseer quien sano juicio tuviere) (Ilist.
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LXXIX
como todas las demás obras que salieron de su pluma, sin salario ni remunera-
ción alguna, dirigia al príncipe don Felipe la primera parte de las Quincuagenas
en 10 de enero de 1555 *8, dando fin á la tercera en 24 de mayo de 1550 w. Al
remitirla, rogaba al heredero de Carlos V que se dignara mandar verla y examinar-
la, á fin de que se imprimiera y sirviese de correctivo á los libros de apócrifas
lecturas.
Pero al mismo tiempo que de esta manera procuraba grangearse la benevolencia
del príncipe , acudia al Heal Consejo de Indias para suplicar que en gracia de sus
largos servicios, se le admitiese la dejación que hacia de la tenencia del castillo,
que gobernaba desde 1532 , señalando para que le reemplazara á su yerno Rodrigo
de Bastidas, deudo muy cercano del obispo del mismo nombre. Propicio el Conse-
jo á esta demanda del cronista , quien liabia por otra parte alegado, para retirarse
á España, la necesidad de dar á la estampa la Historia general de Indias, conce-
dió á Bastidas la alcaidía de Santo Domingo, dando á Oviedo licencia para que
pasase á la península y conservara el carácter de regidor de aquella ciudad, hon-
ra que agradeció sobremanera, mostrándose de ella satisfecho hasta la muerte*0.
Preparábase ya á emprender el último viage, cuando reconocida por el Regi-
miento la conveniencia de hacer guerra á los indios caribes, que andaban orgu-
llosos con la emigración de los españoles, resolvióse en 10 de abril á dar á Ovie-
do sus poderes, para que alcanzase la oportuna licencia del Consejo, encargo que
desempeñó con la eficacia por él acreditada en las pasadas procuraciones, obte-
niendo la provision solicitada 5I. A principios de junio de 1550 se alejaba, pues,
el cronista de aquellas regiones, donde tantos trabajos y amarguras habían entur-
biado los sueños de su felicidad, y donde tanto habia estudiado y aprendido, ga-
noso de comunicarlo á los demás hombres. Perseguíale, al separarse de tan pri-
vilegiado suelo, el sentimiento de haber luchado en vano para vencer los obstácu-
52 En el proemio del lib. I de la 11.a Parle de la bien que sin aumentar el numero de los cincuenta
Bi$t. Gen. había escrito : « No se dexarán ( las 1res libros, en que tenia divididos sus trabajos,
»parles) de continuar é cresçer en algunos libros 53 Gonzalo Fernandez de Oviedo fué también
»que están pendientes lo que se supiere paradlo en tesorero del lj20 que de las entradas pertenecía á
»mis días, ni de acresçentar mas libros en la ter- la redención de cautivos, cargo que desempeñó
»cera parte sobre el número ya dicho de eínqüenla, desde el año de 1528 (Real Acad. de la Bist , Co-'
»si yo lo viere ó supiere, no dexando de creer que lección de Muñoz, torn. 70 , A 106^.
>;cl tiempo los hará mas». Asi sucedió en efeelo,
DE GO.N. FERN. DE OVIEDO. LXXXl
lladolid de esta vida en el eslío de 1557, cumplidos ya los setenta y nueve años. Ni
la confianza de sus compatriotas en el Nuevo Mundo, ni la predilección de la corle
fueron bastantes á engendrar en su pecho bastardas ambiciones, contento siem-
pre con la medianía en que la suerte le habia colocado, y aspirando solo á con-
tribuir con sus esfuerzos á labrar la felicidad de aquellos países, que despertaron
en su imaginación desde la infancia pacíficas esperanzas de gloria. Doce veces
cruzó Oviedo con este propósito el Océano M: las ciudades del Darien, Panamá
y Sanio Domingo, mirándole como su libertador, acudieron constantemente á su
lealtad, para que las sacase de los mas grandes conflictos: la üeal Cnancillería de
la Isla Española, primera audiencia de las Indias, no se desdeñó tampoco de in-
vestirle con su representación y poderes, coronando siempre el éxito mas favorable
las esperanzas de todos. Y entre tantos y tan difíciles cargos que le irageron in-
quieto y errante, poniendo á prueba el temple superior de su alma, vino á sor-
prenderle la muerte con la pluma en la mano, no menos infatigable que en los
negocios públicos, en sus colosales tarcas literarias.
v.
Obras de Oviedo y juicio critico de las mismas.—Sus principales caracteres, como historiador.—Catálogo
cronológico de sus escritos.—El libro de don Clariballe.—La Respuesta á la Epístola moral del Almirante
La Relación de lo sucedido en la prisión de Francisco I.—El Sumario de la Natural Historia de las Indias.
El Catálogo Real de Castilla.—El libro de la Cámara Real del principe don Juan.—Regías de la vida espiri-
tual.—Las Batallas y Quinquagenas.—El libro del blason.—El libro de los linages.—Las Quinquagenas.—-La
Historia general y natural de Indias.—Juicio de la misma.—Opiniones de don fray Bartolomé de las Casas,
respecto de la historia de Oviedo.—Si deben seguirse por la critica.—Veracidad y honradez de Oviedo.—
Conclusion.
Acabamos de trazar la vida del capitán y primer cronista de las Indias, Gonzalo
Fernandez de Oviedo y Valdés, dejando en ella comprobado cuanto expusimos al
dar principio á este bosquejo, no menos difícil por su novedad (puesto que solo
se tenían vagas y muy escasas noticias de tan apreciable escritor), que importante
en la historia del Nuevo Mundo, por los cargos que desempeña Oviedo, y mas que
todo por el noble tesón con que defiende aquellas maltratadas comarcas, procuran-
do su prosperidad y la de sus pobiadores, mientras era tal vez acusado de los críme-
nes en ellas cometidos. Réstanos, pues, dar razón individual de sus escritos, ta-
rea en que habríamos de encontrar no menores dificultades, si nos atuviéramos
al juicio de los críticos y biógrafos, que sin el examen de sus numerosas obras,
54 En pago de los servicios extraordinarios de cumpliendo lo que advierte el mjsmo en la fíislo-
Oviedo le concedió el Emperador por mejoramiento ría general, con estas palabras: «Las quales armas
de sus armas las cuatro estrellas polares, para que »estarán en fin desle tractado, porque es eseripto
él y sus sucesores las usasen con las antiguas de »en estas partes , donde tanlos Irabaxos padesçcn
Valdés, en la forma que manifiesta el escudo, pues- »los hombres que veen estas estrellas e donde yo he
to al fin.il de la presente edición y publicado por »gastado lo mejor de mi vida», (i." Parte, lib. II,
Ovii-do en la de 1533; de donde lo hemos lo:nado, cap. 12).
TO 1.0 I. il
LXXXII VIDA Y ESCRITOS
se han propuesto darle á conocer en la república de las letras. Mencionados ya
los trabajos á que el Alcaide de Santo Domingo consagró sus vigilias, en medio de
los sinsabores y afanes que amargaron su existencia ; reconocidas en parte las cau-
sas que le impulsaron á emprender aquellas largas tareas, y fijadas por último las
épocas sucesivas en que logra llevarlas á cabo, fácil «os será establecer un orden
severamente cronológico, desechando al par las obras que sin fundamento algu-
no se le han atribuido, y reduciendo á sus verdaderos límites las que sin mayor
criterio se han dividido en dos ó mas tratados, con mengua de su importancia
literaria y ofensa del mismo Oviedo '.
Inútil nos parece el advertir que la mayor parte de las producciones de este
laborioso cronista son historiales, cuando en la exposición que llevamos hecha
queda esto plenamente demostrado. Solas dos obras, ambas traducidas, dejan de
pertenecer á este linage de estudios, á que le inclinaban el espíritu de su época
y el ejemplo de la afortunada corte en que pasa su juventud y logra su ense-
ñanza. Como indicamos oportunamente, aquel inusitado movimiento que reci-
bieron de manos de la Reina Católica las artes y las letras, aquella protección tan
eficaz como ilustrada que en nuestro suelo alcanzaron los ingenios mas señala-
dos de Italia, no podian menos de excitar el noble estímulo de los naturales,
quienes al mismo tiempo que levantaban su corazón á las mas arriesgadas em-
presas, procuraban consignar las glorias de sus reyes, legando su grata me-
moria á los siglos venideros. Ningún soberano de Castilla encontró jamás entre
sus vasallos tantos y tan doctos cronistas como Isabel y Fernando : Alonso de Pa-
tencia, Diego Rodriguez de Armella, Fernando del Pulgar, Andres Bernaldez,
Mosen Diego de Valera, Antonio de Nebrija, Juan Ramirez de Lucena y tantos
otros, como en aquel reinado florecieron, dedicando sus plumas á celebrarlo, co-
nocidos y respetados por Oviedo, vinieron con sus obras á encender dentro de su
pecho aquella poderosa y vivaz llama, que solo pudo apagar el soplo de la muerte.
Llevado de semejante impulso, funda Oviedo su erudición histórica en el estudio
de las obras hasta su tiempo dadas á luz, y entendido en las lenguas francesa, fla-
menca, alemana, toscana y latina 2, no solamente se nutre con la lectura de los
i Es por cierto digna de toda censura la conduc- arle que aumentó en breve considerablemente su
ta que ban seguido algunos escritores exlrangeros, fortuna. No creemos necesaria la refutación de estas
llevados sin duda de las suposiciones de los erudi- mal fraguadas imaginaciones ; pero tampoco nos ha
tos respecto de este punto. Los autores de la Bio- parecido conveniente el callarlas , porque siendo
graphie universelle ancienne et moderne, teniendo bijas de los errores en que los eruditos han caído,
tal vez noticia de que se habia dado lugar entre los multiplicando sin criterio alguno las obras de Ovie-
escrilores de Morbo gálico ala relación que hace do, justifican plenamente nuestro aserto, que ve-
Oviedo en su Historia general y natural de Indias remos después comprobado en la exposición de. las
de las aplicaciones del árbol guayacan ópalo que realmente salieron de su pluma,
santo , fueron al extremo de suponer, con el testi- 2 Al dar noticia el mismo Oviedo de las largas
momo de otros biógrafos, no mas verídicos , que vigilias empleadas en una de sus obras, exclama-
habiendo adolecido en Ñapóles de la citada enfer- ba: «Desseando recollegir lo que en muchas y muy
medad el año 1513 , solicitó Oviedo pasar á la isla »difusas, prolijas y largas chrónicas y de gran di-
de Haití, sabiendo que en ella existia el remedio de »versidad está derramado, las quales con mucha
su dolencia. Añádese también que, vuelto á España, »diligencia y «rabaxo he buscado y con mucha di-
se dedicó á curar las sifilíticas, dándose tan buen »ficultad hallado, assi en la lengua latina, como en
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LXXXllI
autores patrios, sino que acude también á poner en contribución los que en los
citados idiomas escribieron. Pero la principal fuente de la erudición histórica de
Oviedo está en su propia experiencia: dotado, según ya dejamos advertido, de
un talento observador y reflexivo, colocado en mitad de los graves acontecimien-
tos de su tiempo; en contacto siempre, ya con lo mas ilustre y autorizado de la
corte española, ya con los mas valerosos capitanes de la conquista del Nuevo Mun-
do, nada se oculta á su vista penetrante, contribuyendo á enriquecer sus tareas,
cuya variedad y extension excitan hoy la admiración de los discretos. Aquel espí-
ritu de investigación que le anima, llega sin embargo á degenerar no pocas ve-
ces en nimia curiosidad, sacándole del terreno de la elevada consideración histórica,
para llevarlo ala exposición de recónditas noticias y pormenores, ágenos alguna
vez de la situación y aun del carácter mismo de sus escritos. Mas esta es preci-
samente la índole especial de las obras de Oviedo: apoderado de un hecho, ja-
mas perdona la ocasión de rodearlo de todas las circunstancias con que ha llegado
á su noticia: tratando de un personage, no olvidara tampoco el referir todos los
acontecimientos que sobre él ó su familia tiene recogidos: pintando una situación,
no omitirá el ilustrarla con numerosos ejemplos que no siempre son oportunos,
bien que muy pocas veces dejarán de ser curiosos y peregrinos.
Semejantes observaciones que nos ministra la lectura de las obras de Oviedo, ma-
nifiestan claramente cuál es el mérito principal de sus escritos. En ellos están
bosquejadas la grande época de su juventud y la no menos gloriosa para las armas
españolas de su edad madura; pero no con el pincel atrevido y vigoroso de quien
abraza de una sola mirada toda la extension y magnitud del portentoso cuadro
que tiene delante, sino con el detenimiento y esmerada tibieza de quien, por no
»nuestra vulgar castellana y en la francesa, flamen- tanto se señaló en el conocimiento de las humanida-
»ca y alemana, etc.» (Epíl. Real de Castilla, proh.) des , como discípulo de Pedro Mártir; distinguido y
De estas breves lincas se deduce sin violencia de preferido después por el príncipe don Juan, de cuya
ningún género que era el Alcaide de Santo Domin- educación clásica participó , según va advertido, y
go entendido en las expresadas lenguas, y particu- dedicado por último al estudio de las crónicas, es-
larmenle en la latina , lo cual se halla demoslra- crilas en su mayor parle en el idioma del Lacio, de-
do con usura en sus numerosas producciones. Sin jase de tener nociones de aquelia lengua , que se
embargo, un escritor contemporáneo suyo, que no había llegado á poner de moda en la corle de los
le era muy devoto, le acusa de presuntuoso y ar~ Reyes Católicos. Y si estas observaciones persua-
roganle, por figurarse «que sabia algo, cómo no su- den que no es lan fundada, como debiera, la poco
»píese qué cosa era latin, aunque pone algunas au- piadosa acusación de las Casas, no parece de mas
»loridades en aquella lengua, que preguntaba y pesóla circunstancia deque Oviedo anduviese siem-
»rogaba se las declarasen á algunos clérigos que pre importunando á los clérigos para que le traduje-
»passaban de camino por aquella ciudad de Sanio sen las autoridades que cila; porque nies posible que
»Domingo para otras partes». Y el mismo aulorase- tuviese conslantemcnle amano tales traductores, ha-
gura mas aderanle que el ejemplar de Plinio, de biendo escrito en tan diversos punios (cosa que pa-
que Oviedo se valia, no estaba en latín sino en tos- recio olvidar las Casas), ni es de creer que en su vi-
cano. (Hist. Gen. de Ind., lib. Hi, cap. 142.) da errante y agitada se valiese de terceros para re-
Pero esta acusación literaria , hecha por don fray coger dalos y noticias de. la multitud de obras que
Bartolomé de las Casas entre otras muchas, relali- cila en las suyas, siendo palpable que sabia qué co-
vas á las tiranías que achaca al Veedor de las fun- sa era latin, pues que leia, extractaba y citaba
diciones del oro, pierde toda su fuerza, al conside- oportunamente obras lalinas. A la verdad que la
rar la inoportunidad e-on que se formula ; siendo por ojeriza, mostrada por las Casas contra Oviedo, fué
otra parte increíble que un hombre educado primero esta vez mas lejos de lo que el mismo Obispo había
en la casa del joven duque de Villuhermosa , quien imaginado.
Lxxxiv VIDA Y rscr.fK S
alcanzar la sublime entonación del conjunto, se goza y entretiene en perfilar me-
nudamente todos los pormenores, juzgando acaso trasmitir de esta manera con
mayor fidelidad los objetos que se ofrecen á su vista. Asi Oviedo, aunque se llena
«le entusiasmo, »1 recordar los grandes sucesos que ha presenciado, aunque com-
prende instintivamente su importancia, rara vez se levanta á la esfera de las altas
consideraciones políticas, careciendo por tanto á sus ojos los hechos que exam'na
de aquella precisa trabazón y natural armonía, alma de la historia. Mas no le culpe^
mos hoy de lo que ni estaba en su mano alcanzar, ni alcanzó tampoco ningunode sus
coetáneos: cuando-florece Oviedo, si bien son ya en parte conocidos los grandes mo-
delos de la antigüedad clásica, no ha logrado todavía la imitación echar tan pro-
fundas raices, que pueda ser bastante á sacar los estudios históricos del círcuío
estrecho de las crónicas. Si un ingenio tan esclarecido, como el rey don Alonso
el Sabio, aspiró desde el siglo Xllf á levantar aquslkn estudios de la consi-
deración particular á la apreciación general de los hechos, empresa en que ni lo-
gró todo el fruto por él deseado, ni halló después afortunados imitadores; si du-
rante el reinado de don Juan 11 no faltaron escritores que, como Pablo de Santa
Maria y su hijo don Alonso de Cartagena, Rodrigo Sanchez de Arévalo, Alfonso
Martinez de Toledo, Fernán Perez de 6-uzman y otros no menos afamados, inten-
tasen generalizar las crónicas; no por eso podrá decirse que habia nacido entre5
nuestros mayores, cuando Oviedo recibe enseñanza, aquel espíritu verdaderamente
crítico, eme*guia en el siglo XYI la pluma de nuestros grandes pensadores. Co-
locado Oviedo entre los infatigables cronistas de Isabel y de Fernando y los doc-
tos historiadores de Carlos V y Felipe II, no se remonta,, como- Ocampo, Mora-
les, Caribay y Zurita, ala investigación filosófica délos hechos, procurando qui-
etarlos justamente y probarlos en la piedra de toque de la verdad : incapaz de
fallar á ella, admite como demostrados los sucesos que halla consignados en las
crónicas de los pasados siglos, y todo su afán y anhelo consisten en atesorar no-
ticias para esclarecer con nuevas autoridades los puntos y materias de que trata.
Fste respeto excesivo, de que se aparta sin embargo en las cosas por él conoci-
das personalmente, le lleva á menudo al extremo de seguir los incalificables er-
rores de las falsas crónicas respecto de los tiempos primitivos, yendo tan adelante
su candor *$ue se atreve á fundar sobre tan quebradizos cimientos opiniones pro-
pias , las cuales han de parar naturalmente en lo absurdo 3.
Pero aunque la crítica de nuestros días advierta y tilde en las obras del Alcaide
de Santo Domingo esa falta de miras generales y esa sobra de credulidad, achaque
harto común en su tiempo, no por esto se crea que son aquellas merecedoras del
desprecio ó del olvido. Nada hay mas curioso é importante respecto de las cos-
tumbres y träges de sus contemporáneos; nada mas vario, nada mas rico respecto
de la vida interior y aun de la vida pública de aquellos guerreros que, postrando
en Granada la media luna, domeñaron en Ñapóles el orgullo de Francia y asom-
3 Véase cnanto en la página L1X del presente caps. 2, 3 y 8 del lib. II. de la 1.a Parle de la Hist.
ensayo dejamos apunlado^respeelo á la posesión de Gen. y Nal. de Ind.
'as Indias por los.primitivos reyes de España, y los
DE GON. FER. DE OVIEDO. LXXX?
Liaron con el alíenlo de su pecho los ignorados coníines'del Nuevo Mundo. Bajo
este punto de vista (necesario es confesarlo) merecen las vigilias de Oviedo la mayor
consideración y alabanza : sus numerosos escritos presentan, acaso en calculado
desorden 4, toda clase de noticias y materiales, cuya utilidad es ya tiempo de qufr
sea reconocida por los estudiosos. En aquel vasto depósito y copioso arsenal ha-
Hará el anticuario preciosos datos para valorar los usos y costumbres de nues-
tros abuelos, y encontrará el artista seguro guia para evitar, respecto de los tra-
gos, armas, muebles y paramentos, los groseros anacronismos cen que afea
á menudo sus producciones: alü el historiador verá ilustrados los hechos dudosos y
aprenderá otros muchos no ponderados ú olvidados lastimosamente por los demás
historiadores, y comprenderá también el filósofo las relaciones que existen entre
las costumbres, las creencias y los sentimientos de aquella sociedad, pudiendo ex-
plicar (armado de esta antorcha) las bases que la constituyen y los resultados ma-
ravillosos de sus colosales empresas. Hé aqui cómo el estudio de las obras de
Gonzalo Fernandez de Oviedo, lejos de contrariar los grandes fines de la ciencia-
histórica, no puede ser mas fecundo ni importante para ella, principalmente cuando
se trata del felicísimo reinado de Isabel la Católica, y del no menos brillante de Car-
los V. Esta época, con tanta diligencia estudiada por los escritores extrangeros de
nuestros dias, y cuyos recuerdos no podrán menos de enaltecer en todo tiempo
los pechos españoles, habrá de recibir nueva luz de los escritos de Oviedo,
consagrados exclusivamente á su esclarecimiento.
Las obras debidas al Alcaide de Santo Domingo, tanto originales como tradu-
cidas, son, pues las siguientes :
Este libro de caballería, que tradujo después de la primera vuelta del Nuevo
Mundo, durante su retiro en la expresada villa, fué impreso (fol. got. á 2 col.
ii La relación de lo subçedido en la prisión del de Micer May está escrita con sollura y no carece do
rey Francisco se halla comprendida en los i 22 pri- elegancia, mereciendo por otra pártela estimación
meros folios del códice citado : desde el 223 co- de los eruditos, por la veracidad que toda ella
mienza otra relación distinta, la cual trata de la respira.
guerra y famoso sitio de Ñapóles de 1528 , abrazan- 13 El autor del diccionario de los Hijos ilustres
do desde el saco de Roma hasta la terminación de de Madrid, asienta que es esta producción de
aquellos memorables sucesos. Este discurso no Oviedo una «relación sumaria de su Historia de In-
puede en modo alguno atribuirse al primer ero- dias,» error que ha dado sin duda motivo á que el
nista de las Indias, quien en el folio 88 de la Re- distinguido escritor anglo-americano Mr. George
lacion de lo subçedido, etc., se expresaba en los si- Ticknor se adelante á decir que «en 1525, hallándo-
guientes términos: «Como la historia ha satisfecho se (Oviedo) en Toledo, ofreció á Carlos V un Suma-
»hasla la coronación de la Cesárea Magestad del Em- rio de la Historia de la Españolan (History ofSpa-
»perador é Rey , nuestro señor, queda agora de sa- nish Literature, lorn. 1, Period» II, cap. VI, Londres,
»tisracer á los otros subçcsos é cosas que en los 1849). Ni Oviedo comprendió en el Sumario, de que
»qualro años siguientes ocurrieron.... é porné una tratamos, la relación de los hechos militares y polí-
»relaçion que en Roma se escribió é se envió al se- ticos de la conquista, como en la Hislória general, ni
»reníssimo Duque de Calabria.... por el doctor Mi- menos se atuvo al territorio de la Isla Española, pún-
»cer May, embaxador por Su Magestad en la corte to que en 1525 no podia conocer lo bastante para es-
toniana y uno de los del Consejo de Aragon, per- cribir su historia, pues que solo habia estado de paso
wsona grave é digna de crédito. La dala de su carta en aquella comarca. Conocedor entonces de las cosas
ofué en Roma, I.» de octubre de 1532». La relación de la Tierra-Firme, se refiere principalmente a tea
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. LXXXIX
V. « Cathálogo Real de Castilla , y de todos los Reyes de las Españas é de Nápo-
»les y Secilia, é de los Reyes y señores de Jas casas de Francia, Austria, Holanda y
»Borgoña: de donde proceden los quatro abolorios de la Cesárea Mageslad del Em-
»perador don Carlos, nuestro señor: con relación de todos los Emperadores y Sunimos
»Pontífices que han subçedido desde Julio César, que fué el primero Emperador, y
»desdel Apóstol Sanct Pedro, que fué el primero Papa, hasta este año de Chripsto
»de MDXXXIIaños» (y 1535).
4.a «Cathálogo de los Reyes de Castilla y del antiquísimo origen del castillo de
»sus armas: de donde procedieron todos los Reyes de las Españas, copiladoporGon-
»zalo Fernandez de Oviedo y de Valdés, y dirigido á la Sacra, Cesárea, Real é Ca-
»thólica Magestad del Emperador de los chripstianos, nuestro Rey de las Españas: é
»del origen é subçesionde todos sus quatro abolorios, con relación de todos los Em-
»peradores y Summos Pontífices.»
2.a « Colupnas de las estirpes é casas reales de Castilla é de Leon é Aragon é
»Navarra, é Ñapóles é Portugal é de Borgoña é Flandes, é Holanda: é assi mismo la
»conseqüencia imperial desde Julio César hasta el Emperador, nuestro señor, don Cúr-
alos V de tal nombre; é concluirse há con los Summos Pontífices desde el glorioso
»Apóstol Sanct Pedro hasta el Papa Clemente VII que hoy vive, nuestro Sancto
»Padre.»
3.a «Sumaria relación del Cathálogo de los Reyes de Francia para traher á con-
»seqüencia las casas é Estados de Austria é de Borgoña é Flandes é Holanda é Habs-
»burgia, que de la dicha casa real de Francia descienden, que son los solares é abo-
»lorios paternos del Emperador don Carlos, nuestro señor.»
4.a «Epílogo imperial de los Césares desde Cayo Julio César, el primero dellos,
»hasta la Cesárea, Sacra é Cathólica Magestad del Emperador rey don Carlos V de
»tal nombre, nuestro señor.»
5.a «Sumaria relación del Cathálogo de los Summos Pontífices del glorioso trono
»é silla apostólica, dende el Apóstol Sanct Pedro, espejo y vicario primero en la
»Iglesia de Dios, é sus subçesores hasta nuestro muy Sancto Padre Clemente VII que
»al presente es Papa de toda la monarchia é religion chripsliana» n.
vastas provincias en cuanto se contiene en el referi- »hay desde el mar del norte á la mar austral que di-
do Sumario, empleando solo los siete primeros ca- »cen del sur,» es el que puede ofrecer algún inte-
pítulos en hacer una breve reseña tanto del asiento rés político. ¿Por qué hombres de tan señaladas
y moradores de Hayti, como de algunos de sus prendas y erudición incurren en tamaños errores?..
mantenimientos y aves, y destinando el octavo á Don Nicolás Antonio no hace mención de esta obra
dar una ligerísima idea de la isla de Cuba. Todo lo en el artículo de Oviedo (Vid. Bibliot. flisp. nova,
demás se refiere al estudio de la historia natural res- torn. I, págs. 554 y 55, Ed. de Madrid 1783).
pecto de la Tierra-Firme, y solo el capitulo que de- 14 El Catálogo Ural de Castilla termina con lus
dicad Veedor á hablar del «estrecho y camino que siguientes versos:
TOMO I. 12
XC VIDA Y ESCRITOS
Por la simple exposición de las divisiones del Catálogo Real, se notará fácil-
mente cuan grandees la importancia de este trabajo histórico, hallándose en él
plenamente confirmadas cuantas observaciones llevamos expuestas sobre el mérito
literario de Oviedo. La cronología que establece respecto de los primitivos reyes,
basada en la autoridad del Beroso, de fray Juan Annio de Viterbo y de los falsos
cronicones, es solo comparable á la seguida por el benedictino Argaiz en su Co-
rona Real de España por España, fundada en el crédito de los muertos n. El
Veedor de las fundiciones del oro que no acierta á rechazar las fábulas fraguadas
sobre tan oscuras edades, movido de su natural candor, señala la existencia de
veinte y cuatro reyes, descendientes de Jafet y de Tubal; y si bien no dejan de asal-
tarle en este punto arduas y racionales dudas, todas las desvanece el ejemplo
del dominicano, á quien seguía entonces y pensaba seguir para en adelante al pie
déla letra. Mas si dominado de este espíritu, incurre Oviedo en tan ciegos erro-
res, cuando trata de los tiempos primitivos; si al recorrer la historia romana,
manifiesta que no ha hecho un estudio profundo de los escritores griegos y lati-
nos que trataron de la Península ibérica, dirigiéndose principalmente á fijar la
cronología del Imperio, no sucede lo mismo cuando llega á la historia de la edad
media, período estudiado por él con mayor detenimiento que otro alguno de sus
coetáneos. Desde que se acerca á la conquista de Toledo, acontecimiento de alta
significación en los anales de la civilización española, parece que le anima ya es-
píritu distinto: Oviedo no había hecho sus estudios registrando los archivos, ni
sacando á plaza otros testimonios, coetáneos de los sucesos que refiere ; pero ha-
bía leido y examinado cuantas crónicas se escribieron en los siglos XIII, XIV y
XV, y cotejándolas entre sí y comparando sus narraciones y depurando los hechos
dudosos l6, logró establecer un método claro y sencillo en la exposición histórica,
enlazando la de Castilla con las de Aragon y Navarra, acaso con mas arte que el
diligente Garibay, quien pudo sin duda emplear mas abundantes medios en sus ta-
17 Debemos advertir aquí, para mayor ilustra- especie de don Nicolás Antonio , ponen entre ellas
cion, que Oviedo debió sin duda variar, después del un Memorial de algunas cosas de la Coránica de
año 1532, en que presentó en la corte la I." Parte del los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel y
Catálogo Real, el plan que, al concebirlo, habia tra- de la Coránica del Emperador don Carlos. Esto ha-
zado. En el prohemio de dicha 1.a Parle decia: «La ce el erudito Baena, y á esto se inclina el anglo-
»pressenle es dende el primer rey de España basta americano Ticknor, según queda apuntado en otro
»fin de la vida de don Johan II ; é la segunda ha de lugar de este bosquejo; pero el circunspecto don Nico-
»ser del hasta el pressente , y la última de las casas las Antonio, de qui n tomó el primero la noticia, no
»illustres y generosos varones que debaxo de vues- solamente comprendió el Catálogo y Memorial refe-
»tro señorío y servicio militaron». Se vé, pues, que ridos en un mismo párrafo de su Biblioteca, sino que
el primer pensamiento de Oviedo fué incluir en el manifestó la dudas que tenia respecto de este punto,
Catálogo Real las casas y hombres célebres de Cas diciendo después de poner el título del memorial:
tilla, pensamiento que realizó mas adelante en otra «Cujus initium est,ut suppetal unde cuín catalogo, si
obra , que habremos por tanto de considerar como wvenil ad manus, conferrepossis: Rcynando en Casti-
natural complemento del Catálogo. lia el rey don Enrique IV, etc.» (Bibliot. Nova,torn. I.
18 Si el examen del Catálogo Real no bastase à pág. 555). Tan legítima y racional dada de aquel
dejar probada esta observación , las frecuentes de- docto bibliólogo se convirtió después en una afirma-
claraciones de Oviedo sobre el plan de dicha obra y cion, que hoy rechaza Ja crítica, ilustrada ya con el
el recuerdo de que desde el año de 1505 se ocupaba, examen del mismo Catálogo. Lo que de lodo se de-
por mandado del Rey Católico, en recoger los datos duce es que de las obras de Oviedo se hubieron de
que utilizó en ella, serian suficientes á disipar toda sacar, á trozos, diferentes traslados, poniendo ca-
duda sobreesté punto. Y sin embargo, ya sea por- da copiante al que extractaba el título que mejor
que no se han reconocido estos datos, ya porque hubo de parecerle, lo cual veremos mas adelante
la segunda parle del Catálogo Real se ha considera- confirmado, al dar cuenta de las Batallas y Quinqua-
do como obra distinta, es lo cierto que los escrito- genas y de la Historia general y natural de Indias.
res que dan razón de las de Oviedo, lomando esta
XCII VIDA Y ESCRITOS
trae Oviedo sobre las rentas de los comendadores de las expresadas Ordenes, de
los cabildos y prelados, de los grandes y mayorazgos , y finalmente de los monas-
terios y conventos ; contribuyendo todos estos datos estadísticos á darnos la mas
cabal idea de aquella nobleza y clero, que tanta parte alcanzaban en la gober-
nación del Estado 49.
VI. « Libro de la Cámara Real del príncipe don Juan y officios de su casa é ser-
vicio ordinario» (1546 y 1548).
Traducida por Oviedo esta obra meramente ascética, y dada á luz por él mismo,
según queda ya anotado, movióle su desgraciado éxito á lanzar contra sus coetá-
19 El resultado lolal, que ofrecen los datos esta- del serenísimo príncipe don Juan, de gloriosa mo-
dislicos que en este lugar del Epílogo presentaOvic- moria, primogénito heredero délos muy altos é Ca.
do, es el siguiente: Rentas de la corona 2.250,000 tliólicos Reyes don Fernando y doña Isabel, hecho
ducados: rentas de los grandes 1.728,000 ducados; por Gonzalo Fernandez, de la cámara de Su Alte-
¡d. de mayorazgos 951,000 ducados; id. del clero za en 1547». 4." «Officios de la Casa Real de Casti-
superior secular 1.490,000 ducados; id. de los mo- lia , por el capitán Gonzalo Fernandez de Oviedo y
nasterios y conventos (no completos) de Leon y Cas- Valdés». 5.° «Tratado de la Cámara Real del prín-
tilla 960,000 ducados. La razón individual de estas cipe don Juan, los officios de su casa y servicio or-
rcntas no puede ser mas curiosa é interesante. dinario, compuesto por Gonzalo Fernandez de Ovie-
20 Muchas son las copias que hemos examinado do y Váidas , su mozo de cámara y llaves». Otras
del Libro de la Cámara Real del principe : solamente tantas copias hemos registrado en la Biblioteca pa-
en la Biblioteca Nacional se conservan cinco trasla- trimonial de S. M. , adviniéndose en ellas como en
dos con los siguientes títulos : 1.° «Gobierno y ofíi- las de la Nacional y las dos que se custodian en la
çios de la cassa del principe don Juan , hijo de los Real Academia de la Historia que los trasladadores
Reyes Cathólicos don Fernando y doña Isabel; por han variado á su placer el título que le puso Ovie-
Juan (Gonzalo) Fernandez de Oviedo, su mozo de do, no siendo mas fieles respecto del texto. El có-
cámara , 1548». 2." «Libro déla Cámara Real del dice original que dejamos citado, regalado áCár-
príncipe don Juan y officios de su casa y servicio los IV por don Antonio Pisón , según expresa Bae-
ordiuario, compuesto por Gonzalo Fernandez de na, forma un tomo en 4.°, marcado S. 2, est. G.,
Oviedo y Valdés». 3.° «Instrucción de la Casa Real plut. 6.
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XCUI
neos la acusación de que se pagabau estos de los libros perniciosos y mundanos
mas que de los útiles y religiosos; pero esta acusación no puede con justicia recaer
de lleno sobre una época en que se leian con avidez las obras de fray Luis de
Granada, y era escuchada con entusiasmo la inspirada voz del venerable fray Juan
de Avila, apóstol de Andalucía. Sin embargo, como no ha sido posible haber
á las manos ejemplar alguno de esta traducción de Oviedo, parece acertado el sus-
pender aqui todo juicio sobre ella.
Aunque el Alcaide de Santo Domingo no hubiese escrito mas que esta obra,
bastaría ella sola para conquistarle lugar señalado entre los primeros genealogis-
tas españoles. Trazadas en el Catálogo Beal las ascendencias del monarca, no
tuvo por terminada tan ardua tarca sin presentar igualmente cuantas noticias ha-
bía atesorado, durante su larga vida, sobre las casas ilustres de España y los
generosos varones que bajo los estandartes del César militaron. Tal fué el pensa-
miento que dio vida á las Batallas y Quinquagenas; pero Oviedo, para quien este
propósito era solo una ocasión de hacer gala de sus esquisilas investigaciones
históricas y de su no vulgar experiencia, pretendió emular los esfuerzos de los
esclarecidos autores de los Claros varones y las Generaciones y semblanzas, til-
dándoles de parcos ó mal contentadizos, por el corlo número de los personages
incluidos en sus obras 2I. La de Oviedo «está dividida, según observa el erudito
»Clemencin, en Batallas, Quinquagenas y diálogos entre el Alcaide, que es el
»autor, y un tal Sereno, que le pregunta de ordinario y da ocasión á que se re-
Ȓieran la historia, prosapia, armas , rentas y divisas de alguno de los persona-
»ges notables de España y á veces de toda una familia. Con este motivo, apenas
21 Oviedo decía, después de achacar á los tras- »los que memora y escribe son treynta y tres per-
ladadores ó trasquiladores de las minutas ú original »sonas é capítulos breves: por manera que ambos
de Hernando del Pulgar , lo siguiente: «Pero olvi- »tractados de essos auctores son sesenta, menos
»dur á muchos me paresce mayor delicto é incom- »uno ; y hasta aqui tenemos vos é yo ciento diez é
»porlable, é hacer un quademillo ó libro muy bre- »nueve y no avenios escripto la quarta parte de,
»ve, é llamarle de los Claros varones é no hablar »nuestros dias». Y después »nade : .«Por uno do los
»sino de veynle é siete personas , esto es lo que yo »que puso Pulgar, pudiera yo poner treynta... no-
»no sé disculpar ; y algunos de aquellos no c'aros ni »sotros pornemos mas de trescientos castellar'
»aun limpios de todo esto... E en esse mesmo error, »la muerte no me ataja». (Bat. y Quinq., Y. 5D,
»quanto al poco número, incurrió Hernán Perez de fol. i 13 vuelto.) Pero Oviedo perdía de vista respec-
»Guzman, señor de Batres , puesto que no dio título to de Hernando del Pulgar que no es lo mitmo cla-
»de Claros varones á su obra....; pero esta muestra ros que poderosos varones, y que aquel distinguido
»llamaba en su Adición el doctor Lorenço Galindez escritor aspiró a presentar únicamente beneméritos,
»de Carvajal Claros varones, y contados con el rey mientras él atendía también á la antigüedad y lim-
»don Henrique y la rcyna doña Calhalina, su mu- pieza de linage : Pulgar juzgaba como un critico:
»ger, é el infante don Fernando que ganó á Anlc- Oviedo escribía mas principalmente como un genea-
»quera y fué rey de Aragon y con el rey don Juan II logisla: debiendo también tenerse presente que los
Ȏ hasta parar en et condestable de Castilla , maes- reinados en que florece, fueron mas fecundo* en
»Ire de Sancliago don Alvaro de Luna; en todos grandes hombres que los anteriores.
XCIV VIDA Y ESCRITOS
»hay suceso pequeño ni grande del tiempo de los Reyes Católicos y de los años
»inmediatos de que no se haga mención, con tal multitud de relaciones parti -
»culares, anécdotas y noticias de todas clases, que es un verdadero tesoro pa-
»ra la historia de aquellos tiempos ; y como escrito por un testigo de vista tan
»fidedigno, adquiere mas derechos á la estimación y aprecio de los curiosos» ".
Tan clara idea de las Batallas y Quinquagenas, dada por aquel docto académico,
no ha sido parte á estorbar que distinguidos historiadores de nuestros dias for-
men sobre ellas equivocados juicios, confundiéndolas con las Quinquagenas es-
critas algunos años después, siendo en verdad notable que, aun procediendo equi-
vocadamente , casi todos hayan seguido á Glemencin, al quilatar el mérito de tan
importante obra 23.
Lástima es que no exista de ella ningun códice completo, lo cual hizo mani-
festar al autor del docto Elogio de lafíeina doña Isabel, que no habia apariencias
de que Oviedo la concluyese enteramente, conforme al plan que se habia propuesto,
22 Memorias de la Real Acad. de la Hist., to- escritor que solo hizo mérito de esta obra inciden tal -
mo VI, ilust. 10, págs. 123 y 24. mente, merece alguna censura , por haber caido en
23 Mr. W. Prescotl, respetable escritor anglo- semejante desliz, mas culpable nos parece Mr. Geor-
americano , que en su Historia del reinado de los ge Ticknor, quien tratando de propósito estas ma-
Reyes Católicos da algunas noticias de Oviedo y sus terias , escribe en su Historia de la literatura espa-
obras , y reconoce en las Batallas y Quinquagenas ñola, ya citada: «Xa otra obra notable de Oviedo
el mérito que realmente tienen, creyendo sin duda »(solo lleva examinada Ticknor la Hist. gen. de Ind. )
describir esta obra, inserta el título de las Quin- »fruto de su ancianidad, está consagrada á los afec-
quagenas de que hablaremos después, añadiendo »tuosos recuerdos de su pais nativo y de los hom-
para completar la idea de las Batallas la nota final »bres distinguidos que habia conocido en él. Intitú-
que pone el Alcaide de Santo Domingo en la ter- »lala Las Quinquagenas, y consiste en una série de
cera parte del códice autógrafo de dichas Quinqua- »diálogos en que con poco método y orden, da mi-
genas. Después añade : «Esta curiosísima obra está »nuciosas noticias de las principales familias que fi-
»escrita en forma de diálogos, en los cuales el in- »guraron en España en tiempo de los Reyes Cató-
»lerloculor principal es el mismo autor: contiene una »licos y Carlos V, mezcladas con anécdotas y es-
»noticia muy completa y ciertamente prolija de las »pecies que no sin cierta ostentación de vanidad
»principales personas de España, de su linage, ren- »propia pueden pasar por unas memorias de su lar-
»tas y armas, con un caudal inagotable de anécdo- »ga y atareada vida. Por el diálogo sobre el Carde-
tas de la vida privada». Y mas adelante prosigue: »nal Jimenez y por otros, parece que se ocupaba
«Ademas de los tres tomos en folio que existen en »en esta obra el año de 1545 ; pero la fecha que cita
»la Biblioteca Nacional de Madrid, de que se sacó »mas en estas conversaciones imaginarias, es la de
»la copia que tengo en mi poder, Clemencin, que »1550; y al fin de ellas declara terminantemente
»elogia con exageración esta obra, como propia pa- »que concluyó las Quinquagenas en 24 de mayo de
»ra ilustrar el reinado de Isabel, cuenta otros tres, »1556 , á lös 79 años de edad.» Oviedo no declara
»dos existentes en la biblioteca particular del rey y en las Batallas y Quinquagenas, obra de que habla
»uno en lade la Academia». A la-verdad que Pres- aquí Ticknor, semejante cosa: donde lo declara ter-
cott ha debido ser torpemente engañado por quien minantemente es en las Quinquagenas que tenían un
le remitió la copia que dice tener en su poder, para objeto distinto, como notaremos en su lugar corres-
incurrir en tales inexactitudes : de otra manera seria pondiente. Una de dos : ó estos apreciables escrito-
imposible el que diese razón de una obra, apropián- res han examinado las Batallas y Quinquagenas de
dole el título y atribuyéndole citas sacadas de otra. que intentan dar noticia, ó no : si lo primero ¿por
Si no creyésemos en su probada honradez y veraci- qué confundirlas tan lastimosamente con las Quin"
dad , todavía pudiera sospecharse que solo vio, y quagenas'í... Si lo segundo ¿por qué aventurarse á
muy de prisa, loque dejó Clemencin escrito, puesto dar razón de ellas?... Y dado este último caso ¿por
que este docto académico habló de ambas produccio- qué no siguieron á Clemencin, que hizo mención de
nes de Oviedo y copió el título y algunos fragmentos ambas producciones de Oviedo de una manera clara
délas Quinquagenas, sin atribuirlos á las Batallas y distinta?...
ni menos confundir ambas obras. Pero si Prescolt,
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XCV
atendiendo á la avanzada edad en que se hallaba 24. En la bibloteca Nacional se
conservan tres códices, señalados con las marcas Y 59, K 81 y K 150, de don-
de hemos tomado muchas de las noticias empleadas en este bosquejo, parecién-
donos indudable que con el examen comparativo de estos y de los dos manuscritos
de la biblioteca patrimonial de S. M. y el que se guarda en la Academia, habrá
de venirse en conocimiento de lo que realmente ha llegado á nuestros dias de las
Batallas y Quinquagenas25.
24 Los temores del entendido Clemencin pare- para que se guardasen en su archivo (tetera mo-
cen quedar justificados, cuando leemos en las Quin- numento.... scriniis complufensis Scholœ asetvanda
qvagenas : «Hánme aprovechado mucho para salir tradidit), y solo hemos encontrado algunos extrac-
»con este traclado ó Quinquagenas otras que escri- tos sacados , según te expresa , de la Historia de
»bí mas largamente, dialogando de la nobleza y ca- Oviedo, nombre que lleva también el Catálogo heal,
»sas principales de España, en que digo sus funda- según queda oportunamente advertido. Los extrac-
»dores é rentas é armase sus genealogías é sushis- tos indicados tratan del inquisidor Lucero y de lo
»torias é casos intervenidos á aquellos de quien alli que toca á los presos de Córdoba, y déla desembar-
»tracto (en quatro gruesos volúmines); y en cada cacion del rey don Carlos. Ni en los índices antiguos
»casa, de quien tracto, comienço por el señor della ni en los modernos , que se custodian en la Univer-
»que yo vi, y dialogando se traen á conseqüencia sidad de esta corte , á donde se trasladaron la libre-
»los ascendientes y descendientes. Obra en que yo ría y archivo del colegio de San Ildefonso, hay no-
»he gastado mucha parte de mis dias y noches y no ticia de que existiera el indicado Memorial, pare-
»he acabado por dos cosas : la una porque he te- ciéndonos que el error de don Nicolás Antonio, á
»nido esperança de yr á morir á España, para per- quien copió Baena, proviene de lo que fray Pedro
»fecionar algunos passos en lo moderno de aquellas de Quintanilla dice en su Archivo Complutense. Las
»cosas que se tractan en la 111.a Parte de las Quin- palabras de este laborioso franciscano son las si-
cuagenas dialogales : lo otro que me ha detenido es guientes : « Dejó (Oviedo) una relación ó memorial
»una promesa que hizo el coronista Florian Docam- »en nuestros archivos de la última gobernación del
»po, donde dice en su prohemio de la primera parte »siervo de Dios, etc.» (pág. 77, edic. de Palermo,
»de la Crónica de España... que tractará entre otras 1653). Perode este testimonio de Quintanilla no es
»cosas una relación de las parentelas é linages de posible deducir lógicamente que Oviedo escribió una
»España, etc.» (Quinq., 111.a Parte, Est. 22). No obra separada y distinta del diálogo sobre el cardenal
deja, pues, duda esta confesión de Oviedo de que, Cisneros, inserto en las Bctallasy Quinquagenas, ni
si en 1550 daba la última mano á las Batallas y menos que le dio el título citado por don Nicolás An-
Quinquagenas, el año de 1555 ó 56, en que escribía tonio y por Baena. Aun cuando el autor del Archetipo
la 111.a de las Quinquagenas no dialogales, tenia no aludiera con la expresión dejó en nuestres archivos
determinado retocar y aun añadir alguna parte de á la generalidad de los del reino, refiriéndose á los de
aquellas , siendo probable que no consiguiera termi- la orden de San Francisco á que el cardenal había
narlas , pues que pasó de esta vida á poco tiempo pertenecido, tampoco se podrá sacar en claro que
de su vuelta á España, muy ocupado por otra parte hablaba del colegio de San Ildefonso de Alcalá, por-
con la Historia general de Indias. que entonces se hubiera expresado en otros términos
25 El erudito don Nicolás Antonio, y con mayor mas particulares. No existiendo en el archivo del ex-
seguridad don José Alvarez Baena, atribuyen á tinguido colegio , ni constando de sus índices que
Oviedo una obra titulada: Memorial de la vida y ac- haya existido el Memorial de la vida y acciones del
ciones del cardenal don fray Francisco Ximenez de Cardenal, y siendo tan vaga la referencia de Quin-
Cisncros, asegurando ambos que se conservaba en tanilla , en que se apoyó don Nicolás Antonio , nos
el colegio de San Ildefonso de Alcalá. Don Nicolás inclinamos, pues, á creer que la relación ó memorial
Antonio manifestaba que de esta producción del Al- vista por aquel laborioso franciscano no es otra cosa
caide de Santo Domingo se habían aprovechado que el diálogo que dedica Oviedo á Cisneros en las
Alvar Gomez de Castro, en su historia latina de Cis- Batallas y Quinquagenas, donde atesora en efecto cu-
netos y el franciscano fray Pedro de Quintanilla en riosos datos sobre la gobernación de tan ilustre pre-
su Archetipo de virtudes, refiriéndose al Archivo lado, si no es ya la parte que en el Catálogo Real
Complutense que puso Quintanilla al final de su obra. consagra á dar cuenta de la regencia del mismo. No
Deseosos nosotros de apurar la verdad de estos dejaremos de advertir por último respecto de los diá-
esertos, hemos registrado cuantos papeles se con- logos de las Batallas, que trasladados con mucha fre-
tienen entre los documentos, de que se valió Alvar cuencia, sin expresar los nombres de los interlocuto-
Gomez de Castro y dejó al colegio de San Ildefonso, res , ha podido esto ser causa de que se tengan por
XCVI VIDA Y ESCRITOS
IX. «Tractado general de todas las armas é diferencias délias, é de los escudos
é diferencias que en ellos hay, é de la orden que se debe guardar en las dichas ar-
mas, para que sean ciertas no falsas, é de las colores é metales que hay en armería,
é de las reglas é circunstancias á este efeto convinientes » (1550 ó 51 ).
tratados distintos é independientes entre sí, como pa- ser considerado como la segunda parle del TVota-
rece en alguna de las copias que hemos consultado. do general de todas armas, porque no puede ser
2tí Decimos que puede el Libro de los linages mayor !a semejanza de la materia que uno y olro
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. XCVII
XI. «Las Quinquagenas de los generosos é illustres é no menos famosos reyes,
príncipes, duques, marqueses y condes é caballeros é personas notables de España:
que escribió el capitán Gonçalo Fernandez de Oviedo y Valdés, Alcayde de Sus Ma-
gestades de la fortaleça de la cibdad é puerto de Sánelo Domingo de la Isla Españo-
la , coronista de las Indias, islas ó Tierra-Firme del mar Océano, vecino é regidor
desta cibdad, é natural de la muy noble é leal villa de Madrid » ( 1555 y 1556).
contiene. Siendo el objeto de este el dar una idea «Assi como llaman tercia rima al estilo en que el
general del blason, sus diferencias y aplicacio- »Danlhe escribió su Comedia é Francisco Petrarca
nes, y concretándose aquel á referir los enlaces »sus Triumphos de 1res en 1res versos , puesto que
de las familias ilustres de España, apuntando al »aquellos son de arle mayor de once é doce síia-
par las armas que á cada cual correspondían , na- »bas, e" aquestos mios son de ¡irle cnniun é baxo de
tural parece por lanto que puedan formar estos dos »siele é de ocho sílabas ; pero el nombre se aplica
tratados parle de una sola obra. Nuestra observa- »aqui á la respondeneia segunda rima, como tengo
cion no pasa , sin embargo, de ser una conjetura »dicho; é los versos de los poelas alogados é los de
mas ó menos fundada. »aquellos que aquel eslilo siguen , los llaman tercia
27 Oviedo, que sin tener verdaderas dotes poé- »rima, como es notorio entre ta naseion italiana é
ticas, quiso también despuntar los aceros de su in- »en especial en la toscana lengua que es de las vul-
genio en el lenguaje de las musas, decia respecto »gares italianas la mejor». (Quinq , 1.a Parle, Est. 4.)
del estilo común y nuevo , empleado en sus versos: 28 Prohemio á la í." Quinquagena.
TOMO I.
XGVllI VIDA Y ESCRITOS
entrada a las proezas debidas á las ilustres matronas castellanas, bien puede ase-
gurarse que son las Quinquagenas dignas del mas alto aprecio, hallando en ellas
abundante motivo de estudio cmntos se consagren al de la historia de nuestro
suelo, ya civil, ya militar, ya religiosa, ora política, ora literaria.
Los códices originales de esta importante y curiosísima obra, escritos de mano
del mismo Oviedo, se custodian en la Biblioteca Nacional, signados con la mar-
ca Ff. 104, 105 y 106, siendo al parecer los mismos que poseía el duque de
Medina de las Torres, cuando don Nicolás Antonio compuso su Bibliolheca
Nova 29
XII. «Historia General y Natural da las Lilias, Islas y Tierra-Firme del mar
Océano» (1535 y 1557).
Llegamos á dar razón de la obra mas acariciada w por Oviedo durante su larga
vida y á la cual parecen agruparse todas las que produce su fecundo ingenio, sien-
do al propio tiempo el principal objeto de las presentes tareas. La Historia Ge-
neral , que no conocida del todo, ha bastado á colocar el nombre de su au-
tor entre los historiadores clásicos de Indias 3Í, ya que se ha logrado completar-
la, no solamente merece ía estimación de los doctos, por ser la primera que so-
bre el Nuevo Mundo se escribe, sino por haberse trazado y llevado á cabo en
medio de los mayores contratiempos y en aquellas mismas comarcas que hollaban
por vez primera plantas españolas. Bajo este punto de vista será difícil encontrar
en la repúbjica de las letras otra producción, que ofrezca mayor interés ni pre-
sente mas espontaneidad y frescura. Sorprendido Oviedo por el magnífico espec-
táculo de aquella poderosa y pintoresca naturaleza, todo excita su curiosidad,
todo despierta su entusiasmo, impulsándole á su contemplación y estudio. Si hu-
biera nacido poeta, habría cantado á la manera de Ercilla la belleza y templan-
za de aquel cielo, la casi fabulosa riqueza de aquellas elevadísimas montañas, el
curso magestuoso de aquellos anchurosos ríos, la furia de aquellos desatados tor-
rentes, la portentosa variedad de aquellos gigantescos árboles y peregrinas plan-
tas, la vistosa copia de aquellas aves ma tizadas de mil colóresela bravura de aque-
29 Después de poner el título, aunque no com- »escripto de la General y Natural historia de las
pleto délas Quinquagenas, decía: «Cujus exem- n indias, yslas y Tierra-Firme del mar Océano lo
»piar, ut videlur, autiquis conscriptum superioris »he dedicado á la Cesárea Real Magestad del Em-
»sceculi characteribus miníarioque opere dístinctum »peradorrey, nuestro señor, cuyas son. Digo las
»adservari lego in bibliotheca excellenlissimi, dum »1res parles, en que hay cinqüenta libros, que se
»in vivís esset, ducis Medinœ-Turrium , idque tri- »yrán imprimiendo en tanto que yo la quarta escri-
»bus voluminibus divisum (Bibl. Nova, torn. I, »bo , porque es historia corriente mas larga que mi
pag. 355). »vida» (Quinq. 1.a Parle, Proh.). No queda, pues,
31 Don Martin Fernandez Navarrete, Colección duda en que, ya celoso de su obligación como tal
de Viages españoles, lom. I, intr., pág. 75. cronista, ya inclinado naturalmente á estas inves-
30 Para prueba de esta observación bastará ad- tlgaciones, nunca apartó Oviedo la vista de la His-
verlir que terminadas en Í555 las 1res partes que toña de Indias, empresa en que, aun cargado de
han venido a nuestras manos, pensaba Oviedo aña- años, mostró el mismo tesón que en su virilidad ha-
dir una cuarta, para recoger todos los sucesos que bia desplegado.
iban llegando á sus oídos : «Todo lo que lengo yo
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. IC
líos animales que poblaban las selvas, y finalmente las agrestes y singulares cos-
tumbres de aquellos hombres, que tan admirable contraste presentaban con los
moradores de Europa. Pero Oviedo, á quien no concedió la Providencia ni el
mens divinior ni el os magna sonaturum, dotado de un talento de observación
comparable solo á su exquisita diligencia, si no prorumpe en ardorosos cantares,
se aplica á la investigación y detenido examen de cuantos objetos le rodean, y ya
siguiendo el ejemplo de Plinio, ya procediendo de propia autoridad, observa, com-
para y analiza toda clase de fenómenos, procurando comunicar á sus lectores la
mas completa idea de ellos. El Alcaide de Santo Domingo, que no podia someter
sus especulaciones á los principios de las ciencias naturales, porque aunen el es-
tado en que estas se encontraban en el siglo XVI, no le era dado alcanzar sus
misterios, si no logra establecer una clasificación severa de los árboles y plantas,
de las aves y animales, asi terrestres como marinos, de los metales y piedras
preciosas que atesoraba el suelo de América, atiende sin embargo ásu individual
descripción, señalando menudamente sus formas y perfiles, y apuntando al mis-
mo tiempo las virtudes medicinales de cada planta ó insecto, sin omitir tampo-
co en esta útil y nueva tarea las calidades nocivas de cuantos objetos menciona.
Y si este tributo paga el Veedor de las fundiciones á la naturaleza, rectifi-
cando á menudo los errores de los doctos u, no llaman menos su atención las cos-
tumbres de aquellos naturales. Ora revelando sus creencias religiosas y ciegas su-
persticiones, ora bosquejando sus ceremonias, matrimonios, duelos y funerales,
ya apoderándose de sus tradiciones trasmitidas de padres á hijos en sus bailes y
poesias, ya pintando sus juegos y diversiones públicas, pretende Oviedo darnos
á conocer aquellos pueblos, cuyos muebles, träges, joyas y armas inquiere y es-
tudia prolijamente, sin omitir la descripción de sus grangerias y mercados, ni me-
nos olvidarlas continuas y feroces guerras que entre sí mantenían, en las cuales
usaban de toda astucia y crueldad, mostrándose pintados de mil colores para cau-
sar mayor espanto á sus enemigos. Ni calla el primer cronista de las Indias las
groseras pasiones y abominables vicios de aquellos moradores, anhelando para ser
tenido por imparcial y verídico, poner de manifiesto las buenas prendas que en
ellos descubre, bien que se muestre á menudo condolido de que los aviesos
instintos de la barbarie llegaran á estinguir en sus corazones los generosos afec-
tos y dulzura que parecían ostentar en la infancia. Estudio tan oportuno y aun
necesario, cuando se iban á presentar frente á frente dos razas distintas, en di-
verso grado de cultura, abriendo naturalmente las puertas á la relación de la
conquista, prueba de una manera inequívoca que no desconocia Oviedo las prin-
cipales condiciones de una historia, destinada á patentizar á Europa cuanto en-
32 Véase el cap. IV del lib. XV de la 1.a par- de visla: Pedro Mártir, seguía las relaciones de los
te y otros varios pasages, en que rectifica las primeros conquistadores, que ni podían tener la
inexactitudes del docto latinista Pedro Mártir de experiencia de quien habia consumido su vida en
Angleria, cometidas en su libro De Orbe novo, res- las Indias , ni se habían dedicado de propósito al
pecto de las propiedades de las plantas y árbo- estudio de aquella rica y varia naluraleza, como lo
les que describe. Oviedo hablaba como testigo hizo el primer cronista.
C VIDA Y ESCRITOS
cerraba en su seno el Nuevo Mundo. Mas ya fuera porque procurase dar á su
lectura aquella diversidad, tantas veces por ól apetecida, ya porque la misma fa-
tiga é irregularidad con que recibía los datos, le impidiese someterlos á un plan
maduro é inalterable; es lo cierto que la crítica de nuestros dias, al par que
aprecia y agradece tan interesantes inquisiciones, echa de menos cierta cohe-
sion y armonía en la exposición de las costumbres de los indios, no hallando
mayor enlace en la narración de los descubrimientos y conquistas, que ni se re-
fieren siempre en orden cronológico, ni guardan entre sí la conveniente relación
para que pueda comprenderse sin dificultad su influencia recíproca.
Pero en cambio de esa vaguedad é incertidumbre del plan seguido por Oviedo,
lo cual es causa de que se detenga á veces demasiado al dar noticia de los suce-
sos, mientras pasa otras rápidamente por ellos, no puede menos de llamar la
atención el noble afán con que procura, en medio del cúmulo inmenso de infor-
maciones y diarios contradictorios que llegan á sus manos, inquirir la verdad de
los hechos, borrando una y mil veces de los libros ya terminados aquellas rela-
ciones que, por sospechosas ó apasionadas, no le inspiraban confianza ". Ni po-
dia suceder otra cosa en los primeros mammtos de la conquista, en que abulta-
ba la imaginación todos los hechos, y donde quiera fingia el deseo portentos y
maravillas, brindando á capitanes y soldados con una felicidad, que se trocaba con
frecuencia en amarga desventura.
Grande era por cierto la empresa de Oviedo, el cual no titubeaba en manifestar
que le «faltaría el tiempo é la pluma é las manos é la eloqüencia... para concluir
»una mar tan colmada de historias»; pero ni carecía de la perseverancia verdadera-
mente heroica que se habia menester, para llevarla á cabo, ni se hallaba tampo-
co desprovisto de aquellas dotes que recomiendan los historiadores á la estima-
ción de los doctos. Doliéndose de que la ciega codicia de los españoles los arras-
trara á una perdición segura, reprueba la insensatez de los capitanes que sin pe-
ricia ni conocimiento alguno de los paises, á donde conducían sus soldados, entra-
ban en porfiada lucha con la misma naturaleza, acabando su miserable vida en
medio de la insurrección, y dejando entregados á la desesperación mas horrible
33 Sobre este punió escribía el Alcaide de San- »caneen mas claridad en la bisloria que entre ma-
lo Domingo: «Una de las cosas que á mi me »nos tengo ; pues se me vienen á ellos avisos é inte-
» lian dado mas fatiga, buscando informaciones é »licencias para polir é perfecionar algunos passos
»inquiriendo otras materias, no ha seydo tanta la »notables que atrás quedan escriplos, segund fuy
»que siento en escribirlas todas de mi mano, aun- »informado é* que hasta aquí no eran bien entendi-
»que passan de 1res mili pliegos de papel los que he »dos en partes, por haber seydo no perfetos ni aten-
«borrado y emendado y rcescripto una é dos ¿ »los considerantes los que me dieron noticia dellos...
»mas veces, quando me han fatigado algunos torpes »Y como solo Dios es el que sabe y puede entender
»y otros groseros y otros apasionados y otros ver- »á todos, yo como hombre podría ser engañado ó
»daderos, entre los quales diversos relatores he »no tan al proprio informado como conviene ; pero
»andado midiendo é averiguando é atendiendo al »oyendo á muchos , voy conociendo en parte algu-
»verdadero discurso que sigo en las cosas donde »nos errores, é assi voy é yré emendando donde
»soy ausente é constreñido á creer á otros ó á qui- »convenga mejor distinguir lo que estuviere dubdo-
»tarles el crédito por mi estimativa» (Hist. Gen., »s0 ¿desviado de lo derecho». Lo mismo declara
11/ Parle, lib. XIII, cap. 3). En el siguiente libro, en otras muehaspartes, ponderando las dificulta
eap.^ 54, anadia: «En verdad paresçe que Nuestro des é inconvenientes con que luchaba para llevar á
»Señor permite que mis ojos no se cierren é que al- cabo tan ardua empresa.
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. CI
á los que, engañados de sus palabras, osaban seguirlos. Indignado contra los que,
sembrando la cizaña entre los españoles, atendían únicamente á su logro, mien-
tras ensangrentaban con bandos y motines el suelo donde apenas habían asentado
su dominio, señala la presencia de los legislas y doctores como una de las mavores
plagas y calamidades del Nuevo Mundo; condenando al propio tiempo la soltura de
aquellos clérigos y religiosos que, olvidados sus volos de castidad y pobreza, es-
candalizaban con sus vicios y excitaban con su mal ejemplo la codicia y torpeza
de la muchedumbre. Animado de un celo verdaderamente evangélico, afea y re-
prende la dureza de los que maltratábanlos indios, truena contra la crueldad de
los que por aumentar sus haciendas los fatigaban y consumían, y acusa enérgica-
mente á los que, faltando á la piedad cristiana é injuriando la humanidad, hacían
ostentación de tiranos, ensañándose alevosamente en los indefensos v rendidos.
Oviedo, que no podía ser indiferente al entusiasmo que despertaban en los espa-
ñoles las colosales empresas llevadas diariamente á cabo por un puñado de héroes;
que, aun siendo testigo de tantas proezas, se mostraba no pocas veces sorpren-
dido á vista de aquel indomable esfuerzo ; y que veia en todas partes el dedo de la
Providencia, guiando los estandartes de la cruz, atribuye á justo castigo del
cielo los desastres que sobrevienen á los capitanes que llevaban delante de sus
banderas el exterminio, y aun admitido el derecho de conquista, vé cumplida la
ley de la expiación en cuantos, abusando de las armas, las manchaban por lujo ó
las movían por repugnante fiereza.
Tales son los principios á que se ajusta el primer cronista de las Indias en la
Historia general que examinamos. Pero ni la severidad de sus juicios, ni la digni-
dad de que á menudo se reviste, anhelando apartar de la conquista del Nuevo
Mundo los pocos borrones con que osó manchar la codicia aquellas brillantes pági-
nas de gloria, fueron bastantes á libertarle de las acusaciones de otro historiador
coetáneo, cuya manera de enjuiciar conocen ya los lectores. Don fray Bartolomé
de las Casas, varón digno por otra parte de respeto, que movido de santo y cris-
tiano celo se había constituido en procurador de las Indias, no solamente le con-
funde entre los que oprimían y asolaban aquellas comarcas, sino que apurando el
diccionario de las injurias, le prodiga los títulos de «infamador, temerario, falso,
»embaydor, inhumano, hipócrita, ladrón, malvado., blasfemo y mentiroso», de-
clarando su Historia general como sospechosa, y llegando al extremo de asegurar
que solo habia «escrito fuera de aquello del Darien, por relación de marineros ó
»desoladores». Mas no advertía que aun en la historia de Castilla del Oro por él
aprobada, deponía la verdad de los hechos contra tan airada censura34. Oviedo es-
cribía como historiador, no como panegirista; y al bosquejar las costumbres de los
indios, al mencionar sus sacrificios y ceremonias, al tratar de sus vicios y virtu-
des, ni le aconsejó su imparcialidad que los absolviese de la nota de antropófagos,
3 i Respecto de los sucesos del Dañen, bastará el primer cronista de las Indias, pueden consultarse
recordar solamente cuanto enla 11.' y III.' Parte de los capítulos 23, Ui, 142, 143, 144, 145 y 159 del
este bosquejo llevamos notado: respecto de las libro III de la Historia de indias, escrita por el mis-
acusaciones que lanza el Obispo de Chiapa contra mo las Casas.
Gil VIDA Y ESCRITOS
ni creyó justo ocultar sus sangrientas idolatrías, ni le pareció tampoco digno el
disculparlos del vergonzoso crimen de sodomía por ellos cometido. Pero si con-
signó en su historia lodos estos hechos, no por eso dejó de apiadarse de aquellos
hombres, que desposeídos de la luz del Evangelio, habian yacido hasta entonces
ea tan profunda oscuridad, aspirando á sacarlos de la barbarie que asi los reba-
jaba v envilecía. El obispo de Ciudad Real de Ghiapa no escribía como historia-
dor: dominado de un pensamiento noble y humanitario, bien que exagerando su
aplicación de una manera inusitada, solo tenia por norte de sus escritos la alaban-
za délos indios, á quienes ansiaba sacar de la servidumbre, mirando por tanto
con honda ojeriza cuanto se oponia á su proyecto 35.
Mas no era solo esto loque le exaltaba respecto del Alcaide de Santo Domingo:
en 1519 se habian encontrado frente a frente el sacerdote y el soldado en el Real
Consejo de Indias: el sacerdote pasó después á América para realizar el nuevo plan
de conquista por él ideado, teniéndola desgracia de llevar al matadero aquellos hu-
mildes labradores, entre quienes pensaba repartir las cincuenta cruces rojas otor-
gadas por el Consejo. El soldado que habia predicho aquella catástrofe, escribió des-
pués la historia de tan desventurada expedición, tratando tal vez con excesiva dure-
za al licenciado, que acogiéndose al retiro del claustro, procuró ponerse á cubierto
de la indignación que habia levantado su crédula inexperiencia. Oviedo, que en
1555 tenia ya conocimiento de que el dominico las Casas escribía también sobre la
historia de América, mientras le motejaba ásperamente por haber tomado oficio que
no sabia, le invitaba á que diese á luz sus trabajos, de esta manera: «Dicen que
»el (las Casas) escribe por su passatiempo en estas cosas de Indias y en la calidad
»de los indios y de los chripstianos que por estas partes andan y viven; y serin
»bien que en su tiempo se mostrasse, porque los que son testigos de vista lo apro-
»bassen ó respondiessen por sí. Dios le dé su gracia para que muy bien lo ha-
»ga, etc.» 36. Algunos años adelante abandonaba las Casas la clausura y volvia á
la corte con determinación de reducir á práctica su proyecto: el Alcaide de San-
35 Las Casas va lan lejos en esle empeño, que llega el Obispo en este género de disculpas: veamos,
no litubeaen atribuir con creces á los españoles los no obstante, como al rechazar las declaraciones he-
vicios que Oviedo y todos los historiadores primiti- chas por Oviedo, respecto á las preocupaciones y
vos del Nuevo Mundo señalan en los indios. Hablando vicios de los indios, deja caer sobre los españoles
de sus mentiras decia: «Y cerca desto, como también la injuriosa sospecha de que tuviesen participación
»tienen experiencia de infinitas mentiras de los es- en ellos : « Si le decían (los que en virtud de cédu-
pañoles y que nunca les han guardado fé que les »la real daban relaciones al Alcaide) que eran (los
»prometan ni verdad , hay dichos de Indios dignos »indios) idólatras y sacrificaban diez hombres,
»de considerar. Preguntando españoles á indios, y »añidia que eran diez mil, é imponiéndoles abomi-
»no una vez acaesció, sino mas, si eran chripstia-' »nables vicios que ellos (los que informaban á Ovie-
»nos, respondió el indio: Si, señor: yo ya soy po- »do) no podían saber sino siendo participantes ó
»quito chripstiano (dixo él), porque ya saber yo »cómplices en ellos, etc.» (cap. 141). El Obispo ol-
»un poquito mentir: otro dia saber yo mucho vidó que existían mil medios, mas honestos por
»mentir y seré yo mucho chripstiano». Esto, sobre cierto, para averiguar tan reprensibles torpezas, sin
ser altamente ofensivo y contrario al carácter nacio- que hubiese nunca necesidad de acudir á semejantes
nal , pone solamente de manifiesto el punto á que argumentos.
conduce la exageración de una idea, aun siendo lan 36 Hist. Gen. y Nat. de Ind., I." Parte, lib. XIX,
plausible como la que invocaba las Casas (cap. 144). cap. 5, ed. de Sevilla.
La pluma se resiste á descubrir hasta el exlremo que
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. CHI
to Domingo, que escribía á la sazón la segunda parte de su historia, fué invitado
por el obispo don Rodrigo de Bastidas, á solicitud del ya electo de Chiapa, para
que modificase la relación q:e habia hecho de lo ocurrido á este en Cumaná con
sus pardos milites; pero desdeñando Oviedo dar satisfacción semejante, manifestó
al obispo Bastidas que debia don fray Bartolomé sacar á luz su historia, pues que
estaban en parte donde se podría fácilmente probar la verdad de todo 37. El Obis-
po las Casas no solamente esquivó el salir á la liza que Oviedo le ofrecía, sino que
habiendo fallecido nueve años despues que el Alcaide, en cuyo tiempo hubo de
escribir el libro III de su historia, dispuso que no se diesejesta á la estampa sino
mucho tiempo después de su muerte.
No era por tanto el único motivo que agitaba contra Oviedo la pluma de las (la-
sas el celo evangélico que le impulsaba á solicitar la libertad de los indios, aun
á costa de lanzar la esclavitud contra los negros del África, tan dignos por cier-
to de excitar la caridad cristiana como los moradores de América w. Ni podia
tampoco ser esta la causa de su destemplada agrura, cuando el Veedor de las
fundiciones del oro, si no acudia como religioso á la enseñanza y doctrina de los
indios, se habia empeñado, como cristiano, en su defensa hasta el punto que lle-
vamos en otro lugar referido. Las Casas se dejaba, ya en su vejez, arrastrar del
enojo que abrigó desde su juventud contra el primer cronista de las Indias, sin
considerar que aquella misma piedad y dulzura que tanto recomendaba á los cris-
tianos, debian moderar su lenguaje para darle la autoridad que ambicionaba. Pero
si duras parecen bajo este puuto de vista las calificaciones con que designa á Ovie-
do y su historia, mas notable es todavía el considerar el poco fundamento con
que procede: todas las relaciones, todas lascarías, todas las historias que han lle-
gado á nuestra edad del tiempo de la conquista, todos los monumentos pertene-
cientes álos antiguos americanos que estudia hoy y explica la ciencia arqueológi-
ca, dan razón de sus costumbres y preocupaciones, confirmando de una manera
irrefragable las observaciones de Oviedo, quien apelaba también al testimonio de
los monumentos para apoyar su relación, buscando en la historia de la gentilidad
disculpa á tan lastimosos errores 39. Por qué, pues, tanta destemplanza en perso-
37 Ib., 11.a Parte, lib. XIV, cap. 54. »milia» (cap. 141). Por manera que el Obispo de
38 Hé aquí el lamentable fruto de la exagera- Chiapa, que se apoyaba en el Evangelio para Im-
ción de un sentimiento altamente noble y generoso. petrar y defender la libertad délos indios, daba
Las Casas, para quien la servidumbre de los indios por bien empleada la esclavitud en otros hombres,
era un crimen , no reparaba en que los negros de como si el Salvador del mundo no hubiese expirado
África eran tan hombres como los americanos, y en la cruz por todas sus criaturas.
pedia para ellos la esclavitud, como único medio de 39 Para prueba de las irrefragables que Oviedo
salvar á sus protegidos. Tan familiar llegó á ser en tenia de los vicios contra natura de los indios,
él esta idea, que la hizo triunfar al cabo , no con- bastará eilar aqui lo que él mismo refiere acerca fie
tentándose con admitir la esclavitud de los negros, los abominables simulacros de aquel nefando acto
sino reconociendo también la de los sarracenos que traían pendientes del cuello , asi hombres como
aprisionados en las guerras. Hablando de los indios mugeres: «Yo vi uno de estos joyeles del diablo,
que tenia Oviedo encomendados en la Tierra-Firme, »que pesaba veynte pesos de oro, hueco, vaciado
dice: «Aquellos esclavos no eran cierto los que he- »é bien labrado , que se ovo en el puerto de Sanc-
»redó de sus padres, ni los prendió en la batalla de »la María en la costa de Tierra-Firme año de mili
»los moros de Berbería , ni eran negros, porque »équinientos é catorce, quando allí tocó el armada
»entonces ningún negro traer á estas Indias se per- »quel Rey Cathólico envió con Pedralias Dávila, su
CIV YJDA Y ESCRITOS
na tan calificada, tratándose de la averiguación y probanza de semejantes he-
chos?.. Tan frágil y deleznable es el barro que vestimos que no puede resistir al
soplo de la contradicción, sin que lo quiebre el golpe de la ira.
Oviedo, que en todas partes protesta decir verdad, parecía ya en 1535 adivinar
la enemislad que se le preparaba, cuando al hablar de las falsas historias decia:
«Líbreme Dios de tamaño delicto (de la mentira), y encamine mi pluma á que
»con verdad, ya que el buen estilo me falte, siempre diga y escriba lo que sea
»conforme á ella y al servicio y alabança de la misma verdad, que es Dios ,
»nunca me desacordando de la propriedad y costumbre que tiene la corra para
»passar el helo: la qual..., quando quiere passar los rios ó lagunas heladas, ja-
»más lo hace sino quando va ó viene al pasto. É porque es animal de muy sótil
»oyr, antes que passe, pone la oreja sobre el hielo, y de aquella manera arbitra
»qué tan gordo está , y si es suficiente para sostenerla á cuestas, y passa sin pe-
»ligro. Pues desta manera sé que no se hundirán mis tractados, porque passan
»por la puente de la verdad, ques tan recia y poderosa que sostenía y perpetuará
»mis vigilias, que son en alabança del Hacedor... Yo no escribo por passar estos
»hielos de los murmuradores sin causa, sino porque voy al pasto de la obediencia
»é voluntad que tengo de servir á Dios en ello y á mi rey, por cuyo mandado me
»ocupo en esto; y de aqui arbitro y entiendo que puedo passar seguro y sin calumnia
»quanto á la medula y fructo de escrebir lo cierto» 40. Hasta aqui Oviedo. Mas
no se crea por esto que la Historia General carece de inexactitudes y errores,
hijos unas de la vaguedad misma de las relaciones que, no los marineros, como
en desprecio de su autor dice las Gasas, sino los adelantados y gobernadores le
remilian , y causados otros por el extraordinario entusiasmo que despertaban en los
españoles los fenómenos que diariamente se ofrecian á su vista. En cuanto no se
ocultó á la del Alcaide de Santo Domingo, necesario es confesar que resaltan en
su narración tanta naturalidad y sencillez, tanto candor y frescura, que no es po-
sible dudar de la exactitud de lo que entonces niega ó afirma.
Háse hablado generalmente de su estilo y lenguaje, tildándole de bajo y ras-
trero; y aunque no es Oviedo uno de aquellos escritores que empeñados en le-
vantar la lengua castellana á la elevación con que aparece en las obras de fray
Luis de Granada , Fernán Perez de Oliva, Ambrosio de Morales, Juan de Ávila y
»capitán general, á Castilla del Oro : é como se »menlo de palabras, le da por guia á Dios , á quien
»Iruxo á monlon el oro que alli se tomó é lo lleva- »pide que le favorezca, nunca desacordándose que el
ron después á fundir ante mí, como oficial real »Santo Job dice: Mientras tura mi aliento en mí y el
»veedor, lo quebré con un martillo é lo machaqué »espíritu de Dios en mis narices no hablarán mis la-
»por mis manos sobre un las ó yunque, en la casa »bios maldad, ni mi lengua pensará la mentira».
»de la fundición en la cibdad del Darien» (Hist. Gen. (Proh. del üb. VI de la 1.a Parle.) Tan firme era en
y Nat. de Ind., 1.a Parle, Hb. V, cap. 3). Véase, esta parte su honradez que exclama, al narrar las
pues, cómo no habia necesidad de participación ni sangrientas enemistades de Almagro y Pizarro:
complicidad alguna para saber semejantes aber- «Solamente quiero acordar al lelor que he septenla
raciones, confirmadas por desgracia en otros mil »años é que todo el dinero que ambos adelantados
monumentos. Movieron no bastaría á hacerme escrebir mentira (si
40 Proh. del lib. XVIII de la I.' Parte de la Hist. »yo sé que lo es) ni á dexar deponer aqui la verdad
Gen. y Nat. de Ind.—Oviedo repite en otras muchas »(si no la ignoro). (Proh. del lib. IX de la III.3 Parle.)
partes que fallando « á su pluma la gracia y orna-
DE GONZ. FERN. DÉ OVEDO. CV
tantos otros como ilustran con sus nombres el siglo XVI, lodavia debe advertirse
que merece el aprecio de la crítica, por la soltura y pintoresca variedad de su
frase, que sabe á menudo salpicar de lumbres y matices, bien que ese mismo
empeño le conduzca involuntariamente al defecto contrario á la sencillez y exce-
siva llaneza, de que se le acusa. La pedantería que afea alguna vez el estilo de
Oviedo , no proviene sin embargo de afectación en su lenguaje : cuando se deja
llevar de aquel irresistible deseo que asalta á casi todos sus coetáneos , preten-
diendo ostentar una erudición no sazonada, entonces altera de pronto el aspecto
de la frase , é intentando levantarla, llega al extremo de tropezar en la hinchazón
y oscuridad que tan lejanas aparecen siempre de la claridad y lisura con que ex-
pone los hechos. Pero si pudiera tal vez presentarse algún ejemplo que acre-
ditara, mas que el mal gusto de Oviedo, la inexperiencia y poca sobriedad de
su erudición, menor trabajo seria necesario emplear para señalar multitud de
pasages, en que no solamente se muestra correcto y esmerado, sino que raya
también en los límites de la verdadera elocuencia. Oviedo, aunque mas instruido
que el común de los escritores populares de su tiempo, no puede en modo alguno
clasificarse entre los eruditos que le echaban en cara el no haber compuesto la
Historia general de Indias en la lengua de Horacio y de Virgilio 40. Escribía para
ser entendido de todos; narraba las glorias de su nación; sabia que era tenida la
castellana por la mejor de todas las lenguas vulgares il, y no quiso privar á los es-
pañoles del conocimiento de las inauditas proezas á que sus compatriotas daban
cima en el distante suelo del Nuevo Mundo.
Llegamos, pues, al termino de nuestra tarea : destinadas las cuatro parles
precedentes á bosquejar la vida del primer cronista délas Indias, hemos pro-
curado presentarle cual en la historia aparece ; luchando siempre con nuevos
infortunios, y condenado siempre á llevar una existencia errante y laboriosa.
Acaso será difícil encontrar en la república de las letras quien, en medio de tan-
tos sinsabores y dolorosas vicisitudes, haya consagrado mas largas vigilias al estu-
dio: testimonio irrecusable de esta verdad son las obras que sumariamente de-
jamos examinadas. Su importancia histórica, superior sin duda á la literaria, no
solamente las recomienda á la estimación de los hombres entendidos, sino que es-
tá exigiendo el que se pongan en manos de todos, pues que lodos hallarán en
ellas utilidad y enseñanza. No se obtendrá poca de la publicación de la ílisloria
general de Indias. Fruto de sesenta y cinco años de observaciones , encierra
40 El Alcaide de Santo Domingo dedica el ca- »escribió á los hebreos, porque mejor fuesse dellos
pítulo 30 del lib. XII, último de la Hist. Gen., á res- »entendido; y en fin esta es regla universal: que to-
ponder á ios que, preciados de doctos, le tildaban de »dos los escriplores caldeos, hebreos, griegos y
no haberla escrito en latin. Oviedo les decia que »latinos en aquella lengua escribieron en que mas
debieran acordarse «que Moysen y David y los otros »pensaron ser entendidos y en que mas aprovecha-
»escriplores y sánelos proplielas que escribieron la »ron á sus proprios naturales». El buen sentido de
»vieja y sánela Scriptum, en su propria lengua es- Oviedo triunfó por fortuna de la pedanleria de los
»cribieron, y Sanct Malheo en su lenguage hebreo seudo-lalinos de su tiempo.
»su sánelo Evangelio y el bienaventurado Sanel Pa- 41 El primer cronista de Indias decia , con cier-
»blo escribió en su lengua malerna la Epístola que ta vanagloria, dando razón de su estilo y longtja-
TOMO I. u
CVI VIDA Y ESCRITOS
multitud de noticias y hechos, ó enteramente desconocidos, ó no muy generali-
zados aun entre los eruditos, cuyo conocimiento vendrá á ilustrar por tanto los
estudios históricos, á que parecen inclinarse los mas distinguidos escritores de
nuestros dias. No le auguramos sin embargo el extraordinario éxito que en 1555
obtuvo la primera parte, traducida á tantos idiomas como el mismo Oviedo nos
refiere 42, inserta en parte por el sabio geógrafo Juan Bautista Ramusio (con
quien mantuvo su autor larga correspondencia) en el tomo III de sus Navegacio-
nes, y extractada por los mas sabios médicos de Italia, para enriquecer las biblio-
tecas de los escritores señalados en tan útil como benéfica ciencia 43. Han pasado
ya tres siglos, durante los cuales se han hecho muchas y muy profundas investi-
gaciones sobre las cosas de América, imponiéndose al mismo tiempo á los que se
consagran al cultivo de la historia mas estrechas condiciones, y aspirando esta
dificilísima ciencia á mas elevados fines ; pero aunque la Historia general y natural
de Indias no satisfaga hoy todas las exigencias de la crítica, siempre presentará á
nuestra vista el maravilloso efecto que en nuestros abuelos produjo el espectácu-
lo de un Nuevo Mundo, y descubrirá á los extraños mil ignorados tesoros u.
je : «Si algunos vocablos extraños é bárbaros aquí la medicina española, don Anastasio Chinchilla
»se hallaren, la causa es la novedad de que se en sus Anales históricos de ¡a medicina y don Jo-
»tracta ; y no se pongan á la cuenta de mi roman- sé Gutierrez de la Vega en su Historia de la sífi-
ice: que en Madrid nasçi yen la casa realmeedu- lis , que precede á la edición española del Tra-
»qué, y con gente noble he conversado, y algo he tado completo de las enfermedades venéreas de Mr.
»leydo, para que se sospeche que avré entendido Fabre (Madrid, iB'áO). Todos estos escritores toman
»mi lengua castellana, la qual de las vulgares se en cuenta el testimonio de Oviedo, dándole el va-
»tienepor la mejor de todas » (Proh. del lib. I de la lor que realmente tiene; mas no lo hizo asi un autor
1.a Parte de la Hist. gen. y nat. de Ind.). español del pasado siglo, don Anlonio Sanchez Val-
42 La traducción que mas boga ha alcanzado en verde, quien en su América vindicada de haber sido
la república literaria, y que ha llegado á nuestras madre del mal venéreo (Madrid, 1785) se apartó do
manos , es la francesa , dada á luz en 1556 con este esta opinion general, llegando al extremo de mo-
titulo: «Histoire naturelle et general des Indes, is- tejar á Oviedo con los títulos de inventor de cuentos
oles et terres fermes de la grande mer Occane , tra- y buboso cirujano, y pensando humillarle con el de
»duite du castillan en francés par Jean Poleur. Pa- mozo de cámara del príncipe don Juan, cosa de
wns, 1556, par Michel Vascosan». Don Nicolás An- que él tanto se pagaba. Los apodos de Valverde,
tonio cita esta traducción , fijando su publicación en que han dado acaso origen á la calumnia, de que
cl año de 1535. hicimos mención en la nota 1.a de esla V.a parle,
43 La importancia que los mas distinguidos mé- solo prueban que carecía de razones, lo cual han
dicos dieron desde la aparición de Ja 1.a Parle de la demostrado después hasta la evidencíalos escritores
Historia general de Indias á Jos capítulos en que arriba mencionados. La circunstancia de haber cir-
Oviedo trataba de las virtudes medicinales del gua- culado los extractos referidos, sin referirse su proce-
yacan y palo sanio, insertándolos en las mas selec- dencia, ha contribuido sin duda á que sean tenidos
tas colecciones de Scriptores de morbo gálico , ha por tratados distintos, cuando en suma solo forman
sido causa de que el nombre del primer cronista de los capítulos 2 y 3 del libro X y el i7 del libro XVI
ludias ocupe también en la Historia de la medi- de la 1.a Parte de la Historia general y natural de
cina un puesto distinguido. Muchos son los escrito- Indias.
res exlrangeros que al dar noticia del origen y de- 44 Algunos de los tratados correspondientes á
sarrollo de las enfermedades venéreas, presentan el la 11.a y 111.a parle de la Historia general son ya
testimonio de Oviedo, como autoridad bastante para conocidos en la república de las letras. Don Nicolás
resolver la enmarañada cuestión de si existían en Antonio hace relación de la Historia del estrecho de
el antiguo continente desde tiempos remolos, ó se Magallanes, que dice haberse dado á luz en 15112,
propagaron á Europa con el descubrimiento del bien que no se publicó hasta 1557, pues que no
Nuevo Mundo. Entre los nacionales han tratado es olra cosa que el libro I de la lLn Parle, vigé-
en nuestros dias esta cuestión don Antonio Her- simo de la Historia general, en otro lugar ci-
nandez Worejon en su Historia bibliográfica de Tambien menciona esté <;oc!o bibliólogo on
DE GONZ. FERN. DE OVIEDO. CVII
libro de la Navegación del rio Marañon, inserto por das de dicha Historia . añadiendo el siguiente tí-
Ramusio en el tomo III Navigationum, y los dos tra- tulo de otra producción , no mas diferente de aque-
tados ya referidos del Palo del guayacan y palo san- lla que las ya citadas: Historia de las cosas sucedi-
to. Pero si este erudito escritor manifestó que eran das en su tiempo en las Indias. ¿Qué otra cosa era
estos opúsculos, en su concepto, fragmentos de pues, la Historia general, de que da Baena noticia
la Historia general (hujus universalis Historias por separado?.... ¿dónde vio el códice de este nue-
fragmenta sunt forsan quae de diversis rebus Indi- vo escrito? A la verdad que no acertamos á ex-
as opuscula inscribuntur ), no dudó el autor de plicar las causas de tanla inexactitud y falta de cir-
los Hijos ilustres de Madrid en señalar los dos cunspección en hombres, cuyos trabajos literarios
últimos escritos como obras distintas y separa- merecen por otra parte la mayor estima.
EPISTOLA DEDICATORIA.
Sigúese una carta missiva, con que el chronista y auctor destas historias envió
este volumen é primera parte délias, assi como se acabaron de emprimir, al re-
verendíssimo é illustríssimo señor, el cardenal de España don fray Garcia Jofre de
Loaysa, presbítero cardenal del título de Sancta Susanna, obispo de Sigüenca,
confesor de la Cesárea Magestad, presidente del Consejo Real del Imperio occi-
dental de las Indias, islas é Tierra-Firme del mar Océano, etc. *
JtLscríbese que los árboles que ni se plantan, ni producen fructo, son eslimados
por infelices y dañados en la religion. Pues cotejado con los hombres inútiles que
por su floxedad no aprovechan á otros, parésçeme que los tales son muy seme-
jantes á lo quel Plinio dice de los árboles que es dicho ,. También es de haber
consideración (para mas culpar los hombres) á que aquellos son dotados de la ra-
zón é industria y tienen voluntad é libre arbitrio para inquirir y saber conosçer
lo malo y elegir lo bueno, y los otros animales vegetativos ó sensitivos á quien
falta essa razón, son mas desculpados, pues natura los hizo tales en mas ó en me-
nos grado unos de otros, segund sus efetos, pero totalmente no son inútiles, pues
como dice Job : Nihil in terra sine causa fiL '
En verdad, Reverendíssimo principe, yo he desseado siempre no ser de aquellos
mas olvidados en el trabaxo que á mi persona se pudiesse recresçer, para escoger
segund la flaqueça de mi ingenio por qué via podría, sirviendo á la Cesárea Mages-
tad, emplear bien el tiempo y assi despender mi sudor y vigilias que quien las
oyesse, tuviesse de qué loar á Dios por sus maravillas y que no le paresçiesse mi
* Cuando en 1548 daba Oviedo la última mano á eedió en la presidencia del Real Consejo de Indias,
la 1.a Parte de la Historia general, no solamente gobernado en el referido año de 1548 por don Luis
era pasado ya de esta vida el cardenal don fray Hurtado de Mendoza. Véase respecto de este punto
Garcia Jofre de Loaysa, del Orden de Santo Do- el Prohemio del libro VJI de esta 1.a Parte,
mingo, sino que habia muerto también el conde de 1 Plinio, lib. XVI, cap. XXVII.
Osorno don Garci Fernandez Manrique, que le su- 2 Cap. V.
CX HISTORIA GENERAL Y NATURAL
cuydado mal exerçitado, ni yo ser contado por árbol inútil y que en alguna ma-
nera ayudando á otros, diesse yo causa con lo que escribo, que los que leyeren
en estas materias sean aprovechados con tal ocupación ; pues de nesçessidad han
de dar infinitas gracias y loores al Hacedor de tantas maravillas, conosciendo á
su Dios y oyendo las cosas que aqui he escripto, tan particularmente, como aqui
Jas digo y ellas son. A este propóssito con una mi natural inclinación y desseo,
ha llegado esta primera parte de la General y natural historia de Indias al estado
en que Vuestra Señoría Reverendíssima aqui puede ver : la quai despues que fué
vista y examinada en el Real Consejo de Indias, que debaxo de la presidencia de
Vuestra Reverendíssima Señoría milita, con la real licencia y auctoridad del mis-
mo Consejo vine á esta cibdad de Sevilla á la hacer emprimir. En lo qual assi en
en el tiempo, como en la costa desta primera impression yo he trabaxado y
despendido harto mas de lo que será el interesse que por los tales libros oviere.
Por el qual yo no me detuviera en esto, ni dexára de averme tornado á las In-
dias, sino tuviera respecto á otro mas cierto y mayor galardón ó premio: el qual
es penssar que demás de cumplir lo que Su Magestad Cesárea me tiene manda-
do (en copilar estas materias), creo que sirvo á Vuestra Señoría Reverendíssima en
ello, y se da noticia al mundo de muchas cosas que serán gratas á los oydos de
los prudentes; en expecial seyendo certificados que ante tan alto mare magno y
excelencia de la persona de Vuestra Señoría Reverendíssima, y de tanta aucto-
ridad y sçiençia, é tan experimentada é informada y exerçitada en oyr cada dia
las cosas deste imperio de Indias (á quien Vuestra Señoría Reverendíssima man-
da y gobierna con tan amplíssima potestad y rectitud), hayan mis mal ornados
renglones referido parte de lo que de tan nuevas é verdaderas historias, aqui va
acumulado hasta que el cumplimiento de la segunda y tercera partes délias sal-
gan á luz, quando Vuestra Señoría Reverendíssima lo permitiere, y me diere li-
cencia para ello.
Y pues la Cesárea Magestad está al pressente fuera de España, goçando de
• sus inmortales triumphos, como agora nuevamente añadió Nuestro Señor á sus me-
morables y gloriosos tropheos (aviendo conquistado por fuerça de sus armas la
muy poderosa y antigua Cartago, que agora de los, modernos es dicha Túnez), y
aunque aqui se hallara, quiere su Cesárea Magestad que todo passe y se ofrezca
en las manos de Vuestra Señoria Reverendíssima; cumpliendo yo con su real man-
dado , y con el muy cierto desseo que siempre tuve y temé de servir á Vuestra
Señoria Reverendíssima, suplico haya por bien que, comoá servidor de su casa, sea
acepta esta mínima ofrenda^, y por su mano notificada á César. Y vuestra señoria
mande favoresçer lo escripto y el escriptor con aquella clemencia que suele ha-
cernos mercedes á todos los que en Indias vivimos, los quales siempre hallamos
en Vuestra Señoria Reverendíssima padre y amparo verdadero en las nesçessida-
des, é favor é ayuda para nuestros trabaxos, assi todoscen general quantos en
aquellas partes están, como los que de nosotros por aquKvienen, en especial los
que hablan verdad. Y porque desta va colmada mi obra, y muy pobre ó falta de
estilo é palabras artificiales, yo la pongo con aquella reverencia y acatamiento
DE INDIAS. EPÍSTOLA DEDICATORIA. CXI
que se debe sub umbra alarum tuarum, é assi la resçiba Vuestra Señoría Reve-
rendíssima.
Por cierto, Reverendíssimo Señor, muchas veces quedo admirado, quando me
acuerdo que estando Vuestra Señoría Reverendíssima en la corte romana exercitan-
do la gobernación del mundo é Iglesia de Dios (como tan grande y excelente pi-
lar es en ella), tuvo por bien la Providencia Divina de tornarnos á Vuestra Señoría
Reverendíssima á nuestra España para nuestro bien ó favor destos reynos ; y que
en ventura de César juntamente con el ayuda del Consejo y prudencia de Vuestra
Señoria Reverendissima, paresçe por la obra que Nuestro Señor ha acresçentado las
victorias de la Cesárea Magestad y se aumentan mas cada dia, y aun las cosas de
las Indias é sus riqueças paresçe que cresçen á vuestra sombra. El servicio de
Dios en ellas floresçe : las repúblicas de chripstianos que allá hay se ennoblcscen:
los reynos de España se enriquescen, y todo va de bien en mejor; y es'forcado
que assi sea y que cada dia tantos bienes se multipliquen, pues Vuestra Señoria
gobierna aquellas partes, de que resulta tanto provecho á ellas y á estas. Y no sin
causa alumbró Jesu-Chripsto el corazón de César, para encomendar á Vuestra Se-
ñoria Reverendíssima su imperio occidental de Indias, puesto que en todos sus Es-
tados é señoríos se da á Vuestra Señoría tanta parle que ninguna cosa sin su acuer-
do é parescer se determina que de importancia sea; Y porque al tiempo que esta
primera parte de la General é natural historia de Indias fué vista y examinada en
el Real Consejo de Indias, Vuestra Señoria Reverendíssima estaba con la Cesárea
Magestad en Rarçelona y á esta causa no la pudo ver entonces, la envió con
esta mi suplicación que arriba dixe, pues la vido el illustríssimo señor conde de
Osorno, don Garçi Fernandez Manrique, que en ausencia de Vuestra Señoria Re-
verendíssima suele presidir en el mismo Consejo, y en su presencia se le da parte
en todo por el gran ser de su persona á quien meritamente César tiene por uno
de los grandes de España mas aceptos en su consejo secreto y en todo lo demás.
E assi mismo vieron é corrigieron la dicha historia las otras personas que assisten
en el mismo Consejo de Indias debaxo de la presidencia de Vuestra Señoria Reve-
rendíssima, que son el muy magnífico señor el dotor Reltran, que en antigüedad
tiene allí el primero lugar é voto, persona de tan grandes letras é curso como en
España é fuera della es notorio; y el muy reverendo y generoso señor el licencia-
do Xuarez de Carvajal, sapientíssinio varón é debdo cercano de Vuestra Señoría
Reverendíssima; y el muy reverendo señor dotor Rernal, en quien tan grandes é
reposadas letras están colocadas; y el noble caballero el licenciado Gutierre Ve-
lazquez. Todos quatro escogidos é perfetos ingenios é bastantes para tan grandes
é importantes negocios como administran juntamente con el muy magnífico é no-
ble señor el secretario Johan de Samano, caballero de la Orden militar de Sanc-
tiago, y no inferior á los que he dicho ni el último, con cuyo paresçer los ne-
gocios han el efecto que conviene ; porque desde su tierna edad se crió en la ne-
gociación y proveymientos de los despachos de las Indias: c tan inslruto está en
las cosas deüas que ninguno de quantos allá vivimos las alcança mas suficiente-
mente, demás del mucho crédito que su Cesárea Magestad le da é con Vuestra
CXII HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Señoría Reverendíssima tiene muy dinamente.—Con esta compañía de tan seña-
ladas é suficientes personas, alumbradas por Dios ó de la comunicación ó resplan-
dor de Vuestra Señoril Reverendíssima, son gobernadas nuestras Indias, en cuyo
nombre é como el menor de los vasallos que Sus Magostados en ellas tienen, é
como procurador que soy de la Isla Española é cibdad de Sancto Domingo é tan
antiguo en los trabaxos de la conquista é pacificación de aquellos reynos (que
aunque fuy sin alguna cana á aquella tierra, estoy cubierto dolías), suplico á Vues-
tra Señoría Reverendíssima se acuerde, como suele, de continuar las mercedes que
á las Indias hace, y en especial á aquella nuestra cibdad é isla en la tener muy
en la memoria en todo lo que le tocare, pues que es la madre é principio é fun-
damento de todas las repúblicas de chripstianos que hay en Indias. Y especial-
mente en dos cosas: la una en que los perlados que para allá se proveyeren,
sean dotos y de buena casta é de aprobada y experimentada vida é virtudes,
é que residan en sus obispados ; é lo mismo digo que se guarde en las eleçiones
de los jueces de la justicia é offiçiales de la real hacienda, porque aunque hasta
agora, por la bondad de Dios y aviso de Vuestra Señoría assi se ha mirado, si en esto
oviesse descuydo, visto está qué tales andarán las ovejas, si los pastores á quien
fueren encomendadas no fueren quales los han menester ; é tanto es mayor el pe-
ligro, quanto el camino es mas luengo y Vuestra Señoría Reverendíssima tan
apartado de lo ver, é tanta dubda como ocurre en saberse acá la verdad. Y por
esto querría yo, Monseñor Reverendíssimo, que Vuestra Señoría, primero que
estos pastores é offiçiales acullá passassen , fuesse de vista informado de sus per-
sonas é calidades, porque no oviesse nesçessidad de llamarlos despues para su
castigo ; y la consçiençia real del César é la de Vuestra Señoría Reverendíssima é
dessos señores del Consejo mas sin escrúpulos estoviessen , é los vecinos de aque-
llas partes mas seguros é pacíficamente viviéssemos á gloria é alabança de Jesu-
Chrispto, elqualla reverendíssima é illutríssima persona y estado de Vuestra Se-
ñoría largos tiempos prospere en su santo servicio. De Sevilla á trepta dias del
mes de septiembre de MD é XXX é V años.
O*—
en •
v^omiença el primero libro desle volumen. El qual consiste en el prohemio óintro-
ducion desta primera parte déla General y natural historia de las Indias: dirigido a la
Sacra, Cesárea, Cathólica y Real Magestad del Emperador, Rey nuestro señor.
S. Ces. Cath. R. M.
Escribe el Albulensis, por otro nombre dichos escriben ; sino quinientas ó mas
dicho el Tostado, sobre la declaración leguas adelante del mar Roxo y del mar
que hizo de Eusebio De los tiempos el glo- de Persia; y entra en el Océano en la cos-
rioso doctor de la Iglesia, Sant Hieróni- ta déla cibdad, llamada Lima, en la boca
mo , que los etíopes se levantaron de á del qual está el reyno de Cambaya, entre
par del río Indo. Aquesta Etiopia, parte el qual rio Indo y el rio Ganges está la
délia es en Assia y parte en Africa. Pero India mayor, ó India mas oriental, que
los etíopes orientales en la India son : la es muy lexos, como he dicho, del mar
qual según Isidoro {EthimoL, lib. XIV, Roxo, y mas al levante que no son los etío-
cap. III, de AssiaJ ovo este nombre del rio pes, contra quien dicen que fue enviado
Indo : India vocata ab Indo flumine. El qual á pelear Moysen, como capitán de los
auctor antes desto dice que el mar Roxo egipcianos. Mas después fueron estos etío-
en el Oriente resçibe en sí el rio Indo : In- pes buenos chripstianos, é como di-
dus fluvius orîentis qui rubro mari accipi- ce el Tostado en el lugar de suso alega-
tur. Esta es la parte de la Etiopia oriental; do , convertidos á la fe por sanct Ma-
pero en la cosmographia moderna (y es- theo, apóstol. Y el comienço de la con-
perímentada) yo hallo señalado y puesto version les fué el sancto Eunucho, ma-
el rio Indo, no como los auctores suso yordomo delà reyna Candaçis, baptizado
TOMO I.
HISTORIA GENERAL Y NATURAL
y enseñado por sanct Phelipe, apóstol. es contemplativo ) de la universal redon-
Quiero significar y dar á entender por dez , á quien los griegos llaman cosmos é
verdadera cosmographia, que aqui yo no los latinos mundo. En el qual mucho me-
tracto de aquestas Indias que he dicho; nos déla quinta parte algunos cosmógra-
sino de las Indias, islas é tierra firme del phos quieren que sea habitada : déla qual
mar Océano, que agora está actualmente opinion yo me hallo muy desviado, como
debaxo del imperio de la corona real de hombre que fuera de todo lo escripto por
Castilla, donde innumerables é muy gran- Tholomeo, sé que hay en este imperio de
des reynos é provincias se incluyen; de las Indias, que Vuestra Cesárea Mages-
tanta admiración y riquezas, como en los tad y su corona real de Castilla posseen,
libros desta Historia general é natural des- tan grandes reynos é provincias y de tan
tas vuestras Indias será declarado. Por extrañas gentes é diversidades é costum-
tanto, suplico á Vuestra Cesárea Magestad bres y çerimonias é idolatrías, aparta-
haga dignas mis vigilias de poner la men- das de quanto estaba escripto (desde
te en ellas; pues naturalmente todo hom- ab initio hasta nuestro tiempo): que es
bre dessea saber, y el entendimiento ra- muy corta la vida del hombre para lo po-
cional es lo que le hace mas excelente der ver, ni acabar de entender ó conjec-
que á otro ningún animal: y en esta ex- turar.
celencia es semejante á Dios en aquella ¿Quái ingenio mortal sabrá comprehcn-
parte que él dixo : Hagamos el hombre a der tanta diversidad de lenguas, de hábi-
nuestra imagen y semejança. Desta causa to, de costumbres en los hombres destas
no se contenta nuestra voluntad, ni se Indias? Tanta variedad de animales, assi
satisface nuestro ánimo con entender y domésticos como salvajes y fieros? Tanta
especular pocas cosas, ni con verlas or- multitud innarrable de árboles, copiosos
dinarias ó próximas á la patria, ni den- de diversos géneros de fructas, y otros es-
tro della misma. Antes por otras muy tériles, assi de aquellos que los indios cul-
apartadas provincias peregrinando ( los tivan, como délos que la natura de su
que mas participan deste lindo desseo), propio oficio produce, sin ayuda de ma-
pospuestos muchos y varios peligros, no nos mortales? Quántas plantas y hiervas
cessan de inquerir en la tierra y en la mar útiles y provechosas al hombre? Quántas
las maravillosas é innumerables obras otras innumerables que á él no son co-
que el mismo Dios y Señor de todo nos nosçidas, y con tantas diferencias de ro-
enseña (para que mas loores le demos), sas é flores é olorosa fragancia? Tanta
satisfaciendo la hermosa cobdicia desta diversidad de aves de rapiña y de otras
peregrinación nuestra. Y nos declara, por raleas? Tantas montañas altísimas y fér-
lo que vemos del mundo, que quien pu- tiles, é otras tan diferenciadas é bravas?
do hacer aquello es bastante para todo Quántas vegas y campiñas, dispuestas pa-
lo que del no alcançamos, assi por su ra la agricoltura, y con muy apropia-
grandeza, como por la poca diligencia das riberas? Quántos montes mas ad-
nuestra, é principalmente por la flaqueza mirables y espantosos que Ethna ó Mon-
humana, de que los mortales están vesti- gibel, y Vulcano, y Estrongol (y los
dos ; de que resultan otras causas é in- unos y los otros de baxo de vuestra mo-
convenientes que pueden impedir tan narchía)?
loable ocupación, como es ver con los No fueran celebrados en tanta manera
ojos corporales lo que hay en 'esta com- los que he dicho por los poetas é histo-
pusiçion á ellos visible (allende délo que riales antiguos, si supieran de Massaya,
DE INDIAS. LIB. I.
y Maribio, y Guaxocingo, é los que ade- perlas, é las otras cosas que dixe pri-
lante serán memorados desta pluma, ó mero.
escriptor vuestro. Quántos valles, é flo- Y pues lo que deste grandíssimo é
restas, llanos y deleitosos! Quántas cos- nuevo imperio se podría escrebir es tan-
tas de mar con muy extendidas playas é to é tan admirable la lecion dello, ella
de muy excelentes puertos ! Quántos y misma me desculpe con Vuestra Cesárea
quán poderosos ríos navegables ! Quán- Magostad, si tan copiosamente como la
tos é quán grandes lagos 1 Quántas fuen- materia lo requiere no se dixere : baste
tes frías é calientes, muy cercanas unas que, como hombre que ha los años que
de otras! E quántas de betum é de otras he dicho que miro estas cosas, ocuparé
materias, ó licores! Quántos pescados lo que me queda de vivir en dexar por
de los que en España conosçemos, sin memoria esta dulce agradable, General
otros muchos que en ella no se sa- é natural historia de Indias, en todo..-
ben ni los vieron ! Quántos mineros de aquello que he visto, y en lo que á mi
oro é plata, é cobre! Quanta suma pre- noticia ha venido é viniere, desde su
ciosa de marcos de perlas é uniones que primero descubrimiento, con lo que mas
cada dia se hallan! ¿En quál tierra se pudiere ver y alcançar dello en tanto
oyó ni se sabe que en tan breve tiempo que la vida no se me acabare. Pues la
y en tierras tan apartadas de nuestra Eu- clemencia de Vuestra Cesárea Magestad,
ropa , se produçiessen tantos ganados é como á criado que en estas partes le sir-
granjerias y en tanta abundancia, como ve é persevera con natural inclinación
en estas Indias ven nuestros ojos, traí- de inquerir (como he inquerido) parte
das acá por tan amplíssimos mares? Las destas cosas, ha seydo servido mandar-
quales ha resçebido esta tierra, no como me que las escriba y envíe á su real
madrastra, sino como mas verdadera Consejo de Indias, para que assi como
madre que la que se las envió ; pues en se fueren aumentando é sabiéndose, assi
mas cantidad é mejor que en España se se vayan poniendo en su gloriosa Chroni-
hacen algunas délias, assi de los gana- ca de España : en lo qual Vuestra Ma-
dos útiles al servicio de los hombres, gestad, demás de servir á Dios, nuestro
como de pan y legumbres, é fructas, y señor, en que se pu? lique é sepa por el
acucar, y cañafistola ; cuyo principio des- restante del mundo lo que está debaxo
tas cosas en mis días salió de España, y de vuestro real ceptro castellano, hace
en poco tiempo se han multiplicado en muy señalada merced á todos los reynos
tanta cantidad, que las naos vuelven á de chripstianos en darles ocasión con este
Europa á la proveer cargadas de acucar, tractado para que den infinitas gracias á
é cañafistola y cueros de vacas. E assi Dios, por el acrecentamiento de su sáne-
lo podrían hacer de otras cosas que acá la fé cathólica. La qual con vuestro
están olvidadas, é aquestas Indias, antes sancto é chripstianíssimo celo cada dia se
que los españoles las hallasen, produ- aumenta en estas Indias; y esto será un
cían é agora producen ; - assi como al- glorioso colmo de la inmortalidad de
godón , orchilla, brasil, é alumbre, é vuestra perpetua é única fama ; porque
otras mercadurías, que en muchos rey- no solamente los fieles cristianos ternán
nos del mundo las dessean y serian gran- que servir á Vuestra Cesárea Magestad
de utilidad para ellos. Lo qual nuestros tanta benignidad, como es mandarles
mercaderes no quieren, por no ocupar comunicar esta verdadera y nueva his-
sus navios sino con oro, é piala, é toria, pero aun Jos infieles é idólatras
4 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
que fuera destas partes en todo el mun- memoria, abuelo de Vuestra Cesárea Ma-
do oviere, oyendo estas maravillas, que- gestad,.me envió por su veedor de las
darán obligados para lo mismo, loando fundiciones del oro á la Tierra-Firme;
al hacedor délias, por serles tan incóni- donde assi me ocupé quando convino en
tas y apartadas de su hemispheric é ho- aquel oficio, como en la conquista y pa-
rizontes. cificación de algunas partes de aquella
Materia es, muy poderoso señor, en tierra con las armas, sirviendo á Dios y
que mi edad é diligencia, por la gran- á Vuestras Magestades (como su capitán
deza del objecto é sus circunstancias, no y vassallo ) en aquellos ásperos principios
podrán bastar á su perfecta difinicion, que se poblaron algunas cibdades é villas
por mi insuficiente estilo é brevedad de que agora son de chripstianos : donde con
mis dias. Pero será á lómenos lo que yo mucha gloria del real ceptro de España,
escribiere historia verdadera é desviada alli se continua é sirve el culto divino. En
de todas las fábulas que en este caso la qual conquista los que en aquella sa-
otros escriptores, sin verlo, desde Espa- con passamos con Pedrarias Dávila, lu-
na á pie enxuto, han presumido escre- gar teniente é capitán general del rey Ca-
bir con elegantes é no comunes letras thólico, é después de Vuestras Magesta-
latinas é vulgares, por informaciones de des, seriamos hasta dos mil hombres, é
muchos de diferentes juyçios, formando hallamos en la tierra otros quinientos é
historias mas allegadas á buen estilo que mas chripstianos, debaxo de la capitania
á la verdad de la cosa que cuentan; por- de Vasco Nuñez de Balboa en la cibdad
que ni el ciego sabe determinar colores, del Dañen (que también se llamó antes la
ni el ausente assi testificar estas mate- Guardia), é después santa Maria del An-
rias, como quien las mira. tigua , la qual cibdad fué cabeça del obis-
Quiero certificar á Vuestra Cesárea Ma- pado de Castilla del Oro, é agora está
gostad que yrán desnudos mis renglones despoblada, é no sin gran culpa de quien
de abundancia de palabras artificiales, fué la causa; porque estaba en la parte
para convidar á los letores ; pero serán que convenia para la conquista de los in-
muy copiosos de verdad, y conforme dios flecheros de aquellas comarcas. Y
á esta, diré lo que no terna contradicion destos dos mil y quinientos hombres que
(quanto á ella) para que vuestra sobera- he dicho, no hay al presente en todas las
na clemencia allá lo mande polir é limar. indias ni fuera délias quarenta hombres,
Con tanto que del tenor é sentencia de á lo que yo creo ; porque para servir á
lo que aquí fuere notificado á vuestra Dios y á Vuestras Magestades, y para que
grandeza, no se aparte la intención y viviessen seguros los chripstianos que des-
obra del que tomare cargo de enmendar pués han ydo á aquellas provincias, assi'
la mia, diçiéndolo por mejor estilo ; si- convenia, ó mejor diciendo era forçado
quiera porque no se ofenda mi buen des- que se hiçiesse. Porque la salvajez de la
seo , ni se me niegue el loor del trabajo tierra y los ayres délia y la espessura de
que en tanto tiempo y con tantos peligros los herrajes y arboledas de los campos,
yo he padesçido ; allegando y inquiriendo y el peligro de los rios é grandes lagar-
por todas las vias que pude saber lo cier- tos é tigres, y el experimentar de las
to destas materias, despues quel año de aguas é manjares, fuesse á costa de nues-
mili é quinientos y trece de la Natividad tras vidas y en utilidad de los mercade-
del redemptor nuestro, Jesu-Chripslo, el res é pobladores, que con sus manos la-
Cathóiieo rey don Fernando, de gloriosa vadas agora gozan de muchos sudores
DE INDIAS. LIB. I.
ajenos. Y porque estando Vuestra Cesá- que aqui yo escribo, no son de mucha
rea Magestad en Toledo, el año que pas- industria ó artificio, ni de calidad que re-
só de la Natividad de Chripsto de mili é quieran prolixa oración, é ornamento de
quinientos y veinte y cinco años, yo es- palabras, no han sido poco laboriosos,
crebí una relación sumaria de parte de lo ni con la facilidad que otras materias se
que aqui se contiene ; é de aquella fue su pueden allegar é componer escriptos:
título: OVIEDO, De la natural historia de las pero es á lo menos muy aplacible lecion
Indias; mas aqueste tractado se llamará oyr y entender tantos secretos de na-
General y natural historia de las Indias; tura.
porque todo lo que en aquel sumario se Si algunos vocablos extraños é bár-
contiene se hallará en este y en las otras baros aqui se hallaren, la causa es la no-
dos partes, segunda y tercera del, me- vedad , de que se tracta ; y no se pongan
jor y mas copiosamente dicho, assi por- á la cuenta de mi romance, que en Ma-
que aquello se escrebió en España, que- drid nascí y en la casa real me crié y
dando mis memoriales é libros en esta con gente noble he conversado, é algo
cibdad de Santo Domingo de la Isla es- he leydo, para que se sospeche que avré
pañola (donde tengo mi casa), como por- entendido mi lengua castellana, la qual
que yo he visto mucho mas de lo que has- de las vulgares, se tiene por la mejor de
ta entonces sabia destas materias en diez todas; y lo que oviere en este volumen
años que han pasado desde que aquello que con ella no consuene, serán nombres
se escribió; experimentando con mas ó palabras por mi voluntad puestas, pa-
atención lo que á este efecto convenia ra dar á entender las cosas que por ellas
mas particularmente ver y entender. Y quieren los indios significar.
demás desto, es de notar que todo lo que En todo recompense Vuestra Magestad
aquel reportorio ó sumario contiene, con mi desseo las faltas de la pluma : pues
avrá en este tractado y sus partes acres- dixo Plinio de la suya en el prohemio de
çentado, é otras cosas grandes é muy la Natural historia , que es cosa dií'ícil ha-
nuevas, de que alii no podia yo hacer cer las cosas viejas nuevas, é alas nue-
memoria, por no averias visto, ni sa- vas dar auctoridad, y á las que salen de
bido. lo acostumbrado , dar resplandor, é á las
Assi que, muy poderoso Señor, por obscuras, luz; y alas enojosas, gracia; é
las causas que de suso dixe, justo es que á las dudosas, fe. Basta que yo he dessea-
tales historias sean manifiestas en todas do y desseo servir á Vuestra Cesárea Ma-
las repúblicas del mundo ; para que en gestad y contentar á quien viere mi obra;
todo él se sepa la amplitud é grandeza y si no lo he sabido hacer, loarse debe
destos Estados, que guardaba Dios á vues- mi intención. Conténtese el letor con
tra real corona de Castilla en ventura y que lo que yo he visto y experimentado
méritos de Vuestra Cesárea Magestad, con muchos peligros, lo goza él y sabe
debaxo de cuyo favor y amparo ofrezco sin ninguno; y que lo puede leer, sin que
la presente obra é humilmente suplico, padezca tanta hambre y sed, é calor, 6
en pago del tiempo que en esto he tra- frió, con otros innumerables trabajosT
bajado, é de la antigüedad que en vues- desde su patria, sin aventurarse á las tor-
tra real casa de Castilla me dan quarenta mentas de la mar, ni á las desventuras
y mas años (que ha que soy del número que por acá sepadesçen en la tierra ; sino
de los criados de ella) sea servido de que para su passatiempo y descanso haya
aceptar mis libros; porque aunque estos yo nasoido, y peregrinando xisto esta*
6 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
obras de natura ( ó mejor diciendo, del desconocer al Plinio lo que es suyo (quan-
maestro de la natura ) ; las quales he es- to á la invención y título del libro) yo le
cripto en veinte libros que contiene esta sigo en este caso.
primera parte ó volumen: y en los que Una cosa terna mi obra apartada del
hay en la segunda y tercera partes, en estilo de Plinio, y será relatar alguna
que al presente estoy ocupado, las qua- parte de la conquista destas Indias, é
les tractarán de las cosas de la Tierra- dar razón de su descubrimiento prime-
Firme. ro, é de otras cosas, que aunque sean
Verdad es que el último libro, que ago- fuera de la natural historia, serán muy
ra se pone aqui por el número veynte, nescessarias á ella, para saber el prin-
se passará despues en fin de la tercera cipio é fundamento de todo, y aun para
parte, porque es de calidad que sirve á que mejor se entienda por donde los Ca-
todas tres; el qual se llama De los infor- thólicos Reyes, don Fernando y doña Isa-
tunios y naufragios , de casos acaesçidos en bel, abuelos de Vuestra Cesárea Mages-
las mares destas Indias. Todos estos li- iad, se movieron á mandar buscar es-
bros están divididos, segund el género é tas tierras ( ó mejor diciendo los movió
calidad de las materias por donde discur- Dios).
ren ; las quales no he sacado de dos mili Todo esto y lo que tocare á particula-
millares de volúmines que haya leydo, res relaciones yrá distincto é puesto en
como en el lugar suso alegado Plinio es- su lugar conveniente, mediante la gracia
cribe , en lo quai paresçe que él dixo lo del Espíritu Sancto é su divino auxilio,
que leyó; é algunas cosas dice él que con protestación expressa que todo lo que
acrescentó, que los antiguos no las en- en esta escriptura oviere, sea debaxo de
tendieron, ó después la vida las falló; la correpcion y enmienda de nuestra sanc-
pero yo acumulé todo lo que aqui escri- ta madre Iglesia apostólica de Roma, cu-
bo de dos mili millones de trabajos y nes- ya migaja y mínimo siervo soy; y en cu-
çessidades é peligros en veynte é dos años ya obediencia protesto vivir y morir. Pero
é mas que ha que veo y experimento por porque todos los celosos del honor y ver-
mi persona estas cosas, sirviendo á Dios güenza propia temieron la murmuración
é á mi rey en estas Indias, y avien- de los detratores, y no solamente Plinio
do ocho veces pasado el grande mar (que fué tan famoso auctor), mas tantos
Océano. que no se pueden contar, y también el
Mas porque en alguna manera yo en- Sancto rey David temia desto, quand o
tiendo seguir, ó ymitar al mismo Plinio, rogaba á Dios que le librasse de la lengua
no en decir lo que él dixo (puesto que dolosa, con mas justa razón debo yo te-
en algunos lugares sean alegadas sus auc- mer lo mismo ; pues los muertos y los au-
toridades, como cosa deste jaez universal sentes no pueden responder por sí. Y co-
de historia natural) ; pero en el distinguir mo Plinio alegó aquel dicho de Plancho,
de mis libros y géneros dellos, como él quando dixo que los muertos no comba-
Jo fizo, confesaré lo que él aprueba en ten ó contienden, sino con las máscaras,
su introducion; donde dice, que es cosa quiero yo, demás desso , decir á los que
de ánimo vicioso y de ingenio infeliçe, desde Europa, ó Assia, ó Africa me re-
(merer mas ay na ser tomado con el hur- prendieren, que adviertan á que no esto en
to que volver lo que le fue prestado, ninguna dessas tres partes (segund se pue-
máxime a viéndose capital de la usura; de sospechar de lo que está visto y des-
pues por no incurrir en tal crimen, ni cubierto de la mar austral y la vuelta que
DE INDIAS. LIB. I.
va dando por ella la tierra hacia el norte quinientos y treinta é dos, y de treinta é
é cabo del Labrador) ; é pues los letores tres años se vido ; estando callando otros
me han de escuchar desde tan lexos, no reyes chripstianos], esperando en qué pa-
me juzguen sin ver esta tierra, donde es- rarían vuestros subçesos; é dio nuestro
toy y de quien tracto ; y que les baste que misericordioso y justo Dios tal evento é
desde ella escribo en tiempo de innume- salida á tan inmortal triumpho, que en
rables testigos de vista, y que se dirigen quanto oviere hombres jamas será olvi-
mis libros á Vuestra Cesárea Magestad, dado ; y assi será en la celestial vida
cuyo es aqueste imperio, y que se escri- acepto y remunerado que Vuestra Cesá-
ben por su mandado, y que me dá de rea Magestad sea glorificado con los bien-
comer por su chronista destas materias, y aventurados rey Ricaredo, primero de
que no he de ser de tan poco entendi- tal nombre, y su hermano sanct Hemer-
miento que ante tan altíssima y Cesárea gildo, mártyr, de los quales tan larga
Magestad ose decir el contrario de la ver- dependencia y origen trae vuestra real
dad , para que pierda su gracia y mi ho- prosapia é silla de España ; y de quien
nor ; y que demás desso, no son cosas las hablando el Burgensis dice que entrando
que aqui se tractan para ambiciosos ho- en España sessenta mili franceses, envió
nores de particulares personas, con pa- desde Toledo el rey Ricaredo á Claudio,
labras é ficiones aplicadas por esperanza su capitán general, y los venció, é mató
de ser gratificado de ninguno de los mor- é prendió la mayor parte dellos : y por
tales ; antes conformándome con aquella tanto dixo : Nulla unquam in hispaniis vic-
verdadera sentencia del sabio que dice: toria viator vel similis invenitur. Lo mismo
que la boca que miente, mata el ánima, escribe el arçobispo don Rodrigo, á quien
espero en Dios que guardará la mia de en esto siguió el Burgensis, y mejor lo
tal peligro, é que , como fiel escriptor, pudieran decir estos excelentes varones,
seré del remunerado por la amplíssima si vieran lo que obraron vuestros capita-
liberalidad de su clemencia é real mando nes y vasallos el año de mili é quinientos
de Vuestra Cesárea Magestad, cuya glo- é veinte é cinco años contra el rey Fran-
riosa persona largos tiempos nuestro Se- cisco é su caballería é poder de Francia
ñor favorezca é dexe gozar de la total en la prisión de su persona, é de los mas
monarchia, como vuestro excelso cora- é mas principales de sus reynos y Esta-
zón lo dessea é vuestros leales y verda- dos en el cerco de Pavia, ó si vie-
deros subditos* desseamos, é toda la uni- ran lo que se espera que ha de obrar
versal república chripstiana ha menester, Dios en vuestra buena ventura é invicto
amen. nombre.
Pues entre todos los príncipes que en Todo esto se quede para vuestros ele-
el mundo se llaman fieles y chripstianos, gantes chronistas que allá están y gozan
solo Vuestra Cesárea Magestad al presen- de verlo, y ellos lo escriban : que acá en
te sostiene la cathólica religion é Iglesia estos tan apartados reynos, aunque los
de Dios, é la ampara contra la innumera- que amamos vuestro real servicio no vea-
ble é malvada seta é grandíssima poten- mos lo que es dicho de estas grandes vic-
cia de Mahoma; poniendo en exilio su torias de Vuestra Cesárea Magestad, tan-
principal cabeça y Gran Turco, con tan- ta parte deste placer resçibimos, como le
ta efusión de sangre turquesca, y con tan han de tener los que aman á su prínci-
señaladas victorias en la mar y en la tier- pe, según deben como leales subditos y
ra , como en los años passados de mili é chripstianos; porque en la verdad no creo
8 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
que se pueden decir tales, los que dexa- Persona é vida; pues en ella consisten las
ren de dar continuas gracias á Dios por nuestras, é todo el bien de lachripstiana
el acresçentamiento de vuestra Cesárea religion.
Comiença el segundo libro de la General y natural historia de las Indias.
PROHEMÏO.
1 ara que mas ordenadamente esta Reyes Cathólicos, don Fernando é doña
grande, é natural, é general historia de Isabel é á sus subçessores en los reynos
las Indias se entienda, conviene hacer de Castilla y de Leon (no obstante que
distinción de mis libros ; y en el prohe- antiquíssimamente fueron de España se-
mio ó principio de cada uno dellos en- gún mi opinion). E diré quién fueron al-
tiendo dar particular é sumaria relación gunos caballeros é hidalgos que primero
de las materias ^ue se han de tractar y se hallaron en la conquista é pacificación
escrebir en cada uno, ó á lo menos de lo desta Isla Española, é de los trabajos que
mas substancial. E assi digo que en este los chripstianos passaron en ella, en tan-
segundo se seguirá la historia en conti- to que el almirante fué á descobrir la isla
nuación del primero é precedente libro de Jamáyca ; y del origen de la enferme-
ó prohemio ; diciendo el motivo é inten- dad de las búas, é de quatro cosas muy
ción con que yo prosigo, cumpliendo lo notables que acaesçieron el año de mili
que por la Cesárea Magestad me está é quatroçientos é noventa é dos años que
mandado. E junto con esto diré en qué estas Indias se descubrieron; é la orden
manera sigo, ó mejor diciendo quiero ó del camino é navegación que se hace
desseo imitar al Plinio, é tocaré breve- desde España á estas partes, y del cres-
mente las opiniones que hay sobre á çer é menguar de la mar é su fluxo é
quien él enderecé su Natural Historia. E refluxo, é del nordestear é noruestear de
assi mismo diré la opinion que yo tengo las agujas de navegar, é otras particula-
çerca de averse sabido estas islas por ridades convenientes al discurso de la
los antiguos, é ser las Hespérides: é historia, como mas largamente consta de
probarélo con historiales é auctoridades los siguientes capítulos. Y porque dixe
de mucho crédito. E diré quien fué don en el primero libro que he passado el
Chripstóbal Golom, primero descubridor é mar Océano ocho veces, las siete fue-
almirante destas Indias, é por qué via é ron antes que esta octava viniesse, á pre-
forma se movió al descubrimiento délias: sentar este tractado á nuestro gran Cé-
y en qué tiempo fueron halladas por él, sar, como lo he hecho; é placiendo á
y lo que le acaesció en el primero é se- nuestro señor, la novena será volviéndo-
gundo viajes que hizo á estas partes é lo me Dios á mi casa á servir á Sus Mages-
que descubrió en ellas de cada viaje, é tades é á escrebir en limpio la segunda
de la donación é título apostólico quel é tercera partes destas historias.
Summo Pontífice hizo destas Indias á los
TOMO I.
iO HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO I.
De las opiniones que hay cerca de á quién dirigió Plinio su libro de la Natural Historia: é también relatando
en parle sumariamente las materias, de que se tracta en este libro segundo.
CAPITULO IL
J>el origen o persona del almirante primero délas Indias, llamado Chripstóbal Colom, e' por qué via o
manera se movió al descubrimiento délias , segund la opinion del vulgo.
lluieren algunos decir que esta tierra de la mar, á dos leguas déla misma cib-
se supo primero grandes tiempos ha, y dad de Genova; y por mas cierto se tie-
que estaba escrito é notado dónde es, y ne que fue natural de un lugar dicho Cu-
en qué paralelos; é que se avia perdido gureo, cerca déla misma cibdad de Ge-
déla memoria délos hombres la navega- nova. Hombre de honestos parientes é
ción é cosmographia destas partes, y que vida, de buena estatura é aspecto, mas
Chripstóbal Colom , como hombre leydo é alto que mediano, é de recios miembros:
docto en esta sçiençia, se aventuró á des- los ojos vivos é las otras partes del ros-
cobrir estas islas. E aun yo no esto fuera tro de buena proporción : el cabello muy
desta sospecha, ni lo dexo de creer, por bermejo, é la cara algo encendida é pe-
lo que se dirá adelante en el siguiente coso : bien hablado, cauto é de gran in-
capítulo. Mas porque es bien que á hom- genio , é gentil latino, é doctíssimo cos-
bre, que tanto se le debe, pongamos por mógrapho; gracioso, quando quería; ira-
principio é fundador de cosa tan grande cundo , quando se enojaba. El origen de
como esta, á quien él dio comienço é in- sus predesçessores es de la cibdad de Pla-
dustria para todos los que viven y des- çençia en la Lombardia, la qual está en
pués del nos vinieren; digo que Chripstó- la ribera del rio Pó, del antiguo é noble
bal Colom, según yo he sabido de hom- linaje de Pelestrel. Viviendo Dominico
bres de su nasçion, fue natural déla pro- Colom, su padre, este su hijo, seyendo
vincia de Liguria, que es en Italia, en la mancebo é bien doctrinado , é ya salido
qual cae la cibdad é señoría de Genova: de la edad adolescente, se partió de aque-
unos diçen que de Saona, é otros que de lla su patria, é passó en Levante, é an-
un pequeño lugar ó villaje, dicho Nervi, duvo mucha parte ó lo mas del mar Me-
que es á la parte del levante y en la costa diterráneo, donde aprendió la navega-
DE INDIAS. LIB. II. CAP. II. 13
cion y exerciçio délia por experiencia; é ción , les turada quatro ó cinco meses
despues que algunos viajes fizo en aque- (ó por ventura mas) en venir acá é vol-
llas partes, como su ánimo era para mas ver á donde he dicho. Y en este tiempo
extendidas mares é altos pensamientos, se murió quasi toda la gente del navio, é
quiso ver el grandíssimo mar Océano, é no salieron en Portugal sino el piloto, con
fuesse en Portugal. E allí vivió algún tres ó quatro ó alguno mas de los mari-
tiempo en la cibdad de Lisbona, desde neros, é todos ellos tan dolientes, que en
la quai é de donde quiera que estuvo breves dias después de llegados, mu-
siempre, como hijo grato, socorria á su rieron.
padre viejo con parte del fructo de sus Dícese junto con esto que este piloto
sudores; viviendo en una vida assaz limi- era muy íntimo amigo de Ghripstóbal Co-
tada , é no con tantos bienes de fortuna lom , y que entendía alguna cosa de las
que pudiesse estar sin assaz nesçessidad. alturas, y marcó aquella tierra que halló
Quieren decir algunos que una carave- de la forma que es dicho, y en mucho se-
la que desde España passaba para Ingla- creto dio parte dello á Colom, é le rogó
terra cargada de mercadurias é bastimen- que le fiçiesse una carta y assentase en
tos, assi como vinos é otras cosas que ella aquella tierra que habia visto. Dícese
para aquella isla se suelen cargar ( de que que él le recogió en su casa, como ami-
ella caresçe é tiene falta), acaesció que go, y le hizo curar, porque también ve-
le sobrevinieron tales é tan forçosos tiem- nia muy enfermo ; pero que también se
pos é tan contrarios, que ovo de nesçes- murió como los otros , é que assi quedó
sidad de correr al poniente tantos dias, informado Colom de la tierra é navega-
que reconosció una ó mas délas islas des- ción destas partes, y en él solo se resu-
tas partes é Indias ; é salió en tierra, é vi- mió este secreto. Unos dicen que este
do gente desnuda déla manera que acá la maestre ó piloto era andaluz ; otros le ha-
hay, y que cessados los vientos (que con- cen portugués ; otros vizcaíno ; otros di-
tra su voluntad acá le truxeron ), tomó cen quel Colom estaba entonces en la isla
agua y leña para volver á su primero ca- de la Madera , é otros quieren decir que
mino. Dicen mas: que la mayor parte en las de Cabo Verde , y que allí aportó
de la carga que este navio traía eran bas- la caravela que he dicho, y él ovo por
timentos é cosas de comer, é vinos; y esta forma noticia desta tierra. Que esto
que assi tuvieron con qué se sostener en passase assi ó no, ninguno con verdad lo
tan largo viaje é trabajo ; é que después puede afirmar ; pero aquesta novela assi
le hizo tiempo á su propósito y tornó á anda por el mundo entre la vulgar gente
dar la vuelta, é tan favorable navegación de la manera que es dicho. Para mí yo lo
le subcedió, que volvió á Europa, é fue á tengo por falso, é como dice el Augusti-
Portugal. Pero como el viaje fuesse tan no : Melius est dubitare de ocultis , quam
largo y enojoso , y en especial á los que litigare de incertis. Mejor es dubdaren lo
con tanto temor é peligro forçados le hi- que no sabemos, que porfiar lo que no
cieron , por presta que fuesse su navega- está determinado.
14 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO III.
En que se tracta delà opinion que el auctor é coronistadesta Natural é General Historia de las Indias tien«
«crea de averse sabido y escripto por los antiguos, dónde son estas Indias , é cómo é con quien lo prueba.
1 Cuanlo refiere Oviedo en este capítulo rela- terpretó mal el texto de Aristóteles (Vida del Alm.,
tivo á cosas de España en tiempos tan remotos, de- c. IX). El cronista Antonio de Herrera en sus Dis-
be tenerse por fabuloso, especialmente lo que funda cursos (Disc. XV, pág. 264) impugnó muy de pro-
y apoya en la autoridad de Beroso, de cuyo libro di- pósito el sistema ú opinion que adoptó Oviedo, y
ce Mariana (Hist. Gen. deEsp., lib. I, c 7) , que fue dice que este escribió desde la Española al Consejo
ocasión de hacer tropezar y errar á muchos : libro de las Indias, ofreciendo enviar la prueba de quo
(añade) compuesto de fábulas y mentiras... sinsa- aquella isla había sido poseída antiguamente por los
bor bastantemente disimular el engaño. Por esta cre- reyes de España ; que el Consejo contestó que hol-
dulidad censuró con mucha acritud este pasage de gada de ver la averiguación que ofrecía, y queja-
Oviedo don Hernando Colom, asegurando que in- más pareció; y que después lo tocó en su Historia
16 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
nombre España, se cree que también se Eusebio De los tiempos, que fueron tres
nombró de los otros nueve reyes primeros Athlantes; uno de Archadia é otro de
de sus nombres dellos. Assi que este fué el Mauritania, que vulgarmente llamamos
décimo rey de España. Cuenta el arço- Marruecos, y que Héspero fue hermano
bispo don Rodrigo que Hércoles susso di- deste segundo , y que ambos passaron en
cho truxo consigo á Athlante, que fué Africa á la parte de Occidente en tierra de
cerca de los tiempos de Moysen. El qual Marruecos, é que el uno dellos tuvo el
Athlante dice Beroso que no fué mauro, si- cabo de Africa contra Occidente, y que el
no italiano; y que tenia un hermano llama- otro tuvo las islas cercanas, que llaman
do Héspero, segund que escribe Higinio. las islas Fortunadas , é los poetas las lla-
Al qual Hércoles Libio dexó por subçessor man Hesperides, nombradas de Héspero.
y heredero en España; é reynó, segund Be- Mas yo creo quel Tostado se engañó en
roso dice, diez años, porque el Athlante pensar que los poetas dicen Hesperides á
italiano lo echó del rey no, é lo hizo yr á las Fortunadas ó de Canaria, ni tampoco
Italia, como dice el dicho Higinio; é por los historiales ; porque dice Solino ( capí^
esto prueba él que Italia y España se di- tulo LXVIII, De mirabilibus mundi ) estas
cen Hesperias deste rey Héspero, y no de palabras: Ultra Gorgades Hesperidum insu-
la estrella, como fingen los griegos. lœ sunt, sicut Sebosus aßrmat, dierum qua-
Este rey Héspero quiere Beroso que co- draginta navigatione in Íntimos maris sinus
mençase á reynar en España, subçediendo receserunt. Estas Gorgades, según Tho-
íJ Hércoles egipcio, antes que Troya mes- lomeo é todos los verdaderos cosmógra-
se edificada ciento é setenta é un años, phos, son las que agora se llaman de
é antes que Roma fuesse fundada seys- Cabo Verde generalmente , y en particu-
çientos é tres, que seria antes que nues- lar se dicen por los modernos isla de Ma^
tro Redemptor fuesse vestido de nuestra yo, Buena Vista, la de la Sal, la del Fue-
carne humana mili é seysçientos é cin- go , isla Brava, etc. Pues si desde las
cuenta é ocho años. Assi que por lo que Gorgades en navegación de quarenta dias
tengo dicho queda probado que las pro- están ó se hallan las Hesperides, no pue-
vincias é reynos tomaron antiguamente den ser otras, ni las hay en el mundo, si-r
los nombres de los príncipes é señores no las que están al hueste ó poniente del
que las fundaron ó conquistaron, ó po- dicho Cabo Verde, que son las de aques-
blaron , ó heredaron cuyas fueron. Eassi tas nuestras Indias; las quales están dere-
como de Hispan se dixo España, é des- chamente al Occidente de las Gorgades, y
pués , mudado el nombre, de Héspero se de nesçessidad se han de hallar en los qua-
llamó Hesperia, assi de todos los demás renta dias de navegación, ó en poco mas ó
se colige que las tierras, donde reynaron, menos tiempo, como Seboso dice ; é assi
tomaron los nombres de aquellos reyes Colom las halló en el.segundo viaje que
que las posseyeron. Ávido aquesto por hiço, volviendo á estas partes, quando
cierto presupuesto, volviendo á lo que reconosció la isla Desseada, é Mariga-
aqui hace á nuestro caso, digo que de lante, é las otras islas que están en aquel
Héspero duodécimo, rey de España como paraje, como en su lugar se hará particu-
está dicho, se nombró Hesperia. Dice el lar mención. Y en lo que dice Seboso de
Abulensis (lib. Ill, cap. LXXIX) sobre quarenta dias de navegación, está muy
general, tratando no solo de la Española , sino de tuvo siempre Herrera por tana, dañosa y lisonge-
todas las Indias Occidentales; pero esta opinion la ra, como procuró demostrarlo en el citado Discurso.
DE INDIAS. LÏB. II. GAP. ffl. 17
bien medido é considerado el camino, é Mauritania, que aquella cibdad quel Isi-
si agora acaesçe navegarle algunas veçes doro diçe ( llamada Hespéride ) que dio
en menos tiempo, puédelo causar el ser nombre á las islas Hespéridos ( que fue si-
mejores los navios, é los hombres mas tuada en el fin de Mauritania), está claro
expertos é diestros agora en el navegar que la fundaría é nombraría assi el mis-
que en aquella edad ó sacón que él lo rey Héspero, y que él daria también su
dixo. nombre á las dichas islas ; pues diçe assi
La isla Desseada, que se dixo de suso mesmo que las islas Hespéridos sou ultra
está derechamente al Occidente del Cabo Gorgades, en los fines de los íntimos
Verde é ele las islas Gorgades, que Solino mares, y en esto se concuerda con los
por Seboso testifica ; é hay desde la isla de auctores suso dichos é con Seboso; é
Sanctiago, que es una de las mas occiden- por tanto las mismas islas Hesperides son
tales de Cabo Verde (ó Gorgades) hasta la estas islas de las Indias de España.
Desseada seysçientas leguas pocas mas ó ítem; Ambrosio Calepino en su tractado
menos. Es de tanto crédito esto, que di- de dictiones latinas é griegas diçe assi:
ce Solino , que conformándose con él, Hesperides apellalœ sunt Hesperi, fratris
quasi lo mesmo diçe y escribe Plinio At hl antis : las Hespéridos son llamadas é
(üb. VI, cap. XXXI), aprobando la mis- se nombraron assi de Héspero, hermano
ma opinión é auctoridad ; pues diçe que de Athlante. De forma que se entiende de
Estacio Seboso pone desde las Gorgades tan verdaderas é auténticas auctoridades
hasta las Hesperides navegación de qua- que las Hesperides están en navegación de
renta dias, de lo qual se colige quel Tos- quarenta días al poniente de las Gorga-
tado inconsideradamente dixo que los des ó islas de Cabo Verde, que son las
poetas llaman Hesperides á las islas For- mismas, como los auctores que he dicho
tunadas (é si los poetas tal tienen, ellos quieren. E assi como España é Italia é
se engañan como en otras cosas muchas); aquella cibdad, que se dixo en Mauritania,
porque desde las Gorgades á las Fortuna- se nombraron Hespéridas y Hespéride de
das no hay sino doscientas leguas ó menos, Héspero, rey duodécimo de España, assi
lo qual no seria navegación de quarenta las islas que se dicen Hespéridos, é que
dias, como los auctores de suso alega- señalan Seboso é Solino , é Plinio é Isi-
dos dicen. De manera que los poetas no doro segund está dicho, se deben tener
tuvieron por las Hesperides sino á estas indubitadamente por estas Indias, é
islas de nuestras Indias, quanto mas (pie aver seydo del señorío de España desde el
diçe Isidoro (lib. XIV, cap. VI, Elhim.): tiempo de Héspero, duodécimo rey della,
Hesperklum insulœ vocatœ à civitate Hespe- que fue, segund Beroso escribe, mili é
ride, quœ fiuntin finibus Mauritaniœ, sunt seysçientos é çinquonta é ocho años antes
mim ultra Gorgades sitœ sub Aihlanteum la- quel Salvador del inundo nasçiesse. Y por-
tus in int ¿mis maris finibus, etc. No dis- que al presente corren de su gloriosa Na-
crepa esta sentencia con lo que se tocó de tividad mili é quinientos é treynta é cinco
suso de Beroso , alegando á Higinio, que años, sigúese que agora tres mili é ciento
Athlante y Héspero fueron hermanos, é no é noventa é tres años España é su rey
de Mauritania , sino de Italia ; y deste Héspero señoreaban estas islas 6 Indias
Héspero se dixo Hesperia, España, é no Hesperides; é assi con derecho tan aníi-
de la estrella, y que Italia y España deste quíssimo, é por la forma que está dicha,
rey se nombrassen Hesperias. ó por la que adelante se dirá en la prose-
E assi dig) vo que, pues tuvieron á cución de los viajes de) almirante Chrips-
TOMO I.
18 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
tóbal Colom, volvió Dios este señorío á de su monarchia. Assi que, fundando mi
España á cabo de tantos siglos. E paresçe intención con los auctores que tengo ex-
que, como cosa que fue suya, quiere la di- presados , todos ellos señalan á estas
vina justicia que lo haya tornado á ser é lo nuestras Indias. E por tanto yo creo que
sea perpetuamente, en ventura de los bien- conforme á estas auctoridades (ó por
aventurados é Cathólicos Reyes, don Fer- ventura á otras que con ellas Colom po-
nando é doña Isabel, que ganaron á Gra- dría saber), se puso en cuydado de bus-
nada é Ñapóles, etc. ; en cuyo tiempo é car lo que halló, como animoso experi-
por cuyo mandado descubrió el almirante, mentador de tan ciertos peligros é lon-
don Chripstóbal Colom, este Nuevo Mundo guíssimo camino. Sea esta ú otra la ver-
ó parte tan grandíssima del, olvidada en dad de su motivo : que por qualquier
el universo : la qual después, en tiempo consideración que él se moviese, em-
de la Cesárea Magestad del emperador, prendió lo que otro ninguno hizo antes
nuestro señor, mas largamente se ha sa- del en estas mares, si las auctoridades ya
bido é descubierto, para mayor amplitud dichas no oviessen lugar.
CAPITULO IV.
Que tracla como Chripstóbal Colom fue el que mostró á navegar los españoles por las alturas del sol é
norte , i de cómo fue' á Portugal e otras partes á buscar quien le ayudasse al descubrimiento deslas
Indias, é le favoresçiesse para ello , é cómo ovieron nolieia de su persona los Cathólicos Reyes, don Fer-
nando é doña Isabel, por cuyo mandado hizo este descubrimiento.
His opinion de muchos ( é aun la razón apartadas, como estas Indias están de Es-
lo enseña é amonesta que se crea ) que paña, é servirse el piloto de la razón del
Chripstóbal Colom fue el primero que en quadrante, requiérense mares de mucha
España enseñó á navegar el amplíssimo longitud é latitud, como aquestas que hay
mar Océano por las alturas de los grados de aqui á Europa ó á la Especiería que
de sol y norte. E lo puso por obra; por- tenemos al poniente de la Tierra-Firme
que hasta él, aunque se leyesse en las destas Indias.
escuelas tal arte, pocos (ó mejor dicien- Movido, pues, Colom con este desseo,
do ninguno ) se atrevían á lo experimen- como hombre que alcançaba el secreto
tar en las mares ; porque es sçiençia que de tal arte de navegar (quanto á andar
no se puede exerçitar enteramente, para el camino), como docto varón en tal
la saber por experiencia y efecto, sino sçiençia, ó por estar certificado de la
se usa en golphos muy grandes é muy cosa por aviso del piloto que primero se
desviados de la tierra. E los marineros é dixo que le dio noticia desta oculta tier-
pilotos é hombres de la mar hasta enton- ra en Portugal, ó en las islas que dixe
ces arbitrariamente haçian su oficio, se- (si aquello fué assi); ó por las auctorida-
gund el juicio del nauta ó piloto; pero no des que se tocaron en el capítulo antes
puntualmente ni con la razón que hoy se deste, ó en qualquier manera que su
hace en estas mares, sino como en la desseo le llamasse; trabajó por medio
mar Mediterránea, y en las costas de Es- de Bartolomé Colom, su hermano, con
paña é Flandes, y en toda Europa y Afri- el rey Enrique YII de Inglaterra (pa-
ca , é restante del mundo, donde no se dre de Enrique VIH que hoy allí rey-
apartan mucho de la tierra. Mas para na- na) que le favoresçiesse é armasse para
vegar en demanda de provincias tan descobrir estas mares occidentales; ofre-
DE INDUS. LIB I. GAP. IV. 19
ciéndose á le dar muchos tesoros en que le escuchaban no tenían el concepto
acresçentamiento de su corona y Esta- é gusto, ó esperança que solo Colom te-
dos , de muy grandes señoríos é reynos nia del buen fin de su desseo, no sola-
nuevos. Informado el rey de sus con- mente se le daba poco, mas ningún cré-
sejeros , y de personas á quien él come- dito, y aun teníase por vano quanto de-
tió la examinacion desto; burló de cía. Y turóle quasi siete años esta im-
quanto Colom deçia, é tuvo por vanas portunación, haciendo muchos ofresçi-
sus palabras. El qual no desconfiado por mientos de grandes riqueças y Estados
esto, assi como vido que allí no era aco- para la corona de Castilla. Pero como
gido su servicio, comencó á mover é traía la capa rayda (ó pobre), teníanle por
tractar la misma negociación con el rey fabuloso y sonador de quanto deçia é ha-
don'Juan, segundo de tal nombre en Por- blaba ; assi por no ser conosçido y ex-
tugal ; é tampoco fió del, aunque ya tranjero y no tener quien le favoresçiesse,
era Colom casado en aquel reyno., é se como por ser tan grandes y no oydas las
habia hecho natural vassallo de aquella cosas que se pro feria de dar acabadas.
tierra por su matrimonio. Pero por esso Ved si tuvo Dios cuydado de dar estas
no se le dio mas crédito, ni el rey de Indias cuyas son ; pues rogados Inglater-
Portugal quiso favoresçer ni [ayudar al ra é Portugal con ellas, y los duques que
dicho Colom para lo que deçia. De ma- he dicho, no permitió que alguno de
nera que determinó de irse en Castilla; y aquellos reyes tan poderosos, ni los du-
llegado á Sevilla, tuvo sus_]inteligencias ques tan ricos que dixe, quisiessen aven-
con el ilustre y valeroso don Enrique de turar tan poca costa, como la que Colom
Guzman, duque de Medina-Sidonia ; y les pedia; para que descontento de
tampoco halló en él lo que buscaba. E aquellos príncipes, fuesse á buscar los
movió después el negocio mas larga- que halló tan ocupados, como á la sacón
mente con el muy ilustre don Luis de la estaban, en la sancta guerra de los mo-
Cerda, primero duque de Medina Celi, ros del reyno de Granada.
el qual también tuvo por cosa fabulosa Ni es de maravillar si tan Cathólicos Rey
sus ofrecimientos, aunque quieren decir é Reyna, movidos á buscar ánimas que
algunos que elxluque de Medina Celi, ya se salvassen (mas que tessoros y nuevos
queria venir en armar al dicho Colom en Estados, para que con mayor ocupación
su villa del Puerto de Sancta Maria, y y cuydado reynassen) acordaron de fa-
que no le quisieron dar licencia el Rey é voresçer esta empressa y descubrimien-
Reyna Cathólicos para ello. Y por tanto, to. Ni crea ninguno que esto se podia
como no era tan alto señorio sino para escusar á su buena ventura ; porque no
cuyo es, fuesse Colom á la corte de los vio ojo, ni oyó oreja, ni subió en cora-
sereníssimos é Cathólicos Reyes, don Fer- çon de hombre las cosas que aparejó
nando é doña Isabel ; y alli anduvo un Dios á los que le aman. Estas y otras
tiempo con mucha nesçessidad é pobreça, muchas venturas cupieron en aquellos
sin ser entendido de los que le oian, pro- buenos reyes nuestros, por ser tan ver-
curando que le favoresçiessen aquellos daderos siervos de Jesu Chripsto y desseo-
bienaventurados reyes y le armasen al- sos del acresçentamiento de la sagrada
gunas caravelas, con que en su real nom- religion suya. Y por tanto la voluntad
bre descubriesse este Nuevo Mundo , ó divina les dio noticia de Chripstóbal Co-
partes incónitas del en aquella saçon. Y lom ; porque el mismo Dios mira todos
como esta empresa era cosa en que los los fines del mundo, y vé todas las co-
20 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
sas de debaxo del cielo. Y quando llegó quista sanctíssima que entre las manos
la hora que tan grande negociación se tenian, con que dieron fin á la subjecion
concluyesse, fué por estos términos. de todos los moros de las Españas ( don-
En aquel tiempo que Colom, como di- de habían estado en despecho y ofensa
xe, andaba en la corte, llegábase ácasa de los chripstianos desde el año de siete-
de Alonso de Quintanilla, contador ma- çientos y veynte que la Virgen parió al
yor de cuentas de los Reyes Cathólicos Salvador, como muchos auctores en con-
(el qual era notable varón y desseoso del formidad escriben); pero demás de re-
acresçentamiento y servicio de sus re- ducir á España toda á nuestra cathólica
yes) , y mandábale dar de comer y lo religion, propusieron de enviar á buscar
nesçessario por una compasibilidad de este otro Nuevo Mundo á plantarla en
su pobreça. Y en este caballero halló él, por no vacar ninguna hora en el ser-
mas parte é acogimiento Colom que en vicio de Dios. Y con este sancto propó-
hombre de toda España, é por su res- sito mandaron despachar á Colom, dán-
pecto é intercession fué conosçido del dole sus provisiones y cédulas reales, pa-
reverendíssimo é ilustre cardenal de Es- ra que en el Andalucía se le diessen tres
paña, arçohispo de Toledo, don Pedro caravelas del porte y manera que las pi-
Gonçalez de Mendoça, el qual comencóá dió, y con la gente é bastimentos que
dar audiencia á Colom, é conosció del convenia para viaje tan largo, y de que
que era sabio é bien hablado, y que da- ninguna certinidad se tenia mayor que
ba buena raçon de lo que deçia. Y túvo- el buen çelo é sancto fin de tan crips-
le por hombre de ingenio é de grande tianíssimos príncipes; en cuya ventura é
habilidad ; é concebido esto, tomóle en por cuyo mandado tan grande cosa se
buena reputación, é quísole favoresçer. començaba. Y porque avia nesçessidad
Y como era tanta parte para ello, por de dineros para su expedición, á causa
medio del cardenal y de Alonso de de la guerra, los prestó para facer esta
Quintanilla fué oydo del Rey é de la Rev- primera armada de las Indias y su des-
na ; é luego se principió á dar algún cré- cubrimiento, el escribano de ración, Luis
dito á sus memoriales y peticiones, é de Sanct Angel. Y esta primera capitu-
vino á concluirse el negocio, teniéndolos lación é assiento que el Rey é la Reyna
Reyes Cathólicos cercada la grande y tomaron con Colom, fué en la villa de
muy nombrada cibdad de Granada, año Sancta Fé, en el real de Granada, á diez
de mili é quatroçientos é noventa é dos y ocho de abril de mili é quatroçientos
años de la Natividad de nuestro Rédemp- noventa é dos años, la qual pasó ante
tor. Y desde aquel real é campo aque- el secretario, Juan de Coloma. E fuéle
llos bienaventurados príncipes le despa- confirmada la dicha capitulación por un
charon á Colom en aquella villa, que en real privilegio, que le fué dado desde á
medio de sus exércitos fundaron, llama- trece dias que se contaron treinta de
da Sancta Fé; y en ella, y mejor dicien- abril en la cibdad de Granada del dicho
do en la mesma sancta fé, que en aque- año de noventa é dos. Y con este des-
llos coraçones reales estaba, ovo prin- pacho partió Colom donde es dicho y
cipio este descubrimiento. fuesse á la villa de Palos de Moguer,
N3 contentándose aquellos sanctos donde puso en orden su viaje.
príncipes con sola su empresa é con-
DE INDIAS. LIB. II. CAP. V. 21
CAPITULO V.
Del primero viaje y descubrimiento de las Indias, hecho por don Chnpstóbal Colom , primero descubri-
dor délias, por lo qual dignamenle fué hecho almirante perpetuo destas mares é imperio de las Indias
destas partes.
CAPITULO vi.
Cómo el almirante descubrió esta Isla Española, é dexó en ella treinta é ocho chripstianos en tierra del rey
ó cacique Goacanagari, en tanto que llevaba las nuevas del descubrimiento primero destas partes; é cómo
volvió á España en salvamento.
JCjn aquella isla que he dicho de Gua- hama (que es la mayor de todas), el Yu-
nahani ovo el almirante é los que con él cayo y Nequa, Habacoa é otras muchas
yban vista de indios é gente desnuda, é isletas pequeñas que por allí hay.
allí le dieron noticia de la isla de Cuba. E Tornando á la historia, llegado pues
como paresçieron luego muchas isletas que el almirante á la isla de Cuba donde he
están juntas y en torno de Guanahani, dicho, saltó en tierra con algunos chrips-
començaron los chripstianos á llamarlas tianos , y preguntaba á los indios por Ci-
Islas Blancas (porque assi lo son por la pango, y ellos por señas le respondían y
mucha arena), y el almirante les puso señalaban que era esta isla de Hayti, que
nombre las Princesas, porque fueron el agora llamamos Española. E creyendo los
principio de la vista destas Indias. E ar- indios que el almirante no acertaba el
ribó á ellas, en especial á la de Guana- nombre , decían ellos: Cibao, Cibao!, pen-
hani , y estuvo entrella y otra que se dice sando que por decir Cibao deçia Cipan-
Caycos; pero no tomó tierra en ninguna go; porque Cibao es donde en esta isla
délias, segund afirma Hernán Perez Ma- Española están las minas mas ricas y de
theos , piloto que hoy dia está en esta cib- mas fino oro. E assi el almirante con las
dad de Sancto Domingo, que dice que se tres caravelas , guiado por los indios, de
halló allí. Pero á otros muchos he oydo los quales algunos de su grado se entra-
decir quel almirante baxó en tierra en la ron en los navios, se embarcó en aquel
isla de Guanahani é la llamó Sanct Sal- puerto de Baracoa de Cuba, é vino á es-
vador , é tomó allí la possession ; y esto ta isla de Hayti, que agora llamamos Es-
es lo mas cierto y lo que se debe creer pañola , y de la parte ó banda del norte
dello. E de allí vino á Baracoa, puerto de surgió en un muy buen puerto, é llamóle
la isla de Cuba de la vanda del norte ; el Puerto Real. Y á la entrada del tocó en
qual puerto es doce leguas mas al po- tierra la nao capitana, llamada la Galle-
niente de la punta que llaman Mayci; é ga, é abrióse; pero no peligró ningún
ailí falló gente , assi de la propia isla de hombre : antes muchos pensaron que ma-
Cuba, como de las otras que están al norte ñosamente la avian hecho tocar, para de-
opuestas , que son la isla Guanahani que xar en la tierra parte de la gente, como
tengo dicho, é otras muchas que allí hay, quedó. E allí salió el almirante con toda
que se llaman islas de los Lucayos gene- su gente, é luego vinieron á habla é con-
ralmente todas ellas , no obstante que ca- versación con los chripstianos muchos in-
da una tiene su propio nombre y son mu- dios de paz de aquella tierra, la qual era
chas ; assi como Guanahani, Caycos, Ju- del señorío del rey Guacanagari (que los
meto, Yabaque, Mayaguana, Samana, indios llaman cacique, assi como los
Guanima, Yuma, Curatheo, Cis;uateo, Ba- chripstianos decimos rey), con el qual se
TOMO I.
26 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
trató luego la paz é amistad. Y él vino á diessen pesadumbre ni enojo alguno á los
ella muy de grado, y se vido con el al- indios por ningún caso, en quanto possi-
mirante y los chripstianos muy doméstica- ble les fuesse. Y como se perdió la nao
mente é muy continuo, y se le dieron algu- capitana, passósse el almirante á la ca-
nas cosas de poco valor (entre los chrips- ravela llamada la Niña, en que yban
tianos, pero de los indios muy estimadas), Francisco Martin é Vicente Yañez Pinçon.
assi como cascabeles, alfileres, agujas é Mas como de la quedada de aquesta gen-
algunas cuentas de vidro de diversas co- te no le plugo al capitán de la otra cara-
lores ; lo qual el cacique é sus indios con vela Pinta, llamado Martin Alonso Pin-
mucha admiración contemplando, mostra- çon , hermano de estos otros, contradí-
ban apreciarlo y estimar, y holgaban mu- xolo todo quanto él pudo; é deçia que
cho de que algo assi se les daba, y ellos era mal hecho que aquellos chripstianos
traian á los chripstianos de sus manjares é quedassen tan lexos de España, seyendo
cosas que tenían. tan pocos, é porque no se podrían pro-
Viendo el almirante que aquesta gente veer ni sostener y se perderían. Y á este
era tan doméstica, parescióle que segu- propósito dixo otras palabras, de que el
ramente podría dexar allí algunos chrips- almirante se resabió, y sospechóse que
tianos para que en tanto que él volvía le quisiera prender; y el Martin Alonso,
á España aprendiessen la lengua é cos- con temor que ovo desta sospecha, se
tumbres desta tierra. Efiço haçer un cas- salió á la mar con su caravela Pinta é
tillo quadrado, á manera de palenque, con fuese al puerto de Gracia, veynte leguas
la madera de la caravela capitana ó Ga- al leste u oriente apartado del dicho puer-
llega, que es dicho que tocó al entrar del to real. Y en tanto que el almirante tar-
puerto, é con faxina é tierra lo mejor que dó en la obra que dixe de aquel castillo,
se pudo fabricar en la costa á par del súpose de los indios de la tierra, donde
puerto é arraçifes del, en un arenal. E dio estaba el Alonso Martin é la otra carave-
orden el almirante á treynta é ocho hom- la; é luego los otros dos hermanos Pin-
bres, que allí mandó quedar, de lo que çones que estaban con el almirante, pro-
avian de hacer en tanto que él llevaba curaron de le reconciliar é volver á la
tan prósperas nuevas de su descubri- gracia del almirante, é acabaron con él
miento á los Reyes Cathólicos, é tornaba que le perdonasse. Y él lo fiço assi por
con muchas mercedes para todos, ofres- muchos respectos, y en especial porque
çiéndoles complidos galardones á los que la mayor parte de quantos hombres de la
assi quedaban. Y nombró entre aquellos mar tenia, eran parientes é amigos destos
por capitán á un hidalgo llamado Rodri- Pinçones hermanos y de una tierra, y es-
go de Arana, natural de Córdoba, é man- tos tres eran los mas principales. Y assi
dóles, que le obedesçiessen como á su per- como le perdonó, le escribió una carta
sona. Y para si aquel muriesse en tanto muy generosa, como en el caso con venia,
que él volvía, señaló otro, é para después é mandó que aquel puerto se Marnasse
del segundo nombró otro tercero ; de for- puerto de Gracia, é assi se nombra hasta
ma que nombró dos para después de los agora. E los indios que llevaron la carta
días del primero. Y dexó con ellos á un volvieron otra, respondiendo Martin Alon-
maestre Juan, cirujano, buena persona: so al almirante é teniéndole en merced
é amonestó á todos que no entrassen la el perdón ; é assi se concertaron para que
tierra adentro, ni se desacaudillassen, ni en cierto dia el Martin Alonso, desde don-
dividiessen, ni tomassen mugeres, ni de estaba con aquella caravela, y el al-
DE INDIAS. LIB. II. CAP. VI. 27
mirante con la otra, se fuessen á juntar como Dios, nuestro Señor, fué servido que
en la Isabela, é allí saltaron todos en tier- estas tierras se descubriessen, y que pa-
ra muy conformes. Aquel assiento de la ra hallarlas oviese seydo próspera é acer-
Isabela es en la misma costa diez é ocho tada la navegación deste primero viaje y
leguas ó poco mas al leste de Puerto Real. en breve tiempo; assi tuvo por bien é
No fué poca maravilla para los indios permitió que fuesse favorable la vuelta, é
ver cómo por las cartas los chripstianos llevó en salvamentOreste primero descu-
se entendian ; y llevábanlas puestas los bridor destas Indias á España. E fué á
mensajeros en un palillo, porque con te- reconosçer las islas de los Acores, é á
mor é acatamiento las miraban, y creían qua tro dias de marco de mili é quatro-
que cierto tenian algún espíritu é habla- çientos é noventa y tres entró en Lisbo-
ban, como otro hombre por alguna dei- na , desde donde se fué al puerto de Pa-
dad é no arte humana. los, adonde se avia embarcado quando
Juntos el almirante é su gente, y que- comencé esta jornada, é no estuvo des-
dando los treynta é ocho hombres donde de que partió desta isla fasta que en Cas-
se dixo, tomaron agua y leña y lo que mas tilla tomó tierra sino cincuenta dias. Pe-
pudieron de los bastimentos desta tierra, ro estando ya cerca de Europa, por tor-
para que mas les lurassen los que les que- menta, se apartarou launa caravela de
daban de los que truxeron de Castilla ; é la otra, é corrió el almirante á Lisbona
salieron de la Isabela, el qual nombre el al- y el Martin Alonso á Bayona de Galicia.
mirante puso á aquella provincia é puerto E después cada navio destos tomó su ca-
en memoria de la Cathólica Rey na, doña mino para el rio de Saltes, é de caso en-
Isabel. E desde allí ambas caravelas fueron traron en un mismo dia ; y entró el al-
á Puerto de Plata, el qual nombre le puso mirante por la mañana é la otra caravela
el almirante ; é después fueron á puerto de llegó en la tarde. E porque se tuvo sos-
Samana (assi llamado por los indios). E pecha que por las cosas passadas el al-
desde Samana, que es en esta Isla Espa- mirante faria prender al Martin Alonso
ñola de la banda del norte, tomaron estas Pinçon, salióse en una barca del navio,
dos caravelas su derrota para Castilla con assi como entraba á la vela, é fuesse don-
mucho placer, encomendándose todos á de le paresció secretamente, y el almi-
Dios é á la buena ventura de los Cathó- rante luego se partió para la corte con
licos Reyes de España, que tan grandes la grande nueva de su descubrimiento. Y
nuevas esperaban, aunque no confiados como el Martin Alonso supo que era ydo
de la sçiençia de Colom, sino de la mi- fuesse á Palos á su casa, é murió desde á
sericordia de Dios. E llevó deste camino pocos dias, porque yba muy doliente.
el almirante nueve ó diez indios consigo, Tardó el almirante en reconosçer la
para que como testigos de su buena ven- primera tierra destas Indias en las islas
tura besassen las manos al Rey é á la de los Lucayos, segund he dicho, desde
Reyna, é viessen la tierra de los chrips- que de España partió quassi tres meses,
tianos é aprendiessen la lengua , para que y en volver á España y en lo que acá se
quando aquestos acá tornassen, ellos é detuvo otros tres, y en todo estuvo en la
los chripstianos que quedaban encomen- venida é vuelta seys meses, diez dias mas
dados á Goacanagari y en el castillo que ó menos.
es dicho de Puerto Real, fuessen lenguas Tornando á la historia, digo que des-
é intérpretes para la conquista é pacifi- pués que Colom salió en Palos con les in-
cación é conversion destas gentes. Eassi dios que llevaba destas islas, de los qua-
28 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
les uno se le avia muerto en la mar, to- noche, y en recelo, como lo suelen hacer
mó los seys que yban sanos, é dexó allí los que son prudentes é sabios pilotos,
dos ó tres que estaban dolientes, é fues- quando descubren y van por mares que
se á la corte de los Cathólicos Reyes á no se saben ni han navegado.
darles cuenta de su prosperidad, é de lo En esto que á los hombres de la tier-
que Dios acresçentaba en los reynos é se- ra é que no han cursado la mar no les
ñoríos de Castilla : ja qual nueva no se parescerá por ventura bien, ó no tan sa-
esperaba en tan breve tiempo, porque broso de mi obra, tengan respecto á que
en la verdad fué cosa de admiración, se- yo escribo para los unos é los otros, é
gund lo que después tardaban otras naos tome cada uno lo que hace á su gusto ó
é caravelas en venir é volver desde acá propóssito, é lo otro déxelo para cuyo
hasta que esta navegación se fué mejor es. Que bien veo que los hombres de la
entendiendo. E aun hoy que se sabe me- mar me culparian, si no pusiesse é apun-
jor , seria assaz dos navios andar lo que tasse lo que es para ellos ; y los caballe-
aquellos anduvieron en tan breve tiem- ros y gente exerçitada en la tierra que
po ; puesto que, como digo, agora está la no entendieren algunos términos de la
navegación entendida, y estonces la an- navegación, con que me conviene dar
duvieron á tiento, é con la sonda siem- cuentadestas cosas de la mar, passen ade-
pre en la mano, é apocando las velas de lante: que aquello no les impide lo demás.
CAPITULO VIL
De quaíro cosas notables en el año de mili é quatroeientos y noventa é dos años ; é de quando el al-
mirante don Chripstóbal llegó á la corte de los Reyes Cathólicos, don Fernando é doña Isabel, é de
las mercedes que le fiçieron, después que volvió á España del primero descubrimiento délas Indias; é
la raçon porque se debe creer que en estas parles fué predicado el Evangelio por los apóstoles ó por al-
guno dellos.
^on menor auctoridad enseña el que lio, echaron los judíos de sus reynos. El
habla las cosas que oyó, quel que dice mismo año viernes, siete dias del mes
las que vio. Esto Sanct Gregorio lo dice de deçiembre, un villano natural del lu-
sobre los capítulos catorce é quince de gar de Remensa del Principado de Cata-
Job ; mas yo no lo traygo aqui á conse- luña, llamado Juan de Cañamares, dio
qüencia solamente por los que aquestas en Barcelona una cuchillada al Rey Ca-
cosas de Indias las han escripto desde thólico en el pescueço, tan peligrosa
España por oydas, sino dígolo porque que llegó á punto de muerte : del qual
hablaré aquí de las de España desde las traydor fué hecha muy señalada justicia,
Indias. Mas hay en ello lo uno é lo otro; no obstante que, segund paresció, él esta-
porque aunque vivo acá, vi lo que ba loco, é siempre dixo que si le matara,
acaesció acullá; y porque no es fuera de que él fuera rey. Y en aquel mesmo año
mi propósito, digo que fué muy notable descubrió Colom estas Indias, é llegó á
en España el año de mili é quatroeientos Barcelona en el siguiente de mili é qua-
é noventa é dos años. En el qual á los troeientos é noventa é tres años, en el
dos di as del mes de enero tomaron los mes de abril, é falló al Rey assaz flaco,
Cathólicos Reyes, don Fernando é doña pero sin peligro de su herida.
Isabel, la muy nombrada é gran cibdad Aquestos notables se han traydo á la
de Granada. El mismo año, en fin de ju- memoria, para señalar el tiempo en que
DE INDIAS. LIB. II. CAP. VII. 29
Colom llegó á la corte, en lo quai yo Sancto Evangelio en nuestros tiempos, no
hablo como testigo de vista, porque me cessa por esso que desde el tiempo de
hallé paje muchacho en el cerco de Gra- los apóstoles no supiessen estas gentes
nada , é vi fundar la villa de Sancta Fé salvajes de la redempçion chripstiana
en aquel exército, é después vi entrar é sangre que nuestro Redemptor, Jesu
en la cibdad de Granada al Rey é Reyna Chripsto, vertió por el humano linage:
Gathólicos, quando se les entregó; é vi antes es de creer que ya estas generacio-
echar los judios de Castilla y estuve en nes é indios destas partes lo tenían olvi-
Barcelona, quando fué ferido el Rey, co- dado; pues que hi omnem terram exivil
mo he dicho ; é vi allí venir al almirante, sonus eorum , et in fines orbis terree ver-
don Chripslóbal Colom, con los primeros ba eorum. Conforme á lo que es dicho
indios que destas partes allá fueron en del psalmista David 2, dice Sanct Gre-
el primero viaje é descubrimiento. Assi gorio sobre el capítulo diez y seis de
que no hablo de oydas en ninguna des- Job estas palabras : la Sancta Iglesia há
tas quatro cosas, sino de vista; aunque ya predicado en todas las partes del
las escriba desde aquí, ó mejor dicien- mundo el misterio de nuestra Redemp-
do , ocurriendo á mis memoriales desde çion. Assi que, estos indios ya tuvieron
el mismo tiempo escriptas en ellos. Vol- noticia de la verdad evangélica y no pue-
vamos á nuestra historia. den pretender ignorancia en este caso:
Después que fué llegado Colom á Bar- quédese esto álos*teólogos, cuya es esta
celona, con los primeros indios quedes- materia. Pero quiero decir, que puesto
tas partes á España fueron ó él llevó, é que de nuestra sancta fé cathólica acá
con algunas muestras de oro é muchos oviessen ávido noticia los antecessores
papagayos é otras cosas de las que acá destos indios, ya estaba fuera de la me-
estas gentes usaban ; fue muy benigna é moria destas gentes ; y assi fué gran-
graciosamente resçebido del Rey é de la díssimo servicio el que á Dios hicieron
Reyna. E despues que ovo dado muy lar- los Reyes Gathólicos en el descubrimien-
ga é particular relación de todo lo que to destas Indias. Y grande fué el mérito
en su viaje é descubrimiento avia passa- que adquirió nuestra nación en ser por
do, le fiçieron muchas mercedes aquellos españoles buscadas estas provincias, é
agradesçidos príncipes é le començaron tantos reynos de gentes perdidas é idó-
á tractar como á hombre generoso y de latras , por la industria y en compañía, y
Estado, é que por el grand ser de su debaxo de la guia del primero almirante,
persona propria tan bien lo meresçia. Mas don Chripstóbal Colom, reedificando é •
á mi paresçer (só la protestación por tornando á cultivar en estas tierras tan
mi hecha en el prohemio ó libro I), di- apartadas de Europa la sagrada passion
go que en aquestas nuestras Indias justo é mandamientos de Dios y de su Iglesia ca-
es que se tenga é afirme que fué predi- thólica; donde tantos millones de ánimas
cada en ellas la verdad evangélica, y gozaba, ó mejor diciendo, tragaba el infier-
primero en nuestra España por el apóstol no ; y donde tantas idolotrías é diabólicos
Sanctiago, é después la predicó en ella sacrificios y ritos que en reverencia de
el apóstol Sanct Pablo, como lo escribe Satanás se facían muchos siglos avia, çes-
Sanct Gregorio *. E si desde nuestra Casti- sassen; y donde tan nefandos crímenes y
lla se cultivó acá é transfirió la noticia del pecados se exercitaban, se olvidassen.
CAPITULO VIII.
Del segundo viaje quel almirante primero, don Chripstóbal Colom, hizo desde España á esta isla de Hayti ó
Española , é de cómo halló muertos los cripstianos que avia dexado en tierra del rey Guacanagari, é de la
concession quel Papa Alexandre VI hizo destas Indias á los Reyes Cathólicos, don Fernando é doña
Isabel, é sus subçessores en los reynos de Castilla y de Leon. Y del descubrimiento de las islas de los indios
flecheros, llamados caribes, é otras cosas notables.
¿tluién hay que no sepa que dio el Se- y que crió las ánimas de los hombres pa-
ñor las cosas terrenas para nuestros usos, ra los suyos, como nos lo recuerda Sanct
32 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Gregorio ? * Assi pues , conforme á es- la que se dixo primero fuesse de Portu-
to , los bienaventurados Reyes don Fer- gal; y de aquí los portugueses interpre-
nando é doña Isabel, desseando que tan que les queda todo lo del Oriente,
las ánimas destos indios fuessen pa- en lo qual se engañan. De manera que
ra Dios, mandaron quel almirante don conforme ala bula ó donación apostólica,
Chripstóbal Golom volviesse á esta isla de hecha á Castilla é á los Reyes della, se
Hayti ó Española con una muy buena ar- comprehenden todas las islas de la Espe-
mada, en que vinieron algunos caballe- ciería é de Maluco é Bruney, donde se
ros é hidalgos de su casa real é otros no- coje la canela, con toda la Especiería é lo
bles varones é hombres de claros linajes, demás del mundo, hasta tornar por el
desseosos de ver esta nueva tierra é las Oriente á la línea primera que se dixo
cosas délia. E ovieron primero aquellos del diámetro , significada á las çient le-
sanctos príncipes la merced é concession guas de las islas de los Acores é de Cabo
destas Indias por el Summo Pontífice, assi Verde. Y esto, como he dicho, cae en la
porque con mas justo título su sancto parte assi concedida á los Reyes Cathó-
p ropósito se efectuasse ( que era ampliar licos , de gloriosa memoria, é pertenesçe
la religion chripstiana, como siervos de á la corona de Castilla.
Dios), aunque para esto no tuviessen nes- Pero porque estas cosas están aproba-
çessidad, tomaron licencia é título del das por el vicario de Dios é de la sagra-
vicario de Christo, á quien ellos siempre da Iglesia, no es nesçessario decir otra
con fiel coraçon tuvieron obediencia, co- cosa, sino que yo he visto un treslado, auc-
mo por ser estas mares é imperio de la torizado y signado, de la Bula apostólica,
corona é conquista de Castilla, é averse la data de la qual dice : Datis Romee apud
solamente los Cathólicos Reyes don Fer- sanctum Petrum, anno lncarnationis Do-
nando é doña Isabel ocupado en este mini millessimo quadrigentessimo nonages-
memorable é sancto exerçiçio ; quanto simo tertio, quarto nonas maii, ponlifi-
mas que por lo que tengo dicho, ya mu- catus nostri anno primo. Pues conforme á
chos siglos antes fue este señorío de los lo amonestado por el Sancto Padre en su
reyes de España. Y assi el Papa dio al bula é donación apostólica, cerca del cuy-
Rey é Reyna é sus subçessores en los rey- dado que se debe tener en la conversion
nos de Castilla y de Leon estas Indias, é de los indios, vinieron religiosos, perso-
todo lo demás, fabricando una línea de nas de aprobada é sancta vida é letras;
polo á polo, por diámetro desde çient en especial fué escogido para esto fray
leguas adelante de las islas de los Acores Buil, de la Orden de sanct Benito, natu-
y de las de Cabo Verde, y desde allí ral de Cataluña. Al qual el mismo Sancto
discurriendo al poniente todo lo que en Padre dio pleníssimo poder para la ad-
el mundo se hallasse, de que no tuviesse ministración de la Iglesia en estas partes,
actual possession algún príncipe cripstia- como perlado é cabeça de los clérigos é
no. Después de lo qual, fue convenido é religiosos que en aquesta sacón acá pas-
assentado entre España é Portugal que saron, para el servicio del culto divino é
desde las dichas islas que dixe de suso, conversion destos indios. E truxeron los
trescientas é setenta leguas délias al Occi- ornamentos é cruces é cálices é imagi-
dente, se hiçiesse una línea de polo á po- nes , é todo loque era nesçessario para las
lo , é lo que quedasse entre esta línea é iglesias é templos que se hiçiessen. Y en
CAPITl LO IX.
Del viaje que desde España se hace para eslas Indias, é de la manera é forma que se tiene en la navega-
ción , é del árbol maravilloso de la Isla del Hierro, que es una de las islas Fortunadas, que agora
llaman las Canarias.
E nía cibdad de Sevilla tiene el empera- é todo lo que á estas partes viene, se
dor rey de España, nuestro señor, su real registran é visitan. E con su licencia, la
casa de Contractaçion para estas Indias, gente se embarcan con los capitanes é
é sus oficiales en ella; ante los cuales las maestres en el puerto de la villa de Sant-
naos é caravelas, gente <; mercaderías,, Lúcar de Barrameda, donde entra en el
36 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
mar Océano el río de Guadalquivir, que çarote que es de un caballero de Sevilla,
los antiguos llamaron Bétis, del nombre llamado Fernandarias de Sayavedra. Es-
de Beto, sexto rey de España, segund ta del Hierro es pequeña isla, é yo la he
afirma Beroso. E desde allí siguen su visto ya tres veces, viniendo á estas In-
viaje para las Islas de Canaria, que los dias. Está leste al hueste con el mar pe-
cosmógraphos llaman Fortunadas, que queño que llaman en Africa, puesta al
son estas: Lançarote, Fuerte Ventura, Occidente en veynte é siete grados é
Gran Canaria, Tenerife, la Palma, la medio de la equinoçial, de la banda de
Gomera, el Hierro ; de las quales hace re- nuestro polo ártico.
lación Solino en aquel su tractado de Tornando al viaje deste camino de nues-
Mirabilibus Mundi, é mas copiosamente tras Indias, digo pues que de una destas
Plinio, aunque no pone tan particular- siete islas, en especial de Gran Canaria,
mente, como hoy sabemos, aquel miraglo ola Gomera, ó la Palma, (porque están
de la Isla del Hierro, la qual él llama en mas derecha derrota y al propósito,
Umbrío. Y porque es cosa mucho de sa- é son fértiles é abundan de bastimentos,
ber , diré lo que en esto he entendido de y de lo que conviene á los que esta lar-
algunas personas fidedignas, é aun por- ga navegación hacen), toman alli los na-
que es notoria cosa. vios refresco de agua é leña, épan fres-
La Isla del Hierro no tiene agua dulce co é gallinas, é carneros é cabritos, é
de rio, ni fuente, ni lago, ni poço, y es vacas en pie, é carne salada é quesos, é
habitada, é todos los días del mundo la pescados salados de tollos é galludos é
provee Dios de agua celestial, no llo- pargos, é de otros bastimentos que con-
viendo. La qual le da desta manera. Ca- viene añadirse sobre los que las naos sa-
da día del mundo, desde una hora ó dos can de España. Aquel espacio é golpho
antes que esclarezca hasta ser salido el de mar que hay desde Castilla á estas
sol, suda un árbol que allí hay, é cae por islas, se llama el Golpho de las Yeguas,
el tronco del abaxo, é de las ramas é ho- á causa de las muchas délias que alli se
jas del mucha agua; estando continua- han echado. Porque como es tempestuo-
mente en aquel tiempo una nube peque- so mar, en mucha manera mas que desde
ña ó niebla sobre el árbol, fasta quel sol, alli adelante hasta las Indias, é de mas
dos horas después del alva ó poco me- peligro, acaesció en los principios que
nos , está encumbrado, é la nube desapa- esta tierra se poblaba, que trayendo los
rece, y el agua cessa decaer. Y en el ganados é yeguas desde España, todas
tiempo que es dicho, que pueden ser las mas délias se quedaron en aquel gol-
quatro horas poco mas ó menos tiempo, pho , por tormentas, ó por se morir en
en una balsa ó laguna hecha á mano pa- el viaje ; y de ser tan dificultoso de pas-
ra esto, allégase tanta agua al pie del ár- sarlas, començaron los hombres de la
bol , que basta para toda la gente que en mar á llamarle el Golpho de las Yeguas.
aquella isleta vive, é para sus ganados E assi se le puso este nombre é se ha
é bestias. La qual agua que assi cae, es quedado con él, porque las que llega-
muy excelente é sana. Esta isla y la de ban vivas hasta las islas de Canaria, las
la Gomera son del conde don Guillen tenían por navegadas ó puestas en salvo.
Peraça, vassallo de sus Magestades. E Mas también pudieran llamarle el golpho
todas las otras cinco islas de las Cana- de las vacas, pues no murieron menos
rias ó Fortunadas, son de la Corona real que de las yeguas de la mesma ma-
de Castilla, excepto la que llaman Lan- nera.
DE INDIAS. LIB. II. CAP. IX 37
Tardan desde España hasta estas is- mamos Española), navegan otras ciento
las las naos ocho ó diez dias poco mas é cinqüenta leguas.
ó menos comunmente. Y llegados allihan Assi que desde España hasta aqui hay
andado doçientas é cinqüenta leguas, mili é ciento é cinqüenta, ó mili é doscien-
(digo hasta la del Hierro), porque desde tas leguas poco mas ó menos. Esto se-
aquel paraje tomamos nuestra derrota pa- gund las cartas de navegar que agora se
ra estas partes. Y á vista desta isla se si- tienen por mas corretas é mejores que las
gue el camino en demanda de la isla passadas; porque en otras solian poner
Desseada, ó de alguna de las que se di- mili é trecientas leguas, y en algunas mas.
xo en el capítulo antes deste que están Pero como cada dia se va mejor enten-
en su paraje; é tardan veynte é cinco diendo este camino, los mas tienen que
dias poco mas ó menos, hasta ser con aqueste viaje es de mili é doscientas le-
la tierra de las islas, llamadas La Dessea- guas poco mas ó menos. Mas á causa del
da, Todos Sanctos, Marigalante, Gua- nordestear é noruestear de las agujas, as-
dalupe, ó la Dominica, ú otra alguna de si en el arbitrar este defecto de la aguja
las próximas á estas, segund el tiempo de marear, como por las continuas mu -
les hace, ó como es prudencia del piloto danças de los tiempos é corrientes de las
en saber guiar su navio; puesto que ha aguas, muchas mas leguas se andan en
acaesçido algunas veces passar las naos este camino de lo que es dicho, las mas
de noche ó por tiempos forçosos adelan- veces para venir á estas partes, é muchas
te, ó por estar cerrado el horiçonte, mas á la vuelta, para volver á España;
discurrir entre estas islas, sin ver alguna porque es otra derrota é navegación la
délias hasta dar en la isla de Sant Juan ó que se haçe para yr desde acá á Europa,
en esta Española, ó en la de Jamáyca como aqui diré.
(que agora se dice Sanctiago que está Tárdanse desde España á esta cibdad de
mas al poniente), ó por caso en la de Sancto Domingo comunmente treynta é
Cuba, que es la mas occidental de todas çinco é quarenta dias, no tomando los ex-
las que tengo dicho. E algunas veces tremos de los que tardan mucho mas ó lle-
por culpa ó desventura de los pilotos é gan muy mas presto de lo que he dicho;
marineros ha ávido navios que en nin- porque yo no digo sino lo que las mas ve-
guna de todas estas islas han tocado, é ces acaesçe. En la vuelta van desde aqui
se han passado de largo hasta la Tierra- á Castilla en cinqüenta é cinco dias pocos
Firme, y los menos destos se salvan. mas ó menos, puesto que el año de mili
Mas haciéndose el viaje con piloto bien é quinientos é veynte é cinco, estando
enseñado é diestro (de los quales ya hay la Cesárea Magestad en la cibdad de To-
muchos), siempre los mas reconosçen á ledo , fueron dos cara vela s desde aques-
una de las primeras islas que tengo di- ta cibdad de Sancto Domingo hasta en-
cho. E hasta allí se navegan desde las trar en el rio de Sevilla, en veynte y cinco
islas de Canaria setecientas é cinqüenta dias. Pero no se ha de tomar desto lo que
leguas (aunque en algunas cartas de na- raras veçes contesçe, sino lo que es mas
vegar ponen algo mas y en otras me- ordinario, pues los extremos no son de
nos); pero desta cantidad que he di- seguir. También solian tardar las naos en
cho de setecientas é cinqüenta leguas, volver á España tres y quatro meses, por-
poca puede ser la diferencia. Desde all i que porfiaban á hacer el camino é derrota
hasta llegar á esta cibdad de Sancto Do- que para acá avian traydo. E assi algu-
mingo de la isla do Hayti (que agora lla- nas veces peligraban é se tardaban do-
38 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
blado tiempo; lo qual agora está mejor Muchos peligros acaesçieron en los
entendido, é como mas diestros los pilo- principios ó primeros años que estas In-
tos en esta navegación, corren los navios dias se hallaron, assi al venir acá como
la vuelta del Norte, é van en demanda volviendo á Castilla, como en esta otra
de la isla Bermuda (que también se llama navegación de Tierra-Firme, é cada dia
la Garça) que está en treynta é tres gra- acaesçen cosas de notar á los que nave-
dos, é algunas veçes la veen é otras no. gan. E porque ovo cosas señaladas de que
Pero quando en esta altura se hallan las miraglosamente escaparon algunos, de-
naos , dexan la derrota que hasta alli lle- cirse há algo desto adelante en el libro
vaban la vuelta del Norte, é corren al último, porque no se interrompa la ma-
leste la via del Oriente, porque esta isla teria deste camino de España. El qual
está del leste al hueste, como Açamor en afirman todos los que muchas veces le
Africa ; é desde Açamor á Sanct-Lúcar, han andado, é son hombres que han ex-
donde entra Guadalquivir en la mar, hay periencia en las cosas de la mar, que es
ochenta leguas poco mas ó menos. Esta la navegación del mundo mas segura en-
manera de navegar mostró la experien- tre quantas se saben del mar Océano.
cia , porque despues que los navios se Desde aquesta Isla Española atraviessan
ponen en los treynta é tres grados, son las naos que de aqui parten, ó en esta
quassi ordinarios los vientos norueste é tierra tocan para Tierra-Firme, en siete
norte, con que van mas ayna que por es- y ocho y diez dias y en mas, segund á la
totra via que acá vinieron las naos. Aque- parte donde van guiadas ; porque la Tier-
lla isla que se dice la Bermuda ó la Gar- ra-Firme es muy grande, y hay diversas
ça , he yo visto á tiro de lombarda della, navegaciones ó derrotas para ella. Y por-
estando puesta la proa de la nao á ella é que aun no es tiempo para hablar en su
corriendo ya en ocho bracas de fondo. Es descubrimiento, quiero guardar esto para
isla pequeña é créese que está despobla- lo decir adelante en su lugar proprio. So-
da ; é yo yba determinado de hacer salir lamente digo en este caso, que quien
alli diez ó doce mancebos con sus armas desde la isla del Fierro, de quien queda
y que echassen media docena de puercos fecha mención (que es una de las siete
y puercas de los que llevábamos para Fortunadas ó de Canaria, y tan notable
nuestro matalotaje ó bastimento, para que por su agua), fuere en demanda de la
alli se criassen é hiçiessen carne para que costa ó Tierra-Firme, y á buscar aquel gran
en algún tiempo sirviesse. Y estando apa- rio llamado Marañon (que está en ella),
rejando de echar el batel fuera de la nao fallará á la Tierra-Firme y aquella costa t
para lo que es dicho, faltónos el tiempo navegando seysçientas leguas ó menos,
al contrario de mi propóssito, algo es- como mejor lo podrá entender quien fue-
forçado, é fizónos desviar la vuelta de re curioso por la moderna y experimen-
nuestro camino. Es tierra que no es alta tada cosmographia destas Indias. Pues
aunque tiene un lomo mas alto que toda Tholomeo, antiguo é cierto cosmógrapho¿
la otra tierra; y hay muchas gaviotas é no habló cosa alguna de la Tierra-Firme,
otras aves de agua por alli, y muchos pe- é lo que se dixo de Aristótiles é Solis
xes voladores, de los quales se dirá en su no é Plinio é Isidoro, en el capítulo II
lugar. Tiene aquestos dos nombres, porque deste libro, aquellas auctoridades islas
la nao que la descubrió se llamaba la Gar- Hespérides dicen, y en islas hablan y no
ça, y el capitán que alli yba se deçia Juan en Tierra-Firme. A lo que yo alcanço (só
Bermudez, el qual era natural de Palos. enmienda de los que otra cosa oviereo
DE INDIAS. LIB. II. CAP. IX. 39
leydo),para mí bien creo que el almirante isla del Hierro, donde se apunta é prin-
primero, don Chripstóbal Colom, no co- cipia esta derrota, está en veynte y siete
mencó este descubrimiento á lumbre de grados y medio, é que la isla Desseada
pajas ; sino con muy encendidas é claras es la que las naos vienen á buscar prime-
auctoridades é verdadera noticia destas ro, y que está en catorce. Y que esta
Indias. Pero porque no quiero ser ávido Isla Española, por la parte del mediodia,
por corto, diré dónde están estas islas é y esta cibdad de Sancto Domingo están
tierras nuevas, quando hablare en qual- en diez y ocho grados , é que lo mas an-
quiera parte délias. cho desta isla por la parte del norte está
Y satisfaciendo particularmente lo que en veynte grados ; de forma que paresçe
toca á este camino, digo que los que su- que á lo menos se abaxan quatro grados
pieren medir, hallarán que la isla Des- mas de lo que conviene, para tomar esta
seada (que es la primera en cuya deman- isla, por lo menos. Y cada grado de nor-
da las naos vienen de España é hacen su te á sur ó de polo á polo tiene diez y
derrota para estas Indias), está en catorce siete leguas é media. Assi que setenta le-
grados de la línia equinoçial, á la parte guas se aparta del paralelo desta Isla Es-
de nuestro polo ártico; é las de demás á pañola , dexándola á la parte del norte,
ella próximas, todas están en nuestro ho- y es assi verdad. Pero quien, despues que
rizonte deste mismo polo : algunas á los toma los diez y ocho grados, no se abaxa
lados de la Desseada hacia mediodia, y hasta los catorce, erraría mucho en ello,
délias á la parte septentrional, segundque despues que ha navegado veynte dias
ya las tengo nombradas en el cap. IV, con mediano tiempo. Porque sin tomar-
deste lib. II. Esta Isla Española de la parte los, yria por los diez y ocho á dar en las
que mira al austro, y en especial en esta islas que llaman las Vírgines, ó mas afue-
cibdad de Sancto Domingo , dista de la ra ; é alli hay muchos baxos é peligrosa
equinoçial diez y ocho grados, é á la par- entrada entre las islas. E si se fuesse en
te ó costa del Norte está en veynte grados diez y nueve ó en veynte, por ventura
é algún poco mas en alguna parte, y en por poco de tiempo contrario é por los
otras mucho menos, por las entradas que defectos del aguja de marear (que se di-
la mesma tierra desta isla tiene, ensan- rán en el capítulo siguiente), no tomaría
chándose y encogiéndose conforme á la esta isla, é por las corrientes yria á dar
proporción é figura suya. Assi que desde en las islas de los Lucayos, ó en la de
diez y ocho hasta veynte es la mayor la- Cuba, como hizo el almirante en su pri-
titud della ; de forma que podrá ser el mero viaje. E para excusar muchos in-
anchura treynta é siete leguas, é de lon- convenientes é peligros, é porque el em-
gitud tiene ciento y veynte leguas ó cien- bocamiento de las islas es mas segura
to y treynta poco mas ó menos. De las entrada en los catorce grados hasta quin-
otras islas de demás y de la Tierra-Firme, ce, tiénense á este número, procurando
en sus proprios lugares é historias mas siempre que sea de quince abaxo; por-
me déteme. que después de entradas las naos por tal
Alguno de los que bien entienden la paralelo entre las islas de la Desseada é
cosmographia y la disputan y enseñan la que llaman el Antigua é las que por
complidamente, estándose en la tierra, y alli hay, lo demás que resta del camino, á
no sabiéndola por vista y experiencia, di- causa de las corrientes, muy presto se
rán que he dicho un grande error en esta anda, é toman á placer esta isla.
plática deste viaje, porque dixe que la Esto que he dicho no se puede apren-
40 HÏSTORIA GENERAL Y NATURAL
deren Salamanca, ni en Boloña, ni en ras. E criado desde paje en la mar, qué-
Paris, sino en la cátedra de la gisola, dale el oficio tan fixo, quanto le basta su
que es aquel lugar donde va puesta el natural; porque aunque pequeños entren
aguja de navegar, é con el quadrante en en el arte, no salen todos pilotos, ni quan-
la mano ; tomando en la mar ordinaria- tos estudian no llegan á ser graduados
mente las noches el estrella, é los dias de doctores. Pero puédese tener por cosa
el sol con el astrolabio. Porque como dice muy averiguada que el que no se cria en
el italiano: altra vole la tabla que tovalla la mar desde muy pequeño pajeçico, nun-
bianca, digo yo que otra cosa quiere tam- ca salió perfecto marinero. Con esto con-
bién la navegación que palabras ; porque suena un proverbio cortesano que suelen
aunque los manteles estén blancos, no co- decir los curiosos: el que no fué paje, siem-
merán los convidados con solo esso, ni pre huele á acemilero. Quiero decir, que
porque uno estudie la cosmographia é la assi como desde niños se han de criar
sepa muy mejor quel Tholomeo, no sa- los pajes, hijos de los buenos, en la corte
brá, con quantas palabras están escriptas, é palacio para ser valerosos é bien cria-
navegar hasta que lo use. Ni el que lee dos é gentiles cortesanos, é no tener par-
medicina curará, como debe, al enfermo te de grosseros, assi los que han de ser
hasta que experimentado sea para catar marineros aprobados, es menester que en
el pulso, é por él entienda los paroxis- tierna edad comiencen á padesçer los tra-
mos é términos que se deben proveer en bajos de la mar, para no desmayar ni es-
la dolencia. Y dessa misma manera el pi- tar acobardados en el tiempo de los afor-
loto diestro, mirando el pulso de su gi- tunados ó peligrosos naufragios, é para
sola , que es aquella calamita mixta en el que salgan diestros pilotos. Y esto baste
aguja, le enseña el norte, y el quadrante quanto al camino, y quanto al segundo
su altura, y el astrolabio la del sol ; é su viage quel primero almirante fizo, conti-
experiencia le acuerda cómo ha de tem- nuando este descubrimiento, é quanto á la
plar las velas é gobernar sus marineros verdadera navegación destas mares desde
é gente , y la sonda le enseña las hondu- Europa.
CAPITULO X.
Deleresçery menguar del mar Mediterráneo y del mar Océano; en qué parles cresçe y mengua, como el
Medí (erróneo , y en qué costas mucho mas.
1 ues se ha movido la plática del exer- la verdadera causa que pone en efecto lo
çiçio de la navegación é destas mares de que mis ojos muchas veces han visto, y
acá, no es cosa para dexar en olvido, ni es el misterio aqueste.
de pequeña admiración, lo que agora di- Muy señalada cosa es el estrecho tan
ré , que he visto de la mar Océana en el famoso de Gibraltar, donde están aque-
fluxo ó refluxo de su cresçer é menguar; llos dos montes que los fabulosos grie-
porque hasta agora ningún cosmógrapho gos dixeron que Hércoles Thebano abrió,
ni astrólogo, ni hombre experto en las llamados Calpe é Ábila, dexando el uno
cosas de la mar, ni algund natural de mu- en Africa y el otro en Europa, para que
chos, á quien lo he preguntado, me han el mar Mediterráneo se comunicasse con
satisfecho ni dado raçon conveniente de el Océano. Desde aquella puerta, siguien-
DE INDIAS. LIB. IL CAP. X, 41
do al Levante en todo lo que el mar Me- que agora se dirá. No obstante lo que
diterráneo é Adriático, y Egeo (y los de suso es apuntado, digo que este mis-
otros que son miembros ó partes de aque- mo mar Océano, en la costa que la Tier-
lla agua toda que desde Gibraltar al Le- ra-Firme tiene opuesta al Mediodía, ó
vante hay salada entre Africa é Assia é parte austral, en la cibdad de Panamá é
Europa desse mar Mediterráneo), no cres- desde allí á la parte del Levante ó Po-
çe, ni mengua la mar comunmente mas niente de la misma cibdad é de la isla de
ni menos de lo que en Valencia é Bar- las Perlas (que los indios llaman Terare-
celona é Italia ; y quando algo mas de lo qui) y en las islas Taboga ó Toque, é
ordinario sale, es poco espacio mas por todas las otras que llaman de Sanct Pablo
algunas señaladas tormentas. Pero çes- é las demás de aquella mar del Sur al
sando aquellas, tórnase á su orden é tiem- Poniente, en mas de trescientas leguas que
pos ordinarios del invierno y del verano. yo he navegado por aquellas costas, cres-
Desde el estrecho afuera este mar Océa- çe é mengua tanto la mar, que quando
no cresçe é mengua mucho en la costa se retrae, paresçe que se pierde de vista
de Africa é Europa, como lo han visto ó en algunas partes. Pero sin duda son dos
veen cada dia los que miran la mar por leguas ó mas las que se aparta en luga-
la costa del Andaluçia y Portugal, é Ga- res algunos, desde la cibdad de Panamá
licia , é Asturias y las Montañas, é Viz- é por la costa occidental della. Esto he yo
caya, é Guipúzcua, é Normandia, ó Bre- visto muchos millares de veces.
taña , é Inglaterra, y Flandes, y Alema- Otro notable maravilloso en la mesma
ña y todo lo demás opuesto al Norte ; de materia, é de lo que mas se deben los
tal forma que es sin comparación ó en hombres maravillar, y es al mismo pro-
grandíssima manera mas lo que el Océano póssito de lo que está dicho. Desde la
cresçe donde he dicho. Digo mas, que mar del Norte á la del Sur, en que tan
por el mismo mar Océano (desde donde gran diferencia hay en el crcsçer é men-
mas cresçe de las partes que he dicho), guar de la mar, hay poco camino de costa
partiendo en una nao, e llegando á las á costa, atravesando la tierra desde la
islas de Canaria, assi en ellas como en cibdad del Nombre de Dios que está desta
las islas que he dicho destas Indias, y en parte de Tierra-Firme mirando el Norte,
quanto he tractado délias hasta el capí- hasta la cibdad de Panamá, que está al
tulo presente, y desta parte acá de la opósito en la misma Tierra-Firme, miran-
Tierra-Firme se ha fecho mención, y en do el Sur; porque no hay mas de diez y
todas las costas della que miran al Norte, ocho ó veynte leguas de través, é por
en mas de tres mili leguas, no cresçe ni donde el sol las anda no debe aver do-
mengua el agua de la mar mas ni me- ce, porque la tierra es muy áspera é
nos de lo que en Barcelona é dentro del montuosa. De manera que, pues todo lo
estrecho mar Mediterráneo. Y desta mis- que es dicho de ambas costas de Tierra-
ma manera en esta Isla Española y en Firme es un mismo mar Océano, cosa es
la de Cuba, y en todas las otras destas aquesta para contemplar y especular los
mares, conforme al mar de Italia : que es que á semejantes secretos son inclinados
poquíssimo, á respecto de lo que el gran- y dessean entender cosas é secretos de
de mar Océano cresçe en las costas de tanta admiración.
España é Inglaterra é Flandes, etc. Con algunas personas de grandes le-
Noten bien los letorcs todo lo que está tras he todo aquesto platicado: no me
dicho, para que secomprehenda mejor Jo han satisfecho, ó porque no lo alcançan,
TOMO I. 6
12 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
-ó porque no se lo he sabido dar á en- sol y la luna sean la causa de la grandís-
tender é no lo han ellos como yo visto. sima diferencia que dixe que hay en el
Pero para mí, yo me satisfago, acordán- cresçer é menguar de la mar en la cibdad
dome que el que estas cosas de admira- del Nombre de Dios é costa del Norte de
ción permite, sabe obrar estas y otras Tierra-Firme, á respecto de lo que cres-
incomprensibles maravillas que al enten- çe é mengua en la cibdad de Panamá é
dimiento humano no se conceden sin es- sus costas australes en la mesma tierra;
pecial gracia. Yo he puesto aqui esta quis- habiendo tan poco camino de la una cib-
tion, como testigo de vista : de la absolu- dad á la otra. Ni tampoco me satisface
ción delta no he sido digno hasta agora; que diga Plinio que los cresçimientos del
mas en la verdad mucho holgada de verla Océano sean mayores que los del Me-
decisa. Visto he en Plinio lo que dice ' diterráneo mar, porque no dixo en par-
afirmando que en muchas maneras cresçe te particulariçando, sino expressa é ge-
é mengua la mar ; mas que la causa del neralmente en todo el Océano, por las
sol é de la luna procede. E da para ello raçones que él lo funda ; pues el mucho
ciertas raçoncs de los cursos destos dos cresçer y menguar en España el mar
planetas : é también dice que los cresçi- Océano, y el poco menguar en las In-
mientos del mar Océano son mayores dias, en estas islas é costa del Norte de
que aquellos del Mediterráneo; y para Tierra-Firme, todo es en una mar, y la
ello dice que lo puede causar ser mas mesma océana es assi la de Panamá y
animoso en el todo que en la parte, ó sus costas, donde tanto cresçe y mengua,
porque su grandeza mas esparcida, sien- como tengo dicho. Ni tampoco me satis-
ta mas la merca del planeta, la qual se face que él diga que lo causa no nasçer
puede mas extender, é trae á su propó- los planetas en un mismo tiempo en ca-
sito otras raçones. Y en el mismo li- da pais ó tierra, ni le concedo que la
bro segundo de su Natural Historia 2 diferencia esté en el tiempo. Mas creo
dice que en algunos lugares fuera de ra- que está en la forma, é aver en algunos
çon cresçe é mengua la mar, porque los lugares una especial natura ó movimien-
planetas no nasçen á un mismo tiempo to , no como él presume que acaesçe en
en todas las tierras ; y que por esso in- la Isla de Euboea, porque lo que della él
terviene que el cresçer de la mar no es escribe también lo tengo por incom-
de una manera. Mas dice que la dife- prehensible al ingenio humano ; y pienso
rencia está en el tiempo y en la forma: que es nesçessario ser alumbrado de arri-
assi que en algunas partes hay una espe- ba el que esse secreto alcançare. Si co-
cial natura ó movimiento, assi como en mo él dice, siete veçes al dia alli cresçe
la Isla de Euboea, en la qual siete veces y mengua la mar, y que tres dias del
al dia va é viene la mar, é tres dias del mes está firme, cosa es maravillosa!.. Es-
mes está firme, que son el séptimo é oc- ta Isla Euboea es en el mar Mediterráneo
tavo é noveno dias de la luna. é Arcipiélago, la qual escribe que fué
Esto que dice Plinio, de que aqui se ha desapegada ó divisa de Boecia é que la
hecho memoria, é lo que mas en esta mar hizo este apartamiento ; é también
materia por él se tracta, cosas son muy no- dice que la isla de Secilia la despegó la
tables. Pero yo no tengo por cierto que el mar é la dividió de la Italia 3. Pero por-
CAPITULO XI.
Del nordestear é norueslear de las agujas de marear, é de las mudanças de la estrella del norte, é de
las quatro estrellas que llaman el crucero del Sur ó de la línia del diámetro.
Uixe en el quinto capítulo que las agu- ción los naturales, é la nombran por di-
jas del marear eran defetuosas é nordes- versos nombres; porque demás de los
teaban é noruesteaban; y porque este trac- dos que he dicho, la llaman magnete,
tado no solamente puede ser útil á los ematite, siderita y heraclion. Es de di-
que han conosçimiento destas cosas, mas versas especies ó géneros esta piedra:
también puede aprovechar á los que nun- una es mas fuerte que otra, é no todas
ca vieron la mar, avisando á los hombres las calamitas son de una color ; é la mejor
que aquesto nunca oyeron, y deleytan- de todas es la de Ethiopia, la qual se ven-
do á los que dessean entender cosas ra- de á peso de plata. Tienen todas las ver-
ras y de semejantes efetos, digo assi. daderas calamitas grande eficacia en la
Las agujas de marear están cebadas é medicina, para muchas enfermedades. Mas
compuestas con la virtud é medio de la hablando solamente en lo que aqui face
piedra calamita (que vulgarmente en Cas- á nuestro propóssito de las agujas del na-
tilla llamamos piedra yman), de la qual vegar, cebadas con esta piedra, ellas en-
y de sus propriedades hacen gran men- señan á los que navegan el proprio lugar
CAPITULO XII.
De lo que hiço el almirante, don Chripslóbal Colom, despues que supo que los indios avian muerlo los
chripstianos que dexó en esta Isla Española el primero viaje ; é como fundó la cibdad de la Isabela é la
fortaleza de Sánelo Thomás, c como descubrió la isla de Jamáyca, é vido mas particularmente la isla é
costa de Cuba, é de las primeras muestras de oro de minas que se llevaron á España.
CAPITULO XIII.
Que tracla de los trabajos y guerras que passaron los chripstianos que quedaron con don Diego Colom c
con el adelantado don Barlolomé Colom en la villa de la Isabela, en lanío que el almirante fué á descobrir
desde alli, y de !o que acaesció con ciertas tórtolas al alcayde Mossen Pedro Afargante en la forlaleca de
Sánelo Thomás, y de ia población é fundamento de aquesla cibdad de Sánelo Domingo , adonde el almi-
rante tornó, después de aver descubierto á Jamíiyca é otras cosas, etc.
CAPITULO XIV.
De dos plagas ó passiones notables y peligrosas que los chripslianos é nuevos pobladores destas Indias
padescieron é hoy padesçen algunos. Las quales passiones son naturales destas Indias, é la una délias
fué transferida é llevada á España, y desde allí á las otras partes del mundo.
Jt ues que tanta parte del oro destas In- les se dirá en el libro X, cap. II: ago-
dias ha passado á Italia é Francia , y aun ra sépase cómo estas búas fueron con las
á poder assi mesmo de los moros y ene- muestras del oro destas Indias, desde
migos de España , y por todas las otras aquesta isla de Hay ti ó Española.
partes del mundo , bien es que como han En el precedente capítulo dixe que vol-
goçado de nuestros sudores, les alcance vió Colom á España el año de mili é qua-
parte de nuestros dolores é fatigas, por- troçientos é noventa é seis, é assi es la
que de todo á lo menos por la una ó por verdad : después de lo qual vi é hablé á
la otra manera, del oro ó del trabajo, se algunos de los que con él tornaron á Cas-
acuerden de dar muchas gracias á Dios. tilla , assi como al comendador Mossen
Y en lo que les diere placer ó pesar, se Pedro Margante, é á los comendadores
abracen con la paciencia del bienaven- Arroyo é Gallego, é á Gabriel de Leon é
turado Job, que ni estando rico fué so- Juan de la Yega, é Pedro Navarro , re-
berbio , ni seyendo pobre é llagado im- postero de camas del príncipe don Juan,
paciente : siempre dio gracias á aquel mi señor, é á los mas de los que se nom-
soberano Dios nuestro. Muchas veces en braron, donde se dixo de algunos criados
Italia me reia, oyendo á los italianos de- de la casa real que vinieron en el segun-
cir el mal francés, y á los franceses lla- do viaje é descubrimiento destas partes.
marle el mal de Ñapóles ; y en la verdad A los quales y á otros oy muchas cosas de
los unos y los otros le acertaran el nom- las desta isla, é de lo que vieron é pa-
bre, si le dixeran el mal de las Indias. Y descieron y entendieron del segundo via-
que esto sea assi la verdad, entenderse je , allende de lo que fui informado de-
há por este capítulo y por la experiencia llos, é otros del primero camino, assi
grande que ya se tiene del palo sancto y como de Vicente Yaùez Pinçon, que fué
del guayacan, con que especialmente esta uno de los primeros pilotos de aquellos
terrible enfermedad de las búas mejor que tres hermanos Pinçones, de quien queda
con ninguna otra medicina se cura é gua- hecha mención ; porque con este yo tuve
resçe ; porque es tanta la clemencia di- amistad hasta el año de mili é quinientos
vina , que adonde quiera que permite por é catorce que él murió. E también me in-
nuestras culpas nuestros trabajos, allí á formé del piloto Hernán Perez Matheos,
par dellos quiere que estén los remedios que al presente vive en esta cibdad, que
con su misericordia. Destos dos árbo- se halló en el primero é tercero viajes que
5G HISTORIA GENERAL Y NATURAL
el almirante primero don Ghripstóbal Co- rey Fernando, segundo de tal nombre en
lom fizo á estas Indias. Y también he ávi- Ñapóles, contra el rey Carlos de Francia,
do noticia de muchas cosas desta isla de que llamaron de la cabeça gruessa ; y en-
dos hidalgos que vinieron en el segundo tre aquellos españoles fueron algunos to-
viaje del almirante, que hoy dia están cados desta enfermedad, y por medio de
aqui y viven en esta cibdad, que son Juan las mugeres de mal trato é vivir se co-
de Rojas é Alonso de Valencia, y de otros municó con los italianos é franceses. Pues
muchos, que como testigos de vista en como nunca tal enfermedad allá se avia
lo que es dicho, tocante á esta isla y á sus visto por los unos ni por los otros, los
trabajos, me dieron particular relación. Y franceses comencáronla á llamar mal de
mas que ninguno de todos los que he di- Ñapóles, creyendo que era proprio de
cho el comendador Mossen Pedro Mar- aquel reyno ; é los napolitanos , pensan-
gante , hombre principal de la casa real, do que con los franceses avia ydo aquella
y el Rey Cathólico le tenia en buena es- passion, llamáronla mal francés, é assi
timación. Y este caballero fué el que el se llama después acá en toda Italia; por-
Rey é la Reyna tomaron por principal tes- que hasta que el rey Charles passó á ella,
tigo , é á quien dieron mas crédito en las no se avia visto tal plaga en aquellas
cosas que acá avian passado en el segun- tierras. Pero la verdad es quede aquesta
do viaje de que hasta aqui se ha tracta- isla de Hayti ó Española passó este tra-
do. Este caballero mossen Pedro andaba bajo á Europa, segund es dicho; y es acá
tan doliente é se quexaba tanto, que tam- muy ordinario á los indios, é sábense cu-
bién creo yo que tenia los dolores que rar é tienen muy excelentes hiervas é ár-
suelen tener los que son tocados desta boles é plantas, apropriadas á esta y otras
passion, pero no le vi búas algunas. E enfermedades, assi como el guayacan
desde á pocos meses, el año suso dicho (que algunos quieren decir que es hebe-
de mili é quatroçienlos é noventa é seis, no) y el palo sancto, como se dirá, quan-
se comencé á sentir esta dolencia entre do de losárboles se tractare. Assi quede
algunos cortesanos; pero en aquellos las dos plagas peligrosas que los chrips-
principios era este mal entre personas tianos é nuevos pobladores destas Indias
baxas é de poca auctoridad, é assi se padesçieron é hoy algunos padesçen, que
creia que le cobraban, allegándose á mu- son naturales passiones desta tierra, esta
geres públicas, é de aquel mal tracto li- de las búas es la una, é la que fué trans-
bidinoso ; pero después extendióse entre ferida é llevada á España é de allí á las
algunos de los mayores é mas principales. otras partes del mundo, sin que acá fal-
Fué grande la admiración que causaba tasse la misma. Assi que, continuando el
en quantos lo vian, assi por ser el mal propóssito de los trabajos de Indias, dí-
contagioso y terrible, como porque se gase la otra passion que se propuso de las
morian muchos desta enfermedad. E co- niguas.
mo la dolencia era cosa nueva, no la en^ Hay en esta isla y en todas estas In-
tendían ni sabian curar los médicos, ni dias , islas é Tierra-Firme el mal que he
otros por experiencia consejar en tal tra- dicho de las búas, y otro que llaman de
bajo. Siguióse que fué enviado el gran las niguas. Esto de las niguas no es en-
capitán Gonçalo Fernandez de Górdoba á fermedad, pero es un mal acaso; por-
Italia con una hermossa y gruessa arma- que la nigua es una cosa viva é peque-
da, por mandado délos Gathólicos Reyes, ñísima , mucho menor que la menor
é como su capitán general, en favor del pulga que se puede ver. Pero en fin es
DE INDIAS. LIB. II. CAP. XIV 57
género de pulga, porque assi como ella menos algunos dedos dellos, porque des-
salta, salvo que esmas pequeña. Este ani- pués se enconaban é hacían materia, y
mal anda por el polvo, é donde quiera que era nesçessario curarse con hierro ó con
quisieren que no le haya, háse de barrer fuego. Pero aquesto es fácil de se reme-
á menudo la casa. Éntrase en los pies y en diarpresto, sacándolas al principio; pero
otras partes de la persona, y en especial en algunos negros bocales son peligro-
las mas veçes en las cabeças de los de- sas, porque ó por su mala carnadura, ó
dos, sin que se sienta hasta que está ser bestiales é no se saber limpiar, ni de-
aposentada entre el cuero é la carne, é cirlo con tiempo, vienen á se mancar de
comiença á comer de la forma que un los pies, é assi otros muchos que se que-
arador é harto mas ; y después, quanto xan. E yo las he tenido en mis pies en
mas allí está, mas come. De manera que estas islas y en la Tierra-Firme, y no me
como acuden las manos rascando, este paresçe que en hombres de raçon es cosa
animal se da tanta priessa á multiplicar para se temer, aunque es enojo en tanto
allí otros sus semejantes, que en breve que tura, ó está la nigua dentro ; mas fá-
tiempo hace muchos; porque luego que cil cosa es sacarla al principio. Yo tengo
entra el primero, se anida é hace una bol- averiguado, é assi lo dirán las personas
silla entre cuero é carne tamaña como que tienen experiencia en sacar estas ni-
una lenteja, é algunas como garbanço, guas, que es menester tener aviso, quan-
llena de liendres, las quales todas se tor- do las sacan, para las matar; porque al-
nan niguas. E si con tiempo no se sacan guna vez, assi como con el alfiler ó aguja
con un alfiler ó aguja, de la forma que la descubren, rompiendo el cuero del pie,
se sacan los aradores, son malas ; y en assi salta y se va la nigua como una pul-
especial que despues que están criadas ga. Esto acaesçe si há poco que allí en-
(que es quando comiençan mucho á co- tró ; y por esto se cree que la que entra
mer), de rascarlas se rompe la carne y en el pic, despues que ha hecho súmala
despárcense de manera que si no las sa- simiente, se va assi como vino á otra
ben agotar, siempre hay en qué enten- parte á hacer mas mal, ó por ventura por
der. En fin, como en esto tampoco eran sise despide del pie, después de haber de-
diestros los chripstianos, como en el cu- xado en él una mala enxambre de innu-
rarse de las búas, muchos perdían los merable simiente y generación.
pies por causa de estas niguas, ó á lo
TOMO I.
Comiença el libro tercero de la Natural y general historia de las Indias.
PROHEMIO.
Jim este tercero libro se trac tara de la de la venida del comendador Francisco
guerra que los chripstianos tuvieron y el de Bobadilla , el qual envió preso en gri-
capitán Alonso de Hojeda, en nombre del llos á España al almirante é á sus herma-
almirante don Gripstóbal Colom, con el nos, el adelantado don Bartolomé é don
rey Caonabo, y de su prisión é muerte: Diego Colom. Y por qué causas se murie-
y de las victorias que ovo el adelantado ron los muchos indios que ovo en esta
don Bartolomé Colom, hermano del al- isla Española, y de la venida del comen-
mirante , contra el rey Guarionex é otros dador mayor de Alcántara, don frey Ni-
catorce caciques ó reyes que con él se colás de Ovando, é partida del comen-
juntaron ; é cómo se apartó Roldan Xime- dador Bobadilla, que se ahogó en la mar
nez, con algunos chripstianos de su opi- con muchos navios é gentes é mucho oro,
nion, de la obediencia del almirante y y de la buena gobernación del comenda-
adelantado. Y también se dirá del terce- dor mayor. Y cómo el almirante viejo é
ro viaje y descubrimiento del almirante primero, don Chripstóbal Colom, fizo el
primero; quándo halló y descubrió parte quarto viaje é descubrimiento en estas
de la gran costa de la Tierra-firme, é Indias; quándo descubrió á Veragua é otras
descubrió la isla de las Perlas, llamada provincias de la Tierra-Firme, é de su
Cubagua. Y de la gobernación del almi- muerte después en España. Y cómo se
rante , y qué reyes y señores principales mudó esta cibdad de Sancto Domingo
avia en esta isla, y del gran lago de Xa- adonde agora está; é de la nobleza é
ragua, é de otro lago que hay en las particularidades desta cibdad é isla; y de
sierras é cumbres mas altas de esta isla; las villas é poblaciones, é otras cosas con-
y cómo é con qué armas peleaban los in- cernientes é nesçessarias á la prosecución
dios, y qué gentes son los caribes é fle- de aquesta Historia Natural, como se verá
cheros. E decirse há también de la mira- mas particularmente en los capítulos si-
glosa y devotíssima cruz de la Vega, y guientes.
DE INDUS. LIR. III. CAP. I. 59
CAPITULO I.
Que tracta de la guerra que tuvo el capitán Alonso deHojeda con el cacique Caonabo, y de su prisi
é muerte.
JLn el segundo libro se dixo cómo des- ron los indios que mataron, é al cabo fué
pués que el comendador, Mossen Pedro preso Caonabo con mucha parte de los
Margante, dexó la fortaleza de Sancto suyos principales; puesto que se dixo que
Thomás, mandó el almirante que la tu- Hojeda no le avia guardado la seguridad
viesse el capitán Alonso de Hojeda, é le que el cacique deçia que le fué prometi-
fizo alcayde della, é dióle cinqüenta hom- da, ó no lo aviendo entendido Caonabo.
bres para que la guardasse, porque esta- Por manera que desta prisión de Caonabo
ba en parte que importaba mucho, assi se causó la paz é subjeçion de la isla to-
para lo que tocaba á las minas ricas de da ; pero como Caonabo tenia un herma-
Cibao, como para la reputación é fuerza no , hombre de mucho esfuerço é bien
de los chripstianos. Mas como el almi- quisto de los indios, luego se juntaron
rante fué partido para España, los indios con él todos los de su señorio : el qual,
con soberbia, y en especial Caonabo de no olvidando la prisión de su hermano,
cuyo señorio era aquella provincia, no acordó de lo yr á redemir con fuerza de
eran contentos de aquel nuevo señorio é armas, llevando prosupuesto de tomar
vecindad de la fortaleza: é determinado el todos los chripstianos que él pudiesse pre-
Caonabo é los ciguayos (que assi se lla- sos ; creyendo que después á trueco de-
maban los flecheros indios de la costa del llos podría aver é rescatar á su hermano
norte en esta isla), acordaron de dar en Caonabo, é libertar assi mismo otros in-
la fortaleza y quemarla, ó ponerla por el dios principales que con él estaban pre-
suelo, si pudieran. E con mano armada, é sos en poder de los chripstianos. E juntó
seyendo mas de cinco ó seis mili hombres, mas de siete mili hombres para esto, y
cercaron aquel castillo, é tuviéronle en los mas dellos flecheros ; é ordenadas cin-
mucho aprieto hasta treynta dias, sin de- co batallas, se pusieran bien cerca de los
xar salir de la fortaleza á algún hombre españoles, el capitán de los quales, Alon-
dellos. Pero como el alcayde era ma- so de Hojeda, con algunos de caballo é
ñoso y esforçado caballero, resistió á los con la gente que él pudo sacar de la for-
contrarios de tal forma, que al cabo del taleza, dexándola guardada, é con alguna
tiempo que he dicho, desviaron su cam- que el adelantado don Bartolomé le avia
po , é como gentes salvajes y no guer- enviado en su socorro (que por todos no
reros, se descuydaron é dieron lugar que eran trescientos hombres), peleó contra
este alcayde hiçiesse mucho daño en jos indios. E quiso Dios favoresçer los
ellos. E como era hombre mañoso é de nuestros é darles victoria, é assi como los
mucha solicitud, continuó la guerra de ginetes dieron en la delantera ó primera
todas las maneras quél pudo , assi con las batalla de los indios, los pusieron en hui-
armas, quando convino, como con las as- da, porque o vieron mucho espanto de
tucias é cautelas que suele aver en los tal novedad, é nunca avian visto esta
capitanes de experiencia. E no obstante manera de hombres á caballo pelear con
que en la continuación de la guerra mu- ellos ni con otros. E assi fué hecho mu-
rieron algunos chripstianos, muchos fue- cho estrago en los contrarios, é fue pre-
00 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
so su principal caudillo, hermano de Cao- yr al Rey é a la Reyna Cathólicos, el her-
nabo, y otros muchos indios. Este dia mano se murió desde á pocos dias, y el
fizo Hojeda el oficio de valiente soldado Caonabo, entrado en la mar, desde á po-
y esforçado caballero, é no menos pru- cas jornadas que navegaron también se
dente capitán. murió; y desta manera quedó pacífica toda
Despues que este cacique ó rey fué pre- la tierra deste Caonabo por los chrips-
so y su hermano, acordó el adelantado tianos. Y su muger Anacaona, hermana
don Bartolomé de los enviar á España con del cacique Behechio (que era señor en
otros indios, algunos de los principales la parte occidental hasta el fin de aquesta
prisioneros; porque le paresció que en isla), se fué de la tierra de su marido, á
esta isla seria mucho inc on viniente tener vivir en la de su hermano, á la provincia
al dicho Caonabo detenido, ni dexarle que llaman de Xaragua; é allí fué tan
en la tierra, assi por ser tan principal se- acatada é temida por señora, como el mes-
ñor en ella, como porque siempre avria mo Behechio. De esta Anacaona se dirá
novedades á su causa, porque era hom- adelante, porque fué grande persona y
bre de mucho esfuerço é sabio en la guer- en mucho tenida en estas partes, por ser
ra. Y en dos caravelas que estaban pues- muy valerosa y de grande ánimo é inge-
tas para España, mandó el adelantado nio : é sus cosas desta muger fueron no-
que los Ilevassen ; pero assi como Caona- tables en bien y en mal, como se dirá en
bo é su hermano supieron que avian de su lugar.
CAPITULO II.
De la batalla é victoria que ovo el adelantado don Bartolomé contra el rey Guaríoncx é otros catorce
caciques ó reyes , é cómo se apartó Roldan Ximencz de la obediencia é compañía del adelantado don
Bartolomé é del almirante primero.
wuasi err el tiempo que el cerco se te- dellos. Y también porque les paresció el
nia por Caonabo contra el capitán Hojeda tiempo aparejado para su mal propóssito,
(segund algunos dicen), ó despues que fué á causa de los pocos chripstianos que
descercado ( segund otros afirman ), el avian quedado en la tierra toda, assi por
cacique Guarionex convocó todos los in- las enfermedades é trabajos passâdos que
dios ó caciques que él pudo, é se juntaron he dicho, como porque antes que vinies-
mas de quince mili hombres para dar so- son otros de nuevo con el almirante que
bre el adelantado don Bartolomé é los de cada dia se esperaba, pudiessen excluir
chripstianos que estaban con él en la cib- é acabar los que paresçia que tenían ya
dad de la Vega é por aquella comarca. alguna noticia de la tierra, é podrían ser
Porque, como tengo dicho, los indios se aviso é mucho provechosos, ó parte para
yban enojando desta vecindad de los les poder dañar, en compañía de los
chripstianos, é no querían por ningún chripstianos que de nuevo víniessen. Y
caso que permanesçiesen é quedassen en para execuçion desto, juntado su exérçi-
la isla, assi porque su señorío no fuesse to, movieron á buscar los chripstianos.
turbado ni aniquilado, como les paresçia El adelantado , certificado de lo que es
que se les yba aparejando, como porque dicho, no esperó ni quiso atender á se
sus ritos é çerimonias é vicios no pares- hacer fuerte en aquél pequeño pueblo ni
çian bien á los chripstianos, é decían mal dar causa á que de noche le pegasscr*
DE INDIAS. LIB. HI. CAP. II. Gl
fuego ó le çercassen en él ; si no como tianos en su tierra, quando por ella pas-
buen caballero é diestro capitán, salió al eaban ó á ella yban. Otros dicen que en
campo é transnochó é anduvo tanto que esta batalla no se halló Guarionex, si no
llegó cerca del real del rey Guarionex, é su gente ; é que yba por su capitán ge-
á la segunda guarda, ó quasi á media no- neral el cacique Mayobanex, y que este
che con hasta quinientos hombres (entre fué después con otros suelto ; pero que
sanos y enfermos), dio con tanta furia é continuándose la guerra, aviaseydo presa
ímpetu animosamente en los enemigos la muger de Guarionex, é que por rede-
por dos partes, que los desbarató. Y co- mirla, avia venido de paces éáser amigo
mo los indios eran gente salvage é de- de los chripstianos.
sarmada é no diestra en la guerra á res- Despues que estas victorias ovo el ade-
pecto de los chripstianos, mataron muchos lantado, paresçia que se le avia trocado
dellos, é los demás fueron presos, puesto la condición, porque se mostró muy ri-
que muchos escaparon por la escuridad guroso con los chripstianos de allí ade-
de la noche. Pero fué preso el mismo rey lante , en tanta manera que no le podían
Guarionex con otros catorce reyes ó ca- sofrir algunos, en especial Roldan Xime-
ciques , los mas principales que en esta nez que avia quedado por alcalde mayor
batalla se hallaron, la qual fué cerca de del almirante. Al qual el adelantado no
donde es fundada la villa del Bonao. Fué hacia la cortesía ó tractamiento que él pen-
aquesta victoria tan señalada cosa y de saba ser meresçedor, ni el Roldan con-
tanto favor para los chripstianos, que de sentía que en las cosas de la justicia fues-
mas de aumentarse su crédito y esfuerço se el adelantado tan absoluto como que-
en la reputación é memoria de los indios, ría serlo; y desta causa ovieron malas
dio causa á que cessáran en sus ruinda- palabras y el adelantado le tracto mal, c
des é rebeliones : é començaron á ser mas segund algunos dixeron, puso ó quiso
domésticos é á se comunicar mas con los poner las manos en él. Por lo quél se in-
chripstianos é á desechar los pensamien- dinó de manera, que con setenta hombres
tos de la guerra; puesto que en la ver- se apartó de su compañía y se entró la
dad la gente de aquesta isla es la que de tierra adentro, alçado y desviado de la
menos ser é esfuerço se ha visto en to- conversación de los chripstianos, prego-
das las Indias é islas é Tierra-Firme, é nando é diciendo las sinrazones que el
la que mas quieta é sossegada manera de adelantado y el almirante avian fecho (ó
vivir tenia, no obstante que, como tengo que él por su enojo les quería imponer).
dicho, no faltaban algunas guerras é dis- E con determinación de no se apartar del
cordias entre estas gentes; pero no tan servicio de los Reyes Cathólicos, el dicho
continuadas é sangrientas como en otras Roldan façia sus protestaciones para no
partes. estar debaxo de la gobernación del al-
Tornando á la historia, es de saber que mirante ni del adelantado en ningún
después que el adelantado ovo este ven- tiempo, como nunca lo quiso después es-
cimiento, parescióle que seria mucha cau- tar: si no fuesse â la provincia de Xara-
sa, para perpetuar la paz é amistad entre gua á la tierra é señorío del rey Behe-
los chripstianos é los indios, soltará Gua- chio, é por allá anduvo y estuvo fasta
rionex con los mejores partidos que él que después algund tiempo, vino á gober-
entendiesse. E assi se dio orden en ello nar esta isla é tierra el comendador Fran-
é fué libre. De ahy adelante hacia buen cisco de Bobadilla, como se dirá ade-
acogimiento é (nielaba bien á los chrips- lante.
G2 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO IIL
Que tracta de lo que en esta isla passó, en tanto que el almirante fué á España ; é del tercero viaje e'
descubrimiento que'I hizo, quando halló la costa (é grandíssimaparte del mundo incógnita) llamada Tierra-
Firme generalmente, donde muy grandes reynos é provincias se incluyen, é de cómo descubrió assi-
mismo la isla de Cubagua , donde es la riquíssima pesqueria de las perlas, é de otras islas nuevas que
halló, y del subçesso de todo ello, con otras cosas adérenles á la historia.
Assi como el almirante estuvo algunos allí se halló, el qual afirma que fué de
dias en la corte de los Cathólicos Reyes, calmas é calor tanta, que las vasijas se
satisfaciendo á las quexas é informacio- les abrían y el trigo se podría ; y les fué
nes que contra él avian dado fray Buyl é nesçessario alijar é arredrarse de la equi-
otros, é fué con clemencia oydo y ab- noçial, é corrieron al huesnorueste é fue-
suelto, como se dixoenel segundo libro; ron á reconosçer la isla de la Trinidad,
diósele licencia que tornasse â la gober- el qual nombre le puso el almirante, por-
nación destas tierras, é mandáronle con- que llevaba pensamiento de poner á la
tinuar el descubrimiento délias. Y para lo primera tierra que viesse la Trinidad. E
poner en efecto, partió de la bahía de Cá- assi, quando vido la primera tierra firme
diz en el mes de marco del año de mili é é la dicha isla, vido tres montes á un tiem-
quatroçientos é noventa y seis (aunque po ó cercanos, é luego puso á aquella isla
algunos dicen que era en el año de no- por nombre la Trinidad, é passó por
venta é siete de la Natividad de Jesu- aquel embocamiento que llaman la Boca
Chripsto, nuestro Redemptor), é salió á la del Drago, é vióse la Tierra-Firme é
mar océana con seis caravelas, muy bien mucha parte de la costa della. Pero co-
armadas é proveydas de bastimentos é mo es de flecheros caribes, y la isla que
de todo lo nesçessario para su viaje. E he dicho assi mesmo, é tiran con hierva
despues que llegó á Canaria, envió las tres inrremediable, y es gente muy fiera é
caravelas á esta isla Española con basti- salvaje, no pudieron aver lengua con los
mentos é alguna gente; y él siguió su indios, aunque vieron muchos dellos en
camino con las otras tres caravelas que sus piraguas é canoas en que navegan,
le quedaron, la vuelta de las islas que lla- de las quales é de su forma se dirá ade-
man entre los vulgares islas de Antonio, lante ; y también vieron gente en tierra.
é agora se dicen de Cabo Verde, que son Está aquesta isla en nueve grados á la
las mismas que los antiguos nombraban las parte de nuestro polo ártico de la banda
Gorgades. Y desde allí corrió con sus na- que tiene esta isla hacia el sur ó medio-
vios al sudueste l>ien ciento é cinqüenta día , é de la que tiene mirando al septen-
leguas: é tomóles una gran tormenta é trion ó norte, está en diez grados. Tiene
púsolos en tal nesçessidad que cortaron de latitud diez y ocho ó veynte leguas
los másteles de las meçanas, é aliviaron poco mas ó menos, é de longitud veynte
mucha parte de la carga y se vieron en é cinco ó algo mas. La tierra que está
grandíssimo peligro. Pero esta tormenta opuesta a la parte del sur desta isla en la
que dice Hernán Perez Matheos, piloto Tierra-firme, se llama el Palmar, porque
que hoy está en esta cibdad de Sancto allí vieron é hay grandes palmares. Y mas
Domingo, no fué assi, segund dice don al levante, la costa arriba, está Rio Sala-
Fernando Colom, hijo del almirante, que do > é porque queriendo tomar agua en
Ï)E INDUS. LIB. III. CAP. III. G3
él, le hallaron muy salobre, dio causa que me al poniente, é halló la isla de Pore-
el almirante assi le nombrasse. Al po- gari, que está veynte é siete ó treynta
niente desta isla de la Trinidad está la leguas de Cubagua. Y mas adelante des-
punta de las salinas, en Tierra-Firme, diez cubrió otras islas que se llaman los Ro-
ó doce leguas, y entre aquesta punta é ques, y la isla de la orchilla, que se di-
la Tierra-Firme (aunque también la mes- ce Yaruma, donde hay mucha cantidad
ma punta es tierra firme), está un gol- della, segund fama. Esta isla está doce le-
pho al qual el almirante llamó la Boca guas de otra que también descubrió el
del Drago (porque paresçe algo la figura almirante mas al hueste, que se llama Co-
deste embocamiento boca de drago abier- raçao. E assi mismo descubrió otras mu-
ta), dentro del qual hay muchas isletas. chas islas é isleos, hasta que llegó al Cabo
Y desde la punta de las salinas, que está de la Vela. Y porque allí se vio una gran
en diez grados de la equinoçial, discur- canoa ó piragua de indios que yba á la
rió el almirante por Ja costa al poniente, vela, púsole nombre á aquella tierra el
é reconosció otras islas y púsoles nombre Cabo déla Vela, en Tierra-Firme. Desde
los Testigos, é á otra isla llamó la Gene- el qual cabo á la dicha punta de las sa-
rosa. E vio otras muchas islas que por allí linas é Boca del Drago hay ciento é ochen-
hay : é fué adelante y descubrió la rica ta leguas poco mas ó menos; é desde
isla llamada Cubagua, que agora llama- aquel Cabo de la Vela atravessó el gol-
mos la isla de las Perlas, porque allí es pho que hay entre Tierra-Firme é aques-
la principal pesquería délias en estas In- ta isla Española, é vino á esta cibdad que
dias. E junto con ella está otra isla muy en aquel tiempo estaba de la otra parte
mayor, é mandóla el almirante llamar la deste rio. Está aquel Cabo de la Vela nor-
Margarita. La isla de Cubagua, ó de las te sur con la isla Beata, que es una is-
Perlas, está quasi cinqüenta leguas al po- Jeta cerca desta isla de Hayti ó Españo-
niente de la punta de las salinas que se la, al poniente desta cibdad treynta é
dixo de suso. Esta es una isla pequeña çinço leguas, Assi que aqueste fué el ter-
que terna de çircuyto tres leguas poco cero viaje é descubrimiento que hizo el
mas ó menos, é desde ella á la Tierra- primero almirante destas Indias. Mas por-
Firme hay quatro leguas á la provincia que se dixo de suso que en Cubagua ha-
que se dice Araya. E allí descubrió los lló la pesquería de las perlas, y es cosa
Testigos, que son isleos, é isla de Páxa- tan notable é rica, decirse há de qué
ros y otras islas. Y passó el almirante con manera supo que allí las avia, quando
sus tres caravelas la costa de Tierra-Fir- en particular tractáremosdesta isla.
CAPITULO IV.
De lo que el adelantado don Bartolomé fizo, en tanto que el almirante fué á España hasta quel tornó á
esta cibdad, después que descubrió parle de la Tierra-Firme ; é de la gobernación del almirante hasta su
prisión , é de los reyes ó señores que avia en esta isla.
CAPITULO V.
Que liada del lago de Xaragua, y de otro lago que eslá en las sierras é cumbres mas alias desta isla,
y de la forma de la gente que en esta isla se halló, é con qué armas peleaban ; y qué gente son los ca-
ribes flecheros , y de la Santa Vera Cruz de la Concepción de la Vega.
tluiero aquí declarar qué cosa es el la- go , desde donde está mas cerca de la mar
go de Xaragua, y qué tal es el que está fasta donde está mas metido en la tier-
en las cumbres é sierras mas altas de ra , di8z y ocho leguas ; y es de muchas
aquesta isla, é quién son los indios cari- pesquerías , á causa de lo qual era muy
bes que nombré de suso, é todo lo que poblado, porque el pescado es el man-
contiene el título deste quinto capítulo, jar á que los indios son mas inclinados.
porque todas estas cosas son muy nota- El otro lago, que dixe que está en las
bles. El lago de Xaragua comiença á dos cumbres é sierras de aquesta isla, es una
leguas de la mar, cerca de la villa de la gran novedad é cosa muy notable para
Yaguana; é dícese de Xaragua, porque mirar en ella ; y aunque en esta isla hay
assi llaman los indios á la provincia en algunos que hablan en él, pocos son é
que él está. Extiéndese al oriente, y en muy raros los que le han visto. Y llega-
algunas partes tiene de ancho tres le- do al cabo esto, solo uno he visto que
guas, y en todo lo demás es de dos y de mas se deba creer, porque es buena per
una legua, é algo mas é menos. Es sa- sona y hoy vive y es vecino desta cib-
lado assi como la mar, porque es un ojo dad de Sancto Domingo : el qual dice
que se haçe é sale della, puesto que en que en tiempo de la gobernación del co-
algunas entradas de ríos é arroyos es mendador mayor, don frey Nicolás de
dulce. Hay en él todos los pescados que Ovando, y por su mandado, este hom-
hay en la mar, excepto vallenas é otros bre y otros chripstianos fueron á aquellas
de los muy grandes : é aun también hay sierras altas, donde nasçe el rio de Niçao,
tiburones que son bien grandes, é otras en especial adonde vivia el cacique Biau-
muchas diferencias de pescados, é mu- tex, que estaba al pie de la sierra mas
chas tortugas, que llaman los indios hi- alta : hasta el qual cacique ó asiento hay
coteas. Y en el tiempo que esta isla es- desde aquesta cibdad de Sancto Domin-
tuvo muy poblada, estuvo poblado por go quince.ó diez y seys leguas, é por
toda la costa este lago de todas partes. aquella parte no se puede subir á la di-
El año de mili y quinientos y quince, yo cha sierra, porque está allí tan áspera y
anduve por toda su longitud, y hallé mu- derecha que no es possible subir arriba.
chos indios que á par deste lago vivían Pero por la otra parte, á la banda del
en muy hermosos asientos. Terna este la- norueste, este hombre, llamado Pedro
DE INDUS. LIB. III. CAP. V. G7
de Lumbreras, subió á ver este lago , é le he preguntado si avia llegado al agua,
con él otro hidalgo, llamado Mexia, é con é si era dulce ó salada, y él me dixo que
ellos hasta seys indios gandules é bien no llegó á ella con doce ó quince passos,
dispuestos ; pero quando fueron cerca de y que visto lo que es dicho, Pedro de
la altura se quedaron el Mexia é los in- Lumbreras se tornó en busca de aquel
dios, assi como començaron á oyr el ruy- Mexia é de los indios que avia llevado.
do que en lo alto sonaba. E como esto Assi que esto es lo que mas se sabe de
vido Pedro de Lumbreras, dixo al Mexia aqueste lago, del qual hay derramadas
que por qué no andaba, y le respondió por esta isla muchas novelas que yo no
que porque de cansado é muerto de frió creo, ni son para escrebir sin mas certi-
no podia yr adelante ; y él por esto no ficación dolías.
dexó de proseguir su camino, aunque Vengamos á los caribes flecheros. Es-
muy cansado é con mucho frió, por la tos viven en las islas comarcanas, y la
altura grande que hay en aquella monta- principal isla desta gente fué la isla de
ña. E ya que avian seguido por un rio Boriquen, que agora se llama Sanct Juan,
que hay entre aquellas sierras, que se é las otras cercanas della, assi como
dice Pañi, y que el rio seguía otra via é Guadalupe, la Dominica, Matinino y Ci-
se apartaba por el través, siguió Pedro buqueyra, que agora se dice Sancta Cruz,
de Lumbreras por la Cuesta Rasa que lla- é las de aquel paraje. E de aquellas ve-
man, que está de la parte que he dicho nían en sus canoas con arcos y flechas á
del norueste ; é llegó muy cansado é des- saltear por la mar, é á hacer la guerra á
mayado quasi á la sumidad é mas alta la gente desta isla de Hay ti. Son aquellos
parte de las cumbres, é descansó allí un flecheros mas denodados é valientes que
poco, no dexando de se encomendar á los desta isla, porque solamente avia en
Dios, segund el mucho espanto que avia ella flecheros en una parte sola ó provin-
tomado del estruendo que andaba en lo cia que se dice de los Ciguayos, en el
alto. E porfió por subir arriba, y llegó has- señorío de Caonabo ; mas no tiraban con
ta en fin de todo lo que se pudo subir, hierva ni la sabían hacer.
por un camino muy dificultoso é que con Créese que estos antiguamente vinie-
mucho trabajo se pudo andar; y llegado ron de alguna de las islas cercanas de los
allá, vido una laguna que á su paresçer flecheros, que hay muchas, como he di-
dice que seria de tres tiros de ballesta cho ; y por la antigüedad avian olvidado
en luengo ó longitud, é ternia de ancho su lengua y hablaban la desta tierra,
la tercia parte de lo que he dicho. Y es- aviendo dexado la suya. E si esto no es
tuvo mirando este lago tanto espacio por aventura, para se defender de sus
quanto se podrían decir tres credos. Di- enemigos, aprendieron á usar sus armas
ce Pedro de Lumbreras que era tanto el mismas: los que son caribes tiran con
ruydo y estruendo que oia, que él es- hierva é muy mala. Mas yo tengo quasi
taba muy espantado, é que le paresçia por naturales armas, ó por las mas anti-
que no era aquel estruendo de voces hu- guas las flechas. Aunque dice Plinio f que
manas , ni sabia entender qué animales el arco y las saetas halló primero Scy-
ó fieras pudiessen hacer aquel horrible the , hijo de Júpiter, otros dicen que las
sonido. En fin que como estaba solo y saetas las halló Perseo, hijo de Perseo;
espantado, se tornó sin ver otra cosa. Yo pero yo tengo que es muy mas antiguo
CAPITULO VI.
De la venida del comendador Francisco de Bobadilla á gobernar esta Isla Española, é de cómo envió
preso en grillos al almirante don Chripstóbal Colom y al adelantado don Bartolomé é don Diego, sus her-
manos, con él ; é de los muchos indios que ovo en esta isla y las causas por qué se murieron ó son quasi
acabados.
CAPITULO VII.
l>c la vellida del comendador mayor de Alcántara, don frey Nicolás de Ovando, el qual gobernó esta isla,
c de la partida del comendador Francisco de Bobadilla, el qual con toda la ilota se perdió en la mar con
mucho oro , é del aviso que dio el almirante al comendador mayor, para que no dexasse salir la flota deste
puerto, como hombre que conoseia la disposición del tiempo. E por no le creer ni dexar entrar aqui, se per-
dió el armada é mucha gente.
en que avia venido el comendador ma- do, é dixo el uno dellos: «Mucho tiempo
yor ; mas como avian sacado mucho oro, ha que yo he tenido esperança que he de
llevábanse en aquel viaje sobre cien mili comer en platos de oro, é pues deste
pesos de oro fundido é marcado , é algu- grano se pueden hacer muchos platos,
nos granos gruesos por fundir, para que quiero cortar este lechon sobre él.» E assi
en España se viessen. Porque aunque ya lo hizo ; é sobre aquel rico plato lo co-
otras veces se avia llevado oro para los mieron, é cabía el lechon entero en
Reyes Cathólicos é de personas particu- él, porque era tan grande como he
lares , nunca hasta entonces en un viaje dicho.
avia ydo tanto oro juntamente, fundido é Tornando á la historia, partió el co-
por fundir y en algunos granos señala- mendador Bobadilla en fuerte hora é con
dos , entre los quales yba un grano que mala ventura, é con él Antonio de Tor-
pesaba tres mili é seysçientos pesos de res, hermano del ama del príncipe, que
oro ; é al paresçer de hombres entendi- era capitán general de la flota en que el
dos y expertos mineros, decían que no comendador mayor avia venido. Y estan-
tenia de piedra tres libras, que son seys do para partir, acaesció que uno ó dos
marcos, que montan trescientos pesos. dias antes que el armada saliessc deste
Assi que descontado lo que podría aver puerto, llegó el almirante primero don
de piedra, quedaría el grano en tres mili Chripstóbal Golom con quatro caravelas,
é trescientos pesos de oro, y era tan que venia á descobrir por mandado de
grande como una hogaça de Utrera. Y los Reyes Cathólicos, é traya consigo ú
porque dixe en la memoria que escribí don Fernando Colom, su fijo menor. Y
en Toledo, año de mili é quinientos é como llegó á una legua deste puerto do
veinte y cinco años, que este grano pe- Sancto Domingo, envió allá el comenda-
saba tres mili é doscientos pesos, é aque- dor mayor un batel con ciertos marine-
llo se escribió sin ver mis memoriales, é ros , é créese que estaba avisado de su
teniéndome atrás de lo que pudiera decir venida é aun prevenido para que no en-
en muchas cosas, ahora digo, pues es- trasse aqui. Y como el almirante sintió es-
toy donde hay muchos testigos vivos que to , envió á decir al comendador ma-
vieron aquel grano, que pesaba algo mas yor que pues no quería que entrasse en
de tres mili é seysçientos pesos, segund lo que a\ia descubierto, que fuesse como
que dixe de suso, con piedra é oro. El lo mandaba : que él no pensaba que de
qual halló una india de Miguel Diaz, del aquello se servían los Reyes Cathólicos;
qual se dixo que fué causa que esta cib- mas que le pedia por merced al comen-
dad se poblasse aqui de la otra parte des- dador mayor que no dexase salir el ar-
te rio; é porque este tenia compañía con mada deste puerto, porque el tiempo no
Francisco de Garay, quedó el grano por le paresçia bien, y quél se yba á buscar
entrambos , é sobre lo que montó el quin- puerto seguro , pues aqui no le fallaba ni
to que pertenesció al Rey, sacados los le acogían. E assi se fué con sus carave-
derechos , se les pagó la demasía, é que- las á Puerto Escondido, que es en esta
dó el grano para el Rey y la Reyna ; é isla á diez leguas dcsta cibdad de Sancto
llevándole en aquella armada, se perdió. Domingo , en la costa ó banda del sur al
Y era tan grande, que assi como la india occidente, é allí estuvo hasta que passé la
que le halló lo enseñó á los chripstianos tormenta que adelante diré. Y después
mineros, ellos muy alegres acordaron de de passada, aíravessó desde allí para la
almorzar ó comer un lechon buena é gor- costa de Tierra-Firme, é descubrid lo
76 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
quese dirá adelante en su lugar. Otros vo el almirante hasta que passó la tor-
dicen que se fué á Açua, é que allíestu- menta.
CAPITULO VIII.
De Jo que descubrieron en la cosía de Tierra-Firme los capitanes Alonso de Hojeda y Rodrigo de Bastidas.
Jim el tiempo que estuvo en España el aquel paraje hay. E de allí levantados
almirante primero, se siguió quel capitán estos navios, fueron por la costa de la
Alonso de Hojeda, con el favor del Obispo Tierra-Firme, é platicando con los indios
don Juan Rodriguez de Fonseca, que era en diversas partes della, ovieron hasta
principal que entendia en la gobernación quarenta marcos de oro, é discurrieron
destas Indias, vino á descobrir por la por la costa, la via del poniente, por de-
costa de Tierra-Firme, é truxo su derro- lante del puerto de Sancta Marta desde
ta á rcconosçer debaxo del rio Marañon, el cabo de la Vela, é por delante de
en la provincia de Paria, é llegó á tomar rio grande. Y mas adelante descubrió el
tierra ocho leguas encima de donde ago- mismo capitán Rodrigo de Bastidas el
ra está la población de Sancta Marta, en puerto de Zamba, é los Coronados, que
una provincia que se deçia Cinta. Y era es una tierra, donde todos los indios della
allí cacique uno llamado Ayaro, el qual traen muy grandes coronas. Y mas al
quedó de paces é muy amigo de los occidente descubrió el puerto que llaman
chripstianos, al qual después tomó por de Cartagena, y descubrió las islas de
engaño, éno bien faciéndolo, otro capitán Sanct Bernaldo é las de Baru, é las que
dicho Ghripstóbal Guerra. Esto fué año de llaman islas de Arenas, que están en
mili é quinientos y uno. Pero no fueron frente é cerca de la dicha Cartagena. Y
solos estos armadores ; porque el capitán de ahy passó adelante é descubrió á Isla
Rodrigo de Bastidas corrió desdel cabo Fuerte, que es una isla llana dos leguas
de la Vela (donde el almirante avia lle- de la costa de Tierra-Firme, donde se
gado quando descubrió la costa de Tier- face mucha sal é buena. E mas adelante
ra-Firme) , é passó adelante al poniente, está la isla de la Tortuga : esta es muy
como se dirá en su lugar. Porque sin cul- pequeña éno poblada: é mas adelante
pa mia no podría callar lo que á mi no- descubrió el puerto del Cenü , y passó
ticia ha venido de lo que señaladamente mas adelante é descubrió la punta de Ca-
ha hecho cada uno en estas partes que ribana, que está á la boca del golpho de
sea digno de acuerdo; por tanto digo que Vrabá, y entro dentro del mismo golpho
Rodrigo de Bastidas salió de España año é vio los isleos ó farallones que están en
de mili é quinientos é dos con dos cara- la otra costa frontera junto á tierra en la
velas desde el puerto ó bahia de la provincia del Darien. Y como allí llegó,
cibdad de Cádiz, á su costa é de Juan de acabó de descubrir las ciento é treynta
Ledesma é otros sus amigos ; é la primera leguas que he dicho , poco mas ó menos,
tierra que tomaron fué una isla, que por que hay desde el cabo de la Vela hasta
ser muy fresca é de muy grandes arbo- allí. E quando el agua fué de baxa mar,
ledas , la llamaron Isla Verde, la qual is- hallóla dulce en quatro bracas donde pu-
la está á la banda ó parte que hay desde do estar surgido, é llamó golpho Dulce
la isla de Guadalupe hacia la Tierra-Fir- aquel que se llama de Vrabá ; pero no vi-
me , é cerca de las otras islas que en do el rio de Sanct Juan, que también le
DE INDIAS. LIB. III. CAP. VIII. 77
llaman Rio Grande, que entra por siete catado con los indios de la misma isla
bocas ó siete bracos en el dicho golpho, Española, y envióle preso á España en
el qual es causa que se torne dulce en la el mismo navio quel almirante fué lleva-
jusente ó menguante el agua de la mar; do; porque la una prisión é la otra fue-
y en mas espacio de doce leguas de luen- ron quasi á un tiempo. Pero luego el Rey
go é otras quatro é cinco y en partes seis é la Reyna le mandaron soltar, é por es-
de ancho que hay de costa á costa, den- te servicio que fué grande é fecho á pro-
tro en el dicho golpho de Vrabá ; de lo pria costa del mismo capitán Rodrigo de
quai y del dicho rio se dirán mas parti- Bastidas é otros sus amigos, como he
cularidades adelante, porque yo he esta- dicho, los Cathólicos Reyes le fiçieron
do algunos años en aquella tierra En es- merced de çinquenta mill maravedis de
te viaje yba por piloto principal Juan de juro de por vida en aquella tierra é pro-
la Cosa, que fué muy excelente hombre vincia del Darien. Todo lo que descubrió
de la mar. Bastidas en este viaje fasta la punta de
Ea aquel golpho estuvieron estos ar- Caribana es de indios flecheros é de la
madores algunos dias, é como los navios mas recia gente de la Tierra-Firme, é
estaban ya muy bromados é facian mu- tales son desde el cabo de la Vela al
cha agua, acordaron de dar la vuelta é oriente fasta la punta de las salinas é Bo-
atravesaron á la isla de Jamáyca, donde ca del Drago ; é todo lo quel primero al-
tomaron refresco. Y de alli fueron á la mirante avia descubierto en Tierra-Fir-
isla Española, y entraron en el golpho me. E tiran en toda la dicha costa é islas
de Xaragua, é allí perdieron los navios della con hierva muy mala é inremedia-
que no los podían sostener: é salió la ble; é si hay remedio, los chripstianos no
gente en tierra, é fuéronse á la cibdad le saben. En su lugar se dirá de qué ma-
de Sancto Domingo, donde fallaron al nera ó con qué materiales facen los in-
comendador Bobadilla, que ya tenia preso dios esta poncoñosa hierva ; é por no me
al almirante. E también prendió al di- detener agora en esto, tornaré al almi-
cho capitán Bastidas, porque habia res- rante é á su descubrimiento.
CAPITULO IX.
Que Iracta de cómo se perdió el armada con el comendador Bobadilla, é del último viaje é descubrimiento
que fizo el almirante don Chripstóbal Colom en la Tierra-Firme.
icho tengo, en el capítulo VII deste puerto desta cibdad de Sancto Domin-
libro, cómo el almirante llegó cerca del go: por lo qual después el almirante en-
puerto desta cibdad, viniendo de Es- vió á avisar quel tiempo estaba de ma-
paña para yr á descubrir lo que descu- nera que le paresçia quel comendador
brió en su último viaje de la Tierra-Fir- Bobadilla, é la armada que con él esta-
me , yendo á buscar el estrecho quél do- ba aparejada para yr á España, en nin-
ria que avia de fallar para passar á la guna manera debia partir desta cibdad;
mar austral; en lo qual se engañó, por- mas como no se le dio crédito, subcedió
que el estrecho quél pensaba ser de mar, dello lo que aqui diré. Y el almirante,
es de tierra , como se dirá adelante. Pe- como prudente nauta, se acogió á Puer-
ro no le fué dado lugar por el comenda- to Escondido; é passada la tormenta, tiró
dor mayor para que entrasse en osle su camino para el descubrimiento de Ja
78 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Tierra-Firme ; é cómo ya él tenia noticia lo que agora diré. El almirante fué á re-
quel capitán Rodrigo de Bastidas avia conosçer la isla de Jamáyea, y de allí
descubierto hasta el golpho de Urabá passó y fué á reconosçer el cabo de Hi-
(que está en nueve grados é medio, la gueras y las islas de los Guanaxcs (una
punta de Caribana, que es á la boca de de las quales se dice Guanaxa), y fué á
aquel golpho), passóse adelante á des- Puerto de Honduras, á la qual tierra lla-
cobrir la costa de Tierra-Firme mas al mó é puso nombre Punta de Caxines; é
poniente ; lo qual en este capítulo se di- de allí fué al cabo de Gracias á Dios, y
rá, porque no quiero olvidar la muerte tiró la vuelta del levante la costa arriba
del comendador Bobadilla é del capitán de Tierra-Firme, y descubrió la provin-
de la flota, Antonio de Torres, hermano cia é rio de Veragua, é passó á otro rio
del ama del príncipe, lo qual passó des- grande que está mas al oriente, é llamó-
ta manera. le rio de Belén. Este está una legua del
Partieron estos caballeros de aqueste rio que los indios llaman Yebra, que es
rio é puerto desta cibdad de Sancto Do- el mismo de Veragua (la qual se cree que
mingo, por no aver tomado el consejo del es una de las mas ricas cosas que hay en
almirante. E salida el armada á la mar, todo lo descubierto); y de ahy subiendo
ocho ó diez leguas de aqui, dióles tal la costa al oriente, llegó á un gran rio, é
tiempo que de treynta naos é caravelas llamóle rio de Lagartos. Este es el que
no escaparon mas de quatro ó çinco, é agora los chripstianos llaman Chagre, que
dieron al través todas las de demás por nasçe cerca de la niar del sur, aunque
estas costas, é muchas se hundieron é viene á fenesçer en la del norte, é passa
las tragó la mar, que jamás paresçieron, á quatro leguas de Panrmá. Y de allí dis-
é anegáronse mas de quinientos hombres, curriendo, llegó á una isla que está junto
entre los quales eran los mas principales á la costa de la Tierra-Firme, é llamóla
los que tengo dicho, é assi mismo aquel isla de Bastimentos, é á Puerto Bello, é
Roldan Ximenez que se avia aleado con- de allí passó por delante del Nombre de
tra el almirante é adelantado, su herma- Dios (el qual nombre puso después á
no ; é se ahogaron assi mismo otros gen- aquel puerto el capitán Diego de Nicue-
tiles hombres hidalgos é muy buens gen- sa, como se dirá en su lugar). E passó
te. E allí se perdió aquel grano de oro el almirante al rio de Francisca é al puer-
que dixe que pesaba tres mili é seysçien- to del Betrete; é de allí subió hasta el
tos pesos, con mas de otros çient mill pe- golpho de Secativa, é llamóle golpho de
sos de oro y otras muchas cosas : assi que Sanct Blas ; é subió mas por la costa has-
fue muy gran pérdida y mala jornada. ta las islas de Pocorosa, é allí llamó el
El almirante, como conosció el tiem- almirante á aquello el Cabo del Mármol.
po, recogióse al Puerto Escondido, el Por manera que deste camino, que fué
qual nombre él le puso ; é desde. allí, el último quel almirante fizo á estas par-
assi como fué passada la tormenta, atra- tes , descubrió de la Tierra-Firme ciento
vessó la vuelta de la Tierra-Firme, é no é noventa ó doscientas leguas de costa,
corrió riesgo, segund paresciópor el efe- poco mas ó menos.
to ; porque descubrió debaxo de lo que E desde allí atravessó á la isla de Ja-
tengo dicho que costeó Bastidas, segund máyca, la qual está del cabo de Gracias
yo oy á los pilotos Pedro de Umbría é á Dios la vuelta del nordeste çient leguas.
Diego Martin Cabrera, é Martin de los E allí se le perdieron los dos navios, que
Reyes, y á otros que se hallaron en ello, los traya ya muy cansados é bromados;
DE LNDIAS. LIB. Ilï. CAP, IX. 9
é de quatro que avia llevado, el uno de- de ánimo y de señalada lealtad é amor
xó perdido en el rio de Yebra (que es en que á su señor tuvo. Y cómo el comen-
la provincia de Veragua), y el otro le de- dador mayor vido las cartas del almiran-
xó en la mar, porque no se podia tener te , envió luego una caravela á saber si
sobre el agua ; porque en aquellas costas era verdad , é para ver de la manera que
de Tierra-Firme, como hay muchos é estaba el almirante é sentir la cosa, é no
grandes rios, assi hay mucha broma en para lo traer. Pero el Diego Méndez com-
ellos, é presto se pierden los navios. pró un navio de los dineros del almirante
Pero en treynta dias que atravessaron fué é bastecióle y envió por su señor, en que
á reconosçer la tierra de Omohaya, que vino á esta isla, en tanto quel Diego Mén-
es en la isla de Cuba de la banda del dez fué á Castilla á dar noticia al Rey é
sur, quasi al fin de la isla, donde ago- Reyna Cathólicos de lo quel almirante
ra está poblada la villa de la Trinidad : c avia fecho en aquel viaje. No es razón
desde allí fué á Jamáyca, donde, como de dexar en silencio lo que al almi-
es dicho, perdió los otros dos navios, ó rante intervino en aquella isla, después
dio con ellos çabordando en la costa don- de aver enviado á Diego Méndez á esta,
de agora dicen Sevilla. E desde allí dio como es dicho, á dar noticia de su que-
noticia de su venida al comendador ma- dada allí, porque es cosa memorable y
yor, que estaba en esta cibdad de Sáne- para ser notado lo que agora diré.
lo Domingo, con una canoa que envió de Es de saber que assi de los trabajos
indios, y en ella á Diego Méndez, su que su gente é marineros avian passado
criado, que es un hidalgo, hombre de en este descubrimiento, como en aver
honra, vecino desta cibdad, que hoy dia passado por tan diferentes regiones é con
vive. El qual se atrevió á mucho, por ser tan malas comidas é falta de reposo, avia
la canoa muy pequeña, é porque fácil- muchos enfermos ; é los que estaban sa-
mente se trastornan en la mar tales ca- nos se le amotinaron, inducidos á ello
noas , é no son para engolfarse ninguno por dos hermanos que allí yban, llama-
que ame su vida, sino para la costa é dos Francisco de Porras, capitán de un
cerca de tierra. Pero él, como buen cria- navio de aquellos, é Diego de Porras,
do é hombre animoso, viendo á su señor contador de aquella armada: los quales
en tanta nesçessidad, se aventuró é de- tomaron todas las canoas que los indios
terminó é passó toda la mar que hay des- tenían, é publicaron que el almirante no
de aquella isla á esta con las cartas del quería yr á Castilla, porque les avia di-
almirante, para quel comendador mayor cho que esperassen la respuesta de Diego
le socorriesse y enviasse por él. Por el Méndez y que enviasse navios que los
qual servicio (que en la verdad fué muy llevassen á todos. Pero ellos, mal acon-
señalado, quanto se puede encareseer) el sejados , no queriendo obedesçer su man-
almirante siempre le tuvo mucho amor, dado , se fueron é metieron en la mar,
é le faveresció: é sabido por el Rey Ca- pensando atravessar é venir en las ca-
thólico le hizo mercedes, é le dio por ar- noas á esta Isla Española ; é aunque mu-
mas la misma canoa, por exemplo de su chas veces lo tentaron, no pudieron salir
lealtad. E sin dubda en aquellos princi- con su intención : antes porfiándolo, se
pios meterse un hombre en la mar con anegaron algunos de los compañeros que
sus enemigos, seyendo como son tan ä estos seguían; por lo qual acordaron
grandes nadadores y en barca ó passaje los que dellos quedaron, de volver donde
tan peligroso é incierto, fué cosa de gran- el almirante quedaba, con determinación
80 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
de le tomar los navios que le oviessen En aquesta manera de vida trabajosa
venido. Mas en tanto que los alçados é estuvo el almirante é los chripstianos
desobedientes entendían en lo que es di- que le quedaron un año, durmiendo c
cho, cobraron salud los que avian que- habitando en los navios que estaban al
dado enfermos y en compañía del almi- través, anegados hasta la cubierta dentro
rante, aunque eran pocos en número. Y del agua de la mar junto á tierra, é
como fue entendida la malicia, mandó dentro del puerto donde agora está la
el almirante al adelantado don Bartolo- villa de Sevilla, que es la principal po-
mé , su hermano, que saliesse al campo blación de aquella isla. E alli cerca fué
á resistir el mal propóssito de los contra- la batalla que es dicho, y el puerto se
rios : é peleó con ellos é los desbarató é dice Sánela Gloria. Passado lo que es di-
venció é mató tres ó quatro dellos, é otros cho , llegó la caravela que Diego Méndez
muchos quedaron heridos. E aquesta fué envió por el almirante ; y quando se em-
la primera batalla que se sabe aver ávido barcaba en ella, lloraban los indios por-
entre chripstianos en estas partes é In- que se yba, porque pensaban que él é
dias; y el Francisco é Diego de Porras los chripstianos eran gentes celestiales.
fueron presos. Llegado el amirante á esta cibdad de
Antes que esta batalla é diferencias Sancto Domingo, estuvo algunos dias
subçediessen, como los indios vieron que descansando aqui; é festejóle el comen-
los que estaban sanos de los chripstianos dador mayor, é túvole en su posada,
se avian ydo é dexado al almirante, é fasta que después se partió el almirante
que los que con él avian quedado eran en los primeros navios que fueron á Es-
pocos y enfermos no les querian dar de paña á dar cuenta al Rey Cathólico'de lo
comer ni otra cosa alguna. E viendo es- que avia fecho en este su postrero des-
to el almirante, hizo juntará muchos de cubrimiento de parte de la Tierra-Fir-
los indios é dixoles que si no le daban me. E de aquel camino despues que vol-
de comer á él é á los chripstianos, que vió á Castilla, como ya era viejo y en-
tuviessen por cierto que avia de venir fermo é muy apassionado de gota, mu-
muy presto una pestilencia tan grande rió en Yalladolid, año de la Natividad
que no quedasse indio alguno dellos, é de Chripsto de mili é quinientas y seis
que por señal desto é de la pestilencia é años, en el mes de mayo, estando el Rey
vertimiento de sangre que avria en Cathólico en Villafranca de Valcaçar, á la
ellos, verian tal dia (que él les señaló), saçon quel sereníssimo Rey don Felipe é
é á tal hora, la luna hecha sangre. Esío la sereníssima Reyna doña Juana, padres
dixo él, porque como era gentil astrólo- de la Cesárea Magestad, nuestros seño-
go, sabia que avia de ser eclipse de la res, venian á reynar en Castilla. Assi que
luna, quando les avia dicho. Llegado muerto el Almirante donde he dicho, fué
pues el tiempo, como vieron los indios llevado su cuerpo á Sevilla al moneste-
eclipsada la luna, creyeron lo que el al- rio que está de la otra parte del Guadal-
mirante les avia dicho, é muchos dellos quivir, llamado las Cuevas, de la Orden
fueron, dando voçes é llorando, á pedir de la Cartuxa, é alli se pusso en depósi-
perdón é rogar al almirante que no estu- to. Plegué á Dios dele tener en su glo-
viesse enojado; é diéronle á él é á los ria! .. porque demás de lo que sirvió á los
que con él estaban quanto querian é Reyes de Castilla, mucho es lo que todos
avian menester de sus mantenimientos, é los españoles le deben; porque aunque
sirviéronle muv bien. en estas partes han padesçido é muerto
DE INDIAS. LIB. III. CAP. IX. 81
muchos dellos en las conquistas é paci- mo su patria resçibe é han resultado,
ficación destas Indias, otros muchos que- mediante Dios, por la mano de aqueste
daron ricos é remediados ; é lo que me- primero almirante destas Indias. Al qual
jor es, que en tierras tan apartadas de subcedió en su título, é casa y Estado el
Europa, é donde el diablo era tan servi- almirante don Diego Colom, su hijo : el
do é acatado, le hayan los chripstianos qual casó con doña Maria de Toledo, so-
desterrado délia, é plantado y exerçitado brina del ilustre don Fadrique de Tole-
la sagrada fe cathólica nuestra é Iglesia do, duque de Alva, de buena memoria,
de Dios en partes tan remotas y extra- fija de su hermano don Fernando de To-
ñas é de tan grandes reynos é señorios, ledo , comendador mayor de Leon en la
por medio e industria del almirante don Orden militar de Sanctiago. En la qual
Chripstóbal Colom. Y que demás desto, ovo el almiradte don Diego Colom al
se hayan llevado é llevarán tantos te- almirante don Luys Colom, que des-
soros de oro, é plata, é perlas, é otras pués heredó su casa y Estado y al pre-
muchas riquezas é mercaderías á Espa- sente lo tiene, é ovo otros fijos en esta
ña: por lo qual ningún virtuoso español señora.
se desacordará de tantos beneficios co-
CAPITULO X.
De la gobernación del comendador mayor, don Frey Nicolás de Ovando, é de cómo se passó la vecindad
desta cibdad, que eslaba de la otra parle del rio, adonde agora está, y de las iglesias y perlados délias que
ha ávido y hay en esta isla Española, é de los edificios desta cibdad de Sancto Domingo y otras cosas
notables desla Isla.
i orque en la segunda parte destas his- ral é general historia destas Indias, de-
torias se continuarán los descubrimientos cirlo he donde mejor quadre é sea mas
de los particulares armadores, solamente conviniente la relación dello. E por tan-
digo que el año de mili é quinientos y to volveré á esta Isla Española é cibdad
quatro Juan de la Cosa é otros sus con- de Sancto Domingo, donde llegó el co-
sortes passaron con quatro navios á la mendador mayor, don Frey Nicolás de
costa de la Tierra-Firme, y en ella y Ovando (estando la población de la otra
en algunas islas cargaron de brasil y parte deste rio), á los quince del mes de
esclavos. En el qual tiempo también otro abril de mili é quinientos y dos años, e
capitán, llamado Chripstóbal Guerra, armó se fué el comendador Bobadilla con la
é passó á la Tierra-Firme á extragar lo que armada, segund es dicho, é aquel mismo
pudo ; y del mal subçesso de los unos é año vino el almirante don Chripstóbal
los otros se dirá en su lugar convinien- Colom á facer el descubrimiento de Ve-
te: é assi mesmo de la desventurada ragua é parte de la Tierra-Firme ; ó apor-
muerte del capitán Diego de Nicuesa, y tó después en Jamáyca, do quedaron sus
del primero descubrimiento de la mar caravelas perdidas, é vino aqui en el
del Sur, hecho por Vasco Nuñez de Bal- mes de septiembre de millé quinientos y
boa, y del mal fin é nombre con que quatro años. Pero lo cierto es que el al-
acabó sus dias. Pero porque todo esto es mirante vino el mismo año é desde á
del jaez de la segunda parte de la Natu- poco tiempo que el comendador mayor
TO.MO I. 11
82 HISTORIA GENKRAL Y XÀTUIUL
acá estaba, porque en los mismos navios fuente. Assi que grande inconveniente es
quél vino, se tornaba á España el comen- también; mas dio lugar á esta inadver-
dador Bobadilla; é aquellos se perdieron tencia del comendador mayor ser muy
por no aver tomado el consejo del almi- possible traerse el agua á esta cibdad
rante, segund lo he dicho. desde un rio que se llama Hayna, que
Assi que, tornando á la historia, digo está á tres leguas de aqui, de muy bue-
que despues que ahy llegó Colom, veni- na agua é pueden facer que venga á la
do de Jamáyca, ovo una tormenta que plaça desta cibdad é á todas las casas
los indios llaman huracán á los doce que aqui hay: con lo qual seria una de
dias del mes de septiembre que derribó las poblaciones muy buenas del mundo,
todas las casas é bunios desta cibdad, ó é assi cessaria el defeto del agua. E tam-
la mayor parte délias. Mas porque des- bién pudo caussar la mudança deste
pués, passados algunos años, ovo otras pueblo que siempre los gobernadores
dos tormentas ó huracanes mayores de nuevos quieren enmendar las obras de
que mas largamente se dirá adelante, no los passados, ó dar forma cómo se ol-
diré aqui mas en esto del huracán. E ya vide lo que los antecessores en el oficio
esta cibdad la avia hecho passar donde obraron, para escuresçer la fama del que
agora está el comendador mayor; é de passó.
allí, adelante se començaron á edificar é Pero con estos inconvinientes que he
labrar casas de piedra é de buenas pa- dicho desta cibdad, tiene otras cosas bue-
redes y edificios. Pero yo no le pienso nas. Lo primero está aqui una iglesia ca-
loar aver passado aqui la cibdad, ni thedral, cuya erección se fizo por el Ca-
averia quitado de la otra costa ó ribera thólico Rey don Fernando é la sereníssi-
deste rio, donde primero fue fundada; ma Reyna doña Johana, su fija, nuestra
porque en la verdad de nesçessidad se- señora ; y el primero obispo della fué don
ria mas sano asiento é vivir del otro ca- fray García de Padilla, de la Orden de
bo que de aqueste, porque entre el sol Sanct Francisco, el qual no passó á estas
é aquesta cibdad passa el rio de la Oça- partes, porque vivió poco despues que
ma ; é assi las nieblas de la mañana, lue- fué obispo; y el segundo fué el maestro
go quel sol aparesçe, las derriba ó trastor- Alexandro Geraldino. Este fué romano é
na sobre esta cibdad. Demás de aqueste buen perlado y de sana intención. El ter-
defeto, que es muy grande, el agua de cero obispo desta sancta iglesia é obispa-
una muy buena fuente, de donde se pro- do de Sancto Domingo, que hoy tene-
vee la mayor parte desta población, está mos , es don Sebastian Ramirez de Fuen-
en frente dolía de la otra parte del rio, te Leal, presidente que fué de la Audien-
é los que no quieren beber de tos pocos cia Real que aqui reside, el qual es assi
que no son buenos, ó no hacen traer agua mismo obispo de la iglesia de la cibdad
de otras partes lexos, van alli por agua. de la Concepción de la Vega, en esta
E como este rio es muy hondo, no tiene misma isla de Hayti ó Española, que está
puente ; é á esta causa, aunque hay una treynta leguas la una cibdad de la otra.
barca ordinaria que la cibdad paga é Mas para que mejor se entienda la union
tiene para passar á quantos quisieren yr destas dos iglesias é obispados, es de sa-
ó venir é atravessar el rio á pie ó á ca- ber que quando fué hecho el primero obis-
ballo, es menester tener un esclavo ó po desta cibdad, fray Garcia de Padilla,
mas otros mocos ocupados solamente fué hecho el primero obispo de la cibdad
en proveer la casa de agua de la dicha de la Concepción de la Vega, don Pero
DE INDIAS. LIB. III. GAP. X. 83
Suarez de Deçà. Y aqueste fué el primero aqui assaz canteras ó veneros de piedra
obispo que passó á esta isla é á las In- junto á la cibdad, en la costa deste rio,
dias desías partes ; é después de los dias quanta quieren. E assi está aquesta cib-
de aquel, no proveyeron de obispo de la dad tan bien edificada, que ningún pue-
Vega á otro alguno. Y estando vacantes blo hay en España, tanto por tanto, mejor
ambas iglesias, la de la Vega en este su labrado generalmente, dexando aparte
primero obispo, don Pero Suarez de De- la insigne é muy noble cibdad de Barce-
çà, é aquesta de Sancto Domingo en su lona; porque domas deste aparejo grande
obispo segundo, que fué el maestro Ale- que he dicho de la piedra, é toda la bue-
xandro Geraldino, la Cesárea Magostad na cal que al propóssito do la fábrica es
quiso unir entrambas iglesias cathédrales menester, hay muy singular tierra para
debaxo de una mitra é solo un obispo, á tapiería, é hácense tales tapias que son
causa que, seyendo dos perlados, era poca como muy fuerte argamassa. E assi hay
renta, é juntas las iglesias, es buena co- aqui muy buenas é muchas casas princi-
sa. E assi proveyó Su Magestad de per- pales, en que cualquier señor é grande
lado en quien entrambos obispados estu- se podría aposentar; t aun algunas do-
viessen ; y este fué fray Luis do Figueroa, lías son tales que en muy buenos pueblos
prior del monesterio de la Mejorada, de de los de España he yo visto la Cesárea
la Orden de Sanct Hierónimo, que es una Magestad aposentado en casas no tales,
legua de la villa de Olmedo. Y estando las quanto á la labor délias, y en muchas que
bulas concedidas é despachadas por el Pa- en sitio é vista no se igualan con estas.
pa el año de mili é quinientos é veyntey Es aquesta cibdad toda tan llana como
quatro, antes quel despacho viniesse de una mesa, é al luengo della, de norte á
Roma, murió el eleto en el monesterio su- sur, passa el rio de la Oçama, que es
yo que he dicho de la Mejorada; é la Cesá- navegable, hondo é muy hermoso á cau-
rea Magestad después desto hizo la misma sa de las heredades é jardines é labran-
merced, quel mismo eleto tenia, á don cas que en sus costas hay, con muchos
Sebastian Ramirez de Fuente Leal, obispo naranjos é cañafístolos é arboledas de fruc-
que hoy tenemos, en el qual fueron unidas la de muchas maneras. A la parte que
ambas iglesias en un perlado, é la pre- esta cibdad tiene el mediodía, está la mar
sidencia desta Real Audiencia é Cnanci- batiendo en ella, de forma quel rio é la
llería que aqui reside. Y despues que en mar cercan la mitad ó mas parle desla
esta cibdad estuvo un poco de tiempo, le cibdad. E á la parte del poniente ó del
mandó la Cesárea Magestad que passasse norte está la tierra, donde se extiende
á la Nueva España con el mismo cargo mas la población de hermosas calles é
de la presidencia, para reformar aquella muy bien ordenadas é anchas, é tiene
tierra. Y esto baste quanto á los perlados, de parte de la tierra muy hermosos pra-
é fablemos en la propria iglesia: la qual, dos y salidas. En conclusion, que en vis-
de mas de tener las dignidades é canóni- ta é asiento y en lo que es dicho no hay
gos é racioneros que conviene, é todo lo mas qué pedir; puesto que no está tan
demás concerniente al servicio del culto poblada ni de tanta vecindad como estu-
divino, es muy bien edificada en lo que vo el año de mili y quinientos é veynte é
está fecho, éacabada, será sumptuosa é cinco, quando yo fize relación á su ma-
tal que algunas de las cathédrales de Es- gestad desta cibdad en aquel Sumario re-
paña no le harán ventaja ; porque es de porlorio que escrebí de cosas de Indias,
fermosa é fuerte cantería, de la qual hay á causa que lodo lo desla vida sana y
81 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
adolesçe ; é muchos que se han hallado é sin barca, por la plancha, botan en tier-
ricos se han ydo á España, é otros á ra las pipas é toneles, é también toman
poblar ea otras islas é á Tierra-Firme, la carga. Hay desde donde surgen las
porque desde aqui se ha descubierto é naos hasta la boca de la mar é comienço
poblado é proveydo siempre lo mas de de la entrada del puerto, tiro é medio de
las Indias, como desde cabeça é madre escopeta ó poco mas; y entrando en el
é nudridora de todas las otras partes des- rio dentro á par del puerto está un cas-
te imperio. También han sido causa de se tillo assaz fuerte para la defensión é guar-
aver ydo mucha gente de aquesta isla las da del puerto y de la cibdad : el qual edi-
grandes nuevas que en diversos tiempos ficó el comendador mayor don frey Ni-
han venido de los descubrimientos nue- colás de Ovando en el tiempo de su go-
vos del Perú é otras partes : é como los bernación. Pero porque no se olvide tan
hombres son amigos de novedades é des- señalada particularidad, ni pierdan las
sean presto enriquesçer, muchos dellos gracias los que las meresçen por prime-
(en especial los que ya estaban aqui asen- ros edificadores, digo quel que primero
tados) han acertado á empobresçer, por fundó casa de piedra é al modo de Es-
no reposar. paña en esta cibdad, fué Francisco de
El puerto desta cibdad es doce ó quin- Garay, é después del frey Alonso delVi-
ce pasos de tierra, donde surgen las naos; so, de la Orden é caballería de Calatra-
é las casas que están en la costa del rio va, y el tercero fué el piloto Roldan, en
están assi cercanas de los navios como en las Quatro Calles, y el quarto fué Juan
Ñapóles, ó en el Tiber de Roma, ó en Fernandez de las Varas : despues y tras
Guadalquivir ea Sevilla é Triana. Y en los que he dicho, se principió la fortaleza
quatro bracas de agua, tan cerca como é se fizieron otros edificios, é se haçen é
he dicho, surgen naos grandes de dos labran cada dia por el gran aparejo de los
gavias, y otras algo menores se allegan materiales que hay para la fábrica.
tanto á la tierra que echan una plancha,
CAPITULO XI.
De la ventaja y diferencia que el auctor pone de esta Isla Española á las islas de Seçilia é Inglaterra : é las
razones que para ello expresa.
ien conozco que toda comparación es cias haria muy ricas. Y porque he puesto
odiosa para algunos de los que escuchan la comparación en dos islas de las ma-
lo que no querrian oir; é assi acaescerá yores y mejores de los chripstianos, ra-
á algunos letores seçilianos é ingleses con zón es que diga qué me movió á poner la
este mi tractado, en especial con lo que comparación en ellas.
podrán ver en este capítulo, en el qual Díxelo, porque aquellas dos islas é ca-
torno á decir lo que he dicho y escrito da una délias son muy ricas é notables
otras veces, y es : que si un príncipe no reynos, é porque son muy conosçi-
tuviesse mas señorío de aquesta isla sola, das. Díxelo, porque esta Isla Española es
en breve tiempo seria tal, que hiçiesse donde hay muy ricas minas de oro, é
ventaja á las islas de Seçilia é Inglaterra; muy abundantes, é continuas, que sola-
porque lo que aqui sobra á otras provin- mente se enflaquecen, quando loshom-
DE INDIAS. LIB. 111. CAP. XI. 85
bres dexan de exerçitarse en ellas. Dí- cargadas é muchas caravelas con acucar
xelo, porque aviendo venido en nuestro á España, é vale aqui el arroba á duca-
tiempo las primeras vacas de España á do y á peso y á menos, y es muy bue-
esta isla, son ya tantas, que las naves no ; y las mieles y sobras que del acucar
tornan cargadas de los cueros délias ; é acá se pierden é se dan á los negros é tra-
ha acaesçido muchas veces alancear tres- bajadores, serian en otras partes un gran
cientas é quinientas délias, é mas ó me- tesoro. Hay en estas islas mucho brasil:
nos , como place á sus dueños , é dejar é non curan dello, por no trabaxar en ir á
en el campo perder la carne, por llevar lo sacar ó cortar en las sierras que llaman
los cueros á España. Y porque mejor se en- del Baoruco, é porque hay otras cosas
tienda esto ser assi, digo quel arrelde de muchas en que ganar y emplear el tiem-
carne vale á dos maravedís. Díxelo, por- po, sin tanto trabaxo é con menos costa.
que assi mismo se truxeron las primeras Hay excelente color de açul y mucho,
yeguas del Andalucía, y hay tantos ca- aunque acá lo estiman poco; puesto que
ballos é yeguas, que han valido á qua- no es menos bueno que el que nuestros pin-
tro é á tres castellanos, é una vaca tores llaman de acre. Hay muchos y muy
paridera un castellano, y un carnero un grandes montes é boscajes de los árbo-
real. Yo digo lo que he visto en esto de les del guayacan, que puesta esta made-
los ganados, é yo los he vendido de mi ra ó leños del en la playa del puerto des-
hacienda en la villa de Sanct Juan de la ta çibdad, vale el quintal á sesenta mara-
Maguana á este presçio é menos. Deste vedís é á veces á real de plata ; ó hay en
ganado vacuno é de puerco se ha hecho muchas partes del mundo donde vale á
mucho dello salvaje; y también de los dos é á tres reales la libra: é yo lo he
perros é gatos domésticos que se truxe- visto vender en Medina del Campo á dos
ron de España hay muchos dellos bravos reales la libra, y aqui es tenido en poco
por los montes. por la mucha abundancia que hay dello,
En esta isla hay tanto algodón que la y es muy excelente y maravilloso árbol,
natura produce, que si se diessen las por las grandes curas y diversas enfer-
gentes á lo curar y labrar, mas é mejor medades que con este palo se curan é
que en parte del mundo se haria. En la con el agua del. Todas las cosas que se
isla del Xio, que es en el archipiélago la siembran é cultivan en esta isla, de las que
principal que tienen genoveses, es una han venido de España, las mas se dan é
de sus mas principales riquezas é gran- han multiplicado muy bien. En lo que di-
gerias el algodón, y aqui no curan de- xe de los ganados hay hombres é ve-
llo. Hay innumerable cañafístola en esta cinos desla cibdad de á siete y de á
isla ; y muy hermosas arboledas délia, y ocho y de á diez y doce mili cabeças de
en gran cantidad continuamente se car- vacas, y tal de á diez éocho ó veynte
ga para España é otras partes, y es muy mili cabeças é mas, y aun veynte y cin-
buena é vale el quintal á quatro ducados co é treynta y dos, y si dixere quarenta y
y menos. Hay tanto acucar, que entre dos hay quien las tiene : que es una dueña
los ingenios que muelen é los que se la- viuda, honrada hijadalgo, llamada Maria
bran (que molerán presto), hay en sola de Arana, muger de un hidalgo que se de-
esta isla veynte ingenios poderosos, que cía Diego Solano, que ha poco tiempo
cada uno dellos es muy rico y hermoso que murió. Y porque quando la primera
heredamiento ; sin otros trapiches de ca- voz se imprimió esta primera parte, diw
ballos. E continuamente van las naves quel señor obispo de Venezuela, 'í11*'
8G HISTORIA GENERAL Y NATURAL
agora lo es de Sanct Johan, don Ro- pié de una berenjena tura dos y treá añóá
drigo de Bastidas, tenia diez é seys mill é mas, dando siempre berenjenas. Há-
cabeças deste ganado, digo que al pre- çense también los fesoles que es muy
sente en este año de mili é quinientos é grande su abundancia, y es muy gentil
quarenta é siete años tiene veynte é cin- legumbre (estos se llaman en Aragon ju-
co mill cabeças ó mas de vacas. De los dias). Hácense buenos nabos algunas ve-
carneros y yeguas hay mucho ganado ces, é zanahorias é muchos pepinos. Hay
assi mismo. De los puercos se han aleado melones de Castilla muy buenos é la ma-
é ydo al monte tantos, que andan á yor parte de todo el año : é lo mismo ha-
grandes rebaños fechos monteses salva- cen los higos, que la mayor partedel año
jes , assi dellos como de las vacas, por- los hay pocos ó muchos como los melo-
que los pastos son muchos é muy ordi- nes; pero en su tiempo ordinario son
narios. Las aguas muy buenas : los aires mayores é mejores. Poco tiempo há que
templados y el verano y el invierno de por la diligencia de un vecino desla cib-
tal manera, que hay poca diferencia en dad se han fecho muchos cardos : como
todo tiempo de los dias á las noches : y cosa nueva los vendió bien; pero des-
el tiempo del invierno es sin frió, é la graciados é amargos é aparejados para
calor del verano no es demasiada. Y la los codiciosos de beber, porque á la ver-
isla es grande, donde se pueden bien ex- dad este manjar ó granjeria no es tal acá,
tender los ganados é las gentes con sus como en las tierras frias de nuestra Es-
labranças, porque boja su circunferencia paña, ni los nabos é las zanahorias.
de aquesta isla trescientas é çinquenta En conclusion que todas las cosas que
leguas, pocas mas ó menos, costa á costa he dicho que se truxeron de España,
terrena, é aun algunos diçen quatroçientas. aquellas se dexan de haçer é multiplicar
En esta isla se han fecho innumerables de que los hombres se descuidan é no
naranjos é cidras é limas é limones dul- curan ; porque el tiempo que las han de
ces é agros, y es tan bueno todo que lo esperar, le quieren ocupar en otras gran-
mejor de Córdoba ó Sevilla no le hace ven- jerias gruesas é de mas provecho é para
taja , é haylo siempre. Hay muchas higue- enriquesçer mas pronto (y en especial
ras é granados, é solamente se han dexado los que en estas partes no tienen pensa-
de dar en esta tierra las fructas é árboles miento de permanesçer ni quieren desta
de cuesco : é aunque podra alguno decir tierra, sino desfructalla é volverse á sus
con verdad que hay olivos dentro en esta patrias), dánse á la mercaduría ó á las
cibdad, é algunos dellos hermosos é gran- minas, ó á la pesquería de las perlas, é
des , digo que es assi ; pero son estériles, á otras cosas con que presto alleguen ha-
porque no llevan otra fructa alguna, sal- cienda , con que se vayan. E por tanto
vo hojas. Hay muy buena hortaliza assi ningunos ó muy raros son los que quieren
de lechugas é rábanos y berros, como de ocuparse en sembrar pan ó poner viñas,
perexil é culantro é hierbabuena é cebo- porque los mas que por acá andan, tie-
lletas é coles de las que llaman llantas ó nen esta tierra por madrastra (aunque á
verças napolitanas é abiertas, como de muchos hales ydo muy mejor que en su
los repollos cerrados ó murcianos. Há- propria madre).
çense también las berenjenas que les es Pues no se piense que, si falta pan é
tan natural é á su propóssito esta tierra, vino de Castilla, que es por culpa de la
como á los negros la Guinea ; porque acá tierra: se ha probado algunas veces el
se harén muy mejor que en España , y un pan é se ha hecho muy bien; é assi mis-
DE INDIAS. LIB. III. CAP. XI. 87
mo las ubas como se puede ver en muy es peso de quatro libras, ó cada libra es
buenas ubas de muchas parras que hay peso de diez é seys onças. Y desta ma-
en esta cibdad : é aunque no se hubieran nera seré entendido de los italianos é de
traydo de Castilla los sarmientos, muchas otras gentes muchas, por lo que he dicho;
ubas de parras salvajeses hay en la isla é conoscerán quán barato vale aquí la
é délias se pudieran plantar y enxerir: carne, puesto que es de las mejores que
que assi se cree que ovieron principio puede aver en el mundo. Gallinas como
todas las del mundo. Quanto mas que yo las de Castilla ñolas avia; pero de las
vi en el mes de hebrero del año de mili que se han traydo de España, se han fe-
é quinientos é treynta y nueve, que un cho tantas que en parte del mundo no
vecino desta cibdad hiço sacar de la pla- puede aver mas; porque raras veces sale
ça una canasta de ubas de un majuelo huevo falto de quantos se echan á una
ó viña nueva que tiene en la ribera de gallina de los que ella puede cobrir con
Nigua, quatro leguas y media ó cinco de sus alase cuerpo. Assi que, generalmente
aquí; é se vendieron á dos reales de pla- yo he tomado lo que hace al caso de mi
ta la libra hasta en quantia de nueve ó comparación y desta isla é cibdad é de
diez pesos de oro, y este fue el mismo la iglesia principal della, que está con
de los cardos que se dixo de suso. Assi su clero é dignidades é canónigos é ra-
que las ubas é pan que faltan en la tier- cioneros é capellanes bien doctada.
ra, es á culpa de los moradores della. Por Assi mismo hay en esta cibdad tres mo-
manera que la comparación que toqué de nesterios, que son Sanct Francisco é Sáne-
aquellas tan famosas islas, por lo que está lo Domingo é la Merced : los quales por
dicho, se puede muy bien ver y entender la orden que los he nombrado assi son
quanta ventaja esta nuestra Isla Española antiguos, ó primeramente fundados ; é to-
les hace á entrambas, é á cada una dé- das tres casas de gentiles edificios, pero
lias , examinadas todas las particularida- moderados é no tan curiosos como los
des dichas é otras muchas mas que se principales de España, aunque el de la
podían decir. Merced no está acabado; pero su principio
Avia en esta isla de suyo, que no se es muy suntuoso é se cree que será el
truxeron de España ni de otra parte, mu- mejor edificado. En estos monesterios
chas buenas hiervas como las de España: digo (hablando sin ofensa de ningún mo-
que acá por los campos ellas se hacen sin nesterio de quantos hay por el mundo de
industria de los hombres, como lo podrá aquestas tres Órdenes), que hay en estos
ver el lctor en el libro IX desta his- de aquí personas de tanta religion é gran
toria, porque allí se tracta esta materia. cxemplo que bastarían á reformar todos
Dixe de suso que vale el arrelde á dos los otros monesterios de otros muchos
maravedís de la vaca en esta cibdad, é reynos, porque son sanctas personas y
todas gentes no entenderán qué cosa es de gran doctrina. Hay assi mismo un muy
arrelde ni qué presçio es el maravedí, si buen hospital, bien edificado, é doctado
no fuere español el que lo leyere. Y para de buena renta, donde los pobres son cu-
que esto se entienda, digo que un dine- rados é socorridos, en que Dios es muy
ro ó jaqués de Aragon, ó un dinero de servido. Hánse fecho agora nuevamente
Italia es un maravedi é medio, é un qua- unas escuelas para un colegio (donde se
trin romano es tanto como un maravedi, lea gramática é lógica, é se leerá philo-
é quatro cavaluchos de Ñapóles valen sophia é otras sçiençias), que á do quiera
tanto quanto un maravedí ; y una arrelde seria estimado por gentil edificio , ó rada
88 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
dia se ennoblesçe mas esta cibdad en edi- aqui. Por tanto iré distinguiendo é parti-
ficios de casas é las iglesias é moneste- cularizando lo que hasta el tiempo presen-
rios, é fortalezas continuamente edifican. te ha venido á mi noticia ; y porque toda
Reside en esta cibdad la corte de la comparación semejante suele ser odiosa,
Audiencia é Cnancillería real, debaxo de é algunos querrán responder por su mis-
cuya jurisdiçion no solamente está aques- ma patria, é podrá decir el inglés que
ta isla Española, pero todas las que he no se debe admitirlo que digo, en per-
dicho están con mucha parte de Tierra- juicio de su isla, que de tantos tiempos
Firme. Reside aqui assi mismo el señor es habitada de reyes, é príncipes, é
almirante don Luis Golom, duque de gente noble é belicosa, é tan fértil, é
Veragua é de las islas é bahia de Çere- rica é poderosa, é con otras muchas par-
baro, marqués de la isla de Jamáyca, nie- ticularidades y excelencias que se le pue-
to del primero almirante, don Ghripstóbal den atribuir; assi como dos arçobispa-
Golom, que descubrió estas partes, éhi- dos, Cantuarensis et Evoracensis é diez y
jo del segundo almirante, don Diego Go- nueve obispados, é çinqïienta cíbdades,
lom. Desde aquesta isla han salido la é la principal délias. Londres, que es
mayor parte de los gobernadores é capi- una de las famosas de la chripstiandad,
tanes que han conquistado é poblado la é ciento é treinta y seis villas é sesenta y
mayor parte de lo que los chripstianos tres provincias, é ducados, é señalados
poseen en estas Indias, como se dirá barones é príncipes debaxo de la admi-
mas largamente en sus lugares é partes nistración é señorío de un rey tan po-
que convengan; pero tomando exemplo deroso é de tantos reyes descendiente, po-
é principio é dechado en la industria del drán deçir que quarenta años después de
primero descubridor deste nuevo mundo la destruiçion de Troya fué su fundación
(ó parte tan grandíssima del). Assi que, inglesa, y que por tanto debe preceder
tornando á mi propósito de la compara- á todas las otras islas. Podrá deçir el se-
ción fecha desta isla con las de Ingla- çiliano que ovieron su origen de los ibe-
terra é Seçilia, á consecuencia de lo ros é de Sicano su capitán, del qual se
qual he traydo todo lo que está dicho, llamó Sicania, al qual subcedió Siculus,
digo assi mismo que no se han acabado Neptuni filius, é que es copiosa de exce-
de decir otras particularidades desta lentes cibdades, antiquíssimas é nobles,
tierra que se podrán notar de los capí- assi como Meçina, Siracusa, Palermo é
tulos adelante escriptos, porque aqueste otras, é de muchas villas, é varones
no sea prolixo, é aun porque la breve- muchos, de títulos é gente noble, é fer-
dad del tiempo no ha dado lugar á sa- tilíssima de pan é vino, é todo lo que es
berse otras cosas muchas que adelante menester para el uso de los hombres; é
se sabrán. E porque la orden no se per- situada en el coraçon de Europa ; é assi
vierta é vaya reglada, assi en lo que to- á su propósito traerán á su Diodoro Sí-
ca á los árboles, como á los animales, é culo é otros auctores aprovados que
al pan é agricoltura de la propria isla, é largamente han escripto en su favor, é
á otras materias é particularidades de por tanto dirán que ninguna otra isla le
medicina, é de los ritos é çerimonias, é debe preceder. Ninguna cosa desas é de
costumbres desta gente de Indias; y en otras muchas que se pueden deçir en
especial desta isla, de que agorase tracta, loor de Seçilia é de Inglaterra, no con-
hay mucho mas que deçir é notar, allen- tradigo ; pero ha de considerar el letor,
de de lo que está dicho y escripto hasta que todas esas cosas hacen á mi propós-
DE INDIAS. LIB. III. CAP. XI. 89
sito, pues desde tantos siglos aquellas ta é cinco años; y en tan breve tiempo estar
islas están pobladas de gente de razón las cosas desta isla en el estado que es
é con corte de príncipes é Reyes tan dicho, háse de tener en mucho é atri-
señalados, como en la una y en la otra ha buirse á solo Dios, é á la buena ventura
ávido: que tanto mas se debe estimar de los Reyes Cathólicos de España, y al
nuestra isla, pues siempre ha estado en invictíssimo Emperador don Carlos su
poder de gente salvage é bestial, é que nieto, nuestros príncipes, é á la diligen-
su principio se puede contar desde el año cia é virtud de sus milites y vassallos
de mili é quatroçientos é noventa y dos castellanos, con cuya industria é armas se
años que los primeros chripstianos aqui ha poblado, ó mediante nuestro Señor,
vinieron con el primero almirante don siempre se va mas ennoblesçiendo. Pas-
Chripstóbal Colom, que en este de mili é semos á las otras cosas de nuestra his-
quinientos é quarenta y siete son cinqüen- toria.
CAPITULO XII.
De la g-obernaçion del comendador mayor de Alcántara, don Frey Nicolás de Ovando, é de las parles
de su persona y rectitud, é de las poblaciones é villas que hizo é fundó en esta Isla Española.
ivuien ovíere continuado la lecíon des- bien hablado con todos; é con los des-
te tractado, visto avrá que queda dicho sacatados tenia la prudencia é rigor que
que el año de mili é quinientos é dos de convenia : á los flacos é humildes favo-
la Natividad de Chripsto, nuestro Salva- resçia é ayudaba, é á los soberbios al-
dor, llegó á esta cibdad de Sancto Do- tivos mostraba la severidad que se re-
mingo de aquesta Isla Española (que aun quería aver con los transgressores de las
estaba de la otra parte del rio) el co- leyes reales. Castigaba con la templança
mendador mayor de Alcántara, don Frey y moderación que era menester; é te-
Nicolás de Ovando, y también avrá sa- niendo en buena justicia esta isla, era
bido cómo se fué y se perdió con el ar- de todos amado é temido. E favoresció
mada el comendador Francisco de Boba- á los indios mucho ; é á todos los chrips-
dilla, que primero avia gobernado esta tianos , que por acá militaban debaxo de
isla. Por tanto dígase agora qué persso- su gobernación, tracto como padre, é á
na fué este subçessor en la gobernación, todos enseñaba á bienvivir: como caba-
y qué manera tuvo en el cargo é oficio llero religioso y de mucha prudencia,
en tanto que acá estuvo. Por cierto, se— tuvo la tierra en mucha pazé sosiego.
gund lo que á muchos testigos fidedi- Quando á esta isla llegó, halló la tier-
nos he oydo, é á los muchos que hoy ra pacífica, salvo la provincia que lla-
hay que dicen lo mismo, nunca hombre man Higuey; y en breve tiempo la alla-
en estas Indias le ha fecho ventaja, ni nó é hizo justicia de los rebeldes y cul-
mejor exerçitado las cosas de la buena pados. Después, siendo avisado que la
gobernación, y tuvo en sí todas aquellas cacica Anacaona, muger que avia seydo
partes que mucho deben estimar los que del cacique Caonabo, con otros muchos
gobiernan gente ; porque él era muy de- caciques tenían acordado de se alçar é
voto é gran chripstiano, é muy limosne- apartar del servicio de los Reyes Cathó-
ro é piadosso con los pobres : manso y licos, é de la amistad de los chripstííu
TOMO I.
90 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
nos, é dejar la paz que tenían con ellos nos é hicieron meter á todos los caci-
é matarlos en la provincia de Xara- ques en la posada del comendador ma-
gua é sus comarcas; prendió muchos de- yor, é alli fueron entregados á los capi-
llos, é á mas de quarenta caciques, me- tanes Diego Velazquez é Rodrigo Mexia
tidos en un buhio, les hizo pegar fuego Treillo ; los quales ya sabían la voluntad
é quemáronse todos. Y también se hizo del comendador mayor, é hiçiéronlos
justicia de Anacoana, é passó assi : que atar todos; é súpose la verdad de la
teniendo el comendador mayor informa- trayçion, é fueron sentenciados á muer-
ción de la traición acordada el año de te. E assi los quemaron á todos dentro
mili é quinientos y tres, fué con septen- en un buhio ó casa, salvo á la dicha
ta de caballo é doscientos peones á la Anacaona que desde á tres meses la
provincia de Xaragua, que estaba en lo mandaron ahorcar por justicia. Y un so-
secreto alçada, por consejo de Anacaona, brino suyo, que se llamaba el cacique
la quai para ello estaba confederada con Guaorocaya, se alcó en la sierra que di-
otros muchos caciques. E certificado desto cen Baoruco, é el comendador mayor
el gobernador, mandó que un domingo los envió á buscarle é hacerle guerra ciento
chripstianos jugassen á las cañas; é que é treinta españoles que anduvieron tras
los caballeros viniessen aperçebidos, no él hasta que lo prendieron é fué ahorca-
solamente para el juego, mas para las do. Después de lo qual, se hizo la guerra
veras é pelear con los indios assi mismo, á los indios de la Guahava é de la Sa-
si conviniesse, é assi se hizo. vana é de Amigayahua é de la provincia
Aquel domingo después de comer, es- de Guacayarima, la qual era de gente
tando juntos todos aquellos caciques é muy salvage.
principales indios de aquella comarca Estos vivían en cavernas ó espeluncas
confederados, dentro en un caney ó ca- soterrañas é fechas en las peñas é mon-
sa grande, assi como la gente de caba- tes : no sembraban, ni labraban la tierra
llo llegó á la plaza, llamaron al comen- para cosa alguna, é con solamente las
dador mayor, para que viesse el juego fructas é hiervas é rayçes que la natura
de cañas; al qual hallaron que estaba de su proprio é natural oficio producía, se
jugando al herrón con unos hidalgos, por mantenían y eran contentos, sin sentir
dissimular con los indios é que no en- nesçessidad por otros manjares, ni pen-
tendiessen que de su mal propóssito él saban en edificar otras casas, ni aver
tenia aviso; é luego vino allí aquella otras habitaciones mas de aquellas cue-
cacica Anacaona é su hija Aguaymota é vas, donde se acogían. Todo quanto te-
otras mugeres principales. E Anacaona nían , eso que era de cualquier género
dixo al comendador mayor que ella ve- <jue fuesse, era común y de todos, excepto
nia á ver el juego de cañas de sus caba- las mugeres, que estas eran distintas, é
lleros chripstianos ; é que aquellos caci- cada uno tenia consigo las que quería ; é
ques que estaban juntos, lo querían assi por cualquiera voluntad del hombre ó de
mismo ver é le rogaban que los hiciese la muger se apartaban, é se concedían á
llamar. E luego el comendador mayor otro hombre, sin que por eso oviese celos
les envió á decir que viniessen alli; é ni rencillas. Aquesta gente fué la mas sal-
dixo que primero los quería hablar é vaje que hasta agora se ha visto en las
darles ciertos capítulos de lo que avian Indias.
de haçer; é mandó tocar una trompeta En esta guerra estuvo con gente de pié
y juntóse toda la gente de los chripstia- é de caballo seys meses el capitán Diego
DE INDIAS. LÏB. III. CAP. XII. 94
Velazquez hasta el mes de hebrero de dó la villa del Puerto de Plata, la qual
mili é quinientos é quatro que se acaba- está quarenta é quatro leguas desta cib-
ron de conquistar las provincias que es dad en la costa del norte. Fundó á Puer-
dicho, é assi quedó pacífica la isla. to Real en la misma costa, que es adon-
El castigo que se dixo de suso de Ana- de el primero almirante, quando descu-
caona é sus secazes fué tan espantable brió esta isla, dexó los treynta é ocho
cosa para los indios, que de ahy adelan- hombres, que falló muertos quando volvió
te assentaron el pié llano, é no se rebe- el segundo viaje. Fundó la villa de Açua,
laron mas : y en memoria de aquesto, y que está veynte é quatro leguas desta
para que aquella provincia estoviesse en cibdad, y es buena cosa por los ingenios
paz, fundó alii una villa el comendador de acucar que hay en ella y en su comar-
mayor que se llamó Sánela Maria de la ca. Fundó la villa de Lares de Guanaba: *
Vera Paz, çerca del lago grande de Xa- fundó la villa de Higucy ; fundó la forta-
ragua , en la quai villa yo estuve el año leza de la villa de Yaquimo ; fundó la vi-
de mill é quinientos é quince ; y era muy lla de la Sabana. Por manera que fizo es-
gentil pueblo é de gente de honra, y ta cibdad de Sancto Domingo y su forta-
avia en él muchos hidalgos, y porque es- leza y otras diez villas de chripstianos,
taba desviado del puerto y de la mar, se segund tengo dicho; porque las que el
despobló despues, y se passó aquella ve- primero almirante, don Ghripstóbal Co-
cindad á otra villa que fundaron á par lom, fizo é fundó, fueron aquella primera
de lámar, que se llama Sancta Maria del población de los treynta é ocho chrips-
puerto de la Yaguana. tianos, donde quedó por capitán Rodrigo
Antes desto avia fundado esta cibdad de Arana, la qual se llamó la Navidad, é
de Sancto Domingo, donde agora está, y fué el primer pueblo cathólico en esta
passó la población della aqui ; la qual en isla ; y después en el segundo viaje que
esa otra costa ó parte del rio estaba pri- vino fundó la cibdad llamada Isabela, de
mero, é hizo labrar esta fortaleza, y dio donde ovo principio esta cibdad, quando
la tenencia della á un caballero, su so- estuvo del otro cabo deste rio. Porque
brino , llamado Diego Lopez de Salcedo; alli truxo la gente de la Isabela el ade-
é repartió y dio los solares deste pueblo lantado don Bartolomé Colom, hermano
é hizo haçer la traça del como está. E del dicho almirante, como en otras par-
fundó el hospital de Sanct Nicolás desta tes está ya dicho. Fundó assi mismo el al-
cibdad ; é dotóle de muy buena renta que mirante primero la cibdad de la Concep-
hoy tiene en los mejores edificios de ca- ción de la Vega é fundó las villas de Sanc-
sas de renta que hay en esta cibdad : la tiago y del Bonao.
qual renta han acresçentado otras limos- Mas porque los Cathólicos Reyes, don
nas de personas devotas. Fundó assi mis- Fernando y doña Isabel, siempre des-
mo el comendador mayor de Alcántara la searon que estas tierras se poblassen de
villa que se llama la Buena Ventura, que buenos, pues de todo lo que tiene buen
está ocho leguas desta cibdad. Fundó la principio se espera el fin de la misma ma-
villa de Sanct Juan de la Maguana en la nera, entre los proprios criados de sus
costa del rio de Neyva, que es quasi en casas reales, de quien mas conocimiento
el medio desta isla á la parte de las sier- y experiencia tenían, escogian y los en-
ras , quarenta leguas desta cibdad, y otras viaban á esta isla con cargos é oficios,
quarenta está del puerto de la Yaguana porque se ennoblesçiessen y oviessen
ó villa de Sancta Maria del Puerto. Fun- principio y mejor fundamento y origen
m HISTORIA GENERAL Y NATURAL
las poblaciones délia, y principalmente mirante y después, vinieron otros mu-
esta cibdad, no de pastores, ni salteado- chos hombres de linage é personas seña-
res de las sabinas mugeres, como los ro- ladas y prudentes y de grandes habilida-
manos fiçieron, sino de caballeros y per- des, , para los oficios y cargos reales é
sonas de mucha hidalguía é noble san- administración de la justicia, é para la
gre, y aprobados en virtudes y chrips- conquista é pacificación é población des-
tianos perfetos y castiços, que están en te mundo oculto, que acá estaba tan ol-
la otra vida, y otros que al presente es- vidado é lexos de Europa é de Assia é
tán y viven en esta cibdad y en las otras África. E demás de las personas que en
poblaciones desta isla. Y porque esto tu- algunos capítulos quedan nombradas, é
viesse mas cumplido efeto, tenían aque- délas que se nombraren, quando conven-
llos príncipes en la memoria aquella auc- ga por sus obras é méritos, digo como
toridad de Sanct Matheo * que diçe : Non tengo dicho que de los criados proprios y
potest arbor mala bonos fructus faceré. Pues conosçidos en la casa real se solían ele-
porque no puede el mal árbol hacer buen gir é proveer para los oficios destas par-
fructo, como diçe el Evangelista, y por- tes. E assi vino Miguel de Passamonte,
que un poco de levadura corrompa toda criado antiguo del Rey Cathólico, por te-
la masa, segund diçe el apóstol Sanct sorero á esta cibdad, en el mes de no-
Pablo 2, mandaron el Rey y la Reyna ex- viembre del año de mili é quinientos y
presamente que en Sevilla sus oficiales de ocho ; hombre de auctoridad y experien-
la casa de Contractaçion ( que alli residen cia en negocios, docto é gentil latino,
para el proveimiento é tracto destas In- honesto é apartado de vicios. Y es opi-
dias ), no dexassen passar á estas partes nion de algunos que nunca conosció mu-
ninguna persona sospechosa á nuestra ger carnalmente, aunque passó de aques-
sancta fé cathólica (en especial hijos ni ta vida constituido en edad é bien viejo.
nietos de quemados ni de reconciliados), Este fué mucha parte para la buena go-
y assi se ha guardado y guarda ; é si por bernación desta isla, assi en el tiempo que
caso algunos hay de los tales, échanlos la gobernó el comendador mayor, como
de la tierra. Y assi por este cuy dado de después hasta que este tesorero murió;
los Gathólicos Reyes, como por los lin- porque siempre tuvo mano en la hacien-
dos desseos y valerosos ánimos de los da real y en las cosas de la gobernación,
mismos españoles, han passado á todas porque en todo se le daba parte é lugar,
las Indias deste imperio muchos caballe- por mandado del Rey Cathólico, con
ros é hidalgos y gente noble, y se han quien tuvo tanto crédito que bastó á ser
avecindado en esta isla, y en especial en causa de parte de los trabajos del segun-
esta cibdad de Sancto Domingo y en las do almirante don Diego Colom, assi por
otras islas y Tierra-Firme. su mucho crédito como por cosas quel
Dixe aquesto á propóssito que cada uno tiempo ofresció, de lo qual se dirá algo
de los dos gobernadores , el comendador brevemente en el lugar que convenga á
Francisco de Bobadilla, y el comendador la historia é orden délia. Assi que este
mayor de Alcántara, don frey Nicolás de tesorero fué en la verdad proprio oficial
Ovando, eran caballeros é hombres prin- de tan alto Rey, y como han de ser los
cipales y de limpia sangre, y con cada que en semejantes oficios é cargos esto-
uno de ellos, é antes con el primero al- vieren. Y assi con enviar á estas partes,
PROHEMIO.
CAPITULO I.
Donde se tracta de la venida del segundo almirante, don Diego Coíom, á esta cibdad de Sancfo Do-
mingo, puerto de la Isla Española, é de ias mudanças que ha ávido en la gobernación della é
otras cosas.
tan constantes. E assi creo yo que á al- cosa de mas poderío que á lo que es di-
gunos chripstianos se les ha pegado har- cho contrasta, por donde se crea que to-
to desto, en especial á los mal inclina- do aquesto ni está en mano de los hom-
dos ; porque otros muchos hay de mucha bres ni en descuido ó infelicidad total de
prudencia y los ha ávido en estas partes; los príncipes; pues que no se puede negar
mas también han venido otros acá de tal aquella auctoridad del sabio, que dice *
suerte que bastaran para revolver á Ro- que el coraçon del rey está en la mano del
ma é á Sanctiago, como lo suelen decir Señor, nuestro soberano Dios. E assi ave-
los vulgares. Que se deba creer lo que di- rnos de tener por cierto que estas cosas de
go de los indios, pruébasse porque la ex- tanta importancia para la fé é para la re-
periencia é obras de alguuos lo mostra- pública chripstiana, é donde tantas gentes
ron , y por los mestizos, hijos de chrips- de indios han de ser gobernados é indus-
tianos é de indias; porque con grandís- triados , que todos los errores ó acerta-
simo trabaxo se crian é con mucho ma- mientos , que en los gobernadores é go-
yor no los pueden apartar de vicios é bernados ha ávido, que no es sin per-
malus costumbres é inclinaciones á algu- misión é causa oculta ; é para mí yo assi
nos. Y para lo que apunté que han pas- lo pienso, só mejor enmienda. No me
sado acá algunos que no debieran venir, quiero detener mas por el presente en
esso se comencó á remediar por los Ca- aquesto.
thólicos Reyes é su Real Consejo, en pro- Volviendo á la historia, digo que es-
curar que los que á estas partes viniessen, tando las cosas desta isla en el estado
fuessen personas escogidas. Y assi sede- que está dicho, como llevó Dios á su
be pensar que no se moverian ni darían gloria al Cathólico Rey don Fernando (su
lugar á semejantes niudanças tan Cathó- nieto el príncipe don Carlos, nuestro se-
licos Reyes, como los passados, ni la ñor , estaba en Flandes ), mandó en su
Cesárea Magestad después por ligeras in- testamento el Rey que gobernasse á
formaciones, ó dañadas voluntades de Castilla é Leon é sus reynos el cardenal
particulares, sino con muy pensado é sa- don fray Francisco Ximenez de Çisneros,
no acuerdo é determinación, assi en la arçobispo de Toledo, en tanto quel prín-
mudança que se hizo del almirante pri- cipe , nuestro nuevo Rey é Señor, é sub-
mero como en las de demás; puesto que çessor de los reynos de España, venia á
como los reyes son hombres, pueden er- tomar la possesion della : el qual luego
rar como hombres : en especial que la que supo la muerte del Cathólico Rey, su
mayor infelicidad ó mas ordinaria que se abuelo, no solamente aprobó la goberna-
atribuye al ceptro real, es que pocos le ción del cardenal, pero envióle de nue-
digan al príncipe la verdad, é que si le vo muy mas bastante é pleníssimo poder
fuere dicha, que no la crea. Esta desven- para la administración é gobernación de
tura anda tan junta con el reynar, como la sus reynos y Estados, en tanto que su
misma corona real. Pero hay en esto otra Alteza venia á España.
CAPITULO II.
En que se fracla de Ja persona é grand ser del cardenal, don fray Francisco Ximenez de Çisneros, arçobis-
po de Toledo, gobernador de España; y de algunas cosas que en su tiempo subcedieron ; é cómo por su
mandado, vinieron á gobernar estas Indias tres padres reverendos, priores de la Orden de Sanct Hierónimo,
e' con ellos el licenciado Alonso Çuaço , é otras cosas notables.
.Cil cardenal don frey Francisco Ximenez tonio de Stúñiga, é quedó en todo el
de Çisneros, arçobispo de Toledo, fué prioradgo don Diego de Toledo.
gran varón, y lo que le turó el cargo de Dexemos aquesto, é tornemos á nues-
la gobernación de los reynos de Castilla tras Indias, las quales, assi como los
y de Leon (que fué despues que llevó otros reynos, estaban á cargo del carde-
Dios al Rey Gathólico, don Fernando, nal ; y en aquella misma sacón estaba en
que por su testamento lo mandó, en tan- la corte de España el almirante don Die-
to que su nieto el Rey don Carlos venia go Colom, negociando lo que le conve-
à España), y hasta que murió, lo hizo tan nia , é también avia procuradores por es-
bien, que tuvo en paz los reynos, aun- ta cibdad de Sancto Domingo é Isla Es-
que se començaron algunas novedades é pañola. Pero cómo el cardenal, desde
asonadas de gentes , en especial sobre el mucho tiempo antes, tenia larga noticia
prioradgo de Sanct Johan en Castilla y de las cosas destas partes, acordó para
en Leon , en la possession del qual esta- el bien délias de buscar tres religiosos de
ba don Diego de Toledo, hijo del duque la Orden de Sanct Hierónimo, personas
de Alva. E pedíalo é llamábase prior don de grand auctoridad é letras é de aproba-
Antonio de Stúñiga, hermano del duque da vida ; y enviólos á esta cibdad de
de Béjar ; y estos dos duques, el uno por Sancto Domingo , con muy bastantes po-
el hijo y el otro por el hermano, tenían deres para gobernar las Indias. Estos re-
competencia, é començaron á tomar las ligiosos fueron fray Luis de Figueroa,
armas de la una é de la otra parte. Pero prior del monesterio de la Mejorada, que
el frayle cardenal, se dio tal recabdo en está á una legua de Olmedo; y aqueste
su oficio de gobernador real, que no les fué el mismo que dixe (en el libro ter-
convino á los unos ni á los otros llegar á cero) que murió estando eleto é conce-
rompimiento, ni osaron hacer cosa que didas por el Papa Jas bulas para la union
al Rey despluguiesse. E el cardenal se apo- deste obispado de Sancto Domingo y del
deró del prioradgo, y le tuvo de su ma- obispado de la cibdad de la Concepción
no en nombre del Rey hasta que su Alte- de la Vega, y le enviaba la Cesárea Ma-
za , despues que vino á España, concer- gestad para estas dignidades é obispados,
tó á ambos priores é partióles la renta é como obispo de ambas iglesias, é por
vassallos de aquel estado é dignidad ; é presidente desta Real Audiencia; pero
al uno dio lo del reyno de Castilla é al atajóle la muerte, y por ventura fué me-
otro lo del reyno de Leon, con tal regres- jor para su ánima, que es de creer, por-
so y aditamento, que muriendo el uno, se que era tenido por sancta persona : é mu-
tornasse la parte del tal defuncto al que rió el año de mili é quinientos é veynte
vivo quedasse dellos. E assi intervino é quatro. Mas como de suso dixe, él
después ; porque murió el prior don An- avia acá passado primero por mandado
DE INDIAS. LIB. IV. CAP. II. 403
del cardenal, el año de mili é quinientos que no los ovo en ellas hasta que de Es-
e diez y seis años, juntamente con los paña se truxeron las higueras : ubas bien
otros dos religiosos que con él vinieron, podria ser, porque assi en esta isla como
iguales en el poder é gobernación : que en otras y en la Tierra-Firme son natu-
fueron fray Alonso de Sancto Domingo, rales.
prior del monesterio de Sanct Johan de Tornando al propósito de la venida
Ortega, que es á quatro leguas de lacib- destos padres reverendos, que como he
dad de Burgos; y el otro fué fray Ber- dicho, vinieron por visoreyes é gober-
naldino de Mançanedo, prior de Monta nadores destas partes, enviados por el
Marta, que es á dos ó tres leguas de Ça- cardenal de España, que á la sacón presi-
mora. Y llegaron á esta cibdad de Sancto dia con los Consejos Reales en la gober-
Domingo poco antes de pasqua de Navi- nación de todos los reynos de España,
dad del año de mili é quinientos é diez y por su Magestad ; el qual con muy íntimo
seis años, é apossentáronse en el mones- desseo de proveer é remediar las muchas
terio de Sanct Francisco. Y notaron mu- querellas y agravios que destas partes
cho que estando en maitines con los yban (de que continuo se quexaban los
frayles franciscos, la noche de Navidad, vassallos españoles y los naturales tam-
ovieron tanto calor que sudaron. Y aquel bién destas Indias), eligió en toda la Or-
dia á comer les dieron los frayles ubas den de Sanct Hierónimo estos tres reli-
frescas y higos acabados de coger de las giosos que es dicho , para en todo lo que
parras y higueras; las quales fructas y ca- conviniesse al estado de la tierra é buen
lor son acá comunmente en tal tiempo; tractamiento é conservación de los in-
cosa jamas oyda ni vista en los reynos de dios, naturales destas partes todas de
España ni en toda Europa. Aunque se lee, nuestras Indias, islas é Tierra-Firme
segund dice el maestro Olchod en la glos- del mar Océano, é para que supiessen las
sa que hizo sobre la Esphera, que tenien- passiones de acá entre los chripstianos, é
do un sancto varón en Inglaterra un de- lo pusiessen é toviessen en todo concier-
monio apremiado en cierta clausura, y to. De manera que en lo de adelante se
desseando el demonio verse libre de açertasse é proveyesse, como al servicio de
aquella prisión, prometió á aquel sancto Dios, nuestro Señor, mas conviniesse, y
hombre la noche de Navidad de le traer para que la consçiençia del Rey se satisfa-
higos frescos de las Indias, si le liber tas- çiesse é la tierra se remédiasse. Con estos
se de aquel encerramiento en que estaba. padres religiosos fué elegido por juez, en
E assi con esta condición libertado el de- las cosas de la justicia civil é criminal, el
monio , en muy breve espacio de tiempo licenciado Alonso Çuaço, el qual estando
le truxo los higos frescos que le prometió; ya acá los padres hierónimos , llegó á es-
de lo qual aquel sancto varón quedó muy ta cibdad desde á poco tiempo, en el si-
maravillado, conjecturando la grand tem- guiente año de mili é quinientos é diez é
plança de tiempo que avria donde se siete años, á ocho de abril, miércoles de
avia cogido tal fructa, con la diferencia é la semana sancta. Al tiempo que los reli-
rigor del frió que en el mismo tiempo giosos llegaron , como en aquel tiempo la
era en Inglaterra, donde era natural; muerte del Rey Cathólico era reciente,
creyendo que tierra tan templada y en tal los jueces de apelación que aqui residian,
tiempo era muy propinqua y cercana al que ya se llamaban oydores, é su audi-
paraiso terrenal. Pero no creo yo que los torio ya se deçia Audiencia Real, é otras
higos serian destas nuestras Indias, por- personas desta cibdad principales, qui-
404 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
siéronse informar de la venida de aque- La gobernación destas quatre personas
llos padres hierónimos (nunca vistos en por la forma que es dicha, fué asaz buena
estas partes hasta entonces ), é de los po- lo que turó, y aquellos padres lo hicieron
deres que trahian é á qué venían ; y ellos lo mejor que Dios les dio á entender; pero
como prudentes, mostraron el poder que también entendieron en remover indios.
les era dado, y Juego fué obedesçido. E El remover los indios ha seydo una cosa
començaron á entender en sus oficios y de las mas peligrosas que acá ha ávido
cargos, hasta en tanto que el licen- para la conciencia de los gobernadores:
ciado Guaco vino pocos meses después, lo que estos padres en este caso hicieron
como es dicho. Lo qual assi mismo causó fué sancto, porque los quitaron á todos
mas admiración, porque llegado é pres- los caballeros y privados, á quien el Rey
sentado en las casas del cabildo desta Cathólico avia mandado darlos, y no los
cibdad con sus poderes, maravilláronse dexaron á ningún ausente, é diéronlos á
mucho, é aun dio temor á algunos, vien- los pobladores é vecinos de la isla: é hi-
do que en el despacho de los negocios é çiéronlos reducir en pueblos, á causa que
pleitos civiles é criminales avia de aver les fuessen mejor administrados los sacra-
brevedad ; é que segund la forma destos mentos estando juntos, é fuessen infor-
poderes, se avian de acabar é feuesçer mados de las cosas de nuestra sancta fé.
aqui, sin apelación ni otra dilación para Sobre este servicio de los indios ha ávido
Su Magestad en los reynos de España , y muy grandes altercaciones en derecho en-
para que tomasse residencia á los oydo- tre famosos legistas, é canonistas é theó-
res, que eran á la sacón los licenciados logos, religiosos, é perlados de mucha
Marcelo de Villalobos , é Johan Ortiz de sçiençia é conciencia ; diciendo si deben
Matienço, é Lúeas Vazquez de Ayllon, y servir ó no estos indios, é si son capaces,
que también la tomasse á todos los otros ó no: é si esos á quien se encomiendan los
gobernadores, jueces é justicias ; é para tienen con buena conciencia, ó no; é con
que tomasse cuenta é raçon á todos los qué calidades é limitaciones se deben ad-
oficiales de Su Magestad y escribanos de mitir, ó concederse tal tutela. Pero cómo
minas, é otras personas que oviessen te- han seydo muy diferentes en las opinio-
nido cargos é oficios en todas estas par- nes en esta disputa, ningún provecho so
tes , é con muy cresçido salario. Por ma- ha seguido á la tierra ni á los indios. Ha-
nera quél fué por el cabildo resçebido é llaron estos padres hierónimos grandes
obedesçido para en todo lo contenido en quexas por causa de un repartimiento ge-
sus poderes ; é comencé luego á enten- neral que Rodrigo de Alburquerque, primo
der en las residencias de los oydores é del licenciado Luis Çapata (que á la sacón
de los otros jueces é justicias é goberna- era el mas principal en el consejo del Rey),
ción , é hizo sus proçessos é los cerró é avia fecho con paresçer del tesorero Mi-
sentenció. Hizo hacer algunos edificios guel de Passamonte: este Rodrigo de
públicos; reparó los caminos é cárceles Alburquerque era vecino de la cibdad de
que estaban abiertas , ó no como conve- la Concepción de la Vega en esta isla, é
nían, é proveyó juntamente con el regi- con favor del dicho licenciado ovo pro-
miento desta cibdad, cómo oviesse una vision del Rey Cathólico para repartir los
barca de passaje (que hoy hay para el indios con paresçer y voto del tesorero
rio é puerto desta cibdad para la otra Miguel de Passamonte, y con facultad de
banda della}, con otras obras públicas y poder enmendar otro repartimiento que
provechosas á la república. avia fecho antes el almirante, don Diego
DE INDIAS. LIB. IV. CAP. II. 10")
Colom. Pero tantas é mas quexas resul- é las otras comarcanas, Sanct Johan, Ja-
taron desta enmienda, como de lo que el máyca é Cuba asoladas de indios, ó con
almirante avia primero fecho é repartido; tan pocos, que paresció un juicio grande
y en la verdad esto es de calidad que del cielo. Débese creer que la intención
del postrero repartidor de los indios ha de aquellos tres religiosos hierónimos
de aver mas quexas, aunque sea mejor fué sancta, é yo assi lo tengo por cierto;
mirado que lo primero ; porque el mudar porque quitarlos á los caballeros é pri-
la costumbre (y especial en los indios); vados, au sen tes fué sanctíssimo, é si al-
es cortarles la cabeça, é assi quedó la gunas mudanças hicieron ó proveyeron,
tierra muy dagnificada en toda esta isla. fué con celo caritativo, por aprovechar
Y cómo estos padres hierónimos eran ser- á los mismos indios, y que mejor é mas
vidores de Dios, pensando de lo enmen- tiempo se sustentassen. Esi los quitaban
dar , lo remendaron, é pussieron los in- á los señores é caballeros que se estaban
dios en pueblos (quitándolos de sus asien- en España, goçando destos sudores ilí-
tos): que fué harto daño, porque todos citos é sirviendosse dellos, por mano de
estos remedios resultan en mayor perdi- criados é de cobdiçiosos mayordomos,
ción de aquesta gente. Porque cómo los dábanlos estos padres á los vecinos é po-
chripstianos vian tantas mudanças é no bladores de la isla, é á los que avian
avia seguridad que les avian de turar los pacificado é conquistado la tierra é la
indios y dexárselos, ó los trabajaban de- poblaban.
masiadamente , ó no los tractaban como Pero esta gente destos indios de sí
los tractáran, si no temieran estas revo- misma es para poco, é por poca co-
luciones que tan á menudo se haçian. E sa se mueren ó se ausentan é van al
aunque algunos comedidos é cathólicos monte; porque su principal intento (é lo
lo hiçiessen bien, otros los desfructaban é que ellos siempre avian hecho antes que
acosaban de manera (con excesivos tra- los chripstianos acá passasscn), era comer,
bajos é de otras formas) que presto se é beber, é folgar, é luxuriar, é idola-
morían. trar, é exercer otras muchas sucieda-
Pero assi cómo se reduçieron á pue- des bestiales ; de las quales é de sus ri-
blos, les sobrevinieron unas viruelas tos é çerimonias se dirá en su lugar ade-
tan pestilenciales, que dexaron estas islas lante.
CAPITULO III.
De cómo la Ccssárea Magostad dio licencia en cierta forma al almirante don Diego Colom , que tornnsse
á esta cibdad de Sancto Domingo c JslaEspañola, <: otras cosa«.
CAPITULO IV.
En que se Irada la rebelión de los negros é del castigo que el almirante, don Diego Colom > hizo en
ellos, etc.
CAPITULO V.
De cómo el almirante don Diego Colom volvió á España, por mandado de la Cesárea Magestad, y de có-
mo el licenciado Lúeas Vazquez de Ayllon , oydor desta Audiencia Real, fué á cierta gobernación de Tier-
ra-Firme, donde murió, y de cómo se han subçedido otros jueces é oydores en esta Real Audiencia , é
otras cosas que locan á la historia.
bien quisto de algunos, puesto que assi doctor Rodrigo Infante, é porque ya era
mesmo otros deçian bien dél. Y no me muerto el licenciado Chripstóbal Lebrón,
maravillo de cosa que oyga deçir de juez entró en su lugar el licenciado Johan de
en estas partes ; porque demás de ser so- Vadillo, que estaba en esta cibdad de
lo Dios el que podria contentar á todos, Sancto Domingo desde el año de mili é
siempre en las tierras nuevas son peligro- quinientos é veynte y cinco , entendien-
sos semejantes oficios , assi para el cuer- do en las cuentas y debdas de la hacien-
po, como para el ánima. Passada la re- da real ; y estos tres oydores, conviene
sidencia, quedaron juntamente en esta saber, licenciado Çuaço, doctor Infante,
Real Aaudiençia los licenciados Lebrón y y el licenciado Johan de Vadillo, residie-
Çuaço y Espinosa; pero desde á poco ron en esta Real Audiencia, é goberna-
tiempo se passó á vivir á la Tierra-Fir- ron esta isla é otras, conosçiendo de las
me , donde tenia ciertos indios de repar- apelaciones de mucha parte de la Tierra-
timiento , que le Servian, desde que allí Firme , juntamente con el muy reverendo
avia seydo alcalde mayor de Pedrarias é noble señor el licenciado, don Alon-
Dávila, en la provincia que llaman Gas- so de Fuenmayor, presidente por Sus
tilla del Oro, como mas largamente se Magestades, que llegó á esta cibdad
dirá, quando de aquella tierra se tracte y en el tiempo que adelante se dirá: el
escriba. Ido Espinosa donde he dicho, qual al presente es obispo desta Sancta
entró en su lugar en esta Audiencia el Iglesia.
CAPITULO VI.
Del subçesso é vida del segundo almirante, don Diego Colom, despues que volvió á España é llegó á la
corle en la cibdad Vitoria, é hasta que murió en la Puebla de Montalban, é oirás cosas, concer-
nientes al discurso desta historia.
JLricho se ha cómo el almirante segun- taba ya muy enfermo é flaco : é con todo
do, don Diego Golom, fué por mandado su trabajo é indispusiçion, partido Su
de la Gessárea Magestad á España é lle- Magestad, se quisso ir tras él, é acor-
gó á la corte en el mes de enero del año dó de hacer su camino por Nuestra Se-
de mili é quinientos é veynte y quatro, ñora de Guadalupe. Y dos dias antes de
estando el Emperador, nuestro señor su partida, le dixe que me paresçia que
en la cibdad de Vitoria; é allí entendió no acertaba en ponerse en tan largo ca-
luego en sus negocios é pleytos con el mino , estando tal como estaba, é assi se
fiscal real (que de tiempo atrás pendían), lo dixeron otros sus smigos é servidores,
todo el tiempo que Su Magestad é su consejándole que, pues estaba en Tole-
Consejo Real de Indias estuvieron en do , donde no faltaban médicos singula-
aquella cibdad, é después en la de Bur- res ni medicinas, é las otras cosas que
gos , é después en Valladolid, é después conviniessen para se curar, que no se
en Madrid, é últimamente en la cibdad fuesse en manera alguna, porque su mal
de Toledo hasta el año de mili é qui no se aumentasse; y que se estoviesse
nientos é veynte y seis, que Su Magestad quedo, hasta que convalesçïesse é to-
se partió de alli para Sevilla. En la qual viesse salud. E respondió que se sentía
sacón el almirante avia adolesçido é es- mejor, y que en penssar que yba hacia
TOMO 1. 15
m HISTORIA GENERAL Y NATURAL
las Indias, do estaban su muger é hijos, hebrero, á las nueve horas de la noche,
y en yr á Sevilla la corte, le paresçia que espiró con mucha contrición é acuerdo,
estaba ya sano ; y que él se queria yr por dando gracias á Dios Nuestro Señor, é
nuestra Señora, Sancta María de Guada- con grandíssima paciencia é atención
lupe, porque esperaba que ella le daria encomendándose al Redemptor é á su
esfuerço para tal jornada; y que en su gloriosa Madre, dio el espíritu á Dios;
bendita casa queria tener novenas, y y assi se debe creer que su ánima fué á
desde ella yrse tras el Emperador, nues- la celestial gloria. E quiso Nuestro Se-
tro señor. Y aunque le fué replicado, ñor que para su consolación é ayudarle á
estorbándole su partida, no aprovechó, bien morir, se hallassen quatro religio-
porque avia de ser su fin, donde Dios lo sos de la Orden de Sanct Francisco con
tenia ordenado. E assi continuando su él; porque desta religion era muy de-
voluntad, determinó de hacer su camino, voto , y estos estuvieron alli acordándo-
é partiósse de Toledo un miércoles, veyn- le lo que á su salvación convenia hasta
te y uno de hebrero de aquel año de mili la última hora é punto. Assi cómo espi-
é quinientos é veynte y seis, y en una li- ró , sus criados tomaron su cuerpo é lle-
tera ó andas llegó aquel dia á una villa váronle á Sevilla al monesterio de las
de don Alonso Tellez Pacheco, que se Cuevas, de la Orden de Cartuxa, é pus-
llama la Puebla de Montalban (que es á siéronle alli en depósito, junto al cuerpo
seis leguas de Toledo). E alli le aquexó de su padre, el almirante primero don
luego el mal de tal manera, que el jue- Ghripstóbal Colom. Desta manera que es
ves siguiente ordenó su ánima, como ca- dicho acabó el almirante, don Diego Co-
thólico chripstiano, el qual se avia con- lom, esta misserable vida. E subcedió
fessado é comulgado el dia antes, que en su casa é título, su hijo mayor don
fué el mismo que de Toledo partió ; y el Luis Colom, tercero almirante en este
viernes, que se contaron veynte y tres de Estado é casa suya.
CAPITULO VII.
De la subçesion del tercero almirante deslas Indias, llamado don Luis Colom, é de cómo su madre,
la vireyna, fué á España á seguir los pleitos que su marido el almirante, don Diego Colom, tracfaba
con el fiscal real sobre sus privilegios; y de cómo vino por presidente á esta Audiencia Real el obis-
po de aquesta cibdad de Sancto Domingo e' de la Concepción de la Vega, don Sebastian Ramirez de
Fuenleal.
CAPITULO VIII.
Que tracla de lss ingenios é trapiches de acucar que hay en esta Isla Española, y cuyos son y de quá
manera ovo principio esta rica granjeria en aquestas parles, y primero en esta isla.
lues aquesto del acucar es una de las cibdad, otra cosa, é afirman que el que
mas ricas grangerias que en alguna pro- primero puso cañas de acucar en esta isla
vincia ó reyno del mundo puede aver, y fué un Pedro de Atiença, en la cibdad de
en aquesta isla hay tanta é tan buena y de la Concepción de la Vega, y que el al-
tan poco tiempo acá assi exerçitada é ad- cayde de la Vega, Miguel Ballester, na-
quirida ; bien es que aunque la tierra é tural de Cataluña, fué el primero que hizo
fertilidad délia, y el aparejo grande de acucar. E afirman que lo hiço mas de dos
las aguas é la dispusiçion de los muy años antes que lo hiçiesse el bachiller Ve-
grandes boscajes de leña para tan gran- losa ; pero junto con esto dicen que lo
des y continuos fuegos, sean tan al pro- que hizo este alcayde fué muy poco, é
póssito (como son) para tales haciendas, que todo lo uno é lo otro ovo origen de
que tanto mas sean las gracias y el pre- las cañas de Pedro de Atiença. De ma-
mio que se debe dar á quien lo enseñó é nera que de la una é de la otra forma,
puso primero por obra. Pues todos tovie- esto que está dicho es el fundamento ó
ron los ojos cerrados hasta que el bachi- principio original del acucar en esta isla
ller Gonçalo de Velosa, á su propria cos- é Indias ; porque deste comienço que á
ta de grandes y excesivos gastos, se- ello dio Pedro de Atiença, se multiplicó
gund lo que él tenia, é con mucho tra- para llegar esta grangeria al estado en que
bajo de su persona, truxo los maestros agora está, é cada dia se aumenta y es
de acucar á esta isla, é hizo un trapiche mayor, puesto que de quince años á esta
de caballos é fué el primero que hizo ha- parte algunos ingenios han quebrado é
cer en esta isla acucar ; é á él solo se de- se deterioraron por las causas que en su
ben las gracias, como á principal inventor lugar se dirá ; pero otros se han perfiçio-
de aquesta rica grangeria. No porque él nado. Tornemos al bachiller Velosa é su
fuesse el primero que puso cañas de acu- trapiche.
car en las Indias, pues algún tiempo an- Assi como por aquel se fué mejor en-
tes que él viniesse muchos las avian tendiendo esta hacienda, juntáronse con
puesto é las criaban é façian mieles dé- él el veedor, Chripstóbal de Tapia, é su
lias ; pero fué, como he dicho, el pri- hermano el alcayde desta fortaleza, Fran-
mero que hizo acucar en esta isla, pues cisco de Tapia, é todos tres hicieron un
por su exemplo después otros hicieron lo ingenio en el Yaguate, legua é media de
mismo. El qual, como tuvo cantidad de la ribera del rio de Niçao ; é desde á al-
caña, hizo un trapiche de caballos en la gún tiempo se desavinieron, y el bachi-
ribera del rio de Nigua, é truxo los ofi- ller les vendió su parte á los Tapias. Des-
ciales para ello desde las islas de Cana- pués el veedor vendió la suya á Johan de
ria, é molió é hizo acucar primero que Villoría, el qual después la vendió al al-
otro alguno. cayde , Francisco de Tapia, y quedó en
Pero la verdad desto inquiriendo, he solo él este primero ingenio que ovo en
hallado que dicen algunos hombres de esta isla. Como en aquel tiempo ó prin-
crédito é viejos, que hoy viven en esta cipios no se entendía tan bien, como con-
DE INDIAS. LIB. IV. CAP. VIII. 119
venia, la nesçessidad que tales haciendas tornaban vacias á España, é agora van
tienen de muchas tierras y de agua é le- cargadas délia é con mayores fletes de los
ña é otras cosas que son anexas á tal gran- que para acá traen, é con mas ganancia.
geria (de lo qual todo alli no avia tanto, Y pues esta hacienda se comencó en la
como era menester), despobló el alcay- ribera del Nigua, quiero decir los demás
de , Francisco de Tapia, aqueste inge- ingenios que están á par del mismo rio.
nio , é passó el cobre ó caldereras é pe- Otro poderoso ingenio hay en la misma
trechos é todo lo que pudo á otro mejor ribera del del rio Nigua que es del tesore-
assiento en la misma ribera de Nigua, á ro, Estevan de Passamonte, é sus herede-
cinco leguas desta cibdad, donde hasta ros, que es uno de los mejores é mas po-
quel dicho alcayde murió, tuvo un muy derosos desta isla, assi en edificio como
buen ingenio, é de los poderosos que hay en lo demás, de muchas aguas é montes
en esta isla. y esclavos y todo lo que le conviene : el
Porque no se repita muchas veces lo qual está siete leguas desta cibdad.
que agora diré, ha de notar el letor en En la misma ribera de Nigua, mas baxo
este ingenio para todos los otros por este del que se dixo de suso, está otro inge-
aviso, que cada ingenio de los poderosos nio muy bueno que hizo Francisco Tos-
é bien aviados, demás é allende de la tado , á seys leguas desta cibdad, que
mucha costa é valor del edificio é fábri- quedó á sus herederos, é es muy gentil
ca de la casa , en que se hace el acucar, hacienda é tiene todo lo que le es nes-
é de otra grande casa en que se purga é çessario.
se guarda, hay algunos que passan de En esta misma ribera de Nigua hay otro
diez é doce mili ducados de oro é mas, ingenio de los mejores é mas poderosos
hasta lo tener moliente é corriente. Y desta isla, el qual está cerca de la boca
aunque se diga quince mili ducados no de la mar, á quatro leguas y media desta
me alargo, porque es menester tener á cibdad de Sancto Domingo: el qual es
lo menos continuamente ochenta ó çient del secretario, Diego Caballero de la Ro-
negros é aun ciento é veynte é algunos sa , regidor desta cibdad; heredad en la
mas, para que mejor anden aviados; é alli verdad mucho de ver y de presçiar, assi
cerca un buen hato ó dos de vacas de por su assiento, como por otras calidades
mili ó dos mili ó tres mili délias que co- que tiene.
ma el ingenio ; allende de la mucha costa Encima de la ribera de Nigua, en el
de los oficiales é maestros que hacen el rio que llaman Yaman, ocho leguas desta
acucar, y de carretas para acarrear la cibdad, está otro gentil ingenio, que hi-
caña al molino é para traer leña, é gente zo Johan de Ampies, ya defunto, factor
continua que labre el pan é cure é riegue que fué de Sus Magestades y regidor des-
las cañas, é otras cosas nesçessarias y de ta cibdad ; el qual es agora de doña Flo-
continuos gastos. Pero en la verdad el rencia do Avila é de sus herederos del
que es señor de un ingenio libre é bien dicho factor.
aviado, está muy bien éneamente here- Otro ingenio y de los mejores desta
dado ; é son de grandíssima utilidad é ri- isla, tiene el duque almirante, don Luis
queza para los señores de los tales inge- Colom. Pero porque esta grangeria de
nios. acucar é ingenios della se comencó en la
Assi que, este fué el primero ingenio ribera del rio Nigua, por decir todos los
que ovo en esta isla ; é es de notar que que hay en ella, é otro que con ellos con-
hasta que ovo acucares en ella, las naos fina, que son los cinco de suso nombra-
120 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
dos, no se puso el del almirante al prin- se aprovechó de lo que pudo della, assi
cipio , como es razón que, en todo lo que de los negros é vacas, como de parte de
toca á Indias, preceda su persona á todos, los petrechos, y como prudente, quiso
pues que quantos tienen de comer en mas perder la parte quel todo.
ellas é lo han ganado con ellas le deben Otro ingenio se fundó á tres leguas
el primero lugar; pues su abuelo fué cau- desta cibdad, y un tiempo se pensó que
sa de todo lo que en estas partes se sabe fuera muy bueno, porque, assi lo mostró
é lo enseñó é descubrió para todos los é molió cantidad de acucar; pero también
que lo gozan. Pero como he dicho, por fué fundado sobre leyes, cerca de la ri-
llevar la materia ordenada, fué nesçes- bera de Hayna. El qual edificaron el li-
sario hablar primero en el ingenio del al- cenciado Pero Vazquez de Mella y Este-
cayde, Francisco de Tapia, é tras aquel van Justinian , genoves ; y después de la
proseguir en lo que está dicho; y porque vida del uno é del otro, quedó á sus he-
quando este del almirante se hizo, ya avia rederos, é se perdió á causa del ace-
otros ingenios en esta isla. Aqueste fun- quia é agua que le faltó, éporfiando ala
dó y edificó el segundo almirante, don tornar é traer del rio de Hayna, se gas-
Diego Golom, á quatro leguas desta cib- taba mucho tiempo é hacienda. E assi
dad , donde dicen la Isabela Nueva ; y acordaron los herederos de partir las tier-
después su muger la señora visoreyna, ras é los negros é las vacas é petrechos
doña María de Toledo, lo passó donde é todo aquello de que se podian aprove-
agora está, que es en mejor assiento é char , é dexaron el exerçiçio del acucar
mas cerca desta cibdad, desde el qual en por no se acabar de perder en tal gran-
tres ó quatro horas, este rio abaxo, en geria é compañía. Pero después Juan
barcas traen el acucar, é lo meten en las Baptista Justinian le tornó á reparar é
naos : que es muy gran calidad é ventaja quedó con la casa é ha fecho en ella un
á quantos ingenios acá hay. trapiche de caballos, en que al presente
Otro ingenio fundaron los licenciados se muele acucar é cada dia será aumen-
Antonio Serrano, regidor que fué desta tado é rica hacienda, si le dan recabdo
cibdad, é Francisco de Prado, que des- de caballos.
pués fué del contador, Diego Caballero, Otro ingenio fundó Chripstóbal de Ta-
regidor que fué desta cibdad, y al pre- pia , veedor que fué de las fundiciones
sente, por nueva merced de la Cesárea del oro en esta isla é regidor desta cib-
Magestad, es mariscal desta isla. El qual, dad , ya defunto : el qual quedó á Fran-
como acordó de se yr á España, desam- cisco de Tapia, su hijo, á quatro leguas
paró el dicho ingenio é se perdió ; por- de aquesta cibdad, donde dicen Itabo,
que como fué fundado por letrados le- que es un arroyo. E después de los dias
gistas y de semejante materia el Bartulo de Chripstóbal de Tapia, su hijo Francis-
no les dexó algún documento, erraron el co de Tapia no lo pudo sostener é lo des-
artificio ; porque ni comprehendieron las amparó, porque era mas la costa quel
calidades que avia de tener tal grange- provecho: assi que este ingenio se per-
ria, ni sus bolsas eran bastantes para la dió, como los susodichos.
sostener ni aviar el ingenio. Quanto mas Tienen otro muy gentil ingenio los he-
que por la incomoditad del assiento, era rederos del tesorero, Miguel de Passa-
la costa mayor que la ganancia ; é cómo monte , el qual está en la ribera del rio
el segundo señor desta hacienda la en- Niçao, ocho leguas desta cibdad de Sanc-
tendió mejor, la desbarató despues que to Domingo; é es uno de los mejores des-
DE INDIAS. LÏB. IV. CAP. VIII. \%\
ta isla y de los que permanesçen : le po- muy gentil heredamiento é provechoso.
demos contar por el octavo ingenio. Jácome Castellón fundó otro muy buen
Alonso de Avila, contador que fué en ingenio en término de la villa de Açua,
esta isla por Sus Magestades, é regidor en el rio ó ribera que llaman Dia, á veyn-
desta cibdad, hizo otro muy buen inge- te é tres leguas desta cibdad de Sancto
nio , á ocho leguas desta cibdad en la ri- Domingo ; é despues que fallesció Jáco-
bera de Niçao ; el qual quedó á su hijo y me, quedó el ingenio é todos los otros sus
heredero, Estevan Dávila, é á su her- bienes á su muger, doña Francisca de
mana , é es muy gentil hacienda. Isásaga, é.sus hijos; y es muy buena ha-
Otro muy buen ingenio fundó é tiene cienda é provechosa, no obstante que no
Lope de Bardeçia, vecino desta cibdad: ha andado este ingenio assi aviado como
el qual está en la ribera de Niçao, á nue- convenia, por la muerte de Jácome de
ve leguas desta cibdad de Sancto Domin- Castellón.
go, y es de las muy buenas haciendas Fernando Gorjon, vecino déla villa de
que acá hay desta calidad. Açua, tiene otro ingenio de acucar en la
Otro ingenio, y de los mejores de to- misma villa, veynte é tres leguas ó veyn-
da la isla y de los muy poderosos, fundó te é quatro desta cibdad de Sancto Do-
el licenciado Çuaço, oydor que fué por mingo : el qual heredamiento es muy útil
Sus Magestades de la Real Audiencia que é provechoso á su dueño, é de mucha
en esta cibdad reside : el qual está en el estimación.
rio y ribera que llaman Ocoa, diez é seys Un trapiche de caballos hizo en la mis-
leguas desta cibdad de Sancto Domingo; ma villa de Açua el chantre, don Alonso
y es una de las buenas haciendas destas de Peralta, dignidad que fué en esta
partes, y quedó después de los dias del sancta iglesia de Sancto Domingo, é des-
licenciado á su muger, doña Phelipa, é pués de sus dias quedó á sus herederos.
á dos hijas suyas, llamadas doña Leonor Los tales edificios no son tan poderosos
é doña Emerençiana Çuaço, con otros como los de agua, pero son de mucha
muchos bienes é haciendas. Y es opinion costa, porque lo que avia de hacer el
de algunos (que de aquesta grangeria son agua, revolviendo las ruedas, para la
diestros) que solo este ingenio, con los molienda de acucar, lo hacen las vidas de
negros é ganados é petrechos é tierras é muchos caballos que son nesçessarios pa-
todo lo á él anexo, vale al presente so- ra tal exerçicio ; y esta hacienda quedó á
bre cinqüenta mili ducados de oro, por- los herederos del chantre é á Pedro de
que está muy bien aviado. Eyo le oy de- Heredia, gobernador que es agora en
cir al licenciado Çuaço que cada un año la provincia de Cartagena en la Tierra-
tenia de renta con el dicho ingenio seys Firme.
mili ducados de oro ó mas, y aun pen- Hay otro trapiche de caballos en la
saba que le avia de rentar mucho mas misma villa de Açua que es de un hom-
adelante. bre honrado, vecino de allí, que se lla-
El secretario, Diego Caballero de la ma Martin Garcia.
Rosa, demás del ingenio que se dixo de En la villa de Sanct Johan de la Ma-
suso que tiene en la ribera de Nigua, guana, quarenta leguas desta cibdad de
tiene otro muy bueno á veynte leguas Sancto Domingo, hay otro ingenio po-
desta cibdad, en término de la villa deroso , que es de los herederos de un
de Açua : el qual ingenio está en la ri- vecino de alli, que se llamó Johan de
bera del rio llamado Çepiçepi, y es Leon, é de la compañía de los alemanes
TOMO I. 46
422 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Velçares que compró la mitad deste in- Fernando de Illiescas, vecinos de aque-
genio. lla villa, y es muy buena hacienda.
En la misma villa de Sanct Johan de En la misma villa de Puerto de Plata
la Maguana, está otro muy bueno é po- tienen otro trapiche de caballos , Sancho
deroso ingenio que fundaron Pedro de de Monesterio, húrgales, y Johan de
Vadillo, y el secretario Pedro de Ledes- Aguillar; y es muy gentil heredad.
ma y el bachiller Moreno, ya defuntos; En la villa del Bonao, diez é nue-
y quedó á sus herederos, y es muy gen- ve leguas desta cibdad de Sancto Do-
til e rica hacienda. mingo , está otro buen ingenio de acu-
Once leguas desta cibdad, á par de la car, que tienen los hijos de Miguel Jo-
ribera é rio que llaman Caçuy, hizo é fun- ver , catalan, é Sehastian de Fonte, é
dó Johan de Yilloria, el viejo, un muy los herederos de Hernando de Carrion;
buen ingenio , é su cuñado Hierónimo de y es buena hacienda.
Agüero, ya defuntos: la qual hacienda El licenciado Chripstóbal Lebrón , oy-
quedó á los herederos de ambos, é assi dor que fué en esta Audiencia Real, hi-
mismo á los herederos de Agostin de Bi- zo otro ingenio en un muy gentil y pro-
naldo, ginoves, que tiene parte en este vechoso asiento, diez leguas desta cib-
ingenio assi mismo. dad de Sancto Domingo, á donde dicen
El mismo Johan de Villoría hizo é fun- el Árbol Gordo : el qual heredamiento es
dó otro ingenio de los muy buenos des- muy bueno , é quedó á sus herederos.
ta isla, en el rio é ribera que llaman Sá- Otro buen ingenio avian principiado
nate , veynte é quatro leguas desta cib- en la ribera del rio Quiabon, á veynte é
dad de Sancto Domingo, en término de quatro leguas de esta cibdad de Sancto
la villa de Higuey : el qual quedó des- Domingo, Hernando de Carbajal é Mel-
pués de sus dias á sus herederos é á chior de Castro, en un muy gentil assien-
doña Aldonça de Acebedo, su muger, to ; pero este edificio cessó, porque es-
y es rico heredamiento. tos deshicieron la compañia, é porque
El licenciado Lúeas Yazquez de Ayllon, se les hizo lexos, ó porque les paresció
oydor que fué en esta Audiencia Real de que la costa era mucha hasta le tener
Sancto Domingo, é Francisco de Çeballos, aviado: en fin no permanesció.
ya defuntos, edificaron un muy buen Por manera que, resumiendo la rela-
ingenio é poderoso en la villa de Puerto ción destos ingenios é ricos heredamien-
de Plata, que es quarentay cinco leguas tos de acucar, hay en esta isla veynte
desta cibdad en la banda é costa del ingenios poderosos molientes é corrien-
Norte : la qual hacienda agora tienen al tes é cuatro trapiches'de caballos. E hay
presente sus herederos. en esta isla dispusiçion para edificar
Dos hidalgos naturales de la cibdad otros muchos, é no se sabe de isla ni
de Soria, que se llaman Pedro de Bar- reyno alguno, entre chripstianos ni jn-
rionuevo é Diego de Morales , vecinos fieles, tan grande é semejante cosa des-
de la villa de Puerto de Plata, hicieron ta granjeria del acucar. E continuamen-
otro muy buen ingenio en aquella villa; te las naos que vienen de España, vuel-
y es muy gentil heredamiento. ven á ella cargadas de acucares muy
En la'misma villa de Puerto de Plata buenos; é las espumas é mieles dellos
hicieron (é hay) un buen trapiche de ca- que en esta isla se pierden y se dan de
ballos , Francisco de Barrionevo, gober- gracia, harían rica otra gran provincia.
nador que fué de Castilla del Oro, é Y lo que es mas de maravillar destas
DE INDIAS. LIB. IV. CAP. VIII. 123
gruesas haciendas, es que en tiempo de viniente. El presçio que vale al presente
muchos de los que vivimos en estas par- aqui en esta cibdad de Sancto Domingo
tes, y de los que á ellas passaron desde es un pesso, y á tiempos algo mas de un
treynta é ocho años á esta parte, nin- pesso é medio de oro, é menos, leal da-
gún ingenio destos hallamos en estas In- do, por cada arroba de veynte é cinco li-
dias , y que por nuestras manos 6 indus- bras, é las libras de diez é seis onças. Y
tria se han fecho en tan breve tiempo. en otras partes desta isla vale menos, á
Y esto baste quanto al acucar é ingenios causa de las otras costas é acarretos que
délia; y no es poco gentil notable para se han de pagar hasta lo conducir al
la comparación que hice poco antes des- puerto, en este año de mili é quinientos
ta Isla Española é su fertilidad , á las de é quarenta y seis años de la Natividad de
Seçilia é Inglaterra. Chripsto, nuestro Redemptor ; con lo
Otros ingenios hay, aunque son po- qual se da fin á este libro quarto, porque
cos, en las islas de Sanct Johan é Ja- la historia se continúe en otras co-
máyca, é en la Nueva España, de los sas desta Natural é general historia de
quales se hará memoria en su lugar con- Indias.
Este es el quinto libro de la primera parte de la Natural y General historia de las
Indias, Islas y Tierra-Firme del mar Océano : el qual tracta de los ritos é çerimonias
é otras costumbres de los indios, é desús idolatrías, é vicios, é otras cosas.
PROHEMIO.
E n el libro tercero des ta Natural His- redempçion; pues estas palabras díxo
toria se expresaron algunas causas por Sanct Gregorio Magno, doctor de la
qué se acabaron é murieron los indios Iglesia 2, el qual tomó el pontificado é
de aquesta Isla Española, y también se silla de Sanct Pedro, año del Señor de
repitió algo de la misma materia mas quinientos y noventa, é la tuvo é go-
adelante en el primero capítulo del quar- bernó catorce años 3; y Francisco Pe-
to libro, hablando en la calidad destos trarcha en aquella Summa que escribió
indios. Y porque mejor se entienda que de las vidas de los Summos Pontífices,
esta culpa é castigo está principalmente dice que Gregorio tuvo la silla apostó-
fundado en los delitos é abominables cos- lica trece años y seis meses é diez dias.
tumbres é ritos desta gente, se dirán al- Sigúese que subió Sanct Gregorio al
guna parte dellos y de sus culpas en aques- cielo, año de seysçientos é quatro; y
te libro quinto. Por lo qual fácilmente se aunque el postrero año de su vida se
puede colegirla retitud de Dios, é quán acabara de predicar en todas las partes
misericordioso ha seydo con esta gene- del mundo (como él dixo) el misterio de
ración , esperando tantos siglos á que se la redempçion nuestra, han passado des-
enmendassen. Pues ninguna criatura de- pués hasta que Golom vino á estas par-
xa de conosçer que hay un Dios todo- tes (año de mili é quatroçientos y no-
poderoso, y por tanto dice el psalmista: venta y dos años) ochocientos é ochenta
«los cielos recuentan la gloria de Dios, é y ocho. Y despues que vino Colom á es-
las obras de sus manos denuncian el firma- tas Indias, é passaron los chripstiauos á
mento •. Quanto mas que, como en el se- ellas, corren hasta el presente año de mili
gundo libro dixe, que la Sancta Iglesia é quinientos y quarentaé ocho, otros çin-
ya tenia en todo el mundo predicado en qüenta y seys años mas, que serian no-
todos las partes del el misterio de su vecientos é quarenta y quatro años des-
i Coeli enarrant gloriam Dei el opera manuum 2 Morales, lib. XIII, cap. X.
ejus anunliant firmamentum (Ps. XVüT). 3 Euscbio, De temporibu*.
DE IJNDIAS. LIB. V. CAP. I. 125
pues de Sanct Gregorio, Y por tanto es- como otras gentes ; sino de tan resçios é
tas gentes debrian ya de aver entendido gruesos cascos, que el principal aviso
una cosa en que tanto les va (como es sal- que los cripstianos tienen, cuando con
var sus ánimas), pues no han faltado ni ellos pelean é vienen á las manos, es no
faltan predicadores é religiosos celosos darles cuchilladas en la cabeça, por-
del servicio de Dios, que se lo acuerden, que se rompen las espadas. Y assi co-
después que las banderas de Chripsto y mo tienen el casco grueso, assi tienen
del Rey de Castilla passaron acá, puesto el entendimiento bestial y mal inclina-
que lo tuviessen olvidado, ó que de nue- do, como se dirá adelante, especifi-
vo se les tornasse á enseñar. cando algunos de sus ritos é çerimo-
Pero en fin, estos indios (por la ma- nias, é idolatrías, é costumbres, é otras
yor parte de ellos), es nasçion muy des- particularidades que al mismo propóssi-
viada de querer entender la fé cathólica; to ocurrieren é yo tuviere noticia délias
y es machacar hierro frió pensar que hasta el tiempo presente. Y aunque es-
han de ser chripstianos, sino con mu- to se haga é note en aqueste libro,
cho discurso de tiempo, y assi se les ha no se dexarán de decir algunas cosas de
paresçido en las capas (ó mejor diciendo) las çerimonias é ritos, con otros, á don-
en las cabeças: porque capas no las de quadren en otras partes destas his-
traían, ni tampoco tienen las cabeças torias.
CAPITULO I.
Que fracta de las imágenes del diablo que tenían los indios, é de sus idolatrías, é de los areytos é bayles
cantando, é la forma que tienen para retener en la memoria las cosas passadas que ellos quieren qu«
queden en acuerdo á sus subçesores y al pueblo.
Jr or todas las vias que he podido, des- comulgada del demonio, en muchas é
pués que á estas Indias passé, he pro- diversas maneras pintado ó esculpido,
curado con mucha atención, assi en es- ó de bulto con muchas cabeças é colas
tas islas como en la Tierra-Firme, de sa- é difformes y espantables é caninas é
ber por qué manera ó forma los indios se feroces dentaduras, con grandes colmi-
acuerdan de las cosas de su principio é llos , é desmessuradas orejas, con en-
antecesores, é si tienen libros, ó por cendidos ojos de dragon é feroz serpien-
quáles vestigios é señales no se les olvi- te, é de muy diferenciadas suertes; yéta-
da lo passado. Y en esta isla, á lo que les que la menos espantable pone mucho
he podido entender, solos sus cantares, temor y admiración. Y ésles tan sociable
que ellos llaman areytos, es su libro ó é común, que no solamente en una par-
memorial que de gente en gente queda te de la casa le tienen figurado, mas aun
de los padres á los hijos, y de los pre- en los bancos, en que se assientan (que
sentes á los venideros, como aqui se di- ellos llaman duho), á significar que no
rá. Y no he hallado en esta generación está solo el que se sienta, sino él é su
cosa entrellos mas antiguamente pintada adverssario. Y en madera y de barro y
ni esculpida ó de relieve entallada, ni de oro, é en otras cosas/quantas ellos
tan principalmente acatada é reveren- pueden, lo esculpen y entallan, ó pintan
ciada como la figura abominable é des- regañando é ferocíssimo, como quien él
126 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
es. Al qual ellos llaman gemí, y á este tando en sí esta maldita efigie), no lo
tienen por su Dios, y á este piden el dexan de hacer. Assi que, como sello
agua, ó el sol, ó el pan, ó la victoria que ya está impresso en ellos y en sus
contra todos sus enemigos y todo lo que coraçones, nunca se les desacuerda
dessean ; y pienssan ellos que el cerní se averie visto ellos ó sus passados, é assi
lo da, quando le place ; é aparesçiales le nombran de diverssas maneras.
fecho fantasma de noche. E tenian cier- En esta Isla Española çemi, como he
tos hombres entre sí que llaman buhití, dicho, es el mismo que nosotros llama-
que servían de auríspices ó agoreros ade- mos diablo ; é tales eran los que estos in-
vinos; é aquestos les daban á entender dios tenian figurados en sus joyas, en sus
que el cerní es señor del mundo é del moscadores, y en las frentes é lugares
cielo y de la tierra y de todo lo demás, que he dicho, é en otros muchos, como
y que su figura é imagen era aquella tan á su propóssito les paresçia, ó se les an-
fea como he dicho, y mucho mas que se tojaba ponerle. Una cosa he yo notado de
sabrá penssar ni decir ; pero siempre di- lo que he dicho y passaba entre esta gen-
ferente , y como la hacían en diversas te : y es que el arte de adevinar ( ó pro-
maneras. Y estos çemis ó adevinos les nosticar las cosas por venir ) y quantas
decían muchas cosas, que los indios te- vanidades los çemies daban á entender á
nian por ciertas, que vernian en su fa- esta gente, andaba junto con la medici-
vor ó daño : é aunque muchas veces sa- na é arte mágica ; lo quai paresçe que
liessen mentirosos, no perdían el crédi- concuerda con lo que dice Plinio en su
to , porque les daban á entender que el Natural historia *, confesando que, bien
Çemi avia mudado consejo, por mas bien que sea el 'arte mas fraudulente ó enga-
suyo ó por hacer su propria voluntad. ñoso de todos, ha ávido grandíssima re-
Estos, por la mayor parte, eran grandes putación en todo el mundo y en todos
hervolarios é tenian conosçidas las pro- siglos.
piedades de muchos árboles é plantas é Ni se maraville alguno aquesta arte
hiervas ; é como sanaban á muchos con aver adquirido tan grandíssima auctori-
tal arte, teníanlos en gran veneración é dad, porque ella sola abraca en sí otros
acatamiento, como á sanctos : los quales tres artes, los quales sobre todos tienen
eran tenidos entre esta gente como en- el imperio de la vida humana. Porque
tre los chripstianos los sacerdotes. E los principalmente ninguno dubda este arte
tales siempre traían consigo la maldita fi- aver venido de la medicina, como cosa
gura del çemi, é assi por tal imagen les mas sancta é mas excelente que la me-
daban el mismo nombre que á ella, é los dicina , y en aquesta forma á sus promes-
decían çemies, allende de los decir buhi- sas, muy desseadas y llenas de halagos,
tis. E aun en la Tierra-Firme, no sola- averse juntado la fuerça de la religion. E
mente en sus ídolos de oro y de piedra despues que aquesto le subcedió, juntóse
y de madera, é de barro, huelgan de con esto el arte matemática, la qual pue-
poner tan descomulgadas y diabólicas de mucho en los hombres, porque cada
imágenes, mas en las pinturas que sobre uno es desseoso de saber las cosas futu-
sus personas se ponen (teñidas é perpe- ras é por venir, é creen que verdadera-
tuas de color negro, para quanto viven, mente se puedan entender del cielo. Assi
rompiendo sus carnes y el cuero, jun- que, tal arte aviendo atado los sentidos
1 Plin., lib. XXX , cap. I. magis. Magorvm primus Zoroaster, rex ßairia-
2 Isid. Ethim., libro VIII, capítulo IX, De norum.
128 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
sin él, en su cantar (qual es dicho) di- grandes se comuniquen é sean muy sabi-
cen sus memorias é historias passadas, y das é fixamente esculpidas en la memo-
en estos cantares relatan de la manera ria. Y para este efecto-continúan estos
que murieron los caciques passados, y areytos, porque no se olviden, en espe-
quántos y quáles fueron, é otras cosas cial las famosas victorias por batallas.
que ellos quieren que no se olviden. Al- Pero en esto de los areytos, mas ade-
gunas veces se remudan aquellas guias ó lante (quando se tracte de la Tierra-Fir-
maestro de la dança ; y mudando el to- me) se dirán otras cosas ; porque los de
no y el contrapás, prosigue en la misma esta isla, quando yo los vi el año de mili
historia, ó dice otra ( si la primera se é quinientos é quince años, no me pa-
acabó), en el mismo son ú otro. resçieron cosa tan de notar, como los que
Esta manera de bayle paresçe algo á vi antes en la Tierra-Firme y he visto
los cantares é danças de los labradores, después en aquellas partes. No le parez-
quando en algunas partes de España en ca al letor que esto que es dicho es mu-
verano con los panderos hombres y mu- cha salvajez, pues que en España é Italia
geres se solazan ; y en Flandes he yo se usa lo mismo , y en las mas partes de
visto lo mesma forma de cantar, baylan- los chripstianos (é aun infieles) pienso yo
do hombres y mugeres en muchos cor- que debe ser assi. ¿Qué otra cosa son los
ros , respondiendo á uno que los guia ó romances é canciones que se fundan sobre
se anticipa en el cantar, segund es di- verdades, sino parte é acuerdo de las his-
cho. En el tiempo que el comendador torias passadas? A lo menos éntrelos que
mayor don frey Nicolás de Ovando gober- no leen, por los cantares saben que estaba
nó esta isla, hizo un areylo antel Ana- el Rey don Alonso en la noble cibdad de
caona, muger que fué del cacique ó rey Sevilla, y le vino al corazón de ir á cercar
Caonabo ( la qual era gran señora ) : é Algeçira. Assi lo dice un romance, y en la
andaban en la dança mas de trescientas verdad assi fué ello : que desde Sevilla
doncellas, todas criadas suyas, mugeres partió el Rey don Alonso Onceno, quando
por casar ; porque no quiso que hombre la ganó, á veynte é ocho de marco, año de
ni muger casada ( ó que oviesse conos- mili é trescientosé quarentaé quatro años.
çido varón ) entrassen en la dança ó Assi que ha en este de mili é quinientos é
areyto. Assi que tornando á nuestro pro- quarenta é ocho doscientos é quatro años
pósito , esta manera de cantar en esta y que tura este cantar ó areyto. Por otro
en las otras islas (y aun en mucha parte romance se sabe que el Rey don Alon-
de la Tierra-Firme) es una efigie de his- so VI hizo cortes en Toledo para cumplir
toria ó acuerdo de las cosas passadas, de justicia al Cid Ruy Diaz contra los con-
assi de guerras como de paces, porque des de Carrion ; y este Rey murió prime-
con la continuación de tales cantos no se ro dia del mes de julio de mili y ciento é
les olviden las hacañas é acaesçimientos seys años de la Natividad de Chripsto.
que han passado. Y estos cantares les Assi que han passado hasta agora quatro-
quedan en la memoria, en lugar de libros çientos quarenta é dos años hasta este de
de su acuerdo ; y por esta forma resçitan mili é quinientos é quarenta é ocho, y
las genealogías de sus caciques y reyes ó antes avian seydo aquellas cortes é riep-
señores que han tenido, y las obras que tos de los condes de Carrion; y tura hasta
hicieron , y los malos ó buenos tempora- agora esta memoria ó cantar ó areyto. Y
les que han passado ó tienen; é otras co- por otro romance se sabe que el Rey don
sas que ellos quieren que á chicos é Sancho de Leon , primero de tal nombre
DE INDIAS. LIB. V. CAP. I 129
envió á llamar al conde Fernán Gonzalez, co de Francia sobre Pavia con todo su
su vassallo, para que fuesse á las cortes poder, é teniendo cercado é en grand
de Leon : este rey don Sancho tomó el nesçessidad al invencible é valeroso ca-
reyno año de nueveçientos é veynte é pitán, el señor Antonio de Leiva, que
quatro años de la Natividad de Chripsto, por el Emperador Rey, nuestro señor, la
é reynó doce años. Assi que, murió año defendía, é seyendo socorrido del exér-
del Redemptor de nueveçientos é treynta çito imperial de César ( del qual era vi-
é seys años: por manera que ha bien cario e principal capitán el duque de
seysçientos doçe años este de mili é qui- Borbon, é juntamente en su compañía se
nientos é quarenta é siete que tura es- halló Mingo Val, caballerizo mayor é vi-
te otro areyto ó cantar en España. Y sorey de Ñapóles, é el valeroso marques
assi podríamos decir otras cosas muchas de Pescara , don Fernando de Avalos é
semejantes y antiguas en Castilla; pero de Aquino, é su sobrino el marqués del
no olvidemos de Italia aquel cantar ó Guasto é otros excelentes milites) un
areyto que dice : viernes veynte é quatro de hebrero, dia
de Sancto Mathias apóstol, año de mili é
A la mia gran pena forte quinientos é veynte é cinco, el proprio
dolorosa , aflicta é rea
diviserunt vestem mea ' rey de Francia fué preso, é juntamente
et super earn miseruiit sorte. con él todos los mas principales señores
é varones, é la flor é la caballería é po-
Este cantar compuso el sereníssimo der de la casa de Francia. Assi que, can-
rey don Federique de Ñapóles, año de tar ó areyto es aqueste : que ni en las
mili é quinientos é uno, que perdió el historias se olvidará tan gloriosa jornada
reyno , porque se juntaron contra el, é lo para los tropheos y triumphos de César y
partieron entre sí, los Reyes Cathólicos de de sus españoles, ni los niños é viejos de-
España, don Fernando é doña Isabel, y el xarán de cantar semejante areyto, quanto
rey Luis de Francia, antecessor del rey el mundo fuere é turare. Assi andan hoy
Francisco. Pues haya que tura este cantar entre las gentes estas é otras memorias
ó areyto de la partición que he dicho muy mas antiguas y modernas , sin que
quarenta é siete años este de mili é qui- sepan leer los que las cantan é las resçi-
nientos é quarenta é ocho , é no se olvi- tan, sin averse passado de la memoria.
dará de aqui á muchos. Pues luego bien hacen los indios en esta
Y en la prisión del mismo Rey Francis- parte de tener el mismo aviso, pues les
co se compuso otro cantar ó areyto que faltan letras, é suplir con sus areytos é
dice: sustentar su memoria é fama; pues que
por tales cantares saben las cosas que ha
Rey Francisco, mala guia muchos siglos que passaron.
desde Francia vos truxisles ;
pues vencido é presso fuísles
En tanto que turan estos suscantares é los
de españoles en Pavía. contrapases ó bayles, andan otros indios
é indias dando de beber á los que dan-
Pues notorio es que esto fué assi é çan , sin se parar alguno al beber, sino
passó en efecto, estando el Rey Francis- meneando siempre los pies é tragando lo
\ Asi está escrito en el original, y de este mo- mente la índole de la lengua latina , afropellandose
do conciertan el consonante del segundo y tercer la concordancia que debe ligar las voces vestem,
verso: sin embargo , se halla falsificada lastimosa- meam y earn. Tampoco debe decir sorte, sino sortes.
TOMO I. 17
130 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
que les dan. Y esto que beben son cier- salvo por donde le tañen, dando encima
tos bevrages que entre ellos se usan, é con un palo, como en atabal que es sobre
quedan, acabada la fiesta, los mas dellos y aquellas dos lenguas que quedan del mis-
délias embriagos é sin sentido, tendidos mo entre aquesta señal semejante [lámi-
por tierra muchas horas. Y assi como al- na \*,fíg. 5.a). La otra señal, que es co-
guno cae beodo, le apartan de la dança mo aquesta [Lámina 1.a, fig. 6.a), es por
é prosiguen los demás ; de forma que la donde vacian ó vacuan el leño ó atambor
misma borrachera es la que da conclu- quando le labran ; y esta postrera señal
sion al areyto. Esto quando el areyto es ha de estar junto con la tierra, é la otra
solemne é fecho en bodas ó mortuorios que dixe primero de suso, sobre la qual
ó por una batalla, ó señalada victoria é dan con el palo ; y este atambor ha de
fiesta; porque otros areytos hacen muy estar echado en el suelo, porque tenién-
á menudo, sin se emborrachar. E assi dole en el ayre no suena. En algunas par-
uQOS por este vicio, otros por aprender tes ó provincias tienen estos atambores
esta manera de música, todos saben es- muy grandes y en otras menores de la
ta forma de historiar, é algunas veces manera que es dicha, y también en al-
se inventan otros cantares y danças se- gunas partes los usan encorados, con un
mejantes por personas que entre los in- cuero de ciervo ó de otro animal (pero los
dios están tenidos por discretos é de me- encorados se usan en la Tierra-Firme); y
jor ingenio en tal facultad. en esta é otras islas, como no avia ani-
La forma quel atambor, de que de suso males páralos encorar, teníanlos atam-
se hizo mención, suele tener es la que está bores como está dicho. Y de los unos y de
pintada en esta figura {Lámina 1 .a, fig. 3.a los otros usan hoy en la Tierra-Fir-
y 4.a): el qual es un tronco de un árbol me, como se dirá adelante en la segunda
redondo, é tan grande como le quieren parte, quando se tocare la materia misma
haçer, y por todas partes está cerrado, ú otra, donde intervengan atambores.
CAPITULO II.
De los (abacos ó ahumadas que los indios acostumbran en esta Isla Española é la manera de las camas,
en que duermen.
ü.I saban los indios desta isla entre otros hierva que digo, en alguna manera ó gé-
sus vicios uno muy malo, que es tomar nero es semejante al beleño, la qual to-
unas ahumadas, que ellos llaman tabaco, man de aquesta manera : los caciques é
para salir de sentido. Y esto hacían con el hombres principales tenían unos palillos
humo de cierta hierva que, á lo que yo he huecos del tamaño de un xeme ó menos
podido entender, es de calidad del bele- de la groseza del dedo menor de la ma-
ño ; pero no de aquella hechura ó forma, no, y estos cañutos tenian dos cañones
segund su vista, porque esta hierva es un respondientes á uno, como aqui está pin-
tallo ó pimpollo como quatro ó cinco pal- tado [Lámina 1 .a, fig. 7.a), é todo en una
mos ó menos de alto y con unas hojas pieza. Y los dos ponían en las ventanas
anchas é gruesas, é blandas é vellosas, y de las narices é el otro en el humo é hier-
el verdor tira algo á la color de las ho- va que estaba ardiendo ó quemándose; y
jas de la lengua de buey ó buglosa (que estaban muy lisos é bien labrados, y que-
llaman los hcrvolarios é médicos). Esta maban las hojas de aquella hierva arrebu-
DE INDIAS. LIB. V. CAP. II. 131
jadas ó envueltas de la manera que los portados no sienten los dolores de su en-
pajes cortesanos suelen echar sus ahuma- fermedad, y no me paresçe que es esto
das : é tomaban el aliento é humo para otra cosa sino estar muerto en vida el
sí una é dos é tres é mas veces, quanto que tal hace : lo qual tengo por peor que
lo podían porfiar, hasta que quedaban el dolor de que se excusan, pues no sa-
sin sentido grande espacio, tendidos en nan por eso.
tierra, beodos ó adormidos de un graveé Al presente muchos negros de los que
muy pessado sueño. Los indios que no al- están en esta cibdad y en la isla toda, han
cançaban aquellos palillos, tomaban aquel tomado la misma costumbre, é crian en las
humo con unos cálamos ó cañuelas de haciendas y heredamientos de sus amos
carrizos, é á aquel tal instrumento con esta hierva para lo que es dicho , y to-
que toman el humo , ó á las cañuelas que man las mismas ahumadas ó tabacos; por-
es dicho llaman los indios tabaco, é no á que dicen que, quando desande trabajar
la hierva ó sueño que les toma (como é toman el tabaco, se les quita el can-
pensaban algunos). Esta hierva tenian los sancio.
indios por cosa muy presçiada, y la cria- Aqui me paresçe que quadra una cos-
ban en sus huertos é labranças para el tumbre viciosa é mala que la gente de
efeto que es dicho ; dándose á entender Traçia usaba entre otros criminosos vi-
que este tomar de aquella hierva é zahu- cios suyos, segund el Abulensis escribe
merio no tan solamente les era cosa sa- sobre Eusehio De los tiempos*, donde di-
na , pero muy sancta cosa. Y assi cómo ce que tienen por costumbre todos , va-
cae el cacique ó principal en tierra, to- rones é mugeres, de comer alrededor
mante sus mugeres (que son muchas) y del fuego, y que huelgan mucho de ser
échanle en su cama ó hamaca, si él se lo embriagos, ó lo paresçer : é que cómo no
mandó antes que cayesse ; pero si no lo tienen vino , toman simientes de algunas
dixo é proveyó primero, no quiere sino hiervas que entre ellos hay, las quales
que lo dexen estar assi en el suelo hasta echadas en las brasas, dan de sí un tal
que se le passe aquella embriaguez ó olor que embriagan á todos los presentes,
adormecimiento. Yo no puedo penssar qué sin algo beber. A mi paresçer esto es lo
placer se saca de tal acto, si no es la gula mismo que los tabacos que estos indios
del beber que primero hacen que tomen toman ; mas porque de suso se dixo que
el humo ó tabaco, y algunos beben tanto quando algún principal ó cacique cae por
de cierto vino que ellos hacen, que an- el tabaco, que lo echan en la cama, si él
tes que se zahumen caen borrachos; pero lo manda assi hacer, bien es que se diga
quando se sienten cargados é hartos, acu- qué camas tienen los indios en esta Isla
den á tal perfume. E muchos también, sin Española, á laquai cama llaman hamaca;
que beban demassiado, toman el tabaco, y es de aquesta manera.
é hacen lo que es dicho hasta dar de es- Una manta texida en partes y en par-
paldas ó de costado en tierra, pero sin tes abierta, á escaques cruzados hecha
vascas, sino como hombre dormido. Sé red, porque sea mas fresca, y es de al-
que algunos chripstianos ya lo usan, en godón hilado (de mano de las indias), la
especial algunos que están tocados del qual tiene de luengo diez ó doce palmos
mal de las búas, porque dicen los tales y mas ó menos y del ancho que quieren
que en aquel tiempo que están assi trans- que tenga. De los extremos desta manta
CAPITULO III.
De los matrimonios de los indios , é quánlas mugeres tienen ; en qué grados no toman mugeres, ni las
conoscen carnalmente ; c de sus vicios é luxuria, é con qué manera-de religiosidad cogían el oro, é de
la idolatría destos indios, é otras cosas notables.
il ase dicho en el precedente capítulo ban , puesto que en la verdad este acto
la forma de las camas de los indios des- que los chripstianos tenemos por sacra-
ta Isla Española : dígasse del cumplimien- mento , como lo es, se puede decir en
to délias que es el matrimonio que usa- estos indios sacrilegio, pues no se debe
DE INDIAS. LIB. V. CAP. 111. 13;
decir por ellos: los que Dios ayunta no sus mesmas personas loables exemplos de
los aparte el hombre * ; pues ante se virtudes, convidan á sus subditos á ser
debe creer que los ayunta el diablo, se- mejores, imitándolos.
gund la forma que guardan en esto ; y Assi que, lo que he dicho desta gente
como cosa de su mercadería, los tenia im- en esta isla y las comarcanas es muy pú-
puestos de manera que en esta isla cada blico, y aun en la Tierra-Firme, donde
uno tenia una muger é no mas (si no po- muchos destos indios é indias eran sodo-
dia sostener mas); pero muchos tenian mitas , é se sabe que allá lo son muchos
dos é mas, y los caciques ó reyes tres dellos. Y ved en qué grado se presçian de
é qualro é quantas querian. El cacique tal culpa, que como suelen otras gentes
Behcchio tuvo treynta mugeres proprias, ponerse algunas joyas de oro y de pres-
é no solamente para el uso é ayuntamien- çiosas piedras al cuello, assi en algunas
to que naturalmente suelen aver los ca- partes deslas Indias traían por joyel un
sados con sus mugeres; pero para otros hombre sobre otro, en aquel diabólico é
bestiales é nefandos pecados, porque ei nefando acto de Sodoma, hechos de oro
cacique Goacanagari tenia ciertas muge- de relieve. Yo vi uno destos joyeles del
res , con quien él se ayuntaba, segund diablo, que pessaba veynte pesos de oro,
las vívoras lo hacen. Ved que abomina- hueco, vaciado é bien labrado, que se
ción inaudita, la qual no pudo apren- ovo en el puerto de Sancta María en la
der sino de los tales animales; y que costa de Tierra-Firme, año de mili é qui-
aquesta propriedad é uso tengan Jas ví- nientos é catorce, quando allí tocó el ar-
voras escríbelo el Alberto Magno : De mada quel Rey Cathólico envió con Pe-
proprieiatibtís rerum2, é Isidoro en sus drarias Dávila, su capitán general, á Cas-
Ethimologias *, y el Plinio * en su Natural tilla del Oro; é cómo se truxo á montón
Historia, y otros auctores. Pero muy peo- el oro que alli se tomó, é lo llevaron
res que vívoras eran los que las cosas ta- después á fundir ante mí, como oficial,
les hacían, pues que á las vívoras no les real veedor de las fundiciones del oro,
concede natura otra forma de engendrar, yo lo quebré con un martillo é lo macha-
é como forzadas vienen á tal acto ; pero el qué por mis manos sobre un tasó yunque
hombre que tal imitaba, ved si le viene en la casa de la fundición, en la cibdad
justo lo que Dios le ha dado, donde tal cosa del Darien.
se usó ó acaesció. Pues si deste rey ó Assi que, ved si quien de tales joyas
cacique Goacanagari hay tal fama, claro se presçia é compone su persona, si usa-
está que no seria él solo en tan nefando rá de tal maldad en tierra, donde tales
é sucio crimen ; pues la gente común lue- arreos traen, ó si se debe tener por cosa
go procura (y aun todo el reyno) de imi- nueva entre indios : antes por cosa muy
tar al príncipe en las virtudes ó mesmos usada é ordinaria é común á ellos. Y assi
vicios que ellos usan. Y desta causa sus aves de saber que el que dellos es pa-
culpas son mayores é dignas de mayor ciente ó toma cargo de ser muger en
punición, si son inventores de algún pe- aquel bestial é descomulgado acto, le dan
cado ó delicto ; y sus méritos y gloria es luego oficio de muger é trae naguas, co-
de mayor excelencia é premio, quando mo muger.
son virtuosos los que reynan ; é dando en Yo querría, quando en algún passo se
i Quos Deus conjunxit, homo non separet. 3 Isid. lib. XII, cap. 8.
Math. i9. 4 Pli. lib. X, cap. 62.
2 Pe proprietatib. rer. lib. Ill, cap. 100.
134 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
toca algún nombre, extraño á nuestra len- tieron en la sepoltura vivas, y cumplie-
gua castellana, satisfacerle sin passar ade- ron estas infernales obsequias por obser-
lante, por el contentamiento del que lee; var la costumbre. La qual no fué general
y á este propóssito digo que las naguas en toda la isla, porque otros caciques,
son una manta de algodón que las muge- quando morían, no tenían essa forma;
res desta isla, por cobrir sus parles ver- sino después que era muerto, le faxaban
gonçosas, se ponían desde la cinta hasta todo con unas vendas de algodón texi-
media pierna, revueltas al cuerpo; é las das, como cinchas de caballos, é muy
mugeres principales hasta los tovillos : las luengas, y desde el pié hasta la cabeca
doncellas vírgines, como he dicho en lo envolvian en ellas muy apretado, é
otras partes, ninguna cosa se ponian ó hacían un hoyo é allí lo metian, como en
traían delante de sus partes vergonçosas, un silo, é poníanle sus joyas é las cosas
ni tampoco los hombres se ponían cosa que él mas presçiaba. Y para esto en
alguna ; porque, como no saben qué co- aquel hoyo, donde avia de ser sepulta-
sa es vergüenca, assi no usaban de de- do, hacían una bóveda de palos, de for-
Tensas para ella. ma que la tierra no le tocasse, é asentá-
Tornando á la materia deste pecado banlo en un duho (que es un banquillo)
abominable contra natura, muy usado bien labrado, y después lo cubrían de
era entre estos indios desta isla ; pero á tierra por sobre aquel casamento de ma-
las mugeres aborresçible, por su inté- dera é rama ; é turaban quince ó veynte
resse mas que por ningún escrúpulo de días las endechas que cantaban é sus
conciencia, y aun porque de hecho avia indias é indios hacían, con otros muchos
algunas que eran buenas de sus perso- de las comarcas é otros caciques prin-
nas , sobre ser en esta isla las mayores cipales, que venían á los honrar. Entre
bellacas é mas deshonestas y libidinosas los quales forasteros se repartían los bie-
mugeres que se han visto en estas Indias nes muebles del cacique defunto, y en
ó partes. E digo que eran buenas é ama- aquellas endechas ó cantares resçitaban
ban á sus maridos, porque quando algún las obras é vida de aquel cacique, y de-
cacique se moría, al tiempo que le en- cían qué batallas avia vencido, y qué
terraban , algunas de sus mugeres vivas bien avia gobernado su tierra, é todas
le acompañaban de grado é se metían las otras cosas que avia hecho, dignas de
con él en la sepoltura ; en la qual metian memoria. E assi desta aprobación que en-
agua é caçabi consigo (que es el pan que tonces se hacia de sus obras, se formaban
comen) é algunas fructas. Llamaban los los areytos é cantares que avian de quedar
indios desta isla athebeane nequen la mu- por historia, segund ya se dixo de los
ger hermosa é famosa que viva se en- arey tos en el capítulo primero deste libro.
terraba con el marido; mas quando las Mas porque se ha fecho memoria de
tales no se comedian, aunque les pesas- Anacaona, que fué la muger mas prin-
se, las metian con ellos. E assi acaesció en cipal desta isla en su tiempo, es bien
esta isla, quando murió el caçiqueJBehe- que se sepa que toda la suciedad del fue-
chio (grand señor, como se dixo en su go de la luxuria no estuvo solamente en
lugar) que dos mugeres de las suyas se los hombres en esta tierra, puesto que
enterraron con él vivas, no por el amor fuesse en ellos mas abominable. Esta fue
que le tenían ; mas porque de enamora- una muger que tuvo algunos actos seme-
das del no lo hacían de su grado, for- jantes á los de aquella Semíramis, reyna
çadamente é contra su voluntad las me- de los asirios, no en los grandes fechos
DE INDIAS. LIB. V. CAP. III. m
que de aquella cuenta Justino ', ni tam- la generación humana, estas indias é la
poco en hacer matar los muchos, con gente de Traçia guardan tal costumbre;
quien se ayuntaba, ni en hacer traer á é parésçense estas dos maneras de gen-
sus doncellas paños menores en sus ver- tes en muchos ritos é cosas otras, como
gonzosas partes, como de aquella reyna mas largamente adelante se dirá, porque
escribe Johan Bocaçio2. Porque Anacaona aunque entre los moros é otros infie-
ni queria sus criadas tan honestas, ni des- les en algunas partes usan tener dos é
seaba la muerte á sus adúlteros; pero tres é mas mugeres, no cesan entre sí sus
queria la moltitud dellos, y en muchas envidias é murmuraciones é celos, con que
suciedades otras libidinosas le fue seme- dan molestia al marido é á sí mesmas.
jante. Esta Anacaona fue muger del rey Assi que, tornando á nuestra historia,
Caonabo y hermana del rey Behecchio: entre las muchas mugeres de un cacique
la qual fue muy disoluta, y ella y las otras siempre avia una singular que precedía
mugeres desta isla, aunque con los in- á las otras, por generosa ó mas querida,
dios eran buenas ó no tan claramente lu- sin ultrajar alas demás ni que ella desesti-
xuriosas, fácilmente á los chripstianos se masse ni mostrasse señorío, ni lo tovies-
concedían é no les negaban sus perso- se sobre las otras. E assi era esta Ana-
nas. Mas en este caso esta cacica usaba caona en vida de su marido é hermano;
otra manera de libídine, despues que pero después de los dias dellos fué, co-
murieron su marido y su hermano, en mo tengo dicho, absoluta señora é muy
vida de los quales no fue tan desvergon- acatada de los indios; pero muy desho-
zada; pero muertos ellos, quedó tanobe- nesta en el acto venéreo con los chrips-
desçida é acatada, como ellos mismos ó tianos , é por esto é otras cosas semejan-
mas. Hizo su habitación en la tierra é se- tes quedó reputada y tenida por la mas
ñorío del hermano, en la provincia de Xa- disoluta muger que de su manera ni otra
ragua, al poniente é fin desta isla, é no se ovo en esta isla. Con todo esto, era de
hacia mas de lo que ella mandaba ; por- grande ingenio , é sabia ser servida é
que puesto que los caciques tenían seis acatada é temida de sus gentes é vassa-
é siete mugeres é todas las que mas que- llos, é aun de sus vecinos.
rían tener, una era la mas principal é la que Dixe de suso que las mugeres desta
el cacique mas queria, y de quien mas isla eran continentes con los naturales,
caso se hacia, puesto que comiessen to- pero que á los chripstianos de grado se
das juntas. E no avia entre ellas renci- concedían ; é porque salgamos ya desta
lla ni diferencia, sino toda quietud é sucia materia, me paresçe que quadra con
igualdad, é sin rifar passaban su vida esto una notable religiosidad que los in-
debaxo de una cobertura de casa é junto dios guardaban en esta tierra, apartán-
á la cama del marido : lo qual paresce dosse de sus mugeres, teniendo castidad
cosa imposible, é no concedida sino so- algunos dias : no por respeto de bien vi-
lamente á las gallinas é ovejas, que con vir ni quitarse de su viçio é luxuria, si-
un solo gallo é con un solo carnero mu- no para coger oro ; en lo qual paresçe que
chas délias, sin mostrar celos ni murmu- en alguna manera querían imitar estos in-
rar, se sostienen. Pero entre mugeres es dios á la gente de Arabia, donde los que
cosa rara, y entre todas las naciones de cogen el ençienso ( segund Plinio ) *, no
CAPITULO IV.
De la rebelión del cacique Enrique é la causa que le movió para ello , é de la rebelión de los negros.
CAPITULO V.
Del subçeso de la rebelión del cacique Enrique, que después se llamo don Enrique , porque assi lo nom-
bró Su Magestad en una carta que le envió , y de cómo el capitán Francisco de Barrionuevo se vido con
él, é fué reducido al servicio de Sus Majestades, y se asentó la paz con él y sus indios.
Jt*orque en los capítulos de suso se ha porque primero fuesse ante Dios fecha
dicho cómo Su Magestad envió al capi- esta diligencia en justificación de la con-
tán Francisco de Barrionuevo á esta isla, ciencia de la Cesárea Magestad y de sus
para requerir á Enrique que se reduçies- vasallos para todo lo que subçediesse, y
se á su real servicio, ó se le hiçiesse la que las muertes y daños que redundas-
guerra á fuego y á sangre, y no con la sen de la guerra, no se pudiessen im-
tibiez é espacio de antes; digo assi que putar ni atribuir á los chripstianos. Y pa-
esta Audiencia Real, visto el manda- ra este efecto partió de aquesta cibdad
miento de César, quisso tomar el pares- de Sancto Domingo á buscar al Enrique
çer de las personas principales desta á los ocho de mayo de mili é quinientos
cibdad, é se juntaron para platicar en la é treinta é tres años en una caravela,
forma que se debia tener en la pacifica- con que salió del puerto de esta cibdad
ción ó guerra de aqueste cacique Enri- é con él treinta é dos hombres chripstia-
que. Y después de se aver consultado, nos é otros tantos indios para les ayudar
se acordó que el mismo capitán Francis- á llevar las mochilas; y fué por la costa
co de Barrionuevo, fuesse primero á ten- abaxo desta isla al poniente, por la ban-
tar la paz, é si no se pudiesse aver, que da del Sur, de puerto en puerto. Y porque
se usasse de los remedios de las armas; la caravela no podia ir muy junto á tier-
DE INDIAS. LIB. V. CAP. V. U3
ra, llevaba por la costa un batel con tuosa é cerrada de espinos y arboledas é
gente, y llegó á la villa de Yaquimo baxo matas tan espessas como acá suelen ser;
de las sierras del Baoruco, y en todo el y él determinó de yr allá.
camino no halló rastro alguno, ni humo, Antes de llegar á la laguna que es di-
ni indicio de que se pudiesse presumir cho, topó el capitán é los que con él yban
dónde se pudiesse hallar este cacique é un pueblo muy bueno é de muchos é bue-
su gente. E inquiriendo esto por la cos- nos bullios ó casas, y tal que en los
ta , entrando en la tierra é volviendo á la tiempos passados pudieran muy bien vi-
mar muchas veces, gastó en esto dos vir en él mili é quinientos indios : en el
meses de tiempo ; ó al cabo, habiendo qual se creyó que estaría Enrique é que
un dia salido en tierra, subió por la cos- seria tornado de la laguna, donde en la
ta de un rio, é halló una estancia de in- verdad él estaba, haciendo sus cahobas ó
dios despoblada de gente; pero avia en ahumadas, que los indios toman, que
torno della comida de conucos ( que son assimismo llaman tabacos, como atrás se
labranças de indios), é no consintió que dixo en el capítulo II. E hizo noche
se tomasse cosa alguna por no alterar: el capitán con los que llevaba, á me-
que bien entendió que los indios de dia legua del pueblo que es dicho; é al
aquella estancia debían ser idos á pescar quarto del alba, el dia siguiente, dio so-
ó a cacar, ó montear, ó donde les con- bre él y llegado al pueblo, no se halló
viniesse. Y visto esto, se tornó á la mar gente alguna ; mas halláronse aparejos
é acordó de enviar por ciertas guias á la de casa, según los indios los tienen : de
villa de la Yaguana ; é traydas estas, en- forma que claramente paresçia ser po-
vió un indio délias con una carta al mes- blado y estar la gente fuera del lugar. E
mo Enrique (porque aquella guia deçia mandó el capitán que no se tocasse en
que sabia donde estaba), y este indio cosa alguna, excepto algunas calabaças
nunca mas tornó, ni se supo que se hi- que se tomaron para llevar agua por la
zo. Y cómo vido el capitán que esta guia falta que della hay por aquella tierra.
ó lengua no tornaba a cabo de veynte Desde alli hasta la laguna avia un cami-
dias que la avia enviado, acordó de ser no , fecho á hacha y á mano , que podia
él mismo mensajero é yr en persona con yr una carreta y venir otra por la anchura
otra guia que le quedaba; é con treynta del ; y por alli, según se mostraba, lle-
hombres chripstianos fué á buscar es- varon los indios trece cañóos que tenían
te cacique adonde aquella india deçia hasta la laguna : las siete grandes y las
que Enrique tenia sus labranças é que le seis pequeñas. E siguiendo por este ca-
hallarían. E habiendo caminado tres dias mino el capitán é los chripstianos que
y medio, hallóse una labrança; é andan- con él yban, oyeron los golpes de una
do á buscar agua para beber, hallaron hacha dentro del monte (que ya era mon-
quatro indios, los quales se tomaron to- taña alta é tierra andadera ), é sentidos
dos; y de aquellos se supo que Enrique aquellos golpes, hizo sentar la gente, é
estaba en la laguna que llaman del Co- desde alli proveyó de enviar por todas
mendador Aybaguanex (que era un indio partes indios, de los que llevaba manssos,
que assi se llamaba en tiempo passado, que tomassen en medio al que golpeaba
quando gobernó esta isla el comendador ó hacia leña dentro en lo emboscado y
mayor don Frey Nicolás de Ovando): espesso del monte ; é assi se hizo é fue
la qual laguna estaba ocho leguas de tomado un indio, que estaba cortando
alli, de mal pais, y de tierra muy mon- leña. Es de notar que en todo el camino
U4 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
del monte hasta alli no avian en parte al- capitán de la Magestad, á la mar, á la
guna hallado que estoviesse cortado un mar. Entonces el capitán salió de la sa-
palo ni rama ; porque el Enrique , como vana ó monte, echando por los lados del
hombre apercebido y de guerra, lo tenia camino por dó yba, algunos compañeros
assi mandado, só pena de la vida, á sus de sus soldados, por yr en orden é saber
indios, y lo executaba en el que lo con- si avia mas gente de la de Enrique en al-
trario hacia. Después que este indio fue guna celada. Este nombre savana se dice á
tomado, el capitán Francisco de Barrio- la tierra que está sin arboledas, pero con
nuevo se retruxoáun lado, dentro en la mucha é alta hierva, ó baxa. Assi que,
montaña, fuera del camino , dejando su de la manera que dicha es, llegó el ca-
guarda, donde le paresçio que con venia, pitán é los que con él yban á la costa c
para que la gente que passasc no f amas- agua de la laguna (la qual tiene de cir-
se rastro ni sintiessen que andaban por alli cunferencia doçe leguas) : é alli habló
cripstianos. E informóse de aquel indio con los indios de las canoas é les pre-
en qué parte é dónde estaba don Enri- guntó que dónde estaba Enrique , porque
que: el qual les dixo dónde le hallarían, le yba á hablar en nombre de Su Mages-
pero que avian de ir cerca de media le- tad, é á le dar una carta real suya. E
gua por de dentro de la laguna, en algu- preguntóles si avia alli venido el indio ó
nas partes hasta la rodilla el agua, y en guia primera que avia enviado solo, co-
otras hasta los sobacos é algo mas é me- mo ya está dicho ; é dixeron que no avia
nos ; y que de la otra parte avia peñas é ido alli tal indio, pero que ya sabían que
mangles muy cerrados y espessos (que era venido un capitán que enviaba la Ma-
son árboles de cierta manera muy texi- gestad. Entonces el capitán Francisco de
dos y dentro del agua en las costas ma- Barrionuevo les rogó que tomassen una
rinas), y que el camino era muy malo. india que él llevaba, que avia estado un
E informados muy bien de la dispusiçion tiempo antes con el mesmo Enrique, é le
é passos por donde avian de ir, estaban conosçia muy bien, para que della se in-
á legua é media del Enrique ; é partieron formasse de su venida ; é con mucha im-
luego de alli el capitán é su gente fuera portunidad la resçibieron, diciendo que
de camino, y llegados ala laguna, fueron avria enojo su señor Enrique. Y entró la
vistos de unos indios que estaban fuera india en la laguna, dándole el agua hasta
della en tierra: los quales en el instante la cinta ; é tomáronla en una de aquellas
se començaron á apellidar é dar voces, canoas é dixeron que ellos la llevarían á
é se recogieron hasta doçe indios, que su señor Enrique, é assi lo pusieron en
podrían ser, en Jas canoas que es dicho; efecto.
las quales alli tenían, é començaron á Y fecho esto, el capitán é los chrips-
dar golpes con los nahes ó remos en las tianos se apartaron de alli quanto un tiro
canoas, porque los chripstianos sinties- de ballesta, é entráronse á la savana ó
sen que estaban dentro ya en ellas los in- campo raso ( por 'su seguridad), donde
dios , los quales decían á voces : A la durmieron aquella noche. Otro dia si-
mar, capitán; á la mar, capitán. Y él no guiente , dos horas después de salido el
quiso responder, aunque los chripstianos sol, volvieron dos canoas, en que vino
le decían que respondiesse ; pero él re- un indio principal capitán del dicho En-
plicó é dixo : «Esos indios tienen capitán rique (con doçe indios), llamado Martin
é no sabemos si le llaman á él ó á mí.» E de Alpharo, muy pariente del Enrique, y
tomaron á dar voçes é dixeron : Señor el mas acepto á él. E traia la india que
DE ÎNDIAS. LIB. V. CAP. V. 145
es dicho; é salieron todos en tierra con la dispusiçion é passos del camino (que
sus lanças y espadas, é apartóse un po- avian de passar), que los podrian los in-
co de los chripstianos Francisco de Bar- dios matar ó aprovecharse dellos muy á
rionuevo, é abracó á este indio capitán su salvo. Pero el capitán Barrionuevo, non
é á todos los indios que con él salieron á obstante esso, tomó consigo hasta quin-
tierra : los quales se tornaron luego á sus ce hombres ( los que le paresció escoger
canoas, salvo aquel principal que quedó de los chripstianos), é dexó alli los demás
en tierra, hablando con Barrionuevo. E con los indios manssos que avia llevado; é
era bien ladino, é hablaba la lengua cas- siguió su camino por donde le quiso guiar
tellana suficientemente: el qual dixo al el Martin de Alpharo, por tales passos é
capitán nuestro, que le pedia por merced viaje, que era bien aparejado para temer
el señor Enrique, que porque él estaba el evento é fin de la jornada que haçian.
mal dispuesto, que se fuesse allá ; el qual E aun assi lo yban algunos de los chrips-
pensó que aquello se le enviaba á decir, tianos que llevaba diciendo é murmuran-
para conosçer del si su yda era por bue- do , porque era muy áspera tierra é muy
na amistad, ó fraudossa aquella visita- cerrada y espesa de árboles é manglares
ción; porque el camino y entrada eran ta- y espinos : é indubitadamente los mas de
les , que si mostrara algún temor ó rece- los compañeros penssaban que no avian
lo de la yda, sospecharan Enrique é su acertado en creerá aquel indio, é de pa-
gente que los querian engañar ó prender. resçer de los mas, se tornaran. Pero su
E por quitarles tal sospecha, se determinó capitán conosció la flaqueza de algunos
el capitán Barrionuevo de yr allá, aunque de su compañía , é díxoles lo que se si-
contra la voluntad de los mas de los que gue, por animarlos é que no le de-
con él yban ; porque recelaban, segund xassen.
CAPITULO vi.
Del raçonamiento que el capitán Francisco de Barrionuevo hizo á ciertos compañeros que con él yban
por un camino sospechoso é áspero, yéndosse á ver con el cacique Enrique , llevando por guia á un ca-
pitán del mismo Enrique.
«oeñores : yo vine acá con vosotros, no morir: que á esto vine é venís, y á ga-
á mas de servir á Dios é al Emperador, nar honra é no á perderla.»
nuestro Señor ; é no será bien que se co- E assi seyendo él el delantero, prosiguió
nozca temor en ninguno de vosotros, pues su camino, llevando una espada en la
que soys hidalgos c personas experimen- çinta, éuna lança gineta en la mano , é
tadas en mayores peligros. Quanto mas sin otras armas defensivas ni ofensivas,
que aqui no hay de qué temer, y el que é con un jubón de cañamaco ó angeo é
quisiere tornarse, vuólvasse donde que- unos çarahuelles é unas antiparas de bi-
dan nuestros compañeros, é aguárdeme tre de las rodillas abaxo , é unos alpar-
alli : é el que oviere gana de me seguir gates calcados. E desta manera que he
é hacer lo que debe, haga lo que yo ha- dicho, como buen capitán é animoso ca-
go; porque yo no tengo de volver un ballero , exortando los que con él yban,
passo atrás , aunque penssasse escapar de todos ellos le siguieron é llegaron á una
TOMO I. 19
\w HISTORIA GENERAL Y NATURAL
caleta ó ensenada ó ancón, que estaba indios , é llamábalos bellacos, porque no
no mas de hasta dos tiros de ballesta de se daban priessa é no avian abierto el
donde Enrique estaba. E de cansado del camino. E luego tornaron aquel mestizo é
trabajoso camino, se assentó debaxo de capitán (que es dicho) dondeBarrionue-
un árbol, é desde alli vido en la vuelta vo estaba, é le dixeron que fuesse él é
del ancón de la mesma laguna á Enrique su gente toda : el qual envió luego á lla-
é los indios que con él estaban. E tuvo mar á los que avia dexado atrás de los
mucha razón de descansar, porque hasta españoles en la savana con los indios
llegar alli, muchas veces avian andado á mansos; é llegados, él comencé á yr ha-
gatas é rastrando por debaxo de los ár- cia donde estaba Enrique por el camino
boles é matas ; y también lo hizo porque que ya estaba hasta él abierto. E los in-
demás de tomar aliento él é los que con dios que le abrían, passaron de alli ade-
él yban (debaxo de aquella disimulación), lante, abriendo é prosiguiendo su tala
pudiesse entender é conjecturar mejor la hacia donde los chripstianos avian que-
disposición de aquella tierra donde esta- dado, los quales ya venían haciendo
ba, para lo que le conviniesse hacer, si al- lo mismo. Llegado el capitán Francisco
guna nesçessidad le ocurriesse. Y desde de Barrionuevo, con los chripstianos,
alli hizo atravessar por el agua á un mes- donde Enrique estaba, avia alli un árbol
tizo que con él yba é al indio capitán grande de buena sombra, é debaxo del
Martin de Alpharo, e mandóles que le di- estaba una manta de algodón tendida en
xessen á Enrique que él yba cansado é tierra ; é assi cómo se vieron, fué el uno
que por esso avia parado alli, é no por para el otro, é se abracaron con mucho
otra causa: é que si el Enrique se rece- placer, é assidos de las manos, se fueron
laba , que mirasse que no avia razón pa- á sentar sobre aquella manta. E alli lle-
ra que temiesse , pues veya como él avia gó á abracar al capitán Barrionuevo Ta-
llegado alli con aquellos pocos chripstia- mayo , principal indio (y el que mas
nos que con él estaban. Pero que si desto daño por su persona hacia en esta isla), y
no se aseguraba, que él se tornadaá sa- después deste abracó á todos los otros
lir á la savana ó á lo raso, y él podria indios de Enrique, que eran seis capita-
venir con sus canoas á le hablar segura- nes principales , inferiores é criados des-
mente ó como él quíssiesse hacerlo ; por- te cacique Enrique , é los otros indios res-
que él yba de parte de Su Magestad á le tantes, gandules é hombres de guerra,
hablar é traer en paz á su servicio, é le que serian hasta septenta hombres bien
quería el Emperador, nuestro Señor, por dispuestos, é los mas dellos con lanças y
suyo, é hacerle mercedes, é Je traía una espadas y rodelas. Las quales traían al
carta de Su Magestad; é que no temiesse rededor del cuerpo, desde los sobacos
de cosa alguna, porque César le perdona- hasta las caderas, rodeados muchas vuel-
ba todas las cosas passadas, viniendo él tas de hicos ó cuerdas de algodón, jun-
á su servicio é obediencia, como lo ve- tas y espessas, en lugar de coraças, y
ría por su real letra que le escribía. E assi embixados todos ó pintados de cierta co-
á este propósito otras palabras exortato- lor roxa,.como almagre, ó mas subida
rias, á la paz é amistad convinientes, le color, que se llama bixa, con muchos pe-
envió á decir ; y cómo el mestizo y el ca- nachos, é puestos en orden, como suelen
pitán Martin de Alpharo llegaron al En- estar en las batallas é guerra. E mandó
rique é le refirieron lo que es dicho, lue- el capitán Francisco de Barrionuevo as-
go él comencó á dar mucha priessa á sus sentar á los chripstianos á un cabo, apar-
DE INDIAS. LIB. V. CAP. VII. 147
tados un poco del, y Enrique mandó á Barrionuevo, con mucho placer é gentil
sus indios que se sentassen al otro cabo. semblante, le hizo un raçonamiento en
Fecho aquesto, el capitán Francisco de la manera siguiente.
CAPITULO VII.
Del raçonamienlo que hizo el capilan Franciscode Barrionuevo al cacique Enrique, quando le dio
una caria de Su Magestad, é quedaron assenladas las paces.
CAPITULO YIII.
Que Irada de dos particularidades que se dexaron de decir en el capitulo de suso: la una en lo que
toca al servicio y méritos de Francisco de Barrionuevo, y la otra en la honrosa paz é reconciliación d<;
don Enrique al servicio de Sus Majestades.
i Proverb, ¡cap. XML 2 Piin. lib. IV, cap. 20, en su Natural Historia.
DE INDIAS. LIB. V. CAP. VIII. 453
çipe de Adam acá, y quedó mas honrado por donde huir puedan.» Pero muchas ve-
que quedó el duque de Borbon en el ven- ces por la desesperación de se ver apre-
cimiento é prisión del rey Francisco de tados cresçe la osadía, é donde no les
Francia en Pavia, segund la despropor- quedaba esperança, por el temor toman
ción é desigualdad tan grande que hay las armas; é aquellos que no tienen dub-
del mayor príncipe de los chripstianos y da de morir, de voluntad juntamente con
Emperador del universo á un hombre, tal su enemigo dessean fenesçer sus dias.
como este don Enrique, y que de parte Por lo qual se debe loar mucho la sen-
de su Cesárea Magestad fuesse requeri- tencia de Sçipion, el qual dixo que no se
do con la paz, é se le pidiesse, é fues- debia impedir el camino por el qual el
se convidado con ella, y se le perdonas- enemigo ha devisado ó determinado de
sen sus culpas e quantas muertes é in- huir2, etc. Assi que , por esta razón y
cendios é robos avian fecho él y sus considerando que este cacique tuvo causa
indios contra los chripstianos, sin algu- de se apartar de los chripstianos, pues
na restitución, con general é amplíssimo quexándose de las sinrazones que le fue-
perdón, é ofresçiéndole mas é dándole á ron fechas en la villa de Sanct Johan de
escoger el lugar é assiento que él qui- la Maguana ,no le fué fecha justicia; por
siesse tomar y elegir en esta isla para su todos estos respectos, y principalmente
morada é habitación. porque este cacique y los demás que con
Por cierto, don Enrique, si vos lo co- él andaban é sus mugeres é hijos se sal-
nosçistes y supistes sentir, yo os tengo por vassen é muriessen conosçiendo á Dios,
uno de los mas honrados y venturosos seyendo chripstianos baptizados, como
capitanes que ha ávido sobre la tierra en lo eran algunos dellos, é los otros se bap-
todo el mundo hasta vuestro tiempo. De tizassen é no peresçiessen todos ellos co-
lo quai se nota el mare-magno de la ex- mo infieles, permitió Dios, nuestro Se-
celencia y clemencia de la Cesárea Ma- ñor , é Su Magestad que se hiçiesse con
gestad del Emperador Rey, nuestro se- este cacique, don Enrique, con toda
ñor: que puesto que en muy breves dias equidad y sin mas rompimiento ni san-
se pudiera concluir tal guerra, é que no gre, la misericordiosa paz que he dicho.
quedara memoria ni hueso de don Enri- El qual á la sacón tenia hasta ochenta ó
que , ni de persona de los suyos, acor- çient hombres de pelea, e con las muge-
dándose que pudieran peligrar algunos res é muchachos é niños eran mas de
chripstianos, por estar estos indios en trescientas ánimas las que se truxeron á
montañas asperíssimas é salvages é fuer- esta reconciliación é amistad á la union
tes y tales como he dicho, quiso que ante é república de nuestra religion chrips-
todas cosas se tentasse la paz; porque co- tiana, con los que mas se aumentaron
mo Vegecio dice * : «muchos mal exper- desta gente; é mas de otras trescien-
tos en el arte militar creen que la victoria tas personas destos indios de don En-
es mas complida, aviendo á sus enemi- rique murieron sin baptismo en el tiem-
gos en lugares estrechos, ó teniéndolos po que su rebelión se continuó. Por lo
cercados con gran moltitud de gente ar- qual quadra bien lo que la verdad evan-
mada; de tal manera que no les quede gélica dice 3 : «Yo os digo que assi se
4 Vegecio, lib. Ill, cap. 21. per uno peccatore pœniteniiam agente quam super
2 Vegecio, lib. Ill, cap. 21. nonaginta novem justis qui non indigent pceniten-
3 Dico vobis quod ita gaudium erit in ecelo su- tia. Luc. 45.
TOMO 1. 20
134 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
gozarán en el cielo sobre un pecador que venta é nueve justos que no tengan nes-
venga á penitencia, mas que sobre no- çessidad del la.»
CAPITULO IX.
De la venida de don Enrique é sus indios cerca de la villa de Açua , para ver é senlir en qué estado estaba
la paz é lo que avia subçedido de un indio llamado Goncalo, que él avie enviado con el capitán Francisco
de Barrionucvo , é otras cosas al discurso de la historia anexas.
CAPITULO X.
De ciertos labradores que vinieron de España en este tiempo para poblar en .Monte-Cbripsto y en Puerlo-
Real, en la costa del Norte desta isla, por la solicitud de un vecino desta villa, llamado Bolaños.
Jljn el mismo año de mili é quinientos é qual despendió mucha parte de su ha-
treynta é tres, en fin del mes de agosto, cienda ó toda este Bolaños, por traer acá
vinieron en una nao á esta cibdad é esta gente. E ya aquel pueblo avia sey-
puerto de Sancto Domingo de la Isla Es- do primero poblado é se despobló, por
pañola hasta sesenta labradores, é la se aver acabado los indios que servían
mayor parte dellos con sus mugeres é á los vecinos é pobladores que solía
hijos, para poblar en Monte-Chripsto y aver en aquella villa, que este hombre
Puerto-Real, á los quales mandó Su Ma- pensó reedificar ó renovar con los que
gestad ayudar para ello. Y despues que he dicho que truxo, guiados por via
algunos dias estovieron descanssando en de entender en ganados é en agricul-
esta cibdad de Sancto Domingo, se fue- tura.
ron á hacer su población, é truxeron Al presente, pues que Dios ha traydo
ciertas capitulaciones y exenciones é gra- el tiempo de la segunda impression
cias é libertades que Sus Magestades, deslas historias, acuerdo al letor que es-
por les hacer merced, les concedieron ta población no permanesció, por lo que
para que mejor se poblasse aquella villa subcedió de Jas grandes nuevas de la
ó población que querían poblar. riqueza del Perú, y aun porque quando
En la primera impression desta his- aquellos vinieron, estaban algunos des-
toria , dixe que les diesse Dios gracia que tos nuevos pobladores en la otra vida ; é
se conservassen é viviessen; porque la los que quedaban, algunos se fueron al
tierra á ninguno perdona que no le prue- Perú, por morir mas lexos de España, é
be en los principios con enfermedades, otros á otras parles. Y'este pecador que-
quando nuevamente á ella vienen: lo dó gastado y enfermo de la persona;
qual no es de maravillar, apartándose porque no acertó, como pensaba, y por-
tanto de donde nasçieron y mudando que lo que el tiempo dispone, nunca lo
luego los mantenimientos y el ayre en consulta con quien Je atiende. Aquellos
tan diferentes climas é regiones. La tier- perdieron su patria é quietud, por la pe-
ra, donde fueron á poblar, es de las dricaçion é palabras de Bolaños, y pen-
mejores é mas fértiles desta isla toda é sando huyr la pobreza y ganar de comer,
cerca de las minas del oro ; é llevaron re- no contentos con su estado ó manera de
cabdo de ornamentos é clérigos para la vivir, murieron con su desseo, envueltos
iglesia que avian de fundar. Y en la ver- en mayores nesçessidades, desterrados,
dad , lo que este hombre hizo fué cosa y aun por ventura no enterrados. Y este
loable ó digna de serle agradescida, otro, al olor del nombre de capitán, dexó
pues su intención é obra paresçian en- su oficio de artessano, en que ganaba de
caminadas en el servicio de Dios é de comer, y perdió lo que avia adquirido
Sus Magestades é para mas aumenta- hasta que le dio este apetito de mandar
ción de la población desta tierra, en lo á otros, lo qual no todos saben hacer.
DE INDIAS. LIB. V. CAP. XI. 157
CAPITULO XL
Cómo fué un padre religioso de la Orden de Sánelo Domingo, desde aquesta cibdad de Sánelo Domin-
go de la Isla Española, á donde el cacique don Enrique estaba con sus indios, á la sierra del Bao-
ruco , y estuvo allá algunos dias ; e' del subeeso de su camino.
CAPITULO XII.
De la venida del licenciado Alonso Lopez Çerrato á esta eibdad de Saneto Domingo de la Isla Espa-
ñola, á tomar residencia al Audiencia Real é á todas las otras justicias desta eibdad é isla. E vino provey-
do por oydor de la dicha Audiencia el licenciado Alonso de Grageda, é llegaron con estos nuevos oydo-
res veynte é seys ó veynte é siete naos de armada é de mercadería, martes primero dia de enero de
mili é quinientos é quarenta y quatro años *.
JLLI licenciado Alonso Lopez Çerrato, na- les hizo justicia. El obispo acordó de yr
tural de Mengabril, aldea de Medellin, á España, y el licenciado Johan de Vadi-
tomó residencia al obispo presidente, don 11o assi mismo, á seguir su justicia. El li-
Alonso de Fuenmayor, é á los licencia- cenciado Guevara, desde á poco tiempo,
dos oydores desta Real Chançilleria, é murió ; y el licenciado Cervantes quedó
la envió á España al Real Consejo de In- acá, pero no residió en la Audiencia hasta
dias ; é por lo que allá se determine, vista ver cómo subçedia su despacho. Y quanto
la residencia, se sabrá si los agravió ó á esto que está en justicia, é pende donde
* El título de este capítulo se halla borrado de ron con el dicho señor presidente estos nuevos oy-
mano del autor y reducido á los presentes te'rmi- dores, con veynte e' seys ó veynte é siete naos de
nos. Sin embargo puede leerse en el códice origi- armada ó de mercadería , martes primero dia de
nal en esta manera: enero de mili é quinientos é quarenla é quatro años.
«De la venida del licenciado Alonso Lopez de E decirse ha en este capítulo de la persona é par-
Çerrato á esta eibdad de Saneto Domingo de la Isla tes del nuevo presidente, 6 en suma se locarán al-
Española, por mandado de Su Magestad, á tomar gunos subeesos de la residencia é de la nueva for-
residencia al obispo presidente, don Alonso de ma é orden é reformación que de ahy adelante ovo
Fuenmayor, é á los oydores desta Audiencia Real en la justicia é gobernación destas partes.»
que aqui residen , los licenciados Johan de Vadiüo Se ha creído conveniente poner aqui el título del
é Cervantes c Guevara, é á todas las otras justi- presente capítulo, tal como se escribió primero y
cias desta eibdad é isla, é de todas las otras parles puede entenderse, porque sobre hallarse en él los
anexas i la jurisdieion desta Chançilleria: al quai nombres de los jueces residenciados, que no se ex-
mandó Su Majestad venir ú lo que es dicho é á re- presan en el texto , se anuncia la narración de cier-
sidir por su presidente en este Real tribunal c como tas innovaciones, introducidas en la gobernación
su principal gobernador destas partes é Tierra-Fir- de las Indias, con ocasión de dicha residencia ; pro-
me E vino proveydo por oydor de la dicha Au- pósito de que pareció arrepentirse después Oviedo.
diencia el licenciado Alonso de Grageda, é llega-
DE INDUS. LIB. V. CAP. XII. 459
es dicho, no hay que decir. Quedaron en lengua del juez, ni vituperados, só color
la dicha Audiencia dichos licenciados del mando é auctoridad de la justicia é
Çerrato y Grageda gobernando é usando oficio superior.
sus oficios de oydores : en el qual tiem- No sé en lo que parará este negocio.
po Çerrato, por especial comisión que se Guíelo Dios á su servicio : que á lo menos
le dio, tomó las qüentas de la Hacienda la verdad se dirá por nuestra parte, con-
Real, é hizo muchos alcances, é cobró forme á la instruçion de nuestra cibdad y
parte dellos, é á otros dio espera, para á buena conciencia. Y assi creo que el
pagar lo que debian en diversos tiempos muy ilustre presidente, marqués de Mon-
é término, como le paresció*. De la for- dejar, y los señores del Consejo Real de
ma que este juez tuvo en la administra- Indias que con su señoria asisten en es-
ción de la justicia muchos se quexaron tas cosas de Indias, lo proveerán cómo
del é se quexan. Yo no me determino si Dios y Sus Magestades sean servidos y
tienen razón todos ó no, en lo que toca aquesta nuestra isla sea conservada, pues
á sus intereses, porque desso Su Ma- que es tan digna de ser favoresçida é ayu-
gestad é el Real Consejo de Indias lo han dada , é tan importante. Pero ya que es-
de determinar; y a mí no me está bien tove despachado para volver á la isla,
de hablar en esto, porque la cibdad de quedé certificado de alguno de los seño-
Sancto Domingo me envió á mí é al ca- res del Consejo Real, que Çerrato seria
pitán Alonso de Peña por sus procurado- removido (é assi lo fué) del dicho cargo,
res á España, é con su poder é inslru- y que se nos daria juez de residencia pa-
çion, por el mal concepto que de Çerrato ra que él y el licenciado Grageda la hi-
é de su reguridad la cibdad tenia. Pero çiessen. E proveyeron de nuevo por oy-
como son cosas de justicia, passemos ade- dores al licenciado Bermudez é al licen-
lante. Yo no le tengo por tan malo, como ciado Corita. Dios les dé gracia que sir-
la opinion de muchos le pregona; porque viendo á Dios y al Emperador hagan jus-
es letrado y cursado en las cosas de jus- ticia de tal manera, que esta isla se au-
ticia , é pienso que su voto entre letrados mente é conserve, mediante su buena go-
seria admitido. Pero otra cosa es ser go- bernación , de lo qual hay mucha nesçes-
bernador , ó no tener quien le vaya á la sidad.
mano. Sé á lo menos que es sacudido, y Pero el licenciado Bermudez que se di-
que no tracta bien de su lengua á los que xo de suso, mudó de propóssito; é fué ele-
antél litigan, ó ha de hacer justicia; por- gido por oydor el licenciado Johan Hur-
que pienso que querria mas espantarlos tado de Salcedo y Mendoça, é á Çerrato
ó enmendarlos con un aspecto ayrado, ó se le dio la gobernación é presidencia
palabras ásperas, que con el acote ó cu- del Audiencia Real, que reside en los
chillo. Y aunque esse artificio fuesse assi confines de Honduras, é se fué allá á ser-
(que no lo sé, porque solo Dios entiende vir su oficio. Y quedó la Isla Españo-
al hombre), esas sus amenazas é palabras la con mucho gozo de su partida, espe-
le haçen aborresçible ; porque en fin los rando al nuevo presidente , del qual será
hombres no han de sermaltractados de la fecha mención en el discurso destas his-
* Aqui se leen en el original, aunque está bor- saban de LXXX mili pesos de oro los que declaró
rado este pasage, las siguientes noticias, dignas ser debidos á Sus Magestades, y teniéndose Su
del conocimiento de los lectores: Magestad por servido del, se le mandaron dar dos-
«Como quier que ello fué, me certificó él que pas- cientos mili maravedís de ayuda de eosta.it
160 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
torias y en la parte que convenga. á esta nuestra isla é sus comarcas ; por-
En el año de mili é quinientos é qua- que, demás de su buen exemplo y doc-
renta é nueve tornó á la cibdad é isla trina chripstiana, es buen servidor é leal
el reverendíssimo señor obispo, don á Sus Magestades, é muy caritativo é
Alonso de Fuenmayor, con título de ar- socorredor de los pobres é nesçessitados
zobispo desta nuestra cibdad , nueva- (assi en general como en particular), é
mente metropolitana, é su señoria el pri- muy bien quisto é amado de todos.
mero arzobispo della : el qual por su E porque estas cosas de gobernado-
bondad era asaz desseado de todos los res é gobernados son comunes ó menos
desta isla. Plegué á nuestro Redemptor aplacibles en estas leçiones que las otras
que sea por muchos años y á su sancto novedades é historias que el letor dessea
servicio: que con su venida se espera entender, passaré al libro VI, que trac-
mucho acresçentamiento é prosperidad tará de materias é cosas de mejor gusto.
Este es el libro sexto de la primera parte de la Natural y General historia de las
indias, Islas y Tierra-Firme del mar Océano-, el quai tracta de diversas materias é
géneros de cosas, é assi mismo se llama libro de los depósitos.
PROHEMIO.
Jtoco tiene que hacer en decir la ver- que me ocurren á la memoria, que con
dad el hombre libre que dessea usar dé- mucha dificultad las puedo acabar de es-
lia ; pero saberla referir, como mejor pa- crebir é distinguir, é no con poco traba-
rezca ó suene á los que la oyen, ha de jo ni con pocas minutas, continuar é
ser por gracia especial, junto con el arte conformar aquellas cosas que concier-
ó hermosa forma de narrar las cosas, en nen, é son en algo semejantes é mas
que el orador ó escriptor quiere dar á apropiadas á la historia que se sigue. Y
entender lo que ha de resçitar ó escri- porque tractando de algunas particulares
bir, para que con mas delectación sea de que hay clara distençion, é son desse-
escuchado. Y cómo essa gracia é orna- mejantes en sí, no se compadesçe á cada
mento de palabras no acompañan á mi una délias darle libro distinto por su bre-
pluma, doyle por guia á mi Dios, á ve narración é volumen, porné de aques-
quien suplico con mis indignas oraciones tas tales, como en depósito común, en
que la favorezca, para que loando su om- este libro VI las que me acordare y
nipotencia pueda proseguir é concluir supiere (de tal calidad y diferencia);
estas materias que aquí se tractan, de porque quanto mas raras y peregrinas
tal manera, que yo las sepa dar á enten- fueren, y no de compararse las unas á
der como ellas son. Y á la sombra de la las otras, tanto mas será cada quai délias
divina misericordia, nunca pienso des- mas digna de ser sabida y no puesta en
acordarme que el sancto Job dice : Mien- olvido.
tras tura mi aliento en mí, y el espíritu de Y comenzaré en las casas y moradas
Dios en mis narices, no hablarán mis la- que estos indios tenían ; tras lo qual se
bios maldad, ni mi lengua pensará la men- dirá del juego del batey, que es el mis-
tira *. mo que el de la pelota (pero en diferen-
Y con esta determinación, digo que te manera y pelota exercitado ) ; y assi
es tanta la abundancia de las materias mismo se dirá de dos huracanes ó tem-
í Job , cap. 27.—Quia donce superest halilus in labia mea iniquitalem , nee lingua mea medilabitur
me, et spiritus Dei in naribus mois, non loquenlur mendacium.
TOMO 1. 2<
1G2 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
pestades señaladas y de mucho espanto rias. Assi mismo hallareis, letor, gran-
que ovo en esta Isla Española ; y assi des ocasiones y muchas causas y razón
procediendo en cosas diferenciadas de para dar gracias á Nuestro Señor, y para
unas en otras, como en secresto ó arma- quedar admirado qualquiera discreto va-
rio, se colmará este libro depositario, ó ron con tanta variedad de secretos, no
sexto; porque después mas fácilmente en usados ni oydos hasta nuestros tiempos
los libros siguientes é destintos pueda es- tan particularmente (ó nunca sabidos mu-
crebir é acomular las otras materias que chos dellos), hasta que la experiencia é
fueren muchas de una especie é natura, ó la milicia é armas de nuestros españoles
quassi. Y podré yo llevar la orden que he los han con su virtud y trabajos perso-
desseado tener en esta Historia Natural y nalmente visto é experimentado y notifi-
General de las indias ; porque en los li- cado , aumentando la república de Jesu-
bros precedentes, de que he tractado Chripsto, nuestro redemptor, y sirvien-
hasta aqui, fue nesçessario yr mezcladas do al Emperador, é á su Real silla é
muchas materias, á causa de decirse los ceptro de Castilla, cuyo es aqueste gran-
viajes é descubrimientos destas partes díssimo imperio : dándome á mi por exer-
que hizo el primero almirante délias ( é çiçio en esto que escribo una materia tan
otros capitanes ), como en relatar su vida famosa é alta é copiosa, que la vida del
é méritos del é de sus subçessores ; y de antiguo Nestor, que tanto supo é tanto vi-
la manera de gobernación suya, é de la vió, como dice Francisco Petrarca1, con la
que otros después del tovieron, y tam- de aquel rey gaditano, llamado Arganto-
bién para dar noticia de la verdad de la nio 2, no fueran tan largas juntadas con la
historia en muchas cosas é trances beli- mia, ó acrescentádose las dos en el número
cosos é diferentes que acaesçieron, é demis años, que pueda yo llegar al cabo
otros auctores en diversas epístolas ó de- lo que se puede escrebir en este caso.
cadas é volúmines han escripto desde Homero3 afirma de Nestor que vivió lon-
España ; y también para dar á entender guíssimo tiempo, é que por doctrina é ex-
la verdadera cosmographia de las tierras periencia fue sobre todos los griegos sa-
é provincias, de que se ha fecho men- pientíssimo, é en las armas excelente : el
ción ; é de la gente natural destas partes qual venció los de Thesalia é fue con
ó islas é cómo fueron conquistadas; y Thesseo é Perithoo contra los centauros,
de otras cosas notables que quedan me- é se halló en la una é en la otra guerra
moradas en los cinco libros antes deste. troyana, é en ambas peleó en favor de
Avisaos, letor, que en lo que está los griegos. Ovidio dice que vivió dos-
por decir siempre hallareis cosas nue- cientos años 4. Arganlonio, rey gaditano,
vas en este libro del depósito, y en dice Plinio 5 que reynó ochenta años, y
los que adelante entiendo escrebir ; y que comenzó á reynar, seyendo de edad
llamóle del depósito ó depositario, por- de quarenta. Assi que, segund estos auc-
que todo lo que aqui se dirá en su- tores , trescientos y veynte años vivieron
ma compete mas particularmente á di- estos dos que he dicho. Pero en la bre?-
versas provincias ó partes, donde en vedad de mi vida, diré lo que fuere Dios
efeto quadran puntualmente tales histo- servido que por mí se continúen estas
materias; donde con mis canas, passado da y mas ornada que estuvo en la pri-
ya de los sesenta é nueve años que há mera impression ; é assi mismo se impri-
que vivo, ningún dia se me passa fuera mirá la segunda, y yo quedaré conti-
desta ocupación (algunas horas), traba- nuando la tercera ; en la qual no me fal-
jando todo lo que en mí es y escribiendo tará voluntad para concluirla, pues que
de mi mano, con desseo que antes del está una grand parte della escripia en
último dia de los que me quedan yo pue- minutas. Y espero en Nuestro Señor que
da ver corregido y en limpio impresso lo poco tiempo despues que estas dos par-
que en todas tres partes de aquesta Ge- tes parezcan, saldrá la última, en que se
neral Historia de Indias yo tengo notado. procede hasta lo que en mi tiempo está
Y entre tanto que el sol me tura, estoy descubierto é visto por los capitanes, y
agora, en este año de la Natividad del exércilos de Sus Magestades en la Tier-
Redemptor de mili é quinientos é qua- ra-Firme é mares della ; assi en este nues-
renta é ocho, dando orden como en este tro horizonte é polo ártico, como en la
año ó en el siguiente, se reimprima esta otra parte , ultra la equinoçial, del otro
primera parte, acresçentada y enmenda- hemispherio ó polo antartico.
CAPITULO i.
El qual tracta de las casas y moradas de los indios desta Isla Española , por otro nombre llamada
Hay«.
? ivian los indios desta Isla de Hayti ó gua de Hayti el buhio ó casa se llama
Española en las costas ó riberas de los eracra. Estas eracras ó buhios son en una
rios ó cerca de la mar, ó en los assientos de dos maneras, é en ambas se haçian,
que mas les agradaban, ó eran en su segund la voluntad del edificador ; y la
propóssito, assi en lugares altos, como en una forma era aquesta. Hincaban muchos
los llanos ó en valles é florestas; porque postes á la redonda de buena madera, y
de la manera que querian assi haçian sus de la groseza (cada uno) conviniente, y
poblaciones é hallaban dispusiçion para en circuyto á quatro ó cinco passos el un
ello ; é junto á sus lugares tenían sus la- poste del otro, ó en el espacio que que-
branças é conucos (que assi llaman sus rían que oviesse de poste á poste: é so-
heredamientos) de mahizales é yuca, é bre ellos, después de hincados en tierra,
arboledas de fructales. Y en cada plaça por encima de las cabeças, en lo alto
que avia en el pueblo ó villa estaba lu- pénenles sus soleras, é sobre aquellas po-
gar diputado para el juego de la pelota nen en torno la varaçon (que es la tem-
(que ellos llaman batey) y también á las pladura para Ja cubierta) ; las cabezas ó
salidas de los pueblos avia assi mismo grueso de las varas sobre las soleras que
sitio puesto con assientos, para los que es dicho, é lo delgado para arriba, don-
mirassen el juego, é mayores que los de de todas las puntas de las varas se jun-
las plaças, de lo qual en el capítulo si- tan é resumen en punta, á manera de pa-
guiente se tractará mas largo. bellón. E sobre las varas ponen de tra-
Tornemos á las casas en que moraban, vés cañas, ó latas de palmo á palmo (ó
las quales comunmente llaman buhio en menos), de dos en dos (ó sencillas), é so-
estas islas todas (que quiere decir casa bre aquesto cubren de paja delgada é
ó morada); pero propriamente en la len- luenga: otros cubren con hojas de bihaos:
164 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
otros con cogollos de cañas : otros con porque por aquel mástel está fixa la casa
hojas de palmas, y también con otras toda ó caney ; y porque mejor se entien-
cosas. En la baxo, en lugar de paredes da esto, pongo aqui la manera ó figura
desde la solera á tierra, de poste á pos- del caney, como baste á ser entendido
te, ponen cañas hincadas en tierra, some- {Lámina 1.a, ftg. 9.a).
ras é tan juntas, como los dedos de la Otras casas ó buhios hacen assi mismo
mano juntos ; é una á par de otra hacen los indios, y con los mesmos materiales;
pared, é atañías muy bien con bexucos, pero son de otra façion y mejores en la
quo son unas venas ó correas redondas vista, y de mas apossento , é para hom-
que se crian revueltas á los árboles (y bres mas principales é caciques; hechas á
también colgando dellos) como la cor- dos aguas y luengas, como las de los
rehuela: los quales bexucos son muy chripstianos, é assi de postes é paredes
buena atadura, porque son flexibiles é de cañas y maderas, como está dicho.
taxables, é no se pudren, é sirven de Estas cañas son macizas y mas gruessas
clavaçon é ligaçon en lugar de cuerdas que las de Castilla y mas altas, pero
y de clavos para atar un madero con córtanlas á la medida de la altura de las
otro, é para atar las cañas assi mismo. paredes que quieren haçer, y á tre-
El buhio ó casa de tal manera fecho, llá- chos en la mitad van sus horcones, que
masse caney. Son mejores é mas seguras acá llamamos haytinales, que llegan á la
moradas que otras, para defenssa del ay- cumbrera é caballete alto ; y en las prin-
re, porque no las coje tan de lleno. Es- cipales hacen unos portales que sirven
tos bexucos que he dicho ó ligaçon, se de zaguán ó resçibimiento, é cubiertas
hallan dellos quantos quieren, é tan de paja, de la manera que yo he visto en
gruesos ó delgados, como son menester. Flandes cubiertas las casas de los villajes
Algunas veces los hienden para atar co- ó aldeas. E si lo uno es mejor que lo otro
sas delgadas, como hacen en Castilla los é mejor puesto , creo que la ventaja tiene
mimbres para atar los arcos de las cu- el cobrir de las Indias á mi ver, porque
bas ; y no solamente sirve el bexuco pa- la paja ó hierva de acá, para esto es mu-
ra lo que es dicho, pero también es me- cho mejor que la paja de Flandes.
dicinal; é hay diversos géneros de be- Los chripstianos hacen ya estas casas
xucos, como se dirá en su lugar adelante, en la Tierra-Firme con sobrados é quar-
quando se tracte de las hiervas, é plan- tos altos é ventanas, porque como tie-
tas , é árboles medicinales é sus propie- nen clavaçon é hacen muy buenas ta-
dades. blas , y lo saben mejor edificar que los
Esta manera de casa ó caney, para indios, hacen algunas- casas de aques-
que sea fuerte é bien trabada la obra é tas , tan buenas r que qualquier señor
armaçon toda, ha de tener en medio un se podría apossentar en algunas délias.
poste ó mástel de la groseza que con- Yo hice una casa en la cibdad de Sanc-
venga , é que se fixe en tierra quatro ó ta María del Antigua del Dañen, que no
cinco palmos hondo, é que alcance has- tenia si no madera é cañas, é paja é al-
ta la punta ó capitel mas alto del buhio; guna clavazón, y me costó mas de mili é
al qual se han de atar todas las puntas de quinientos pesos de buen oro : en la qual
las varas. El qual poste ha de estar co- se pudiera apossentar un principe , con
mo aquel que suele aver en un pabellón buenos apossentos altos é baxos, é con
ó tienda de campo, como se traen en los un hermoso huerto de muchos naranjos é
exérçitos é reales en España ó Italia, otros árboles, sobre la ribera de un gen-
DE INDIAS. LIB. V. GAP. I. 165
til rio que passa por aquella cibdad. La tienda lo que en la una y en la otra ten-
quai república, en desdicha de los veci- go dicho. Y puédesse tener por cierto
nos délia, é en desservicio de Dios y de que los dos ó tres años primeros la cu-
Sus Magestades, y en daño de muchos bierta de paja, si es buena y bien puesta,
particulares, de hecho se despobló por la que son de menos goteras que las casas
malicia de quien fué causa dello. de teja en España ; pero passado el tiem-
Assi que de una destas dos mane- po que digo, ya la paja va pudriéndosse,
ras que he dicho son las casas ó bullios, é es nesçessario revocar la cubierta é aun
ó eracras desta isla é de otras islas, que también los estantes ó postes, excepto si
los indios hacen en pueblos y comunida- son de algunas maderas de las que hay
des y también en caserios apartados en en estas partes, que no se pudren deba-
el campo, y también en otras diferencia- xo de tierra ; assi como la corbana en es-
das maneras, como se dirá en la segunda ta isla ; y el guayacan me dicen que en la
paríe desta Natural y general Historia, provincia de Veneçuela hacen estantes á
quaiido se tracte de las cosas de la Tier- las casas con ello, é que no se pudren
ra-Firme ; porque allá en algunas provin- por ningún tiempo. Y en la Tierra-Firme
cias son de otra forma, y aun algunas hay otra madera , que la llaman los
délias nunca oydas ni vistas, sino en chripstianos madera prieta, que tampoco
aquella tierra. Pero pues se debuxó la no se pudre debaxo de la tierra; pero
forma del caney ó casa redonda, quiero porque en otras partes se hade tractarde
assi mismo poner aqui la segunda mane- las maderas, y se especificaran mas las
ra de casas que he dicho , la qual es, co- calidades délias, no hay nesçessidad de
mo aquesta que está aqui patente ( Lámi- decir aqui mas de lo que toca á estos
na 1.a, fig. 10.a), para que mejor se en- edificios ó maneras de casas.
CAPITULO II.
Del juego del batey de los indios, que es el mismo que el de la pelota , aunque se juega de otra manera,
como aqui se dirá, y la pelota es de otra especie ó materia que las pelólas que entre los chripstianos
se usan.
CAPITULO III.
Que Iracta de los huracanes ó tormentas que ovo en esta Isla Española en la mar y en la tierra, muy
señaladas y espantables y dañosas , después que los chripstianos passaron á estas partes c poblaron esta
isla ; por las quales dos tormentas ó huracanes se pueden entender lodos los desta calidad.
Huracán, en lengua desta isla, quiere mente vino tanto viento é agua junto, é
decir propriamente tormenta ó tempes- tan excesiva cada cosa destas, que en
tad muy excesiva ; porque, en efecto, no esta çibdad de Sancto Domingo cayeron
es otra cosa sino grandíssimo viento é por tierra todos los bunios ó casas de
grandíssima y excesiva lluvia, todo junto paja, é aun algunas de las que estaban
ó qualquiera cosa destas dos por sí. labradas de paredes ó tapias quedaron
Acaesció un miércoles, tres días de agos- muy damnificadas é atormentadas. Y en
to año de la Natividad de nuestro Re- la misma sacón en muchos pueblos desta
demptor Jesu-Chrípsto de mili é quinien- isla ovo lo mismo, é subçedieron desta
tos é ocho años (seyendo gobernador causa encontinente muy grandes daños
desta isla el comendador mayor de Al- en los campos, y quedaron destruidas las
cántara, don Frey Nicolás de Ovando), heredades. Y la villa que llaman la Bue-
quassi á hora de medio dia, que súbita- ña-Ventura la puso el huracán toda por
CAPITULO IV.
Que tracta de los navios ó barcas de !os indios, que ellos llaman canoas, é en algunas islas e partes las di-
cen piraguas ; las quales son de una pieza é de un solo árbol.
HL ablando Plinio en las cosas de la India les usan para sus guerras y saltos y para
oriental, dice * que Modusa es una çibdad sus con trac taçiones de una isla á otra, ó
de cierta region, llamada Conçionada, para sus pesquerías y lo que les convie-
desde la quai region se lleva la pimienta ne. E assi mismo los chripstianos que por
al puerto llamado Becare con navecillas acá vivimos, no podemos servirnos de
de un leño. Estas tales navetas creo yo las heredades que están en las costas de
que deben ser como las que acá usan los la mar y de los rios grandes, sin estas ca-
indios, que son desta manera. En esta noas. Cada canoa es de una sola pieza ó
Isla Española y en las otras partes todas solo un árbol, el qual los indios vacian
destas Indias que hasta el presente se sa- con golpes de hachas de piedras enhas-
ben , en todas las costas de la mar, y en tadas, como aqui se ve la figura della
los rios que los chripstianos han visto (Lám. 1.a fig. 12.V; y con estas cortan ó
basta agora, hay una manera de barcas muelen á golpes el palo, ahocándolo,
que los indios llaman canoa, con que ellos y van quemando lo que está golpeado y
navegan por los rios grandes y assi mis- cortado, poco á poco, y matando el fue-
mo por estas mares de acá ; de las qua- go, tornando á cortar y golpear como
CAPITULO V.
Que tracta de la manera que los indios tienen en sacar y encender lumbre sin piedra ni eslabón , sino con
un palo , torciéndole sobre otros palillos, como agora se dirá.
vluán proveyda es la natura en dar á sario, en muchas cosas se puede ver cada
los hombres todo lo que les es nesçes- hora. Esta manera de encender fuego ios
CAPITULO VI.
De las salinas naturales y artificiales que tenian los indios en esta Isla Española , llamada Hayti, antes qu<?
los chripstianos conquistassen estas parles , y de las que hay al presente.
M, .uy acostumbrada cosa es á los indios Hay otras muy buenas salinas en Puer-
saber hacer sal en muchas partes destas to-Hermoso ( que es quince leguas desta
Indias en las costas de la mar, cociendo el cibdad de Sancto Domingo en la costa
agua délia; y assi lo acostumbraron hacer del sur), de donde se provee esta cibdad;
en esta isla, donde los habitadores della las quales salinas son muy abundantes.
vivían lcxos de las salinas naturales. Pe- Estas no las tenian los indios, y aquesta
ro porque en la Tierra-Firme he yo visto cibdad las ha fecho de poco tiempo á es-
hacer sal á los indios, diré la manera que ta parte. En el comedio desta isla, en la
en ello tenian (quando passe á escrebir provincia que los indios llaman Baynoa,
las cosas de aquella tierra), porque de hay una sierra de sal quassi cristalina ó
Ja vista yo me satisffago en este caso del lúcida, cerca de la laguna grande de Xa-
hacer los indios la sal, pues la tenian ragua, á catorce ó quince leguas de la villa
natural; pues que en la costa del rio Ya- de Sanct Johan de la Maguana, la qual
que (el quoi va á salir á la parte que esta no es inferior á la que en Cataluña llaman
isla tiene al norte), á par de Monte- sal de Cardona; porque assicresçe como
Chripsto (y es poderoso rio), hay unas aquella, y esta es una de las buenas que
salinas de buena sal. Dixe que este rio se saben en el mundo (digo la de Cardo-
va á salir, ó entra en la mar á la banda na , y por esso puse la comparación en ella).
del norte, porque en esta isla hay otro Desta de que aqui tracto de la sierra
río del mismo nombre (Yaque), que va de Baynoa, digo que se sacan lanchas é
á salir á la banda del sur ó mediodía; piedras della como de una cantera. Yo he
pero este otro antes que llegue á la mar, visto piedra desta sal en la villa de Sanct
vá encorporado en el rio de Noy va, y en Johan de la Maguana, que pessaba mas
cierta parte desta isla se junta é entra en de un quintal (ó quatro arrobas) que son
Neyva. Assi que el otro rio Yaque que di- cien libras de á diez y seys onças. E de-
xe primero de las salinas, con su nom- cíanme los que esta piedra é otras avian
bre entra en la mar del norte. alli traydo, que muchas muy mayores
m HISTORIA GENERAL Y NATURAL
desta sal podrían traer, é que las dexan oro ni de las perlas. E córtasse assi mis-
por no matar ó fatigar las bestias con su mo en España Citerior en Geleaste, é los
exçessivo peso. De manera que alli se pedazos desta sal son quassi transparen-
podrían fabricar casas de tal cantería de tes, é aquesta sal ha buen tiempo que
sal, y no serian de menor presçio que muchos médicos la dan la palma sobre
aquellas que Plinio * dice de Arabia, don- todas las otras generaciones de sal. Todo
de en la cibdad llamada Garrí, assi las esto es de Plinio y de su Natural Histo-
casas como los muros ó adarves con que ria; y esta sal, quél llama de Geleaste, es
está cercada, son hechos de massa de sal. la misma de Cardona, de que se hizo
Y también dice el mismo auctor que en memoria de suso, quando dixe que le
Capadoçia se cava la sal debaxo de tier- paresçia, ó era tai la que acá tenemos de
ra , é que por el humor se congela, é se Baynoa : la qual assi mismo es tenida por
corta después como las piedras especu- medicinal, y es muy buena para todo lo
lares, é son los pedazos de grand peso, que suele servir la sal al uso de los hom-
los quales el vulgo llama uriques. Orme- bres y para todo lo que quisieren que la
no, monte de la India, es de sal: el qual sal pueda aprovechar. De otra mane-
se corta como en otras partes se cortan ra y maneras de sal contará la histo-
las piedras, é aquello que se corta re- ria en la segunda parte, quando á el a
nasçe", á causa de lo qual los reyes tie- llegáremos, é assi mismo en la tercera
nen mas tributo ó renta desta sal que del parte.
CAPITULO VIL
Que tracta de las riberas principales desta Isla Española : el qual se destingue en diez párrafos o partes.
I. Los ríos principales que hay en es- treynta y tres vino aqui la nao llamada
ta isla de Hay ti ó Española, son los que Imperial, de la Cesárea Magestad, la qual
agora se dirán. E pues la principal cib- era de porte de mas de quatroçientos to-
dad é población é puerto de mar é ca- neles machos, con cierta gente que truxo
beça deste reyno é isla es Sancto Domin- á esta cibdad y cargada, é volvió con
go, justa cosa me parcsçe que el primero mucha mas carga. Digo aquesto, porque
rio se nombre el que por esta cibdad pas- hasta agora no ha passado á estas partes
sa, y en ella se acaba é entra en la mar, tan grueso navio, ni entrado en este
llamado Ocama : el qual quando aqui lle- puerto, donde estuvo á quince ó veynte
ga é entra en la mar viene muy poderoso passos de tierra surto é anclado. E salen
é hondable, é las naos cargadas é á la deste puerto algunas naos de noche é sin
vela entran é salen por él muy seguras, peligro, y desde donde surgen dentro
é llegan á ocho ó diez pasos de tierra á hasta estar en la mar, fuera del puerto,
poner el costado, é por una plancha puede aver tiro é medio de escopeta ó
puesta en tierra se cargan é descargan poco mas trecho. Yo he salido de noche
las que quieren, lo qual en pocas partes en nao, de mas de doscientos é cinqüen-
del mudo se hace sin muelle en tan gran- ta toneles machos de porte cargada, por-
des navios. El año de mili é quinientos é que el terral es ordinario, v salen las
CAPITULO VIII.
El quai tracta de los metales é minas que hay de oro en esta Isla Española : el qual se divide en once
párrafos ó parles ; y decirse ha assi mismo de la manera que se tiene en el coger del oro , e' otras parti-
cularidades notables é concernientes á la historia.
I. En el capítulo antes deste nombré por la abundancia del oro que se ha sa-
los ríos principales é poderosos que hay cado é sacan en sus costas é riberas, á
en esta Isla Española, é passé brevemen- los quales vienen á lançarse y encorpo-
te por ellos. Quiero agora decir de algu- rar innumerables quebradas é fuentes, é
nos que también los nombré, que no son arroyos, ricos de oro. Entre los quales
famosos por grandeza é profundidad de rios el que llaman Cotuy es riquíssimo : á
agua ni de tantas pesquerías ; pero sonlo par del qual está una villeta ó población
mucho mas que todos los que he dicho de mineros é gente exerçitada en esto
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. VIII.
del oro, al quai pueblo é rio dan un mis- isla mucho oro, que no faltasse hierro;
mo nombre, dicho Cotuy. Ha ávido alli y pues que el maestro que acullá hace es-
hay mucho exerçiçio en sacar oro ; pero tas é otras mayores é naturales cosas, y
porque desto se dirá adelante mas parti- tan diferenciadas, esse mismo tiene cargo
cularmente como se saca, diré primero de las de acá, é lo hace todo, segund y
de los otros metales que hay en esta isla, dónde como es su voluntad.
allende del oro; porque en lo que es de Diré yo aqui un indicio de la riqueza ó
menos estimación mas breves sean las pa- abundancia del oro de Asturias ( en algún
labras, y en lo que tan desseado es en tiempo ) que vino á manifestarse en AI-
el mundo se diga algo, y no tanto quan- maçan, el año de mili é quatroçienlos é
to la materia es cobdiçiosa á los hombres. noventa é seys años, estando los Reyes
II. Cobre hay en esta isla, é muchos Cathólicos y el sereníssimo príncipe don
lo han hallado muchas veces, c aun di- Johan, su primogénito (mi señor), y la
cen que es rico; pero hacen poco caso sereníssima reyna doña Johana, nuestra
de tal grangería, porque seria grande er- señora (madre de la Cesárea Magostad),
ror dexar de buscar oro é sacarlo (sa- que entonces era archiduquesa, y todas
biendo que lo hay), por buscar cobre, sc- sus hermanas ; pocos dias antes que de
yendo tan grande la desigualdad del aquella villa se partiesse el Rey Cathólico
presçio y provecho que de lo uno á lo para la frontera de Francia (por la guer-
otro se sigue. E assi, desta causa ninguno ra de los franceses), y la Reyna y el prín-
se quiere ocupar en tal exerçiçio, como cipe y sus hermanas para Laredo á em-
es el sacar del cobre. Basta para lo que barcar el Archiduquesa, para la llevaren
hace aqui al propósito ó verdad de la Flandes, donde fue aquel mismo año,
historia, que lo hay y mucho. acaesció en Asturias de Oviedo que un
III. Han querido decir algunos que pastor que guardaba ganado, andando
hay hierro en aquesta isla; pero yo no lo en el campo , se halló en un monte ás-
he visto ni lo afirmo. He oydo decir á pero é lexos de poblado un collar de oro
Lope de Bardeçi, que hoy es vecino ó cerco de una pieça todo, á trechos qua-
desta çibdad, é uno de los honrados y he- drado é á trechos torcido y los extremos
redados que acá hay, el qual afirma que del vueltos para se asir el uno con el otro
se halló en la ribera del rio Niçao y que (Lám. 2.a pg. 3.a), tan gordo como el dedo
él hizo en su presencia fundir la vena del menor de la mano. Y era tan grande, que
hierro, y se hizo, é quél lo tuvo por tenia palmo é medio de través : pessaba
cierto (si no fue engañado del que lo fun- algo menos de quinientos castellanos, ó
dió ) : lo qual yo no dexo de creer, por- diez marcos de oro finíssimo de ducados.
que la malicia de los hombres es mucha. Este collar envió el corregidor de Oviedo
Y también no quiero parar en esto, por- á la Reyna Cathólica, la qual le dio al
que en España no está muchas leguas príncipe, porque se avia hallado en su
Vizcaya apartada de Asturias é Galicia, y principado de Asturias : el qual principa-
en Vizcaya hay mucho é innumerable hier- do, en la misma villa de Almaçan, pocos
ro , é en Asturias é Galicia ovo grandís- dias antes, con las çibdades de Salamanca,
simas minas é muy ricas de oro, segund y Toro, y Camera, y Logroño, y otras vi-
Plinio é otros auctores famosos nos lo llas é fortalezas, dieron el Rey é la Reyna
acuerdan ; y no creo que lo dexa de aver al príncipe, é le apartaron su casa por sí.
al presente, si se buscasse en Asturias. Yo tuve este collar en mi poder, porque
Y assi podria ser que, aunque hay en esta tuve las llaves de la cámara del pr/nci-
TOMO 1. 23
ITS HISTORIA GENERAL Y NATURAL
pe; y vi que se platicó en esa sacón que va le amonestaba lo que debia haçer é
se debian de buscar é labrar las minas obrar, etc. 5. Infiero de aqui que Lusita-
de Asturias. Y sus padres le exhortaron nia é Asturias son en España lo uno é lo
al Príncipe que lo mandasse ; porque de- otro, é en ambas provincias ovo muchas
mas de lo que está escripto, paresçia que minas de oro : é assi mismo podría ser
aquel collar era un despertador para ello, tal collar de aquella cierva de Sertorio.
y que donde tal collar se halló ó se usó, Pero dexadas las congeturas aparte, el
que era por la abundancia mucha del oro efetó es que el collar yo le vi, é que se
que hay en tal tierra. Para hombre el co- halló en Asturias de Oviedo, donde Pli-
llar era grosero : antes se pensaba que nio dice de las ricas minas de Lusitania é
fue fecho para algún animal, lo qual al- de Asturias6, como mas largo adelante se
gún tiempo usaron grandes varones. A dirá ; y tornemos á nuestra materia.
lo menos de César, dictador, se escribe IV. Muy antigua cosa es el uso de los
que á muchos ciervos hacia poner un co- metales é del oro á los hombres en el
llar de oro, en que avia escripto : m Noli mundo, segund los historiales en confor-
me tätigere, quia Cœsaris sum *.» E an- midad escriben. Dice la Natural Historia
daban libres, que no los ossaba ninguno de Plinio 7 que Gadino halló el oro é la
tocar. Esto quiso aplicar Petrarca en aquel manera de fundirlo en el monte Panges:
soneto que comienza 2: otros diçen que Thoas é Aclys en Pan-
Una candida cerva sopra I'herba chaya ; ó el sol, hijo del Océano, al
verde ma parve. . . qual Gelio atribuye la invención de la
é prosiguiendo dice: medicina. Todo esto es de Plinio en el
Nessun mi locchi, al bel eolio dintorno lugar alegado. A Moysés mandó Dios que
Scrip to ha vea. . . tomase el oro é la plata de los hijos de
Plinio dice que se hallaron ciervos de Israel, para la edificación del tabernácu-
Alexandre Magno con sus collares cient lo 8. Y también Joseph, quando en Egip-
años despues, é que habiéndoles cresçi- to mandó henchir de trigo los costales de
do la carne encima, estaba cubierto el sus hermanos, hizo poner en la boca de
collar 3. cada costal la pecunia, y en la boca del
Si este collar que yo digo que vi en la saco del menor hizo meter su copa de pla-
cámara del Príncipe, é le tuve en las ta, y el presçio del trigo que los hermanos
manos algunas veces, fue de algún cier- avian dado por ello: antes de lo qual el
vo ú otro animal, no lo sé. Leido he que mesmo Joseph avia seydo vendido por los
Sertorio en España traia una cierva blan- mesmos hermanos suyos á los ismaelitas,
ca, é daba á entender á la gente que le portreynta dineros argénteos ó de plata.
deçia lo que avie de haçer, é adivina- Assi que el oro é la plata é metales anti-
ba 4. Valerio Máximo escribe que Quinto quíssimamente están en uso de los hom-
Sertorio traia por las ásperas montañas bres, y en mucha y continua contracta-
de Lusitania en España una cierva blan- çion, dando con ello valor á las otras
ca, é deçia é daba á entender á aquellas cosas del comercio de las gentes. Servio,
gentes idiotas é simples que la cier- rey, fue el primero que acuñó el cobre,
1 Plia., lib. XXXIII, cap. 3. 2 Tilo Lisio, Decada primor:), lib. ÍV, cap. X\ •
480 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
que ganaron á Granada, Ñapóles, Na- en solos estos dos metales, para partir
varra é Bugía, é otros reynos, é descu- entre los pocos españoles que allí se ha-
brieron este Nuevo Mundo destas Indias, llaron? Y ved quán pocos en número fue-
y por los tropheos y triunphos de la Ce- ron estos chripstianos, que el caballero
sárea Magestad del Emperador Rey, don cupo á nueve mili castellanos de oro de
Carlos, nuestro señor: el qual ha seydo parte, é tal ovo que á quince é veynte
digno, mediante la divina clemencia (que é cinqüenta mill, si era capitán; y el mas
le hizo merecedor de sus buenas ventu- mínimo infante á pié, á tres é á quatro
ras y nuestras), de ser señor de tan vale- mili pesos de oro de parte, sin muchas é
rosa nasçion, para que veamos al presen- muy ricas é presçiosas esmeraldas, co-
te, como se vee, la bandera de España mo se dirá mas particularmente en su
celebrada por la mas victoriosa, acatada lugar, en la tercera parte destas histo-
por la mas gloriosa, temida por la mas po- rias. ¿Quál saco de Genova?., quálde Mi-
derosa, y amada por la mas digna de ser lan? quál de Roma? quál prission del
querida en el universo. Y assi nos ense- rey Francisco de Francia? quál pressa ó
ña el tiempo é vemos palpable lo que despojo grande del rey Moteçuma en la
nunca debaxo del cielo se vido hasta Nueva-España?.. Ya todo lo de Cortéspa-
agora en el poderío é alta magestad de resçe noche con la claridad que vemos,
algún príncipe chripstiano ; y assi se de- quanto á la riqueza de la mar del Sur;
be esperar que lo que está por adquirir y pues que el rey Athabaliba tan riquíssimo,
venir al colmo de la monarchia univer- é aquéllas gentes é provincias, de quien
sal de nuestro César, lo veremos en bre- se esperan é han sacado otros millones
ve tiempo debaxo de su çeptro ; y que no muchos de oro, hacen que parezca poco
faltará reyno , ni secta, ni género de fal- todo lo que en el mundo se ha sabido ó se
sa creencia que no sea humilliada y pues- ha llamado rico, en comparación de lo
ta debaxo de su yugo y obidiençia. Y no que vemos en gente, que ni tiene saetas
digo solo esto por los infieles; pero ni con hierva, ni saben qué cosa es pólvora,
de los que se llaman chripstianos, si de- ni otros remedios ópetrechos de guerra,
xaren de reconosçer por superior, como para se defender ni ofender. Assi huyen
deben y Dios tiene ordenado, á nuestro de un caballo aquellas nasçiones, como
César; pues le sobran osados milites y el diablo de la cruz.
gentes, y no le han de faltar riquezas Por esta isla aportaron tinajas de oro
que les reparta, assi de sus grandes Es- que mis ojos vieron y otras muchas co-
tados de Europa y África, como desta sas é pieças de gran peso y admiración,
otra mitad del mundo que comprehenden nunca oydas ni escripias ; y á España se
sus Indias. llevaron muchas (y grandes tesoros) en Se-
¿Puede ser cosa mas clara y visible villa , é las vieron tantos que no se terna
para verificación de lo que digo de su . por dudoso, ni es fábula ó novelar de
potencia y tesoros que averie dado sus gracia lo que digo, ni lo que adelante se
capitanes y gente en la mar austral des- dirá en esta materia de las cosas de la
tas Indias (en un dia solo), el año de mili Tierra-Firme, é tierra é mares australes
é quinientos é treynta y tres, con la pri- en la tercera parte desta Historia Gene-
sión del rey Athabaliba, qualroçientos ral. Y es uotorio que al tiempo que Cé-
mill pesos de oro de valor, en oro é pla- sar quisso partir de la villa de Madrid,
ta de solo su quinto, é quedar un millón en principio de marco de mili é quinien-
é seiscientos mili pesos de oro de valor, tos é treynta é cinco años, para juntar
DE INDIAS. LIB. VI. GAP. VIII. 181
su armada y exérçitos en Barcelona con- contentamiento de los hombres de doc-
tra los infieles africanos, llegaron á Se- trina , y á buen gusto de las otras gentes.
villa quatro naos, que otra carga no lle- Y para entonces quedarán estas cosas del
llevaron sino oro é plata, en que avia Perú, pues son del jaez é historia de la
sobre dos millones de pesos de oro de Tierra-Firme ; y por las señas que he
valor en estos dos metales. Pues ya se dado desta victoria que ovo el comen-
sabe que antes avia ydo el capitán Her- dador , Francisco Piçarro, gobernador
nando Piçarro con otra nao cargada de del Perú por SusMagestades, se le acor-
oro é plata. Pues el año de mili é qui- dará al letor de buscar lo demás en la
nientos é treynla é ocho años, el arma- tercera parte, quando se tracte del Perú
da de César (de la qual era capitán ge- é mar del Sur. E no ha seydo descon-
neral el comendador Blasco Nuñez Vela) veniencia lo que aqui se ha locado, pa-
sábese que de Su Magestad é de perso- ra traer á mi propóssito los tesoros de
nas particulares llevó otro millón y qui- nuestro César, é el aparejo que Dios le
nientos mili pesos ó mas de valor en oro ha dado, para quitar algunas soberbias
é plata, allende de otras muchas naos señaladas en el mundo, é ponerle en la
ricas que han ydo á España, desde el paz é justicia que por su mano todos los
tiempo que Athabaliba fué preso á esta fieles y cathólicos chripstianos esperan
parte. conseguir é goçar. Porque á la verdad el
Solo una cosa quiero apuntar y no la mundo ha estado de manera que los me-
olvide el que lee ; y es que assi como á nos sabían á quai opinion se allegassen
todos quantos en el mundo han escripto de las de Heráclito é Demócrito. Mas
semejantes materias faltó el objeto, y no qué digo yo? Los que en esta dubda
pudo ningún escritor hallar tanto que estaban, eran los cargados de años y de
decir, como él supiera relatar ó notificar mas prudencia, porque en los tales,
en verdadera historia ; assi por el opós- aunque las cosas subçediessen de qual-
sito es á mi historia la falta que tiene mi quier manera, supieran conformarse con
lengua y habilidad. E faltará el tiempo, el tiempo; pero por la mayor par-
é la pluma é las manos é la eloqüen- te prevalesçia la opinion de Heráclito, é
çia, no solamente á mí ; mas aquellos fa- pocos se reian como Demócrito l. Esto
mosos poetas, Orpheo, Homero, Hesio- bastaba para los doctos; pero porque es-
do, Píndaro, no pudieran bastar á tan cribo en Indias, y no menos para vul-
encumbrada labor. Ni allende de los gares ó no leidos, digo que Heráclito
poetas, los mas eloquentes oradores pu- philósopho fué de Epheso, cibdad en
dieran concluir una mar tan colmada de Assia, é por continuo estudio, sin maes-
historias, aunque mili Cicerones se ocu- tro, fué singularíssimo varón; é cómo De-
paran en esto, á proporción do la abun- mócrito de continuo reia de la estulticia
dantíssima é quassi infinita materia des- ó locura de los hombres, assi por el
tas maravillas é riquezas que acá hay é opóssilo Heráclito lloraba, movido á com-
tengo entre manos que escrebir. Mas es- passion de la misseria humana ; é viendo
pero , siendo Dios servido é supliendo él las malas costumbres de sus cibdadanos,
mis faltas, deçir y expressar en la segun- habitaba en los montes en soledad.
da y tercera partes destas historias, todo Quiero deçir que como este oro es cob-
lo que délias se deba referir, á mucho diçioso, en tanto que turó la discordia
CAPITULO IX.
Cómo el historiador prueba que en otras parles del mundo se usaron los sacrificios de matar hombres é
ofresçerlos (entre los antiguos) á sus dioses , y en muchas parles assi mismo se acostumbró comer carne
humana, y al présenle se hace en muchas partes de la Tierra-Firme destas Indias y en algunas islas.
CAPITULO X.
Que tracta de la diversa costumbre que en estas partes tienen los gallos é los capones en el cantar é lomar
las gallinas, é assi mesmo los gatos en sus ayuntamientos, lo quai no es como lo usan en Europa, etc.
JLos gallos en España é otras partes mu- por la mayor parte, acá cantan hora é
chas de los chripstianos (é aun assi pien- media ó dos antes que el sol salga ó pa-
so yo que en Europa toda y en la mayor rezca en el horiçonte; é otros, ó los mas,
parte de lo que se sabe ) cantan á media algo mas cerca del dia, é no lo dexanni
noche y quando quiere amanesçer, é aun çessan de cantar de rato en rato , hasta
algunos é los mejores cantan tres veces ó que el sol es salido é levantado sobre el
en tres partes de la noche ; conviene á horiçonte mas de una lança, al paresçer.
saber : la primera despues que es de no- Los capones acá tienen la misma orden
che dos ó tres horas, é la segunda pun- que los gallos en el cantar ; é aunque los
tualmente á media noche , y la tercera é capen, no dexan la mayor parte dellos
última vez cantan un quarto de hora an- de cantar, como si no les caponaran,
tes de la aurora, ó que quiera amanes- aunque su canto no es tan recio ni claro
çer. Esto es muy común á quantos quisie- como el del gallo. E demás desto , no
ren mirar en ello. En estas nuestras In- dexan, porque les falten los granos, de
dias hacen su oficio ó cantar de otra ma- tomar las gallinas, como el gallo ; y sin
nera ; porque algunos dellos cantan á aver gallo visto las gallinas, ponen hue-
prima noche, ó dos horas después de vos , de la conversación ó compañía de
anochesçido, y otra hora antes que ama- los capones. Esto se ve en esta tierra, y
nezca , ó sea de dia ; pero nunca á me- yo lo quise experimentar en esta forta-
dia noche. Otros cantan á la primera leza : é pollas que se crian sin que vean
guarda ó vigilia, é no cantan mas en al- los gallos, teniéndolas aparte é criándose
gún otro tiempo de la noche, hasta que con los capones, han fecho lo mismo, de
otro dia se pasa, é tornan á cantar á la manera que lo tengo dicho. Mas dí-
aquella misma hora que suelen. Por ma- çenme estas mugeres de mi casa é otras,
nera que, como tengo dicho, unos can- á quien lo he preguntado, que los tales
tan la primera é última vez ó una délias, huevos no valen nada para echar las ga-
é nunca jamás á media noche, é los mas, llinas, ni sacan pollos con ellos.
CAPITULO XI.
De un monstruo que ovo en esta Isla Española en el tiempo que se escrebia en limpio esta Historia Na-
tural, de dos niñas que nasçieron juntamente pegadas, en esta cibdad de Sánelo Domingo; c cómo fue_
ron abiertas, para ver si eran dos ánimas é dos cuerpos ó uno.
xLl Antonio Sancto, arçobispo de Flo- tiempo acaesció, que no será fuera de
rencia , en la tercera parte de su histo- mi propóssito y Natural y general historia
ria , describiendo el año de mili é tres- de Indias hacer mención yo de otro
cientos é catorce, dice que aquel año en monstruo que en ellas se vido, en el tiem-
el territorio del valle de Amo, nasció un po que yo escrebia estas materias ; pues
muchacho con dos cabeças, y fue lleva- que lo vi, y es cosa muy notable ó dig-
do á Florencia á Sane ta Maria de la Es- na de ser sabida en el mundo, porque
cala , y que á cabo de veynte dias mu- una obra de natura, y que raras veces
rió 4. De lo quai yo comprendo que acaesçe, no quede en olvido. En espe-
pues á aqueste sancto varón [é por tal cial que del nuevo monstruo que yo aqui
canoniçado, é puesto en nuestros tiem- escribo, se deben alegrar los que lo vie-
pos en el cathálogo de los sanctos) le ron , y los que aquesto leyeren en que-
paresció que con las otras sus historias dar certificados que subieron dos ánimas
era bien hacer mención de lo que en su al cielo á poblar aquellas sillas que per-
CAPITULO XII.
De algunas fuentes en general, y de una en especial, que está en la mar, al poniente desta isla, cerca de
la isla de la Navaça.
E n esta materia de las fuentes é lagos aquel tractado de sus Ethimologiasy Be di-
é rios hay mucho que deçir, y por mu- versitale aquarum 2 ; é bien pudiera yo
cho que yo escriba no será tanto como lo hacer un libro distinto, é no fuera el mas
que escribió Plinio en el segundo libro de breve de los desta mi Natural y general
su Historia natural4. ó el Isidoro en Historia de las Indias, ni de menos admi-
CAPITULO XIII.
De una fuertle caliente que passa debaxo de un rio dulce é frió en la isla Dominica : la qual el auctor ha
experimentado, é estado dos veces allí, donde vido lo que en este capítulo dice.
CAPITULO XIV.
De otro depóssito ó notable quel auctor pone aqui en este libro Vi, por ser cosa no usada ni vista en
otra parte, sino en una isla pequeña é muy junta á la tierra de Gilolo en la Especiería, hasta que ven-
ga su, tiempo de hablar y escrebir lo de aquellas partes : en la qual isleta no hay almendros algunos, é
se hallan innumerables almendras , sin que las lleven alli ningún hombre humano, ni navio por in-
dustria de las gentes : lo qual es de aquesta manera.
Hay una isleta en la Especiería, cerca aquella armada, como mas largamente
de Gilolo, metida enlamar, yes peque- se dirá en la segunda parte, quando se
ña é de muchas arboledas de las que na- tracte de aquella materia.
tura produce ; mas ningún almendro hay Preguntándoles yo de qué manera pas-
en ella ni otia frucla útil al uso de los saban ó yban aquellas almendras á aque-
hombres, ni alli la llevan por mar algu- lla isleta (pues deçian que en ella no
nos navios. Y sobre no aver, como di- nasçian, ni avia almendros ni otros ár-
go, almendros, se pueden coger almen- boles que tal fructa llevassen), diéronme
dras á hanegas ó costales llenos. Y lo que una respuesta que se dexa creer y enten-
es mas de maravillar es que si hoy las der ; é que en España se vee no en al-
cogen todas, mañana, digo otro siguien- mendras, mas en bellotas lo que quiere
te dia, hallan muchas mas. E son inago- paresçer á esto. Y es que innumerables
tables en el tiempo que tal fructa hay palomas torcaças comen aquellas almen-
en las otras partes, donde nasçen é hay dras quando están quajadas, éencima de
almendros. Esto podría paresçer fábula la cascara tienen aquella otra cubierta
compuesta ó cosa tenida por imposible y verde é digisten con la calor de su bu-
es vista por nuestros españoles; é sélo che aquella primera corteça verde, é no
de los mismos que han estado en aque- pueden gastar la cascara ques dura : é
llas partes, y han comido muchas veces pássanse de noche á dormir á la isleta
de las mismas almendras en la misma is- grandíssimas bandas destas palomas, é
leta. La qual está un grado é algunos mi- tullen ó echan por baxo esas almendras,
nutos de la línia equinoçial á esta parte gastada, como he dicho, la primera cu-
hacia nuestro polo ártico, segund fui in- bierta ó corteça. E cómo son tantas, des-
formado del capitán Andres de Urdane- piden tanta fructa desta que traían en el
ta , natural de Salvatierra, en la provin- papo, que me certificaban este capitán é
cia de Guipuzqua, é de Martin de Islares, el Martin de Islares que á costales se po-
natural de la villa de Laredo. Estos dos dían coger estas almendras cada dia. Y
hidalgos passaron á la Especiería en el preguntando yo si eran propriamente al-
armada quel Emperador, nuestro señor, mendras como las nuestras de España,
envió con su capitán general, el comen- me replicaron que no eran verdaderas
dador Fray Garcia de Loaysa, de la Or- almendras, mas que tenían mas semejan-
den de Sanct Johan de Rodas, el año de ça con ellas que con otra fructa alguna
mili y quinientos é veynte é cinco ; y es- de las de Castilla en el sabor é en la ma-
tuvieron allá algún tiempo é son perso- nera de la cascara é dureça della, salvo
nas de crédito ó que dan muy puntual ra- que son muy mayores. E assi como es
zón de lo que vieron, é del subçesso de passada la noche, luego en esclaresçien-
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XIV. 201
do, se van las palomas de la isleta é van é quando el sol se va á poner, se vuel-
á se pasçer á la tierra grande de Gilolo; ven á dormir á la isleta que es dicho.
CAPITULO XV.
De una ave ó páxaro extremado y mucho cosa de ver, quesle capitán Urdaneta, de quien se hizo men-
ción en el capítulo de suso, le dio al chronisla é auctor destas historias, del qual no le supo el nombre.
i Llámase este páxaro Mamiecu d.atta, lo qual segunda parte, libro XX, capítulo I,
supo después el auctor, como lo hallarás en la
TOMO 1. ?G
202 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
donde son mas gruesas (ques en su nas- muchas hojas menores. Y estas plumicas
çimiento é poco mas adelante), son de la sotiles se van desminuyendo, quando lle-
groseça de un alfiler de los gruesos, é de gan al extremo de aquel lomo principal
alli hasta el cabo é extremos se van adel- ó leonado sobre que eslá armada cada
gaçando que paresçen dos hilos, y son pluma. Hay otras plumas en cada ala é
leonadas escuras que vuelven al negro mas afuera ( donde suelen las otras aves
color. E tentadas entre los dedos, son as~ tener las plumas que se llaman cuchillos),
períssimas, como sierra; é no tienen pelo y estas son de la manera ó hechura de las
ninguno como otras plumas, sino cerca que he dicho ; pero son de una color de
de los nasçimientos é poquito ; é toda la amarillo mixto con blanco, de manera que
otra longitud dellas áspera, é delgadas, junías paresçen y muestran mas el color
como digo : que cada pluma destas dos jalde, y cada una por sí paresçenquassi
paresçe un hilo. El pecho y el lomo es, blancas. En conclusion, yo confieso que
como he dicho, leonado, é de los pies no avrá pintor que lo pinte, por lo que he
no sé dar qüenta porque no los tiene: dicho; pero leydo esto á par del páxaro,
verdad es que tentando con los dedos, se se me figura que he dicho algo ; y assi lo
paresçen ó se sienten dos toeonçitos de he escripto mirándole, y dando gracias
huesos, de donde debían formarse las á Dios questas aves crió. Para mí yo la
piernas é pies. La cabeça es tan grande, tengo por la mas extremada en su plu-
como de un tordo, éla pluma della ama- mage é gentileza de todas las que yo he
rilla que tira á color naranjado; y el visto, y de la que mas me he admirado.
papo es verde dorado de muy extremada Ella es de tal artífice y mano hecha que
é linda color ; y un flueco de pluma muy se puede y debe creer que no se le aca-
espesa é corta que paresçe poco mas alto bó el arte en esta : ni sus obras puede
que un terciopelo y muy negro, de donde pintor ni escultor ni orador expresar tan
nasçe el pico, el qual es tan grande co- al natural, ni perfectamente dar á enten-
mo de una picaça y derecho y avivado. der ingenio humano, como ellas son.
Las alas son lo que no sé discantar ni Concluyo con que á la Cesárea Mages-
aun relatar llanamente; y no son de ma- tad, quando mejor vestido ó armado puede
nera que á mi paresçer sea posible ques- estar para mejor mostrar su excelente
ta ave vuele, porque aunque cada ala dispusiçion en una muy principal y so-
tiene muchas plumas é de dos palmos y lemne fiesta, bastaría tal penacho para
medio ó mas luengas, é cada una dellas en compañía de todo el oro é perlas é
tiene aquel pelo ó pelos que las otras aves piedras preciosas del mundo. Y á la ver-
tienen apretados para retener el ayre, son dad yo me atreviera á servir á Su Ma-
en estas raros é apartado cada pelo de gestad con este páxaro ó plumage , sino
otro, como los dientes de un peyne es- que del mismo capitán que me le dio en-
carpidor y muy delgados y sotiles, y ca- tendí que avie traydo otros, con que sir-
da pluma dellas tiene la canal ó lomo de vió á César, ó están en su cámara. Y por-
cabo á cabo leonado. E los pelos que le que no sé lo que tardaré en llegar con mi
acompañan (que digo que son ralos como historia á la Especiería, quise poner con
escarpidor) son blanquíssimos, é cada pelo los otros depóssitos en este sexto libro lo
ó pelico destos blancos es otra plumica que he dicho deste páxaro ; y aunque se
delgadíssima, de manera que paresçe que quede aquí, no será inconveniente, por-
guardan cada pluma la forma de las ho- que no se impidan las otras cosas de mas
jas de los heléchos, que es una hoja con calidad, quando dellas se tracte.
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. NV. 203
Despues de escripto esto, he visto cier- septiembre de mili é quinientos é quarenta
tos retratos de Suluman Otoman [reoo tur- y tres, vino á esta cibdad de Sancto Do-
corum) con una celada á manera de tiara, mingo de la Isla Española un hidalgo por-
de quatro coronas de oro con muchas e tugués, comendador de Chripstus, é tru-
muy ricas perlas é piedras presçiosas, y xo otro páxaro tal como el que tengo di-
encima por penacho en la cumbre della, un cho, é lo dio á un su amigo, llamado
páxaro destos ó tal, como lo he pintado, Melchior de Torres, que aqui vive. E
puesto por penacho : de que se colige aqueste comendador deçia muchos cuen-
que, pues un príncipe tan grande alli le tos é particularidades notables deste pá-
puso, que la estimación que he dicho de xaro ó aves semejantes, que eran cosas
suso, es válida é mucho mas y mas en que se pudien dexar de creer : en espe-
Turquía. cial que deçia que estas aves salían del
Este páxaro di yo después á un amigo paraíso terrenal, las quales creo quél ni
mió que passó por esta cibdad é fué al vio salir de allá ni quien se lo dixo. Este
Perú. Assi que, se puede decir que des- deçia que avie estado en Calecut é en la
pués de muerto, anduvo é voló ó navegó Especiería, de donde avie traydo este
mas que mientras fué vivo este páxaro, páxaro é le ovo muerto, como avria el
sin comparación. Después , en el mes do capitán Urdanefa los ques dicho.
CAPITULO XVI.
Pe cierta goma ó cola de árboles que hay en la gobernación de Nicaragua en la Tierra-Firme , é de eierlo
ençienso de la provincia de Veneçuela.
Jtaresçerle ha al letor desvariada cosa qual está junto á la laguna grande , que
la manera apartada é tan diferente del los indios llaman Ayaguabo c los chrips-
proceder de unas cosas en otras en los tianos la llaman Mar dulce. Alli hay unos
capítulos deste libro VI, segund sus gé- árboles que echan una goma que paresçe
neros. Ved lo que se acaba de escre- anime blanco ó ençienso, é huele muy
bir en el precedente capítulo de la extre- bien ; é puesta al fuego se derrite, é der-
mada hermosura é plumas de aquel pá- retida es muy singular cola para pegar
xaro de la Especiería, y que he salta- cosas quebradas, assi como platos é es-
do á hablar agora de una cierta goma cudillas; é aun para entalladores es sin-
que aqui se dirá. Mas si al letor se Je gular , é suelda muy bien, é están mas
acuerda de lo que dixe en el prohemio ó seguras las pieças por las partes que se
introduçion deste libro, paresçerle ha ovieron soldado con la dicha goma, que
quel desconcierto es concierto é buena por otra ninguna.
orden, para que ninguna cosa se olvide En la provincia de Veneçuela en la Tier-
de aquellas que se deben escrebir; y por ra-Firme hay ciertos árboles que echan
tanto llamo yo á este libro el depossüario cierta goma de sí é la tienen en muchas
ó archivo de depóssitos. partes sobre la corteça, que paresçe na-
Hay en la gobernación de Nicaragua tural ençienso, é assi huele como en-
una provincia que se llama Salteba, don- çienso, quemándolo. E acostumbran los
de los chripstianos tienen una buena vi- indios en aquella tierra, quando algún
lla ó cibdad que se nombra Granada , la señor ó indio principal se mucre, «JOG
Söi HISTORIA GENERAL Y NATURAL
queman deste ençienso ó goma por per- terrar con su oro é joyas, andando en
fume , é le meten en la sepoltura en esta demanda, han hallado en algunas
una cesta alguna cantidad deste ençienso; sepulturas algunas esportillas destas con
é cómo los chripstianos saben que en aquel ençienso, é aunque ha mucho tiem-
muchas partes de la Tierra-Firme los ca- po que alli se metieron , no está dañado
ciques é indios principales se suelen en- ni corrompido.
CAPITULO XVII.
Del humo que los indios sacan en la provincia de los Chondales en la gobernación de Nicaragua , d hacen
del tea para carbon, é Unta para pintar los esclavos: el qual carbon ó polvos del llaman los indios tile*
Jim esta Isla Española y en algunas par- Este polvo es negríssimo, é llámasse en
tes de la Tierra-Firme hay pinos natura- aquella lengua tile.
les , como los de España; y en la gober- La manera de usar del es cortando con
nación de Nicaragua, entre los indios unas navajudas de pedernal la cara ó
chondales, en aquellas sierras hay pina- braco que quieren herrar sotilmente, co-
res. E una de las grangerías en que se mo entre cuero é carne, é Jo cortado
exerçitan, es sacar de la tea de los pinos polvorizarlo con este humo, assi fresca la
un humo, de que hacen unos polvos, assi cortadura, é por cima embarrarlo con el
como los que sacan los plateros del olio humo, é en breve es sano, é queda la
para debuxar, é envuelven este polvo pintura negra é muy buena, é es perpé-
(ques como un carbon muy molido), en tua la pintura para los dias que vive el
unas hojas de biahos, é hacen un bollo que assi es herrado.
tan luengo como un palmo é mas, é Pusse esto aqui con los otros depósi-
gruesso como la muñeca de un braco : é tos ; pero no entendais, letor, porque se
segund es la cantidad deste polvo ó hu- dixo de suso embarrado, que ha de tener
mo , assi tiene el presçio. E llévanlo al barro ó ponérsele, sino del mismo humo
tiánguez, ques el mercado donde se jun- henchir de aquel polvo todo lo pintado,
tan los indios é indias en sus plaças para por encima, é dexarlo assi estar, sin lle-
mercadear e sus contractaçiones; é alli gar á ello, ni lo lavar hasta que por sí
baratan este polvo por otras cosas ó por mismo se despida : é si lo quisiéredes
almendras, ques su moneda común. Y el limpiar sea lavándolo de suso desde á
efeto para que es aqueste polvo, es para cinco ó seys dias que se pintó, é liviana
herrar indios por esclavos con aquella la mano ; porque de ahy adelante que-
invención que á sus amos les paresçe, y dan fixas las figuras c pintura que es
también para so pintar por gala otros. dicha.
DE INDIAS. ÜB. VI. CAP. XVIII. 205
CAPITULO XVIIL
Por el quai se prueba que las ponçofiosas viandas é cosas que á los hombres son nocivas c mortales , son á
oíros animales en estas partes L; Indias útiles é provechosas é grato mantenimiento.
JtLn el libro VII, capítulo II, se tractará que los indios flecheros se exerçitan en
de la yuca, ó de quán bastante muerte es la cosía de Tierra-Firme, que es irreme-
para los hombres, si comen el fructo de- diable; é uno de los mas potentes ma-
lla , assi como está en el campo , ó si teriales que en ella echan , es el çumo de
gustan el çumo della. E en aquesta nuestra aquellas manganillas de que se tracta en
Isla Española cómenla las vacas y los ra- el libro VIII, capítulo XII dcsta primera
tones, y aun mas de la que querríamos; parte ; ó no obstante eso , como mas lar-
pues nos destruyen las heredades é nin- go lo escribo , en el capítulo VI del li-
gún daño á tales animales hace , por mu- bro XXI, podéis ver, letor, que no ma-
cha que coman della. tan á los cangrejos estas manganillas, é
En el capítulo VI del libro XXI de la matan los cangrejos que las han comido
segunda parte se tracta de la hierva con al hombre que come tales cangrejos.
CAPITULO XIX.
De una novedad notable y contraria en la prospectiva á la mayor parte de lo que nos enseña la vista en
las mas partes del mundo.
lrluy común es á nuestra vista que lo tierra lava el agua de la mar, quando son
que está lexos paresçe menor mucho que aguas vivas ; y despues quel agua se ha
lo que es la cosa. En la provincia de Ve- quitado, queda aquella tierra quel agua
neçuela, en Tierra-Firme, que la Cesá- bañó muy llana e lisa , é desocupada de
rea Magestad tiene encomendada en go- hierva é piedras c otra cosa alguna, é
bernación á los Alemanes Velgares, hay tan escombrada e limpia, como está un
lo que agora diré en contrario de lo que pliego de papel muy bien tendido; é que-
sedixo de suso, en cierta parte de aque- da la arena blanqueando un poco, como
lla provincia, donde desde lexos las co- salitrales ó tierra tocada de sal.
sas paresçen mucho mayores de lo que Cosa es maravillosa lo que diré. Vinien-
son; y es desta manera. En el camino do un hombre por el camino, si acaso
que hay desde la cibdad de (loro, yendo otro viene al opóssilo por el mismo cami-
al cabo de Sanct Roman, que los indios no ó llanura, tanto quanlo la vista puede
llaman á aquella provincia Paraguana, es devisar, en comencándose á paresçer , le
un cabo que sale á la mar veynle y cinco paresçe al que mira quel que viene es tan
leguas ó mas , y en el principio es de an- grande como un inástel de una nao. Ï es
cho una legua pequeña, é váse ensan- verdad que se multiplica la cosa al pares-
chando algo mas, pero en poca canti- çer, ora sea hombre, ó caballo, ó pie-
dad, é tiene de longitud ocho leguas ó dra , ú otra cosa que vean de aquella
nueve. La mayor parte distas leguas ó manera y forma que se multiplica la BS»-
206 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
bra, quando se quiere poner el sol ( por Francisco Nuñez, natural de la cibdad de
el suelo) ques mucho mayor la sombra Plasençia, estantes en esta cibdad; é di-
que señala que la cosa que es). E assi se xeron que era verdad lo que es dicho, é
aumenta é paresçe mayor en aquella lla- que ellos lo avian visto muchas veces ser
nura ques dicho, la cosa en grandeza ; y assi. E después sin essos testigos, lo dicen
esto tanto es á la mañana, como á medio otros muchos que lo han visto é experi-
dia, é en qualquier tiempo é hora del mentado, é entre ellos Lázaro Bejarano,
dia. E quanto mas la cosa se ve de le- vecino desta nuestra cibdad, hombre de
xos, paresçe mucho mas alla, é quanto honra é digno de crédito, que há poco
mas á ella se acerca hombre, tanto me- que estuvo en aquella tierra, dice lo mis-
nor paresçe. Esto se ha mirado y experi- mo. E aunque acaesçe, queriendo burlar
mentado de muchos con toda atención, á alguno que no lo sabe, yendo su ca-
por cosa muy notable. mino adelante, dejar un sombrero en
E passando esta llanura, la tierra se tierra ó hacer poner una piedra no ma-
ensancha en mucha cantidad, é hay mon- yor que un palmo, sin que el novicio en
tes é arboledas é cuestas é valles, é alli la tierra lo vea; é desque están aparta-
la cosa no paresçe sino como en otras dos un tiro ó dos de ballesta, volviendo
partes. En trece de julio de mili é qui- la cabeça atrás, paresçer que es un bulto
nientos é quarenta años, ante el reve- tan grande como un buey ó un caballo ; e
rendíssimo señor, el señor presidente de cómo la tierra es rasa é no aver visto al
la Audiencia é Cnancillería Real que re- passar cosa ninguna, hacen sus apuestas
side en esta cibdad de Sánelo Domingo sobre ello, diciendo: hombre es, ó caba-
de la Isla Española, el licenciado, don llo es, ó piedra es; é volviendo á ver la
Alonso de Fuenmayor, obispo desta cib- cosa, yrse ella en la vista resumiendo é
dad, lo juraron en mi presencia, segund achicando , hasta quedar en su ser é ta-
está dicho, Alonso de la Llana, mer- maño, veynte veces menor ó mas de lo
cader natural de la cibdad de Burgos, é que les avie paresçido desde lexos.
CAPITULO xx.
De la hierva que los indios de Nicaragua llaman yaat, é en la gobernación de Veneçuda se dice hado , y
en el Perú la llaman coca, é en otras parles la nombran por otros nombres diversos , porque son las len-
guas diferentes.
CAPITULO XXI.
De las minas nuevamente halladas en la isla Fernandina, por otro nombre llamada primero Cuba, donde
se ha descubierto cierta vena de metal que es oro, é plata é cobre.
JtLl año passado de mili é quinientos é plata, é quince pessos de oro fino. Y es
quarenta se publicó que en la isla Fer- el venero é minas desto en grandíssima
nandina , alias Cuba, se descubrió cierta cantidad en una montaña: por manera
vena é minas nuevamente halladas por que es cosa de muy grand riqueza, lo
un hidalgo natural de Medellim, en Ex- qual no afirmo ni contradigo hasta quel
tremadura, vecino de la villa de *, tiempo mas manifieste esto. Pero ya es-
en aquella isla, llamado Vasco Porcallo de tamos siete años adelante é la nueva é
la Cerda : la qual vena ó metal dicen que fama de lo que es dicho, tornósse si-
es de tal manera, que en un quintal de lencio é cayó en olvido, como cosa in-
tal materia salen quince libras de cobre cierta, á lo menos en mucho menos que
muy bueno, é doçe onças de muy fina se avia dicho.
CAPITULO XXII.
Que tracta de la gente llamada chaeopafi, á la qual los españoles llaman magueyes , los quales nunca
beben en toda su vida, sino alguna vez ó raríssimamente.
xLn la Tierra-Firme, cerca de la pro- agua acaso ; pero no porque les pene ni
vincia de Araya, hay una gente á la tengan cobdiçia del agua, por estar, como
qual los españoles llaman agoreros, á están, criados é habituados ano la beber
causa de cierta fructa assi llamada; y jamás. Assi que, la costumbre está con-
cerca desta gente hay otra que llaman vertida en natura ó su natural en la cos-
magueyes, á causa de cierta planta que tumbre.
llaman maguey, que es muy útil en aque- Estos indios de los chacopati é
lla tierra, como mas largamente se dirá otros de aquellas comarcas, quando la
en el lib. XI, cap. XI. E aquesta gente luna está eclipsada, júntanse contra ella
magueyes llaman los naturales de aque- é tirante muchas saetas, creyendo que
lla tierra chacopati: aquestos despencan está enojada contra ellos, é que los ha
aquella hierva, é la cabeça ó cepa della de destruir á ellos é todos sus bienes:
cuéçenla é hacen cierto manjar de assaz por lo qual luego dan orden en trocar é
substancia, con que se sustentan, é de las cambiar quanto tienen, é lo baratan
hojas sacan el çumo por sudor de fuego unos con otros, porque son de opinion
á manera de destilarlo ; é aquel licor be- que, mudando las cosas de un dueño á
ben aquellas gentes, porque agua nunca otro, las aseguran é las apartan de aquel
la ven ni la tienen, salvo de la mar, que peligro que tenian ó esperaban de per-
no se sufre bebería. Garesçen de rios, derlas, si aquesto no hiçiessen. E aun van
que no los tienen, ni fuentes, ni lagos, de unos pueblos á otros, á hacer los mismos
ni pocos, ni en toda su vida beben agua, cambios é truecos con sus vecinos é con
excepto quando llueve : que alli acaesçe quien pueden, hasta que no les queda jo-
muy pocas veces en el año, é algunos ya ni otra cosa sin baratarla: el qual
años no llueve poco ni mucho. Mas quan- cambio, assi como en castellano se dice
do alguna vez llueve, é en algunos ho- trocar, é en la lengua desta Isla Españo-
yos de la tierra se hacen charcos, beben la se diçe serra, en lengua destos ma-
alli algunos destos indios, como lo haria gueyes ó chacopati el trocar quiere de-
un perro ó otro animal, topando aquella cir uchibkan.
CAPITULO XXIII.
En el qual se tracta un depóssilo ó nueva manera de culebras poncoñosíssimas, que hay en la isla Mar-
garita, que las llaman de los cascabeles, é otras vivoras ó culebras que les quieren imitar con un casca-
bel, é muy poncoñosas en la provincia de los Alcázares.
ILn tanto que llega el tiempo de hablar depóssito ó acuerdo, para mi memoria, de
en las cosas de la isla Margarita, en el unas culebras de la mas extrema manera
Hb. XIX é cap. XIV, quiero poner aqui un de poncoña que nunca oy ni leí peor
DE INDUS. LIB. VI. GAP. XXIII. 209
animal, y es assi. En la isla Margarita cascabeles. Muy menos cruel fuera su
hay unas culebras poncoñosíssimas que veneno si, en picando, matara inconti-
dentro de tercero dia muere aquel á nente, que quedando penando aquel que
quien muerden, é se le saltan ó rebientan muerde el espacio é tiempo que es dicho
los ojos de la cara al herido. Son pinta- para perder la vida en el término que
das ; pero mirada assi á primera vista ó digo, é perdiendo los ojos é sin remedio
desde lexos toda junta, paresçe que tira de alguna medeçina. Esto es como está
su color á pardo, porque aquellas sus dicho é visto por muchos testigos de
pinturas son escuras é no se ven, sino vista, é aun en esta nuestra cibdad de
desde çerca della. La mayor de aques- Sancto Domingo hay hombres de honra
tas culebras es de cinco ó seys pies de é dignos de crédito que dello dan testi-
luengo, é de ahy para abaxo. Tiene esta monio, y que algún tiempo han seydo
serpiente en la cola ó cinco ó siete ñudos vecinos ó estantes en aquella isla Mar-
redondos é destintos, que paresçen que garita. Otras culebras hay en la provin-
están como ensartados: é quando anda cia de los Alcázares, en la Tierra-Firme,
este animal, suenan como proprios é ver- con un cascavel é una uña en el extre-
daderos cascabeles sordos, el qual soni- mo é fin de la cola, muy ponçoûosas é
do paresçe que la benigna natura (y me- inremediable su herida, como mas lar-
jor diciendo Dios) con su misericordia le gamente podrá el letor verlo en el li-
dio, para aviso de los hombres humanos, bro XXIII, cap. VII, en la segunda par-
porque se guarden della, oyendo aquellos te destas historias.
CAPITULO XXIV.
En que se tracta otro depóssito para mi memoria, que pertenesçe al lib. XIX, de dos animales que hay
en la isla deCubagua, uno de tierra é otro de agua, y es de aquesta manera que aqui se dirá é cada
cosa délias muy notable.
Hay en la isla de Gubagua unas arañas sin se afloxar ni mitigar la pena por cosa
muy chiquitas en su tamaño, pero el do- alguna, es cosa incomportable, sin que
lor que causan á quien muerden, es tan pueda comer, ni beber, ni repossar un
grande que no tiene otra comparación punto el paciente hasta el dia siguiente
igual, sino la que se dirá de otro animal á la propria hora que fué picado. Y
de agua; y si turase la passion que cau- quando ha çessado el dolor, queda tal
san estas arañas, no seria mucho que el el que ha padesçido que en dos ni tres
que está herido ó picado della désespé- dias no puede tornar en sí ni á su pri-
rasse y él mismo se matasse, por afloxar mero estado, puesto que deste mal nin-
su pena muriendo, por no atender tan guno muere. Hay un pescado ó animal
cruda passion. Pero no hay en este pe- en la mar, que no es mayor que un dedo
ligro mayor remedio ni consuelo que la pulgar de la mano y pintadillo de pecas é
esperança y experiencia que ya se tiene rayas blancas é otras amarillas, é lláma-
de llegar al término en que cessa su fati- se talara ; y al que pica en el agua, co-
ga, para ser libre el que assi está trabaxa- mo acaesçe algunas veces picar á algún
do; porque en tanto que el dolor perse- indio, el que está herido hace tantas vas-
vera, las vascas y trabaxo que padesçen, cas é siente tan grandes dolores, é pas-
TOMO I. 27
210 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
sion incomportable, como lo que se ha é dolor del un animal é del otro veyn-
dicho que sienten los picados del araña te é quatro horas naturales puntualmen-
que de suso se dixo, sin çessar hasta otro te, sin que aproveche remedio alguno
dia siguiente que el agua de la mar está en el que está lastimado, hasta que pas-
en el mismo ser menguante ó cresçiente se el tiempo que es dicho ; é aquel com-
que estaba, al tiempo que picó este ani- plido, ningún peligro hay en ninguna
mal. De forma que tura aquella passion destas dos cosas.
CAPITULO XXV.
De los juncos ó palmas que, llevados á España é á otras partes por el mundo, sirven de báculos ó bordones
para los hombres de auctoridad é para los viejos é hombres ancianos, é aunque en muchas partes de las In-
dias los hay é se nasçen de por sí, cuéntase aqui dónde los crian é siembran é cultivan, é para qué efetos.
\
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XXVI. 211
CAPITULO XXVI.
En el quai se tracta un notable que es razou que por cosa memorable se ponga en este libro, para que me-
jor se entienda la abundancia de la carne que hay en esta Isla Española y la que se mata cada dia que es
de carne ordinariamente.
CAPITULO xxvn.
En el qual se tracla de las dos especies ó maneras de esmeraldas que se han hallado en laTierra-Firme, de
las quales se han llevado muchas en cantidad , de diversas estimaciones é presçios, é aun asaz délias de
mucho valor han discurrido por Europa é otras partes del mundo, que deslas nuestras Indias se han trans-
portado, por muchos reynos, en tanta manera que la grande abundancia é número délias ha fecho dismi-
nuir el valor de laies gemmas.
E n aquel tractado De proprielatibus ve- gre , é vale á los adevinos, como se diçe
rum K están escripias muchas y grandes en el Lapidario. Con qualquiera cosa de
propriedades y virtudes de la esmeralda, las ques dicho queste auctor, ó mejor di-
y entre otras diçe que acresçienta las ri- ciendo la experiencia, me haga verdad
quezas é da hermoso hablar é guarda de de la esmeralda, me paresçe que no hay
la gota coral : quando es colgada al cue- dinero que se le iguale. No hay aspecto
llo guarda la vista, é la conforta quando de alguna color mas jocundo, 6 como
es flaca. Restriñe los movimientos dé- miramos de voluntad las hojas verdes é
lectables de los luxuriosos, é restituye la las hiervas, tanto mas de grado venios
memoria perdida, é vale contra las fan- las esmeraldas, porque ninguna cosa ver-
tasmas é las ilusiones del demonio : apa- de es mas verde que ellas, en su compa-
cigua las tempestades é estanca la san- ración : é son entre las gemmas ó piedras
CAPITULO XXVIII.
En que sumariamente se tracta un depóssito, que mas largamente se podrá ver en sus lugares apropri-
dos, é donde la natura en estas Indias ha mostrado é produce algunas fuentes é nascimientos de betum
de diversas maneras.
i ráctase en el libro XVII, cap. VII, de assi que hasta el pressente tiempo del
una fuente ó minero de betum que hay en año de mili é quinientos é quarenta y dos
la isla de Cuba, alias Fernandina, que es sabemos que hay tales betumes ó licores,
cosa muy notable ; pero no nueva en el señaladamente en aquestas partes que
mundo, porque como al letor constará agora diré. En la isla de Cubagua, que
por lo que alli puede leer, otras fuentes también se llama de las Perlas ; en la isla
tales escriben auctores graves é de cré- de Cuba, alias Fernandina, está otra fuen-
dito que hay en otras partes. Pero cómo te ó venero de betum; en la Nueva Es-
este libro VI es de depóssitos, é paresçe paña hay otra en la provincia de Panuco,
que conviene que haya en él una rela- é otras dos fuentes hay en la punta de
ción de la generalidad ó particulares no- Sánela Elena, que la una délias es como
vedades de las cosas que en estas Indias perfecta trementina. Otro lago de betum
se descubren, parésçeme que aquesta de está en la provincia de Venoçuela : otro
los veneros ó manantiales ó fuentes de pozo hay de betum en la gobernación del
betum no se debe preterir ni dexar de re- nuevo reyno de Granada, en la tierra de
ferirse aqui por cosa muy notable. E digo los indios bravos, que llaman Panchos.
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XXVIII. 215
Assi que hasta el pressente se saben en de los indios se ha podido saber, son
estas nuestras Indias siete fuentes ó ma- apropriados tales licores á muchas pas-
nantiales de betum; é muy diferentes los siones, é son medicinales, como se di-
unos de los otros, de los quales todos rá en sus lugares é partes apropriadas,
nuestros españoles, ó de la mayor parte quando en cada parte ó isla, donde es-
dellos, se han aprovechado para brear tan, se tractáre su historia mas puntual-
navios, non obstante que segund lo que mente.
CAPITULO XXIX.
Del temblor de la mar, é del fundamento ó tierra que debaxo della está juntamente, ó en un instante tem-
blor de ambos elementos.
5on las cosas del mundo y de la natura se dirá. Despues quel adelantado don Pe-
tan grandes é de tanto valor é soberana in- dro de Alvarado, viniendo de Castilla,
vestigación para los despiertos ingenios, passó por esta çibdad é llegó á la Tierra-
que ningún buen entendimiento las puede Firme é gobernación de Honduras, envió
oyr ni considerar sin grande goço é deleta- al dicho capitán Johan de Lobera con tres
çion del espíritu inteletual. Y aun no son navios á estas islas. E despues que se hi-
poco provechosas en los cathólicos varo- cieron á la vela en la Tierra-Firme é na-
nes , pues á los tales y aun á los infieles vegaron para venir aqui, dióles tiempo
causan una ocurrencia de memoria que contrario é hízolos andar temporiçando
los lleva al Hacedor y causador de todos muchos dias: é la víspera de Sancta Ca-
los bienes y de todo lo creado y elemen- thelina, veynte é quatro de noviembre de
tado para darle gracias y loores de sus mili é quinientos treynta é nueve años,
maravillas ; porque como dijo David: á causa quel tiempo no abonançaba para
«Señor, no hay otro semejante á tí4.» seguir su viaje, estaban todos tres navios
Cierta cosa es, que manifiestamente yer- apartados uno de otro é puestos al payro,
ra aquel que á la natura le da gracias, por no se derrotar ni perder lo que avian
ni se maravilla de cosa que obre, sino á caminado, é hallábanse quarenta leguas
solo aquel que la ordenó é compusso de ó mas apartados de la gran costa de la
tal manera, que ella pueda naturalmente tierra é de donde avian partido. El norte
obrar aquello que, por acaesçer raras ventaba mucho siete dias avie, sin çessar
veçes, nos paresçe milagro. Una cosa un punto, que en esto estaban aguardan-
diré aqui que, aunque hé setenta años, do la mudança del tiempo; y esperando
nunca antes avia llegado á mi noticia se- otro mejor tembló la mar, é assi creyeron
mejante acaesçimiento, y al presente el que lo hizo la tierra que debaxo de sí te-
capitán Johan de Lobera, que está en nían. Esto fue entre las once é las doce
esta çibdad ó puerto de Sancto Domingo, horas de la noche, y de tal manera, que
me ha dicho, y también lo dice un maes- todos los de los navios pensaron que
tre de una caravela llamado Johanes, na- avian dado en algunos baxos, y ocurrie-
tural del condado de Vizcaya, é ambos ron á las sondas é no hallaron suelo ; y
testifican averse hallado en lo que aqui espantado del caso el capitán Johan de
4 Piin., lib. II, cap. 82. 2 Piin., lib. II, cap. 81.
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XXIX. 21'
historia, veo que no se conforma con afirman. Assi como no supo este caso,
nuestro caso; porque pues Plinio dice es de creer que hay otras muchas parti-
que jamás tiembla la tierra si la mar no cularidades quel no alcancó, é quel mun-
está sosegada y el aire tranquilo, y es- do nunca cessará de enseñar novedades
tos otros contestes dicen que la mar an- á los que vivieren, y mucho mas en es-
daba muy alta y el viento muy excesivo tas Indias que en otras partes ; porque
é grande, é la noche toda con muchos los secretos délias están menos entendi-
truenos é relámpagos é tiempo tempes- dos ni vistos con tanta experiencia por los
tuoso; muy diferente es é desviado lo quel chripstianos é hombres de sçiençia seme-
Plinio dice de lo que nuestros testigos jante.
CAPITULO XXX.
De un depósito é nueva manera de atabales é alambores é hasta agora nunca oydos ni vistos, excepto en
Zisca, capitán herético de los bohemos heréticos.
1 Lib. III.
TOMO I. 28
218 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
parte era la barriga. E curada la cabeça, parte de la línia equinoçial), en solas tres
é piernas, é pies, é brazos, é manos, é casas seysçientos é ochenta atabales se-
lo restante del cuerpo estaba entero co- mejantes al que es dicho. E aquestos ta-
mo preñado é fecho atabal ó atambor co- les instrumentos de música los hacen de
mo es dicho : lo qual hizo por asegurar los enemigos que vencen ó pueden aver;
su tiranía, é por atemorizar á otros á é quanto mas valeroso es el capitán ó
quien amenaçaba que no le seyendo obe- señor de aquellos que en aquellas partes
dientes, los convertiria en semejantes tienen señorío, tanto es mayor el núme-
atambores. ro que tiene de tales atabales, é es un
Estando en esta cibdad de Sanc- gran testimonio de su esfuerço é cruel-
to Domingo de la Isla Española el ca- dad, de lo qual muchos se presçian. Y
pitán Sebastian de Benalcácar, quan- ningún atabal de los que de otros ani-
do yba á su gobernación de Popayan, el males se hacen, les aplace, ni otra músi-
año que passó de mili é quinientos é qua- ca han por tan suave é grata á sus ore-
renta, yo platiqué con él algunas veces, jas, como aquesta. E assi quando hacen
como con hombre que se avia hallado en sus areytos é fiestas, esos atabales se ta-
la conquista de las provincias de Quito ñen, é los tienen por un muy excelente
é Popayan, é de aquellas partes austra- ornamento de su Estado, é por grande
les é señoríos de Atabaliba. E cómo ha auctoridaddesu potencia. Ved, letor, qué
muchos años que nos conosçemos é somos çerimonias les dá á entender el diablo,
amigos, como tales, sociablemente é de que son grandeza é de honrosa reputa-
grado me informó de muchas cosas que ción , porque cada dia crezca la república
yo desseaba certificarme; y entre otras infernal é no falten homecidios, con que
le pregunté por el atabal ó atambor que se vierta sangre humana, é se ofrez-
es dicho, y me dixo que él avia visto el ca al demonio en sacrificio : de lo
mesmo atabal, é que era muy gran ver- qual él se huelga mucho, como mas
dad aver assi passado como es dicho. Y largamente lo dice ei Tostado, exce-
me dixo mas: que lo tal es cosa muy usa- lente doctor, relatando las causas por
da en aquellas partes, é que vido en qué Busiris sacrificaba los extrangeros,
una población principal, llamada Lile, por hacer placer ó servicio á sus Dio-
que es en la gobernación de Popayan ses, é porque le prosperassen en Es-
(la qual está en dos grados y medio desta tado v
CAPITULO XXXI.
De una propriedad délos granados corea de la línia equinoçial, que es cosa muy notable.
i^Juito está cinco ó seis leguas (segund ta parte de la equinoçial, é el rio que
fui certificado del capitán Sebastian de llaman Angasmayo parte los términos de
Benalcácar y de otros), de la otra banda Quito é Popayan. Cosa es maravillosa
ó parte de la línia equinoçial, á ochenta que los ciervos é ganados que están de
leguas de Popayan, de tierra doblada; é la parte de Quito no passan el dicho rio
Popayan está en dos grados y medio des- á estotra parte, aunque por muchos va-
CAPITULO XXXII.
De los vasos hechos de cabeças de hombres ; y tráctase aqui en especial de uno que tuvo el gran prin-
cipe Atabaliba, é de lo que dio por un gato, é de lo que dio á un español por causa de un gavilán.
U n depóssito (y aun tres) porné en este bro llama Silva de varia tecum f no se
capítulo XXXII, en tanto que llega la his- puede negar que el auctor es docto y su
toria á su tercera parte ó volumen, donde obra provechossa, y el estilo no menos
se tractará de las cosas del gran prínci- elegante que subido en quilates de mu-
pe ó rey Atabaliba. Y porque ha pocos cho valor ; y conozco yo de su ingenio y
dias que tengo noticia de un tractado letras que bastan á esa obra é otra
nuevamente escripto por un caballero de mayor.
Sevilla, llamado Pedro Mexía, é á su li- Mas diré dos cosas aqui, antes que diga
CAPITULO XXXIII.
De las mugeres que en las Indias viven en repúblicas é son señoras sobre sí, á imitación de las Ama-
çonas: é pónense aqui dos depóssilos hasla queen la segunda parte de la General historia lleguemos á
los proprios lugares é provincias, donde tales mugeres habitan , é alli se diga mas copiosamente lo que
en esto hay que escrebir.
1 Civesvocatique in unum coeuntes vivat, etutita comeset omatior fiat et tutior. Ethim., lib. lV,c. 4.
224 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XXXIV.
De tres depóssitos é otros tantos animales vistos en la Tierra-Firme , los dos dellos en la provincia de Pa-
ria , y el tercero en muchas partes de la Tierra-Firme.
CAPITULO xxxv.
De una nueva manora de arma ofensiva que usan cierta gente del Rio de Paranaguaçu, que otros llaman
Rio de la Plata, ti llámanse los guaranias.
or impossible cosa tengo poderse sa- atañía á una cuerda de cabuya y tan
ber ni alcançar todas las maneras quel luenga como çinqùenta pasos é mas
arte militar tiene é usan las gentes en sus ó menos, é el otro cabo de la cuerda
guerras, assi para defenderse de los ene- átanlo á la muñeca del braco derecho,
migos , como para ofenderlos : y assi en el qual traen revuelta la cuerda res-
como ignoramos las nasçiones extrañas, tante holgada, excepto quatro ó cinco pal-
assi nos son ocultas sus costumbres en la mos della, que con la piedra rodean é
guerra y en la paz. Aqui se porná un de- traen alrededor, como lo suelen hacer los
póssito, en tanto que llegamos al Rio de la fundibúlanos. Mas assi como el que tira
Plata, é es para mí muy nueva cosa la que con la honda , rodea el braco una ó dos
diré, y assi creo que lo será á otros mu- veces antes que salga la piedra, estotros
chos que mas que yo avrán visto 6 oydo. la mueven alrededor en el ayre con
Tengo averiguado con muchos testigos aquel cabo de Ja cuerda deque está asida
de vista, que ciertos indios que en el Rio diez ó doce vueltas, para que con mas
de la Plata se llaman los guaranias usan furiosidad é fuerça vaya Ja pelota: é
cierta arma, y no todos los indios son quando la suelta , en el instante ex-
hábiles para ella sino los que he nombra- tiende el indio el braco , porque la
do : ni se sabe si este nombre guarania es cuerda salga libremente, descogiéndose
del hombro ó de la misma arma, la qual sin algún estorbo. E tiran tan cierto co-
exercitan en la caça, para matar los ve- mo un diestro ballestero, é dan adonde
nados , y con la misma mataban á los es- quieren á cinqüenta pasos é mas é me-
pañoles, y es desla forma. Toman una nos, hasta donde puede bastar la traylla:
pelota redonda de un guijarro pelado, ta- é en dando el golpe, va con tal arte guia-
maño como el puño, é aquella piedra da la piedra, que assi como ha herido da
\ Plin., lib. IX, cap. 17. 2 Plin. , lib. VIH, cap. (<i.
TOMO I. 29
226 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
muchas vueltas la cuerda al hombre ó aquella tierra fueron con el capitán ge-
caballo que hiere, é trábasse con él de neral, don Pedro de Mendoça, entre los
manera en torno de la persona ó bestia á quales avie muchos sueltos é mañosos,
quien tocó, que con poco que tira el que ninguno se halló que supiesse tirar aque-
tiene la cuerda atada al braco, da en el llas piedras , segund los indios, aunque
suelo con el hombre ó caballo, á quien ha innumerables veces muchos españoles lo
herido ; y assi acaban de matar al que experimentaron : ni lo acertaron á hacer,
derriban, muy á su salvo del caçador ó como mas largamente lo escribiré en el
milite que tal arma usa. Dixéronme por libro XXIII, en el capítulo VI, en que
cierta cosa experimentada é vista, que esto é otras cosas de aquella tierra aus-
entre mas de dos mili hombres que á tral estarán escripias.
CAPITULO XXXVI.
De una ave de rapiña ó monstruo de las aves, que caca en la tierra é pesca en la mar é en los rios.
'e todas las aves que yo he visto ó ley- tamaño de una gavina, é el plumaje
do que son de rapiña, ninguna me ha quassi de aquella manera, como blanco
dado tanta admiración como una que se mezclado de pardo, y el pico como de
porná aqui en este depóssito, y de quien gavina é mas agudo. Mantiénese de ca-
mas largamente estará escripto en el li- car en la tierra y de pescar en el agua.
bro XIV, capítulo VIII. En las islas des- Tiene el pie izquierdo como de ánade ó
te nuestro golpho hay ciertas aves que pato, é con aquel se sienta en el agua
los españoles las llaman acores de agua, quando quiere, é la mano derecha es
y yo llamo á tal ave monstruo entre las como de un gran acor ó de un sacre ; é
aves. Ni he visto ni oydo ni leydo otra su quando los pescados salen cerca de la
semejante ni tan notable entre todas las superficie del agua, déxase caer de alto
de rapiña, y muchas veces se ha visto y donde anda volando, é con aquella mano
es notoria en esta nuestra Isla Española de presa apaña algún pez, é á veces se
y en la de Sanct Johan é otras islas. Yo va con él á lo comer sobre un árbol, é
no la he visto; pero supe lo que agora otras veces se está assentada en el agua
diré de Pedro Lopez de Ángulo é del ca- con el pie que tiene como palo, é come
pitán Johan de Leon é del adelantado su pescado, ó se lo va comiendo en el
Johan Ponce de Leon é otros que la han ayre, volando. En la tierra se ceba de al-
visto cacar en la tierra é pescar en la gunas aves pequeñas, é quando esas ó el
mar, é la han tenido en sus manos : los pescado no puede aver, toma lagartijas,
quales contestes me certificaron ques del con que satisface su hambre.
DE INDUS. LIB. VI. CAP. XXXVII. 227
CAPITULO XXVII.
De una nueva forma que tienen los indios de la gobernación de la Nueva Castilla en adobar é preparar el
pescado é hacerlo cecial sin le echar sal algún-;.
xLste depóssito ó nueva leçion me pa- é á cabo dellos sácanlo curado, é sale
resçe ques una cosa no oyda ni vista an- mejor quel muy buen pescado cecial de
tes ni escripta de otra provincia alguna Galicia ó Irlanda, é tan enxuto ; é se
de la forma que en la costa de Sanct Mi- tiene después assi todo el tiempo que
guel, en la Nueva Castilla, los indios quieren. Esto se hace donde he di-
adoban el pescado é lo hacen cecial, sin cho, en la qual tierra nunca llueve; é á
le echar sal; y es desta manera. Abren donde adoban é curan el pescado, co-
el pescado é cavan en tierra hasta un mo está dicho, es apartado de la cos-
palmo en hondo, é cúbrenlo alli de tier- ta de la mar çinqiienta pasos mas ó
ra, é está assi enterrado cinco ó seis dias, menos. •
CAPITULO XXXVIII.
En el quai se tracta un caso peligroso é experimentador de la grandíssima habilidad que tuvo un veci-
no en la cibdadde Panamá en nadar, y fue' de tal manera que salvó su vida, donde hubiera muy po-
cos en el mundo que dexáran de ser ahogados , si lo mismo les acaesçiera.
CATIPULO XXXIX.
De dos cosas notables de Margarita de Vergara, muger que fué del historiador destas materias: la una
que nunca escupió, é la otra que en una noche se tornó cana, seyendo muy rubia é hermosa muger é
de veynle é seis o veynte é siete años.
oyendo esta Silva de varia legion que tila está por sus méritos, assi por falta
escribió el noble á muy enseñado caba- de los mios, la llevó á la otra vida para
llero Pedro Mexía, honroso varón á su que yo quedasse en esta sin ella, por uní
nasçione patria, de kt muy noble cibdad caso que adelante diré, que ni puedo
de Sevilla, de donde es natural, é de cla- hablar en él sin lágrimas, ni dexar de
ra é generossa sangre, pero despertador sospirar por ello en quanto yo viva.
de trabaxos míos (que aunque algunos La auctoridad que este caballero Pedro
son passados no pueden salir de mi me- Mexia dice en su tractado, téngola yo por
moria en tanto que el ánima estoviere en de Plinio1, y assi como Otavia nunca es-
esta mi flaca é pecadora persona), y es- cupió, asi mi Margarita lo mismo. Y por-
tos se recentaron, quando leí el capítulo que su padre é otras personas me lo di-
XXVIII de su tractado *, é topé alli cómo xeron, yo estuve todavia dudoso é sobre
Antonia, hija de Druso Romano, que en aviso en tanto que Dios me la prestó,
toda la vida nunca escupió. Esto aunque que fueron algo mas de tres años, y nun-
mucho tiempo há é mas de quarenta y ca yo ni otra persona de mi morada la
cinco años que lo leí la primera vez, é vido escupir. Vengamos á mi desventura
muchas después en Plinio, nunca lo tuve y suya, y á la fin que hizo, é á las súbi-
por tan cierto como despues que me tas canas que le vinieron, y esto también
casé con Margarita de Vergara, de la ha acaesçido á otras personas. Y en es-
qual oso decir, porque hoy viven muchos pecial me acuerdo que don Diego Osorio
que la conosçieron, que fué una de las mas fué preso en Sevilla é puesto en la torre
hermosas mugeres que en su tiempo ovo del Oro, é dixéronle ó él creyó que otro
en el reyno de Toledo y en nuestra Ma- di a le avian de cortar la cabeça, por
drid: la qual, demás de su buena dispu- mandado de la Reyna Cathólica, doña
siçion corporal, fué tan acompañada de Isabel ; y aunque era mancebo y sin te-
virtudes, que el menor bien que tenia, ner cana alguna, en una noche se le tor-
fué la hermosura exterior, en que á todas naron los cabellos y barbas tan blancos,
sus vecinas hizo ventaja viviendo. Y có- como un armiño. Esto es muy notorio, é
mo Dios la quisso doctar para la gloria, yo lo vi, porque antes que fuesse preso
en que por su raissericordia confio que le conosoi, y me hallé en la corte paje é
CAPITULO XL.
De un depóssito notable é memoria de las cinco naos mas famosas que en el mundo , desde su principio
hasta nuestro tiempo, se saben , é son de todas las que ha ávido las mas nombradas.
CAPITULO XLI.
En el qual se tracta un caso notable del amor que una india tuvo á su marido , é cómo rogó con muchas
lágrimas al auctor destas historias que perdonasseá su marido (al qual mandó ahorcar), é que ahorcassen á
ella. Y pónense otras comparaciones al propóssito del amor exçessivo que unas personas han mostrado
con otras.
i Diodoro, lib. II. gal: della han quedado algunos pedazos vivos.»
2 En la margen derecha del códice original, y ai Se ignora quien pudo ser el autor de esta peregri-
fin ya de este capítulo, se lee la siguiente nota, cu- na noticia : por el carácter de la letra se advierte, sin
riosa é importante, por referirse á la primera nave embargo, que hubo de escribirse la,preinserla nota
que dio la vuelta al mundo : muy afines del siglo XVI ó a principios ya del XVII
«Esta nao Victoria estuvo varada en tierra en Se- 3 Valerio Max., lib. IV , cap. VI. Del amor de
villa en la güerta de las Atarazanas del rey : y allí los casados.
la vide el año de mili é quinientos é ochenta, que 4 Aug., lib. VIII de las confisiones, cap. 6.
se fabricaban barcas, para la jornada de Portu-
232 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
del Darien, el cacique de Vea é sus in- hijos que tenían muchachos de ocho hasta
dios mataron al capitán Martin de Mur- diez años, é que á par della se pussiese
ga, á quien estaban encomendados é colgada una niña de cinco ó seys años,
le servían, ésobre seguro é buena amis- su hija. E cómo vido que yo respondí que
tad fengida, assi al capitán como á otros no se avia de haçer, é que ella ni sus hi-
chripstianos, los mataron estando co- jos no tenían culpa ni avian fecho por
miendo , aviéndoles mostrado mucho qué muriessen ( y en la verdad, yo qui-
amor é fechóles buen acogimiento. E des- siera que este indio fuera tal, que se
de á pocos dias se rebeló otro cacique de pensara que avria enmienda en él ; pero
la comarca, llamado Guaturo, é se confe- los españoles que alli se hallaron, todos
deró con los malfechores, é tenían acor- decían que con la muerte de aquel se
dado de venir sobre aquella cibdad, éque- aseguraba la tierra), assi como la lengua
marla, é matar á todos los chripstianos ó intérprete le dio á entender lo que yo
que allí vivíamos. decía, éque no quería queestamugerni
Este cacique de Guaturo tenia un capi- sus hijos muriessen como ella decía, ni
tán que se llamaba Gonçalo, y era bap- les fuesse fecho mal, cessaron sus lágri-
tiçado, aunque no de buena voluntad, mas é limpiósse los ojos é dixo : «Capi-
segund paresció por el odio que en su pe- tán, sábete que yo consejé á mi marido
cho tenia con el nombre chripstiano ; pero que hiçiesse rebelar al cacique y que ma-
era muy valiente, é el cacique no hacia tasse á todos los chripstianos, y que yo
mas ni su gente toda de lo queste capi- tengo mas culpa que todos, é mi marido
tán Gonçalo quería é mandaba. Y cómo en todo se consejaba conmigo é no hacia
yo tuve noticia de su rebelión, salí á bus- mas de lo que yo le deçia.» Y cómo su
carlos , como mas largamente se dirá en desseo era morir é no querer vida sin su
la segunda parte, en el libro XXIX, ca- marido, é conoscí que ella se levantaba
pítulo XYI. Y dime tal recabdo, que los aquello por complir su desseo é dar al
prendí con parte de su gente en una sier-, diablo su ánima, no quise venir en aque-
ra muy áspera donde estaban aleados; é llos partidos, é proseguí mi camino dan-
en un monte que llaman el cerro de Bue- do la vuelta para el Darien, donde se
na-vista, fué ahorcado aquel capitán Gon- hiço la misma justicia del cacique, con
çalo , porque era en un paso é cerca de lo qual se aseguró la provincia. Pero es
las lagunas de Vea, donde avian muerto de notar que, despues que aquella mu-
al capitán Martin de Murga é otros espa- ger vido que no pudo conseguir sus pe-
ñoles , que con él padesçieron. Y al tiem- ticiones, tornó á sus lágrimas primeras;
po que se estaba fijando la horca, la mu- é visto que los indios de aquella entrada
ger de aquel capitán Gonçalo, con mu- yo los mandé repartir entre los españo-
chas lágrimas, me estuvo rogando que les que en esto se hallaron, cómo se dio
ahorcasse á ella y perdonasse á su mari- cargo á dos hidalgos que hiciessen el re-
do. Y desque vido que yo negué su pe- partimiento , cupo la india é su hija á un
tición é la justicia se executó en él, co- compañero, é los muchachos sus hijos á
mencó á me rogar é importunar mucho, otros, entonces la madre, dando gritos,
ó dixo que, pues no avia querido hacer vino ámí é me dixo estas palabras : «¿Tú,
lo que me avia pedido, que á lo menos señor, no me dexiste que yo ni mis hijos
le conçediesse que en la misma horca que- no teniamos culpa? Pues si eso es assi,
dasse ella con su marido ahorcada de la ¿por qué me quitas mis hijos é los das á
una parte, é quede la otra pussiesen dos otros, é los apartas de mí?» Entonces
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XLI. 233
yo tuve forma cómo ella é sus hijos é hija dice que los adevinos le pronosticaron
quedassen con un dueño y en un buen ve- de las culebras, pues la vida consistia en
cino de aquella cibdad, porque fuessen bien el soltar y no matar, y la muerte del ó
tractados. Grande amor fue el que mos- de su muger, en la quál quissiese matar,
tró tener esta muger á su marido ; y co- yo las soltara ambas, si los auríspices
mo ella lo dixo muchas veces, el que te- no dixeron que fondadamente avia de
nia á sus hijos no era por averlos parido morir el uno de los dos, y que aque-
ni ser su madre, sino por averlos engen- lla eleçion de quál dellos seria estaba
drado su marido, á quien ella tanto amó. en su determinación. Pasemos á otras
Tornando á Valerio Máximo, y alo que cosas.
CAPITULO XLII.
De un notable depóssito , é comparación de las crescíentes y menguantes del rio de Huyapari con el Nilo.
D'el rio Nilo escribe Isidoro en sus Ethi- tantos mengua; en tal manera , que una
mologias 1, que inunda e riega la tierra nao en que fueron con la cresçiente la
del Egipto é la hace fecunda. Lo mismo dexaron en un estero junto al dicho rio,
dice en su Natural Historia 2Plinio, é que é después la hallaron en seco mas de dos
assi es por su causa fértil el Egipto, 6 leguas y media dentro en tierra, en una
que segund sus crecientes, assi es el año savana ó campo que apenas se paresçia
mas ó menos abundante ó estéril. Un de- la nao entre la hierva; y para llegar
possito quiero aqui poner de otro rio que hasta alli avia ydo por encima de los ár-
hay en estas nuestras Indias muy pode- boles, y desde ella, subiendo el rio arriba,
roso , que es muy semejante en sus cres- cogían la fructa dellos é cortaban ramas
cíentes al Nilo : de lo qual yo he visto é para poder passar. Quando este rio cres-
hablado á muchos testigos de vista que çe, anega los campos de ambas costas,
dicen lo que aqui diré, y aun algunos hasta muy cerca del pueblo llamado Ar-
dellos están en esta nuestra cibdad de vacay. E quando mengua el rio van los
Sancto Domingo de la Isla Española, hom- indios tras el sembrado hasta que está en
bres de crédito. Pero mas largamente se su curso; é desque va cresçiendo, van
tractará esto en el libro XXIV de la se- ellos comiendo desde lo postrero que
gunda parte destas historias, en el capí- sembraron, hasta venir á lo que está á
tulo III, donde se hace mención del gran par ó mas cercano de sus casas. E assi
rio llamado Huyapari, é de lo que por él usan de las simientes en su agricoltura,
navegaron nuestros españoles con el ca- como ven que les conviene é deben ser
pitán Diego de Ordaz : el quai cresçc é tardías é tempranas en sus géneros , se-
mengua veynte estados ó bracas, é coj gund el tiempo que tienen é les queda pa-
miença á cresçer en el mes de mayo é lo ra goçar délias. Y por imitar mas este rio
continúa hasta el mes de octubre, é de al Nilo, se crian é hay en él muchos la-
ahí adelante abaxa menguando por la gartos ó cocatriçes de veynte pies ó mas
misma orden hasta el mes de mayo. Assi de luengo; é llamólos cocatriçes, porque
que, cresçe seys meses é lunas é otros mandan é mueven tan fácilmente la man-
CAPITULO XLIII.
En el qual se Irada de la diversidad de las lenguas destas Indias, islas é Tierra-Firme del mar Océano.
U,I n caballero llamado Pedro Mexía, na- Sanct Augustin diçe que la lengua pri-
tural de la cibdad de Sevilla, de noble mera antes del diluvio fue hebrea, é que
progenie y varon docto, que al presente aquesta quedó en el número de las otras
vive, en un su tractado intitulado Silva, en la division ques dicha, é permanesció
de varía legion, pone un capítulo, y es en los progenitores de Heber, del qual
el XXV de la primera parte, y dice cómo se llamaron hebreos3.
al principio del mundo todos los hom- Dexemos todo esto : que para el de-
bres hablaban una lengua, y quál lengua póssito que este capítulo es á mi propós-
fue esta, é por qué vino la confusion de sito, solamente es este número de septen-
las lenguas, é qué tal é dónde fue la tor- ta é dos lenguas, de las quales, segund
re de Babilonia ; é que si dos niños se la verdad lo permite, ovieron origen to-
criassen, sin les hablar nada, quál lengua das las que al presente hay en el mundo,
se cree que hablarían. Y de todo lo ques que me paresçe á mí que son inconta-
dicho da suficientes y verdaderas raço- bles, assi por la disten çion en que el Isi-
nes y aprobadas auctoridades con la Sa- doro las va discantando é particularizan-
grada Escriptura é otros auctores graves do en sus Ethimologias, en el libro IX de
y auténticos en lo que diçe. Bien he vis- suso alegado, assi como la hebrea é lati-
to yo lo que en esta materia se tracta en na é griega, ática, dórica, jónica, eolia,
el Génesis * quél alega, y assi mismo lo prisca, siria, caldea, puesto que estas
quel Isidoro en sus Ethimologias nos dos últimas consuenan con la hebrea, por-
acuerda, donde diçe: «Linguarum diver- que le son vecinas. Diçe mas este doc-
sitas exorla est in œdificatione turris, post tor *: que destas septenta é dos lenguas se
diluvium 2.» Y afirma este doctor sancto, hinchieron, cresçiendo, todas las provin-
que fue una sola lengua la que todos los cias é las tierras, assi de hebreos como
hombres hablaron antes de la fundación de caldeos é batrianos é scithas é ethio-
de quella torre de Babilonia ; y muchos pios é egipcios é áfricos é fenices é sido-
auctores tienen quel número de las len- nios, etc.4: que me paresçe que es mucho
guas fue septenta é dos, con que se divi- mas número quel de las septenta y dos
dieron los hombres en aquel edificio é lenguas. Pero puesto que para excluir ó
torre que labraban, é desde allí se ex- desechar mi opinion (quanto á ser el nú-
tendieron, por el número ques dicho, en mero que al presente hay en el mundo muy
otras tantas quadrillas ó capitanías, como mayor é incontable), quieran decir que
fueron las dichas septenta y dos lenguas.
todas essas lenguas que exceden ó son mas
CAPITULO XL1V.
t)e ciertos capitanes memorables en el mundo por el mucho valor de sus personas, y todos ellos tuertos.
I^omo en otras partes deste libro VI ó dar crédito á aquel tractado intitulado Su-
de los depóssisos he dicho y fecho men- plementum chronicarumi, el qual dice que
ción de un tractado nuevamente copila- Ligurgo, príncipe de Laçedemonia, pro-
do y escripto por el muy enseñado y doc- hibía en sus leyes que no se tuviese mu-
to caballero , Pedro Mexía, natural de la cha solicitud en allegar riquezas; y por
poderosa é insigne cibdad de Sevilla, el esto dicen algunos que todos los ricos se
título del qual es Silva de varia legion-, yo levantaban contra él, y rescibió dello
hallo quel mismo nombre podemos dar á muchas injurias, de manera que le saca-
este, en que yo tracto destos depóssitos é ron un ojo. Assi que, si Ligurgo fué tuer-
historia de Indias. Y porque entre las co- to, no sé cómo le olvidaron, pues que fue
sas que aquel caballero memora de cosas uno de los señalados varones del mundo. »
notables, que de una misma manera A este propóssito de tuertos , digo yo que
acaesçieron, mas en unos lugares que en pudieran muy bien memorar con los gran-
otros y á unas tierras y hombres, como des capitanes tuertos que ha dicho este
mas largamente lo expresa, toca ciertos auctor, á otro nuestro español, igual á
capitanes é dice assi: «Fueron excelentes ellos en la desdicha, que perdió el un ojo
capitanes Aníbal Cartaginés, y el rey en una batalla, de que quedó vencedor,
Phelipe, padre de Alexandro, y el rey el qual es el adelantado, don Diego de
Antígono, padre de Demetrio, é Sertorio Almagro.
romano, é Viriato español, y en nues- Pero á los seys famossos tuertos que es
tros tiempos Federico, duque de Urbino, dicho, este seteno hizo mucha ventaja
é aun algunos dellos se paresçieron en en dos cosas, en especial : la una, que
las condiciones y maneras en la guerra, passó mayores y mas exçessivos traba-
y en una cosa quisieron ser todos igua- xos que ninguno de los que dicho en sus
les : que todos fueron tuertos é perdieron empressas, y las comportó é se ovo en
el uno de los ojos por desastre. Y tam- ellas, como valerosso capitán, aunque
bién los pudiera hacer siete, si se ha de fueron de mayores peligros é nesçessida-
i Lib. IV.
DE INDUS. LIB. VI. CAP. XLIV. 237
des en estas Indias que las que Catón vo que dar. Y digo despues que tuvo,
en África experimentó; y la otra, en que porque yo le vi pobre compañero é sin
precedió y hizo ventaja á los que es di- oro ni plata, é despues sus cosas subçe-
cho y á otros, fué en que su liberalidad dieron de manera que él é su compañero
é franqueza fué tan grande que jamás el adelantado, don Francisco Piçarro, lle-
consintió que se le passasse dia, sin hacer garon á tanto que en el mundo no se sa-
mercedes (despues que tuvo possibilidad bia , ni pienso que avia otros dos varo-
para hacerlas ), ni que hombre alguno del nes (que reyes no fuessen), tan ricos, ni
mundo se parliesse del descontento, si que tanto oro é plata pudiessen dar á
menester avia su socorro : é aun sin se quien les pluguiesse : y de estar en sus
lo pedir, era tan continuo en el dar, que personas tan diferentes y desproporcio-
contaba por perdido el tiempo en que no nadas voluntades y condiciones tanto
se le ofresçia ocassion para repartir lo quanto fueron amigos y conformes, se-
que tenia con sus milites é amigos pres- yendo pobres, tanto y mas fueron ene-
sentes é aussentes, é con todos aquellos migos en su prosperidad, y el uno tan
que él podia ayudar. E dexados los re- escaso como el otro liberal. Assi ¡median-
yes aparte, que pueden é suelen dar Es- te sus diferencias y malas lenguas de ter-
tados é provincias é vassallos á quien ceros que entre ellos se mezclaron, el
los sirve é les plasçe, con los quales yo uno y el otro hicieron malos fines, como
no le pienso comparar en algunas parti- la historia mas largamente lo contará en
culares é grandes mercedes, assi co- la tercera parte destas materias, donde
mo las que hizo el rey don Johan, II quadrarán mas al propóssito los subçes-
de tal nombre en Castilla, á don Alvaro sos de cada uno dellos. Lo que aqui se
de Luna (que le hizo condestable de ha dicho, solamente lo truxo ámi memo-
Castilla é maestre de Sancliago, é le dio ria el número de los tuertos que el auc-
muchas villas é castillos para cl é sus tor susodicho hizo de seys varones no-
herederos); é el rey don Enrique IV, tables, y porque este adelantado sin
su hijo, que hizo á don Johan Pacheco dubda alguna es muy digno de poner-
marqués de Villena é maestre de Sanc- le en el número de tan señalados ca-
tiago, é á don Beltran de la Cueva du- pitanes é príncipes tuertos por el se-
que de Alburquerque é conde de Le- teno ú octavo. Y dado que la infelici-
desma, y assi podría decir de otros dad de su muerte fué causada por sus
príncipes que hicieron señores á otros; enemigos, é mas por envidia que por
pero torno á decir que en una cosa este culpa ni méritos de su persona, mu-
adelantado me paresçe que á los modernos rió como cathólico con pregón de justi-
é antiguos hizo ventaja en lo que dio de cia muy injusta , y sin ser juez para con-
contado á muchos en oro, é plata é joyas, denarle quien le dio la muerte que des-
é mas ordinariamente, esso que la vida le pués han otros escotado, y aun se espe-
turó, despues que, como he dicho, él tu- ra que alcanzará á mas personas.
238 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XLV.
De ciertos notables que el historiador pone aquí en depóssito, hasta que en los libros é partes que con-
venga se escriban mas largamente, que son semejantes á lo que muchos auctores han tocado, y uno
en especial de las guaranias, que es arma nunca vista ni usada en otras parles, sino donde el auctor la
pone en estas Indias : ninguno ha escripto de tal arma.
J-T-Iuy á mi gusto ha seydo un tractado assi mismo Plinio, "que halló ícaro pa-
que se dice Silva de varia legion, que po- ra navegar, é el árbol y entenas Dé-
co tiempo há salió impreso por la vigilia dalo.
é diligencia del docto é noble caballero Yo veo que en estas nuestras Indias,
Pedro Mexía, el qual dice en la segunda que no es menos antigua tierra en su
parte, cap. XXIV, que un Dionisio, hijo creación, ni mas moderna gente que
de Júpiter y de Proserpina, fué el prime- esos inventores que se han nombrado de
ro que domó toros, según Diodoro Sícu- suso en muchas, partes acá son comun-
lo4, é que según Plinio, en su Natural His- mente frecheros los indios, y no se pue-
toria 2, fué Briges, natural de Athenas, é de probar ni se debe creer que lo apren-
otros tienen que Triptolemo. Y á este dieron de Scythe ni de Perseo. É assi
propóssito dice Pedro Mexía que no de- mismo tiran muchas varas con amientos,
bió ser uno, sino que el ingenio y nes- y aun algunos señores los traen de oro é
çessidad humana en diversas partes lo otros de plata, y no lo aprendieron de
halló é imaginó: de manera que unos Etholo. Y assi mismo los indios en algu-
fueron inventores en unas partes y otros nas partes usan en sus navios ó canoas
en otras, y assi dice Trogo Pompeo 3 que é piraguas traer árboles é entenas é ve-
Abides, rey que fué de España, comen- las , sin que los haya enseñado ícaro ni
cé á domar toros é á arar con ellos. To- su padre Dédalo. Yegeçio 5 diçe, que los
do esto diçe este caballero alegando los de Mallorcas fueron inventores de las
auctores que es dicho. Parésçeme tan hondas, y assi mismo lo diçe Isidoro en
bien su opinion, en decir queen diversas sus Ethimologias 6, que los de las Islas Ba-
partes fueron diversos los auctores ó in- leares fueron inventores de la honda,
ventores, que no solamente lo creo en que son los mismos mallorquines. Yo
lo que diçe, mas assi lo tengo creído en veo que en muchas partes destas nues-
otras cosas ; y á este mismo propóssito tras Indias, es común arma la honda, y
quiero yo decir aqui lo mismo en lo que no se podría probar, ni tampoco es de
escriben de los inventores de las fre- creer que tal exerçiçio le supieron acá
chas y de las hondas. Y no quiero creer de los de Mallorca. Mas tengo por cier-
á Plinio 4 que diçe que Scythe, hijo de to que de aquella arma llamada guara-
Júpiter, halló el arco y las saetas, y otros nia, que los indios usan en las comar-
las atribuyen á Perseo, hijo de Perseo, cas y costas del rio de Paranaguaçu,
y que el dardo con amiento le inventó (alias rio de la Plata), nunca los chrips-
Etholo, hijo de Marte. Las velas, diçe tianos la supieron ni leyeron, ni los mo-
1 Diod., lib. IV é V. 4 Plin., lib. VII, cap. 44.
2 Plin., lib. VII, cap. 56. 5 Veg., lib. I, cap. 16.
3 Just., lib. XLIV. 6 Lib. XVIII, cap. 10.
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XLV. 239
ros la alcançaron, ni los antiguos ovie- hábiles para la exercer. Y pues ya se di-
ron délia noticia, ni se ha oydo ni visto xo su forma, y qué cosa son estas gua-
otra en todas las armas ofensivas tan ranias en el capítulo XXXV, no quiero
dificultosa de exerçitar; porque aun don- tornarlo aquí á repetir, por no cansar al
de los hombres la usan, Jos menos son letor con una misma leçion.
CAPITULO XLVI.
De un notable mucho de notar de la mudança de los tiempos en esta cibdad de Sancto Domingo c Isla Es-
pañola , y aun en las otras partes destas Indias que se han poblado de los chripslianos.
JtLstas tierras que los chripstianos en emboscada, y con tanto curso de años
estas Indias han hollado, habitándolas poseida de gente salvaje, siempre se au-
(como es notorio á todos los que ha al- mentaban los boscajes, y sus caminos
gún tiempo que por ellas andamos), eran como sendas de conejos, ó muy ra-
puesto que desde el año de mili é qua- ros avia que caminos fuessen. Sus edifi-
troçientos noventa y dos hasta este de cios de pocas maderas, para agotar tales
mili é quinientosquarenta y ocho, no son espesuras : ningunos ganados tenían por
mas de cinqüenta é seys años ( y yo vi á grangeria, y si algunos avie en la Tierra-
Colom, primero almirante y descubridor Firme era solamente en el Perú de aque-
destas partes, y á los mas de los prime- llas ovejas grandes, de que hace mención
ros pobladores, digo de los principales el libro XII, cap. XXX.
hombres que acá passaron estonces, y Mas despues que la palabra evangé-
aun de los que han venido después con lica (desde el tiempo que digo) acá fué
cargóse oficios mas señalados); muy tro- repredicada, han seydo tantas é tales
cadas las veo en aquellas provincias por las grangerias y edificios y la moltitud
donde yo he andado, y cada dia lo están de los ganados, que se ha abierto y
mas, en quanto á los temporales del frió desabahado é tractado de tal manera la
y de la calor, y cada dia, quanto mas tierra, y en especial esta isla, que co-
van é mas corre el tiempo, tanto mas mo solían hallar las maderas para fabri-
templada ó menos calor hallamos ; y en car los templos é casas á par desta cib-
esta opinion todos comunmente los es- dad , es menester agora traerlas de do-
pañoles, que algún tiempo por acá vi- ce y mas leguas y con mucha costa.
ven son conformes, é lo dicen. Pero dcxemos esta manera de madera; si
Yo he platicado con algunos hombres no que de la común para el fuego ha sey-
doctos y naturales sobrestá materia, y en do tanta la que han gastado y gastan los
lo que concluyen es que assi se va do- muchos ingenios de acucar, que nose
mando y aplacando la region y riguridad puede creer sin lo ver ; y como la solían
della con el señorio de los españoles, co- tener á la puerta, agora la van á buscar
mo los indios y naturales hombres y ani- lexos, é cada dia la han de buscar y ha-
malias, y todo lo demás desta tierra ; y llar mas apartada de los ingenios é casas
es muy natural y raçonable cosa y evi- del acucar. Los ganados, en especial el
dente que assi sea, porque como esta vacuno, son poderosos animales, é sus
tierra es humidíssima, y no era assi ho- alientos é grandes rebaños rompen el ay-
llada ni abierta, sino muy arborada y re é le aclaran é abren mucho los vapo-
240 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
res, y hay , como he dicho en otra parte, que aunque no es para todas las gentes ó
hombres en esta cibdad de á veynte é gustos de los que no leen, ó no son dados
veynte é cinco mili cabeças de aqueste á la contemplación de las cosas natura-
ganado, y de aqui para abaxo de quince les, me paresçe á mí ques un passo para
é doçe é diez mili ; y assi abaxando, de mirar é atender en él con espíritu sotil,
tal forma quel que tiene mili é dos mili ca- y aun de los avisados ó expertos en el
beças, quassi no le cuentan ni han por del estudio de los movimientos celestes ; pues
número de los que se llaman ricos de ga- que yo y otros que somos faltos dessas le-
nado. Y demás de lo doméstico, es in- tras y curso de estrólogos, lo vemos aqui
contable el ganado que se ha hecho sal- continuar y aumentarse de dia en dia mas
vaje , assi de vacuno como de puercos y y mas: y es que de los tiempos atrás
caballos (de que hay assi mismo mucha después questas partes chripstianos las
cantidad doméstico) que todos estos dis- conosçen (ques breve dilación) hasta el
curren por unas partes y otras. Allende presente, hay mucha diferencia, y tanta,
de lo qual las otras haciendas y hereda- que quassi ya aqui en esta cibdad de
mientos del campo de los vecinos de la Sancto Domingo de la Isla Española no
cibdad é de todas las villas é poblaciones traemos menos ropa acuestas que en Es-
desta isla, donde hay todo lo ques dicho, paña traeríamos ó allá se trae ; y en los
hallan estos que en esta materia platican meses de octubre y de noviembre, que
que es mucha causa de adelgazarse los hay aguas y corre el viento norte, no
ayres é purificarse, y de domarse la tier- sabría mal el çamarro algunos dias á
ra, como antes dixe. Dice Pliniof hablan- quien lo toviesse, ni otro enforro de los
do en el obelisco de Campo Marçio, por que en el invierno en Castilla se usan;
donde los romanos eonosçian en la som- puesto que aqui vivimos diez é ocho gra-
bra las horas del dia, estas palabras: dos desta parte de la línia equinoçial, é
«Mallio, matemático, acrescentó encima no menos. Y no solamente en esta cib-
una pelota dorada, en la qual summi- dad , pero en la Tierra-Firme en Nicara-
dad la sombra se recogiesse en sí mes- gua, questá en trece grados, y en la cib-
ma, segund los varios é diversos incre- dad de Panamá, questá en ocho y medio,
mentos , los quales echa la mas alta par- es grandíssima la diferencia de cómo es-
te : lo qual como dicen entendieron de taba aquella tierra quando se comencé á
la similitud de la cabeça del hombre. poblar de españoles á cómo está agora:
Aquesta observación del dia, de treynta y lo mismo digo de la cibdad del Darien,
años acá, no muestra la verdad ; ó por- de como la hallaron el adelantado Vasco
quel curso del sol no sea aquel mismo, Nuñez de Valboa y el bachiller Ençiso y
mas que se haya mudado por alguna ra- los que alli se avecindaron primero, á có-
zón del cielo, ó porque la tierra umver- mo estuvo después, quando se despobló
salmente se haya alguna cantidad movi- el año de mili é quinientos é veynticuatro,
do de su centro , como yo oygo, que aun y avíasse començado á poblar el año de
en oirás regiones se comprehende. » Todo mili é quinientos y nueve. Assi que en
lo dicho es do Plinio. Al propóssito desta quince años que fué tractada estaba tan
mudança, aplicando lo ques dicho con los mudada y trocada, que era muy grande
temporales de aquestas nuestras Indias, la diferencia y aun la salud de los veci-
quiero decir en este capítulo un notable, nos mucho mas asegurada, como la ex-
CAPITULO XLVIÍ.
lio me paresçe ques de poner en olvido sus hijos, assi como las golondrinas y los
un notable depóssito que aqui se poma, tordos y vencejos é otros. É otras aves hay
hasta que mas largamente en un capítulo que multiplican mas é sacan de una ni-
especial se diga en el libro dirigido á las dada muchos, assi como las perdices y
aves. Ni para los que no lo han visto se- aun nuestras gallinas caseras , ánsares é
rá de poca admiración oyr que hay aves ánades. Pero poner solo un huevo é no
que no ponen mas de un huevo : de las mas, é aquel sacarle no lo he oydo sino
quales nuestros españoles vieron é co- de las que he dicho de la isla de Sancto
mieron muchas en la isla de Sancto Tho- Thomé y de otras que hay en esta nuestra
mé, como mas largamente adelante, en Isla Española que los indios Jas llaman
el libro XX de la segunda parte destas papayçios. Estas que llaman papayçio, son
historias, en el cap. III, se escribirá, aves noturnas, y las que primero se di-
quando se tracte del viaje de la Especie- xo de la isla de Sancto Matheo, no son no-
ría. Y sin dubda es gran novedad, por- turnas ; pero las unas é las otras son aves
que por la mayor parte y mas común y de agua é que se mantienen de pescar,
mas generalmente las aves ponen dos y son de patas semejantes á las ánades 6
huevos ó muchos, digo de aquellas que ansarones, pero como es dicho deseme-
no son domésticas, sino que en cierto jantes en sus crias; porque los ánsares é
tiempo se anidan para aumentar su ralea ánades ponen muchos huevos uno á uno,
ó generación, assi como las palomas é é despues que han acabado de poner, sa-
otras aves que andan pareadas, é como can sus pollos, como las gallinas é los pa-
los papagayos; porque aunque estos é las vos é otras muchas aves que guardan tal
palomas andan en bandas é muchas en costumbre ó manera en su aumentación;
compañía, alli, aunque sean muchas ó mas poniendo un solo huevo, no Jo he
pocas, siempre andan de dosen dos ma- oydo jamás sino de aquellas aves de Ja
cho é hembra. Otras aves hay que ponen isla de Sanct Matheo y destas que he di-
mas y mas huevos uno á uno y en diver- cho que hay en esta nuestra Isla Espa-
sos días, y llegados á cierto número crian ñola.
TOMO l. :\\
242 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XLVIII.
En que se tracta del remedio que nuevamente é de poco tiempo acá es hallado para curarse las heridas de
las flechas con hierva, con que tiran los indios, que hasta saberse este secreto era incurable, é por la ma-
yor parte todos ó los mas morían, como por estas historias está probado. E dícese la manera, por donde la
clemencia divina permitió queste remedio se supiesse.
JLíOS que han leydo, no teman por cosa toforo Landino en el comento que hiço
nueva en los sueños averse notificado é sobre la comedia del Dante ; y dice quel
revelado muchas cosas que después el pastor se entiende por la phiíosóphica é
tiempo, saliendo verdaderas, les dio auc- theológica doctrina, é las plumas del
toridad. Esto de muchos tiempos está es- pavón por el ornado poema del Dante, é
cripto, assi como del sueño de Hécuba, que la fuente é el lauro por la encumbrada é
soñó que paria un fuego que quemaba á alta poesía. Y desto no se debe maravi-
Troya, é estaba preñada de su hijo Pa- llar ninguno, porque muchas veçes é en
ris1: é assi fue él suficiente tiçon para la varias regiones é siglos han acaesçido
ruina de Troya, pues por aver robado á prodigios que han pronunciado la exce-
Helena, muger del rey Menalao, se mo- lencia de alguno que esté por nasçer. De
vieron Jos príncipes de Grecia para su Marón se lee que su madre, una noche
destruiçion. Assi mismo del sueño del antes que le pariesse, soñó que paria un
rey Astrage se escribe 2 que soñó que del ramo de laurel, é que en breve tiempo
cuerpo de su hija é heredera nasçie una cresçia lleno de floresé fructa3. También
parra ó sarmiento, cuyos pámpanos ha- se lee en la historia del glorioso Sanc-
cían sombra á todalaAssia. Y susadevi- to Domingo, cómo su madre soñó estan-
nos, interpretando este sueño, le dixeron do preñada del que paria un perro, man-
que significaba que su hija pariría un hijo chado blanco é negro, con una hacha ar-
que le avia de quitar el reyno, y assi se diendo en la boca ; y la pronosticación
cumplió ; porque Ciro, su nieto , le quitó que con obra resultó de su sueño, fué la
el reyno, como mas largo lo escribe Jus- predicación deste sancto doctor, lumbre
tino en la Abreviación de Trogo Pompeyo. é resplandor de la fé cathólica, é funda-
Quandoovo de nasçer el Dante, famoso dor de la sagrada Orden de los Predica-
poeta, su madre soñó que estaba en un dores de la verdad evangélica contra la
verde é florido prado á par de una fuen- heregía é apostasía. É el perro se en-
te cristalina, é que debaxo de un laurel tiende por la fidelidad queste animal tie-
paria un hijo, el qual, con los granos é ne en excelencia sobre todos los otros
fructa de tal árbol é con el agua de aque- animales irracionales con su señor, y la
lla fuente, un tiempo se criaba, é en bre- color del blanca y negra, denota el há-
ve cresçia é era pastor ; é queriendo to- bito desta religion: lo blanco signifi-
mar de las ramas del laurel, caia é súbi- ca la limpieça é castidad, é lo negro
to se levantaba, no hombre, mas con- la firmeça é constancia de la cathóli-
vertido en pavón. Este sueño interpreta ca perseverancia que en la chripstiana
Johan Bocaçio, y mas largamente Cris- república este bienaventurado tuvo, é
CAPITULO XLIX.
En que se tractan diversas é peregrinas historias é materias que lian ocurrido en partes muy apartada»,
é han tenido con otras en muy desviadas provincias mucha conformidad ('• somcjnnf-a ; y de $et las unas
antiquissimas están olvidadas á tos que no leen, y las que agora se ven talos, paracet) nuevas, sin lo ser
en el mundo. Tócanse lindas é sabrosas Ieçiones en este capítulo, c tales que darán mucho contentamien-
to á los letores.
Um este depóssito se dirán algunas co- nando (que ganó á Anlequera), con el
sas que parescerán nuevas, y yo las cuen- niño rey don Johan (el II de tal nom-
to por viejas y olvidadas. Quadran en bre en Castilla], su sobrino: que quaudo
parte á nuestras materias de fadías; y mmie el Rey don Enrique III, hermano
aunque en la verdad algunas tornan se- del dicho infante, en Toledo, quedó SU
mejanza ó imitación de otras que fuera Lijo, el príncipe dim Johan, de edad de
de España y de nuestras Indias han acacs- veynle D >i quisiera el infante su
çido, no es de maravillar, por la anti- lio pudiérase hacer rey de Castilla; y
güedad del tiempo que passó desde que ninguna contradiçion toviera, Begund es-
las primeras passaron hasta que se en- taba bienquisto é muy amado, por el va-
tendieron las segundas. .\s-i como lo que lor é gran ser de su persona. Y no pudo
se cuenta de la lealtad é cathólico co- la cobdiçia tanto obrar en él como su
medimiento que uso el infante don Fer- lealtad; y salió por Toledo, muerto el
i Numeri
246 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
rey, con el pendón real, diciendo á vo- cunstantes fueron muy alegres, loando la
ces: «Castilla, Castilla por el rey don grandeza é justicia del ánimo de Ligurgo.
Johan, mi señor *.» El qual niño estaba Caso que como temeroso de Dios é cathó-
en Segovia con la reyna doña Cathalina, lico príncipe el infante don Fernando to-
su madre, como mas largamente las chró- viesse mas razón de usar tan virtuoso é
nicas del rey don Enrique é don Johan lo memorable acto é de tan inmortal acuer-
cuentan. El caso fué peregrino y á prín- do , no dexaré de creer quél oviese ley-
cipe chripstiano conviniente; pero muy do lo que aquel gentil hiço para imitarle.
semejante á la lealtad que usó Ligurgo, Pero esa leçion no bastara, si no estovie-
príncipe de los laçedemonios, que muer- ra en sus entrañas perfiçionada su leal-
to su hermano, el rey Polidete, los lace- tad , por falta de la qual muchos se ha-
demonios tovieron creydo quel se hiciera llaran en aquel tiempo {y no menos en
rey; mas cómo la reyna quedó preñada, este), que pusieran la vergüenza y el áni-
non obstante que le consejaron que se hi- ma á todo riesgo, como lo han fecho
çiesse señor, é que fué por la reyna, su otros antiguos y modernos, por verse se-
cuñada, requerido que la tomase por mu- ñores de menores Estados, quanto mas
ger, é que ella haría de manera que la pudiéndose hacer rey de Castilla, donde
preñez no saliesse á luz, nunca su buen tantos rey nos é señoríos se incluyen.
propóssito se mudó. Antes cómo Ligurgo Passemos al esfuerço de los maçedo-
oyó Jo que la reyna deçia, como pru- nios, de los quales se escribe 2 un caso
dente disimuló y le dixo quél holgaría de muy notable ; y es que yendo contra ellos
casarse con ella; pero que no quería que los líricos é los de Traçia, los pussieron
pusiesse su vida en aventura, exortán- en tan extrema nesçessidad que eran cons-
dola á que tuviesse paciencia hasta que treñidos de huyr, siendo muerto su rey:
pariesse, é que él ternia manera para que y en el mayor peligro cresció su ánimo
Jo que nasçiesse fuesse muerto en secre- é tomaron el hijo de aquel rey que esta-
to, é sin peligro della se podria hacer su ba en la cama, é pussiéronlo contra los
voluntad. Con esta esperança templó la enemigos, é pelearon con tanto esfuer-
exçelerada locura é infame é cruda peti- ço, que aunque les faltaba el favor é
ción de la reyna, é puso guardas é aviso ayuda real del rey defunto, mataron é
secreto sobre ella, para que cómo paries- vencieron é echaron de la tierra todos
se, fuesse tomada la criatura, porque no sus adversarios, con victoria del nombre
hiçiesse en ella alguna maldad tan cruel maçedonio.
é deshonesta madre. E assi cómo llegó el A esto me paresçe á mí que pode-
tiempo, parió un hijo, el qual luego fué mos comparar (y aun anteponer), la
llevado delante de Ligurgo, que estaba lealtad é gloria de los caballeros é hi-
comiendo con ciertos señores principales dalgos é memorable república de la cib-
de aquel señorío, é cómo le vido, tomó el dad de Avila, en nuestra España, y digo
niño en brazos é dixo : «Laçedemonios, assi. En el tiempo que el rey don Alon-
nasçido es nuestro Rey.» E abaxóse de la so, VII de tal nombre en Castilla (rey
silla real, é inclinándose al niño con mu- assi mismo de Aragon), yerno del rey
cho acatamiento, le puso en ella é nom- don Alonso VI que ganó á Toledo, por-
bróle Carilao , de lo qual todos los cir- que fué cassado con su hija doña Urraca,.
1 Chronica del rey don Enrique III: Chronica 2 Supplementum Chronícarum, lib. IV.
del rey don Johan II.
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XLIX. 247
rey na de Castilla, la quai primero avia pressente tiempo, desde entonces, se lla-
seydo muger del conde don Remon de ma las Hervençias ; donde desde la cib-
Tolosa, é avia ávido en ella un hijo dad pudiessen ver los que padesçian, é
que assi mismo se dixo Alonso VIII, * los cercados oviessen mas espanto. É otra
el quai era muy niño é estaba en Avila; parte de las rehenes reservó para los
é queriendo el padrastro apoderarse de combates é llevarlos atados en la delan-
él é de la cibdad, fué contra Avila, pi- tera , creyendo que assi tomaría la cib-
diendo que le obedesçiessen por rey. La dad; pero no dexaron los cercados en
cibdad respondió que ella tenia rey: é el combate de matarlos: lo qual visto, el
porque el aragonés, é aun muchos de los rey de Aragon, levantó el cerco con de-
castellanos que seguian su opinion, de- terminación de tomar otros pueblos de la
cían que el rey niño era muerto, pusso comarca é destruir la tierra. Entonces los
cerco sobre aquella cibdad con mucho ri- de Avila enviaron a Blasco Ximeno, ca-
gor; é los cercados pidieron término para ballero muy señalado por su esfuerço,
selo mostrar, con que levantasse el cerco para que reptasse al rey de Aragon, por
que tenia sobre Avila, é que si dentro de cruel é quebrantador de su palabra, pues
dos messes no mostrassen al niño é rey, les avia assi muerto sus rehenes. Con es-
que le entregassen la cibdad é le diessen te caballero fué un su sobrino édel mismo
la obediencia. É el rey de Aragon assi nombre, é hallaron al rey en un lugar
prometió delocomplir por su parte, élos que se llamaba Diaciego (é ahora se di-
de la cibdad dieron en rehenes sesenta ce Sanct Johan de la Torre), é Blasco Xi-
caballeros de la flor é mas escogidos de meno le dixo desta manera: «Si algund
Avila. E luego los cercados con este asien- rey debe ser reptado por fealdad que co-
to, enviaron secretamente por su rey á meta, la cibdad de Avila, é yo en su
la Nava, donde lo criaban; é recogido nombre, riepto á vos, el rey de Aragon,
en la cibdad, dixeron al rey de Aragon don Alfonso, por lo que aves fecho é co-
que si les volvía sus rehenes, le mostra- metido contra vuestra palabra é seguri-
rían al rey niño, con tanto que no ovies- dad que distes é no guardastes : é soys
se fuerça ni fraude, sino que asegurado obligado de hacer la enmienda á la cib-
el campo, estoviessen de tres á tres ca- dad de Avila, é debéis dar un caballero
balleros ó hasta trescientos por trescien- ó dos ó mas, quantos quisiércdes, hasta
tos. É cómo el rey de Aragon vido que no trescientos, é otros tantos dará la cibdad
podría hacer su voluntad é que sus cau- de Avila por su parte, que con armas
telas eran entendidas, hizo matar los re- iguales haráu bueno lo que digo : é los
henes, é mandó que vivos en calderas matarán, ó echarán del campo, ó harán
fuessen cocidos parte dellos, en un lugar confessar con sus bocas, rindiéndose,
que por tan señalada crueldad hasta el vuestra notoria culpa ; y desto hago les-
1 El autor se aparta aquí de la cronología mas ge- nado por nuestros cronistas é historiadores con el
neralmente seguida por nuestroshistoriadorcs, admi- número VII y no con el VIII, que llovó Alfonso, el
tiendo en el número de los reyes de Leon y Castilla de las Navas de Tolosa. El respeto debido á la opi-
á Alfonso de Aragon, cuyo matrimonio con doña nion de Oviedo, nos retrae de introducir aquí en-
Urraca fué causa de escándalos y trastornos. Con- mienda alguna, debiendo advertir, no obstante, que
viene advertir, para inteligencia de los hechos nar- habiendo señalado primero al Emperador con el
rados por Oviedo en este capítulo, que el nieto de número Vil, alteró despues este, por juzgar sin du-
Alfonso VI, coronado Emperador en las ciudades da que tal era el mas exacto modo de contar los
de Leon y Toledo (de donde vino á esta última el reyes do Leon y Casulla , conocidos con el nombre
titulo de Imperial), se halla comunmente desig- de Alfonso.
248 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
tigos á todos los que delante de vos, el le tener seguro, en tanto que fué niño, le
rey de Aragon, me oyen.» El rey aten- pussieron en aquella sumptuosa é gran
dió todo lo que es dicho; mas rescibió torre llamada el çimorro de la iglesia
tanto enojo de oyrlo, que aunque avia mayor. É ordenó aquella cibdad que pa-
dado licencia para que aquel caballero ra sus gastos le diessen de cada yunta
hiçiesse su embaxada, con mucha ira (que labrasende tierra), tres celemines de
los mandó matar. Estonces el caballero trigo ; é quedó esta costumbre, é dende
mancebo echó mano á la espada, pensan- adelante lo llevaron assi los otros reyes
do matar al rey, porque vido que sus que subçedieron en Castilla, hasta quo
caballeros haçian é ponian por obra lo fué fecha merced desta renta á las mon-
que les era mandado, é cargaron tantos jas de Sanct Clemente de Avila, é des-
sobrél que allí le hicieron pedaços. E pués se passó á Sancta Ana, de lo qual
en tanto que en esto se ocupaban, el tio tienen previlegio, é hoy dia cogen aque-
se pudo apartar de allí é subió en su ca- lla renta é se llama las quartillas. Des-
ballo, pensando salvarse; peroalcancá- pués este rey don Alonso VIII confir-
ronle, porque salió de Cantiveros al tra- mó á Avila sus previlegios é alcaydias é
vés un hermano del rey de Aragon é oficios, é por excelencia de su fidelidad,
otros caballeros para le ataxar é pren- mandó que se llamasse Avila del Rey, é
der. E cómo Blasco Ximeno conosció dióles que truxese la cibdad por armas
que no podia yrse, volvió la cara é ade- la figura ó torre del dicho çimorro de oro
rescó de yr contra el hermano del rey, é en campo de goles vel sanguino, con un
matóle, é alli mataron al mismo Blasco rey que tiene puesta su corona é un
Ximeno. Y en memoria deste fecho, se çeptro real en la mano, parado á una
pusso ahy una piedra que llamaban el hi- ventana de aquel çimorro, donde á él le
to , la qual estuvo mucho tiempo á don- tovieron é criaron, desde la qual le mos-
de aquel caballero fué muerto : é cada un traban públicamente, para que viessen
año yban alli los caballeros de Avila é ju- que era vivo contra lo que publicaba su
gaban cañas é daban de comer á todos padrastro, el rey de Aragon. E también
los pobres que ende se hallaban, en me- les dio previlegio que aquesta cibdad
moria é por obsequias de aquel buen ca- pudiesse dar vasallos é jurisdiçion, é que
ballero, su patriota. Después en el tiem- la cibdad présentasse é el rey é reyes,
po que en Avila fue corregidor Bernaldo sus subçessores, confirmasen tales mer-
de Mata, que yo conoscí, se pusso alli cedes. De aqui resultó que viéndose los
una cruz en forma de humilladero, en- de Avila tan honrados , muchos dexaron
tre Cantiveros é Hontiveros. Deste Blas- sus apellidos (aunque eran nobles é an-
co Ximeno quedaron otros caballeros sus tiguos) é se llamaron de Avila, como al
descendientes, é dellos descendió Yasco pressente se llaman los caballeros de las
Ximenez, al qual fué fecha merced de dos mas principales casas de aquella cib-
Navalmorcuende por el Concejo de Avi- dad, lo qual les confirmó el rey don
la , é fué confirmado el privilegio por el Sancho el Desseado. Muchas cosas gene-
rey don Alonso XI que ganó á Algeçi- ral é particularmente se pueden decir
ra. Assi que, se ha de colegir de lo que con verdad, en loor de los caballeros é
está dicho, como mas largamente se pue- hidalgos de Avila ; mas parésçeme que
de ver en la' Chronica del rey don Alonso basta lo dicho que aqui se ha traydo, pa-
VIII, el qual se mandó llamar Empe- ra comparación de lo que hicieron los
rador , que los de Avila le criaron, é por maçedonios con su rey niño, como de
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XLIX. 24 9
suso se hizo mención. Passemos á otras beças de ciertas papáveras ó dormideras
cosas que serán loable recreación para que avia en el corralejo, é andaba pasean-
los que se quissieren ocupar en las saber dosse sosegado é sin decir cosa alguna.
é oyr con atención. É el mensajero no le pidió respuesta, é
Ocurren á mi memoria dos notables é se volvió á Gabina é contó á Sexto lo que
antújuíssimas historias, y como se ha di- avia dicho á su padre é lo que avia vis-
cho de las que quedan de suso escripias, to, é dixoque le avie paresçido quel rey
assi las que agora escribiré tienen con- no avia querido responder, por ira ó ene-
formidad en alguna manera. Dice Livio * mistad ó de soberbio. Sexto entendió
que Tarquino Superbo, rey de los roma- bien aquella respuesta muda , é comenzó
nos, teniendo guerra con los de la cib- á buscar causas injustas contra los prín-
dad de Gabina, é no los pudiendo sob- cipes Gabinos, acusándolos falsamente
juzgar, acordó por fraude é una nueva por los infamar é enemistarlos con el
manera de cautela, de conquistarlos. Y pueblo menudo, é á muchos condenó á
para esto, concertósse con uno de sus tres muerte, é á otros hiçomatar públicamen-
hijos, llamado Sexto, el qual se fué á te, é á otros, de quien no podia hallar
Gabina, fingiendo que huía de la cruel- causa para que muriessen , los hiço ma-
dad de su padre, o que se yba á valer tar secretamente, é muchos huyeron é
con el socorro é favor de aquella cibdad. hícolos pregonar : é los bienes de los unos
É tales palabras habló contra el rey, su é de los otros repartió al pueblo menudo,
padre, é tal compasión le tovieron, que la qual gente plebea con este ardid ni
demás de le dar crédito, le hicieron su sentían el engaño, ni la perdición de su
capitán general ; é él hizo la guerra con- cibdad, la qual despojada de consejo é
tra su padre, mostrándosse valerosso en de hombres de auctoridad, Sexto la en-
las armas, é de mucha prudencia é buen tregó ásu padre, el rey Tarquino, sin con-
consejo en los fechos que emprendia. É tradi çion alguna.
con mucha liberalidad repartia los des- A este propóssito se dirá aqui otra
pojos é ganancias que se adquerian en cosa que en España intervino al rey don
los recuentros é escaramuças contra ro- Ramiro de Aragon 2, el monge, el qual
manos; de manera que en breve tiempo fué professo de la Orden de Sanct Be-
fué muy acatado é querido de los de Ga- nito y de orden sacro, é por faltar los
bina : é quando le paresció que era tiem- subçessores en la silla real de aquel rey-
po, envió un mensajero á Roma al rey, su no, como persona á quien el çeptro ve-
padre, dándole aviso cómo él tenia Ga- nia de derecho, fué compelido por el
bina á su voluntad, é que viesse lo que Papa, é por la obediencia aceptó la go-
queria que se hiçiesse. Estonces Tarqui- bernación é corona real, año de mili é
no no respondió palabra al mensajero, ciento é diez y nueve años de la Nativi-
porque no se fió del, sino entrósse en un dad de Chripsto, nuestro Redemptor. Pe-
corralejo que estaba de dentro su apos- ro como desde muy muchacho entró en
sento, é mostrando que penssaba en la la religion ques dicha, fué muy cathólico
respuesta: é tras él se entró el mensajero, chripstiano en todas sus cosas, é inoraba
é el rey con un palo que tenia en la mano, las desenvolturas é profanidades, de que
heria é abatía á tierra las mas altas ca- los legos é gente del palacio se presçian;
i Tito Livio, década I. libro I, capitulo 4 Chronica del rey don Ramiro de Aragon
41 é 42. monge.
TOMO I. 32
250 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
é por esto era tenido por grosero é en ta , donde tenia gente armada, diciendo
poca estimación de sus principales varo- que quería tomar sus votos uno á uno; é
nes é subditos. É acaesció que queriendo el que entraba no salia, porque luego le
dar una batalla á los moros, é que esta- era cortada la cabeça. Y desla forma hiço
ban ya las banderas para se mover é tra- degollar quince grandes de aquel reyno;
var el fecho de las armas, le pusieron é puestos en torno á la redonda, hechos
una daraga en la mano siniestra y una un corro, hiço llamar á los hijos é here-
lança en la derecha, é él preguntó que deros de los que assi estaban muertos, é
con qué avia de tener las riendas del ca- díxoles: «Catad ahy la campana que avrés
ballo , pues tenia ambas manos ocupadas: oydo decir que yo avia de hacer, que so-
é un caballero , burlando, le dixo que nase en todo Aragon é aun fuera de mi
con la boca ; é assi tomó las riendas con reyno : yo he complido mi palabra; é lo
los dientes, é batió las piernas é arreme- mismo digo que será fecho de vosotros,
tió , entrando con mucho denuedo en la si no fuéredes muy leales é obedientes.»
batalla, de la quai é de los enemigos in- E de alli adelante fué este príncipe muy
fieles fué vencedor. Assi por esto, como acatado é servido de chicos é grandes en
por otras cosas, cómo sabia poco del arte todo su reyno, por el consejo de aquel
militar, burlaban del los suyos, como de abad ques dicho : el qual yo creo bien
inhábil. Estonces él, viéndose muy es- que avia visto á Tito Livio, é que tenia
carnecido, escribió una carta con un men- bien entendido cómo se avia de curar
sajero al abad de Sanct Ponce, que le avia aquel menosprecio que del rey don Ra-
criado é era hombre de buen seso é asaz miro hasta alli se avia fecho.
prudente, pidiéndole su paresçer é con- Este rey fué hijo del rey don Sancho
sejo. El abad, leyda la carta, entróse en de Aragon é de la reyna doña Sol, hija
un huerto con el mensajero, é con un cu- del Cid Ruy Diaz, é hermano del rey
chillo comencé de cortar por el pié las don Alonso é del rey don Pedro, re-
mayores é mas altas hiervas (otros dicen yes de Aragon, de los quales este mon-
que las coles mayores), é desque esto ovo ge fué el derecho subçessor. Y no es de
fecho,por un buen espacio de hora, di- maravillar que, á vueltas de la fraylia,
xo: «Tornaos al rey, vuestro señor, é de- le quedasse parte del ánimo de tan va-
çilde que se esfuerce con Dios siempre é liente é invicto capitán, como fué el
le sirva : que yo y estos religiosos siem- cancto Cid Ruy Diaz, su abuelo. Veis
pre hacemos oración por él.» El mensaje- aqui, señor letor, cómo tienen semejan-
ro se tornó al rey é le dixo quel avia ça las verças ó hiervas altas quel abad de
dado su carta é no le traía respuesta, é Sanct Ponce cortaba con las papáveras ó
contóle lo quel abad avia fecho en el hamapolas quel rey Tarquino derribaba
huerto. E esto entendió el rey que era en el corralejo, delante del mensajero de
muy prudente respuesta, é luego envió á su hijo, Sexto Tarquino.
llamar á todos los principales señores é Otro notable quiero aqui poner, que
caballeros del reyno de Aragon para la muchas veces heleydo en Valladolid, que
cibdad de Huesca, haciéndoles saber quél ni me paresçe muy cathólico epitaphio,
quería hacer una campana, con su conse- ni dexa de paresçer aqueste que diré de
jo dellos, que la oyesen en toda Aragon. don Pero Niago á otro que se puso en el
Estas sus cartas fueron muy reydas; pero sepulcro de Sardanápalo, último rey de
juntáronse é vinieron á donde el rey es- los asirios, y es desta manera. En la igle-
taba, é entró con ellos en una sala secre- sia de Santistevan, en la pared por de
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XLIX. 251
fuera de la iglesia, está un bulto de un gunas cosas paresçen nuevas, porque
caballero, que yo no sé quién fué, y es son muy viejas é olvidadas. Por tanto
muy notado por un epigrama ó letrero dexemos las comparaciones ó depóssitos
que tiene, y dice assi: que no tocan á nuestras Indias, é pón-
ganse aqui algunos que son del jaez des-
Yo soy don Pero Niago
que en lo mió me yago:
tas partes; pues á los que por acá han
lo que comí é bebí gocé; andado, les paresçen nuevas, y en Espa-
el bien que fice, fallé: ña y otros reynos también serán por ta-
lo que acá dexé, no lo sé. les tenidas, y darles he yo á cada una
Muchas interpretaciones se podrian de- délias sus semejantes , desta manera.
cir, discantando lo ques dicho, en que Hieu, rey de Israel, mató sóplenla hi-
no me quiero ocupar por remitirlas al jos de Acab3, cuyas cabeças, con las de
prudente letor; y diré solamente á mi otros sus parientes, hiço poner sobre
propóssito que muchos siglos y aun mi- sendos palos, hincados en tierra. La se-
llares de años antes, segund se escri- mejança de tales cabeças, assi puestas á
be de Sardanápalo *, rey de los asirios manera de trofeos, en muchas partes lo
(hombre corrompedor de todas las rau- usan los indios en la Tierra-Firme, don-
geres), le halló Harbaçe, su capitán é de yo he visto innumerables puestas en
lugarteniente general, en medio de mu- árboles é palos en torno de las casas de
chas é deshonestas mugeres, vestido de los caciques é señores principales: é pre-
brocado é una cadena de oro al cuello, guntándoles de quién son tales cabe-
hilando en hábito de muger : de lo qual ças, dicen que de los enemigos é hom-
desdeñado aquel su capitán, tracto cier- bres que ellos han muerto, como mas
ta conjuración contra su señor, é veni- largamente en muchas partes destas his-
dos en efeto á la examinaçion é deter- torias, y en especial en la segunda é ter-
minación de las armas, assi como la ba- cera partes desta General historia estará
talla se comencó , fué vencido é puesto mas copiosamente dicho.
en fuga el rey Sardanápalo; é entróse Aquel Suplemento de chronicus dice *
en un gran monte, é allí se quemó de su que los hombres de Chipre tenían por
grado con muchas riquezas, é mandó costumbre de enviar las mugeres vírge-
que fuessen escriptos ciertos versos so- nes á la costa de la mar, para que los
bre sus cenizas é sepulcro, cuya sen- navegantes que alli aportaban usasen con
tencia, segund Tulio, dicen assi: «Yo he ellas carnalmente ; y desta manera ofres-
ávido aquello que he comido, y de la lu- çian á Vénus el voto de su perpetua cas-
xuria he alcançado abundancia : las otras tidad , como mas largamente lo escri-
cosas quédense2.» Por cierto muchas ve- be Johan Bocaçio en aquel su tracta-
ces he mirado en aquel don Pero Mi- do , que intituló de las Ilustres mugeres;
yago ó Niago, é me paresçe mas aquella donde particularmente escribe de Vé-
su memoria de gentil que de fiel ni ca- nus , y dice que desta manera ganaban
thólico (só enmienda de quien mejor lo allí las mugeres los dotes para se ca-
sintiere). sar. Esta costumbre usan en algunas pro-
He traydo esto á la memoria del pro- vincias de la Tierra-Firme las muge-
póssito que al principio se dixo, que al- res, y en especial en la provincia de
^ SuplemenUim Chronicarum , lib. HI. cst. Génesis, cap. IX, vers. 20 é 2Í.
2 Plin. , lib. XXIII. 4 Ttilio , fíe Natura Deorum.
3 Cœpitque Noe, vir agrícola, exercere terram, 5 Plin., Wo. VII, cap. 5;.
el plantavk vincam. Bibensquc vinum, inebríalas * Plin., ut supra.
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. XLIX. 253
cora (cosa maravillosa diré); pues quel hay otra cibdad en Acaya, en que es-
indio con un hilo de algodón ó de hene- tuvo ó está un templo hermosíssimo en
quén ó cabuya corta qualquiera hierro, honor de Esculapio , é alli los romanos
y esto les ha enseñado la nesçesidad para siendo fatigados de pestilencia tres años,
corlar los grillos ó cadenas, en que algu- leydos los libros délas Sebylas, hallaron
nos chripslianos los han aherrojado é que por otro remedio alguno no podrían
puesto en prisiones. É háse averiguado sanar, é que la última señal de su salud
que, dándoles tiempo, toman un hilo de era llevar á Roma á Esculapio , cuya es-
los que he dicho, é aquel muévenle so- tatua era en forma de serpiente; y de
bre lo que quieren cortar, echando sobrél aqui se me ha puesto en la memoria (se-
arena menuda, poco á poco, alli donde gund el curso grande de la idolatría des-
la cuerda lude : é assi cómo comiença á tos indios,) que en honor deste Esculapio
corlar é ser caliente el hierro, le trancan, debia ser aquella memoria de la casa del
como cortarían un nabo ; é assi cómo se gran príncipe Atabaliba, en el pueblo de
va roçando el hilo, lo mejoran enconti- Caxamalca, dentro de la qual está una
nente, poniéndolo sano. Cosa es probada sierpe muy grande de piedra , como
é vista muchas veces en la Tierra-Firme. mas por extenso se dirá en la tercera
Segund quiere Plutarco en la vida de parte destas historias, en el libro XLVI,
Theseo, este fué el primero que dividió capítulo Vil, donde se tractará de la pris-
en Alhenas los hidalgos é gente noble de sion de aqueste príncipe. Y el que dub-
los otros hombres populares é artesanos, é dare desta mi sospecha, acuérdesse quel
les enseñó otras buenas costumbres, con- mismo demonio que mostró á idolatrar
vinientes al político uso é de mucha uti- los antiguos, esse mismo es el maestro
lidad á su república. Pero á estos indios, quessa misma condenada idolatría ha
acá tan desviados de todo lo escripto, sembrado entre aquestos indios; y el mas
¿quién diremos que les mostró todas esas antiguo simulacro ó imagen del diablo es
diferencias en sus repúblicas, guardadas aquesta de la sierpe, en figura de la qual
con tanta humildad á sus superiores é fueron engañados nuestros primeros pa-
con tan perseverante costumbre? Yo sos- dres , como mas largamente lo manifiesta
pecho que la natura es la guia de las ar- la Sagrada Escriptura 2. Y aquesto baste
tes, é no sin causa suelen decir los flo- para probar el intento ó propóssito del in-
rentines en un su vulgar proverbio: «Tuto troito deste capítulo XLIX.
il mondo é como á casa nostra.» Y assi me Passemos á otras materias, puesto que
parcsçe en la verdad que, de muchas co- en estas que aqui he escripto muchas cosas
sas que nos admiramos en verlas usadas se podrían añadir, que se dexan por evi-
entre estas gentes é indios salvajes, mi- tar pi olixidad ; porque el pasto de la leçion,
ran nuestros ojos en ellas lo mismo ó assi como en la mesa del príncipe es ador-
quassi que avenios visto ó leydo de otras namento y auctoridad la diversidad de
nasçiones de nuestra Europa é de otras los manjares, y gran ocasión para des-
partes del mundo bien enseñadas. En con- pertar el apetito del paladar las diferen-
seqüencia de lo qual se escribe que Dira- cias dulces é agras é mezclados sabores,
chio ó Duraço ', alias Epidauro (cibdad assi al que lee acresçientan la perseve-
de venecianos, ) del qual nombre mismo rancia de la leçion los diversos discursos
i Supplemenlum , lib. III. tiliiis lerne, qua? fecerat Dominus Pens, etc. Genesis,
2 Sed cl serpens eral callidior conçus aiiiinaii- cap. III.
254 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
é novedades que la historia trae con- char ó leer fabulosas vanidades, del
sigo. Y esto es una de las causas que quäl delicto van desviados los que en
hacen pecar á los oydos y entendi- historias veras é honestas son exerci-
mientos que se acostumbran á escu- tados.
CAPITULO L.
De Jos depossitos deste libro, en que se recuenta un caso muy notable que acaesció en una plaça de la pro-
vincia de Nicarag-ua, estando alli el auctor destas historias : la qual materia toca al arte mágica é brujos in-
dios llamados texoxes, é atrae á conseqüencia otras transformaciones de hombres en animales que escriben
algunos auctores graves ; y lo que en tales casos se debe creer.
CAPITULO LI.
De un caso nuevamente venido á noticia del au clor destas historias, é nueva materia é de admiración á
quanlos la oyeren é supieren, acaesçida pocos dias há con una nueva forma de montería en esta Isla Espa-
ñola: lo qual acaesció en el año de mili é quinientos é quarenta y 1res.
Jim esta nuestra Isla Española andan puede aver pocos meses que, yendo con
muchos negros aleados que se han rebe- sus compañeros por las sierras de la vi-
lado del servicio de los chripstianos ; y lla de Sanct Johan de la Maguana ( ques
assi para castigar los tales, como para en la mitad desta nuestra isla, á la parte
assegurar los que quedan en las hacien- desta costa del sur), topó con un indio
das de los pobladores, andan algunas cimarrón ó bravo, que andaba encueros
quadrillas de españoles, en busca de los é con ciertas varas tostadas para pelear
levantados. Y entre los otros capitanes ó matar algunos puercos cimarrones ó
nuestros anda un hidalgo , llamado Anto- salvajes, de los quales hay innumerables
nio de Sanct Miguel, natural de Ledes- en esta isla, de los que se han ydo al
ma, hombre de bien é valiente por su monte de los que se truxeron de España.
persona (al qual yo conozco); y este É traia este indio en su compañía una
*»)•»
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. LI. 257
puerca é dos puercos mansos ( á él), é con á sus compañeros, é con ellas le heria al
aquella compañía haçia su vida é comía puerco cimarrón é le mataban presto.
é dormía entrellos, é avia doce años ó El qual muerto, le abria el indio é daba
mas que andaba aleado, é era ladino , é las interioras á sus compañeros, é él en-
hablaba nuestra lengua castellana muy cendía fuego con los palillos, como los
bien. indios lo usan, é asaba lo que le pares-
E cómo acaso este capitán é su gen- cía con que él comía ; é lo restante del
te dieron en este indio é su porçesea defunto animal, hecho pedaços, lo car-
compañía, los chripstianos mataron lue- gaba sobre los dos puercos é puerca con
go aquellos dos puercos é puerca, en sus cuerdas de bexucos, é ybanse á su ran-
un instante, sin saber su propriedad ó cho, do acostumbraban dormir, esta com-
exerçiçio de los dichos puercos é puerca, pañía: é allí descargados, colgados los
por poder reparar su hambre , que avia tasajos ó partes del puerco muerto, lo
dias que no avian comido carne : cuya comían poco á poco , en tanto que de la
muerte de aquellos tres animales fué mu- manera que es dicho, mataban otro ú otros
cho pesar é dolor para aquel indio, é puercos. E las noches, el dicho indio se
queriéndose informar el dicho capitán de acostaba entre aquella su bestial compa-
su manera de vida é soledad é qué hacia ñía, rascando horas al uno é horas al otro,
con aquellos puercos, ó para que los que- regalándolos á la porçesea. E luego otro
ría, respondió é dixo: «Essos puercos me día , si no tenían carneó no hallaban ho-
daban á mí la vida é me mantenían é yo vos ó no era tiempo de tal fructa, el in-
á ellos : eran mis amigos é mi buena com- dio sabia hallar ciertas raices, con que da-
pañía : el uno se llamaba tal nombre é ba de comer á aquella su compañía, é á
el otro se decía el tal, é la puerca se él no le faltaba. Desta manera que es
llamaba la tal (como él los tenia nombra- dicho, haçia su vida este indio en aque-
dos).» El un puerco deçia que era muy llos montes.
gran ventor, é el otro era mas réçio é Despues que el capitán Antonio de
mas pessado é de pressa, é muy deno- Sanct Miguel é sus compañeros ovie-
dado ; de forma que el uno hacia el ofi- ron oydo é entendido la nueva é nun-
cio de sabuesso, é el otro de lebrel, é ca antes oyda semejante montería, pes-
la puerca era consorte é coadjutor de los sóles mucho de aver muerto los puer-
dos, quaudo en el tiempo que convenia cos, é lleváronse el indio consigo á la
ayudarlos. E assi cómo era de día, este cibdad de la Vega, donde al pressente
indio salia de su rancho é decía á sus está.
compañeros los puercos: «Ea, amigos, va- Y porque yo tengo por estilo en lo
mos á buscar de comer.» E assi lo hacían; que no he visto dar mi descargo con tes-
é el ventor tomaba la delantera, é cómo tigos fidedignos, digo que desta nuestra
daba en el viento, aguijaba á donde le cibdad de Sancto Domingo salió el re-
paresçia que debía yr, é seguíanle el otro verendíssimo señor obispo, don Alonso
puerco é la puerca, é tras ellos yba el de Fuenmayor, é fué la tierra adentro á
indio. É cómo el ventor topaba el puer- visitar sus iglesias, é en la cibdad de la
co bravo, asíase con él á la lucha , é co- Vega estuvo algunos dias, donde le con-
mençaban su batalla, mordiéndosse; é tó lo que es dicho el mismo capitán, An-
cómo llegaba la compañía, dábanle los tonio de Sanct Miguel, é otros que con
res mucha priessa á bocados ; é cómo él se hallaron, é vido el dicho señor obis-
legaba el indio con sus varas, daba favor po el mismo indio : é después que tornó
TOMO I. 33
258 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
á esta çibdad este nuestro perlado, yo tía en puerco ó hacia su vida bestial, de
oy lo que es dicho á algunas personas de la forma que es dicho. Assi que, esto pro-
crédito, é para mas me satisfacer, lo pre- cedía de la larga consuetud que aquel in-
gunté al mismo señor obispo, é me dixo dio avia exerçitado, enseñando"'1 aquellas
que es muy gran verdad é muy público bestias en tal montería, pegándoseles una
todo lo que es dicho, é que passó de la entrañable amistad al oficio juntamente
misma manera que aqui lo he escripto. con la nesçessidad de ser alimentados; é
Parescióme tan grande novedad y tan mezclándose con esso unos celos ó envi-
varia leçion, é tan apartado caso de dia que constreñia essos puercos á ma-
quanto está dicho, ni visto, ni escripto, tar los otros que topaban, porque su amo
que quadra bien aqui aquel soneto, á lo no pussiese amor en otros, ni les mos-
menos los quatro versos primeros, en trasse el oficio, como á ellos lo enseñó,
que diçe Francisco Petrarca: para que pudiesse desdeñarlos ni poner
otros en su lugar. Y el indio apartándos-
La gola, il sonno , et Pociose piume se de la excelencia de la raçon, y sin te-
Hanno del mondo ogni verlú sbandita,
Ond'e dal corso suo quasi smarrita
ner cuenta, ni respeto, ni temor á su
Nostra natura vintadal costume. Dios, huyendo de los hombres, se con-
tentaba de vevir con bestias y ser bes-
Quiere decir: la gula, el sueño, é las tial.
ociosas plumas, ó cama, han desterrado Cosa es la que he contado que á mí
del mundo todas las virtudes, é han me dio mucha admiración oyrla, y no la
apartado de su curso quassi á nuestra osara escrebir, si no me certificara pri-
natura, vencida déla costumbre; porque mero deste reverendíssimo señor obis-
el hombre es dedicado á la raçon, en po , presidente de Sus Magestades en la
diferencia de los animales brutos que son Real Audiencia é Chançilleria que reside
caresçientes della. Ved pues si en estos en esta cibdad de Saucto Domingo, cu-
animales se muestra esto claramente; ya auctoridad é persona es de tanto cré-
pues seyendo los puercos para ser mon- dito , que solo bastaba para ser creydo,
teados , se con vertieron con la costumbre non obstante la novedad de tal montería:
en ser monteros é hacer el oficio que no quanto mas que otros muchos dicen lo
les competia, é el indio, siendo animal mismo, por cosa muy pública é notoria
raciónale humano hombre, se conver- en aquella cibdad de la Vega.
CAPITULO LH.
En que se tracta de la forma de un gato monillo , la mas nueva cosa, ó nunca su semejante vista hasta
nuestros tiempos : el qual gato en parte era páxaro ó ave é cantaba, como un ruyseñor ó calandria, muy
excelentemente, é con muchas diferencias en su melodía é cantar.
vu osa es la que aqui escrebiré que se miración me haya dado en las obras que
puede bien llamar varia leçion, como la natura ha obrado entre los animales ; y
Pedro Mexía intituló aquel su tractado, de aqui podemos pararnos á pensar lo
no menos bien ordenado é elegante que que se diçe de los grifos, si es verdad
aplacible á los letores: en el qual, ni en que la mitad del grifo para adelante es
otro, yo no he visto cosa que tanta ad- águila, é de la mitad para atrás es león.
DE INDIAS. LIB. VI. CAP. LH. 259
Conforme á esta opinion dice Isidoro en bo español, diestro en ambas sillas (de la
sus Ethimologias que los grifos son la gineta é de la guisa), hijo de Baptista
mitad león é la mitad águila, etc.4 Armero, é muy conosçido en la corte
Allende de lo que está dicho es de notar del Emperador, nuestro señor. Dixe to-
que es verdad que hay tales animales, das estas señas, porque es hombre conos-
porque en el Levítico, cap. XI, hace la çido este mancebo, el qual rogó á su mu-
Sagrada Escriptura mención deste animal ger que diesse este gato, para le traer el
grifo; é declarando la glosa este passo, capitán Per Ansurez á la Emperatriz,
dice que el grifo há quatro pies, é que la nuestra señora, de gloriosa memoria, 6
cabeça é las alas son semejantes al águi- assi se le dio: ó este capitán que he di-
la , é que lo restante de su cuerpo es ó cho le traia, é por descuydo de ciertos
paresçe al león : é mora en las montañas criados suyos que un dia estaban bur-
hyperbóreas, é hace muchos males á los lando , é no lo queriendo hacer uno de-
hombres é á los caballos. E dice mas llos, pissó el gato é lo mató. Cuento este
desto aquel tractado, llamado De proprie- desastre á infelicidad de los ojos huma-
tatibus rerum2, que este animal grifo po- nos que no alcançaron á ver tal animal,
ne en su nido las esmeraldas, contra las para dar gracias á Dios que le crió tan
bestias que ende moran. diferente de quantos por el mundo hay;
Yo he tenido por costumbre en es- é en esta cibdad de Sancto Domingo han
tas mis historias, de dar los testigos en venido hombres dignos de crédito que
aquellas cosas que no he visto, é de dicen que vieron é lovieron en las manos
que otros me han informado; y al pro- este gato, é que era tal qual tengo di-
póssito de lo que de suso apunté del cho, é que tenia dientes: é lo que es no
grifo, ha venido á mí noticia otra cosa de menos maravillar que lo questá di-
que no me es menos maravillosa que los cho, es que el gatico, puesto en el hom-
grifos : la qual cuentan que, en la tier- bro del capitán que he dicho ó donde le
ra austral del Perú, se ha visto un gatico tenían atado, quando él quería cantaba,
monillo, destos de las colas luengas, el como un ruiseñor ó una calandria, co-
qual desde la mitad del cuerpo con los mençando pasito á gorgear, é poco á
bracos é cabeça, era todo aquello cu- poco alçando las voces, mucho mas que lo
bierto de pluma de color parda, é otras suelen hacer las aves que he dicho, é con
mixturas de color; é la mitad deste gato tantas ó mas diferencias en su canto : que
para atrás todo él é las piernas é cola, era oyrle una muy dulce melodía é cosa
era cubierto de pelo rasito é llano de de mucho placer é suavidad escucharle;
color bermejo, como leonado claro. Este é aquesto le turaba mocho espacio de
gato era muy mansito é doméstico é po- tiempo, é á veces como lo suelen hacer
co mayor que un palmo : el qual tenia los que cantan. Do caballero, llamado
una india cacica, muger principal, her- Diego de Mercado, natural de la villa de
mana del inga Amaro, hermano del gran Madrigal, é otro hidalgo que se dice To-
príncipe Atabaliba, y con esta su her- más de Ortega , que venían en compañía
mana , despues que ella vino á poder de del dicho capitán (los quales, después
los chripslianos, se casó un mance- que aqui llegaron ricos, se casaron en
1 Griphes vocatur, quod sit animal pennalum et fesli. Nam et homines vivos discerpunt. Lib. XII,
quadrupes. Hoc genus ferarum in Hyperborcis cap. De Bcstiis.
monlibus nasciliir. Omni parte corporis leones sont: 2 Lib. XII, cap. 20.
afij el facie aqnilis similes, oquis vehementer in«
260 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
esta cibdad, é son nuestros vecinos é per- lo, yo diera mi capa por un poco de sal
sonas que en esso é mas pueden é deben para salarle é conservarle assi, para que
ser creydos ), cuentan lo ques dicho de otros muchos le vieran, para loar á Dios
vista, porque muchas veces vieron este de sus maravillas ; y assi creo que en Es-
gato é le oyeron cantar. paña se tuviera en mucho tal vista, é do
Algunos quieren decir queste animal quiera que oviera hombres de buen en-
debia nasçer de adulterio ó ayunta- tendimiento. En esta nuestra cibdad hay
miento de alguna ave con algún gato al presente quatro hombres que le vieron
ó gata, como pudiesse engendrarse es- vivo á este gato; y yo quisiera mas ver-
totra especie que participase de am- le, que quantas esmeraldas he visto muy
bos géneros. É yo soy de contrario pa- ricas que han venido de aquellas partes;
resçer; y tengo opinion (consideradas é antes veré otras tantas que se vea otro
algunas cosas que se deben pensar de la animal semejante, excepto si, como he
desconveniencia del sexo é instrumentos dicho ques mi opinion, adelante se hallan
generativos que hay de las aves á tales con el tiempo otros de su ralea : lo qual
gatos), que tal animal no nasció de tal no dubdo, porque los secretos deste gran
adulterio, sino que es especie sobre sí é mundo de nuestras Indias siempre ense-
natural, como lo son por sí los grifos; ñarán cosas nuevas á los presentes é á
pues que el maestro de la natura ha he- los que despues de nos han de venir á
cho otras mayores obras é maravillas, el esta contemplación é hermosa letura de
qual sea loado é alabado para siempre las obras de Dios, á quien ninguna cosa
jamás. es impossible de todo quanto le pla-
Háme pesado mucho en no aver lle- ce haçer é mostrarnos. Y por tanto, el
gado vivo aquel gatico á esta cibdad, cathólico letor acuérdesse de lo que dice
ni muerto tampoco : que en verdad, si Hilario : « Mas puede Dios hacer, que el
yo le viera muerto donde pudiera haçer- entendimiento del hombre entender *.»
CAPITULO Lili.
Eo que se tracta otra novedad muy grande é por mí nunca oyda y acaso sabida, y que no será de poca
admiración para dexar de contemplarla los lelores y especulativos ; y es acerca del menguar é cresçer de
la mar en la bahia de Sanct Matheos, en la gobernación é costa del Perú.
Uixe en el capítulo antes deste, que que han leydo é andado por el mundo,
quissiera mas ver aquel gato de quien se me paresçe que les causará admiración é
tracto de suso, que quantas esmeraldas dará aparejo de pararse á contemplar en
he visto ricas que han venido del Perú, lo que agora diré é supe de un hon-
é que antes veria otras tantas que otro rado vecino nuestro, llamado Balthasar
animal semejante. Y cómo yo huelgo de Garcia , natural de la cibdad de Truxillo,
ver y entender todas las novedades y en la provincia que en España se llama
cosas raras é que son á propóssito de de Extremadura. El qual hoy martes,
aquesta General Historia, háseme ofres- veynte dias del mes de octubre de mili
çido una muy extremada, y que á los é quinientos é quarenta y cinco años, el
naturales entendimientos y á todos los muy reverendo señor don Rodrigo de
Plura polest Dens lacere, quam intellects in- aligere Lib. De THnitate,
DE INDUS. LIB. VI. CAP. LUI. 264
Bastidas, obispo de la isla de San Johan sen, valían las cinco esmeraldas ques di-
(que á par desta fortaleza de la cibdad de cho mas de quatro mili ducados, por lo
Sánelo Domingo, en que yo esto é sirvo menos. En fin son pieças de príncipe,
á Su Magestad, tiene su casa), por su hu- é el tejo qual tengo dicho y el berne-
manidad é bondad acostumbrada, vino gal.
con su señoría para exerçitar é quitar cui- Pero continuándose nuestra plática,
dados un poco de espacio con su loable dixo este gentil hombre, como testi-
conversación é hacerme conosçer este hi- go de vista, una cosa que me dio mas
dalgo que pocos dias há llegó á esta cib- gusto é mas contentamiento saberla é
dad, segund dicen, rico de diez ó doce oyrlo, que todo lo que es dicho, é de-
mili pessos de oro: porque aunque yo le lante del obispo é dos criados suyos é
avia visto, no tenia conosçimiento con él otros escuderos desta fortaleza que á
é para que me mosttasse un pedaço de nuestro racionamiento estaban presentes:
oro ó un tejo de pesso de quatro mili cas- que en la bahia de Sanct Matheos (que
tellanos de oro fino (ó á lo menos de es en la costa del Perú, grado é me-
veynte é tres quilates). Y venidos á esta dio de aquesta parte de la línia equi-
fortaleza el señor obispo é el Balthasar noçial), entra un rio muy poderoso é
García, procedimos é fué nuestra plática mucho mayor que el que passa por esta
tractando en las riquezas del Perú, al pro- cibdad de Sancto Domingo; é que con la
póssito de lo qual yo le rogué que envias- marea, seyendo cresçiente, está el agua
se por aquel tejo de oro que me avian dulçe é potable, é que con la menguante
dicho que traia, é que assi mismo me en- está salada, é que acaesçe muchas veces
señasse sus esmeraldas, é él lo hizo de desde el navio tomar por el un bordo ó
grado. E venido el tejo, yo lo tuveenmis costado el agua dulce é por el otro sala-
manos é aun con trabajo, segund su mu- da. Cosa es que nunca á otro hombre la
cho pesso, que segund su dueño deçia, oy, ni jamás de quantos en aquella tierra
era quatro mili pessos (que son quarenta han estado que yo haya visto, les vi ha-
libras ú ochenta marcos ó una arroba é blar en tal novedad : y no me maravillo
quince libras); y á miparesçeryo lo creo yo de no lo decir otros, aunque ello sea
b¡en que lo pessaba, porque como digo, assi, porque ni todos los hombres saben
le tuve en las manos, y el señor obispo entender las cosas aunque las vean, ni
é otros que presentes estaban. E con este las sienten como son, y también porque,
tejo hizo traer un hermoso bernegal do como andan de passo é con esta agonía
oro que pessaba cinco marcos de oro, y de aqueste oro, esse les hace sentir mal, ó
cinco esmeraldas ricas (1res engastadas no como debrian, las otras cosas que los
en sendos anillos, é la una puesta en un simples tienen por açessorias ó en poca
plomo, é la otra era una cuenta redonda), estimación, y essas son de las que mas se
grandes é en toda pcrfiçion é de mucho maravillan los discretos é de lindos en-
valor: si tantas no ovieran venido á po- tendimientos. Este hidalgo vivió alli cer-
der de chripstianos, ninguna délias á mi ca algún tiempo é pudo muy bien ver é
paresçer dexa de valer trescientos pe- considerar lo que es dicho ; y en esso y
sos, y la redonda é mayor de las otras en lo demás hablaba, como hombre de
mas de quinientos pesos, entre buenos gentil razón, é es meresçedor de ser crey-
lapidarios cada una dessas dos. Y an- do. Lo demás contemplad los que veis
tes questas esmeraldas de Puerto Viejo é cresçer la marea de Guadalquivir é Tajo
las de Bogotá é Somindoco paresçies- é de otras riberas de España, que entran
262 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
en la mar, é que todo lo que es dicho se dulces, lo qual en la bahia de Sanct Ma-
ve cada dia por el contrarío : que con la theos es al revés, y no debe ser sin mis-
cresçiente los ríos se tornan salados, é terio é secreto de la natura, el qual yo
con la menguante, retrayda la mar, son no alcanço *.
i En el códice original se encuentra el princi- tos, según hizo desde el capítulo L, señalado pri-
pio del título del capitulo LIV, lo cual manifiesta mero como el último de este libro VI, á que aña-
que el autor se proponia aumentar nuevos depósi- dió después los tres siguientes.
Este es el libro séptimo de la primera parte de la Natural y General historia de las
Indias, Islas y Tierra-Firme del mar Océano: el quai tracta de la agricultura.
PROHEMIO.
CAPITULO I.
Del pan de los indios llamado mahiz, é de cómo se siembra y se coge , y otras cosas a esto concernientes.
I_ja manera del pan de los indios es de y despues que se ha fecho aquella tala ó
dos géneros en esta isla, muy distintos é roca, quémanla, y queda aquella ceniza
apartados el uno del otro, é aquesto es de lo talado, dando tal temple á la tierra,
muy común en la mayor parte de todas como si fuera estercolada. Virgilio quiere
las islas é aun en parte de la Tierra-Fir- que el quemar aproveche al tempero de
me ; é por no lo repetir mas adelante, se las tierras 1 ; y conforme á esto, dice el
dirá aqui qué cosa es aqueste pan que lla- doctor Gabriel Alphonso de Herrera, que
man mahiz, y qué tal es el que llaman copiló aquel famoso volumen de la agri-
caçabi. El mahiz es grano, y el caçabi se cultura, que en todo campo, para que
haçe de rayçes de una planta que llaman en el año siguiente se haya de sembrar,
yuca. Para sembrar el mahiz tienen los es nesçessario se apareje, segund requiere
indios esta orden. Nasçeel mahiz en unas su manera ; é si ha llevado el año passa-
cañas que echan unas espigas ó maçor- do, en aprovechándosse del restrojo, se-
cas de un xeme luengas, y mayores y gund mas pudieren, débenle quemar en
menores, y gruesas, como la muñeca del tiempo que el viento no lleve la ceni-
braco ó menos, y llenas de granos grue- za , etc.
sos como garbanzos ( pero no redondos Quiero decir que estos indios, aunque
de todo punto); y quando los quieren inoren tales preceptos, la natura les en-
sembrar, talan el monte ó cañaveral (por- seña lo que conviene en este caso , y
que la tierra donde nasçe solamente hier- también la ncsçessidad que hay de des-
va , no es ávida por fértil en estas partes, ocupar la tierra de los árboles é cañave-
como la de los cañaverales y arboledas), rales é plantas que de sí misma produce
CAPITULO II.
I>el pan de los indios que se llama caçabi, que es la segunda manera de pan que en esta Isla Española
ó oirás partes hacen los indios , y al pressente assi mismo los chripstianos, y aun algunos lo usan mas que
el mahiz, é lo tienen por mejor é se sirven mas dello, lo qual se baçe de una planta que llaman yuca.
iractemos agora de otra manera de varas ñudosas, algo mas altas que un
pan que los indios hacen de la yuca en hombre y otras mucho menores, gruesas
esta Isla Española, y en las otras todas como dos dedos y algunas mas, y otras
que están pobladas de chripstianos, y menos, porque en esto del grossor y de
aun en alguna parte do la Tierra-Firme. la altura, es segund la tierra es fértil o
La planta que se llama yuca, son unas flaca , y aun también hace al caso que la
CAPITULO III.
he la planta é mantenimiento de los ajes, que es otro grand manjar é bastimento que los indios tienen, c
cómo se siembra é se coge.
Um esta Isla Española y en todas las ca de encima ; porque estos ajes haylos
otras islas é Tierra-Firme, ó en mucha blancos y colorados que tiran á morado,
parte della, hay una planta que se llama y otros como leonado; pero todos son
ajes, los quales quieren paresçer algo en blancos de dentro por la mayor parte, y
la vista á los nabos de España, en espe- algunos amarillos, y muy mayores que
cial los que tienen la corteça ó tez blan- nabos comunmente. Oíanse debaxo de
DE INDIAS. LIB. VII. CAP. III. 273
tierra, é hacen encima de tierra una ra- tón é sacan diez é doçe é quince é veyn-
ma tendida á manera de correhuela, pero te é treynta é mas é menos ajes, unos
mas gruesa ; la qual con sus hojas é ra- gruesos é otros medianos é pequeños,
ma cubre toda la superficie de la tier- segund es el año fértil ó estéril. Son
ra, do están sembrados los ajes; é la he- buen mantenimiento é muy ordinario 6
chura de la hoja es semejante mucho á nesçessario hasta para la gente de tra-
la correhuela ó quassi yedra ó panela, con baxo ; é como son de menos costa é
unas venas delgadas, é los astilejos , de tiempo, muchos hay que no dan otro
que penden sus hojas, son luengos y del- manjar á sus indios ó negros sino este,
gados. Al tiempo que se han de sembrar é carne ó pescado; é assi, en todas las
los ajes, hacen la tierra montones por sus haciendas é heredamientos hay muchos
liños, como se dixo en el capítulo de la montones é hacas destos ajes, los quales
yuca antes deste, y en cada montón po- cocidos son muy buenos, é asados tie-
nen cinco ó seys tallos ó troncos y mas nen algo mejor sabor, y de la una ó de
de aquesta rama, hincados en el montón la otra manera tienen sabor de castañas
con sus hojas, é luego prenden é se en- muy buenas, y es gentil fructa para los
cepa la planta ; é como he dicho, por chripstianos ; porque como no la comen
encima de la tierra se extiende é la cu- por principal y ordinario manjar, sino
bre toda, é debaxo en las raices que hace de quando en quando, sabe mejor. Asa-
echa el fructo, que son aquestos ajes. Los dos é con vino son buenos de noche so-
quales están saçonados desde á tres é á bre mesa, é en la olla son buenos. Las
quatro é á çinco é á seys meses los mas mugeres de Castilla hacen diversos pota-
tardíos ; porque segund la tierra, donde jes é aun fructa de sartén, é tal que,
se ponen, es fértil ó flaca, assi responde aunque fuesse de Indias, se avria por
el fructo mas tarde ó temprano; y aun buena. Son los ajes de buena digistion,
también en la misma planta é en el tiem- aunque algo ventosos. Hay los tan gran-
po en que se pone, consiste venir presto des , que pesan algunos dellos quatro li-
ó tardarse el fructo, y también los tem- bras ó mas cada uno. En Castilla del Oro,
porales ayudan ó estorban mucho ; mas en muchas partes, hay ajes que son ama-
no passan de seys meses en estar para rillos y pequeños, y estos son los que me
coger los ajes, aunque sean los mas va- paresçe á mi que hacen ventaja á los des-
garosos ó tardíos. Quando son saçona- tas islas, assi en Pacora, como en Careta
dos, con un açadon descubren el mon- é otras partes de la Tierra-Firme.
CAPITULO IV.
I>e la planta é mantenimiento de las batatas, que es muy buen bastimento y de los mas eslimados que los
indios tienen: é cómo se siembran é cogen, é otras particularidades de aqueste manjar ó fructa.
CAPITULO V.
Del mani, que es cierto género de fructa é mantenimiento ordinario que tienen los indios en esta Isla Es-
pañola é otras islas destas Indias.
U na fructa tienen los indios en esta Is- tianos poco caso hacen della, si no son
la Española, que llaman mani, la qual algunos hombres baxos, ó muchachos, y
ellos siembran, é cogen, é les es muy esclavos, ó gente que no perdona su gus-
ordinaria planta en sus huertos y hereda- to á cosa alguna. Es de mediocre sabor e
des, y es tamaña como piñones con casca- de poca substancia é muy ordinaria legum-
ra , é tiénenla ellos por sana : los chrips- bre á los indios, é hayla en gran cantidad.
CAPITULO VI.
De la planta dicha yahutia, y algunas particularidades della.
I AHUTiA, por otros llamada diahutia, es rayz é también las hojas, las quales son
una planta de las mas ordinarias que los como verças grandes, é lo mejor es las
indios cultivan con mucha diligencia ó rayçes, que tienen unas barbas que les
especial cuydado. Es de comer della la quitan é mondan, é cuácenlas, é son
DE INDUS. LIB. VII. CAP. VIL 0"~ "
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buenas. Assi mismo las hojas es sano searle ni hacer caso del, sin nesçessidad,
manjar, y saben muy mejor á los indios no hallando otro. Verdad es que los in-
que á los chripstianos, é dánse muchos á dios por cosa muy buena la crian é tie-
ello, puesto que no es manjar para des- nen en sus huertos é heredamientos.
CAPITULO VIL
Del axi, que es una planta de que los indios se sirven é usan en lugar de pimienta, ó aun los chripstianos
la han por muy buena especia.
i\xi es una planta muy conosçida é usa- tan grandes como un dedo de luengo é
da en todas las partes destas Indias, islas gruesso. Otro axi hay que echa estos gra-
é Tierra-Firme, é provechosa é nesçes- nos colorados é redondos, é tan grues-
saria, porque es caliente é da muy buen sos como guindas, é algunos mas é me-
gusto é apetito con los otros manjares, nos. Otro hay que lleva estos granos ver-
assi al pescado como á la carne : é es la des, pero menores que los susodichos, é
pimienta de los indios, y de que mucho assi, segund el género del axi é la tierra
caso hacen, aunque hay abundancia de donde se pone, assi es mayor ó menor,
axi, porque en todas sus labranzas é ó colorada ó verde la fructa, porque no
huertos lo ponen é crian con mucha dili- la esperan á que madure. Otro axi hay
gencia é atención, porque continuamen- que echa los granillos verdes é muy pe-
te Lo comen con el pescado y con los mas queños : otro los echa pintados de negro,
de sus manjares. E no es menos agrada- que tira á azul escuro, no todo el grano,
ble á los chripstianos, ni hacen menos sino alguna parte del. Algún género hay
por ello que los indios, porque allende de axi que se puede comer crudo, é no
de ser muy buen especia , da buen gusto quema. De las hojas del axi se hace tan
é calor al estómago ; é es sano, pero asaz buena ó mejor salsa al gusto que la del
caliente cosa el axi. Esta es una planta perexil, desliéndole con el caldo de la
tan alta como,á la cinta de un hombre, é olla de carne ; pero la una salsa es fria é
algún género de axi hay tan alto ó mas la otra caliente; y en la verdad el axi es
que la estatura de un hombre bien alto; mejor con la carne é con el pescado que
mas en esto del grandor, mucho va en la muy buena pimienta.
ser la tierra donde se pone fértil ó del- Llévasse á España é á Italia é á otras
gada, ó ser regada; mas comunmente el partes por muy buena especia, é es cosa
axi es tan alto como cinco ó seys pal- muy sana, ó hállanse los hombros muy
mos , poco mas ó menos , é hacen un pié bien con ello en lodas las partes donde lo
copado é de muchas ramas. La flor del alcançan : é desde Europa envían por ello
axi es blanca y pequeña ; no huele, pero mercaderes é otras personas, é lo buscan
el fructo es á la vista en diferentes ma- con diligencia para su propria gula é ape-
neras é proporciones, y en efecto todo tito ; porque se ha visto por experiencia
axi quema mucho como la pimienta, é que es cosa muy saludable, é en especial el
alguno dello mas. Echa unos granos ó tiempo del invierno é tiempo frió, porque
vaynas (mejor diciendo) huecas é colora- de sí mismo es frió á lo que algunos por-
das , de muy fino color, é algunas délias fían ,y á mi paresçer, es caliente é mucho.
276 HISTORIA GENERAL Y NATURAL f
CAPITULO VIII.
De las calabaças que hay en esta Isla Española y en todas las otras islas y Tierra-Firme.
CAPITULO IX.
De los bihaos, que es cierta hierva (ó mas que hierva á mi paresçer) que no se siembra ni cultiva, sino que
la natura la produce, y es muy útil y provechosa á los indios en las cosas que aqui se dirá.
Hay en esta Isla Española y en las unos tallos en la mitad, y al rededor del
otras islas destas partes y en la Tierra- tallo están las hojas que suben desde el
Firme , ciertas hiervas ó plantas nasçidas pié del tallo. Destas hojas é bihaos se sir-
por la diligencia de la natura, muy se- ven mucho los indios, en especial en la
mejantes en la hoja á los que acá lla- Tierra-Firme; porque con estas hojas
man plátanos (sin lo ser), que en Ale- cubren algunas casas, y es buena mane-
xandria é otras partes llaman musas, de ra de cobrir é mas limpia que la de la
los quales plátanos ó musas adelante se paja é mas hermosa por de dentro de la
hará mas particular relación. Tornemos casa. Quando llueve, pónensselos indios
á los bihaos, que ninguna fructa echan estas hojas sobre las cabeças, acertándose
que sea de comer, sino ciertas cosas assi donde las hay ó topándolas, é ampá-
mesmas é no á otra alguna semejantes é ranse del agua con ellos, como lo harían
muy coloradas esas fructas, é no para con un sombrero. De las corteças de un
comer; porque son una cosa áspera é no tallo que echan en medio (ó astil que
tractable ni conviniente al gusto ni sus- nasçe entre las hojas) hacen unas cestas
tentación humana. Las hojas de estos que llaman havas para meter la ropa e
biahos son muy luengas é anchas y echan lo que quieren guardar, muy bien texi-
DE INDIAS, LIB. VIL CAP. IX. 277
das, é hácenlas dobladas ó enforradas de mas corteças destos bihaos hacen otra
forma que una es dos, y entre la una é manera de cestas para poner é llevar sal
la otra, al texerlas, ponen hojas de los de unas partes á otras, é son muy genti-
mismos bihaos: por lo qual, aunque llue- les las unas é las otras, y de hermosas
va sobre tales cestas ó se mojen en un labores.
rio, no se moja lo que va dentro. É Demás de lo que es dicho de la utili-
quando van camino, é llevan carga los dad destos bihaos, quando acaesçe estar
indios de alguna ropa ó cosas que quie- los indios en el campo, si les falta man-
ren llevar bien guardadas, toman dos tenimiento, arrancan destos bihaos los
havas ó cestas destas é atañías á un palo mas nuevos é comen lo baxo, aunque es
de guaçuma, que son muy livianos é re- poco de aquello que está debaxo de tier-
cios é lisos sin ñudos é del gordor que ra , que es muy blanco é tierno é no tiene
los quieren, é pónensele en el hombro mal sabor: antes paresçe mucho a lo
(Lám. 2.a, fig, 8.a), é assi caminan, uno tierno de los juncos que está só tierra;
é dos é muchos cargados, é van á la fila mas es mucho mejor é hay mas que co-
uno tras otro con su guia é algún indio mer en ello, puesto que yo creo que es
principal que los manda é hace parar á cosa muy caliente, no en el sabor, mas
descansar ó comer, donde les paresçe y en la operación, é mucho desto daña al
quando conviene. También de las rnes- estómago.
CAPITULO x.
í)e la cabuya y del henequén, e' de algunas particularidades de lo uno é de lo otro, que son dos cosas de
hilo ó cuerdas muy notables.
J_ja cabuya es una manera de hierva que pués que están enxutatas, quiébranlas, e
quiere paresçer en las hojas á los cardos con un palo á manera de espadar el cá-
ó lirios, pero mas anchas é mas gruesas ñamo , hacen saltar las corteças, é aris-
hojas : son muy verdes, é en esto imitan tas é queda la hebra de dentro de luengo
los lirios, y tienen algunas espinas é á luengo de la hoja : é á mañera de cer-
quieren paresçer en ellas á los cardos. ro júntanlo é espádanlo mas, é queda en
El henequén es otra hierva que también rollos de çerro que paresçe lino muy
es assi como cardo; mas las hojas son blanco e muy lindo, de lo qual hacen
mas angostas y mas luengas que las de cuerdas é sogas é cordones del gordor
la cabuya mucho. De lo uno y de lo otro que quieren, assi de la cabuya como del
se hace hilado y cuerdas harto réçias y henequén ; 6 aprovéchanssedello en mo-
de buen paresçer, puesto quel henequén chas cosas, eu especial para hacer los
es mejor é mas delgada hebra. Para la- hicos ó cuerdas de sus hamacas ó camas
brarlo, toman los indios estas hojas é tié- en que duermen, y encabuyallas, para que
nenlas algunos dias los indios en los rao- estén colgadas en el ayre, como está pin-
dales de los rios ó arroyos, cargadas de tada una destas hamacas en el libro V,
piedras, como ahogan en Castilla el li- capítulo II.
no ; y despues que han estado assi en el Alguno deste henequén (y también de
agua algunos dias, sacan estas hojas ó la cabuya) es hilo blanco 6 muy gentil;
tiéndenlas á enxugar ésecar al sol. Des- ó otro es algo rubio. Aqui quadra una
278 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
particular invención nueva destos indios, lugar ó parte que lo mueven), ludiendo en
enseñados de la natura, despues que los el hierro, y cómo el hilo va rogando, assi
chripstianos los enseñaron á estar en gri- lo van mejorando é poniendo del hilo
llos é prisión. Decirse ha la manera que que está sano é por roçar, y desta for-
tienen para cortar el hierro con hilo des- ma siegan un hierro por gruesso que sea,
ta cabuya jó del henequén, siles dan es- é lo cortan, como si fuesse una cosa tier-
pacio para ello. Esto está experimentado na ó muy fácil de cortar. En Tierra-Fir-
en quede noche, descuydados los chrips- me ha acaesçido cortar á troços los
tianos , é teniendo en cadenas presos al- indios áncoras de navios de la manera
gunos indios ó con grillos,se han solta- que está dicho. Quando se tracte de
do é ydose, é han hallado cortadas las la segunda parte desta General histo-
prisiones, y es destamanera. Como quien ria de Indias y de la Tierra-Firme, se
asierra, mueven sobre el hierro que quie- dirán mas particularidades destas cuer-
ren cortar un hilo de henequén ó cabu- das del henequén é de la cabuya, por-
ya, tirando é aíloxando , yendo é vinien- que allá se sirven mucho délias, assi
do de una mano hacia otra, y echando en lo que está dicho como en otras ma-
arena muy menuda sobre el hilo (en el neras.
CATIPULO XI.
Del maguey, que es otra hierva en algo semejante á la cabuya: puede servir de mantenimiento en tiempo
de neseessidad, é el principal efeto suyo es para hicos, id est, cordeles ó sogas muy buenas é para
otras cosas.
Jim la impression primera destas cosas della muchas cosas : lo uno hácesse hilo
de Indias no se hizo mención de una hier- é cuerdas é sogas, como de la cabuya ó
va muy útil é nesçessaria en estas partes, del henequén ; lo otro de la corteça de
la qual se llama maguey, é tiene mucha aquella vara que nasçe en la mitad , se
semejanza con la yuca, assi en algunos hacen cestas é atan con ella lo que quie-
efectos é provechos como en la vista. La ren; y demás desto, en tiempo denes-
hoja de la una é de la otra son anchas en çessidad, á falta de mahiz é caçabi é de
los extremos , é viénense ensangostando otros mantenimientos, es manjar para su-
hasta su nasçimiento ; pero nasçen en un plir la hambre, é no de mal sabor. Por-
tronco, ó de la manera que nasçe una le- que aquella cepa ó rayz en que nasçe, se
chuga éespárcense de aquel tronco, assi assa é lo comen los hombres, no por dul-
que toman un campo redondo ó compás ce pasto; mas no teniendo otros manja-
de una braca, segund son grandes ó pe- res, este no es dañoso ni empacha, é basta
queñas. Este maguey echa en la mitad á sostener la gente. En la vista es muy
una vara ó tallo liso é derecho, mas alto hermosa de ver esta hierva ó planta, las
que un hombre bien alto , y en el fin des- hojas de la qual son mayores que desde
te vastago unas flores en el extremo ama- el cobdo de un hombre hasta en ñn del
rillas é hechas en una cantidad de un mayor dedo tendida la mano ; é en el
palmo en lo mas alto, que paresçe una extremo ó fin de cada hoja es tan ancha
maçorca (ó talle della) de la manera que como un palmo, é en la mitad de aque-
se hacen en España los gamones. Esta es lla anchura al fin una puntica del talle,
muy útilé buena hierva, porque se hacen que aquí la pongo debuxada [Lám. %*,
DE INDIAS. LIB. VII. CAP. XI. 279
fig. 9.a) ; é quiere paresçer algo en el ta- palmos ó mas la hoja ó penca, é gruesas
lle á la segunda pintura de la hoja de la como de çaviras. De otras cosas muchas
yuca, puesto que la de la yuca es peque- se servían los indios desta hierva, y en
ña hoja é alta en las ramas, é aquesta el libro XI é capítulo XI, vereis lo de-
del maguey está en tierra, é es de tres mas.
CAPITULO XII.
De las yracas, que son hiervas en general, porque yraca quiere decir hierva, las quales los indios co-
men en sus potajes.
k^on los indios muy amigos de comer tinúan, dicen que se hallan bien con él, y
hiervas cocidas, y en Tierra-Firme llá- ellos acresçientan en este potaje calabaças
manlas yracas, que es lo mismo que de- é axi (que es la pimienta que tengo dicho),
cir hiervas ; porque aunque son conosçi- é quando tiene todo esto, es buen pota-
das entre ellos é tienen sus nombres pro-» je. Este nombre yraca es de la lengua de
prios é particulares, quando las nombran Cueva , en Tierra-Firme, en la goberna-
juntas dicen yracas, que es lo mismo que ción de Castilla del Oro, y en estas islas
decir hiervas. É las que tienen por sanas y en la Tierra-Firme hay muchas dife-
y experimentadas para su comer, juntas de rencias de lenguas de una gente á otra,
muchos géneros, las cuecen y hacen un é una cosa tiene muchos nombres, é tam-
potaje que paresçe espinacas guisadas, y bién diversas cosas tienen un mismo nom-
echan assi mismo flores de otras, é assi bre; y querer escudriñar este, seria nunca
toda aquella mezcla llaman ellos yracas, acabar. Y ved en quanta manera es la di-
é assi hacen sus potajes. A lo menos en ferencia : que alli donde á las hiervas
Tierra-Firme, donde algunos chripstia- llaman yracas seyendo muchas, llaman
nos ó por nesçessidad y hambre, ó por- á la muger yra> y á la manceba yra-
que otros son amigos de probarlo todo, cha. Passemos á lo demás de la agricul-
estiman este potaje é lóanle é aun le con- tura.
CAPITULO XIII.
De la plañía é fructa que los indios llaman lirencs en esta Isla Española.
-Ijiren es una fructa que nasçe en una destos pende ó está asido de una vergue-
planta que los indios cultivan, é aun al ta delgada, deque está colgado de la ra-
pressente algunos de los españoles en sus ma: ó aquella vena que le tiene al liren,
labranças en esta Isla Española; y es hier- es no mas gruessa que un alfiler común
va ó planta que se extiende y echa ramas, ó delgado. Estos lirenes cuecen los in-
como se dixo de los ajes é de las batatas, dios, é quando es tiempo desta fructa
é debaxo de tierra echa sufructo, que es hay mucha por las plazas que la sacan á
blanco é del tamaño que dátiles grues- vender, assi cocidos los lirenes ; é quí-
sos (é algo mayores y menores), é tienen tanle aquella corteruela de encima, que
una cascara muy delgada, é cada fructo es muy mas delgada é mas blanda que
280 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
una cascara de una castaña, é queda de tos lirenes. En fin son de buen sabor é no
dentro el liren blanco y es de buen sa- de mucha substancia. Hay en esta é otras
bor. No he visto en España, ni en otra islas mucha fructa desta, y en algunas
parte, fructa ni sabor á que compare es- partes de la Tierra-Firme destas Indias.
CAPITULO XIV.
De las pinas que llaman los chripstianos , porque lo paresçen : la qual fructa nombran los indios yayama,
é á cierto género de la misma fructa llaman boniama, é á otra generación dicen yayagua, como se dirá
en este capítulo non obstante que en otras partes tiene otros nombres.
Hay en esta Isla Española unos cardos, bor: assi que de cinco sentidos corpo-
que cada uno dellos lleva una pifia (ó rales los tres que se pueden aplicar á las
mejor diciendo alcarchopha), puesto que fructas, y aun el quarto, que es el pal-
porque paresçe pina las llaman los chrips- par, en excelencia participa destas qua-
tianos pinas, sin lo ser. Esta es una de las tro cosas ó sentidos sobre todas las fruc-
mas hermosas fructas que yo he visto en tas é manjares del mundo, en que la di-
todo lo que del mundo he andado. A lo ligencia de los hombres se ocupe en el
menos en España, ni en Francia , ni In- exerçiçio de la agricoltura ; y tiene otra
glaterra , Alemania, ni en Italia, ni en excelencia muy grande, y es que sin al-
Seçilia, ni en los otros Estados de la Ce- gún enojo del agricultor, se cria é sos-
sárea Magestad, assi como Borgoña, tiene. El quinto sentido, que es el oyr,
Flandes, Tirol, Artues, ni Olanda, ni la fructa no puede oyr ni escuchar ; pero
Gelanda, y los demás, no hay tan linda podrá el letor, en su lugar, atender con
fructa, aunque entren los milleruelos de atención lo que desta fructa yo escribo,
Seçilia, ni peras moscardas, ni todas y tenga por cierto que no me engaño, ni
aquellas fructas excelentes que el rey Fer- me alargo en lo que dix ere della. Porque
nando , primero de tal nombre en Ñapó- puesto que la fructa no puede tener los
les , acomuló en sus jardines del Parque otros quatro sentidos que le quise atri-
y el Parayso y Pujo Real : en la qual buir ó significar de suso, hásse de en-
fué opinion que estaba el principado de tender en el exerçiçio y perssona del que
todas las huertas de mas excelentes fruc- la come, y no de la fructa (que no tiene
tas de las que chripstianos poseian ; ni ánima, sino la vegetativa y sensitiva, y
en la Esquiva Noya del duque de Ferra- le falta la racional, que está en el hom-
ra , Hércoles, metida en aquella su isla bre con las demás). La vegetativa es aque-
del rio Pó ; ni la huerta, portátil en car- lla con que cresçen las plantas, y todas
retones, del señor Ludo vico Esfforça, du- las criaturas semejantes: la sensitiva, es
que de Milan, en que le llevaban los ár- aquel sentimiento del beneficio ó daño
boles cargados de fructa hasta la mesa y que resçibe ; assi como regando ó lim-
á su cámara. Ninguna destas, ni otras piando é escavando los árboles é plantas,
muchas que yo he visto, no tuvieron tal sienten el favor é regalo, é medran é
fructa como estas pinas ó alcarchophas, cresçen, é olvidándolos, ó chamuscan-
ni piensso que en el mundo la hay que se do, ó cortando, se secan épierden. De-
le iguale en estas cosas juntas que agora xemos esta materia á los expertos, é tor-
diré. Las quales son: hermosura de vista, nemos á lo que quise decir.
suavidad de olor, gusto de excelente sa- Mirando el hombre la hermosura desta
DE INDIAS. LIB. VII. CAP. XIV. 28 V
fructa , goça de ver la compusiçion é les puede desagradar la pintura, escu-
adornamento con que la natura la pintó chando la lectura ; con tal aditamento y
é hizo tan agradable á la vista para re- protestación, que les certifico que si en
creación de tal sentido : oliéndola goza algún tiempo la vieren, me avrán por
el otro sentido de un olor mixto con desculpado, si no supe, ni pude justa-
membrillos é duraznos ó melocotones, y mente loar esta fructa. Verdad es que ha
muy finos melones, y demás excelencias de tener respecto é advertir el que qui-
que todas essas fructas juntas y separa- siere culparme en que aquesta fructa es
das , sin alguna pesadumbre ; y no sola- de diversos géneros ó bondad (una mas
mente la mesa en que se pone , mas mu- que otra), en el gusto y aun en las otras
cha parte de la casa en que está, seyendo particularidades: y el que ha de ser juez,
madura é de perfeta sacón, huele muy ha de considerar lo que está dicho, y lo
bien y conhorta este sentido del oler que mas aquí diré en el proçesso ó dis-
maravillosa é aventajadamente sobre to- cante de las diferencias destas pinas. Y si,
das las otras fructas. Gustarla es una cosa por falta de colores y del debuxo, yo no
tan apetitosa é suave, que faltan pala- bastare á dar á entender lo que querría
bras en este caso, para dar al proprio su saber decir, dése Ja culpa á mi juicio, en
loor en esto; porque ninguna de las el qual á mis ojos es la mas hermosa
otras fructas que he nombrado, no se pue- fructa de todas las fructas que he visto y
den con muchos quilates comparar á es- la que mejor huele y mejor sabor tiene;
ta. Palparla, no es á la verdad tan blanda y en su grandeça y color, que es verde,
ni doméstica, porque ella misma paresçe alumbrado ó matiçado de un color ama-
que quiere ser tomada con acatamiento de rillo muy subido; y quanto mas se va
alguna toalla ó pañicuelo ; pero puesta en madurando mas participa del jalde é va
la mano, ninguna otra da tal contenta- perdiendo de lo verde, y assi se va au-
miento. Y medidas todas estas cosas y mentando el olor de mas que perfetos
particularidades, no hay ningún mediano melocotones, que participan asaz del
juicio que dexe de dar á estas pinas ó car- membrillo : que este es el olor, con que
chophas el principado de todas las fruc- mas similitud tiene esta fructa, y el gus-
tas. No pueden la pintura de mi pluma y to es mejor que los melocotones é mas çu-
palabras dar tan particular razón ni tan moso. Mondasse alrededor é hácenla ta-
al proprio el blason desta fructa, que sa- jadas redondas ó chullas, ó como quie-
tisffagan tan total y bastantemente que se re el trinchante, porque en cada parte al
pueda particularizar el caso, sin el pincel luengo ó al través tiene pelo é gentil
ó debuxo, y aun con esto serian menes- corte. En estas islas todas es fructa qual
ter las colores, para que mas conforme tengo dicho y muy común, porque en to-
(sino en todo en parte) se diesse mejor das ellas y en la Tierra-Firme las hay, y
á entender que yo lo hago y digo, por- como los indios tienen muchas y diversas
que en alguna manera la vista del letor lenguas, assi por diversos nombres la
pudiesse mas participar desta verdad; nombran : á lo menos en la Tierra-Firme
non obstante lo qual, pornéla, como su- en veynte ó treynta leguas acaesçe aver
piere hacerlo, tan mal debuxada como quatro ó cinco lenguas; y aun esso es
¿platicada [Lám. 2.*, jig. 10.a); pero pa- una de las causas principales porque los
ra los que esta fructa ovieren visto, bas- pocos chripstianos en aquellas partes se
tará aquesto, y ellos dirán lo demás. Y sostienen entre estas gentes bárbaras.
para los que nunca la vieron sino aquí, no Dexemos esto para en su lugar, é torne-
TOMO I 36
282 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
mos á esta fructa de las pinas ó alcarcho- que he dicho : é assi á este propóssito
phas : elqual nombre de pinas le pusieron cada qual es mas inclinado á su gusto, é
los chripstianos, porque lo paresçen en piensa que el que otra cosa dice, no lo
alguna manera, puesto que estas son mas siente tan bien como debria. Pero dexa-
hermosas é no tienen aquella robustiçidad das sus settas ó aficionados paladares (que
de las pinas de piñones de Castilla ; por- aun estos pienso yo que son tan diferen-
que aquellas son madera ó quassi, y es- tes, como.los rostros humanos de los hom-
tas otras se cortan con un- cuchillo, como bres unos de otros), si sin pasión esto se
un melon, ó á tajadas redondas mejor, juzga, yo pensaría que la mayor parte de
quitándoles primero aquella cascara , que los jueces serian de mi opinion con esta
está á manera de unas escamas relevadas fructa, aunque como menos della que
(que las haçen paresçer pinas) ; pero no otro. Torno á decir que es única en estas
se abren ni dividen por aquellas junturas cosas juntas: en hermosura de vista, en
de las escamas como las de los piñones. sabor, en olor ; porque todas estas parles
Por cierto, assi como entre las aves se en un subjeto ó fructa no lo he visto assi
esmeró natura en las plumas, con que vis- en otra fructa alguna.
te á los pavos de nuestra Europa, assi Cada pina nasçe en un cardo asperís-
tuvo el mesmo cuidado en la compusiçion simo y espinoso y de luengas pencas é
y hermosura desta fructa mas que en to- muy salvaje, é de en medio de aquel
das las que yo he visto sin comparación, cardo sale un tallo redondo, que echa so-
é no sospecho que en el mundo hay otra de la una pina, la qual tarda en se saçonar
tan graciosa ó linda vista. Tienen una car- diez meses ó un año ; é cortada, no da
nosidad buena, apetitosaémuy salisffac- fructo mas aquel cardo, ni sirve sino á
toria al gusto : é son tamañas como me- embaraçar el terreno.
lones medianos , é algunas mayores , é Podrá decir alguno que, pues es car-
otras mucho menores, y esto causa que do, porque no llaman alcarchopha esta
no todas las pinas (aunque se paresçen) fructa: digo que en mano fué de los pri-
son de un género ó sabor. Algunas son meros chripstianos que acá la vieron
agras, ó por ser campesinas é mal culti- darles el un nombre ó el otro, y aun de
vadas , como por ser el terreno descon- mi paresçer mas proprio nombre sena
viniente, ó porque en todas las fructas decirla alcarchopha, aviendo respecto al
acaesçe ser mejor un melon que otro , y cardo é espinos en que nasçe, aunque
una pera que otra, y assi de todas las paresçe mas pina que alcarchopha. Ver-
demás, y por el consiguiente una pina dad es que no se parte totaliter de ser
hace gran ventaja á otra pina. Pero la alcarchopha, ni de las espinas, porque en
buena no tiene comparación con ella la coronilla encima de la pina nasçe e
otra fructa en las que yo he visto, ávi- tiene esta fructa un cogollo áspero, e
do respecto á todas las cosas que he di- adórnala mucho en la vista ; é algunas
cho , que consisten en ella. Bien creo tienen, allende desse, otro, é algunas dos
que avrá otros hombres que no se con- é mas de tales cogollos junto al peçon
formen conmigo; porque en España y donde ella está pegada con el tallo del
otras partes del mundo unos porfían que cardo é nasçida. Y para plantar otros
los higos son mejores que las peras, é cardos é pinas, estos tales cogollos son
otros que el membrillo es mejor que el la simiente ó subçession desta fructa;
durazno é las peras é higos ; é otros que porque tomando aquel cogollo que la pi-
las uvas mejor que los melones y las otras na tiene encima (ó qualquiera otro de
DE IiNDIAS. LIB. VII. CAP. XIV. 283
los que están pegados al peçon délia) é gio, para darla á los hidrópicos é amigos
híncanlo en tierra dos ó tres dedos en del beber. También digo que la carnosi-
fondo, dexando descubierta la mitad del dad desta fructa tiene sotiles briznas, co-
cogollo, luego prende muy bien, y en mo las pencas de los cardos que se co-
el discurso del tiempo que he dicho há- men en España: pero mas encubiertas
çese otro tal cardo cada cogollo, é da mucho al paladar é de menos empacho
otra pina tal como he dicho. Las hojas ó estorbo en el comerla, y por esto no
deste cardo quieren paresçer algo á las son útiles á las ençiasé dentadura, quan-
de las çaviras, salvo que estas son mas dose continúan á comer muy á menudo.
luengas é mas espinosas, é no tan gor- En la Tierra-Firme, en algunas partes, los
das ó corpulentas. Esta fructa seria en indios hacen vino destas pifias, é liénesse
mas tenida, si no oviesse tanta abun- por sano ; é yo lo he bebido y no es tal
dancia della. como el nuestro con mucha parte, por-
Las pinas de Tierra-Firme tengo yo que es muy dulçe, é ningún español ni
por mejores é mayores que las destas is- indio lo beberá, teniendo del de Castilla,
las. No se tiene esta fructa, despues que aunque el de España no sea de los muy
acaba de madurar, de quince ó veynte escogidos vinos.
dias adelante ; mas el tiempo que está sin Dixe de suso que estas pinas son de
se corromper é podrir es excelente. Pues- diversos géneros y assi es verdad, en es-
to que algunos la condenan por colérica, pecial de tres maneras. A unas llaman
yo no sé desso lo cierto ; mas sé que yayama; á otras dicen boniama; é á otras
despierta el apetito, é á muchos que por yayagua. Esta postrera generación es al-
hastio no pueden comer les restituye la go agrá é áspera é de dentro blanca é
gana para ello, élesdá aliento é volun- vinosa: laque llaman boniama es blanca
tad á se esforçar á comer é repara el dentro é dulce, mas algo estoposa : la que
gusto. Su sabor mas puntual, ó á lo que llaman yayama es algo en su propor-
mas quiere paresçer, es al melocotón, é ción prolongada é del talle de la que
huele juntamente, como durazno é mem- aqui he pintado, é las otras dos mane-
brillo; mas ese sabor tiénele la pina mez- ras ó géneros, de quien he hablado, son
clado con una mixtion de moscatel, é por mas redondas. Assi que, esta última di-
tanto es de mejor sabor que los meloco- cha yayama es la mejor de todas ; é de
tones. Solo un defecto le atribuyen algu- dentro es la color amarilla escura, y es
nos , por el qual no agrada Cumplida- muy dulçe é suave de comer é de quien
mente á todos gustos ; y es que el vino, se ha de entender lo que está dicho, en
aunque sea el mejor del mundo, no sabe loor de aquesta fructa. En algunas partes
bien bebido tras la pina, é si assi su- hay de las unas é de las otras, salvajes,
piera , como sabe con las peras asaderas que se nasçen por sí en el campo en
ú otras cosas que con el beber tienen grandíssima moltitud; pero las que se
aprendido los que son del vino amigos, labran é cultivan son mejores, sin com-
fuera única á su paresçer de los tales : é paración, é reconosçen bien el beneficio
creo que esta es la causa por qué acá no del agricultor é son mas delicadas. Al-
están bien algunos con esta fructa. Ni gunas se han llevado á España, é muy
tampoco sabe bien el agua, bebiéndola pocas llegan allá : é ya que lleguen no
tras la pina ; y esto que á algunos pares- pueden ser perfectas ni buenas , porque
Çe tacha é grand dificultad, me paresçe las han de cortar verdes é saçonarsse en
á mi que es excelencia y grand previle- la mar, v dessa forma pierden el crédito.
284 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Yo las he probado á llevar, é por no aparte de aquella devota hermita de
se aver acertado la navegación, é tardar Nuestra Señora de Atocha (que ya es
muchos días, se me perdieron é pudrie- monasterio de frayres dominicos). Y tam-
ron todas, é probé á llevar los cogollos bién lo he visto en la cibdad de Ávila,
é también se perdieron. No es fructa sino como lo dixe en el capítulo I deste li-
para esta tierra ú otra que á lo menos bro VII ; pero en el Andalucía en mu-
no sea tan fria como España. Verdad es chas partes se ha hecho el mahiz, é
que el mahiz, que es el pan destas par- por esso soy de opinion que se harían
tes, yo lo he visto en mi tierra, en Ma- estas pinas ó cardos, llevando los cogo-
drid, muy bueno en un heredamiento del llos que he dicho puestos y de 1res ó
comendador, Hernán Ramirez Galindo, quatro meses presos acá, en estas partes.
CAPITULO xv.
Que tracla de la fructa llamada imocona, la qual se cria sin la industria de los hombres.
JLJI verdadero agricultor, maestro de la boniata, que no mata. La hoja tiene como
natura, produce de su liberalidad inmen- la diahutia, aunque no tan ancha, pero
sa una fructa que se dice imocona, en mas prolongada ; y es sana fructa, é los
esta Isla Española é otras partes destas indios no la tienen por la inferior de to-
Indias : la qual asada sabe á la yuca de das : antes la estiman é han por de las
la Tierra-Firme, ó á la que acá llaman mejores á su gusto.
CAPITULO XVI.
De los guayaros, ques una fructa como cherevías.
JLíOS guayaros es una fructa que paresçe revía, y náscense de sí mismos sin alguna
cherevías, é son assi mismo rayçes, como diligencia ni trabaxo de los hombres, e
imocona en su producción, y echan fue- hay muchos en algunas partes desta isla;
ra de tierra un bexuquillo ó vergueta é en otras son muy deseados, porque les
alta. Y el guayaro es blanco, como la che- son agradables á su gusto destos indios.
CAPITULO XVIL
De la fructa que los indios llaman cauallos.
V^AUALLOS llaman los indios en esta Isla otras muchas fruc'tas salvajes que tenían"
Española una fructa ques como lirenes; los indios desta tierra conosçidas, se
mas estos cauallos son algo mayores é aprovechaban mucho para su manteni-
nasçen en tierras flacas é delgadas, é es miento, quando andaban en el campo e
sano manjar é agradable á los indios. Es continuaban la guerra apartados de sus
fructa salvaje é nasçida é criada por solo casas é asientos: é assi no les fal-
el cuydado de la natura, de la quai é taba qué comer en todos los tiero-
D£ INDIAS. LIB. VII. CAP. XVII. 28;í
pos, por la noticia mucha que tenían ses del año se hallan é son produ-
destos manjares , que en diversos me- çidos.
CAPITULO XVÍII.
Que tracta de los fésoles que los chripstianos llaman : de los quales hay muchas maneras en las Indias.
JLíOS indios tenían esta simiente de los que dice Plinio por estas palabras : «Yo
fésoles en esta isla y otras muchas y en la sé que los tordos é páxaros se echan del
Tierra-Firme mucho mas, y en especial mijo é del pánico, soterrando á los qua-
en la Nueva España é Nicaragua é otras tro cantos del campo una hierva, el nom-
paites, donde en mucha abundancia se bre de la qual es incógnito ; é es cosa
coge tal legumbre. Desta simiente hace maravillosa que ningún páxaro alli en-
especial mención Plinio ', é llámalos fa- tra 2. » Esto queste auctor diçe, me paresçe
givoles: en Aragon se llaman judías, y á lo que muchas veces yo vi en aquella
la simiente de los de España y de los de provincia de Nicaragua en diversas he-
acá es la misma propriamente ; pero en redades: que á los cornijales délias te-
algunas partes se cogen en grandíssima nían puestojos indios ciertos palillos ata-
abundancia. Yo he visto en la provincia dos, é también algunas hojas rebujadas
de Nagrando ( ques en Nicaragua, á la en otras partes, ó pedreçuelas, ó otras
costa de la mar del Sur), coger á cente- señales conosçidas, é la hierva de en
nares las hanegas destos fésoles ; y tam- torno limpia, ó algunos trapillos de al-
bién en aquella tierra é en otras de aque- godón. É en fin, paresçian estas cosas
lla costa hay otras muchas maneras de hechas con arte ó por algún respeto, ó
fésoles, porque demás de los comunes, de las aves, ó porque granasse lo sem-
hay otros ques la simiente amarilla, é brado ó no se abuchornasse, ó por otro9
otros pintados de pecas. É otra legum- fines que yo no sojuzgar; y en esto tal
bre tienen que son como habas; pero los que se ocupaban eran en especial
muy mayores, é algo amargas, comién- unas viejas mal encaradas é disformes. É
dolas crudas: é de las unas é de las otras en aquella tierra hay mucha cosa de he-
hacen los indios sus simenteras ordina- chiceros, é no sospechábamos los chrips-
riamente. Y alli en Nicaragua hay rnas tianos que se hacia esto sin ayuda ó su-
cuydado en esto de la agricoltura que en perstición del demonio; porque pregun-
parte de quantas yo he estado en las In- tados á los indios é indias á qué pro-
dias ; y porque aqui quadra bien lo que póssito lo hacían, respondían diferente-
he visto de aquellos indios en sus hacas, mente é decían que era bueno haçersse
asside niahiz, como de algodón ó de yuca aquello. Y porque , quundo se hable de
ó de qualquier otro mantenimiento que en aquella tierra en particular, se dirá mas
el campo tengan sembrado, decirlo hé; desta materia , quédesse para en su
pero no sé si estos indios tienen noticia lugar.
i Plin., Hb. XVIII, cap. 12- 2 Plin., lib. XVIII, cap. 17.
28G HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XIX.
El quai tracta de una fructa que se llama names ; digo nnames.
flI AME es una fructa extrangera é no tales, é son mayores que ajes comun-
natural de aquestas Indias, la qual se ha mente. Córtanlos á pedaços, é siembran
traydo á esta nuestra Isla Española é á soterrándolos un palmo debaxo de tier-
otras partes destas Indias : é vino con ra , é nasçen ; é assi vinieron los prime-
esta mala casta de los negros, é háse fe- ros, é después de la planta é rama que
cho muy bien , é es provechosa é buen hacen, se han multiplicado mucho en las
mantenimiento para los negros, de los islas que hay pobladas de chripstianos, é
quales hay mas de los que algunos avrien assi mismo en la Tierra-Firme ; é es buen
menester, por sus rebeliones. Estos nna- mantenimiento.
mes quieren paresçer ajes ; pero no son
Este es el libro octavo de la primera parte de la Natural y general historia de las
Indias, islas é Tierra-Firme del mar Océano: el quai tracta de los árboles fructíferos,
por el capitán Gonçalo Fernandez de Oviedo, capitán de la fortaleza y cibdad de
Sancto Domingo ycoronista del Emperador y Rey, nuestro señor.
PROHEMIO.
CAPITULO I.
Que tracla de los árboles que se han traydo á esta Isla Española desde Europa á nuestra España, el
qual capítulo contiene once párrafos ó partes.
L JHánse traydo á esta Isla Españo- roxa, aunque algunos hay de simiente
la naranjos, desde Castilla; é hay acá tan- blanca, pero no tantos con mucha parte.
tos, que se han aumentado dellos innu- Estas higueras pierden acá la hoja, y es-
merables muy buenos, dulces é agros tán parte del año sin ella, lo qual hacen
(assi en esta cibdad de Sancto Domingo, acá muy pocos árboles ; y en el mes de
como en todas las otras partes de la isla, hebrero comiençan á brotar é poner hoja,
donde hay poblaciones de chripstianos, é se tornan á vestir della en la primave-
en sus heredamientos é jardines é donde ra ó mes de março, é de ahi adelante.
quieren ponerlos), y lo mismo hay en las Mas estas higueras se envegesçen acá
otras islas y en la Tierra-Firme, donde muy presto, é desde á seys ó siete años
hay poblaciones de españoles. es menester poner otras, porque deste
II. Hay muchos limones, é limas, é tiempo adelante valen poco é dan poca
muchos cidros, y de todo esto que es di- fructa é peor.
cho mucha cantidad , y muy bueno todo; IV. Hay muchos granados dulces c
y tal, que no le hace ventaja el Andalu- agros, é de muy buenas granadas, assi
cía en todos estos agros é géneros que en los huertos desta cibdad como en los
he dicho en ambos párraphos. heredamientos, y en las otras villas é po-
III. Hay muchas higueras, y de muy blaciones desta isla.
buenos higos, los quales hay en la mayor V. Hay membrillos (ó bembrillos) as-
parte del año muchos ó pocos, y en es- si mismo traydos de Castilla; pero no se
pecial en su tiempo en mucha abundan- hacen muy bien, ni en la cantidad e
cia en e^ta cibdad , y en sus heredades, abundancia que las otras fructas que se
y assi en las otras partes desta isla ; y ha dicho de suso ; é son pequeños, é no
h acense muy bien estos árboles, é los hi- muy buenos, porque son ásperos é nu-
gos son de los que en Castilla llaman go- dosos. Créese que con el tiempo serán
denes y en Aragon y Cataluña de burja- mejores.
çote. Son los mas de simiente colorada ó VI. Hay palmas que se han puesto en
DE INDIAS. LIB. VIH. CAP. I. 280
esta cibdad, y en muchas heredades y trema é no paresçe á los otros árboles
partes desta isla, de los cuescos de los (excepto que el lentisco en España fenes-
dátiles que acá se han traydo , y hácen- çen sus ramas assi mismo en dos hojas,
se muy hermosas é llevan dátiles; pero como la cañafístola). La flor que echan es-
no los saben acá curar, y por tanto, aun- tos árboles es amarilla c quiere paresçer
que algunos los comen, no son buenos algoá la de la ginesta ó retama: estando
ni en perfiçion, y créese que es por no con fructo, paresçenmuy bien cargados de
los saber curar, é no por faita de las aquellos cañutos desta cañafístola , y háse
palmas. fecho en tanta abundancia que, como se
VII. Hay muchos y muy hermosos ár- dixo en el libro III, vale el quintal á qua-
boles de cañafístola, que los latinos lla- tro ducados ó menos en esta cibdad. El
man caxia, assi dentro en esta cibdad, primero árbol que destos ovo en esta isla
como en las heredades y en muchas par- fué en el monesterio de Sanct Francisco
tes déla isla.Estos son hermosos agran- de la cibdad de la Concepción de la Ve-
des árboles: no se truxeron de España ga ; é por exemplo de aquel se pusieron
ni lan poco los avie en esta isla ; mas otros, é se aumentaron é hicieron estos
sembráronse las pepitas de la cañafístola heredamientos é granjeria, que es muy
é luciéronse tan bien que hay ricos here- buena é provechosa é rica , é las naves
damientos de tales arboledas, é ovo mu- que tornan á España, siempre llevan mu-
chos mas que se destruyeron é secaron, á chas pipas llenas de cañafístola. Este ár-
causa de las hormigas, como se dirá ade- bol es uno de los que acá pierden la hoja;
lante en el capítulo I del libro X. Es de y de la cañafístola salvaje hay en Tierra-
creer que estos árboles se han fecho tan Firme mucha, é es quassi al doble mas
bien, porque acá hay cañafístolos salva- gruessa de la que yo he comido, y es
jes en esta y otras islas y en la Tierra- bien purgativa, é la pepita es como la
Firme , y es común árbol en estas Indias; de la común, é la cascara del cañuto es
salvo que la cañafístola que llevan estos mas gorda al tres doble de la otra. Quie-
otros salvajes es muy gruessa é quasi va- re paresçer garroba en el talle y hechura
na. Pero estos que se han fecho por la sobre redondo : tiene lomo é barriga de
industria de los chripstianos llevan muy dos verdugos gruessos sobre redondo, ó
buena cañafístola, como ya. está sabido unas venas por encima, como verdugos,
en España é otras partes por el mundo, y es muy buena. Acuerdóme que el año
por la mucha que las naves han llevado de mili é quinientos é veynte y siete, á
y llevan cada dia desta é otras islas : su legua é media ó dos de Panamá , en la
hoja es luenga é de la color é verdor de costa austral hacia poniente, dó dicen el
las hojas de los nogales de Castilla, é tan rio de los Mahizalcs, se hallaron algunos
luengas, pero mas angostas é delgadas. árboles destos, é yo vi la cañafístola de-
Y diré aquí una particularidad que he no- llos é la comí, é era buena, é de la ma-
tado en esto, y es que lodos los árboles nera que lo he dicho.
y plantas que he visto, de qualquier gé- VIII. Hánse puesto é hay en esta cib-
nero que sean, todas sus hojas fenesçen dad muchas parras de las de Castilla é
en una que está en el extremo ó punta llevan buenas uvas, y es de creer que
de la rama, y la cañafístola en dos, de se liarán en grande abundancia, si sedie-
la manera que aqui las debuxo [Lám. 3.a, ren á ellas, entendiendo bienio que han
fig- 1.a); porque me paresçe un notable menester ; porque como la tierra es hú-
para mirar en él, pues que en esto se ex- meda , luego que ha dado la parra el
TOMO I.
290 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
fructo, si luego la podan, luego torna á X. Hay una fructa que acá llaman
broctar, y assi se esquilman mucho é se plátanos; pero en la verdad no lo son, ni
envejesçen presto. Estas se truxeron de estos son árboles, ni los avia en estas In-
Castilla, pero sin ellas, allende de las de dias, é fueron traydos á ellas ; mas que-
la cibdad, hay muchas parras de las mis- darse han con este improprio nombre de
mas en los heredamientos é poblaciones plátanos. Siémbranse una vez é no mas,
destas islas, traydas, como he dicho, de porque de uno se multiplican muchos, é
España. Non obstante lo qual, digo que va en ellos aumentándose una subçes-
en esta isla, como en otras, y en muchas sion grandíssima ; porque, como el plá-
tierras ó partes de la Tierra-Firme hay tano mas antiguo ha procreado tres ó
muchas parras salvajes de uvas, y de quatro é seys é mas hijos alrededor de
muchas délias he yo comido en la Tier- sí, lleva un racimo é fructo que hace, é
ra-Firme ; é es cosa muy común , é assi aquel cortado, sécasse la planta que lo
creo que fueron todas las del mundo en echó ó produció. É porque no embarace
su principio, é que de las tales, se tomó ni tarde en se secar, assi como cortan
el origen para las cultivar é hacer me- el fructo, ques á manera de un racimo,
jores. cortan el tronco desta planta, porque no
IX. Hay en esta cibdad algunos oli- es mas de provecho ni lleva mas, é lue-
vos grandes é hermosos árboles, que assi go pierde su virtud, é queda en los hi-
mesmo fueron traydos de España ; pero jos é subçessores que han nasçido alre-
son los que digo estériles, é no llevan dedor. Dixe de suso questos no son plá-
fructo sino de hojas, y también los hay tanos; porque la forma del plátano, se-
en algunos heredamientos é otras partes gund lo que del escriben, es muy dife-
desta isla; pero como he dicho, sin fruc- rente é de otra manera. Estos de acá
to. Y es gran notable que todas las fruc- tienen las hojas muy grandes é muy an-
tas de cuesco que se han traydo de Es- chas é son altos, como árboles, é há-
paña y otras partes á esta isla, por mara- çense algunos tan gruesos en el tronco
villa prenden, y si prenden, no llevan como un hombre por la cintura, é como
fructo alguno, sino hojas. Por cierto yo el muslo otros, é assi algunos algo mas
he traydo cuescos de duraznos, y de me- ó menos, segund la fertilidad ó terreno
locotones é alvérchigos de Toledo, é ci- en que se ponen : é desde abaxo arriba
ruelas de frayle, y de guindas é çereças, echan unas hojas longuíssimas, algunas
é piñones, é todos estos cuescos he fe- de doce palmos é mas é menos de longi-
cho sembrar en diveras partes y here- tud , é de tres y quatro palmos de lati-
dades : ninguno de todos ha prendido. tud y mas y menos, segund son; las qua-
Plinio dice 4 que los olivos en la India les muy fácilmente rompe el viento en
son estériles, é que no producen otro muchas partes, quedando entero el lomo
fructo sino aquel que hace el olivo sal- ó astil de lamesma hoja. Esta planta es
vaje ; de manera que estos nuestros oli- toda como un cogollo, y en lo alto del
vos desta isla son mas estériles que los nasce un racimo, el tallo del qual es
que Plinio dice de India; porque si aque- grueso, como la muñeca del braco, que
llos , como él dice, dan el fructo que procede é va encaminado desde la me-
los olivos salvajes (ó açebuches), los de dula ó mitad de todas las hojas, é en
acá no llevan sino solamente hojas. aquel tallo al extremo ó fin del es el fruc-
CAPITULO II.
De los árboles fructíferos é naturales de aquesta Isla Española , á primeramente de los hobos.
CAPITULO III.
Del árbol llamado caymito , é de su fructa é diferencias délia, c de la nueva forma ó diferenciada manera
que su hoja tiene con todos los otros árboles.
CAPITULO IV.
Del árbol llamado higüero. El acento de la letra u ha de ser luengo, ó de espacio dicho, de manera que no
se pronuncien breve, ni juntamente estas tres letras gue, sino que se detenga poquita cosa enlrelau y la c,
é diga hi..gu..ero. Digo esto, porque el Iefor no entienda liiguero, ó loguera de higos.
H,IIGüERO es árbol grande , como los mo- paresçe en el pelo, después de labrado,
rales de Castilla é mas é menos. La fruc- granado ó espino. La hoja deste árbol es
ta que llevan, son cierta manera de cala- luenga y estrecha, é lo mas ancho della
baças redondas é algunas prolongadas: é es en el extremo ó en la punta, e desde
las redondas son muy redondas, de las ella va disminuyendo para abaxo al pe-
quales los indios haçen taças é* otras va- çon, donde está assi asida, como aquí
sijas, para beber é otros servicios. El palo la debuxo. Comen los indios, aviendo
ó madera deste árbol es reçio é bueno nesçessidad, esta fructa, digo lo de
para sillas de caderas y de las pequeñas, dentro della, lo qual es de la misma
é para fustes de sillas ginetas é otras co- manera que la calabaça quaxada, quando
sas, lis flexible ó correoso é fuerte, é fslá verde: curándolas y sacándoles lo
£96 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
de dentro, para hacer algún vaso de la esta (Lám. 3.a fig. 3.a). Mas hay otros hi-
higuera, le queda al tal vaso el lustre é güeros en la Tierra-Firme diferenciados,
manera de calabaça, é no son otra cosa no en el fructo, ni en cosa de lo ques
sino calabaças de la forma ó género que dicho, sino solamente en la hoja, ques
he dicho. Esta fructa ó calabaças son tan desta manera [Lám. 3.a fig. 4.a), hecha
grandes las mayores, como una olla que una cruz cada una hoja, como aqui yo
quepa dos açumbres é mas de agua, é de la he debuxado ; porque me paresçe un
alli para abaxo hasta no ser mayores que notable muy señalado, en que paresçe el
un puño cerrado ; é assi haçen della sus testimonio de la Cruz, é que no la han
vasijas del tamaño que lo sufre la gran- podido ignorar estas gentes. Estos árboles
deza de cada una. Estos árboles son co- higüeros que tienen las hojas todas fe-
munes é ordinarios en esta y en todas las chas cruces, he yo visto en la provincia
islas é Tierra-Firme destas Indias. Mas de Nicaragua , é señaladamente en Na-
porque en algunas provincias los vasos grando, donde está la cibdad de Leon, é
quedesta fructa ó calabaças se haçen, son otras partes de aquella tierra ; y maravi-
preciosos é lindos, y demás desso hay llado yo destas hojas, cogí algunas para
otra diferencia misteriosa en las hojas, é las mostrar en España, como las mostré,
en la primera impression prometí de lo y aun al pressente están algunas délias en
decir en la segunda parte desta Historia mi poder. Pero donde he dicho hay mu-
General de Iridias, paresçiéndome des- chos árboles destos, y alli en Nicaragua
pues que es mejor que estas materias es- llaman á este árbol guacal, y los vasos
ten juntas, dixe en el prohemio desto presçiosos de las higueras se hallaron en
libro VIII que en él diria lo que tocasse el Darien y en el golpho de Urabá, con sus
á la Tierra-Firme. Y cumpliendo mi pa- asideros ó asas de oro en estas higueras,
labra, digo que la común hoja del hi- y ellas tan lindas, que sin dubda ni re-
güero es luenga y estrecha, y lo mas an- proche se podía dar de beber con las
cho della es en el extremo ó fin de la tales higueras á qualquier rey poderoso.
hoja, é desde alli va disminuyendo para Y estas venían por aquel rio grande de
abaxo al peçon do está asida, segund se Sanct Johan, que entra en el golpho
dixo de suso, é aqui se ve patente en de Urabá, por via de comercio.
CAPITULO V.
Del árbol llamado xagua, y de su fructa y de la tinta que se hace della.
_í\AGüA es un árbol hermoso y alto, y he En esta isla, aunque hay árboles destos,
visto hacer del y he tenido hermosas as- no son tantos ni tales, como en Tierra-
tas de lanças, tan luengas é gruesas como Firme, en la provincia de Cueva ó Casti-
las quieren hacer: es madera mas pessa- lla del Oro, para hacerse las astas que
da que el fresno, y muy común en esta he dicho. Echa una fructa tan grande
isla é otras y en la Tierra-Firme. Son como dormideras, é muy semejante á
árboles altos é derechos é de la forma de ellas, salvo en las coronillas, que la xa-
los fresnos ; hermosos en la vista, é las gua no las tiene. Es buena de comer
astas que se haçen son de linda tez é co- quando está madura é saçonada ; de la
lor entre pardo é leonado sobre blanco. qual fructa se saca agua muy clara, con
DE INDIAS. LIB. VIII. CAP. V. 297
la quai los indios é indias se lavan las xagua, mezclada con otras aguas oloro-
piernas, é á veçes toda la persona, quan- sas ; porque desde á poco les salen mas
do sienten las carnes floxas del cansan- lunares de los que querrían, é la que no
cio. É también por su placer se pintan sabe el secreto ó de qué causa le proce-
con esta agua, la qual, demás de ser su den las tales manchas, pénenla en con-
propria virtud apretar é restringuir poco goxa de buscar remedios; lodos los qua-
á poco, se torna tan negro todo lo que les son dañosos é aparejados mas para
la dicha agua ha tocado, como un fino é se quemar é desollar el rostro ó pecho,
polido açabache , ó mas negro : la qual do estuvieren tales mancillas ó lunares,
tinta por cosa alguna no se puede quitar, que no para guaresçer dcllos, hasla que
sin que passen quince ó veynte dias ó hagan su curso é passen los veynte dias,
mas ; é muchas veces lo que toca en las segund dixe de suso, é poco á poco por
uñas, nunca dexa de ser negro hasta que sí misma se vaya quitando la tinta.
se mudan, ó cortándolas poco á poco, Quando los indios han de yr á pelear,
como van cresçiendo é se acaba de mu- en la Tierra-Firme, píntanse con esta xa-
dar toda, si una vez la dexan enxugar gua é con la bixa, que es otra pintura
en el agua de la xagua después de pues- roxa á manera de almagre (pero mas fi-
ta: lo qual yo he algunas veces probado, na color de roxo). Y también las indias
porque los que en Tierra-Firme avernos se afeytan, quando quieren bien paresçer,
andado en la guerra, ó trabaxado en con la una ó con entrambas colores ; y
aquellas partes, á causa de los muchos en la verdad á mis ojos poco mejor pa-
rios que se passan , es muy provechosa resçen que diablos, quando assi están
la xagua para las piernas, porque como afeytadas ó ellos pintados. Y demás de ser
he dicho, aprieta. la bixa pegajosa, mezclan con ella cier-
Suélensse hacer burlas á mugeres, ro- tas gomas, porque pegue mejor, y huelen
ciándolas descuydadamcnte con agua de mal y á los indios les es grato aquel olor.
CAPITULO VI.
De la bixa. Esle no es árbol, sino planta ó arbusto, é por si mismo é de la natura producido, como son
todos los que he dicho, y también los plantan los indios.
ixA. Este es arbusto ó planta, produ- á los del algodón , salvo que por de fuera
cido de sí mismo por industria é obra de tienen un vello grosezuelo, por çierlas
la natura, como todos los que he dicho. venas que de fuera señalan los aparta-
Pero también este é los otros los plantan mientos ó partes que de dentro tiene el
los indios, quando quieren ; y puse aqui capullo, dentro del qual están unos gra-
este, porque vino á propóssito de lapin« nos colorados, ó roxos, que se pegan
tura de los indios con la bixa ó la xagua. como cera ó mas viscosos; é de aquellos
Esta planta ó bixa hay en esta ó las otras hacen unas pelotas los indios con que des-
islas é en la Tierra-Firme, é son tan al- pués se pintan las caras, 6 lo mezclan con
tas como estado y medio de hombre, ó ciertas gomas, é se hacen unas pinturas
poco mas ó menos. Tiene la hoja quassi como bermellón fino, é de aquella color
de la manera del algodón, y echa unos se pintan las caras y el cuerpo, de tan
íructos en capullos que quieren paresçer buena gracia que paresçen al mismo dia-
TOMO I. 38
298 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
blo. É las indias hacen lo mismo, quando ó comento que hizo á la Comedia del
quieren hacer sus fiestas é areytos ó bay- Dante. De manera que estas gentes salva-
les , y los indios, quando quieren pares- jes de acá ya tovieron á quien imitassen
çer bien, é quando van á pelear, por en Roma, con estas desvariadas pinturas;
paresçer feroces. Después aquesta bixa es y no solamente los romanos antiguos tu-
muy mala de quitar hasta que passan vieron tales costumbres, pero los britá-
muchos dias ; mas aprieta mucho las car- nicos ó ingleses mas complidamente, pues
nes é dicen que se hallan muy bien con todos solian teñirse con cierto ungüento
ella, é aun tiene un bien ó sirve á los in- de color bixio ó colorado, porque daba
dios en esto: que quando están assi pin- mas horrible aspecto en el combatir. Assi
tados , aunque los hieran, como es la lo escribe aquel grand Julio César en sus
pintura colorada é de la color que le sale Comentarios 2 : é aun otros vicios escribe
la sangre , no desmayan tanto como los destos ingleses de tanta é mas admiración
que no están pintados de aquella color que los errores de los indios, pues dice
roxa ó sanguina ; y ellos atribúyenlo á la el mismo César que diez é doce dellos
virtud de la bixa, é no es sino por ser tenían una muger común, mayormente
assi de color sanguina, con la qual no hermanos con hermanos é padres con hi-
paresçe tanta la sangre, como se paresçe jos ; é quando los hijos nasçian, eran te-
en otro indio que no estéembixado. Ella nidos por de aquel que primero avia to-
es pintura que, demás de su mal paresçer, cado la esposa. Por cierto peores cosas ó
no tiene buen olor, á causa de las gomas semejantes, ó ninguna como esta he oy-
ó cosas con que la mezclan. Mas para do decir de gente del mundo, ni he ley-
pelear é mostrarse feroces en la batalla se do ni visto tan extraña é salvaje costum-
pintan de tal color; y no debemos mucho bre en alguna generación de todo lo que
maravillarnos de aquesto, pues los ro- se ha usado ó usa en el mundo.—Torne-
manos, quando triunphaban, yban en el mos á la historia de Indias. Digo que es-
carro en silla dorada, con vestidura pal- ta bixa es color estimada acá entre estas
mada y el rostro tinto de roxo, á imita- gentes desta isla é otras muchas en la
ción del elemento del fuego. Assi lo dice Tierra-Firme, para los efetos que tengo
Chripstóphoro Landino * en la exposición dicho.
CAPITULO VII.
Del árbol llamado guaçuma ó de su fructa.
Ijuaçuma es un árbol grande que echa se hace aquel bevraje, y en pocos dias,
una fructa como moras, é quassi es la ho- usándolo, se paran gordos los indios, e
ja como la del moral, pero menor. É ha- aun ios caballos, quando lo quieren be-
cen los indios un bevraje desta fructa ber, porque otros no lo quieren. La ma-
que engordan con él como puercos; é dera de aquestos árboles es liviana mu-
para esto, echan la fructa en agua é de cho , é de ella hacen los indios en la Tier-
aquella, mezclada con esta fructa majada, ra-Firme los palos ó bastones de carga,
CAPITULO VIII.
Deláibol llamado guama c de su frucla.
vTuAMA es un árbol grande é de la mas lian comer, y aun los chripstianos, con
común é abundante madera que hay en nesçessidad. Yo la he visto muchas ve-
esta Isla Española, é de la que mas se ces esta fructa y la he probado ; pero
gasta, á causa de los cocimientos de las parésçeme ques mas para los gatos mo-
calderas en que se cuece el acucar en los nillos que no para hombres. Háyla assi
ingenios ; porque es madera, de que se mismo esta fructa é árboles en otras is-
halla mucha cantidad é grandes árbo- las , y en la Tierra-Firme : tiene den-
les é de buena lumbre, é no pesada ó tro de aquellas vaynas que hace unos
mala la lumbre ó resplandor de ella, granos tamaños como avellanas, cubier-
ni recia de comportar á la cabeça. Su tos de una poca de carnosidad blanca é
fructa es como unas algarrovas anchas de buen sabor, é una pepita mas inte-
é mayores que las de España é quas- rior; mas aquella pepita no se come, por-
si del sabor délias. Los indios las so- que amarga.
CAPITULO IX.
De los árboles é fruclas llamados hicacos.
HICACO es un árbol que en la hoja quie- nosidad que tiene de comer es blanca
re paresçer mucho al madroño, y muy mucho, é nunca se despega tan presto
desemejante en la fructa. El árbol no es que no sea menester volver á ello, quassi
mayor que el del madroño : la fructa del rumiando, para despojar el cuesco. La tez
hicaco es unas manganas pequeñas : al- desta fructa ó corteça tiene alguna simi-
gunas son blancas é algunas coloradas ó litud con la piel de la cara de las monas;
roxas, é otras quassi negras. No es de las porque por moça que sea la mona pa-
muy buenas fructas, ni tampoco es mala, resçe vieja en las rugas, y assi las man-
ni dañosa. El cuesco es grande, segund la ganas destos hicacos ó fructa siempre es-
poca cantidad del fructo (porque es poco tán llenas de rugas por frescas que sean.
lo que hay que comer), é háse de despe- Son buenos los hicacos para fluxo de
gar royendo bien, é por tanto no es buen vientre, y es árbol salvaje este y todos
manjar para las ençias. Aquella poca car- los que he dicho en este libro VIH, na-
300 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
turales en esta é otras muchas islas y en mejor fructa. Son amigos estos árboles
la Tierra-Firme; y ellos se nasçen por del ayre de la mar, é por la mayor par-
sí, é hinchen parte de los boscajes é sel- te siempre se hallan cerca de la costa de
vas , aunque algunos dellos también se la mar, ó no muy desviados délia; y assi
cultivan, é hombres que se deleytan de se hacen en tierras muy livianas ó are-
toda agricoltura, los labran é hácense de nales.
CAPITULO X.
Del árbol llamado yaruma é de su fructa.
CAPITULO XI.
Del árbol llamado macagua, é de su fructa é madera.
CAPITULO XII.
Del árbol açuba é de su extremada fructa.
CAPITULO XIII.
Del árbol llamado guiabara, que los cliripstiauos llaman uvero.
UVERO llaman los chripstianos al árbol da [Lám.SSf fig. 5.*), la qual por ser
que los indios llaman guiabara. Este es tan diferente é señalada hoja entre todas
buen árbol 6 de gentil madera, en espe- las otras, la pusse aqui. Es la mayor ho-
cial para hacer carbon para los herreros ja destas como un palmo de ancho ó algo
é plateros é otros oficios ; y cómo son mas, é de ahy abaxo menores. En el
árboles copados y extendidos en ramas tiempo que en esta isla é otras, é aun en
y no derechas, aunque son gruessas y la Tierra-Firme, se continuaba la guerra,
es recia la madera, no son para fábricas cómo no traían los chripstianos á la ma-
de casas, sino para tajones ó cepos de no el papel 6 tinta, servíansse destas
carnicerías ó otras cosas, porque vigas hojas, como lo hicieran de papel 6 tinta.
ni alfarxias no se pueden sacar destos Esta hoja es verdeé gruessa, ó tan gor-
árboles. Es la madera muy semejante á da COmO dos hojas juntas de yedra ; ó la<
la del madroño, éassi colorada; pero es venas son coloradas ó moradas é delga-
mas recia. La fructa son unos racimos de das, é con un alfiler 6 un cabo de agu-
unas uvas ralas desviadas unas de oti jetas" puede escrebir lo que quissieren
é de color como rosado ó moradas é* bue- en estas hojas del un cabo é del otro, es-
nas de comer, aunque el cuesco que tando verdes é cortadas del árbol acjin-J
tienen es muy grande, segund el tamaño día : é la> letras parescen blancas rascu-
de las uvas ó granos o lo poco que tie- ñadas é tan diferente- de la tez de la ho-
nen que comer; é los mas gordos son ja que queda entre las letras, que es muy
como avellanas con cascara. Tienen la legible aclara letra la (pie en estas hojas
hoja de la manera que aquí está debuxa- BSSÍ se hace, £ assi escripias las liojas, en-
302 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
viábanlas con un indio, donde los espa- que subçede derecho del peçon es al-
ñoles se las mandaban llevar; é va bien go groseçuelo, las otras ramas ó ve-
escripto de una parte é otra sin que se nas todas son delgadas, y de manera
horade la hoja. Aquellas venas que que no dan empacho ni estorbo al es-
tienen , aunque el lomo de enmedio crebir.
CAPITULO XIV.
Del árbol llamado copey, en las hojas del qual pueden assi mismo escrebir.
CAPITULO xv.
Del árbol llamado gaguey é su fructa.
VIAGUEY es un árbol que echa una fruc- chripstianos, é assi mismo alpargates,
ta, como higos, y no mayor que avella- quando les faltaban los de cáñamo ó no
nas; y de dentro es como un higo de venían de Castilla: y aunque viniessen,
Castilla, blanco, é lleno de unos grani- eran harto buenos los que se hacían de
cos menudíssimos y de buen sabor. Este las corteças destos árboles, é turaban
árbol, aunque su madera no es de las mucho. La verdad es que ninguna cosa
buenas, no es inútil, porque de las cor- cria natura supérílua ó sin algún prove-
teças del se hacían en el tiempo passado cho, y si para unas cosas no sirven otras,
sogas é cuerdas por los indios é aun los es por no saberlas aplicar.
DE INDIAS. LIB. VIH. CAP. XVI. 303
CAPITULO XVI.
Del árbol que los indios llaman cibucán é de su frucla.
CIBUCáN es un árbol de los buenos que que hacer ó qué similitud la talega ó
hay en estas partes, el qual tiene la hoja prensa, en quese purga é escúrrela yuca,
como salce, y echa una fructa como ave- rallada para hacer el pan caçabi, con este
llanas blancas, é de dentro della tiene árbol, ó qué tiene que hacer aquel ani-
menudíssimos granitos que paresçen lien- mal maldito é menor que pulga que se
dres; pero aunque la comparación sea tal, entra en los pies, llamado nigua, con el
ó estos granitos sean como sal tan me- rio Nigua. Y no es de maravillar, si entre
nudos, como he dicho, la fructa es dulce: estas gentes salvajes hay tales faltas en la
é si la comparación paresçe fea, díxelo lengua, pues que el portugués al cuchillo
assi, porque algunos le llaman á este man- llama faca, y á una hacanea assi mismo le
jar la fructa ó árbol de las liendres. Su llama faca; y el castellano, por honrar á
madera deste árbol es asaz buena , é son una dueña y decir que es sabia, la llama
árboles frescos é que paresçen bien. No cuerda, é también llama cuerda á una de
ha de entender el letor por este nombre un arco ó ballesta, ú otra cuerda común.
cibucán que es aquella talega ó prensa en Y aun, si queremos buscar entre otras
que se exprime la yuca, para hacer el pan lenguas é gentes, se hallarán los mismos
caçabi, este árbol, ni hecha del; porque defectos: non obstante lo qual, la lengua
como estos indios eran cortos é lo son de y lenguas de los indios son brevíssimas.
vocablos, de una misma manera llaman Ydixe lenguas, porque son muchas é muy
diverssas cosas. Ved en esto qué tiene diferentes unas de otras.
CAPITULO XVII.
Del árbol guanábano é su frucla.
CAPITULO XVIII.
Del árbol llamado hanon é su fructa.
H [ANON es un árbol, el quai é su fructa áspero el paladar, ó sienten con mas ha-
tienen mucha semejança con el guaná- bilidad que yo estas diferencias. Bien es
bano , de que se tracto en el capítulo an- verdad que yo mas amistad he tenido con
tes deste. En grandeza del árbol, y en la fructa que con la carne, ni otros man-
la hoja y en el talle y façion de la fruc- jares. La guanábana es verde, y el ha-
ta, é en el paresçer, como en la carno- non es amarillo, y assi tiene la una fruc-
sidad é pepitas, se paresçen en gran ma- ta como la otra las escamas y el manjar
nera , salvo en dos cosas; y pues no pinté de dentro, aunque á mi paresçer no tan
de suso la guanábana, en esta figura se aguanoso como la guanábana, sino algo
comprende ella y el hanon [Lámina 3.a, mas espesso es lo que se come, é de me-
fig. 7.a). Pero el hanon es la fructa muy jor gusto, como he dicho , si no me en-
mejor, aunque es muy menor; y á mi gus- gaño. La madera deste árbol es como la
to mucha ventaja hace en el gusto el ha- del de suso, pero de poca estimación,
non ala guanábana, aunque á algunos allende de la fructa, por la qual los in-
oygo contradecirme, ó porque tienen mas dios en sus asientos é heredades los es-
avinado el gusto que yo, é lo gustan con timan é tienen por de los mejores árbo-
mas apetito, ó por ventura tienen mas les que ellos tienen.
CAPITULO XIX.
Dt-l árbol llamado guayabo é su fructa.
E1 GUAYABO es un árbol que los indios boles destos echan esta fructa colorada,
presçian, y hay mucha cantidad destos rosada por de dentro, é otras son blan-
árboles en esta é otras islas é en la Tier- cas ; y de fuera las unas y las otras son
ra-Firme, y es fructa de buen olor é sa- verdes, ó amarillas, si las dexan mucho
bor é paresçe bien, é la madera es bue- madurar: y porque estando muy madu-
na. Hay muchos guayabos salvajes ; pero ras no son de tan buen sabor, é aun hín-
son menores que los que se cultivan, en chense de gusanos, cógenlos algo ver-
lo qual tienen mucho cuydado los indios. des. Son algunas tan gruessas, como gran-
Son tan grandes árboles estos, como los des camuesas, é menores también; y
naranjos; pero mas ralas é desparçidas aunque estén verdes por de fuera, hay al-
las ramas, é la hoja no tan verde, ni tan gunas de tal género que no dexan de es-
grande ; algo mayor que la del laurel y tar maduras por esso. Son de dentro ma-
mas ancha, é mas gruessa, é mas levan- ricas , é divididas con cierta carnosidad
tadas las venas. Son de dos especies; en quatro quartos ó apartamientos ataja-
mas todos los guayabos llevan una ma- dos de la carnosidad, que es la que está
nera de pomas, ó manganas, prolonga- en el çircuyto de la misma fructa: y en
das algunas, é otras redondas. Unos ár- aquellos quarterones está la carnosi-
DE INDUS. LIB. VIII. CAP. XIX. 305
dad desta fructa, que hay dentro de- montes é boscajes se hallan estos ár-
llos , llena de unos granillos duríssimos boles ; mas los que son salvajes, son pe-
y tráganse, y es buena fructa y de bue- queños é la fructa pequeña. Hay cierto
na digestion ; é son buenas para el ílu- género de guayabos que huele la flor
xo del vientre, é restriñen , quando se dellos como jazmines ó mejor, é quiere
comen no del todo maduras, que es- paresçer la flor á la del acabar, puesto
ten algo durillas, para que cesse el fluxo que no es tan gruessa la del guayabo.
del vientre. Entre aquellos granos que he Los indios ponen estos árboles en sus
dicho é la corteça tiene la carnosidad tan heredamientos, é lo mismo hacen los
gruessa como un cañón de acucar é me- chripstianos ; mas quien no ha acostum-
nos , segund son grandes é pequeñas, é brado á comer tal fructa, no se agrada-
de la misma carnosidad son aquellos ata- rá dolía, hasta que la continúe, por cau-
jos , é lo que está entrellos; mas los gra- sa de los granillos: que es menester que
nillos están dentro de los quarterones. se vecen á tragallos con los otros traba-
Llámasse esta mançana ó poma guayaba, jos de estas partes ; pero este no lo es,
porque el árbol se llama guayabo : cada sino buena fructa. Son árboles que pres-
guayaba tiene una coronilla de unas ho- to envejesçen, é cómo passan de seys
jitas pequeñas que fácilmente se le caen. años son viejos, é la fructa lo enseña,
La corteça desta fructa es delgada, co- porque es menor cada año é se va dis-
mo de una pera ó cermeña, é assi se minuyendo en la grandeça délia é apo-
monda. Es árbol de buena sombra é gen- cándose, é aun el sabor siempre se em-
til madera para muchas cosas menudas, peora é hace mas áspero : é por tanto son
é no para vigas, ni estantes , ni alfar- de reponer ó plantar otros nuevos gua-
xias, porque las ramas y el tronco son yabos, y en buen territorio; porque es
desviados é torcidos. Tiénesse- acá esta árbol que reconoce mucho la buena tier-
fructa por buena, y es común en muchas ra y agradesçido en su fructificar, se-
partes destas Indias , y mejores en unas yendo bien cultivado, y pocas veces se
provincias que otras, puesto que por los haçe bien en las tierras delgadas.
CAPITULO XX.
Del árbol mamey é de su fructa, llamada assi mismo mamey.
M AMEY es uno de los mas hermosos ár- ga, corno un palmo de longitud, é á pro-
porción la latitud ó anchura ; pero del
boles que puede aver en el mundo, por-
que son grandes árboles é de muchas ra- talle que aquesta que aqui está figurada.
mas é hermosas é frescas hojas , é de lin- La fructa deste árbol es la mejor que hay
do verdor é copados é de buena gracia. en esta Isla Española : es de muy buen
Son tan grandes, como nogales de Espa- sabor é echa su fructa redonda ; é muy
ña é menores; mas las ramas no tan redonda, por la mayor parte, é alguna
desparçidas como nogal, sino mas reco- algo mas prolongada ; mas en lo general
gidas. La hoja es del tamaño de la del todos tiran á redondo, y algunos debaxo
nogal, ó mas, y de la façion que aqui está desta regla se descompassan é tienen bu-
debuxada [Lám. 3.a, fig. 8.a), y es mas rujones, en especial los que no son de un
verde de la una parte que de la otra, é cuesco, sino demás. Hay los tan grandes
mas gruessa que la del nogal, é tan luen- como dos puños é como un puño é nieno-
TOMO I. 39
306 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
res. La corteça es como leonada é algo tienen mucho mas que comer que los
áspera é semejante á la corteça de las pe- destas islas, é es mejor fructa. Bórica es
raças, pero mas dura é mas espessa. Al- en la gobernación de Castilla del Oro, en
gunos fructos destos tienen un cuesco é la costa de lámar del Sur, mas al po-
otros dos, é algunos tresjuntos; pero des- niente de Panamá, quassi çient leguas:
tintos en el medio del pomo ó fructo ma- mas adelante al poniente en la provincia
mey, á medida de pepitas cubiertas con de Nicaragua, hay mucha copia destos
una telilla delgada, é aquellas pepitas de árboles, é muy grandes (y de la misma
la color é tez de una castaña mondada. E manera los hay en estotra costa, en la
aun cortándolas, son assi como castañas provincia é gobernación de Honduras): é
estas pepitas ó cuescos en la carnosidad, la fructa es mejor que lodos los mame-
é tan semejantes á castañas que no les falta yes ya dichos ; porque cortada una taja-
sino el sabor; el qual estas pepitas ó cues- da, quien no supiere lo que es, sin laver
cos tienen amarguíssimo, como una hiél: partir de la fructa, viéndola fecha taja-
é sobre ella, como he dicho, está una te- das en un plato, juzgarla há por carne
lilla delgada, entre la quai é la corteça de membrillos, de lo de Valencia muy bue-
primera está una carnosidad de color leo- no , aunque no sabria tanto al acucar;
nada ó quassi, que pende en amarillo, é pero tiene un sabor presçiosso é cordial,
sabe á melocotón ó duraznos, ó es de é para tenerse en mucho. La madera es
mejor sabor, salvo que no es tan çumo- muy hermosa, é gruessa mucho ; mas tura
so como el durazno, ni huele assi. Esta poco tiempo, é no es fuerte ni para ede-
carnosidad que hay en esta fructa entre fiçios ni fuera dellos, porque estos árbo-
la pepita é la corteça es tan gruessa co- les se envejesçen presto é se pierden e
mo medio dedo, poco mas ó menos (en los secan é es menester plantallos de nuevo,
mayores), é en otros menos , segund es si quieren goçar de tales árboles, porque
grande ó chico el mamey. En esta mes- no passan de doce ó quince años en su
ma fructa é árbol del mamey hay mucha bondad. En Nicaragua llaman los indios
diferencia en diversas partes é regiones al mamey capot, é á otra fructa que alli
destas Indias, y en la primera impression hay que los chripstianos llaman nísperos,
referí la materia, para quando hablasse en llaman los indios de Nicaragua munonça-
las cosas de la Tierra-Firme. Agora que pot: la qual yo tengo por la mejor de to-
es llegado el tiempo é que esta primera das las que he visto en las Indias é fuera
parte enmendada é acresçentada se reim- délias, como largamente lo diré adelante
prime (é también la segunda é tercera), en el capítulo XXII deste VIII libro. É
háme paresçido que porque las materias hay assi mismo en la misma provincia de
anden juntas, que se pongan de manera Nicaragua otra fructa que los nuestros es-
que el letor no ande á buscar mis pro- pañoles llaman ciruelas sin lo ser, e los
mesas ; sino que cada género de cosa ten- indios la llaman xocot, de la qual se trac-
ga junta la materia, é assi en aquesta del tará en el siguiente capítulo, porque
mamey digo que en esta é otras islas los aquella y estos mameyes son apropria-
hay de la manera que está dicho de su- dos á las llagas en cierta manera ; é alh
so , pero hay otros. se dirá de qué forma vino á mi noticia
En la provincia de Bórica, donde aques- tal secreto, lo qual yo supe de quien lo
tos árboles hay en mucha cantidad, é tenia experimentado. La pepita del ma-
cada mamey es como un melon, ó como mey, secada al fuego é molida, se saca
la cabeça de un hombre é menores, é della cierto licor, como açeyte ó man-
DE INDIAS. LIB. VIII. CAP. XX. 307
teca , é es muy buena para guisar de co- Pero háse de moler primero , é puesta al
mer con ella, la qual se cuaja é se hiela fuego, sale aquella manteca ú olio della,
como manteca, y es muy cordial, é sír- y estos cuescos estando secos, los raen é
vense della algunos chripstianos que la echan aquello que se raspa dellos en las
saben sacar de la manera que he dicho. llagas é las curan muy bien.
CAPITULO XXI.
De los árboles que los chripstianos llaman ciruelo en la provincia de Nicaragua, é de su frucla, de la qual
hacen buen vino é otras particularidades : el qual árbol los indios llaman xocot.
CAPITULO XXII.
Del árbol que los chripstiados llaman níspero, al qual los indios de la provincia de Nicaragua llaman munon-
çapot, é su frucla excelente.
CAPITULO XXIII.
Del árbol llamado ácana, é de su fructa del mismo nombre.
CAPITULO XXIV.
l>e las parras salvajes de aquesta Isla Española , é otras islas é de la Tierra-Firme.
'onde se hizo mención de los árboles los árboles, y piensso yo que se hadan
é plantas traydos de España, dixe que muy buenas heredades délias de la for-
avia en esta cibad de Sancto Domin- ma que en Italia, en el reyno de Ñapóles,
go, muchas parras é que llevan buenas ponen los vinos grecos é parrales dellos,
uvas; y assi es la verdad, é las hay en arrimados á los salces é otros árboles; 6
los heredamientos, é en muchas partes aun en Barcelona é Cataluña he yo visto
é pueblos desta isla, que se truxeron algunos destos parrales ó viñas sobre ar-
los sarmientos de Castilla. Allende desso boledas. Mas en Campania (que es lo que
digo que, assi en esta isla como en las agora se llama tierra de labor, en el
otras deste golpho y en la Tierra-Firme, reyno de Ñapóles), hay muy buenas vi-
hay muchas parras salvajes é que llevan ñas é uvas destos parrales cerca de
buenas uvas tintas, de las quales yo he aquella cibdad, como de las de Averssa,
comido muchas veces (digo buenas para é Capua, é Sorrento, é Soma, é otras
ser salvajes). Y estas parras es cosa co- muchas partes de aquel reyno, y en Lom-
mún averias en estas Indias, é assi creo bardia é otras partes de Italia. Quiero
yo que de tales parras ovieron principio decir que se harían bien acá esas viñas
todas las uvas, do quiera que las hay, altas con las proprias plantas ó parras de
é que es planta común en el mundo, y acá, sabie'ndolas curar ; porque yo he vis-
esto no se debe dubdar ; y pues la na- to acá en las Indias un pié de una parra
tura proveyó en dar en estas partes esta dcstas tan gruesso ó mas que el braco de
planta, de creer es que la tierra es há- un hombre réçio, é no tengo dubda, ni
bil para ellas, y que serian muy buenas dexode creer, que donde la natura de
si la industria de los hombres las ayu- su officio produce estas cosas semejantes,
dassen e supiessen nuestros agricultores que mejor se harán, ayudando en ello los
entender lo que conviene para cultivar- hombres, por el regar é otras diligen-
las, segund los climas é regiones en que cias que los hombres alcançan de los se-
acá están. En esta tierra no se encepan, cretos de la agricoltura, assi como el en-
como en nuestra Castilla en el reyno de xcrir, el podar, el estercolar, excavar é
Toledo; mas súbense en alto abracadas á regar á sus tiempos, y otras cosas machas
310 HISTORIA GENERAL V NATURAL
que se podrían decir, conforme á la doc- Ha poco tiempo que en la plaça de esta
trina del Cresçentino * y de Columella 2, cibdad se vendieron muchas libras de
que largamente tracto desta materia, é uvas asaz buenas, á dos reales de plata
Theophrasto en sus Tractados de las plan- (que son ochenta é ocho maravedís ) cada
tas 3, é aun Virgilio en sus Geórgicas 4, libra; y digo muchas, por ser la cosa nue-
é Plinio en su Natural Historia 5, é otros va, é en una hora ó dos se hicieron nueve
muchos auctores graves. Y sin dubda la ó diez pesos de oro del presçio destas
culpa de no aver acá muy buenas viñas, uvas, y se vendieran muchas mas, si las
ni está en la planta, ni en la tierra tal oviera. Estas se truxeron del ingenio de
defecto, sino en la industria humana, é Nigua, del secretario Diego Caballero
floxedad de los hombres ; pues vimos en de la Rosa, con la industria del qual se
esta Isla Española que el almirante don ha fecho una gentil viña é granJe en
Diego Colom tuvo una viña, de donde á aquel su heredamiento : é tiénese espe-
espuertas ó canastas se traían las uvas, rança questo se entenderá mejor cada dia;
y él estaba muy puesto en esta granjeria, y en verdad el secretario é todos los que
é cómo fué á España, ó por descuydo de en estas cosas tales se exerçitan, son de
sus mayordomos, ó no andar su dueño loar é dignos de mercedes, é buenos po-
en ello, se perdió. Y antes que el almi- bladores. É no seria poco bien para esta
rante (en la isla de Jamáyca) tuvo otra cibdad é toda la isla que tal hacienda se
viña un hidalgo llamado Antonio de Bur- substentasse é permanesçiesse ; porque
guillos, é dióse tanto á ella que la truxo una de las cosas que acá es mas nesçe-
á tales términos, que le dio uno ó dos saria (y de continuo gasto) es el vino, y
años en cada esquilmo dos ó tres pipas por maravilla baxa el arroba de un peso
de buen vino ; é cansósse el agricultor é de oro, que son quatroçientos é cinqüen-
la viña también, é perdiéronse él é ella: ta maravedís. Passemos á otras materias
él en descuydarse de otras granjerias mas y dexemos el vino á estos taberneros, que
provechosas é ciertas, por entender en mas ganan en ello que los mercaderes flo-
esta, é la viña porque no fué entendida. rentinos en sus brocados ó telas de oro.
CAPITULO xxv.
De las çarçamoras de aquesta Isla Española é otras parles.
M Luchas çarçamoras hay de las de Es- cos é ramas, é se levantan mucho mas
paña en esta Isla Española y en las otras que las de Castilla, é no se pueden de-
islas de acá y en la Tierra-Firme ; y caso xar de juzgar por árboles, segund su gran-
que como es assi verdad, estas no se deça.Las çarçamoras é fructa que llevan,
puedan contar por árboles en España é es como las de Castilla, aunque menores
otras partes de Europa, no lo dexan de é del mismo sabor é no menos espinosas
ser acá, porque tienen mas gruessos tron- las ramas é de la misma hoja.
1 Cresçentino , lib. IV. 4 Georg, lib. II.
2 Columella, lib. Ill, cap. 2. 5 Plin. , lib. XVII.
3 Theophrasto, lib. II.
DE INDIAS. LIB. VIH. CAP. XXVI. 314
CAPITULO XXVI.
De los cardones en que nasçe la fructa que llaman pitahaya.
F iTAHAYA es una fructa tamaña como lo suelen hacer las moras, é mas. Es sana
un puño cerrado poco mas ó menos, y fructa é á muchos les sabe bien ; pero yo
esto es su común grandeça. Nasçe en escogería otras muchas antes que á ella.
unos cardos muy espinosos y extremados Hace en la orina loque las tunas, aunque
á la vista, porque no tienen hoja, salvo no tan presto ; pero desde á dos horas
unas ramas ó brazos luengos que sirven que se comen dos ó tres délias, si orina
en lugar de rama é de hojas : los quales el que las comió, paresçc verdadera san-
son de quatro esquinas, é mas luenga gre lo que echa. No es mala fructa ni da-
cada rama ó braco destos que una bra- ñosa y es de buen paresçer á la vista.
çada de un hombre, y entre esquina y Los cardones, donde nasçen estas pitaha-
esquina una canal, y por todas las es- yas, es cosa fiera é de mucha salvajez la
quinas y canales, á trechos nasçidasunas forma dellos : los quales son verdes é las
espinas fieras y enconadas, tan luengas espinas pardas ó blanquiscas, y la fructa
como la mitad de un dedo mayor de la colorada, como he dicho ésegundaquila
mano ó mayores, de tres en tres y de he debuxado [Lám. 3.a, ßg. 9.a). Para sa-
quatro en quatro espinas. Y entre es- caruna pitahaya de donde está nasçida, no
tas hojas ó ramas, que son tales co- ha de ser apriessa ni sin buen tiento é buen
mo es dicho, nasçe esta fructa llama- cuchillo, porque aquellos cardos son jun-
da pitahaya, la qual es coloradíssima co- tos, espesos y muchos y muy armados.
mo un carmesí rosado, é quiere sig- Otras pitahayas hay, ni mas ni menos
nificar escamas en la corteça, aunque no ellas y los cardos como las que está di-
lo son, é tiene el cuero gruesso, é aquel cho de suso, sin discrepar en cosa alguna
cortado con un cuchillo (que fácilmen- ni en el sabor, sino solamente en la co-
te se corta), está por de dentro llena de lor; porque estas otras son amarillas y
granillos, como un higo ; mas esos es- lo de dentro es blanco lo que se co-
tán mezclados con una pasta ó carnossi- me é los granillos son negros, y es-
dad que ella y ellos son de color de un tas tales no hacen hacer mudança en la
fino carmesí : é toda aquella mixtion de orina. Yo he hecho tinta de las prime-
los granillos é lo demás todo se come, y ras y escripto con ella, y es de exce-
lo que toca, lo para tan colorado como lente color entre morado é carmesí claro.
CAPITULO XXVII.
I>e unos cardos altos é derechos mayores que lnaças de armas (é aun como picas luengas), quadrados y
espinosos, á los quales llaman los chripstianos cirios , porque parecen cirios ó hachas de cera, excepto en
las espinas é altura dellos : los quales llaman los indios de Venezuela dados.
Los cardones que los chripstianos lla- me. Estos son una manera de cardos muy
man cirios en esta isla, haylos assi mis- espinosos é salvajes , que no hay en ellos
mo en otras muchas y en la Tierra-Fir- parte de donde se puedan tocar, sin muy
312 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
fieras espinas, non obstante que la na- dones se hallan. Lo que yo he podido
tura se las pone por orden é á trechos comprehender en esto no es mas de lo
unas de otras con mucho concierto é que tengo dicho, é por ventura esta fruc-
compás repartidas en su compusiçion. ta que á mí me paresçe no substancial ni
Ellos son muy verdes é tan altos como de suave sabor, debe tener otro gusto
una lauca de armas, é algunos como una en el paladar de los indios, ó seria para
pica , é otros muy menores, é tan grue- otros efetos que no alcançan los chrips-
sos como la pantorrilla de un hombre, tianos hasta agora : á lo menos en esta
que ni sea gruesa ni delgada. Nasçen isla yo no he podido inquirir mas de lo
juntos é muy derechos, como aqui en que tengo dicho en este caso.
esta hoja los he querido significar Después de aver estado yo informado,
[Lám. 3.a fig. 10.a) en este debuxo é pin- por vista de ojos, de lo que he dicho des-
tura dellos. Llevan estos cardos una tos árboles, digo que el muy reverendo
fructa colorada, como un carmesí, del ta- señor obispo de Sanct Johan, que pri-
maño de una nuez, dulçe é buena de co- mero lo fué de Veneçuela, vino á esta
mer, llena de innumerables granillos é cibdad de visitar aquel su obispado de
muy coloradíssima, é tiñen los labios é Veneçuela, donde hay muchos destos
las manos lo que aleança el çumo délia. cardones ; é dice que allá es muy buena
No es fructa para dessear, ni es de mal fructa la que llevan ó producen, la qual
gusto ni se dexa de comer, quando está llanan dacto, é críanse cerca de la costa.
madura é bien saçonada. Pero aquellos dicen este perlado é otros
Estos cardones, despues que han cres- que nasçe un pie é cresçe quatro ó cinco
çido todo lo que han de cresçer, enve- palmos é mas, hasta ocho poco mas ó
jésçense como todas las cosas desta vida, menos ; é de aquel tronco salen estos as-
é sécanse, y otros que han procreado tiles derechos, como aqui están pintados:
están verdes á par de los viejos secos: é dan una fructa en seys meses del año,
de manera que los nuevos están verdes é comiençan por abril ó mayo, é es del
y las espinas pardas, é los mas antiguos grandor de una mançana mediana este
é viejos están secos, é los unos é los fructo, é toda la corteça cubierta de es-
otros en un esquadron. pinas ; é quítansela, é lo de dentro es de
No he podido alcançar á saber de qué comer é quassi como pitahaya ; pero esta
se servían los indios destos cardones. En es mejor en el sabor. É estos ciriales ó
la Tierra-Firme, en la provincia de Nica- árboles no son en aquella provincia tan
ragua , no están estos cardones fuera de grandes como los desta isla, en la altura
los heredamientos de los indios ; y para ni en redondo, é la madera es flaca é
solamente la fructa, me paresçe que no liviana é'de poco ó ningún provecho por
es cosa para curar mucho délia, y por sí misma, y porque no es tractable, á causa
esto sospecho que para mayor efeto ó de sus muchas espinas. Por manera, que
por alguna especial propriedad los con- con el tiempo se ha sabido esto que
servan allá : é assi debiera de ser ello agora acresçenté en la relación des-
acá, quando esta isla estaba poblada de tos cardones, é por,bien que se es-
indios, puesto que en los montes é ar- criban estas cosas, siempre se enten-
cabucos ó bosques hay muchos destos derán mejor de los que después de mí
cardones en esta isla. Pero lo que agora las escribieren, porque el tiempo y la
está hecho monte era en el tiempo passado experiencia enseñarán otras particulari-
muy habitado, adonde esta fructa é car- dades.
DE INDIAS. LIB. VIH. CAP. XXVIII. 343
CAPITULO XXVIII.
De los cardos de las tunas é su frucla, la quai en la provincia de Venezuela en la Tierra-Firme se llama
comoho.
i ues se ha dicho de los cardones ó ci- hoja como la milad ó terrera parte del
rios e,n el capítulo de suso, e primero gordor de un dedo de la mano de un
dixe de otros cardos de las pitahayas, hombre, é cada hoja es tan grande como
parésçeme que, como en lugar apro- una mano (abiertos é tendidos los dedos),
priado, es bien que se diga aqui de otros é algunas menores, porque vancresçien-
cardos que llaman tunas, é la fructa que do, é de una hoja nasçen otras en los
echan tiene el mismo nombre. Y porque cantos, é de la otra otras, é assi se van
adelante, en el libro X, se dirá del árbol arborando é levantando estos cardos ó
de las soldaduras, tened, letor, memoria tunas hasta ser tan altos como hasta la
destas tunas, porque tienen mucha seme- rodilla, ó tres palmos de altura, poco mas
jança las hojas destos cardos con las del ó menos. Y en esta manera de se yr au-
árbol que digo : ni estoy fuera de opinion mentando en la forma del cresçer, y en
que estos mismos cardos se convierten las mismas hojas y espinas, é en se yr con-
en aquellos árboles; é ya que aquesso no virtiendo las hojas en ramas, paresçen al
sea, porque en la verdad la fructa es árbol de las soldaduras que dixe de suso.
muy diferenciada, mas en la vista dan á Llamé donosa esta fructa, porque co-
entender que han algund debdo, por la miendo cinco ó seys higos destos, es tal
semejança grande que se tienen en las burla para quien nunca los ha comido, pa-
hojas y en las espinas. ra le poner en mucho cuydado é temor
Estos cardos ó tunas llevan unos muy de la muerte, sin aver en ello peligro al-
donosos higos (que es su frueta) largos guno; y como hombre que lo he probado,
é verdes, é algo en partes colorado por diré lo que me acaesció la primera vez
defuera el cuero dellos, é tienen unas que comí estas tunas : que en verdad yo
coronillas hundidas, como las níspolas de diera quanto tenia por hallarme donde
Castilla. É de dentro son coloradas mu- me pudiera consejar é confesar mis cul-
cho , que tiran á rosado, llenas de gra- pas, é comunicar espiritual é temporal-
nillos como los verdaderos higos, é assi mente lo que convenia á la salud de mi
es la corteça de aquesta fructa como la ánima é de mi persona é inquerír ej re-
del higo, ó poco mas gruessa. Son de medio para la vida, y fué desta manera.
buen gusto é de buena digestion, é vén- El año de mili é quinientos é quince , vi-
denlos en la plaça desta cibdad continua- niendo yo de la Tierra-Firme á esta çib-
mente, por buena fructa. Los cardos en dad de Sancto Domingo, despues que me
que nasçen, tienen las hojas algo redon- desembarqué en el fin desta Isla Españo-
das é muy gruessas y espiuossas, é por la , viniendo por la provincia de Xara-
los cantos y en lo llano délias á tre- gua, venían en mi compañía el piloto
chos están sus fieras é enconadas pun- Andrés Niño é otros compañeros; y cómo
tas tres ó quatro ó mas juntas, y assi algunos dellos eran mas pláticos en la
repartidas en su número en muchas tierra que yo, é conosçian esta fructa,
parles essas espinas. Y es tan gruessa la comíanla de buena gana, porque en el
TOMO I. 40
314 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
campo hallábamos mucha délia. É yo co- Barreda que decís, ni avrá causa que
mencé á les hacer compañía en el man- deys los caballos que agora promelíades.»
jar, é comí algunas délias , é supiéronme Yo quedé consolado y en parte curado,
bien ; y quando fué hora de parar á co- aunque no del todo, hasta que entre los
mer, apeámonos de los caballos á par de de la compañía vi que avia mas novi-
un rio, en el campo, é yo apárteme á cios espantados de la misma manera, y
verter aguas, é oriné una gran cantidad que estaban en el mismo trabaxo. Y des-
de verdadera sangre ( á lo que á mí me de á poco vimos por la experiencia que
paresçia), y aun no osé verter tanta Andres Niño deçia la verdad; é yo me
quanta pudiera ó me pedia la nesçessi- hallé tan ufano como si oviera salido del
dad, pensando que se me podría acabar mayor peligro deste mundo , porque nun-
la vida de aquella manera ; porque sin ca desseé morir con nombre de gula, ni
dubda creí que tenia todas las venas del como vicioso : antes muchas veces dexé
cuerpo rompidas, é que se me avia ydo de comer, teniendo grande nesçessidad,
la sangre toda á la bexiga, como hombre por no comer algunas cosas que he visto
sin experiencia de la fructa, é que tan en estas partes que comían otros hombres.
poco alcançaba á entender la compusiçion Assi que, volviendo á nuestro pro-
é orden de las venas, ni la propriedad de póssito, la burla y la fructa es mucho do-
Jas tunas que avia comido. É cómo que- nayre, é no de poco espanto para quien
dé espantado é se me mudó la color por no ha experimentado esta fructa de las
mi miedo, llegósse á mí el Andrés Ni- tunas, de las quales en muchas partes
ño ( el qual fué aquel piloto que se per- desta isla están los campos llenos ; é con
dió después en la mar del Sur en el estos cardos vardan en esta cibdad las
descubrimiento del capitán Gil Gonçalez paredes de los corrales de las casas é de
de Avila, como se dirá en su lugar), el los huertos (Lámina 3.a, figura 11."). E no
qual era hombre de bien é mi amigo, é dexan de dar alli sobre las tapias su fruc-
queriendo burlar conmigo, díxome : «Se- ta, echando primero unas flores amari-
ñor, parésçeme que tenéis mala color. llas é después las tunas, y prenden como
¿Qué tal os sentis? ¿Duéleosalgo?» Y es- grama, é son peores mucho que los cam-
to decíalo él tan sereno é sin alteración, brones de España é de mas enconadas
que yo creí que, condoliéndosse demi mal, espinas. En las otras islas de Sanct Johan,
deçia verdad. Respondíle assi: «A mí no é Cuba, é Jamáyca he visto assi mismo
me duele nada ; mas daría yo mi caballo estas tunas ó cardos y en otras islas, y
é otros quatro por estar en Sancto Do- es cosa común en estas Indias. Las hojas
mingo é cerca del licenciado Barreda, son verdes, é las espinas pardas, e la
que es gran médico ; porque sin dubda fructa qual tengo dicho. Quando la co-
yo debo de tener rotas quantas venas ten- men, tornan los labrios é las manos, en
go en el cuerpo.» Édicho esto, él no pu- todo lo que alcança el çumo délias, como
do encubrir mas la risa, y porque me vi- lo suelen dexar las moras de Castilla, e
do en congoxa (y á la verdad no era po- tarda tanto en se quitar aquella color de
ca), replicó riyéndosse: «Señor, no te- donde se ha pegado, é aun mucho mas
máis: que las tunas hacen que pensseis que la tinta de las moras. Esta fructa y
esso, y quando tornéis á orinar, será me- aun el cardo en que nasçe, se llama co-
nos turbia la orina con mucha parte, y á moho en la provincia de Veneçuela, e es
la segunda ó tercera vez no avrá nada mondándola como una mora : tiene buen
desso, ni avreis menester al licenciado sabor, é en aquella tierra los indios ha-
DE INDIAS. LIB. VIN. CAP. XXVIII. 31
çen vino desta fructa destas tunas ; pero tunas, sino que son menores que las des-
este comoho es mas sabroso mucho que ta isla é mejor sabor. Y el vino ques dicho,
las tunas, y como es dicho es linaje de es tinto, de la color de vino tinto de uvas.
CAPITULO XXIX.
De la fructa que llaman managua.
CAPITULO XXX.
Del árbol llamado cacao, é algunos le llaman cacaguate, ¿ su (rucia é bevraje é aceite. Ecómo su frus-
ta en algunas parles sirve por moneda é se hallan por ella todas las cosas que entre l"s indios ie teactan , >'•
otras particularidades destos árboles.
i_jl árbol, llamado cacao ó cacagual, no otras partes. Pónesse aqui porque estén
es árbol destas islas, sino de la Tierra- juntas las materias, como en otro lugar lo
Firme. Hay estos árboles en la Nueva tengo dicho; y este es el árbol de todos
España é en la provincia de Nicaragua é el mas prescindo entre los indios, y >u
3 16 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
tesoro. Y los caciques y señores que al- sueltas en aquella caxa, de donde las sa-
cançan estos árboles en sus heredamien- can despues é las guardan é tienen en el
tos, tiénenlos por muy ricos calachunis mismo presçioé estimación que los chrips-
ó príncipes, porque al principal señor tianos é otras gentes tienen el oro é la
llaman calachuni en lengua de Nicaragua, moneda ; porque assi lo son estas almen-
que es tanto como decirle rey, y tam- dras para ellos, pues que por ellas com-
bién se llama teyte, que es lo mismo que pran todas las otras cosas. De manera
calachuni ó rey. El árbol en la madera é que en aquella provincia de Nicaragua,
corteça, é hoja, es ni mas ni menos que un conejo vale diez almendras destas, é
naranjo, é de la misma tez é frescor é por quatro almendras dan ocho pomas ó
grandeça, excepto que las hojas del na- nísperos de aquella excelente fructa que
ranjo en su nasçimiento é peçon tienen ellos llaman mimonçapot; y un esclavo va-
una manera de coraçon pequeño, é de le ciento, é mas é menos almendras des-
aquel se funda la hoja. Esos eoraçones tas , segund es la pieça ó la voluntad de
faltan á la hoja del cacao, é en lo demás los contrayentes se conciertan. Y porque
es assi la una como la otra. Mas porque en aquella tierra hay mugeres que dan
yo desseo mucho la pintura en las cosas por presçio sus cuerpos, como entre los
de historia semejantes, é que en nues- chripstianos las públicas meretrices y
tra España no son tan usadas, quiero viven desso (éá tal muger llámanla gua-
aprovecharme della para ser mejor en- tepol, que es lo mismo que decir mere-
tendido, porque sin dubda los ojos son trix ó ramera), quien las quiere para su
mucha parte de la información destas co- libidinoso uso, les dá poruña carrera ocho
sas, é ya que las mismas no se puedan ó diez almendras, como él é ella se con-
ver ni palpar, mucha ayuda es á la plu- ciertan. Quiero, pues, decir que ningu-
ma la imagen délias, Y assi á este pro- na cosa hay entre aquella gente, donde
póssito, quiero aqui debuxar estos árbo- esta moneda corre, que se dexe de com-
les como yo supiere hacerlo [Lám. 3.a, fig. prar é de vender de aquella misma ma-
43.a y 14.a), porque aunque no vayan tan nera que entre los chripstianos lo suelen
al propóssito, como yo querria, bastará hacer con buenos doblones ó ducados de
la significación del debuxo y mis pala- á dos. Y aun en aquellas almendras hay
bras para que otro los sepa poner mas sus fraudes para engañar unos á otros, e
al natural. Echan por fructa unas maçor- meter entre alguna cantidad délias, las
cas verdes é alumbradas en parte de una falsas é vanas: y esto hácesse, quitándo-
color de roxo, ó son tan grandes como les aquella corteçica ó cascara que tie-
un palmo é menos, é gruesas como la nen aquellas almendras, como las nues-
muñeca del braco ó menos é mas á pro- tras, é hinchándolas de tierra ó de otra
porción de su grandeça. De dentro son cosa, é cierran aquel hollejo tan sutil-
inaçiças, como una nuez, quando se quaxa mente que no se conosçe, é para enten-
ó como una calabaça ó higuera, é en der el engaño el que las resçibe, quando
aquella pasta ó cantidad quaxada hay las cuenta, pássalas una á una é póneles
quatro órdenes de almendras de alto á el dedo (index) ó próximo al pulgar so-
baxo ; assi que cada maçorca tiene veyn- bre cada una, é por bien que esté embu-
te é treynta almendras é mas é menos. É tida la falsificada, se entiende en el tacto,
assi como va madurando la fructa , assi é no está tan igual como la buena. Destas
se va enxugando aquella carnosidad que almendras los señores é principales hacen
está entre las almendras, é ellas quedan cierto bevraje, como aqui se dirá, que
DE INDUS. LIB. VIII. CAP. XXX. 317
ellos tienen en mucho : é no lo usan sino es una de las mas fuertes maderas que se
los poderosos é los que lo pueden hacer, saben. Estos echan muy hermosas flores,
porque la gente común no osa ni puede digo los de la madera negra, é como ro-
usar con su gula ó paladar tal bevraje; sadas é blancas á manogitos, como el hi-
porque no es mas que empobrecer adre- nojo , é huelen bien, é su fructo son unas
de é tragarse la moneda ó echalla en don- arvejas que echan unas lentejas algo meno-
de se pierda. Pero los señores calachunis res que los altramuces y duríssimas : nun-
é varones principales úsanlo, porque lo ca pierden la hoja é son árboles que los
pueden haçer, é les dan tributos destas indios presçian, assi para lo ques dicho,
tales monedas ó almendras, deroas délas como para haçer sus cercas á sus here-
tener de su cosecha é heredamientos. É dades , é para la madera de sus casas ó
deste bevraje é otros servicios é medici- buhios, porque dicen ellos que ni perece
nas é propriedades deste cacao se dirá ni pudre en tiempo alguno. Yo deshice
adelante algo ó lo que yo he podido com- una casa de sacrificios en Nicaragua, un
pre hender. quarto de legua ó menos fuera de la cib-
Pero quiero primero decir de la mane- dad de Leon, en la plaça del cacique
ra que crian ó cultivan estos árboles, co- Mahomotombo, queme servia; é por qui-
mo cosa que tanto presçian, y es assi. tarlos de aquellos ritos é sacrificios é çe-
Que despues que los han plantado en la rimonias diabólicas, quitábamosles aque-
tierra que les paresçe que es fértil é á su llos templos quellos llaman en la lengua
propóssito, en sitio é agua alíi cerca para de Chorotega, de la qual generación es
los regar á sus tiempos ordinarios; y aquella plaça é gente, teyopa, que quie-
puestos por sus liños é en compás é des- re decir lo mismo que casa de la oración.
viados unos de otros diez ó doce pies, Y hice llevar á Leon los postes de la ma-
porque mejor se alimenten del terreno; dera , que todos eran desta que he dicho
porque cresçen é cópanse de tal manera de la negra, é hice en mi casa una ca-
que debaxo dellos todo es sombra é el balleriza para mis caballos : é queriendo
sol no puede ver la tierra, sino en pocas yo saber del cacique é los viejos quién
partes entre las ramas. Y porque acaesçe avien hecho aquel templo é casa, decían
que algunos años el sol los suele abuchor- que eran passados muchos años ; é por
nar é escaldar de manera que el fructo lo que se podia comprehender eran mas
sale vano ó no quaxa é se pierde, para de ciento é muchos mas, é estaba la ma-
remedio desto, tienen puestos entre estas dera que estaba debaxo de tierra, que
arboledas otros árboles que alli llaman era mas de un estado de hondo, tan ver-
los indios yaguaguyt, é los chripstianos de é fresca como si estonces se cortara,
de la madera negra, que cresçen quassi al élas hachas saltaban é se desportillaban,
doble que los del cacao é los defienden labrándola. Muchas veces me acuerdo por
del sol é les hacen sombra con sus ra- esta madera de aquella Arca foederis del
mas é hojas, é los van mondando é qui- Testamento Viejo 4 del leño llamado se-
tando los bracos é ramas, como van des- tim, la qual era imputrible, é de la mes-
ciendo para que suban derechos á este ma madera fué fecho el altar del Señor.
propóssito : los quales árboles son de tal Yo no sé si esta madera negra de Nica-
natura, que viven mucho mas que los ragua es setim; mas sé que los indios
del cacao é nunca se pudren ni caen, é tienen por cosa cierta que nunca se piH
TOMO I. 41
322 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XXXI.
Del árbol llamado paco c su fructa.
í ACó, en la lengua de Cueva, en Castilla que lo que hay que comer es muy poco,
del Oro, quiere decir esclavo; mas en é él no se paresçe con aquella estopa.
Nicaragua é en las islas del golpho de Los árboles desta fructa no son menores
Orotiña é en otras partes es una fructa que los nogales de España, é la hoja es
tamaña como un puño cerrado é algo ma- del talle de la del nogal, pero muy me-
yor , prolongada é de color pardo, é nor. La madera é sombra destos árboles
también de color verde ; pero la fruc- es muy buena : llámasse el árbol é la fruc-
ta destos árboles que tiran al color ver- ta un mismo nombre, ques paco. El que
de es mas redonda é paresçe membri- llamé cuesco desta fructa no lo es, sino
llo. La corteça es del gordor de la grana- pepita ; é aquella estopa está pegada en
da ; pero mas blanda mucho, é aquella una cascara reçia é como nerviosa, é
quitada, tiene una carnosidad envuelta en dentro de aquella está una pepita grande
una estopa que se está pegada é no se que la ocupa toda, la qual tiene paresçer
quita del cuesco: é mordiendo en él, sá- de castaña inxerta mondada, ó como son
casse la carne, é queda aquella estopa pe- las pepitas de las peras de Tierra-Firme.
gada en el cuesco é de punta. Y también Esta pepita no es de comer, porque es
quando la cascara se quita, sale algo de la duríssima é amarga, é los indios no la
carnosidad sin el estopa. Esta fructa es tienen por cosa buena ni nesçessaria, ni
dulçe é de buen sabor, é sana, é es fria. la comen esta pepita, salvo la fruc-
El cuesco es muy gruesso ; de manera ta que es dicho paco , é léanla de sana.
CAPITULO XXXII.
Del árbol iembixque é su frucla, alias tembate.
J. EMBIXQUE es un árbol, é no de los que gusto que los piñones de Castilla. Mas
dexan de estimar los indios en la provin- hánsede comer pocos dellos, porque dan
cia de Nicaragua ; antes lo presçian por dolor de cabeça, é entre los chripstianos
su fructa. Son árboles medianos é frescos, se aprovechan dellos é los confitan : é no
y echan unos capullos redondos , é par- es menester comer cantidad, porque cau-
tidos ó divididos por parte de dentro, é san fluxo de vientre, é aun con dolor de
en cada apartamiento de aquellos una pe- tripas; mas comidos una docena ó dos
pita redonda é blanquíssima, algo mas dellos, no incitan á hacer cámara, ni co-
gruessa que piñones, é de aquel tamaño, midos en el principio del pasto. También
é cubierta con una cascara negra é del- los hay en algunas islas é en otras partes
gada , é aquella quitada es muy mejor al de la Tierra-Firme.
DE INDUS. LIB. VIII. GAP. XXXIII. 323
CAPITULO XXXIII.
Del árbol que en esta Isla Española llaman papaya, y en la Tierra-Firme los llaman los españoles los hi-
gos del mastùerço, y en la provincia de Nicaragua llaman á tal árbol olocolon.
Um la costa del poniente de la Tierra- Quebore, los llevó estos higos al Darien,
Firme , partiendo del puerto del Nombre donde los chripstianos los sembraron de
de Dios, la costa abaxo, en la provincia aquellas pepitas é en otras muchas par-
de Quebore é en Veragua é en las islas les, é se truxeron á esta é otras islas é se
de Çerebaro é en otras partes de aquella han fecho muy bien, 6 aqui los llaman
costa, hay unas higueras altas y dere- papayas, é sin los llevar á Veragua é
chas é de solo un pié derecho é sin ra- otras partes de la Tierra-Firme, los hay
mas, é en lo alto echan unas hojas tre- é muchos ; é en la gobernación de Nica-
padas é mas anchas mucho que las de las ragua llaman esta fructa olocoton , é una
higueras de Castilla, con unos pecónos provincia hay entre la provincia de Na-
largos de media braca ó mas: é la fructa grando é la provincia de Honduras que
que llevan son unos higos tan grandes se dice Olocoton, donde hay muchas des-
como melones, é menores assi mismo, tas higueras. Pero donde mayores se han
los quales nasçen pegados en el tronco visto estos higos es en Quebore, puesto
principal de la higuera en lo alto della é que en Nicaragua é Teçoatega é otras
en cantidad, é tienen la corteça ó cuero partes hay grandes é muchos destos hi-
delgado, é todo lo demás es de una car- gos. Estas higueras hacen un pié ó tron-
nosidad espesa, como la del melon (aun- co, gruesso como un hombre por la cin-
que no tan maçiça). Es de buen sabor é tura, é mucho mas é menos algunas, é
córtasse á revanadas, como un melon; y derecho sin rama alguna : é estos que son
en el medio deste higo ó fructo tiene las solos, sin echar ramas, son los que mas
pepitas, las quales son menudas y ne- viven deslas higueras; pero hay otras de
gras y envueltas en una manera de ma- la misma fructa que despues quel pié ha
teria é humor de la forma que lo están las subido un estado de un hombre ó mas en
de los membrillos, aunque mas viscosas, su altura, echa otras ramas una ó dos é
é son tanta cantidad esas pepitas, como tres, é algunos hasta seys, é de este nú-
un huevo de gallina, é mas é menos, se- mero abaxo y derechas para arriba é no
gund la grandeza del higo. É aquellas tendidas ni trastornada á parte alguna si-
pepitas se comen é son sanas y del mis- no para lo alto, siguen é cresçen mucho
mo sabor ni mas ni menos que mastùer- mas altos que lanças de armas, é algu-
ço , é el higo es dulce sin las pepitas ; y nos como dos lanças. La corteça deste
por esto los chripstianos llaman en la árbol (al qual yo tengo mas por planta
Tierra-Firme á esta fructa higos del mas- que no por árbol), es gruessa como un
tùerço. É donde primero los hallaron fué dedo, é lo de dentro ó madera del es
en tierra del cacique Quebore, donde los tierno é fofo, é el coraçon es hueco de
hay tan grandes como ollas medianas ó alto á bajo, é si dan en el árbol con una
como grandes melones de España ; é un espada, para probar su fortaleza de cada
hidalgo, llamado Alonso de Valverde, en golpe corta un palmo ó mas, porqués muy
cuya encomienda estaba aquel cacique de fofo ; é de qualquier golpe pequeño que
324 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
se le dé, se seca. Estos vastagos que as- bol é tronco principal se secan, y aun an-
si echan derechos, echan en la cumbre tes quel postrero muera, los hermanos que
unas hojas, muchas con luengos pegones é han echado, están secos, é los que no
no ramas, é cada hoja es de dos palmos han llevado están verdes é echan hojas,
ó mas de ancho, trepada é gentil é ver- é no fructa, sino por la orden ques di-
de; é el astil que desdel árbol á ella tiene, cho ; é ponen los indios de la simiente
es de tres é qualro é çinco é aun seys otros antes que aquellos se acaben. Los
palmos luengo, é los higos que he dicho que con solo un pié se crian é no echan
nasçen de las ramas (digo hojas) paraaba- hijo alguno destos, viven tanto como los
xo, pegados en el árbol altos asidos de hijos todos del otro género que he dicho,
sus pegones, y también por aquel tronco é en cinco ó seys años, siempre cada año
abaxo. Estos higos se forman de ciertas lleva estos higos ; pero cada año los da
rosas blancas que primero echan estas hi- menores, é al sexto año menudos é no
gueras. É cómo un vastago destos echa buenos, é de alli adelante no vale nada
todos los higos que ha de echar (é aque- é se pierde. Madura esta fructa en el ár-
llos maduran), sécase aquel tallo ó vasta- bol é no juntamente, sino uno á uno ; é
go que no echa mas fructo, é los herma- acaesçe estar uno maduro é amarillo co-
nos hacen lo mismo, uno no mas el si- mo cera, é los otros todos verdes é du-
guiente año, é sécase; é el otro año si- ros. Algunos destos higos son redondos,
guiente el que nasció mas tarde, hace lo é otros son prolongados, é la higuera
mismo ; é assi si cinco ó seys hijos su- que los echa redondos, no echa alguno
ben de aquei tronco, tantos años viven luengo; ni la que los echa luengos, nin-
por la orden que he dicho, llevando uno guno echa redondo, porque son distintas
dellos su año é no dando fructo los otros, naturas é castas desta fructa ; mas en el
sino en aquel año que le cabe la vez. É sabor é en todo lo demás, todos son una
complida la tanda de todos, todo el ár- misma cosa.
CAPITULO XXXIV.
Del árbol llamado tembiœque é de su fructa en la Tierra-Firme.
Aje suso en el capítulo XXXII se trac- ren paresçer hayas, salvo que son mas
to del árbol é fructa tembiœque, é aqui se copados. Su fructa es algo mayor que las
tractará de otro que aunque se quieren açeytunas gruessas ó gordales de Sevi-
paresçer en el nombre, son muy diferen- lla , é aun como nueces pequeñas ; é es-
tes. Tembiœque es un árbol grande, como tas son verdes é tienen el hollejo como
un gran nogal é muy verde, é la hoja de ciruela ó poco masgruesso. E cuecen
como de laurel ; mas esta es mas verde esta fructa, é cocida la comen, é es buen
é mas ancha , é en los asientos é pueblos manjar sano é dulçe, é tiene de dentro
de indios de Nicaragua, en especial en un cuesco liso, como una açeytuna de las
Teçoatega é Guaçama é otras plaças, los pequeñas, é dentro de aquel cuesco una
indios ponen en sus casas estos árboles, pepita dura é amarga.
porque son de muy sana sombra é quie-
DE INDIAS. LIB. VIII. CAP. XXXV. 325
CAPITULO XXXV.
Del árbol caoba é su fructa.
CAPITULO XXXVI.
De los ciruelos é ciruelas de doblados cuescos que hay en la Tierra-Firme, en la Tierra Austral.
CAPITULO XXXVII.
Del árbol llamado hicomas ú de su fructa en la Tierra Austral.
JLIICOMAS es un árbol grande é hermoso nia equinoçial): el qual lleva una fructa
en la Tierra Austral é gobernación de la que quiere paresçer mucho á los mem-
Nueva Castilla (de la otra parte de la lí- brillos de la provincia de Castila del Oro,
326 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
assi en los cuescos, divididos en tres ó pítulo XXII). Esta fructa dicha hicomas es
quatro partes, como en lo demás (de los de buen sabor lo que della se come é
quales membrillos se dirá mas larga- sana, é hay mucha della en aquellas
mente en el siguiente libro IX, en el ca- partes *.
CAPITULO XXXVIII.
Del árbol llamado yagaaguy, ue los chripstianos llaman de la madera negra, en la Tierra-Firme e'pro-
vincia de Nicaragua*
CAPITULO XXXIX.
I)e una fructa que llaman yaguaraha, é nasçe en unos cardones , é otra que se dice agoreros.
J_ja mayor parte de la isla de Guba- en que nasçe, está cubierta esta fructa de
gua es un bosoaje, cerrado de unos car- espinas á manera de castañas, é quando
dones altos de estado y medio ó dos, madura, cáense las espinas é ábrese é
tan gruessos como la pantorrilla de la quedan como higos. El otro género de
pierna. Estos en cierto tiempo, cada año, fructa, en cardones de la misma manera,
llevan una fructa de dos maneras de for- es de fuera verde é quieren paresçer dá-
ma de higos; los unos colorados ó roxos, tiles (pero son mas gordos), é lo de den-
é los otros blancos : los colorados tienen tro es blanco, é la simiente como grani-
la simiente muy menuda, como de mos- llos de higos : é quando se comen, que
taza é llaman los indios á esta fructa ya- están bien saçonados, sabe ó sube á las
guaraha. Es muy buena al gusto é sano narices un olor de almizcle ó mas suave.
mantenimiento é fresco, y en el cardo, A esta fructa llaman los indios agoreros.
i Digno es de notarse que el autor suprimió en gobernación é sus anexos de Nicaragua , porque,
este lugar el capitulo XXXVIII, eu que trataba como e'l mismo expresó al margen, en otro libro
dclas encinas é bellotas que hay en la provincia é estaba dicho é mas largamente.
DE INDIAS. LIB. VIII. CAP. XL. 327
CAPITULO XL.
De la fructa llamada macao.
CAPITULO XLI.
Utra fructa hay en la isla Margarita que jahenes. Esta fructa tiene un cuesco pe-
se llama cutipris que sabe á uvas mosca- queño, é encima de todo un hollejo; é no
teles , é es tamaña como las uvas grues- hacen daño, aunque coman mucho desta
sas que en el reyno de Toledo llaman fructa.
CAPITULO XL1I.
De la fructa llamada chitare, é otra que se dice pauxi.
íiay otra fructa en la isla de la Marga- que se dice pauxi que es de diversos ta-
rita que se llama chitare, que es como maños, é son como ciruelas.
higos pequeños de Castilla : é otra hay
CAPITULO XLI1Ï.
Del árbol llamado mamón é de su fructa, déla qual, faltando el mahiz, hacen pan ¡os indios en tiempo de
hambiv.
CAPITULO XLIV.
Del árbol llamado çimiruco é de su frucía.
PROHEMIO.
CAPITULO I.
Del árbol que en esta Isla Española llaman espino los carpinteros , é de que se sirven del.
EiA espino desta Isla Española, de que bién de las pequeñas, que á mi mejor me
nuestros carpinteros é entalladores se paresçen que las de Granada: é hacen
sirven, es buen árbol é provechoso, é de fustes para sillas ginetas, 6 guarniciones
muy buena madera reçia é blanca, que de puertas é ventanas, é cosas semejan-
tira algo al color amarillo, de la manera tes , donde la tabla no haya de ser ancha
é tez quel granado, ó mejor, ó como lindo ni el madero muy luengo é derecho ni
naranjo. Sírvensse desta madera en esta muy gruesso, porque este linage de ma-
tierra en muchas cosas de su arte, assi dera no es para ello, sino para lo que se
como para hacer sillas de caderas é tam- ha dicho é otras cosas tales.
CAPITULO II.
De los pinos que hay en esta Isla Española, semejantes a los pinos de España, que no llevan pitias sino
vanas.
irluchos pinos naturales hay en esta Is- chos como los de tierra de Cuenca ó Val-
la Española, grandes y pequeños, todos sahin,éde otras partes de España, don-
inútiles en el fructo, pues que no llevan de el pino es presçiado. También hay pi-
pinas sino vanas é muy chiquitas. Esta nos en la Tierra-Firme, en la goberna-
es muy buena madera, aunque acá no ción de Nicaragua, en la tierra é sierra
usan della por estar lexos, y aun porque de los chondales, é también en la Nueva
no es tan dulce ni tal como la de los pi- España é otras provincias. Llaman los in-
nares de Castilla, é tiene mucha mas thea dios desta Isla Española á este árbol ó pi-
é ñudos é mucha salvajez é grand olor de no coaba, é sírvense mucho del en los
la resina, é mas enojoso quel de los de ingenios del acucar desta leña , donde la
España. La hoja es la misma; mas es mu- tienen cerca, para farol ó candiles con
cha mas , é la corteça por el consiguiente que se alumbran de noche para las ma-
es tal como la de los de Castilla. Y en drugadas, para moler las atareas c exer-
todo son perfetos pinos los de acá; pero çiçios que se hacen antes que sea de
no tan altos, ni tan gruessos, ni tan dere- día.
CAPITULO III.
De los nogales desla Isla Española.
Oay en esta isla en los montes bravos como en la fructa , assiá prima vista, son
é selvas é montañas algunos nogales gran- como los de España, excepto que las
des, que assi en la vista é olor é hoja, nueces destos de acá no son perfetasni
m HISTORIA GENERAL Y NATURAL
despiden la fructa, ni se pueden comer estos agrícolas é personas que lo entien-
sino á nesçessidad ; pero en aquella tier- den que, si se inxiriesscn, serian muy
ra del norte donde se perdió el capitán buenos é perfetos nogales, assi en la
Pámphilo de Narvaezé su gente, tiénense fructa como en todo lo demás, porque
por buena fructa , é en aquella costa se- en la verdad estos son nogales salvajes.
tentrional donde la pueden aver, dicen La madera dellos es muy buena.
CAPITULO IV.
í)e las palmas que hay en esta Isla Española y en las otras deste golpho y en Ja Tierra-Firme.
JLias palmas que hay en esta Isla Espa- qual palma es tan gorda como una pipa
ñola é sus diferencias seria larga cosa de- e mas, é menos : su hoja es como la pal-
cirse , porque son muchas é de diversas ma de los dátiles, é en altura es mucha.
hojas é fructas, écuescos, é qüentas, que Echa un racimo de fructa tan grande, como
lleva de muchas suertes ó formas. Unos un muchacho de tres ó quatro años , é los
tienen las hojas de la manera que las pal- granos deste racimo es cada uno como
mas de los dátiles, é aunque estas no un hobo pequeño ; y porque me entien-
líevan dátiles, son buenos los palmitos ó dan mejor (donde no hay hobos) digo
cogollo de la çima délias, quando son ba- que es tamaño como una açeytuna de las
xas é no han cresçido mucho. Hay otras gordas de Sevilla ó mas ; y desque está
palmas que también son buenos los pal- maduro, es amarillo.
mitos, seyendo pequeñas; y estas no cres- Estos racimos están muy apretados de
çen mucho , é cada una délias haçe tres la manera que suele estar un racimo de
diferencias de su tronco en esta manera. uvas muy apretadas. Tiene esta fructa
El primero de la akeça de toda ella, que encima tanta carne como un hobo é es
comiença desde tierra, es duro asaz : el algo mas espessa é muy dulçe é muy
segundo tercio hasta las hojas, es mas amarilla la carne, tanto que los puercos
gruesso que el primero tercio, é mas que la comen un mes ó dos, se les tor-
verde é liso, y paresçe que está preñado nan las carnes tan amarillas como la mis-
( como los tallos de las cebollas, donde ma fructa. Y de aqui procedía que en
tienen la simiente ó cebollino )-; y el ter- los principios de la conquista desta isla,
cio postrero es la copa de sus hojas. Es- cómo faltaban los mantenimientos de Es-
tas echan unas conteçuelas (é no buenas) paña, é aunque nofaltassen, se daban al-
por fructa, y en aquel tercio segundo ( ó gunos españoles á esta fructa, é se les
de en medio) crian muchas veces los pá- paraba la cara é la persona muy amarilla;
xaros carpinteros (de los quales será fe- y los que destos tales volvían á España,
cha mención en el libro XIV en que ade- llevaban los gestos tales, y de tal color,
lante se tracla de las aves desta isla), como el azafrán ó teriçia y peor, segund
porque halla mas aparejo en este árbol se dixo en el lib. Ií, cap. XIII. Tiene es-
que en otro, y es menos duro para hacer ta fructa unas briznicas que se entran
su agujero ó nido entre el tronco ó más- entre los dientes, e tiene cada gra-
tel destas palmas. no un cuesco del tamaño de unas almen-
Entre las otras palmas hay un género dras que hay pequeñas y algo redondas;
délias que los indios llaman manaca , la ó partido aquel cuesco, tiene dentro una
DE INDUS. LIB. IX. CAP. ÍV. 333
pepita, que quitándole una telica muy del- ñola, á media legua é al oriente de la
gada de que está vestida, es muy dulce puncta de Sanct Miguel, alias del Tibu-
é sabrosa: é los indios, é aun los chrips- rón, de la parte del Sur veynte leguas
tianos, la comen, quando la pueden aver, ó pocas menos. Finalmente en esta is-
con pan caçabi, y en especial las muge- la Española hay ocho ó nueve maneras
res la comen mucho. Tienen estos raci- de palmas, é como he dicho, no llevan
mos encima una vestidura de gordor de fructo sino qüentasó cuescos en diferen-
dos dedos é algo menos, segund el ta- tes maneras, excepto las que se han fe-
maño é grandeça suya : é quando la fruc- cho de los dátiles y las que llaman ma-
ta quiere madurar, ábrese aquella vesti- naca ; pero de las mas de todas son bue-
dura ó caxa en que está, é quando está nos los palmitos, excepto de las negras
ya bien madura la fructa, cáesele esta cu- que son otras, las quales son delgadas y
bierta que tiene, é es tamaña como una espinosas, é no mas gruessas que astas
batea de lavar é aun mayor, ó como una de lanças: y estas llevan unos cuescos
buena caldera é menores algunas, é á que paresçen cocos con tres agujeros, é
veces son tales que caben media hanega tamaño cada coco destos como una nuez
de mahiz. En una villa desta isla, que se pequeña ó menores. De las palmas que
llama Salvatierra de laSavana, tienen al- se dixo primero, es buena la madera
gunos vecinos estas vasijas por medidas para pocas cosos, assi como para caxas
de media hanega, é á veçes acaesçe achi- de acucar é para cubrir casas, al modo de
carlas por ajustarías con la media hanega é los indios é de poca costa.
medida real. Llámanse estas bateas ó me- Y porque no volvamos á esta materia de
didas tales manahuecas, é turan sirvién- las palmas, ni se busque en otra parte, sino
dose délias dos ó tres años, que no se quie- que se halle en este capítulo lo que le com-
bran , aunque la echen ó caygan de un pete, digo que en la Tierra-Firme y en esta
tejado bien alto. É assi ellas no caen de Isla Española é la de Sanct Johan é en la
poca altura (quando las despide la palma de Jamáyca, por industria de los chrips-
donde nasçieron), sin se quebrar alguna tianos, hay muchas palmas en las cibda-
délias, porque son todas briznas é flexi- des é villas é heredamientos, que de los
bles, é paresçe que están compuestas de cuescos de los dátiles que se truxeron
nervios é correosas. Hay de aquestas de España fué su origen, é la fructa que
palmas en término de aquella villa mas acá dan es tal como se dixo en eí libro
de diez leguas de término, donde en los precedente, capítulo I. Mas en la Tierra-
tiempos passados tenían los vecinos de Firme, allende de todas las maneras de
la Savana muchos hatos de puercos con palmas que es dicho, de que hay innu-
este pasto desta fructa, con que engor- merables en diversas partes, hay otras
daban mucho tales animales, ése les pa- palmas que son bien altas y de buenos
ra la carne amarilla é sabrosa mucho mas palmitos, é llevan por fructa unos cocos,
que de otras palmas. Assi mismo cerca no mayores que las açeytunas cordobe-
de aquella villa é del Este al Hueste con sas, é al paresçer assi son como el coco,
ella está una isla que se llama Tabaque, sin la estopa, sino solo el cuesco con los
en la qual hay innumerables palmas des- tres agujerillos que le haçen paresçer al
tas de la manaca. Cada palma echa tres mono (cocando); y son estos cocos menu-
é quatro é algunas cinco racimos desta dos y maçiços é no sirven de nada los
fructa que tengo dicho. Está la isla Ya- cuescos por sí, después de desnudos. Es-
baque cerca de la tierra desta Isla Espa- tos cuescos están vestidos de una cober-
334 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
tura como los escaramuxos de España, é tre , y no se tiene sobre agua este leño ó
entre esta corteça é el cuesco, hay poca madera, que luego se va á fondo. Hó-
carnosidad y essa es amarilla, é los in- cense della muy buenas saetas é virotes
dios no se sirven deste manjar ni le co- é astas de lanças ginetas é picas; y digo
nosçen ; mas como se han traydo negros picas, porque en la costa del Sur, delan-
bocales á estas partes de España é Gui- te de Esquegua é Urraca, traen los in-
nea é las islas de Gaboverde é otras mu- dios picas de aquestas palmas muy her-
chas provincias, para servicio de los mosas é luengas. Y donde pelean los in-
chripstianos, entre ellos hay algunos que dios con varas tiraderas, tamañas como
presçian mucho este manjar é dicen que dardos, aguzadas las puntas, las tiran á
Jo tienen en su tierra por muy principal sus contrarios, é passanun hombre é aun
mantenimento. É majan entre piedras es- á veces una rodela ; é assi mismo hacen
tos cocos hasta que quedan en los dichos macanas para pelear, é qualquiera asta
cuescos, é de aquella corteça colorada é ó cosa que se haga de esta madera es
carnosidad amarilla, que primero dixe, muy hermosa, é para haçer clavecímba-
sale un cierto licor muy bueno 6 grues- nos ó vihuelas ó qualquier instrumento
so que paresçe açeyte é por tal se sirven de música que se requiera madera es muy
dello en sus guisados é manjares: é al gentil ; porque de mas de ser duríssima,
tiempo del molerlos, les echan un poqui- es tan negra como un buen azavache, é
to de agua, é salida dicha grosseça é de lindo é polido lustre como el hébano.
açeyte, del otro çumo restante que que- Pero junto con esto tiene que las varas
da mas claro, se sirven del como de vi- que los indios tiran destas palmas, hi-
no é es muy buenbevraje. Estos cocos ó riendo á un hombre desgranan é son peo-
fructos nasçen amontonados y espessos res de sacar aquellas raspas ó astillejas,
en un racimo como los dátiles. É á los é mas dañosas que la misma herida. Otras
negros que aquesto comen é hacen este palmas hay en la Tierra-Firme é en algu-
açeyte é vino que es dicho, preguntán- nas islas, en especial en la que llaman la
doles yo de qué tierra eran naturales, Phelipa, la Gorgona é otras, é Ilámanlas
decíanme que de una provincia que se piocabay, é echan unos racimos como de
llama Ambo. Ê otros muchos negros no dátiles, qftie son de comer é hácese buen
curan de este manjar ni le conosçen vino dellos, ees gentil bastimento. Otras
tampoco, como los indios, en algunas palmas hay assi mismo en la Tierra-Fir-
partes de la Tierra-Firme; pero en otras me que llevan unos racimos grandes de
algunas los comen cocidos, é yo los he unas endrinas negras, mas gruessas que
comido desta manera é otros muchos avellanas con cascara, é de dentro tienen
chripstianos: é son buenos é de buen un poco de carnosidad agrá, pero de buen
gusto, excepto que tienen unas hilas co- sabor, é un cuesco muy duro : el qual
mo estopa entre aquello que se come, que tostándole, se quiebra, é de dentro tiene
es algo enojoso ó empachoso al comer: cierta pepita no de mal sabor. Los ne-
la qual estopa unos la echan ó escupen, gros comen mucho esta fructa, é los in-
é otros no dexan de lo tragar todo, sin dios é los chripstianos con nesçessidad,
que daño se les siga. porqués de poco mantenimiento é mucho
Hay otras palmas altas é muy espino- estorbo : é essos racimos tienen grumos
sas , las quales son de la mas excelente ó gajos como los de uvas, é el principal
madera que puede ser, y es muy negra racimo acaesçe ser tan grande, como un
la madera y muy pessada é de lindo lus- muchacho de tres años.
DE INDIAS. LIB. IX. CAP. IV. 335
Otras palmas hay en Tierra-Firme , y co , é entre aquel cuesco é la corteça hay
en especial en las islas del golpho de Oro- un poco de carnosidad agradulçe, ques
tiña, que se llaman cañaspalmas. Son muy lo que se come desta fructa, la qual los
espinosas é cada una nasçe por sí é mu- indios han por buen manjar. Mas si co-
chas juntas, á manera de cañaveral, pero men mucho della, deja grande ardor en
destintas, cada una sola en sí, é espesas los labrios por mas de dos horas, é no
é tan gruessas como astas de lanças gine- hacen buen pecho ni estómago : ni tam-
tas poco mas órnenos, éde aquella altura poco es fructa enojosa al tiempo que se
ó menos de una lança, é desde el pie hasta ornen estas bellotas ó dátiles; antes son
lo alto no tiene hoja, ó á trechos tiene unos apetitosas, y con el trabajo é nesçessi-
ñudos como caña, é son macizas é negras dad en el campo, los chripstianos han
é espinosas. La hoja es de palmas, salvo por bueno este manjar, quando le hallan,
que las hojas de cada penca son mas ra- si les faltan los otros mantenimientos.
las , é solamente las tienen en la cima. Otras palmas hay que se llaman cocos
Hácense deliras muy gentiles bordones la fructa délias, é este es un género de
para traer en la mano los viejos é hom- palma grande , é la hoja de la misma ma-
bres de auctoridad, aunque la madera es nera de las palmas de los dátiles, excep-
pessada. La fructa destas cañas palmas to que difieren en el nasçimiento de las
es desta manera : en lo alto, como he di- hojas, porque las de los cocos nasçen en
cho , echan unas hojas grandes é tendi- la vara de la palma de la manera que es-
das como las palmas abiertos los dedos, tan los dedos de las manos, quando la
pero mas rala la hoja de cada penca, é una con la otra juntadas se entretexen, é
por el lomo de la penca está llena de es- assi están después mas desparçidas las
pinas, é también en aquellos ñudos que hojas. Estas palmas ó cocos son altos, é
primero dixe, é por todas ellas están de hay muchos dellos en la costa de la mar
alto abaxo llenas de las mismas espinas del Sur, en la provincia del cacique Chi-
negras, é delgadas é muy enconadas, si man , é muchos mas en la que llaman Bó-
punçan, é dan mucho dolor. É en la cum- rica , ó muchos mas que en ambas partes
bre de la cañapalma nasçe un tallo co- en una isla del golpho austral que está
mo este ó racimo gruesso, el tallo como en mar á cient leguas ó mas de la costa
un dedo ó menos, é en cabo de aquel del Perú: la qual, segund yo supe del
salen siete ú ocho é mas é menos tallos piloto Pedro Corço, que en ella ha es-
ó ramos mas delgados, llenos de dátiles: tado , dice que desde Panamá hasta ella
é hablando mas al proprio de lo que pa- hay doscientas é treynla leguas, é que
resçen, son como bellotas gruessas, por- desdel puerto de la Possession de Nica-
que cada una tiene un vasillo como la ragua hasta la misma isla hay ciento é
bellota, é destas muchas juntas á par treynla leguas. Estos árboles ó palmas
unas de otras. Estas abren los indios, é echan una fructa que se llama coco, que
aun algunos chripstiaaos á veces, por fal- es desta manera [Lám. 3.a, fig. 15.a). To-
ta de comida, é machucadas entre dos da junta, como está en el árbol, tiene el
piedras, c con pequeño golpe se abre la bulto mayor mucho que una gran cabeça
corteça por tres partes ó mas por lo alto, de hombre; y desde encima de la corte-
é tiene dentro un cuesco, tamaño como ça hasta lo de enmedio,que es la fructa,
de una açeytuna gruessa é muy duro, é está rodeada y cubierta de muchas telas
en la punta del dicho cuesco 1res hoyos de la manera que es aquella estopa, con
como los cocos: c es duríssimo é mari- que están cubiertos los palmitos fie tier-
336 HISTORIAGENERAL Y NATURAL
ra en el Andalucía (digo de tierra que un almihirez ó mortero, é después co-
no son palmitos de palmas altas); y de lando la leche en un paño de lino lim-
aquella estopa y telas en Levante hacen pio, sale aquella leche muy mejor é mas
los indios telas é muy buenas xarçias, é suave que la de los ganados de vacas é
las telas se hacen de tres ó qua tro mu- ovejas ú otros animales, y es de mucha
ñeras , assi para velas de los navios co- substancia é mantenimiento : la qual los
mo para vestirse, é las cuerdas delgadas chripstianos echan en las maçamorras que
é mas gruessas, é hasta cables é maro- hacen del mahiz ó del pan, á manera de
mas é toda suerte de sarcias de navios. puches ó poleadas; y por causa desta
Pero acá en estas nuestras Indias no cu- leche de los cocos son las tales maca-
ran los indios destas cuerdas é telas que morras excelente manjar, é sin dar em-
se pueden hacer de la lana ó estopa des- pacho en el estómago, dexan tanto con-
tos cocos, segund que en Levante, porque tentamiento en el gusto é tan satisfecha
acá hay mucho algodón é henequén é la hambre, como si muchos manjares y
cabuya, con que se suple tal neseessidad muy buenos oviessen comjdo. Por tué-
de cuerdas. tano ó medula desta fructa está en el me-
Esta fructa que está enmedio de aque- dio della, en la parte interior circundado
lla estopa, es el coco tan grande como de la dicha carnosidad, un lugar de lo
un puño de la mano cerrado, é algunos restante ó cantidad toda del coco, lleno
como dos puños, é mas é menos, é es de un agua claríssima y excelente, é tan-
una manera de nuez redonda, é algunos ta quanta cabria en una cascara de un
son prolongados. El casco es duro, é huevo de una gallina, é mas y menos, á
tan grueso como un letrero de un real proporción de la grandeça ó tamaño del
de plata castellano. Por de dentro, pe- coco : la qual agua bebida , de mas de
gado al casco de aquella nuez ó coco, ser claríssima, es muy substancial y pres-
está pegada una carnosidad de la anchu- çiosa, quanlo se puede encaresçer ó esti-
ra de la mitad de la groseça del dedo mar ; y al momento que se bebe paresçe
menor de la mano, ó del grueso de una que assi como es passada del paladar {de
péñola de escrebir, destas comunes de planta pedis usque ad verlicem), ninguna
ansarones. Esto es la fructa é lo que se cosa ni parte queda en el hombre que de-
come del coco, y es tan blanco como una je de sentir consolación é maravilloso
almendra mondada é de mejor sabor que contentamiento.
almendras, é de suave gusto al paladar. Cierto paresçe esta fructa la de mas
Cómese assi como se comerían almendras excelencia y de mas utilidad que todas
mondadas, y después de mascada esta las que sobre la tierra se pueden gustar,
fructa, queda alguna çivera como de la en tanta manera que yo no lo sé deçir y
almendra ; pero si la quíssieren tragar no aplicar. Aquel vaso desta fructa, después
es desplaçible, aunque ydo el çumo por de quitado del el agua y el manjar que he
la garganta abaxo, antes que esta çivera dicho, queda muy liso, é le limpian é
se trague, paresçe que queda aquello pulen sotilmente, y queda por defuera de
mascado algo áspero ; pero no mucho ni muy buen lustre que declina á color ne-
para que se deba desechar. Quando el gro é de dentro de muy buena tez. Los
coco es fresco é há poco que se quitó del que acostumbran beber en aquestos va-
árbol ó él se cayó que es mejor (é señal sos , y son dolientes de la hijada, dicen
questásaconado), esta carnosidad ó fruc- que hallan conosçido remedio contra tal
ta, no comiéndola é mojándola mucho en enfermedad, é que se les rompe la pie-
DE INDIAS. LIB. IX. CAP. IV. 337
dra á los que la tienen , y la haçe echar cosa alguna se pueda mezclar con ellos,
por la orina. Todas estas cosas escrebí yo, é después molerlos mucho hasta que estén
segund lo que tenia alcançado y entendi- fechos polvos en un almhirez limpio, é
do y en parte visto destos cocos, quando molidos cernerlos con un cedazo é guar-
escrebí aquel reportorio que se imprimió darlos: é quando viniere el dolor ó sos-
en Toledo año de mili é quinientos é pecha del, tomar por la mañana en ayu-
veynte y seys. El nombre que se le dio nas con un real todos los polvos que con
de coco á esta fructa fué porque aquel el real se podrán tomar del montón de-
lugar por donde prende, quando el co- llos é echarlos en un vaso de vino muy
co nasçe, tiene un hoyo ó agujero re- fino, en que haya tres ó quatro tragos de
dondo , é encima de aquel otros dos ho- vino, é beberlos; é cómo esto se haga dos
yos naturalmente, é todos tres vienen á ó tres mañanas, demás de quitar el do-
hacerse como un gesto de un monillo lor , quiébrasse la piedra é púrgasse por
que paresce que coca; é por esso se dice la orina, c muchas veçes acaesçe inme-
coco. Mas en la verdad, como se dixo de diatè quitarse el dolor , en bebiendo los
suso, este árbol es especie de palma. Y polvos. Esto yo lo he visto y es probado,
porque se dixo de suso la forma de cómo y de aqui viene que los cocos sean útiles
los negros haçen açeyte é vino de palmas, á semejante dolencia.
en especial de aquel género délias que ya Mas non obstante lo questá dicho en
tengo dicho, quiero traer aqui á la me- loor de aquesta fructa , digo que conti-
moria del letor lo que en este caso escri- nuada se aborresçe, porque es reçia é
be aquel famoso investigador de la na- con una escudilla de maçamorra de la le-
tural historia que dice por esta senten- che de los cocos, aunque en un dia no
cia :» Para hacer vino de palmas, el quai coma un hombre otra cosa , está tan har-
usan los indianos é los parthos é todo el to, como si oviesse comido un carnero ú
Oriente de las regiones marítimas, las otros muchos manjares, é da hastio é aun
quales se llaman Ciclee, toman un modio ahita. Sélo como testigo de vista, porque
é remójanlo en tres congios de agua (cier- es muy grande la diferencia de comer
ta cantidad es el congio ), é después lo una cosa, ádesseoé poco, ácomer mucho.
aprietan.» Que el coco pueda aprovechar Despues que escrebí el reportorio que
al mal de la hijada, pues que es palma, he dicho, estuve en la provincia é punta
débese creer, porque yo he visto hacer de Bórica, é comí algunos destos cocos é
para tal enfermedad un remedio de cues- llevé muchos adelante á Nicaragua, é los
cos de dátiles, y diréle aqui, pues es al aborresçi, é otros hicieron lo mismo, é
propóssito é cosa probada, é porque al- deçian lo que yo digo. En fin , es manjar
guno podría conseguir provecho y grand para hombres que trabaxen ó recios mu-
remedio para tal dolor, leyendo esto. Han- cho , é á los otros poco les basta desta
se de tomar los cuescos de los dátiles que fructa , porque comida á la contina , co-
tovieren aquel punto ú ombligo en mitad mo alli se hacia, no es para todos estó-
de la raya quel cuesco haçe de alto á ba- magos. Puesta la leche del coco al sereno
xo por una parte ; é cantidad dellos que- dos ó tres horas por la mañana en una
marlos mucho en un badil ó cosa limpia» escudilla , é bebida assi en ayunas, haçe
de manera que otra ceniza ni carbon ni purgar hasta quatro ó cinto cámaras.
TOMO I. 43
338 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO V.
Del árbol de las qüentas del xabon.
U nos árboles hay en estas islas y en la açabache ó mejores, porque son mas livia-
Tierra-Firme que se llaman de las qüentas nas é de tan bueno ó mejor lustre, é no se
del xabon. Los indios los nombran en di- rompen tan fácilmente como el açabache.
ferente manera, segund las diferencias de Cada cuesco destos tiene dentro una pepi-
sus lenguajes : la hoja deste árbol quiere ta pequeña é amarga, y estas qüentas há-
paresçer á la de los heléchos , pero pe- çenlas del gordor que he dicho (ó menores,
queña. Son árboles altos é de buen pa- quan chicas las quieren, si las cojen an-
resçer : la fructa es tamaña como avella- tes que crezcan todo lo que pueden cres-
nas gruessas ó mayor, y no es de comer, çer, ques hasta ser del tamaño que dixe
mas es útil y provechossa en lo que ago- de suso ó poco mayores los cuescos) ; y
ra diré. Sacando un cuesco que esta fructa la fructa es tamaña como guindas, y tam-
tiene, tamaño como una pelota de un ar- bién son -menores, é sécanse en el árbol
cabuz , poco mas ó menos, echan aquella é quedan algo de color amarillo, é tienen
fructa en agua bien caliente, é xabonan una coronilla prieta. Pero secas é verdes
la ropa blanca con ello, como lo podrían son buenas para xabonar, y mejores
hacer con un pan de xabon, é tan alta é quando están en el medio, que ni estén
continuada espuma hace como el xabon; del todo enxutas ni muy verdes: éaque-
mas la ropa que con esto se acostumbra lla carnosidad que tienen es la que tie-
xabonar, no tura tanto como la que se xa- ne esta propriedad, y mejor se xabona
bona con el buen xabon. Pero en fin, á con las rayçes del mismo árbol ; é otras
nesçesidad suple y es harto bueno para rayçes hay en la Tierra-Firme, que sir-
esto. El cuesco que digo que tiene negro, ven ni mas ni menos para xabonar.
poniéndole al sol, paresçe que bermejea, También hay estos árboles cerca de Pa-
é destos cuescos, horadándolos, se hacen namá é en aquella gobernación de Cas-
tan gentiles sartas de qüentas como de tilla del Oro.
CAPITULO VI.
Del árbol llamado mangle é su fructa, e' de los provechos é utilidad que del se siguen.
M ANGLE es un árbol de los mejores que arroyos que salen á la mar é cerca della.
en estas partes hay, y es comun en es- Son muy extraños é admirables árboles á
tas islas é Tierra-Firme : é para varaço- la vista, porque de la forma suya no se
nes de buhios é estantes ó postes para saben otros que les parezcan en lo que
las casas é para alfarxias é guarniciones aqui se dirá. Su hoja es algo mayor que
de puertas é ventanas é otras cosas me- la de los perales grandes , pero mas
nudas, es de las mejores maderas que gruessa é algo mas prolongada : hácense
hay acá. Estos árboles se crian en ciéne- innumerables juntos, é muchas de las
gas y en las costas de la mar é de los ramas se tornan á convertir en rayçes.
rios é aguas saladas, y en los esteros ó Porque non obstante que tienen muchas
DE INDIAS. LIB. IX. CAP. VL 339
para arriba con sus hojas y que no decli- do nada regalado ni he dexado de co-
nan para abaxo é están altas é deslintas mer lo que he visto comer á otros ( que
unas de otras ( como en todos los árboles fuesse honesto), é teniendo nesçessidad
están ), dessas mismas ramas proceden é aun algunas veces sin ella, para lo pro-
otras muchas gruesas é delgadas é sin ho- bar é mejor poder escrebir el gusto, allen-
jas, que derechamente declinan é van al de de la vista ; é assi probé esta fructa.
agua, pendientes desde lo alto ó mitad En fin, ella es beslial manjar é para gen-
del árbol, é baxan hasta en tierra pene- te salvaje.
trando el agua, é llegadas al suelo se Nuevamente é por experiencia se ve é
encepan en la tierra ó arena é tornan á se exerçita en esta cibdad de Sancto Do-
prender é echan otras ramas, é están tan mingo , que la cascara ó corteça destos
fixas como el mismo pie principal del ár- mangles es singular para curtir los cue-
bol; de forma, que paresçe (y es assi) ros de las vacas en breve tiempo ; por-
que tiene muchos pies, é todos asidos que no quiere Dios que tengamos nes-
unos de otros. Y en la verdad, es cosa çessidad de arrayhan ni çumaque ni de
mucho de ver estos árboles assi, por ser los otros materiales, con que en España
nueva é apartada su forma é aspecto de se adoban é curten las corambres. Antes
todos los otros árboles , porque cada qual los expertos en este arte, dicen que este
dellos tiene quassi tantos pies, como ra- árbol es muy mejor que todo lo que se
mas. Echan por fructo unas vaynas de sabe para el efeto ques dicho ; porque en
dos palmos é mas largas, é tamaña como España se tarda en adobar un cuero ó
los cañutos de la cañafístola ; é aquellas muchos en los noques, donde los ponen
son de color leonado, é dentro délias á curtir, ocho é aun diez meses ó un año
hay una medula é manera de cogollo (ó de tiempo, é acá en sesenta ó septenta
tuétano) que ios indios comen, quando no dias se curten é adoban perfetamente,
hallan otro manjar ( porque este es asaz assi por la calor natural desta tierra,
amargo), édicen ellos que es sano. A mí como por la virtud é propriedad de la
hacerme hia enfermo, aunque no hesey- corteça destos árboles.
CAPITULO VII.
Del árbol que en esfas islas ú en la Tierra-Firme nuestros españoles llaman cedro.
Hay en esta Isla Española é en otras y quisieron algunos decir quesfo árbol es
en la Tierra-Firme ciertos árboles que, libre de tal enfermedad ó daño, ó que
porque huelen bien, los llaman los chrips- no entra en él broma; é engáñanse mu-
tianos cedros ; pero en la verdad no creo cho , pues que se ha probado muchas ve-
que lo son los mas dellos, y porque tie- ces é se ve lo contrario, é assi aqueste
nen una manera de mejor olor que otros como los otros padcsçen este defecto; por-
árboles, han querido nuestros artífices é que aunque al gusto ó tiento de la lengua
carpinteros darles este nombre. Es buena del hombre paresçe mas amargo este ár-
madera para labrar é hacer caxas é guar- bol que otros, no es el gusto de la broma
niciones de puertas é ventanas é otras la- é del hombre una misma cosa. Bien es
bores , é es leño en que no hace tanto verdad que há pocos meses quel piloto
daño la broma ó carcoma : é por esto Bartolomé Carreño timo de la isla da
340 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
la Bermuda á esta cibdad de Sancto Do- dros desta isla yo tracté en el libro II,
mingo muy hermosas toças ó troncos capítulo X*, donde mas largamente se
muy gruesos de árboles que acá se lla- puede el letor informar destos cedros y
man cedros, y estos passan é hacen mu- de otras cosas de aquella isla Bermuda;
cha ventaja á todos los que en estas par- y destos cedros que assi huelen hay mu-
tes hasta agora se han visto de buen olor, chos é grandes en el golpho de Urabá é
é se hicieron é hay en esta cibdad muy en el Darien y en Castilla del Oro é otras
gentiles mesasecaxas: de los quales ce- partes.
CAPITULO VIII.
Del roble de aquesta Isla Española é otras partes destas Indias.
Jl<n esta Isla Española y otras y en la se dirá en el siguiente capítulo del cao-
Tierra-Firme hay muy grandes robles na- ban. Y digo que, á mi paresçer, son sillas
turales é como los de España, é de muy que en el coro de las iglesias de Toledo
recia madera ; é la hoja es asi como la é Sevilla metropolitanas, serian estima-
de los robles de Castilla. Destos, y de das é tenidas en mucho ; porque los as-
otro árbol que tractaré en el capítulo si- sientos é espaldar destas sillas son deste
guiente, se hacen los husos y exes é rue- roble y la guarnición é colupnas é perfiles
das de los ingenios de acucar en esta de caoban, é labradas de excelentes escul-
Isla, é las vigas para las prensas, que turas, al romano, de medio relieve : é que-
son muy luengas é gruesas é á quatro da lo ques de roble de una color mas que
esquinas labradas, de septenta é ochenta pardo é muy vecina á color blanco ó como
pies de luengo é de diezéseys palmos en plateado, é lo ques de caoban muy colo-
quadro ó redondo é cintura, después de rado , ques como un morado que tira á la
labrada la viga. Que es muy grand cosa, color de púrpura. En fin, ámis ojos ello
é son pieças muy hermosas de ver por su es rica madera é la* mejor cosa que he
groseça é longitud; é como tengo dicho, visto para semejante edificio é para qual-
es muy fuerte é buena madera, y á mi quiera cosa, en que la quissieren poner.
ver yo la tengo por una de las mas lin- Pero para labrar este roble, se requiere
das que hay en el mundo : lo quai nos que esté mucho tiempo cortado é enxuto
han enseñado agora nuevamente la silla é curado, porque de sí es humidíssimo
episcopal é las otras que con ella están é ha de tener salida toda aquella agua é
en el coro de la iglesia mayor desta cib- estar muy curado. É si oviere diez años
dad de Sancto Domingo de la Isla Espa- que se cortó, es muy bueno; é si mas,
ñola , que son desta madera é de la que muy mejor.
* El autor hubo sin duda de olvidarse de que en según pueden ver los lectores. Acaso para la se-
el capítulo X del libro II solo trató del cresçer y gunda impresión que tenia proyectada pensaría
menguar del mar Mediterráneo y del mar Océano; introducir, como lo hizo en otras parles, algunas
manifestando las partes en que esto se verificaba, adiciones para tratar las materias que aqui apun-
bin hacer mención de la isla Bermuda , ni de los ce- ta ; adiciones que no llegó sin embargo á insertar,
dros que produce. Solo habla de esla isla en el ca- pues no constan en ninguno de los códices que
pitulo IX del mismo libro ; pero no se detiene á dar se han consultado.
de ella los pormenores que en este pasage indica,
DE INDUS. LIB. IX. CAP. IX. 341
CAPITULO IX.
Del árbol llamado caoban desla isla Española.
JUAOBAN es un árbol de los mayores é mejor, porque demás de ser recia es her-
mejores é de mejor madera é color que mosa é de linda tez. Verdad es que, se-
hay entre todos ios desta Isla Española, la gund los pueblos destas partes son mo-
qual madera es asaz colorada, é hácense dernos , ella se pierde presto de la broma
della muy hermosas puertas é mesas, ó ó carcoma. Esto puede aver causado no
caxas, é tablaçon para lo que quieren , é la cortar en saçon é tiempo convenible, ó
muy lindas vigas, é tan gruesas é luen- no la dexar enxugar, é labrarla 6 as-
gas como las quieren ó las pide la obra. sentarla verde en los edefiçios, sin se cu-
En todas las partes del mundo seria esti- rar 6 passar tiempo sobre ella, después de
mada esta madera, é es muy reçia, é há- cortada. Pero esto se va cada dia en-
cense della muy hermosas é grandes vi- mendando en las labores, é se corta en
gas para las prensas de los ingenios del las menguantes de las lunas; é los que
acucar (como se dixo en el capítulo pre- pueden, la dexan curar é la tienen de dias
cedente del roble), é los exes, é husos, é é tiempo cortada, é como digo, siempre
ruedas, é todo lo demás que quisieren se va todo mejorando ; pero la madera
hacer desta madera ; é para los madera- es una de las mejores que hay en esta is-
míenlos de los edefiçios de las casas en la , é también la hay en otras islas y en
esta cibdad é otras partes desta isla es la la Tierra-Firme.
CAPITULO X.
Del therebintho desta Isla Española.
i^uieren algunos deçir que en esta Isla duran, é que no es mayor que una hava,
Española hay therebinthos , y en la Tier- de jocundo olor: tocándole, siente de re-
ra-Firme, y no me maravillaría dello. sina, é que nasçe en el monte de Troya.
Deste árbol se hace la trementina, segund É dice que en Macedonia es pequeño ár-
algunos afirman. Por las señas quel Pu- bol , é lleno de troncos, y que en la tier-
nió 4 nos da deste árbol, yo los he mira- ra de Damasco es grande, é que su ma-
do, y paréçenme muy diferentes estos dera es flexible é dura asaz, 6 de hermo-
que acá llaman therebinthos de los quél so 6 negro esplendor, é que hace la flor
escribe; porque dice quel macho es sin de la forma que el olivo, pero roxa é las
fructo, y que el árbol femenino ó hembra hojas sueltas; é que produce ciertas pe-
es de dos especies, é que la una hace el lotasse las quales salen animales, como
fructo colorado ó roxo, tamaño como una los mosquitos que cantan , é un licor vis-
lenteja, é que la otra le hace amarillo, é coso é como resina é como de la corte-
que madura al tiempo que las vides ma- ça. Dice que en Siria el macho produce
CAPITULO XI.
Del árbol llamado çeyba, en especia!; esotros árboles grandes.
iLn los capítulos, donde se tracto del ro- si yo hablasse estas cosas, sin aver tantos
ble é del caoban, se dixo de su grandeça, testigos de vista, con temor lo diria ; pues
y en la Tierra-Firme hay muchos árboles que la costumbre de los murmuradores
dessos é de otros mayores. Y en verdad no se contenta con repunar á lo que de
DE INDIAS. LIB. IX. CAP. XL 343
sí propio parece dubdoso; mas aun á lo passamano : assi que por la una parte te-
que es notorio, contradicen. Mas como sé nia una baranda é era gentil puente. É
de mi condición é obra que hablo verdad, al caer, que cayó la cabeça del árbol, é
no es inconviniente que el ynorante me dio á la otra parte del rio, derribó é des-
muerda, porque menos sangre sacan los gajó otros árboles é ramas de los otros
perros que ladran al viento. Digo, pues, que estaban en la otra costa del rio, é
queá una legua de la cibdad del Darien, descubrió ciertas parras de uvas (de las
por otro nombre llamada Santa Maria del que se hizo mención en el capítulo I del
Antigua, passa un rio harto ancho é muy libro precedente), y eran de las ne-
hondo, que se llama el Cutí : é los indios gras y muy buenas para ser salvajes;
antes que aquella tierra ganassen chrips- de las quales comimos muchas, mas de
tianos, tenia-n echado por puente un árbol cinqüenta hombres que alJi estábamos.
grueso que atravesaba aquel rio de parte Este árbol que he dicho, á respeto de
á parte, que tomaba toda la latitud desde otros muchos que en aquella tierra hay
la una barranca á la otra, y estaba en y en otras partes de la Tierra-Firme, era
parte que continuamente le passábamos delgado, non obstante que assi caydo co-
para yr á las minas é á nuestras hacien- mo estaba, no dexaba de cresçer, porque
das , y era muy luengo e gruesso aquel como le quedó parte de la rayz, por allí
árbol; mas avia tiempo que estaba alli, se alimentaba, é cada año era menester
é ybase abaxando en la mitad del; é aun- limpiar é cortar los pimpollos y ramas
que passábamos por encima, era en un que echaba en el trecho que tomaba Ja
trecho del, dando el agua cerca de la puente ó el rio ; é la çima é copa que es-
rodilla, y siempre cada año se baxaba po- taba en tierra, estuvo siempre fresca é
co á poco mas, á causa que el rio roba- verde.
ba la tierra de las barrancas, en que el Dice Plinío * que los ladrones de Ale-
palo estribaba. Por lo qual el año de mili mania hacían naves de un leño solo, el
é quinientos é veynte y dos, seyendo yo qual concavaban, é algunas de aquellas
justicia y capitán en aquella cibdad, hice llevaban treynla hombres. A este pro-
echar otro árbol pocos passos mas abaxo póssito digo que en la provincia de Car-
del susodicho, que la natura proveyó de tagena , antes que se poblasse de chrips-
criarle junto á la una barranca é costa del tianos, é por aquella costa se haçian ca-
rio ; é cortado quassi todo, fué derriba- noas, que son las barcas de los indios
do, quedando alguna cosa por cortar al en que navegan, é tan grandes algunas,
pié ( porque por alli le alimentasse la tier- que yban ciento é aun ciento é treynta
ra en su propio nacimiento , é se conser- hombres en una délias. Y son de una
vasse mas tiempo é mejor): é caydo, pieça ó solo un árbol, é de través al an-
alravessó todo el rio, é sobró de la otra cho dellacabe muy holgadamente una pi-
parte mas de cinqüenta pies ; é el rio te- pa atravessada, quedando á cada lado
nia de anchura mas de ciento. Este árbol della lugar por donde puedan muy bien
tenia, donde mas grueso era, diez y seys passar la gente de la canoa. É algunas son
palmos ó mas, y quedó encima del agua tan anchas que tienen diez é doce pal-
mas de dos cobdos sin tocar en ella, fe- mos de bordo á bordo, é las traen é nave-
cho muy buena puente : al qual hice echar gan con dos velas, que son la maestra ó
barrotes á trechos, é sobre aquellos un el trinquete. Las quales velas son de
CAPITULO XII.
Del árbol ó mançanillo, con cuya l'rucla los indios caribes flecheros hacen la hierva con que tiran ¿ pe-
lean , la qual por la mayor parte es inremediable.
Jim esta Isla Española, en la costa del Tiburón, en la costa de la mar y en otras
Poniente della, en las sierras de la punta partes partes desta isla é de otras islas
de Sanct Miguel, que otros llaman del deste golpho, y en mucha parte de la
TOMO I. 44
346 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Tierra-Firme, ä la banda del Norte, en beça que causa, que presto hace arre-
especial desde Paria, é aun desde la boca drarse los circunstantes que estovieren al-
del Drago é la isla de la Trenidad al occi- rededor, tanto que sean hombres como
dente hasta el golpho de Sanct Blas, é otro animal qualquiera.
cerca del puerto del Nombre de Dios, que Plinio dice, dando por auctor á Sextio1,
son mas de trescientas leguas de costa, que los griegos llaman á cierto árbol simi-
innumerables mançanillos hay, de los laçe, é que en Arcadia es de tan potente
quales los indios caribes acostumbran con veneno que mata al que duerme ó come
otras mixtiones poncoñosas hacer aquella debaxo del. Pusse aqui esto porque pares-
diabólica hierva, con que tiran sus flechas. çe á los mançanillos de acá, de quien aqui
Estos son unos árboles parrados ó ba- se tracta. Mas con todas sus malas pro-
xos comunmente, é algunos hay altos mas piedades, diré lo quecontesció á un ca-
que tres estados de un hombre: é son ballero de mi tierra, deudo mió, é mance-
muy copados é llenos de hoja, la qual bo natural de Madrid, llamado Gonçalo
quiere paresçer á la del peral. E estos ár- Fernandez del Lago, que al presente vive,
boles se cargan mucho de una fructa de el quai passé á estas partes; é el año de
unas manganillas de muy buen olor, ta- mili é quinientos é quince fue desde
mañas como cermeñas, pero redondas, aquesta cibdad de Saneto Domingo con
aunque algunas hay prolongadas é con cierta armada á hacer la guerra á los in-
un poco de color roxa matiçadas, que dios caribes de la isla Cibuqueyra, que
les da buena gracia en la- vista ; mas son agora se llama SanctaGruz: é continuán-
malas é poncoñosas ellas y el árbol en sus dose la guerra , é con harta nesçessidad
efetos. En esta isla los indios no sabian de bastimento, vencido de su gula, co-
hacer esta hierva ni la usaban ; mas la mió cinco ó seys destas manganillas, é
fructa no hay hombre que la vea, si no la ningún mal le hicieron ; é comiera mu-
conosçe, que le falte deseo de se hartar chas mas, si no se lo estorbaran los otros
della, porque su vista é olor es para con- chripstianos, diçiéndole quién es aquella
vidar á ello. Y está probado por muchos fructa, lo qual él no creia, é la loaba é
é muchas veces, que de echarse algunos dixo assi: «Yo no sé lo que os decís; pe-
hombres á dormir descuydadamente de- ro á mí muy bien me han sabido estas
baxo de aquestos árboles , no los conos- manganillas, é si no me dixérades que
çiendo, en poco espacio que les ture el eran malas, no dexára de comerlas has-
sueño á la sombra de tal mançano, quan- ta hartarme délias. » En fin, que daño
do se levautan, es con grandíssimo dolor ni ningún movimiento hicieron en su
de cabeça é hinchados los ojos é las ce- persona ni estonces ni despues, y hoy es
jas é mexíllas. E si por caso el roció des- vivo. Creo yo que escapar él deste error,
te árbol toca en la cara, es como fuego é é de tan pestífera fructa, fué la causa la
levanta é abrassa los cueros en quanto que hace que la vedegambre no mate á
alcança; é si cae en los ojos, ó los quie- los que la comen, si no topa con alguna
bra ó ciega ó pone en mucho trabaxo é sangre ; porque desla hacen la hierva los
peligro de los perder. La leña deste ár- ballesteros en España, é á algunos dellos
bol encendida, no hay quien mucho espa- he oydo decir que la comen é se purgan
cio la comporte, porque luego da mucha con ella é que es muy buena purga, si no
pesadumbre ; é es tanto el dolor de ca- topa sangre en quien descargue su pon-
CAPITULO XIII.
Del árbol que en eslas parles se tiene por tharay, porque le paresçe mucho en la hoja; pero llámanlc
en esta Isla Española cohoba.
CAPITULO XIV.
De los árboles del helécho en esta Isla Española é otras islas é en la Tierra-Firme.
\_iOsa es muy común el helécho en mu- chas hojas, é cada una de aquellas e9
chas partes destas Indias é islas é Tierra- otras menores, como está mejor de en-
Firme del mar Océano, y de muchas ma- tender á quien ha visto bien los heléchos
neras, é también lo hay como lo de que no á quien esto leyere, sin aver en
Castilla de las sierras de Segovia é otras ellos mirado. Digo, pues, que de la pro-
partes de España, é háylo de otro muy pria forma tienen la hoja estos árboles,
mayor, é hasta tanto que las ramas son é son muy frescos, é por la mayor parte
no menores que una lança luenga ó mas. crian en las costas de los arroyos é que-
Pero allende de todos estos heléchos, hay bradas, en las sierras é montes donde
otros, que yo cuento por árboles, tan hay agua. Mas los unos é los otros que
gruesos como grandes pinos é muy al- he dicho (ó los mas dellos) están muy ro-
tos , é las hojas son de la misma hechura deados de bexucos é cuerdas é otras ve-
que la de los heléchos de España, puesto nas que quieren paresçer en la hoja á
que muy mayores é assi de aquella fa- las yedras é otras hiervas semejantes que
çion é hechura que cada hoja es otras mu- con estos árboles se intrincan é abracan.
348 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XV.
De los árboles del brasil que hay en esta isla é otras, é en la Tierra-Firme.
BRASIL es árbol muy conosçido é útil é resçer encinas, pero mas delgados é tor-
provechosso á los tintoreros de paños é cidos é no tan altos comunmente. La cas-
lanas é á los pintores, é para otras co- cara salta de recia en el árbol, é la hoja
sas , é hay mucho en algunas partes de es acarrascada y no áspera. Pero donde
la Tierra-Firme, para cargarquantasna- mayor cantidad hay desta leña é árboles
ves quissieren dello. Y assi mismo lo hay de brasil es en la gran costa de la Tier-
en algunas islas de la costa de la Tierra- ra-Firme , á la banda de nuestro polo ár-
Firme, é háylo en esta nuestra Isla Es- tico , de grandíssimos boscajes desde
pañola, no lexos, sino á par del lago de el grande rio Marañon la costa arri-
Xaragua é por aquellas sierras. Es árbol ba hacia el Oriente. É porqués árbol
no muy alto ni derecho : su color es mo- tan conosçido é notable, no diré ma3
rada , después ques fecho rajas que tira del, pues hay muchos que tienen expe-
al morado ó color de púrpura ; é en la riencia de sus utilidades é provechos y
provincia é montañas del cabo de Sanct efetos de sus colores é propriedades,
Miguel, que otros llaman del Tiburón, que podrán mejor testificar sus opera-
hay muchos árboles destos. Quieren pa- ciones.
CAPITULO XVI.
Del árbol llamado corbana.
CAPITULO XV1L
Del árbol llamado cuya.
X^VYA es un árbol grande é de muy her- poner un exe á una carreta de una grue-
mosa é fuerte madera, é quassi ó poco sa culebrina de las desta fortaleza, que
menos recia que la corbana, de quien se passa de seplenta quintales de bronce ; é
tracto en el capítulo de suso ; pero esta la sostiene tan gallardamente é sin hacer
es mejor de labrar é de mas linda tez: sentimiento alguno, aunque es muy fu-
del qual se hacen hermosas vigas, é si rioso tiro, que piensso yo ques única tal
con el tiempo prueban bien é son mas madera para semejantes cosas ; porque
turables quel caoban, en mucho serán segund el peso del tiro., es delgado el
tenidas. Algunos que edifican, lo comien- exe, y no se pudo hacer mas grueso por
çan á usar, é ponen algunas vigas, para no enflaquesçer la cureña ó caxa en que
ver con el tiempo cómo prueban. En lo estala pieça; y non obstante esso, suple
que mas se gasta al presente esta made- muy bien, y se cree que será mas tura-
ra es en guarniciones de herramientas é ble que de otra madera alguna. Y por
cepillos é otros instrumentos para encor- esta pieça podrá el alcayde que me sub-
porar ó engastar herramientas de guvias çediere, entender lo que yo no viere, para
é barrenas é macos, por su mucha du- su aviso.
reça é lindo lustre. Y deste árbol hice yo
CAPITULO XVIII.
Del árbol llamado marta.
ITIAMA es un árbol de los grandes que negas de niahiz, allende de algunos ha-
hay en esta Isla Española, y el nombre ces de leña é hierva é otras cosas, é
es muy sanctíssimo. Mas los indios en el siete ú ocho negros que la bogaban ; por
acento no le nombran como nosotros; manera, que descargada, podían bien an-
antes se diferencia, porque ellos des- dar en ella mas de treynta personas.
pués que han dicho mari, diçen a con Mas otras mucho mayores al doble hay
un poco de pausa entre la penúltima sí- desta madera y de un solo árbol. Para
laba é la última. Esta es buena madera, edefiçios no es I an buena madera como
é hácense della muy gentiles canoas , que otras, porque fuera del agua no tura tan-
son las barcas de los indios ; é yo la he to, ni su fructo es bueno ni se come:
tenido en esta cibdad que me traia por antes amarga, é no es para los hoocK
este rio de una heredad mia treynta ha- bres.
330 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XIX.
De oíros árboles útiles que hay en esta isla é otras y en la Tierra-Firme, llamados çiguas.
CAPITULO XX.
Del árbol que en la provincia de Nicaragua llaman los indios nanzi.
CAPITULO XXI.
De dos cosas notables en las maderas é árboles dcsta Isla Española y de las otras islas é Tierra-Firme.
Antes que á mas se proceda, pues que peçifica son veynte é quatro géneros los
la materia deste libro y árboles salvajes que no pierden la hoja, non obstante que
de nesçessidad ha de yr aumentándosse, el mismo auctor dice que á los susodi-
assi como con el tiempo se fueren expe- chos se les caen las hojas, excepto en lo
rimentando las cosas deste jaez, quiero alto. Mas quiero yo decir de los árboles
decir dos cosas notables, pues no impi- destas partes al contrario de lo que dice
dirán al proceso é orden que llevo en Plinio ; y es que no piensso yo que se ha-
la narración de la historia. Y pues lo que llarán en las Indias seys árboles que
diré es general é loca á estas nuestras pierdan la hoja ni la dejen de tener con-
islas é á la Tierra-Firme; la una es que tinuamente: y de los que á mi noticia al
muy pocos son los árboles que en estas presente me ocurren, solos quatro son
partes pierden las hojas. Y assi como en los que yo sé que en estas Indias la pier-
Assia é Africa é en nuestra Europa y en den. El uno es los ciruelos de Nicaragua
lo restante del mundo fuera destas nues- y los hobos, y dixe quatro, porque en
tras Indias, son pocos los árboles que mi opinion estos dos son de un género,
mantienen la hoja é la tienen continua- é que no lo sean, serian cinco los que la
damente , assi acá por el contrario jamás pierden. É el otro es las higueras de Cas-
están sin ella ni la pierden en algún tilla, é aun estas totalmente no pierden
tiempo, sino algunos é muy pocos. toda la hoja, porque verdes ó secas, al-
Dice Plinio * que el olivo, laurel, pal- cançan las nuevas algunas hojas en el
ma , mirtho, ciprés, pino, yedra, ni el árbol que le quedan del año passado,
rododendro no pierden jamás la hoja, é que también se caen venidas las nuevas.
pone assi mismo trece árboles salvajes El otro es el árbol de la cañafístola, é el
que tampoco la pierden, assi como abe- otro algunas çeybas.
te, lárice, pinastro, ginebro, cedro, Con todo, dice el mismo Plinio que es
therebintho , box, sschio , aquifolio, al- tanta la fuerca del sitio ó lugar, que en
cornoque, naxo, tharay, corbeçolo (es- torno á Memphis de Egipto é de Elephan-
te corbeçolo piensso yo que debe ser çie ni en Thebayda á ningún árbol ni vid
mimbre) é otros. De manera que pone se le cae la hoja. De manera que en estas
por todos veynte é uno, y entre los es- particulares provincias dice lo mesmo que
terpos que no se les cae la hoja pone la por estas Indias hay ó vemos en esto, si
caía y el rovo. Este rovo es carrico ú yo lo he sabido entender; porque aun
otra tal especie. En fin que son en núme- destos que he dicho que acá pierden la
ro veynte é tres. É dice que en el terri- hoja, los dos son forasteros é traydos poco
torio taurino, donde fué lacibdad Sibari, ha por nosotros de España, assi como las
avia una encina que no perdía jamás la higueras é la cañafistola.
hoja, ni metia antes de la mitad del ve- Passemos á la otra particularidad ó
rano. Assi que, todos los que el Plinio ex- notable que me queda de decir de las
j
CAPITULO XXII.
be los árboles que los chripstíanos llaman en la Tierra-Firme membrillos, aunque no lo son, é de la fructa
que llevan.
May en Castilla del Oro, en la provin- son de aquel tamaño é assi amarillos : los
cia de Çemaco, ques dentro del golpho quales cada membrillo ó fructo destosson
de Urabá, é en otras muchas partes de redondos é como el puño grandes, y al-
la lengua de Cueva, en la Tierra-Firme, gunos mayores, é quítanleslacorteçacon
assi en la costa del Norte como en la del un cuchillo (la quai y el membrillo amar-
Sur, en muchos arcabucos ó selvas é bos- gan) é hácenlo quartos, é partidos en dos
cajes salvajes, unos árboles que quieren partes, de dentro tienen quatro aparta-
paresçer sus fructas membrillos, porque mientos , é en cada uno una pepita amar-
DE INDIAS. LIB. IX. GAP. XXII. 3ä3
guíssima que echan amal, é lo restante buena digestion, con tanto questén bien
del membrillo echanlo en la olla con la cocidos. Los árboles , en que nasçen , no
carne ó sin ella, con berças ó con otras son grandes ni son pequeños. Tienen mas
cosas que quieran guisar, é son muy semejança de plantas que de árboles, é
buen manjar é sanos, é de buen sabor, é hay mucha cantidad dellos, y en la ma-
sustançiossos, é grand mantenimiento ; ó yor parte del año se hallan.
no es vianda pesada ni ventosa, é de
CAPITULO XXIII.
De los perales salvajes de la Tierra-Firme <.
CAPITULO XXIV.
De ciertos leños ó esterpos salvajes , que relucen de noche, como fuego.
CAPITULO XXV.
De las encinas que ei auctor dice que hay é vido en la Tierra-Firme, no lexos de la costa austral, en las
haldas de la sierra que llaman de Oroçi.
Acuerdóme que, yendo yo desde la cib- los llanos de Nicoya), é bien una legua
dad de Leon, ques en la provincia de adelante en el mismo camino , dexando
Nagrando, en la gobernación de Nicara- todavía las sierras de Oroçi al norte, ca-
gua, á me embarcar en Nicoya para yr minando al leste, topé en las haldas de
á la cibdad de Panamá por la costa é aquella sierra un encinar de bellotas , é
mar del Sur, despues que ove subido como no era tiempo délias, ningunas se
una áspera sierra, cerca délas haldas de hallaron en las encinas. Mas en el suelo
la sierra que llaman de Oroçi (é aquella se hallaron hasta una docena delJas : que
dexando sóbrela mano siniestra al norte, yo me paré con los que llevaba conmigo
después de encumbrado allí, comiençan á las buscar, é las comí aunque estaban
DE INDUS. LIB. IX. CAP. XXV. 3öö
algo secas ; é son ni mas ni menos que vaban mi ropa, comían sapos grandes
las de España, assi las encinas en el ár- assados, y estos indios eran de la plaça
bol é hoja, como en el fructo. Esto he de Nicaragua, é por amistad me llevaban
dicho para que se sepa que hay tales ár- las cargas hasta veynte dellos, é el dia
boles donde he dicho, y porque digo antes avian comido muchos alacranes
que no era tiempo de bellotas alli, este assados. Y cómo yo maravillado de su
dia se contaron siete de agosto. Pero no manjar los miraba, ellos con mucha risa
dexaré de decir un pasto que aquel dia me convidaban á él é decían que era
tovieron los indios que yo llevaba en mi muy bueno. Podia aver desde alli legua
compañía aquel dia en la noche, que fuy é media ó dos al rio grande que llaman
á dormir á par de un arroyo que llaman Marinia, el qual baxa de aquella sierra
de los Murciélagos, porque hay muchos, que he dicho de Oroçi, e desde do es-
é está muy hondo , entre dos barrancas, tá el dicho encinar hasta Nicoya pue-
é muy cerrado de arboledas é boscaje. de aver once ó doce leguas, poco mas ó
Aquella noche, ciertos indios que me lle- menos.
CAPITULO XXVI.
Del árbol llamado capera è de la l'rueta que lleva, que es una manera de almendras muy grandes.
\_^APERA llaman los indios de la lengua hay dentro della del tamaño de açeytunas,
de Cueva, en la Tierra-Firme, áunos ár- no mayores que aqui se pintan y de la
boles poderosos é muy altos é gruesos, misma façion desta. Y cada una délias
é en lo baxo algunos dellos están huecos está cubierta de una cascara delgada é
é paresçen olmos; mas la fructa que lle- negra, é tostadas pierden aquella cascara
van son unas almendras grandes, lasqua- é quedan tan blancas como avellanas
les se les caen, quando están maduras é mondadas, y en el sabor son mejores
aun curadas, que es en el tiempo que que avellanas. Fructa es salvaje que no
cesan las aguas, desde mediado noviem- se siembra, aunque también he oydo que
bre adelante en diciembre é enero é he- los indios en el tiempo passado ponian
brero, que es todo esto tiempo sin agua estos árboles en sus assientos é los esti-
en Castilla del Oro. E estas almendras se maban. La madera no es buena: que es
caen é se despegan por el peçon, é son fofa. En la cibdad de Panamá, dentro en-
tan grandes como aquesta que se debuxa el pueblo, cerca de las casas ó bullios de
aqui, poruña délias, al proprio tamaño los pescadores, yendo al monesterio de
[Lám. 3.a, fig, 16.a): é son ni mas ni Nuestra Señora déla Merced, hay algunos
menos que el almendra nueva de Castilla destos árboles, ó á lo menos los ovo has-
en la tez, antes que despida la corteça ta el año de mili é quinientos é veynte
que las almendras nuestras tienen sobre y nueve: de los quales yo comí algunas
el cuesco, é ábrese esta almendra de sí veces desta fructa, la qual ningund daño
misma desde la punta hasta el peçon hace, aunque se coma cantidad della, ail-
por medio, por la parte combada ó enar- les ayuda á la digistion común en qual-
cada. Y esta almendra no es de comer quier tiempo que la coman, antes ó des-
mas que un palo, sino quatro cósicas que pués del pasto.
35G HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XXVII.
De ciertos árboles que hay en Nagrando , en la gobernación de Nicaragua en la Tierra-Firme, que sirven
sus fructas á lo mismo que las agallas, para hacer tinta: á los quales árboles llaman los chripstianos el ár-
bol de la tinta ; ó de qué manera se hace la tinta con esta fructa.
CAPITULO XXVIII.
Del árbol llamado guaco é su frucla, el qual árbol se halla en la Tierra-Firme.
CAPITULO XXIX.
De los árboles é fructa que los españoles llaman agoreros, en la Tierra-Firme.
CAPITULO XXX.
De los árboles odoríferos de la Nueva Castilla.
Jim aquellos señoríos que fueron de Ata- mas de los árboles que hay son á la ma-
baliba, que agora se llaman la Nueva nera de fresnos en la hoja é muy tiernos
Castilla, en la tierra que desta é de la de quebrar, é huelen á hinojo ; y echan
otra parte de la línia equinoçial gobierna una resina muy odorífera que los indios
por Sus Magestades el marques, don Fran- estiman é tienen en mucho, porque sahu-
cisco Piçarro, y en especial desde Puerto man sus ídolos con ella, e en sus sacri-
Viejo adelante hasta la punta que llaman ficios ó idolatrías usan muchodeslos sahu-
de Sancta Ellena por la costa, todos los merios; y á la verdad huelen muy bien.
CAPITULO XXXI.
De los de la canela, en la provincia que llaman Quito en la tierra austral.
CAPITULO XXXII.
De los salces de la tierra austral.
JLPe muchos testigos que de vista To han chos salces en aquellas provincias en las
visto é estado en la tierra austral de la costas é riberas de los rios de los mis-
Nueva Castilla, que aquí están é son ve- mos que en España hay; é que los indios
cinos desta cibdad de Sancto Domingo de los plantan para adornamiento de la tier-
la Isla Española, sabemos, y otros ami- ra , é porque les son gratos tales árboles,
gos é personas de crédito escriben , é to- é los chapodan en sus tiempos, para se
dos en conformidad dicen que hay mu- servir de la leña de los dichos salces.
DE INDIAS. LIB. IX. CAP. XXXIII. 359
CAPITULO XXXIII.
Del árbol llamado damahagua, 6 de ciertas corteças de árboles para sogas é cuerdas.
JLLI árbol llamado damahagua es muy co- este es el mejor género de hilo de todos,
mún en esta isla é otras é en la Tierra- para alpargates é hamacas é otras cosas
Firme, é hay muchos árboles destos. La é mas reçio quel henequén é que la
madera no es buena ni su frucla; pero su cabuya. Otras corteças de árboles colo-
corteça no se desprecia, porque della ha- radas hay en esta Isla Española, las qua-
cen los cabestreros muy buenas sogas, les llaman xagüey, de las quales assi mis-
del tamaño é gordor que quieren, é assi mo hacen alpargates é sogas é otras
mismo xaquimas é maneotas para caba- cosas: é dánles este nombre porque
llos é otras cosas , é la xarçia para na- en esta lengua de Hay ti el árbol que
vios pequeños. Y en esta Isla Española descorteçan para esto le llaman xa-
haçen de corteças de árboles otro hilo é güey , y á un charco llaman xagüev assi
cordeles delgados que llaman daguüa, y mismo.
CAPITULO XXXIV.
Del árbol llamado guao.
VIUAO es un árbol ques mas que planta, ro destos chapetones ó nuevamente ve-
é por esso le llamo árbol : que también nidos, que no conosçiendo este árbol,
los he visto grandes. Quiere paresçer en estando que estábamos en el campo, él se
la hoja al que en España llaman acebo, y apartó á hacer lo que no pudo excusar
este guao tiene la hoja muy verde é assi para hacer cámara, é cómo se quiso lim-
crespa: puédesele atribuir á su fuego é piar, deparóle su suerle ciertas ramas, alli
ardor todo lo que se dixo de los man- á par, deste guao é tomó algunas hojas é
çanillos de la hierva, en el cap. XII des- con ellas limpióse de tal manera y quedó
te libro IX; pero no en la poncoña, por- tal que en toda essa noche no pudo dor-
que si en ella le ponen los indios (que no mir ni aun á otros dexó reposar, ni en el
me maravillaría desso), no lo sé ni lo he dia siguiente dexó de padesçer tanto ar-
oydo. Pero en lo demás es un fuego é dor en aquella parte que no se podia va-
potentíssimo cáustico, en tanta manera ler. Y en fin es tal que en lugar de so-
que cierta leche blanquíssima que sale, liman, sirve para comer la carne podrida
cortando ó despeçonando las hojas, ó de las llagas, é es mas incomportable.
cortando sus cogollos ó el çumo de las Con todo esto es bueno para lo que
ramas ó hojas, é aun el roció que sobre agora diré. Yes que las indias desta isla
tal árbol está, caydo en la cara ó en qual- (nuestra Española), algunas délias que se
quier parte de la persona, lo abrassa atreven á padesçer por paresçer mejor,
qualquiera cosa destas é lo quema é alca cómo han envidia de ver á las mugeres
ampollas é lo hincha, que es cosa para de España blancas, toman las rayçes del
admirar. Y diré lo que vi á un compañe- guao é ásanlas muy bien ; é despues que
360 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
están muy asadas é blandas, tráenlas en- do é lávanse, é quedan tan blancas que
tre las palmas buen rato frotándolas, é no las conoscerán, segund están mudadas
en medio la rayz, é hácenla tornar como é blancas, como si nasçieran en Castilla.
pasta de engüente : é con aquello unían- Pero ni de las indias questo hacen ni de
se la cara é pescueço é todo lo que quie- las chripstianas españolas que gastan so-
ren que les quede blanco, é sobre aque- liman é albayalde en afeytarsse, pocas
llo ponen otras unciones de hiervas é aciertan á ser monjas ni aun á hacer co-
cuinos confortativos, para quel guao no sa que honesta sea ; y esto baste quanto
las ase vivas ó lo puedan comportar ; é al guao.
á cabo de nueve dias quítanse aquello to-
Comiença el libro deceno de la primera parte de la Natural y general historia de las
Indias: de los árboles medeçinales é de las plantas é sus propiedades.
PROHEMIO.
lues se ha tractado en los libros prece- ver elletor, sin sospecha fabulosa, quán
dentes de los árboles fructíferos y de los capaz es essa misma natura, acordándo-
salvajes é de sus diversidades, quiero ago- se que es muy poco lo que ella hace á
ra en este libro deceno decir de los me- respeto de lo que le puede permitir é
deçinales é muy señalados por sus exce- dexar obrar el mesmo que á ella hizo: é
lencias, é de las plantas é sus propie- considerado aquesto, hallará que de los
dades, en especial de lo que á mi noti- árboles é plantas de que aqui se tracta-
cia é vista oviere ocurrido, é de lo que rán tan maravillosos efetos, como pro-
bastantemente me fuere con verdad in- ceden dellos, é para tan señaladas é in-
formado; porque en lo que algún míni- curables dolencias, no ha de dar las gra-
mo escrúpulo yo tuviere, no lo daré en cias á las criaturas ó cosas criadas, sino
presçio que se deba creer de lo tal, sino al criador délias que es el mesmo Dios,
lo que se debe alirmar de las cosas dub- que tales cosas nos enseña, para que me-
dosas. Y en lo que yo no apuntare ó die- jor le conozcamos é sirvamos y de ente-
re señal de dubda, fielmente se me puede ro coraçon le amemos, porque nos ama,
creer é aver por certíssimo ; porque Cé- é por quien él es primeramente. Y hard
sar no quiere fábulas, ni yo las sabré de- principio en un árbol que en la verdad
cir, sino lo que en efeto de semejantes ni yo le sé el nombre que los indios le
materias se debe pronunciar ante Su Ma- dan en esta isla ni en las otras, ni en la
gostad. Quanto mas que son en sí estas Tierra-Firme, donde en cada parte se nom-
cosas tan apartadas é nuevas, que no hay bra en diferenciada manera por la gran di-
nesçessidad de liciones para dar admira- ferencia é moltitud de las lenguas que en
ción á las gentes, ni para dexar de dar estas Indias hay : ni aun tampoco se si le
infinitas gracias al Maestro de la natura, sabré dar á entender tan bien, como yo
quede tantas maneras la hizo hábil para querría, por la grande desconviniençia é
engendrar é criar todos los efetos é figura que tiene con todos los otros ár-
propriedades que le plugo. É assí podrá boles. Y es tanta, que no rae sé detenni-
TOMO I. 46
3G2 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
nar si es árbol ó monstruo entre árboles; mejor que todo esto es para visto que
pero como yo supiere, diré lo que del escripto ni pintado. Los chripstianos que
he comprehendido, remitiéndome á quien por acá andan le llaman el árbol de las
mejor lo sepa pintar ó dar á entender, soldaduras con mucha raçon, por lo que
porque es mas para verle pintado de de su propriedad y efeto se ha muchas
mano de Berruguete ú otro excelente pin- veces visto y experimentado. É assi suc-
tor como él, ó aquel Leonardo de Vin- resive se procederá á las otras cosas que,
co, ó Andrea Manteña, famosos pintores conforme á tales materias, se deben aqui
que yo conocí en Italia, que no para acomular.
darle á entender con palabras. É muy
CAPITULO I.
Del árbol ó planta con que se sueldan las quebraduras ó cosas rompidas en la persona del hombre.
Jrlay en esta Isla Española unos árboles vistos (en otras partes), sino monstruo
que son comunes é hay muchos dellos del género de los árboles.
en estas islas é muchos en la Tierra- Machacadas las pencas deste árbol,
Firme : los quales son espinosos é tales, quitadas las espinas primero , é tendido
que al paresçer ningún árbol ó planta se lo que assi se machacare en un paño de
puede ver de mas salvajez, é segund la lienço, á manera de emplasto, é ligada
manera suya no me sé determinar si es con ella una pierna ó braco quebrado,
árbol ó planta. Hace unas ramas llenas despues que primero se hayan concerta-
de unas pecas anchas é disformes ó feas do los huessos rompidos, lo suelda é jun-
de muy mal paresçer é talle, é muy ta é afixa tan perfetamente, como si nun-
gruesas y espinosas; las quales ramas ca se quebraran, si bien se conciertan pri-
fueron primero hojas é pencas cada una mero los huessos de las tales quebradu-
délias, é de aquella hoja ó penca nas- ras. E hasta que ha hecho su operación
çieron otras, é de las otras, otras. Édes- está tan asido el emplasto ó medeçina ya
tas pencas enduresçidas, ó en tanto que dicha con la carne, que es muy dificul-
se enduresçen, procrean otras alongán- toso é penoso despegarlo ; pero assi co-
dose , é de las otras, otras, é de penca mo ha curado é fecho su buena opera-
en penca se convierte en rama. Final- ción , luego por sí mismo se aparta é
mente, es de tal manera este árbol, que desecha el emplasto de aquel lugar, don-
tengo por dificultoso poder darse á en- de lo avian puesto. Destos mismos árbo-
tender por escripto, é seria nesçessario les hay muchos en la provincia de Nica-
pintarle de mano de tal pintor, é de tan ragua en la Tierra-Firme, y echan una
apropríadas colores, que por la vista se fructa colorada, brescada, tamaña como
comprehendiesse lo que por las palabras una açeytuna gruesa, de color de un
no creo que es possible entender ningún muy fino carmesí ; é tiene unas espinas
absente, tan al proprio como de otros por encima toda ella, como vello, quassi
árboles se entiende, por ser tan desse- invisibles por su sotileça y delgadez, y
mejante de todos, que otro nombre me éntranse por los dedos, quando hombre
paresçe que no hay tan al propóssito de las toma en las manos. É desta fructa en
su salvajez y extremos nunca oydos ni aquella tierra las indias hacen cierta pas-
DE INDIAS. LIB. X. CAP. I. 363
la é córtanla en pedaços quadrados, tan las tunas, que son los mismos cardos, de
delgados como una alcorça, é tamaños quien se dixo en el libro VIII, en el capí-
como una uña del dedo, y envueltas en tulo XXVIII. Estos árboles no cresçe el
algodón, porque no se quiebren, las sa- mayor dellos mas alto que dos estados ó
can á las plaças y á sus mercados á ven- poca cosa mas de Ja estatura de un hom-
der, y es cosa estimada para se pintar con bre: la color del tronco es pardo áspe-
esta color los indios é indias. Y es exce- ro , é los bracos é ramas assi mismo,
lente color de carmesí muy bueno, é al- é los extremos délias, que son las hojas,
guno dello declina á color rosado ; y es están algo verdes. É algunas nacen por
mejor color para se afeytar las mugeres, el través, donde quiere de nuevo princi-
que la que en Italia é Valencia ó España piarse otra rama en la misma hoja ; pero
y otras partes usan las que quieren emen- todas las hojas, como he dicho, son muy
dar, ó mejor diciendo, remendar y estra- espinosas, como las tunas, é assi mismo
gar la imagen ó figura que Dios les dio. las ramas. Pero con mi mal debuxo por-
Destas pieças ó pastillas desta color he né aqui la forma que tiene este árbol, si
yo experimentado muchas en debuxos é lo supiere hacer, para que juntamente
pinturas, por mi placeré por ver si es co- con lo que del tengo dicho, mejor se pueda
lor titrable ; é hallo que es excelente pin- entender é considerar (Lámina 4.a, figu-
tura, porque en algunas cosas pintadas ra 2.a). E si esto no bastare, digo que
en papel yo la tengo puesta mas ha de quien desde esta cibdad de Sancto Do-
seys años, y está hoy mejor é mas viva mingo desta Isla Española fuere á la villa
la color que el primero dia que se assen- de la Yaguana, ques al poniente é parle
tó. Y téngolo por mucho, porque se tem- occidental desta isla, hallará destos ár-
pló con agua clara é sin goma ni alguna boles muchos en el mismo camino real, é
otra diligencia de las que los pintores ha de passar á par é junto con ellos de
suelen usar, para templar sus colores, an- nesçessidad, sin se desviar del camino
tes que las labren. Es muy semejante es- antes que lleguen á las vegas é cumbres
te árbol en las hojas á los cardos, con que del puerto del rio Halibonico, é desde
en esta cibdad bardan las paredes de los allí viniendo á esta cibdad, en muchas
corrales de las casas, ó como las hojas de partes.
CAPITULO ir.
Del árbol llamado guayacan , con que se cura el mal de las búas.
D 'os árboles hay muy notables y exce- esta Isla Española. El otro se llama palo
lentes en estas islas é aun en la Tierra- sancto, y este hay en la isla deHoriquen,
Firme; porque assi como es común el mal llamada agora por los españoles Sanct
de las búas en todas estas partes, quiere Johan ; é quando della se hable, se dirá
la misericordia divina que assi sea el re- del palo sancto. Assi que, tornando al
medio comunicado, é se halle para cu- guayacan, yo le he visto en esta y en otras
rar esta dolencia. Pero aunque en otras islas , é también en la Tierra-Firme en la
partes se halle esta enfermedad, el origen provincia que los indios llaman Nagran-
donde los chripslianos vieron las búas, do. Y pues en esta Isla Española ovieron
y experimentaron é vieron curarlas y ex- los españoles conocimiento desto árbol,
perimentar el árbol del guayacan fué en póngole aqui, aunque en otras partes se
364 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
halle ; é quiero decir lo que es muy no- que se procure que el palo sea fresco,
torio, assi en las Indias como en muchas quanto mas pudiere serlo. Digo fuera de
partes del mundo, donde le han llevado las Indias, porque en ellas cada dia se
tras la misma enfermedad para remedio puede aver é cortar del campo ; mas en
délia. É hay tantos árboles guayacanes España é fuera destas partes han de bus-
en estas Indias, que pienso yo que son car el mas grueso, porque se seca mas
menos los pinos de tierra de Cuenca, é tarde, é acá se ha de procurar el mas
aun todos los otros de España, en núme- delgado, porque esté mas tierno é purga-
ro. Es árbol aqueste muy excelente, é in- tivo.
numerables veces experimentado , assi en Cúranse deste mal tan fácilmente los
estas partes como en Europa, é donde de indios, como en España de una sarna, y
acá se ha llevado para esta temerosa en- en menos le tienen, y ésles muy común.
fermedad de las búas: (la qual en Italia, En aquesta isla es famoso elguayacan que
como en otra parte he dicho, llaman el se trae de una isleta que llaman la Bea-
mal francés, y en Francia el mal de Ña- ta , que está en la costa desla isla é cer-
póles); y en España yen otras partes del ca della, é otros quieren otro, é como
mundo se han visto muy grandes curas les place, lo escogen. Tiene este árbol la
que ha hecho este árbol en hombres que corteça toda manchada de verde, é mas
de mucho tiempo estaban tollidos é he- verde é pardillo color, como suele estar
chos pedaços de muy crudas llagas, y ó paresçer un caballo hovero ó rodado.
con extremados dolores. Y es esta una La hoja del es semejante á la del madro-
enfermedad de las mas desesperadas é ño ; pero esta es menor é mas verde, y
notables é trabajosas del mundo, segund echa unas cosas amarillas por fructo f que
es notorio á los que desta plaga son to- paresçen como si dos altramuces juntos
cados , é mejor pueden por su experien- el uno al otro estuviessen asidos por los
cia los tales testificar délia; é á los que cantos. Es madero muy fortissimo é pe-
Dios por su clemencia ha librado de se- sado mucho, é tiene el coraçon quassi
mejante dolor, es espantable tal passion. negro sobre pardo ; é demás de sus vir-
Entre los indios no es tan recia dolencia tudes sírvense del en muchas cosas, assi
ni tan peligrosa, como en España y en las como en los dentellones de las ruedas de
tierras frias: antes estos indios fácilmen- los ingenios é trapiches del acucar y en
te se curan con este árbol. La qual cura otras cosas. Mas porque la principal vir-
es subjecta á mucha dieta é á beber del tud deste madero es curar el mal de las
agua que hacen, cociendo este palo en búas, é dixe que la forma de cómo se
ella, sin la qual dieta él no aprovecha, toma lo diria donde se hable del palo
antes daña. Poca nesçessidad hay que sancto, diré aqui otra recepta, segund lo
aqui se expresse la manera de cómo este he visto acá usar, puesto que de suso me
remedio se exerçita, porque es ya muy pensé escusar de hablar en la cura ; y es
notoria é común cosa saber usar deste assi. Toman astillas delgadas deste palo,
palo, é también porque donde se dixere é algunos le hacen picar menudo, y en
del palo sanctode la isla de San Johan, se cantidad de dos açumbres de agua echan
dirá mas largo, pues lo uno é lo otro se medra libra del pata ó algo mas, é cuece
cuece de una manera é lo toman de la hasta que mengua las dos partes, é quí-
misma forma. Y están tan diestros ya en tanlo del huego é reposase ; é después
España, como acá, para aprovecharse des- bebe el paciente una escudilla de aquella
te remedio; pero es de tener aviso en agua por la mañana en ayunas veynte ó
DE INDIAS. LIB. X. CAP. II. 365
treynta dias ; pero de veynte abaxo no indios sanan é se curan ; porque son muy
ha de dexar de beber esta agua ( el que grandes hervolarios é conosçen muchas
quiere quedar bien curado). Y en aquel hiervas, é tiénenlas experimentadas para
tiempo guarda mucha dieta, é no come esto é para otras muchas dolencias.
carne ni pescado, sino passas é cosas se- Está averiguado que este mal es conta-
cas é poca cantidad, salvo solamente lo gioso, é que se pega de muchas maneras,
que baste á sustentar, y algún rosquete assi en usar el sano de las ropas del que
de vizcocho; y entre dia han de beber de está enfermo de aquesta passion, como en
otra agua cocida con el mismo guajacan. el comer é beber en su compañía ó en los
E des ta manera he yo visto sanar á al- platos c tacas con que el doliente comeó
gunos enfermos, pero sin llagas : é han bebe; y mucho mas de dormir en una
de estar en lugar muy guardado de lodo cama é participar de su aliento é sudor;
ayre en tanto que se toma esta agua, y é mucho mas aviendo excesso camaleón
aun algunos dias después no se ha de alguna muger enferma deste mal, ó la
alargar en salir mucho á partes desabri- muger sana con el hombre que estuviere
gadas: ni tampoco lo que para esto con- tocado de tal sospecha; témanse las per-
viene no lo digo tan particularmente, co- sonas de Sanct Lázaro, é gaphos, é co-
mo toman este palo ó agua del algunos, mmise de cáncer. Y en estas partes é In-
sino como yo le he visto acá hacer donde dias pocos chripstianos, é muy pocos di-
es mas fresco el árbol. El que tuviere go , son los que han escapado deste tra-
nesçessidad no se cure por lo que yo aquí bajoso mal que hayan tenido participa-
digo ; porque esta tierra es muy diferen- ción carnal con las mageres naturales
te de la de Europa, é acá es menester desta generación de indias ; porque á la
grandíssima diligencia para se guardar verdad es propria plaga desta tierra, é
del ayre el enfermo de tal passion ; é tan usada á los indios é indias como en
mucho mayor cuydado debe de aver en otras partes otras comunes enfermedades.
se esconder de los ayres, donde son mas Pero yo he visto algunas veces á indios,
delgados é sotiles é la tierra fria. Y no en especial en la Tierra-Finne, que en
debe el enfermo salir por ningún caso de sintiéndose mal de aquesta enfermedad,
una cámara muy guardada de todas par- con poca sospecha della , luego continúan
tes é abrigada; é á mi paresçer el que en á beber del agua cocida con este palo, é
España se oviere de curar con este palo, á guardarse del uso de las mugeres por
ha de guardarse y estar mucho sobre avi- muchos dias ; porque dicen ellos que ellas
so , assi en lo que digo que no le dé ay- son las que tienen cnigo de repartiré co-
re, como en la dieta. Pero ya es tan usa- municar este dolor y enfermedad, y en
do este trabaxo en tantas partes, que es- especial en la provincia de Nicaragua,
tán los hombres diestros en la manera donde hay muy exrelente guayacan, assi
que se ha de tener, para usar deste reme- en la provincia de Nagrando, como en
dio. Y no es aqueste solo con el que los otras partes de aquella tierra.
366 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO III.
Del árbol del bálsamo que llaman en esla Isla Española, donde aqueste licor se ha hecho primero que en
olraparte alguna.
CAPITULO IV.
De los mancaniltos de las avellanas para purgar.
CAPITULO V.
Be las plantas del algodón desta Isla Española.
CAPITULO vi.
De las higueras de infierno que hay en esta Isla Española.
JLias higueras que llaman de infierno son en cantidad hay tantas destas higueras
muy comunes en todas estas islas y en la acá, que ocupan mucho , é no querrían
Tierra-Firme. Estas entre los médicos é tantas en el campo, ni mucho menos en
boticarios y hervolarios se llaman tárta- esta cibdad, é aun dentro en los corrales
gos ó cataputia mayor. No sé yo qué pro- de las casas, é á do quiera hay acá mu-
priedades en la medeçina se tienen; pero chas délias.
CAPITULO VII.
De las cañas y cárneos desta isla Española.
imanas hay muchas en esta isla, maçiças nes en esta isla y en todas las Indias des-
é gruesas, como astas de lanças ginetas tas partes. Las tierras, donde nasçen estas
muchas délias, é mucho mas altas que cañas, son fértiles é muy buenas para sem-
picas luengas asaz délias ; pero como he brar en ellas el pan ó mahiz de los indios,
dicho son todas maçiças, é son buenas é para hacer conucos de todas las otras
para los edificios de los buhios de los in- cosas é labraneas que ellos cultivan é
dios , é aun para muchas cosas se sirven siembran. É assi mismo hay muchos car-
délias los chripstianos. Estas son comu- riços en los lagos é padules y en muchas
DE INDIAS. LIB. X. CAP. VII. 371
costas de algunas riberas desta isla. Es- tas é de manera que paresçen muy bien.
tos son delgados, como los cálamos, é Pero no son de aquellos cálamos buenos
destos hacen flechas los indios caribes, é para escrebir, aunque hay algunos de
con estos adornan las casas é las encañan aquellos, pero pocos, en esta Isla Espa-
6 hacen labores muy gentiles sobrepues- ñola.
CAPITULO VIII.
De los juncos que hay en esta Isla Española.
Hay juncos en esta isla como los de Es- destos bordones quieren paresçer á los
paña , pero menores mucho, y estos en juncos en aquella forma del leño, ó lo
las costas de algunos lagos y estancos. que es; pero estos, que como digo, yo
Pero hay otros que en España llaman veo que se llaman en España juncos, son
juncos de la India, que en Castilla é otras acá palmas, é nasçen estas hojas desde
partes los hombres viejos y de edad traen el pié, é muy altas, é muchas juntas, é
por bordones é algunos por auctorídad, no se hace árbol grande, sino un çir-
que son de tres esquinas, gruesos é otros cuyto grande destas hojas. Y estos tallos
mas delgados é muy ligeros. Estos, aun- de enmedio de las hojas ó el lomo délias
que allá los llaman juncos, no lo son ; é es estos bordones ; é desde bien alto de
púselos aquí, para quitarlos deste error á tierra este tallo echa las hojas, como la
los que assi los nombran ; pero en la ver- palma. Hay los muy gruesos , é los delga-
dad no son sino hojas de cierto género dos se llevan á España para aquellos bá-
de palmas que hay acá, en estas y en las culos de los hombres ancianos ; pero muy
otras islas destas Indias, é muchos mas mas gruesos los hallarán que dos é tres
en la Tierra-Firme. Parescióle á alguno de los que llevan é muy ligeros ó de po-
llamarlos juncos, porque en lo maçiço co peso.
Este es el libro undécimo de la primera parte de la Natural y General historia de las
Indias, Islas y Tierra-Firme del mar Océano : el quai tracta de las hiervas é simientes
que se truxeron de España á esta Isla Española, é de otras que acá se hallaron
é son naturales destas partes, é otras cosas convinientes á la historia.
PROHEMIO.
CAPITULO I.
De las hiervas é plantas que se han traydo de España á esta Isla Española é á otras parles destas Indias,
é quáles hacen acá simientes é quáles no.
CAPITULO II.
De las hiervas que hay en esta Isla Española, que son como las de España é que acá las avia, antes que
los chripstianos passasen á eslas partes, e' son naturales de la tierra, é no se Iruxeron de Castilla.
CAPITULO III.
De la hierva que los indios llaman y, é de sus utilidades é propriedad.
CAPITULO IV.
De la planta ó árbol que los indios llaman goaconax y los chripslianos le llaman bálsamo, del qual se hace
el bálsamo artificial para las heridas é para otras enfermedades; é decirse há de qué manera se hace aquel
licor que en estas Indias llaman bálsamo.
CAPITULO V.
De la hierva ó planta llamada pcrcbeçenur , ¿ de sus excelencias é virtudes experimentadas.
Jt EREBEçENTC es una hierva ó planta assi que tengo dicho, es de creer que hay
llamada , é hay mucha della en esta isla. otras muchas hiervas é plantas é árboles
Los chripstianos la llaman la hierva de innumerables apropriados á nuestras pas-
las llagas : otros la dicen hierva de los siones é llagas humanas. Pero cómo los
remedios. Es maravillosa y excelente por indios antiguos son ya muertos, assi se
muchas experiencias é por muchas per- ha acabado con ellos el conosçimienfo
sonas examinada, sir. la quai, é sin las que por su aviso se pudiera aver de pn>-
TUMO l. 48
378 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
priedades semejantes e otros muchos se- están para curar las llagas, como ade-
cretos de natura. Digo de lo que estaba Jante se dirá; é despues cresçiendo, su-
ya experimentado ó sabido por los na- ben hasta ser como planta ó esterpo é
turales desta nuestra isla; é todo lo que aun quassi árbol. Echa unas flores colora-
agora se puede decir es poco é no bien das como un coral, luengas é á manoji-
entendido, porque esta generación es eos ó Huecos, juntas como el hinojo, pero
tan avara desso poco que sabe, que por apartadas unas de otras, é longueçuelas
ningún interese ni bien que se les haga é delgadas estas flores. El fructo questa
quieren manifestar cosa destas, en espe- planta echa son unas uvas negras, como
çial de las que podrian aprovechar á los las que echa la hiervamora ; é en un
chripstianos, si son medeçinales (porque tiempo (en expeçial en los meses de di-
esta manera de sçiençia es parte de su se- ciembre é enero ) tiene la fructa é las flo-
ñorío). Y las cosas que han alcançado á sa- res que he dicho juntamente, é mas en
ber no ha seydo por la voluntad de los in- el mes de marco é aun en el mes de abril,
dios, sino por no lo poder encubrir; y porque unas matas maduran antes que
aunque algunas cosas he oydo decir que otras. Quando esta planta ha cresçido de
son para diversos remedios, ni querría ni todo punto, es tan alta ó mas que un
acostumbro perder tiempo en relatar cosas hombre, ó estado é medio, é paresçe
confusas ó no claras, y por tanto no diré árbol, é aun tiene rayçes é recias ramas,
sino lo que fuere notorio y probado é é tal hay que tiene el tronco como la mu-
visto por mis ojos ó de los de personas ñeca del braco de un hombre recio. Su
que merezcan crédito. operación es maravillosa, é muy exce-
Desta hierva llamada perebeçenuc hay lente medeçina é tan fácil y sin passion
gran moltitud della en esta isla y en la en el curar, que paresçe bien que la
Tierra-Firme en muchas partes, en los he- quiso Dios señalaré aventajar entre otras,
redamientos y en los campos é bosques, por muy apropriada para las llagas, aun-
y las verdolagas no son acá mas: que no que sean viejas é de mal semblante é dis-
lo puedo mas encaresçer, por las mu- pusiçion ó enconadas ó quassi incurables;
chas que hay délias. Esta planta ó ester- é usan del remedio desta hierva de la
po tiene muchas hojas anchas y agudas forma que adelante diré. É llamóla hier-
en las puntas y delgadas y tradables ó va , aunque he dicho ques esterpo ó plan-
blandas, y en el talle quieren paresçer ta, porque quando nasçe é aun quando
hierros de lanças pequeños , como si qui- está de dos ó tres palmos alta , hierva es
siessen enseñar á los hombres que son hasta que sube al altor que le quita el
para curar las heridas de las tales lanças, nombre de hierva ; é los indios no usan
o llagas. En la color son verdes, y las della para sus llagas, sino quando es pe-
puntas délias algo moradas, é los astiles quena é tiernos los cogollos, antes que
ó tallos en que nasçen estas hojas, son se empine ó endurezca ó crezca mucho.
assi mismo quassi morados é de la color Cuecen un puño de aquesta hierva (digo
de las puntas de las hojas, aunque algu- los tallos é hojas mas tiernos ), tanta can-
nas hay que no son puntiagudas é son tidad como se podrá incluyr ó compre-
algo mas romas; pero las unas é las otras hender con una mano, ó de la groseça
cénenlos extremos de aquella color, en- de la muñeca del braço , é despues que
eonado e morado. Quando esta hier- de un açumbre de buena agua que echen
e sus tallos son nuevos é no mas al- con aquel manojo de la hierva á cocer en
os que hasta la rodilla é están tiernos, una olla, oviere menguado la tercia par-
DE INDUS. LIB. XI. CAP. V. 379
te, quitan la olla de sobre el fuego é dé- gas ó las que les place en un pie ó pier-
xanla estar assi con la hierva hasta que na , adonde quieren, é viénense de la
está quassi fria, é toman un paño de lino hacienda acá (á la cibdad) coxquean-
limpio ( que no sea camisa de muger) en do , por bellaquear é no hacer nada ni
u»poco de aquella agua é lavan la llaga; trabaxar: é socorremos á la malicia suya
e despues de bien lavada, enxúganla lim- con esta hierva, é sanan contra su volun-
piamente con sus paños blancos de lino. tad antes de lo que querían, para que se
Hecho aquesto, toman hojas crudas de la vuelvan á la hacienda. Y aun desque está
misma hierva é fuércenlas ó mastrújanlas bueno, solemos ayudarle con una docena
ó pástanlas entre las palmas de las ma- de acotes, porque escarmiente; y es tan
nos, é assi sacan el çumo, y en aquel buena medeçina para algunos, como la
mojan hilas de lienço blancas é limpias, hierva, é no lo torna á hacer. La hoja
é assi mojadas, pónenlas sobre la llaga é desta perebeçenuc es de la forma que
atañías con una venda de lino; é assi aquí está pintada [Lám, 4.a /?</. 5.a) y de
fecho esto dos veces al dia, cura las lla- tal figura, salvo ques mayor la hoja questa
gas en breve tiempo. Algunos, en lugar pintura, é alguna es menor ; y el matiz
de hilas, no curan de poner sino la misma ó sombra questas hojas tienen en las pun-
hierva assi torcida entre las palmas, des- tas desle debuxo, háse de entender ques
pués que se ha lavado la llaga, como se lo que tienen como morado, y el palillo ó
dixo primero, é átanla por encima é sana astilejos é pegones assi mismo como de co-
muy presto la herida. Digo llaga, porque lor de unos bledos que hay algo morados ó
para heridas fechas á mano con el espada ó leonados. No digo de los que en Castilla
cuchillo é recientes, no es esto, sino para llaman moriscos, que son muy colorados,
otras llagas de otras ocasiones. Digo mas: sino de los bledos comunes de comer: que
que en mi casa he curado yo é fecho cu- los tallos dellos tienen la color mas roxa
rar (en veces) muchos indios é esclavos que leonada é todo el restante de la hoja
negros mios, é aun algunos chripstianos, es verdeé muy delgada é blanda. Quan-
é han sanado muy bien : y en verdad al- do está muy alta, ques planta ó estcrpo,
gunos dellosde tales llagas, que me cos- tiene el tronco é ramas é corteça como
taran muchos dineros del cirujano, é no una carrasca ó encina, pero mas delgada.
sé si las supiera curar; é desta manera, Después de la primera impression, supe
sin darles pecunia ni gracias ( sino solo á de dos principales personas desta cibdad
Dios), se curan. Porque estos negros é de Sancto Domingo, vecinos fidedignos,
indios, como andan al campo trabaxan- dos secretos desta hierva, que cada uno
do y la tierra es mala de piernas (por ser por sí é ambos la ensalçan é subliman ó
humedíssima), de un rascuño é de poca decoran por una de las mas excelentes
cosa se hacen llagas muy malas ; y cómo cosas questan acá sabidas y experimen-
al principio es la llaga ó herida pequeña tadas en lo que agora se dirá; y en la
é no se curan é hacen poco caso della, verdad, tanto mas es raçon de estimar-
encónase é hácense muchas veces llagas se, quanto cada una de las enfermedades
malas ; pero todas se curan de la manera es mas odiosa é aborresçida. Y diré cada
que he dicho. Yo he tenido indios que una por sí, de la manera que he entendi-
por su malicia propria é por no trabaxar, do el remedio de ambas dolencias.
ó ellos mismos se hieren, ó se ponen al- Estando un hombre principal desta cib-
gunas hojas de hiervas que conosçen que dad , que hoy vive (é testifica de sí), en-
en breves horas se hacen una ó dos lla- fermo de un encordio quassi tres años
380 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
avia, con una profunda llaga é mala en assi lavado, toman la hierva majada con
una ingre é con mucha passion, é avien- su çumo é pónenla en los lugares que he
do gastado mucho de su hacienda con dicho, y en breves horas é antes que pas-
médicos é cirujanos é pendiente mucha se un dia natural de veynte é quatro ho-
costa; é aun aviéndole cortado muchos ras, hace orinar é rompe la piedra é pone
pedaços de carne dañada sin le aprove- total remedio á tal passion.
char, antes se sospechaba que tal llaga Parésçeme que cada una destas cosas
era incurable : aviendo este nuestro ve- es tan grande y de tanta estimación, que
cino oydo algunas curas questa hierva aunque yo no oviesse trabaxado en estas
hacia, acordó de la probar é desamparar materias, inquiriendo sus efetos en lo que
los cirujanos, é tomó por estilo de se la- he escripto délias, sino por saber esto,
var la llaga dos veces al dia con el agua yo quedo muy bien pagado y contento
desta hierva, cocida en la manera que es- de mis vigilias, pues plascerá á Nuestro
tá dicha, é ponerse unas hilas blancas é Señor que por mi aviso puedan conse-
algunas veces un poco de la misma hier- guir saludable remedio los que tales pas-
va ; é luego desde á dos dias sintió me- siones tovieren. Algunos cortan los ta-
nos enconada la llaga, é á los nueve dias llos tiernos con las hojas desta hierva é
estaba colorada é comida toda la carne los dexan secar, fechos manojos, á la som-
mala, é â los quince dias fue sano de bra donde no les dé el sol, é secos los
todo punto, con tanta facilidad que que- muelen é hacen polvos é los passan por
dó espantado el enfermo , é otros, vien- un çedaço é los guardan: é quando quie-
do esto, muy maravillados , dando gra- ren curar alguna llaga, lávanla primero
cias á Dios, comoá médico verdadero é con el agua desta hierva, si se puede
salud de nuestras vidas é ánimas. ítem: aver, é si no enjugan la llaga lo mejor
en el mal de estrangurria se ha visto y que pueden, é échanle los polvos é po-
experimentado en personas extremada- nen encima sus hilas ó paños, é come
mente apassionadas que han sanado me- toda la carne mala é trae la buena é la
diante esta hierva ; para lo qual sacan restituye en su color é la encuera é sana
el çumo majándola, é colando aquel çu- en breve tiempo. Sanado han en esta
mo, lavan el fundamento é partes baxas cibdad muchas llagas con estos polvos;
é en torno de la bedija, é todo el caño pero dicen que escuecen mucho mas que
por de fuera é donde sienten dolor é la curando con la hierva, estando verde é
passion se fréquenta. É después questa con el agua.
CAPITULO Vf.
De la hierva que en esta Isla Española se llama curi-á; y aparto la a, porque assi se ha de açenîuaf.
Una excelente hierva hay en esta Isla paresçer: nasçe muy apretada una con
Española y en muchas casas desta cibdad otra é baxa en tierra; épara que siempre
de Sancto Domingo la crian algunos para esté verde é no se seque, ha de aver dos
adornar sus jardines: llámanla curi-á, Assi cosas: la una que se riegue en las tardes,
que, la á se ha de decir poquito después caydo el sol cada dia, ó á lo menos cada
que se dice curiy para acentuarla como el tercero dia, é de ocho á ocho dias tres-
indio la nombra. Es muy fresca é de buen quilarla ó tundirla igualmente con unas
DE INDIAS. LIB. XI. CAP. VI. 381
tixeras (como suelen hacer las mesas de é aprieta é deseca; é si se lavan los lo-
los arrayganes en algunos monesterios ó mos con ella incita venere.
jardines). Dicen que hay macho é hembra Dexo otras propriedades aparte. Se
en esta hierva: echa flores moradas é estima mucho, porque es apropriada á
muy pequeñitas é lindas, é granan en el las llagas é las sana, lavándolas con
mes de enero. La hoja paresçe á la de la ella é con hilas é paños limpios, como
salvia, aunque esta es mas puntiaguda é lo testifican personas de crédito que por
mas delgada é mas verde, é quiere algo experiencia lo saben. En las caxas ó ar-
paresçer á la del lentisco ó murta, non cas que está el agua desta curia, no en-
obstante questa es mas delgada. Su olor tran las cucaraças, que es harto bien é
es muy semejante al trébol, c assi se sa- previlegio singular para estas partes, en
ca el agua en alquitaras, parta rociar la estas Indias, por la infinidad que hay
ropa é ponerla de buen olor. Aquesta en esta cibdad é otros pueblos destas
agua es muy procurada de las mugeres, cucaraças que extragan é ensucian la
porqués caliente é sirve á sus passiones, ropa, etc.
CAPITULO VII.
De cierta manera de lirios que hay en la Tierra-Firme, é de sus extremadas flores de nueva forma.
Hay en Castilla del Oro en muchas par- de la mitad della salen seys lomicos, é
les, y señaladamente en el puerto del en el extremo de cada uno tiene atrave-
Nombre de Dios en la misma playa, jun- sados unos trocióos ó palillos amarillos,
to á la mar, gran cantidad de lirios blan- é de la mitad de la misma rosa, entre
cos con una manera de flor extremada aquellos seys astilicos, sale otro vastagui-
é cosa muy de ver, como aqui está de- to ó astilejo verde, con una cabeçica re-
buxada. Nasçen espesíssimos por toda donda. En fin es muy extremada flor é
aquella playa, é paresçen espadañas, huele muy bien, é de la manera, é no
excepto que el verdor de aquellas hojas con menos suavidad, que las açuçenas de
es mas claro que el de las espadañas de Castilla. Los chripstianos las llaman ce-
Castilla : é echan en el medio un tallo ó bollas albarranas, porque abaxo, en el
varilla de tres palmas de alto, poco mas ó nasçimiento debaxo de la tierra, todo
menos, y en el medio hace una manera aquel golpe de hojas verdes que pares-
de ñudo, de que salen tres óquatro hojas çen espadañas ó lirios, salen de una ce-
cortas 6 de la façion de las del assiento, bolla blanca ; pero es error que no son
é de allí salen tres ó quatroé cinco tallos cebollas albarranas, ni son poncoñosas,
que es cada uno una rosa, é de la mitad sino lirios blancos, como he dicho Mu-
del tallo arriba cada uno dellos se va em- chas veces las vacas é otros ganados co-
blanquesçiendo, é la manera é blancor men estas hojas; pero no los matan ni
es como de propria açuçena, é aquellas hacen mal, salvo que queman, segund lo
seys hojas que penden, son de la mesma hacen las hojas de los lirios, é desta cau-
manera é tez. É de entre essas seys ho- sa, aunque las vacas é otros animales
jas sale una flor blanca é mas delgada la coman algunas hojas destas, dexan de
materia, é sube, como aqui está figurada comer por el ardor ; pero no mueren ni
(Lám. 4.a, fig. G.') é hace seys puntas, é les harén otro daño.
382 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO VIII.
De la hierva que los indios de a provincia é lengua de Cueva, en la Tierra-Firme, la llaman peronea ó de
sus propriedades é efetos : la qual provincia es en la gobernación de Castilla del Oro.
CAPITULO IX.
De la hierva llamada coy gar acá é de sus propriedades.
¿a hierva coygaraca es una y tan sin- len de enmedio desta hierva son huecos,
gular y experimentada en estas nuestras é cada uno dellos tiene su cabeçuela ó
ludias, en especial en Castilla del Oro, papávero de la manera que es dicho, e
que los indios la tienen en mucho para las en los extremos declinan para abaxo. Las
llagas, aunque sean viejas, porque con hojas por defuera son de un color de ver-
ella se come é quita la carne mala, é se de claro que quiere tirar á blanco, é en
curan con tanta facilidad, que es cosa la parte de dentro son muy verdes. Las
maravillosa é muy evidente medeçina. É asías, en que están aquellas cabeçuelas,
cómo la tierra en estas partes es humidís- son quatro é mas é menos, é las hojas
sima é mal sana de piernas, muy á me- cinco ó seys recogidas en un nasçimien-
nudo los indios andan llagados en ellas, to ó principio como la lechuga; é assi
assi los hombres como las mugeres, é paresçe mucho lechuga en la verdor é
para su remedio usan desta hierva, como frescor suyo, é algunos penssarian que
agora diré. Toman la hierva é Iléganla es lechuga, si no toviese aquellos astilejos
al fuego para que se marchezca, ó la que he dicho.
dexan estar algund espacio despues que Lo que tiene debaxo de tierra es rayz,
Ja han cortado para que se marchite; é é creo yo que aunque es pequeña no de-
pónenla sobre la llaga, sin hacer otra di- be estar sin alguna propriedad buena,
ligencia alguna, é cura como un cáusti- pues las hojas hacen lo que es dicho. La
co é mejor, é ningund solimán es tal. É hoja es doble ancha ó mas que aqui está
lo que se pone en la llaga es lo que la debuxada, la qual fué contrahecha te-
hoja tiene para fuera, que no es tan ver- niendo delante la misma coygaraca, é
de en la color, como lo que tiene para assi se llama en la lengua de Cueva,
dentro, hacia aquellas verguillas que en donde yo la he visto en el Darien, é en
la mitad desta hierva nasçen, tan altas Acia, é en el Nombre de Dios, é en otras
como dos ó tres palmos ó menos, é de- partes de la Tierra-Firme. Suelen secar
rechas é no mas gruesas que aqui están esta hierva é guardan los polvos della,
figuradas, é en el cabo ó extremo de para el efeto que es dicho, algunos chrips-
cada una verga, sendas cabeçuelas ó al- tianos, despues que la conosçieronjéaun
carchophillas, de la propria manera que assi mismo Sacan el agua della por al-
las echan unas escobas que en el reyno quitara, assi de las hojas como de los ta-
de Toledo (alias Carpentania) se llaman llos é cabeçuelas, é toda ella como aqui
de algaravia: á lo menos en Madrid, está pintada. E quando tenían algunas
donde yo nascí, assi las nombran. É á llagas, usaban lavarse con aquella agua,
la punta de la cabeçuela es la color como é ponerse hilas limpias é sanaban, en
morado, é sale en medio de essas cabe- especial las llagas que no fuesen de he-
cuelas un flueco, en lugar de flor que pa- rida de armas, sino de otras ocasiones.
resçe seda de color, como blanco escuro Pero los indios, como he dicho, quando
c roxo que tira á color de púrpura ó mo- se curaban con las hojas, remudábanlas
rado. É aquellos tallos ó aslilejos que sa- una ó dos veçes al dia, é quando querían
384 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
dormir, poníanse otra hoja. Amiparescer ber dicho donde la hallen para que pue-
ella está muy bien contrahecha, y de dan inquirir mas propriedades de ella:
manera que basta para la conosçer por que bien creo yo que no está sin otras,
este debuxo [Lám. 4.a fig. 8."), y ha- demás é allende de lo que está dicho.
CAPITULO x.
Del toronjil de la Tierra-Firme.
Jim término del Darien, en la provin- manera de ella á la que en Castilla lla-
cia de Çemaco é en otras partes de la mamos hiervabuena, é en el olor es pro-
Tierra-Firme, donde se habla la lengua priamente como torongil, é assi la llaman
de Cueva, hay una hierva que huele muy los españoles; pero la rama desta es mas
bien é paresçe mucho en la hechura é luenga.
CAPITULO XI.
De la hierva maguey, la qual hay en la Tierra-Firme cerca de la provincia de Araya é de la gente que
llaman agoreros.
l^erca de Araya hay una gente que lla- sa, como un barril de los que en España
man los agoreros en la Tierra-Firme, á é en esta Isla nuestra Española caben
causa de cierta fructa que se llama assi tres arrobas é quatro é algo mas é me-
mismo agoreros: é cerca destos están nos , é la cuecen é comen, é también ha-
otras gentes que se dicen los magueyes, cen del maguey muy buenas sogas. Aque-
á causa que una hierva, como cardones, lla gente que assi nombran los españoles
(mas sin espinas), se llama assi maguey, magueyes, despencan esta hierva, é laca-
de que alli hay mucha abundancia della: beça ó cepa della cuéçenla é nácese un
la quai paresçe mucho á la cabuya, de manjar asaz bueno é de mucho manteni-
quien se hiço memoria, y aun la debu- miento. É de las hojas sacan el çumo por
xé como ella es, en el libro VII, cap. XI, sudor de fuego,amanera de destilallo, é
que tracta de la agricoltura. Non obstan- de aquello beben aquella gente, é nunca
te lo qual, se dirá aqui de aquesta hierva beben agua ni la ven dulce, salvo la de
lo que alli no se dixo (que el tiempo des- la mar que no se sufre beber, ni la beben,
pués me ha enseñado) é lo uno é lo otro ni tienen agua dulce, ni alli se halla, ni
me compete, y aqui quadra muy bien, hay rio ni fuente ni poco ni charco ni
pues que aqueste libro habla en hier- laguna, ni en toda su vida beben agua,
vas. excepto quando llueve, ques alli muy po-
Esta se planta é da mucho fructo é di- cas veces en el año, é algunos años se
versas utilidades, porque en la Nueva passan sin llover poco ni mucho : é quan-
España hacen della é de su hilo mantas do algunas veçes acaesçe llover é en al-
é çapatos, é de su xugo vino é arrope. gunos hoyos en tierra acaso se recoje al-
E la rayz, despues que ha dado los pro- guna agua é se hacen charcos, beben alli
vechos que es dicho, la sacan tan grue - algunos indios dessos, como lo haria un
DE INDIAS. LIB. XI. CAP. XI 385
perro ú otro animal, topando aquella trocar quanto tienen, é todo lo baratan
agua acaso ; pero no porque les pone ni é truecan los unos con los otros, porque
tengan cobdiçia del agua, por estar cria- les paresçe á ellos que mudando las co-
dos é habituados á no la beber jamás. sas de un dueño á otro, se aparta aquel
Esta gente que los chripstianos lla- peligro que tenian de las perder. É aun
man magueyes por la causa ya dicha, van de unos lugares á otros á hacer los
se llaman en su lengua chacopati. Es- mismos cambios é truecos con sus veci-
tos é otros de aquellas comarcas, quan- nos é con quien les paresçe, hasta que
do la luna está eclipsada, se juntan con- no les queda joya ni otra cosa sin la tro-
tra ellaé le tiran muchas saetas, diciendo car ó haçer serra, que quiere decir lo
que está enojada contra ellos, é que por mismo en la lengua desta nuestra isla de
esso no les ha de dexar ninguna cosa de Hay ti ó Española. Mas en aquella lengua
sus bienes; é por este respecto luego dan de los magueyes, alias chacopati, serra
orden en haçer serra, que quiere decir ó trocar quiere decir uchibkan*
CAPITULO XII.
Que Iracta de la hierva moçot, assi llamada en la provincia de Nicaragua.
M, LOçOT es una hierva muy excelente que bubas). Para curar las otras, han de la-
en Nicaragua es muy presçiada de los in- var la llaga con agua caliente tibia, é
dios. Es hierva baxa: la hoja dellaes pi- tomar esta hierva é majarla é hacerla
cada , como la hiervabuena, de puntas; pasta, é de aquella poner dos veces al
pero es áspera é no tanto como hortigas. dia sobre la Haga ; é sana muy presto, é
El astilejo, en que nasçe, ó su tallo es es remedio muy usado é experimentado
quadrado é áspero en cada esquina. En por los indios de Nicaragua. É quando
la summidad ó altura de cada tallo echa yo estuve en aquella tierra, lacomença-
unos granillos por el tallo arriba, que ban á usar los españoles que vivían en
son la flor é simiente desta hierva, la la eibdad de Leon, alias Nagrando, en-
qual se pega mucho á la ropa. Esta tre los que tenian nesçessidad délia, é la
hierva es muy singular para las llagas oy loar mucho á algunos que se avian
de todas suertes (excepto para las de curado con esta hierva é los avie sanado.
* Ya en el capítulo XXII del libro VI ó de los preparaba la segunda edición de estas historias,
Depósitos refirió el autor, casi con las mismas pa- creíble es que se propusiera suprimir este pasage ó
labras , esta superstición y peregrina costumbre de ampliarlo en la forma que lo hace con otros mu-
los chacopati ó magueyes, asi como las demás co- chos , adquiridas nuevas y mas seguras noticias.
sas (relativas á esta generación) que se contienen Sin embargo en el códice autógrafo que tenemos á
en el presente capítulo. Siendo el referido libro VI la vista , ninguna diferencia se advierte, fuera de
como depósito y arsenal de cuanto raro y extra- las variantes que pueden ver los lectores en el co-
ordinario habia llegado á oídos de Oviedo, cuando tejo de ambos capítulos.
TOMO 1. 49
Este es el libro duodécimo de la Natural y general historia de las Indias, islas y
Tierra-Firme del mar Océano : el quai tracta de los animales que en esta isla Española
se hallaron, quando los españoles primeros á ella vinieron , é quáles se truxeron de Es-
paña : é generalmente de todos los otros animales que hasta el tiempo pressente se
han visto, é de que hay noticia en otras islas e en la Tierra-Firme.
PROHEMIO.
i linio en su Natural Historia tracto toria destas Indias); y decirse han todos
en el libro VIII de los animales terres- aquellos que en ellas hay, de que se ten-
tres, porque le convino ó paresció ser ga verdadera noticia hasta el tiempo pres-
assi conforme á su propóssito ; y cómo al sente, en qualesquier islas ó partes de la
mió, aunque sea de ymitarle en las dis- Tierra-Firme, dando á cada animal su pro-
tinciones é géneros de las cosas que es- pria patria donde se han visto ó se sepa
cribo (ó en muchas délias), no me pa- que los hay; por quel jaez de la materia y
resçe que es de substancia el número de calidad, de queaqui se tractáre, se halle
ocho ó nueve ú otro cuento alguno del junto, y se dé noticia de los animales que
libro, para la razón historial é intento que acá son naturales é semejantes á los de
prosigo ; por tanto quise en este número España y de Europa, ó que allá le son
doce decir de los animales que en esta notorios, como de otros que en Castilla
Isla Española se hallaron ( al tiempo que no se saben y en estas nuestras Indias se
á ella vinieron los primeros chrípstianos han visto por los españoles y milites de
con el almirante don GhripstóbalGolom). César. Y también escribiré de las ser-
Y también será fecha memoria de los que pientes é culebras é otros animales pon-
por industria de los españoles se han coñosos de qualquier manera que sean,
traydo y multiplicado en esta isla é In- anexos á la materia é propóssito de tal
dias, de los que hay en España (non obs- historia , pues que assi mismo el auctor
tante la distancia de tan extendidos ma- alegado lo hizo desta manera. Y con esto
res y navegación). Fecho esto , tractaré cumpliré lo que prometí en la primera
de todos los otros animales (en quien no impression que diria en la segunda é ter-
se habló en la primera impression que cera partes destas historias : al qual pro-
tuvo esta primera parte de la General his- metimiento aqui satisfago, porque como
DE INDUS. LIB. XII. PROHEMIO. 387
he dicho, esté junto lo que es de una for- toles (aunque yo no dubdoaver alguno ó
ma de tractado, como mas largamente se algunos dellos passado á estas partes), y
verá en los capítulos adelante escriptos, de doce artículos de la fé, é de doce signos
particularizando é distinguiendo cada ani- celestiales, y de doce meses en el año, y
mal por sí. de doce espuertas llenas que sobraron de
Del número octavo me paresçe á mí los cinco panes 2 é dos peces, con que el
que Plinio tuvo razón de aplicarle al nú- Redemptor hartó cerca de cinco mili hom-
mero de los animales terrestres, pues que bres ; y de doce fuentes de agua en He-
en ocho partes ó vientos principales, en lim , donde vinieron los hijos de Israel s,
que se divide la esphera, que son : leste é de doce fructos del Espíritu Sancto, que
id est oriente, sueste, sur ó austro, su- son: la caridad, el gozo, la paz, la pa-
dueste, oeste ú occidente, norueste, nor- ciencia , la constancia, la bondad, la be-
te ó septentrion, nordeste, en todas es- nignidad, la mansedumbre, la fé, la mo-
tas partes quiso tocar ó comprehender y destia é templança, la continencia é cas-
expeçificar los animales que en essas se tidad 4. ítem, doce patriarchas en la ley
hallaban ó él supo. Mas yo hallo, y es vieja ; doce tribus de Israel 5. Doce años
assi como la Sagrada Escriptura lo tie- avia Chripsto, quando se perdió en Hie-
ne ', que ocho personas solamente se sal- rusalem de la vista de su gloriosa Madre,
varon en el arca de Noé, que fueron él é se apartó en el templo á enseñar la
é sus tres hijos Sem, Cam é Japhet é sus Sancta Escriptura é darla á entender á los
mugeres de todos quatro, é con estos los sabios é ancianos de le vieja ley: m Mo
animales de todas aquellas especies é gé- tempore cum (actus esset Jhesus annorum
neros que Dios mandó ser reservados é duodecim 6. Item, doçe mill reales de plata
libres del diluvio, para la restauración de envió á Hierusalem Judas Macabeo á
los hombres é de los animales racionales. ofresçer por los pecados de los fina-
Y pues destas ocho personas procedieron dos7: doçe bueyes ofrecieron los doce
todos los que después han seydo y al príncipes del pueblo de Israel, con seys
pressente son y serán, mucho dexó Pli- carros, para llevar el Sancta Sancto-
nio por decir ; y razón es que le ayude- rum 8; assi que cada príncipe ofresció un
mos á escrebir lo quél no supo ni halló buey. Doçe varones de los doçe tribus
escripto en las partes australes é occiden- mandó Dios á Josué que sacasen doçe
tales destas nuestras Indias ni en las otras piedras de las que estaban enmedio del
regiones délias. Y no me paresçe que es rio Jordan, quando les abrió las aguas déí,
menos buen título para el pressente libro é que las llevasen al primero lugar donde
el número duodécimo, pues que en estas assentassen real, é tomassen otras doçe
partes, donde estos animales, de que aqui piedras grandes de fuera é Jas pussiessen
se tracta, están, é los hombres é gentes en medio del rio, para que aili quedassen:
que de la caxa ó arca que he dicho subçe- lo qual fué para memoria deste miraglo
dieron, les avernos los españoles (debaxo á las generaciones venideras, que todas
de la bandera de Jhesu Chripsto y de la real las doçe tribus de Israel passaron por ei
de Castilla) dado noticia de doce após- rio en seco 9. Doçe espías mandó Dios á
CAPITULO ï.
Del animal llamado hutia.
Avia en esta Isla Española é en las otras les é galgos é sabuesos é aun gozques é
deste goJpho comarcanas á esta, un ani- podencos de los que se truxeron de Es-
mal llamado hutia, el quai era de quatro paña. Son de color pardo gris, segund
pies, á manera de conejo, pero algo me- testifican muchos que los vieron é co-
nor é de menores orejas, é las que tiene mieron, é los loan por buen manjar;
este animal é la cola son como de raton. é al pressente hay en esta cibdad de
Matábanlos con los perros pequeños que Sancto Domingo y en esta isla muchas
los indios tenían domésticos, mudos que personas que lo dicen. Destos anima-
no sabian ladrar ; y muy mejor los caca- les ya no se hallan, sino muy raras ve-
ban los chriptianos con los perros lebre- ces.
CAPITULO II.
Del animal llamado quemi, é de su forma.
UüEMI se llama otro animal de los des- en esta cibdad que vieron é comieron es-
ta Isla Española, el qual yo no he visto, tos animales é le aprueban por buen man-
ni al pressente se hallan, segund muchos jar ; mas en la verdad, segund lo que se
afirman. Este es un animal de quatro ha dicho y se sabe de los trabaxos é
pies é tan grande como un podenco ó hambres que los primeros pobladores
sabueso mediano; y es de color pardo passaron en esta isla, presumirse debe
como la hutia, é del mismo talle ó ma- que todo lo que fuesse de comer les pa-
nera, excepto que el quemi es mucho resçeria entonces muy bueno é sabrosso,
mayor. Muchas personas hay en la isla y aunque no lo fuesse.
CAPITULO III.
Del animal llamado mohuy.
ÍTXOHüY es un animal algo menor que agudo é levantado ó derecho para suso.
hutia : la color es mas clara y assi mismo Yo no he visto este animal; mas de la
es pardo. Este era el niaojar mas pres- manera que tengo dicho, muchos dicen
çioso ó estimado en mas de los caciques que es assi, é en esta isla hay muchos
é señores desta isla; é la façion del muy hombres que lo vieron é comieron é loan
semejante á hutia, salvo que el pelo te- esta carne por mejor que todas las que
nia mas grueso é recio (ó tieso), é muy es dicho.
390 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO IV.
Del animal llamado cori.
1^4 ORí es un animal de quatro pies é pe- josos é muy domésticos, é ándanse por
queño , del tamaño de gaçapos medianos. casa é tiénenla limpia é no chillan ni dan
Paresçen estos coris especie ó género de ruydo ni roen, para hacer daño. Paseen
conejos, aunque el hocico le tienen á ma- hierva, é con un poco que les echen, de
nera de raton, mas no tan agudo. Las la que se les da á los caballos, se sostie-
orejas las tienen muy pequeñas, é tráen- nen ; pero mejor con un poco de caçabi
las tan pegadas ó juntas continua ó natu- é mas engordan, aunque la hierva les es
ralmente , que paresçe que les faltan ó mas natural. Yo los he comido é son en
que no las tienen. No tienen cola alguna: el sabor como gaçapos, puesto que la
son muy delicados de pies é manos, des- carne es mas blanda é menos seca que
de las junturas ó corvas para abaxo : tie- la del conejo. Hartos hay al pressente
nen tres dedos é otro menor, é muy soti- aqui y en otras muchas islas y en la Tier-
les. Son blancos del todo, é otros de todo ra-Firme : en especial en la provincia de
punto negros, y los mas manchados de Yeneçuela son muy mayores de lo ques
ambas colores. También los hay bermejos dicho é quassi tamaños como conejos;
del todo, é algunos manchados de blanco pero mas salvajes que los ques dicho de
é bermejo. Son mudos animales é no eno- suso, é el pelo como hardas.
CAPITULO V.
De los perros que ovo en esta Isla Española é los que hay al pressente.
X erros gozques domésticos se hallaron tienen los nuestros, élas orejas avivadas
en aquesta Isla Española y en todas las é á la lerta, como la tienen los lobos. Eran
otras islas que están en este golpho (po- todos estos perros aqui en esta é las otras
bladas de chripstianos), los quales cria- islas mudos, é aunque los apaleassen ni
ban los indios en sus casas. Al pressente los matassen, no sabían ladrar : algunos
no los hay : é quando los ovo, los indios gañen ó gimen baxo, quando les hacen
tomaban con ellos los otros animales to- mal. Los españoles que vinieron con el
dos, de quien se ha hablado en los capí- almirante primero, en el segundo viaje
tulos de suso, y eran estos perros de to- que hiço á esta isla, se comieron todos
das aquellas colores que hay perros en estos perros, porque morían de hambre e
España, algunos de una sola color é otros no tenian qué comer; pero manjar es pa-
manchados de blanco é prieto ó bermejo ra no desecharle los que le tienen en
ó barcino ó de las colores é pelo que sue- costumbre. En la Tierra-Firme, en muchas
len tener en Castilla. Algunos bedijudos, partes della, é en la Nueva España, los
otros sedeños, otros rasos ; pero los mas hay en grand cantidad ; é donde yo los
destos acá son entre sedeño é raso, y el he visto es en la provincia de Sancta
pelo de todos ellos mas áspero que le Marta algunos, y después vi muchos en
DE INDIAS. LIB. XII. CAP. V. 391
la gobernación de Nicaragua, y he co- dad , aviendo respecto á los de Europa é
mido de algunos dellos y es muy buen de las mas partes del mundo. Mas aques-
manjar; y á la verdad de aquel que yo tas diverssidades é otras hace natura en
comí fueron dos ó tres bocados é no pens- diverssos animalesé climas; é cómo dixo
sando que era perro. É llegué donde un poeta moderno que yo conoscí en
ciertos amigos comían de uno muy gor- Italia (é muy estimado en aquella sacón),
do é muy bien assado é untado ó larda- llamado Séraphin del Águila, en un so-
do é con ajos, é no me supo mal: antes neto ó versos suyos, hablando de las co-
de ver aquellos compañeros que yo con sas naturales é diferentes efetos:
buen gusto é aliento entraba en ello, uno
Per (ropo variar, natura ô bella.
dellos dixo : «Señor, no será malo que
nos llevemos de aqui algunos perros des- Por tal variar es hermosa la natura.
tos, pues que también os saben.» En la Assi que en diversas regiones diferen-
verdad á mí me pessó de averio comido ciadas y extrañas cosas se hallan é se
é no comí mas: ni dexara de comer has- producen en un género mismo de ani-
ta que se acabara ; pero pues mas no pu- males. É conforme al silencio destos
do ser de averio comido, como quien lo perros, yo hallo escripto porPlinio * que
ha probado, digo que me supo bien é en Çirene son mudas las ranas, é que
que quissiera que me avisaran mas tarde. llevadas de aquella tierra á otras partes
El caso es que todos los españoles que lo cantan; y en Ja isla de Seripho dice el
han probado, loan este manjar é dicen que mesmo auctor que las cigarras son mu-
les paresçe no menos bien que cabritos. das, é sacadas de alli é puestas en
En aquella provincia de Nicaragua ha- otras provincias, cantan. Acordándome
blan 1» misma lengua que en la Nueva yo aver leydo esto, quisse probar si es-
España, éal perro llaman xulo, y destos tos perros mudos, sacados de su tierra,
xulos crian muchos; y quando alguna ladrarían en otra; y assi llevé desde la
fiesta principal se hace entre indios, co- provincia de Nicaragua hasta la cibdad
men estos perros por el mas presçioso é de Panamá, que es bien trescientas le-
mejor manjar de todos, é ninguno come guas la una provincia de la otra, un per-
la cabeça, si no es calachuni ó teyte, id est rillo destos y alli también estuvo mudo:
rey ó persona la mas principal del con- é quando me partí para España, hurtá-
vite: la qual traen guisada sin quitar de- ronmele, el qual yo avia criado y era
lia ni desechar sino solamente los pelos, muy doméstico. Y que en Panamá fuesse
porque el cuero é los huesos y todo lo de- mudo no es de maravillar, porque todo
mas está fecho de manera, en un cierto po- es una costa é tierra firme, é como he
taje, que paresçe maçamorra ó de polea- dicho, en aquellas partes todas y en es-
das ó un almidón. Y si el cacique ó aquel tas islas los perros naturales délias son
señor no la quiere, despues que él ha co- assi mudos. No avia en esta isla ni en
mido alguna cosa de la cabeça (assi gui- las deste golpho otros animales algunos
sada) , él la dá de su mano al que quiere de quatro pies y de pelo, terrestres, sino
mas honrar de los convidados. estos cinco géneros é diferencias de los
Quanto al no ladrar estos perros, se- que he dicho, excepto ratones, de los
yendo cosa tan natural á los gozques é quales avia muchos é hay mas de los
perros de todo género, es grande nove- que avriamos menester.
CAPITULO VI.
De los mures ó ratones de aquesta Isla Española é destas Indias.
CAPITULO VII.
De la serpiente ó animal llamado y..u..ana, del qual ge'nero avia é hay muchas en esta isla.
Este es un animai que assi en esta Isla bro XIII, que tracta de los pescados, en
Española, como en otras muchas deste el capítulo III, y agora me paresció po-
golpho é en la Tierra-Firme, hay muchos nerle en este que tracta de los animales
deste género. En la primera impression terrestres, non obstante que, segund la
desla primera parte le puse en el li- opinion de muchos á entrambos libros se
i Crocodilus à croceo coloro dictas. Isid., Ellii- 3 Solus ox animalibos superiorem maxillam mo-
molog., lib. XII, cap. De piteibus. voro dicilur. Isid., ut supra.
2 Quadrupes in terra el in aâuiti Valens, (ongi- Í Plia. , lib. VIII, cap. 25.
tHüiiie pjcrainnue viyïnti cubilorum. I>id.. ni supra.
396 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
de la mar del Sur, çerca de la provincia muy bueno para lo ques dicho. El hígado
é puerto de Punuba. Este deçia que los destos animales cocido es bueno é de
lagartos de Tierra-Firme que he dicho, buen manjar, é es negro é espesso é sano
eran cocodrilos. Mas en la verdad , es- é de buena digestion ; é quando se echa
totros animales yuanas muy diferentes por la cámara digirido, es tan negro como
son del cocodrilo , y en ninguna cosa á fina tinta, é para poner en cuydado al
él semejante. Esta que aqui yo debuxé, que no lo sabe. Mas en fin, no trae ni
como supe hacerlo (Lám. 4.a, fig. 9.a), ó causa algún inconviniente.
deseé imitar su figura, quiere alguna Teniendo escripto lo ques dicho, me
cosa paresçer á este animal, y aquesta truxeron dos animales destos de los ma-
forma tiene. Y con todo su mal pares- yores , y del uno comimos en mi casa y
çer, digo ques muy buena vianda cocida el otro hice guardar atado para lo enviar
ó assada, y hánla de coçer é guisar de á Venecia al magnífico Miçer JohanBap-
la misma manera que una gallina ; y con tista , secretario de la Señoría, é estuvo
sus especias é un pedaço de tocino y una en el patio desta fortaleza de Sancto Do-
berça no hay mas que pedir en este caso mingo atado á un poste mas de quarenla
para los que conosçen este manjar. Y días, que nunca comió de cosa de quan-
fiambre es muy singular y sano, y deste tas se le dieron ; y dixéronme que no co-
paresçer se hallarán muchos hombres en- mían estos animales sino tierra, y yo
tre los españoles que por estas partes hiçe que para su matalotaje, le metiessen
andan. Quando están gordos estos ani- un quintal della en un barril, porque en
males, sácanles mucha gordura ó grasa la mar no le faltase. Y espero en tanto
de las interioras, é guárdanlo, porque que esto corrigiendo estos tractados que
es muy bueno para hinehaçones de pos- vernán naos para saber si llegó vivo á
temas ; y derritiéndolo en una sartén so- España, é con qué mantenimiento.
bre el fuego é echándolo en una escudi- Pero llegado en España el año de mill
lla á enfriar, é frió guardándolo en una re- é quinientos é quarenta é seys, supe del
domica de vidrio , siempre se está líqui- que truxo aquel animal, que se le murió
do , que no se espessa ni quaxa, é es en la mar.
CAPITULO VIH.
De las serpientes ó culebras y lagartijas é lagartos desta Isla Española y otras partes.
Innumerables son las lagartijas que hay mayores é menores unas que otras, pues-
en esta Isla Española é en todas las otras to que todas son pequeñas. Unas son pin-
islas deste golpho é del austral en la tadas é otras rayadas ó listadas de dife-
Tierra-Firme deslas Indias ; y en esto hay rentes labores é colores, é de cada gé-
tanto que decir, que si particularmente nero hay muchas. Otras, quando se pa-
se oviesse de escrebir, seria un proceso ran á mirar á hombre, sacan del papo
para nunca acabarle. Hay las verdes é una cresta ó telilla redonda é colorada,
otras pardas é otras quassi negras, é mas é tiénenla de fuera, estando paradas, ó
verdes unas que otras, é algunas de co- quedas; é alentando, la cojen é encubren
lor quassi jalde , é otras de color leona- é descojen é la sacan é tornan al papo,
do. E assi como son diferentes en colo- quando quieren, ó se van. Otras hay algo
res, son en el tamaño desconformes é mayores que las comunes lagartijas de
DE INDIAS. LIB. XII. CAP. VIII. 397
España, dos é aun tres veces mayores; Miguel Johan de Ribas, natural de Ça-
pero no tan grandes como los lagartos ragoça de Aragon, factor que fue de Sus
de Castilla. Dexemos esto de las lagarti- Magestades en Castilla del Oro, é yo ve-
jas, porque es cosa muy común é incon- níamos juntos, é otros españoles pocos;
table ó quassi in infinito, ó passemos á el qual, assi como yo, passé en aquella
hablar en las serpientes, que es lo mismo balsa ó barca peligrosa. Y pues que el
que culebras: é no es breve la materia caso lo ha traydo á conseqüencia, bien
ni para acabarse en mis dias, si de todas es que se diga de qué forma era este pas-
las que en las indias hay se dixesse, lo sage, é quán al revés de las puentes ó
uno por ser innumerables, é lo otro por- barcas que hay en el mundo é que otras
que yo ni otro no las ha visto ni puede gentes usan. Digo que eran seys ó siete
ver todas ; mas diré de algunas lo que me haces de cañas juntas é atados con bexu-
acordare aver especulado é notado délias. cos (que sirven en esto mejor que lo ha-
En esta isla hay muchas é de muchas rían muy buenas cuerdas), é sobre aque-
maneras é pinturas é tamaños, y es co- llos haces fecho un cerco quadrado de
mún opinion de los vecinos desta isla, na- otros haces de caña, tan grueso como un
turales délia, é aun de todos los espa- hombre, á la redonda de las primeras ca-
ñoles que há mas tiempo que por acá vi- ñas. De manera que en la mitad de este
ven , que no son poncoñosas. artificio quedó un espacio quadrado de
Viniendo yo de la Tierra-Firme á esta seys ó siete pies, en que yo yba asentado,
isla, el año de mili é quinientos é quince, y al rededor nadando aquellos indios que
passé el rio de Neyvaen una balsa de ca- he dicho que guiaban la barca (ó balsa
ñas, cerca de donde aquel rio entra en la mal compuesta), porque se lo pagué é
mar muy poderoso é ancho, é yban diez ó les di aigunas cosas de las que ellos pres-
doce indios nadando en torno de la bal- taban , pero de poco valor. Estos indios
sa, guiándola. Quiero decir aquesto como eran de un cacique que vivia alli á la cos-
passé, porqués bien que los chronistas que ta, llamado Alonso de Ovando, á los
desde España escriben las cosas de las quales repartí ançuelos para pescar, é
Indias sepan que tan lexos andan de en- ciertos cuchillos, é al cacique le di una
tenderlas (ni entenderse ellos mismos), camisa. Avia en la anchura del rio quas-
quanto tienen apartados los ojos de ver si un tercio de legua por donde le atra-
las cosas de acá. V que si yo no passára vesé de la manera que he dicho, é algu-
por aííi no pudiera ver una culebra ó gunos indios é indias quel factor é yo
sierpe que hallé en esta otra parte en la traíamos de la Tierra-Firme, cómo pas-
costa de la mar, al pié de la sierra que saban nadando ése cansaban por serian
llaman de los Pedernales: la qual yo me- ancho el rio, asíanse para descansar de
dí y tenia mas de veynte pies de luengo, las cañas de la baisa, é quanto los indios
é lo mas grueso della era mucho mas que del cacique ayudaban tanto los otros es-
un puño cerrado: é debieran averia muer- torbaban. El factor avie passado primero
to aquel dia ó pocas horas antes, porque é estaba ya desta otra parte é volvieron
no hedia y estaba fresca la sangre della, la balsa por mí, é de aquellas dos veces
que le avie salido de tres ó quatro cu- que atravesó el rio no estaban las cañas
chilladas que tenia. Tales culebras son tan bien atadas como al principio ; é assi
de menos poncoña que otras en estas por esto como por lo que he dicho, don-
parles ; pero son de mayor temor á quien de yo venia asentado me daba el agua
las mira. quassi á la cinta, porque para entrar ella
398 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
entre las cañas, no avia cosa que se lo quedará vida para el arrepentimiento y
pudiesse estorbar-, é cómo todas las ca- error que avia fecho.
ñas son acá maçiças é cargaban los in- Passados, pues, desta otra parte halla-
dios é indias cansados , siempre se yba mos la culebra grande, donde es dicho, é
hundiendo mas esta balsa. Traía yo allí subimos la sierra de los Pedernales, que
del secretario Lope Conchillos, é de en- es muy áspera, é estovirnos dos dias y me-
comiendas de personas particulares é dio en la passar, é dormimos dos noches
mios, mas de tres mili pesos de oro, fun- en ella, sin hallar agua ni tener que co-
dido en barras, los quales yo pensé al- mer sino cangrejos, de los quales avia mu-
gunas veces que avian de quedarse en el chos é buenos, el qual manjar no es para
rio ; é porque assi no acaesçiesse (antes gente asquerosa ni delicada; é al tercero
que en la balsa entrasse), até todo el oro dia llegamos á la villa de Açua. Desta ma-
en un lienço muy bien é díle muchas nera se han de enseñar á escrebir los que
vueltas con un recio bolantín (ó cordel), han de relatar estas cosas de Indias. En
é dexé un cabo de doce ó quince bracas, verdad, si los trabajos que por mí han pas-
con pensamiento que en caso que la bal- sado hasta averias aprendido ó visto (esso
sa de todo punto se hundiesse, tomaría que délias sé) aqui se dixessen, doblado
yo el oro ó le daria á uno de aquellos seria el volumen de tales historias, é no
mas recios indios que mejor nadassen, querría mejor premio de mis fatigas que
para que lo sacasse, ó soltarlo para que saberlas tan bien decir, como los he cabi-
se fuesse al suelo é quedasse el cordel por do sufrir por la clemencia y misericordia
señal é boya con un palo que yo le avia de Dios: el qual muchas veces me ha
atado al cabo. É yo yba descalco y en fecho tan notoria merced de la vida, mi-
camisa, é bien atadas las haldas é las lagrosamente , que si yo assi bien la su-
mangas della, para nadar, si me convi- piesse explicar, bien sé que serian mas
niesse. Quiso nuestro Señor, por su cle- gratas é de mas admiración estas mate-
mencia, que passamos todos en salvo, rias á quien las leyesse.
aunque con harto peligro é cansancio, Tornando á lo que se propuso en el
porque la corriente del rio era mucha é título deste capítulo, seré breve en todo
nos abatía é pusso quassi á la boca de la ello porque en las cosas de la Tierra-
mar: assi que, muy mojado todo lo que Firme hay mucho mas que decir en se-
llevaba é mis papeles é memoriales (de mejantes géneros de cosas. También hay
que no me pesaba poco), arribamos des- en esta Isla Española y en las otras sus
ta otra parte del rio. Esto subcedió por- vecinas ó comarcanas y en las de es-
que de enojado de aver estado cinco dias te golpho, culebras que son verdes, e
esperando, estuve tres ó quatro leguas delgadas é muy poncoñosas, con las qua-
mas arriba en la costa de aquel rio, y les hacen los indios caribes la hierva
en aquel tiempo siempre cresció é no nos con que tiran las flechas. Estas tales cu-
atrevimos á passar el vado en los caba- lebras se cuelgan de los árboles por sí
llos y envíelos con mis criados, porque mismas, asidas á las ramas con la cola,
me dieron á entender que aquel cacique é desde allí al que passa le pican ó
tenia canoas é que él me passaria mu- muerden do quiera que pueden herir, é
cho á mi placer: é por falta délias ovie- son muy malas y enconadas. Destas tales
ra de ser tanto"mi pesar, que no me dice Plinio ': «es una sierpe llamada ja-
CAPITULO IX.
De los animales terrestres que se truxeron de España á esta Isla Española, de los quales acá no avia alguno
dellos.
E.in esta Isla Española ni en parte al- chripstianos, donde los hay assi mismo
en mucho número é abundancia; é á la
guna destas partes no avia caballos, é
de España se truxeron los primeros é Tierra-Firme, é á la Nueva España, é á
primeras yeguas, é hay tantos que nin- la Nueva Castilla se han llevado desde
guna nesçessidad hay de los buscar ni aquesta isla, é de la casta de los de aqui
traer de otra parte : antes en esta isla se se han fecho en todas las otras partes de
han fecho é hay tantos hatos de yeguas las Indias donde los hay. É ha llegado á
é se han multiplicado en tanta manera, valer un potro ó yegua domada en esta
que desde aquesta isla los han llevado á isla tres, ó quatro ó cinco castellanos, ó
las otras islas que están pobladas de pesos de oro, é menos.
400 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Délas vacas digo lo mismo, en quanto é machos que se han criado é se hacen
á ser ya innumerables, pues que es no- muy bien acá; pero porque de todas es-
torio que en esta isla hay muy grandes tas cosas se ha dicho en particular, é yo
hatos é vacadas é vale una res un peso no soy amigo de referir una cosa mu-
de oro, é muchos las han muerto é alan- chas veces, baste lo que está dicho
ceado, perdiendo la carne de muchas dé- destos siete géneros de animales que
lias, para vender los cueros y enviarlos á acá se truxeron de Castilla , porque las
España, é cada año van muchas naos muías é los machos acá se acresçentaron
cargadas destas corambres. É hay hom- de la mixtion de los asnos é yeguas. Y
bres en esta cibdad y en la isla de á dos, como en otra parte de la historia dixe,
é tres, é quatre, é cinco, é seys, é sie- torno á decir ó acordar al letor que vale
te, é ocho , é nueve é diez mili cabeças el arrelde de la vaca en esta cibdad á dos
deste ganado é muchas mas en cantidad. maravedís : la qual arrelde es de peso
Público es que la viuda, muger que fué sesenta é quatro onças; é mátanse cada
de Diego Solano, tiene diez é ocho ó dia que es de comer carne en esta cibdad
veynte mili cabeças deste ganado ; y el de Sancto Domingo de la Isla Española.
obispo de Veneçuela, dean desta Sancta Hánse traydo conejos blancos é prietos
Iglesia de Sancto Domingo, tiene veynte á esta cibdad, é algunos hay en las casas
é cinco mili cabeças ó mas, como lo dixe de algunos vecinos particulares ; pero no
en el lib. Ill, cap. XI, y deste número es grangeria útil, por lo que se ha visto de
abaxo hay señores de mucha cantidad su aumentación en las islas de Canaria, é
deste ganado vacuno. Ovejas setruxeron naturalmente son dañosos en los hereda-
é carneros, deque se ha fechoéhay asaz mientos. E si ocurrimos á lo que está es-
ganado deste género. cripto , ya se halla averse en España des-
De los puercos ha ávido grandes hatos habitado una cibdad por el escarbar é
en esta isla, é despues que se dieron los moltitud de los conejos, segund escribe
pobladores á la grangeria de los acuca- Plinio *. Cabras se han traydo de España
res , por ser dañosos los puercos para las y de las islas de Canaria y de las de Ca-
haciendas del campo, muchos se dexa- bo Verde, é algunos hatos hay deste ga-
ron de tales ganados ; pero todavía hay nado , é las que mejor acá prueban son
muchos, é los campos están llenos de las pequeñas de Guinea é de Cabo Verde
salvagina, assi de vacas é puercos mon- é aquellas islas; pero deste ganado no
teses, como de muchos perros salvajes hay mucho en estas islas. Pero de los
que se han ydo al monte é son peores otros géneros que dixe de suso, assi co-
t'A
que lobos é mas daño haçen. É assi mis- mo yeguas é caballos , vacas, e ovejas e
mo muchos gatos de los domésticos, que puercos, llenas están esta isla é la de
se truxeron de Castilla para las casas de Sanct Johan, é Cuba, é Jamáyca é mu-
morada, se han ydo al campo é son in- cha parte ó poblaciones de españoles: tie-
numerables los que hay bravos ó cimar- nen de todos los unos é los otros en la
rones, que quiere decir en la lengua Tierra-Firme, é en especial en la Nueva
desta isla fugitivos. Hay assi mismo mu- España, en mucha cantidad de los unos
chos asnos en esta isla de la casta de é de los otros, y cada dia se aumentan
los que se truxeron de España , é ínulas do quiera que los chripstianos pueblan.
CAPITULO X.
De los animales que en la Tierra-Firme llaman los españoles tigres , é los indios los nombran en diversa
manera, segund la lengua de aquellas provincias, donde los hay.
um el prohemio ó introduçion deste li- otras fieras han una sola color, segund
bro XII dixe que despues que oviesse di- su especie.
cho de los animales que los españoles Los primeros españoles que en la Tier-
hallaron en esta isla, y de los que se tru- ra-Firme, en la provincia de Çemaco ó
xeron á ella desde España, é oviesse di- en el Darien, vieron aquellos animales
cho otras cosas, diria de los animales, de que en aquella tierra los indios llaman
quien no se habló en la primera impres- ochí, llamáronles ellos tigre: los quales
sion que tuvo esta primera parte de la son tales, como aquel que en la cibdad
General Historia de Indias, y que se ha- de Toledo el año susodicho dieron al Em-
llan ó hay en ella. Y para cumplirlo assi, perador, nuestro señor, enviado de la
escribiré primero aquellos animales de Nueva España. Tiene la hechura de la
que yo di noticia particular en aquel bre- cabeça como león ú onza ; pero mas grue-
ve tractado que á la Cesárea Magestad sa , é ella y todo el cuerpo é bracos ó
dirigí y escrebí en Toledo el año de mili piernas pintado de manchas negras unas
é quinientos é veynte y seys ; y tras aque- á par de otras, perfiladas de color ber-
llos diré de los que mas ovieren después meja, que hacen una hermosa labor ó
venido á mi memoria ó vista hasta el concierto de pintura : en el lomo y á par
tiempo pressente. Y será el primero del del mayores aquellas manchas , é vánse
tigre, ques un animal que, segund los an- disminuyendo hacia el vientre y los bra-
tiguos escribieron, es el mas velocíssimo cos y cabeça. Este que alli se truxo era
de los animales terrestres. Isidoro en sus pequeño é nuevo, é á mi paresçer podría
Ethimologias dice : « El tigre se nombró ser de tres años ó menos; pero háylos
assi por su veloçe huyda, y el rio Tigris muy mayores en Tierra-Firme. Yo le he
se nombró assi por su velocidad, y los visto mas alto que tres palmos y de mas
persas é medos assi nombran á la saeta. de cinco de luengo, é son muy doblados
Y á aquella bestia destinta de varias man- é recios de bracos é piernas, é muy ar-
chas , é en su virtud é velocidad admira- mados de dientes é colmillos é uñas, é
ble, le dan el nombre del rio Tigris, por- en tanta manera fieros, que á mi pares-
que es el mas rapidíssimo é corriente de çer ningund león real de los muy gran-
lodos los rios.4» Este rio Tigris, segund des es tan fiero ni tan fuerte. Pero creo
Justino , nasçe en Armenia con poca bien que los leones son mas denodados y
agua, etc. 2. Plinio* dice que la pantera de mas esfuerço. Estos ochís ó tigres, ó
é el tigre, por la variedad de las colores mejor diciendo panteras (porque les falla
é diversas manchas son quassi diferentes la ligereça del tigre que se alegó de suso,
de todos los otros animales, porque las y estos no tienen coyunturas en las pier-
í PUD., üb. Ill, Proliemio. Mela, De situ orbis. Lucio Arinco Séneca, Trage-
2 Isid. Etliim. , libro XIV ffliponto fUa Uedca.
404 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
bre del tigre. Y cómo aquel que le doc- lia , porque vos penssais quel agrades-
trinaba, entendió que aviemos visto estos çe lo que le enseñays, y esso él no lo
animales en estas Indias, quísose infor- puede aprender sin dieta; y él pienssa
mar de nosotros de la genealogía ó plá- que os engaña á vos en sofrir la ham-
tica destas bestias, y cúpome á mí la ma- bre , para que quando mucho le aqueje
no de responderle : y yo le dixe que en- é no le deis de comer, confiado vos de
tre quantos españoles á estas partes avian su amistad , os lleguéis á rascarle, como
passado, que eran muchos millares de agora lo hacéis, y él os haga pedaços.
hombres, no sabia que alguno dellos Creedme, dixe yo, é cortadle las uñas,
oviesse contraído tanta amiçiçia con nin- é aun sacádselas de rayz, é aun todos
guno destos ochís ó tigres, como él tenia los dientes y colmillos : é no creáis que
con aquel, y que por esso era él de mas se las dio Dios , para que vos le deis á
mérito en tenerle tan pacífico é benívo- comer á horas diputadas, porque nunca
lo ; pero que le rogaba que no fiasse del, alguno de su linaje comió en tinelo ni
que era mala bestia, éque diesse gracias llamado con campana á la tabla, ni tuvo
á Dios que le avie librado del pardo que otra regla sino devorar, é crueldad á na-
se avie muerto, é diesse essotro tigre al tura , é queréislo vos hacer observante.
diablo, y que no durmiesse con él, de una Yo os prometo que si vivimos un año que
puerta adentro de noche ni de dia, ni de- ó vos ó el tigre aves de ser muertos ; y
xasse de estar en vela , porque sin dubda perdonadme, que en verdad que os hé
me paresçia que ya le via muerto, ó que lástima.» Mis palabras no le supieron
á bien librar, le avia de poner en tra- bien é dixo quel me rengraçiaba, pero
baxo, é que yo no alcançaba otra cosa quél sabia muy bien aquel officio. Como
de la condición destos tigres. Estonces yo no tenia nesçessidad de le aprender,
él, oyéndose é no paresçiéndole que yo nos fuimos riendo de su desatino. Y en
ineresçia gracias por tal consejo, llegó- la verdad yo quedé confiado que aquella
se al tigre, é trayéndole la mano por el amistad avie de durar poco, porque aun
lomo, deçia : « Este è mi filiólo, é un aricólo quando el caçador le rascaba, el tigre no
é lo farro far miraculé; ançi voglio andar sé qué se deçia recado ó murmuraba en-
in la India é portar çinque ó sey de quisti tre dientes. Finalmente que no passaron
¡ñu picoluú é voglio que César havia una ocho dias después, quando entrellos ovo
caczia de Imperator, é voglio que mi dia uno no sé que desacuerdo sobre sus liciones,
s tato.» Quiere decir esto quel caçador di- y el tigre le oviera de matar al maestro,
xo en su lengua lombardesca : Este ani- é le tracto de manera que si no fuera so-
mal es mi hijo é es un ángel é yo le haré corrido, le matara. Desde á poco tiempo
hacer miraglos: antes quiero yr á las In- el tigre se murió, ó su maestro le ayudó
dias é traer cinco ó seys destos mas pe- á morir, lo qual creo yo mas. Y en la
queñitos, é quiero que César tenga una verdad tales animales no son para entre
caca de Emperador, é quiero que me dé gentes, segund son feroces é indómitos á
un estado. Pues cómo yo y los que allí natura. Y no tengo por menos bestiales
estábamos, vimos su contentamiento, los que á los mismos tigres quien pienssa ha-
unos le loaban su buen deseo y los cerlos mansos.
otros callaban ; y yo, como vi que des- Y pues destos animales se ha tracta-
variaba, óvele compasión, é dixe: «Dios do, diré un caso que en el Nombre de
lo haga, como vos lo desseais; pero toda- Dios acaesció con un tigre destos, que
vía os acuerdo que no fiéis desta bes- sin dubda es cosa notable. Andaba por
DE INDIAS. LIB. XII. CAP. X. 405
alli un tigre, y entraba de noche en el tierra. É de tal manera se armó el tigre,
pueblo é mataba gallinas é perros é otros que si el primero tiro no (que aquel le
animales, é aun indios mansos, é hacia tomó desapercibido), ningund otro le en-
mucho daño, é armáronle con una alça- tró ni le hiço daño ; pero por aquel se
prima é de manera quél cayó en el laço, desangró é se le acabó la vida. Esto fue
é quedó colgado por un braco extendido año de mili é quinientos é veynte y cin-
alto, é apenas llegaba con los pies al co , y todo aquel pueblo lo vio é es no-
suelo. É cómo fué preso, dio un brami- torio. Y esto baste quanto á los tigres de
do , al qual acudió toda la gente, é ya Tierra-Firme, que los indios llaman ochís
estaban en vela: e con una ballesta recia, en la lengua de Cueva, y en la de Nica-
desde á ocho ó diez pasos, un buen ba- ragua se dice teguan tal animal, é assi
llestero dióle con un rallón é metiósele en diferentes provincias diferenciada-
hasta las plumas ; é cómo se sintió heri- mente los nombran.
do, dio otro bramido é un tirón, que En muchas partes se han visto des-
oviera de derribar una viga, de dó pen- pués , é hay estos animales desta é de la
día la soga que le tenia ; é diéronse prisa otra parte de la línia del equinoçio, don-
á tornar á armar la ballesta, é tiráronle de los españoles han andado, assi como
tres ó quatro lançones, é ni ellos ni la en el nuevo reyno de Granada ó señorío
saeta no le pudo passar aun el cuero: que del príncipe Bogotá, é también en las
assi cómo le dieron unas dos saetadas, costas del famoso rio de la Plata, alias
se caían las saetas é los lançones en de Paranaguaçu (Lám. 4.*, fig. 10.*).
CAPITULO XI.
Del animal beorí que los chripstianos llaman dantas, y algunos los llaman vacas en la Tierra-Firme.
CAPITULO XII.
De los leenes rasos que hay en la Tierra-Firme, en la gobernación de Castilla del Oro, assi en la cosía del
Norte, como en la del Sur é en otras parles.
CAPITULO XIII.
Del galo cerval.
fjato cerval es animal fiero é dé la ma- mas temen, porque es mas ligero de to-
nera y hechura y color que los gatos par- dos los que por allá hay ó se han visto, y
dillos pequeños, mansos domésticos, que muy osado. En la Nueva España y otras
tenemos en las casas, para la guerra de partes destas Indias los hay. Yo vi el año
los ratones. Mas estos cervales son tan de mili é quinientos y quatro uno destos
grandes ó mayores que los tigres ú ochís, gatos muerto á par é al pié de la peña
de quien se tracto en el capítulo X, y de Amboto en Vizcaya, el qual deslicó de
es el mas feroz animal que hay en la una breña rasa é murió del golpe que
Tierra-Firme, y del que los chripstianos dio abaxo. É aunque he visto muchos ti-
CAPITULO XIV.
De los leones pardos.
CAPITULO XV.
De las raposas de Tierra-Firme.
Flaposas hay en la Tierra-Firme, en las son muy ligeras é maliciosas, é algo me-
gobernaciones de Castilla del Oro é en nores que las de España: y parésçeme que,
otras, en ambas costas del Norte é del aviendo cantidad de tales pellejas, que se-
Sur, é son bermejas ; y otras hay tan ne- ria muy buen enforro el que destas rapo-
gras como un terciopelo muy negro, é sas se hiçiesse, sabiéndolas bien adobar.
CAPITULO XVI.
De los lobos de la Tierra-Firme.
CAPITULO XVII.
De las çorrillas hidiondas de la Tierra-Firme.
CAPITULO XVIII.
Perros gozques en la Tierra-Firme.
CAPITULO XIX.
De los ciervos que hay en la Tierra-Firme, é gamos é coreos semejantes á los de España.
E ......
n la Tierra-Firme, en muchas partes
della, assi como Ja gobernación de Cas-
cabeças de tales animales en sus plaças
é casas de sus assientos : en especial en
tilla del Oro é Veneçuela é Sancta Marta la provincia de Nicaragua hincan unas
é Cartajena é Veragua é Honduras é en cañas luengas é muy gruesas (que en
la Nueva España é en la costa austral é aquella tierra hay), é en cada caña po-
en la Nueva Castilla, hay muchos ciervos nen cabeças destos animales con sus cuer-
e gamos é coreos ni mas ni menos que nos, á demostración de Estado. Estos cier-
tos de Castilla, é los indios señores é prin- vos en Nicaragua se llaman macat, é no
çipales son grandes monteros é los cor- son muy ligeros, porque están veçados
ren é montean é matan con lanças é ojeos á vivir en paz, é esperan mucho. Y caso
e con flechas é también con çepos é otras que algunos indios é señores sean mon-
maneras. E se presçian de tener muchas teros, hay tantos y tantos ciervos que no
* También dá Oviedo en el capítulo XXXTV del lugar menciona. En el libro XXIV, quinto de la se-
libro VI ó de los Depósitos curiosas noticias de es- gunda parle, á que se remite, las amplia notable-
tas zorrillas y de los otros dos animales que en este mente.
DE INDIAS. LIB. XII. GAP. XIX. 409
se pueden agotar ni los acosan tan de cibdad de aquella gobernación. De los
iarezca ue los fatigan ni es- cueros destos animales hacen los españo-
panlan. En el golpho de Urütí lo__de çapatosébor-
islas y todas ellas tienen muchos ciervos. çeguies, é vaynas de espadas, e cueros
Toda esta salvagina es de muy buena de sillas despaldas para assentar, é para
carne, y en todo tiempo del año, en es- cubrir sillas ginetas é otras cosas ; é de
pecial en esta provincia de Nicaragua y lo mismo haçen las suelas del calcado , é
en Leon de Nagrando, ques la principal turan bien, si no lo mojan.
CAPITULO XX.
Oue tracta de los puercos monteses de la Tierra-Firme, on diversas provincias.
CAPITULO XXI.
Del oso hormiguero en Castilla del Oro y en odas partes oV la Tierra-Firme.
(AI'IKLO XXII.
D« los conejos i liebres.
v^onejos é liebres hay en la Tierra-Fir- conejo, a—i como los <!<• España, do los
me en muchas partes dolía y en ('astilla (piales yo he comido muchos, 6 los in-
del Oro, en la lengua de Cuera: lienen dios los salan é tienen mucho tiempo i
el lomo é pelo como de liebre, é lo do- en cecina, para (piando los falla la carne
ma- es blanco assi como el neutre é las fresca. E a—i mismo liaron muy buenos
lujadas; é los bracos é piernas son . tasajea de venados é los tienen mucho
pardicos, y á mi paresçer estos tienen liempo:éass¡ mismo o- buena cerina de
mas parte de liebres que de conejos, los perros que llaman xulos é ellos crian
aunque son menores que los conejos de para comer, 6 que tienen en casa o los
España. Témanse las ma . (piando estiman mucho. É estas < « < mas usan por
se queman los montes, y assi mismo con mercadería, porque tienen abundancia de
laços. Mas en Nicaragua hay muchos todos estos animales.
CAPITULO XXIII.
De lo* anima!. ido».
CAPITULO XXIV.
Del animal que en Castilla del Oro llaman perico-ligero los espolióles, y en otras parles se llama la pereza-
PERico-LiGERO llaman en la Tierra-Firme otros animales. Será tan luengo como dos
á un animal el mas torpe que se puede palmos, quando ha cresçido todo lo que
ver en el mundo, é tan pesadíssimo y ha de cresçer, y muy poco mas desta
tan espacioso en su movimiento, que pa- mesura será, si algo fuere mayor. Meno-
ra andar el espacio que tomarán cinqüen- res mucho se hallan , porque serán nue-
ta passos, ha menester un dia entero. Los vos. Tienen de ancho, medido á la redon-
primeros chripstianos que passaron á la da, quassi tres palmos: tiene qualro pies
Tierra-Firme, quando ganaron el Darien y delgados, y en cada mano é pié quatro
en la provincia de Cueva, como vieron á uñas largas, como de ave, é juntas; pero
este animal ( acordándose que en España ni las uñas ni las manos no son de mane-
suelen llamar al negro Johan Blanco, por- ra que se pueda sostener sobre ellas, y
que se entienda al revés), le pusieron el desta causa, y por la delgadez de los
nombre muy apartado de su ser, pues bracos é piernas é pessadumbre del cuer-
seyendo espaciosíssimo, le llamaron lige- po , trae la barriga quassi arrastrando por
ro, y en la provincia de Veneçuela le lla- tierra. El cuello del es alto é derecho é
man la pereza. Este es un animal de los todo igual, como una mano de almhirez
extraños, y que es mucho de ver por la que sea de una igualdad hasta el cabo, ó
desconformidad que tiene con todos los como un cuello de calabaça seguido , sin
DE INDUS. LIB. XII. CAP. XXIV. 413
haçer en la cabeça proporción ó diferen- primero inventor de la música, pudiera
cia alguna fuera del pescueço. É al cabo mejor fundarse para le dar principio, que
de aquel cuello tiene una cara quassi re- por cosa del mundo é mas al propóssito.
donda, semejante á la de la lechuça, y A Tubal Caim, hijo de Lamech, atri-
el pelo proprio : haçe un perfil de sí mis- buye Josepho la invención de la música,
mo como rostro en çircuyto, poco mas é otros dicen que los pueblos de Arcadia
prolongado que ancho, y los ojos son pe- con cañas largas y delgadas fueron los
queños y redondos, é la nariz como de primeros que hallaron el canto. Laerçio
un monico, é la boca muy chiquita; é dice que lo halló Pitágoras , philósopho.
mueve aquel su pescueço á una parte é á Pero este animal perico-ligero, antes le
otra, si mueve el cuerpo, porque la ca- llamara yo perico-músico, pues que nos
beça é el cuello todo es una cosa, é no enseña por sus seys puntos la... sol...
se puede mover sino junto, é paresçe fa... mi... re...ut...-, y aunque la pro-
atontado. É su intención, ó lo que paresçe nunciación todas seys veces sea ha...
quél procura é apetesçe, es asirse de ár- ha... ha... ha... ha... ha..., el tono es
bol ó de cosa por donde se pueda subir diferente é justamente un punto mas baxo
en alto : é assi las mas veces que los ha- cada una de sus voçes. Y como he dicho,
llan á estos animales, los toman en los ár- esta su música exerçita de noche y nunca
boles, por los quales trepando muy es- de dia ; y assi por eslo como porque es
paciosamente, se andan colgando é asien- de poca vis(a é le ofende la claridad, me
do con aquellas luengas uñas, que á este paresçe animal noturno é amigo de es-
propóssito son mas que para andar por curidad ó tinieblas [Lám. 5.a, ßg. 3.a).
tierra. El pelo es entre pardo é blanco Algunas veces que toman este animale
quassi (como el pelo del lexon), é no tie- lo traen á casa, se anda por ahy de su
ne cola. Su voz es muy diferente de to- espacio, é por amenaça ó golpe ó agui-
das las de los otros animales del mundo jón no se mueve con mas presteça de lo
(y de noche solamente suena), y toda la que sin fatigarle él acostumbra moverse;
noche en continuado canto de rato en é si topa algún árbol, luego se va á él é
rato, ó con medida de pausas, cantando se sube á la cumbre mas alta de las ramas
seys puntos uno mas alto que otro siem- é se está en el árbol ocho y diez y veynte
pre baxando, assi que el mas alto punto dias, é no se puede saber ni entender lo
es el primero , é de aquel baxa, disminu- que come. Yo le he tenido en mi casa, é lo
yendo la voz ó menos sonando, como que supe comprehender de aqueste ani-
quiendixessela...sol... fa...mi...re., id.. mal es que se debe mantener del ayre: é
assi este animal dice ha... ha... ha...ha... desta opinion mía hallé muchos, porque
ha... ha... Y tanto quanto tarda en can- nunca se le vido comer cosa alguna, sino
tar estos seys puntos, otro tanto espacio volver continuamente la boca hacia la
ó pausa calla, é torna á cantar en el mis- parte quel viento viene, mas á menudo
mo tono é medida otra vez é á callar, é que á otra parte alguna ; por lo qual se
por esta orden pasa la noche toda en conosçe quel ayre le es muy grato. Y
esta su música. Sin dubda me paresçe á esta mi opinion procedió que uno des-
que, assi como dixe en el capítulo pre- tos animales que yo tenia se soltó un dia
cedente de los encubertados, que seme- con una cuerda que tenia á un pié é se
jantes animales pudieran ser el origen ó subió en un árbol, dentro en casa, é dióse
aviso para hacer las cubiertas á los ca- tales vueltas con el cabo de la cuerda á
ballos , assi, oyendo aqueste animal el las ramas del árbol, quél no pudo dexar
414 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
destar quedo allí mas de veynte é cinco subió : ni baxado de alli, tuvo ansia por
ó treynta días, sin comer cosa alguna ni comer, ni antes ni despues se vido que
beber gota de agua (ni tiene boca para comiesse cosa alguna. No muerde ni pue-
comer segund es chica). É yo le hice dexar de, por ser tan chica la boca, ni es pon-
estar alli, por ver esta sospecha en qué coñoso, ni he visto hasta agora animal
paraba, é á cabo de treynta dias ó mas tan feo ni que parezca ser tan inútil que
le hice baxar de alli, é estaba no mas aqueste.
flaco ni nesçessitado que quando al árbol
CAPITULO XXV.
De los zorrillos pardos de la Tierra-Firme.
porrillos pardos hay en muchas partes mejor voluntad comen son cangrejos, de
de la Tierra-Firme, en especial en las los quales se cree que principalmente se
provincias de Sancta Marta é Cartajena, deben sostener é alimentar estos anima-
no mayores que los gozques pequeños; é les. Yo tuve uno dellos que una cara vela
tienen el hocico é los medios bracos é mia me truxo de la costa de Cartajena
piernas negros, é quassi del talle é mane- (estando yo en el Darien), que lo dieron
ra de zorrillos de España, é no son me- los indios flecheros á trueco de dos an-
nos maliciosos y muerden mucho: é tam- çuelos para pescar, é lo tuve algún tiem-
bién los hay domésticos é son muy bur- po ; é es animal placentero é no tan su-
lones ó traviesos, quassi como los moni- cio, como los gatos monillos.
eos. É su principal manjar é de que con
CAPITULO XXVI.
De los gatos monillos.
CAPITULO XXVII.
Del animal llamado churcha.
Jlin Castilla del Oro en la Tierra-Firme, ra que se haría juntando dos dobleces de
en especial en el Darien é en muchas una capa, haciendo una bolsa; é aquella
partes de la lengua de Cueva, hay un hendedura en que es un pliegue junto con
animal pequeño del tamaño de un cone- el otro, aprieta tanto que ninguno de los
jo mediano, el hocico muy agudo é los hijos se le cae, aunque corra ó vaya sal-
colmillos é dientes assi mismo, la cola tando (Lám. 5.a, fig. 4.a): é quando
luenga é de la manera que la tiene el ra- quiere, abre aquella bolsa é suelta los hi-
ton, é las orejas á él muy semejantes. jos é andan por el suelo, ayudando é imi-
Es de color leonado é quassi como de tando á la madre á hacer mal, chupando
raposo á manchas é pardo en partes é el la sangre de las gallinas que matan. É
pelo muy delgado. Aquestas churchas en cómo siente que es sentida é alguno so-
Tierra-Firme, como en Castilla las gar- corre é va con lumbre á ver de qué cau-
duñas , se vienen de noche á las casas á sa las gallinas se escandaliçan é cacarean,
comerse las gallinas ó á lo menos á dego- luego encontinente la churcha mete en
llarlas é chuparse la sangre, é por tanto aquella bolsa ó seno los churchicos, sus
son mas dañosas, porque simatassen una hijos, y ellos se acojen á ella; é se va, si
y de aquella se hartassen, menos daño ha- halla lugar por donde yrse. Y si le to-
rían; pero acaesçe degollar quince é man el passo, súbese á lo alto de la casa
veynte é muchas mas, si no son socorri- ó gallinero á se esconder: é cómo mu-
das. A mi me degolló catorce gallinas chas veces las toman vivas é otras ma-
una destas churchas una noche en el tan, háse visto muy bien lo que es di-
Darien, y en tiempo que valia cada una cho, é hállanle los hijos metidos en
tres pesos de oro é mas; é á la verdad aquella bolsa, dentro de la qual tienen
yo no quisiera tantas aves para mi plato las tetas é pueden los hijos estarse ma-
é para un dia. Mas la novedad é admira- mando.
ción que se puede notar de aqueste ani- Yo he visto algunas destas churchas
mal, es que si al tiempo que anda en es- é todo lo que es dicho, y aun me han
tos passos de matar gallinas, cría sus hi- muerto las gallinas en mi casa de la for-
jos, los trae consigo metidos en el seno ma que lo tengo dicho. Es animal esta
desta manera que aqui diré. Por medio churcha que huele mal ; é el cuello é pe-
de la barriga, al luengo, abre un seno lo é cola é orejas tienen de la manera
que hace de su misma piel, de la mane- que tengo dicho.
DE INIMAS. LIB. XII. CAP. XXVIII. 4 17
CAPITULO XXVIII.
De las hardas que hay en la Tierra-Firme, é en especial en la gobernación de Castilla del Uro é en las pro-
vincias de la lengua de Cueva.
Jrlardas hay en Tierra-Firme algo ma- ro mas gruesa la cabeça que his de Cas-
yores que las de España, é no tan pelu- tilla. Estas de acá son muy buen manjar,
das ni tan bermejas, porque tienen estas é no menos solícitas que las de España, é
el pelo mas llano é mas escuro en los lo- muerden mucho.
mos, é la cola delamesma hechura, pe-
CAPITULO XXIX.
Bel animal llamado bivana.
CAPITULO XXX.
De las ovejas é ganados domésticos que hay en la tierra austral, en Tierra-Firme, en la gobernación de la
Nueva-Castilla, donde fué rey Alabaliba.
E,m la Nueva Castilla é gobernación del el adelantado don Diego de Almagro una
marqués, don Francisco Piçarro, donde de aquestas ovejas mayores en la cibdad
fué rey é señor el riquíssimo Atabaliba, de Panamá, é la embarqué en una cara-
tienen los indios tres maneras de ovejas: vela en el Nombre de Dios, é viniéndo-
unas pequeñas como cabras de Guinea, me por la mar, se murió en aqueste gol-
é otras algo mayores, é otras mayores pho é nos la comimos ; é es á mi pares-
que todas. Las grandes son del tamaño çer una de las mejores carnes del mundo.
de asnos pequeños ; pero son enxutas de Las otras dos maneras de ovejas de aque-
piernas, é el cuello luengo é muy seme- lla tierra yo no las he visto [Lám. 5.a
jantes á los caniellos, salvo questas no ^.6.a).
tienen corcoba, como el camello ; mas en Dicen algunos vecinos desta cibdad de
pies é manos é todo lo demás, muy se- Sancto Domingo que han estado en aque-
mejantes son á los camellos : rumian co- lla tierra, que las unas é las otras es muy
mo ovejas, é son tales, que los indios se buena carne. Son de las colores que son
sirven délias de cargarlas é llevar en las ovejas en España , blancas é negras,
ellas lo que les place, con quel peso sea é mezcladas de ambas colores, é la lana
moderado. Ya estas ovejas se vieron en es llana é no merina, é por la mayor
España, porquel mismo marqués las llevó parte las grandes son rasas é el pelo
a Castilla, donde son ya notorias; é en baxo, aunque en los lomos tienen mas
esta cibdad hay algunas que se han tray- larga la lana. Las medianas son berme-
do de aquella tierra. En la tierra llana jas é blancas, mezcladas en estas dos co-
llaman á este animal col, é en la sierra lores juntas é cada una por sí : de las pe-
le dicen llama, é al macho ó carnero queñas , que son mas salvajes, se acaes-
destos llaman urco, é al cordero uña; é çe ver bravas en el campo piaras de
son lindos animales á la vista, é muy quinientas é mili délias juntas, é muy
mansos é domésticos. Las que son las finas, negras. Estasque he dicho que son
medianas de los tres géneros que he di- grandes, assi mismo las hay en el rio de
cho , esas son las que tienen la lana muy la Plata, de su embocamiento adentro en
fina, que paresçe seda, de que los in- aquella tierra, como adelante se dirá en
dios hacen muy rica ropa. A mí me dio el libro XXIII, capítulo VIL
CAPITULO XXXI.
Del animal llamado guacabitinax.
CAPITULO XXXII.
De los animales que los indios llaman tarucos en la Nueva Castilla, á los quales llaman en Italia mufros , y
en España no creo que los hay.
Oay en la Nueva Castilla, donde fué das de çinco é seys mili dellos juntos é
rey y señor el riquíssimo Atabaliba, é mas é menos, é los indios de aquella
gobernador aquel infeliçe marqués, don tierra llaman á este animal tánico. Vistos
Francisco Piçarro , unos animales del á prima faz, paresçen proprios ciervos sin
tamaño de ciervos, é de uña hendida cuernos ; pero considerados con mas es-
é en todo y por todo son como cier- pacio, son muy diferentes, porque huelen
vos, salvo quel pelo es mas áspero é mal á monte, é el hocico es quassi como
mucho mas espeso é no tienen cuernos. de puerco ; por lo qual, algunos que con
É no los comen los indios, é son á la mas atención los han considerado, los
manera de los animales que llaman en llaman puercos cervales.
Italia mufros, é andan en grandes mana-
CAPITULO XXXIII.
Del animal llamado guabiniquinax.
Un animal hay llamado guabiniquinax, mas derecho como texon: el qual les qui-
que es algo mayor que un conejo, é tie- tan é quedan blancos é buenos de comer,
ne ios pies de la misma forma, é la cola Témanse estos animales en los raaiigla-
es como de raton é luenga, é el pelo res questan nasçidos en el agua en la
420 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
costa de la mar, é alli duermen en lo resçer como zorros, é son tamaños como
alto; é los que los van á cacar, meten la una liebre. La color es parda mixta con
canoa debaxo del mangle, é meneando bermejo; la cola poblada, é la cabeça
el árbol hácenlos caer en el agua, é sal- como de hurón. Hay muchos dellos en la
tan los indios de la canoa é los toman. costa de la isla Fernandina, por otro
La manera destos animales quieren pa- nombre llamada Cuba.
CAPITULO xxxiv.
Bel animal llamado ayre.
íVYRE llaman á un animal que es tan Cuba, donde se hallan muchos destos
grande como un conejo ; es de color par- animales. Y tienen una propriedad, y es
do entre rubio, el hocico agudo, y es que después de cocidos, aunque mucho
muy duro de comer; mas por eso no mas los cueçan, no están por esso mas
dexan de llevar á la olla ó assador á tiernos de comer, ni tampoco porque
quantos se toman dellos en la isla de mucho los assen.
CAPITULO xxxv.
Del animal llamado adine.
ADINES llaman los españoles á ciertos sigue é va tras ellos, alçan la pierna é
animales que hay en la Tierra-Firme, en arrojan la orina muy recia hacia el que
muchas partes della, y en expeçial en el los molesta : é es tan malo é hidiondo en
rio que llaman de Sancta Cruz desta parte extremo el olor de aquella orina é tan
del estrecho de Magallanes, en la tierra aborresçible, que no hay hombre hu-
austral, donde hay muchos destos adi- mano que pueda yr adelante, del asco
nes. É son como lobos é ahullan como é mal contentamiento de tal hedor; y
lobos ; é usan de una defensa maliciosa, assi entretienen al caçador é sus canes,
de que natura los ha proveydo para su que todos le dexan yr, é él huye é se
remedio, y es que quando algund balles- esconde y escapa de semejante peligro y
tero los quiere tirar, ó algund caçador los muerte.
CAPITULO XXXVI.
De los leones grandes de color pardillo.
iV esta cibdad de Sancto Domingo de la Nueva Castilla é partes australes que go-
Isla Española vino el contador Johan de bierna el marqués, don Francisco Piçarro:
Cáceres, natural de la villa de Madrid, é truxo de allá un león nuevo é muy
el qual en su officio de contador sirve á manso, pero grande , de color pardo cla-
Sus Magostados en la gobernación de la ro, de muy gentil pelo, é hermoso ani-
DE INDIAS. LIB. XII. CAP. XXXVI. 421
mal, é de lindos ojos, é muy armado de león, el qual en espacio de quatro meses
dientes é uñas, é de recios miembros : el ha mucho cresçido. É aunque es muy
qual me le dio é yo le tuve algunos dias manso á natura con los hombres, DO
en esta fortaleza de Sus Magestades, que quiere ser tocado sino mañosamente; mas
está á mi cargo: é yo le di después al al perro ó gato que se le acerca, presto le
Rmo. señor don Alonso de Fuenmayor, hace pedaços, y aun sospecho que cada
Obispo desta cibdad é de la cibdad de la dia será peor su conversación. Destos ta-
Vega, presidente del Audiencia Real que li's leones hay muchos en aquellas par-
aqui reside; y en su casa está hoy est:1 tes.
CAPITULO XXXVII.
De los osos, como los de Kspaña.
ogotá es un título supremo de digni- que son muy osados contra los perros y
dad sobre todos los otros señores, en caradores, y que es menester con ellos,
ciertas partes de la Tierra-Firme que ago- para los matar no menor diligencia yes-
ra llamamos el Nuevo reyno de Granada; fuerço (fue para montear los de España,
é en aquella tierra he sabido de los capi- y muy buenos lebreles y ventores con
tanes Johan de Junco ó Gomez de Corral, ellos. V también hay osos y muchos en
é de otras personas que se deben creer, la tierra septentrional, en especial en l;i
que hay muchos osos de los mismos que Florida , en aquello que anduvo el go-
hay en uuestra España en todo y por to- bernador Hernando de Soto, como se di-
do, é todos los otros animales que hay rá mas largamente en el libro XVII desta
en Castilla del Oro. Y estos osos dicen primera parle.
CAPITULO XXXVIII.
Del animal aserrador
Uno de los animales que á mi noticia otro oyda semejante cosa. Dicen los que
lian venido é hay en esta Historia (ji-nr- por aquella tierra anduvieron, que hay un
ral, eselqueloschripstiano>y milites que animal como lexon , pero m;i> corto de
en las Indias han andado, hallaron en la piernas y mas BOCbo de lomos, que tie-
tierra septentrional que se dice la Florida, ne ana cola como sierra, ó donde (¡niera
quando passó á la conquistar é morir en que habita tiene todo- los frijoles aserra-
ella el adelantado Hernando de Soto, pa- dos, como si con una sierra los derribas-
ra mas maravillarse los hombres de t;il sen. Assi lo hallares adelante escripto en
bestia é propriedad de animal, nunca en el libro XVII en el capítulo XXX. '
ñola poesía al Baal del espítalo X.W ill ••• libro XVii.
422 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XXXIX.
Del animal que se llama coçumatle.
CiOçuMATLE se llama un animal en len- como gato ; pero mas larga que gato, é á
gua de Nicaragua y en la Nueva España, trechos toda ella diferenciada en el pelo;
el quai es tamaño como un gato de los que el un trecho es de la color é pelo del
caseros de España : é tiene el pelo como lomo, é el otro trecho del pelo de la bar-
marta gallega en el cuerpo, é en la bar- riga, é paresçe bien. Es animal muy man-
riga tira á bermejo. Las corbas de las so, si nose enoja, porque enojado muer-
piernas son el calcañar, é el pié largo ; é de reciamente, en especial sobre la comi-
tiene uñas recias, pero no nocivas: la da: é es muy alegre animal é retoca mucho
cabeça tiene muy aguda, é luengo el ho- con quien conosçe. Yo truxe uno dellos
cico, é de muchos é espesos dientes. hasta la villa de Madrid, año de mili é
Háylos en muchas partes de la Tierra- quinientos é quarenta y siete años, é le
Firme , é tienen la cola luenga é rolliça di á un caballero asturiano, mi pariente.
CAPITULO XL.
De las vacas de la tierra septentrional.
Hay en la Tierra-Firme é parte septen- gran barba de aquella lana ques dicho.
tentrional, á las espaldas de la provincia Los toros ó machos tienen una corcoba
que llaman la Florida, segund me han alta sobre los hombros en la cruz ó jun-
certificado los que en aquella tierra del tura alta, é las hembras no tienen la di-
norte han andado, muchas vacas y toros cha corcoba. La lana ó pelo de lo res-
monteses, que comunmente son mayores tante del cuerpo es como merina espesa.
reses ó animales que nuestro ganado va- No anda ni se mueve á passo portante ó
cuno. Tienen los pescueços muy llenos de andadura ni galope, sino á la par,
de lana, é la cabeça traen algo mas baxa como acá haría un caballo maniatado;
que nuestras vacas de España ; y desde pero son sueltos é ligeros animales é muy
las corbas ó medias piernas abaxo hasta salvajes é innumeraules en cantidad. La
las uñas, están assi mismo con mucha la- carne dellos es buena, é el cuero es muy
na , é todo lo restante de sus cuerpos es reçio, é la color de todos ellos es de leo-
raso el pelo. Las colas tienen largas é de nado escuro. Hay destos animales en mu-
la manera de nuestras vacas, é las uñas cha parte de la Tierra-Firme , al norte ó
hendidas al proprio ; pero los cuernos tie- parte septentrional, como tengo dicho,y
nen puntiagudos, é el uno contra el otro, porque el letor mejor me entienda se po-
é de la mandíbula baxa le cuelga una ne aqui su figura [Lám. 5.*, fig. 7.*).
Este es el libro décimo tercio de la primera parte de la Natural y General historia
de las Indias, Islas y Tierra-Firme del mar Océano : el quai traeta de los animales de
agua.
PROHEMIO.
IfJIaravillosas son las obras de Dios, é no lo diga tan bien como él, hablaré, á lo
muy diferentes en géneros las cosas ani- menos conforme á verdad, y como testi-
madas en diversas provincias é partes del go de vista en las mas cosas, de que aqui
mundo, assi en sus especies é formas, co- se hiciere mención; é no tan solamente
mo en su grandeça é proporción, y en sus en aver visto tales pescados, pero avien-
efetos é particularidades ; y en tanta ma- do comido de los mas dellos, para que
nera que ni de los animales de la tierra, ni también pueda en el gusto, como en la
de los pescados é animales del agua, no forma dellos testificar lo que he podido
se puede acabar de escrebir ni saber por comprehender é considerar destas cosas.
diligencia humana, ni han bastado las Assi que el letor oyga con atención, é
vidas de los hombres, que en esto se han aviendo por máxima lo que tengo dicho,
ocupado, á decirlo todo, ni faltarán co- entienda que no lee fábulas, ni cosas
sas que notar á todos los que son vivos aqui acomuladas, por passar tiempo en
ó vernán despues de nos. Y por tanto di- hablar con ornada oración ó estilo, co-
ré aqui en este libro décimo tercio de los mo algunos hacen, porque de todo esto
animales del agua que hay en estas mares é carecen estos tractados, é solamenle son
islas destas Indias, y en especial en esta escriplos para notificar verdades y se-
de que aqui se traeta. Porque en esta cretos de la natura, llana é verda-
materia yo prosiga assi mismo el estilo deramente escriplos, á gloria é loor de
de Plinio, corno en otras cosas, é aunque Dios.
424 HISTORIA GENKRAL Y NATURAL
CAPITULO I.
De los pescados del mar é de los rios, é de la manera que los indios pescan, é de los que hay en general
en el agua dulce ó salada.
ÍL\ manjar mas ordinario de los indios los hay muy buenos; assi como liças
é á que ellos tienen grande afición, son grandes y pequeñas, é xureles, é ber-
los pescados de los rios é de la mar : é mejuelas, é moxarras, guabinas, palo-
son muy diestros en las pesquerias é ar- metas, dihahacas, sávalos, robalos, par-
tificios de que usan, para los tomar ; por- guetes, corbinetas, cornudas, pulpos,
que assi como en España pescan algunos tollos, caçones, sardinetas, agujas, len-
con caña, de la mesma manera los in- guados, açedias, salmonados (no digo
dios lo hacen con varas delgadas é do- salmones), hostias, almejas, é marisco
mables é quales convienen para ello, é de muchas maneras; langostas, cangre-
con cuerdas é volantines é con redes de jos, xaybas, camarones, rayas muchas,
algodón é muy bien hechas, lo mas con- y en algunas partes muy grandes; an-
tinuamente. Y también con corrales é guilas, morenas, muchos é muy grandes,
atajos hechos á mano de estacadas en tiburones, lobos marinos, tortugas muy
los arraçifes, donde la mar en las costas grandes é otras pequeñas, que los indios
cresçe é mengua y en partes á esto apro- llaman hicoteas, muchas doradas (este
priadas; y también desde sus canoas ó es uno de los buenos pescados de la mar);
barcas que son de la manera que tengo pexe vihuela, pescados voladores muchos
dicho é mas particularmente se dirá ade- é no de la forma de los que en las mares
lante. Y también usan de cierta hierva de España llaman golondrinos, pero muy
que se dice baygua, en lugar de belesa ó menores: é de cada cosa ó género de
barbasco: la quai desmenuçada en el los que he dicho, muchos y en gran-
agua, ora sea comiendo della el pesca- de cantidad. Muchos marraxos é votos,
do , ó por su propria verlud, penetrando toñinas, ballenas asaz. Pero no curemos
el agua, embeódanse los pescados é des- de extender mas esta materia en la ge-
de á poco espacio de tiempo se suben neralidad , pues todos estos pescados hay
sobre el agua, vueltos de espaldas ó el en las mares de España; y los que de-
vientre para suso, dormidos ó atónitos sin ltas son de rios, en los rios de allá assi
sentido, é los toman á manos en gran- mesmo.
díssima cantidad. Esta baygua es como Vengamos, pues, á la especialidad é
bexuco, é picada é maxada aprovecha particular relación de algunos de los que
para embarbascar é adormecer el pesca- es dicho de suso é hay en estas partes;
do, como he dicho. porque este libro no solamente ha de ser-
Pero demás del pescado que assi vir en esta parte primera de aquesta
matan en los rios, toman de las otras Natural Historia de Indias ; pero escusar-
maneras que dixe de suso, grande can- me ha de replicar en la segunda ó tornar
tidad. Y á mi creer estos pescados de á reescrebir muchas cosas de estas á que
acá son mas sanos que los de Espa- me podré referir, quando convenga ha-
ña, porque son de menos flema, pe- blar en ellas en los libros de adelante. Mas
ro no de tan buen sabor, puesto que acá porque dixe debaxo desta generalidad
DE INDIAS. LIB. XIII. CAP. I. 425
que los indios pescan con varas, imitan- dos maneras de pesquería, aparte de las
do al pescar de caña de España, é con otras que he dicho, sin ellas se aprovecha-
cuerdas ó volantines. Digo que estas dos ban é pescaban continuamente de otras
maneras de pescar aprendieron ellos de formas, é también con xudrias é con
los chripstianos, porque los indios no cierta manera de garlitos en los rios. Assi
tenían ançuelos. Assi que, dexadas estas que, vengamos á los particulares pescados.
CAPITULO II.
De las ballenas que bay en las cosíase mares deslas Indias é islas é Tierra-Firmé.
Segund Plinio * tracta de los animales de por la boca un diluvio de agua, debe ser
agua, muy grandes animales son las ba- ballena, porque su exerçiçio della es ha-
llenas. Pero yo no puedo tan libremente cer lo mismo. É á este propóssito diré lo
hablar en la mensura ó grandcça que él que vi, é otros muchos conmigo , en la
les da, porque no las he medido ni visto boca del golpho de Orotiña, que es dos-
en tierra; pero en la mar he visto mu- cientas leguas al occidente de la cibdad
chas que, segund la estimativa de los hom- de Panamá, en la costa que la Tierra-
bres de la mar, é á lo que muestran en Firme tiene mirando á la parte austral. El
el agua, hincándola en alto (de forma que año de mili é quinientos y veynte é nue-
paresçen desde algo lexos alguna vela ve, saliendo una caravela (en que yo yba)
de navio), júzgase que no son menores de aquel golphete á la mar grande, para
que las que andan por las costas de Es- yr á la cibdad que he dicho, cerca de
paña y matan en ella. Destas muchas ve- aquel embocamiento andaba un pex ó
ces las he hallado é visto en estas mares animal de agua muy grande, é de ralo
del Norte entre aquestas islas é Tierra- en rato se arboraba ; é lo que mostraba
Firme; é también en las costas que la fuera del agua, que era la cabeça é dos
Tierra-Firme tiene de la banda del Sur, bracos, é de allí abaxo parte del cuer-
como mas particularmente lo escribiré, po , mas alto era que nuestra caravela é
quando de aquella tierra, en la segunda sus másteles mucho. É assi levantado, da-
parte desta natural historia, prosiguiere- ba un golpe consigo en el agua é torna-
Todos los hombres que en estas mares ba á hacer lo mismo desde á poco espa-
de acá he oydo hablar en esta materia, cio ; pero no Iançaba agua por la boca
dicen que las ballenas que acá hay son alguna, puesto que al caer, hacia saltar
los mayores animales de agua ; mas no asaz de las ondas sobre que caía: y un
he sabido que en las Indias se haya muer- hijo desle animal ó semejante á él, pero
to alguna délias, ni halládose el ámbar mucho menor, hacia lo mismo, siempre
gris, que segund opinion de algunos pro- desviándose del mayor; é á lo que los
cede délias, à coito ceti. Piensso yo que marineros é los que en la caravela y ban,
aquel animal llamado physüer, que como deçian, por ballena é ballenato los juzga-
dice Plinio a se levanta sobre el agua en ban. Los bracos que mostraban eran muy
forma de coluna, é se hace mas alto que grandes , é algunos deçian que las balle-
las velas de los navios, é después echa nas no los tienen ; pero lo que yo vi es
CAPITULO III.
Del pexe llamado vihuela é de sus armas.
Híl pexe ó pescado llamado vihuela es hombres de la mar que los hay en Espa-
grande animal, é la mandíbula ú hocico ña; pero sin estas puntas ó puas en las
alto ó superior del es una espada orlada espadas. No sé si lo crea, porque en al-
de unos colmillos ó navajas de una parte gunos templos en España las he visto
é de otra, tan luenga como un braco de colgadas; pero no sé de dónde las han
un hombre, é algunos mayores é me- llevado ó si las hay en el mar de Espa-
nores , segund la grandeça é cuerpo des- ña assi fieras : mas acá en estas mares de
te animal que tales armas tiene. Yo le las Indias é Tierra-Firme muchas destas
he visto en el Darien, en la Tierra-Fir- he visto de la manera que tengo dicho.
me , tan grande que un carro con un par Son buenos pescados de comer; pero no
de bueyes tenia harta carga é peso que tales como los pequeños dellos mismos é
traer en él desde el agua hasta el pue- de otros de los menores de otras espe-
blo. Estas espadas que digo, están llenas cies , porque por la mayor parte los pes-
de unas puntas de huesso maçiças é re- cados muy grandes no son sanos acá, á
cias é muy agudas ó punçantes de una lo que yo he entendido, é las mas ve-
parte é otra de la espada, con la qual no ces se comen por nesçessidad, excepto
se le para pescado delante, sin que le el manatí, que aunque son muy gran-
mate. Y también hay estos pescados en des, son muy buenos é sanos : del qual
las costas desta é de las otras islas destas manatí se dirá mas adelante en su lu-
partes. Estos pescados me dicen á mi los gar.
DE INDIAS. LIB. XIII. CAP. IV. 427
CAPITULO IV.
De los pexes voladores que se bailan en el grande golpho del mar Océano, viniendo de España á es-
tas Indias.
Alguno preguntará la causa por qué di- como es todo el pescado que las tiene, é
go que estos pescados voladores se ha- aquestas son sus alas. Y en tanto que
llan á la venida á estas partes en el gran- aquellas tardan de se enjugar con el ay-
de mar é golpho del Océano, é no dixe re, quando assi saltan fuera del agua, tan-
á la vuelta desde aquestas Indias á Es- to se pueden sostener de un vuelo ; pero
paña ó Europa. Y por sacar desta dub- assi como son enxutas (que es alo mas el
da al letor, digo que aunque á la vuelta espacio ó trecho que tengo dicho), caen
se hallan los mismos pescados, assi co- en el agua é tórnanse á levantar, é ha-
mo á la venida, no son tantos en mucha cen lo mismo ó se quedan debaxo é no
manera, ni los navios vuelven por el mis salen. Es muy buen pescado de comer,
mo rumbo ó derrota que acá vinieron, é aunque tiene muchas espinas, como dixe
á la banda del Norte no hay tantos como de suso; pero son tan delgadas que aun-
por estotra via hacia el Sur, ó parte de la que se traguen algunas, ni hacen mal ni
Tierra-Firme. Hállanse desde tan peque- mucho empachan. É son de muy buen
ños como un abejonçico, hasta tamaños sabor, é tienen la cabeça algo redonda
como grandes sardinas. Estos, quando como albures, é la color del lomo es co-
las naves van corriendo en su viaje é á mo açul, de la color que está el agua
la vela, se levantan de una parte j de quando el cielo está muy claro y deso-
otra á manadas grandes é pequeñas; pe- cupado de nubes é sereno : esto es, quan-
ro en ellos es grandíssimo é incontable do estos peçes son de cerca de la Tierra-
el número destos peces voladores; y de Firme, porque los que están mas engol-
un vuelo acaesçe yr á caer espacio de phados en la mar, no son tan acules. En
doscientos passos, é mas é menos ; é las mares de España me dicen á mí los
acaesçe algunas veces caer dentro en las marineros que hay destos pescados mis-
naos, é yo los he tenido vivos en las ma- mos y de otros mayores que vuelan é se
nos é los he comido. Y son muy buen llaman golondrinos; pero yo nunca los
pescado al sabor, excepto que tienen mu- he visto allá, en quantas veces he ydo é
chas espinas delgadíssimas : de cerca ó venido por este camino, ni tampoco aun-
un poco mas baxo de las quixadas les que desde España fui en FJandes é volví
salen dos alas delgadas é de la forma de á Castilla por la mar. En lo de por acá
aquellas alas, con que nadan los peçes é destas Indias, yo escribo lo que he visto
barbos en los rios ; pero son tan luengas y experimentado destos pexcs voladores.
428 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO V.
De la grandeça de los lobos marinos, é de las colores diferentes dellos, é oirás particularidades.
CAPITULO VI.
CAPITULO VII.
De los animales llamados mairaxos.
IVIarraxo es un animal mayor que el ti- nueve órdenes de dientes, unos en torno
burón é mas fiero, pero no tan suelto ni de otros la boca çircuyda, é disminuyén-
presto. Quieren en algo paresçer á los ti- dose los unos de los otros, é á diferencia
burones, porque son assi mesmo animales mayores unos que otros ; y es cosa mu-
de cuero, pero como digo son mayores; cho de ver esta nueva forma de dentadu-
é mátanlos assi mesmo algunas veces con ra. Las mas veces, aunque los toman ó
ançuelos de cadena, segund se dixo en el los matan, no los comen é los echan á
capítulo de suso ; pero no son buenos pa- la mar, porque como he dicho, sin nes~
ra comer, aunque algunos marineros no çessidad no los comen. En España los hay
lo dexan de probar, en especial si basti- en las mares del la de la mesma manera,
mentos les faltan. Destos he yo visto con segund hombres de la mar lo dicen.
432 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO VIII.
De las tortucas ó hicoteas desta Isla Española.
.Lias tortugas de la mar son muy gran- mo nueces los mayores, é de aquesta
des. Estas he visto yo muchas veces es- grandeça abaxo menores, é algunos de-
tar sobre aguadas encima de la superficie llos muy menudos, como se suelen hallar
de la mar, en el grande Océano dormi- en una gallina.
das , é passar la nave corriendo cargada Quando los chripstianos ó los indios
de todas sus velas, é junto con la tortu- hallan rastro destas tortugas por el arena
ga, é no lo sentir ni despertar ; é assi son (que van haciendo con aquellos sus ale-
tomadas algunas délias durmiendo mu- tones), siguen aquella traça ó vestigio, y
chas veces. También las he visto encima en topándola, trastórnanla con un palo, é
del agua de dos en dos, tan embebecidas déxanla estar assi de espaldas, porque
en el coyto ó acto venéreo , que los ma- no se puede mas mover despues que está
rineros echados á nado las trastornan é trastornada, por su grandíssima pessa-
meten en las caravelas. En la costa de la dumbre, é van á buscar mas, é assi acaes-
Tierra-Firme, y en especial en la villa çe tomar muchas, quando ellas salen á
de Acia é otras partes, las he visto de deshovar en tierra, como he dicho.
siete y de ocho palmos de luengo en la Los que no las han visto ó no han ley-
concha superior ó alta, y el ancho de do, penssarán que en estas y otras cosas
quatro y de çinco é mas palmos, á pro- yo me alargo ; y en la verdad antes me
porción de la longura ó longitud, é tan tengo atrás, porque soy amigo de no per-
grandes algunas, que çinco é seys hom- der mi crédito y de conservarle en todo
bres tienen que hacer en llevar una sola quanto pudiere. Y para este efeto busco
déliasá cuestas. Estas son de la forma que testigos algunas veces en los auctores an-
los galápagos ó tortugas terrestres de Es- tiguos, para que me crean como auctor
paña , salvo que son de la grandeça que moderno é que hablo de vista, contando
he dicho. Salen de la mar á poner sus estas cosas á los que están apartados
huevos en tierra en los arenales de las destas nuestras Indias, porque acá quan-
playas, é hacen un hoyo en la arena, é tos no fueren ciegos, las veen. Y para es-
cúbrenlo con ella mesma, despues que le te efeto quien dubdare lo que he dicho
han henchido de sus huevos en número destos animales, infórmese de Plinio *, y
de trescientos, ó quinientos, ó mas ó me- decirle ha que en el mar de India son ta-
nos dellos. Los quales después alli debaxo mañas las tortugas, que el huesso ó co-
salen por la calor del sol é providencia de bertura de una basta para cobrir una ha-
la maestra natura, ad putrefactionem, con- bitable casa. É dice mas: que entre las is-
vertidos en otras tantas tortugas. Estos las del mar Roxo navegan con tales con-
huevos , quando las matan ( de los quales chas, en lugar de barcas. Y el que fuere
las hembras acaesçe estar llenas), son informado deste y otros autores, verá que
muy buenos. Son redondos é todos son yo no digo aqui tanto como ellos escri-
yema, sin clara ni cascara, é tamaños co- ben; mas puédolo testificar mejor que
CAPITULO IX.
Del manatí y de su grandeza é forma, ó de la manera que algunas veces los indios tomaban esle grande
animal con el pexo reverso, é otras particularidades.
M.Lanatí es un pescado de los mas nota- llesteros estos animales y á otros muchos
bles é no oydos de quantos yo he leydo ó pescados con Ja ballesta desde una barca
visto. Destos, ni Plinio habló, ni el Al- ó canoa, porque andan sobreaguados, é
berto Magno en su Proprietatibus Rerum dánies con una saeta con un harpon, é
escribió, ni en España los hay. Ni jamás lleva el lance ó asta una traylla ó cuerda
oy á hombre de la mar ni de la tierra delgada de hilo delgado y recio. Y des-
que dixesse averlos visto ni oydo, sino pués de herido, váse huyendo, y en tanto
en estas islas é Tierra-Firme de estas In- el ballestero le dá cuerda; y en fin del
dias de España. Este es un grande pesca- hilo que es muy luengo, pénele un palo
do de la mar, aunque muy continuamente ó corcho por boya ó señal que no se hun-
los matan en los ríos grandes, en esta isla de en el agua, É desde que está desan-
y en las otras destas partes. Son mayores grado é causado é vecino á la muerte,
mucho que los tiburones é marraxos, de llégase á la playa ó costa, y el ballestero
quien se dixo de suso en los capítulos va cogiendo su cuerda ; é desde que le
precedentes, assi de longitud como de quedan diez ó doce bracas por cojer, ti-
latitud. Los que son grandes son feos, é ra del cordel hacia tierra, y el manati se
paresçe mucho el manatí á una odrina allega hasta que toca en tierra é Jas hon-
de aquellas, en que se acarrea é lleva el das del agua Je ayudan á se encallar
mosto en Medina del Campo y Arévalo é mas; y entonces el ballestero é su com-
por aquella tierra. La cabeça de aqueste pañía ayudan á le botar de todo punto
pescado es como de un buey é mayor: en tierra y á le sacar del agua, para le lle-
tiene los ojos pequeños, segund su gran- var á donde le han de pesar ó guardar.
deza. Tiene dos tocones con que nada, Y es menester una cairela con un par
gruessos, en lugar de bracos é altos cerca de bueyes, segund son grandes pescados.
de la cabeça ; y es pescado de cuero y Algunas veçes, despues que el manatí
no de escama, mansíssimo, é súbese viene herido, segund es dicho, hacia tier-
por los ríos é llégase á las orillas é pas- ra , le hieren mas desde la barca con un
ee en tierra, sin salir del rio, si puede harpon grueso enastado, para le acabar
desde el agua alcançar la hierva [Lám. ö.a, antes, é después de muerto, encontinen-
fig. 8.a). En Tierra-Firme matan los ba- te se anda sobre el agua. Creo yo que
ÏO.MO I. 55
434 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
es uno de los buenos pescados del mun- jaqués de Aragon en un trago de muy
do y el que mas paresçe carne ; y en tan- buen vino blanco ; y bebiéndolo assi al-
ta manera paresçe vaca, viéndole corta- gunas mañanas continuadamente, quíta-
do, que quien no le oviere visto entero se el dolor é rómpese la piedra é hácela
ó no lo supiere, mirando una pieça cor- echar hecha arenas por la orina, segund
tada del, no sabrá determinarse si es va- he oydo á personas que lo han probado
ca ó ternera; y de hecho lo terna por y de crédito. Visto he buscar con dili-
carne, y se engañarán en esto todos los gencia esta piedra á muchos, para el efe-
hombres del mundo, porque assi mesmo to que he dicho. Suele tener un manatí
el sabor es mas de carne que de pescado, dos piedras destas entre los sesos, tama-
estando fresco. La çeçina é tassajos des- ñas como una pelota pequeña de jugar,
te pescado es muy singular é se tiene é como una nuez de ballesta, pero no
mucho, sin se dañar ni corromper. Yo lo redondas; y algunas délias son mayores
he llevado desde aquesta cibdad de Sáne- de lo que he dicho, segund la grandeza
lo Domingo de la Isla Española hasta la del animal ó manatí. Mas para mí yo
cibdad de Avila en España, el año de piensso que la mesma propriedad deben
mili é quinientos é treynta é un años, tener las piedras que tienen las corvinas
estando alli la Emperatriz, nuestra señora. é los besugos é otros pescados en las ca-
Y en Castilla paresçe esta çeçina que es beças, si creemos á Plinio, el qual dice
de la muy buena de Inglaterra quanto á que se hallan en la brancha del pescado
la vista ; pero cocida paresçe que come en la cabeça quassi piedras, las quales
hombre muy buen atún, ó mejor sabor bebidas con el agua, son óptimo reme-
que de atún es el que tiene. Finalmente, dio á la piedra é mal de hijada A.
es muy singular é presçioso pescado , si Destos mánatís hay algunos tan grandes
lo hay en el mundo. que tienen catorce é quince pies de luen-
En este rio Oçama, que passa por go é mas de ocho palmos de grueso. Son
esta cibdad, hay hiervas en algunas ceñidos en la cola, é desde la cintura ó
partes cubiertas del agua cerca de las comienço della hasta el fin y extremos
costas, y el manatí pasçe alli é vén- della se hace muy ancha é gruesa. Tiene
le los pescadores, é desde barcas ó ca- solas dos manos ó bracos çerca de la ca-
noas le harponan. También los matan beça, cortos, é por esso los chripstianos le
con redes recias, hechas como conviene llamaron manatí, puesto que el chronis-
para los tomar. Estos animales tienen ta Pedro Mártir dice 2 que tomó el nom-
ciertas piedras ó huessos en la cabeça bre del lago Guaniabo, lo qual es falso;
entre los sesos ó meollo : la qual pie- é assi como en esta Isla Española le qui-
dra es muy útil para el mal de la hijada, taron su nombre é le dieron este, assi
segund acá se platica é afirman personas en la Tierra-Firme que hay muchos des-
tocados de tal enfermedad; é para esto tos pescados, los nombran diversamen-
dicen que muelen esta piedra, después te, segund la diferencia de los lenguajes
de la aver muy bien quemado : é aquel de las provincias, donde los hay en aque-
polvo molido é cernido, tómalo el pa- Has partes. No tienen orejas, sino unos
cíente despues que amanesçe por la ma- agujeros pequeños por oydos. El cuero
nana en ayunas tanta parte dello, como paresçe como de un puerco que está pe-
se podrá tomar con una blanca ó con un lado ó chamuscado con fueço. Es la co-
prisionero con quien está asido, hasta que entender ellos que aquello es propriedad
se llega á la tierra, é las mismas ondas de la natura, pues que sin les decir nada
de la mar le echan fuera. É los indios desso , acaesçe muchas veces en esse
que en esta pesqueria andan, saltan en grande mar Océano, é yo lo he visto asaz
tierra, é si es tortuga la trastornan aun- veces, tomarse tiburones é tortugas é sa-
que no haya tocado en tierra la tortuga, lir los reversos pegados con los tales pes-
porque son grandes nadadores, é la po- cados; é por despegarlos dellos hacerlos
nen en seco; é si es manatí, leharponan pedaços. Délo qual podemos colegir que
é hieren é acaban de matar. Y sacado el no es en su mano despegarse, despues que
tal pescado en tierra, es nesçessario con están pegados por sí mismos, sin algún
mucho tiento é poco á poco despegar el intervalo de tiempo, ó por otra causa
reverso : lo qual los indios hacen con que yo no alcanço ; pues que es de creer
dulces palabras é dándole muchas gra- que quando el tiburón ó tortuga es toma-
cias de lo que ha hecho é trabaxado, é do, debrian huyr los tales reversos que
assi le despegan del otro pescado grande están pegados, si pudiessen. El caso es
que tomó. É viene tan apretado é fixo que, como dixe de suso, para cada ani-
con él que si con merca lodespegassen, mal hay su alguacil.
lo romperían ó despedaçarian el reverso. Una cosa diré aqui notable que he yo
É assi desta forma que he dicho se to- visto todas ocho veces que he atraves-
man estos tan grandes pescados, de los sado este grande mar Océano, viniendo
quales paresçe que la natura ha hecho al- de España é volviendo á ella en este ca-
guacil é verdugo ó hurón para los tomar mino de Indias ; é assi piensso yo que lo
é cacar á este reverso : el qual tiene unas dirán todos los que aqueste viaje ovie-
escamas á manera de gradas, como el pa- ren navegado. Y es, que assi como en la
ladar ó mandíbula alta de la boca de un tierra hay provincias fértiles é otras es-
hombre, ó de un caballo, é poralli unas tériles, de la misma manera creo yo (por
espinas delgadíssimas é ásperas é recias lo que he visto) que debe ser en todas
con que se afierra con los pescados quél las mares, porque acaesçe algunas veces
quiere. Y estas gradas ó escamas llenas que corren los navios çinqiienta é çient é
destas puntas tiene el reverso en la ma- doscientas é muchas mas leguas, sin po-
yor parte del cuerpo por de fuera, y en der tomar un pescado ni verle. Y en
especial desde la cabeça á la mitad" del otras partes en el mismo mar Océano,
cuerpo por el lomo é no en la parte del donde esto que he dicho se vee, se ha-
vientre, sino de medio lomo arriba ; é llan tantos que paresçe que está la mar
por esso le llaman reverso, porque con las hirviendo de pescados, é matan muchos
espaldas se ase é afierra con los pescados. dellos. Llaman los indios de aquesta Is-
Es tan liviana esta generación de la Española á la mar bagua (no digo bay-
aquestos indios, que tienen ellos creydo gua, porque baygua es aquel barbasco,
por muy cierto que el pexe reverso en- con que toman mucho pescado, segund
tiende muy bien el sermon humano é to- tengo dicho, sino bagua es el nombre
das aquellas palabras quel indio le dixo de la mar en esta isla).
animándole, antes que losoltasse, para Otras cosas muchas se podrían de-
que se aferrasse con la tortuga ó manatí, cir de otros pescados é de los can-
ú otro pescado, é que también entiende grejos é sus diferencias muchas, é de
las gracias que después le da por lo que las langostas que assi mesmo hay en
ha hecho. Y esta ynorançia viene de no esta isla ; pero como son cosas como-
DE INDIAS. LIB. XIII. CAP. IX. 43'
nes á todas las otras partes destas In- de Indias. Ni tampoco escribo ni digo de
dias , no lo digo aqui : é también por- las perlas, porque aunque á esta cibdad
que los cangrejos, aunque los hay de é isla se han traydo é traen mucha can-
agua , también los hay de tierra en estas tidad délias, no se pescan en esta isla,
partes, é hay mucho que decir dellos; sino en otras islas pequeñas en la costa
y por tanto lo dexo para hacer capítulo déla Tierra-Firme é otras partes: é tam-
particular adelante de las diferentes ma- bién esta materia de perlas toca á la isla
neras de los cangrejos, quando se escri- de Cubagua, en la qual se tractará en el
ban las cosas de Tierra-Firme, en la se- libro XIX. É assi la dexo para en su lu-
gunda parte de aquesta Natural historia gar.
CAPITULO X.
De las ranas é sapos , é cómo los indios los comen.
Ï o avia determinado de no hablar en este que el gran chanciller truxesse este man-
libro en los sapos ni en las ranas, é que- jar á España, pues que era italiano, don-
ríalos poner con otros géneros de anima- de há gran tiempo que se usa comer las
les ; pero pues me paresçe que ya el man- ranas, é son buen manjar. Y muchos
jar de las ranas no se desprecia en Espa- años antes las comí yo en Mantua, é Ro-
ña , y ha llegado hasta la tabla de nuestro ma, y Ñapóles é otras partes de Italia; y
gran César, no es razón que tal título no públicamente las venden en las plaças,
le sirva á este animal, para que yo le co- como manjar sano y de buena digestion
loque é ponga tras tan excelente pescado, é gusto. De aquestas ranas hay muchas
como es el manatí é los otros, de quien en esta Isla Española y en todas las otras
he hablado. Creo que el origen desta aucj partes destas Indias ; pero no las comen
toridad que estaba guardada á las ranas, en esta isla, porque no lo han acostum-
se le dio Mercurio, gran chanciller de la brado.
Cesárea Magestad del Emperador Rey, De los sapos quiero hablar aqui, por la
nuestro señor: al qual yo oí decir (en la semejança que tienen en su forma con las
cibdad de Vitoria , año de mili é quinien- ranas, aunque ellos son muy mayores
tos é veynte y qualro, un viernes, co- émas feos, por su hinchaçon. Muchos hay
miendo con el dicho gran chanciller el en esta isla, é no creo que harían prove-
excelente señor don Fernando de Ara- cho á quien los comiesse, aunque en la
gon , duque de Calabria, é trayendo á su Tierra-Firme los comen en muchas par-
mesa un plato de ranas guisadas) que tes é islas de la costa austral. É yo tenia
avia enviado la semana antes otro plato una esclava de aquella tierra , é no ha
délias al Emperador, y que le avia dicho muchos días que comió uno destos sapos
que le avian sabido muy bien ; pero que en una hacienda mia , é créese que otra
no le entendía enviar mas, porque no cosa no la mató , porque desde á pocos
queria que si por otra causa Su Magestad dias que ovo comido un sapo, se sintió
adolesçiesse , que echasse la culpa á sus mala , y en quatro ó cinco dias se murió.
ranas : que pues las avia probado é dicho Y ella debiera pensar que los sapos desta
bien délias, quel se las mandasse guisar isla no son dañosos, como los de su tierra,
quando le pluguiesse. Y no me maravillo á quien los come. También los de España
438 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
son poncoñosos é malos, é tanto peores tan aborresçible pasto á mis ojos é tan
quanto son de mas fría tierra. Oíanlos é grato á su paladar é gusto. Esto se quede
tiénenlos atados á cebo en algunas partes para en su lugar, porque no se truequen
de la Tierra-Firme, para los comer des- las materias ni se quiten del sitio que de-
pués por muy presçiado manjar. Yo los ben tener; porque este manjar es de la
he visto comer algunas veces á los indios Tierra-Firme , é decir se ha dónde le es-
en aquella tierra, é no vi en mi vida man- timan é usan del tan comunmente, como
jar que mas asco me diesse ni que peor en España el pan, ó la vaca, ó otra co-
me paresçiesse : de lo qual se reian mu- sa de las mas comunes al mantenimiento
cho los indios, porque les paresçia gran- de los hombres.
de ynorançia la mia no paresçerme bien
Comiença el libro décimo quarto de la Natural y general historia de las Indias,
islas y Tierra-Firme del mar Océano : el quai tracta de las aves.
PROHEMIO.
CAPITULO I.
En el qual se Iracta de las aves que se veen por la mar en el via¡«> < (l^silo Bspsña á •
c desde ellas á España, c de las que se loman en las naos i siguiendo su^ vi
\ lu ando de España venimos á estas In- baxan las ondas, aunque haya fortuna ó
dias, véense por todo el viaje unos páxa- ande brava la mar , por tomar aquellos
Tos negros muy grandes voladores, é an- pescados voladores que dixe ( en el li-
dan á rayz ó junto á las ondas de la mar, bro XIII, capítulo IV), u otros algunos
y es cosa mucho de ver su velocidad é pescados. Aquestas aves, quando quieren,
quan diestros andan, assi como suben ó se assientan en el agua é tóraanae ;i le-
440 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
vantar á hacer su officio, como he.dicho. ojos, é los cuchillos de las alas negros.
Llámanlos los marineros patines , é son Quando las naos están á doscientas
pequeñas aves. leguas ó menos, viniendo en demanda
Véense assi mismo en este viaje unas destas Indias desde España, se ven otras
aves blancas del tamaño ó mayores que aves que llaman rabihorcados. Estas son
palomas torcaças. Son grandes volado- grandes aves al paresçer é vuelan mu-
res, é tienen la cola luenga é muy delga- cho, é lo mas continuo andan altos; son
da, por lo qual le llaman rabo de junco; negros é quassi de rapiña. Tienen muy
é véense las mas veces á medio camino, largos é delgados vuelos, é muy agudos
ó andada algo mas de la mitad de la na- los codos ó encuentros de las alas, en
vegación hacia estas partes. Pero ave es los quales y en la cola son mas conosçi-
de tierra, segund todos diçen, é yo assi das aves en el ayre que todas las que yo
creo que todas las aves son de la tierra, he visto, estando altas. Tienen la cola
pues de nesçessidad se han de criar en mayor é mucho mas hendida que los mi-
ella é nasçer fuera del agua. Algunas des- lanos, é por esto los llamaron rabihor-
tas^ aves no son del todo blancas, digo cados. Algunas destas aves tienen la co-
destas que llaman rabo de junco; pero lor de un negro, que tira á pardo rubio,
tienen el plumaje mezclado con pardo. y el pecho é la cabeça blanca y el papo
É tienen la cola como paloma, algo mas abutardado de leonado. Y el vuelo suyo
corta é redonda, é de la mitad delia sale es como el del milano, quando vuela ses-
una pluma delgada é luenga, mas de un go, porque estos rabihorcados poquíssi-
palmo mayor que todas las de la cola ; é mas veces baten las alas : las piernas tie-
assi, quando va volando, toda la cola pa- nen delgadas é amarillas é cortas, é los
resçe una sola pluma luenga , é por esto dedos como de paloma. Hay otros destos
se le dio el nombre que tiene; pero quando que, como se dixo de suso, son todos ne-
en el ayre quiere tullir, abre la cola, é gros, é tienen el pico luengo, los unos é
assi muestra las otras plumas menores los otros mayor que el de una gavina,
della. La tercera vez que vine á estas In- mas de aquella mesma hechura, al cabo
dias, vimos muchos hombres una destas ó extremo del algo grosseçuelo é retor-
aves toda blanca , y en la mitad del ca- nado un poco para abaxo. Yo he visto
mino é mar que hay desde España á las estas aves mas de doscientas leguas den-
islas de Canaria, en elgolpho que llaman tro en la mar; pero en la Tierra-Firme
de las Yeguas : de lo qual todos los ma- hay muchos mas sin comparación que no
rineros se maravillaron mucho é dixeron en estas islas.
que nunca avian visto ni oydo decir que Dicen los indios de la provincia de
semejantes aves se oviessen visto tan cer- Cueva, que el unto y enxundias de aques-
ca de España ; porque donde mas con- tas aves es muy bueno, para deshacer las
tinuamente se suelen ver es á trescientas señales del rostro é de las heridas, é
é cincuenta leguas ó poco mas, antes de para unciones de piernas ó bracos que
llegar á las islas Dominica, é la Desseada, se secan, é para otros males y enferme-
é la de Guadalupe, é las de aquel para- dades. Témanse con dificultad, sino es
je que están á ciento é cinqüenla le- en algunas isletas yermas, donde suelen
guas antes que lleguen á esta çibdad de criar, siendo nuevos. En la cibdad de Pa-
Sancto Domingo de la Isla Española. namá , año de mili é quinientos é veynte
Las aves destas que tienen el pluma- y nueve, acaesció que uno destos rabi-
je blanco, tienen el pico colorado é los horcados baxó á un corral, donde avia
DE INDIAS. LIB. XIV. GAP. I. 441
muchas sardinas á curar al sol, porque loma, é después de pelados, quedan muy
estas aves son amigas de tal pescado, é menores que una paloma pelada. Tienen
por caso un negro le dio, con un palo las alas luengas, é son de dos maneras
que se halló en la mano, tal golpe en una ó especies estas aves, porque las unas
ala que se la quebró é cayó alli : y era tienen el plumaje que he dicho, é las
de los grandes, é yo lo tuve en las ma- otras le tienen pardo que tira á color ne-
nos, é la carne del, después de pelado, gra, é la frente pardilla y el pico é los
era poco mas que la que tiene una palo- ojos negros, y las piernas é manos assi
ma, y estando con la pluma hace muy mesmo ; pero de hechura de las de los pa-
mayor bulto que un milano. É son los tos, y el pico algo luengo é delgado. Yo
vuelos de esta ave tan grandes que no he comido destos segundos é son buenos;
pudiera yo creer lo que alli vi por expe- pero hánlos de dessollar primero, non
riencia á ninguno que tal me dixera; obstante lo qual tienen algund olor de
porque muchos hombres de buenos cuer- pescado. Son tan simples que muchas ve-
pos, extendidos los bracos, probaron si al- ces acaesçe que saca un hombre el braco
cançarian con su braca de punta á punta tendido fuera del navio é se assientan en
de las alas deste rabihorcado que he di- la mano, en siendo de noche, penssando
cho, teniéndolas abiertas é tendidas, é que es algund palo ; é de aqui se les dio
con mas de quatro dedos ninguno alcan- el nombre de bobos. Tienen los ojos her-
cé: é quien los vé volando altos en el mosos é negros; y el mas proprio grandor
ayre, ternia lo que digo por cosa no de aquesta ave es como el de los grajos
creedera. No ignoraba Plinio * que las de España, é aquel pardo que tienen tira
aves todas que han grandes alas, tienen algo á leonado. Tómanse muchos entre
pequeño cuerpo. estas islas é la Tierra-Firme.
Hay otras aves que se hallan en la mar Topan assi mesmo las naos, desque
oçéana, que se llaman páxaros bobos. están ya cerca de las Indias, otras aves
Estos son menores que gaviotas : tienen que llaman alcatraces: estos son de muchas
los pies como ánades é pósanse en el maneras. Algunos del tamaño de los cuer-
agua, quando quieren. Hállanse viniendo vos marinos é otros algo menores : algu-
de España, quando las naos son á ciento nos negros que tiran al color pardo, é
é menos leguas de las islas primeras des- otros pardos é blancos alcoholados, é de
tas Indias que he dicho; é viénense estas otros plumajes. Otros hay negros pardos
aves á los navios é siéntanse en las ga- que tienen las cabeças blancas con algu-
vias y entenas, é son tan bobas y espe- nas plumas en ellas coloradas. Todas es-
ran tanto que las toman muchas veces á tas aves, dichas alcatraces, salen mucho á
manos, ó con un laço en la punta de un la mar, é todas tienen los pies como ánsa-
dardo ú otra asta corta. Son negros é res ó ánades, porque son aves marítimas y
sobre esta color tienen la cabeça y espal- exerçiladas en la pesquería, yesel pesca-
das de un plumaje pardo escuro : no son dora especíale ordinario mantenimiento.
buenos de comer, é tienen mucho bulto Assi que, estas cinco maneras ó di-
en la pluma, en respeto de su poca carne: ferencias de aves se hallan desde Es-
dessuéllanlos los marineros é cómenlos paña á las Indias, demás de muchas ga-
cocidos ó assados. Estando con la plu- viólas é algunas gavinas; pero cerca ó
ma, son quassi tan grandes como una pa- junto á las islas de Canaria, é á las de
CAPITULO II.
Que tracla de las aves que hay en esta isla semejantes á las de nuestra España, que son acá naturales assi
mismo y desta tierra.
JHay en esta isla de Hayti ó Española aqui porque son de la condición é officio
muchas palomas torcaças, é de las cori- de los milanos, no porque les parezcan
tas por consiguiente ( pero menores las en mas del officio del hurtar los pollos,
unas é las otras que las de España cada porque en el plumaje, ni division de la
una en su especie); tórtolas muy buenas, cola, ni en la cabeça no les paresçen.
de tres ó quatro maneras, é unas mayo- Pero son muy armados, y el plumaje des-
res que las^otras; golondrinas, mayores tos guaraguaos es como el del borní,
que las de España ; pero no tienen rubio salvo que estos tienen los ojos colorados.
el cuello ni las cabeças, ni la cola tan Lechugas; alcatraces de muchas maneras;
hendida, y el canto de las golondrinas águilas blancas de agua (digo de agua,
de acá es mas sordo é no tai como el de porque se exerçitan en la pesquería); cau-
las de nuestra España, ni crian tan do- dones; gaviotas; gavinas, pero pocas;
mésticamente en las casas acá; é debe, gallillos; calamones; cernícalos; carpin-
ser porque há poco tiempo que acá se teros , del tamaño de los çorçales ó tor-
han fundado casas de piedra. Con todo dos. Tienen estos carpinteros el cogote
ya comiençan á criar en la iglesia mayor colorado, y encima de la cola también
desta cibdad y en el monesterio de los coloradas algunas plumas, é todo el res-
frayles de Sancto Domingo desta cibdad. to es pintado al través, á carreras negras
Hay assi mismo vencejos y en mucha é verdes cada una por sí, y el verde tira
cantidad ; garças reales ; garçotas ; hal- algo á amarillo. Aquestas aves hacen en
cones; neblís é muy buenos, algo mas las palmas y otros árboles un agujero con
negros que los que en España é Italia el pico, é de dentro labran é vacuan lo
suelen yr ; acores grandes é muy hermo- que les conviene dexar hueco, en que ha-
sos ; águilas pequeñas ; guaraguaos ; es- cen sus nidos é morada. No sé si es
tos no los hay en España, pero púselos aqueste el páxaro que en España se dice
DE INDIAS. LIB. XIV. CAP. II. 443
pito, porque he oydo decir que el pito rables cuervos marinos, é los esmerejo-
cria assi. Hay muchas ánsares de passo nes son de todas raleas. Hay aberramias;
bravas y es el passo délias por deçiem- pero las destas Indias tienen el plumaje
bre. Muchos páxaros hay acá de los que de color encarnado y el pico no tan luen-
en España andan por los sotos, é cantan go, como las de Castilla. Todas estas aves,
bien (que no les saben acá los nombres), é de que he hecho mención en este capí-
también hay ruyseñores que en el canto tulo, son naturales en esta isla, assi como
son cosa de oyr y de muy dulce melodía, en España, é todas ellas las hay en estas
aunque no hacen tantas diferencias, como islas, y en la Tierra-Firme estas é otras
los de España, en el cantar. Hay innume- muy mas en abundancia.
CAPITULO 111.
De las aves que se han Iraydo de España, que en esta isla é* Indias no las avia.
Hlánse traydo á esta isla é á las otras chripslianos. Hánse traydo algunos pavos
comarcanas é á la Nueva España é á la de los de Castilla ; pero no se hacen ni
Tierra-Firme muchas gallinas é gallos de multiplican bien, como en España. Y lo
los nuestros de España, é hánse hecho mesmo digo de las ánsares de Castilla,
muy bien y en grande abundancia, é hay porque las que acá vienen no multipli-
muchos é muy hermosos capones y en can ni se dan tan bien como allá, aunque
gran cantidad en todas estas partes é In- hay algunas ánades de las caseras de
dias. Hánse traydo muchas palomas duen- Castilla que se han traydo assi mismo, é
das , é críanse bien é hay muchas délias hánse hecho muy bien é hay muchas dé-
en esta cibdad, en muchas casas y en los lias, puesto que destas hay acá naturales
heredamientos é otras partes de aquesta infinitas, pero mas chiquitas.
Isla Española, donde hay poblaciones de
CAPITULO IV.
De las aves que hay en esta Isla Española, las quales no hay en España ni allá se crian.
FI lay muchas maneras de papagayos en neras , assi en esta como en las otras is-
las; pero porque en la Tierra-Firme hay
esta isla , assi de los verdes, tamaños ó
mayores que palomas (que tienen un mucha mas cantidad é diversidad destos
flueco de plumas blancas en el nasçimien- papagayos, allí se dirá lo que aqui no se
to del pico), como de los otros del mismo face ; porque á la verdad, en esta isla no
tamaño é verdes que tienen aquel flueco los hay tantos ni de mas diferencias de
que he dicho, pero colorado, como un las que se dixo de suso. Verdad es que
carmesí. Hay otros menores, de colas hay unos paxaritos todos verdes, no ma-
luengas, é los codillos ó encuentros de yores que los xilgueritos de Castilla ; pero
las alas é los sobacos colorados, é todo aquellos, aunque sean verdes, no son
el restante dellos verde , é aquestos se papagayos. Creo yo que en la Tierra-
llaman jcaxabes. Otros hay de otras ma- Firme passan de ciento é mas diferencias
444 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
en los plumajes de los papagayos, é lo- cabeça del dedo pulgar de la mano. Este
dos ó los mas dellos son muy conformes no le he visto en esta isla ; pero dícenme
ó quassi en la hechura, excepto en el ta- que aqui los hay, é por esso dexo de ha-
maño é colores de plumas ; pero en los blar en él, para lo decir donde los he
picos y en la torpeça y hechura de los visto, que es en la Tierra-Firme, quando
pies, muy semejantes los unos á los otros. dolíase tracte. Otros páxaros hay de mu-
Hay assi mesmo en esta isla unos paxari- chas colores é que cantan muy bien é de
tostan negros como un terciopelo negro, diferentes voces ó manera de cantar : é
muy bueno ; é son tan pequeños, que nin- porque desto basta lo que está dicho,
gunos he yo visto en indias menores, ex- diré de algunas aves en particular, que
cepto el que acá se llama páxaro mos- son mas notables é cosas para encomen-
quito: el qual es tan pequeño, que el dar á la memoria.
bulto del es menos harto ó asaz que la
CAPITULO V.
De los páxaros comuneros, ó que viven muchos junios en comunidad.
Hay en esta isla un género de páxaros ave de las grandes, aunque sea de ra-
algo menores que los que en Castilla lla- piña , como los guaraguos que tengo di-
man gorriones ó pardales, é parésçenles cho que se comen acá los pollos (é aun
algo en el plumaje é diligencia, é son no las gallinas), salen á esquadrones estos
menos astutos ó maliciosos. Estos son de páxaros con gran ruydo , é golpeante tan
grande ánimo en quadrilla é ayuntamien- atrevida é denodadamente, que no hay
to. Su color é plumaje es pardillo gris, y abispas ni otra cosa semejante tan eno-
hacen un nido tan grande ó mayor que josa ni tan continua, hasta que k ha-
los que suelen hacer las cigüeñas en los cen huyr, é aun aviéndole dado assaz
campanarios é torres de Castilla. Estos repelones é sacádole las plumas. Final-
hacen de rama de tal manera compues- mente , que cerca de donde aquestos ni-
tos y entretexidos é recios, que es admi- dos están; assi se guardan é apartan las
ración grande, segund estas aves son chi- otras aves dellos, como se apartan los
quitas: é alli dentro en aquel su nido hombres de los abisperos. Y es cierto que
tienen sus diferencias ó divididos aparta- es cosa mucho de ver, quando tienen
mientos é celdas, donde distintos crian; alguna diferencia destas con los cami-
y por lo menos tiene un nido de aques- nantes, digo con las otras aves de passo
tos doscientos ó trescientos páxaros. Ési que acaso se aciertan por alfrá buscar la
por caso atraviessa porahy cerca alguna vida.
CAPITULO VI.
De los alcatraces grandes que hay en esta Isla Española y en todas las otras islas y costas de la
Tierra-Firme.
Uicho y escripto tengo algunas diferen- llos hay en las costas de la mar en Espa-
cias de aves que están debaxo del nom- ña; pero de los que agora diré, yo no los
bre de alcatraces, é de algunos de aque- he visto ni creo que ahy haya , sino en
DE INDIAS. LIB. XlV. CAP. Vf. 443
estas partes, ni lie oydo deçir que los nia los pies é todo lo demás, como estos
haya en otras. Son estos alcatraces, de alcatraces en quien yo hablo, salvo que
quien agora hablo, como grandes ansaro- no tenia el papo que digo que tienen los
nes, é son todos pardos, é las plumas de acá ; pero era mayor ave aquella y de
mayores de sus alas son negras en los mas hermoso plumaje é mayor pico, pero
cuchillos é maestras. Los pies tienen como no le abria tanto; porque como tengo
de patos; pero tienen esta diferencia: dicho, no tenia aquella el papo de la
que tienen un garrón en los talones, é forma que estos alcatraces de acá. Los
desde aquel tienen continuada aquella tela quales, quando vuelan , se suben en alto
de la pata á los otros dedos. Assi que, é tienen muy buena visla, é déxanse
aquella pala es muy mayor que lo seria caer juntadas las alas en la mar, é viene
sin aquello, ó que lo son las patas de los hecho un ovillo, y del golpe que dá,
ansarones. Tiene un pico tan grande como es grande, salta mucho el agua
como dos palmos de luengo, é á par de la para arriba, y él toma el pexe é sale
cabeça es tan ancho ó mas que una mano luego para suso sentado en el agua, é
de hombre, é desde alli se va disminu- trágaselo. É tórnase á levantar é subir
yendo hasta la punta ó fin del pico ; pero en alto, é hace otra é otras muchas ve-
en el extremo, donde es mas delgado, ces lo mesmo : é desta manera anda pes-
queda mas ancho que el dedo pulgar, é cando en las cosías y en los rios, dó en-
de alli declina algo para abaxo, de ma- tran en la mar, y en el de aquesta cib-
nera de uña. É aquello de la parte supe- dad cada dia muchos dellos junto á la
rior del pico todo es duro , é la mandí- ribera : é digo tan junto, que lia pocos
bula baxa se abre tanto é hace un papo dias que un escudero de los que yo aqui
que le va hasta el pecho : é cómo tiene tengo en guarda desta fortaleza de Sancto
el cuello grande, yo he visto algunas ve- Domingo, buen ballestero, tiró á un al-
ces meterle en el papo un sayo de un catraz deslos desde dentro desta casa, e
hombre, é algunas veces una capa, é al- le quebró un ala, estando sentado en
gunas veces dos y tres jubones é çapatos una peña, al pié de la fortaleza. Y estos
é bonetes media docena dellos. Son en el hombres de casa en mi presencia le me-
pecho de plumaje blanco, é quando vue- tieron en el papo un sayo de un paje mió,
lan llevan cogido el cuello y el pico pe- con harto faldaje é mangas anchas; y no
gado , de manera que paresçe que no tie- era de los mayores el alcatraz, porque
nen pescueço. En fin, esta ave puesta en no era viejo; y esto es muy notorio acá:
tierra y extendido el cuello, paresçe mu- que una capa, si está unpocorayda,y lo
cho á una grande ave que yo vi en Flan- que tengo dicho les cabe en el papo á
des, en Bruselas, en el palacio del Em- estas aves. É assi quando los matan, les
perador Rey, nuestro señor, año de mili hallan en el vientre, y ellos por sí en
é quinientos diez y seys ; é acuerdóme siendo heridos regetan é lançan el pes-
que la llamaban hayna, y que estando cado que avian comido ; é algunas veces
un dia comiendo Su Magestad en la gran es tanto, que podrían largamente comer
sala, le truxeron en su Real presencia de dos hombres é tres con otro tanto. Al-
comer á aquella ave en una caldera de gunas veces con nesçessidad los chrips-
agua ciertos pescados vivos, é los comió lianos han comido estos alcatraces; pero
assi enteros, como estos alcatraces que no los han por buen manjar, porque sa-
digo suelen hacer los que toman. Aquella ben al pescado é huelen mucho al ma-
ave yo creo que era de mar, é tales te- risco.
44G HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO Vil.
De las aves nolurt as que hay en esta Isla Española.
CAPITULO VIII.
De las grúas y perdices ó loriólas de la isla de Cuba ó Fcrnandina.
CAPITULO IX.
Del passo de las aves que suelen passai- por la isla de Cuba, é muy ordinariamente los mas años alravies-
san la mar que hay entrella y la Tierra-Firme; é passan sobre la Tierra-Firme la vuelta del viento Sueste.
JLrixe en el capítulo de suso que aqui mas é menos desde la mañana hasta ser
diría del passo de las aves. Digo que de noche : é va el cielo quassi cubierto
quassi al fin de la isla de Cuba sobrella de innumerables aves muy altas, en tan-
passan muchos años innumerables aves ta manera que muchas délias se pierden
de diversos géneros é vienen de la parte de vista, é otras van muy baxas respeto
de hacia el rio de las Palmas que confi- de las mas altas ; pero harto mas altas que
na con la Nueva España é de la vanda las cumbres e montes déla tierra. E van
del Norte sobre la Tierra-Firme, é atra- continuadamente en seguimiento ó al
viessan sobre las islas de los Alacranes é luengo desde la parle del Norueste ó del
sobre la de Cuba, y passado el golpho Norte septentrional, como he dicho, á la
que hay entre estas islas y la Tierra-Fir- del Mediodía, y de allí para arriba al
me, passan á la mar del Sur. Yo las he Sueste : é atraviessan todo lo que del
visto passar sobre el Darien, que es en cielo se puede ver en longitud de su via-
el golpho de Urabá, é sobre el Nombre je , que hacen estas aves, y en latitud ó
de Dios é Panamá en la Tierra-Firme, en de anchura ocupan muy grande parte de
diversos años : é paresçe que va el cielo lo que se puede ver del cielo. Las que
cubierto délias, y tardan en passar un destas aves mas baxan para tierra, son
mes ó mas; é hay desde el Darien al Nom- unas aguilillas negras é otras medianas,
bre de Dios ó Panamá ochenta leguas pero también águilas reales, é otras aves
grandes. É yo he visto este passo en to- de muchas maneras é algunas muy gran-
das tres partes en la Tierra-Firme algu- des: é todas ellas paresçen de rapiña,
nos años : é vienen de hacia la parte de aunque las diferencias délias son muchas
Cuba é de donde tengo dicho é atravies- y los plumajes diversos de algunas, en las
san la Tierra-Firme, é paresçe que se van que quieren abaxar, porque en las altas
hacia lo mas ancho de la tierra la via del no se puede considerar la pluma ni dis-
Sueste. Y pues que no vienen continuada- cernerlo la vista. Mas en la forma del vo-
mente un año tras otro, é no las vemos lar é batir las alas y en la grandeça é di-
volver en ningún tiempo del año hacia ferencia de su talle 6 proporción é lama-
el Poniente ó Norte, creo que las que ño se conosçe claramente que son de
tornan á venir despues, son aquellas mes- muchas é diversas raleas é géneros. Pero
mas , ó las que quedan délias ó proceden porque aquesto desle passo de aves loca
de las primeras, é dan la vuelta al uni- á las cosas de la Tierra-Firme , quede lo
verso é le circuyen en rededor por el ca- demás para quando se tracte della, en la
mino que he dicho. segunda parte desta Historia general é na-
Este viaje hacen en el mes de marco turia de Indias.
por espacio de veynte é treynta dias é
418 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO X.
De una ave, ó quassi monstruo entre las aves, que hay en esta Isla Española y en las oirás islas dcstas parles.
iluise guardar para este último capítulo Y quando los pescados salen sobreagua-
de las aves desta Isla Española y de las dos y cerca de la superficie del agua, es-
otras á ella circunstantes una ave, muy ta ave se dexa caer de alto, donde anda
nueva cosa á mis ojos é por mí nunca volando, é afierra con aquellas presas é
oyda, ni leyda otra semejante en parte uñas de la mano derecha el pescado : é
alguna del mundo ; y á mi paresçer es si quiere estarse sobre el agua sentada
cosa muy notable é de admiración , y con el otro pié que tiene como de pato,
acá en estas partes y en especial en es- se está queda é come su pescado ; é si
tas islas muchas veces vista é notoria. no lo quiere hacer assi, levántase é llé-
Esta es una ave del tamaño de una gran- vaselo en lab uñas é cómeselo en el ayre
de gavina, y el plumaje quassi de aque- á vuelo ó sobre una peña ó árbol, donde
lla forma blanco, mezclado de pardo, y le paresçe é quiere sentarse. Yo no he
el pico de la manera de la gavina ; pero visto ni oydo ni leydo cosa tan desse-
mas agudo. Esta ave se puede decir que mejante ni tan apartada de todas las otras
es de rapiña en el campo y en el agua; aves del mundo, como aquesta, ni en tanto
porque assi puede mantenerse é cacar en extremo diferenciada ; porque, como he
la tierra, como pescar en la mar é los nos. dicho es ave de tierra é de mar, porque
Tiene el pié izquierdo como ánade ó pato segund algunos dicen, también se ceba en
y essotros páxaros ó aves que andan en la tierra de algunas aves pequeñas ó de
la mar, y con aquel se assienta, quando lagartijas é otras cosas ó manjares ter-
quiere, en el agua é se está sobrella co- restres semejantes. En esta isla y en la
mo un ánsar ó ánade : é la mano dere- de Sanct Johan y las otras destas par-
cha es de presa, como la suele tener un tes se han visto y se veen muchas veces
buen açer ó un sacre, ó una de las aves aquestas aves: los chripstianos las lla-
que mejor armada puede estar de uñas. man acores de agua.
Comiença el libro décimo quinto de la primera parte de la Natural y General his-
toria de las Indias, Islas y Tierra-Firme del mar Océano : el quai tracta de los ani-
males insectos.
PROHEMIO.
|_jos animales insectos ó ceñidos, assi es capaz, para horadar la piel, é aca-
como cigarras, hormigas, abispas y sus nalada, para chupar la sangre? Qué dien-
semejantes, serán la materia, de que se tes (de los quales da testimonio el son)
trac tara en este décimo quinto libro, los ha dado al tarlo para horadar qualquie-
quales, como dice Plinio *, es opinion ra leño duro, porque ha querido que se
de algunos que no alientan ni tienen san- apaciente de madera? Mas nosotros nos
gre. Llámalos insectos, porque son corta- maravillamos de los hombros de los de-
dos ó recintos en el cuello, ó en el pe- pilantes, con los quales llevan las tor-
cho , ó en las otras partes ó lugares de res , é de los cuellos de los toros, é de
sus coyunturas; y maravíllase mucho có- la rapiña de los tigres, é de las crines
mo en tan pequeña cosa puede aver al- de los leones ; y non obstante esto, la na-
guna raçon ó potencia; é quán inextri- tura es assi dolada en los pequeños como
cable ó no comprehensible es la perfiçion en los grandes. Y por tanto ruega el Pli-
de los tales, porque dice que ¿dónde pudo nio en el principio de su libro XI á aque-
colocar la natura tanto sentido en el mos- llos que leen sus cosas, que puesto que mu
quito, dicho çançal (que es el que canta), chos destos animales sean en despreçio-
puesto que hay otros menores? Dónde les no hayan en fastidio las cosas que dellos
puso la vista ; dónde el gusto ; dónde el él refiere ; porque en la contemplación do
olor; dónde engendró tan terrible voz, en la natura no puede ser cosa supérflua.
comparación de tan pequeño cuerpo? Con Por cierto todo lo que es dicho fué
qué subtilidad le pegó las alas é le hiço considerado é apuntado, como de va-
aquellas luengas piernas, y el vientre rón tan señalado é doto ; pues que en las
ayuno y desseoso de sangre humana, ó obras de natura tan maravillosas cosas
con qué artificio le agucó el aguja, é aun- vemos por nuestros ojos é tocamos con
que aquella es tan sotil que no se vee, nuestras manos, que una sola basta á te-
CAPITULO I.
De los animales insectos que hay en esta Isla Española, é primeramente de las hormigas y del coroixen.
JLfiçe aquel único auctor de la Natural pués que en esta disputación ha dicho al^
Historia * las opiniones que algunos tie- gunas cosas, como natural investigador de
nen , diciendo que las hormigas é abispas tales secretos, dice que confiessa que no
ó los semejantes no tienen sangre; por- tienen sangre, como otros animales. Assi
que quien no tiene coraçon ni hígado, no como la serpiente, la qual, en lugar ó en
tiene sangre, é assi no alienta quien no cambio de la sangre tiene tinta, é la púr-
tiene pulmón. É desto nasçe grande con- pura tiene aquel xugo con que se tiñen
tención , porque vemos el murmurar de las vestiduras, assi aquel humor que han
las abejas y el cantar de las cigarras; é assi estos insectos, qualesquier que sean, le
dice Plinio que quando contempla la na- han en lugar de sangre. É dice mas el
tura, ella le persuade á que ninguna cosa sobredicho auctor: que cada uno estime lo
estime ser increyble de sus obras. Y des- que le paresçiere, porque su propóssito
CAPITULO II.
De la escolopendra ó cíenlo pies, y de las diferentes maneras deste animal, y de los gusanos de muchos
pies.
Hay en esta Isla Española muchas ma- nos y de diferentes maneras é de muchos
neras de escolopendras ó ciento pies, por- pies; pero los tales se acaban presto,
que unos hay delgados é tan luengos co- porque estos no vienen, sinoquando Hue-
mo un dedo , é de aquella mesma manera ve é hace mas calor de la acostumbrada,
que los de España, é aquestos pican é dan é assi, cessando aquella, no paresçen;
assaz dolor. Uay otros menores é mas mas en tanto que turan, cómenselos mahi-
gruesos é vellosos, é son mas poncoño- çales é hacen daño en los heredamientos.
sos é muy pintados y enconados, é tienen Hay otros gusanos tan luengos como me-
la cabeça colorada. Algunos otros, aun- dio dedo , é delgados , y de muchos pies,
que son pintados y vellosos, tienen la ca- y relucen mucho de noche, y dan clari-
beça negra é unas rayas ó listas negras dad á par de sí, por donde passan, y se
de luengo á luengo; é aquestos se tienen veen desde cinqüenla ó cien passos des-
por los peores. Hay otros muchos gusa- viado: é no resplandesçe todo el gusano,
454 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
sino los nasçimientos ó junturas de donde dedo; é cierto en verle paresçe que es
les salen los bracos del cuerpo, é aquella de temer. Es velloso é tiene unos perfi-
claridad es muy clara. Hay otros gusanos les ó rayas de color leonado, de donde
que son en todo lo que es dicho á estos les salen las piernas, y ellas é los cuer-
muy semejantes en el tamaño é relum- nos leonados, y el cuerpo de una color
brar de la forma ya dicha; pero tienen mas escura. No he visto quexar á ningu-
otra gran diferencia, y es que la cabeça no de su bocado, aunque es animal de
relumbra assi mismo, pero la claridad de mala vista ; é yo no le querria ver, por-
la cabeça es como muy viva é colorada que aunque no haga daño, paresçe que
y encendida brasa. no se puede sospechar del sino mal, y
En esta cibdad de Sancto Domingo he que hará peor que otros. Hállase muchas
visto muchas veces algunos de los ciento veces por las casas desta cibdad; mas
pies ó escolopendras tan luengas ó mas como tengo dicho, nunca oy que á nin-
como un palmo, é tan anchas como un guno picasse.
CAPITULO III.
De las abispas, y calabrones, y moscas, y tábanos, y sus semejantes.
lTlucha raçon fuera que primero que al- poco de color leonado. Estas hacen sus
guna cosa de las que se han dicho en este panales en los árboles ; pero ni son de
libro XV, se escribiera de las abejas, pues çera ni tienen miel, sino secos como los
ques animal tan provechoso é tan nota- hacen en España é dó quiera que hay
do en el mundo, y de que tanta utilidad abispas. Las que llaman calabrones, dice
se sigue de su fructo, assi como es la Plinio * que crian ó hacen sus celdas de-
miel y la cera, cosas muy nesçessarias é baxo de tierra ; y dessas hay hartas en
dignas de estimación. Pero en esta Isla esta isla, é las que pican destas, escuece
Española no hay abejas ni las he visto ni ó duele mucho mas que el dolor de las
he oydo decir que las haya. En la Tierra- otras abispas.
Firme si hay muchas y de muchas mane- Moscas hay de muchas nerasma, y de
ras é diferencias, assi en el animal é for- las de España que solía aver poquíssi-
ma de la misma abeja, como en el sabor mas ó quassi ningunas, ya las hay 6
é color de la miel y en la diferencia de muchas, aunque no tantas como en Es-
la çera. Quando se tracte de aquellas par- paña; pero mas enojosas é porfiadas é
tes, se dirá todo lo que en ello oviere yo pican mas recio. Hay otras menores y
visto, que es mucho. estas no las hay en todos tiempos, como
Agora diré de las abispas que hay las que dixe primero. Hay otras mos-
en esta isla, que son muchas é ma- cas que andan por los árboles y por el
las é poncoñosas é dan mucho dolor, campo: unas verdes é pequeñas y otras
quando pican. Andan muchas en los de tantas maneras é diferencias, que es
campos é bosques por los árboles, é cosa para no se poder acabar de escre-
son assi como las de Castilla é algo ma- bir; pero entre las otras hay unas mos-
yores ; y las alas sobre lo amarillo tie- cas verdes é pintadas, tamañas como abe-
nen en las puntas algunas délias un jas é crian en tierra é hacen en el suelo
CAPITULO IV.
De los animales nasçidos en la madera y engendrados de diversas maneras, y de la broma.
Animales hay que por la lluvia se en- gruesos como el dedo, é paran las tablas
gendran en la tierra é otros en la made- de los navios como un panal de abejas ó
ra : ni solamente estos nasçen assi, pero como una esponja, todo comido é de tal
aun los tábanos donde hay mucho hu- manera que, salidos después á la mar, se
mor, é como dice Plinio1, dentro del anegan las naos é se han perdido muchas
hombre nasçen lombrices é gusanos y en veces la gente é marineros. Y es cosa
las carnes muertas. Mas ¿para qué quiero que anda muy á la mano é lo vemos
yo probar con Plinio ni otro antiguo auc- acaesçer mas veçes de las que querría-
tor las cosas que cada dia vemos é son mos. Desta especie ó género es el tarlo,f
notorias á todos los hombres? Volvamos que es aquel gusano que en Castilla se
á estos animales que se engendran en la llama carcoma que hace la madera polvo
madera, que no es pequeña pestilencia é la trasciende é destruye : cosa es muy
en estas partes; y á estos tales gusanos vista é notoria. Y de la mesma manera,
llamamos broma, en especial á aquellos cómo esta tierra es muy humidíssima, se
que en los navios se crian de las cintas pierden presto las maderas en esta cibdad
abaxo y en los planes dellos é donde to- de Sancto Domingo yen estas islas otras,
can las aguas; é labran é comen de ma- pobladas de chripstianos, despues que
nera que sin ver su labor, no se puede las han puesto en los edefiçios; y es mas
creer ni encaresçer: é hablaré en esto, vieja una casa acá (en quanto á la made-
como testigo de vista é como en cosa ra) en treynta años que en España en
que es acá muy común. Dicen algunos ciento. Esto se vé por estas casas nues-
que este gusano se entra en el agua en tras que todas son modernas y de poco
los navios : otros creen que se cria en la tiempo acá fundadas, y están como he di-
propria madera, é aquesto creo yo mas cho tales las maderas, que en Castilla es-
é que la humedad del agua é dispusiçion tuvieran mejores con el pino que allá se
del leño é la potencia del sol son los ma- usa, aunque oviera ciento é cinqüenla
teriales , de que se forman con el tiempo años que se edificaran. Dice el protono-
tales animales naturalmente en estas par- tario Pedro Mártir, en la chronica ó deca-
tes , porque sin aver esto en los navios, se das que escribió destas cosas de Indias
vé lo mesmo en las pipas é vasijas de (sin las ver), el qual tractado intituló de
madera que tienen agua ó vino. El caso Orbe novo, que hay ciertos árboles que
es que, de qualquiera manera que este por su amargor no los come la broma
gusano se engendre, es muy chiquito co- acá en estas partes. Lo qual seria muy
mo un hilo de seda muy delgado é pe- provochoso, si fuesse verdad; pero yo he
queño; é después royendo se hacen tan estado en aquella tierra quél dice é no
CAPITULO V.
I>e las cucítracas que en el Andalucía llaman fotutas.
.Lias fatulas son unas cuearaças leona- poblaciones de chripstianos. En teda Es-
das, é assi del tamaño de las que hay paña yo no las he visto sino en el Anda-
prietas en el reyno de Toledo ; pero estas lucía, é desta otra parte de la Sierra Mo-
otras son mas fixeras é vuelan quando rena hacia el Andalucía, cerca ya de Cór-
quieren, é son importunase incontables é doba y de Sevilla, é muchas mas en las
de mal olor. É pocas caxas ó arcas de costas é puertos del Andalucía é del rey-
ropa se pueden excusar délias, porque no de Granada, porque no me paresçe
luego se meten dentro é aun dañan la que se quieren llegar á tierras frias. Tie-
ropa. Dicen algunos que estas no las nen unas alas, como los escarabajos, con
avia en esta cibdad de Sancto Domingo que cubren otras que están debaxo de
ni en esta isla de Hayti ó Española, é aquellas, muy delgadas; é todas son de
que vinieron de España, con las caxas de color leonado, como tengo dicho, pero
los mercaderes ; é assi hay muchas en unas mas escuras que otras.
todas las partes que en estas Indias hay
CAPITULO vi.
Pe los animales que no tienen espiráculo, por donde purgar lo que comen é digisten , sino por la propria bo-
ca, por donde se alimentan.
II açe un capítulo Plinio, en su Natural los crian los bueyes é perros. Por estas
Historia*, de los animales que no han por señas piensso yo que son las garrapatas,
donde purgar, sino la misma boca, por de las quales yo hice breve mención en
donde se paseen é sustentan. É dice que el cap. Ill de suso; pero pues que el ca-
este es en especial un animal que hinca so lo ha ofresçido , digo que demás deste
la cabeça en la sangre y se harta hasta animal hay otro que tiene la misma pro-
que rebienta ; é dice que tales animales priedad. Y son las sanguijuelas bermejas
CAPITULO vir.
I)e los escorpiones que hay en csla Isla Española y las <>iras desto*
CAPITULO V1IT.
!><.• las moscas ó mariposas é semejantes animales que vuelan é relucen de noche ; y en especial de uno^
deslos que en esla isla le llaman los indios cocuyo.
M.
lyiuchas moscas ó mariposas y escara- lexos le vieren é tuvieren nesçessidad de
bajos hay en estas islas todas, que relu- encender alguna candela, vernán pens-
cen de noche é andan volaado, assi sando que es otra encendida, á tomar
como aquellas que en Castilla llaman lu- ala la lumbre. En tal guisa que encerrado
ciérnagas y de otras maneras, que an- en una cámara escura, resplandece tan-
dan en el verano, lo qual hacen assi mis- to que se vee muy bien leer y escrebir
mo en estas partes quassi en todo tiem- una carta; é si juntan quatro ó cinco des-
po , porque acá hay poca diferencia del tos cocuyos é los atan ó ensartan, sirven
dia á la noche, é siempre es templado tanto como una bastante lenterna en el
el tiempo, porque no hay demasiada ca- campo, ó por los montes, é do quiera,
lor é pocas veces se siente frió, sino es siendo noche bien escura. Quando la
corriendo el viento del Norte ó Septen- guerra se hacia en esta Isla Española y
trion en esta Isla Española, é á par de en las otras islas, se servian destas lum-
algunas sierras, que hay muchas. Assi bres los chripstianos é los indios, para no
que destas luçiérnegas acá hay muchas se perder los unos de los otros. Y en es-
é de diversas maneras ; pero pequeñas. pecial los indios, como eran mas dies-
Mas hay una en especial que se llama co- tros para tomar estos animales, hacían
cuyo , que es cosa mucho de notar. Este collares dellos, quando querían ser vistos
es un animal muy noto en esta Isla Es- desde una legua é mas desviados. É assi
pañola y en todas las otras cercanas á en el campo y en la caca de noche, con
ella : el qual es de especie de escaraba- estos cocuyos hacen los hombres lo que
jo, é tan grande como la cabeça del dedo les conviene, sin que el ayre ó viento re-
pulgar ó algo menor. Tiene dos alas du- cio ó agua alguna les quite la lumbre ni
ras , debaxo de las quales están otras dos dexen de ver por donde van. Quando
mas delgadas, que guarda y encubre con y ban de noche á saltear los hombres de
las de encima, quando dexa de volar: tie- guerra en esta isla, poníase el adalid ó
ne los ojos resplandecientes, como can- la guia que yba delante, en seyendo no-
delas, en tal manera que por donde passa che escura, un cocuyo en la cabeça e
volando, torna el ayre vecino tan claro, servia de pharol á toda la otra gente que
como lo suele hacer la lumbre ; é si á pri- le seguía. Esta claridad que tiene en los
ma noche haciendo escuro, traen un co- ojos este animal, la tiene assi mismo en
cuyo en la mano, todos los que desde el lomo, é quando abre las alas para vo-
DE INDIAS. LIB. XV. CAP. VIH. 4G1
lar ó va volando, muestra mas claridad otros dias siguientes. Estregaban é flo-
por lo que descubre que está debaxo dé- tábanse los indios la cara é los pechos
lias , é con aquello dá la mesma luz que con cierta pasta que hacían destos cocu-
los ojos ; é junta la una con la otra, es yos ; é quando estaban en sus fiestas é
mayor claridad, quando vuela. Acostum- querían aver placer, espantando á quien
bran tener presos é retenidos estos co- estaba descuydado ó no sabia lo que era,
cuyos, para el servicio de las casas é ce- paresçia que estaba encendido en fuego
nar de noche á su resplandor, sin aver todo lo que assi estaba untado de aque-
nesçessidad de otra lumbre. É assi lo ha- lla materia ó cocuyo. Assi cómo este ani-
cían también en el tiempo passado algu- mal se va enflaquesçiendo ó muere, assi
nos chripstianos, por no gastar sus dine- poco á poco se va consumiendo aquella
ros en açeyte para los candiles, que era claridad hasta que de todo punto se aca-
en aquella sacón muy caro, ó porque no ba y resuelve en ninguna. É aquesto baste
lo avia. Y quando veian que por enfla- quanto á las luçiérnegas é animales que
quesçerse el cocuyo, ó por la congoxa resplandesçen, de los quales todos, ó de
de su prisión, se amortiguaba ó yba des- los gusanos que dan claridad assi mes-
falleciendo aquella virtud resplandesçien- mo, creo yo que este cocuyo tiene el
te, soltábanlos é tomaban otros para principado en lo que es dicho.
Comiença el libro décimo sexto de la Natural y general historia de las Indias,
islas y Tierra-Firme del mar Océano: el quai tracta de la conquista y población de la
isla de Boriquen, á la qual los chripstianos llaman agora isla de Sanct Johan.
PROHEMIO.
CAPITULO I.
En "que se tracta del assiento de la isla de la Mona é de la de Boriquen, que agora se llama isla de Sanct
Johan, y otras particularidades.
Ajlaman los indios Boriquen á la isla que La parte occidental della está en diez
agora los chripstianos llaman Sanct Johan, é siete grados, é por la parte del Norte
la qual está al Oriente desta Isla Espa- quassi en diez é ocho, é assi vá del leste
ñola , veynte é cinco ó treynta leguas. Y al hueste. Por la parte del Norte es costa
en la mitad deste camino está la isla de brava, excepto la bahía donde agora es-
la Mona, en diez é siete grados de la lí- tá el pueblo principal de ella : todo lo
nia equinoçial, á la parte de nuestro polo demás es peligrosa costa, por ser tra-
ártico : la qual isla de la Mona es muy viessa del Norte. Por la parte del Oriente
pequeña islela, é baxa é llana que po- tiene muchas islas pequeñas é baxas lla-
drá tener de circunferencia tres leguas madas las Vírgines, é por la parte austral
poco mas ó menos; pero es fértil y ha- tiene otras islas pequeñas al luengo de la
bitada de pocos chripstianos é algunos costa, y al Occidente tiene el isleo del
indios, y está á cargo de Francisco de Çicheo que dixe de suso, é aquesta Isla
Barrionuevo, que poco há fue por go- Española, segund he dicho. Es aquesta
bernador de Castilla del Oro. Hay en ella isla muy rica de oro, é háse sacado en
mucha pesqueria é tiene buena agua ; é ella en grand cantidad, é se saca conti-
la granjeria della es de pan del caçabi nuamente, en especial en la costa ó van-
que he dicho, que es el pan de los in- da del Norte. De la parte que esta isla
dios, é buenmahiz. Hay muchos é bue- tiene mirando al Sur, es muy fértil de
nos cangrejos de los colorados, que son mantenimientos de mucho pan de caçabi
mejores que los otros. Y hay muy buena é de mahiz é de todo lo demás que los
hortaliza é hácense alli muy singulares indios cultivaban é tenían en la Isla Es-
melones de los de Castilla ; pero como es pañola; y es de muy buenas pesquerías,
poquita tierra, de lo que mas sirve es en á causa de lo qual vivia é señoreaba en
lo que he dicho, y también porque algunas aquella parte el mayor señor de la isla,
naves hallan alli agua, quando vienen con al qual obedesçian otros muchos caciques.
nesçessidad della. No pararé mas en esto Hay assi mesmo en esta costa del me-
por yr á la de Boriquen ó Sanct Johan que diodía muchos é buenos puertos. En las
está otras doce ó quince leguas adelante, aves é animales é pescados é árboles y
mas al Oriente de la Mona ; en la punta de en el traje ó hábito y en la manera de la
la qual, al Occidente, tiene un isleo redon- gente, no difieren en cosa alguna de lo
do é alto, que se llama Çicheo, el qual es que tengo dicho de la Isla Española, ex-
deshabitado; pero lamesma isla de Sanct cepto que estos indios de Sanct Johan
Johan tiene de longitud cinqüenla é cin- eran flecheros é mas hombres de guerra;
co leguas, pocas mas ó menos; y de la- pero assi andan desnudos é son de la
titud hasta diez y ocho ó veynte, donde mesma color y estaturas. Y la manera de
es mas ancha. É de ahy abaxo en algu- las barcas ó canoas es assi, como se ha
nas partes doçe é quince, segund la for- dicho en lo que he escripto de la Isla
ma é figura que tiene. Española ó Bay ti, y lo que oviere dife-
TOMO I. rí»
466 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
rente á ella se dirá adelante en algunas se dirá adelante. Y el mas occidental rio
cosas particulares. Pero antes que á es- se dice Canuy; pero el mayor de toda la
tas vengamos, diré de la manera que fué isla es Cayrabon, como tengo dicho. Ala
conquistada esta isla por los chripstianos, parte occidental desta isla está una villa
juntamente con algunas cosas notables que se dice Sanct German , en que avrá
que en la pacificación della passaron. hasta cinqüenta vecinos : el puerto della
Esta isla tiene quassi por la mitad de- no es bueno, porque es un ancón ó bahía
lla, tan luenga como es, una hermosa sier- grande desabrigada, en la qual entra un
ra con muchos é muy buenos rios é aguas rio que se diçe Guaorabo. Y en la mesma
en muchas partes della ; pero el mayor é costa del poniente hay otros rios, assi
mas principal entra en la vanda de la como el Aguada é Culibrinas, entre los
mar del Norte é se llama Cayrabon ; otro quales estuvo ya un pueblo llamado Soto-
se dice Tayniabon en la mesma costa mas mayor. Y de la otra parte de Sanct Ger-
al Oriente; otro llaman Bayamon, elqual man hacia el Sur, en la mesma costa del
entra en la bahía que confina con la isla, Poniente están Mayaguex é Coriguex, rios,
en que está assentado el pueblo princi- é mas adelante está la punta que llaman
pal , llamado la cibdad de Sanct Johan de el Cabo Roxo. Y de la vanda del Sur, su-
Puerto-Rico. Porque una ria de agua sa- biendo desde el Occidente, está primero
lada passa de la mesma mar á la dicha ba- una bahía donde estuvo un pueblo que se
hía é dexa dividido aquel espacio é tér- llamó Guanica; y mas al leste está otra
mino en que está al un canto, y en lo bahía redonda y de buen puerto, llamado
mas alto de la costa la dicha cibdad lla- Yauco ; y mas oriental está el rio de Ba-
mada, como la isla, Sanct Johan; y es ramaya; é mas adelante está el rio que
cabeça de obispado é gentil población, y llaman Xacagua, eu frente del qual está
avrá en ella hasta çient vecinos con una una isla llamada Ángulo (puesto que ella
iglesia catedral, de la qual aun vive el es redonda). Y mas al levante, cassi en
primero obispo llamado don Alonso Man- medio de esta costa del Sur, están las sa-
so, religiosa persona é buen perlado. El linas, é delante de ellas está el rio de
qual fué sacristan mayor del sereníssimo Guayama; y mas al oriente está otro rio
príncipe don Johan, mi señor, y des- que se diçe Guaybana; y mas adelante
pués que el príncipe passó desta vida, otro que llaman Guayaney ; y mas ade-
fué por el Cathólico Rey elegido á esta lante otro que se nombra Macao, y ade-
dignidad é obispado en el mesmo tiempo lante , en la frente ó parte de la isla que
que fueron eregidas las iglesias é obis- mira al Levante, está otro rio que se diçe
pados de la Isla Española, año de mili é Fajardo. Todos estos rios de la vanda del
quinientos é once años, y ha seydo hom- Sur é también los de lo parte del Norte
bre de grande exemplo é sancta persona. penden é han sus nasçimientos en la mon-
Hay en esta cibdad de Sanct Johan un taña ó sierra que tengo dicho, que va por
muy gentil monesterio de la Orden de los medio de la isla del leste al hueste, de
Predicadores, é muy bien edificado, luengo á luengo de la tierra toda, é por
aunque no de todo punto acabado. El rio sus vertientes reparte los rios que tengo
mas oriental en la mesma costa y al le- dicho : los quales por la mayor parte son
vante de la dicha cibdad se llama Luysa; pequeños ; mas algunos de ellos son bue-
donde tuvo su assiento una cacica que nos rios, pero todos inferiores ó menores
fué despues chripstiana é se llamó Luysa, que el que se llama Cayrabon, que está
la qual mataron los indios caribes, como de la parte del Norte; é aquesta costa es
DE INDIAS. LIB. XVI. GAP. I. 467
la mas rica de oro en la isla. Y cómo el en la Isla Española, de vacas y ove-
ayre es templado y las aguas naturales jas é puercos, é caballos, é todo lo
las que tengo dicho, es toda la isla ferli- que en los libros precedentes queda es-
líssima; é assi abunda de muchos ga- cripto, en loor de Hay ti ó Isla Espa-
nados de todas las maneras que los hay ñola.
CAPITULO II.
Cómo por mandado del comendador mayor de Alcántara, don frey Nicolás de Ovando, gobernador de la
isla Española, se comencó á poblar de chripslianos la isla de Boriquen {que ngora llamamos de Sanct Johan),
por mano del capilan Johan Ponce de Leon, y de otras particularidades á esto concernientes.
CAPITULO III.
Que tracta del primero pueblo de chripslianos que ovo en la isla de Boriquen ó Sanct Johan, é por qué se
mudó adonde se hiço despues.
Hin el tiempo que Johan Ponce gober- de la mar, el qual intervalo era todo de
naba lo isla de Sanct Johan, hiço el pri- ciénegas é muy trabajoso de traer los
mero pueblo que los chripstianos tuvie- bastimentos á la villa, el fundamento de
ron en agüella isla á la vanda del Norte, la qual ó su principio fué el año de mili
é púsole nombre Caparra. En el qual pue- é quinientos é nueve. Y estuvo aquella
blo hiço una casa de tapias, é andando el república ó villa en pie doce años poco
tiempo hiço otra de piedra ; porque en la mas ó menos, hasta que después se mudó
verdad, era hombre inclinado á poblar y adonde al presente está, que es una vi-
edificar. Mas este pueblo, por la indis- lleta puesta en la mesma bahía donde las
posición del assiento, fué malsano é tra- naos solian descargar; pero adonde se
bajoso , porque estaba entre montes y mudó y está agora el pueblo es muy sano,
ciénegas, é las aguas eran açijosas, é no aunque en la verdad las cosas nesçes-
se criaban los niños. Antes en dexando sarias son dificultosamente ó con mucho
la leche, adolesçian é se tornaban de la trabajo ávidas, assi como buena agua, é
color del açije, y hasta la muerte siem- la leña, é hierva para los caballosépara
pre yban de mal en peor, y toda la gente cobrir las casas ; porque los mas se sir-
de los chripslianos andaban descoloridos ven destas cosas é otras por la mar, con
y enfermos. Estaba este pueblo una legua canoas é barcas.
470 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO IV.
Del pueblo de Guanica, é* por qué se despobló é se hizo olro que se llamó Sotomayor, é del levantamiento
é rebelión de los indios, é cómo mataron la mitad de los chripstianos que avia en la isla de Sancl Johan, y
del esfuerço é cosas hacañosas del capitán Diego de Salaçar.
Hmtrante el año de mili é quinientos é ron sentidos hasta que dieron en la villa,
diez años fué la gente que don Chripstó- puesto que un indio niño los vido é lo
bal de Soto Mayor llevó é otros que pas- dixo; pero no fué creydo. É assi cómo
saron desde aquesta Isla Española á la de dieron de súbito ovieron lugar de pegar
Sanct Johan, é hicieron un pueblo que fuego al pueblo é mataron algunos chrips-
se dixo Guanica que es quassi al cabo tianos , é no quedara ninguno con la vi-
de la isla, donde está una bahía que se da, si no fuera por un hidalgo que en
cree que es una de las mejores que hay aquella villa vi via llamado Diego de Sa-
en el mundo : é desde allí descubrieron laçar: el qual demás de ser muy devoto
cinco ríos de oro, á cinco leguas del de la Madre de Dios y de honesta vida,
pueblo de Guanica, llamados Duyey, Ho- era muy animoso hombre y de grande
romico, hau, In, y Quiminen. Pero en es- esfuerço. Y cómo vido la cosa en tan
te pueblo ovo tantos mosquitos que fue- mal estado é á punto de se perder todos
ron parte muy bastante para lo despo- los chripstianos que quedaban alli, los
blar, é passóse aquella gente é vecinos acaudilló é puso tan buen coraçon en los
al Aguada que se dice, al hues-norueste, que estaban ya quassi vencidos, que por
é llamaron á este otro nuevo pueblo ó su denuedo é buenas palabras, los esfor-
assiento Sotomayor.. Y estando en este có é persuadió á que con gran ímpetu é
pueblo, se alçaron los indios de la isla un osadía, como varones, se pusiessen á la
viernes quassi al principio del año mili é resistencia ; é assi lo hicieron, y pelearon
quinientos é once, estando Jos indios é él y ellos contra la moltitud de los ene-
los chripstianos en mucha paz, é tuvie- migos , de tal manera que los resistió, é
ron aquesta forma para su rebelión. Ellos como valeroso capitán á vista de los con-
vieron que los chripstianos estaban der- trarios, recogió toda la gente de los
ramados por la isla, é assi cada cacique chripstianos que avian quedado é los lle-
mató los que dellos estaban en su casa ó vó á la villa de Caparra, donde estaba
tierra; por manera que en un mesmo el capitán Johan Ponce de Leon, que co-
tiempo mataron ochenta chripstianos ó mo he dicho ya era gobernador de la is-
mas. Y el cacique Agueybana, que tam- la : é todos los que alli fueron, dixeron
bién se deçia don Cripsthóbal, como mas que después de Dios, Diego de Salaçar
principal de todos, mandó á otro cacique les avia dado las vidas. Quedó desto tan-
dicho Guarionex, que fuesse por capitán to espanto en todos los indios, y en tan-
é recogiesse los caciques todos é fuessen ta reputación con ellos la persona de Die-
á quemar el pueblo nuevo llamado Soto- go de Salaçar, que le temían como al
mayor. Y para esto se juntaron mas de fuego, porque en ninguna manera podían
tres mili indios; y cómo todo lo de alre- creer que oviesse hombre en el mundo
dedor del pueblo hasta él eran arcabucos tan digno de ser temido. Verdad es que
y montes cerrados de arboledas, no fue- antes desto ya el mesmo Diego de Salaçar
DE INDUS. LIB. XVI. CAP. IV. 471
avia hecho otra experiencia de su perso- gado lo matar; y prestamente Diego de
na con los indios, é tan grande que si Salaçar le cortó las ligaduras con que es-
ellos penssáran hallarle en la villa de So- taba atado, édíxole: «Sedhombre éhaced
tomayor, no osaran yr allá, aunque co- como yo.» É comencé ádar por medio de
mo he dicho eran mas de tres mili. Pero trescientos indios gandules ó mas, con
porque passemos á lo demás, pues se ha una espada é una rodela, matando é hi-
tocado del esfuerço é persona deste hi- riendo con tan gentil osadía y efeto, co-
dalgo , diré otro caso muy señalado del, mo si tuviera allí otros tantos chripstia-
donde ovo principio la reputación é con- nos en su favor, é hizo tanto estrago en
cepto en que los indios le tenían é por- los indios, que aunque eran hombres de
qué le temían, é fué esta la causa. Un guerra, á mal de su grado le dexaron yr
cacique que se deçia del Aymanio tomó con el dicho Xuarez ; porque como Die-
á un mancebo chripstiano, hijo de un Pe- go de Salaçar hirió muy mal á un capi-
ro Xuarez de la Cámara, natural de Me- tán de la mesma casa, donde aquesto
dina del Campo, é atólo, é mandó que passó, los otros desmayaron en tanta
su gente lo jugasen al batey ( que es el manera que el Salaçar y el Xuarez sa-
juego de la pelota de los indios), é que lieron de entre ellos, segund es dicho.
jugado, los vencedores lo matassen. Esto Y despues que estuvo bien apartado de
seria hasta tres meses antes de lo que los contrarios enviaron tras él mensa-
tengo dicho que hicieron en la población geros, rogándole que quisiesse volver,
de la villa de Sotomayor; y en tanto porque le querían mucho por ser tan va-
que comían los indios, para después en liente hombre, é que le querían conten-
la tarde hacer su juego de pelota, como tar é servir en quanto pudiessen. El qual,
lo tenían acordado sobre la vida del po- oyda la embaxada, aunque de gente tan
bre mancebo, escapóse un muchacho, in- bárbara é salvaje, determinó de volver á
dio naboría del preso Pero Xuarez, é saber qué le querían los indios ; mas el
fuesse huyendo á la tierra del cacique de compañero, como hombre que en tal tran-
Guarionex, donde en esta sacón estaba ce é tan al cabo de la vida se avia visto,
Diego de Salaçar: é cómo el muchacho no era de paresçer que volviessen : an-
lloraba, pesándole del trabaxo é muerte tes se hincó de rodillas delante de Diego
en que dexaba á su señor, el Salaçar le de Salaçar é le pidió é rogó que por
preguntó que dónde estaba su amo, y el amor de Dios no tornasse, pues sabia
indio le dixo lo que passaba : é luego el que eran tantos indios, y ellos dos solos
Salaçar se determinó de yr allá á morir no podían sino morir, é que aquello era
ó salvarle, si pudiesse; mas el muchacho ya tentar á Dios y no esfuerço ni cosa de
temiendo no quería volver ni guiarle. se haçer. É Diego de Salaçar le respon-
Entonces Diego de Salaçar le amenacé é dió é dixo. «Mirad, Xuarez, si vos no
dixo que lo mataría, si noybacon él y le quereys volver conmigo ydos en buen
enseñaba donde tenían los indios á su hora que en salvo estays; mas yo tengo
amo ; de manera que ovo de yr con él, é de volver é ver que quieren estos indios,
llegado cerca de donde estaban, esperó y no han de penssar que por su temor lo
tiempo para que no le viessen hasta que dexo.» Entonces el Xuarez no pudo hacer
diesse en los indios. Y entró en un ca- otra cosa sino tornar con él, aunque de
ney ó buhío redondo, á donde estaba ata- mala voluntad; pero cómo era hombre
do el Xuarez, esperando que acabassen de bien é tenia la vida por causa del Sa-
los indios de comer para lo jugar, é ju- laçar , acordó de le seguir é la tornar á
472 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
peligro, en compañía de tan osado varón de su gobernación militaban, y otros fue-
é que también meneaba el espada. Y tor- ron mudados ; é aunque después ovo mu-
naron juntos, é hallaron muy mal herido danças de gobernadores, siempre Diego
al capitán de los indios; é Diego de Sa- de Salaçar fue capitán é tuvo cargo de
laçar le preguntó qué quería, y el capitán gente hasta que murió del mal de las búas.
ó cacique le dixo que le rogaba que le É aunque estaba muy doliente, lo lleva-
diesse su nombre é que con su voluntad ban con toda su enfermedad en el cam-
oviesse por bien que le Ilamassen Sala- po , é dó quiera que yban á pelear con-
çar como á él, é que quería ser su ami- tra los indios; porque de hecho penssaban
go perpetuo, é le quería mucho: é Die- los indios, que ni los chripstianos podían
go de Salaçar dixo que le placía que se ser vencidos ni ellos vencer dónde el
Hamasse Salaçar, como él. É assiluego sus capitán Diego de Salaçar se hallasse, é
indios le començaron á llamar Salaçar, lo primero de que se informaban con to-
Salarar; como si por este consentimien- da diligencia era saber si yba con los
to se le invistiera la mesma habilidad y chripstianos este capitán. En la verdad
esfuerço del Diego de Salaçar. É para fue persona, segund lo que á testigos fi-
principio desta amistad é por la merced dedignos y de vista yo he oydo, para le
que se le hacía, en dexarle de su grado tener en mucho ; porque demás de ser
tomar su nombre, ledíó quatro naborías hombre de grandes mercas y esfuerço,
ó esclavos que le sirviessen é otras joyas era en sus cosas muy comedido é bien
é preseas, y se fueron en paz con ellas criado é para ser estimado do quiera que
los dos chripstianos. Desde entonces fué hombres oviesse, é todos le loan de muy
tan temido de los indios Diego de Salaçar devoto de Nuestra Señora. Murió después
que, quando algund chripstiano los ame- de aquel trabajoso mal que he dicho, ha-
naçaba, respondían. «Piensas tú que te ciendo una señalada é paciente peniten-
tengo de temer, como si fuesses Sala- cia, segund de todo esto fu y informado
çar.» en parte del mesmo Johan Ponce de Leon
Viendo pues Johan Ponce de Leon, que y de Pero Lopez Ángulo y de otros ca-
gobernaba la isla, lo que este hidalgo balleros é hidalgos que se hallaron pres-
avia hecho en estas dos cosas tan señala- sentes en la isla, en la mesma sacón que
das que he dicho, le hiço capitán entre los estas cosas passaron, y aun les cupo par-
otros chripstianos é hidalgos que debaxo te destos é otros muchos trabajos.
CAPITULO V.
Que tracta de la muerte de don Chripstóbal de Sotomayor é otros chripstianos; ê cómo escapó Johan Gon-
çalez, la lengua, con quatro heridas muy grandes, é lo que anduvo assi herido en una noche, sin se curar,
é otras cosas tocantes al discurso de la historia.
CAPITULO VI.
De los primeros capitanes que ovo en la conquista é pacificación de la isla de Boriquen, que agora se
llama isla de Sanct Johan.
CAPITULO VII.
Que irada de algunas personas señaladas por su esfuerço , y de algunas cosas á esto concernientes en la
guerra é conquista de la isla de Sanct Johan.
Jr arésçeme muy digno de culpa el es- cia y en los mas reynos del mundo sola-
criptor que olvida ó dexa de decir algu- mente los nobles y caballeros son espe-
nas cosas particulares de la calidad de cial ó naturalmente exérçitados é dedica-
las que en este capítulo se escrebirán; dos á la guerra, ó los inclinados é dis-
porque aunque el principal intento de la puestos para ella ; y las otras gentes po-
historia sea endereçado á otro fin, en pulares é los que son dados á las artes
especial en esta, que es hacer principal mecánicas é á la agricultura é gente ple-
memoria de los secretos é cosas que la bea, pocos dellos son los que se ocupan
natura produce en estas nuestras Indias en las armas ó las quieren entre los ex-
naturalmente, también consuena con el traños. Pero en nuestra nación española
título de llamarla general historia recon- no paresçe sino que comunmente todos
tar los méritos de los conquistadores des- los hombres délia nasçieron principal y
tas partes , porque á lo menos, si queda- especialmente dedicados á las armas y á
ron sin galardón ó pago de sus trabaxos su exerçiçio, y les son ellas é la guerra
y méritos, no les falte por culpa de mi tan apropriada cosa, que todo lo demás
pluma é pigricia la memoria de que fue- les es açessorio , é de todo se desocupan
ron é son muy dignos sus hechos, por- de grado para la milicia. Y desta causa,
que en la verdad es mejor satisfaçion que aunque pocos en número, siempre han
otras ; y en mas se debe tener lo que se hecho los conquistadores españoles en es-
escribe, en loor de los que bien vivieron tas partes lo que no pudieran aver hecho
é acabaron como buenos é valerosos, que ni acabado muchos de otras nasçiones.
quantos bienes les pudo dar ó quitar for- Ovo pues en aquella conquista un Se-
tuna. É porque de mi parte no quede en bastian Alonso de Niebla, hombre la-
silencio algo desto, digo que ovo mu- brador, y que en España nunca hizo si-
chos hidalgos é valerosas personas que no arar é cavar é las otras cosas seme-
se hallaron en la conquista de la isla de jantes á la Inbor del campo : el qual fué
Boriquen, que agora se llama Sanct varón animoso, recio, suelto, pero ro-
Johan. Y no digo muchos en número, busto , é junto con su robustiçidad que en
pues que todos ellos eran poca gente; sí mostraba á prima vista en su sem-
pero porque en essa poca cantidad de blante , era tractado de buena conversa-
hombres los mas dellos fueron muy varo- ción. Este salió muy grande adalid, y
nes y de grandíssimo ánimo y esfuerço. osaba acometer y emprendía cosas , que
Rara cosa y presçioso don de la natura, aunque paresçian dificultosas y ásperas,
y no vista en otra nación alguna tan co- salia con ellas victorioso. É cómo era
piosa y generalmente concedida como á hombre muy suelto y gran corredor atre-
la gente española; porque en Italia, Fran- víasse á lo que otros no hicieran, porquo
476 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
junto con lo que he dicho de su persona los cabellos é los sacaba de entre los
era de tan gran fuerça, que el indio á otros é los daba y entregaba á sus ne-
quien él asia era tanto como tenerle bien gros, é volvía por otros. É uno que assi
atado, estando entre sus manos; y desta avia tomado, tenia en la mano una flecha
causa , quando fué entendido de los in- hervolada, é aqueste le mató; porque
dios é ovieron conosçimiento de la espe- cómo le llevaba assi á vuela pié assido
riençia de su persona, temíanle mucho. por los cabellos, dióle con la flecha á
Pero al cabo, como en la guerra nasçen manteniente, é acertó á le herir á par
pocos, y el officio della es morir, assi le de uua ingre , y de aquella herida murió
intervino á este hombre hazañoso por ser después : é cómo se vido herido, él mató
muy denodado; y el año de mili é qui- al indio é otros siete ú ocho assi mismo,
nientos é veynte y seys le mataron en é volvió con su despojo é dióle á su due-
una provincia que se llama del Loquülo, ño Martin de Guiluz. É cómo la hierva,
en la isla de Sanct Johan, donde aqueste con que aquellos indios tiran sus flechas,
Sebastian Alonso de Niebla tenia su ha- es muy pestífera y mala, murió de aque-
cienda y assiento ; y su muerte procedió lla herida ; pero como cathólico chrips-
desobrarle esfuerço, é fue puesta en efe- tiano, é repartió muy bien quanto tenia
to de aquesta manera. Este hombre es- á pobres é personas nesçessitadas , y en
taba quassi enemigo y desavenido con un obras pias. É desta manera acabó, de-
hidalgo vecino suyo, llamado Martin de xando mucho dolor é lástima en todos
Guiluz, vizcayno, vecino agora de la los chripstianos y españoles que avia en
cibdad de Sanct Johan de Puerto Rico, é esta isla, porque en la verdad era hom-
de los principales de aquella cibdad ; é bre que les hacia mucha falta su persona,
cómo otras veces solían los indios caribes y era tal que se hallan pocas veces tales
de las islas comarcanas venir en canoas hombres; é porque demás de ser muy
á saltear, acaesció que entraron en la is- varón y de gran esfuerço, temíanle mu-
la é dieron en una estancia é hacienda cho los indios, y estaba en grande estima
del Martin de Guiluz, y cómo lo supo Se- é reputación con ellos é con los chrips-
bastian Alonso , é oyó decir que los in- tianos; porque como se dixo de suso, era
dios caribes flecheros llevaban robada la grande adalid y tenia mucho conocimien-
gente que el dicho Martin de Guiluz te- to en las cosas del campo é de la guerra.
nia en su estancia é hacienda y quanto En compañía deste andaba otro hom-
tenia, luego Sebastian Alonso á gran bre de bien, llamado Johan de Leon, de
priessa mandó á un negro suyo que le quien atrás se dixo. Esfce imitaba asaz á
ensillase un caballo , é dixo : « No plega Sebastian Alonso, porque era muy sueN
á Dios que digan que , por estar yo mal to é buena lengua y de buenas mercas é
con Martin de Guiluz, le dexo padesçer é osado. Y en las cosas que se halló, que
perder lo que tiene, é dexo de yr, ha- fueron muchas, assi en la tierra como en
dándome tan cerca, contra los que le han la mar, se señaló como hombre de gen-
robado. » É assi subió luego á caballo, é til ánimo y esfuerço; pero el uno y el
llevó consigo dos ó tres negros suyos é otro fueron mal galardonados de sus ser-
un peon chripstiano, y fué en seguimien- vicios é trabaxos, porque en el reparti-
to de los indios caribes , é los alcancó y miento de los indios no se miró con ellos,
peleó con ellos, é los desbarató é quitó ni con los buenos conquistadores como
la cabalgada , ó prendió quatro dellos ; y se debiera mirar. Y al que algo dieron,
desde encima del caballo los tomaba por fué tan poquita cosa que no se podían
DE INDIAS. LIB. XVI. CAP. VII. 477
sostener con ello ; porque es costumbre nar, sino haciendo la via con las espadas
que unos gocen de los sudores y traba- y puñales, é todos los que alli estaban
xos de otros ; y que el que meresçe mer- penssaban que yban perdidos é no co-
cedes sea olvidado y no bien satisfecho, nosçian á dónde guiaban, ni á dónde de-
y que los que debrianser olvidados, ó á biessen continuar su viaje; y estando jun-
lo menos no son tan dignos de la remu- tos y en consejo de lo que debían hacer,
neración , aquellos gocen de las mayores dixo Bartolomé de Ocon: «No temays, hi-
partes é galardones que no les compe- dalgos: que menos de doscientos passos
ten. Este officio es el del mundo, é los de aqui está, en tal parte, un arroyo (se-
hombres hacen como hombres ; pero sus ñalando con el dedo, que no veían ni
passiones no los dexan libremente hacer era possible verse por la espessura de los
lo que debrian, porque mejor entenda- árboles ó matas), donde agora siete años
mos que es solo Dios el justo y verdade- viniendo de tal entrada, nos paramos á
ro galardonador. É assi nos enseña el beber; é si quereys verlo, vengan dos ó
tiempo, que ni los que lo repartieron, ni 1res de vosotros conmigo y mostrároslo
los otros á quien lo dieron injustamente, he». Yes de saber que no tcnian gota de
lo goçaron sino pocos días; y ellos y agua que beber, é yban con la mayor
ello ovo el fin que suelen aver las otras nesçessidad del mundo de topar el agua,
cosas temporales ; y plega á Dios que sus ó avian de peligrar de sed é morir al-
ánimas no lo escoten en la otra vida, gunos, segund yban desmayados. É assi
donde ya están los mas. fueron de aquellos que primero se avian
Otro Johan Lopez, adalid, gran hom- hallado alli ; é llegados al arroyo que todo
bre en las cosas del conosçimiento del yba enramado é cubierto, se sentó en una
campo, pero no de tal ánimo. Este officio piedra á par del agua c començando á be-
de adalid es mas artificioso, y de mas ber, dixo: «Assentado yo en esta misma
saber sin comparación en estas partes piedra, merendé con vosotros ahora siete
que en España ; porque esta tierra acá es años é veys alli el peral, donde cogimos
muy cerrada é llena de arboledas, é no muchas peras é agora tiene hartas. » É assi
tan clara ni abierta, como la de Castilla y los compañeros por la piedra que era
de otros reinos de chripstianos. Pero pues grande é conosçida, como por el peral y
está movida la materia de los adalides, otras señales y árboles, é por el mismo
diré aquí de uno que yoconoscí, un hecho arroyo, vinieron en conosçimiento que era
notable y al propóssilo de aqueste oficio. assi, y que algunos dellos avian estado
Ovo en la Tierra-Firme de Castilla del alli otra vez, como he dicho : de lo qual no
Oro un hidalgo, llamado Bartolomé de poco quedaron maravillados é socorridos
Ocon, que passó una sola vez por cierta con el agua. Todos dieron muchas gra-
parte de montes muy espessos y cerra- cias á Dios, y no fué poco el crédito que
dos ; y desde á mas de siete años fué por desto y otras cosas semejantes alcancó
otras tierras á parar, con ciertos compa- este Bartolomé de Ocon ; porque en la
ñeros, muy cerca de donde en el tiempo verdad en este caso paresçia que tenia
passado que he dicho avia estado ; é yban gracia especial sobre quantos hombres en
alli cinco ó seys hombres de los que se aquellas partes andaban, puesto que en
avian hallado en el primero viaje ó en- lo demás era material y no de mejor ra-
trada ; é toda la tierra era tan emboscada zón que otro; antes era tenido por gros-
y espessa de árboles que apenas se veya sere.
el cielo, ni aun podian quassi cami- Pero tornando al propóssito de los
478 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
conquistadores de la isla de Sanct Johan, se hizo mención en la pacificación del ca-
digo que aquel Johan Lopez, adalid, de cique don Enrique; é aunque en la guer-
quien se ha tractado de suso, aunque era ra de la isla de Sanct Johan él era man-
gran adalid, era crudo y no tan esfor- cebo, siempre dio señales de sí, de lo
çado como astuto guerrero con los in- que era, como hombre de buena casta.
dios. Otro hidalgo dicho Pero Lopez de Ángulo,
Ovo otro mancebo de color loro, que é Martin de Guiluz, é otros que seria lar-
fué criado del comendador mayor don ho decirse particularmente, se hallaron
Frey Nicolás de Ovando, al qual llama- en aquella conquista, que aunque su
ban Mexía ; hombre de buen ánimo é suel- edad no era tan perfeta como su esfuer-
to é de vivas fuercas, al qual mataron los ço é desseos, siempre obraron como
caribes en el Haymanio de Luysa, é á la quien eran, é por ningún trabaxo dexa-
mesma Luysa, cacica principal, la qual ron de mostrarse tan prestos á los peli-
le avisó é le dixo que se fuesse, y él no gros , como la nesçessidad y el tiempo lo*
lo quiso hacer, por no la dexar sola, é requerían. É por ser tan valerosa gente,
assi le frecharon ; y estando lleno de sae- aunque como he dicho poca en número,
tas é teniendo una lança en la mano, pu- se acabó la conquista en favor de nues-
so los ojos en un principal de los caribes tra fé y en mucha victoria de los conquis-
y echóle la lança é alravessóle de parte á tadores españoles que en esta guerra se
parte por los costados, habiendo primero hallaron, á los quales socorrieron desde
muerto otros dos indios de los enemigos aquella Isla Española con alguna gente,
é herido á otros. É assi acabó sus dias^ y se juntaron mas, en tiempo que el so-
Ovo otro hombre de bien que se de- corro fué muy nesçessario. É también fue-
cía Johan Casado, buena persona é la- ron algunos que nuevamente venían de
brador llano ; pero gentil adalid é dicho- Castilla: los quales por buenos quesean,
so en muchas cosas de las que empren- es menester que estén en la tierra algu-
día y hombre de buen ánimo. Assi que, nos días, antes que sean para sofrir los
estos que he dicho, en especial, hicieron trabaxos é nesçessidades, con que acá se
muchas cosas buenas ; pero sin ellos ovo exerçita la guerra , por la mucha diferen-
otros hombres hijosdalgo é mancebos, cia que hay en todas las cosas y en el
que aunque no tenían tanta experiencia, ayre é temple de la tierra , con quien es
no les faltaron los ánimos para se mos- menester pelear primero que con los in-
trar en la guerra tan hábiles y esforça- dios , porque muy pocos son aquellos á
dos quanto con venia. Destos fué uno quien no prueba y adolesçe. Pero loores
Francisco de Barrionuevo, que agora es á Dios. Pocos peligran desta causa, si son
gobernador de Castilla del Oro, del qual bien curados.
CAPITULO VIII.
Cómo los indios tenían por inmortales á los chripstianos, luego que passaron á la isla de Sancl Johan , e' có-
mo acordaron de se alçar, é no lo osaban emprender hasta ser certificados si los chripstianos podían morir
ó nó. Y la manera que tuvieron para lo experimentar.
i or las cosas que avian oydo los indios é sabiendo, como sabían ellos , que esta
de la isla de Sanct Johan de la conquista isla es muy grande y que estaba muy po-
y guerras passadas en esta Isla Española, blada é llena de gente de los naturales
DE INDUS. LIB. XVJ. CAP. VIII. 470
délia, creían que era impossible averia occidental, y entra en la bahia en que
sojuzgado los chrisptianos, sino porque agora está el pueblo é villa de Sanct Ger-
debían ser inmortales, é que por heridas man , dixéronle : « Señor, quieres que te
ni otro desastre no podían morir; y que passemos, porque no te moxes» ; y él di-
como avian venido de hacia donde el sol xo que sí, é holgó dello, que no debiera,
sale, assi peleaban ; que era gente celes- siquiera porque demás del peligro noto-
tial é hijos del sol, y que los indios no rio, en que caen los que confian de sus
eran poderosos para los poder ofender. enemigos, se declaran los hombres ([tic
É cómo vieron que en la isla de Sanct tal hacen por de poca prudencia. Los in-
Johan ya se avian entrado y hecho seño- dios le tomaron sobre sus hombros, para
res de la isla, aunque en los chripstianos lo qual se escogieron los mas recios y de
no avia sino hasta doscientas personas mas esfuerço , y quando fueron en la mi-
pocas mas ó menos que fuessen hombres tad del rio, metiéronle debaxo del agua
para tomar armas, estaban determinados y cargaron con él los que le passaban é
de no se dexar sojuzgar de tan pocos, é los que avian quedado mirándole, por-
querían procurar su libertad y no servir- que todos yban para su muerte de un
los; pero temíanlos é penssaban que eran acuerdo, é ahogáronle; y despues que
inmortales. É juntados los señores de la estuvo muerto, sacáronle á la ribera y cos-
isla en secreto, para disputar desta mate- ta del rio , é decíanle : « Señor Salcedo,
ria , acordaron que antes que se movies- levántate y perdónanos : que caymos con-
sen á su rebelión, era bien experimentar tigo , é y remos nuestro camino. » É con
primero aquesto, y salir de su dubda , y estas preguntas é otras tales le tuvieron
hacer la experiencia en algún chripstiano assi tres dias, hasta que olió mal, y aun
desmandado ó que pudiessen aver aparte hasta entonces ni creían que aquel estaba
é solo ; y tomó cargo de saberlo un caci- muerto ni que los chripstianos morían. Y
que llamado Urayoan, señor de la provin- desque se certificaron que eran mortales
cia de Yaguaca, el quai para ello tuvo por la forma que he dicho, luciéronlo sa-
esta manera. Acaescióse en su tierra un ber al cacique, el qual cada dia enviaba
mancebo, que se llamaba Salcedo é pas- otros indios á ver si se levantaba el Sal-
saba á donde los chripstianos estaban, cedo ; é aun dubdando si le decían ver-
y por manera de le hacer cortesía é ayu- dad, él mismo quiso yr á lo ver, hasta
darle á llevar su ropa, envió este caci- tanto que passados algunos dias, le vieron
que con él quince ó veynte indios , des- mucho mas dañado é podrido á aquel
pués que le ovo dado muy bien de comer pecador. Y de allí tomaron atreviimeulo
é mostrádole mucho amor. El quai yendo é confiança para su rebelión, é pusieron
seguro é muy obligado al cacique por el en obra de ma'tar los chripstianos, é ai-
buen acogimiento, al passar de un rio rarse y hacer lo que tengo dicho en los
que se dice Guarabo, que es á la parte capítulos de suso.
CAPITULO IX.
Pe las batallas é recuentros mas principales que ovo en el tiempo de la guerra é conquista de la isla •]<-
Sanct Johan , por otro nombre dicha Boriquen.
JL/espues que los indios se ovieron re- chripstianos, y el gobernador Johan Pon-
belado é muerto la mitad ó quassi de los ce de Leon dio orden en hacer los capí-
480 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
lanes que he dicho ó poner recaudo en sus soldados, no porque fuessen flacos de
la vida y salud de los que quedaban vi- ánimo, pero porque á uoos faltaba salud
vos , ovieron los chripstianos y los indios para sofrir los trabajos de la guerra, y
la primera batalla en la tierra de Aguey- otros que eran mancebos, no tenían
bana, en la boca del rio Gaoyuco, á don- edad ni experiencia. Pero con todas estas
de murieron muchos indios, assi caribes dificultades llegó donde Mabodomoca es-
de las islas comarcanas y flecheros, con taba con la gente que he dicho, é peleó
quien se avian juntado, como de los de con él, é hizo aquella noche tal matança
la tierra que se querían passar á una is- é castigo en los indios, que murieron
leta que se llama Ángulo , que está cerca dellos ciento é cinqüenta, sin que al-
de la isla de Sanct Johan á la parte del gund chripstiano peligrasse ni oviesse he-
Sur, como lo tengo dicho. É dieron los rida mortal, aunque algunos ovo heridos;
chripstianos sobre ellos de noche al quar- y puso en huyda los enemigos restantes.
to del alba, é hicieron grande estrago En esta batalla Johan de Leon, de quien
en ellos, y quedaron deste vencimiento atrás se hizo memoria, se desmandó de
muy hostigados é sospechosos de la in- la compañía por seguir tras un cacique
mortalidad de los chripstianos. É unos que vido salir de la batalla huyendo , é
indios decían que no era possible si no llevaba en los pechos un guanin ó pieça
que los que ellos avian muerto á traycion de oro de las que suelen los indios prin-
avian resucitado ; y otros decían que do cipales colgarse al cuello : é cómo era
quiera que oviesse chripstianos, hacían mancebo suelto, alcancóle é quísole pren-
tanto los pocos como los muchos. Esta der; pero el indio era de grandes fuer-
batalla venció el gobernador Johan Ponce, ças , é vinieron á los bracos por mas de
aviendo para cada chripstiano mas de diez un cuarto de ora , é de los otros indios
enemigos; y passó desde á pocos días que escapaban huyendo, ovo quien los vi-
despues que se avian los indios aleado. do assi trabados en un barranco, donde
Desde allí se fué Johan Ponce á la estaban haciendo su batalla, é un indio
villa de Caparra, y reformó la gente é socorrió al otro que estaba defendiéndo-
capitanías con alguna mas compañía que se del Johan de Leon, el qual porque no
avia, y fué luego á assentar su real en paresçiesse que pedia socorro, o viera de
Aymaco, y envió á los capitanes Luys de perder la vida. Pero no quiso Dios que
Añasco é Miguel de Toro á entrar desde tan buen hombre assi muriesse, y acaso
allí con hasta cinqüenta hombres, é supo un chripstiano salió tras otro indio , é vi-
cómo el cacique Mabodomoca estaba con do á Johan de Leon peleando con los dos
seysçientos hombres esperando en cierta que he dicho, y en estado que se viera
parte, y deçia que fuessen allá los chrips- en trabaxo ó perdiera la vida : entonces
tianos , que él los atendería é ternia lim- el chripstiano dexó de seguir al indio, é
pios los caminos. É sabido esto por Johan fuele á socorrer, é assi mataron los dos
Ponce, envió allá al capitán Diego de chripstianos á los dos indios, que eran
Salaçar, al qual llamaban capitán de los aquel cacique, con quien Johan de Leon
coxos y de los muchachos ; y aunque pá- se combatía primero, é al indio que le
resela escarnio por ser su gente la mas ayudaba ó le avia socorrido. Y desta ma-
flaca, los cuerdos lo tomaban por lo que nera escapó Johan de Leon del peligro,
era razón de entenderlo, porque la per- en que estuvo.
sona del capitán era tan valerosa, que Ávida esta victoria é vencimiento que
suplía todos los defetos é flaqueza de he dicho, assi como esclaresció el día,
DE INDUS. LIB. XVI. CAP. IX. 481
ilegó el gobernador Johan Ponce de Leon trabaxado, en espacio de tiempo de dos
por la mañana con la gente que él traia horas é media ó tres que avian peleado
é la reíroguarda, algo desviado del capi- con los enemigos. De lo qual todos los
tán Diego de Salaçar, é no supo cosa al- chripstianos dieron muchas gracias áNues-
guna hasta que halló los vencedores be- tro Señor porque assi favoresçia é ayu-
biendo y descansando de lo que avian daba miraglosamente á los chripstianos.
CAPITULO x.
De olra guaeábara ó recuentro que ovieron los españoles con los indios déla isla de Boriquen ó de Sancl
Johan.
TOMO I. Gl
482 HISTORIA GENKRAL Y NATURAL
CAPITULO XI.
Cómo el gobernador Johan Ponce acordó de yr á descubrir por la vanda ó parte del Norle, é fue ala
Tierra-Firme en la cosía de las islas de Bimini ; é halló la i s la dicha Bahama ; é cómo fue removido de la
gobernación é volvieron á gobernar los que él avia enviado presos á Castilla ; y de otros gobernadores que
ovo después en la isla de Sanct Johan.
CAPITULO XII.
Del repartimiento de los indios de la isla de Sanct Johan, y de lo que en ello se siguió:
TI
JLiStando la isla de Sanct Johan pacífi- alguno, avian ganado é conquistado la
ca, y encomendados los indios á quien isla con mucho derramamiento de su pro-
los debía tener, parescióles á los que tal pria sangre, é mas de la de los enemigos
procuraron que, yendo alli quien hiçiesse aviendo muchos, é no quedando en pie
el repartimiento de nuevo, los sabria me- para la gratificación la mitad de los ver-
jor repartir entre los vecinos que quien los daderos conquistadores, y no les avien-
avia visto servir é conquistar la isla. Fué do dado para su substentaçion mas de pa-
para esto enviado allá un juez de resi- labras é vanos prometimientos, ofres-
dencia, llamado el licenciado Velazquez, çiéndoles qu& entre ellos se avian de re-
á quien culpaban diciendo que fué enga- partirlos indios, como en la verdad ello
ñado por los oficiales é procuradores del fuera muy justo que assi se hiciera ; mas
pueblo; porque, como fueron señalados h izóse al revés, é assi los dio á quien
por personeros y factores ó solicitadores quiso, y no á quien debiera. Fué este li-
los que tenían mas avivadas y despiertas cenciado el primero que entró en aquella
las lenguas, que no trabaxadas las per- isla, sin el quai é sin los que después
sonas en la pacificación é conquista déla fueron con estos títulos de letras, estuvo
tierra, como sagaces, procuraron de dexar mejor gobernada la tierra, é parescióse
á los que lo meresçian sin galardón, por- bien en el teniente Chripstóbal de Men-
que á ellos é á sus amigos se les diesse doça, pues ninguna demanda se le puso
lo que los otros avian de aver. É tuvie- ni persona alguna se quexó del : antes le
ron tales formas para ello, que entre lloraba aquella isla, quando se le tomó re-
otras cosas dieron al juez muchas memo- sidencia, viendo que le quitaban el car-
rias cautelosas que él debiera entender go. Pero assi van estas cosas, que á ve-
de otra manera, ó al revés, diciendo que ces [»ermite Dios que por los pecados del
los unos eran labradores, y los otros de pueblo se les quiten los buenos jueces, ó
baxa suerte, no se acordando que los que por méritos de los tales jueces los aparte
estas tachas ponían pudieran muy mejor Dios de donde ternian ocasión para errar
é con mas verdad apropriarlas á sí mes- é ofender á sus conciencias. É assi pa-
mos, que no á los otros de quien mur- resció por la obra que después sobre es-
muraban; pues se desacordaban de los tas novedades é mutaciones de goberna-
virtuosos hechos y denuedos é servicios ción, ninguna cosa ha ganado aquella
de aquellos contra quien hablaban. Los isla, por las diversas costumbres de los
quales, á su propria costa é sin sueldo que alli han tenido cargo de justicia. É
486 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
ydo Ghripstóbal de Mendoça en España, de su Real casa, donde recibió mayores
estovo mas honrado é le dio la Cesárea mercedes y con menos peligros, y en su
Magestad el hábito de Sanctiago y le dio patria é no tan apartado acá en este
de comer, como á uno de los caballeros Nuevo Mundo.
CAPITULO XIII.
De la muerte del adelantado Johan Ponce de Leon, primero conquistador de la isla de Boriquen, que agora
llaman Sanct Johan, y otras cosas toeantes á la mesma isla.
Di'icho se há cómo Johan Ponce de Leon çessarias á la vida. Halló, pues, como
fué removido del cargo é gobernación de ya he dicho, este capitán aquella tierra
la isla de Sanct Johan, y de cómo fue á que llaman la Florida, é tornó á la isla
descubrir á la vanda del Norte, é cómo de Sanct Johan, é fué á España, é dio
anduvo en busca de aquella fabulosa relación de todo al Rey Cathólico: el
fuente de Bimini, que publicaron los in- qual, aviendo respecto á sus servicios,
dios que tornaba á los viejos moços. Y le dio título de adelantado de Bimini y
esto yo lo he visto (sin la fuente ), no en le hizo otras mercedes, para lo qual le
el subgeto é mejoramiento de las fuer- aprovechó mucho el favor de su amo,
ças; pero en el enflaquecimiento del sexo, Pero Nuñez de Guzman, comendador ma-
é tornarse en sus hechos mocos y de poco yor de Galatrava, ayo del sereníssimo in-
entender : y destos fué uno el mismo Jo- fante don Hernando, que es agora la Ma-
han Ponce, en tanto que le turó aquella gestad del rey de los romanos. É después
vanidad de dar crédito á los indios en tal se tornó á la isla de Sanct Johan é armó
disparate, é á tanta costa suya de arma- de mas propóssito para yr á poblar en
das de navios y gentes, puesto que en la aquella tierra de su adelantamiento y go-
verdad él fué honrado caballero é noble bernación que allí se le dio, é gastó mu-
persona é trabaxó muy bien en la con- cho en el armada é volvió de allá desba-
quista é pacificación de aquesta Isla Es- ratado y herido de una flecha, de la qual
pañola y en la guerra de Higuey; y tam- herida vino á morir á la isla de Cuba.
bién fué el primero que comencó á po- É no fué solo él quien perdió la vida y
blar é pacificar la isla de Sanct Johan, el tiempo y la hacienda en esta deman-
como tengo dicho, donde él é los que da : que muchos otros por le seguir, mu-
con él se hallaron padesçieron muchos tra- rieron en el viaje é después de ser allá
baxos, assi de la guerra como de enfer- llegados, parte á manos de los indios, é
medades é muchas nesçessidades de bas- parte de enfermedades; é assi acabaron
timentos é de todas las otras cosas nes- el adelantado y el adelantamiento.
CAPITULO XIV.
Del pueblo llamado Daguao, que hizo poblar el almirante, don Diego Colom , en la isla de Sanct Johan.
informaron al almirante, don Diego Co- Sanct Johan seria bien hacerse un pue-
lom, que en una provincia de la isla de blo, adonde llaman el Daguao, porque se
DE INDIAS. LIB. XVI. CAP. XIV. 487
creía que aquella tierra era rica de mi- á mano é aparejado para resçebir daño
nas ; y determinado en ello, envió allá de los caribes é han hecho por allí mu-
para fundar la población á un hidalgo, chos saltos en veces, á esta causa no se
llamado Johan Enriquez, con cierta gen- sostuvo aquella villa. Mas si el oro se des-
te : el qual era pariente de la vireyna, cubriera, quando alli ovo población, siem-
muger del almirante, y el pueblo se hizo pre permanesçiera el pueblo é fuera muy
en lo mas rico de la isla, é Juan Enri- gran seguridad de toda la isla, porque
quez fué allí teniente por el almirante. estaba en parte muy conviniente, y en
Pero por floxedad de los que allí esta- tierra muy fértil de labranças é pastos é
ban , ni se dieron maña á substentar el oro rico é buenas aguas. É aun quieren
pueblo ni á buscar las minas, é al cabo algunos decir que ninguna población pu-
se despobló por los caribes en breve tiem- diera aver tan al propósito de los chrips-
po. É después de despoblado, se hallaron tianos, como fuera aquella. Este pueblo se
cerca de aquel assiento muchos rios é ar- llamó Sanctiago; pero como he dicho,
royos ricos de oro ; pero cómo está muy turó poco su población.
CAPITULO XV.
De los gobernadores que ovo en la isla de Sanct Johan , despues que alli fué por juez de residencia el li-
cenciado Velazquez.
CAPITULO XVI.
De diversas particularidades de la isla de Sanct Johan.
CAPITULO XVII.
Del árool del palo sánelo ó de sus muy excelentes propriedades.
Ei i\ árbol que en las Indias llaman palo los médicos que del usan, lo saben apli-
sanctOy digo que en opinion de muchos car, y otras personas por la experiencia
es uno de los mas excelentes árboles del que ya se tiene. Pero solamente diré yo
mundo, por las enfermedades é llagas é aquí lo que vi hacer ó experimentar en
diversas passiones que con él curan. un enfermo tocado del mal de las búas,
Muchos le tienen en la verdad por el y que desde á mucho tiempo que las tu-
mesmo que guayacan, ó por especie ó vo, vivia con una Haga vieja en una pier-
género del, en la madera y medula ó co- na muchos años despues, y de quando
raçon y en el peso é otras particularida- en quando se le refrescaban sus trabajos
des y efetos medicinales, puesto que y le daban muy mala vida, é ya él la te-
aqueste palo sancto ha hecho mayores nia por incurable. El qual usó desta re-
experiencias ; porque demás de se curar cepta que agora diré. Púrgase el doliente
con él el mal de las búas, como con el con pildoras de regimiento, que creo que
guayacan é muy mejor, cúranse otras en- llaman de fumus terree, las quales se to-
fermedades muchas que no se sanan con man, passada la media noche: é después
el guavacan, como mas particularmente que ha purgado, come do un ave v bobo
TOMO 1. 62
490 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
un poco de vino muy aguado ; y desde á to palo é agua con la misma medida ó
dos dias que esto ha hecho, échase en hacer todo lo mismo que es dicho del pri-
la cama, y entre tanto come templada- mero dia ; é assi de dia en dia continua-
mente y de buenas aves pollas. É assi damente hacer todo lo que tengo dicho
echado en la cama, ya ha de estar hecha hasta que passen doçe ó quince dias. É
el agua del palo sancto, la qual se hace si se sintiere flaco en el comedio deste
desta manera. tiempo, puede comer de un pollito chi-
Toman un pedaço del palo é pícanlo quito ; y ha de ser la comida para sus-
menudo, quanto pudiere ser, y ponen en tentar é no para mas ni hartar, porque
una olla nueva libra é media del palo como he dicho, complidos doçe ó quince
assi picado, con tres açumbres de agua, dias, sentirá mucha mejoria e obra has-
y póneulo en remojo desde prima noche ta noventa dias, que cada diable yrá muy
hasta otro dia de mañana, y en seyendo mejor. É quando oviere acabado de to-
de dia, cuácenlo hasta que el agua ha mar esto el tiempo que he dicho, come-
menguado la tercia parte. Y estonces to- rá pollas pequeñas, é assi como fuere
ma el paciente una escudilla de aquella convalesçiendo, yrá mejorando é aumen-
agua assi cocida, tan caliente como la tando poco á poco la comida. Algunos
pudiere comportar : é despues que la ha usan, después de passados los quince
bebido, cúbrese muy bien, é suda una ho- dias que han tomado el agua del palo,
ra ó dos, é después hasta medio dia be- tornarse á purgar ; pero ha de estar muy
be de la misma agua, estando Ma, quan- sobre aviso en no comer cosas acedas ni
tas veces quiere é pudiere ; é quando vinagre, ni verdura, ni pescado, ni aver
quisiere comer ha de ser un poco de un ayuntamiento con muger en aquellos tres
rosquete de vizcocho, ó unas passas po- meses.
cas y cosas secas. El caso es, que la die- Los que tienen llagas, lávanlas con
ta y beber harta agua de la manera que aquella agua que es dicho, é límpianlas
he dicho, es lo que hace al propóssito: con un paño é después de enxutas, tor-
assi que, hasta medio dia se ha de hacer nan á huntar la llaga con la espuma que
lo que tengo dicho, y después sacar hace el agua en el cocimiento, que tie-
aquella agua y verterla, y después echar nen recogida para ello, é pónenle sus
otra agua fresca en el palo mismo, como hilas blancas y encima sus paños blancos
avia quedado sin echar mas palo, y co- é limpios, é no de camisa de muger. Ë
cerlo otra vez con la segunda agua, y sanan de llagas (que por cierto yo las
de aquella fría beber entre dia. Y ha he visto sanar desta forma) tales que se
de estar el paciente muy sobre aviso tenían ya por incurables, por ser muy
en cstarmuy abrigado, quanto pudiere, y viejas é muy enconadas y denegridas
en parte que el ayre no le loque ; é assi que ya paresçian mas de especie de cán-
continuarlo hasta que sea llegado el si- cer ó de Sanct Lácaro, que otra cosa.
guiente dia. Y el segundo dia se ha de Para mi opinion yo tengo por muy sancta
echar á mal aquel palo que estaba en la cosa esta medeçina deste árbol ó palo
olla, y en aquella tornar á echar otro tan- sancto que dicen.
DE INDIAS. LIB. XVI. CAP. XVIII. 491
CAPITULO XVIII.
De oirás particularidades de la isla de Sanct Johan , con que se dá fin al libro décimo sexto.
M< Luchas cosas quedan dichas en los ca- sebo, pero muy amarga, é sirve para
pítulos precedentes, en general de aques- brear los navios, mezclándola con açeyte,
ta isla de Sanct Johan, é muchas otras sin otra mixtura. Y es muy buena, por-
referí á lo que tengo escripto de la isla que como es amarga, no entra en ella
Española. Pero ocurre á la memoria una la broma, como en la brea de la pez. Los
cierta goma que hay en aquesta isla de indios y aun los chripstianos llaman
Sanct Johan que nunca lo oy de otra en aquella isla á esta goma labunu-
parte alguna, é informado de Johan co, y es muy excelente para lo que he
Ponce de Leon y de otras personas de dicho, quando se puede aver en tanta
honra que lo pudieron muy bien saber, cantidad. É con esto se da conclusion á
dicen que cerca de las minas que llaman las cosas desta isla de Sanct Johan, has-
del Loquillo, hay cierta goma que nasçe ta el presente tiempo é año de mili é qui-
en los árboles, la qual es blanca, como quientos é treynta é cinco.
Comiença el libro décimo séptimo de la Natural y general historia de las Indias,
islas y Tierra-Firme del mar Océano ; el quai tracta de la isla de Cuba, que agora
llaman Fernandina.
PROHEMIO.
CAPITULO I.
De la descripción de la isla do Cuba ó Fernandina , por las alturas é grados de su assiento ó por sus aleda-
ños mas cercanos.
Eistá la isla de Cuba de aquesta Isla Es- leguas de longitud, é de latitud tiene
sesenta é cinco leguas donde es mas an-
pañola veynte leguas, que son ochenta
millas, á razón de quatro millas por len- cha , que es atravessando desde la punta
gua. Desde la punta ó promontorio que de los Jardines á la punta que llaman de
llaman Mayci, que es lo mas oriental de Yucanaca. Y aun aquesta traviessa no es
la isla de Cuba hasta la punta ó promon- mucho derecha que Norte á Sur: antes
torio de Sanct Nicolás, que es de esta participa también del Sudueste al Nordes-
Isla Española, tiene de longitud quassi te quassi medio viento. En todo lo demás
trescientas leguas á la verdad, puesto que por la mayor parte es angosta, é terna
en muchas cartas no le atribuyen sino de traviessa ó en ancho veynte é cinco
doscientas é veynte, é algunos le dan leguas , é veynte , é de alli para abaxo
mas é otros menos. Pero de los que han menos, porque es luenga é angosta. La
andado por tierra é han caminado todo punta de Maycí que tiene al Oriente, está
lo que hay en la isla de longitud, dicen en veynte grados é medio, é la parle mas
que son trescientas leguas ó muy pocas austral della , que está á Jos Jardines (que
menos, segund yo lo oy muchas veces al son unas islas muchas ó de muchos baxos
adelantado Diego Velazquez, que fué mu- peligrosos) está en poco mas de diez y
chos años alli capitán general y teniente nueve grados de la línia equinoçial, á la
de gobernador por el almirante : y lo mis- parte de nuestro polo ártico, y la parte
mo oy al licenciado Alonso Çuaço, que de aquella isla, que es á la vanda del
también lo fué un tiempo, y ha costeado Norte ó Septentrion, está en veynte é dos
é andado la isla ; pero mas largamente grados é medio en la punta de Yucanaca.
fuy desto informado del capitán Pamphilo Y la punta de Sanct Anton, que es la
de Narvaez, que acabó de conquistar es- parte mas occidental é fin de la dicha is-
ta isla é anduvo por toda ella mas que la , está en veynte y un grados é medio.
otro, é mas particularmente la vido. É Esto que es dicho es su assiento é verda-
sin estos, otros muchos le dan trescientas deros límites desta isla : la qual, como-
494 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
he dicho, de la parte del Levante tiene tiene las islas de los Lucayos é de Bimi-
aquesta Isla Española, é por el Poniente ni é la provincia que llaman la Florida
la tierra de Yucatan é de la Nueva Espa- en la Tierra-Firme. Estos son los aleda-
ña, que son provincias ó partes de la ños de la dicha isla de Cuba ó Fernandi-
Tierra-Firme, é de la parte del Mediodia na, la qual por la mayor parte della es
tiene la última é mas occidental tierra des- toda muy áspera é montuosa é doblada
ta Isla Española, en lodo lo que discurre tierra : é hay en ella muy buenos rios, ri-
al Poniente la punta que llaman de Sanct cos de oro é de muy buenas aguas é mu-
Miguel, que otros impropriamente llaman chas , é hay assi mismo muchas lagunas
cabo del Tiburón. É tiene assimismo al y estaños dulces, é algunos salados, que
Sur la isla de Jamáyca, é las islas que por evitar prolixidad no escribo, por pas-
llaman de Lagartos, é las que he dicho sar á las otras cosas é particularidades de
de los Jardines ; é por la parte del Norte la historia.
CAPITULO II.
De Tos pueblos principales de la isla de Cuba ó Fernandina, y de otras cosas particulares della.
CAPÍTULO 111.
De la conquista é pacificación de la isla de Cuba o Fernandina, é de los gobernadores que lia ávido en HI;.,
é del descubrimiento primero de Yucatan, de donde procedió descubrirse hi Nueva EspaS*.
toco tiempo antes que el comendador bastian de Ocampo, el qual fue á aque-
mayor de Alcántara , don fray Nicolás de lla isla é lomó tierra en ella; pero bizo
Ovando, fuesse removido de la goberna- poco, é no desde á mucho que allá esta-
ción de aquestas partes, envió con dos lla vino á gobernar estas partes el almi-
caravelas é gente á tentar si por via de rante segundo destas Indias, don Diego
paz se podría poblar de chripslianos la Colom, y el comendador mayor se fue á
isla de Cuba ; é para sentir Jo que se de- España. E después el almirante envió á
bía proveer, si caso fuesse que los indios Cuba por su teniente á Diego Velazquez,
se pusiessen en resistencia. V á esto en- natural de Cueilar, que era uno de los
vió por capitán á un hidalgo llamado Se- que á estas parles vinieron primero con
49G HISTORIA GENERAL Y NATURAL
el almirante viejo, don Chripstóbal Co- avia ydo alli proveydo por esta Audien-
lom, en el segundo viaje que acá vino, cia Real, el licenciado Çuaço no hiço re-
año de mili é qualroçientos é noventa y sidencia , porque aunque la hiciera, fuera
tres años ; é aqueste Diego Velazquez fue ninguna é la avia de tornar á hacer en
el que comencó á poblar é conquistar la mandándolo Su Magestad ó su Real Con-
dicha isla é dio principio á la fundación sejo de Indias. Pero tomó el almirante
de la cibdad de Sanctiago é á otras vi- las varas, é con aquellos oydores enten-
llas. Y cómo era hombre rico é se avia dió en otras cosas tocantes á la reforma-
hallado en la primera conquista desta Is- ción de aquella isla, y el almirante vol-
la Española, é su persona estaba bien re- vió el cargo al mismo Diego Velazquez,
putada, diósele crédito é quedó quassi que estaba suspenso desde que alli avia
absoluto en Cuba é comencó, como he ydo el licenciado Alonso Çuaço. Hecho
dicho, á fundar los pueblos de suso toca- aquesto , el almirante é los oydores que
dos, é pacificó aquella isla é púsola de- he dicho se tornaron á esta Isla Española.
baxo de la obediencia real de Castilla, en Aquesta buena obra é las que mas avia
el qual tiempo se hiço mucho mas riquís- hecho el almirante á Diego Velazquez se
simo. Después de lo qual vinieron los las pagó desta manera. Que cómo él avia
frayies Hierónimos que el cardenal fray pacificado la mayor parte de aquella isla,
Francisco Ximenez de Cisneros, gober- y en su nombre la acabó de conquistar
nador de España, envió á esta isla é cib- el capitán Pamphilo de Narvaez, buena
dad de Sancto Domingo, y con ellos por persona é diestro en la guerra, é de los
justicia mayor al licenciado Alonso Cua- primeros pobladores de aquella isla (del
co , como en otras partes queda dicho; é qual se dirá mas en su lugar adelante);
con su acuerdo é por las muchas quexas pacífica la isla, é repartidos los indios
que avia contra Diego Velazquez, fue á por mano de Diego Velazquez, sacóse
le tomar residencia el licenciado Çuaço, mucho oro, porque es isla de muy ricas
en nombre del almirante don Diego Co- minas: é lleváronse ganados desta Isla
lora. Y después que la ovo hecho, que- Española é hánse hecho alli muy bien to-
dósse assi suspenso de la gobernación, das aquellas cosas que tengo dicho que
pero muy rico hombre : é residía en ella se han aumentado acá, de árboles é plan-
el juez de residencia, que era el licen- tas é hiervas é de todo lo que de Espa-
ciado Çuaço, porque ya quando él allí ña se ha traydo , ó desde aquesta isla á
fue, ya avia hecho él residencia en Sanc- aquella se ha llevado. Y en esto dióse
to Domingo. Pero aunque Çuaço admi- mucho recabdo Diego Velazquez, é cómo
nistró justicia en Cuba, tampoco faltó era mañoso, no solamente quería las gra-
quien se quexasse del al almirante, por cias de lo que él hacia, pero aun de lo que
lo qual acordó de passar en persona á la tierra, por su propria fertilidad, pro-
ver la verdad ; é fueron con él dos oydo- ducía. En fin que la isla llegó á estar muy
res de aquesta Audiencia Real, que resi- próspera é bien poblada de chripslianos
de en esta cibdad de Sancto Domingo, é llena de indios, é Diego Velazquez muy
que fueron los licenciados Marcelo de Vi- rico: é tuvo manera é tales terceros á par
llalobos é Johan Ortiz de Matienço; pero del Rey Cathólico, con la amistad que con
quando estos llegaron, averiguada la ver- él tenia el tesorero de esta isla, Miguel
dad, no hallaron tantas culpas en Çuaço, de Passamonte, á quien se le daba un
como se decían. Écómo ellos no tenian gran crédito, que aunque el almirante
comission para le tomar residencia, ni él quisiera remover del cargo á Diego Ve-
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. VIII. 49'
lazquez no pudiera. É assi entró por su he dicho, Anton de Alaminos ; pero yo
mano en Cuba, é quedóse por mantene- téngolo por fábula, é si las avia, no piens-
dor con el officio aprobado por el Rey; so que las harían por penssar lo que ha-
mas todavia en nombre é como teniente cían, en hacerlas, pues queen la verdad
del almirante. son ydólatras, y cómo ha paresçido por
Después de lo qual, continuando su la experiencia , ninguna memoria tenían
gobernación Diego Velazquez, año de ó avia entre aquella generación de la cruz
mili é quinientos diez y siete, armaron ó passion de Christo, é aunque cruces
en aquella isla, con su licencia, para yr á oviesse entre ellos, no sabrían por que
descobrir algunos de los mas antiguos las haçian; é si lo supieron en algund
conquistadores della, que fueron Fran- tiempo (como se debe creer), ya lo avian
cisco Hernandez de Córdoba, é Chripstó- olvidado.
bal Morante, é Lope Ochoa de Cayçedo, Tornando á la historia , assi cómo
é fué nombrado por veedor un Bernar- estos chripstianos ovieron lengua des-
dino lùiguez. Los quales, con ciento é tas gentes, é vieron que la costa de
diez hombres, llevando por piloto princi- aquella tierra era grande, acordaron de
pal á un Anton de Alaminos, con tres na- dar la vuelta á dar la nueva de lo que
vios que armaron á sus proprias despen- avian visto ; porque cómo vieron tan po-
sas , se hicieron á la veía desde el cabo blada la tierra é tan grande, no se atre-
de Sanct Anton, que es lo último al Oc- vió tan poca gente á quedar en ella ; pero
cidente de la isla, é corrieron la via del anduvieron todavía hasta llegar á una
Sudueste, que es el viento que está en- provincia, llamada Campecho, donde vie-
tre Mediodía é Poniente. É dende á seys ron un lugar de hasta tres mil casas con
dias que dieron principio á su navega- gente innumerable, que salían á la costa
ción, vieron tierra, é avrian andado hasta maravillados de ver tan grandes navios
sessenta é seysó septenta leguas: é aquella como los nuestros (puesto que eran pe-
tierra que primero vieron era de la pro- queñas caravelas), y estaban espantados
vincia de Yucatan, en la costa de la qual assi en ver la forma de las velas, corno
avia algunas torres de piedra no altas. de las xarçias é de todo lo demás ; y mu-
Estas son las mezquitas é oratorios de cho mas quedaban admirados de oyr al-
aquellas gentes ydólatras : estos edefiçios gunos tiros de lombardas, é ver el humo
estaban assentados sobre ciertas gradas, é olor del çufre: todo aquello les daba
las quales torres estaban cubiertas de imaginación que era lo mismo que los
paja, y en lo alto de algunas de ellas truenos é rayos que caen de las nubes.
avia verduras de árboles de fructa, pe- Con todo esso, salieron algunos chrips-
queños, como guayabos é otras arbole- tianos en tierra, é luciéronles fiesta, mos-
das. Vieron gente vestida de algodón con trando placer de los ver, é truxéronles
mantas delgadas é blancas é con çarçi- de comer muchas é muy buenas aves,
llos en las orejas é con patenas é otras que son no menores que pavos é no de
joyas de oro al cuello, é también con menos buen sabor, y otras aves, assi
camisetas de colores, assi mismo de al- como codornices, é tórtolas, é ánades,
godón ; é las mugeres cubiertas las cabe- é ánsares, é ciervos, é liebres, é otros
ças é pechos, é con sus naguas é unas animales. Pero porque, quando se hable
mantas delgadas, como velos, en lugar de particularmente desta Tierra-Firme, se
tovalla ó manto. Entre estas gentes se ha- dirán todos los géneros de animales é
llaron cruces, segund yo oy al piloto que aves, passemos á lo demás. Este lugar
TOMO I. 63
498 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
ó pueblo que he dicho, le puso nombre el á flechar, é los españoles se defendieron
capitán Francisco Hernandez, é se nom- animosamente é mataron é hirieron algu-
bró el Cacique de Lácaro (porque el día nos de los contrarios; pero como los ene-
de Sanct Lácaro allegaron los chripstia- migos eran muchos, fuéles forçado tor-
nos á aquesta tierra), á denotar que como narse á embarcar y mas que de passo,
Christo nuestro Salvador resuscitó á Lá- porque les mataron veynte chripstianos
caro, assi yban los chripstianos con su é hirieron mas de otros treynta ; é assi
sagrada fé á despertar é resusçitar estas mismo fué herido el capitán Francisco
gentes de muerte á vida, de perdidos á Hernandez, é si adelante passáran, nin-
salvarlos é reducirlos á la religion chrips- gún chripstiano quedara con la vida. É
tiana. De allí passaron hasta quince le- assi, como mejor pudieron, se recogieron
guas adelante , y llegaron á otra provin- á los navios, y aun con mucho trabajo é
cia que los indios llaman Aguanii, y el con la pérdida que es dicho. Hecho aques-
principal pueblo della se dice Moscobo, to, se tornaron estos primeros descubrido-
y el rey ó cacique de aquel señorío se lla- res de aquella tierra á la isla Fernandina,
ma Chiapoton. É penssaron que, como de donde avian salido ; é aqueste fué el
los indios que he dicho, no les hicieron principio de se descobrir la Nueva España.
mal, antes se alegraron de su venida, Tornando á la gobernación de Diego
que assi lo hicieran estos otros ; pero no Velazquez é otras cosas de Cuba, poco
estaban desse paresçer: antes no querían hay que decir demás de los descubri-
que los chripstianos saltassen en tierra, mientos é armadas que el gobernador
é mostrábanse feroces en manera de re- Diego Velazquez hizo, é que me paresçe
sistencia con sus arcos é flechas, y ellos que perdió el tiempo é la hacienda que
pintadas las caras é frentes de colores di- avia allegado, para hacer rico é de buena
versas ; é penssaron una cautela para ma- ventura al marqués del Valle, don Fer-
tar á los chripstianos, é fué aquesta. Di- nando Cortés, como se verá adelante en
xéronles que entrassen por agua (que se el discurso de la historia. Mas porque no
la pedian los nuestros); pero que estaba tengamos á qué volver á las otras cosas
lexos, desviada de la costa dentro en particulares de aquella isla é de su ferti-
tierra, y enseñábanles el camino de cier- lidad, brevemente se relatarán en el ca-
tas sendas estrechas é sospechosas; é pítulo siguiente, pues las mas délias es-
cómo vieron que los chripstianos rehusa- tán entendidas por lo que queda dicho y
ron de yr adelante por el agua, é sintie- escripto de aquesta Isla Española é de la
ron que eran entendidos, comencáronlos de Sanct Johan.
CAPITULO IV.
De las cosas en general, é de la riqueça é fertilidad de la isla de Cuba ó Fernandina, é otras particulari-
dades della.
La gente de la isla de Cuba ó Fernán- mismo con que nasçen, é no son ellos ni
dina es semejante á la desta Isla Espa- las mugeres mas vestidos de lo que está
ñola aunque en la lengua difieren en dicho. La estatura, la color, los ritos é
muchos vocablos, puesto que se entien- ydolatrías, el juego del batey ó pelota,
den los unos á los otros. El trage es el todo esto es como lo de la Isla Española;
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. VIII. 409
pero en los casamientos son diferentes, çense muy bien. Y de los árboles de Es-
porque quando alguno toma muger, si es paña é hortaliza digo lo mismo; é assi
cacique, primero se echan con ella todos hay aquellos árboles é plantas é hiervas
los caciques que se hallan en la fiesta ; é naturales de la tierra que tengo apunta-
si es hombre principal el que ha de ser tado é particularmente dicho desta Isla
novio, échanse con ella primero todos Española ; pero hay mas en Cuba mucha
los principales ; é si el que se casa es cantidad de ruvia, que es naturalmente
plebeyo, todos los plebeyos que á la fies- producida é de aquella isla é muy bue-
ta vienen, la prueban primero. É después na. Hay todos los pescados é animales
que muchos la han probado, sale ella sa- insectos ó ceñidos, é todas las otras co-
cudiendo el braco, el puño cerrado é al- sas de Hayti ó de la Isla Española, ex-
to, diciendo en alta voz: Manicato, ma- ceptúen lode los acucares, porque aun-
nicato : que quiere deçir esforçada ó fuer- que se han hecho muy bien las cañas é
te é de grande ánimo, quassi loándose se haría el acucar como acá, no se han
que es valerosa é para mucho. En la ma- dado á ello, á causa de estar cerca el fia
nera de se gobernar por príncipes ó ca- de aquella isla de la Nueva España; 6
ciques , assi mismo son de una forma, y cómo se acabó de conquistar la isla, lue-
en otras muchas costumbres, como se go se fue mucha gente della á la Nueva
dixo de la Española, puesto que en al- España, en especial que como tengo di-
gunas cosas pocas sean apartados ó dife- cho , desde alli se hizo el primero des-
rentes ; pero en general son conformes y cubrimiento. Y desde alli salió la segun-
lo mismo en sus vicios é libídine , é poca da armada con el capitán Johan de Gri-
verdad ó ninguna, é ingratos ; é no quie- jalva, é la tercera con el capitán Hernan-
ren ser mas chripstianos de lo que estotros do Cortés, e la quarta con el capitán
todos, aunque el chronista Pedro Mártir, Phamphilo de Narvaez, c todos quatro
informado del bachiller Ençiso, dice ma- por mandado del teniente Diego Velaz-
ravillas de la devoción é conversion de quez. É assi quassi se despobló la isla de
un cacique de Cuba que se llamó el Co- Cuba, é acabóse de destruir en se morir
mendador , é de su gente. Yo no he oydo los indios, por las mismas causas que fal-
cosa de aquello, aunque he estado en taron en esta Isla Española, é porque la
aquella isla ; é por tanto me refiero en dolencia pestilencial de las viruelas que
esto á quien lo vido, si assi passó. Pero tengo dicho, fue universal en todas estas
yo lo dubdo, porque he visto mas indios islas. É assi Jos há quassi acabado Dios,
que el que lo escrebió ni que el que se lo por sus vicios c delitos ó ydolafrías. Sus
dixo; y por la experiencia que tengo de areytos é cantares son, corno en esta is-
aquesta gente, creo que ningunos ó muy la; y esta manera de bayles ó cantar es
pocos dellos son chripstianos de su gra- muy común en todas las Indias, aunque
do ; é quando alguno se torna chripslia- en diversas lenguas. Sus camas son hama-
no que es hombre de edad, es mas por cas de la manera que lo tengo dicho, é
antojo que por celo de la fé ; porque no sus casas de la misma forma hechas que
le queda sino el nombre, é aun aquel atrás quedan pintadas é relatado. El ma-
se le olvida presto. Possible es aver al- yor pecado en aquella isla era hurtar,
gunos indios fieles; pero yo creo que é assi castigaban tal delito, como dixe
muy raros. atrás ; y su religion de los indios de Cu-
De los ganados que hay en Cuba é se ba es adorar al diablo, dicho cerní. La
truxeron de España, hay muchos é há- luxuria, con las mugeics tenían por gen-
500 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
tileça, é con los hombres eran abomina- É ovo los animales mismos que en la Es-
bles sodomitas. Casábanse en los grados pañola, de quatro pies ; pero también hay
que he dicho, é dexaban las mugeres al presente otros que son mayores que
por pequeñas causas, é las mas veces conejos, é tienen los pies de la misma
ellas á ellos; algunas méritamente, por manera, salvo que la cola es como de
ser ellos contra natura inclinados, é otras un raton, larga y el pelo mas derecho
por no perder ellas tiempo en sus vicios como texon, el qual les quitan é quedan
é libídine. Los reyes ó caciques toman blancos é buenos de comer. Estos se to-
quantas mugeres quieren, é los otros las man en los mangles que están en la
que pueden dar de comer é sostener. mar, durmiendo en lo alto; é meten la
Son muy grandes pescadores é caçado- canoa debaxo del árbol, y meneando el
res de aves é de pescados con el pexe árbol,, caen en el agua, é salíanlo indios
reverso, é de las ánsares bravas con las de la canoa y en breve se toman muchos
calabaças, como se dirá, quando se trac- dellos. Este animal se llama guabiniqui-
te de la isla de Jamáyca. Es isla de muy naoc : son como corros é del tamaño de una
buen oro y háse sacado mucho en ella : hay liebre, de color pardo, mixto con berme-
mucho cobre é muy bueno ; porque de- jo. La cola poblada é la cabeça como de
mas de ser muy averiguada cosa, puede hurón, é hay muchos dellos en la costa de
aver pocos meses que un Alonso del Cas- laislaFernandina, de quien aqui se tracta.
tillo, natural de Yepes, tierra de Toledor Y también hay otro animal que llaman ayrer
calderero, de cinco quintales de la vena tamaño como un conejo ,. de color entre
en que hizo la experiencia, sacó tres: pardo y bermejo, y es muy duro de co-
el quai deçia que es mejor de labrar este mer; pero no los dexan por esso de lle-
cobre que todos los cobres que él avia var á la olla ó al assador. Hay assi mis-
visto. La quai vena ó minero está en una mo en Cuba los mismos pescados que en
sierra á tres leguas de la cibdad de Sanc- la Española é las mismas aves é otras que
tiago. se dixeron ya en otro lugar é proprio li-
Volviendo á lo demás, digo que en bro. Es tierra templada; pero mas fria
esta isla los mantenimientos de la gen- que no esta Isla Española, porque coma
te natural della, son los mismos de la he dicho donde se tracto de su assiento
Española, é tieuen la misma forma en é límites, está la parte septentrional della
las cosas de la agricultura ; é hay todas en veynte é dos grados é medio de la
aquellas plantas, é fructas é legumbres. equinoçial.
CAPITULO V.
1)6 las serpientes ó culebras de la isla de Cuba ó Fernandirta.
Hin la isla de Cuba hay muchas cule- la isla de Cuba muy mayores culebras- &
bras é de muchas maneras é diferencias sierpes, porque se han muerto algunas
é lagartijas é alacranes y escolopendras tan gruesas ó mas que el muslo de un
c abispas, é todas estas é sus semejan- hombre, y tan luengas como veynte e
tes, segund se ha dicho de la Isla Espa- çinco é treynta pies é mas; pero son
ñola, en los libros precedentes. Pero en muy torpes é mansas é no enconadas, e
especial en las culebras se han visto en cómenlas los indios : é hállanles muchas
DE INDIAS. LIB. XVII. GAP. V. 501
veces en el buche seys é siete é mas de tragado enteros, aunque son mayores que
aquellos animales que he dicho que se conejos.
llaman guabiniquinax, juntos, que han
CAPITULO VI.
De las pelotas redondas, como'piedras de lombardas-, que natura produce é se hallan en la isla de Cuba ó
* Fernandina.
Day un valle en la isla de Cuba que tu- que las quisieren. É hállanse de aquestas
ra quassi tres leguas entre dos sierras ó piedras en todo aquel valle, como minero
montes, el qual está lleno de piedras re- de ellas, é cavando las sacan, segund que
dondas, como de lombardas, guijeñas, é las quieren ó han menester; y muchas1
de género de piedra muy fuerte, é re- del! as están assi mismo sobre la superfi-
dondíssimas en tanta manera, que con cie de la tierra, y en especial á par del
ningún artificio se podrían hacer mas rio que llaman de la Venta del Contramaes-
iguales é redondas, cada una en el ser tre , que está quince leguas de la cibdad
que tiene. É hay de ellas desde tamañas de Sanctiago, yendo á la villa de Sanct
ó menores que pelotas de escopetas; é de Salvador del Bayamo, que es la via del
ahy adelante, de mas en mas grossor cre- Poniente. Y porque de suso se hizo men-
ciendo, las hay tan gruesas como las qui- ción del minero de pez que hay en la
sieren para qualquier artillería, aunque isla de Cuba, é quiero que el letor quede
sea para tiros que las pidan de un quin- mejor informado de aquello, lea el capí-
tal, é de dos é mayores, ó de la grosseza tulo siguiente.
CAPITULO VIL
De la fuente ó minero de betún que hay en la isla de Cuba ó Fernandina.
Jim la costa del Norte de la isla Fernan- el qual acabó de conquistar la isla ; é sá-
dina del Puerto del Príncipe está un mi- pelo de los pilotos Johan Bono de Que-
nero de pez, la qual se saca en lajas é xo é Anton de Alaminos, é de otros caba-
pedaços de muy buena pez ó brea ; pero lleros é hidalgos, dignos de crédito, que
háse de mezclar con mucho sebo ó açey- vieron muchas veces la misma pez ó brea
te, y hecho aquesto es qual conviene, pa- que he dicho é donde ella nasçe: é todos
ra empegar ó brear los navios. Yo no he la aprobaban por buena é suficiente para
visto esta fuente ó minero, aunque he es- brear los navios. La pez della he yo visto
tado en aquella isla ; pero es muy noto- y me la enseñó é dio un pedaço della
ria cosa, é sópelo del adelantado Diego Diego Velazquez, que yo llevé á España
Velazquez, que tuvo mucho tiempo car- año de mili é quinientos é veynte y tres,
go de la gobernación de aquella isla, é para la enseñar allá.
súpelo del capitán Pamphilo de Narvaez, Esto no es cosa nueva segund Plinio ',
CAPITULO VIII.
Del segundo descubrimiento hecho por el adelantado Diego Velazquez , y en su nombre el capitán Joban
de Grijalva, desde la isla de Cuba , de ciertas partes de la Nueva España é sus costas é algunas islas nue-
vamente halladas.
JLf espues que Diego Velazquez, aícayde Hernandez, para la enviar á las islas de
é capitán general, é repartidor de los Yucatan é Coçumel, é Costila y á las otras
caciques é indios de la isla Fernandina islas á ellas comarcanas (pero Yucatan no
por sus Magestades, é teniente en ella es isla , aunque en aquellos principios
por el almirante visorey, don Diego Co- penssaban que lo era, porque no es sino
lora, supo lo que por el capitán Fran- parte de la Tierra-Firme). É á los veyn-
cisco Hernandez é sus consortes se avia te de enero del año de mili é quinientos
descubierto de Yucatan, segund atrás é diez y ocho eligió por capitán desta ar-
queda ya dicho ; é tuvo algunas lenguas mada áJohan de Grijalva, é por tesore-
de indios de la propria tierra (nuevamen- ro á Anton de Villasaüa ; é para esto
te descubierta), acordó de enviar una tuvo licencia de los padres Hieróniraos
armada con el capitán Johan de Grijalva que gobernaban estas partes : los quales
é con el piloto Anton de Alaminos, que mandaron que fuesse en esta armada, e
avia seydo el que avia halládose en el por veedor, un caballero de Segovia,
descubrimiento del capitán Francisco mancebo, llamado Francisco de Peñalo-
tierra todo lo que pudiessen, é assi se brían ya algo de la lengua é podrían mu-
hizo. Estos doschipstianos, por quien pre- cho aprovechar.
guntaban , avian quedado perdidos en el La isla de Goçumel, ques dicho, esta
primero descubrimiento, é desseábanlos en diez y nueve grados de la línía equí-
cobrar, assi por su salvación dellos mis- noçial a la parte de nuestro polo, é cer-
mos , como porque se presumía que sa- ca de la costa de Yucatan.
CAPITULO IX.
Cómo el capitán Johan de Grijalva saltó en tierra de la isla de Coçumel con parte de la gente que lleva-
ba, y de lo que passó en el primer pueblo, donde tomó la possesion por Sus Mageslades é reynos de Cas-
tilla, ó otras cosas.
MiLiércoles cinco días de mayo del año aquella isla que era una de las sobredi-
de mili é quinientos é diez y ocho, el ca- chas islas, é que hasta entonces no avia
pitán general Johan de Grijalva hizo que seydo descubierta; por tanto, que él en
los navios botassen fuera las barcas. É lugar de Diego Velazquez, y en nombre
hecho assi, él entró con sus armas en la de los muy altos é muy poderosos sere-
barca de la nao capitana con cierta gen- níssimos é cathólicos, la reyna doña
te , é lo mismo hicieron los capitanes de Johana y el rey don Carlos, su hijo,
los otros navios, para salir en tierra: é nuestros señores, reyes de Castilla é de
llegadas todas qua tro barcas á la costa, Leon, etc., é para su corona real de
mandó que ninguno saliesse délias sin su Castilla tomaba é aprehendía, é tomó é
licencia é mandado, é assi se hizo ; y él aprehendió la possesion é propriedad é
solo saltó desde su barca en tierra el señorío real é corporalmente de aquella
primero, é hincóse luego de rodillas é hi- Coçumel, é de sus anexos, é tierras é
zo una oración breve y secreta á Nuestro mares é todo lo demás que le pertenesçe
Señor, é levantóse luego de pies é mandó ó pertenesçer podría. É hizo su auto de
que todos los que yban en las barcas sa- possesion en forma, segund lo llevaba or-
liessen délias, é juntos todos en un es- denado, sin contradiçion alguna, é pidió-
quadron, é con la bandera real de Espa- lo por testimonio al escribano que he di-
ña en medio, mandó á un escribano, lla- cho ; y hechos los autos de possesion é
mado Diego de Godoy, que leyesse en convinientes, puso nombre á la isla
alta voz un escripto que el capitán tenia Sancta Cruz, porque en tal dia se avia
en la mano, en el qual en eíeío se con- descubierto, é á la punta de Ja misma is-
tenia cómo el capitán Johan de Grijalva, la arriba declarada, mandó llamar Sanct
en lugar é por mandado de Diego Ve- Pheïipe é Sanctiago.Y hecho ÚgOéstO«
lazquez , gobernador é capitán de la isla quiso yr el capitán, con la gente que con
Fernandina, por sus Alteças, avia veni- él estaba, en tierra hacia aquella casa quo
do con aquellos caballeros é hidalgos que vieron primero en la punta que he dicho;
estaban pressentes á descobrir las islas pero no pudo ser, porque era tierra ane-
de Yucatan é Coçumel é Çiçia é Coslila é gadiça en partes ; é por esto quiso yr por
otras á ellas comarcanas, que estaban por el agua, é tornóse con la gente á las bar-
descobrir; é que pues á Nuestro Señor cas , é guiaron puestas las proas á la par-
avia plasçido de averie dexado llegar á te de la casa, é vídose una canoa con
TOMO I. 64
506 HISTORIA GEJNERAL Y NATURAL
ciertos indios que yba á los navios: é é donde los indios tienen sus ydolos, en
por saberlo que querían, dio el capitán é quien adoran. Estas casas eran de cal é
sus barcas la vuelta á la mar, donde es- canto bien labradas ; é quassi puesto el
taban sus cara velas, y entró en la capi- sol, yendo los navios á la vela, se vido en
tana , é ya la canoa estaba junto al cos- la costa un edeficio grande á manera de
tado de ella, é aun algunos de los indios torre ó fortaleça é mucha gente encima;
dentro, hablando con los chripstianos; y é ya que era de noche, surgiéronlos na-
assi cómo entró el capitán le presenta- vios un tiro de piedra de mano, poco mas,
ron una vasija de miel, como lade Espa- enfrente de la torre, é paresçian muchas
ña, aunque algo agrá. Y el uno de aque- lumbres encendidas cerca de la torre; y
llos indios deçian ser cacique ú hombre cómo no ovo lugar de salir á tierra, no
principal ; é por Julian, la lengua, les fué se entendió en mas de hacer muy bien
dicho por mandado del capitán que los la guarda á los navios toda la noche, has-
chripstianos eran del rey de España, é ta que llegó el dia siguiente. É assi cómo
que venían á ver aquella tierra que era esclaresció, vino una canoa, jueves seys
suya : é dábanles de comer é no lo qui- de mayo, é llegó á bordo con ciertos in-
sieron , é diéronles otras cosas é camisas dios. El capitán les hizo decir por la len-
é otras preseas, é tomáronlo. Preguntá- gua que él queria salir á tierra á hablar
ronles que dónde tenian el pueblo : que lo al cacique é ver su pueblo é darles de lo
queria yr á ver el capitán é los chripstia- que trayan los chripstianos é holgarsse
nos; y el indio principal dixo que cerca con ellos, si lo oviessen por bien : é res-
estaba de allí, y que él holgaba dello: pondieron que holgaban dello é que el
que fuesse á lo ver, y que él se queria sa- calachuni (que quiere decir rey ó caci-
lir en su canoa á tierra, é que alli en la que) avria placer dello é de versse con
costa esperaría al capitán é á los crips- él. É assi el capitán con sus quatro barcas
tianos, para los llevar á su pueblo. É que- é con la gente que pudo caber en ellas,
dando assi concertado, la canoa se fué ; y salió á tierra é se desembarcaron al pié
el capitán y la gente comieron é salieron de la torre, que estaba junto al agua en
luego á tierra ; pero no hallaron al indio la costa : la qual era un edefiçio de piedra,
que los avia de guiar, y aunque estuvo alto é bien labrado. En el çircuyto tenia
la gente esperando en tierra, no vino. Y diez é ocho gradas, é subidas aquestas,
determinados los chripstianos de yr por avia una escalera de piedra que subia
ciertas sendas que acudían á la costa de hasta arriba, é todo lo demás de la tor-
la mar, para ver si por ellas yrian al pue- re paresçia maçiço. En lo alto, por de
blo, todas yban á fenesçer en ciénagas é dentro, se andaba alrededor por lo hueco
pantanos anegadiços é no posibles para de la torre á manera de caracol, é por
su propóssito; é assi dieron la vuelta á de fuera en lo alto tenia un andén, por
los navios é hizo el capitán que se hi- donde podían estar muchas gentes Esta
çiessen luego á la vela, por costear la isla torre era esquinada y en cada parte te-
é ver si podrían aver noticia de algund nia una puerta, por donde podian entrar
pueblo. É vieron por la costa junto á la dentro, y dentro avia muchos ydolos;
mar, algunas casas pequeñas, puestas á de forma que este edefiçio se entendió
trechos unas de otras desviadas, blancas bien que era su casa de oración de aque-
é tan altas como la estatura de un hom- lla gente ydólatra. Tenían alli ciertas es-
bre, poco mas ó menos : las quales segund teras, de palma hechas lios, é unos hue-
después paresció eran casas de oración, sos que dixeron que eran de un señor ó
DE fcNDlAS. LIB. XVII. CAP. IX. 507
calàcbuni muy principal. En la cumbre unas patenas redondas de guanin, é di-
desta torre, en el medio della, estaba otra xeron que no tenían otro oro alguno sino
torrecilla pequeña, de dos estados en aquello. Y el capitán é su gente entra-
alto, de piedra é esquinada, é sobre cada ron en el pueblo, que estaba ahy junto é
esquina una almena, é por la otra parle avia casas de piedra ó lo alto délias cu-
en la delantera de la torre avia otra es- bierto de paja, é otros edefiçios de mu-
calera de gradas, como la que está dicho. chas maneras de piedra, algunos moder-
En esta torre assi mismo hizo el capi- nos é de poco tiempo, é otros algunos
tán sus autos de posesión, é puso sobre que mostraban antigüedad, al paresçer
ella la bandera real de España é tomó su muy hermosos. Y estuvo el capitán espe-
testimonio é puso nombre á esta torre rando al cacique para le hablar, é nunca
Sanct Johan Ante Portam Latinam; é lue- vino ni paresció, porque dixeron que era
go vino allí un indio principal, acompa- ydo á rescatar, segund la lengua Julian
ñado de otros tres, é metió un tiesto con decía, á la Tierra-Firme. Esta gente al
brassa é con ciertos perfumes que olían paresçer era pobre é miserable; pero
muy bien. Este indio era viejo á tenia porque el letor entienda qué cosas son
cortados los dedos de los pies, é echó guanines, para adelante digo que son
muchos perfumes á los ydolos que dentro píecas de cobre doradas; é si algund oro
en.esta torre estaban, é deçia á altas vo- tienen, es muy poco ó ninguno.
ces cierto cantar, en un tono igual, é dio Tornando á la historia, alli se vieron
al capitán é á los otros chripstianos sen- liebres como las de Castilla, é junto al
das cañas, que en poniéndoles fuego se pueblo, pero pequeñas : é estando mi-
quemaban poco á poco, como pivetes, é rando una délias, éjunta la gente de los
daban de sí muy suave olor; y luego den- chripstianos que con el capitán Johan de
tro en la torre dixo missa el capellán que Grijalva avian salido á tierra, mandó pre-
yba con el armada, llamado Johan Diaz; gonar só ciertas penas que ninguno di-
digo en lo alto de la torre, en un altar xesse á los indios á qué yban los chrips-
que alli se hizo sobre una mesa, é algu- tianos , salvo que se los remitiessen al
nos indios estuvieron pressentes , y no capitán para que él se lo dixesse, é que
poco maravillados hasta que la missa fué ninguno les hiçiesse mal ni daño , ni los
dicha. Assi cómo fué celebrado el culto enojasse, ni burlasse con ellos, ni ha-
divino é el sacerdote se desnudó , truxe- blassen con las mugeres, ni les tomassen
ron los indios al capitán ciertas gallinas cosa alguna contra su voluntad, ni rcs-
de las de aquella isla, que son grandes, catassen con algunos indios, DI rescí-
como pavos, é no de menos buen gusto, biessen dellos cosa alguna , ni diessen
ó vasijas de miel, é se lo presentaron: causa á alterarlos é ponerles miedo ; y
el qual lo rescibió é se apartó con el pres- que si supiessen que algund indio quería
sente debaxo de un portal que estaba rescatar oro, ó perlas, ó piedras presçio-
cerca de la torre, armado sobre unos pi- sas, ú otra cosa alguna, lo Uevassen al
lares de piedra, é mandó traer algunas capitán para quel hiçiesse en ello lo que
cosas, é hízoles preguntar por Julian la conviniesse, é que ningund chripstíano
lengua, si tenían oro (al qual alli llaman se apa¡ tasse de su bandera ó quadrilla,
taquin) y é si lo querían rescatar por al- ó de donde le fuesse mandado que esto-
gunas cosas de las que alli les mostra- viesse, só graves penas. É publicadas é
ron : é dixeron que sí, é trayan unos pregonadas estas é otras ordcnanças, é
guanines que se ponen en las orejas c aviendo hablado largamente con la genio
?iO\S HISTORIA GENERAL Y NATURAL
de aquel pueblo é enseñádoles su resca- por la regla en que los quiso poner.
te, é sabido de los indios que no tenían Hay en aquella isla de Coçumel ( alias
oro, se tornó este capitán é los chrips- Sancta Cruz) muchas colmenas, como las
tianos á embarcar en sus navios. Estas de Castilla , pero menores, é mucha miel
ordenanças ó capítulos é pregón no eran é cera.Hay xarales, como en Castilla: de-
solamente para lo pressente ni por tiempo cían los indios que avie liebres, é cone-
limitado, sino para todo lo que turasse jos, é puercos, é venados, segund la
su officio é viaje deste capitán ; é de al- lengua Julian lo declaraba ; pero quanto
gunas cosas destas, assi mandadas é or- á las liebres , como se dixo de suso, los
denadas, no plugo á todos los que oyeron chripslianos las vieron alli, é assi mis-
el pregón : anles muchos se resabiaron mo la miel é aqueHos pavos ó gallinas
é quedaron mal contentos del capitán, grandes.
CAPITULO X.
Cuino el capiían Johan de Grijalva e su armada salieron de la isla de Coçumel, para yr á la isla de Sanefar
Maria de los Remedios , dicha Yucatan ; pero no isla, como estos penssaban, sino Tierra-Firme ; é lo que
les intervino de una india que se vino tras los navios para la costa, la qual era natural de la isla de Jamáy-
ea, é de los requerimientos que passaron entre -el capitán é el piloto mayor, é cómo llegaron al pueblo det
cacique Láearo , é cómo pelearon con los indios sobre tomar agua.
Assi cómo se embarcó el capitán Johan esta isla de Coçumel, que, como' es di-
de Grijalva é la gente que con él avian cho , ya se llamaba Sancta Cruz, un mar-
saltado en la isla de Coçumel, esse mismo tes, once de mayo, requirió el piloto ma-
dia se hicieron á la vela, é començaron yor, Anton de Alaminos, al capitán Johan
á correr por la costa de aquella isla ha- de Grijalva que le dexase hacer su offi-
cia la parte, donde se paresçia la tierra cio , en lo que tocaba á la navegación,
que estos llamaban isla de Sancta Maria pues que élyba por piloto mayor del ar-
de los Remedios. Ê por serles el tiempo mada , só ciertas protestaciones ; y el 68-
contrario é faltar agua á los navios, se pitan respondió que era contento de le
ovieron de tornar á donde primero estu- dexar hacer su officio en todo lo que el
vieron surtos, cerca del pueblo de la isla piloto mandasse y dixesse, que convinien-
de Coçumel, llamado Sanct Johan Ante te fuesse á la navegación de aquella ar-
Portam Latinam, para tomar agua; é có- mada , excepto ea aquellas cosas que el
mo los indios vieron tornar los navios de capitán viesse que él se apartaba ó era
los chripstianos, huyeron todos del pue- fuera de lo que debía hacer. Yendo assi
blo é dexáronle vacio, con temor que á la vela este dia, quedóse atrás una ca-
ovieron, é ninguna cosa dexaron en las ravela, é amaynó las velas cerca de tier-
casas, salvo algund poco de mahiz é al- ra , é penssó el general Johan de Grijal-
gunos ajes é mameyes é otras cosas de va que estaba encallada, é entró luego
poco ó ningún valor. É alli se tomó toda en la barca de su nao capitana con los
el agua que los navios ovieron menester, que les paresció, é fue á saber qué nes-
de ciertos xagueyes ó charcos (que son çessidad tenia aquel navio. É Cómo lle-
lagunajos fechos á mano é pequeños) : é gó, dixéronle los del navio que avian vis-
tomada el agua, se tornaron á hacer á la to un chripsliano desde aquella cara vela,
vela los navios, ó yendo por la costa do que avia venido por la costa mas de dos
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. X. öoa
leguas tras ellos, llamándolos, é que por sí é de su officio ; é assi en requerimien-
esso avian surgido por le recoger. El ca- tos se passó parte de aquel día. Desto
pitán , oydo esto , fue la vuelta de tierra avia poca nesçessidad para la historia,
y llegado á la costa, vido quatro chrips- porque son cosas de poca substancia y
tíanos desnudos dentro del agua, y con de menor sabor para el que lee ; mas son
una india en una canoa ; y el capitán se de calidad é aviso para los que navegan
alegró mucho penssando que eran chrips- é tienen cargo de alguna armada para
tíanos que estaban perdidos en aquella aprender á sofrir, porque es cierto que
isla: é quando á ellos llegó, halló que eran es menester mucho juicio é paciencia pa-
todos de aquel navio que estaba surto, é ra comportar un marinero descomedido
decían que por mandado del capitán (de los quales hay mas que no bien cria-
Alonso Dávila avian salido en socorro del dos). Ved que propóssito de piloto, y en
chripstiano que deçian aver visto; los qué tiempo se andaba en requerimientos:
quales avien salido á nado, é la india bien pudiera él topar con capitán, que le
que con ellos estaba, era el chripstiano, ahorcara de una entena. Passemos á lo-
que avien penssado que lo era, y que los demás.
venia llamando por la costa. É el capi- Digo que llegado el siguiente dia, se
tán recogió estos chripstíanos é los puso contaron trece de mayo y era día de la
en aquella caravela, de donde avien sa- Ascension, é llegó el armada á una bahía
lido á nado ; é él se volvió á su nao ca- de la costa de Yucatan, é paresçia á la
pitana , llevando consigo á la india : la vista remate ó punta de la tierra, é en-
qual dixo que era natural de la isla de traba entre unos baxos é isleos: é con
Jamáyca, é que avia ydo á aquella isla trabaxo entraron los navios toando, pens-
con otros indios, é que á algunos dellos sando hallar salida, é surgieron porquel
los avian muerto los indios de aquella agua á cada passo era mas baxa, é avia
tierra, é los que dellos avien quedador se menos fondo; por lo qual el piloto ma-
avian ydo huyendo no sabia donde; é yor entró en una barca, para ver si avia
que á ella la avian tomado para se ser- salida, é no le paresçiendo que la avia,
vir della, é que como avía conosçida los ni manera por donde yr adelante, se tor-
chripstíanos, se avia venido en pos de las nó al navio é dixo que avia poca agua,
caravelas, porque la gente de aquella é que en algunas partes no avie hallado
tierra la tractaban mal é no quería estar sino una braca, éque penssaba que eran
con ellos. arraçifes que llegaban á la Tierra-Firme.
El mismo dia hizo otro requirimiento Estonces el capitán hizo juntar á todos los
el piloto mayor, Anton de Alaminos, al pilotos, é ávido su acuerdo, todos acor-
capitán, en que dixo que él no estaba ni daron que lo mas seguro era tornarse por
venia tal para que pudíesse dar buena do avian ydo, é que era mejor bojar la
cuenta del cargo que llevaba, ni estaba tierra por la vanda del Norte. A esta en-
para ello, é que por tanto pedia é reque- senada puso nombre el capitán la Bahía
ría que lo diesse á otra persona quien él de la Ascension, porque aquel dia era su
quisiesse, é que desde entonces se disis- fiesta. Otro dia siguiente, quince de ma-
tia del cargo de piloto mayor. El capitán yo, salieron los navios de aquella bahía,
le dixo é respondió que ni él le quitaba volteando, é surgieron cerca de unos ar-
ni quería quitar su cargo é officio : antes raçifes, porque sobrevino la noche; y el
le decía que lo hiçiesse, como era obli- domingo siguiente acabaron de salir de
gado, para que diesse buena cuenta de aquellos baxos con harto trabajo , é fue-
Ö10 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
ron su camino por la costa de Yucatan. seys leguas airas, hallaron los pilólos que
Ê el lunes siguiente en la tarde paresció no hacían buen camino y quel piloto ma-
una punta, en que avia dos edefiçios, co- yor se engañaba, ó que el pueblo de Lá-
mo torres, la una muy ancha, é la otra caro estaba adelante, y que no avien bien
de manera de humilladero, como un cha- reconosçido la tierra. Y el piloto mayor
pitel sobre quatro pilares, é muy blan- vino en conosçimiento de su error, c
cos: é también avia otros edefiçios, é to- dixo que era verdad lo que los otros de-
da la tierra de hasta alli era liana, é den- cían ; é dixo mas, quel pueblo de Lácaro
de en adelante alta, é surgieron los na- estaba de alli quince ó veynte leguas ade-
vios^ É el lunes de mañana, diez y siete lante: é assi el lunes siguiente el capitán
de mayo, passaron adelante, é á la no- y el piloto mayor é el escribano se pas-
che surgieron tras aquella punta, y el saron al navio que se deçia Sánela Ma-
martes siguiente continuaron su navega- ria de los Remedios, porque era menor é
ción costa á costa, é cerca de tierra, é pedia menos agua, é por se poder alle-
vieron un ancón, como bahía, que pares- gar mas con él á la tierra: é aquel dia
çia que harían dos islas. Y el miércoles en la tarde surgió, é con alguna gente
siguiente, diez é nueve de mayo, par- el capitán salió en tierra á ver si hallaría
tieron de alli ó caminaron hasta el vier- agua, porque avie dos ó tres dias que la
nes siguiente, veynte é uno del mes, é gente bebia vino por falta délia, é no la
á medio dia llegaron á una punta llana hallaron sino ciénegas, é tornáronse á los
que se hacia en la tierra, é anduvieron navios. Otro dia, martes veynte é cinco
aquel dia é la noche; o otro dia, sábado de mayo , salieron de alli los navios en
por la mañana, víspera de Pasqua del demanda del pueblo de Lácaro, y al tiem-
Spíritu Sancto, surgieron á par de unas po quel sol se entraba, llegaron á surgir
playas de arena, é alli el piloto mayor junto al pueblo, e desde los navios se
desconoció la tierra, é dixo que el pue- veian en el pueblo é por la costa mucha
blo de Lácaro quedaba atrás diez ó doce gente, é toda la noche oían mucho ruy-
leguas, é que alli, donde estaban, era el do, como quien estaba en vela, é tañían
pueblo de Champoton, donde avien muer- alambores ó trompetas ó cosas que sona-
to la gente al capitán Francisco Fernan- ban, sin se poder determinarlo cierto de
dez el año antes, en el primero descubri- lo que eran. Pero essa misma noche el
miento desta tierra ; é que dos casas que capitán apercibió la gente, para saltar en
atrás quedaban en una punta era el pue- tierra antes que fuesse de dia, al quarto
blo de Champoton. É porque traían ya del alba, por poder entrar mas sin peli-
grande nesçessidad de agua é no avia gro; é assi puesto en vela, é orde-
donde la tomar, acordaron de tornar atrás nando su salida, toda la noche con muy
á buscar el pueblo de Lácaro, é si no gentil ánimo é voluntad para lo quesub-
pudiessen alli tomarla, que se tomasse en cedíesse, estovieion esperando el tiem-
Champoton, penssando quel piloto ma- po é la hora para se desembarcar, cómo
yor deçia verdad : é assi volvieron atrás les fuesse dada la señal por el capitán,
el domingo que se contaron veynte é tres todos á punto de guerra, como gente que
dias de mayo, primero dia de Pasqua del penssaban aver menester las manos é las
Spíritu Sancto ; é aviendo andado bien armas.
DE INDUS. LIB. XVII. CAP. XI. 511
CAPITULO XI.
Cómo el capitán Johan de Grijalva é los otros capitanes é gente de la armada saltaron en tierra á par del
pueblo del cacique Lácaro, é de las cosas que passaron alli sobre tomar agua para los navios, é de la ba-
talla que ovieron con los indios y gente de aquella tierra.
ÍTJ.iércoles, veynte é seys dias de mayo eran muchos é armados todos, unos con
de mili é quinientos é diez é ocho, quas- arcos é flechas, otros con rodelas é lan-
si dos horas antes que fnesse de dia , al ças pequeñas ; ó haçian ademanes é mues-
quarto del alba, el general Johan de Gri- tras de querer acometer á los chripstia-
jalva se embarcó en el batel de la nao nos, é amenacábanlos é señalaban que
capitana con toda la gente que pudo ca- se fuessen é no pasassen adelante. Estan-
ber en él; é mandó que los otros capita- do assi, dixo el general á los otros capi-
nes particulares de los otros navios hi- tanes y á todos los chripstianos que él no
çiessen lo mismo en sus barcas con toda venia á hacer mal ni daño á aquellos in-
la gente que en ellas cupiesse , é assi sa- dios, ni á otros algunos de las otras is-
lieron en tierra lo mas secreto y sin ruy- las, ni de quantas en el viaje descubries-
do que les fué posible, é sacaron tres se, ni á les tomar cosa alguna contra su
pieças de artillería, é muy concertada- voluntad ; é que á este efeto avia fecho
mente sin ser sentidos salieron junto á pregonar ciertas ordenanças, como atrás
una casaque estaba en la costa. Pero an- quedó dicho, segund á todos les era no-
tes que los chripstianos saltassen en tier- torio ; é que al pressente, por la extre-
ra, salieron ciertos indios de á par de mada nesçessidad que tenían de agua,
aquella casa , é passo á passo se fueron avian saltado en tierra, para la pedir á
hacia su pueblo junto á la mar, callando, los indios del pueblo de Lácaro y rogar-
y paresçian ser muchos. Salido en (ierra les que se la dexassen tomar pagándos-
el general Grijalva é los otros capita- sela é dándoles por ella alguna cosa ; de
nes é gente junto á la casa, se assenta- manera que ellos quedassen contentos,
ron dos tiros vueltas las bocas hacia don- porque aquella gente é pueblo no se al-
de aquellos indios se avien ydo, é pu- terassen, ni los chripstianos resçibiessen
siéronse guardas é centinelas, é la otra daño en la tomar; y que por tanto les
gente estuvo junta é muy sobre aviso, en mandaba y rogaba é requería, só Jas pe-
tanto que las barcas volvían á los navios nas que les tenia puestas, quo ninguno
por mas gente. V en tanto que se hacia se desordenasse ni saliesse de su batalla
de dia claro, paresçian junto á la mar á hablar ni contractor con los indios ni á
hacia el pueblo en frente de donde estos otra cosa alguna, sin su expresa licencia;
chripstianos estaban, un batallón de mu- porque haciéndolo assi, se haría lo que
chos indios hablando unos con otros no Sus Alteças mandaban, é lo contrario
muy alto, pero bien se oyan : é quando haciendo, incurrirían en las penas que to-
quiso amanesçer tornaron los bateles é man puestas, é se executarian en los
barcas con mas gente de los nuestros, é transgresores é inobedientes en todo y
desembarcados se juntaron con los que por todo, porque de otra manera no se
avien salido primero. É luego fué de dia podría efetuar lo que todos desseaban.
é se vieron mejor los indios, los quales En tanto que este raçonamienlo hizo ul
ÖI2 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
general á su gente, los indios perseve- vista de los indios ; é después de acabado
raban en sus fieros é ademanes, hacien- el officio divino, movieron el general é
do muestras de querer pelear y acometer su gente passo á passo en buena orden
á los chriptianos. Estonces el capitán hacia donde los indios estaban , para yr
mandó á la lengua Julian, que era na- á un poço que alli avie de buena agua,
tural de la misma tierra, que llamasse é los indios hacían señas que se tornas-
los indios y les dixesse que él ni los sen y no pasassen adelante ; é la lengua
chripstianos no venían á les hacer mal Julian les deçia que no (oviessen temor,
ni daño alguno ni á les tomar cosa algu- que no yban sino á tomar agua. É luego
na, sino á ser sus amigos y darles de lo tornaron á decir que fuessen ( segund la
que traían. Y cómo los indios lo enten- lengua deçia ), é assi llegó nuestra gente
dieron , salieron algunos dellos de entre á un poço que estaba en un llano peque-
la otra moltitud y llegáronse hacia los es- ño junto á la costa en frente del pueblo,
pañoles muy çerca, y la lengua les tornó é alli assentaron real en torno del poço
á decir lo mismo que es dicho, é que los para tomar el agua : lo qual se puso lue-
chripstianos no querían entrar en su pue- go por obra por los marineros y grume-
blo, si ellos no holgassen dello, ni que- tes que la sacaban, é la gente bebia de
rían sino agua para la gente é navios, é buena gana, porque venían con mucho
que se la pagarían, é que assi lo dixes- desseo della, por la falta que les avia he-
sen á su calachuni ( que como tengo di- cho. Y por entre ciertas arboledas é bos-
cho , assi llaman allí al rey ó cacique ó caje que avia entre el pueblo é aquel
señor principal de todos). É luego les fué llano paresçian muchos indios, é otros
enseñado algund rescate é les dixeron por delante de los árboles, armados de
para qué era cada cosa de lo que assi les sus arcos é flechas en sus carcaxes, é al-
mostraron, y diéronles algunas cosas ; é gunos de aquellos archeros trayan dos
los indios respondían que su calachuni y carcaxes llenos de saetas : otros trayan
ellos holgaban que tomassen agua, mas rodelas é lanças pequeñas é cortas, é por
que tomada se fuesen , y que ellos tam- medio de los cuerpos trayan muchas vuel-
bién querían ser sus amigos, mas que no tas de vendas ó listones de algodón tan
querían que entrassenen su pueblo. É la anchos, como una mano (é torcidos que-
lengua, por mandado del capitán, replicó daban tan gruesos como el dedo pulgar
que assi se haría, y que tomada el agua, de la mano): y trayan dadas al cuerpo
se embarcaría con su gente ; y entonces en torno de la persona veynte é treynta
aquellos particulares indios se fueron, y vueltas por la cintura ; é de aquel tal çi-
con las manos llamaban á los chripstia- ñidero pende un cabo con que cubren
nos que fuessen en pos dellos. La casa sus verguenças, en tal manera, que con
que he dicho era blanca y de piedra bien facilidad pueden sacar despues sus miem-
edificada; y debia ser casa de oración, bros para orinar, soltando aquel cabo del
porque dentro della avia ciertos cernís ó ceñidero, ó para hacer cámara, porque
ydolos, en que aquellos indios adoran aquel cabo que ponen por braga viene
(que todos son ydólatras). Y el capitán por la horcajadura entre ambos los mus-
general mandó á un clérigo que yba en los , desde las espaldas al vientre, á dar
el armada que dixesse missa, primero que una vuelta ó atadura en las otras vueltas
de allí pasasse : é assi él se vistió para que están en torno del cuerpo. Esto pens-
celebrar é dixo missa, la qual los chrips- saban los chripstianos que traían en lu-
tianos oyeron con mucha devoción y á gar de coraças ó armas defensivas ; pero
DE INDUS. LIB. XVII. CAP. XI. •M
no es sino su acostumbrado hábito, y el é lo resçibian con gran goço, é yban
gentil-hombre mancebo destos indios mas con ello corriendo á los otros indios é
vueltas de ceñidor trae de la manera que se lo enseñaban los unos á los otros, co-
es dicho. Verdad es que peleando, no les mo maravillados de verlo, é assi torna-
pesaría tanto que la saeta ó herida diesse ban otros con mas cosas de comer é
en tales ceñidores, como en las otras par- mahiz, porque les diessen de aquellas
tes de la persona ; pero todo lo demás de qüentas; y al son de un tamborino é
los cuerpos traen desnudo. flauta que en el real de los chripstianos
Esta gente de los indios estaban por la se tañia , venían muchos dellos é mucha-
parte de encima del pueblo y por baxo chos á verlo tañer, é estaban espanta-
del hasta la mar, que era todo claro y no dos de oyrlo, é algunos dellos ovo que
avia monte, y tenian hecha una paliza- baylaron al son de la flauta. Pero de ra-
da, á manera de albarrada, para for- to en rato no cessaban de decir que se
talesçer el pueblo por aquella parte que fuessen los chripstianos, é siempre el ge-
esta defensa estaba: la qual seria de al- neral con la lengua les daba por respues-
tura de un estado de un hombre poco ta que tomada el agua, se yrian , é otras
mas ó menos, hecha de madera, muy buenas palabras, por no los enojar ni al-
bien puesta; é por de dentro ó de la terar, é prometiéndoles que el dia si-
otra parte della estaba mucha gente de guiente se yrian. Y en esto vinieron cier-
indios, armados de la forma que es dicho, tos indios, y en ellos deçian que venia
y también andaban algunos dellos por la un hermano del calachuni : al quai é á
parle de fuera. É comencándosse á tomar los que con él venían, les hizo decir el
el agua é henchir ciertas pipas della, de general, por la lengua Julian, cómo en los
rato en rato venían indios desarmados al reynos de Castilla avia un muy podero-
capitán general, é hacían que la lengua so rey y señor, cuyo vasallo él era y
Julian dixesse á los chripstianos que se aquellos chripstianos, é que en otra isla
fuessen, que no querían que estoviessen que se deçia Haytí avia un gran señor que
mas allí ; é el capitán hacia que les res- se deçia el almirante, y en Tierra-Firme
pondiesse la lengua que, en tomándose el otro , y en la isla de Cuba otro, que se
agua, se yrian, é que no les avian de ha- decia el señor Diego Velazquez (por quien
cer mal ni enojo, é que assi lo dixessen el general y aquellos chripstianos que alli
á su calachuni, é que le rogaba que vi- estaban, venían por su mandado); y que
niesse á verle, que le quería hablar é ser en otras muchas islas y partes avia un
su amigo é darle de lo que trahia. É con gobernador, gran calachuni ó cacique,
esto se tornaban é deçian que yban á se que hacia mucho bien y mercedes á la
lo decir, é vueltos deçian que luego ver- gente é indios de todas aquellas tierras y
nia, é que tomassen agua é se fuessen los favoresçian y defendían de todos sus
los chripstianos, é paresçia que holgaban enemigos : é que los tales gobernadores
de la respuesta de los nuestros, é llega- é almirante, é capitanes, é otros muchos
ban á mirar á los chripstianos é reíanse. señores é grandes gentes todos eran va-
É trahian algunas fructas de las que tie- sallos del gran rey de Castilla, á quien
nen, é tortillas é bollos de mahíz, é otras muchas generaciones sirven é obedesçen;
cosas de comer, y dábanlas á los chrips- y que él á todos tiene en justicia y hace
tianos, y en trueco desto daban ellos á muchos bienes y mercedes, y que assi les
los indios algunas conteçuelas de vidro baria á ellos, si querían ser sus amigos y
de colores é otras cosillas de poco valor, vasallos ; v que si algo le diessen que se
TOMO I. 65
514 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
lo pagaría, y que si tenían oro, perlas ó ron de la paciencia de los nuestros é de
piedras presçiosas é otras cosas buenas su sufrimiento, que començaron á tirar
é las querían rescatar, que lo truxessen algunas flechas contra los chripstianos: é
é se les daría por ello otras joyas é pre- los capitanes é los otros soldados deçian
seas que los chripstianos Iranian, é mos- que ya no era bien que tal bellaquería
tróseles muchas cosas de rescate para é descomedimiento se le comportasse á
que lo viessen. É la lengua deçia que res- aquella gente bestial. Y el general los
pondían que si traerían, é y ban é tornaban refrenó é hizo estar quedos á los chrips-
indios é no trahian nada, salvo unas pa- tianos , é volvió con la lengua á les re-
tenas delgadas redondas de cobre dorado, querir que no hiçiessen mal ni tirassen,
que se las tornaron á dar é les dixeron porque si no lo hacían assi, los chrips-
que aquello no era oro ni valie nada ni tianos matarían muchos dellos, é que no
las querían los chripstianos. Por manera querían sino tomar agua é yrse otro dia
que de quant o truxeron, ninguna cosa se luego, como les avia dicho. É hizo sus
les tomó, sino una patena como de gua- protestaciones con ellos, acordándoles
nin, por la qual se dio rescate, con que que el rey mandaba que no se les hi-
fue contento el que la truxo. É deçian çiesse mal, sino fuessen los indios los
que yban á llamar al calachuni para que agressores é malos, començando la pelea;
hablasse al general, pero nunca vino: é aun tomó testimonio este general de
antes seyendo ya tarde, después de me- sus protestaciones por medio é interpre-
dio dia, començaron á amenaçar de nue- tación de la lengua Julian. É dicho esto,
vo á los chripstianos y embragaban sus estovieron quedos los indios, é se re-
rodelas é mostraban que querían pe- truxeron ya puesto el sol, é se comen-
lear contra los nuestros, é començaron á çaron á yr unos en pos de otros á su
poner saetas é flechas en los arcos, é da- pueblo, éno salieron del por esta noche;
ban silvos, é hacían fieros sin les aver mas velábansse con sus atabales é atam-
dado causa alguna , y paresçia que que- bores toda la noche, é oíanse bocinas é
rían començar á pelear muchas veces con otro son, á manera de trompetillas, é ha-
denuedo, é el general con la lengua pro- cían otros estruendos, como de gente
curaba de los aplacar, é requeríales que que estaba en vela. É los chripstianos
no començassen la batalla ni otra merca pussieron el recabdo que les convino
tentassen contra él : que otro dia á medio para su guarda é vela, é ordenadas sus
dia se yrian los chripstianos todos. É di- rondas é çintinelas, como gente diestra
çiéndoles esto, tornábanse á asegurar por é aperçebida, passaron aquella noche, sin
otro poco de espacio. cesar poresso el exerçiçio de sacar agua,
Los españoles estaban atendiendo pues- porque el poco era ruin é no tenia mu-
tos en orden de batalla, é asestados dos cha , é era menester espacio para hen-
tiros medianos de bronce é una lombar- chir las vasijas é llevarlas á los navios.
da de hierro hacia los indios , é dos es- Otro dia, jueves veynte é siete dias de
copeteros é algunos ballesteros, é los de- mayo, por la mañana se acabó de tomar
mas españoles tenían espadas é rodelas, el agua que les paresció que bastaba
é algunos con lanças ginetas é daragas, á los que tenían cargo délia, é los indios
apercibidos é sin se mudar de su escua- començaron á salir del pueblo por entre
drón. Desde á poco tornaron los indios á los árboles éboscaje, é por la albarrada
sus vanas ferocidades, y fué tanta su des- que es dicho, en grand número dellos y
vergüenza é temeraria osadía que cobra- sin comparación mas muchos de los que
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XI. 515
se avian visto el dia de antes y armados su sufrimiento, é ya que con buenas pa-
de la manera que está dicho ; y de entre labras é por la industria del capitán es-
todos salieron dos indios é començaron peraron á que los chripstianos lomassen
á señalar con las manos á los chripstia- el agua, prometiéndoles que otro dia
nos que se messen de allí y no estovies- luego siguiente se yrian, é que tomada
sen mas dó estaban. El uno de aquellos é llegado otro dia, lo diferian para la tar-
indios se hizo mas adelante con una lum- de, usaron del remedio de las armas pa-
bre encendida y en su lengua dixo cier- ra no sufrir contra su voluntad los hués-
tas palabras, y púsola sobre una piedra é pedes que no eonosçian é á ellos eran
tornóse atrás para los otros de su hues- tan nueva manera de hombres. Lo segun-
te ; y el general Grijalva preguntó á Ju- do , es notable cosa aquella protestación
lian, la lengua, qué cosa era aquello, é del sahumerio inviolable, pues que la
dixo que era guaymaro, sahumerio que lengua avisó que sin falta acabado de ar-
ofresçian á sus ydolos, á quien hacían der aquel fuego ó sacrificio fecho á sus
oración para que los hiçiesse victorio- dioses, indubitadamente coraençaria la
sos contra él y contra los chripstianos; é batalla, como se hizo. El general hizo
que assi lo acostumbraban, quando que- estar queda su gente é mandó que nin-
rían dar batalla á alguna gente, é que guno se moviesse hasta quel artillería ti-
en acabándosse de arder aquella lumbre, rasse, é pidió por testimonio que él se
eomençarian la pelea é le acometerían defendía, porque le querían ofender aque-
sin falta, é assi paresció por la obra des- llas gentes bárbaras sin causa. É hizo
pués. El general mandó á la lengua que luego llevar de allí á Julian, lengua, á
les dixesse que no lo hiçiessen, pues que los navios, porque no se perdiesse ó se
él no les avia fecho mal ni enojo algu- fuesse, é mandó poner fuego á los tiros
no , ni los chripstianos, é que estovies- é encontinente arremetió el general é su
sen quedos, que aquel dia en la tarde se gente, llamando á Dios y al apóstol Sanc-
yria con su gente ; é assi se lo requirió tiago contra los indios, é hiçiéronlos re-
muchas veces, como lo avia fecho el dia traer hasta los meter por el boscaje : é
antes. É luego vinieron al real ciertos in- queriéndose retraer, porque en lo espeso
dios con algunas gallinas é las dieron al de los árboles no resçibiessen daño de
general, y él las rescibió é halagólos é las flechas, cómo algunos españoles suel-
dixo que le truxessen mas; que él se las tos se avian entrado en lo espesso tras
pagaría todas muy bien. Pero estando en los indios, porque no peligrassen, ovo de
esto, se acabó de arder aquella protesta- tornar el general á los socorrer á la ar-
ción del fuego, é se començaron encon- boleda. É alli estovieron revueltos pe-
tinenle de alterar los indios que estaban leando con ellos, y el general Johan de
á par del bosque é albarrada, y los que Grijalva salió herido, y con un diente
estaban con el general le dexaron y se menos y otro quebrado, y aun la lengua
fueron presto á los otros, é dieron luego algo cortada de una flecha é con otras
una grita grande é muchos silvos, tirando dos heridas en las piernas ó rodillas. Ê
muchas piedras é flechas. sacaron de aquel boscaje muerto un com-
De aqui se notan estas cosas que ago- pañero que se deçia Johan de Guetaria é
ra diré. Lo primero, que esta gente, otros niuchoschripstianos salieron heridos,
aunque salvaje, viendo entrar en su tier- porque entre los árboles los indios pelea-
ra gente extraña é con mano armada, no ban á su sabor é huian, quando les conve-
es de culpar su alteración, sino de loar nia , é si no fuera por el artilleria y es
516 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
pocos ballesteros y escopeteros que tenian é quena ser amigo del general é de los
los nuestros peligraran mas chripstianos, chripstianos é que vernia á le hablar é
porque no se podían aprovechar de otras traeria mucho oro, é toda aquella tarde
armas. Y créese que los tiros de pólvora no hacían sino yr é venir con embaxa-
y ballestas hicieron mucho daño en los das los indios : las quales ni los que las
contrarios y mataron hartos indios, de los oyan las entendían, ni las respuestas dé-
quales no se pudo saber la cantidad, aun- lias los embaxadores, puesto que los unos
que vieron caer algunos, sino por el temor é los otros hablaban, é como los mudos,
que se vido en ellos se entendió su tra- con señas se esforçaban á dar á enten-
baxo; y no es de maravillar que se espan- der lo que cada parte deçia.
tassen losque nunca avian visto ni oydo el Despues desto, el general mandó quel
artillería, pues que á los que la tractamos Antonio de Amaya y el escribano Godoy
y á quien mejor la entiende, mas espanta. fuessen á decirles, como mejor supiessen
El general hizo llevar los españoles darlo á entender, que no oviessen miedo:
heridos á los navios, y él quedó en tier- é llegaron hasta dentro de lasalbarradas,
ra para acabar de tomar el agua , por- é parescióles que decían ó daban á en-
que le dixeron que era menester mas tender que su calachuni quería ser amigo
de la que tenian, é hizo tornar á ar- del general é todos esos indios querían
mar el artillería poca que tenia á par la mesma amistad con los chripstianos é
del poço, é paresçian algunos indios á mostraban mucho temor, é algunos dellos
par del arboleda, é cómo soltaban al- temblaban é decían que traerían de co-
gund tiro, todos se escondían. Estando mer , é oro é vernia su calachuni á hablar
ya el sol bien haxo salieron ciertos in- al general ; é á estos mensageros los ase-
dios desarmados á pedir paz, é el gene- guraron por señas que no temiessen é
ral mandó á uno de su compañía que les fuessen al real, que no les harían mal
saliesse al encuentro é supiesse que que- alguno. É decían los indios que se fues-
rían ; é tornó diciendo que le paresçia sen con ellos estos dos españoles é les
quel calachuni quería paz é que no to- darían de comer, y ellos tornaron al ge-
viessen enojo los chripstianos con ellos, neral, refiriéndole lo que es dicho.
é quel calachuni quería ser su amigo é Acabada de tomar el agua, se pussie-
les enviaría de comer é oro é vernia á ron los españoles en ordenança de tres en
ver al general : é dicho esto (si se supo tres, é á su passo acostumbrado,segund
entender], se tornaron los indios, é otras el estilo militar. El general é los capita-
dos ó tres veces salieron aquellos indios, nes é gente dieron una vuelta en torno
diciendo lo mismo. Estonces el general del poço por aquel llano, é fueron has-
mandó á dos hidalgos, el uno llamado ta la casa donde el dia antes se avían
Antonio de Amaya, é el otro el comen- desembarcado, y entraron en las barcas
dador Pedro de Alvarado, capitán , que la gente que en ellas cupo é fueron á los
fuessen á hablar con ellos é viessen lo navios, y el general quedó en tierra con
que querían: é fueron é habláronlos, é los restantes hasta que volvieron las bar-
vueltos al general, truxo el capitán Alva- cas, é se metieron en ellas é se fueron á
rado una máscara de palo, dorada por en- sus caravelas, é ningunos indios salieron
cima con una hoja de oro delgada, é di- sino pocos hasta el poço é de allí no pas-
xo que lo que avia entendido de las se- saron; y quandoel sol se puso, todos los
ñas de los indios era quel calachuni en- españoles estaban en los navios. El dia
viaba aquella máscara, en señal de paz, siguiente por la mañana se hicieron á la
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XL 617
vela á buscar algund buen puerto para mas principal dellos quisso que estoviesse
reparar un navio que haçia mucha agua, en su nao capitana, é pusiéronle nombre
é anduvieron por la costa hasta el lunes Pero Barba ( porque á todos quatro bap-
adelante, postrero de mayo, que surgieron tizaron por mano del capellán Johan
en una buena bahia entre unas isletas. Y Diaz é deste fué padrino un hidalgo lla-
en aquel puerto se tomó una canoa con mado Pero Barba), é no ovo escándalo
quatro indios para lenguas, porque era ni alboroto alguno en la tomada destos
de la misma tierra de Yucatan, donde indios, porque se hizo sin que los de la
estaban, y en cada navio hizo el gene- tierra lo supiessen.
ral poner uno dellos, y el que paresçia el
CAPITULO XII.
Oue Irada del assienlo é circunferencia de la fierra que estos descubridores é el pilólo Anion de Alamino*
llamaron isla de Yucalan (e* por olro nombre Sánela Maria de los Remedios), e' lo que el chronisla dice en
ello, después del paresçer deste piloto.
CAPITULO XIII.
En que se tracta del subçeso del general Johan de Grijalva y desta armada , desde que salió del Puerto
Desseado hasta que llegó al rio que llaman de Grijalva , que es en la costa de la Nueva España.
oábado çinco de junio del mesmo año se cortan las orejas sajándolas, sacrifi-
de mili é quinientos é diez é odio, salió cando á sus ydolos.
el capitán general desta armada de Die- A mí meparesçe, por lo que es dicho,
go Yelazquez, con las quatro caravelas, que este indio Pero Barba deoia, que
desde el Puerto Desseado, é siguió su este fue el primero hombre que á los
viaje por la costa de la tierra adelante la chripstianos que alli yban, les dio noticia
via de Poniente (desde aquella isleta don- é señas de la mar del Sur, y que este in-
de estaba), en demanda de aquella tier- dio no era á la sacón entendido de los
ra que el piloto Alaminos avia dicho que españoles, porque todo aquello que es
era nueva tierra; y el lunes adelante, sie- dicho que este indio deponía, era dar
te de junio, se vido desde los navios un nueva de la otra mar austral é de la Nue-
rio grande que salía déla tierra y entra- va España, que es aquella mesma costa
ba en la mar, â par del qual paresció mu- en que, quando aquesto deçia, les ense-
cha gente de indios, y passaron los na- ñaba , y donde estaban surtos : é assi es
vios adelante, y llegaron á otro rio ma- la verdad, como lo podrá ver el lelor
yor mucho, y surgieron quassi ála boca, adelante, en el discurso de la historia.
y no pudieron entrar en él por la mucha Otro dia siguiente entraron los navios
corriente que traia. Aqueste dia dixo la en el rio hasta media legua é no pudie-
lengua Julian que deçia el otro indio, ron subir mas por la corriente, é por am-
llamado Pero Barba, que desde el pue- bas costas de la una é otra parte del rio
blo de Chan, á otro que se dice Chatel avia grand moltitudde indios armados,
(Ja tierra adentro), es la isla de Yucatan, de la manera que atrás queda dicho, de
é hay tres dias de andadura, y que en arcos é flechase rodelas y lanças. Aques-
Chatel hay un rio que se coge mucho te dia vinieron ciertos indios en una ca-
oro, é que de alli se trae todo el oro que noa, que traían sus armas todas las que
los indios tienen ; é hay muchas sierras he dicho dentro en ella ; y en la proa
é montañas, y que de una costa á otra en venia un principal que mandaba á los
la dicha isla hay cinqüenlay sesenta dias otros, é traia embraçada una hermosa
de andadura ; y que los indios que habi- rodela, cubierta de muy lindas plumas de
tan la tierra adentro, quando algunas ve- colores, y en el medio della una patena
ces salen de sus tierras y allegan á ver redonda que relucía como oro, y assi lo
la mar, que assi como la ven luego echan era. Este indio mandaba á los otros de
lo que tienen en el estómago por la bo- la canoa, y el general Grijalva mandó á
ca ; y que hay muchos árboles grandes y la lengua Julian que le hablasse, y di\>>
muchos pueblos y grandes savanas ó ve- que no le entendían, ni él entendía á
gas ; y que los indios que viven la tierra ellos lo que deçian, é mandó al Julian
adentrono comen pescado, ni lo quie- que hablasse al otro indio Pero Barba
ren , y que en la tierra deste Pero Barba (que era uno de los que se tomaron en
Ö20 HISTORIA GEiNEKAL Y NATURAL
Puerto Desseado) y le dixesse lo que les quete dorado de palo con dos corneçue-
avia él de decir, si los entendiera, pues los encima ; una cabellera de cabellos ne-
que el Pero Barba entendía la lengua de gros de hombre ó muger ; otra máscara
aquellos indios de la canoa ; é assi se hi- de palo, é desde la nariz para arriba cu-
zo. É después que les ovo dicho que los bierta á manera de obra musáyca, muy
chripstianos querian ser sus amigos é ve- bien assentadas todas aquellas piedras de
nían á estar con ellos é darles de lo que color como turquesas, y de la nariz para
traían, se fué la canoa, yen la tarde tor- abaxo cubierta de una hoja de oro bati-
nó aquella é otra con el mismo capitán do, delgada; otra máscara de la misma
indio é otros que bogaban, é llegáronse manera que es dicho, pero la obra destas
al bordo ; é por la forma de interpretación piedras teníala de los ojos arriba, y des-
destas dos lenguas dobles, refiriendo el de ellos abaxo era cubierta de hoja de
capitán Grijalva á Julian, é Julian á Pe- oro batido delgada, sobre madera, é
ro Barba, y Pero Barba á los indios lo las orejas della eran de la labor de la
que les querian decir, se entendieron y pedrería que es dicho ; otra máscara de
concertaron para rescatar. Y lo quel ge- palo hecha á barras ó bastones de alto á
neral Grijalva hizo dar á este indio prin- baxo, las dos tiras eran de la pedrería
cipal ques dicho, é á los que con él ve- que es dicho, é las tres restantes de ho-
nían , fueron estas cosas : una medalla ; un ja de oro batido delgada; una patena
espejo dorado ; dos sartas ó hilos de qüen- delgada con una figura de cerní ó diablo,
tas verdes de vidro; unas tixeras; un cubierta encima de hoja de oro batido é
par de cuchillos (y estos tuvieron en mu- en algunas partes della sembradas algu-
cho); un bonete de frisa; quince dia- nas piedras ; una tablica de palo con una
mantes acules (que son unos cañutos de punta, como testera de caballo de armas,
vidro quadrados, del gordor de una pé- todo cubierto de una hoja de oro delga-
ñola de escrebir) ; un par de alpargates; da con unas listas de piedras negras bien
veynte qüentas pintadas, de vidro : todo asentadas entre el oro ; quatro patenas
lo qual entre los chripstianos era de muy de palo redondas, cubiertas de hoja de
poco valor é presçio, como se puede bien oro batido ; dos escarçelones de palo ó
entender. Y lo que el indio dio en res- guardas para las rodillas, en lugar de
cate ó trueco de lo que es dicho, fueron armadura, cubiertas de oro batido ; otras
las cosas siguientes: una máscara de quatro armaduras para las rodillas de
madera grande dorada , de la mesma ma- corteças de árboles, cubiertas de oro ba-
nera que se dora un retablo en Castilla tido de hoja delgada ; otro escarçelon de
con sisa, ú otro palo que se dore, y un palo, cubierto assi mismo de hoja de oro ;
penacho de plumas de papagayos con una cabeça de perro cubierta de piedras
una avecica encima, puesta en un huesso y muy bien hecha; un espejo de dos
que paresçia humano ; é dixo aquel indio lumbres con un cerco de hoja de oro ba-
que otro dia vernía su calachuni é trae- tido ; un palo fecho á manera de tixeras,
ría muchas cosas. Los chripstianos les cubierto assi mismo de hoja de oro, del-
enseñaron vino, é no lo quissieron. gada; un penachico pequeño de cuero,
Otro dia, jueves siguiente, volvió otra cubierto de hoja de oro batido ; cinco ro-
canoa con ciertos indios, entre los qua- sarios de qüentas de oro redondas, en
les venia uno que decían que era el se- que avia ciento é seys, pero el oro ora
ñor de todos é calachuni, é truxo al ge^ poco por encima é de dentro eran de
neral Grijalva lo que se sigue : un cas- barro; otras quatro qüentas de oro hue-
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XIII. ¿i\
cas; siete navajas de pedernal; dos pares era del rescate), sin lo qual ó allende
de çapatos, como de cabuya ó hene- desso le dio el capitán Grijalva un jubón
quén; siete tiras como collares de hoja de terciopelo verde y un collar de qüen-
de oro batido delgado, puesto sobre tas acules menudas, y una gorra de ter-
cuero; una sarta en que avia veynte arra- ciopelo. Y porque (como he dicho en
cadas de oro con cada tres pinjantes de otras partes desta historia), acostumbran
lo mesmo, puestas en tiras de cuero; los indios tomar los nombres de los ca-
otra sarta de las susodichas, é con otros pitanes ó personas principales, con quien
pinjantes de veynte pieças; un par de contraen la paz, assi se hizo con este
axorcas delgadas, cubiertas de oro, de calachuni, é quiso que le llaraassen Gri-
anchura de tres dedos cada una ; un par jalva: é luego sus indios deçian Grijal-
de guariques ó çarçillos de oro para las va, Grijalva, é muy alegres se entraron
orejas; un escarçelon de hoja de oro en su canoa y se fueron, é al rio se le
delgado; un par de escudillas grandes puso el mismo nombre que al calachuni,
redondas pintadas ; una rodela pintada, é llamáronle los chripstianos rio de Gri-
cubierta de plumajes de colores; una ro- jalva , la boca del qual está en diez tí
peta muy gentil, toda de plumas de colo- ocho grados déla línia equinoçial en es-
res; un paño de colores, como peyna- te nuestro hemispherio ó parte de nuestro
dor; un penacho redondo de plumas de polo ártico. Procuróse que los navios su-
colores con unas flores, y un ave peque- biessen el rio arriba por ver el pueblo,
ña encima del mismo ; é todo lo que es porque les paresció á los españoles que,
dicho muy bien labrado y cosas mucho segund la mucha gente, veian que debia
de ver. En recompensa de lo qual el ca- de ser grand cosa, é segund la manera
pitán Grijalva le dio á este calachuni dos del calachuni; mas la grande corriente
camisas de lienço y un espejo pequeño no los dexó é assi se partieron otro dia
dorado, y una medalla, y un cuchillo, siguiente, que se contaron once de junio,
y unas tixeras; unos çarahuelles de pre- prosiguiendo su descubrimiento. Este rio
silla ; un paño de tocar, y un bonete, y está é puede aver hasta él desde el Puer-
un peyne; cinco sartas de cuentas de vi- to Desseado veynte é cinco ó treynta le-
dro; otro espejo grande dorado; un par guas en la Tierra-Firme la vuelta del Po-
de alpargates; una bolsa de cuero labra- niente , y el rio sale ó tiene la boca mi-
da, con una cinta de Jo mismo ; veynte é rando á la tramontana ó Norte septen-
cinco qüentas de vidro pintadas (esto trional.
CAPITULO XIV.
En que se tracla de la prosecución del descubrimiento é viaje del capitán Johan de Grijalva, <: de lo que le
subcedió, desde que partió del rio que hizo llamar Grijalva hasta que llegó á la isla de los Sacrificios.
Viernes, once días de junio de mili é te cerca de la costa de la mar: é otro dia
quinientos é diez é ocho años, salió el ar- siguiente en la mesma costa envió el ge-
mada del rio de Grijalva con sus quatro neral una barca con ciertos hombres, é
caravelas, é prosiguió la misma costa la yendo por la mar truxeron quatro indios
via del Poniente, é toda la tierra pares- de otra lengua, é mostrándoles oro los
çia poblada é llena do edefiçios y de gen- chripstianos de lo que va tenían, dieron á
TüMO 1. 6G
m HISTORIA GENERAL Y NATURAL
entender por señas aquellos indios que tre la Tierra-Firme y una isleta pequeña
en aquella tierra avia mucho de aquello, que está entre la bahia y la mar, é sur-
é que lo cogían en los rios, y que si los gieron alli con los navios: é estando assi,
soltaban que ellos darian mucho oro de dixo el capitán Johan de Grijalva delante
aquello que tenían. É á los quince del de muchos de los que en esta armada
mes se tomaron otros quatro indios de la yban que el piloto mayor Anton de Ala-
misma lengua en la costa, é por señas minos avia dado por bojada la isla de
deçian lo que los primeros avian dicho Yucatan, estando en Puerto Desseado,
del mucho oro : y penssando ellos que los y que la costa é sierra , desde aquel
chripstianos los avian tomado para los puerto hasta donde estaban, era tierra
matar, lloraban los unos con los otros, continuada é paresçia otra tierra nueva,
cantando en cierto tono que paresçia que y que por tal se podia tomar «n ella po-
se acordaban en el son; é visto aquesto session, é que assi él como piloto, como
por el general, otro dia, miércoles diez todos los hombres de la mar, deçian que
é seys de junio, mandó soltar los seys todo aquello era de la costa de Tierra-
indios destos ques dicho, é hízoles dar Firme; é aun para lo saber mejor, hizo su
su canoa en que se fuessen, aviéndoles información é tomó los paresçeres de los
mostrado algunas cosas de rescate que se pilotos é de los que le paresció que lo
les prometió de dar trayendo oro, como podían entender, é todos dixeron que
ellos daban á entender que traerían, y a viendo respecto á las muchas é grandes
que demás desso en volviendo, les darian sierras que veían por la costa adentro de
los otros dos indios sus compañeros, que tierra, é los muchos é grandes rios que
quedaban detenidos, como para seguridad della salen á la mar de agua dulçe, y
ó fiança de su vuelta, para que todos que desde Puerto Desseado hasta la di-
juntos se fuessen después á su tierra. Otro cha isleta, donde estaban surtos, avian
dia diez é siete de aquel mes , assi cómo corrido ciento é treynta é mas leguas por
fué de dia paresçieron por la costa mu- una costa, que todos la tenían, á todo su
chos indios con dos banderas blancas, é entender, por Tierra-Firme. É assi otro
llamaban con ellas á los chripstianos : é dia siguiente, diez é ocho dias del mes
el general, creyendo que eran los indios de junio , viernes, el capitán general sal-
que avie fecho soltar, entró en las bar- tó en tierra en aquella islela con cierta
cas con alguna gente para ver qué que- gente, é fué por un camino entre arbo-
rían é si traían el oro que avian dicho; ledas, é algunas délias paresçian ser de
y cómo su costa es brava é avia gran re- fructales, é vieron algunos edefiçios de
saca de mar, dixeron los marineros que piedra antiguos á manera de adarves
se les anegarían las barcas é la gente, si ruinados por el tiempo, y derribados en
porfiassen de llegar á tierra. É por esso partes, é quassi en la mitad de la isla es-
desde bien cerca della hicieron señas á taba un edefiçio algo alto, al qual subie-
los indios para que fuessen á los navios, ron por una escalera de piedra : é subidos
ó que viniessen alli donde las barcas es- en lo alto estaba luego adelante de la es-
taban en sus canoas ; y cómo vido que calera que es dicho un mármol, é enci-
ninguna destas cosas querían hacer, se ma del una animalia que quería paresçer
tornó el capitán é gente de las barcas á león, assi mismo de mármol, con un ho-
sus navios ¿ y prosiguieron su costa ade- yo en la cabeça é la lengua sacada, é
lante. Hechos á la vela aqueste dia, lle- junto á par del mármol avia una pileta de
garon junio á una bahía que se hace en- piedra assentada en tierra, toda saugrien-
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XIV. 323
la, y delante della avia un palo hincado que estaban en la costa, le dieron al ca-
que declinaba sobre aquella pileta, y pitán Francisco de Montejo muchas man-
delante algo apartado estaba un ydo- tas pintadas muy lindas, y él les pre-
lo de piedra en el suelo con un plu- guntó por oro, y ellos le dixeron que á
maje en la cabeça, vuelta la cara á la la tarde le traerían, é assi se tornó á los
pila. Mas adelante estaban muchos palos, navios, é en la tarde vino una canoa con
como el que es dicho que caia sobre la ciertos indios que truxeron ricas manías
pila, todos hincados en el suelo, é cabe é dixeron que otro dia vernian con mu-
ellos avia muchas cabeças de hombres cho oro, é fuéronse. Otro dia de mañana
humanos y muchos huessos assi mesmo, paresçieron en la playa de la isleta anas
que debían ser de aquellas personas, cu- banderas blancas é llamaban á los chrips-
yas cabeças alli estaban. Avia otros cuer- tianos, y el general acordó de salir allá;
pos muertos, quassi enteros, que debían é assi cómo saltó en tierra, halló hincados
ser muchachos , que estaban quassi po- unos ramos de árboles, y debaxo dellos
dridos é muy dañados : de la qual vista tendida una manta, y encima unas ca-
los chripstianos quedaron espantados, çoletas pequeñas llenas de aves corladas,
porque luego sospecharon lo que podia con cierto caldo amarillo que paresçia
ser, é preguntó el general á uno de aque- que estaba guisado con especias. Y cómo
llos indios, que era de aquella comarca era viernes, ningún chripstiano comió de-
ó provincia, qué cosa era aquella, é por 11o: é tenían unas torticas de mahiz ó de
las señas é lo que se pudo entender dé- otra fructa envuelta con ello por pan ; y
lias mostraban que aquellos defunctos los tenían alli mahiz en maçorcas tierno, que
degollaban y sacaban el coraçon con paresçia estar cocido para dar de comer
unas navajas de pedernal que estaban á al capitán y á los que con él avian sali-
par de aquella pila, y los quemaban con do, y otras frucías: é truxeron algunas
ciertos haces de leña de pino que allí mantillas de algodón teñido y repartié-
avia, y los ofresçian á aquel ydolo, y les ronlas por los que alli estaban de los nues -
sacaban las pulpas de los molledos de los tros, é dieronles unos cañutos negros con
bracos é de las pantorrillas é muslos de sahumerios que tomaban como tabaco, é
las piernas, é lo comian, é que aquestos por señas dixeron al capitán que no se
sacrificados eran de otros indios, con fuesse é que le traerian oro y otras cosas.
quien tenían guerra. É assi les paresció É dieronles por siete mantas é dos tocas
á nuestros españoles que ello debia ser dos bonetes é dos mili qíientas verdes de
é que sacrificaban alli algunos indios de vidro é tres peynes y un espejo ; y estan-
aquella tierra ó provincia, y por esto el do alli en la dicha isleta H capitán Gri-
capitán general mandó que so llamasse jalva, dixo al piloto mayor Anton do Ala-
isla de los Sacrificios y bahía de Sacrifi- minos , en presencia de los otros capita-
cios , alli donde los navios estaban surtos nes é algunos de los mas principales del
entre la isleta é la Tierra-Firme. Aqueste armada, que ya Babia cómo él é los otros
dia el capitán Johan de Grijalva, des- pilotos, y otras personas, avien dicho
pués de se aver tornado á los navios, en- que aquella tierra grande que teniau pres-
vió al capitán Francisco de Montojo en sente era tierra firme é no isla, é que
una barca, con un indio de aquella tierra, él avie dado por bojada la lierra de Yu-
para saber qué era lo que querían ciertos catan, nombrada Sancta Maria de los Re-
indios que llamaban desde la costa, mos- medios, é que esta otra tierra que lla-
trando unas banderas: ó ydo allá, los man Firme es tierra nueva , é por tanto
52i HISTORIA GENERAL Y NATURAL
quería que diesse su paresçer, é dixesse mayor respondió que öl tiene dicho que
si seria bien seguir aquella costa hasta ha dado por bojada la tierra de Yucatan
que solamente les quedassen bastimentos é que aquella otra que alli veian la tenia
para tornar á la isla Fernandina, para sa- él por tierra firme, por las grandes sier-
ber mejor la verdad, ó si le paresçia que ras que dentro della se veian, é por una
era bien desde allí dar la vuelta en de- sierra nevada que assi mismo veian en
manda de las otras islas para las descu- ella, y por los muchos y grandes rios de
brir , porque otro d¡a siguiente queria agua dulce que de aquella tierra avian
saltar en aquella tierra é tomar, en nom- visto que salían á la mar en lo que avian
bre de Diego Velazquez, la posession por costeado, y por las diferencias de len-
Sus Magestacles é por Castilla. Y que pues guas que avian visto en los indios, por-
aquesto tocaba á su cargo de piloto ma- que en cada provincia hablaban en dife-
yor , por ser cosa tocante á la navega- rente manera. Y que por todos estos res-
ción, que dixesse lo que le paresçia, por- pectos, á él le paresçia que no debían
que él, como capitán general, con los otros passar adelante, por muchas raçonesque
capitanes é hidalgos de la armada pu- dio para ello , y por ser peligrosa la cos-
diesse comunicar é acordar lo que convi- ta, y que desde alli debían tomar la der-
niesse; pues todos estaban en determi- rota en busca de otras tierras nuevas,
nación de seguir por qualquier camino é pues avia aparejo para ello, y que era
derrota que el dicho piloto los llevasse, cosa escusada querer bojar aquella tierra
y tanto quanto los navios turassen é se é gastar los bastimentos en ello ; pues era
podiessen sostener para poder tornar á tierra firme, é que como sabia, no ve-
la isla Fernandina. É dixo mas, que ya nían á bojar lo que hallassen, sino á to-
sabían todos como en aquella armada avia mar la posession dello ; y que si aquella
ciento é cinqüenta hombres, allende de tierra era isla, que ya la avian descu-
los marineros é gente de la mar, y que pa- bierto ; é si era tierra firme, assi mis-
ra solamente bojar á Yucatan y descobrir mo ; mas que por sí ó por no, le paresçia
las otras islas bastaran cada veynte é cin- que era bien entrar en tierra y tomar la
co ó treynta personas en cada navio con posession della, y tomada podrían yr en
los marineros nesçessarios, y lo demás demanda de otras islas é tierras nuevas;
era cosa supérflua; y que suparesçer era y que en lo de enviar el navio (que ha-
que uno de los navios, llamado la Trini- cia agua) á la isla Fernandina, que le
dad, pues no estaba para yr á descobrir, paresçia bien acordado , é que assi lo de-
(fue se debia enviar con parte de la gen- cía él también; y que debia aver infor-
te á Cuba á dar relación de lo que estaba mación si estaba para poder yr á la isla,
hecho y descubierto, y para que se lie— y si no que se adobasse y se enviasse,
vassen los indios que avian ávido, por- porque mas suelta é libre quedasse la com-
que los tres navios restantes quedassen pañía restante, para lo que se debiesse
mas Ubres y desocupados, é los basti- haçer. É otro dia siguiente sábado, diez
mentos les pudiessen mas tiempo turar, é nueve dias de junio de mili é quinien-
y también porquel navio se aderesçasse, tos é diez é ocho años, saltó en tierra el
que hacia mucha agua , y no se perdies- capitán general, Johan de Grijalva, con
se por donde andaban. Y deste mismo parte de la gente, é tomó la posession
paresçer que es dicho fueron los otros ca- de aquella Tierra-Firme, é hizo sus au-
pitanes é hombres principales, con quien tos de posession en forma, é tomó sus
aquesto se comunicó, á lo qual el piloto testimonios en la tierra que está en frente
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XIV. 523
de la isla é bahia de los Sacrificios, y ártico, y en los mesmos está la punta é
puso nombre á aquella provincia Sanct promontorio de la Tierra-Firme que está
Johan. en la boca del rio del puerto de Villa-
Esta isleta, segund la cosmographía é Rica , que después mucho tiempo se fun-
cartas de Diego Rivero é de Alonso de dó (en tiempo de Hernando Cortés), como
Chaves é otros cosmógraphos, está en se dirá adelante en su lugar.
veynte grados á la parte de nuestro polo
CAPITULO XV.
En que tracla el capitán Johan de Grijalva aver tomado la posession por Diego Velazquez en nombre de
Sus Majestades y de su corona real de Castilla en la Tierra-Firme, en la provincia que se llama agora la
Nueva España , y de lo que después subcedió hasta que volvió el capitán Alvarado con la nueva de lo sub-
çedido en este descubrimiento hasta que salieron ciertas canoas á combatir el armada.
Aviendo el capilan Johan de Grijalva puestos á mano sus indios para que hi-
saltado en la Tierra-Firme con los capi- çiessen sombra, é hizo señas al capitán
tanes y gente que llevaba, en la provin- que se sentasse sobre aquellos binaos, y
cia á que puso nombre Sanct Johan, to- también quiso que se sentassen los chrips-
mada la posesión é fechos sus autos en tianos que á él le paresció que debian ser
nombre de Sus Magestades y de su co- mas principales é aceptos al general ; é
rona real de Castilla, como tengo dicho, hizo señas que se sentasse la otra gente
siguióse que vinieron ciertos indios de la toda por el campo, é el general mandó-
Tierra-Firme, sin armas algunas, y en- los assentar; pero también proveyó en
tre ellos avia dos principales, el uno vie- que oviesse buena guarda é atalayas,
jo é el otro mancebo, padre é hijo: los para que no incurriessen en alguna cela-
quales, como señores, eran obedesçidos da, como ynorantes y desapercibidos. Y
de los otros de su compañía, é algunas el general, con los que el indio principal
veces el mancebo se enojaba con sus in- señaló, sentados, dio este al general é á
dios, mandándoles algo, é daba palos ó cada uno de los chripstianos que estaban
bofetadas á los otros, é sufríanlo con sentados un cañuto encendido por el un
mucha paciencia, é se apartaban á fuera cabo, que son fechos de manera que des-
con acatamiento. É con mucho placer estos pués de encendidos poco á poco se van
principales abracaban al capitán Grijalva gastando 6 consumiendo entre sí hasta se
é le mostraban mucho amor á él é á los acabar ardiendo sin aJçar llama, assi
chripstianos , como si de antes los conos- como lo suelen hacer los pivetes de Va-
çieran y tovieran amistad con ellos; y lencia, é olian muy bien ellos y el humo
perdían tiempo en muchas palabras que que dellos salia : é hacían señas los in-
decian en su lengua á los chripstianos, dios á los chripstianos que no dexassen
sin se entender los unos ni los otros. Y perder ó passar aquel humo, como quien
el mas viejo destos indios mandó á los toma tabaco. É al tiempo que llegaron
otros que truxessen unos binaos, que son á hablar al capitán, un poco antes de lle-
unas hojas anchas que nasçen de la ma- gar á él los dos principales que es dicho,
nera que los que acá llaman plátanos, sino pusieron ambas palmas de las manos en
que son muy menores, é hízolas tender (ierra y las besaron, en señal de paz ó
debaxo de ciertos árboles que tenían salutación; pero cómo no avia lengua ni
52G HISTORIA GENERAL Y NATURAL
se entendían unos á otros, era muy tra- de los que allí estaban , y entre ellos avia
bajosa é imposible cosa entenderse; é otro mancebo que también por señas de-
assi como he dicho, hacíanse señas é de- cía que era su hijo; pero no se hacia tanto
cíanse muchas palabras, de que ningund caso deste como del otro que avia envia-
provecho ni inteligencia se podia com- do por el oro. É assi con muchos abra-
prender. Y en lanto que esto passaba, ços y placer se quedó en tierra, y el ca-
y ban y venían muchos indios mostrando pitán é su gente se recogieron á sus na-
mucho regocijo é placer con tos chrips- vios, é dixo el indio principal que otro
lianos, é paresçia que muy sin temor ni dia de mañana él volvería al mismo lu-
recelo venian é se allegaban á nuestros gar, é que assi lo hiçiessen los chrips-
españoles, como si de largo tiempo atrás tianos. Otro dia siguiente, domingo veyn-
se ovieran conversado , y assi con mucha te de junio, assi como fué de dia, ya el
risa é descuydo hablaban, é no acaba- indio viejo é otros con él estaban en la
ban , señalando con los dedos y manos, costa esperando, é con dos banderas
como si fueran entendidos de los que los blancas llamaban; é assi cómo el general
escuchaban, y miraban. É començaron á los vido salió á tierra con la gente que le
traer de sus joyas é dieron dos guariques paresció, é cómo llegó, luego aquel prin-
ó arracadas de oro con seys pinjantes, é cipal viejo puso las palmas en tierra é se
siete sartas de qüentas menudas de bar- las besó é fué encontinente á abracar al
ro, redondas y doradas muy bien, é otra capitán é le abracó, é le dixo é señaló
sarta menor de qüentas doradas é tres que se fuessen mas adentro en tierra : é
cueros colorados á manera de parches, assi se hizo, é cerca de allí pararon en
é un moscador, é dos máscaras de pie- un repecho, donde estaba deshervada la
dras menudas , como turquesas , senta- tierra, y puestos ramosé bihaos, como el
das sobre madera de obra musáyca, con dia de antes , y se sentaron , é luego dio
algunas pinticas de oro en las orejas. En sendos sahumerios ai capitán é chrips-
recompensa de lo qualseles dieron cier- tianos principales (ó pivetes), como los
tos hilos de qüentas pintadas y otras ver- que se dixo de suso que se avie hecho en
des de vidro, y un espejo dorado , é unas las primeras vistas. Y el general mandó
servillas de muger, cosas que en Medina al capellán de la armada que dixesse mis-
del Campo podria todo valer dos ó tres sa en un altar que allí se puso, é se ce-
reales de plata ; é los indios que venian lebró el officio del culto divino, é los in-
con estos principales , rescataban por su dios estuvieron mirando muy maravilla-
parte con los otros chripstianos mantas y dos é atentos callando, hasta que fué di-
almayçares y otras cosas. Y el capitán cha la missa ; y quando se comencé tru-
general les dio á entender (si supo) que xeron una caçuela de barro con ciertos
le truxessen oro, enseñándoles algunas sahumerios de buena olor, y pusiéronla
cosas de oro, y diçiéndoles que los debaxo del altar, y otra tal en medio del
chripstianos no querian otra cosa ; y el espacio que quedaba entre el sacerdote
indio viejo envió al mancebo principal é la gente. É assi cómo fué dicha la mis-
por oro, á lo que se pudo entender, é sa, truxeron ciertos çesticos bien fechos,
dixo por señas que desde á tres dias vol- uno con pasteles de pan demahiz, llenos
vería, é que se messen los chripstianos de carne cortada, tan menuda que no se
á los navios é tornassen á aquel mismo supo entender qué carne era ; y otro de
lugar al término que deçian que traerían paneçicos de mahiz y otros dos de bo-
el oro. Y quedó el viejo con otros indios llos de mahiz, é presentáronlo al gene-
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XV. <>27
ral, é él lo dio á los compañeros que lo çapatos que los indios llaman guiaras,
comiessen, é assi se hizo : é todos loa- que son solamente las suelas con unas
ban aquel manjar, é paresçia que esta- correas con que se atan desde los dedos
ban con especias en el sabor aquellos al cuello del pié sobre los tobillos ó á par
pasteles, porque assi mismo por de den- dellos ; dos sartas de qüentas, unas grue-
tro estaban colorados é tenian mucho sas é otras menudas, doradas por encima;
axí. É tras aqueste almuerço presentaron dos guariques de piedras acules engasta-
al capitán general tres pares de cápalos das en oro con cada ocho pinjantes de
ó guiaras y una manta pintada y tres gra- lo mismo; una cabeça como de perro,
nos de oro, hechos como suelen que- que era toda una piedra roxa é blanca
dar algunas veces en los suelos de los que piensso debía ser especie de Calçido-
crisoles donde se funde el oro, é una nia, porque se han traydo muchas dé
hoja de oro delgada á manera de trenca, aquellas partes; otras diez c siete qüen-
é un jarro pintado , é otro grano de oro, tas doradas gruesas; una axorca de oro
como los que es dicho. El capitán les hizo tan ancha como quatro dedos; otra sarta
dar un bonete, é un peyne, é un espejo, de qüentas doradas, con una cabeçita
é un par de alpargates, e un sayo de pa- como de león, de oro; otra sarta de las
ño de colores de poco presçio, é otro es- mismas qüentas en que avia veynte é
pejo é unas servillas de muger, é unas siete; otra sarta de septenta é tres qüen-
tixeras, é una camissa de presilla , é una tas doradas, y al cabo una rama de oro
bolsa con su cinta de cuero , é un cuchi- con un rostro de piedra guarnesçido de
llo pequeño, é otros cuchillos menores, oro alrededor, con una corona de oro, y
é tres pares de alpargates é algunos pey- en ella una cresta de lo mismo y dos pin-
nes, é ciertos hilos de qüentas de vidro jantes de oro; un cerní ó diablo de oro,
de colores, é assi otras cosillas que todo en manera de hombre, é con un mosca-
podría quassi valer dos ducados de oro. dor de oro é arracadas de oro en las ore-
É resçebido con mucho placer, cómo los jas del, y en la cabeça unos corneçuelos
indios lo tuvieron, dixeron que otro dia de oro, é en la barriga una piedra en-
volverían allí é seria venido el mancebo gastada ; una sarta de diez é ocho qüen-
principal que avie ydo por el oro, y el tas doradas. Por esto todo que es dicho
viejo cacique é los suyos se quedaron en se dio en recompenssa ó trueco un sayo
tierra é los españoles se tornaron á dor- de frisa, é una caperuça de lo mismo con
mir en sus navios. una medalla, y una bolsa de cuero con
Otro dia siguiente, que se contaron su çinta, é un cuchillo, é unas tixeras ó
veynte é uno de junio lunes, en esclares- unos alpargates, y unas servillas de mu-
çiendo, paresçieron muchos indios en la ger; un paño de tocar; una camisa ga-
playa en el lugar acostumbrado, é con yada; unos çarahuelles; dos espejos; dos
sus banderas blancas acostumbradas, é peynes; otras tixeras, é otra tal camisa é
el capitán é los españoles salieron á tier- peyne, y otro cuchillo y otra caperuça;
ra , é hizo el general poner una mesa y otro paño de tocar; ciertas qüentas de
encima della muchas cosas de rescates de vidros de colores ; y estas cosas que eran
las que en los navios llevaban. É luego duplicadas assi como camisas é tixeras ó
llegó aquel cacique viejo é muchos indios cuchillos é caperuças que es dicho , era
con él sin armas, é truxeron las cosas y por causa de los principales indios que
rescate siguiente : quatro guariques ó çar- haçian el rescate ; pero todo quanlo se
çillos de hoja de oro delgado; un par de les dio no valia en Castilla quatro ó ein-
528 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
co ducados, é lo que ellos dieron valia villa , ó en otra parte de España, quatro
mas de mili. Después de lo qual, un ó cinco reales.
miércoles veynle é tres de junio se tor- Algunos avrá que leyendo estos res-
naron á rescatar otras cosas con los mis- cates, querrían assi trocar sus haciendas
mos indios, é fuéronles dadas cosas de y todo lo que tienen : é mirado assi sin
mas valor que las primeras, porque dieron mas consideración, cosa paresçe de mu-
seys granos de oro, como en crisoles fun- cha ganancia, si dentro en nuestras ca-
dido , y siete collares de oro é una axor- sas ello se trocasse, é nos diessen el oro
ca de oro, é dos sartas de qüentas do- en tan poco presçio ; pero entendido, co-
radas , é otra sarta de qüentas de piedras mo se debe entender, é viendo adonde
con cañutillos de oro entrellas, é otros lo vamos á buscar, y considerados los
dos collaricos de oro, é otra sarta de trabaxos é peligros, de los quales los
qüentas y dos collaricos de oro y otros medios de los que andan en tales gran-
dos en dos correas con sus arracadas jerias no escapan con las vidas, otra co-
é pinjantes de oro y otra sarta de qüen- sa es de lo que suena, y mucho debe
tas doradas, y otras nueve qüentas, y penssar en ello el que á tal exerçiçio po-
un cabo de oro. Dióse de rescate por ne su perssona; y pluguiesse á Dios que
esto un sayo de paño baxo, de poco pres- el ánima estoviesse segura , porque la in-
çio açul é colorado , é un bonete, é unas tención de todos los rescatadores no es
tiseras, é un cuchillo, é un espejo y una una mesma.
camisa de lienço, y un par de alparga- Dexemos esto aparte, é tornemos á
tes, y ciertas sartas de qüentas de vi- nuestra pressente materia, é á la ocupa-
dros de colores, que todo lo que se les ción destos capitanes y españoles desta
dio no valia dos ducados de oro en Es- armada. Digo que quando la ventura lle-
paña. ga á la puerta del infeliçe, llama y aun
Despues de lo quai, jueves veynle é porfía que la entiendan , y el que no es
quatro de julio, salió el capitán de los digno della, atapa los oydos, y por su
navios á rescatar, en donde es dicho de ynorançia y desdicha ni la entiende ni la
la misma costa é provincia dicha de Sanct acoje, y pasasse de largo. Assi acaesció
Johan: é vino el mismo cacique é le dio á este capitán Johan de Grijalva , por no
dos granos de oro que pesaron trece pe- creer á ninguno de quantos le conseja-
sos , é un collarico de oro , é cinco sartas ron que asentasse y poblasse en aquella
de qüentas doradas, é una máscara de tierra que es dicha, y desde alli enviasse
pedrería , como las que Se han dicho de á pedir mas gente á Diego Velazquez, y
suso, é nueve qüentas de oro huecas y á hacerle saber lo que está dicho : é to-
un cabo de oro, y dio el cacique junto dos los españoles se lo rogaron y reque-
con esto al capitán Grijalva una india rían , y él y ellos fueran de buena ventu-
moca con una vestidura delgada de al- ra; pero estaba guardada para otro, y
godón , é dixo que por la moca no que- para él la suya, que fué muy mala, como
ría premio ni rescate, é que aquella le se dirá en su tiempo, quando se tracte de
daba graciosa. É el capitán dio de resca- las cosas de Nicaragua , en la segunda
te por las otras cosas un par de alparga- parte destas historias,
tes, y unas servillas de muger, y un ein- De manera que hechos estos rescates,
to negro con su bolsa, y un paño de ca- con la mayor parte de todo lo que se ovo,
beca, é ciertas sartas de qüentas de vidro excepto algunas cosas que para su qüenta
de colores, que todo podría valor en Se- depossitó el capitán Johan de Grijalva en
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XV. ¡m
los otros capitanes y otras perssonas, en- cargados de gente y bastimentos y el
vió á la isla Fernandina al capitán Pedro tiempo se gastaba en valde; y pues ya
de Alvarado, en aquella caravela que se tenia tomada la posession é fecho lo que
ha dicho que tenia nesçessidad de se re- era obligado, puesnoybaá bojar, sino à
parar , é con él çinquenla é tantas per- descobrir é tomar posession délo que des-
sonas de aquella armada, assi de los que cubriesse, que assi por esto como por-
estaban enfermos, como de los que con- que las corrientes eran muy grandes que
venían para gobernar y llevar el navio. yban con ellos, y que en la vuelta po-
Y demás de las joyas y oro que llevaba, dían tener mucho peligro y dificultad pa-
le dio assi mismo la india que se dixo ra volver, y podrían fallarlos bastimen-
que avia dado este cacique en el último tos ; que su paresçer seria volver en de-
rescate ó vez que se vieron, é con esto manda de la isla Fernandina y de algunas
envió la relación particular al capitán otras islas, si se pudiessen descobrir y to-
Diego Velazquez, por cuyo mandado é á mar la posession délias. Y que este era
cuya costa se hizo esta armada é descu- su voto, y que convenia hacerse assi pol-
brimiento, dándole entera relación de to- lo que avia dicho, como porque el in-
do lo subçedido en el viaje hasta aquella vierno venia cerca, y sospechaba que
hora, que fué el dia ya dicho, jueves seria peligrosa navegación en aquellas
veynte é quatro de junio , dia del glorio- partes, ó podrían subçederles tales tiem-
so Baptista. É assi cómo el capitán Alva- pos que la gente é los navios se per-
rado se hizo á la vela para la isla de Cu- diessen.
ba , en este punto y hora el capitán Gri- El capitán, paresçiéndole que debia
jalva con el restante de la gente y tres seguir el paresçer del piloto mayor, dixo
navios que le quedaban, se partió de alli que pues aquello le paresçia que era lo
é siguió la costa adelante hacia el Occi- mas seguro é lo que convenia , que diesse
dente , por se certificar si aquella era la vuelta é hiçiesse lo que deçia ; é assi
tierra firme ; é andando su camino á la volvieron las proas é tornaron por la
vela, vieron ciertos pueblos que paresçian misma costa que avian ydo, é salieron
grandes mucho y blanqueaban las casas de la misma tierra é costa hasta catorce
dellos : é assi anduvieron hasta el lunes ó quince canoas de guerra, y en ellas
siguiente, veynte é ocho de junio, quel muchos indios con rodelas é lanças é va-
piloto mayor Anton de Alaminos dixo al ras, é con arcos é flechas, muy lucida
capitán Grijalva que ya sabia que le avia gente y con determinación de combatir
muchas veces dicho que aquella era tier- los navios desta armada ; el subçesso de
ra firme , y que cada hora se afirmaba lo qual se dirá en el siguiente capítulo
mas en ello, y que los navios yban muy con brevedad.
CAPITULO XVI.
En que se tracta cómo salieron catorce ó quince canoas de guerra con muchos indios á combatir las 1res
caravelas que le quedaban al capitán Johan de Grijalva, é de la batalla naval que ovieron, ó cómo después
salieron los españoles en el rio é puerto de Sanct Anton , á adobar la nao capitana , é cómo hallaron cier-
tos indios de poca edad degollados é abiertos por los pechos.
JLilegadas las catorce ó quince canoas y con determinación de pelear con las
de guerra con muchos indios, dispuestos tros caravelas que le quedaban al capi-
T'UA:O l.
530 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
tan Johan de Grijalva (porque la otra ya ronseles ciertas sartas de qüentas de vi-
la avia enviado á dar relación en Cuba á dro de rescate. É el viernes adelante, diez
Diego Ve/azquez del subçesso deste des- é seys dias de julio, se hicieron á lávela
cubrimiento, é con el oro é los rescates estos navios desde aquel rio é puerto de
é indios que se avian ávido hasta la par- Sanct Anton, é salió primero el menor
tida del capitán Alvarado), juntáronse muy de ellos é tras él la nao capitana, y er-
osadamente con nuestros navios, y en- ró la canal é dio sobre los baxos mu-
trados entre ellos, començaron á les tirar chos golpes en tierra, é se vido en mu-
muchas flechas, é aunque los chripstia- cho peligro, y con trabaxo salió á la
nos por señas los convidaban con la paz, mar, haciendo mucha agua ; por lo qual
no curaron desso ; sino prosiguiendo su fué forçado tornarse al rnesmo puerto,
denuedo temerario se daban mas priessa á porque no la podían sostener, que se
despender flechas coTitra los españoles: anegaba, ni estaba para navegar; y para
lo qual viendo el capitán, mandóles tirar aliviarla, sacaron en las barcas parte de
tiros de artillería , y los ballesteros y es- la gente, é pusiéronla en tierra en la
copeteros hicieron su officio de tal mane- costa y boca del mismo rio , y las barcas
ra que mataron y hirieron algunos indios. tornaron á ayudar á meter la caravela ó
Entonces ellos se dieron tanta é mas pries- nao capitana ; y en tanto que estos pocos
sa á se desviar, como la avian traydo con chripstianos estaban en la playa , vinie-
sus canoas, é huyeron todo lo que les ron de la otra parte algunos indios , y
fue possible la vuelta de tierra , é los na- estaban fechos un esquadron pequeño,
vios siguieron su camino é costa la via en que podria aver hasta veynte ó poco
del Leste ó Levante hasta que passaron mas. Y de acuerdo destos chripstianos se
(segund los pilotos deçian) á diez leguas apartaron quatro dellos con el veedor
antes de llegar al rio de Grijalva que se Francisco de Peñalosa, y fueron por la
dixo antes, é surgieron allí un viernes, á costa arriba del rio hasta se parar en
nueve días de jullio. Y no pudieron su- frente de aquellos indios que estaban del
bir lo que quisieran por el rio, á causa de otro cabo del agua, porque por alli era
las corrientes y serles el tiempo contra- mas angosto el río, por ver si podrían
rio; y estovieron alli aquel dia é el si- entender mejor qué gente era aquella é
guiente hasta el domingo por la mañana qué hacían alli : é passaron de los indios
que acordaron de tornar atrás á buscar á ellos tres ó quatro en una canoa, é tor-
agua porque les faltaba, é volvieron has- náronse á los otros. É viendo aquesto
ta un rio quince leguas, y el lunes si- estos chripstianos (digo la mayor parte
guiente entraron en él, é hallaron puer- dellos), fueron adonde estaban los qua-
to , puesto que tenia algunos baxos á la tro primeros á saber qué era lo que que-
entrada. É en la una é otra costa des- rían aquellos indios, y hallaron que les
te rio avia muchos árboles de fructas avian dado treynta y dos hachuelas de
de muchas maneras, é viéronse algunos las que se dixo en el capítulo antes deste,
puercos por el monte, é ciervos é liebres: todas enastadas é puestas en sus palos,
é púsose nombre á este puerto Sanct An- é ciertas mantas gruesas de algondon
ton, é estuvieron alli tres dias, tomando de poco valor, y también dieron una ta-
agua y esperando tiempo, en la qual sa- çica labrada pequeña de oro, y un bote-
cón vinieron ciertos indios sin armas é çico de oro labrado, y una mançana de
truxeron quatro hachuelas en dos veces, metal, hecha á manera de una guayaba ó
de oro baxo é cobre mezclado, é dic- poma. É dixeron que avian visto aque-
DE INDIAS. LIB. XVII. GAP. XVI. 531
Hos qnafro chripstianos primeros que ni oviesse liga ni monipodio, ni se trac-
los indios que estaban del otro cabo del tasse cosa contra lo que él mandaba y
rioryban de un cabo á otro en la playa ordenaba ; lo quai él hizo, porque sintió
eu un arenalejo; é que salía uno de jun- que se murmuraba del, y la gente avia
to con ellos y llegaba al agua é tendía gana de poblar é quedarse en aquellas
los bracos, señalando con los puños hacia partes. El domingo que se contaron diez
donde ellos estaban, y después hacía los é ocho de julio, después que en el real
quatro chripstianos y después hacia los fué dicha missa en presencia de todos
navios, é metia las manos en el arena y los del exérçito, se leyeron é publicaron
tornaba adonde estaban todos los otros, las ordenanças que es dicho. El lunes si-
é sentábansse todos é tornábansse á le- guiente vinieron en una canoa ciertos in-
vantar , y andaban alrededor é yban ade- dios é un principal que los mandaba, y
lante é traían un bulto envuelto en un llamaron desde aparte, é el capitán en-
lio, é lo avian metido debaxo de tierra. vió al tesorero y veedor y escribano é
Y que esto avien fecho tres veces, que otros dos hidalgos á ver qué era lo que
io vieron los quatro chripstianos prime- querían, é truxeron algunas pinas é ma-
ros , y no sabían qué cosa era aquello ; é meyes é gallinas de las de la tierra, é
después de les aver dado las liádmelas decían por señas que traerían oro : é dié-
y lo que es dicho, se fueron los indios ronles un sayo de colores á mitades, de
todos, que no paresçieron; y en este paño grosero, é una camisa é un par de
medio tiempo la nao capitana entró en alpargates y unas servillas de muger y
el puerto é los otros navios. Este mismo un bonete de mitades, é unas tixeras, é
dia se echaron menos los indios lenguas algunos hilos de qüentas de vidro de co-
Julian é Pero Barba, que se avian ydo: lores, que todo podría valer un par de
ved qué verso avrian fecho en sus in- ducados ó poco mas. Y el principal se
terpretaciones, y que intención tenían vistió la camisa é luego el sayo, é se
de salvarse en la fé de Chripsto, y cómo puso el bonete, é con el mayor placer
avien entendido el sacramento del Bap- del mundo él é sus indios se fueron, di-
tismo que avian tomado! ciendo que tornarían con oro. Y el miér-
Assi que, luego que los navios fueron coles siguiente, veynle é uno de julio,
surtos, saltó en tierra el capitán Grijalva é vinieron otros indios, é truxeron al ca-
llevaron ante él las hachuelas é otras co- pitán dos hachuelas que pesaron ciento
sas que es dicho, édixéronle lo que avian é quarenta y ocho pesos largos, y una
visto, é el capitán hizo pesar las hachue- taça de pedreçuelas, en que avia ocho de
las, é con ellas las quatro primeras, é todas ellas de color morado, é vevnte é tres
pesaron mili é septeçientos é noventa pe- de otras, é ciento é diez quentas de oro
sos é cinco tomines, é la taçica é bote- huecas, y diez é nueve qüentas como de
çicode oro pesaron veynteé dos pesóse estaño, é una taçica como salero, que
cinco tomines. É luego se assentó el real pesó quatro pesos é tomines. É diéronles
de los chripstianos en la costa deste puer- ciertas conteçuelas, que podrían todas
to, é no quedó gente alguna en los na- valer scys ó siete reales en España ; é un
vios , sino la que no se pudo excusar para marinero truxo una hachuela, como las
los guardar : é hizo el capitán dar un pre- de suso, que pesócinqüenta é nueve pe-
gon é leer ciertas ordenanças para que sos, que dixo que un indio suyo la avia
ninguno se aparíasse del real ni hablasse ávido.
en poblar, ni se junlasscn en corrillos, Aqueste dia, viniendo unos compañe-
532 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
ros del armada de pescar de la otra van- ó ademanes ya dichos, al tiempo que so
da del rio, truxeron ante el capitán unas desembarcaron los primeros chripstianos
tenaçicas como las que usan lasmugeres en el puerto, y estaban frescos, que se
para se pelar las çejas, é un cascabel con paresçia bien que el viernes antes, quan-
unas alas fechas en él, é una cabeça de do se dixo que entraron los navios en
cerní, é dos águilas con cada tres pin- aquel puerto, los avian degollado ó sa-
jantes , y otro cascabel menor que el de crificado. É todos los indios que avian
suso y un cañutillo, como cabo , lo qual venido en aquella costa á verse ó tractar
todo era de oro, é pesaron estas pieças con el capitán é los chripstianos todos
nueve castellanos y un ducado. É dixe- traían cortadas , ó mejor diciendo, har-
ron que junto al rio en un arenalejo, en padas las orejas y corriendo sangre por
un hoyo cubierto de tierra é unas tunas la cara. Aquesto es cosa común en la
ó cardos, encima avian hallado tres per- Nueva España y en otras partes de Tier-
sonas enterradas de pocos dias, que es- ra-Firme, como se dirá mas largamente,
taban degollados é abiertos por los pe- quando se escriba la segunda parte desta
chos á la parte del coraçon, á los quales General y natural historia de Indias; y
hallaron aquellas pieças de oro que es este sajamiento de orejas es entre aque-
dicho, y un cerní ó ydolo de metal que lla gente como una compurgación ó çeri-
estaba todo con aquellos muertos. É lue- monia para aplacar al demonio, é cosa
go el capitán mandó passar algunos de muy religiosa é sancta entre los indios.
sus soldados con un escribano de la otra Tornando al propósito é passo en que
parte, para que mirassen aquellos defun- estamos, digo que no se determinaron
tos é viessen de qué forma estaban é le estos españoles que fueron á ver aque-
truxessen relación dello : é passados de llos indios si eran hombres ó mugeres,
la otra parte del rio, hallaron tres muer- por estar dañados é mucho hediendo, é
tos, el uno que paresçia de trece ó ca- no los sacar del hoyo en que estaban,
torce años, é los dos de cada cinco ó sino solamente los descubrieron de un lio
seys, degollados é abiertos por los pe- en que estaban arrollados, é assi se los
chos y echados en un hoyo é cubiertos dexaron é los tornaron á cubrir de are-
con arena y encima algunas tunas, por- na. Pero de creer es que si tuvieran mas
que los chripstianos que les tomaron el oro, que aunque mas hedieran no que-
oro, los avien tornado á cobrir. Y estaban daran con ello, aunque se lo ovieran de
en aquel arenalejo, donde avian estado sacar de los estómagos ; porque la mal-
los indios que se dixo de suso que die- vada cobdiçia de los hombres á todo tra-
ron las treynta y dos hachas é taça é bo- baxo é asco y peligroso subçesso se dis-
teçico de oro é que hacían aquellos autos pone.
CAPITULO XVII.
Cómo el capitán, Johan de Grijalva, partió con los tres navios y armada del puerto de Sanct Anton , y
cómo fué á Puerto Desseado , y cómo se hallaron unos ydolos é indicios notorios de ser la gente de aquella
tierra sucia é culpada del pecado nefando contra natura , é ydólatras.
CAPITULO XVllí.
Cómo el capitán Johan de Grijalva partió con el armada de Puerlo Desseado , é quisso yr por donde avian
muerto la gente al capitán Francisco Henandez de Córdoba rn la costa de Yucatan en un pueblo que se
dice Champoton*, y de lo que alli le acaesció, y de todo lo demás hasla que tornó á la isla de Cuba á dar
cuenta de su viaje y descubrimiento al teniente Diego Velazquez é otras cosas convinientes al discurso
de la historia.
Salida el armada de Puerto Desseado, bre el qual avia una casa blanca á mane-
guió la costa adelante de Yucatan para ra de tuerca ó castillo, é aquella noche
yr al pueblo de Cliampoton, á donde los se oía desde la caravela como avia alli
indios en el primero descubrimiento ma- indios é se velaban y tañían atambores.
taron veynte é tantos chripstianos al ca- Y al quarto del alba antes del dia llegó
pitán Francisco Hernandez de Córdoba, el capitán con dos barcas- cargadas de
y le hirieron muchos mas. É ya el capi- gente al navio pequeño ; y cómo vido que
tán Grijalva avia hecho ciertas ordenan- le avian engañado, pesóle de aver ydo,
ças de la manera que los chripstianos é porque avia trabaxado mucho inútilmen-
su gente avian de tener con los indios, pa- te , y quissiera no se aver detenido ni
ra que no los enojassen, só graves penas; dexado su camino; pero, pues ya estaba
é se las avia fecho notificar en el proprio alli, acordó de se yr á desembarcar á la
Puerto Desseado, el qual está catorce ó isleta donde estaba aquel peñón, é assi lo
quince leguas del pueblo deChampoton. hizo, y antes que fuesse de dia tornaron
Y el miércoles en la tarde, primero dia las barcas á la caravela pequeña por la
del mes de septiembre llegaron con sus otra gente y la llevaron á la isleta, é con
navios á vista y enfrente del pueblo, éla el capitán avian ydo los artilleros é algu-
caravela capitana surgió dos leguas en la nas lombardas é ballesteros y escopete-
mar desviada de tierra en tres bracas de ros, essos pocos que tenían. Y antes que
agua, é otro menor navio surgió una le- llegassen con las segundas barcadas»
gua de tierra, é el otro tercero, que era avian acometido los indios á los chrips-
el menor de lodos, surgió á media legua tianos, penssando cercarlos alli, é avian
de tierra, y no se osaron llegar mas á venido muchas canoas desde la Tierra-
la costa, porque alli mengua mucho la Firme é costa délia, y con los tiros avian
mar, porque los navios no quedassen en echado una á fondo, é muerto uno ó dos
seco é corriessen peligro é riesgo, si al- indios, é se avian ydo por donde vinie-
gund tiempo contrario subçediesse. Aquel ron á mas que de passo. Desde aquella
dia hizo passar el capitán parte de la isleta se veía el pueblo de Champoton,
gente al vergaatin ó navio menor que todo barreado de paliçadas y albarradas
estaba mas cerca de tierra, para saltar al. y muchas arboledas, é sonaban muchos
quarto del alba en la costa sin escándalo, alaridos é bocinas é atambores, é los in-
porque le fué dicho al capitán que podían dios que se mostraban, estaban armados
muy bien salir, é tornáronse las barcas de arcos é flechas é rodelas é lanças. Y
á la capitana. Entre aquel navio menor é el pueblo está á poco trecho de la mar, é
la costa, en la mitad de aquel espacio de hacían grandes ademanes, mostrando que
mar que avia hasta tierra , estaba una is- querían pelear, é por parte de abaxo del
leta y en ella un farallón ó roquedo, so- pueblo hay un rio por donde pueden sa-
DE INDIAS. LIB. XVII. GAP. XVJII. Í35
lir las canoas y cercar á los que saltassen ta del pueblo de Lácaro, donde acordaron
en tierra; y viendo quán peligroso avia de tomar agua para su camino, porque
de ser el salir de los chripstianos en tier- avia nesçessidad délia. É porque la costa
ra, quisso tomar el capitán el paresçer de adelante no era sabida, ni estaban
de los que alli estaban, después de aver ciertos si podrían hallar agua en ella,
él dicho los inconvinientes que le pares- mandó el capitán salir en tierra la gente
çia que estaban aparejados: é algunos con quatro tiros de pólvora, é los ba-
dixeron que assi les paresçia lo mismo á llesteros y escopeteros; é surgidos los
ellos, que'no era bien salir, sino que se navios á media legua del pueblo, luego
tornassen á los navios : otros decían lo otro dia de mañana sallaron en la costa
contrario, y que era bien que saliessen: parte de los chripstianos con los cap i la-
otros dixeron que ni eran de paresçer nes particulares, é luego vieron indios
que fuessen á dar en los enemigos, ni lo sin armas que les señalaron con el dedo
dexassen de hacer; que ellos harían lo dónde estaba el agua; é llegados alli, les
quel capitán mandasse. Y él viendo decían é señalaban mas adelante; é lle-
aquesto, dixo que él quería salir; pero gados donde la segunda vez les enseña-
que avia de ser con las ordenanças, é co- ban , decían que mas adelante estaba el
mo lo avia fecho saber á todos, é hízose- agua, y llegados allá, ñola hallaron: an-
las tornar á leer otra vez en aquella is- tes dieron en una celada de donde salie-
leto. ron mas de trescientos indios con arcos é
Visto aquesto, los mas dixeron que flechas, é rodelas, é lanças, é bien ar-
con tales condiciones no les paresçia bien mados, segund su costumbre, y comen-
la salida, ni sabia á qué avian de salir çaron á tirar flechas, é quisieran cercar
allá, ni querían yr al pueblo, y que no é tomar en medio á los chripstianos. Es-
avian de guardar ningunas ordenanças, tonces tiráronles dos ó tres tiros de arti-
y que si y ban, que avian de vengar á los llería, é aunque huian, tornaban á tirar
chripstianos, que avian alli muerto al ca- tras los españoles, los quêtes viéndose
pitán Francisco Hernandez , y quemarles engañados, se tornaban hacia la costa á
el pueblo, y darles un castigo que nunca sus barcas. É cómo desde los navios los
le olvidassen, y no dexar alguno con la vieron volverse, salió el capitán general
vida, si pudiessen. El capitán , conosçida Johan de Grijalva con el resto de la gen-
la buena voluntad de su gente, y que si te, y en tanto que él llegaba á tierra ti-
lo començaban , no lo podría atajar, dio raron otra vez con Jos tiros, y assi cessa-
orden cómo se tornassen todos á embar- ron los indios su bravear y no se lle-
car, y assi se hizo, é él quedó en tierra garon tan çerca, é ovo lugar de llegar
en la isleto para yr con las postreras bar- el general é la gente toda : é durmie-
cas ; é quando los indios los veian yrsse ron aquella noche en tierra, é estu-
entraban en el agua, con sus arcos, hasta vieron assi mismo el otro dia siguiente
los pechos, dando grita y haciendo fie- é hasta el tercero, é tomaron toda el
ros , é tirando flechas perdidas á mas ti- agua que quisieron, y la metieron en los
rar , mostrándosse muy feroces y deno- navios, y también metieron mahiz que
dados. Pero como la dispusiçion del lu- tomaron del campo ; porque avia muchos
gar ni la voluntad del capitán no eran y muy hermosos mahizales, porque si ca-
para atender, se hicieron á la vela, un so fuesse que los otros bastimentos fal-
viernes tres dias de septiembre, y el do- tassen, que tenían ya pocos, se susten-
mingo siguiente en la tarde llegaron á vis- taron con el mahiz hasta la ¡sis Fernán»
>36 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
dina. Fecho aquesto, se recogieron los cia de unos vecinos de la villa de Sane l
chripstianos en sus navios. Chripstóbal, é halló aili quien le dixo
El miércoles ocho dias de septiembre quel navio de Alvarado avia alli llegado
salió el armada de alli, y fué el bordo en salvamento, aunque con harto traba-
de lámar con no buen tiempo,, yporesso xo. Y estuvo essa noche en tierra Grijal-
andaban los navios temporiçando, é tor- va, é otro dia luego se quiso tornar á los
naban á dar otro bordo para la tierra , é navios ; pero no los vido y penssó que
andando assi volteando desta manera has- avian decaydo con las corrientes, é assi
ta el sábado, once de septiembre, al poner por esto se entró en su barca éf y los que
del sol vieron una tierra nueva como ba- con él avien salido, é anduvo todo el dia
xos , y porque era tarde apartáronse dé- é la noche siguiente hasta otro dia por
lia y dieron la vuelta aquella noche á la la mañana por la costa, que fué sábado
mar. Otro dia domingo volvieron so- dos dias de octubre que llegó, delante
bre aquella tierra, por ver qué era, é no del puerto de Xaruco, á una estancia de
vieron otra tierra mas de aquellos baxos Diego Velazquez; é salido alli preguntó
é dixo el piloto mayor que debían ser si avian visto los navios, é dixéronleque
arraçifes de alguna isla nueva que debia no: é á hora de las diez del dia pares-
estar por ahí çerca; é cómo los baxos es- çieron enfrente del puerto que llamando
taban al través de su camino, ovieron de Chipiona, que es en la dicha estancia
tornar á dar la vuelta hacia Yucatan, pues donde el capitán Grijalva avia llegado,
que por alli no podían passar adelaníe, como es dicho. Y desde alli se entró en
é volvieron hasta ver la costa de Yu- los navios, y cómo el tiempo era contra-
catan , é tomaron la tierra mas arri- rio, no les dexó tomar el puerto de Ma-
ba del rio, que llaman de Layarlos, don- tança , é assi anduvieron dando bordos á
de dicen el Palmar, y desde alli costean- un cabo y á otro hasta el lunes siguiente,
do la isla, miércoles quince de septiem- quatro dias de octubre, que porque la
bre, siguieron todavía la costa hasta el gente yba muy fatigada, mandó el capi-
martes siguiente, que se continuaron tán que tomassen el puerto de Xaruco : é
veynte é uno del mes. É atravesaron des- assi entraron en él en la tarde á puesta
de una tierra que se dice Comí, segund del sol, y el dia siguiente se desembar-
los indios dixeron ; y aunque tenian po- có toda la gente en tierra, y cada uno se
ca agua, acordaron de atravesar con po- fué por su parte, excepto algunos pocos
nerlo todo en la determinación de Dios, que quedaron y se fueron con el capitán
porquel tiempo no era bueno ni espera- en el navio menor de todos, dicho Sancta
ban que tan presto lo seria: é el miérco- María de los Remedios, hasta el puerto
les adelante, veynte é nueve del mes, que llaman de Chipiona. É desde alli fue-
dia del Arcángel Sauct Miguel, por la ron al que llaman de la Matança, donde
mañana paresció la tierra de la isla Fer- allegó á los ocho del mes, é el sábado
nandina , é vieron una parte de la que se adelante llegaron alli los otros navios, é
dice el Marien, é otro dia siguiente lle- hallaron alli al capitán Chripstóbal de
garon á estar enfrente del puerto de Ca- Olit, al qual el teniente Diego Velazquez
renas , y cerca de la tierra, é por saber avie enviado con un navio que ahy tenia
el general si avia llegado en salvamento con gente armada, é artillería, é basti-
el capitán Alvarado que él avia enviado mentos , en busca del armada del capi-
delante , segund tengo ya dicho, salió en tán Grijalva. El qual dixo que avia alle-
tierra con pocos, é entró en una estan- gado á la isla de Coçumcl, é que avia to-
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XVIII. 537
mado la posession de la isla penssando gunos se quedaron alli, esperándola vuel-
que estaba por descobrir, é que desde ta de los navios, para yr á poblar la Isla
ella avia ydo costeando la tierra de Yu- Rica, que es la tierra de Yucatan (é no
catan por la vanda del Norte, é avia lle- isla, como entonces se penssaba): otros
gado á un puerto que se hacia delante algunos se fueron á sus casas con pens-
en una boca que se hace al cabo de la samiento de volver, quando fuesse tiem-
tierra, y segund los pilotos de la armada po. É luego fueron los navios é capita-
decían, debia de ser un puerto que está nes con el general Johan de Grijalva á la
entre la misma Yucatan y Puerto Dessea- cibdad de Sanctiago ¿luciéronse á la ve-
do : é que cómo no avia hallado rastro la viernes en la noche, veynte édos dias
ni memoria del armada , que assi por es- de octubre de aquel año de mili é qui-
to, como porque avia perdido las ánco- nientos é diez é ocho, los tres navios, ó
ras é no tenia buenas amarras ó cables, con ellos assi mismo el capitán Chripstó-
se avia tornado á la isla Fernandina, é bal de Olit con el otro navio que se di-
avia allegado á aquel puerto de Matan- xo : é hízoles muy contrarios tiempos, é
ças ocho dias avie. assi tardaron algunos dias hasta llegar á
Estando allí el capitán Grijalva aderes- Sanctiago, donde hallaron al teniente
çando su partida é haciendo meter bas- Diego Velazquez, al qual se le dio rela-
timentos en los navios, para yrse á la cib- ción de todo lo que se ha dicho que sub-
dad de Sanctiago, donde estaba el te- cedió en este descubrimiento é camino
niente Diego Velazquez, le dieron una que por su mandado hizo el capitán Johan
carta suya en la qual le mandaba que lo de Grijalva. El qual quedó desfavoreseido
mas pronto quél pudiesse le enviasse los de Diego Velazquez é mal quisto con la
navios, y dixesse á la gente que por gente que llevó, porque no avia poblado
quel aderesçaba á grand priessa para en- en la rica tierra que avia descubierto; á
viar á aquella tierra que se avia descu- causa de lo qual desdeñado, se passó á la
bierto, que todos los que quissiessen yr Tierra-Firme á la provincia de Nicara-
allá á poblar se esperassen alli hasta que gua, donde en una nueva población que
él enviasse los navios ( que seria muy hizo el capitán Benito Hurtado, que se
presto), y que de sus haciendas de Diego llama Villahermosa, por mandado del go-
Velazquez les seria dado todo lo que bernador Pedrarias Dávila, estando des-
oviesse menester; y assi lo envió á pro- cuydados los nuevos pobladores, se alca-
veer é mandar que se les diesse á todos ron los indios é mataron al capitán Hur-
los que esto quissiessen atender, y escri- tado é assi mismo áesfe capitán Johan de
bió á los alcaldes y regimiento de aque- Grijalva 6 otros chripstianos, como se dirá
lla villa deSanct Chripstóbal que les lii- en su lugar, en la segunda parte de la his-
çiessen todo buen tractamiento. Eassi al- toria , quando se tracte de aquella tierra.
f„s
TOMO 1.
538 nrSTOMA GENERAL Y NATL'RAL
CAPITULO XJX.
Kn que se tracta cómo el teniente Diego Velazquez envió por su capitán en el tercero descubrimiento á
Hernando Corles, el qual quedó después por gobernador de la Nueva España, é de la muerte del adelan-
tado Diego Velazquez.
Algo ha seydo larga la relación destc suso se ha hecho mención, que Diego Ve-
segundo descubrimiento hecho por el te- lazquez enviaba á César. Por el qual ser-
niente Diego Velazquez, y en su nombre vicio señalado, Su Magestad le dio título
por el capitán Johan de Grijalva, vecino de adelantado de todo aquello que avia
que fué de la villa de la Trinidad en la descubierto, é se tuvo Su Magestad por
isla Fernandina. Y porque aquesto se hi- muy servido del, como era razón, y le
zo á costa de Diego Velazquez, razón es hizo otras mercedes é le escribió gene-
que no se le quite su loor, pues que el rosamente , dándole las gracias por lo he-
tiempo y la fortuna le quitaron los otros cho, é animándole para que continuasse
premios é galardón é interesses que le aquel descubrimiento, como el Diego Ve-
esperaban de tan señalados servicios, lazquez escrebia que lo entendía haçer é
como el que en esto hizo, en que es opi- lo ponia por obra; porque ya avia en-
nion de muchos que que gastó mas de viado otra armada para continuar su buen
çient mill castellanos, é fué causa esta propóssito en la converssion de aquellas
empressa que él muriesse pobre y des- gentes ánuestra sancta fécathólica, yen
contento , como adelante se dirá. las traer á la obidiençia de Sus Mages-
Assi que, tornando á la historia, digo tades é poner debaxo del señorío y pa-
que tornada esta armada que es dicho á trimonio de la corona real de Castilla. Y
la isla Fernandina, acordó Diego Velaz- assi fué la verdad, porque, como he di-
quez de enviar un clérigo capellán suyo cho, quando aquellas cosas envió con
á España con estas muestras del oro que aquel capellán, avia ya enviado otra ar-
es dicho, y con la relación del viaje que mada , de la qual fué por capitán y te-
avia hecho el capitán Johan de Grijalva, niente suyo Hernando Cortés, al qual no
al sereníssimo rey don Carlos, nuestro quitaré loor que él merezca en las cosas
señor; y este clérigo fué á Barcelona en que adelante en la segunda parte desla
el mes de mayo, el siguiente año de mili General Historia le tocaren ; pero no
é quinientos é diez é nueve años, á la apruebo lo que él y otros dicen, porfian-
sacón que en aquella cibdad llegó la nue- do que Cortés y otros fueron á sus pro-
va de cómo era Su Magestad elegido por prias despenssas á aquellas tierras, por-
Rey de los romanos é futuro Emperador que aunque assi fuesse (que no creo,
(é yo me hallé alli en Barcelona en este porque he visto escripturas é testimonios
tiempo). Este clérigo se llamaba Benito que dicen otra cosa, y en mi poder está
Martin, al qual yo conosçia muy bien, signado un treslado de la inslruçion y
porque yo le passé conmigo á estas par- poder que le dio Diego Velazquez para
tes el año de mili é quinientos é catorce yr en su nombre), este loor por de Diego
á la Tierra-Firme, desde donde después Velazquez y no de otro le tengo, pues él
él se passó a la isla de Cuba ; é vi muchas dio principio á todo lo que subcedió de
de aquellas muestras y cosas, de que de la Nueva España, y descubrió della la
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XIX. 639
parte que he dicho en mas de çiento y jaiva á bojar á Yucatan, y aviendo con
treynta leguas de costa ; y despues se su armada bojado en ella lo que está di-
quedó con todo Hernando Cortés, porque cho, é aviendo descubierto la isla de Co-
el tiempo y su ventura y la desdicha de çumél, que nombró Sánela Cruz, é la otra
Diego Velazquez por alguna dispensa- isla de los sacrificios diabólicos que he di-
ción de arriba assilo causaron, éporque cho, é una parte déla Tierra-Firme, lla-
há mucho que oygo aquel proverbio que mada Ulna, á la qual llamó Saoct Johan,
(iice: Matarás y matarte han: y matarán é puso nombre Sancta Maria de las Nieves
quien te matare. Digo esto porque Diego á aquella tierra, desde donde envió al
Velazquez no usó de mas cortesía con el capitán Pedro de Alvarado con una ca-
almirante, don Diego Colom, en se le que- ravela é ciertos rescates de oro é otras
dar á su despecho con la gobernación de joyas é algunos chripslíanos que los in-
la isla de Cuba ó Fernandina, con sus dios avian herido , y otros enfermos; es
cautelas y formas que para ello tuvo, de de saber que quando Diego Velazquez se
la quai usó Hernando Cortés con Diego determinó de enviar á Hernando Cortés
Velazquez para le dexaren blanco, y se con otra armada, no se sabia nueva al-
quedar con el cargo de la Nueva Espa- guna de Grijalva ni de la caravela que
ña. A ninguno dellos hay que loar en es- avia enviado con el capitán Cliripstóbal
te caso, ni tengo por buen dicho aquello de Olit á le buscar. Y en la instrucción
que diçe ïulio en el /// De officiis: *Si los que le dio á Cortés, le mandó y encargó
derechos ó las leyes se han de quebrantar, que lo buscasse, y que inquiriesse assi
ha de ser por alcanzar á reynar '. Esto mismo dónde avia parado Chripstóbal de
acostumbraba á decir aquel grand Julio Olit con la otra caravela ; y le encargó
César, puesto que Suentonio Tranquilo mucho que en Yucatan procurasse de
en la vida que escribió de César, atri- aver seys chripstianos que deçia un in-
buye é diçe: Euripidis versus, quos sic dio de aquella tierra (dicho Melchior) que
ipse convertit2. Mas me paresçe auctori- estaban alli mucho tiempo avia, y que
dad para cobdiçiosos y de larga cotis- avian aportado de cierta caravela que se
çiençia, que para personas de buena con- avie perdido en aquella costa, é dióle ai
fiança. Pero en fin, ninguno se puede mismo Melchior, lengua que aquesto de-
excusar de lo que le está aparejado é or- çia, para que fuesse con Cortés.
denado de Dios, y el officio del mundo Este poder é instrucción que Diego
es levantar uno la liebre, y matarla otro. Velazquez did á Cortés le otorgó é dio en
No sin causa dixo aquel poeta italiano, la cibdad de Sanctiago, puerto déla isla
llamado Séraphin del Águila, en un so- Fernandina, á veynte é tres dias de oc-
neto suyo: tubre de mili é quinientos é diez é ocho
años ante Alonso de Escalante, escriba-
»Qui esparge il seme et qui recogle il fructo.»
no público y del consejo de aquella cib-
quiere deçir : unos esparcen ó siembran dad. Y hecha la armada é bastecida de
la simiente, y otros cogen el fructo. Co- gente y armas y de todo lo nesçessario,
mo quier que esto passasse, digo que passó Hernando Cortés á la Nueva Espa-
aviendo Diego Velazquez enviado á Gri- ña con siete navios y tres verganlines
i Si jus violandum est, regnandi causa violan- 2 Nam si violandum est jus , imperii gralia
diuii es!. violandum est : alus rebus pielulom cola*.
540 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
que Diego Velazquez le dio. Despues de so de Pamphilo de Narvaez, determinó
lo qual, en el año siguiente de mill é qui- de passar en persona, y armó siete ú
nientos é diez é nueve, estando enseño- ocho navios, y con muy buena gente lle-
reado Cortés de parte de la tierra, no gó á vista de Yucatan y de la Nueva Es-
curó de acudir á Diego Velazquez que le paña , y por consejo de un licenciado Pa-
avia enviado, ni le quiso dar la razón y rada, que alliybaconél, paró y se tornó
cuenta de lo que avia fecho con título de sin saltar en tierra, con infamia suya y
su teniente (como lo era) ; sino envió al con mucho gasto y pérdida. En este tiem-
Emperador, nuestro señor, la relación de po se yba gente de muchas partes á Cor-
las cosas que avia visto y muchas mues- tés por las nuevas de las riqueças de
tras é joyas de oro é hermosos penachos aquella tierra, y él daba largamente á
y plumajes, y un pressente muy rico de todos y era amado de los que con él mi-
cosas mucho de ver y de gran valor con litaban, é Diego Velazquez aborresçido,
dos hidalgos, uno llamado Alonso Fer- y ovo lugar con su solicitud y buen ne-
nandez Puerto Carrero, é el otro el ca- gociar quel Emperador, nuestro Señor,
pitán Francisco de Montejo, de quien (sabiendo las discordias de Diego Velaz-
atrás se ha fecho memoria ; las quales co- quez y Cortés) diesse una provission en
sas yo vi en Sevilla quando las truxeron, Valladolid, á veynte y dos dias de octu-
quassi en fin de aquel año de diez y nue- bre de mili é quinientos é veynte é dos
ve, tornando yo á la Tierra-Firme, é años, por la qual mandó é dixo que por
avian llegado estos mensajeros é procu- causa é razón de las diferencias del ade-
radores de Cortés pocos dias antes. lantado Diego Velazquez y Hernán Cortés,
Cómo Diego Velazquez esto supo, en- se avia rebelado México é avian subçe-
vió otra armada con el capitán Pamphilo dido muchos escándalos é robos y muer-
de Narvaez, revocando los poderes dados tes ; é porque quería proveer en el re-
á Cortés, diciendo que se le avia alça- medio dello, por tanto hacia su goberna-
do , y este passó en aquella tierra é dióse dor de aquella tierra á Hernando Cortés,
tan mal recabdo, que con buenas pala- hasta que otra cosa Su Magestad man-
bras Hernando Cortés tuvo tal forma que dasse, é las diferencias de ambos se de-
dio sobre él é le tomó descuydado é lo terminassen por justicia é se viessen en
prendió, é al tiempo de la prisión le fue el Consejo Real de Indias ; y que Diego
quebrado un ojo al Pamphilo de Narvaez, Velazquez no fuesse ni enviasse á aque-
é le tuvo mucho tiempo después en lla tierra gente ni armada alguna só cier-
prisión. Dióle mucha prosperidad é apa- tas penas, lo qual le fue notificado por
rejo á Cortés este fecho para lo que ade- auto al adelantado Diego Velazquez por
lante se siguió, porque á la sacón estaba Francisco de las Casas, del qual se hará
en mucha nesçessidad de gente, é assi mención en las cosas de la Nueva Espa-
con aquella que llevó Pamphilo de Nar- ña (este es un caballero, cuñado de Cor-
vaez (que luego se juntó é obedesció al tes, natural de Medellin). Y en el mes de
vencedor), como con la que allá estaba, mayo de mili é quinientos é veynte é tres
conquistó é tomó la gran cibdad de Mé- años se pregonó esta provission en la
xico ó Tenustican, y prendió á Monteçu- cibdad de Sanctiago de la isla Fernandi-
ma, señor y rey de aquella provincia y na. Aqueste pregón fue un notorio prin-
de mucho señorio, y se apoderó de la cipio, y aun final conclusion de la perdi-
Nueva España. ción total de Diego Velazquez, el qual
Sabido Diego Velazquez el mal subce- obedesció lo que Su Magestad mandaba,
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XIX, §44
é suplicó de la provission ante Su Ma- llas partes toca, se hará mas particular
gostad , é envió á expressar sus agravios mención en la segunda parte desta Natu-
é á seguir su justicia á un caballero, su ral y general historia de Indias. Este ade-
amigo, llamado Manuel de Rojas. lantado, Diego Velazquez, es uno de
Después el año siguiente de mili é qui- aquellos pobres hidalgos que passaron el
nientos é veynte y quatro, estando de- segundo viaje á esta Isla Española con el
terminado de yr en persona á se quexar primero almirante, don Chripstóbal Co-
de Cortés ante el Emperador, nuestro se- lom, y avia llegado al estado que es di-
ñor, é decir sus servicios y gastos en esta cho , á ser riquíssimo hombre, y acabó
empresa, atravesósse aquella difiniçion pobre y enfermo y descontento, y la
universal de las barajas, que es la muer- burla quél avia hecho al almirante, don
te, y acabáronse sus dias y sus contien- Diego Colom, en se le quedar con la go-
das y aun sus dineros, que avian seydo bernación de la isla de Cuba, essa mis-
muchos, é assi fenesció el adelantado ma hizo del y mas por entero Hernando
Diego Velazquez, y quedó Hernando Cor- Cortés, en se le quedar con la goberna-
tés sin contradiçion alguna en la gober- ción de la Nueva España. Passemos á lo
nación de la Nueva España, y muy ri- demás de la historia desta isla Fernan-
quíssimo : del quai y de lo que á aque- dina.
CAPITULO XX.
De las cosas y subçession de la gobernación de la isla de Cuba, alias Fernandina , después de la muerlc de
adelantado Diego Velazquez.
Lntes que el adelantado Diego Velaz- cos dias después se siguió que Su Ma-
quez muriesse, avíase escripto á César y gestad proveyó al adelantado , Francisco
á los señores de su Real Consejo de In- de Garay, de la gobernación de Panuco
dias, que el licenciado Alonso Çuaço, y del rio de las Palmas, que es en con-
que en la isla Fernandina avia seydo íin de la Nueva España; é aviendo fecho
juez, avia hecho muchas sin justicias ; é una gruesa armada é partídose con ella
cómo esto supo el almirante, don Diego desde la isla de Jamáyca, para yr á po-
Colom, partió de aquesta Isla Española blar aquella provincia, aportó en el fin
é passó á la Fernandina , é fueron con él do la isla Fernandina, y supo que Her-
dos oydores desta Audiencia Real, como naudo Cortés tenia ocupada é comença-
en otra parte está ya dicho; é llegados (la á poblar aquella tierra, y que estaba
allá, el almirante quitó el officio al li- en determinación de no dexar entrar en
cenciado Çuaço é tornólo á dar al ade- ella al Francisco de Garay ni á otro; por
lantado Diego Velazquez. É fecho aques- lo qual se detuvo alli, y envió sus car-
to, se tornaron á esta isla el almirante é tas al licenciado Çuaço , rogándole que
los oydores, é quedóse el licenciado passasse á la Nueva España y enlendiesse
Çuaço allí algo desfavoresçido ; pero no entre Cortés y él, porque era amigo de
hizo residencia, assi porque no ovo en entrambos, y como tal, diesse orden có-
essa sacón quexas del, como porque mo no viniessen en rompimiento hasta
aquellos oydores no tenían poder ni co- que Su Magestad déterminasse y prove-
nrission para se la tomar. V desde á po- yesse lo (pie á su real servicio con vi-
512 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
niesse. É assi el licenciado Çuaço partió Quieren algunos decir que esta prisión
para esto , y se perdió en las islas de los no fué por virtud de la cédula ( porque
Alacranes, como se dirá adelante en el aun entonces deçian que no era llega-
último libro de los naufragios é infortu- da), sino por continuar mas sin impedi-
nios t de donde después escapó milagro- mento sus contenciones los oficiales. Y
samente con pocos de los que con él se enviáronlo preso á Cuba á hacer la resi-
perdieron. En el qual tiempo passó toda- dencia que el Emperador mandaba que
vía el adelantado, Francisco de Garay, le tomasse el licenciado Johan Alta mi-
á aquella tierra que yba á poblar ( y que rano , que avia ydo á Cuba espeçialmen -
estaba ya ocupada por Cortés), y se per- te para ello. É llegado á aquella isla, hizo
dió su armada y le mataron parte de la la residencia, y fué dado por libre y
gente los indios , y al cabo él quedó per- quito y aun declarado por buen gober-
dido, y se fué á México , donde estaba nador , y que avia muy bien servido : k>
Cortés, y desde á muy poco murió, co- qual, sabido por Sus Magestades, le hi-
mo se dirá mas largamente , quando se cieron uno de sus oydores de la Audien
tracte de las cosas de la Nueva España. çia Real, que en esta cibdad de Sancto
Después de lo qual aportó el licenciado Domingo de la Isla Española reside, en
Çuaço á la Nueva España, y Hernando que sirvió á Sus Magestades hasta que
Cortés le hizo muy buen acogimiento y Dios le llevó desta presente vida el año
le favoresció mucho y le hizo su teniente próximo passado de mili é quinientos é
é justicia mayor, y en las cosas de la treynta y nueve años. Acabada la resi-
justicia era el todo en la Nueva España. dencia de Çuaço, se acabó el cargo del
Y porque el capitán Chripstóbal de Olit, licenciado Altamirano, é no sin quexas
de quien en su lugar será fecha mas par- hartas que ovo del; y se passó á Méxi-
ticular memoria, se avia aleado en cier- co , y quedó Diego Velazquez en el car-
ta parte de la Tierra-Firme, é apartado go, como primero.
de la amistad é obidiençia de Cortés, que Mas aunque estas mudanças avia en la
Je avia enviado al puerto de Honduras, gobernación de la isla Fernandina, siem-
fuéle á buscar en persona é dexó ciertos pre era él mas parte que ninguno en lo
poderes á los oficiales de Su Magestad, demás, á causa que era capitán y repar-
para que por su ausencia gobernassen, y tidor de los indios délia. Y desde á po-
al licenciado Çuaço para la administra- cos dias le llevó Dios desta vida, segund
ción de la justicia. Pero ya avian llega- se dixo en el capítulo antes deste. Y el
do á España muchas informaciones con- almirante don Diego Colom proveyó por
tra Çuaço, guiadas por sus émulos, é su teniente en la gobernación de aquella
proveyóse una cédula real para que Cor- isla á un hidalgo natural de Portillo, que
tés le enviasse preso á la isla Fernandina era vecino de la cibdad de Sancliago,
á hacer residencia ; é quando la cédula llamado Gonçalo de Guzman , el qual es-
llegó á Cortés, estaba ausente , é fué la tuvo en el cargo desde el año de mili é
cédula á manos de los oficiales del Rey, quinientos é veynte é cinco hasla el año
los quales estaban divisos en dos parles de mili é quinientos é treynta é dos, que
sobre quáles avian de gobernar, porque por mandado de Sus Magestades fué á le
se deçia que Hernando Cortés era muer- lomar residencia el licenciado Johan de
to: é aquella parte, á cuyas manos vino Yadillo, uno de los oydores desta Audien-
la cédula, que era la que estaba mas fa- çiaReal; y fecha, se fué Gonçalo de Guz-
voresçida, prendió al licenciado Çuaço. man en seguimiento de la corte de Sus
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XX. ö43
Magestades, é quedó por teniente de go- don Luis é sus subçessores ; é le hizo
bernador, en nombre del almirante don otras mercedes á él é á su madre. En lo
Luis Colom, en aquella isla un hidalgo, qual esta señora é su diligencia é pru-
natural de la villa de Cueîlar, llamado dencia fueron mucha causa, é me pares-
Manuel de Rojas, hombre sabio é noble. çe que sus hijos le deben tanto ó quassi
Pero después tornó el mismo Gonçalo como á su abuelo, porque no es de me-
de Guzman á la misma gobernación é nos loor ó mérito conservar las hacien-
officio, en nombre del almirante don das ú honores que adquerirlos y ganar-
Luis Colom, hasta el año de mili é qui- los. É assi como á Rómulo dan la gloria
nientos é treynta y siete, que se dio de la fundación de Roma ', no se le atri-
cierto assiento en los pleytos, quel almi- buye menor renombre á Camilo en la de-
rante tractaba sobre sus previlegios con fender de la gálica furia, pues que si por
el fiscal real mucho tiempo avia. É el él no fuera , su memoria é señorío peres-
Emperador, nuestro Señor, comogratís- çicran. Y assi digo desta señora, la qual
simo Príncipe, ovo por bien de mandar con la fuerça de su ingenio é sufrimien-
fenesçer tales letigios, por respecto de to, é no sin muchos gastos é trabaxos de
los servicios del primero almirante, don su persona en la mar y en la tierra, fué
Chripstóbal Colom , é juntamente con esso á España á seguir los pleytos que su ma-
por el mucho deudo que con Sus Mages- rido el almirante don Diego tenia pen-
tades tiene la illustre visoreyna de las dientes ante la Cesárea Magestad: é dió-
Indias, doña Maria de Toledo, madre del se tan buena maña en ellos, que por los
almirante tercero que agora es, don Luis respectos ya dichos é por los méritos
Colom. É le confirmó el almirantadgo desta señora ovieron fin é buen evento
perpetuamente para él é sus subçessores, los debates é letigios, é su hijo queda
é le hizo merced de la provincia de Ve- gran señor, como es dicho , é mejorado
ragua , en la Tierra-Firme, con título de en títulos de honor é de mucho Estado é
duque, é le hizo merced de la isla de Ja- grandeça. É assi resumió Su Magestad por
máyea (alias dicha Sanctiago), con títu- este assiento y equivalencia la jurisdiçion
lo de marqués della ; é demás desto le quel almirante solia ó pretendía desta is-
hizo merced de diez mili ducados de oro la é de la de Cuba é de todas las otras
perpetuos en las rentas reales é derechos partes é provincias de las Indias, islas é
pertenesçientes á Sus Magestades en esta Tierra-Firme del mar Océano é de don-
Isla Española ; é le confirmó el alguaçi- de estaba en costumbre de poner sus te-
ladgo mayor desta cibdad de Sánelo Do- nientes é oficiales el almirante: los qua-
mingo é de la Real Chançilleria que aqui les ovieron fin por la recompensa que es
reside, con voto en el regimiento é ca- dicho, é Gonçalo de Guzman fué el últi-
bildo desta cibdad , por título de mayo- mo teniente del almirante en la isla Fer-
radgo perpetuo para el dicho almirante nandina.
CAPITULO XXI.
Cómo despues quel almirante fué excluido de la jurisdiçion de la isla de Cuba ó Fernandina por el assiento
ques dicho, é remuneración que Sus Magestades le hicieron, fué á gobernar aquella isla Fernando de Solo
por capitán general de Sus Mageslades, é con título de adelantado de la Florida.
D, 'ado assiento en los pleytos del almi- nuestro señor, é le hizo caballero del
rante , como se dixo en el capítulo de su- Orden militar del apóstol Sanctiago é
so, y excluido él é sus offiçiales de la otras mercedes, é le hizo su gobernador
administración de la justicia en aquella é general capitán en lo ques dicho. É es-
isla Fernandina, el Emperador, nuestro tando allá en Castilla, se casó con una de
señor, hizo su gobernador é capitán ge- las hijas del gobernador Pedrarias Dávi-
neral de la isla é de la provincia de la la, llamada doña Isabel de Bovadilla, co-
Florida é sus anexos en la Tierra-Firme mo su madre, muger de gran seré bon-
á la parte del Norte, que avia descubier- dad é de muy gentil juicio é persona, é
to el adelantado Johan Ponce de Leon, á con ella fué á la isla Fernandina, donde
Hernando de Soto, el qual es uno de llegó en el mes de * del año de
aquellos milites del gobernador Pedrarias mili é quinientos é treynta y nueve años.
de Ávila, del qual en las cosas de Tier- É después que ovo visitado la isla é pue-
ra-Firme en muchas partes se hace men- blos della , é proveydo en lo que conve-
ción de su persona, porque es de los an- nia al buen estado é substentaçion de la
tiguos en aquellas partes, é al cabo se tierra , dio orden en armar é passar á la
halló en la prisión dé Atabaliba, donde Tierra-Firme á la conquista é población
fué uno de los que mas parte le cupo de é pacificación de aquellas provincias que
aquellos despojos. É puso tanta partede- por Su Magestad le fueron encomenda-
llos en España, que fué fama que con das : en la qual empresa se siguieron las
mas de çient mill pesos de oro se vido en cosas que la historia dirá en los capítu-
Castilla, donde por sus servicios y méri- los siguientes.
tos fué muy bien tratado del Emperador,
CAPITULO XXII.
De la partida del gobernador Hernando de Soto desde la isla de Cuba , alias Fernandina, para la tierra sep-
tentrional de la Tierra-Firme, é de la armada é gente que llevó para su descubrimiento , é del Irabaxo que
tovieron en su desembarcaron , y qué número de caballos é otras cosas llevó , y cómo se cobró un chrips-
tiano, llamado Johan Orliz, que estaba perdido é andaba desnudo, como los indios.
armada de nueve navios, los çinco de y trabajando por arribar á ellos y en nin-
gavia, y dos cara velas y dos vergantines; guna manera podia. Viendo esto Balta-
y á veynte é cinco del mismo mes, que sar de Gallegos, dio grandes voces á la
fué dia de Pasqua del Espíritu Sánelo, nao capitana para que el general tenien-
se vido tierra en la costa septentrión;'.I te , que era un caballero llamado Vasco
de la provincia de la Florida, y llegó la Porcallo, proveyese lo que mejor fuesse;
armada á surgir dos leguas de tierra y cómo no le oían, por socorrer al go-
en quatro bracas de fondo ó menos. bernador, mandó levantar una caravela
É el gobernador saltó en un verganün grande en queste gentil hombre venia
por llegar á ver la tierra, y con él un por capitán, yquefuesse hacia donde el
gentil-hombre, llamado Johan de Añasco, verganlin paresçia: y aunque desso lo
y el piloto principal del armada, llama- pesó al gobernador, ello fue bien fecho,
do Alonso Martin, para reconosçer qué pues que era en su servicio y por socor-
tierra era aquella, porque estahan dubdo- rer su persona. En fin llegó á donde el
sos del puerto é á qué parte lo tenían; y vergantin estaba, de lo qual el goberna-
no se certificando desso, viendo que la dor rescibió mucho placer. Va en esta sa-
noche se acercaba, quissieron volverse á cón el puerto estaba reconosçido, é el
los navios, y no les dio lugar el tiempo, otro vergantin puesto á la canal por se-
porque era contrario : por manera que ñal para los navios, é el verganlin del
surgieron junto á tierra é saltaron en ella gobernador se vino delante hasta poner
é hallaron rastro de muchos indios y un la misma caravela en la canal del puer-
buhío de los grandes que en Indias se ha to ; é mandó que ella se estuviese al un
visto y otros pequeños. Díxose después lado de la canal y el vergantin al otro,
que aquel era el pueblo de Oçita. para que los navios pasüssen por medio:
No tuvo poco peligro el gobernador y los quales ya se començaban á hacer á
los que con él estaban, porque eran pocos la vela que estarían de allí quatro ó cin-
é sin armas, y no era menos la congoxa de co leguas, é fué menester quel goberna-
los que quedaron en los navios de ver en dor fuesse á mostrarles la vía, porquel
tal estado á su general capitán, porque piloto mayor estaba en el verganlin, é
ni le podían socorrer ni ayudar, si en porque por allihay muchos baxos, y aun
nesçessidad se viesse. En fin tanto cuy- con todo esso tocaron dos navios, é como
dado fué descuydo é demasiada diligen- era arena el fondo, no resçibieron daño.
cia ó falla de prudencia del gobernador, Este dia ovieron malas palabras el go-
porque aquellas cosas son dedicadas á bernador é Jolian de Añasco que yba por
otras personas é no al que há de gober- contador de Sus Magostados, lo qual el
nar é regir la hueste, é bastara mandar gobernador dissimuló y sufrió. Entraron
á un capitán de los inferiores que saliera los navios en el puerto con la sonda en
para aquel reconosçimiento é seguridad la mano, y algunas veces tocaban, y có-
del piloto que avia de salir á reconosçer mo era lama passaban adelante, por lo
aquella costa. Y estovieron allí los na- qual se detuvieron cinco días sin desem-
vios en harto Irabaxo y toda la armada, barcarse, pero alguna gente saltaba en
en que avia quinientos é septenta hom- tierra y traían agua é hierva para los ca-
bres sin los marineros, y con estos llega- ballos. Mas en fin, los baxos no dieron
ban bien á septeçientos hombres. lugar á que llegassen cargados los na-
Otro dia, lunes por la mañana, el ver- vios á donde el pueblo estaba y quatro
gantin estaba bien decavdode los navios leguas atrás surgieron; y viernes que se
TOMO 1.
546 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XXIII.
Cómo la guerra se comeneó á encender é se hizo crudamente , é cómo e! teniente general se tornó ;i la isla
de Cuba , é cómo el gobernador partió de aquel puerto del Spírilu Sánelo la (¡erra (»dentro, <; de !o que ¡i r\
é su gente les acaeseió hasta los diez de agosto del mismo año de mili è quinientos é treynta y nueve años.
JtLste gobernador era muy dado á essa é ydo allá este capitán, hallóla gente
montería de matar indios, desde el tiem- aleada, y quemóles el pueblo, y aperreo
po que anduvo militando con el gober- un indio que llevaba por guia. Ha de en-
nador Pedrarias Dávila en las provincias tender el lelor que aperrear es hacer que
de Castilla del Oro é de Nicaragua, é perros le comissenó matassen, despeda-
también se halló en el Perú y en la pri- cañdo el indio, porque los conquistadores
sión de aquel gran príncipe A tabal iba, en indias siempre lian usarlo en la guerra
donde se enriquesció: é fué uno de los que traer lebreles é perros bravos é denoda-
mas ricos han vuelto á España , porquél dos; é por tanto se dixo de suso montería
llevó é puso en salvo en Sevilla sobre de indios.. Vssi quetdessa forma fué muerta
çient mili pesos de oro, y acordó de vol- aquella guia, porque mentía éguiaba mal.
ver á las Indias á perderlos con la vida, En tanto que Vasco Porcallo hacia lo
y continuar el exerçiçio, ensangrentado que se ha dicho , envió el gobernador
del tiempo atrás que avia usado en las otro indio por mensajero al cacique Or-
partes ques dicho. Assi que, continuando riparacogi, el qual no volvió porque una
su conquista, mandóal general Vasco Por- india le dixo que no volviesse, y por
calió deFigueroaquefuesseáOcita, por- ello fui'- aperreada. Ovo entre los de
que se dixo que allí avia junta de gente, aqueste exérçito diversos pares
5;s HISTORIA GENERAL Y NATURAL
bre si seria bien poblar alli ó no, por- Avia mandado el gobernador á Balta-
que la tierra paresçia estéril, como á sar Gallegos que aunque no hallasse bue-
la verdad aquella costa en tal fama está, na tierra le escribiesse buenas nuevas,
á causa de lo cual el gobernador deter- por animar la gente; y aunque no era de
minó de enviar al capitán Baltasar de Ga- su condición mentir , porque era hombre
llegos á Orriparagi * con ochenta de de verdad , por complir el mandamiento
caballo y çient peones, é partió un vier- del superior, y aun por no desmayar la
nes á veynte de junio. É envió assi mis- gente, escribia siempre dos cartas de di-
mo el gobernador á Johan de Añasco en ferentes tenores , una de verdades y otra
los bateles de los navios por la costa de de mentiras; pero essas mentiras con tal
la mar con cierto número de peones, á arte dichas é por palabras equívocas, que
deshacer cierta junta que los indios avian se podia entender lo uno y lo otro por-
hecho , ó ver é sentir qué cosa era. É ha- que se lo mandaban, é á esto deçia él
llólos en una isla, donde tuvo una refrie- que mas fuerça ternia la carta de la ver-
ga con ellos , é mató con los versos de dad para excusarse, que malicia la men-
la artillería que llevaba nueve ó diez in- tirosa para ofenderle. Y assi el goberna-
dios , é ellos flecharon ó hirieron otros dor no mostraba los renglones verdade-
tantos ó mas chripstianos ; y porque no ros: antes deçia que aquello que no mos-
les pudieron hacer dexar la- isla , envió traba, eran avisos de grandes secretos
por socorro, é el mensajero fue un hidal- que adelante se manifestarían para mu-
go, llamado Johan de Vega, é pidió gen- cha utilidad de todos ; é las cartas equí-
te de caballo para tomarles la tierra fir- vocas é mentirosas mostrábalas é dába-
me por donde avien de salir, porque con les él unas declaraciones, como le pa-
la gente que tenia y la que mas fuesse, resçia.
penssaba entrar á pelear con los indios. Y cómo aquellas cartas, aunque no
El gobernador envió á Vasco Porcallo prometían cosa cierta, daban esperanças
con quarenta de caballo y algunos peo- é indicios que movían los deseos para yr
nes ; pero ya quando esse socorro llegó, adelante á salir de tales dubdas; pero
se avian ydo los indios ; é los españoles como los pecados del hombre son causa
por no aver ydo en valde, corrieron la que la mentira algund tiempo halla cabida
tierra é ovieron algunas indias que truxe- é crédito , cayó en todos una conformi-
ron al real. Venido el Vasco Porcallo des- dad , é pidieron unánimes la entrada de
sa entrada, tuvo algunos desabrimientos la tierra adentro, que era lo que el go-
con el gobernador (que en esta relación bernanor urdia, y desto pesaba mucho á
se callan ), que el historiador no pudo los que mandaban alli quedar con el ca-
acabar con quien le informó que le dixes- pitán Calderón, que fueron quarenta de
se, por algunos respectos. É tomósse por caballo é sesenta peones, en guarda del
buen medio que Vasco Porcallo se volvies- pueblo y mantenimientos y del puerlo
se á Cuba á mirar por las cosas de la go- y vergantines y bateles que quedaban,
bernación de alli é proveer ai goberna- porque todos los navios se avian despa-
dor é su ejército, quando fuesse nesçessa- chado á la Habana. Ávido este acuerdo por
lio, de loqueoviessen menester. Déla yda bueno el gobernador se partió del pueblo y
«leste caballero pesó á muchos, porque era puerto del Spíritu Sancto (llamado assi
amigo de buenos y hacia mucho por ellos. por el dia que allí llegó el gobernador o
* Cada vez que nombra Oviedo á este cacique, acostumbrándose su oido á percibirlos distinta y
escribe su nombre de diferente modo : primero dijo claramente. Lo mismo sucede en oíros muchos pa-
Orriparacogi ; después Orriparagi; ahora Urripa- sages de la secunda y lercera parte de estas his-
racoxi. Esto prueba la variedad ron que los espa- lori a
ñoles pronunciaban los nombre« americano*, •!•>
äöO HISTORIA GENERAL Y NATUKAL
quales cresçio, é fue el número de los la corriente les llevó un caballo y se lea
caballos que el gobernador tenia veynte ahogó : é viendo esto, passaron los res-
6 seys. Otro dia, viernes, se movió el tantes con sogas, como lo avian hecho
real por el rastro del gobernador, y en los que passaron primero con el gober-
el camino hallaron dos de caballo que el nador. Llegó esta gente é su gobernador
gobernador envió al maestro de campo, al primero pueblo de Ocale, que llama-
que era un caballero que se llamaba Luis ban Uqueten, donde se lomaron dos in-
de Moscoso , al qual le enviaba á mandar dios; y luego se proveyó que algunos de
que no se moviesse, é tornáronse á dor- caballo y las acémilas que de Cuba avien
mir á donde salieron, porque ovo una llevado, fuessen con mahiz é socorro de
guacábara (que es lo mismo que escara- comida para los que yban atrás, pues
muça ) con los indios y mataron un ca- alli hallaron abundancia ; y no les llegó
Lallo de don Garlos Enriquez, yerno del á mal tiempo porque los hallaron en
gobernador, casado con su sobrina, na- aquella ciénaga comiendo hiervas y ray-
tural de Xerez de Badajoz, é hirieron al- ées délias asadas y otras cocidas, sin te-
gunos chripstianos é padesçieron mucha ner sal, y lo que peor era sin las conos-
nesçessidad de hambre, porque comían çer. Alegráronse con la llegada del bas-
las maçorcas del mahiz con los masíos ó timento , y la gula y nesçessidad que te-
madera (que es cassi) sobre que nasçen nían les dio una refeçion y sabor muy
los granos. Otro dia, sábado, halló el go- acepto , é de tal gusto que avivó la dili-
bernador los caminos mas anchos y bue- gencia y sacaron mercas de flaqueça, y
na dispusiçion de tierra, é envió otros llegaron el martes siguiente essos pos-
dos de caballo por otros treynla, é envió treros de la reçaga á donde el goberna-
á decir quel real se moviesse en su se- dor Hernando de Soto estaba; pero ya
guimiento. É el maestro de campo envió le avian herido algunos soldados que se
á Ñuño de Tovar con treynta de caballo, desmandaban, y avien muerto un balles-
é él se movió, segund el gobernador le tero que se deçia Mendoça. Junto el rea!,
envió á mandar. El gobernador con los fueron á Ocale, pueblo de buena comar-
veynte y seys de caballo que con él yban, ca de mahiz ; é alli, yendo por mante-
llegó dia de Sancta Ana al rio ó ciénega nimientos á Acuera, mataron los indios
de Cale, y era de grand corriente é an- en dos veces tres soldados de la guarda
cho, é passáronle con grand dificultad, del gobernador, é hirieron á otros é ma-
y adonde no avia nesçessidad de puente taron un caballo , y todo ello por mal
passaban á los pechos y á la barba el concierto, puesto que aquellos indios,
agua, con la ropa é sillas en las cabe- aunque son flecheros y de muy recios ar-
ças mas de"1 tres tiros de ballesta. Los cos y muy diestros é ciertos punteros, no
treynta de caballo que llevaba Ñuño de tienen hierva sus flechas ni ellos saben
Tovar, passaron el domingo siguiente, é qué cosa es.
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XXIV. 351
CAPITULO XXiV.
Cómo el gobernador, Hernando de Solo, prosiguiendo en su conquista, passó adelante, é cómo los in-
dios le quisieron matar ó prender por engaño , por libertar un cacique que llevaba consigo, é cómo un ca-
cique le dio una bofetada al gobernador que le bañó los dientes en sangre: é tráctanse otras cosas convi-
nientes al discurso de la historia.
A los once de agosto del mismo año á un bonico pueblo , donde hallaron mu-
partió el gobernador de Ocale con çin- cha comida y muchas castañas pequeñas
qiienta de caballo y çient peones en bus- apiladas muy sabrosas, naturales casta-
ca de Apalache, porque avia mucha fama ñas ; pero los árboles que las llevan no
que era de mucha gente, y quedó allí son mas altos que dos palmos de tierra,
Luys de Moscoso con el resto del real é assi nasçen en capullos eriçados. Otras
hasta ver cómo subçedia lo de adelante; castañas hay en la tierra que los españo-
y aquel dia fueron á dormir á Itaraho- les vieron é comieron que son como las
lata, buen pueblo y de harto mahiz. Alii de España mismas, y en I an grandes
apretó un indio al capitán Maldonado y castaños nasçen é los árboles poderosos
le hirió mal el caballo, y le sacara la é con la misma hoja é eriços ó capullos,
lança de las manos, si no sobreviniera assi gordos é de muy buen sabor.
acaso de ventura el gobernador, puesto Fué aqueste exército desde alli á un rio
que el Maldonado era buen caballero ó que llaman de las Discordias, é la causa
de los mas valientes de aquel exérçito; quiso callar el que dio esta relación, por-
pero los indios de aquella tierra son gen- que como era hombre de bien, no acordó
te muy belicosa é indómitos é recios. de contar culpas ni flaqueças de sus ami-
Otro dia fueron á Potano, é otro dia gos. Aqueste dia hicieron una puente de
miércoles llegaron á Ulinamocharra, é pinos, que avia muchos alli, é otro dia
de alli fueron al pueblo de la Mala-Paz; domingo passaron aquel rio con tanto ó
el qual nombre se le dio, porque avien- mas trabaxo que el de Ocale. El dia si-
do tomado en el camino Johan de Añasco guiente lunes llegaron á Aguacaleyquen,
treynta personas de aquel cacique, por- y Rodrigo Ranjel y Villalobos, dos hidal-
que se las diesen, envió á decir que que- gos, hombres équestres, pero hidalgos
ría paz, é envió en su lugar á tractarla (digo équestres porque eran en este exér-
un gandul que se creyó que era el mismo cito hombres de caballo), tomaron en im
cacique, é diósele su gente. Siguióse mahiçal DU indio é una india, é ella les
que, huyéndoseles á los chripslianos este mostró dónde estaba escondido ol mahiz,
indio otro dia, se fué á meter en la mol- é el indio llevó al capitán Baltasar de
titud de los indios que estaban en un ar- Gallegos, adonde lomó diez é siele per-
cabuco, un perro gentil lebrel de Irlanda sonas, y entre ellas una india, hija del ca-
que acudió á la grita y entró cutre todos cique , que de razón esso avie de ser
los indios; é aunque passó por muchos, á causa que su padre viniesse á la paz;
ninguno asió sino á aquel quel que avia pero sin essa quissiera él libertarla, si sus
huydo que estaba entre la moltitud, y engaños y astucias fueran no menos que
túvole por el molledo del braco de tal las destos conquistadores. A los veyulee
manera, que el indio se echó é le pren- dos de agosto paresció gran moltitud de
dieron. Otro dia llegaron los chripslianos indios, é viendo el gobernador que la
552 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
tierra se mostraba ya mas poblada y de les otra mayor, desta manera. Juntáron-
mantenimientos, envió ocho de caballo se siete caciques de aquellas comarcas
á toda diligencia á llamar al maestre de con sus gentes, é enviaron á decir al
campo, Loya de Moscoso , para que con gobernador que eran subjelos de Uçachi-
todo el real se fuesse â juntar con él ; y le , y que por su comission y voluntad
no tuvo poca diligencia el maestre de dellos querían ser amigos de los chrips-
campo en complir aquel mandamiento, tianos y ayudarlos contra Apalache, pro-
é á los quatro de septiembre llegó donde vincia recia enemiga de Uçachile y de-
el gobernador estaba, é todos se holga- llos , y que á esto avian venido induci-
ron de verse juntos ; porque como tenían dos y rogados por Aguacaleyquen ( que
preso al cacique, temíase que los indios es el cacique que los chripstianos traien
se avian de juntar, y no era mal penssa- preso), y que temían entrar en el real y
do, por lo que paresció adelante. A los ser detenidos : por tanto, que el gober-
nueve de septiembre partieron todos jun- nador llevasse consigo á Aguacaleyquen
tos de Aguacaleyquen , llevando consigo é los saliesse á hablar en una savana
el cacique é á su hija y á un indio prin- grande que alli avie, para platicar en
cipal que se decía Guatutima , por guia, este negocio. Fueron entendidos sus
porque deçia aquel que sabia mucho de tractos y aceptado su mensage, y el go-
lo de adelante é daba muy grandes nue- bernador salió á los hablar ; pero mandó
vas. É hicieron una puente de pinos para armar y cabalgar á los chripstianos, é
passar el rio de Aguacaleyquen, y fue- que á la señal de la trompeta diessen en
ron á dormir á un pueblo pequeño. Otro los indios. Assi que, salido á la savana
dia viernes fueron á Uriutina, pueblo con solos los de su guarda y una silla
de alegre vista y de mucha comida, y para se sentar, el cacique de Aguacaley-
avia en él un muy gran buhio, en la quen consigo, apenas se ovo sentado el
mitad del qual avia un gran patio. Ya gobernador, que quando estaba comen-
por alli avia buena población. Desde que cándose la plática, se vido al momento
salieron de Aguacaleyquen, y ban y venían cercado de indios con sus arcos y fle-
mensageros de Uçachile, cacique gran- chas , y por muchas partes venian otros
de, tañendo con una flauta por çirimo- innumerables ; de tal forma , que el pe-
nia; y el viernes á doce de septiembre ligro se vido luego manifiesto que el go-
llegaron estos chripstianos á un pueblo bernador tenia : é antes que la trompeta
que le llamaron de las Muchas-Aguas, se sonasse , el maestre de campo, Luys
porque les llovió tanto, que no pudieron de Moscoso , batió las piernas al caballo
salir de alli el sábado ni el domingo, é diciendo: «Ea, caballeros, Sanctiago,
salieron el lunes siguiente , quince de Sanctiago, y á ellos.» É assi de golpe fué
aquel mes, y hallaron una ciénega muy la gente de caballo, alanceando muchos
mala y todo el camino muy trabajoso, é indios, y no se les ganó el ardid sino
fueron á dormir á Napituca, que era un por la mano, é antuviarse los nuestros á
pueblo muy alegre, de gentil assiento y pelear, no obstante lo qual se defendie-
mucha comida. Alli los indios usaron de ron é pelearon como hombres de grande
todos sus engaños é astucias por cobrar ánimo, é le mataron el caballo al gober-
su cacique de Aguacaleyquen , é llegó la nador y mataron otro á un hidaldo, dicho
cosa á términos que el gobernador se Sagredo, é hirieron otros. É despues que
vido en harto peligro; pero fueron en- buen espacio duró la pelea, los indios se
tendidos sus engaños y burlas, y hízose- pusieron en huyda , é acogiéronse á unas
DE INDIAS. ÜB. XVII. CAP. XXIV. 553
dos lagunas, é los españoles cercaron la cupir mucha, por lo qual este y otros los
una é la otra no pudieron, é tovieron ataron á sendos palos é fueron asaetados.
aquella cercada, velando toda la noche é Otros indios hicieron otras bacanas mu-
hasta la mañana que se rindieron é saca- chas que no se podrían acabar descrebir,
ron presos de alli trescientos indios é cinco segund al historiador dixo el que pres-
ó seys caciques en ellos. Uriutina quedó á sente se halló; por lo qual el gobernador,
la postre solo, que no quiso salir hasta que viendo que con tan pocos indios y sin ar-
entraron unos indios de Uçachile á nado mas los chripstianos estaban tan aflexidos,
por él y lo sacaron, y en saliendo, pidió noestándolo él menos, dixo assi: «Ová-
un mensagero para su tierra, y trahido le lame Dios, y si eslovieran aqui aquellos se-
dixo assi : « Mira, vete á los mios y díles ñores del Consejo, para que vieran cómo
que de mí no tengan cuydado : que yo se sirve Su Magesladen estas parles!» Y
he hecho, como valiente varón é señor, lo aun porque lo saben dice el chronista que
que avia de hacer, y reñí y peleé, como han mandado çesar las liranias y cruel-
hombre hasta que me dexaron solo : é si dades , y que se tenga mejor orden en la
me retruxe á esta laguna, no fué por pacificación de las Indias, para que Dios,
huyr la muerte ó no morir como á mí me Nuestro Señor, y Ja Cesárea Magestad
conviene, sino por animar á estos que mejor se sirva, y las consçiençias de los
estaban dentro é que no se diessen; y conquistadores se aseguren, y los natu-
que despues que ellos se dieron , yo nun- rales de la tierra no sean mal tractados.
ca me rendí hasta que estos indios de Martes vcynte y tres de septiembre sa-
Uçachile, que son de nuestra nación, me lió el gobernador é su exérçito de Napi-
lo rogaron diciendo que assi convenia á tuca y llegaron al rio de los Venados. Este
lodos. Por tanto, que lo que les encargo é nombre se le dio porque alli truxeron los
ruego es que por mi respecto ni por otro no indios mensajeros de Uçachile ciertos ve-
tengan que hacer con estos chripstianos, nados, que los hay muchos y buenos por
(fue son diablos y podrán mas que ellos, aquella tierra. É para passar este rio hi-
y que tengan por muy cierto de mí que cieron una puente de tres grandes pinos
si oviere de morir, será como valiente en luengo y quatro en ancho (los qua-
hombre.» Todo lo qual refirió luego é lo les pinos son perfetos y de los muy gran-
declaraba al gobernador aquel Johan Or- des de España), y acabando de passar el
tiz, lengua, ques aquel chripstiano que rio todo el exérçito, que fue á los veynte
la historia ha contado que hallaron en la y cinco días de aquel mes, passaron el
tierra, acaso de ventura. Los indios que mismo dia por dos pueblos pequeños y
se tomaron de la manera ya dicha, se uno muy grande que se llama Apalu, y
llevaron á meter en un buhío aladas las llegaron á dormir á Uçachile; pero en
manos atrás; y andando entre ellos el todos estos pueblos hallaron la gente al-
gobernador para conosçer los caciques, çada, é salieron algunos capitanes á ran-
animándolos para los traer á paz é con- chear y truxeron mucha gente. Partieron
cordia, y haciéndolos desatar porque de Uçachile el lunes adelante veynte é
fuessen mejor tractados que los otros in- nueve del mes , é passado un gran mon-
dios comunes, un cacique de aquellos, te, fueron á dormir á un pinar, é tornó un
assi como lo desataron, estando el go- mancebo, dicho Cadena, atrás sin licencia
bernador á par del, alcó el braço é dio por una espada, é quísole hacer ahorcar
al gobernador tan grand bofetada que le el gobernador por ambos deliclos, é por
bañó los dientes en sangre y le hizo es- ruego de buenas personns escapó. Otro
TOMOI.
oö'k HISTORIA GENERAL Y NATURAL
dia, martes Ireynta del mes de septiem- ra se dirá podrá el discreto letor conjec-
bre llegaron á Agile subjeto de Apalache, turar sus grandes ánimos é osadía. Dos
é tomáronse algunas mugeres ; é son ta- indios salieron á ocho de caballo, y
les que una iudia tomó á un bachiller, lla- quemáronles dos veces el pueblo, y con
mado Herrera, que quedaba solo con ella celadas les mataron muchos chripstianos
é atrás de otros compañeros, é asióle de en veçes, y aunque los españoles los per-
los genitales y túvolo muy fatigado é ren- seguían y quemaban, nunca quissieron
dido, é si acaso no passáran otros chrips- venir de paz. Si á algunos indios corta-
tianos que le socorrieran, la india le ma- ban las manos y narices, no hacían mas
tara , puesto quel no quería aver parte en sentimiento que si cada uno dellos fuera
ella, como libidinoso, sino que ella se un Muçio Sçévola romano. Ninguno de-
quería libertar é huyr. Miércoles primero llos negó ser de Apalache por temor de
de octubre salió el gobernador Hernando Ja muerte. Y en tomándole, que le pregun-
de Soto de Agile con su gente, é llega- taban de á dónde era, respondía con so-
ron al rio ó ciénega de Ivitachuco, é hi- berbia: «De á dónde tengo de ser?., soy
cieron una puente, é en un carriçal de un indio de Apalache.» Como quien daba
la otra parte estaba una celada de indios á entender que le ofendía quien penssaso
é flecharon tres chripstianos, é acabaron que era de otra gente, sino de Apalache.
de passar aquella ciénega el viernes si- Acordó el gobernador de entrar mas
guiente á medio dia, é ahogóseles allí la tierra adentro, porque un indio mu-
un caballo é fueron á dormir á Ivitachu- chacho daba grandes nuevas de lo que
co é hallaron ardiendo el pueblo, que le avia la tierra adentro ; y envió á Johan
avian puesto fuego los indios. Domingo de Añasco con treynta de caballo por el
cinco de octubre fueron á Calahuchi, é capitán Calderón é la gente que avia
tomáronse dos indios y una india é ta- quedado en el puerto, y quemaron los
sajos de venados en mucha cantidad, é mantenimientos que dexaron y el pueblo,
allí se les huyó la guia que llevaban. é vínose el capitán Calderón por tierra
Otro dia fueron adelante llevando por con toda la gente y Johan de Añasco vi-
guia un indio viejo que los traia perdi- no por la mar con los vergantines y ba-
dos, é uua india los llevó á Iviahica, é teles hasta el puerto de Apalache. Sába-
hallaron aleada toda la gente, é otro dia do diez é nueve de noviembre llegó
salieron de alli dos captianes é hallaron Johan de Añasco al puerto, é luego se
toda la gente aleada. Johan de Añasco despachó Maldonado en los vergantines
avia salido deste pueblo, é ocho leguas por la costa á descobrir puerto la vía del
del halló el puerto donde Pamphilo de Nar- hueste-ocçidente. Y en este tiempo lle-
vaez se avia embarcado en las barcas que gó el capitán Calderón con toda la gen-
hizo. Esto se conosció por las calavernas te, menos dos hombres y siete caballos
de los caballos y assiento de fragua y que le mataron los indios en el camino.
pesebres y morteros que tenían hechos Maldonado descubrió un puerto muy bue-
para moler el mahiz, y por cruces he- no y truxo un indio de una provincia
chas en los árboles. É invernaron alli ó questá junto á aquella costa, que se dice
estovieron hasta quatro de marzo del año Achuse, é truxo una buena manta de
de mili é quinientos é quarenta años, en martas cebellinas (aunque ya en Apala-
el qual tiempo acaesçieron muchas cosas che avian visto otras, pero no tales). Des-
notables con los indios, los quales son pachóse el capitán Maldonado para la
valentíssimos hombres, y por lo que ago- Habana y salió de Apalache á veynte é
DE INDIAS. LIB. XVII. GAP. XXIV. OÜ0
CAPITULO XXV.
Cómo el gobernador Hernando de Soto é su gente partieron de Iviahica en demanda de Cupachegui, é có-
mo la guia que llevaban desque no supo mas de lo que adelante avia, se hizo endemoniado; é trocíanse di-
versas cosas é muy notables.
la cabeça sobre los hombros, como aque- llamar al cacique Camumo,édíxeron que
llos bohemianos ó egipcianos que suelen comía é dormía é andaba conlinuameule
algunas veces andar vagabundos por Es- armado, que nunca se quitaba las armas,
paña. Es tal el hilo, que quien se halló porque estaba en la frontera de otro ca-
en esto me certificó que vido hilarlo á cique llamado Coíitachequi, su enemigo,
las mugeres dessas cascaras de morales, é que no vendría sin ellas, é el gober-
é hacerlo tan bueno como hilo de Por- nador replicó é dixo que viníesse como
tugal de lo mas presçioso que procuran él quisiesse; é vino é dióle el goberna-
en España las mugeres para labrar, y dor una pluma grande é colorada con ar-
mas delgado y parejo alguno y mas re- gentería , é el cacique la tomó muy ale-
cio. Los morales son ni mas ni menos que gre, é dixo al gobernador; «Vosotros
los de España, y tan grandes y mayores; soys del çielo , y aquesta pluma vuestra
pero la hoja mas blanda y mejor para se- que me days, puedo comer con ella: sal-
da , y las moras para comer mejores y dré á la guerra con ella; dormiré con mi
aun mayores que las de España, y tam- muger con ella.» É el gobernador le dixo
bién les aprovecharon mucho muchas ve- que sí, que todo lo poclia haçer. Este Ça-
ces á los españoles, para se mantener. muiuo y essotros eran subjelos de un gran
Llegaron aqueste dia á un pueblo de cacique que se dice Ocute. Y este de ía
un cacique subjeto de Ichisi, bonico pue- pluma preguntó al gobernador que á
blo y de harta comida, é dióles de lo que quién avia de dar de alli adelante el tri-
tenia de buena voluntad, é descansaron buto , si le daria al gobernador ó á Ocu-
allí el martes, é luego el miércoles, úl- te. E el gobernador sospechó que esta
timo de marco , partieron el gobernador pregunta fuesse dicha astutamente, é
é su exérçilo, é llegaron al Rio Grande, respondió que él tenia á Ocute por her-
donde lovieron muchas canoas, en que mano , que le diesse á Ocute su tributo
passaron muy bien é llegaron al pueblo hasta que el gobernador le mandasse
del señor, el quai era tuerto, é dióles otra cosa. Desde alli envió mensageros á
muy bien de comer é quince indios para llamar á Ocute, é él vino alli, é el go-
cargas. Y cómo era el primero que vino bernador le dio un bonete de raso ama-
de paz, no le quisieron fatigar mucho, é rillo, é una camisa, é una pluma, é pú-
estuvieron alli jueves primero de abiil, sosse una cruz alli en Altamaha, é fué
é pusiéronles en el cerro del pueblo una bien resçibida. É otro dia jueves, ocho
cruz, é informáronlos con la lengua de dias de abril, partió de ahy el goberna-
la sanctidad de la cruz, é resçibiéronla é dor con su exérçito, é llevó consigo á
adoráronla con mucha devoción, á lo Ocute, é fueron á dormir á unos bullios,
que mostraban. Viernes, segundo dia del é el viernes llegaron al pueblo de Ocute.
mes de abril, partió este exérçito de alli Ê enojóse el gobernador con él, é tem-
é durmieron en el campo, é á otro dia blaba de miedo ; é luego vinieron mucho
llegaron á un buen rio, é hallaron buhios número de indios con mantenimientos, é
despoblados, é ahy llegaren mensageros dieron quanlos indios de carga quisieron
de Altamaha é lleváronlos á un pueblo, los chripslianos, é púsosse una cruz, é
donde hallaron abundancia de comida, resçibiéronla con mucha devoción á lo
é vino un mensagero de Altamaha con que paresçia, é adoráronla de rodillas,
un presente, é el dia adelante truxeron como vian que los chripslianos lo ha-
muchas canoas é passó el exérçilo muy çien. Lunes, doce de abril, partieron do
bien. É desde alli envió el gobernador á Ointe é llegaron á Cofaqui, é vinieron
ÖÖ8 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
principales con dones. Era este cacique só que aquello do acullá le bastaba saber
Cofaqui un hombre viejo, Ueno de bar- para lo de acá en la costa del Norte, y
bas , é gobernaba por él un sobrino su- engañóse , como la historia lo dirá!
yo. Vino ahy el cacique Tatofa é otro Tornemos á la historia é camino desle
principal, é dieron su pressente é comi- capitán ó gobernador : que yo á él y á
da é tamemes todos los que ovieron me- los tres que dixe de suso, y al licencia-
nester, que en aquella lengua tameme do Ayllon, que también se perdió en essa
quiere tanto decir como indio de carga. tierra del Norte, bien los conosçi é ha-
El jueves, quince de aquel mes, comen- blé é comuniqué. Viernes, diez é seys
cé á desatinar aquel Perico, que era el del mes, fué este gobernador é su gente
indio muchacho que llevaban por guia á dormir á un arrovo m
camino de Cofita-
desde Apalache, porque no sabia ya mas chequi, é otro dia passaron un grandis-
de la tierra, é hízose endemoniado, é simo rio , dividido en dos bracos , mas
súpolo hacer tan bien, que los chripstia- ancho que un gran tiro de arcabuz, é
nos penssaron que era verdad; é díxole tenia muy malos vados de muchas lajas é
un religioso que llevaban, llamado fray daba á los estribos y á parles á los vas-
Johan, el Evangelio. Pero en efeto ovie- tos : la corriente era muy recia, no avia
ron de tomar guias, que les dio Tatofa, hombre de caballo que osasse tomar peon
para yr á Cofitachequi por un despobla- á las ancas. Los peones passaron por mas
do de nueve ó diez dias de camino. ai to del rio por mas hondo, desta ma-
Esto maravillado muchas veces de la nera. Haçian una muela de treynta ó
tahurería ó tesón ó pertinacia, ó sea cons- quaranta hombres asidos unos con otros,
tancia, porque parezca mejor la continua- y assipassaban, teniéndose los unos á los
ción destos burlados conquistadores, de otros; y aunque algunos estovieron en
un trabaxo en otro, y de otro en otro mucho peligro, plugo á Dios que ningu-
mayor, y de un peligro en otros y otros, no se ahogó, porque con los caballos so-
aqui perdiendo un compañero é alli tres, corrían , y dábanles el qüento de la lança
é acullá mas y de mal en peor, sin es- ó la cola del caballo, é assi salieron to-
carmentar. ¡ Oh maravilloso Dios, y qué dos é durmieron en un monte.
ceguedad y embelesamiento debaxo de Este dia perdieron muchos puercos que
una cobdiçia tan incierta y tan vana pre- les llevó la corriente de aquellos que
dicación, como la que Hernando de Soto avian traydo mansos de Cuba. Otro dia,
les podia decir á estos milites engañados domingo, fueron á otro monte ó boscaje
que llevó á una tierra, donde nunca es- á parar, é otro dia, lunes, caminaron
tuvo ni puso los pies en ella, é donde sin camino é passaron otro rio muy gran-
otros tres gobernadores mas expertos que de , é el martes fueron á dormir á par de
él se avian perdido, que eran Johan Pon- un arroyo, y el miércoles llegaron á otro
ce, Garay é Pamphilo de Narvaez, que rio grandíssimo y malo de passar, el qual
qualquiera dellos tenia mas experiencia era dividido en dos bracos de malas en-
que él en cosas de Indias, é eran perso- tradas y peores salidas. É ya no llevaban
nas de mas crédito que él en esso; por- los chripstianos que comer, é cou grand
que él ni de las islas ni de la tierra del trabaxo passaron este rio é llegaron á unos
Norte ninguna cosa sabia sino de la go- ranchos de pescadores ó monteros, é los
bernación de Pedrarias, en Castilla del indios que llevaban desatinaban, que no
Oro é Nicaragua, é del Perú, que era sabian camino ni los españoles tampoco,
otra manera de abarraxar indios ; y pens- ni qué partido se tomassen, é entre ellos
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XXV. 559
avia diversos paresçeres. Unos deçian letras que deçian donde las hallarían. É
que tornassen atrás; otros deçian que assi se partieron con Johan de Añasco un
fuessen por otro rumbo ó por otra via, é lunes veynte é seys de abril. Este dia con
el gobernador propuso, como siempre avia algunos de caballo (aunque pocos) llegó
seydo, que era lo mejor yr adelante , sin el gobernador al pueblo que se dice Hy-
saber él ni ellos en qué acertaban ni en mahi, é el exérçito se quedó dos leguas
qué lo erraban. É estando en este laberin- atrás, los caballos cansados. Hallósse en
to perplexos, el viernes veynte é tres de este pueblo una barbacoa de mahiz y
abril envió el gobernador á buscar cami- mas de dos cahíces y medio de pinol
nos ó pueblos desta manera: que Balta- hecho, que es mahiz tostado. É otro dia
sar de Gallegos fue el rio arriba la vía llegó el real é dieron raciones de mahiz
del Norueste, é Johan de Añasco fue el é pinol; é avia infinitas moras, porque
rio arriba la via del Sueste con cada diez avia muchos morales é era el tiempo dé-
de caballo y ración para diez dias. Y lias: que fue grande ayuda. Y también
aquel dia vinieron otros capitanes de des- se hallaron en las savanas unos moróles
cobrir y no avien hallado nada. Y el sá- que hay en Italia en unas hiervas y junto
bado el gobernador envió á Johan Ruiz á tierra, que son como madroños sabro-
Lobillo con quatro de caballo la via del sos y olorosos mucho, y aun en Galicia
Norte, con ración para diez dias; y man- hay muchos destos. En el reyno de Ña-
dó matar de las puercas grandes que te- póles se llama esta fineta fraoles, é es
nían en et exérçito, y daban de ración una delicada é gentil cosa, é se estiman.
una libreta á cada hombre de carne, y Y demás desso hallaron allí por los cam-
con ella las hiervas y bledos que ellos se pos infinitas rosas, é naturales como las
buscassen, y assi suplian lo mejor que de España ; y aunque no de tantas hojas
podían su nesçessidad, no sin grand con- por ser silvestres, no son de menos olor,
futo étrabaxo, y los caballos sin comida sino mas fino é suave. A este pueblo lla-
alguna, y ellos y sus dueños muertos de maron del Socorro.
hambre, sin camino, con muchas aguas Otro dia llegó el capitán Alonso Ro-
de continuo llover, cresçiendo continua- mo , que también avia ydo á desco-
mente los rios é ensangostándoseles la brir, é truxo quatro ó cinco indios, é
tierra é sin esperança de pueblos ni sa- nunca quiso ninguno conosçer el pue-
ber por donde los avian de yr á buscar, blo del señor ni descubrirlo, aunque
llamando é pidiendo á Dios misericordia. quemaron uno dellos vivo delante de
É remediólos nuestro Señor desta mane- los otros, y todos sufrieran aquel marlv-
ra: quel domingo, veynte é cinco de abril, rio, por no descobrirlo. Olro dia, miér-
vino Johan de Añasco con nueva que coles, llegó Baltasar de Gallegos con una
avia hallado pueblo y de comer, é ale- india é nueva de poblado. Otro dia ade-
gró mucho la gente, é truxo lengua c lante vino Lobillo con nueva de caminos,
guia, é assi cesaron las raciones de la é dexó perdidos dos compañeros, é ri-
carne, é remediábase cada uno, como po- ñóselo mucho el gobernador; é sin de-
dia, con hiervas incónitas é bledos, por- jallo reposar ni comer, le hizo volver á
que la carne quedasse por buen respeto. buscarlos con pena de la vida, si no los
É el gobernador determinó luego de se truxesse. Y fue mejor mandado y mejor
partir, y escripias unas cartas é puestas fecho y proveydo que no quemar vivo
en unos calabaços, las enterraron en un el indio de los que truxo Alonso Romo,
lugar secreto, y en un árbol grande unas por no querer desrobrir ;í su señor, por-
>60 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
que á ese tal los romanos le pusieran una contra nadie, en especial contra un indio
estatua memorable en el foro, y á chrips- que quiso morir por ser fiel á su patria y
tianos no es concedida tanta crueldad á su señor ; pero adelante se pagó todo.
CAPITULO XXVI.
Cómo el gobernador Hernando de Solo fué al pueblo de Jalameco, é cómo la cacica, señora de aquella tier-
ra, le festejó é echó al cuello un hilo de perlas que ella traía al cuello , c cómo hallaron otras muchas, é
por su culpa del gobernador quedó de hallar todas las que quisiesse * y cómo adelante se hallaron perlas
en rios de agua dulce, é otras muchas particulardades, convinientes al discurso destas historias.
* No parece fuera de propósito el advertir aqui »garoná Chihá, donde hallaron pueblos cercados é
que el autor suprimió en el título de este capítulo las »llevaron de alli quinientos esclavos», etc.
palabras siguientes: «é de los árboles que hallaron, ** En este pasage se hallan también borradas
»como los de España, é otros de aquella tierra de las siguientes palabras , que por contribuir á ilus-
»Cofitachequi; é cómo passaron adelante y corno trar la verdad histórica, trascribimos : «al muy re-
»quedó un chripstiano, dicho Rodriguez é un negro »verendo señor licenciado, Alonso Lopez de Çerra-
»y otros esclavos en aquellas jornadas, é cómo Hc- »to, que en ella preside.»
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XXVI. »61
çipales con mucha auctoridad en unas an- ya alguna buena piedra ó joya. É el go-
das cubiertas de blanco (de lienço delga- bernador replicó, y aun algo airado, é
do) y en hombros, é passó en las canoas, dixo: Pues aunque la haya ¿aviémosla
é habló al gobernador con mucha gracia de hurtar? Venido que fue Johan de Añas-
y desenvoltura. Era moça y de buen ges- co , sacaron aquella esmeralda y era de
to, é quitóse una sarta de perlas que vidro, y Irás aquella otras y otras qüen-
traia al cuello é echósela al gobernador tas de vidro y rosarios con sus cruces.
por collar ó manera de se congraciar é También hallaron hachas vizcaynas de
ganarle la voluntad ; é passó todo el exér- hierro, en lo quai conosçieron que esta-
çito en canoas é dieron muchos pressen- ban en la gobernación ó tierra, donde fué
tes de cueros muy bien adobados y man- á se perder el licenciado Lúeas Vazquez
tas; todo muy bueno, é infinitos tasajos de Ayllon. Sacaron de alli ocho ó nueve
de venados y hostias secas, mucha y muy arrobas de perlas ; 6 cómo la cacica vido
buena sal. Todos los indios andaban cu- que haçian los chripstianos mucho caso
biertos hasta en pies con muy gentiles délias, dixo: «Eso tenéis en mucho?.. Id
cueros muy bien adobados, y mantas de aqui á Talimeco, pueblo mió, y hallareis
la tierra, y mantas de martas cebellinas, tantas que en essos vuestros caballos no
y mantas de gatos de clavo, olorosas; la Jas podáis llevar.» El gobernador dixo:
gente muy limpia y muy polida y natu-- «Déxenlas estar, é á quien Dios se la die-
raímente bien acondicionada. Lunes á los re en suerte, Sanct Pedro se la bendiga»;
tres de mayo llegó todo el resto del real, y assi se quedaron. Creyóse que penssa-
é no pudo passar este dia todo hasta otro ba el tomar aquello para sí, porque sin
dia martes ; pero no sin costa é perdida dubda es lo mejor que vieron é de mejor
de siete caballos que se ahogaron, de los dispusiçion de tierra, aunque no pares-
mas gordos y recios que trabaxaban con- ció mucha gente ni mahiz, ni se detuvie-
tra la corriente, e los flacos que se de- ron á buscarlo ahy. Hacíanse alli algunas
xaban yr al amor del agua, passaban cosas como de España, que debieran in-
mejor. A los siete de mayo viernes fué dustriar los indios que se le fueron al li-
Baltasar de Gallegos con la mas gente cenciado Lúeas Vazquez de Ayllon, por-
del real á Ilapi á comer siete barbacoas que haçian calcas y borceguíes é anti-
de mahiz que dixeron estaban alli que parras con unos laços de cuero blanco,
eran depóssito de la cacica. Este mismo y ellas negras, é con pestañas ó cejas de
dia entraron el gobernador é Rodrigo cuero colorado, como si en España se
Ranjel en la mezquita ú oratorio desta ovieran fecho. En la mezquita ó casa de
gente ydolatria, é desenvueltos unos en- oración de Talimeco, avia pecios, como
terramientos hallaron unos cuerpos de de coseletes y capacetes hechos de cue-
hombres asados en barbacoa, los bustos ros de vacas crudos y pelados, y de lo
é hueco é pescueços, é bracos y piernas mismo muy buenas rodelas. Este Talime-
lleno de perlas ; y andándolas sacando, co era pueblo de gran auctoridad, y aquel
vido el Ranjel una cosa, como esmeralda su oratorio en un çerro alto y muy auc-
verde é muy buena y mostróla al gober- toriçado; el caney ó casa del cacique muy
nador é holgóse mucho : é mandóle que grande y muy alto é ancho, todo estera-
se asomase á la cerca é hiçiesse llamar á do alto y baxo con muy primas y hermo-
Johan de Añasco, contador de Sus Ma- sas esteras, y por tan buen arte assen-
gestades, y el Ranjel le dixo: «Señor no ladas que paresçia que todas las esleí m
llamemos á nadie: que podrá ser qucba- eran una sola estera. Por maravilla avia
TOMO I. 71
562 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
buhío que no estoviesse esterado. Tiene son unas cestas encoradas y también por
este pueblo muy buenas savanas y gen- encorar, con sus tapaderos, para llevar
til rio é monte de nogales y roble, pi- ropa é lo que quisieren.
nos, encinas y arboledas del liquidám- Y el sábado llegó alli Baltasar de Galle-
bar, y muchos cedros. En aqueste rio se gos con muchos enfermos y coxos, que los
dixo que avia hallado Alaminos, natural ovieran menester sanos, en especial que
de Cuba (aunque español), una punta de ya tenian las sierras por delante. En aque-
oro; é tal fama fué pública en el real en- lla Xuala les paresció que avia mejor dis-
tre los españoles, é por esso se cree que pusiçion para dar catas é aver minas de
es tierra de oro, é que se hallaran por oro que en quanto avian andado é visto en
alli buenas minas. Miércoles, trece de aquella parte septentrional. Martes, á
mayo, salió el gobernador de Cofitache- veynte é cinco de mayo, salieron de Xuala
qui, é en dos dias llegó á la población é passaron aquel dia una sierra muy alta,
de Chalaque; pero nunca se pudo acer- é fueron á dormir á un monteçillo, é otro
tar con el pueblo del señor, ni ovo indio dia miércoles á una savana , donde pa-
que lo descubriesse, é durmieron en un desçieron grand frió, aunque eran veyn-
pinar, á donde començaron á venir mu- te é seys de mayo ; é alli passaron el rio
chos indios é indias de paz con pressen- á la espinilla, por donde salieron des-
tes y dones, y estuvieron alli dia de Pas- pués en los vergantines que hicieron, que
cua del Spíritu Sancto. É desde alli escri- salido á la mar, diçe é señala la carta
bió el gobernador á Baltasar de Gallegos de navegar que es el rio del Spíritu
con unos indios á las barbacoas que se Sancto: el qual, segund las cartas del
dixo de suso que avian ido á comer el cosmógrapho Alonso de Chaves, entra
mahiz, para que se viniessen tras el go- en una bahia grande, é su boca deste rio
bernador. Y el lunes, diez é siete de aquel en el agua salada está en treynta é un
mes, partieron de alli é fueron á dormir grados desta parte de la línia equino-
á un monte, y el martes fueron á Gua- çial.
quili, é salieron los indios de paz é dié- Tornando á la historia, de alli donde
ronles mahiz, aunque poco, é muchas es dicho que passaron el rio á la espini-
gallinas asadas en barbacoa, y pocos lla , se les volvió la cacica de Cofitache-
perrillos, que es buen manjar. Estos son qui, que llevaban consigo, en pago del
unos perros pequeños que no ladran, é buen tractamiento que della avian reçe-
los crian en las casas para los comer: tam- bido , é aquel dia se quedaron ( dicíasse
bién Jes dieron tamemes, que son indios que con malicia) Mendoça de Montanjes é
que llevan cargas. É el miércoles siguien- Alaminos de Cuba ; é porque Alonso Romo
te fueron á un carriçal, é el jueves á una traia aquel dia la reíroguarda y los dexó,
savana pequeña, donde se les murió un le hizo el gobernador volver por ellos,
caballo ; é llegaron unos peones de los de é los esperaron un dia ; y llegados, quí-
Baltasar de Gallegos, haciendo saber al solos ahorcar el gobernador. En lo de
gobernador que venia cerca. Otro dia Xalaque quedósse un compañero que se
viernes fueron á Xuala, que es un pue- deçia Rodriquez , natural de Peñafiel, y
blo en un llano entre unos rios ; el ca- quedó un esclavillo indio de Cuba, ladi-
cique del qual era tan bien acondicio- no, que era de un hidalgo dicho Ville-
nado , que les dio á los chripstianos gas , y quedósse un esclavo de don Car-
quanto le pidieron; tamemes, mahiz, los, berberisco muy ladino, y quedósse
perrillos, petacas y quanto tenia. Petacas Gomez, negro de Vasco Gonçalez, muy
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XXVI. 563
ladino : el Rodriguez fué el primero, y gaban con ellos, y también entre sí; na-
essotros mas adelante de Xalaque. Otro daban en compañía de los chripstianos,
dia fueron á dormir á un robredal, é el dia y servíanlos en todo muy bien. Aleá-
siguiente á par de un arroyo grande que ronse después un sábado, diez é nueve
le passaron muchas veçes; é otro dia vi- del mes, por cierta cosa que el gober-
nieron mensageros de paz é llegaron tem- nador les pidió; y en fin, era que les
prano á Guasili, é diéronles muchos ta- pidió mugeres. Otro dia por la mañana
memes, muchos perrillos é mahiz: é por el gobernador envió á llamar al cacique,
ser esta buena parada, llamaban después é vino luego, é otro dia lo llevó el go-
los soldados en los dados casa de gua- bernador consigo á hacer volver la gen-
suliy ó buen encuentro. Lunes, que fué te, y en eleto vinieron.
el último de mayo , salió el gobernador En tierra deste Chiaha fue donde pri-
de Guasili, é fué con su exérçito á un mero hallaron estos españoles los pue-
robredal á par de un rio, é otro dia pas- blos cercados. Chiaha les dio quinientos
saron por Canasoga é fueron á dormir al tamemes y se consintieron echar colleras
campo ; y el miércoles fueron á dormir á é cadenas. Lunes veynte é ocho de junio
par de una ciénega, y aqueste dia co- salió el gobernador é su gente de Chiaha
mieron muy grande infinidad de moras. é passaron por cinco ó seys pueblos é
Otro dia jueves fueron á par de un arro- fueron á dormir á un pinar, delante de
yo grande cerca del rio que avien passa- un pueblo; pero tovieron mucho trabaxo
do en la savana (donde se fué la cacica), alli en passai* un rio que yba muy recio,
que yba ya grande. Otro dia viernes fue- é hicieron puente ó reparo de caballos
ron á un pinar é arroyo, donde vinieron desta manera que agora se dirá, para que
indios de paz de Chiaha é truxeron ma- los peones no peligrassen. Y fue assi,
hiz. É otro dia sábado de mañana passa- que pusieron los caballos en el rio á la hila
ron los españoles el rio muy ancho, por cola con cabeça é que estoviessen que-
un braco del, é entraron en Chiaha, dos quanto pudiessen, é sobre cada uno
que está en una isla del mismo rio. Sá- su dueño, é resçebian el ímpetu del
bado, cinco de junio, fué el dia que en- agua, é por baxo, donde no hacia golpe
traron en Chiaha ; y como desde Xuala el agua, yban los peones asiéndose á las
todo avia seydo sierra é traían cansados y colas, estribo, eoraças é crines de uno
flacos los caballos, y los chripstianos en otro ; y desta manera passaron bien
yban assi mismo fatigados, convino pa- lodo el exérçito. Otro dia, martes, pas-
rar é descansar alli : é diéronles abun- saron por un pueblo, é tomaron alli mahiz
dancia de mahiz, que hay mucho é bue- é passaron adelante á dormir en el cam-
no, é diéronles muchas maçamorras \ in- po. El miércoles siguiente passaron un
finito açeyte de nueces y bellotas, que rio, é luego un pueblo y otra vez el rio,
lo saben sacar muy bien y es muy bue- é fueron á dormir al campo ; é el jueves
no é les hacia mucha ayuda á su mante- salió el cacique de Coste á reçebirlos de
nimiento, puesto que el açeyte de nueces buena paz, é llevó los chripstianos á dor-
quieren algunos decir que engendra al- mir á un pueblo suyo. É enojóse porque
gunas ventosidades ; empero es muy sa- unos soldados le ranchearon , ó mejor di-
broso. Estovieron los indios quince dias ciendo , le saquearon unas barbacoas con-
con los chripstianos en mucha paz ; ju- tra su voluntad. É assi otro dia jueves,
CAPITULO XXVII.
En que se cuenta lo que le acontesció al adelantado Hernando de Soto con el cacique de Tascaluça, lla-
mado Actahachi, el qual era tan alto hombre que paresçia gigante; é de las guaçabaras e' crudas batallas
é asalto que dieron á los chripstianos en el Pueblo llamado Mabila é adelante en Chicaça. E cuéntanse en
este capítulo otros subçesos á la historia convinientes y notables.
D'omingo, diez de octubre, entró el muy bien dispuesto en pié, con un quila-
sol en una vara que era como un mos-
gobernador en el pueblo de Tascaluça,
que se llamaba Athahachi, pueblo nue- cador redondo y muy grande, con una
vo; é estaba el cacique en un balcon cruz (semejante á la que traen los caba-
que se hacia en un cerro á un lado de lleros de la Orden de Sanct Johan de
la plaça, arrevuelto á la cabeça cierta Rodas) en medio en campo negro, y la
toca como almayçar, locado como moro, cruz blanca. Y aunque el gobernador en-
que le daba auctoridad, é un pelote ó tró en la plaça, y se apeó y subió á él,
manta de plumas hasta en pies muy auc- nose levantó, sino estúvose quedo y se-
toriçado, sentado sobre unos coxines al- guro, como si fuera un rey, y con mucha
tos, y muchos principales de sus indios gravedad. El gobernador estuvo un poco
con él. Era de tan alta estatura como sentado con él, y desde á poco se le-
aquel Antoníco de la guarda del Empe- vantó y dixo que se fuessen á comer y
rador, nuestro señor, y de muy buenas llevólo consigo, y vinieron indios á dan-
proporciones, muy bien hecho y gentil çar ; é dançaron muy bien al modo de los
hombre : tenia un hijo mancebo tan alto labradores de España, de manera que
como él, pero era mas delgado. Estaba era placer verlos. A la noche quissiéra-
siempre delante deste cacique un indio se yr, é el adelantado le dixo que allí
168 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
avia de dormir: entendiólo y mostró que xo que avia mucha junta de gente en
burlaba de tal determinación, y seyendo Mabila y armada. Otro dia fueron á un
señor darle á él tan súbita ley ó impedi- pueblo cercado, y vinieron mensajeros
mento en su libertad, y dissimulando con de Mabila que truxeron al cacique mucho
el caso, despachó luego sus principales pan de castañas, que hay muchas é bue-
cada uno por sí, é él durmió alli á su nas en su tierra. Lunes, diez y ocho de
pesar. Otro dia el gobernador le pidió octubre, dia de Sanct Lúeas, llegó el
tamemes y cien indias, é el cacique dio gobernador á Mabila, aviendo passado
alli quatroçientos tamemes, y los demás aquel dia por algunos pueblos, que fué
y las mugeres dixo que daria en Mabila, causa de detenerse la gente á ranchear y
provincia de un vasallo principal suyo, derramarse por paresçer tierra poblada;
é el gobernador se contentó que la resta é no llegaron con el gobernador sino
de aquella su injusta demanda se satisfi- quarenta de caballo en avanguarda, y
çiesse en Mabila. É mandó darle un ca- puesto que estovieron un poco detenidos
ballo y unos borceguíes y un manteo de por no mostrar el gobernador flaqueza, se
grana por llevalle contento ; pero como entró en el pueblo con el cacique, y todos
el cacique le avia ya dado quatroçientos se entraron con él. Hicieron los indios
tamemes, ó mejor diciendo esclavos, é luego un areyto, ques su manera de bay-
le avia de dar en Mabila cien mugeres, le en dança y cantando. Estando en esto,
é los que mas quissiesen, ved que con- vieron unos soldados meter haces de ar-
tentamiento le podían dar essos borce- cos y flechas dissimuladamente en unos
guíes é manteo é levarle á caballo, que guanos, é otros chripstianos vieron que
penssaba él que yba caballero en un ti- lo alto y lo baxo de los buhíos estaba
gre ó en un ferocíssimo león, porque en lleno de gente dissimulada. El goberna-
mas temor estaban los caballos reputa- dor fué avisado, é púsose su celada en
dos entre aquella gente. En fin, martes la cabeça, é mandó que saliessen todos
doce de octubre, salieron de aquel pueblo á cabalgar é aperçebir toda la gente que
Atahaehi, llevando el cacique, segund es oviesse allegado : é apenas ovieron sa-
dicho, é con él muchos principales y lido , quando tomaron los indios las puer-
siempre el indio con el quitasol delante tas de la cerca del pueblo. É quedaron
de su señor, y otro con un coxin; é fue- con el gobernador Luis de Moscoso é
ron aquel dia á dormir al campo. É otro Baltasar de Gallegos é Espíndola, capi-
dia miércoles llegaron á Piachi, ques un tán de la guarda é siete ú ocho solda-
pueblo alto sobre un barranco de un rio dos : é metióse el cacique en un buhío e
enriscado, y el cacique del malicioso , é no quisso salir del ; é luego començaron
púsose en resistirles el passo ; pero en á tirar flechas en el gobernador. Balta-
efcto passaron el rio con trabaxo, é ma- sar de Gallegos entró por el cacique, é
táronles dos chripstianos, é fuéronse los no queriendo salir, derribó un braco de
principales que acompañaban al cacique. una cuchillada á un principal. Luis de
En aquel pueblo Piachi se supo que avian Moscoso esperábalo á la puerta por no
muerto á don Teodoro y á un negro, que le dexar solo, el qual estuvo peleando
salieron de las barcas de Pamphilo de como caballero, é hizo todo lo posible,
Narvaez. El sábado, diez y seysde octu- hasta tanto que no podiendo mas sofrir
bre, partieron de alli é fueron á un mon- le dixo: «Señor Baltasar de Gallegos, sa-
te , donde vino un chripstiano de dos quel lios, sino dexaros hé, que no os puedo
gobernador avia enviado á Mabila ; é di- mas esperar.» En este tiempo avian ca-
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XXVII. 569
balgado Soli's, vecino de Triana de Se- blo é de la cerca en su seguimiento, cob-
villa, é Rodrigo Ranjel, que fueron los diçiosos de emplear sus flechas : é quan-
primeros, é por sus pecados derribaron do fue tiempo, los de caballo dieron la
luego muerto al Solís. El Rodrigo Ranjel vuelta sobre los enemigos, é primero que
llegó cerca de la puerta de la villa al se pudiessen acoger, alancearon muchos.
tiempo quel gobernador salía y dos sol- Don Carlos quiso llegar con el caballo
dados de su guarda con él, é sobrél mas hasta la puerta, é diéronle al caballo un
de septenta indios, los quales se detovie- flechaço en los pechos, é no lo pudiendo
ron de temor del caballo de Rodrigo volver, apeóse á sacarle la flecha é vino
Ranjel, é queriéndoselo él dar, llegó un otra que le dio á él en la olla, sobre el
negro con el suyo : é mandóle al Rodri- hombro, de la qual, pidiendo confesión,
go Ranjel que socorriesse al capitán de cayó muerto. Los indios no osaron mas
la guarda que quedaba atrás, el qualsa- desviarse de la cerca. Estonces el ade-
lía bien fatigado é un soldado de la guar- lantado cercóles por muchas partes hasta
da con él, é el do caballo hizo rostro á que se allegó el real todo, é entráronles
los enemigos hasta que salió de peligro. por tres partes poniendo fuego, cortan-
É volvióse al gobernador Rodrigo Ran- do primero con hachas la cerca: éel fue-
jel, é hízole sacar mas de veynte flechas go anduvo tal que se quemaron las nue-
que sobre sí llevaba asidas de las armas, ve arrobas de perlas que traian é toda Ja
que son unos sayos colchados de algo- ropa y ornamentos y cálices y formas de
don gruesos; é mandó á Ranjel que guar- hostias y el vino para deçir misa, y que-
dasse á Solís hasta sacarlo de entre los daron como alárabes desnudos y con
enemigos, porque no lo Hevassen dentro, harto trabaxo.
y el gobernador fuésse á recoger la gen- Avian quedado en un buhío las mu-
te. Ovo tanta vertud y verguença este geres chripstianas, que eran unas es-
dia en todos los que en este primero clavas del gobernador ; é algunos pa-
acometimiento é principio desla mala jor- ges, un frayle, un clérigo y un cocinero
nada se hallaron que pelearon por ad- é algunos soldados defendiéronse muy
miración, é cada chripstiano hacia su bien de los indios, que no les pudieron
deber, como valentíssimo milite. Luis entrar hasta que los chripstianos llegaron
de Moscoso y Baltasar de Gallegos sa- con el fuego é los sacaron. É todos los
lieron con los demás soldados por otra españoles pelearon, como varones de
puerta. grandes ánimos, é murieron dellos veyn-
En efeto, los indios se quedaron con te é dos, é hiriéronles otros ciento é
el pueblo y con toda la hacienda de los quarenta é ocho de seysçientos é ochenta
chripstianos y con los caballos que que- é ocho flechaços, é matáronles siete ca-
daban atados dentro, que mataron lue- ballos é hirieron veynte é nueve otros.
£0. El gobernador recogió todos los qua- Las mugeres y aun muchachos de quatro
renta de caballo que estaban alli, é llegá- años reñian con los chripstianos , y mu-
ronse á una plaça grande delante de la chachos indios se ahorcaban por no ve-
puerta principal de Mabila, é alli salie- nir á sus manos, é otros se metian en el
ron los indios, sin osar desviarse mucho fuego de su grado. Ved de qué voluntad
de la cerca; é por sacarlos afuera, hicie- andarían aquellos tamemes. Ovo grandes
ron que huian los de caballo al galope, flechaços, y de tan buena voluntad y
apartándose bien de los muros, y los in- fuerça enviados, que la lança de un hi-
dios creyéndolo, desviáronse del pue- hidalgo, dicho INuño de Tovar, que era
TOMO 1. 72
570 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
de dos costaneras de fresno y muy bue- nueve dias del mes, é hízose un carre-
na, la passó una flecha por medio de tón grande para llevarla hasta Moçulixa,
parte á parte, como un barreno, sin as- é echada al agua, entraron sessenta sol-
tillar nada, y quedó la flecha hecha una dados en ella. Los indios tiraron innume-
aspa en la lança. Murieron este dia don rables saetas ó flechas, mejor diciendo ;
Garlos y Francisco de Soto, sobrino del pero cómo esta grand canoa llegó á tier-
gobernador, y Johan de Gamez de Jaén, ra, huyeron é no hirieron sino tres ó qua-
é Men Rodriguez, buen hidalgo portu- tro chripstianos. Tomóse bien la tierra y
gués, y Espinosa, buen hidalgo, y otro hallóse harto mahiz.
dicho Yelez, y un Blasco de Barcarrota Otro dia, miércoles, fue todo el real
y otros muy honrados milites; y los he- á un pueblo que se diçe Zabusta, y
ridos fueron todos los mas de la gente por alli passó el rio en la piragua y
de bien é de honra. Matarian tres mili con algunas canoas que se tomaron alli:
gandules, sin los quales fueron otros mu- é fueron á se aposentar en otro pueblo
chos heridos que los hallaban después del otro cabo, porque arriba hallaron
muertos en los buhíos y por los caminos. otro buen pueblo é tomaron el señor
El cacique nunca se pudo saber del muer- del que se decía Apafalaya, é llevá-
to ni vivo : el hijo hallaron alanceado. ronle por guia é lengua, é llamóse esa
Passada la batalla de la manera que es- ribera el rio de Apafalaya. Deste rio é
tá dicho, reposaron alli hasta el domingo población salió el gobernador é su gen-
catorçe de noviembre, curando los heri- te en demanda de Chicaça el jueves, á
dos y los caballos, y quemaron mucha par- nueve de diciembre é llegaron el martes
te déla tierra. Hasta que salieron de alli siguiente al rio de Chicaça, aviendo pas-
fueron los muertos todos, desde queste sado hartos malos passos y ciénegas y
gobernador é sus exérçitos entraron en ríos y frios.
la tierra de la Florida, ciento é dos chrips- Y porque sepáis, letor, qué vida traían
tianos , y no todos á mi paresçer en ver- aquellos españoles, diçe Rodrigo Ran-
dadera penitencia. jel, assi como testigo de vista, que en-
El domingo, catorce de noviembre del tre otras muchas nesçessidades de hom-
año ya dicho, salió el gobernador de Ma- bres que se passaron en esta empresa,
nila , y el miércoles siguiente llegó á un vido en ella á un caballero, llamado
muy buen rio, é jueves veynte é ocho don Antonio Osorio, hermano del señor
fueron por malos passos y ciénegas y ha- marqués de Astorga , con una ropilla de
liaron un pueblo con mahiz que se de- mantas de aquella tierra rota por los cos-
çia Talicpacana. Avian descubierto los tados, las carnes defuera, sin bonete, la
chripstianos de la otra parte del rio un calva defuera, descalco sin calcas ni ça-
pueblo que les paresçia bien desde lexos patos, una rodela á las espaldas, una es-
é de gentil assiento, y el domingo á veyn- pada sin vayna, los yelos y frios muy
te é uno de noviembre halló Yasco Gon- grandes; y ser él tal y de tan ilustre ge-
çalez un pueblo media legua deste que nealogía le hacia comportar su trabaxoy
se llama Moçulixa , del qual avien pas- no llorar, como otros muchos, puesto que
sado el mahiz todo de la otra parte del no avie quien le pudiesse socorrer, sien-
rio , é teníanlo en montones cubierto con do quien era y aviendo tenido en Es-
esteras , é estaban los indios de la otra paña dos mili ducados de renta por la
parte del agua, haciendo fieros. Hízose Iglesia ; y que aquel dia que este hidalgo
una piragua que se acabó á los veynte é assi lo vido, creia que no avie comido
DE INDUS. LIB. XVII. CAP. XXVII. 574
bocado, é avíalo de buscar por sus uñas, uno, vino el cacique de Chicaça de paz,
para cenar. Yo no pude estar sin reírme, é dio luego guias é lenguas á los chrips-
quando le oy decir que esse Gaballero tianos para yr á Caluça, que tenia mucha
avia dexado la Iglesia y renta ques dicho, fama entre los indios. Es Caluça una pro-
por yr á buscar essa vida al son de las pa- vinçia de mas de noventa pueblos (no
labras de Soto; porque conoscí yo muy subjecta á nadie), de gente feroz muy
bien á Soto, y aunque era hombre de belicosa y muy temida , é próspera tierra
bien, no le tenia yo por de tan dulce en aquellas partes. En Chicaça mandó el
habla ni maña que á personas semejan- gobernador que fuesse la mitad de la
tes pudiesse él engañar. ¿ Qué quería un gente de su exérçito á hacer guerra á
hombre tal de una tierra incónita é no Sacchuma , y á la tornada se hizo de paz
sabida, ni el capitán que llevaba della el cacique Miculasa, é vinieron mensa-
sabia mas sino que se avian perdido en jeros de Talapatica. É en estos medios é
ella Johan Ponce de Leon y el licencia- discursos dessa guerra llegó el tiempo de
do Lúeas Vazquez de Ayllon é Pamphi- caminar, é pidieron tamemes al cacique;
lo de Narvaez é otros mas diestros que é alborotáronse los indios entre sí de tal
Hernando de Soto?.... Y los que tales manera que los chripstianos lo entendie-
guias siguen, assi les ha de yr de nes- ron, é quedaron que los darían para los
çessidad, pues hallaron partes donde quatro de marco que se avian de partir,
pudieran poblar é descansar, é poco á é que aquel día vendrían con ellos : la
poco calar é entenderse y entender la víspera del qual el gobernador cabalgó é
tierra. Vamos á lo demás: que poco tra- hallo los indios de mal arte, é conosció-
baxo es el desse caballero á respecto de se la ruin intención que tenían , é vol-
los que mueren, sino se salvan. vióse al real, é dixo públicamente : «Es-
El rio de Chicaça halláronle que yba ta noche es noche de indios ; yo dormiré
cresçido fuera de madre, y los indios de armado y mi caballo ensillado.» É todos
la otra parte puestos en armas, con mu- dixeron que harían lo mesmo ; é llamó
chas banderas blancas. Dióse orden en al maestro decampo, que era Luis de
hacer una piragua, y envió el goberna- Moscoso , é díxole que pusiesse aquella
dor á Baltasar de Gallegos con treynta de noche buen recabdo en la centinela, pues
caballo, nadadores, que fuessen á buscar era la postrera. El gobernador, en sa-
el rio arriba por donde le pudiessen pas- Héndose, de donde él quedaba aquellos
sar, é diesse de súbito sobre los indios; sus milites, con quien avia fecho essos
é fué sentido, é desampararon el passo, aperçebimientos, se echó desnudo en su
é assi passaron muy bien en la piragua cama, é no se ensilló su caballo ni otro,
un jueves á los diez é seys del mes : é é todos en el real se echaron á dormir
adelantósse el gobernador con algunos sin cuydado y desarmados. El maestro de
de caballo, é llegaron muy noche al pue- campo puso para el quarto del alba tres
blo del señor, é estaba toda la gente al- de caballo, los mas para menos y de
cada. Otro dia después llegó Baltasar de peores caballos de toda la hueste. Y el
Gallegos con los treynta que con él fue- día ya dicho, quatro de marco, que
ron, é allí estovieron en Chicaça aquella avien prometido de dar los indios tame-
Pasquade Navidad, é nevó con tanta mes, en amanesçiendo {cumpliendo su
ventisca , como si estuvieran en Burgos, palabra), entraron por el real en muchos
é con tanto ó mas frió. Lunes tres dias de esquadrones tocando alambores, como si
enero de mili é quinientos é quarenta ;• fuera en Italia, y poniendo fuego al real
572 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
quemaron é tomaron cinqüenta é nueve de osos; é templaron las armas, é hicie-
caballos, entre los quales tres dellos les ron fustes de sillas, y proveyéronse de
passaron ambas espaldas con las flechas; lanças , que avia por alli muy buenos
y como gente descuydada se ovieron los fresnos, y dentro de ocho dias lo tuvie-
chripstianos en este fecho, y pocas ar- ron lodo aderesçado. Matáronles en la
mas , cotas , lanças y sillas quedaron por dicha Chicaça y quemáronles vivos hasta
quemar, y todos los caballos se fueron doce chripstianos. Martes quince de mar-
aventados , huyendo del fuego y de la co , al quarto del alba, volvieron los in-
grita. Solamente pudo cabalgar el ade- dios sobre los chripstianos con determi-
lantado , y no le cincharon el caballo ni nación de acabarlos, y dieron en ellos
él se abrochó el sayo de armas , y Tapia por tres partes ; y cómo la nesçessidad
de Valladolid con él ; é al primero indio los avia hecho diligentes é estaban sobre
que alcancó, que le dio una lançada, ca- aviso y en vela, pelearon con ellos vale-
yó sobre él con la silla ; y si los indios rosamente, é pusieron á los indios en
supieran seguir su victoria, este fuera el huida, é plugo á Dios que los chripstia-
postrero día de las vidas de todos los nos no tuvieran mucho daño, aunque de
chripstianos de aquel exérçito, y el los indios murieron pocos. Algunos espa-
que diera fin á la demanda de los ta- ñoles se mostraron este dia muy valien-
rn ernes. tes de sus personas, y ninguno dexó de
Luego los españoles se passaron á una hacer lo que debia, é mal aventurado
savana una legua de aquel pueblo en fuera el que en tal tiempo no defendiera
que estaban, é tenian bunios é manteni- bien su vida y dexára de mostrar á los
mientos , é assentaron real en una ladera enemigos la virtud y armas de los chrips-
é çerro, é diéronse priessa á assentar la tianos.
fragua, é hicieron los fuelles de cueros
CAPITULO XXVIII.
En que la historia cuenta otro recuentro de una albarrada, en que peleó el adelantado con los indios, é có-
mo llegó á un rio muy grande, el qual passaron los chripstianos, é de una oración é raconamiento que en
favor de la cruz y de la fé hizo delante del adelantado y de los chripstianos el cacique de Casqui, y de la
contención deste cacique con otro su enemigo, llamado Pacaha, sobre quál deb'ia preceder al otro. Par-
tieron de ütiangüe, y dícense muchas particularidades notables.
1TX artes veynte é seys dias de abril del chos indios de guerra muy embixados y
año ya dicho de mili é quinientos é qua- pintados todos de colores que paresçian
renta y un años, partió el gobernador muy bien (y aun paresçian mal, ó á lo
Hernando de Soto de la savana de Chica- menos les eran dañosos á los chripstia-
ça, é fueron á dormir á Limamu, y estu- nos) : é entráronles por fuerça el albarra-
vieron alli buscando mahiz, porque los in- da , con algún daño que ovo de muertos
dios lo tenian escondido, é avian de passar y heridos de parte del adelantado y su
un despoblado. É el jueves fueron á otra exérçito, y mucho sin comparación ma-
savana, donde tenian los indios fecha una yor de parte de los vencidos, é mas ovie-
albarrada muy fuerte, y dentro della mu- ra, si no huyeran los indios. Sábado, úl-
DE INDIAS. Lli3. XVII. CAP. XXVIII. Ö73
limo de abril, partió el exérçito del jornada tuvo mucho trabaxo la gente.
assiento de la aíbarrada, y caminaron El otro dia siguiente, jueves, entraron
nueve dias por despoblado é mal camino en tierra de Quarqui é passaron por mu-
de montes é ciénegas, hasta domingo ocho chos pueblos, é otro dia viernes, dia de
de mayo que llegaron al primero pueblo Sanct Johan . fueron al pueblo del señor
de Quizqui: é tomáronle de sobresalto, de Gasqui, é dio comida é ropa á este
é cativaron mucha gente é ropa ; pero el exérçito, é el sábado entraron en su pue-
gobernador los puso luego en libertad é blo: é lenia muy buenos bullios, y en el
se lo hizo todo restituir, por temor de principal sobre la puerta muchas caberas
guerra, aunque no bastó para hacer ami- de toros muy fieros, assi como en Espa-
gos essos indios. Una legua deste pue- ña se ponen á las puertas de las casas de
blo se halló otro de mucho mahiz, é lue- los caballeros monteros cabeças de puer-
go á otra legua otro assimismo con mu- cos javalíes ú osos. Alli pussicron los
cho mahiz: alli vieron el rio grande. Sá- chripslianos en un cerro la cruz : resçi-
bado veynte y uno de mayo se passó el biéronla y adoráronla con mucha devo-
real á una savana entre el rio é un pue- ción , y digo con mucha devoción, por-
blo pequeño, é hicieron ranchos, é se que venían los indios ciegos y coxos á
començaron á hacer quatro piraguas pa- pedir salud. La fé destos, deçia Rodrigo
ra passai* de la otra parte. Deçian muchos Iianjel, que era mayor que la de los con-
dessos conquistadores, que era mayor quistadores, si fueran doctrinados, éque
rio aqueste quel Danubio. De la otra van- hiciera mas fructo en ellos que no les
da del rio se juntaron hasta siete mili in- hicieron essos chripstianos.
dios para defender el passo, y con has- El domingo, veynte é seys de junio, sa-
ta doscientas canoas, todas con escudos, lieron de alli para Pacaha, enemigo de
que son hechos de cañas juntas, tales y Gasqui, é fueron á dormir á un pueblo é
tan texidas con tal hilo que apenas los passaron otros. É el dia siguiente passaron
passa una ballesta. Venían lloviendo fle- una ciénega, en la qual tenían los indios
chas y el ayre lleno délias, y con tal gri- una puente bien hecha, ancha é de muy
ta que paresçie cosa de mucho temor; gentil arte ; é el miércoles llegaron al
pero visto que no se dexaba la obra de pueblo de Pacaha, pueblo é señor de gran
las piraguas por ellos, dixeron que Pa- fama é muy estimado en aquellas partes.
cana , cuyos eran, los mandaba quitarse Era essa población muy buena é muy
de alli, y assi dexaron el passo desem- bien cercada, é torreados los muros y
baraçado. Y el sábado á ocho de junio, con una cava á Ja redonda, y lo mas dé-
passó todo el real en las quatro piraguas lia llena de agua que se le echa por una
aquella gran ribera, 6 dieron muchas acequia que va desde el rio : tenia esse
graciasá Dios, porque á su paresçer nin- estaño infinito pescado y muy bueno de
guna cosa tan dificultosa se les podía diverssas maneras. El cacique de Casqui
ofresçer. Luego el domingo fueron á un llegó á los chripstianos, al tiempo que
pueblo de Aquixo: martes, veynte y uno entraban en el pueblo, y rancheáronle
de junio, salieron de alli é passsaron por bravamente. En Aquixo é Casqui y este
la población de Aquixo, ques muy her- Pacaha vieron los mejores pueblos que
mosa ó de lindo assiento. Otro dia, miér- hasta alli avian visto, y mejor cercados y
coles, passaron por el mas mal camino fortalesçidos, y de mas primores en la
de ciénegas é agua que tovieron en todo gente, excepto la de Cofitachequi.
lo que vieron de la Florida, é en esta Estando el adelantado nie al-
574 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
gunos dias en Pacaha, se hicieron algu- becas, altas porque fuessen conosçidos).
nas entradas la tierra adentro, é el ca- Agora, señor, dixo Casqui, que nos oyó
cique de Casqui se fué un dia quel vido Dios, por medio de la cruz; que las mu-
oportunidad para ello sin pedir licencia, gères y muchachos y todos los de mi
por lo qual el gobernador procuró de tierra se pusieron de rodillas á ella á pe-
traer de paz á Pacaha, é él vino en ello dirle agua al Dios que dexiste que pa-
por cobrar un hermano suyo que le avian desció en ella, y nos oyó y nos la dio
tomado los chripstianos á la entrada del en grande abundancia y remedió nues-
pueblo : é dióse concierto con Pacaha tros mahiçes y simenteras; agora que
para que messen á hacer guerra á Cas- mas fe teníamos con ella y con vuestra
qui, lo qual plugo mucho á Pacaha. Pero • amistad, nos querías destruyr aquellos
tuvo aviso dessa determinación Casqui, niños y mugeres que tanto quieren á
é vino con cinqüenta indios de los suyos vosotros y á vuestro Dios. ¿Por qué que-
muy bien dispuestos : é traia un truhán rías usar de tanta crueldad sin te lo me-
delante de sí por grandeça, diciendo é resçer? ¿Por qué querías perder el crédito
haciendo gracias, dando ocasión de mu- y confiança que de tí hicimos, y querías
cha risa á los que le miraban. El gober- ofender á tu mismo Dios y á nosotros,
nador se mostró enojado é áspero por que por él, tú en su nombre, nos asegu-
complacer á Pacaha, é envióle á mandar raste y reçebiste por amigos y te dimos
que no entrasse en el pueblo : Casqui le entero crédito, y confiamos del mismo
envió por respuesta, que aunque le cor- pios y de su cruz y la tenemos en nues-
tasse la cabeça, no dexaria de venir. Pa- tra guarda y amparo y en la reverencia
caha pidió licencia ai gobernador para y acatamiento que conviene? ¿Á qué fin,
darle á Casqui una cuchillada por la cara á qué propóssito te movias á hacer ni
con un cuchillo que tenia en la mano penssar una cosa tan agraviada contra
que le avian dado los chripstianos, é el gente sin culpa y amigos de la cruz y
gobernador dixo á Pacaha que no hiçies- tuyos?» Y dicho esto, calló. El gober-
se tal cosa ni le hiçiesse injuria , porque nador, los ojos enternesçidos y no sin
se enojaría con él ; y mandó que vinies- dar señal de lágrimas , considerando la
se Casqui á ver lo que quería, y porque fe é palabras de aquel cacique, le res-
le queria preguntar la causa por qué se pondió con los intérpretes delante de
avie ydo sin su licencia. Llegó Casqui é muchos milites chripstianos, que con
dixo al gobernador desta manera, se- atención y no sin lágrimas, vencidos de
gund lo referia el intérprete Johan Ortiz caridad y fé, avian oydo lo ques dicho,
é otros indios lenguas que ya el gober- y dixo assi : « Mira, Casqui : nosotros no
nador é los chripstianos tenían: «¿Cómo, venimos á destruyros, sino á hacer que
señor, es posible que aviéndome dado sepáis y entendais esso de la cruz y nues-
la fé de amistad, sin averte yo hecho tro Dios que tú me dices ; y essas mer-
ningund daño ni dado alguna ocasión, cedes que os ha hecho es poca cosa en
me querías destruir á mí, amigo tuyo v respeto de otras muchas y muy grandes
hermano? Dísteme la cruz para defen- que os hará, si le amáis y creéis ; y assi
derme con ella de mis enemigos, y con lo ten por cierto, y lo hallareis y vereis
ella mesma me querías destruir. (Esto mejor cada dia. Y cómo te fuyste sin mi
deçia él, porque los indios de Pacaha, licencia, penssé que tenias en poco la
su enemigo, que yban con los chripstia- dotrina que te aviamos dado ; y por el
nos contra él, llevaban cruces en las ca- menosprecio que tenias della te queria
DE INDIAS. LIB. XVII. CAP. XXVIII. 575
destruyr, creyendo que con soberbia te al gobernador. Pacaha le dio una muger
fuiste, porque esta es la cosa que nues- suya fresca é muy honesta, y le dio una
tro Dios mas aborresçe y por la que mas hermana y otra india principal. El go-
á nosotros nos castiga. Agora que vienes bernador los hizo amigos y los abracó y
humilde, ten por cierto que te quiero mandó que se tratassen de una tierra á
mas bien de lo que pienssas ; y si de mí otra con sus mercaderías y negocios, y
has menester algo, dímelo y verlo has, assi quedaron de lo hacer ; y con esto se
porque nosotros hacemos lo que nuestro partió de allí el gobernador á los veynte
Dios nos manda, que es no mentir ; y é nueve de julio. Pero quisiera yo que,
assi cree que te digo verdad, porque es juntamente con las excelencias de la cruz
muy grand pecado entre nosotros la men- y de la fé que este gobernador les dixo
tira. Y esta voluntad no me la agradez- á essos caciques, les dixera quél era ca-
cas á mí ni á los mios, porque si tú tie- sado é que los chripstianos no han de te-
nes la que dices, Dios Nuestro Señor ner mas de una muger ni aver exçesso ú
manda que te queramos, como á herma- otra, ni adulterar, ni tomara la hija mu-
no, y que assi te hagamos las obras, por- chacha que le dio Casqui, ni la muger
que tú y los tuyos nuestros hermanos propria y hermana otra, y otra princi-
soy s, y assi nos lo dice nuestro Dios.» pal que le dio Pacaha, ni que les que-
Tan admirados estaban los indios des- dara concepto que los chripstianos, como
to , como los chripstianos de lo que Cas- los indios , pueden tener quantas muge-
qui avia dicho. En esto se hizo hora de res é concubinas quisieren ; é assi como
comer, y sentósse el adelantado y mandó essos adúlteros viven, assi acaban.
sentar á entrambos caciques, entre los Passemos adelante : que á mi paresçer
quales ovo grand contención sobre quál en un cacique de tanta discreción como
dellos se sentaría á la mano derecha del Casqui, bien paresçiera baptiçarle é ha-
gobernador. Pacaha le dixo á Casqui: cerle chripstiano á él é á su gente ; é me-
«Bien sabes tú que yo soy mayor señor jor fuera parar alli, que yr adelante á lo
que tú y de mas honrados padres y abue- que la historia dirá. Ni alabo aver passa-
los, y que me pertenesçe mejor lugar do de Cofitachequi, por el mismo respeto
que á tí.» Casqui respondió assi: «Ver- é por lo que se ha dicho de aquella tierra.
dad es que lú eres mas grand señor que Assi que, salido este exérçito y su go-
yo, y tus passados lo fueron mayores que bernador de Pacaha, fueron á dormir á
los mios. Y pues este grand señor que un pueblo de Casqui, é otro dia al pue-
aqui está dice que no avernos de mentir, blo principal del mismo señor de Casqui,
yo no negaré la verdad; empero bien por donde ya avian passado, é salieron
sabes tú que yo soy mas viejo y puedo de alli domingo, último dia de aquel mes,
mas que tú, y te encierro en tu cerca é fueron á un pueblo de aquella provin-
cada vez que quiero, y tú nunca has vis- cia. É el lunes primero de agosto llega-
to mi tierra.» En efeto, esto quedó en ron á otro pueblo questá á par del rio de
determinación del gobernador, y mandó Casqui, que es braco que sale del grand
que Pacaha se sentasse á la mano dere- rio de Pacaha, y es tan grande esse bra-
cha , porque era mayor señor y mas an- co, como Guadalquivir. Alli vino Casqui
tiguo en Estado, é avia en él y en los é ayudóles á passar el rio en canoas el
suyos buenas costumbres y manera de martes dos de agosto: fueron á dormir el
gente cortesana á su modo dellos. Casqui miércoles á un pueblo quemado, y el jue-
avia trahido una hija, muchacha bonica, ves siguiente á otro junto al rio, donde
57G HISTORIA GENERAL Y NATURAL
avia muchas calabaças y mucho mahiz é nunca le pudieron ver ni descobrir, é
fresóles. É otro dia, viernes, fueron á después les decían que lo avian dexado
Quiguate, ques el mayor pueblo que vie- á un lado del rio. De alli fué-el goberna-
ron en aquella tierra, junto al rio de Cas- dor con trece de caballo é cinqüenla peo-
qui; é súpose despues que aquel rio yba nes á ver á Tula, y volvió de allá á mas
muy poblado abaxo (aunque allí no lo al- que de passo, é matáronle un caballo é
canearon á saber) é por esso tomaron el hiriéronle otros quatro ó çinco, é deter-
camino de Coligua un despoblado en me- minó de yr allá con elexérçito.
dio. Viernes veynle é seys de agosto par- No es de preterir ó dexar en olvido que
tieron de Quiguate en demanda de Coli- alli en Cayase nuestros españoles cogian
gua, é fueron á dormir á una ciénega; y cestos de arena seca del rio é colaban el
de ciénega en ciénega hicieron su viaje agua por ella, é salia hecha salmuera, é
de quatro ciénegas é jornadas, en las cocíanla é quaxábasse, é hacían assi muy
quales ciénegas ó estaños avia infinito singular sal y muy blanca y en toda bon-
pescado, porque todo aquello hinche el dad é sabrosa.
rio grande quando sale de madre. É el Miércoles, cinco de octubre, salie-
martes fueron al rio que dicen de Coli- ron del assiento de Tánico ó Cayase y
gua , é el miércoles assi mismo al mismo llegaron el viernes á Tula, é hallaron la
rio, é el jueves siguiente á Coligua, que gente aleada ; pero mucho mantenimien-
fué primero de septiembre , é hallaron el to. É el sábado por la mañana vinieron
pueblo poblado, en elqual tomaron mucha los indios á darles guacábara ó batalla:
gente é ropa é infinita comida, y mucha traían varas largas como lanças, las pun-
sal. Esun gracioso pueblo entre unas sier- tas tostadas, y esta fué la mejor gente
ras , en una barranca de un grande rio, de guerra que los chripstianos toparon:
é desde alii yban en medio dia á matar é peleaban como desesperados, con el
vacas, que hay muchas salvajes. El mar- mayor esfuerço del mundo, é aquel dia
tes seys dias de septiembre partieron de hirieron á Hernandarias, nieto del maris-
Coligua y passaron el rio otra vez, é el cal de Sevilla, é plugo á Dios que los
miércoles passaron unas sierras é fueron chripstianos se ovieron tan valientemen-
á Calpista, en la qual avia una fuente de te, que no rescibieron mucho daño, aun-
agua de que se hacia muy buena sal, co- que llegaron los indios á ranchear el real.
ciéndola hasta que se cuaxaba. El jueves Miércoles, diez é nueve de octubre, par-
siguiente fueron á Palisma, é el sába- tió este exérçito y el gobernador de Tula,
do diez de septiembre, salieron á dormir é fueron á dormir á dos buhíos, é otro
á un agua, y el domingo llegaron á Qui- dia jueves á otro buhío, é el viernes á
xila, é repossaron alli el lunes, é fueron otro, en el qual murió Hernandarias de
el martes á Tutilcoya, y el miércoles á Saavedra, que yba herido desde Tula,
un pueblo á par de un rio grande, é el é se pasmó ; é murió como caballero
jueves fueron á dormir á par de una cié- cathólico , encomendando su ánima á
nega. É adelantósse el gobernador con Dios. Otro dia sábado fueron á Gui-
algunos de caballo, y llegó á Tánico é pana, que está entre unas sierras, junto
otro dia fueron á la misma población de á un rio, é desde alli fueron á dormir
Tánico, derramada y mucha y muy abun- donde pudieron alcançar, y todo es sier-
dosa de mantenimientos. Algunos querían ras aquello desde Tula. Otro dia salieron
decir que era Gayase, de la qual avia mu- de las sierras é entraron en llanos, é el
cha fama; pueblo grandeé cercado, pero lunes postrero del mes llegaron á un pue-
DE INDUS. LIB. XVII. CAP. XXVIII. 577
blo que se diçe Quitamaya, y el martes viembre llegaron á Utiangüe , que es
primero de noviembre passaron por un una savana muy bien poblada que pa-
pobleçuelo, y miércoles á dos de no- resçia bien (*).
(*) Aqui terminan las adiciones al libro XVII, —Rios calientes é sal que se hace del arena.
contenidas en el códice autógrafo que tenemos á la —Áspera é belicosa gente.
vista, siendo indudable que se halla incompleto el —Cómo los chripstianos hicieron siete verganti-
presente capítulo. Mas sensible es todavía el que nes para yrse é dexar la tierra, como la dexaron, é
no se hayan podido haber á las manos los dos últi- de la cresçiente de un rio que turó quarenta é 1res
mos de este mismo libro, añadidos (como los ocho dias.
anteriores), en los cuales trataba Oviedo de la CAPíTULO XXX é último.—Del subçeso de la gen-
muerte del gobernador Hernando de Soto y de los te que quedó del gobernador Hernando de Solo, é
grandes trabajos y penalidades de su gente, dando otras particularidades.
al mismo tiempo curiosas é importantes noticias, asi —De los animales de aquella tierra, é del mara-
de los animales, árboles y plantas, como de otros villoso animal, llamado el aserrador, é de los pes-
fenómenos de historia natural. El título y resumen cados , en especial uno llamado pala.
de ambos capítulos son los siguientes: —De las fruclas de aquella tierra é árboles de li-
«CAPíTULO XXIX.—De la muerte del gobernador quidámbar é martas cebellinas c otras muchas par-
Hernando de Soto, é cómo fué jurado y obedesçido ticularidades,»
en su lugar Luis Moscoso; é cuéntanse los trabaxos Estos capítulos ocupaban , según se advierte en
destos conquistadores é otras cosas. la tabla que formó el mismo Oviedo , desde el folio
—Desafio del cacique Quigudta á los chripslianos. 472 al 478, ambos inclusive, no debiendo perderse
~Fuentes de agua, de que se hace sal. de vista que cada folio constaba de dos páginas.
73
TOMO I.
Comiença el libro décimo octavo de la primera parte de la Natural y General his-
toria de las Indias, Islas y Tierra-Firme del mar Océano : el quai tracta de las cosas
de la isla de Jamáyca, que agora se llama Sanctiago.
PROHEMIO.
J_jos que se han ocupado (como agora É ya que de todos los tales peligros sea
yo hago) en escrebir y dar noticia al libre el que tal exerçiçio toma, quien le
mundo é diversas nasçiones del, de al- escusará de los murmuradores: los qua-
gunas cosas naturales é no comunicadas les , caso que hablen en lo que no en-
á los ausentes, sino con los que las fue- tienden, y reprehendan lo que no alean-
ron inquiriendo y á buscar, á muchos can ni sabrían haçer; y que desgradez-
peligros hasta verlas é considerarlas se can averies dado noticia de lo que yno-
ofresçieron, por los quales ha de discur- raban, no pueden acabar consigo de
rir en la mar y en la tierra quien tal em- dexar de morder á quien meresçe gra-
presa toma, assi por passar diversas re- cias y no los ofende. Pues ofresçido yo á
giones y calidades tan diferentes como estos trabaxos y reprehensiones, no de-
los elementos é composición de la natu- xaré de escrebir sin ninguna jatançia ni
ra tienen para su conformidad y artificio temor de mi obra lo que he visto y en-
natural con que Dios la formó, como por tendido destas maravillosas historias tan
los inconvinientes que en las tales tier- nuevas y tan dignas de ser oydas. Den,
ras y provincias é mares han de hallar pues, los vanos sus orejas á los libros de
forçosamente : assi como los manteni- Amadís y de Esplandian, é de los que
mientos diferenciados, las aguas é ayres dellos penden que es ya una generación
é templança de los montes y llanos por tan multiplicada de fábulas, que por
donde discurren, no sanos ni á su pro- cierto yo he vergüenca de oyr que en
póssito; las animalías de tigres, leones, España se escribieron tantas vanidades,
serpientes y otras nocivas ocasiones, é que hacen ya olvidar las de los griegos.
otras innumerables dificultades que no se Mal se acuerda quien tal escribe y el que
podrían expressar en breves renglones. semejantes fiçiones lee, de las palabras
DE INDIAS. LIB. XVIII. PROHEMIO. 579
evangélicas que nos enseñan que el dia- lo cierto. En lo demás confiesso que otros
blo es padre de la mentira. Pues luego lo sabrían mejor hacer, ocupando su tiem-
quien la escribe hijo suyo será. Líbreme po en estas materias; é viéndolas no
Dios de tamaño delicto y encamine mi desde Grecia ni desde las estufas ó jardi-
pluma á que con verdad (ya quel buen nes que, segund los tiempos algunos auc-
estilo me falte), siempre diga y escriba tores tuvieron para notar con reposo Jo
lo que sea conforme á ella y al servicio que compusieron ; porque en tales luga-
y alabança de la misma verdad ques res usan de la armonía de sus estudios y
Dios, en cuya esperança yo he llegado de los ingenios de que la natura les dio
hasta este libro XVIII, dando cierta re- parte ; pero estas cosas de acá, con mu-
lación de lo que tengo dicho en los libros cha sed, con mucha hambre y cansancio,
precedentes : y con su favor espero con- en la guerra con los enemigos y en ella
tinuarlo en el pressente y en los por ve- y en la paz con los elementos, contrastan-
nir, no en fiuçia de la eloqiiençia y orna- do con muchas nesçessidades y peligros,
mento de mi estilo (que todo le falta), herido sin cirujano, enfermo sin médico
pero arrimado al bordón de la misma y ni medeçinas, hambriento sin tener que
esclaresçida verdad, poco á poco, nunca comer, sediento sin hallar agua, cansa-
me desacordando de la propriedad y cos- do sin poder alcançar reposo, nesçessi-
tumbre que tiene la corra para passar el tado del vestir y del calcar, é andando
hielo: la qual en la provincia de Traçia, á pié quien sabría subir en un caballo;
region muy fria, quando quiere passar passando muchos é grandes rios sin sa-
los rios ó lagunas heladas, jamás lo hace ber nadar. É á todas estas é otras innu-
sino quando va ó viene al pasto ; é por- merables nesçessidades suple la clemen-
que es animal de muy sotil oyr, antes cia de Dios y da industria á los nesçessi-
que passe pone la oreja sobre el hielo, y tados, para salir della con su favor é mi-
de aquella manera arbitra qué tan gordo sericordia , como podrá verse por estas
está, y si es suficiente para sostenerla á historias. Pues crea el letor que muchos
cuestas y passar sin peligro. Pues desta de los que por acá andan é han experi-
manera, sé que no se hundirán mis trac- mentado todo esto, y lo que mas se po-
tados porque passan por la puente de la dría decir, sabrían pelear con los turcos
verdad, ques es tan recia y poderosa y dançar con las damas, quando convi-
que sosterná y perpetuará mis vigilias, niesse, y hacer en la guerra y en la paz
pues son en alabança del Hacedor é Se- lo que á su honor fuesse honesto é con-
ñor de todo lo hecho é criado, y de lo viniente. Porque aunque la nesçessidad
que es ó puede ser ; á quien ninguna co- los trae por estos destierros á vivir entre
sa es imposible, é antes faltan é faltarán salvajes, essa misma los hace mas di-
lenguas que reciten sus maravillas, que nos que á otros que nasçieron muy he-
materias y ocasiones para darle gracias. redados é viven á pierna tendida, no
Yo no escribo por passar estos hielos de sabiendo mas que sus vecinos, yen mu-
los murmuradores sin causa, sino porque cho reposo se dan á entender que com-
voy al pasto de la obediencia é voluntad prehenden desde sus camas, lo que no
que tengo de servir á Dios en ello y á se puede aprender sino trabaxando, é
mi rey, por cuyo mandado me ocupo en burlan de los que, como valerosos y no
esto ; y de aqui arbitro y entiendo que dando á logro ni salteando en poblado,
puedo passar seguro é sin calumnia, passan sus vidas en estas peregrinacio-
quanto á la medula y fructo de escrebir nes. Dexemos aquesto y passemos á la
580 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
isla de Jamáyca, que los chripstianos fertilidad, y de las otras cosas que á su
agora llaman Sanctiago, que es una de historia convengan. É decirse han sus lí-
las islas pobladas de españoles: de la mites é assiento, segund la verdadera
qual sumaria y brevemente se dirá lo que cosmographia, é razón de las alturas del
hiciere al propóssito de su conquista y polo de nuestro horiçonte.
CAPITULO I.
Que Iracta del primero descubrimiento de la isla de Jamáyca, que agora se llama isla de Sanctiag-o.
V>íuando el almirante don Chripstóbal andado muchas veces, y facen esta isla
Colom volvió de España la segunda vez de septenta é cinco leguas ú ochenta
que vino á esta Isla Española, fundó la de longitud, y de latitud dicen que pue-
cibdad de la Isabela. El qual pueblo se de tener diez y seys ó diez y siete le-
hizo ó comencó el año de mili y quatro- guas. Los diez y siete grados en que di-
çientos é noventa y tres años, é des- xe que está aquella isla, son de la parte
de alli, como se dixo en el libro II, del Sur; pero de la parte mas puesta al
fué con dos caravelas á descubrir la isla Norte ó tramontana está en diez y ocho
de Jamáyca, é llevó consigo los caballe- grados, poco mas ó menos : la punta des-
ros y gente que le paresció de los que ta isla, que se llama punta de Morante,
debaxo de su obediencia militaban. Y es lo mas oriental della ; é desde alli dis-
descubierta aquella isla vido, mas larga- curriendo la costa abaxo al Occidente
mente á la de Cuba, como queda relata- por la vanda del Sur, llegan á Maynoa,
do en el libro que digo; pero porque en y de alli baxan seys leguas hasta el puer-
las otras islas de quien he escripto, lo to de el Yaguabo ; y de alli se abaxa á la
primero ha seydo diciendo sus límites é provincia de Añaya, é mas baxo está la
assiento, no es razón que aqui falte la villa de Oristan, y en fin de la isla está
regla y orden con que he proseguido la punta del Negrillo que es lo último de
hasta aqui en esta general chronica. É por la isla.
tanto digo que desde la punta de Sanct De alli, dando la vuelta por la vanda
Miguel, que algunos inconsideradamente del Norte, van á la villa dicha Sevilla,
dicen del Tiburón, que es la parte mas que es la población principal de chrips-
occidental desla Isla Española, hasta la tianos. Y está quassi en el conmedio de
primera tierra de la isla de Jamáyca hay la isla ; y de alli, yendo por la costa ar-
veynte é cinco leguas pocas mas ó me- riba , está una isla pequeña llamada Me-
nos al Poniente. Está aquella isla en diez lilla, donde están los caciques é indios
é siete grados de la línia equinoçial, é que sirven á los chripstianos , é mas al
tiene de longitud cinqüenta e cinco le- Levante está el puerto dicho Guaygata,
guas pocas mas ó menos, y de latitud desdel qual, subiendo todavía la costa
quassi la mitad de lo ques dicho, é assi arriba, van al puerto de Anton, que es
lo cuentan ó miden los marineros y gen- bueno y para muchos navios. Assi que
te de la mar. Los de la tierra é vecinos esto que es dicho es la circunferencia
de la misma isla, en la qual yo me he desta isla, en que podrá aver quassi cien-
querido informar, dicen que es mayor to é cinqüenta leguas, pocas mas ó me-
de lo que he dicho, y que lo han visto é nos, bojándola. De la parte del Medio-
DE INDUS. LIB. XVIII. CAP. I. 581
dia tiene las islas de Sanct Bernardo é gunos han dicho y escripto sin verla;
la provincia de Cartajena de la Tierra- pues que en la verdad hay muchos, é mu-
Firme , de donde dista ciento é veynte chos rios y lagos y de muy buenos y
leguas, pocas mas ó menos; y de la par- muchos pescados de todas Jas maneras
te del Norte tiene la isla Fernandina á que se ha dicho que los hay en las otras
veynte é cinco leguas lo mas cerca á la islas pobladas de chripslianos. Las prin-
punta de los Jardines. É por la parte del çipales granjerias que los españoles tie-
Levante, desde la punta de Morante has- nen en Jamáyca son ganados é camise-
ta la primera tierra de la Isla Española, tas, y telas, y hamacas ó camas de al-
que es la punta del Tiburón, puede aver godon, porque hay mucho y bueno. É
otras veynte é cinco leguas , como se di- assi mesmo se han hecho muy bien las
xo de suso ; y al Poniente tiene á treyn- cañas dulces , é hay un muy buen inge-
ta é cinco leguas, pocas mas ó menos, nio del adelantado Francisco de Garay,
las islas que llaman de los Lagartos. Pe- que él hizo, y agora es de sus here-
ro porque estas son despobladas, digo deros.
que la tierra occidental que derechamente El primero gobernador que passó á la
está en la Tierra-Firme del Leste al Hues- isla de Jamáyca fué un caballero, llamado
te con Jamáyca, es la tierra que de Yuca- Johan de Esquivel, que passó á estas
tan es mas próxima á la bahia de la As- partes con el almirante primero don
cension. Por manera questos aledaños é Chripstóbal Colom, en su segundo viaje,
límites que he dicho tiene esta isla de año de mili y quatroçientos y noventa y
Jamáyca, que agora se llama Sanctiago, tres años: al qual después el almirante
la qual es muy fuerte, é hay en ella los segundo, don Diego Colom, lo envió por
árboles, y plantas, é hiervas quesedixo su teniente é con gente á conquistar é
de la Isla Española ; é la gente de la mis- pacificar aquella isla desde aquesta Espa-
ma manera y lengua, y desnuda. Y es ñola en fin del año de mili y quinientos
tierra abundante en todas las cosas que y diez y nueve años. El qual hizo su offi-
se ha dicho de las otras islas ; é tiene ri- cio como buen caballero é la conquistó é
cas minas, aunque no se ha sacado tanto pacificó é puso debaxo de la obediencia
oro, assi porque en esta isla de Jamáyca de la corona real de Castilla, assi por
no se hallaron minas hasta el año de mili fuerça de armas quando convino , como
é quinientos é diez é ocho, como por la mansamente sin ellas por su buena in-
falta que ovo de la gente, que assi se dustria , excusando de verter sangre hu-
murió é acabó como en la Española, é por mana , como celoso del servicio de Dios
las mesmas ocasiones y viruelas pestilen- y de la manera que convenia hacerse. Des-
ciales. Sus çerimonias é matrimonios y pués de lo qual, desde á tres años ó poco
manera de vida y sus armas, é todo lo de- mas tiempo, fallesció este capitán, y el
mas fué y es como en esta Isla Española. mismo almirante don Diego puso en su
Los ganados se han hecho muy abundan- lugar á otro hidalgo dicho Perca; y aques-
temente, assi vacas, como ovejas y puer- te lo fué poco tiempo, c fué removido
cos y caballos de los que se truxeron de del cargo, é puso el almirante á un hidal-
Castilla : en especial de los puercos hay go, natural de Burgos, llamado Camargo.
mucha moltitud , y los montes andan lle- Estando las cosas en este estado, fué á
nos de puercos salvajes : las aguas y los España Francisco de Garay, alguacil ma-
pastos son muy excelentes. La tierra es yor desla çibdad , é tomó cierto assiento
muy sana, y no tan sin montes como al- con el Rey Cathólico don Fernando, de
582 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
gloriosa memoria, para entender á me- buena armada de navios y gente, é muy
dias en las granjerias de los ganados é bien provenida, para passar á la Tierra-
haciendas quel Rey tenia en aquella isla; Firme á poblar en el rio que llaman de
é Francisco de Garay puso los suyos, é las Palmas en la provincia de Panuco, en
mandó el Rey al almirante que le diesse lo qual se dixo que le fué muy contrario
poder para que fuesse alli su teniente , y Hernando Cortés ; porque cómo supo que
el almirante se lo dio, assi por lo man- el Emperador avia hecho á Francisco de
dar el Rey, como porque Francisco de Garay adelantado é gobernador de aque-
Garay era muy su amigo é servidor y ca- lla tierra, adelantóse él á la poblar, é
sado con una parienta suya, y era de los quando passó allá Francisco de Garay, no
antiguos pobladores é primeros que pas- le quisieron admitir al officio los indios
saron con el almirante viejo, su padre, ni los chripstianos, é quisieron algunos
á estas partes , año de mili é quatroçien- decir que por industria de Cortés , aun-
tos é noventa y tres. Assi como esta que él dio sus descargos en ello. En fin,
compañía fué assentada, en essa misma que desbaratado Francisco de Garay, fues-
sacón fué enviado por thesorero de la se á la cibdad de México, donde murió
misma isla Johan de Maçuelo, para que desde á pocos dias. Assi que ydo Fran-
resçibiesse por el Rey los réditos de las cisco de Garay, quedó la isla de Jamáyca
granjerias é haciendas que por su mitad y esta en gobernación del mismo almi-
le pertenesçiessen. Este despacho se hizo rante, é después en el almirante don
en Valladolid , año de mili é quinientos é Luis Colom é sus tenientes é ministros;
trece : después de lo qual, el año de mili porque en las quatro islas pobladas de
é quinientos é diez é nueve, envió Fran- chripstianos que he dicho , y en la de
cisco de Garay á Barcelona á la Cesárea Cubagua , de quien adelante se tractará,
Magestad del Emperador, nuestro señor, tuvo la jurisdiction el almirante ; pero de-
un criado suyo, llamado Johan Lopez de baxo de la superioridad de la Audiencia
Torralva, con ciertas muestras de oro, lo Real y Chançilleria que en esta cibdad
qual nunca se avia hallado en aquella is- de Sancto Domingo de la Isla Española
la. Y el Emperador, nuestro señor, le reside. Y esto baste quanto á la conquis-
hizo repartidor de los indios; é se tuvo ta é gobernación de Jamáyca y gente
por muy servido de Francisco de Garay, della : en la qual hay dos villas pequeñas
y al mensagero Torralva hizo Su Mages- pobladas de chripstianos: la principal se
tad su contador de la isla. Antes desto dice Sevilla, y está de la vanda del Nor-
Francisco de Garay, por su industria é te, y la otra se llama Oristan, y está de
granjerias, fué en esta isla de SanctoDo- la vanda austral : la iglesia principal está
mingo rico hombre é muy aprovechado, en Sevilla y con título de abadía, y en
é mucho mas lo fué después con esta los tiempos atrás llegó á ser de buena
compañia que tuvo en las haciendas rea- renta en tiempo del chronista Pedro Már-
les, de que resultó que estando muy tir , que la tuvo é fué abad alli. Agora no
próspero destos bienes que quita y dá la renta tanto, porque como en otra parte
fortuna, se le aumentaron los desseos pa- tengo dicho, estas novedades é nuevas
ra su perdición, de que subçedieron sus de las riqueças é cosas que se descubren
trabaxos é muerte ; é fué de aquesta ma- cada dia en la Tierra-Firme, han apoca-
nera . do mucho las vecindades de las islas to-
El año de millé quinientos é veyntey das; pero no en méritos de ser olvidada
tres Francisco de Garay hizo una muy ni tenida en poco esta isla de Sanctiago
DE INDIAS. LIB. XVIII. GAP. Í. 583
ó Jamáyca ; porque en la verdad es muy xó mucha hacienda á sus herederos y un
buena, é fértil, y sana, y de buenas muy buen ingenio de acucar y otras ha-
aguas, y concurren en ella muchas cosas ciendas. É también era heredado en es-
para la estimar por muy buena tierra y ta çibdad de Sancto Domingo é regidor
de lindos y seguros puertos, y de mu- della ; pero mucho mas perdió é gastó
chas y grandes pesquerías, é todo lo que que no dexó, á causa de aquel su cami-
se puede desear en las buenas provincias no y armada , yendo á poner su persona
de Indias, segund las cosas que acá pro- é ditado en aquella provincia de Panuco,
ducen. Y porque la perdición de Francis- sin la quai é sin la vida quedó malgasta-
co de Garay fué muy notable, y es uno do su tiempo, la hacienda comida con
de los adelantados que en estas partes amigos ingratos, dando excmplo á los
debaxo deste título han acabado infeliçe- cuerdos que en el adelantado Francisco
rnente, quando se tracte de las cosas de de Garay , y en el adelantado Diego Ve-
la Nueva España, se dirá lo demás (por- lazquez, y en el adelantado Johan Pon-
que aqui no hace al propóssito desta isla ce de Leon é otros adelantados é capita-
mas de lo que se ha dicho) y que alli de- nes destas partes quisieren poner los ojos.
CAPITULO II.
De otras particularidades de la isla de Sanctiag-o, que primero se llamó Jamáyca, y de la manera que los
indios tienen para tomar las ánsares bravas.
CAPITULO III.
Cómo el licenciado Gil Gonçalez Dávila fue á tomar las cuentas ó residencia á la justicia é officiates de la
isla de Jamáyca por mandado de Sus Majestades.
Hil año de mili é quinientos é treynta la segunda parte desta Natural historia.
y tres llegó á esta cibdad de Sancto Do- Y cada uno de los que quedaron vivos ti-
mingo de la Isla Española un caballero ró por su parte; é assi vino á esta cibdad
letrado, natural de Toledo, llamado el este caballero, el qual desde aqui fue el
licenciado Gil Gonçalez Dávila, hombre mismo año por mandado de Su Magestad
de generosa y clara sangre, que por y Consejo Real de Indias á la isla de Sanc-
mandado de Sus Magestades avia ydo con tiago á tomar residencia al teniente é jus-
el capitán Diego de Ordás á la conquista ticias que alli hay por el almirante don
del rio Marañon, que es en la costa de Luys Colom, y á tomar cuenta de la Ha-
Tierra-Firme : la qual empresa ovo infe- cienda Real al thesorero Johan de Maçue-
liçe evento y conclusion, y el mismo Or- lo é al contador Johan Lopez de Torral-
dás , yendo á España despues de sus tra- va, porque se deçia que avia muchanes-
bajos , murió en la mar por acabar con çessidad dello ; y que Su Magestad, in-
ellos, como mas largamente se dirá en formado desto, mandaba que este Iiçen-*
DE INDIAS. LIB. XVIII. CAP. III. 585
ciado fuesse á lo que es dicho. Y aun para la reformación de la justicia y cor-
porque en la verdad los oficiales que reçion de los oficiales é cuenta que se
mucho tiempo se dexan olvidar en los les tomó donde el caso lo pedia. É con
cargos donde los intereses y ganancias tanto se dá conclusion á la historia de Ja-
son continuas, tienen nesçessidad de ser máyca, ó isla que agora llamamos Sanc-
visitados y corregidos, y en esta Audien- tiago. Y aun assi mismo concluyó su vida
cia Real avian venido muchas quexas de- en aquella isla el mismo licenciado Gil
llos. É assi passó á aquella isla el licen- Gonçalez Dávila, exerçiendo su cargo é
ciado Gil Gonçalez á lo que aqui digo, y sirviendo á su Rey.
TOMO I.
Este es el libro décimo nono de la Natural y general historia de las Indias,
islas y Tierra-Firme del mar Océano: el quai tracta de las islas de Cubagua é la
Margarita.
PROHEMIO.
11 o hizo Dios cosa inútil ó sin provecho. sas á otros efetos. No hay cosa errada ni
Vido Dios todo lo que hizo é todo fué bue- mal compuesta en la natura, por quel
no é por él aprobado *. De lo qual pode- Maestro y Hacedor della no pudo errar,
mos colegirj y vérnoslo en efeto, que en ni hizo cosa desconviniente ó sin prove-
las provincias que paresçen desiertas y cho , pues que hasta en las poncoñas y
estériles en estas partes é Indias (y en cosas nocivas hay secretos medeçinales y
todo el universo), hay otros secretos excelentes propriedades ; y quanto son
y utilidades y abundancia de cosas que mas varias y diferentes, tanto es mas her-
en las regiones estimadas por fertilíssi- mosa la natura. Aquella serpiente dicha
mas se dessean y son de mucha estima- tiro 2, cuyo bocado se dice ser sin reme-
ción y presçio. Vemos la tierra cubierta dio, es apropriada medeçina contra to-
(en algunos lugares) de carcas, abrojos y das poncoñas, como se vé y está averi-
espinos; hallamos en sus entrañas ricos guado , que puesta en aquella mixtura de
mineros de plata y oro y otros metales y cosas contra poncoña (á la qual cumpu-
provechos. Quanto mas que essos mes- siçion llaman triaca ó tiriaca) unapeque-
mos abrojos, carcas ó espinos que dixe ñíssima parte del tiro mezclada con las
de suso, no caresçen de algunas virtu- otras medeçinales, las lleva todas al co-
des y propriedades, á que sirven é son raçon, por su propriedad que es yr lue-
convinientes. go alli, é pone salud y remedio con la
Muchos campos silvestres é ásperas compañía que lleva, y guaresçe al que
montañas é partes deshabitadas é terre- ella sola mataría. Búscase de las culebras
nos sin pastos para los ganados están cu- el unto; del perro que muerde los pelos.
biertos de orchilla, para dar tinta á los É assi al propóssito sabiendo usar de la
paños, ó con arboledas muy provecho- propriedad de tales secretos ninguna co-
4 Vidit que Deus cuneta quae fecerat, el erant 2 Plin., lib. VIII, cap. 23.
valde bona.—Genos., cap. I.
DE INDIAS. LIB. XIX. PROHEMIO. 587
sa se halla tan mala ni desaprovechada las provincias ó partes donde se hallan
de quantas cria natura que en algo dexe perlas, quandodélias se escriba; porque
de aprovechar. Assi á este propóssito ha- assi en el pescarlas, como en otras parti-
blaré en aqueste libro XIX en la isla de cularidades, todo es una mesma cosa.
Cubagua, la qual es muy pequeña y es- Verdad es que los nacarones son una
terilíssima é sin gota de agua de rio ni cierta é diferenciada manera de conchas
fuente, ni lago ó estaño ; y con esta y en que assi mismo nasçen perlas é aques-
otras dificultades, sin aver en ella don- tos no se hallan en toda la isla ni en to-
de se pueda sembrar ni hacer manteni- da la costa de la Tiera-Firme opuesta á
miento alguno para servicio del hombre, la vanda del Norte; pero de la otra par-
ni poder criar ganados, ni aver algún te que mira la costa della á la vanda del
pasto ; está habitada y con una gentil re- Sur ó Mediodía hay muchos en muchas
pública que se llama la Nueva cibdad de partes. Y aunque se diga algo dellos, no
Cáliz. Y ha seydo tanta su riqueza, que se crea disconviniento á la materia de
tanto por tanto no ha ávido en las Indias las perlas, pues que también las hallan
cosa mas rica ni provechosa en lo que é nasçen en estos nacarones: los quales
está poblado de los chripstianos, é no no solamente sirven á los indios con las
tiene mas espacio ó territorio de tres le- perlas y pescado que tienen, pero de
guas de circunferencia (poco mas ó me- açadas y palas para cultivar sus campos
nos) , é dicen muchos que lo pueden bien é heredamientos é huertos, como se dirá
saber que desde el año de mili é quatro- mas largamente en su lugar. Assi que, el
çientos é noventa y seys años, que fué letor tenga atención, porque aunque Pu-
por el primero almirante don Chripstóbal nió habla largamente de las perlas *, y
Golom descubierta, hasta agora, se ha el Alberto Magno en el De proprielatibus
ávido de provecho en esta isla tanto va- rerum 2, é Isidoro en sus Ethimologias 3,
lor de perlas é aljóphar, que han monta- (donde los curiosos podrán ver muchas
do los quintos é derechos reales y el va- cosas desta materia que aqui yo repitiré),
lor que á personas particulares ha redun- diré otras de que ninguno destos exce-
dado de la abundancia é grandíssima can- lentes auctores hicieron mención, ni otro
tidad délias (que alli se han sacado), que auctor alguno de los que yo he leydo ; y
es grandíssima la estimación é presçio podré como testigo de vista hablar en
que esta granjeria ha tenido. El qual exer- esto, porque hasta el tiempo pressente,
çiçio alli se exerçita quotidianamente. pocos ó ningunos de los que han passado
Mas porque la historia lleve su orden, di- á estas parles han tenido mejores perlas
ré de su descubrimiento lo que he podido que yo en algunas pieças señaladas en
comprehender y ha venido á mi noticia que perdí dineros de loque me costaron,
desta isla; y también será fecha men- porque no las pude sostener en mi po-
ción de otras islas y costas de mar, don- der por algunas nesçessidades que me
de en estas Indias se hallan perlas, y de ocurrieron. Y estas joyas tales no se han
algunas perlas particulares y de presçio de vender sino á quien las busca, y no
que se han hallado, porque en este gé- buscando á quien las compre, como yo
nero de historia no nos quede para ade- lo hice. Esto todo se dirá adelante.
lante que decir ni replicar, salvo señalar Volvamos al descubrimiento de Cubagua
CAPITULO I.
Del descubrimiento de la isla de Cubagua, donde se pescan las perlas, y donde se vieron \ rimero en estas
Indias, y cómo tuvieron noticia délias los españoles.
EiJ tercero viaje é descubrimiento que tanto peligro que se penssaron perder, y
hizo el primero almirante destas Indias, corrieron al Nor-norueste, y fueron á re-
don Chripstóbal Golom, fué el año de conosçer la isla de la Trinidad. Pero esta
mili é quatroçientos é noventa é seys tormenta que el piloto Hernán Perez
años, el qual en el mes de marco partió cuenta, no la aprobaba assi don Fer-
de la bahía de Cáliz con seys caravelas nando Colom, hijo del almirante, que se
muy bien armadas (como se dixo en el halló en el mismo viaje con su padre : el
libro III), de las quales en la prose- qual me dixo que el trabaxo en que se
cución de su camino envió las tres dé- vieron fué de calmas é calor tan grande,
lias á esta Isla Española, é con las otras que la vasija se les abri a y el trigo que
tres continuó su descubrimiento. Con esta llevaban se les podría , y de nesçessidad
armada, fecho el almirante á la vela des- alijaron é se arredraron de la equinoçial.
de la isla de Cáliz, tomó puerto desde á Paresçe que quien oyere decir que se
pocos dias en las islas de Canaria, don- apartaron de la equinoçial por la calor,
de se proveyó de agua y leña é otras co- que es aprobar la opinion falsa que los
sas para su viaje, y desde alli corrieron antiguos tovieron, que deçian que la tór-
en demanda de las islas de Anton, que rida çona (que es la misma equinoçial)
comunmente se llaman de Cabo Verde, es inhabitable por el excesivo calor del
que son las mismas que los antiguos cos- sol ; y adelante quando se tracte de la
mógraphos llaman las Gorgades, puesto mar austral, tengo de mostrar é escrebir
que algunos dicen que se llaman las Hes- que debaxo de la línia ó tórrida çona é
pérides : lo qual yo niego, afirmándome á par della, desta é de la otra parte es
en aquella auctoridad é auctoridades que habitada, pues cada dia nuestros espa-
alegué en el libro II, capítulo 111, por ñoles passan del un trópico al otro. Digo
donde se prueba suficientemente que que don Hernando Colom deçia bien,
las Hespérides son estas islas de nuestras porque en la mar por do quiera que pas-
ludias. Pero dexemos esso aparte. se la dicha equinoçial é cerca della desta
Tornando al propóssito, digo que des- ó de la otra parte no hay dubda, sino
de las islas del Cabo Verde el almirante que hay mucha calor; é assi por esta
con sus tres navios corrió alSudueste hasta causa, como él deçia, se apartarían della
ciento é cinqüenta leguas, segund dice el en este camino. Pero en tierra, por don-
piloto Hernán Perez Matheos (que hoy vi- de passa la misma línia del equinoçio,
ve é está en esta cibdad), é tomóles des- proveyó el que todo lo ordenó , que es
pués una tormenta que les puso en tanta Dios, de poner por alli tales montañas é
nesçessidad, que cortaron los másleles sierras, que no solamente están, pero á
de las mesanas y echaron á la mar mu- causa délias é del ayre son templadas
cha parte de la carga; y se vieron en las provincias é regiones por do passa la
DE INDIAS. LIB. XIX. CAP. I. 589
tórrida çona: mas aun, no faltan nieves é una y media, y de latitud una pequeña.
yelos grandes en algunas partes della Dista de la grand costa de Tierra-Firme
é de lo que le es circunstante. Y esto es quatro leguas á la primera tierra de la
lo que no entendieron los antiguos, por provincia que se diçe Araya. Y porque
lo qual, fundándose como naturales, les en esta isla de Cubagua (como se dixo
paresçia debitamente que no podia ser en el prohemio ) no hay agua, los que
habitada la dicha equinoçial por la mu- alli viven passan por ella á la Tierra-Fir-
cha fuerça del sol. me, al rio que llaman Cumaná, que es
Tornemos á nuestra historia, porque á siete leguas de la nueva Cáliz (cosa en
en essotra materia, como digo, quan- la verdad trabaxosa); mas con la ganan-
do lleguemos á la equinoçial, se dirá cia todas essas nesçessidades comportan
della mas largamente lo que está visto los hombres á propóssito desús intereses.
é se vee cada dia por nuestros españo- Está Cubagua diez grados ó quassi me-
les. Assi que, reconosçiendo la isla de dio mas desviada de la equinoçial en
la Trinidad, dice don Hernando que este nuestro horiçonte; y desde ella á esta
nombre le puso el almirante, porque lle- cibdad de Sánelo Domingo desta Isla Es-
vaba pensamiento de nombrar assi la pri- pañola puede aver ciento y septenta le-
mera tierra que hallase, é siguióse que guas ó ciento é ochenta, pocas mas ó
vieron á un tiempo tres montes cercanos menos. Está Norte Sur con la isla de
ó al paresçer poco distantes unos de otros, Sancta Cruz de los Caribes á ciento y
é llamó é nombró á la isla la Trinidad, y diez leguas, la qual isla de Sancta Cruz
passó por aquel embocamiento é llamóle está en la vanda del Norte. Por la parte
boca del Drago, é vióse la Tierra-Firme de Mediodía tiene la Tierra-Firme á qua-
luego y mucha parte de la costa della, co- tro leguas lo mas cercano della, é veyn-
mo mas largamente en otro lugar lo tengo te é cinco leguas al Poniente tiene la isla
dicho. É desde la punta de las Salinas en Poregari. Assi que, esto que he dicho,
Tierra-Firme (dó es esta boca del Drago, es su assiento é límites é aledaños; pero
que está en diez grados de la línia equino- la tierra mas propinqua de Cubagua es la
çial á la parte de nuestro polo ártico) corrió isla Margarita, que he dicho que está
el almirante por la costa de Tierra-Firme una legua della, á la vanda del Norte.
al Occidente y reconosció otras islas, co- Todo lo demás que en este tercero
mo lo tengo dicho en el libro III. De alli viaje descubrió el almirante , queda di-
passó adelante y descubrió la Isla Rica, cho en el III libro desta primera par-
llamada Cubagua ( de la quai aqui se trac- te, ó no hay nescessidad de tornarlo á
ta), que los chripstianos al pressente lla- repetir aqui, sino lo que hace al pro-
man Isla de las Perlas, donde después póssito destas dos islas de Cubagua ú
de algunos años se fundó la nueva cib- Margarita, haciendo relación de la ma-
dad de Cáliz, é alli es la pesquería de nera y ocasión por donde se supo que
las perlas. Junto á esta isla está otra ma- avia perlas alli, lo qual fué desta forma.
yor, llamada la Margarita, porque assi la Assi como el almirante surgió á par de
nombró el almirante. Cubagua con sus tres caravelas, mandó
Hay desde la punta de las Salinas has- á ciertos marineros salir en una barca y
ta la isla de Cubagua cinqüenta leguas al que fuessen á una canoa que andaba pes-
Poniente, y es pequeña isla, y terna, co- cando perlas, la qual, como vido que los
mo tengo dicho, de circunferencia tres chripstianos yban á ella, se recogió ha-
leguas poco mas ó menos, é de longitud cia la tierra de la isla ; y entre otros in-
590 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
dios vieron una muger que tenia al cue- dar lugar á ello. Pues como en los mari-
llo una gran cantidad de hilos de aljóphar neros hay poco secreto, quando después
y perlas, grueso el aljóphar (porque de algunos de los que alli se acertaron vol-
lo menudo no hacían caso los indios, ni vieron á España, publicaron lo que es di-
tenian arte ni instrumento tan sotil con cho en la villa de Palos, de donde á la
que lo horadar). Estonces uno de aque- sacón eran los mas de los marineros que
llos marineros tomó un plato de barro de andaban en estas partes. É súpose assi
los de Valencia (que también llaman de mismo en Moguer, é salieron de alli cier-
Málaga), que son labrados de labores que tos armadores, vecinos de aquella villa,
relucen las figuras y pinturas que hay en que lo alcançaron á saber, llamados los
los tales platos, y hízole pedaços, y á Niños, entre los quales era un Per Alfon-
trueco de los cascos del plato rescataron so Niño ; y con una nao, tomando consi-
con los indios é india ciertos hilos de go para esto algunos de los que se halla-
aquel aljóphar grueso : e cómo les pa- ron con el almirante, quando avia descu-
resció bien á aquellos marineros, llevá- bierto aquella isla de Jas perlas, frié-
ronlo al almirante, el qual, como enten- ronse á ella y rescataron muchas é tor-
dió el negocio mas profundamente, pens- náronse ricos á España (si pudieran salir
só de lo disimular ; pero no le dio lugar con su salto). Verdad es que este Per Al-
el placer que ovo en verlo, é dixo: «Di- fonso tuvo licencia para venir á estas
go os que estais en la mas rica tierra que partes á descobrir; pero diósele con con-
hay en el mundo, y sean dadas á Dios dición que no se allegasse á lo quel al-
muchas gracias por ello.» É tornó á en- mirante oviesse descubierto con cinqüen-
viar la barca con otros hombres á tierra, ta leguas, lo qual no guardó, antes se
é mandóles que rescatassen tanto aljó- fue derechamente á lo que estaba ya sa-
phar ó perlas quanto cupiesse en una es- bido , é hizo su rescate ; é quando dio la
cudilla á trueco de otro plato hecho pe- vuelta para Europa aportó en Galicia, don-
daços, como el que es dicho, y de algunos de estaba por visorey Hernando de Vega,
cascaveles. Y llegados á la isla rescata- señor de Grajal (que después fue comen-
ron con aquellos pescadores hasta cinco dador de Castilla de la Orden militar é
ó seys marcos de perlas y aljóphar, todo caballeria de Sanctiago); y entre los que
mezclado, de la forma que los indios lo yban con el Per Alfonso , tovieron algu-
pescan, grueso y menudo ; y tomó el al- nas diferencias con él, é deçian que no
mirante aquellas perlas para las llevar el avie partido bien con ellos el rescate é
ó las enviar á España á los Reyes Cathó- perlas, ni al Rey avia dado el quinio su-
licos, don Fernando é doña Isabel, de yo, como se le avie de dar. De forma qu e
gloriosa memoria. É no se quiso detener llegó á noticia del visorey é mandóle
alli por no dar ocasión que los marineros prender é tomó á él é sus consortes las
y la gente que con él yban se cebassen perlas y el navio, como á personas que
en el desseo y cobdiçia de las perlas, no avian guardado la forma de la licen-
penssando de tener la cosa secreta hasta cia, y envióle preso ala corte al Per Al-
en su tiempo é quando conviniesse. É si fonso é algunos de los otros, donde con
quisiera pudiera rescatar entonces media mucho trabaxo ovieron su deliberación.
anega de perlas, segünd dice el piloto Dende en adelante se puso grand recabdo
Hernán Perez Matheos, que aqui está: el en la isla.
qual afirma que vido tanta ó mas canti- Quisieron algunos decir que para la
dad délias ; pero no quiso el almirante auctoridad é confiança del almirante fue
DE INDUS. LIB. XIX. CAP. I. 591
mucho desvio este descubrimiento de las (segund yo oy decir al mismo comenda-
perlas, porque diçen que se supo en Es - dor mayor) avia que Ilegasse á cinco
paña por los marineros que con él se quilates.
hallaron, quando descubrió á Cubagua é Alli en aquella provincia de Cubagua
las perlas, y por cartas de personas par- é por aquella costa de Tierra-Firme lla-
ticulares antes que por las suyas, lo qual man á las perlas thenocas é también las
otros niegan. diçen coçiœas, é otros nombres también
Aquel Per Alfonso Niño é sus compa- les dan por las muchas y diferenciadas
ñeros llevaron hasta cinqüenta marcos de lenguas de aquella costa é islas. Y esto
perlas que rescataron á trueco de alfile- baste quanto al descubrimiento de Cu-
res y cascaveles y cosas semejantes de bagua , é á la noticia que primeramente
poco valor, y muchas de aquellas perlas ovieron los chripstianos de las perlas en
eran muy buenas é orientales é redon- estas parles.
das, aunque pequeñas, porque ninguna
CAPITULO II.
De otras muchas particularidades, é algunas délias muy notables, de la isla de Cubagua; é de una fuente
de betún que alli hay de un licor natural, que algunos llaman petrolio, é otros le diçen stercus demonis, é
los indios le dan otros nombres.
Aja isla de Cubagua, como tengo di- como higos. El otro género de fructa en
cho , es pequeña, é puede bojar tres le- cardones, de la misma manera es de
guas , poco mas ó menos. Es llana, é el fuera verde, é quieren paresçer dátiles;
terreno en sí es salitral, y por tanto es- pero son mas gordos, é lo de dentro es
téril de todo género de buenas hiervas: blanco, é la simiente como granillos de
ni tampoco hay árboles en ella, sino al- higos ; é quando se comen, que están
gunos de guayacan, pequeños ó enanos al bien saçonados, sale ó sube á las narices
respecto de los que en otras partes des- un olor de almizcle ó mas suave. Á esta
tas Indias hay. Otros arboleçillos hay fructa llaman los indios agoreros.
baxos , á manera de çarçales ó açebu- Hay conejos en aquella isla, de buen
ches, sin algund fructo , é la mayor parte sabor é muchos, como los de Castilla,
de la isla es un boscaje cerrado de unos aunque el pelo es mas montesino ó áspe-
cardones altos de estado é medio ó dos, ro. Hay muchas yuanas y buenas. Hay
tan gruesos como la pantorrilla de la unas aves que los españoles llaman fla-
pierna. Estos en cierto tiempo del año mencos, porque en España llaman assiá
llevan la fructa de dos maneras, á ma- ciertas aves ; pero estas de acá no lo son:
nera de higos, los unos colorados ó ro- antes la diferencia es aquesta. Son las de
xos é los otros blancos : los colorados Cubagua tan grandes como un pavo ; el
tienen la simiente muy menuda, como plumaje es de color como encarnado : las
de mostaça, é llaman los indios á esta piernas delgadas é de quatro palmos de
fructa yaguaraha. Es muy buena fructa al altura : el cuello de otros quatro palmos
gusto é fresca, y en el árbol, ó mejor di- luengo, y delgado, como el dedo pulgar
çiendo cardo, está cubierta de espinas á de la mano de un hombre : el pico de la
manera de castañas, é quando madura hechura que le tienen los papagayos,
cáense las espinas é ábrense é quedan Aliméntanse estas aves de pescado chi-
592 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
quito é marisco que andan buscando por to que deste mal ninguno muere. Hay un
las lagunas y estaños, é al rebalaje déla pescado ó animal en la mar, que no es
mar metidas en el agua lo que pueden mayor que un dedo pulgar, y al que pica
apear por la costa. Graznan como ánsa- en el agua, como acaesçe algunas veces
res é crian cerca de los lagos. Hay de los picar algún indio, el que está herido ha-
alcatraces grandes del papo é de otros de ce las mismas bascas é siente tamaños é
otras maneras. Otras aves hay pequeñas incomportables dolores, como lo que se
de agua y muchas délias. En cierto tiem- ha dicho que sienten los picados del ara-
po del año van á aquella isla de passo al- ña que se dixo de suso, sin çessar tal
gunos halcones neblíes é otras aves de passion hasta otro dia siguiente quel agua
rapiña de otras raleas, é alcotanes, é de la mar está en el mismo ser men-
otros que llaman acá guaraguaos, que son guante ó cresçiente que estaba al tiempo
como milanos y de aquel officio de hur- que picó este animal. De forma que tura
tar é tomar pollos donde los pueden aquella passion é dolor del un animal é
aver, é por falta dellos se ceban en la- del otro veynte é quatro horas naturales,
gartijas. De los neblíes se toman algunos y el pescado ques dicho se llama talara,
armándolos é se amansan presto, é se y es pintadillo de rayas é pecas blancas
han llevado á España é han probado allá é amarillas, cada una de su color des-
muy bien é los estiman. tin tas.
Entre las otras cosas que he notado Hay en la isla de Cubagua y en las
desta isla diré aqui de dos animales en otras islas sus comarcanas muchas y
alguna manera y aun mucho semejantes grandes tortugas, tanto que de algunas
en su poncoña : el uno es de tierra y es délias se saca tanta cantidad ó mas de
otro de la mar, cosa maravillosa y estra- pescado como tiene carne una ternera ó
ña, y son aquestos. Hay unas arañas muy becerro de seys meses. Estas tortugas sa-
chiquitas en su tamaño, pero el dolor es len de la mar á tierra á desovar en su
tan grande que no tiene otra compara- tiempo, y hacen un hoyo en el arena con
ción igual sino la que se dirá aqui de las manos bien grande, é ponen alii mili
otro animal del agua, y si turase la pas- é mili é quinientos huevos, é mas é me-
sion que causan estas arañas al que pi- nos , tamaños como limones buenos , é la
can , no seria mucho quel que está pica- cascara dellos es delgada como una teli-
do délia désespérasse ó muriesse cruda ca, é despues que han desovado, cubren
muerte ; pero no hay en este peligro ma- los huevos con la misma arena ; é quan-
yor consuelo que la esperança y expe- do son convertidos é animados, salen los
riencia que ya se tiene de llegar al tér- tortuguitos como de un hormiguero, é
mino en que cessa su fatiga para ser li- vánse á la mar, questá ahy cerca de don-
bre el que assi está lastimado. Resulta de de nasçieron, é críanse en ella. Matan
tal picadura quel ofendido hace muchas los indios estas tortugas con unos har-
bascas é sufre gran trabaxo, sin aflojár- ponçillos de un clavo, pequeños, que li-
sele ni ser mitigado por cosa alguna, sin gan á un buen volantín ó cordel reçio; é
dexar comer ni beber ni reposar al pa- aunque son grandes animales y la herida
ciente hasta el dia siguiente á la propria es poca, porque les entra poco é no bas-
hora que fué picado ; y quando ha cessa- taría á danificar ni ser presa la tortuga
do el dolor queda tal el que ha padesçi- por tal causa, ella dá mas armas á su
do, que en dos ni tres dias no puede ofensor para su daño, porque assi como
volver en sí ni á su primero estado, pues- se siente herida, aprieta tanto la concha
DE INDUS. LIB. XIX. CAP. IL 593
que fortifica el harpon tan firme que no gencia con que es buscado este petrolio.
se puede soltar; entonces el indio se echa Passemos á las otras cosas dcsta isla de
al agua é trastorna la tortuga hacia arri- Cubagua.
ba , é cómo está puesta de espaldas, no En aquella isla han metido los espa
es para huir ni puede, é tirando de la ñoles algunos puercos de los que han lle-
cuerda del harpon é ayudando el que la vado desta Isla Española é otras parles
trastornó, la meten los indios en la canoa. de la raça ó casta de Castilla , y también
Tiene la isla de Cubagua buen puerto de los que llaman baquiras de la Tierra-
á la parte del Norte, y por delante della Firme ; é á los unos é los otros les cres-
á una legua está la isla Margarita, la çen alli tanto las uñas de los pies y ma-
qual la cerca desde el Leste hasta el No- nos que se les vuelven para arriba hasta
roeste , é por la otra parte la Tierra-Fir- llegar á ser tan luengas en algunos dellos
me á quatro leguas, y cércala desde el como un xeme ó quassi, de forma que se
Leste hasta quassi el Sur la tierra que se mancan que no pueden andar sino con
dice Araya. pena é cayéndosse á cada passo. Los
Tiene en la punta del Oeste una fuen- que en aquella isla viven llevan el agua
te ó manadero de un licor, como açeyte, para beber de la Tierra-Firme del rio de
junto á la mar, en tanta manera abun- Cumaná, que está siete leguas de la isla,
dante que corre aquel betún ó licor por é la leña llevan de la isla Margarita.
encima del agua de la mar , haciendo se- A la redonda de Cubagua y por de-
ñal mas de dos y de tres leguas de la is- lante della, ala parte del Levante es to-
la, é aun dá olor de sí este açeyte. Algu- do placeles, é en ellos se crian las per-
nos de los que lo han visto dicen ser lla- las en las ostias ó pescados assi llamados
mado por los naturales stercus demonis, é que las producen : las quales son alli na-
otros le llaman petrolio, é otros asphalto; turales é desovan é crian en gran canti-
y los queste postrero dictado le dan, es dad, y por tanto se debe creer que serán
queriendo decir ques este licor del géne- perpetuas, aunque es nesçessario que
ro de aquel lago Aspháltide, de quien en sean esperadas é las dexen llegar á per-
conformidad muchos auctores escriben '. fiçion de se poder cojer, para que sean
Aqueste licor de Cubagua hallan que es mas provechosas é mejores ; porque de
utilíssimo en muchas cosas é para diver- la manera que la viña produce la uva , es
sas enfermedades, é de España lo envían á saber, en el principio quando cierne,
á pedir con mucha instancia por la expe- assi en estas ostias ó conchas comiençan
riencia que desto se tiene por los médicos las perlas en el seno del pescado que
é personas que lo han experimentado, á dentro délias se cría, y en aquella sacón
cuya relación me remito. Verdad es que é después está el grano tierno, como en
he oydo decir ques muy provechoso re- leche, é por su discurso va enduresçien-
medio para la gota é otras enfermedades do y engrandesçiéndose la perla , puesto
que proceden de frió, porque este olio ó que muchas tan menudas, como arena ó
lo que es, todos dicen que es calidíssimo. poco mayores, estén duras. llaseydo es-
Yo no lo sé, ni lo contradigo ni apruebo ta granjeria muy rica cosa, en tanta ma-
en mas de aquello que fuere, visto que nera que el quinto que se paga á Sus Ma-
aprovecha y testificaren los que lo supie- gostados de las perlas y aljópbar ba valido
ren , que será en breve , segund la dili- cada año quince mili ducados y mas, no
i Plin., Hb. V, cap. 17. Isidor., Etliim., lib. XIII , cap. 19.
i)
TOMO I.
594 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
hablando en lo que se avrá hurtado por dancia de pescados buenos en Cubagua
algunos: que su poca consçiençiay mucha é aun se traen salados en cantidad á es-
cobdiçia los hace determinar á su peli- ta Isla Española en algunas caravelas.
gro para aver llevado encubiertos mu- Nunca fué aquella isla de Cubagua po-
chos marcos de perlas, y puédesse creer blada de indios por su esterilidad é falta
que no de las peores, sino de las mas es- de agua, y por esso venian á ella de otras
cogidas y presçiosas. Cosa es, en que islas y de la Tierra-Firme á pescar las
hasta el pressente tiempo no se sabe en perlas. Á fama de lo qual después los
todo el mundo ni se halla escripto que chripstianos desde aquesta Isla Española
puntualmente en tan poco espacio ó can- y desde la de Sanct Johan fueron á po-
tidad de mar tanta moltitud de perlas se blar alli algunos é á rescatar perlas á
hayan visto ni se hallen. El pescado de trueco de \ino é caçabi é otras cosas, é
las quales, aunque es algo duro é de re- se començaron á hacer bullios, que fue-
cia digistion, es bueno ; pero mejor en ron el principio de la población de aque-
escaveche: y sin esse, hay mucha abun- lla isla.
CAPITULO III.
En que se tracta de ciertos religiosos que passaron á la converssion de los indios de la Tierra-Firme en la
costa que está cerca de la isla de las Perlas, llamada Cubagua: los quales eran de las sagradas Ordenes de
Sánelo Domingo é Sanct Francisco, é fueron martiriçados é muertos crudamente por los indios.
i Lue. XXII.
DE INDUS. LIB. XIX. CAP. III. 597
2
señores de la tierra de todo punto hasta lante diçe en esta manera . «No tanto el
que se llegó el tiempo de su castigo. Y número, quanto la suficiencia de los bien
como quiera que algunos pocos de los que amaestrados, debe ser estimado.» Y assi
salieron de Cubagua por falta de capi- como es general costumbre ser la gloria
tán , eran hombres de biea é que hicie- de la victoria principalmente atribuida
ran su deber, la mayor parte de los otros con el triumpho al capitán, y la culpa
eran gentes inútiles, é que yban alli mas atribuida por el consiguiente al principal
por el tráfago é rescates de las perlas, del exérçito ó república, quando se mues-
que no para usar las armas. tra una flaqueça ó pérdida ú otro incó-
Diçe Flavio Vegeçio * que assi co- modo semejante para se perder el oxér-
mo el soldado bien exerçitado dessea la çito ó el pueblo ó desampararse el cam-
batalla, assi y mucho mas el inexer- po ó la república, como estos de Cubagua
çitado tímidamente la huye. Y si el sa- hicieron, assi dicen las leyes militares y
ber la disciplina militar por verdade- todas las otras bien ordenadas, y Vege-
ra negligencia viene á menos, entre el çio con ellos s, « que a muchos se dé el
soldado y el villano del todo la dife- temor e á pocos la pena.» Y assi lo re-
rencia muere. Y no es desconforme á lo quería este caso, de que aquise halrac-
questá dicho lo quel mismo auctor ade- tado.
CAPITULO IV.
Cómo el almirante, don Diego Colom, é Audiencia Real é offiçiales de Sus Majestades enviaron desde
aquesta cibdad de Sánelo Domingo una armada con el capitán Gonçalo de Ocampo á castigar los indios
que avian muerto los religiosos é otros chripstianos en la Tierra-Firme, é á cobrar la isla de Cubagua,
llamada por otro nombre Isla de las Perlas; é de la venida del licenciado Bartolomé dé las Casas, é oirás
cosas concernientes á la historia.
JLfespues que en esta Isla Españoía vino tos y culpas. Y para esto juntaron hasta
á noticia 'del almirante , don Diego Co- trescientos hombres é los navios é cara-
lom y del Audiencia Real, que aqui re- velas que fueron menester, é proveye-
side , y de los offiçiales que Sus Mages- ron de armas y bastimentos é todo lo
tades para su hacienda en esta cibdad de nesçessario una armada, y enviaron por
Sancto Domingo tienen, la rebelión de general capitán dolía á un caballero, ve-
los indios de la costa de Cumaná, é pro- cino desta cibdad de Sancto Domingo,
vincias que se dixo en el capítulo prece- llamado Gonçalo de Ocampo: el qnal
dente , y de cómo los chripstianos (pie passó á aquella tierra ron la gente que
avia en Cubagua la desampararon; con es dicho, año de mili é quinientos é
mucha solicitud c lo mas presto que ser veynte años, y faesse derecho á la i
pudo, acordaron é pusieron por obra de de Tierra-Firme. Y entre los otros capi-
entender en el castigo , y de enviar allá tanes particulares que alli yban rae uno
un capitán con gente para ello y para Andrés de Yillacorla , porque era platico
que se cobrasse la isla é los malhechores en aquella tierra ó hombre de experien-
fuessen punidos, segund sus graves deli- cia, é fue uno de los que requirieron al
CAPITULO V.
Cómo et licenciado Bartolomé de las Casas fue' con ciertos labradores á poblar á la Tierra-Firme en el rio
de Cumaná, cerca de la isla de Cubagua , é lo que le subçedio dello á él é á los que le siguieron.
Uli año de mili é quientos é diez é nue- yendo comendador mayor de la Orden y
ve, á la sacón que en Barcelona llegó la caballería de Alcántara; el qual era uno
nueva de la elección de rey de romanos de los aceptos privados de César. A cau-
é futuro Emperador á la Cesárea Mages- sa de lo qual, y porque este padre pro-
tad del Emperador Rey, nuestro señor, metía grandes cosas y mucho interese y
don Carlos, semper augusto, yo me hallé acresçentamiento en las rentas reales, é
en su corte sobre algunos negocios de la sobre todo decía que por la orden é avi-
Tierra-Firme (de Castilla del Oro); é an- so que él daba, se convertirían á nuestra
daba alli un padre reverendo, clérigo sancta fé cathólica todas aquellas gentes
presbítero, llamado el licenciado Barto- perdidas é indios ydólalras, é paresçia
lomé de las Casas, procurando con Su que su fin é intento era sánelo, é porfia-
Magestad é con los señores de su Conse- ba que el obispo de Burgos é Hernando
jo de las Indias, la gobernación de Cu- de Vega, y el licenciado Çapata, y el
maná, y de parte de la costa de la Tier- secretario Lope de Conchillos y los de-
ra-Firme. Y para esto era favoresçido de mas que hasta entonces en vida del Rey
algunos caballeros flamencos que estaban Cathólicodon Fernando, de gloriosa me-
cerca de Su Magestad, y en especial de moria, entendían en los cosas destas In-
Mosior de Laxao, que después murió se- dias, avian errado en muchas cosas y
600 HISTORIA GENERAL Y NATÜIUL
engañado al Rey Cathólico de muchas poblassen, con otras mercedes muchas
maneras, aprovechándosse á sí mesmos que pidió para ellos, como le paresció.
de los sudores de los indios, y en los Lo qual todo le fué concedido, non obs-
officios y intereses destas partes; y que tante que los señores del Consejo, ó á
aquestos señores consejeros tales, por lo menos el obispo de Burgos, don Johan
sosteaer lo que avian hecho y errado, le Rodriguez de Fonseca, y otros que á su
eran contrarios, y no les paresçia bien lo opinion se allegaron lo contradecían, y
que este padre deçia ; y assi á este pro- que algunos españoles, hombres de bien
póssito anduvo alli muchos dias, dando que á la sacón se hallaron en la corte
memoriales y peticiones. Y no sin mucha destas partes y debieran ser creydos,
contradicción ; porque como aquellos con- desengañaron al Rey y á su Consejo en
sejeros queste culpaba, estaban pressen- esto , y dixeron como aquel padre, des-
tes, mostraron para sus descargos los li- seoso de mandar, ofreçia lo que no ba-
bros é lo que se avia proveydo en tiempo ria, ni podia ser por la forma quél deçia,
del Rey Cathólico, desde algunos años é hablaba en tierra que él no sabia, ni
antes queste padre tomasse esta su fan- avia visto ni puesto los pies en ella, é
tassia, é todo paresció sancto é bien pro- condenaron por liviandad todo lo quel
veydo é al propóssito de la buena con- clérigo afirmaba, y dixeron quel rey gas-
servación de la tierra é estado destas taria sus dineros en valde, é los que
partes, é como convenia para la con- fuessen con este padre yrian á mucho
version de los indios : de forma que Cé- riesgo y peligro. Pero, como he dicho,
sar quedó satisfecho é se tuvo por servi- Laxao pesó mas que todo quanto se di-
do de todos los que este culpaba y eran xo en contrario. En fin, quel rey perdió
parte grande en los negocios para le im- lo que gastó por ser creydo este padre,
pedir al clérigo lo que pedia, y assi le y los que le siguieron las vidas en con-
turó algunos meses su porfía. Y ya quél dición. Assi que, el Rey, nuestro señor, le
vido que los del Consejo no podían ser mandó despachar y proveer, é por su
por él dañineados, deçia que aunque mandado los de su Consejo é offiçiales de
ellos lo oviessen bien proveydo, que to- Sevilla le despacharon, como él lo supo
do se avia mal entendido, é peor puesto pedir, é assi passó á la Tierra-Firme con
en efeto, diciendo que la gente que se avia hasta * hombres é personas chicas
de enviar con él no avian de ser solda- y grandes, labradores, á los quales todos
dos , ni matadores, ni hombres sangrien- dieron buenos navios y bastimentos, y
tos é cobdiçiosos de guerra, ni bullicio- todo lo nesçesario, y rescates para la
sos, sino muy pacífica é mansa gente de contractaçion de los indios. Lo qual cos-
labradores, y aquestos tales haciéndolos tó á Su Magestad muchos millares de du-
nobles y caballeros de espuelas doradas, cados.
y dándoles el passaje y matalotaje, y ha- El caso es que cómo este padre se avia
ciéndolos francos é ayudándolos para que criado en esta Isla Española , sabia muy
* Ni en la primera edición de esta primera par- lo cual parece asentir el mismo Bartolomé de las
te , hecha en 1533, ni en el códice autógrafo que nos Casas, cuando en el cap. 159 de su Historia ge-
sirve de guia en la présenle, se fija el número de neral de Indias confiesa que iba autorizado para
los españoles que llevó consigo Bartolomé de las hacer cincuenta caballeros de cruces rojas , de
Casas. Francisco Lopez de Gomora, capellán de entre los labradores que le acompañaban, y cuyo
Hernán-Cortés , asegura que se contaron sobre tres- destino era solo cavar, según la expresión de as
cientos hombres en esta desdichada expedición; á Casas.
DE INDIAS. LIB. XIX. CAP. V. 601
bien que los indios de Cumaná y de aque- lia casa avia, dieron sobre los chripslia-
llas provincias comarcanas estaban de nos que alli estaban y mataron á quantos
paces, segund lo tengo dicho antes de pudieron dellos , puesto que algunos es-
su rebelión ; y él penssó que assi como á caparon huyendo, acogiéndose á una ca-
él se le fantaseó, que assi pudiera hacer ravela que en esta sacón alli estaba. É
lo que avia inventado é dicho en Espa- los indios saquearon y robaron la casa,
ña. Y en tanto que él fue á entender en con quanto en ella avia : lo qual sacado
el negocio, los indios se rebelaron y ma- della, pegaron fuego á aquel edificio mal
taron á los frayles Franciscos é Domini- fundado, y quedó por estonces la costa
cos y otros chripslianos que he dicho; é toda fuera del poder de los chrípstianos.
ovo todas aquellas revoluciones, de que Y porque en la isla de Cubagua avia
atrás se ha hecho mención, y quando algunos pocos de los chrípstianos, y no
llegó á la tierra con aquellos sus labra- oran parte para contender con los indios,
dores, nuevos caballeros de espuelas do- no les consentían los indios llevar agua
radas que él quería hacer, quiso su dicha de la Tierra-Firme para su substenlaçion,
y la de sus pardos milites que halló al y bebían de unas lagunas ele la isla Mar-
capitán Gonçalo de Ocampo, que avia ya garita , de cierta agua hecha çieno, y aun
castigado parte de los malhechores, y aquella avian con mucha costa é dificul-
poblado aquel lugar que llamó Toledo, y tad. Assi que, como el capitán Gonçalo
estaban las cosas en otro estado quel clé- de Ocampo se passó desde Cubagua á
rigo avia arbitrado. Mas como venia fa- esta Isla Española, y se vino á su casa á
voresçido y con tan grandes poderes, esta cibdad de Sancto Domingo, é que-
luego començaron á contender y estar dó la gente que avia llevado consigo en
desconformes él y Gonçalo de Ocampo, aquella isla, Francisco de Vallejo y Pero
como he dicho. Y el clérigo dio orden Ortiz de Matienço, que eran alli alcaldes
cómo hizo luego una grand casa de ma- mayores en la sacón, procuraron con
dera y paja, junto al sitio donde avia aquella gente de ganar el rio de Cumaná
seydo el monesterio de Sanct Francisco; por tener agua que bebiessen ; y passa-
y allí tenia alguno de los españoles que ron algunas veces á ello, é todas les fue
consigo traxo muy llenos de esperança muy bien defendido, y no salieron con
de la caballería nueva que les avia pro- ello, porque son flecheros é tiran con hier-
metido , con sendas cruces roxas, que en va y es gente los indios de aquella cos-
algo querían paresçer á las que traen los ta astuta y guerrera. Y assi se estuvo
caballeros de la Orden de Calatrava, é aquella gente é chrípstianos en Cubagua,
tenia en aquella casa muchos bastimen- como en fronteria y en guarda de la isla.
tos y rescates y armas que Su Magestad El padre licenciado Bartolomé de las
le mandó dar, é otras cosas muchas. Lo Casas, cómo supo el mal subçeso de su
qual todo dexó alli, é vino á esta cibdad gente, y conoscióel mal recabdo que avia
de Sancto Domingo é Isla Española á se por su parte en la conservación de las
quexar en esta Audiencia Real del capi- vidas de aquellos simples é cobdiçiosos
tán Gonçalo de Ocampo. Y venido él y labradores que al olor de la caballería
dexado por Gonçalo de Ocampo el pue- prometida y de sus fábulas le siguieron;
blo é la tierra, los indios, viendo estas y el mal cuento que ovo en la hacienda
discordias entre los chrípstianos, é per- que se le encargó, y que él á tan mala
suadidos de su propria cobdiçia é mali- guarda dexó, acordó que pues no tenia
cia , con desseo de robar lo que en aque- bienes con que pagarlo, que en oraçio-
TO.MO 1. 7C
602 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
nés é sacrificios, metiéndose frayle, po- que es público y notorio en estas y otras
dría satisfacer en parte á los muertos, y partes aquesto es. Quiero decir que el
dexaria de contender con los vivos. É que ha de ser capitán, no lo ha de ade-
assi lo hizo y lomó el hábito del glorioso vinar sin ser exerçitado y tener experien-
Sancto Domingo de la Observancia, en cia en las cosas de la guerra, é por no
el qual está hoy dia en el monesterio que saber él ninguna cosa desto , confiando
la Orden tiene en esta çibdad de Sancto en su buena intención, erró la obra que
Domingo. Y en verdad tenido por buen comencó ; y penssando convertir los in-
religioso : é assi creo yo que lo será me- dios, les dio armas con que matassen los
jor que capitán en Cumaná. Dicen que él chripstianos ; de lo qual resultaron otros
escribe por su passatiempo en estas co- daños que por evitar prolixidad se dexan
sas de Indias, y en la calidad de los in- de deçir. Y aquesto mismo ó su semejan-
dios y de los chripstianos que por estas te acontescerá y suele acontesçer á todos
partes andan y viven, y seria bien que los que toman el officio que no saben;
en su tiempo se mostrasse, porque los porque si él penssaba santiguando y con
que son testigos de vista lo aprobassen ó su buen exemplo pacificar la tierra, no
respondiessen por sí. Dios le dé su gra- avia de tomar las armas, sino tenerlas
cia para que muy bien lo haga : que yo como en depósisto en mano de un capi-
creo que en esta su historia éJ sabrá de- tán diestro, y qual conviniera para lo
cir mas cosas de las que yo he aqui re- que subçediesse.
sumido, pues passaron por él. Pero lo
CAPITULO vi.
Del segundo proveymienlo que se hizo para sojuzgar la cosía de Cumaná, y castigar los indios de sus re-
beliones ya dichas, y de la forlaleça que alli se fundó para la guarda del rio de Cumaná, que está en la
costa de la Tierra-Firme, é á siele leguas de la isla de las Perlas, llamada Cubagua.
CAPITULO Vil.
De una tormenta é terremoto que súbitamente acaesció en la provincia de Cumaná en la Tierra-Firme , la
qual tempestad derribó la fortalecá ó castillo que los chripstianos tenían, de que se hizo mención en el ca-
pítulo de suso , é cómo se labró é se hizo otro castillo.
Jlil año de mili é quinientos é treynta, sas é otros que del miedo y espanto per-
en el mes de septiembre, en un dia se- dieron las vidas. Abrióse una grande
reno é tranquilo, en un instante, á las sierra, questá mas de cinco leguas des-
diez horas del dia, en la provincia de viaba de la mar, y la abertura della fué
Cumaná se levantó la mar en altura de tan grande que se vee desde á mas de
quatro estados é juntamente dio la tier- seys leguas apartados della. Tornadas las
ra un horrible bramido, é inundóse la aguas á sus límites, é aviendo por mira-
tierra, sobrepujando la mar sobre ella, y glo escapado los chripstianos que esta-
encontinente comencó la tierra á tem- ban en la fortaleça, el alcayde, por no
blar, é lo continuó por tres quartos de ser echado de la tierra y conservarla en
hora : del qual grandíssimo temblor cayó servicio de Sus Magestades, con la gen-
la fortaleça que tengo dicho en el prece- te que allí tenia consigo, hizo un baluarte
dente capítulo, é abrióse la tierra por di- y reparo á la redonda de una esquina de
versas partes, é luciéronse muchos po- la fortaleça que quedó en pié , y en aquel
cos, los quales producían una agua negra baluarte y reparo se sostuvo catorce me-
que hedia á açufre. Hundiéronse muchos ses , en los quales se edificó otra nueva
pueblos de indios, y de ellos murieron fortaleça cerca de la cay da. Y dexando
muchos, unos porque los mataban las ca- después el reparo, se metió y passó en la
604 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
jortaleça nueva. Esto fué en el año de las, y señorea el rio de Cumaná é parle
mili é quinientos é treynta y uno. É de la provincia, que no se osan los indios
aquesta fuerça es la que al pressente tie- mover ni hacer los atrevimientos y re-
ne segura el agua para la isla de las Per- beliones que solian hacer continuamente.
CAPITULO VIH.
En que trata el chronista de algunas opiniones de los historiales antiguos cerca de las perlas, y de algu-
nas particularidades délias, y de algunas perlas grandes que se han ávido en aquestas Indias.
i Isid., Ethi., lib. XVI, cap. 10. 3 Plin., lib. IX, cap. 35.
2 Alberto Magno, lib. XVI, cap. 62,
DE INDIAS. LIB. XIX. GAP. VIH. G05
é aljóphar menudo, y esto acontece cada lo está. Pero yo tuve una perla redonda
dia. Pero todos los auctores concluyen de peso de veynte y seys quilates, é tu-
que las perlas se envejesçen, y por tanto ve otra después de talle de pera, que ove
digo yo que ningún prudente debe hacer en Panamá el año de mili é quinientos é
mucho caudal de cosa que tan presto é veynte y nueve, que vendí en esta cib-
tan manifiestamente nos enseña esta ver- dad de Sánelo Domingo desta Isla Espa-
dad é declinación de hermosura. Digo ñola á un alemán de la gran compañía
caudal para tenerlas por joya que pueda de los Belçares en quatroçientos é çin-
turar largo tiempo, pues no es turable su qüenta castellanos. Estas grandes per-
resplandor. Y por esto no es heredad pa- las se han hallado y otras en la mar del
ra guardar, porque cada dia pierde su Sur en la isla de Terarequi; pero en es-
vigor y vale menos, por se envejesçer y totra isla de Cubagua, de quien aqui se
arrugar, y de hora en hora son menos tracta, no son tamañas, sino pequeñas,
de estimar. Assi que, quanto mas frescas de dos y tres é quatro ó cinco quilates, ó
se pueden aver, tanto mejores son, con- poco mas la mayor délias ; pero en per-
curriendo en ellas las otras calidades que fiçion algunas, é innumerable cantidad de
han de tener para su valor. No curaré de aljóphar grueso y menudo y de todas
decir otras particularidades muchas quel suertes. Hay assi mesmo perlas en otras
Plinio dice de las perlas en el lugar ale- partes destas Indias, lo qual se dirá quan-
gado , que son muy notables para oyr, do la historia fuere discurriendo ó to-
assi de las que tuvo Julia Paulina, ma- cando en las provincias donde se hallan.
trona del emperador Cayo Caligula, co- Cuanto á lo que toqué de suso en que
mo Cleopatra, reyna de Egipto. Pero dixe ó quise significar que avia de re-
acordaré á quien esto leyere que ovo probar ó contradecir lo que tan señalados
Pedrarias de Avila , gobernador de la auctores escriben en esta materia de las
Tierra-Firme, una perla que compró en perlas, digo que yo tengo por imposible lo
mili é doscientos pesos á un mercader, lla- que dicen quanto al engendrarse con el
mado Pedro del Puerto, en la cibdaddel rocío, y ser turbias ó claras ni tampoco
Darien el año de mili é quinienios é quin- amarillas por los truenos; porque en una
ce (el qual la avia comprado en una al- mesma ostia no son todas las perlas que
moneda al capitán Gaspar de Morales é tiene de una bondad é redondez, ni de
á la gente que con él avia ydo á la isla una perfiçion de color, ni de un tamaño'
de Terarequi, que es en la mar del Sur); sino en diferente manera algunas. Lo
y en lo mesmo quel mercader la compró otro, ¿cómo se puede probar lo que di-
la tornó á vender luego otro dia, éla dio cen pues que muchas deltas se sacan de
á Pedrarias, porque nunca una noche diez y de doce bracas de agua en hondo,
que fué del mercader pudo dormir, acor- donde muy pegadas é asidas con las pe-
dándose del mucho oro que avia dado ñas en algunas partes están? ¿Quién las
por la perla ; la quai pessaba treynta é vido claras antes que atronasse, é des-
un quilates, y es de talle de pera y de pués vido que las mismas se avian tornado
muy linda color é muy oriental. La qual escuras y de los defectos ya dichos?...
después compró la Emperatriz , nuestra Dexemos esto creer á los que no sabrán
señora , á doña Isabel de Bovadilla, mu- contradecirlo; porque yo las he visto é
ger que fué de Pedrarias : y en la verdad tenido tan negras como açabache, é otras
es perla é joya para quien la tiene y pa- leonadas, é otras muy amarillas é res-
ra ser en mucho estimada , como agora plandesçientes como oro, é otras quaxa-
606 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
das é espesas é sin resplandor, é otras auctores que las hay se engendrassen de
quassi acules, é otras como açogadas, é otra forma, ó por el rocío que ellos di-
otras que tiran sobre color verde, é cen; porque natura en algunas partes
otras á diversas colores declinando. É haçe en diferentes modos sus operacio-
assi quanto mas diferentes y enfermas en nes en un mismo género de criaturas.
la vista ó para menos estimar están, tan- Conténtese, pues, elletor con lo dicho, y
to mas y de mayor estimación son las passemos á otra manera de perlas que se
perfectas. É muy raras veces se hallan haçen y nasçen en los nacarones, de
las que son dinas de se poner en estima quien hice mención en el prohemio, por-
ó regla de quilates para la vención dé- que de aquestos nunca lo ley ni lo he
lias. Pero en quanto á la forma de su visto por algund auctor escripto, é yo
creación, acuérdese quien esto lee de lo los he llevado á España, é hay muchos
que se dixo en el cap. II deste lib. XIX, dellos en la costa austral de la Tierra-
é aquello puede tener por muy cierto. Y Firme , en la provincia que llaman de Ni-
también podria ser que en estas parles se caragua, y en las islas de Chara é Chira
formassen é criasen de una manera, y en é Pocosi, é otras islas del golpho de
el Oriente é donde diçen Plinio é otros Orotiña.
CAPITULO IX.
De los nacarones en que se hallan perlas en la provincia de Nicaragua é golpho de Orotiña é otras parles.
CAPITULO X.
El qual Irada de la manera que los indios é aun los chripstianos tienen para tomar y pescar las perlas.
Jim esta isla de Cubagua, de quien aqui é nadando se recoge á la canoa, y près-
principalmente se tracta, es donde en senta y pone en ella las ostias que saca
estas partes é Indias mas se exercita la porque en ostias ó veneras ó conchas assi
pesquería de las perlas, y hácese de llamadas se hallan las perlas, ó en los na-
aquesta manera. Los chripstianos que en carones que se dixo en el capítulo de
esta granjeria entienden, tienen esclavos suso : las quales ostias trae en una bolsa
indios, grandes nadadores, y envíalos su de red, hecha para aquello, que el nada-
señor con una canoa, y en cada canoa dor lleva atada á la cinta ó al cuello. É
destas van seys ó siete ó mas ó menos assi entrado en la canoa, descansa un
nadadores donde les paresce ó saben ya poco y come algund bocado, si quiere, y
que es la cantidad de las perlas ; y allí torna á entrar en el agua, y está allá lo
se paran en el agua, y échanse para que puede, é torna á salir con mas ostias
abaxo á nado los pescadores hasta que que ha lomado á hallar, ó hace lo que
llegan al suelo, y queda en la barca ó primero se dixo, y desla manera lodos
canoa uno que la tiene queda todo lo que los otros indios nadadores puestos á es-
él puede, atendiendo que salgan los que te exerçiçio hacen lo mismo. É quando
han entrado debaxo del agua. É después viene la noche ó les paresçe que es tiem-
que grande espacio ha estado el indio po de descansar, recógense á la isla á
assi debaxo, sale fuera encima del agua, sus casas, é entregan las ostias de todo
608 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
su jornal al señor, cuyos son estos pesca- Otra cosa grande é muy notable me
dores ó á su mayordomo, é aquel náce- ocurre desta isla, y es que preguntando
les dar de cenar, é pone en cobro las yo algunas veces á señores particulares
ostias. É quando tiene copia ó cantidad de los indios que andan en esta pesque-
asaz, hace que las abran , y en cada una ría si se acaban ó agotan estas perlas,
halla las perlas ó aljóphar; un grano ó pues que es pequeño el sitio ó término
perla en algunas conchas sola, y en donde se toman é muchos los que las
otras dos é tres é quatro e çinco é seys buscan, decíanme que se acababan en
é diez y mas y menos granos, segund una parle y se passaban los nadadores á
natura allí los puso, é guárdanse las per- pescar en otra al otro costado de la mis-
las é aljóphar que en las ostias se han ma isla ó viento contrario y que des-
hallado, é gómense el pescado délias si pués que también acullá se acababan, se
quieren ó échanlo á mal ; porque hay tan- tornaban al primero lugar ó á alguna de
tas que aborresçe tal manjar, é todo lo aquellas partes, donde primero avian pes-
que sobra desemejantes pescados enoja. cado é lo avian dexado agotado de per-
Quanto mas que, como tengo dicho, son las, y que lo hallaban tan lleno, como si
muy duras de digestion é no de tan buen nunca allí ovieran sacado cosa alguna:
sabor como las ostias de nuestra España. de que se infiere y puede sospecharse
Algunas veces que la mar anda mas alta que son de passo, como Plinio quiere
de lo que los pescadores é ministros des- decir4, assi como lo son otros pescados,
ta granjeria querrían, é también porque ó nasçen y se aumentan y producen en
naturalmente quando un hombre está en lugares señalados. Pero caso que esto
mucha hondura debaxo del agua, los sea assi, hánse dado tanta priessa los
pies se levantan para arriba é con difi- chripstianos á buscar estas perlas, que
cultad pueden estar en tierra debaxo del no contentándose con los nadadores en
agua luengo espacio, en esto proveen las sacar, han hallado otros artificios de
los indios desta manera. Échanse sobre rastros é redes, y han sacado tanta can-
los lomos dos piedras, una al un costa- tidad , que se ha començado á aver pe-
do y otra al otro, asidas de una cuerda, nuria é faltaban ya y no las hallaban en
de forma que de la una á la otra queda abundancia, como primero; pero en poco
un palmo ó lo que les paresçe de inter- espacio de tiempo que repose la gente,
valo , y el indio queda en medio, é dé- tornan á hallar muchas ostias en canti-
xase yr para abaxo ; é como las piedras dad. Esta pesquería en Cubagua es en
son pesadas, nácele estar en el suelo que- quatro bracas ó menos, y en pocos lu-
do , pero quando le paresçe é quiere su- gares de aquella isla mas hondo. Pero en
birse , fácilmente puede desechar las pie- la isla de Terarequi de la mar austral en
dras é salirse. É tienen tanta habilidad diez y doce bracas, segund se dirá quan-
algunos de los indios que andan en este do hablemos en aquella isla y la de Oto-
officio en su nadar, que se están debaxo que , y en las cosas de la Tierra-Firme.
del agua un quarto de hora de relox, é Dixe de suso que son de passo, porque
algunos hay que mas tiempo y menos, en el lugar alegado dice el Plinio que
segund que cada uno es apto y sufi- algunos dicen que Jas perlas tienen rey
ciente en el arte que traen en esta ha- como la enxambre de las abejas : el qual
cienda. rey ó guia siguen las otras. É que aques-
TOMO i.
610 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
CAPITULO XI.
Que Irada del aviso que debe aver en los que compran perlas.
CAPITULO XII.
De la gobernación de la isla de Cubagua, é cómo fue removida la tenencia del Castillo de Cumaná.
Aja isla de Gubagua es gobernada por este juez é á otros ovo robado los soltór
alcaldes ordinarios é regidores de los ve- y el licenciado prosiguió su camino á Cu-
cinos que hay en la çibdad de la Nueva bagua, donde ha estado hasta agora: en
Cáliz: é al pressente fue allí por juez de el qual tiempo tomó residencia á las jus-
residencia el licenciado Francisco de Pra- ticias passadas é removió de la tenencia
do , vecino desta çibdad de Sancto Do- de la fortaleça de Cubagua al alcayde
mingo , al qual enviaron Sus Magestades Jacome de Castellón, de quien se hizo
é los señores de su Real Consejo de las mención que avia fundado aquel castillo
Indias ; é yendo por la mar á reformar para assegurar aquella provincia é para
aquella isla é hacer lo que le era manda- la guarda del rio de Cumaná. É puso la
do, le salteó un francés cossario cerca de fortaleça el dicho licenciado en otro al-
la isla de Lançarote, que es una de las cayde, como está hasta agora en tanto
de Canaria ó Fortunadas, é le tomaron que Su Magestad provee á quien fuere
quanto llevaba, é aun despues que le servido de aquella tenencia; porque die-
prendió, fue herido por el descomedido ron á entender que era mucho el gasto
capitán francés. El quai despues que á que con esta fuerça se tenia, y que la
DE LYDIAS. LIB. XIX. CAP. XII. 611
villa la tomaría é ternia á su espensa. É esta es una de las causas por donde se
no me paresçe que S. M. fue de lo cier- yerran algunas cosas por culpa del tiem-
to informado, como tampoco le informan, po é de la malicia de los diversos infor-
segund seria menester, en otras muchas madores que anda en medio. É no quiero
cosas destas partes por ser el camino tan hablar mas en esto, porque no seria ni es
largo, é aun porque aunque se le diga al propóssito de la Natural historia, aun-
verdad, quando llega la relación á su que lo seria para el natural remedio que
real acatamiento, es mudado el tiempo y las Indias avrian menester.
es menester proveerse de otra manera. Y
CAPITULO xni.
De ciertos cossarios que han passado á estas parles é Indias, y de lo que les ha intervenido en sus malos
penssamientos.
üil año de mili é quinientos é veynte é cio estaño de baxílla é otras cosas é fues-
siete años, un cossario inglés, só color sesu camino la vuelta de Europa, donde
que andaba á descobrir, vino con una se cree que no llegó porque nunca se su-
grande nao la vuelta del Brasil en la cos- po desta nao.
ta de la Tierra-Firme, é de allí atraves- Otro cossario francés, desde á poco
só á esta Isla Española e llegó cerca de tiempo ó en el siguiente año, só color
la boca del puerto desta çibdad de Sanc- de venir á tractar en la isla de las Perlas,
to Domingo; y envió su batel equipado vino á ella guiado por un mal español,
de gente, é pidió licencia para entrar natural de la villa de Cartaya, llamado
aqui diciendo que venia con mercaderías Diego Ingenio, el qual como piloto guió
é á tractar, y en el instante el alcayde á los franceses ; pero no supo darles avi-
Francisco de Tapia desde este castillo so de lo que en semejantes casos (iene
mandó tirar un tiro de pólvora á la nao, la proveydo la Cesárea Mageslad para guar-
qual se venia derecha al puerto. É cómo da de sus Indias, de mas del gentil es-
los ingleses vieron esto, retiráronse afue- fuerço de sus animosos españoles é natu-
ra y los del batel recogieron é fuéronse rales, é fue assi. Un hidalgo que vive en
tras su nao. Y en la verdad el alcayde hi- aquella isla, llamado el capitán Pero Or-
zo error en lo que hizo, porque caso que tiz de Malienço, é otros hidalgos é veci-
entrara él armado, no pudiera salir sin nos de la IS ue va Cáliz, supieron de un
voluntad desta çibdad y deste castillo. vecino suyo que venia de la isla Marga-
Por manera que viendo el rcsçebimicnto rita en una canoa , que avia ávido habla
que se les hacia, tiraron la vuelta de la con este armado, el qual traia una nao
isla de Sanct Johan, y entrados en la grande é una caravela rasa portuguesa
bahía de Sanct German ovieron habla con que avia lomado en Ja costa del Brasil,
los de aquella villa é pidieron bastimen- y un batax; é preguntando qué nao era
tos , quexándose de los desta çibdad, di- aquella dixeron los franceses que era la
ciendo que no venían á enojar, sino á nao del Careo, é que venían de Sevilla.
tractar con sus dineros é mercadería- íi La nao del Careo era venida ocho ó quin-
los acogiessen : é fuéronles dados algu- ce dias antes, é assi los de la canoa vie-
nos bastimentos, é su nao dio en pre- ron que aquello era falso éque debía ser
612 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
armado, é convidaban á los españoles de se apoderar de aquella isla. Lo qual
que entrassen á hacer colación en la nao entendido, acordaron los de la cibdad
por prenderlos é aver lengua del estado de morir ó echar á fondo aquellos na-
de la tierra; pero no lo hicieron assi, an- vios , é con mucha diligencia salieron en
tes se desviaron con mucha diligencia é sus vergantines é baxeles é combatieron
se fueron á la cibdad é dieron noticia el balax, é tomáronle por fuerça de armas,
desto é pusiéronse en vela. É luego otro con valor de mas de mili é quinientos
dia amanesció el cossario á par de la ducados de ropa é con los prisioneros
costa, y equipados los bateles, quiso sal- primeros. Fueron por todos treynta é
tar en tierra con su gente ; pero fueles cinco hombres muertos é presos de los
resistido valerosamente de tal forma que contrarios. Hecho esto, la nao no osó
no pudieron salir con su propóssito, é atender, é siguiéronla hasta la perder de
començaron á lombardear la cibdad, é vista : la qual se fué á la isla de Sanct
los de la cibdad á los enemigos ; é dié- Johan é quemó el pueblo de Sanct Ger-
ronse tan buen recabdo los nuestros que man , é de alli se fué la nao á la isleta de
armaron sus vergantines é barcas en nú- la Mona, donde penssó repararse é alli
mero de treynta ó mas, é con indios fle- soltó la caravela de los portugueses, la
cheros proveydos de aquella hierva mor- qual se vino á esta cibdad de Sancto Do-
tal que por acá hay é con algunos tiros mingo é dio noticia de todo lo que es di-
de pólvora, fueron á combatir la cara- cho. Y encontinente armaron aquí una
vela , é aunque tenia mucha artillería é nao é una caravela, é fueron á buscar
muchas pelotas de alquitrán, diéron- estos ladrones é halláronlos é pelearon
les tanta priessa que de la caravela ma- con ellos dos dias continuos, é diéronles
taron dos de los nuestros é de los fran- caca dos dias continuos, é aunque se fué
ceses murieron treçe. É con esto cessó á causa del tiempo é de la noche, se cree
el combate por entonces, no çessan- que por yr abierta se anegó en la mar.
do de andar en tratos los contrarios, De esta manera se perdieron estos cos-
pensando con sus formas gálicas enga- sarios é se perderán quantos acá passa-
ñar los españoles ; pero saliéronse tres ó ren de los tales é muy mejor al pressen-
quatro vizcaynos é navarros que traían te, porque está ya todo prevenido de
centra su grado, é fuéronse á la tierra é otra manera é con mayor recaudo é vi-
dieron noticia como aquellos franceses gilancia.
eran ladrones é venían con pensamiento
CAPITULO XIV.
Que tracta de la isla de la Margarita.
CAPITULO XV.
De muchas islas en general que están desde la Tierra-Firme austral é aquestas islas de Cubagua é la
Margarita hasta la isla de Sanct Johan, que los indios llaman Boriquen, é desde alli á la Tierra-Firme de
la parte ó vanda del Norte é provincia de Bimini é la Florida, brevemente relatadas.
JLrébese acordar el letor que tengo di- tendidos los provechos é particularidades
cho en otra parte que, quando el almiran- destas islas, é también por que las mas
te don Chripstóbal vino el segundo viaje están solas é sin gente. Y por tanto , co-
que hizo desde España á estas partes, año meneando desde la isla de Cubagua, que
de mili é quatroçientos é noventa y tres es donde tengo dicho, está luego á una
años, reconosció las islas Desseada, Mar- legua la isla Margarita ; é tirando la via
garilante é Guadalupe, é las que están del Septentrion se hallarán los Testigos, é
en aquel paraje, puesto que después se la Graciosa, é los Barbados, é Sane ta
supieron é bojaron mas particularmente, Lucia , é Matinino, é la Dominica, é la
á causa de la guerra que los chripstianos Desseada, é Marigalante, é Todos los
tuvieron con los indios caribes flecheros Sánelos, é Guadalupe, y el Antigua, y la
destas islas. Aquí solamente discurriré Barbada, y el Aguja, y Sancta Cruz, y el
por ellas para memoria particular é ge- Sombrero, y Sanct Chripstóbal, y el
neral délias: particular, para las nombrar, Anegada, y las Vírgines, y Boriquen,
y general, para que se diga donde están. que es la isla de Sanct Johan. Todas ellas
Pero porque no son habitadas de los puestas en ciento é sesenta leguas, pocas
chripstianos, y en todas ellas no hay can- mas ó menos, corriendo desde la parte
tidad de indios, sino pocos é de los al- del Mediodía al Norte. Verdad es que al-
eados é huydos y á ellas acogidos de te- gunas destas islas están mas orientales
mor de los chripstianos, no se haçeaqui que otras; pero todas ellas se incluyen y
tan larga é particular memoria como se están en el número de leguas que he di-
haria é se sabría, si fuessen pobladas é pa- cho hasta esta de Sanct Johan. La que es
cíficas , é muy por menudo sabidos y en- mas al Septentrion, en diez é siete grados
64 HISTORIA GENKRAL Y NATURAL
y medio de la equinoçial, que es la que y la que llaman la Florida en la costa de
llaman el Anegada, desde la quai se cor- la Tierra-Firme en la vanda del Norte.
re al poniente para la isla deSanct Joban En todo esto que he dicho por el ca-
treynta é çinco leguas pocas mas ó me- mino que se ha declarado avrá desde la
nos. Y entre medias en este intervalo es- isla de Sanct Johan á la Florida trescien-
tán las islas de las Vírgines; y desde la tas é cinqüenta leguas pocas mas ó me-
isla de Sanct Johan dicha Boriquen, cor- nos. Bien es verdad que partiendo en
riendo al Norueste cinqüenta leguas , es- demanda de una de las islas que es di-
tán los baxos que llaman de Babueca, y cho, no serian hechos los rodeos que hay,
llevando la misma derrota, adelante de andándolas una á una, como se nombra-
los dichos baxos veynte é cinco leguas ron de suso ; pero lo que está dicho bas-
están las islas de Amuana, é mas ade- ta para las memorar é saber dónde están
lante délias está la isla Mayaguano, é mas todas ellas, que es desde diez é ocho
adelante dessa está la isla Yabaque, é mas grados de la isla de Sanct Joban hasta
adelante está otra que llaman Mayaguon, veynte é ocho en que está el Lucayo
y adelante otra isla que se dice Manigua, grande, que es la isla mas puesta á la
é delante están las islas de Guanahani é parte septentrional de las que he dicho.
las Princesas ó islas Blancas, é mas ade- Y las otras primeras que nombré é hay
lante la isla dicha Huno, é prosiguiendo desde la costa de Cubagua hasta Sanct
la misma derrota ó rumbo ( que quiere Johan ó Boriquen, están desde en diez
decir el mismo camino) está otra isla di- grados en que está el rio de Cumaná en
cha Guanima, é mas adelante está otra la Tierra-Firme é parte de Mediodia has-
que llaman Çaguareo, é mas adelante es- ta en diez é ocho en que está Boriquen,
tá la isla del Lucayo, grande cercado de que es la isla de Sanct Johan, como ten-
essaz baxos, é al Oesnorueste del, quas- go dicho.
gi al Poniente diez leguas , estala isla de Y con esto se concluye quanto á la pri-
Bahama, desde la qual corriendo al Hues- mera parte desta General é natural histo-
te once leguas, está la tierra de Bimini ria de Indias en estos diez é nueve libros.*
* En la edición de Sevilla se leia, después de » bir en limpio, é será el postrero de aquestas histo-
estas palabras , refiriéndose Oviedo al libro con que »rias- Pero hasta que salgan todas tres partes deltas
aquella terminaba : « El siguiente , que es el número » á luz, andará aqui puesto por conclusion desta
»veynte, tracta de los infortunios é naufragios de »primera parle. É quando se acabe de escrebir lo
»casos acaescidos en las mares destas Indias. É »demás, ponerse há con lo que se oviere acresçen-
» aqueste libro veynte que aqui será el último, se ha »tado en tales materias, digo de las que fueren con-
» después de poner en el fin de la tercera parle desta »vinienles al mismo libro de Infortunios é nau-
» Natural historia, que aun no está acabada de escri- »fragios.»
Advertencia V
Vida y escritos de Gonzalo Fernandez de Oviedo, por don José Amador de los Rios IX
Epístola dedicatoria del Autor CIX
Tabla sumaria de lo que tractan los diez é nueve libros deste primero volumen, é
primera parte de la Natural è general historia de las Indias, yslas é Tierra-Firme del
mar Océano del señorío é çeptro real de los reyes é reynos de Castilla é de Leon.
Págs. I'ags.
Tabla de los capítulos de la primera parte de la General y natural historia de las In-
dias, yslas y Tierra-Firme del mar Océano, é de todo lo que contiene en toe diez é
nueve libros deste volumen.
LIBRO I. Comiença el libro primero deste vo- sumariamente las materias, de que se Iracia
lumen: el qual consiste en el prohemio ó ¡n- en este libro segundo lo
troduçion desta primera parle de la General —Plinio dedica su Natural Historia
y natural hisloria de las Indias, dirigido á Ja siano a
Sacra, Cesárea, Catholic» y Real Mageslad —Propóssito del auctor al seguirle, en la His-
del Emperador, Rey, nuestro señor toria General de Indias -12
LIBRO II. Prohemio —En loor del primer almirante de las Indias é
CAPITULO I. De las opiniones que hay, cerca descubridor délias, don Chripsi.ibal Colom. ib.
de á quien dirigió Plinio su libro de h CAPILILO H. I»> persona del almi-
tural Hisloria, é también relatando en parte rante (¿rimero ib« i , llamado don
616 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
PÙ9*- lags.
Cripstúbal Colom é por qué via ó manera se —Vuelta de la armada del almirante á Europa, ib.
movió al descubrimiento délias, segund la CAPITULO vn. De qualro cosas notables en el
opinion del vulgo ib. año de mili é quatrocienlos y noventa é dos
CAPITULO m. En que se tracta delà opinion años, é de quando el almirante don Chrips-
que el auctor ó coronista desta Naturale ge- tóbal llegó á la corte de los Reyes Cathóli-
neral historia de las Indias tiene cerca de cos don Fernando é doña Isabel, é de las mer-
averse sabido y escripto por los antiguos cedes que le fiçieron, despues que volvió á
dónde son estas Indias, é cómo é con quién España del primero descubrimiento de las
lo prueba 14 Indias, é la razón por qué se debe creer que
—Opinion del auctor sobre haber perlenesçido en estas partes fué predicado el Evangelio
estas Indias en los tiempos de Héspero á los por los apóstoles, ó por alguno dellos 28
reyes de España 16 —Un villano, natural de Remensa, da en Bar-
CAPITULO IV. Que tracla cómo Chripstóbal celona una cuchillada al Rey Cathólico ib.
Colom fué el que mostró á navegar los es- —Llegada del almirante á Barcelona 29
pañoles por las alturas del sol é norte, é de —Tiene el auctor por cierto que la verdad
cómo fué á Portugal é otras partes á buscar evangélica fué predicada en las Indias, antes
quien le ayudasse al descubrimiento destas del descubrimiento de Colom ib.
Indias, é le favoresçiesse para ello, é cómo —Incapacidad y malas inclinaciones de los in-
ovieron noticia de su persona los Cathólicos dios 30
Reyes, don Fernando é doña Isabel, por cu- —Las armas concedidas á Colom por los Re-
yo mandado hizo este descubrimiento 18 yes Cathólicos con otras mercedes que le
—Desecha el rey de Inglaterra las proposicio- hicieron ib.
nes que le hace Bartolomé Colom por en- CAPITULO vm. Del segundo viaje que elalmi-
cargo de su hermano Chripstóbal 19 ranle primero don Chripstóbal Colom hizo
—Desechan las proposiciones de Colom el Rey desde España á esta Isla de Hayti, ó Espa-
de Portugal y algunos Señores de España. ib. ñola, é de cómo halló muertos los chripstia-
—Opinion que al principio se tuvo en Castilla nos que avia dexado en tierra del rey Goa-
cerca de Colom ib. canagari, é de la concesión que el Papa
—Protección dispensada á Colom por el Con- Alexandre VI hizo destas Indias á los Re-
tador Alonso de Quintanilla 20 yes Cathólicos don Fernando é doña Isabel,
—Capitulaciones de los Reyes Cathólicos con é sus subçesores en los reynos de Castilla y
Chripstóbal Colom ib. de Leon, y del descubrimiento de los indios
CAPITULO V. Descubrimiento délas Indias he- flecheros, llamados caribes , é otras cosas
cho por Chripstóbal Colom, primero descu- notables 31
bridor délias, por lo qual dignamente fué he- —Demarcación entre Castilla y Portugal 32
cho almirante perpetuo destas mares é im- —Dónde comen carne humana los indios.... ib.
perio de las Indias destas partes 21 —Bula de concession dada por el Papa á los
—Partida de Colom del puerto de Palos...... ib. Reyes Cathólicos ib.
—Noticia de las islas Canarias y de sus habi- •—Procuran los Reyes de Castilla la conversion
tantes 22 de los indios ib.
—Derrota seguida por Colom y motin de la —Torna el almirante á las Indias é descubre
gente de su armada , id. otras yslas 33
—Descubrimiento de la isla llamada Guana- —Flechas con hierva de los indios caribes... ib.
hani 24 —Cómo murieron los 38 hombres que el al-
CAPITULO VI. Cómo el almirante descubrió es- mirante dexó en su primer viaje en la Isla
ta Isla Española, é dexó en ella treinta é Española 34
ocho chripstianos en tierra del rey ó cacique CAPITULO IX. Del viaje que desde España se
Goacanagari, en tanto que llevaba las nue- hace para estas Indias, é de la manera é for-
vas del descubrimiento primero destas par- ma que se tiene en la navegación, é del ár-
tes, é cómo volvió á España en salva- bol maravilloso de la isla del Hierro, que es
mento 25 una de las Fortunadas, que agora llaman
—Desembarque de Colom en la ysla de Cuba. ib. las Canarias 35
—Naufragio de la nao Capitana ib. —Árbol maravilloso de la isla del Hierro.... 36
—Edifica Colom una fortaleça en la Isla Espa- —Para yr á las Indias se sigue otra derrota
ñola , dexando en ella 38 hombres 26 que para tornar en España. 37
—Cómo los indios se maravillan mucho de las CAPITULO X. Del crescer y menguar del mar
letras é cartas é entenderse por ellas los Mediterráneo, y del mar Océano ; en qué
chripstianos 27 partes cresee y mengua, como el Mediter-
DE INDUS. INDICE. GI7
Pàçs. l'ágs.
raneo, y en qué costas mucho mas 40 CAPITULO III. Que Irada de lo que en esta
CAPITULO XI. f'el nordestear, é noruestear de ysla passó en tanto que el almirante fué á
las agujas de marear, é de las mudanças de España, é del tercero viaje é descubrimien-
la estrella del Norte, é de las qualro estre- to quél hizo, quando halló la costa (é gran-
llas, que llaman el crucero del Sur, ó de la díssima parte del mundo incógnita) llamada
línia del diámetro 44 Tierra-Firme generalmente , donde muy
CAPITULO XII. Delo que hizo el almirante don grandes reynos é provincias se incluyen, é
Chripstóbal Coiom después que supo que de cómo descubrió assi mismo la ysla de
los indios avian muerto los chripstianosque Cubagua, donde es la riquíssima pesquería
dexó en la Isla Española, el primero viaje, de las perlas, é de otras yslas nuevas que
é cómo fundó la cibdad de la Isabela é la halló, y del suboesso de lodo ello, con otras
forlaleça de Sánelo Thomás, é cómo descu- cosas aderentes á la historia G2
brió la isla de Jamáyca, é vido mas parti- —Del cabo de la Vela, é hostiares de perlas. 03
cularmente la isla é costa de Cuba, é délas CAPITULO IV. De lo que el adelantado don
primeras muestras de oro de minas que se Bartolomé hizo en lanío que el almirante fué
llevaron á España 46 á España hasta que él lomó á esta cibdad,
—De la calidad y ser de los marineros por la despues que descubrió parle de la Tierra-
mayor parle 47 Firme , é de la gobernación del almirante
—El almirante dexó por Gobernador de la Is- hasta su prisión , é de los reyes é señores
la Española á su hermano don Diego 48 que avia en esta isla ib.
CAPITULO XIII. Que tracla de los Irabaxos y —Del socorro de los sentenciados para la
guerras que passaron los chripstianos que Isla Española ,, Ci
quedaron con don Diego Colom é con el —Los pueblos quel almirante hizo en la I.sla
adelantado don Bartolomé Colom en la villa Española 65
de la Isabela, en lanío que el almirante fué —Los cinco reyes, ó señores principales de la
á descobrir desde allí, y de lo que acaesció Isla Española ib.
con ciertas tórtolas al alcayde Mossen Pedro CAPITULO V. Que tracla del lago de Xaragua,
Margante en la forlajcca deSancto Thomás, y de otro lago que está en las sierras é cum-
y de la población é fundamcnlode aquesta bres mas allas desla ysla, y de la forma de
i-ibdad de Sancto Domingo, á donde el almi- la gente que en esla ysla se halló, é con qué
rante tornó después de aver descubierto á armas peleaban, y qué gente son los cari-
Jamáyca é otras cosas, ele 49 bes flecheros, y de la Sancta Vera Cruz de
—Los animales que avia en la Isla Española la Concepción de la Vega CO
naturales de la tierra 50 —Del lago de Biautex , 67
-r-rDel origen del mal de las búas ib. —De los indios llamados çiguayos flecheros.. ib.
—Las diferencias del primero almirante é Fray CAPITULO VI. De la venida del comendador
Duyl 53 Francisco de Bobadilla á gobernar esla Ish
CAPITULO XIV. De dos plagas ó passiones no- Española, é de cómo envió preso en grillo«
tables y peligrosas que los chripstianos é al almirante don Chripstóbal Colom, y al
nuevos pobladores destas Indiaspadesçieron adelantado don Bartolomé é don Diego, sus
é hoy padesçen algunos. Las quales passio- hermanos , con (:l, é de los muchos indios
nes son naturales destas Indias é la una dé- que ovo en esla ysla y las causas pur qm:
lias fué transferida é llevada á España y se murieron 6 son quasi acabado« C9
desde allí á las otras partes del mundo K$ —Causas de la inuerle de los indkM ta la Isla
—Del mal de la niguas <r;r> Española 71
LIBRO 1IL Prohemio '->$ —De la contención é diversos p&rescerts so-
CAPITULO I. Que tracta de la guerra que tuvo bre el tractamicnlo de los indios 72
el capitán Alonso de Hojeda con el cacique CAPITULO VU. De la venida del comeudadoi
Caonabo, y de su prisión é muerto 59 mayor de Alcántara, don frey Nicolás <!e
— Los primeros hombres á caballo en las In- Ovando, el quaJ gobernó esta ysla, é de la
dias, é del gran lemor que los indios les te- partida del comendador Francisco de Boba-
nían '"• dilla, el tjual ton toda la flota se perdió en
CAPITULO H. De la ¡»alalia é victoria que ovo la mar con mucho oro, é del aviso que dio
el adelantado don Bartolomé contra el rey el almirante al comendador mayor, para que
Guarionex é otros catorce" caciques ó royes, no dexasse salir la flota deste puerto, como
é cómo se apartó Roldan Ximenez de la hombre que conoseia la disposición üVI
obediencia é compañía del adelantado don tiempo. E por no le creer, ni dexnr entrar
Bartolón».: é del almirante primero aquí se perdió el armada e" mucha renn»... 74
TOMO I. 78
G18 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Vagi. Pàgs.
—Grano de oro que pesaba tres mil é seys- Sancto Domingo de la Isla Española ib.
gientos pesos, é se perdió en la mar 7J —Dicho de la Reyna Cathólica doña Isabel
CAPITULO VHI. De lo que descubrieron en la sobre la calidad de los árboles en las Indias
costa de Tierra-Firme los capitanes Alonso é de los hombres 100
de Hojeda y Rodrigo de Bastidas 76 —Infelicidad del ccplro real iOl
CAPíTULO IX. Que tracta de cómo se perdió —Dexó el Rey Cathólico en su fin por gober-
el armada con el comendador Bobadilla, é nador de España al Cardenal fray Francis-
del último viaje é descubrimiento que hizo el co Ximenezde Çisneros, areobispo de To-
almirante don Chripstóbal Colom en la Tier- ledo ib.
ra-Firme 77 CAPITULO II. En que se tracta de la persona
—El motin de los Porras contra el almirante é grand ser del Cardenal don fray Francisco
en Jamáyca, é primera batalla entre chrips- Ximenez de Çisneros, areobispo de To'edo,
tianos en las Indias, é otras cosas 79 gobernador de España; y de algunas cosas
CAPITULO X. De la gobernación del comen- que en su tiempo subeedieron, é cómo por
dador mayor don frey Nicolás de Ovando, su mandado vinieron á gobernar estas In-
é de cómo se passó la vecindad desta cibdad dias tres padres reverendos priores de la
que estaba de la otra parte del rio, adonde orden de Sanct Hierónimo, é con ellos el li-
agora esta, y de las iglesias y perlados dé- cenciado Alonso Çuaço é otras cosas nota-
lias que ha ávido y hay en esta Isla Espa- bles 102
ñola, é de los edefiçios desta cibdad de —Quitaron los padres hierónimos los indios á
Sancto Domingo y otras cosas notables des- los ausentes, á quien estaban encomenda-
ta ysla 81 dos, é de la disputación si los Indios deben
CAPíTULO XI. De la ventaja y diferencia que servir á los chripstianos ó no... 104
el auctor pone de esta Isla Española á las CAPITULO III. De cómo la Cesárea Mageslad
yslas de Seçilia é Inglaterra, é las razones dio licencia en cierta forma al almirante don
que para ello expresa 84 Diego Colom para que tornasse á esta cib-
—De la gran cantidad del ganado vacuno.... 85 dad de Sancto Domingo é isla Española é
CAPITULO xa. De la gobernación del comen- otras cosas 105
dador mayor de Alcántara don frey Nicolás CAPITULO IV. En que se tracla la rebelión de
de Ovando, é de las parles de su persona é los negros é del castigo quel almirante don
rectitud, é de las poblaciones é villas que Diego Colom hizo en ellos, etc.. » 108
hizo é fundó en esta Isla Española 89 —Alcamiento de los negros en la Isla Espa-
—Castigo de Anacaona 90 ñola ib«
— Déla salvajez desta gente de la provincia —De Melchior de Castro, vecino de Sancto Do-
de Guacayarima ib. mingo d09
—De la persona del tesorero Miguel de Pasa- —Batalla con los rebelados 110
monte 92 CAPITULO V. De cómo el almirante don Diego
—Cómo fué removido de la gobernación el co- Colom volvió á España por mandado de la
mendador mayor de Alcántara, é se dio al Cesárea Magestad, y de cómo el licenciado
almirante don Diego Colom 93 Lúeas Vazquez de Ayllon, oydordesta Au-
—En loor del comendador mayor de Alcántara diencia Real fué á cierta gobernación de Tier-
don frey Nicolás de Ovando 95 ra-Firme, donde murió, y de cómo han sub-
LIBRO IV. Prohemio 96 eedido otros jueces oydores en esta Real Au-
CAPITULO I. Donde se tracta de la venida del diencia, é otras cosas que tocan á la his-
segundo almirante don Diego Çolom á esta toria 1 Ll
çibdad de Sánelo Domingo é puerto déla Is- CAPITULO VI. Del subçesso é vida del segun-
ia Española, é de las mudançasqueha ávido do almirante, don Diego Colom, despues que
en la gobernación délia é otras cosas 97 volvió á España é llego á la corle en la
—Entróse el almirante en la fortaleea de Sáne- cibdad de Victoria, é hasta que murió en la
lo Domingo por descuydo del alcayde Die- Puebla de Montalban, é otras cosas concer-
go Lopez de Salcedo ib. nientes al discurso de la historia I Ll
—En loor del licenciado Maldonado, alcalde CAPITULO VU. De la subçesion del tercero al-
•mayor del comendador mayor de Alcántara mirante destas Indias, llamado don Luys
don frey Nicolás de Ovando 98 Colom, é de cómo su madre la vireyna fué
—La causa de los trabaxos de los que gobier- á España á seguir los pleytos que su marido
nan en las Indias 99 el almirante don Diego Colom Iractaba con
—De los jueces de apelación que ordenó el el fiscal real sobre sus privilegios, y de có-
Rey CaÜiólico que oviesse en esta cibdad de mo vino por presidente á esta Audiencia
DE INDIAS. INDICE. G19
Págs. * I'ágs.
Real el obispo de aquesta çibdad de Sánelo tad en una carta que le envió, y de cúnio
Domingo, é de la Concepción de la Vega, el capitán Francisco de Barrionuevo se
don Sebastian Ramirez de Fuen-Leal 114 vido con él é fué reducido al servicio de
—Cómo el Emperador hizo duque de Veragua Sus Mageslades y se asentó la paz con él y
é marques de Jamáycaal almirante, ele hizo sus indios i í2
otras mercedes con que se atajaron sus CAPITULO VI. Del racionamiento quel capilan
pleytos , etc 116 Francisco de Barrionuevo hizo á ciertos
—Cómo fué por presidente á la Isla Española compañeros, que con él yban por un cami-
el licenciado don Alonso de Fuenmayor, que no sospechoso é áspero, yéndosse á ver
después fue Obispo de Sancto Domingo c de con el cacique Enrique, llevando por guia
la Vega é al presente Arzobispo primero de á un capilan del mismo Enrique 145
aquesta isla, etc 117 CAPITULO vu. Del razonamiento que hizo el
CAPITULO VIII. Que traeta de los ingenios é capitán Francisco de Barrionuevo al caci-
trapiches de acucar que hay en esta Isla que Enrique, quando le dio una carta de su
Española, y cuyos son y de qué manera mageslad, é quedaron assentadas las paces. 117
ovo principio esta rica grangeria en aques- —Respuesta del cacique don Enrique al ca-
tas partes, y primero en esta isla 118 pitán Francisco de Barrionuevo 148
LIBRO V. Prohemio 124 CAPITULO VIII. Que Iractade dos particulari-
—De los cascos de las cabeças de los indios.. 125 dades notables que se dexaron de decir en
CAPITULO I. Que traeta de las imágenes del el capítulo de suso, la una en lo que toca al
diablo que tenían los indios, é de sus ydo- servicio y méritos de Francisco de Barrio-
latrías, é de los areytos é bayles cantando, é nuevo, y la otra en la honrosa paz é recon-
la forma que tienen para retener en la me- ciliación de don Enrique al servicio de Sus
moria las cosas passadas que ellos quieren Ma gestades , i lii
que queden en acuerdo á sus subçesores y CAPITULO IX. De la venida de don Enrique é
al pueblo «b. sus indios cerca de la villa de Açua para ver
CAPITULO II. De los tabacos ó ahumadas que é senlir en qué estado estaba la paz é loque
los indios acostumbran en esta Isla Espa- avia subeedido de un indio llamado Gonealo
ñola, é la manera de las camas en que que él avie enviado con el capitán Fran-
duermen 130 ei-co de Barrionuevo é otras cosas al dis-
—Hamaca 131 curso de la historia anexas l.'i i
—Hico 132 —Sierra de los pedernales jl>.
CAPITULO III. De los matrimonios de los in- CAPITULO X. De ciertos labradores que vi-
dios, é quántas mugeres tienen, é en qué nieron de España en este tiempo para po-
grados no toman mugeres, ni las conosçen blar en Monte-Chripsto, y en Puerto Real, en
carnalmente, é de sus vicios, é luxuria, é la costa del Norle desla isla por la solk-ilud
con qué manera de religiosidad cogían el de un vecino dcsla cibdad llamado Bolaños. 156
oro, é de la ydolatría destos indios, é otras CAPITULO XI. Cómo fué un padre religioso de
cosas notables ib. la Orden de Sánelo Domingo desde aquesta
—Joyeles de los sodomitas 133 cibdad de Sancto Domingo de la Isla Espa-
—Cómo se enterraban las mugeres vivas con ñola, á donde el cacique don Enrique estaba
sus maridos 4 34 con sus indios á la Sierra del Baoruco, y es-
De la reyna Anacaona é su libídine 135 tuvo ;<llá algunos días , é del buen subeeso
Del primero almirante, que no dexaba sacar de su camino 1 ;i7
oro á los chripslianos, sin que se eonfesassen CAPITULO XII. De la venida del licenciad«i
é comulgassen 136 Alonso Lepes Córralo á esta cibdad de
—Delà subçesion de los indios en su señorío ó Sánelo Domingo de la I&la Española á lo-
patrimonios en esta Isla Española ib. mar residencia al Audiencia Real é á lodas
—Antigua costumbre de los ingleses, que ca- lasolras justicias desla cibdad dysla. Evino
saban seis de ellos con una sola muger... 137 proveydo por oydor de la dicha Audiencia
—Del ministro que los indios tenían para sus el HeenciadoAlooao de Grageda, i llegaron
consultaciones con el diablo..'. 138 con eslos nuevos oydores veyntc é seys ó
CAPITULO IV. De la rebelión del cacique En- veynte é siete naos de armada é demere.t-
rique, é la causa que le movió para ello, é deria, martes primero día de enero de mili
déla rebelión de losnegros 140 é quinientos é quarenla é quatro años 15S
CAPITULO V. Del subcesso de la rebelión del LIBRO VI. Prohemio j0\
cacique Enrique, que después se llamó don CAPITULO I. El qual traeta de las casas y mo-
Enrique, porque oéti k BOWll rad.is d« los indios deeta lsl.i F.sprmoh por
620 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Ptigs. Ptlgs.
» „
para carbon é tinta para pintar los esclavos, diversas estimaciones, é preseios, é aun
el qual carbon, ó polvos del llaman los in- asaz délias de mucho valor han discurrido
dios tile 204 por Europa é otras parles del mundo, que
CAPITULO XVHI. Por el qual se prueba que las destas nuestras Indias se han transportado
poncoñosas viandas é cosas que á los hom- por muchos reynos, en tanta manera que la
bres son nocivas é moríales, son á oíros ani- grande abundancia é número délias ha fe-
males en estas parles é Indias útiles, é pro- cho disminuir el valor de tales gemmas ib.
vechosas, é grato mantenimiento 205 —Que son de doce maneras las esmeraldas.. 212
CAPITULO xix. De una novedad notabley con- CAPITULO XXVIII. En que sumariamente se
traria en la prospectiva á la mayor parte de tracla un depóssilo que mas largamente se
lo que nos enseña la vista en las mas par - podrá ver en sus lugares apropriados, é don-
tes del mundo ib. de la natura en estas Indias ha mostrado é
CAPITULO XX. De la hierva que los indios de produce algunas fuentes é nascimientos de
Nicaragua llaman yaat, é en la gobernación belum de diversas materias 21 i
de Veneçuela se dice hado, y en el Perú la CAPITULO XXIX. Del temblor de la mar, é del
llaman coca, é en otras partes la nombran fundamento ó tierra que debaxo della eslá
por otros nombres diversos, porque son las juntamente; ó en un instante temblor deam-
lenguas diferentes 206 bos elementos 215
CAPITULO XXI. De las minas nuevamente ha- CAPITULO XXX. De un depóssito é nueva ma-
lladas en la isla Fernandina por otro nom- ñera de atabales é alambores, é hasta agora
bre llamada primero Cuba, donde se ha des- nunca oydos ni vistos, exçeploenÇisca,ca-
cubierto cierta vena de metal que es oro é pitan herético de los bohemios heréticos.. 217
plata é cobre 207 —Seyscientos ochenta hombres hechos ata-
CAPITULO XXII. Que tracla de la gente llama- bales ib.
da chacopati, á la qual los españoles llaman CAPITULO XXXI. De una propriedad de los
magueyes, los quales nunca beben en toda ganados cerca de la línia equinoçial, ques
su vida, sino alguna vez ó rarísimamente.. 208 cosa muy notable , 218
CAPITULO xxm. En el qual se tracla un depós- CAPITULO xxxn. De los vasos hechos de ca-
sito ó nueva manera de culebras poncoño- becas de hombres, y tráctase áqui en espe-
sissimas que hay en la isla Margarita, que oial de uno que tuvo el gran príncipe Alaba-
las llaman de los cascabeles, é otras vívoraa liba, é de lo que dio por un gato, é de lo
ó culebras que les quieren imitar con un que dio á un español por causa de un ga-
cascabel é muy poncoñosas, en la provin- vilan 21M
çia de los Alcácares ib. CAPITULO xxxm. De las mugeres que en las
CAPITULO XXIV. En que se tracta otro depós- Indias viven en repúblicas, é son señoras
sito para mi memoria, que perlenesçe al li- sobre sí á imitación de las Amaçonas, é pó-
bro XIX, de dos animales que hay en la isla nense aqui dos depóssitos hasta que en la
de Cubagua, uno de tierra é otro de agua; segunda parle de la General historia llegue-
y es de aquesta manera que aqui se dirá, é mos á los proprios lugares é provincias,
cada cosa délias muy notable 209 donde tales mugeres habitan, ¿ alli se diga
CAPITULO XXV. De los juncos ó palmas que mas copiosamente lo que en esto hay que
llevados á España, é á otras parles por el escribir 221
mundo, sirven de báculos ó bordones para —De las comunidades, ó repúblicas de las re-
íos hombres de auctoridad, é para los viejos ligiones de ambos sexos 223
é hombres ancianos, é aunque en muchas CAPITULO XXXIV. De 1res depóssitos é otros
parles de las Indias los hay, é se nasçen de tantos animales vistos en la Tierra-Firme:
por sí, cuéntase dónde los crian é siembran, los dos dellos en la provincia de Paria, y el
é cultivan, é para qué efetos, etc 210 tercero en muchas parles de la Tierra-
CAPITULO xxvi. En el qual se tracta un nota- Firme 224
ble, que es razón que por cosa memorable —Del pescado Torpedine ib.
se ponga en este libro para que mejor se en- CAPITULO xxxv. De una nueva manera de
tienda la abundancia de la carne que hay arma ofensiva que usan cierta genle del rio
en esta Isla Española, é Ja que se mata ca- de Paranaguaçu, que otros llaman rio de la
da dia que es de carne ordinariamente 2H Plata, éllámanse los guaranias 225
CAPITULO XXVII. En el qual se tracla de dos CAPITULO XXXVI. De una ave de rapiña, ó
especies émaneras de esmeraldas que se monstruo de las aves, que cacaen la tierra,
han hallado en la Tierra-Firme, de las qua- é pesca en la mar é en los rios 226
les se han llevado muchas en cantidad, de CAPITULO XXXVH. De una nueva forma que
622 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Págs. PtlIJX.
«
tienen los indios de la gobernación de la délias 241
Nueva Castilla en adobar é preparar el pes- CAPITULO XLVIII. En que se tracta del reme-
cado é hacerlo cecial, sin le echar sal al- dio que nuevamente é de poco tiempo acá
guna 227 es hallado para curarse las heridas de las
CAPITULO xxxvm. En el quai se tracta un ca- flechas con hierva, con que tiran las indios,
so peligroso, é experimentador de la gran- que hasta saberse este secreto era incura-
díssima habilidad que tuvo un vecino en la ble é por la mayor parte todos ó los mas
cibdad de Panamá en nadar; y fué de tal morían, como por estas historias está pro-
manera que salvó su vida , donde oviera bado. E díeese la manera, por donde la cle-
muy pocos en el mundo que dexáran de ser mencia divina permitió queste remedio se
ahogados, si lo mismo les acaesçiera ib. supiesse 212
CAPITULO XXXIX. De dos cosas notables de CAPITULO XLIX. En que se tractan diversas é
Margarita de Vergara, muger que fué del peregrinas historias é materias que han
historiador destas materias. La una que ocurrido en parles muy apartadas, é han
nunca escupió, é la otra queen una noche tenido con otras (en muy desviadas pro-
se tornó cana, seyendo muy rubia é hermosa vinçias) mucha conformidad é semejança; y
muger, é de veynte é seys, ó veynte é sie- de ser las unas antiquíssimas están olvida-
te años 229 das ( á los que no leen); y las que agora se
—Don Diego Osorío se tornó cano en una ven tales, parescen nuevas sin lo ser en el
noche ¡b. mundo. Tócanse lindas é sabrosas leçiones
CAPITULO XL. De un depóssifo notable é me- en este capítulo, é tales que darán mucho
maria de las cinco naos mas famosas que en contentamiento á los lelores 245
el mundo (desde su principio hasla nues- CAPITULO L. De los depóssitos deste libro en
tro tiempo) se saben é son de todas las que que se recuenta un caso muy notable que
ha ávido las mas nombradas 230 acaesció en una placa de la provincia de
CAPITULO XLI. En el quai se tracta un caso Nicaragua, estando allí el auclor destas his—
notable del amor que una india luvo á su torias, la qual materia toca al arte mágica ó
marido, y cómo rogó con muchas lágrimas bruxos indios llamados texoxes , é trae
al auctor destas historias, que perdonasse á á conseqiiençia otras transformaciones de
su marido (al qual mandó ahorcar), é que hombres en animales, que escriben algunos
ahorcassená ella; ypónense otras compara- auctores graves; é lo que en tales casos se
riones al propóssíto del amor excesivo que debe cr«er 254
unas personas han mostrado con otras 231 CAPITULO LI. De un caso nuevamente venido
CAPITULO XLH. De un notable depóssito écom- á noticia del auctor destas historias, é nue-
paraçion de las cresçientes y menguantes va materia é de admiración á quantos la
del rio de Huyapari con el Nilo 233 oyeren, é supieren acaescida pocos dias ha:
CAPITULO XLIH. En el qual se tracta de la di- una nueva forma de montería en esta ishi,
versidad de las lenguas deslas Indias, islas lo qual acaesció en el año de 1543 2Ö0
é Tierra-Firme del mar Océano 234 CAPITULO LU. En que se tracta la forma de un
CAPITULO XHV. De ciertos capitanes memora- gato monillo, la mas nueva cosa, ó nunca
bles en el mundo por el mucho valor de sus su semejante vista hasta nuestros tiempos,
personas, y lodos ellos tuertos 236 el qual galo en parte era páxaro, ó ave, ó
CAPITULO XLV. De ciertos notables que el his- cantaba como un ruyseñor ó calandria muy
loriadorpone aqui en depóssito, hasta que excelentemente, é con muchas diferencias
en los libros, é parles que convenga se escrí- en su melodía é cantar 258
ban mas largamente, que son semejantes á CAPITULO LUI. En que se tracta otra novedad
lo que muchos auctores han locado ; y uno muy grande, é por mí nunca oyda, y acaso
en especial de las guaranias (que es arma sabida, y que no será de poca admiración
nunca vista, ni usada en otras partes sino para dexar de contemplarla á los lelores y
donde el auclor la pone en estas Indias) é especulativos, y es acerca del menguar é
ninguno ha cscriplo de tal arma 238 crescer de la marxm la bahia de Sanct Ma-
ts PULLO XLVI- De un notable mucho de no- theos, en la gobernación de la costa del Perú, 200
tar de la mudança de los tiempos en esla —Maravillosa novedad de ser dulce la agua
cibdad de Sánelo Domingo é Isla Española; con la cresçiente de la mar é amarga con la
y aun en las otras partes destas Indias que menguante. 201
se han poblado de los chripslianos 239 LIBRO VIL Prohemio 203
CAPITULO XLVII. De ciertas aves que no po- CAPITULO I. Del pan de los indios llamado
nen mas de un huevo, y hay muchas mahiz, é de como se siembra y se coje, y
DE INDIAS. INDICE. 623
Púgs. Púgs.
otras cosas á esto concernientes 264 CAPITULO XIV. De las pinas que llaman los
—Remedio para el agua que hiede en la mar, chripstianos, porque lo paresçen, la qual
para que se pueda beber é pierda el mal fructa nombran los indiosyayama, e acier-
olor 267 to género de la misma fructa llaman bonia-
CAPITULO ». Del pan de los indios que se ma, é á otra generación dicen yayagua, co-
llama caçabi, que es la segunda manera de mo se dirá en este capitulo, non obslante que
pan que en esta Isla Española é otras par- en otras partes tiene otros nombres 280
les hacen los indios, y al présenle assi mis- CAPILULO XV. Que tracla de la frucla llamada
mo los chripstianos, y aun algunos lo usan imocona, la qual se cria sin la induslria de
mas quel mahiz, é lo tienen por mejor é se los hombres 2*4
sirven mas dello, lo qual se hace de una CAPITULO XVI. De los guayaros, ques una
planta que llaman yuca 268 fructa como cherevías ib.
CAPITULO ni. De la planta é mantenimientos CAPITULO XVII. De la frucla que los indios
de los ajes, que es olro grand manjar é bas- llaman cauallos ib.
timento que los indios tienen, é cómo se CAPITULO XVIII. Que tracta de los fésoles que
siembra é se coje 272 los chripstianos llaman: de los quales hay
C, pnuLo iv. De la planta é mantenimientos muchas maneras en las Indias 28l>
de las bátalas, que es muy buen bas- CAPITULO XIX. El qual Irada de una fructa
timento, y de los mas estimados que los in- que se llama nnames 2S(>
dios tienen, é cómo se siembran é cojen, é LIBRO VIII. Prohemio 287
otras particularidades de aqueste manjar ó CAPITULO I. Que Irada de los árboles que se
fructa 273 han traydo á esta Isla Española desde Eu-
CAPITULO V. Del mani, que es cierto género ropa é nueslra España, el qual capítulo con-
de fructa é mantenimiento ordinario que liene once párrafos ó parles 288
tienen los indios en esla Isla Española é —Fray Tomás de Berlanga truxo los piálanos
otras islas destas Indias 274 á las Indias, el qual fué después Obispo en
CAPITULO VI. De la planta dicha yahuita, y Tierra-Firme 292
algunas particularidades della ib. —En loor de Fray Tomas de Berlanga Obispo
CAPITULO VII. Del axi, que es una planta de de Tierra-Firme 293
que los indios se sirven é usan en lugar de CAPITULO n. De los árboles fructíferos é na-
pimienta, é aun los chripstianos la han por turales de aquesla Isla Española é primera-
muy buena especie 275 mente de los bobos 293
CAPITULO VIH. De las calabacas que hay en CAPITULO III. Del árbol llamado caymilo, é de
esta Isla Española y en todas las otras islas su frucla é diferencias délia, é de la nueva
y Tierra-Firme 276 forma ó diferenciada manera que su hoja
CAPITULO IX. De los bihaos, que es cierta tiene con lodos los oíros árboles 39o
hierva (ó mas que hierva á mi paresçer) que CAPITULO IV. Del árbol llamado higüero. El
no se siembra ni cultiva, sino que la natura acento de letra u ha de ser luengo, ó de
la produce, y es muy útil y provechosa á espacio dicho, de manera que no se pronun-
los indios en las cosas que aqui se dirá... 276 cien breve ni junlamenlc eslas (res letras
CAPITULO X. De la cabuya y del henequén, gue; sino que se detenga poquila cosa en-
ó de algunas particularidades de lo unoé de tre la u y la c, c diga higüero. Digo esto
lo otro, que son dos cosas de hilo ó cuerdas por quel lelor no entienda higüero, ó hi-
muy notables 277 guera de higos ib.
- Para corlar el hierro con el henequén ó ca- CAPITULO V. Del árbol llamado yagua, y de
buya 278 su frucla, y de la linta que se hace della... 296
CAPITULO XI. Del maguey, que es otrahicrva CAPITULO VI. De la bixa. F.s.'e no es árbol,
algo semejante á la cabuya: puede servir de sino planta ó arbusto, é por si mismo >• de
mantenimiento en tiempo denesçessidad, é la natura producido, como son lodos los que
el principal efeto suyo es para hicos, id est, he dicho, y también los plañíanlos indios..
cordeles ó sogas muy buenas, é para otras —Malrimonios de Inglaterra
cosas, ib. CAPITULO VII. Del árbol llamado guaçuma é
CAPITULO xn. De las yracas, que son hiervas de su fructa ib.
en general, porque yraca quiere derir hier- CAPíTULO VIII. Del árbol llamado guama é de
va, las cuales los indios comen en su- su frucla 299
279 :
lajes CAPITULO IX. De los arbolea < Crudas llama-
CAPITULO ira. De la planta é fructa que los dos hicacos íI,.
indios llaman lirenes en esta Isla Española. ib. CAPITULO X. Del árbol llamado yaruma é de
624 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Págs. Päd».
su frucla 300 por ella todas las cosas que entre los indios
CAPITULO XI. Del árbol llamado macagua, é se traclan, é otras particularidades destos
de su fructa é madera ib. árboles ib.
CAPITULO XII. Del árbol açuba é de su estre- CAPITULO XXXI. Del árbol llamado paco é su
mada fructa 30i fructa 322
CAPITULO XIH. Del árbol llamado guiabara, CAPITULO XXXII. Del árbol lembixque é su
que los chripstianos llaman uvero ib. fructa (alias tembale) • ib.
—De la manera de escrebir en hojas de árbol, ib. CAPITULO XXXIII. Del árbol que en esta Isla
CAPITULO XIV. Del árbol llamado copey, en Española llaman papaya, y en la Tierra-
las hojas del qual pueden assi mismo es- Firme los llaman los españoles los higos del
crebir 302 mastuereo, y en la provincia de Nicaragua
CAPITULO XV. Del árbol llamado gaguey é llaman á tal árbol olocoton 323
su fructa ib. CAPITULO XXXIV. Del árbol llamado tembix-
CAPITULO XVI. Del árbol que los indios llaman que é de su fructa en la Tierra-Firme 324
cibucán é de su fructa 303 CAPITULO xxxv. Del árbol caobaésu fructa. 32o
CAPITULO XVII. Del árbol guanábano é su CAPITULO XXXVI. De los ciruelos é ciruelas de
fructa , ib. doblados cuescos que hay en la Tierra-
CAPITULO xvm. Del árbol llamado hanon e' Firme é en la Tierra Austral ib.
su fructa 304 CAPITULO XXXVH. Del árbol llamado Hicomas
CAPITULO XIX. Del árbol llamado guayabo é é de su frucla en la tierra austral ib.
su frucla ib. CAPITULO XXXVIII. Del árbol llamado yagua-
CAPITULO XX. Del árbol mamey é de su guyt, que los chripslianos llaman de la ma-
fructa, llamada assi mismo mamey 305 dera negra en la Tierra-Firme é provincia
CAPITULO XXI. Délos árboles que los chrips- de Nicaragua 326
tianos llaman ciruelo en la provincia de Ni- CAPITULO XXXIX. De una fructa que llaman
caragua, é de la fructa, de la qual hacen yaguaraha é nasçe en unos cardones, é olra
buen vino, é otras particularidades, el qual que se dice agoreros ib.
árbol los indios llaman xocat 307 CAPITULO XL. De la fructa llamada macao.. 327
CAPITULO XXII. Del árbol que los chripstia- CAPITULO XLI. De la frucla llamada culipris. ib.
nos llaman níspero, al qual los indios de la CAPITULO XLII. De la fructa llamada chuare,
provincia de Nicaragua llaman muncnça- é otra que se dice pauxi ib.
pot, é su frucla excelente 308 CAPITULO XLIII. Del árbol llamado mamón, c
CAPITULO xxm. Del árbol llamado ácana é de de su fructa, de la qual faltando el mahiz
su fructa del mismo. ... 309 hacen pan los indios en tiempos de hambre, ib.
CAPITULO XXIV. De las parras salvajes de CAPITVLO XLIV. Del árbol llamado çimiruco é
aquesta Isla Española, é otras islas de la de su fructa 328
Tierra-Firme ib. LIBRO IX. Prohemio 329
CAPITULO XXV. De las çarçamoras de aquesta CAPITULO I. Del árbol que en esla Isla Espa-
Isla Española é otras partes. 310 ñola llaman espino los carpinteros, é de qué
CAPITULO XXVI. De los cardones e;i que nas- se sirven del 331
<;e la frucla que llaman pitahaya 311 CAPITULO II. De los pinos que hay en esta Isla
CAPITULO XXVII. De unos cardos altos c de- Española, semejantes á los pinos de Espa-
rechos mayores que lanças de armas (e' aun ña, que no llevan pinas sino vanas ib-
como picas luengas), quadradosy espino- CAPITULO III. De los nogales desta Isla Espa-
sos, á los quales llaman los chripstianos ci- ñola &•
rios, porque pareseen cirios ó hachas de cera, CAPITULO IV. De las palmas que hay en esta
ox<;epto en las espinas é altura dellos, los qua- Isla Española, y en las otras desle golpho y
les llaman los indios de Veneçuola dados.. ib. en la Tierra-Firme 332
CAPITULO XXVIII. De los cardos de las tunas CAPITULO V. Del árbol de las qüenlas del
ó su fructa, la quoi en la provincia de Ve- xabon 338
nezuela en la Tierra-Firme se llama co- CAPITULO VI. Del árbol llamado mangle e su
moho 3j3 fructa, é de los provechos é utilidad que del
CAP,TULO XXIX. De la frucla que llaman ma- se siguen ib.
nagua.... 315 CAPITULO VII. Del árbol que en eslas islas ¿
CAPITULO XXX. Del árbol llamado cacao, é al- en la Tierra-Firme nuestros españoles lla-
gunos le llaman cacaguale, é su fructa é man cedro 339
bevraje e' aeeyie, é como su fructa en algu- CAPITULO VHI. Del roble de aquesta Isla Es-
nas partes sirve por moneda, é se hallan pañola é otras parles deslas Indias 310
DE INDUS. INDICE. 625
Págs. Págs.
CAPITULO IX. Del árbol llamado caoban desta gua en la Tierra-Firme, que sirven sus
Isla Española 341 fructas á lo mismo que las agallas, pa-
CAPITULO X. Del therebintho desta Isla Espa- ra hacer tinta: á los quales árboles lia-
ñola , ib. man los chripstianos el árbol de la tinta ; é
CAPITULO XI. Del árbol llamado çeyba, en es- de qué manera se hace la tinta con esta
pecial ; é otros árboles grandes *.... 342 fructa.., 356
—Puente de un solo árbol en el rio del Cutí CAPITULO XXVIII. Del árbol llamado guaco é
cerca de la cibdad del Darien 343 su fructa, el qual árbol se halla en la Tierra-
—De la lana del árbol çeyba 345 Firme ib.
CAPITULO XII. Del árbol ó maneanillo,con cu- CAPITULO XXIX. De los árboles é fructa que
ya l'ructa los indios caribes flecheros haoen los españoles llaman agoreros, en la Tierra-
la hierva con que tiran é pelean, la qualpor Firme 357
la mayor parte es inremediable ib. CAPITULO XXX. De los árboles odoríferos de
—De Gonçalo Fernandez del Lago 346 la Nueva Castilla ib.
CAPITULO xni Del árbol que en estas partes CAPITULO XXXI. De los de la canela, en la
se tiene por tharay, porque le paresce min- provincia que llaman Quito en la tierra aus-
cho en la hoja ; pero Uámanle en esta Isla tral ib.
Española cohoba , 347 CAPITULO XXXU. De los salces de la tierra
CAPITULO XIV. De los árboles del helécho en austral 358
esta Isla Española é otras yslas é en la Tier- CAPITULO XXXIII. Del árbol llamado damaha-
ra-Firme ib. gua, é de ciertas corteças de árboles para
CAPITULO XV. De los árboles del brasil que sogas é cuerdas 359
hay en esta ysla é otras t é en la Tierra- CAPITULO XXXIV. Del árbol llamado guao... ib.
Firme 348 LIBRO X. Prohemio 361
CAPITULO XVI. Del árbol llamado corbana... ib. CAPITULO I. Del árbol ó planta con que se
CAPITULO xvn. Del árbol llamado cuya 349 sueldan las quebraduras ó cosas rompidas
CAPITULO XVIII. Del árbol llamado maria ib, en la persona del hombre 362
CAPITULO XIX. De otros árboles útiles que hay \, CAPITULO II. Del árbol llamado guayacan,
en esta ysla é otras y en la Tierra-Firme, con que se cura el mal de las búas 303
llamados çiguas 350 —Facilidad con que los indios se curaban de
CAPITULO XX. Del árbol que en la provincia las búas 2C4
de Nicaragua llaman los indios nanzi ib. CAPITULO m. Del árbol del bálsamo que lla-
CAPITULO XXI. De dos cosas notables en las man en esta Isla Española, donde aqueste
maderas é árboles desta Isla Española y de licor se ha hecho primero que en otra parte
las otras yslas é Tierra-Firme 351 alguna 366
—Árboles que no pierden la hoja, segundPlinio. ib. —Quién fué el inventor deste bálsamo ib.
—En las Indias solos seys arboles pierden la —Opinion de Plinto sobre la calamita ó piedra
hoja ¡b. yman 367
—De la broma ó carcoma 352 CAPITULO IV. De los mançanillos de las ave-
CAPITULO XXII. De los árboles que los chrips- llanas para purgar 368
tianos llaman en la Tierra-Firme membri- CAPITULO V. De las plantas del algodón desta
llos, aunque no lo son, é de la fructa que Isla Española 370
llevan ib. CAPITULO VI. De las higueras de infierno que
CAPITULO XXUI. De los perales salvajes de la hay en esta Isl.i Española ib.
Tierra-Firme 353 CAPITULO VU. De las cañas y carriços desta
CAPITULO XXIV. De ciertos leños ó ester- Isla Española ib.
pos salvajes, que relucen de noche, como CAPITULO VIII. De los juncos que hay en esta
fuego 354 Isla Española 371
CAPITULO XXV. De las encinas que el auctor LIBRO XI. Prohemio 372
dice que hay é vido en la Tierra-Firme, no CAPITULO I. De las hiervas é plantas que se
lexos déla costa austral, en las haldas de la han traydo deEspaña á esta Isla Española
sierra que llaman de Orou ib. é á otras parles destas Indias, é quáles ha-
Manjar de los indios sapos ó alacranes 355 çen acá simientes é quáles no 373
CAPITULO XXVI. Del árbol llamado capera é CAPITULO n. De las hiervas que hay en es-
de la frucla que lleva, que es una manera ta Isla Española, que son como las de
de almendras muy grandes ib. España é que acá las avia, antes que los
CAPITULO xxvu. De ciertos árboles que hay chripstianos passasen á estas partes, é son
en Nagrando, en la gobernación de Xicara- naturales de la tierra, é no se truxeron de
TOMO I. 79
626 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Pùgs. Págt.
los quales llaman en Ilalia muiros, y en Es- de España, que en esta ysla e' Indias no Jas
paña no creo que los hay ib. avia. 443
CAPITULO XXXIII. Del animal llamado guabi- CAPITULO IV. De las aves que hay en esta
niquinax ib. Isla Española, las quales no hay en España
CAPITULO XXXIV. Del animal llamado ayre.. 420 ni allá se crian ib.
CAPITULO xxxv. Del animal llamadoadine.. ib. CAPITULO V. De los páxaros comuneros, ó
CAPITULO XXXVI. De los leones grandes de que viven muchos junios en comunidad... 444
color pardillo ib. CAPITULO VI. De los alcatraces grandes que
CAPITULO XXXVII. De los osos, como los de
hay en esla Isla Española y en todas las
España 421 otras yslas y costas de la Tierra-Firme.... 445
CAPITULO XXXVHI. Del animal aserrador ib. CAPITULO VII. De las aves notumas que hay
CAPITULO XXXIX. Del animal que se llama en esta Isla Española 446
coçumatle 422 CAPITULO VIII. De las grúas y perdices ó tór-
CAPITULO XL. De las vacas de la tierra sep- tolas de la isla de Cuba ó Fernandina 447
tentrional ib. CAPITULO IX. Del passo de las aves que sue-
LIBRO XIII. Prohemio 423 len passar por la isla de Cuba, é muy ordi-
CAPITULO I. De los pescados del mar é de los nariamente los mas años atraviessan la mar
rios, é de la manera que los indios pescan, que hay entrella y la Tierra-Firme; e'passan
é de los que hay en general en el agua dul- sobre la Tierra-Firme la vuelta del viento
ce ó salada 424 Sueste ib.
CAPITULO II. De las ballenas que hay en las CAPITULO x. De una ave, ó quassi monstruo
costas é mares desfas Indias é yslas é Tier- entre las aves, que hay en esta Isla Españo-
ra-Firme -. 425 la y en las otras yslas destas partes 448
CAPITULO HI. Del pexe llamado vihuela é de LIBRO XV. Prohemio 449
sus armas 426 CAPITULO I. De los anímales insectos que hay
CAPITULO IV. De los pexes voladores que se en esta Isla Española, é primeramente de
hallan en el grande golpho del mar Océano, las hormigas y del comixen 450
viniendo de España á estas Indias 427 —Abundancia de hormigas en la Isla Espa-
CAPITULO v. De la grandeça de los lobos ma-
rinos, é de las colores diferentes dellos, é
ñola m
CAPITULO II. De la escolopendra ó cientopies,
ofras particularidades 428 y de las diferentes maneras dcsle animal, y
CAPITULO VI. De los tiburones y de su gran- de los gusanos de muchos pies 453
deça, é de cómo se toman, é otras particu- CAPITULO In. De las abispas, y calabrones, y
laridades destos animales 419 moscaSn y tábanos, y sus semejantes 454
CAPITULO VU. De los animales llamados mar- CAPITULO IV. De los animales nasçidos en la
raxos 431 madera y engendrados de diversas mane-
CAPITULO vni. De las tortugas ó hicoteas des- ras, y de la broma 457
ta Isla Española 432 CAPITULO V. De las cucaraças que en el An-
CAPITULO IX . Del manatí y de su grandeza dalucía llaman fotutas 4Ö.S
é forma, é de la manera que algunas ve- CAPITULO VI. De los animales que no tienen
ces los Indios tomaban este grande animal espiráculo, por donde purgar lo que comen
con el pexe reverso, é otras particulari- é digisten, sino por la propria boca, por don-
dades 433 de se alimentan ib.
—Opinion del auctor acerca de los mares.... 436 CAPITULO VU. Délos escorpiones que hay en
CAPITULO X: De las ranas é sapos, é cómo esta isla Española y las otras destas In-
los indios los comen 437 dias 459
LIBRO XIV. Prohemio 439 CAPITULO VIII. De las moscas ó mariposas
CAPITULO I. En el quai se tracta de las aves c semejantes animales que vuelan é relu-
que se veen por la mor en el viaje que cen de noche ; y en especial de uno destos
se hace desde España á estas Indias é que en esta isla le llaman los indios co-
desde ellas á España, e de las que se to- cuyo 460
man en las naos é caravelas, siguiendo sus LIBRO XVL Prohemio 402
viajes CAPITULO I. En que se traofa del assiento de
CAPITULO n. Que (meta de las aves que hay la ysla de la Mona c de la de Borlquen , que
en esta ysla semejantes á las de nuestra Es- llama ysla de Sanct Johan, y otras
pnñ.i, que son acá naturales assi mismo y particularidades 465
de>ta tierra 4 ¡2 —Rios principales de la ysla de Boriquen.... 466
CAPITULO UI. De las aves que se han traydo CAPITULO H. Cómo por mandado del comen-
628 HISTORIA GENERAL Y NATURAL
Págt. Vági.
dador mayor de Alcántara, don frey Nicolás la costa de las yslas de Bimini ; é halló la
de Ovando, gobernador de la Isla Española, ysla dicha de Bahama ; é cómo fué removi-
se comencó á poblar de chripstianos la ysla do de la gobernación é volvieron á gober-
de Boriquen (que agora llamamos de Sanct nar los que él avia enviado presos á Casti-
Johan), por mano del capitán Johan Ponce lla; y de otros gobernadores que ovo des-
de Leon, y de otras particularidades á esto pués en la ysla de Sanct Johan 482
concernientes 467 —De un perro que ganaba la misma ración
—Costumbre de los indios de llevar los nom- que un ballestero 483
bres de las personas con quienes hacen CAPITULO XII. Del repartimiento de los indios "
amistad ib« de la ysla de Sanct Johan, y de lo que en
CAPITULO HI. Que tracta del primero pueblo ello se siguió 485
de chripstianos que ovo en la ysla de Bori- CAPITULO xm. De la muerte del adelantado
quen ó Sanct Johan, é por qué se mudó Johan Ponce de Leon, primero conquistador
adonde se hiço después 469 de la ysla de Boriquen, que agora llaman
CAPITULO IV. Del pueblo de Guanica, é por Sanct Johan, y otras cosas tocantes á la
qué se despobló é se hiço otro que se llamó mesma ysla 486
Sotomayor, é del levantamiento é rebelión CAPITULO XIV. Del pueblo llamado Daguao,
de los indios, é cómo mataron la mitad de que hizo poblar el almirante, don Diego Co-
los chripstianos que avia en la isla de Sanct Iom, en la ysla de Sanct Jolian ib.
Johan, y del esfuerço é cosas haeañosas del CAPITULO XV. De los gobernadores que ovo
capitán Diego de Salaçar 470 en la ysla de Sanct Johan, despues que allí
—El capitán Salaçar salva la vida á Pero fué por juez de residencia el licenciado Ve-
Xuarez 471 lazquez 487
CAPITULO v. Que tracta de la muerte de don CAPITULO XVI. De diversas particularidades
Chripstóbal de Sotomayor é otros chripstia- de la ysla de Sanct Johan 488
nos ; é cómo escapó Johan Gonçalez, la len- CAPITULO xvn. Del árbol del palo sánelo é de
gua, con quatro heridas muy grandes, é lo sus muy excelentes propriedades 489
que anduvo assi herido en una noche, sin CAPITULO XVIII. De otras particularidades de
se curar, é otras cosas tocantes al discurso la ysla de Sanct Johan, con que se dá fin al
de la historia 472 libro décimo sexto 491
CAPITULO vi. De los primeros capitanes que LIBRO XVII. Prohemio 492
ovo en la conquista é pacificación de la ysla CAPITULO I. De la descripción de la ysla de
de Boriquen, que agora se llama isla de Sanct Cuba ó Fernandina, por las alturas é grados
Johan 474 de su asiento é por sus aledaños mas cer-
CAPITULO VII. Que trac la de algunas personas canos 493
señaladas por su esfuerço, y de algunas co- CAPITULO II. De los pueblos principales de la
sas á esto concernientes en la guerra é con- ysla de Cuba ó Fernandina, y de otras cosas
quista de la ysla de Sanct Johan 475 particulares della 494
—En loor de la gente española ib. CAPITULO III. De la conquista é pacificación
CAPITULO vra. Cómo los indios tenían por in- de la ysla de Cuba ó Fernandina, é de los
mortales á los chripstianos, luego que pas- gobernadores que ha ávido en ella, é del
saron á la ysla de Sanct Johan, é cómo acor- descubrimiento primero de Yucatan , de
daron de se alear, é no lo osaban empren- donde procedió descubrirse la Nueva Es-
der hasta ser certificados si los chripstianos pana. 494
podian morir ó nó. Y la manera que tuvie- —Ingratitud de Diego Velazquez con el almi-
ron para lo experimentar 478 rante don Diego Colom 496
CAPITULO IX. De las batallas ¿recuentros mas CAPITULO IV. De las cosas en general, é de la
principales que ovo en el tiempo de la guer- riqueça é fertilidad déla ysla de Cuba ó Fer-
ra é conquista de la ysla de Sanct Johan, nandina, é otras particularidades della 498
por otro nombre dicha Boriquen 479 CAPITULO V. De las serpientes ó culebras de
—Que los indios creian aver resucitado los la ysla de Cuba ó Fernandina; 500
chripstianos muertos por ellos á traición... 480 CAPITULO VI. De las pelotas redondas, como
CAPITULO X. De otra guacábara ó recuentro piedras de lombardas, que natura produce
que ovieron los españoles con los indios de é se hallan en la ysla de Cuba ó Fernan-
la ysla de Boriquen ó de Sanct Johan 481 dina 501
CAPITULO XI. Cómo el gobernedor Johan Pon- CAPITULO VII. De la fuente ó minero de betún
ce acordó de yr á descubrir por la vanda ó que hay en la ysla de Cuba ó Fernandina.. »•
parte del Norte, é fué á la Tierra-Firme en —Seys fuentes ó lagos, ó nasçimientos de be-
DE INDIAS. INDICE. G29
Págs. I'úgs.
de Cubagua, é cómo fué removida la te- CAPITULO XV. De muchas yslas en general
nençia del Castillo de Cumaná ib. que están desde la Tierra-Firme austral é
CAPITULO xni. De ciertos cossarios que han aquestas yslas de Cubagua é la Margarita
passado á estas partes é indias, y de lo que hasta la ysla de Sanct Johan, que los indios
les ha intervenido en sus malos pensa- llaman Boriquen, é desde alli á la Tierra-
mientos 611 Firme de la parte ó vanda del Norte é pro-
CAPITULO XIV. Que íracía de la ysla de la vinçia de Bimini é la Florida, brevemente
Margarita 612 relatadas 613
7hm /- I, mu /
¡on, I Lam. 2.
V >•,/«/
La m./}'.1
Tom I
y ("i-iiuslit.
Turn i ¿(tin ¥!
Lit tí,
Tant. I. Laut ,'}'
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ERRATAS OUE SE HAN NOTADO.
80
TOMO I.
HISTORIA
GENERAL Y NATURAL DE LAS INDIAS.
ISLAS Y TIERRA-FIEME DEL MAR OCÉANO,
PRIMERA PARTE.
MVDRÏD.
IMPRENTA DE LA II! HE LA HISTORIA