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o Las cosas no andan bien, las ventas han bajado y también los ingresos; es más, no
se si podamos seguir sosteniendo este negocio en el futuro; tenemos que cambiar.
o El crecimiento nos tomó por sorpresa y las cosas se nos están saliendo de las
manos. Estamos perdiendo el control de la situación.
o Acabamos de adquirir una nueva empresa, y tenemos que inducirle una nueva
cultura, nuevos métodos, nuevas formas de hacer las cosas; es importante que
unifiquemos los equipos de trabajo y que integremos los procesos del negocio, sobre
una estrategia y un direccionamiento claro y compartido.
o Cada vez tenemos más oportunidades y posibles cursos de acción en frente nuestro.
Debemos establecer una dirección clara y enfocarnos en seguir esa dirección,
estructurando la empresa para poder seguirla con éxito, y ser más competitiva.
Si usted se vio reflejado en al menos una de las situaciones anteriores, siga leyendo,
¡este artículo es para usted!
Dentro de este contexto, cabe entonces tratar de definir y aclarar diversos aspectos que
inciden en la consecución de buenos resultados por parte de una empresa cliente, a
partir de un proyecto de consultoría.
De hecho, todo buen consultor debe plantear claramente el momento de su salida desde
el primer día de su entrada.
Tipos de Consultores:
Existen muchos tipos de consultores; de hecho, cada consultor puede tener un estilo
diferente y único. Sin embargo, y para poder abordar este punto de una forma
controlable, agruparemos los tipos de consultores de acuerdo al estilo primario de la
relación con el cliente, y por la manera en que se aborda el proyecto.
Firma Consultora:
El modelo de empresa o firma consultora es quizás el más evidente y conocido en el
medio. A la vez, es el más estandarizado de todos.
Una firma consultora está compuesta por uno o más socios, generalmente consultores
también, pero muy especializados o de muchísima experiencia, que ofrece sus servicios
a través de un equipo de consultores que fungen como empleados de la empresa, o
como “asociados”.
Por lo general, una firma asigna a un consultor a un proyecto, pero muy raras veces se
asigna a uno de los socios principales como figura primaria para la coordinación y
supervisión directa del trabajo. Más bien, ésta es la excepción.
Consultor Independiente:
El consultor independiente es una figura cada vez más presente en nuestro medio. Se
trata de un profesional que ha conseguido un muy alto nivel de especialización y de
experiencia práctica, que ofrece sus servicios de manera individual, no asociado a
ninguna marca o empresa.
El esquema del consultor independiente se hace más útil mientras menos estructurada
es la definición de la problemática y mientras más variable pueda ser la solución. Ese
tipo de situaciones es expresado como, por ejemplo:
o Mi empresa crece, le va bien, pero ahora tiene menos liquidez.
o Algo está pasando, ya no somos tan productivos, pero ¿qué es?
o He crecido, estamos muy bien, pero si no cambiamos y damos un giro, pronto el
crecimiento se estancará.
o La situación ha cambiado, las cosas están difíciles... ¿qué debo hacer?
o Las ventas han bajado. Los beneficios se contraen... si sigo haciendo lo mismo, de la
misma forma, puedo perder mi posición el mercado. Pero, no tengo idea de por qué
está sucediendo esto y por dónde debo comenzar.
Este enfoque, por lo general, combina las ventajas de las dos filosofías vistas arriba, a la
vez que elimina la mayoría, si no todas, de las debilidades que se pueden presentar en
cualquiera de esos dos paradigmas precedentes.
La red de consultores con marca de respaldo, permite a un cliente obtener una mezcla
de talentos y experiencias de la más alta calidad, según sea su necesidad específica.
Este equipo, además, puede ir cambiando a medida que cambian las necesidades de un
cliente.
Dígale la verdad al consultor. Solamente así podrá obtener una buena propuesta, que
cubra sus necesidades reales y que le ayude en su realidad.
Recuerde que lo que usted busca de un consultor es un aliado de confianza, que le guíe
por el camino al éxito, sacando lo mejor de usted y de su equipo humano, con métodos,
herramientas y un alto sentido de la exigencia constructiva.
De igual forma, hay veces en la que la sugerencia de un instrumento como éste puede
servir como probeta en cuanto al compromiso ético del consultor; quien posee un alto
estándar ético y está acostumbrado a altos grados de confidencialidad, no tendría
ninguna reserva en firmar este tipo de acuerdo, si eso le permite al cliente hablar más
abiertamente y en un estado más relajado y de mayor confianza.
Es importante que se provea una idea general del esquema o modelo de trabajo a
utilizar por parte del consultor, incluyendo su estilo de trabajo, si va a formar equipos
con personal interno, los horarios de trabajo propuestos, la frecuencia de contactos, etc.
Más importante aún: asegúrese de que los entregables están claramente enumerados y
descritos. No se sienta conforme ni tranquilo hasta tanto no pueda contestarse la
pregunta: qué voy a recibir a cambio y cómo eso me impacta positivamente. En otras
palabras, cuáles serán los productos del proyecto y los resultados de ponerlos en
práctica.
De un buen consultor, usted debe esperar también una lista clara de requisitos a cumplir
por parte del cliente: tiempo a dedicar, recursos físicos y tecnológicos, disponibilidad de
parte de su personal, requerimientos de apoyo visible de parte de la gerencia, etc.
Asimismo, asegúrese de que se le suministra un cronograma explícito – aunque sea
tentativo – y un esquema de inversión explícito y simple, junto a una lista de referencias
– clientes donde el consultor haya desarrollado proyectos de un nivel de complejidad o
dificultad igual o superior al suyo.
Una propuesta de calidad debe incluir, además, los puntos de verificación de avances
entre el consultor y la gerencia.
Ante todo, estudie las propuestas entregadas a usted. Verifique que el consultor haya
expresado claramente su comprensión de la situación, y que las soluciones propuestas –
o el esquema de trabajo para llegar a las soluciones – tiene sentido.
Carlos J. Yunén B. - Centro Gerencial META 6
ARTÍCULO - CONSULTORÍA GERENCIAL - QUE ES, QUE ESPERAR Y COMO APROVECHARLA.pages
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Favorezca consultores o firmas que le den participación activa a su personal en su
metodología, ya que de esta forma les estará transfiriendo conocimiento y destrezas, las
cuales se quedarán en su empresa una vez finalizada la consultoría. Adicionalmente,
verifique el consultor o firma asegura que le acompañará durante el proceso de
implementación de las soluciones (aunque la implementación misma la debe hacer el
personal y la gerencia de la Empresa) a través de un equipo interno formado para esos
fines.
Por otra parte, haga uso de las referencias que el consultor le proveyó en la propuesta.
En este sentido, asegúrese de verificar al menos 3 de esas referencias... y pregunte por
el nombre específico del consultor que va a trabajar con usted, no por la empresa o
marca. Cuestione acerca de aspectos tales como:
o Tiempo que duró el proyecto
o Resultados obtenidos
o Capacidad de cumplimiento de promesas
o Habilidades técnicas y administrativas
o Habilidades de trato y comunicación
o Satisfacción en general
o Cómo fue la relación durante el proyecto
o Si la relación se mantiene, aunque no le esté desarrollando ningún proyecto en la
actualidad
o Si lo contrataría otra vez
o Para qué lo contrataría y para qué no lo contraría
Es crucial el apoyo de la gerencia al proceso de consultoría; este apoyo debe ser activo y
visible; no es un asunto de decirlo... es asunto de dedicarle el tiempo necesario,
sacrificar tiempo de su tiempo, dar seguimiento y, mucho más importante, que su
personal vea muy claramente que usted, más que nadie, está empeñado en que el
proyecto sea un éxito; su personal debe estar convencido de que usted, más que nadie,
confía en el consultor y le apoya de manera activa.
Recuerde: lo que usted hace habla más fuerte que lo que usted dice.
Para comprobar el desarrollo del proyecto, efectúe al menos una reunión formal cada
dos o tres semanas, donde usted y el consultor se pongan al día con respecto de los
avances, dificultades, requerimientos, etc. del proyecto. Hágalo en privado y en estricta
confidencialidad. Esto puede hacerse, incluso, fuera de la empresa, en un almuerzo, por
ejemplo. Así, la conversación será más relajada y sufrirá menos interrupciones.
Por otra parte, usted debe exigir y esperar el total involucramiento y el compromiso del
consultor, pero no con el desarrollo y la implementación de las soluciones, sino con el
proceso para llegar a ellas. El consultor no puede ser un ejecutor o “hacedor”, ya que
perdería su perspectiva objetiva y desinteresada ante las situaciones de su empresa y
sus soluciones.
Si, como es natural en este tipo de procesos, surgieran diferencias entre el consultor y
usted, éstas deben ser limadas en privado, no delante de los empleados.
Algunas Conclusiones:
La consultoría gerencial es una excelente herramienta para el desarrollo de su negocio;
en la actualidad, ha experimentado un desarrollo evidente en la República Dominicana,
pero aún se encuentra en pañales y existen innumerables oportunidades de desarrollo y
aprovechamiento de esta disciplina.
El éxito de una consultoría se inicia con la elección del consultor. Para ello, se requiere
un proceso de acercamiento y evaluación cuidadoso y detallado. La propuesta del
consultor es vital para verificar su comprensión de la situación, la adecuación de las
soluciones o estilos de trabajo propuesto, la lógica de sus métodos, y sus conocimientos
y experiencias pasadas. La verificación de referencias es clave.
La relación con el consultor debe ser abierta y franca, con una alta participación y total
respaldo – en la acción más que en las palabras – de parte del cliente. Además, es
saludable mantener el canal de comunicación consultor-gerencia siempre abierto, incluso
a través de reuniones y encuentros informales.