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Lunes, 19-01-09
En las tiendas de la madrileña calle de Fuencarral, lo más «trendy», la moda que arrasa
en estos días, es la «kefiya» o pañuelo palestino que abriga en los rigores invernales las
gargantas de unos muchachos solidarios con Gaza y con las últimas tendencias en boga.
Esos mismos chicos, con su deshinibido estilo de vida, su música rompedora, sus
botellones, su barroca peripecia erótico-sentimental y su irreverencia provocarían un
pasmo a una sociedad árabe profundamente conservadora.
Si la muchachita que viaja frente a mí en el metro con su «kefiya», minifalda y ceñidos
leotardos, se presentase tal y como la veo ante un barbudo de Hamás, a éste le darían los
siete males y difícil que se repusiera del susto.
Insólita es la identificación de la izquierda y de la joven modernidad con una sociedad
árabe patriarcal, de sagrados valores familiares, obsesionada con el decoro en las
costumbres, devota y de lo más tradicionalista.
A algunos de nuestros conservadores, en cambio, les produce urticaria el mundo árabe,
pese a que, en el fondo y en la superficie, comparten más valores de lo que unos y otros
creen. Esos mismos guardianes de la ortodoxia han convertido a Israel en icono de la
derecha española, pese a que en sus orígenes el Estado hebreo tuvo señas de identidad
socialistas y a que la historia de la izquierda de la era moderna cuenta con una amplia
genealogía judía, desde Carlos Marx a la plana mayor bolchevique, Marcuse, Adorno y
los apóstoles de Mayo del 68 Daniel Cohn Bendit, Allen Ginsberg y Abbie Hoffman.
Dicho sea sin ánimo de molestar. Algunos de esos izquierdistas fueron profundamente
antipáticos; otros, respetables o estimulantes pensadores.
Lo que llama la atención es la fuerza de los arquetipos en el conflicto palestino-israelí.
Palabras mayores como holocausto, antisemitismo o genocidio monopolizando el
análisis de los hechos. Adscripciones incondicionales y fobias irracionales. Fantasmas
del pasado, muertos paseados en procesión y memorias y rencores de difuntos
apoderándose del discurso de los vivos. Arquetipos, mitos, abstracciones en un conflicto
interminable que, en la dura realidad, se escribe día a día con sangre que nada tiene de
abstracción.
Hay que recordar que Al-Andalus no es solo Andalucía, abarca hasta
Barcelona, Navarra, León, Astorga…
Vamos, que para estos primos solo Asturias es España y el resto
“Territorios Ocupados”
Recomiendo ver la película “EL CID”
Salu2
Sergio
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El brazo juvenil de Hamas pide la vuelta
de Al-Andalus «a manos de los
musulmanes»
D. MARTÍNEZ
MADRID
Lunes, 13 de febrero de 2006
Ideal digital
http://www.ideal.es/jaen/pg060213/prensa/noticias/Local_Granada/200602/13/CO
S-GRA-105.html
El brazo juvenil de Hamas reclama que «Al-Andalus», al que llama
«paraíso perdido», vuelva a manos de los musulmanes.
Hamas cuenta con una fracción juvenil llamada «Al Fateh» -«El
Conquistador»- que dispone de un órgano de expresión dirigido a los
«jóvenes constructores del futuro». Pues bien, esta publicación, en su
número del pasado 15 de diciembre, incluye un escrito sobre 'Al Andalus',
territorio que obsesiona a los islamistas radicales por cuanto supone para
ellos el punto de inflexión histórico a partir del cual se produce la
decadencia del mundo islámico y el inicio de una «intolerable humillación por
parte de Occidente hacia el Islam». Osama Bin Laden no dejó lugar a la
menor duda cuando, en uno de los comunicados tras el 11-S, manifestó
textualmente: «No podemos permitir que en Palestina ocurra lo mismo que
en Al Andalus».
«El año 216 me atacaron y me quemaron la mezquita pero mis hijos les
vencieron después al norte, en Toledo , con sus valientes fuerzas. El año
484 estuvimos mi hermana Córdoba y yo en manos de los Almorávides. El año
549 terminó la época de los Almorávides y comenzó la época de los
Almohades, que me convirtieron en la capital de Al-Andalus. En el mes de
Chaaban del año 646 me cercaron las fuerzas de Fernando III pero no
pudieron conquistarme antes de un año y cinco meses gracias a mis murallas
y mis fortalezas. Con eso terminó la edad dorada de los musulmanes que me
perdieron, pero allí quedaron las huellas de su civilización como testigo de la
avanzada cultura musulmana en mi tierra. Entre mis famosos se encuentran
Ibn Ruchd Al Fakih, Ibn Al Arabe Al Muhaddess, y el juez Ayyad Ibn Musa,
y Abu Bakú Ben Khair. Os ruego, queridos míos, que me llaméis para volver
con las demás ciudades del paraíso perdido (Al-Andalus) a las manos de los
musulmanes, para que reine la felicidad en mi tierra y me visitéis, ya que soy
la novia de la tierra Al-Andalus».
El vídeo de Leganés
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