Sunteți pe pagina 1din 3

Cuento versus novela

Daniel Herrera Cepero*


Un cuento es una imagen que razona.
Gaston Bachelard

Tomando como base el ensayo del escritor argentino Julio Cortázar “Algunos aspectos del cuento”
(originalmente publicado en Diez años de la revista “Casa de las Américas”, nº 60, julio 1970, La Habana)
y cotejando éste con otros textos de otros autores, vamos a trazar aquí unas líneas generales que nos sirvan
de acercamiento reflexivo hacia el debate que nos ocupa: ¿Qué diferencia al cuento de la novela?

Desde la aparición de las narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe y los relatos de Kafka, pasando por
el impulso dado por el boom latinoamericano, hemos llegado a un punto en que el interés por el cuento no ha
dejado de subir. En 1970 Julio Cortázar afirmaba que “casi todos los países americanos de lengua española le
están dando al cuento una importancia excepcional que jamás había tenido en otros países latinos como
Francia o España” (Cortázar, 1970). En aquel momento Cortázar ignoraba aún de qué manera Europa
recogería su herencia y la de muchos escritores americanos. Hoy en día, y no sólo en España, cada vez hay
más jóvenes que se interesan por este género y lo practican, cada vez hay más talleres de escritura orientados
al relato, más reuniones literarias cuyo centro de creación común es el mismo, más y más concursos de
cuento. La novela no se ha visto afectada por esta abrupta fiebre de popularidad del cuento, de manera que
ambos géneros narrativos conviven en el plano creativo. Es en otro plano, el de las ediciones y las ventas,
donde al cuento todavía le queda mucho por conquistar; de momento, tal y como explica Félix J. Palma
(Lanzas, 2002) el lector de relatos vendría a ser una “rara avis” perteneciente a una minoría suficientemente
educada para disfrutar de ellos y que además no deja dinero a la industria editorial. Quizás sea un poco
aventurado decir esto, pues, como apunta Roland Barthes, “innumerables son los relatos del mundo”, pero,
dado que existen diferentes tipos de cuentos para todo tipo de lector, esto no parece ser el problema. Se
acercaría más Fernando Iwasaki, periodista y director de la revista Renacimiento, que aporta una reflexión
clave: “lo que no hay es un marketing del cuento. ¿O es que de verdad la gente quiere leer las biografías de
Arzallus, Pitita Ridruejo y el juez Garzón?”. (Ibíd.)

A colación de esta reflexión de Iwasaki, uno podría seguir reflexionando de manera que el problema seguiría
ampliándose y unificándose simultáneamente hasta llegar a plantearnos la propia base de la sociedad de
consumo, incluso de la democracia. No es este el tema que nos ocupa ahora.

Julio Cortázar hizo una propuesta a la hora de diferenciar el cuento de la novela. En “Algunos aspectos del
cuento”, trató de definir el éste comparándolo con la novela y ambos a su vez en analogía con la fotografía y
las películas de cine respectivamente. Estas declaraciones del escritor argentino son muy interesantes, y
también es muy fácil cometer con ellas ciertas injusticias al sacarlas de contexto. Es necesario realizar un
análisis riguroso diciendo en qué aspectos del cuento, la novela, la fotografía y el cine se fija Cortázar para
compararlos. En primer lugar, la limitación física:

La novela y el cuento se dejan comparar analógicamente con el cine y la fotografía, en la medida en que una
película es en principio un “orden abierto”, novelesco, mientras que una fotografía lograda presupone una
ceñida limitación previa, impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en
que el fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación. (Cortázar, 1970; el subrayado es mío)

Vemos que, según Cortázar, el cuento y la fotografía parten de la premisa de la limitación, y de la utilización
estética de esa limitación. No se compara la clase, sino el hecho de la limitación. Es cierto que, por ejemplo,
el cortometraje, que también parte de estas premisas limitativas, se ajustaría más a lo que es el cuento, pero
por lo general el cortometraje suele ser una película de bajo presupuesto, con pocos medios; ¿cuántos
directores de cine consagrados han dedicado su creatividad a este subgénero? En cambio, ejemplos como los
de Cortázar, Borges y muchos otros, nos muestran la evidencia de que el cuento es un género válido en sí
mismo, y no un campo de pruebas para futuros novelistas, al igual que los buenos fotógrafos no suelen
dedicarse a otras artes. Quizás otros géneros de las artes visuales se acerquen más al cuento; el video-art, por
ejemplo. En cualquier caso la fotografía parece estar lo suficientemente cerca como para dar por buena la
1 En inglés, novel, novela realista por oposición a romance, novela de aventuras más o menos fantásticas.

* Daniel Herrera Cepero (dherrera1977@yahoo.es) es escritor y teórico de la literatura. Ha escrito tres libros de poesía,
una obra de teatro y el libro de relatos Dehechos reales (2003). Desde el 2001 organiza "Sesión de Cuentos", una reunión
mensual de escritores y creadores que votan un tema cada mes. Luego se reúnen en un café de Madrid para leer,
representar, cantar y mostrar las salidas creativas que cada uno se inventa en torno al tema propuesto. Para más
información véase www.sesiondecuentos.blogspot.com.

S-ar putea să vă placă și