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Cendoj: 08019510112008100001
Organo: -
Sede: Barcelona
Sección: 11
Tipo de Resolución: Sentencia
Nº Recurso: 140/2008
JUZGADO DE LO PENAL N. 11
CUARTA PLANTA
BARCELONA
de los Tribunales Ana Boldú Mayor y defendido por el letrado J. Nerón Pueyo, ejercía
la acusación particular Plácido, representado por el Procurador de los Tribunales
Carmen Fuentes Millán y defendido por el letrado Fermín Morales Prats y el Ministerio
Fiscal en la representación que la ley le otorga. La presente resolución se basa en los
siguientes hechos
ANTECEDENTES DE HECHO
Igualmente, como fuere que los hechos descritos en la conclusión primera afectan a
datos de carácter personal especialmente protegidos, como los atinentes a la salud y
vida sexual de las personas, concurre también el tipo agravado previsto en el artículo
197.5 CP.
B.- Por último, los hechos descritos en la letra b) del apartado primero (relato fáctico)
del presente escrito de conclusiones provisionales son constitutivos de amenazas no
condicionales, tipificadas en el artículo 169.2 CP.
CUARTO. El 9 de julio de 2008 se celebró el juicio oral como consta en el acta, tras
la práctica de la prueba el Ministerio Fiscal elevó sus conclusiones a definitivas, la
acusación particular suprimió e la primera los hechos relatados en el apartado b, en la
segunda retiró la acusación por el delito de amenazas y formuló una calificación
alternativa considerando que los hechos eran constitutivos de un delito de del art
193.3.2 y solicitó que se le impusiera la pena de 3 años de prisión elevando el resto a
definitivas, la defensa elevó sus conclusiones a definitivas, quedando los autos vistos
para sentencia.
HECHOS PROBADOS
Tras ello, con la intención de propagar su contenido en perjuicio del Sr Plácido, los
hizo llegar entre los meses de octubre y diciembre de 2006 a Marí Trini, su cuñada
FUNDAMENTOS DE DERECHO
SEGUNDO. En cuanto a quien accedio al correo del sr. Plácido entre las posibles
personas que podían tener acceso a dicha información estaban el acusado y Regina.
El acusado negó haber visto los correos que obran en el documento número 4 de la
querella y también haber enviado dichos emails a nadie. Explicó que, en esa época,
Regina trabajaba con ellos en Pisco 68, SL contratada por el señor Plácido.
Para determinar quien pudo imprimir dichos correos debe ponerse especial atención
a la fecha de impresión que obra en los mismos, en el documento cuatro, se observa
que los correos se imprimieron el día 2/10/06, fecha en la que el S. Plácido ya no
trabajaba en Pisco 68 y según manifestó el Sr. Plácido y el Sr. Braulio desde el mes de
junio dichos correos habían sido borrados del ordenador del Sr. Plácido. En cuanto a
quién podía tener acceso a su ordenador explicó que en su ordenador no había una
contraseña especial, que en la empresa conocían dicha contraseña porqué el viajaba
mucho y a veces les pedía que le consultaran el correo y que había una única
contraseña para acceder al ordenador. En cuanto a quienes podían acceder a su
ordenador señaló a Regina, una chica que acababa de trabajar, Carla, el señor
Constantino y el señor Braulio.
Por ello se debatió en el acto de juicio si el acusado había instalado algún programa
informático que permitía recuperar correos que habían sido borrados, o bien un
programa que permitiera grabar conversaciones escritas del Messenger, tipo
Messenger Log Gold; extremo que negó el acusado.
Regina explicó que trabajaba en la empresa y que el Sr. Braulio trabajaba como
informático de una empresa y venía como informático externo. Regina explicó que
trabajaba en su ordenador, que servía de servidor y tenía nombre de Regina. El
acusado sí ordenó que se borraran los messengers de los ordenadores y al exhibirle
los primeros folios de la documental n° 3 de la querella afirmó que dichos documentos
se habían impreso en los ordenadores de Pisto, 68, S.L Afirmó que hubo un cambio de
sistema informático para cambiar el servidor. Regina accedía al ordenador de señor
Plácido desde su ordenador y no hacía falta contraseña. Regina desde su ordenador
podía imprimir documentos del ordenador de querellante si bien dijo que desde su
ordenador nunca entró al ordenador del Sr. Plácido si bien lo podía utilizar cualquier
persona.
El informe pericial obrante en autos, folios 125 a 131, concluye que los peritos no
pudieron determinar en qué ordenador se instalaron los programas Messenger Log
Gold o similares a los que antes se ha hecho referencia.
TERCERO. El art. 197.1 del Código Penal tipifica la conducta de quien, "...para
descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se
apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros
documentos o efectos personales...".
derecho penal está justificada por la especial insidiosidad del medio empleado que
penetra en los espacios reservados de la persona, de ahí la intensa ofensividad para
el bien jurídico tutelado, que se atenúa cuando se produce en lugares públicos, aún
sin consentimiento del titular del derecho, que en línea de principio debe generar una
respuesta extrapenal.
En relación con el subtipo agravado del 1º inciso del apartado 3º (revelación, difusión
o cesión a terceros), que es aplicable a todos los tipos básicos anteriores, debemos
señalar que tiene su fundamento en que dichas acciones suponen incrementar la
vulneración de la intimidad del sujeto pasivo. También debemos subrayar que el
legislador equipara difusión, revelación y cesión a terceros, aún cuando la primera
suponga una mayor publicidad. El apartado 5o del precepto incluye otro supuesto
agravado cuyo fundamento tiene por objeto la especial protección de lo que se
denomina el núcleo duro del derecho a la intimidad, además de los casos en que la
víctima fuere un menor de edad o un incapaz, que exaspera la pena que resulte de la
aplicación de los preceptos anteriores, imponiéndola en su mitad superior. Las SSTS
872/01 ( RJ 2001, 2719) y 694/03 (RJ 2003, 4359) se han ocupado también de definir
el alcance de este precepto.
Como señala la STC 70/02 ( RTC 2002, 70) es doctrina constitucional reiterada que
el derecho a la intimidad personal garantizado por el artículo 18.1 CE, en cuanto
derivación de la dignidad de la persona reconocida en el artículo 10.1 CE, implica "la
existencia de un ámbito propio y reservado frente a la acción y el conocimiento de los
demás, necesario, según las pautas de nuestra cultura para mantener una calidad
mínima de la vida humana», con cita de las SSTC precedentes, y ello así sucede
cuando se trata de actos, por mucho que se compartan, comprendidos en la protección
constitucional de la intimidad, como es el caso.
Por todo lo expuesto poco importa el contenido de los mensajes, debiendo descartar
la teoría de la defensa conforme que sólo un 2% afectaba ala intimidad, dado que la
intimidad se vulnera por el hecho de acceder al correo electrónico de una persona con
independencia de cual sea el contenido que tenga en el mismo, puesto que sino esto
llevaría al absurdo de que si una persona en sus correos electrónicos sólo los dedica
a temas laborales, por ejemplo, el acceso inconsentido al mismo nunca podría ser
subsumirse en este delito, el delito no lo constituye el resultado de la información que
obtengo sino el modo en que accedo a dicha información; no obstante ello, en el casi
de autos no existe prueba de cargo suficiente para imputar dicha acción ni como autor
mediato ni como autor inmediato al acusado, motivo por el cual debe absolverse al
acusado del tipo penal básico del art 197.1 del CP.
En cuanto a la entrega de los correos a familiares del Sr. Plácido, el acusado negó
los hechos. Confirmó que su número de móvil era el NUM000, si bien su versión
quedó desacreditada por las declaraciones del Sr. Plácido y de su cuñada. El Sr.
Plácido previa exhibición del folio 20, explicó que dicho documento era el que
encabezaba el conjunto de mensajes que le dieron a su hermano Carlos José y afirmó
que la letra manuscrita que obraba en el mismo era del señor Constantino. Concretó
que podía hacer dicha afirmación dado que habían trabajado juntos mucho tiempo y le
reconocía la letra. La entrega de documentos que obran en el documento 4 se hizo en
dos ocasiones. La primera, en octubre de 2006 a su cuñada, quien, junto con su
hermano, regentan un kiosco, le dijeron que el acusado les había dado toda esta
documentación; unos días más tarde le llamó su hermano y le dijo que Constantino le
había llamado a ver si ha leído toda la documentación y si había visto el tipo de
persona que era el Sr. Plácido. En noviembre de 2006 hubo una nueva entrega de
este tipo de documentos en el kiosco de su hermano.
En el acto de juicio Marí Trini, cuñada de Plácido, narró como el acusado le entregó
una serie de documentación sobre contenido personales del señor Plácido, en
concreto los documentos n° 3 y ss acompañados con escrito de querella, en dos
ocasiones; la primera en octubre de 2006 el acusado al tiempo que le dio dichos
documentos le dijo: "toma y os enteráis de lo que hace vuestro cuñado en horas de
trabajo"; y en la segunda entrega, en noviembre de 2006, le dio los documentos con
una goma y en una hoja grande ponía Gregorio. La testigo explicó que el acusado tenía
pleno conocimiento del contenido de los documentos.
Carlos José, hermano del querellante, tras exhibirle los documentos anexos a la
querella, explicó como su mujer le dijo que el acusado fue al kiosco y dio una serie de
documentos que eran de su hermano. Uno de los bloques iban cono una goma y
venían con un papel que ponía Carlos José. Días después de las dos entregas el
acusado le llamó para ver si había visto el material que le había entregado. Y le volvió
a llamar después que su hermano hubiera interpuesto la querella y le recriminó que le
hubiera dado la documentación a su hermano, sin bien él no estuvo presente en
ninguna de las dos entregas. La llamada supo que era del es la del acusado porque le
conozco la voz y correspondía al número que yo tenía guardado el acusado.
Beatriz, ex mujer del querellante, narró que Julia le enseñó un dossier y que lo único
que vio fue foto de alguien y no quise verlos, si bien no le dijo quien se los había
remitido, motivo por el cual sólo queda acreditado que el acusado entregara los
documentos al hermano y la cuñada del Sr. Plácido: por ello las otras entregas no ha
quedado acreditado que la realizara el acusado, la primera porque la Julia no
compareció al acto de juicio para manifestar quien le entregó el dossier y en cuanto a
los sobres que se remitieron a Castropol no ha quedado acreditado quien los envió, y la
prueba indiciaria obrante en autos es insuficiente para enervar la presunción de
inocencia, dado que una vez que se fotocopiaron dichos documentos y se pusieron en
circulación existen dudas respecto a quien las pudo enviar.
Por todo ello, considero que los hechos son constitutivos de un delito de
descubrimiento y revelación de secretos del art 197.3.2 del CP, dado que una vez tuvo
en su poder los email que pertenecían al Sr. Plácido se los entregó a su cuñada con el
ánimo de desvelar dicha información.
El art 197.5 impone en su mitad superior las penas previstas en los arts. 197.1 y
197.3.1 cuando los hechos descritos en los mismos afecten a datos de carácter
personal que revelen la vida sexual. Se trata de un tipo agravado aplicable tanto al tipo
básico del art. 197.1 como al ya agravado del art. 197.3.1; y refuerza la protección de
un secreto de naturaleza especialmente sensible por venir referido a uno de los
aspectos que constituyen el núcleo duro de la privacidad, lo cual hace más grave el
ataque al bien jurídico intimidad, sin que sea necesaria que dicha visa sexual sea
secreta. De hecho en varios de dicho mensajes se hace referencia expresa a las
dudas de pareja, a sentimientos y a temores, aspectos todos ellos que configuran la
relación sentimental en sentido estricto; conversaciones íntimas que por más conocida
que sea la relación el entorno desconoce por completo, produciéndose la vulneración
a la intimidad de la vida sexual, cuando se desvela como se enfocaba dicha visa
sexual y las intimidades de cada uno, la intimidad no queda desvelada por el hecho de
que se supiera dicha relación, hecho que era conocidos por todos, sino por el hecho
que se diera conocimiento del contenido de las conversaciones íntimas que
mantenían.
SEXTO. De dichos hechos es autor el acusado, a tenor de los art 27 y 28 del CP, y
de acuerdo con el art 147.3, 147.5, 66 y 56 del CP procede imponer al acusado la
pena en el límite mínimo de la mitad superior, lo que supone la pena de 2 años y dos
meses de prisión y multa de 18 meses. Asimismo y en relación a la fijación de la
cuantía de la cuota diaria, tomando en consideración los criterios establecidos en los
art 50.5 y 52.1 del CP, dado que el importe puede oscilar de 2 a 400 euros, debiendo
fijarse teniendo en cuenta para ello exclusivamente la situación económica del reo, se
señala la cuantía en seis euros y la inhabilitación para el ejercicio del derecho de
sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.
OCTAVO. El artículo 109 del texto punitivo ( RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777)
determinan que toda persona responsable de un delito o falta debe reparar conforme
a las Leyes los daños y perjuicios causados por lo que de conformidad con lo dispuesto
en los artículos 116 y siguientes del mismo texto legal, en el caso de autos no ha
quedado acreditado que la vida del Sr. Plácido se haya visto alterada o modificada por
el hecho que los familiares tuvieran conocimiento de dichos correos, dado que
conocían la relación y el Sr. Plácido sólo hizo referencia a cómo afectaron dichos
correos cuando los vio su ex esposa y la persona que en ese momento era su pareja,
sin que se haya acreditado en el caso de autos que la persona que dio dichos correos a
dichas personas fuera el acusado, motivo por el cual no procede estimar la petición de
responsabilidad civil solicitada por el Ministerio Fiscal, si bien si que considero que
toda vulneración de la intimidad de una persona produce un desasosiego e
intranquilidad de la que debe resarcirse. Por ello, por el desasosiego e intranquilidad
que le causó al Sr. Plácido que se tuviera conocimiento de dichos correos fijo la
responsabilidad civil en 4.000 euros por los daños morales ocasionados.
FALLO
Constantino deberá indemnizar al Sr. Plácido en la cantidad de 4.000 euros por los
perjuicios ocasionados, con los intereses del art 576 de la LEC