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TRASCENDENTAL DE KANT.
INTRODUCCIÓN: LA ILUSTRACIÓN.
Procedente directamente del racionalismo del siglo XVII y del auge alcanzado por la
Ciencia de la Naturaleza, la época de la Ilustración ve en el conocimiento de la Naturaleza y
en su dominio efectivo la tarea fundamental del Hombre.
A/ LA ACTITUD CRÍTICA:
B/ EL RACIONALISMO ILUSTRADO:
La ilustración puede ser vista como un movimiento cultural (el de las revoluciones
liberales burguesas) y, a la vez, como el hecho por el cual el hombre sale de la minoría de
edad (incapacidad de servirse del propio entendimiento sin la dirección de otro). Uno mismo
es el culpable de esa minoría de edad, cuando la causa de ella no yace en un defecto del
entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él.
Es crítica contra:
2. La tradición, entendida como la carga que presiona y se soporta sin otra razón
que el ser pasado, no permitiendo su reapropiación racional y libre (no contra la
historia y el pasado sin más).
Lo importante es que los grandes temas teológicos son traspuestos a otro orden y
reinterpretados:
ANTES AHORA
• TEOCENTRISMO • FISIOCENTRISMO
(NATURALEZA)
• PROVIDENCIA • FE EN EL PROGRESO
CONTINUO Y SIN LÍMITES DE
LA RAZÓN Y LA HUMANIDAD.
• OBJETIVO: • OBJETIVO:
El conocimiento del mundo sufre una profunda modificación durante este período que
sólo puede entenderse desde la influencia e importancia que adquiere el sistema newtoniano.
1. Principio de regularidad: "natura nihil agit frustra" (la naturaleza no hace nada en
vano).
4. Principio de mínimo esfuerzo: "natura agit semper per vias simplices" (la
naturaleza actúa siempre por el camino más fácil). Principio formulado por
Maupertuis.
La secularización que tiene lugar en este período no es antirreligiosa sino que sigue
reconociendo lo divino, e interpretando la religión a su manera. Para comprender esto hemos
de tener en cuenta dos cosas:
a) La situación en que surge la reflexión ilustrada, que está configurada por los
siguientes factores:
La Reforma planteaba:
El Renacimiento planteó:
- la autosuficiencia de la Razón.
- que el hombre puede salvarse a sí mismo.
La religión natural estará, pues, en contra de los milagros y de las profecías, en contra
de los ritos y de los dogmas. RELIGIÓN = MORAL
• El teísmo afirma:
• El deísmo afirma:
Contra este casi excesivo optimismo en el progreso, se levante la dura realidad del
mal, que venía también a poner en entredicho la bondad y providencia de Dios. El deísmo
intentó solucionar la responsabilidad de Dios con respecto al mal. De otra parte el naturalismo
de la razón y la bondad de la naturaleza humana (en oposición a aquella idea acerca del
hombre como una naturaleza caída y acerca del pecado original) hacen difícil la explicación
del mal, como innecesaria la gracia divina, pues es el mismo hombre, y no Dios, quien ha de
proporcionarse la salvación, y no en un más allá, sino en el más acá de la sociedad y de la
historia, en consonancia con el espíritu secular.
El filósofo ilustrado que quizás haya pensado más a fondo estos temas sea Rousseau.
Según Rousseau el hombre nace libre, pero por todas partes se encuentra
encadenado. No se trata de rechazar la sociedad y la cultura como malas sino de criticar la
estructuración que de hecho tiene en su actualidad la sociedad.
En el estado natural el hombre sería bueno, feliz, independiente y libre, y guiado por el
sano amor de sí.
En el estado social actual el hombre se hace malo, está movido por el amor propio o
insaciable egoísmo, es un hombre artificial, y rige en él la injusticia, la opresión y la falta de
libertad.
Para Rousseau, como para Hobbes, el hombre en estado natural no es social (se da
una prioridad del individuo sobre la comunidad). Por el contrato el hombre constituye la
sociedad, pero no debe ser un contrato alienante, como en el planteamiento de Hobbes, sino
una forma de asociación por la que cada uno, uniéndose a todos, no obedezca más que a sí
mismo, y permanezca libre. En el contrato social se pasa de una libertad natural a una libertad
civil y política. Se da una querida y libre alienación. Los hombres no se someten sino a la ley
que ellos mismos se han dado. Así se forma una sociedad perfecta cuya expresión y principio
rector es la voluntad general.
INTRODUCCIÓN
a) Fundar en ella:
a. el quehacer científico.
b. la acción moral.
c. la ordenación de la sociedad.
d. el proyecto histórico en que la sociedad se realiza.
b) Resolver los antagonismos entre las interpretaciones que sobre ella hay:
a. Dogmatismo racionalista.
Pretensión de que la sola razón, al margen de la experiencia y de lo dado, funda
un discurso que interpreta la estructura y sentido de la totalidad de lo real.
b. El empirismo (positivismo).
Cuya expresión última es el escepticismo, como intento de reducir el pensamiento
a lo dado, con la consiguiente derrota de la razón.
c. El irracionalismo.
Hipervaloración del sentimiento y de la fe mística. Equivale a una negación de la
razón.
La filosofía pretende:
A/ Establecer los principios y límites desde los cuales y dentro de los cuales es posible
un conocimiento científico de la Naturaleza. = ¿Qué puedo conocer? = METAFÍSICA.
Esta tarea la lleva a cabo en la Crítica de la Razón Pura (Kritik Der Reinen Vernunft).
Conclusiones:
Deficiencias de la metafísica:
Basta observar qué tipo de juicios utiliza la ciencia e investigar las condiciones que las hacen
posibles.
EN HUME:
EN KANT:
Para que la ciencia sea lo que pretende (Saber universal y necesario sobre los hechos) sus
juicios principales tienen que ser juicios sintéticos a priori. Sólo es posible la ciencia si es
posible formular juicios de este tipo.
Los principios fundamentales de la ciencia son de este tipo (matemáticas y física) [por
ejemplo, la causalidad –en esto se opone a Hume-].
La Crítica de la Razón Pura (Kritik der Reinen Vernunft = KRV) tiene tres partes:
a) Estética trascendental.
Estudia las condiciones sensibles del conocimiento, a la vez que muestra cuáles son
las condiciones que hacen posible que en las matemáticas existan juicios sintéticos a
priori.
b) Analítica trascendental.
Estudia el entendimiento y muestra las condiciones que hacen posible que haya juicios
sintéticos a priori en la Física.
c) Dialéctica trascendental.
Estudia la Razón. Se ocupa del problema de la posibilidad de la Metafísica como
ciencia.
a) LA ESTÉTICA TRASCENDENTAL.
De la De la De la De la
cantidad cualidad relación modalidad
Ninguna de las fórmulas empleadas por dicha ciencia puede ser extraída de la
realidad (no encontraremos en la naturaleza ninguna fórmula por simple que
sea; en todo caso encontraremos movimientos o cambios que se manifiestan
en nuestra sensibilidad pero que no por ello cumplen las condiciones de
objetividad).
Esta aplicación sólo se lleva a cabo cuando existe un sujeto que es capaz de
decir yo pienso, yo conozco. Se trata de un sujeto que no pertenece a la
sensibilidad, no es un yo empírico, no se trata del sujeto concreto individual,
ya que el hombre, en ese sentido, es uno más de los fenómenos del mundo
sensible. Se trata de un yo trascendental, es la condición última de
posibilidad de todo conocimiento. Su función consiste en unificar todos los
datos que provienen de la sensibilidad y del entendimiento para construir un
mundo de objetos.
1. - LA RAZÓN.
La Razón unifica los conocimientos del entendimiento (al igual que éste unifica la
pluralidad de fenómenos). La razón pretende unificar todos los conocimientos y acciones
humanas en una totalidad mediante la dirección del entendimiento. Esta función la realiza a
partir de su forma misma a la que acompaña un dinamismo propio que se manifiesta en un
doble uso: lógico y puro.
El uso lógico de la razón lleva a una unificación de los conocimientos por medio de la
deducción. Se construyen cadenas de razonamientos que van buscando lo más universal e
incondicionado.
Junto a este uso lógico, hay también un uso puro de la razón, que ha de estar basado
en los conceptos a priori. Mediante éstos podemos concebir al igual que los del entendimiento
sirven para entender. En ellos ha de encontrarse o expresarse lo incondicionado, es decir, la
unidad suprema que pretende alcanzar la razón. Son conceptos que se refieren a algo en lo
que está comprendida toda la experiencia, pero sin ser nunca objeto de experiencia: lo
incondicionado.
"Entiendo por idea un concepto necesario de razón del que no puede darse en
los sentidos un objeto correspondiente. Los conceptos puros de razón que ahora
consideramos son, pues, ideas trascendentales. Son conceptos de la razón pura,
puesto que contemplan todo conocimiento empírico como determinado por una
absoluta totalidad de condiciones. No son invenciones arbitrarias, sino que vienen
planteadas por la misma naturaleza de la razón y, por ello, se refieren necesariamente a
todo uso del entendimiento. Son, por fin, trascendentales y rebasan el límite de toda
experiencia, en cuyo campo no puede hallarse nunca un objeto que sea adecuado a la
idea trascendental." [I Kant: Crítica de la razón pura, A 327, B 384]
Sin embargo, a pesar de esta carencia de relación con lo empírico, no por ello carecen
de función dentro del conocimiento, pues "aunque tengamos que afirmar que los conceptos
trascendentales son sólo ideas, no debemos considerarlos superfluos ni carentes de valor"
(KRV, A329, B385), sino que "determinarán, de acuerdo con principios, el uso del
entendimiento en la experiencia tomada en su conjunto" (KRV, A321, B378). Esta
determinación se realiza a partir de tres únicas ideas trascendentales, alma, mundo y Dios,
como principios supremos de unificación:
En cuanto que son ideas, no podemos tener de ellas ningún conocimiento, ya que "no
podemos conocer el objeto que corresponda a una idea, aunque sí podemos tener de él un
concepto problemático" (A339, B397).
Como las categorías sólo se pueden usar legítimamente referidas a los fenómenos,
pero no más allá de la experiencia, no es posible tener conocimiento de los objetos de la
Metafísica tradicional, dado que estos no son fenómenos sino cosas en sí, noúmenos, lo
incondicionado.
Por lo tanto la metafísica no es una ciencia sino el resultado del uso de la razón
desligado de la experiencia.
- De la idea de alma como objeto, derivan los paralogismos (A 341, B399), es decir,
falsos silogismos que llevan a afirmar la existencia de un ser pensante como sustancia
espiritual (alma) de cuyo estudio, propiedades y relaciones con el cuerpo, se encarga la
psicología racional como disciplina metafísica.
- Si se toma la idea de mundo como objeto, nos encontramos con las antinomias (A
406, B 432), es decir, la posibilidad de emitir dos juicios dogmáticos contrarios para explicar un
aspecto de la naturaleza (causalidad/libertad, unidad/pluralidad, finitud/infinitud, ser
necesario/seres contingentes), uno como tesis otro como antítesis, cuando hay razones para
aceptar cualquiera de ambos. Con ellos se pretende establecer una teoría general sobre el
mundo en su totalidad que da lugar a la cosmología como parte de la metafísica.
Razón práctica
LA RAZÓN PRÁCTICA Y EL CONOCIMIENTO El propósito final a que en
definitiva se endereza la
MORAL especulación de la razón en el uso
trascendental, se refiere a tres
En la Crítica de la razón pura —a cuyo estudio hemos objetos: la libertad de la
vo luntad, la inmort alidad del
dedicado el apartado anterior—, Kant hizo un notable alma y la existencia de Dios. El
esfuerzo por explicar cómo es posible el conocimiento de interés especulativo de la
los hechos (éste es posible merced a la conjunción de dos ra zón de los tres, es solamente
muy ex iguo, y s eguramente
elementos: las impresiones sensibles procedentes del sería difícil que en atención a
exterior y ciertas estructuras a priori que el sujeto impone a El
él biense moral
emprendiera un trabajo
tales impresiones, a saber, las formas de espacio-tiempo y Así, pues, el valortrascendental
de investigación moral de la
acción
tan laborioso no reside y que en tiene
el efec to
que
las categorías o conceptos puros) y hasta dónde es que
luc harde ella c on s e inc es pera,
es antes ni
posible el conocimiento de objetos (el conocimiento tampoc
obs táculos, o, por porque c ons
de iguient
todos lose,
objetivo solamente tiene lugar en la aplicación de las en ningún principio
descubrimientos de la
que cupiera
categorías a los fenómenos; las doctrinas metafísicas, al ac
hacer c iónal querespectonec es noitese tomar
puede
sh ua c efundamento
r uso determinante
a lg uno que
aplicar las categorías más allá de los fenómenos, no en ese efectosuesperado.
d e muestre utilidad Pues en
proporcionan conocimiento objetivo). Ahora bien, es obvio todos
concreto,esos efectos en —el
es decir, la
que la actividad racional humana no se limita al agrado
investiga del ción estado propio, o
de la naturaleza.
incluso
Práctic o eles fomento de es la
conocimiento de los objetos. El hombre necesita también felicidad
todo lo que
aje na—
posible por medio pudieron
de la
conocer -cómo ha de obrar, cómo ha de ser su conducta: realizarse
liber tad. por Peromedio sde i otraslas
la razón posee también una función moral, en causas,
c ondic iones y no del hacía falta para
ejercicio de
correspondencia con la segunda de las preguntas que ello
nuestro la voluntad
libre albedrío de un son ser
racional,
empíricas,que la razes ónlo no únicopuede en
proponíamos en el apartado primero: ¿qué debo hacer? donde puede, sin embargo,
tener en es e caso otro uso
encontrarse
que el regulativo el bien supremo y servir y
Esta doble vertiente de la razón —conocimiento de objetos, absoluto.
solamente para Por realizar
tan to, lano otra
unidad
conocimiento moral— puede expresarse por medio de la cosa,
de lassino sóloempíricas,
leyes la representación
como
de
por laejemplo:
ley en sí enmisma
la doctrina—la de cual
la
distinción entre razón teórica y razón práctica. No se trata, desde luegolanouniónse encuentra más
prudencia, de todos
por supuesto, de que en el hombre haya dos razones, sino que
los en finesel serqueracional—,
nos en
son
de que la razón posee dos funciones perfectamente cuanto
propuestos que ellapor y no nues el efecto
tras
diferenciadas. La razón teórica se ocupa de conocer esperado
in c lin ac iones e s , elen fundamento
un o solo: la
determinante de la voluntad,
felicidad, y la concordancia de los
cómo son las cosas, es decir, en el conocimiento de la puede constituir es e bien tan
medios para llegar a ella
naturaleza; la razón práctica, se ocupa no de cómo son las ex c elente que
constituye toda llamamos
la tarea de bien la
cosas, sino de cómo debe ser la conducta humana. A la moral,
razón que, el cenual es tá pres ente
consecuencia, no
ypuede
a en lapropor persona misma
c io na r otque
ras
razón práctica no le corresponde el conocimiento de cómo obra
le y e ssequ gún
e laesa ley, y que no
s pragmáticas dees la
es de hecho la conducta humana, sino el conocimiento de lícito
conducta esperarlibre, de ningún para efecto la
cómo debe ser: no le interesa cuáles son los motivos que de
c onsla ec
acción.
uc ión de los fines que
determinan empírica y psicológicamente a los hombres nos recomiendan los sentidos,
(deseos, sentimientos, egoísmo, etc.), sino cuáles deben ser y, porFundamentación
Kant, lo tanto, no leyes de la puras
completamente
metafísica determinadas
de las costumbres, cap.a
los principios que han de determinarle a obrar si es que su priori. Por lo contrario,
I. Espasa-Calpe, Madrid. leyes
conducta ha de ser racional y, por tanto, moral. Esta prácticas puras, cuyo fin sea
separación entre ambas esferas suele expresarse diciendo: dado completamente por la razón
la ciencia (la razón teórica, dice Kant) se ocupa del ser, y que no estén condicionadas
empíricamente, serían
mientras que la moral (la razón práctica, dice Kant) se productos de la razón pura. Y así
ocupa del deber ser. son las morales y, en consecuencia,
La diferencia entre ambas actividades racionales se solamente ellas pertenecen al
uso práctico de la razón pura y
manifiesta, según Kant, en el modo totalmente distinto en permiten un canon.
que una y otra expresan sus principios o leyes; la razón Kant, Crítica de la razón pura,
teórica, científica, formula juicios («el calor dilata los ed. cit., II, pág. 376.
cuerpos», etc.), mientras que la razón práctica formula
imperativos o mandamientos («no matarás», etc.).
EL FORMALISMO MORAL
- Puesto que todas las éticas materiales son empíricas (y, por tanto, incapaces de
ofrecer principios estrictamente universales), hipotéticas en sus imperativos y
heterónomas.
- Una ética estrictamente universal y racional no puede ser material. Ha de ser, por
tanto, formal.
¿Qué es entonces una ética formal? Las explicaciones ofrecidas en los párrafos precedentes
nos permiten contestar fácilmente a esta pregunta: una ética formal es una ética vacía de
contenido, que no tiene contenido en ninguno de los dos sentidos en que lo tiene la ética
material:
1ª no establece ningún bien o fin que haya de ser perseguido, y, por tanto,
2ª no nos dice lo que hemos de hacer sino cómo debemos actuar, la forma en que
debemos obrar.
b) El deber.
La ética formal no establece, pues, lo que hemos de hacer: se limita a señalar cómo
debemos obrar siempre, trátese de la acción concreta de que se trate. Un hombre actúa
HISTORIA Y RELIGIÓN.
La tercera pregunta kantiana, ¿qué me cabe esperar?, tiene un sentido escatológico. El «qué»
por el que se pregunta y a cuya consecución tiende el hombre constituye el eschaton de las
acciones morales. La religión es la respuesta a esta pregunta.
Pero, ¿se agota el sentido de la pregunta —y de su respuesta— en la mera dimensión religiosa?
Kant ha pensado claramente que no. La consecución del fin cuya realización última y perfecta
se espera de la religión, implica y exige la acción social y política, por medio de la cual, este
fin se realizará a través del tiempo: así la historia viene a representar un momento igualmente
esencial en la respuesta a la pregunta ¿qué me cabe esperar?
7. Todas estas disposiciones, en su conjunto, expresan, por así decir, una estructura
radical, constitutiva del hombre, que se remite a una dualidad de dimensiones, en
consonancia con la primera distinción: la dimensión empírico-sensible del hombre y su
dimensión ético-social. La primera significa al hombre en su dimensión individual,
egoísta, cerrado sobre sí, como una cosa más, entre las cosas. En atención a ella,
puede y debe hablarse de la natural in-sociabilidad del hombre, sin que a este nivel
—que no es susceptible de juicios morales—, la descripción «insociabilidad» tenga
sentido peyorativo alguno. La segunda —dimensión ético-social—, lo significa como
inserto en el reino de los fines y de la moralidad, como perteneciente a una
comunidad de personas. Según esta dimensión, puede y debe hablarse de la
sociabilidad del hombre. (Kant, para referirse a esta dimensión, ha utilizado con fre-
cuencia, potenciándolo en este preciso sentido, el término racional, tan genérico, por otra
parte, en sus sistema.) Dado que las dos dimensiones lo constituyen estrictamente,
hay que extraer decididamente la conclusión de que Kant ha concebido al hombre
como un ser que encierra en sí una paradójica complejidad: una «insociable
sociabilidad» o una «sociable insociabilidad» parece ser su primera y básica
caracterización.
Estas consideraciones sobre el hombre son prenotandos necesarios, sin los que no se puede
explicar qué es la historia o la religión en Kant. Recordemos ahora una formulación del
imperativo categórico, que aparecía en cuarto lugar en la Crítica de la razón práctica: «Cada
uno debe proponerse como fin último y supremo el soberano bien posible en el mundo.» En
estricta concordancia con esta formulación, Kant ha puntualizado muy bien la idea de la filosofía
como «una guía hacia el concepto en el que hay que colocar el soberano bien y hacia la con-
ducta mediante la que se puede alcanzar». Pues bien, desde esta formulación de lo que es la
filosofía, va a resultar que historia y religión son las piedras que clausuran el sistema kantiano,
las que le dan completitud, hacia las que todo se ordenaba, porque ellas encierran el secreto
de la realización humana, motor primero de esa compleja actividad —mundana y académica
a un tiempo— que vimos era el filosofar para Kant.
RELIGIÓN
En primer lugar, el rechazo de toda religión positiva, por parte de Kant, o más
exactamente, dicho con terminología ya hegeliana, el rechazo de toda positividad
en la religión.
Respecto de lo primero, Kant entiende por «religión positiva», toda religión que se
reduce a un conjunto de ritos y dogmas que son aceptados y matenidos sólo por la
autoridad de una tradición, o una iglesia institucionalizada, sin que medie la razón
práctica y el reconocimiento de su carácter autónomo.