Manualparaagentesdesocializaciónsexualrevisado ICBFf

MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL
INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR

SUBDIRECCIÓN DE INTERVENCIONES DIRECTAS
GRUPO HAZ PAZ
“Modelos de atención para la prevención, detección y

tratamiento de la violencia doméstica”
Proyecto de Cooperación Técnica No Reembolsable

No. ATN/JF-7574-CO. BID/ICBF
LA SEXUALIDAD TAMBIÉN ES COSA DE NIÑOS Y

NIÑAS
Manual para Agentes Educativos Socializadores
Versión preliminar en revisión
ELVIA VARGAS TRUJILLO, D.Ps.1
Febrero de 2006
1
Psicóloga egresada de la Universidad de los Andes, Master en Psicología de la Universidad
Iberoamericana de México, Doctorado en Psicología con énfasis en Metodología de las Ciencias del
Comportamiento de la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente es Líder del Grupo de Investigación
sobre Familia y Sexualidad en el Departamento de Psicología de la Universidad de Los Andes.
La sexualidad también es cosa de niños y niñas 2
Tabla de Contenido
TABLA DE CONTENIDO.............................................................................................................................2
PRESENTACIÓN...........................................................................................................................................4
CAPÍTULO 1..................................................................................................................................................8
SEXUALIDAD… MUCHO MÁS QUE RELACIONES SEXUALES......................................................8
¿Por qué es importante aclarar la diferencia entre sexualidad y genitalidad?.................................... ................8
¿Qué es la sexualidad?........................................................................................................................ ............10
¿Cuáles son los aspectos biológicos de la sexualidad?..................................................................... ...............11
¿Si el sexo es la base para el desarrollo de la sexualidad, qué ocurre con los bebés que nacen con genitales de
ambos sexos o con los niños y niñas que es difícil definir su sexo al momento del nacimiento?..................... 13
¿Cuáles son los aspectos socioculturales de la sexualidad?..................................................................... ........15
¿Por qué en la actualidad hay tanto interés por garantizar la igualdad entre los hombres y las mujeres? .......17
¿Qué pasa cuando las personas viven en ambientes en los que no se respetan sus derechos?........................ ..18
¿Qué es la discriminación sexual?.................................................................................................................. .19
¿Cómo se manifiesta la discriminación sexual?.............................................................................. ................20
¿Cuáles son los aspectos afectivos de la sexualidad?...................................................................... ................21
¿Cuáles son los aspectos cognoscitivos o mentales de la sexualidad?.................................................. ...........28
¿Cuáles son los aspectos comportamentales de la sexualidad?..................................................................... ...30
¿Cómo influye la reacción de las personas hacia nuestro comportamiento en el desarrollo de la sexualidad? 32
¿Por qué la aceptación condicional impide el desarrollo integral de las personas?....................................... ...33
¿Los aspectos comportamentales de la sexualidad se refieren al hecho de tener relaciones sexuales?...........35
¿Por qué es importante diferenciar la sexualidad de las relaciones sexuales?................................................ ..38
CAPÍTULO 2................................................................................................................................................40
EL DESARROLLO DE LA SEXUALIDAD..............................................................................................40
¿Cómo se desarrolla la sexualidad?............................................................................................................... ..41
¿Quiénes intervienen en el proceso de socialización sexual?......................................................... .................41
¿De qué manera cumplen su función los agentes de socialización sexual?.............................. .......................44
¿Cómo es el trato que generalmente dan los agentes de socialización a los niños y a las niñas? ....................46
¿Qué consecuencias tiene el que a los niños y niñas se les de un trato diferente desde que nacen?.................48
CAPÍTULO 3................................................................................................................................................56
UNA PROPUESTA PARA EL CAMBIO....................................................................................................56
¿Cómo se puede lograr que los niños y niñas sean felices?................................................................... ..........58
¿Qué ventajas tiene llevar a cabo el proceso de socialización sexual teniendo en cuenta los derechos de los
niños y de las niñas?................................................................................................................... ....................61
¿Qué debemos saber sobre la sexualidad infantil para poner en práctica los derechos de los niños y de las
niñas en el proceso de socialización sexual?..................................................................................... ..............62
¿Cuáles son las características de los niños y de las niñas en las distintas etapas de desarrollo?.....................62
¿Cómo podemos establecer relaciones positivas y satisfactorias con los niños y las niñas que tenemos bajo
nuestro cuidado? ............................................................................................................................ ................66
¿Cuáles son los medios más eficaces para lograr que los niños y las niñas aprendan lo que queremos?.........69
¿Cuáles son las expresiones naturales de la sexualidad infantil y cómo podemos manejarlas?.......................72
¿Cómo se desarrolla el reconocimiento y la aceptación del propio cuerpo?......................................... ...........73
¿Por qué los niños y niñas se tocan sus genitales?........................................................................................... 75
¿Es lo mismo la autoestimulación que la masturbación? .......................................................................... ......76
¿Qué debemos hacer cuando observamos que los niños y niñas se están tocando sus genitales?....................77
¿Qué es la identidad sexual y cómo se desarrolla?............................................................................... ...........81
¿Permitir que los niños hagan las mismas cosas que las niñas puede inducirlos a ser homosexuales?............85
¿Cómo adquieren los niños y niñas conocimientos sobre la sexualidad?.................................. .....................86
¿Cuáles son los juegos de exploración sexual y para qué sirven? ................................................................ ...87
¿Cómo deben reaccionar los adultos cuando observan que los niños y niñas realizan juegos de exploración
sexual?................................................................................................................................................ ............88
Manual para Agentes Educativos Socializadores – AES

¿Qué tipo de preguntas hacen los niños y niñas para aprender sobre la sexualidad?...................... .................90
¿Qué tan conveniente es dar a los niños información sexual a una edad temprana? ............................. ..........91
¿Cómo se debe responder a las preguntas sexuales de los niños?.................................................................. ..92
¿Qué se puede hacer cuando uno no sabe la respuesta o se siente incómodo ante la pregunta que plantea el
niño o la niña?.............................................................................................................................................. ...92
¿Por qué algunos niños o niñas no preguntan sobre el tema de la sexualidad?...................................... ..........94
¿Cómo pueden los adultos favorecer una relación de confianza que permita a los niños y a las niñas plantear
abiertamente sus inquietudes?................................................................................................................ ........94
¿Qué conocimiento tienen los niños y niñas menores de seis años sobre la sexualidad?....................... ..........95
¿Qué debemos hacer si observamos que los niños y niñas usan términos inadecuados para referirse las partes
del cuerpo o tiene información distorsionada sobre la sexualidad?................................................. ................96
CAPÍTULO 4................................................................................................................................................98
COMPORTAMIENTOS SEXUALES INFANTILES… ¿CÓMO RECONOCER LA DIFERENCIA?
........................................................................................................................................................................98
¿Qué comportamientos sexuales se observan “normalmente” en los niños y niñas menores de seis años?.....99
¿Cómo puede uno diferenciar cuándo un comportamiento corresponde al desarrollo sano de la sexualidad
infantil y cuándo no?................................................................................................................................. ....101
SEMÁFORO DE LOS COMPORTAMIENTOS SEXUALES INFANTILES............................... ...............105
¿Por qué se puede ver alterado el desarrollo de la sexualidad infantil?....................................... ..................107
¿Cómo podemos evitar que los niños presenten comportamientos sexuales que ponen en riesgo su desarrollo
integral?.......................................................................................................................................... ..............108
¿Cómo debe ser la intervención de un adulto cuando observa que el comportamiento sexual de un niño o de
una niña se ubica en la columna amarilla del semáforo?................................................................ ...............110
¿Qué podemos hacer cuando nos damos cuenta que el comportamiento sexual de un niño o de una niña
requiere la intervención de un profesional?......................................................................................... ..........112
PARA TERMINAR…........................................................................................................................... ........113
REFERENCIAS..........................................................................................................................................116

Presentación
Este Manual denominado “La sexualidad también es cosa de

niños y niñas”, apoya el desarrollo del componente de educación de la
propuesta “Promoción de Comportamientos Prosociales en Familias y
Niños-Niñas de 3 a 6 Años: Experiencia Piloto en tres ciudades de
Colombia”, la cual se enmarca en el proyecto llamado “Modelos de
atención para la prevención, detección y tratamiento de la violencia
doméstica”. En ese sentido, responde a las directrices de la Política
Nacional de Construcción de Paz y Convivencia Familiar “Haz paz”, que
tiene como objetivo apoyar experiencias piloto en el desarrollo de
lineamientos, normas, procesos y códigos de práctica para la detección
y atención integral a víctimas de violencia intrafamiliar.
El manual está dirigido a los Agentes Educativos Socializadores –
AES, vinculados a los centros educativos del Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar y a las Secretarías de Educación, en las ciudades de
Armenia, Tunja y Pasto: padres, madres y/o cuidadores de los niños
menores de 6 años, jardineros/as, madres comunitarias, maestros/as y
educadores familiares. Específicamente, se espera que la información
que se proporciona permita a los Agentes Educativos Socializadores de
los niños y niñas menores de 6 años promover el desarrollo sano de la
sexualidad en la infancia y prevenir la ocurrencia de comportamientos
sexuales que, por sus características, imponen restricciones al
desarrollo integral del niño o de la niña.
Con la inclusión de este tema sobre sexualidad infantil en la
propuesta “Promoción de Comportamientos Prosociales en Familias y
Niños-Niñas de 3 a 6 Años: Experiencia Piloto en tres ciudades de
Colombia”, se espera incidir en las prácticas de socialización que, por
un lado, establecen un trato diferencial hacia los niños y las niñas y,
por otro, promueven y mantienen relaciones desiguales e

inequitativas entre los sexos y, por consiguiente, legitiman la violencia

de los hombres hacia las mujeres, los niños y las niñas.
Con este propósito, el contenido del manual se ha organizado en
función de las preguntas que generalmente se hacen los adultos con
respecto a la sexualidad infantil. A través de preguntas y respuestas
se busca generar un diálogo abierto y ameno entre quienes leen el
manual y su autora. Las respuestas se proporcionan en forman clara,
directa y precisa en un lenguaje que cualquier persona puede
comprender, pero fundamentadas en el conocimiento científico que
hay disponible en la actualidad sobre el tema2.
Al mismo tiempo, se incluyen ejemplos de aquéllas situaciones
cotidianas que son fuente de preocupación para los adultos y cuyo
manejo suscita interés y debate en la mayoría de conferencias y
talleres que realiza la autora sobre el tema de la sexualidad infantil. De
esta forma, se pretende satisfacer las necesidades que las personas
expresan frente a la manera como deben abordar y manejar este
aspecto del desarrollo de los niños y de las niñas.
El manual también contiene algunas preguntas y actividades
orientadas a suscitar la reflexión personal. Ante estas preguntas no
hay respuestas correctas o incorrectas, buenas o malas. Lo que se
busca es que estos momentos de cuestionamiento personal inciten a
los adultos a pensar sobre su propia sexualidad y los motiven a
explorar la forma como su manera de ver los asuntos relacionados con
el cuerpo y el sexo les impiden, en primer lugar, abordar con
naturalidad el tema, en segundo lugar, tratar a los niños y las niñas de
forma igualitaria y equitativa y, por último, manejar apropiadamente
las manifestaciones sexuales de los niños y de las niñas.
2
El contenido del manual se basa en los resultados de las investigaciones del grupo
“Familia y Sexualidad” y en la información que fundamenta el Programa de Vargas
Trujillo, E. (2005). Sexualidad… mucho más que sexo. Bogotá: Departamento de
Psicología, Universidad de Los Andes.

Es probable que este proceso de cuestionamiento personal

propicie el recuerdo de experiencias previas. En algunos ejercicios
estos recuerdos serán agradables y generarán sentimientos de alegría
y satisfacción, en otras ocasiones, es posible que se experimenten
sentimientos de tristeza, enojo, incomodidad, vergüenza o culpa. Les
invitamos a aprovechar esos instantes para tratar de establecer el
origen de las diversas emociones. Las actividades que se sugieren son
una excelente oportunidad para comprender muchas de las reacciones
que se tienen ante las manifestaciones sexuales de los niños y de las
niñas. Ante estas situaciones las personas tienen dos alternativas de
acción: a) Proyectarse al futuro para proponer nuevas maneras de
abordarlas y asegurar que los niños y las niñas con quienes se
relacionan tengan una vida mejor o b) Detenerse en el pasado y seguir
pensando que la forma como se ha abordado la sexualidad en el medio
en el que viven es la más adecuada.
Seleccionar la primera alternativa genera miedo porque implica
asumir el riesgo de convertirse en agente de cambio cultural. La
segunda alternativa implica menos riesgos, supone continuar haciendo
lo que tradicionalmente se espera que hagamos con los niños y las
niñas para que se conviertan en personas “ajustadas” a la sociedad. La
pregunta es ¿esta segunda alternativa permite que quienes están bajo
nuestra responsabilidad se desarrollen integralmente? Esperamos que
al final de la lectura de este manual usted haya logrado responder esta
pregunta.
Para facilitar la toma de decisiones el manual está organizado en
4 capítulos. En el primer capítulo definimos los conceptos básicos de la
sexualidad y aclaramos por qué ésta es mucho más que tener
relaciones sexuales, va más allá de la genitalidad. En el segundo
capítulo, describimos cómo ocurre el proceso de socialización sexual
en una sociedad sexista como la nuestra y las implicaciones que tiene
para el desarrollo integral de las personas. El capítulo tercero lo

dedicamos a plantear una propuesta para modificar las prácticas de

socialización sexual que obstaculizan el desarrollo integral de las
personas y, por lo tanto, interfieren con su bienestar sexual. El último
capítulo, aporta elementos para que los agentes de socialización
sexual puedan diferenciar entre los comportamientos que constituyen
expresiones de un desarrollo sano de la sexualidad infantil y aquéllos
que evidencian que el desarrollo integral de los niños y las niñas está
en riesgo y que, por lo tanto, se requiere la intervención de un
profesional experto en el tema.
Cabe señalar que el marco orientador de esta propuesta son los
derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos de los
niños y de las niñas, adoptada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en 1989 y ratificada en Colombia por medio de la Ley
12 de 1991. La Convención describe los derechos humanos básicos
que les corresponden a los niños y a las niñas en todo el mundo. Para
los propósitos de este manual se tienen en cuenta aquéllos derechos
que son aplicables a los derechos sexuales.
Confiamos que este material se constituya en un recurso de
apoyo útil para cualquier persona interesada en el bienestar sexual de
los niños y de las niñas. Aunque sabemos que esta forma de abordar el
tema de la sexualidad infantil no es la única, ni constituye la verdad
revelada, esperamos que las respuestas que se ofrecen a las diferentes
preguntas faciliten la tarea de quienes tienen la responsabilidad de
socializar a los niños y a las niñas: sus madres, padres y principales
cuidadores, jardineras, madres comunitarias, maestras y educadores
familiares.

Capítulo 1
Sexualidad… mucho más que relaciones
sexuales
 Para reflexionar…
¿Qué es lo primero que usted piensa cuando escucha la palabra

sexualidad?
Para muchas personas hablar de sexualidad significa “hablar de

las relaciones sexuales”, “hablar de sexo” o de “hacer el amor”, es
decir, hablar de lo que “hacen” las personas con sus genitales, es
decir, sobre la genitalidad. En este capítulo vamos a ver que la
sexualidad no se reduce a la genitalidad y que es mucho más que
tener relaciones sexuales. También veremos los inconvenientes que
genera esta concepción de la sexualidad y examinaremos algunas de
las razones que explican esta falta de claridad.
¿Por qué es importante aclarar la diferencia entre sexualidad y

genitalidad?
Cuando las personas creen que la sexualidad y la genitalidad son el

mismo asunto tienden a valorar la sexualidad negativamente. Cuando
las personas tienen una opinión negativa de la sexualidad se resisten a
hablar del tema, tienen dificultades para abordar de manera natural
los asuntos que se asocian con la sexualidad y, por lo mismo, se
oponen a que a los niños pequeños se les eduque para la sexualidad.

Esta apreciación negativa de la sexualidad se debe a diversas razones,

algunas de ellas son las siguientes:
 Desde pequeños hemos aprendido a ignorar los genitales:
Cuando nuestros padres, maestros o cuidadores nos enseñaron
las partes del cuerpo pasaban del tronco a las rodillas, las partes
del cuerpo que diferencian a un sexo del otro no las
mencionaban, no las nombraban, no las tenían en cuenta.
 En nuestro vocabulario no contamos con palabras apropiadas
para hacer referencia a las partes del cuerpo que diferencian a
los sexos, la terminología que conocemos y usamos es infantil,
irónica u obscena. Esto impide que podamos hablar del tema de
manera clara, directa, cómoda, confiada y tranquila. Las pocas
palabras que conocemos son utilizadas por las personas
“vulgares” para insultarse o para hacer chistes de doble sentido.
 Hemos aprendido que los genitales son órganos sucios, que
solamente sirven para deshacernos de los “desechos” del cuerpo
y para tener “sexo” cuando se desea tener hijos. Esas dos
funciones se realizan en privado, con la puerta cerrada y nadie
debe enterarse de que lo estamos haciendo.
 Desde los primeros días de nacidos hemos asociado los genitales
con la vergüenza y el “pudor”. Hemos aprendido que estos
órganos del cuerpo no se miran, no se tocan, no se muestran.
 La información que hemos obtenido sobre el tema tiene que ver
con la anatomía y la fisiología de los órganos sexuales y las
enfermedades que se derivan del “sexo”.
En fin, la lista de razones puede ser interminable. Le invitamos a
que piense en las razones que a usted le han llevado a pensar que la
sexualidad y la genitalidad son la misma cosa y a tener una opinión
negativa de los temas que se asocian con este aspecto de la
naturaleza humana ¿De qué manera ha afectado su vida esta falta de

claridad y la forma en que usted aborda el tema de la sexualidad con

otras personas y, particularmente, con los niños y las niñas?
¿Qué es la sexualidad?
Aunque todavía no existe una definición ampliamente aceptada

de este concepto, hoy se reconoce que la sexualidad es uno de los
aspectos característicos del ser humano, que diferencia a unas
personas de otras y que las hace únicas e irrepetibles. Estas
características distintivas se desarrollan a lo largo de la vida con base
en el hecho biológico de ser hombre o mujer.
La sexualidad es un fenómeno muy complejo que involucra
todos los aspectos que son propios del ser humano: Aspectos
biológicos, socioculturales, afectivos, cognoscitivos o mentales y
comportamentales. Para facilitar la comprensión de este tema en este
manual vamos a abordar cada uno de estos aspectos por separado,
pero es importante tener presente que, como se observa en la
siguiente figura, en la vida cotidiana estos aspectos están íntimamente
relacionados, es decir, interactúan permanentemente, son
inseparables.

Sexualidad
Aspectos comportamentales
Aspectos afectivos
Aspectos biológicos
Aspectos cognoscitivos o mentales

Aspectos socioculturales
¿Cuáles son los aspectos biológicos de la sexualidad?
Los aspectos biológicos de la sexualidad tienen que ver con las

características genéticas, hormonales, anatómicas y fisiológicas que
distinguen a los hombres de las mujeres. Estas características
biológicas que se comienzan a establecer desde antes del nacimiento
son las que marcan la diferencia entre el cuerpo de los hombres y el de
las mujeres. Este aspecto de la sexualidad es lo que conocemos como
sexo. Es decir, contrariamente a lo que creemos, el sexo no es algo
que hacemos, sentimos o pensamos, es lo que somos.
Para recordar esta idea es útil reflexionar sobre lo que usted dice
cuando al diligenciar un formato (por ejemplo, la hoja de vida) se le
pregunta por su sexo. Piense, ante esta pregunta usted ¿qué
responde? Es muy probable que usted no conteste algo así como:
“nunca”, “algunas veces”, “tres veces a la semana” o “una vez al año”.
Usted no da una respuesta de este tipo porque usted sabe que la
pregunta no tiene como fin obtener información sobre su “actividad

sexual”. Desde pequeños aprendemos que el objetivo de esta

pregunta es establecer si somos hombres o mujeres.
Esta pregunta también es una de las primeras que los padres y
las madres se hacen cuando se enteran de que van a tener un bebé:
¿Será niño? ¿Será niña? Para contestar este interrogante observamos
la apariencia de los genitales del feto (cuando contamos con la ayuda
de un ecógrafo) o del recién nacido: Si tiene pene y escroto, decimos
que se trata de un niño; si tiene vulva, afirmamos que es una niña.
Lo anterior significa que nuestro cuerpo, particularmente la
apariencia de nuestros genitales, es la base para la construcción de la
sexualidad. Desde antes del nacimiento nuestro cuerpo tiene una
naturaleza sexual, a partir de la cual vamos a desarrollar los
sentimientos, los pensamientos y los comportamientos que nos
caracterizarán y nos diferenciarán como hombres o como mujeres.
Yo tengo Yo tengo
vulva… pene… soy
soy una un niño
 
Ideas para recordar…
Las diferencias sexuales biológicas son universales, es decir, se

observan en todas las culturas y no se modifican como resultado de
la interacción social.

¿Si el sexo es la base para el desarrollo de la sexualidad, qué

ocurre con los bebés que nacen con genitales de ambos sexos
o con los niños y niñas que es difícil definir su sexo al
momento del nacimiento?
El proceso de diferenciación sexual se inicia, como hemos dicho,

con la fecundación, continúa desarrollándose en el período prenatal y
se refuerza en la pubertad, cuando aparecen los caracteres sexuales
secundarios (por ejemplo, cambio de voz, desarrollo de los senos,
crecimiento y engrosamiento del vello púbico y axilar, entre otros). Al
nacer la apariencia de los genitales determina el sexo de asignación el
cual, a su vez, condiciona el sexo de crianza. En la mayoría de los
seres humanos, la asignación del sexo no representa ningún conflicto
para el personal de salud ni para la familia, en la medida que las
características sexuales primarias (órganos sexuales externos o
genitales) son fácilmente reconocibles y coinciden con los demás
factores biológicos (órganos sexuales internos, presencia de
cromosomas XX en las mujeres o XY en los hombres, entre otros).
No obstante, en algunas ocasiones los órganos sexuales
externos o genitales no están claramente diferenciados y es difícil
determinar el sexo de ese nuevo individuo. Cuando esto ocurre el
personal de salud tiende a evaluar el caso y a determinar el sexo de
asignación más conveniente. En una sociedad sexista, ese sexo de
asignación es definitivo porque marca el trato que va a recibir ese
individuo en su medio familiar y social, así como las posibilidades de
acción e interacción que podrá tener en su vida. El problema se
presenta cuando en la pubertad, las características sexuales
secundarias que comienzan a hacer su aparición, contradicen el sexo
de asignación y de crianza. Como se verá más adelante, este problema
sería menos severo si ese niño o niña hubiera experimentado un
proceso de socialización sexual en el que ser hombre o mujer no

establece grandes diferencias en las normas y las expectativas que se

tienen de él o de ella como persona.

El sexo de asignación es el que se le determina a una persona en el
momento del nacimiento a partir de la apariencia de sus genitales.
El sexo de crianza es el que define las experiencias ambientales a las
que se enfrenta la persona desde el nacimiento, es decir, es el que se
tiene en cuenta en el proceso de socialización sexual.
Se denominan sociedades sexistas aquéllas en las que se tiende a
tratar de manera desigual a las personas por el hecho de ser
biológicamente hombres o mujeres. El sexismo se manifiesta de
varias formas, estos son algunos ejemplos de comportamientos
sexistas, usted puede ampliar la lista:
Sexismo institucional: Convocar solo a hombres para el servicio
militar obligatorio; dar prioridad a las mujeres en oficios de aseo,
cuidado de enfermos, atención al cliente; pagar menos a las mujeres
que a los hombres cuando ocupan cargos iguales; en los casos de
divorcio asumir que la custodia debe otorgársele siempre a la madre.
Sexismo interpersonal: Referirse a una mujer con términos como
“linda”, “mi amor”, “muñeca”; chistes y frases que ridiculizan a los
hombres o a las mujeres; calificar de “mantenido” a un hombre que
se encarga de las labores del hogar mientras su esposa trabaja fuera
de casa; mensajes televisivos que refuerzan la idea de la mujer
como virgen/esposa/madre/ama de casa y los hombres como
trabajadores/protagonistas/conquistadores/infieles.
Sexismo internalizado: La mujer que se inhibe de presentarse a un
determinado empleo porque siente que es inferior a un hombre, el
hombre que se siente culpable y avergonzado por llorar en público, el

hombre que se inhibe de hacer alguna actividad que le gustaría por

temor a que se le tilde de “afeminado”.
¿Cuáles son los aspectos socioculturales de la sexualidad?
Desde el mismo momento que las personas de nuestra familia

observan nuestro cuerpo y determinan que somos biológicamente
hombres o mujeres, comienzan a generar una serie de expectativas
acerca de lo que debemos ser o hacer como miembros de la sociedad.
 Una invitación a responder...
¿Cómo espera usted que sea y se comporte un hombre?

¿Cómo espera usted que sea y se comporte una mujer?
¿Todos los hombres y las mujeres que usted conoce son y se
comportan de la misma manera?
¿Qué opina usted de un hombre o de una mujer que no es y no actúa
como usted espera?
¿De qué manera usted se asegura de que los niños y las niñas que
están bajo su cuidado actúen como usted espera que lo hagan de
acuerdo con el sexo al que pertenecen?
Efectivamente, el reconocimiento y la asignación del sexo de un

nuevo integrante de la familia y, por lo tanto, de la sociedad,
desencadena una serie de procesos orientados a garantizar que los
hombres se comporten como hombres y las mujeres como mujeres. A
esas características y comportamientos que socialmente se definen
como propios de uno y otro sexo, al igual que a las normas que regulan
las expresiones de la masculinidad y la feminidad y las relaciones entre
los hombres y las mujeres se las incluye en la categoría del género.

El género es una construcción social, en la medida que tiene que ver

con las normas y las expectativas que socialmente se tienen de las
personas por el hecho de ser hombres o mujeres. En contraste con el
sexo, las características del género son específicas de cada cultura,
cambian con el tiempo y las aprendemos al interactuar con los otros
miembros de la sociedad.
Las características de género incluyen las normas, las

responsabilidades, las obligaciones, los privilegios, las oportunidades y
los comportamientos que en una sociedad se asignan a los hombres y
a las mujeres, a los niños y a las niñas. Estas características de género
pueden ser definidas como un conjunto de expectativas sobre la forma
como deben comportarse, pensar y sentir los hombres (características
masculinas) y las mujeres (características femeninas) por el hecho de
pertenecer biológicamente a un sexo u otro. Por ejemplo, durante
muchos años se consideró que la función de la mujer era garantizar el
bienestar de su familia haciéndose cargo de la crianza y educación de
los hijos, preparando los alimentos, manteniendo limpio y organizado
el hogar y satisfaciendo las necesidades de protección y apoyo
emocional de sus miembros. Al hombre, por su parte, se le asignaba la
función de trabajar fuera del hogar a fin de producir los recursos
necesarios para el sostenimiento económico de su familia.
No obstante, esta división de funciones ha ido cambiando en los
últimos años. En la actualidad es frecuente encontrar que tanto
hombres como mujeres se encargan de cuidar a sus hijos y de hacer
las labores del hogar, al mismo tiempo que desempeñan actividades
productivas para atender las necesidades básicas de su familia.

¿Qué otras responsabilidades, obligaciones, privilegios y

oportunidades han dejado de ser exclusivas de los hombres o de las
mujeres?
¿Usted cree que estos cambios han hecho que las mujeres se estén
volviendo cada vez menos mujeres y los hombres cada vez menos
hombres?
¿Qué ventajas o desventajas tiene el hecho de que tanto a hombres
como a mujeres se les brinde la posibilidad de hacer las mismas
cosas?
¿Alguna vez a usted le han impedido hacer algo que deseaba hacer
simplemente por el hecho de ser hombre o mujer? ¿Cómo se sintió en
esa ocasión?
¿Piense en tres razones que justifican el hecho de que a una persona
se le impida hacer algo que desea simplemente por ser hombre o ser
mujer?
¿Cómo influyen en las relaciones que establecen las personas las
expectativas que socialmente se tienen de los hombres y de las
mujeres?
¿Por qué en la actualidad hay tanto interés por garantizar la

igualdad entre los hombres y las mujeres?
El interés por intervenir para hacer menos rígidas y desiguales

las normas y expectativas de género se fundamenta en los resultados
de diversas investigaciones. Los datos muestran que en las sociedades
donde los ideales de masculinidad y feminidad son rígidos hay una
mayor probabilidad de que a las personas se les impida el ejercicio de
sus derechos fundamentales, incluidos sus derechos sexuales. Se ha
encontrado, por ejemplo, que en las sociedades sexistas se presentan

con mayor frecuencia casos de violencia sexual hacia las mujeres, los
niños y las niñas y que en esas situaciones los agresores sexuales son
en una mayor proporción hombres.
¿Qué pasa cuando las personas viven en ambientes en los que

no se respetan sus derechos?
Cuando las personas crecen en un medio físico, social y cultural

en el que no se respetan sus derechos fundamentales, tienen
dificultades para lograr su desarrollo integral. Cuando hablamos de
desarrollo nos referimos a la forma como las personas cambiamos a
través del tiempo. Estos cambios ocurren desde la concepción hasta la
muerte. Algunas de estas transformaciones están determinadas
biológicamente, pero otras resultan de la interacción con el medio en
el que vivimos. El desarrollo es integral cuando los cambios se
producen, armónicamente, en todas las áreas del ser humano (física,
psicológica, social, sexual), sin que ninguna sea más importante que
otra.
Es conveniente aclarar que en los seres humanos el desarrollo,
generalmente, tiene las mismas tareas, es decir, tiene destinos
similares, pero cada uno de nosotros lo hace a través de diferentes
caminos y a diferente ritmo. Esto debido a que, aunque seamos
hermanos, no compartimos la misma herencia genética, el mismo
ambiente familiar, la misma cultura, ni las mismas experiencias
vitales. Por ejemplo, el desarrollo físico de todos los niños y niñas
implica que primero deben aprender a usar y controlar los
movimientos de su cabeza y de sus manos para agarrar objetos y que
luego deben aprender a controlar el tronco y sus piernas para lograr
caminar. La edad a la que consiguen realizar estas tareas varía de un
niño a otro. Lo mismo ocurre con la sexualidad, por ejemplo, primero
los niños y niñas diferencian el sexo de las otras personas y de sí

mismas, luego reconocen que el sexo no cambia con el tiempo y más

adelante comprenden que el sexo no se modifica por lo que la persona
hace, lo que siente o lo que le gusta.
También es importante tener en cuenta que las personas no
somos receptoras pasivas de las influencias ambientales, es decir, a
diferencia de otros seres vivos, respondemos al ambiente pero también
somos capaces de actuar sobre el medio en el que vivimos para
modificarlo. Para ilustrar este hecho podemos citar dos situaciones:
cuando los bebés balbucean estimulan a sus cuidadores para que les
hablen, esta interacción favorece el desarrollo del lenguaje; de igual
forma, las preguntas de los niños y de las niñas sobre el nacimiento de
los bebés generan en los adultos respuestas que contribuyen al
proceso de socialización sexual.
Desafortunadamente, en las sociedades que establecen normas
y expectativas diferentes para las personas basadas en el hecho
biológico de ser hombres o mujeres se imponen obstáculos para su
desarrollo integral. Esto dado que en dichas sociedades se tiende a
discriminar y a descalificar a las personas cuando no cumplen con los
criterios de feminidad y masculinidad definidos.
Los seres humanos llegamos a ser hombres y mujeres únicos a
medida que vivimos nuestras vidas.
¿Qué es la discriminación sexual?
La discriminación es el resultado de tratar a una persona de

manera desigual. Se dice que un comportamiento es discriminatorio
sexualmente cuando impone restricciones a la persona o cuando le
niega beneficios por el hecho de ser hombre o mujer o debido a que su
orientación sexual es homosexual. Un comportamiento es

discriminatorio cuando desconoce el derecho que tiene la persona a

ser tratada justamente sobre la base de sus méritos individuales,
independientemente de su sexo o de su orientación sexual.
¿Cómo se manifiesta la discriminación sexual?
La discriminación sexual se expresa de diversas formas, las más

comunes son el machismo y la homofobia. El machismo se basa en la
idea de que las mujeres son inferiores a los hombres y que por
naturaleza están obligadas a servir a los hombres. La homofobia, por
su parte, es la aversión y el rechazo hacia las personas que se sienten
motivadas a establecer relaciones románticas o sexuales con personas
de su mismo sexo. Las personas sexistas y homofóbicas han crecido en
ámbitos sociales en los que se les atribuye a las personas
características rígidas por el simple hecho de ser hombres o mujeres o
por sentirse atraídas afectiva o sexualmente por personas de su mismo
sexo (personas homosexuales). También refleja la tendencia de las
personas a estructurar la sociedad como si todos fuéramos iguales.
Así, por ejemplo, en una sociedad sexista se define que un
“verdadero hombre” debe ser fuerte, independiente, inteligente,
trabajador, líder, dominante, agresivo, mujeriego, competitivo,
decidido, inexpresivo emocionalmente, valiente, aventurero,
arriesgado, impaciente, grosero, brusco, deportista, dominante, activo
sexualmente, bebedor, infiel y capaz de mantener económicamente a
su familia. Además no debe llorar ni hacer oficios domésticos.
Una “verdadera mujer”, por su parte, debe ser débil, dócil,
tierna, cariñosa, sensible, paciente, dependiente, amable,
comunicativa, maternal, hogareña, vanidosa, coqueta, fiel, generosa,
pasiva sexualmente y la responsable del cuidado y mantenimiento de
su familia. Una mujer no debe ser grosera, callejera, tener la iniciativa
en una relación y dejar abandonado su hogar por el trabajo. Más

adelante veremos el impacto que tiene este trato desigual en el

desarrollo de los hombres y de las mujeres.
En las sociedades sexistas no se reconoce que hay muchas y
muy variadas formas de ser hombre y ser mujer, es decir, que es
imposible hablar de una expresión única y específica de
“masculinidad” o de “feminidad”. Efectivamente, las investigaciones
sobre el tema del género han permitido establecer que hay tantas
formas de feminidad y de masculinidad como personas en el mundo,
por esta razón hoy se habla de “masculinidades” y “feminidades”.
¿Con cuál de las siguientes definiciones de masculinidad se identifica
usted?
- La masculinidad es cualquier cosa que los hombres piensan,
sienten y hacen para ser hombres.
sienten y hacen para sentir que son “verdaderos hombres”.
sienten y hacen que las mujeres no pueden pensar, sentir y hacer.
sienten y hacen.
La diferencia en las definiciones es muy sutil, sin embargo, cada una
de ellas tiene un efecto distinto en nuestra forma de pensar, sentir y
actuar. ¿De qué manera su comportamiento hacia los niños y las
niñas se ve afectado por la idea que usted tiene de la masculinidad?
¿Cuáles son los aspectos afectivos de la sexualidad?
Los aspectos afectivos de la sexualidad tienen que ver con las

motivaciones y las emociones de las personas.

Las motivaciones hacen referencia a las condiciones o los

factores que mueven a las personas a actuar. Las motivaciones nos
permiten comprender por qué las personas eligen actuar de cierta
forma y no de otra. Las motivaciones también nos ayudan a explicar
por qué una persona, frente a varias alternativas, eligen determinada
opción para conseguir o lograr algo. Las teorías modernas de la
motivación se centran en examinar las necesidades, las creencias, los
valores y las metas que llevan a las personas a actuar.
Es así como se ha observado que las personas se sienten
motivadas a actuar cuando creen que ciertos comportamientos les van
a permitir lograr lo que desean, por ejemplo, un niño puede creer que
si practica fútbol todos los días va a lograr ser como el Pibe
Valderrama. El deseo de llegar a ser como el Pibe lo motiva a entrenar
todos los días.
También se ha encontrado que para algunas personas sus
motivaciones están determinadas por necesidades fisiológicas cuya
satisfacción es básica para la supervivencia. Como ejemplo de estas
necesidades básicas están el hambre y la sed. Otras motivaciones
están determinadas por necesidades psicológicas. Entre estas se
incluyen las necesidades de estimulación, exploración, aceptación,
seguridad, pertenencia, reconocimiento, autonomía y autorrealización.
Esas necesidades son experimentadas desde muy temprana edad,
pero cada persona las expresa y busca su satisfacción de manera
diferente, por ejemplo, un niño que tiene hambre puede llorar, gritar o
esperar hasta quedarse dormido. En el siguiente cuadro sinóptico se
observan algunas de las principales necesidades humanas.

Hambre
Sed
Necesidades fisiológicas Abrigo
Sueño
Deseo sexual
Exploración y curiosidad
Necesidades humanas Manipulación y contacto
Aceptación y apoyo
Seguridad
Necesidades Psicológicas Afecto
Autovaloración
Autonomía
Reconocimiento
Autorrealización
Ahora bien, de la misma manera que una planta se convierte en

un ejemplar frondoso y florecido si se le brinda la cantidad de agua, luz
y los otros nutrientes que requiere, las personas podemos crecer y
convertirnos en personas competentes y productivas para la sociedad
si se nos propician las condiciones ambientales adecuadas para lograr
lo que nos proponemos y se nos satisfacen de manera apropiada
nuestras necesidades fisiológicas y psicológicas básicas.
En los últimos años los expertos en el tema de la motivación han
dado particular relevancia a la necesidad de autovaloración como
determinante del comportamiento. De acuerdo con estos teóricos las
personas se sienten motivadas a establecer y mantener una imagen
positivas de sí mismas. Para satisfacer la necesidad de autovaloración,
por ejemplo, los niños y las niñas tienden a actuar conforme a las
reglas que socialmente se les impone.
Cabe señalar que el mismo comportamiento puede conducir a la
satisfacción de múltiples necesidades, por ejemplo, un niño puede
sentirse motivado a abrir las puertas de los gabinetes de la cocina para
satisfacer sus necesidades de exploración y curiosidad, pero tenderá a

repetir esta conducta si su actividad exploratoria resulta, además,

divertida. Esto mismo ocurre con los juegos de exploración sexual que
trataremos en detalle más adelante.
Aunque el deseo sexual constituye una necesidad fisiológica

básica, a diferencia del hambre y la sed, de su satisfacción no
depende la supervivencia del individuo sino de la especie. Es decir,
una persona no se muere si no satisface su deseo sexual, pero su
vida si corre peligro si deja de alimentarse.
Conviene en este punto destacar que en el ser humano, en
muchas ocasiones, la satisfacción del deseo sexual a través de la
actividad sexual también permite satisfacer necesidades
psicológicas. Se ha encontrado, por ejemplo, que la curiosidad, el
deseo de experimentar y de saber lo que se siente, es la principal
razón por la cual los y las adolescentes colombianas comienzan a
tener relaciones sexuales. Además se ha encontrado que en el caso
de algunos hombres, la actividad sexual les facilita satisfacer su
necesidad de reconocimiento social.
Las emociones, por su parte, son reacciones que se producen

de manera instantánea ante determinados eventos internos o
externos y que implican una serie de cambios físicos, cognitivos y
comportamentales. Las emociones básicas son la alegría, la culpa, la
vergüenza, la tristeza, el miedo, la sorpresa y el enojo. Por ejemplo,
ante una situación (evento interno o externo), que valoramos como
una amenaza (proceso cognitivo), experimentamos una serie de
cambios corporales (aceleración del ritmo respiratorio y cardiaco,
dilatación de las pupilas), que interpretamos como “miedo” y que nos
llevan a realizar alguna acción para huir de la situación

(comportamiento). La siguiente figura ilustra este proceso con otro

ejemplo. Observe que la consecuencia del comportamiento se
constituye, a su vez, en un estímulo que inicia de nuevo el proceso de
las emociones.
Situación
Evento interno o externo
(Presentar un examen)
Reacción cognitiva Reacción del Sistema Nervioso

Valoración de la situación Cambios corporales
(“Si pierdo el examen pierdo la materia) (Aceleración ritmo cardiaco, sudoración)
Interpretación de lo que está ocurriendo

(Tengo miedo de perder el examen)
Reacción comportamental
Respuesta a la evaluación de la
situación y de los cambios
corporales
(Tengo miedo, debo dedicarme a
estudiar el fin de semana”)
Consecuencia
(Aprueba el examen)
Frases como “tengo tanta rabia que me provoca matarlo”, “la

quiero tanto que me dan ganas de comérmela a picos” revelan
claramente que las emociones, al igual que las motivaciones, nos
inducen a actuar, a comportarnos. Las emociones son procesos
psicológicos fundamentales para la supervivencia y una fuente de

información muy importante que nos permite regular nuestro

comportamiento. Por ejemplo, el miedo nos induce a huir de las
situaciones que implican peligro o de los sitios en los que nuestra
integridad física está amenazada; el enojo, nos impulsa a atacar a la
otra persona; la culpa nos lleva a cambiar el comportamiento; la
vergüenza, hace que realicemos una evaluación negativa de nosotros
como personas.
Las emociones nos informan sobre los aspectos de nuestro
entorno y de nuestro comportamiento que debemos aceptar o cambiar
para lograr lo que queremos o para obtener aprobación. Por ejemplo,
generalmente, experimentamos orgullo cuando tenemos éxito en lo
que nos proponemos y esos logros son el resultado de lo que hemos
hecho (p. ej. tenemos una cita de trabajo y después de presentar las
pruebas de selección nos contratan); experimentamos rabia ante
situaciones que nos afectan pero que no están bajo nuestro control (p.
ej. tenemos una cita de trabajo y la otra persona no llega); sentimos
culpa cuando fracasamos en el logro de una meta porque no nos
esforzamos lo suficiente o no hicimos lo que teníamos que hacer (p. ej.
llegamos tarde a la cita de trabajo porque nos entretuvimos viendo un
programa de televisión); nos genera vergüenza verificar que no
tenemos la capacidad para lograr lo que deseamos o planeamos (p. ej.
llegamos a la cita, nos hicieron las pruebas de selección, pero no
fuimos contratados porque no reuníamos todos los requisitos
exigidos).
Lo anterior significa que las mismas situaciones (una cita de
trabajo) pueden generar en las personas diversas emociones. Eso se
debe a que no todos valoramos la situación de la misma forma. La
valoración de la situación, al igual que la interpretación que hacemos
de la reacción corporal, depende de nuestra experiencia. Por ejemplo,
muchas personas aprenden, desde muy pequeñas, que tocarse los
genitales es “malo”, de manera que cuando su pareja las estimula

interpretan las respuestas fisiológicas de excitación como “culpa” (si

creen que el evento ocurrió porque no hicieron nada para evitarlo) o
como “vergüenza” (si piensan que la situación se dio porque ellas la
provocaron y no fueron capaces de controlarse). Es decir, la
experiencia es lo que nos permite aprender a valorar las reacciones
físicas que experimentamos ante determinadas situaciones, a
interpretar los cambios que ocurren y a darles un nombre a esas
emociones.
Vale la pena aclarar que las emociones no son correctas o
incorrectas, buenas o malas. La rabia, el temor, la tristeza no son
negativas por sí mismas, lo que puede hacerlas ver como apropiadas o
inapropiadas es el contexto en el que se presentan y la manera como
las expresamos. Por ejemplo, reaccionar con rabia cuando alguien nos
acaricia sin nuestro consentimiento es esperado y natural, pero
reaccionar de la misma forma cuando nuestra pareja nos expresa su
afecto sería inapropiado.
Ahora bien, aunque con frecuencia comunicamos nuestras
emociones con palabras, la mayor parte del tiempo lo hacemos de
manera no verbal: el tono de la voz, las expresiones faciales, el
lenguaje corporal, la distancia que mantenemos con respecto a las
otras personas (espacio personal), los actos explícitos (azotar la
puerta, golpear la mesa con el puño, estrechar la mano fuertemente,
dar un abrazo).
Aprendemos a interpretar las emociones que transmiten estos
mensajes no verbales a través de la experiencia. Desde muy temprana
edad los niños y las niñas son capaces de descifrar y etiquetar las
expresiones no verbales de las emociones que provienen de las otras
personas. Las expresiones no verbales de las emociones son un medio
de comunicación interpersonal y nos proporcionan claves importantes
para comprender el medio social en el que nos desenvolvemos. La
habilidad para “leer” las emociones que las personas expresan de

manera no verbal es un recurso adaptativo, que se desarrolla con la

edad y que nos facilita el establecimiento y el mantenimiento de
relaciones interpersonales positivas. Se ha encontrado, por ejemplo,
que los jóvenes que presentan problemas de conducta tienen
dificultades para interpretar las expresiones no verbales de las
emociones.
No obstante hay que tener cautela con la interpretación que
hacemos de los mensajes no verbales. Si bien la comunicación no
verbal nos permite tener algún indicio de lo que la otra persona está
sintiendo, esas señales pueden ser mal interpretadas. El mismo
comportamiento puede tener varios significados, por ejemplo, una
persona puede llorar de alegría o de tristeza.
¿Cuáles son los aspectos cognoscitivos o mentales de la

sexualidad?
Los aspectos cognoscitivos de la sexualidad incluyen la

información, las creencias, las ideas, las opiniones, los conocimientos
y las valoraciones que vamos adquiriendo sobre la sexualidad a lo
largo de la vida. Sólo los seres humanos tenemos la capacidad de
organizar, almacenar y usar la gran variedad de información que
obtenemos sobre nosotros mismos y el mundo circundante para tomar
decisiones y actuar en un momento determinado. Por ejemplo, a través
de los medios de comunicación tenemos acceso a información sobre lo
que hacen las personas de diversas culturas para seducir y conquistar
a alguien que les atrae y, ante una situación similar, esta información
sirve como guía para saber cómo actuar.
Uno de los procesos mentales que se desarrolla desde muy
temprana edad tiene que ver con el razonamiento moral. El
razonamiento moral se refiere a la habilidad de las personas para
hacer elecciones cuando se enfrentan a dilemas morales y la habilidad

para sustentar sus decisiones con argumentos en los que incluye los
criterios o estándares que usaron para decidir qué es bueno o malo,
correcto o incorrecto, apropiado o inapropiado, deseable o indeseable,
sano o insano, normal o anormal, justo o injusto.
El deseo de actuar en función de criterios o estándares morales
surge del interés y la preocupación por el bienestar de las otras
personas y de mantener las relaciones sociales. La ausencia de este
deseo es indicio de que la salud psicológica está en riesgo. Los
primeros signos de que hay problemas en el desarrollo del
razonamiento moral se observan en la infancia y, si no se interviene a
tiempo, en la adolescencia se comienzan a hacer evidentes a través
de comportamientos antisociales en los que los derechos de las otras
personas son ignorados o violados.
Se ha encontrado que las personas decidimos la forma como
debemos ser y comportarnos teniendo en cuenta lo que es aceptado y
valorado en el contexto social en el que vivimos. Ese contexto social
define los estándares que guían nuestra conducta y las consecuencias
sociales que se derivan de nuestras acciones. En sociedades
tradicionales, en las que predominan las normas y expectativas de
género sexistas, esos estándares difieren en función del sexo. Por
ejemplo, desde muy pequeños a los niños se les elogia cuando
manifiestan que tienen novia, incluso algunos adultos les dicen “una,
no mijo, ¡muchas novias!”, mientras se reprende a las niñas que
expresan tener novio con frases como “una mujer decente no piensa
en esas cosas”.

Elabore una lista de algunas de las normas sociales que regulan el
comportamiento de las personas en su familia, su grupo de amigos y
el contexto social en el que usted se mueve.

¿Cuáles de estas normas se aplican a los hombres y cuáles a las

mujeres?
¿Por qué cree que estas normas sociales son diferentes para hombres
y mujeres?
¿Cuáles de estas normas cree usted que permiten a las personas el
ejercicio de sus derechos fundamentales y cuáles vulneran su
ejercicio?
¿De qué manera usted contribuye a mantener y a reforzar esas
normas?
¿Cuáles son los aspectos comportamentales de la sexualidad?
Los comportamientos hacen referencia a las expresiones o

manifestaciones de los individuos que son observables, por ejemplo,
caminar, correr, jugar, hablar, sentarse o relacionarse con otros.
Nuestro comportamiento expresa la manera como nos vemos, lo que
necesitamos, lo que sentimos y lo que pensamos. Esos
comportamientos son, por lo tanto, el resultado de la interacción de los
diferentes factores que hemos analizado en este capítulo: factores
biológicos, factores socioculturales, factores afectivos y factores
cognitivos. Entre los comportamientos sexuales tenemos los juegos de
exploración sexual de los niños y de las niñas, la autoestimulación, la
masturbación, las practicas de seducción y conquista, las
manifestaciones de afecto en las relaciones románticas (los besos, los
abrazos, las palabras cariñosas, las caricias) y las diversas formas de
actividad sexual.
Otro ejemplo de comportamiento sexual, que pocas veces recibe
esta denominación, es el que realizamos los hombres y las mujeres en
cumplimiento de las funciones y tareas que socialmente se nos han
asignado. Este comportamiento sexual es particularmente relevante en

razón de que, como hemos señalado, en las sociedades sexistas se

establecen normas y expectativas distintas para hombres y mujeres y,
por lo tanto, el cumplimiento de esas normas es objeto de aprobación
y su incumplimiento es motivo de sanción. Dado que una necesidad
psicológica básica de los seres humanos es la de ser aceptados y
reconocidos, desde muy pequeños tendemos a comportarnos de
acuerdo con lo que observamos que se espera de nosotros como
hombres o como mujeres. Por ejemplo, muchas mujeres se encargan
de las actividades domésticas, son cariñosas y se preocupan por
mantenerse bellas y atractivas; muchos hombres, por su parte, se
dedican a trabajar, asumen tareas que exigen fortaleza física y se
muestran “insensibles” ante el dolor y el sufrimiento. Estas personas
se comportan de acuerdo con las normas sociales sobre cómo deben
ser y actuar los hombres y las mujeres.
Cabe señalar que las investigaciones que se han realizado en
todo el mundo para establecer si las diferencias en el comportamiento
que se observan entre los hombres y las mujeres están determinadas
por su naturaleza o esencia biológica, han revelado que las únicas
diferencias que están presentes en todas las culturas son: la
eyaculación, la gestación, el parto y la lactancia. Es decir, estos
comportamientos son los únicos que están determinados por factores
biológicos. Las diferencias que se observan en otros comportamientos
son, como ya lo hemos repetido en varias oportunidades, producto de
la interacción entre la herencia y el ambiente.

Imagine a las siguientes personas: futbolista, ejecutiva, enfermera,
secretaria, cocinera, gerente, chofer.

Estas personas podrían ser hombres o mujeres, pero probablemente

usted imaginó a la futbolista, ejecutiva, gerente y chofer como
hombres y a la cocinera, enfermera y secretaria como mujeres.
Esto obedece a que la experiencia le ha mostrado que hay más
hombres que mujeres que se desempeñan como futbolistas o
chóferes y más mujeres que hombres que trabajan como enfermeras
o secretarias. Pero eso no significa que tanto hombres como mujeres
no puedan realizar los mismos oficios. La experiencia nos lleva a
“etiquetar” a las personas y a asignarles determinadas
características y funciones.
Ahora trate de establecer la manera como han influido “esas
etiquetas” en su comportamiento como hombre o como mujer.
¿Hay algo que usted evite hacer o haya dejado de hacer porque cree
que no es apropiado para su sexo?
¿Alguna vez ha recibido críticas por comportarse como si fuera del
otro sexo?
Concéntrese en sus emociones, ¿Cómo se siente frente a las normas
y expectativas que socialmente se tienen de usted por ser mujer u
hombre?
¿Cómo influye la reacción de las personas hacia nuestro

comportamiento en el desarrollo de la sexualidad?
La respuesta de aprobación o desaprobación que recibimos del

medio ante nuestro comportamiento nos permite ir construyendo la
idea de quiénes somos y de qué tan valiosos somos. Es decir, la
reacción de los otros ante nuestras acciones nos permite determinar
que somos personas buenas, dignas y valiosas o, por el contrario,
personas que no merecemos la consideración y el aprecio de quienes
nos rodean.

Cuando crecemos en un ambiente en el que la aceptación es

condicional, es decir, cuando el afecto, el respeto y el apoyo que se
nos brinda dependen de nuestro comportamiento, se nos impide el
desarrollo integral porque tendemos a construir una idea de nosotros
mismos en términos de los sentimientos, pensamientos y
comportamientos que son aprobados socialmente.
 Ideas para recordar…
La aceptación condicional impide el desarrollo integral de la

persona en la medida que el temor al rechazo la lleva a negar
algunos aspectos de sí misma.
Una persona que siente que no es como debería ser, tiene
dificultades para:
- Expresarse abiertamente.
- Confiar en las personas que le rodean.
- Apreciar y aceptar a los otros tal y como son, sin condiciones.
- Establecer relaciones interpersonales cercanas.
- Tomar decisiones de manera independiente.
- Planear su vida.
¿Por qué la aceptación condicional impide el desarrollo

integral de las personas?
Como hemos señalado, en las sociedades sexistas las exigencias

de comportamiento dependen del sexo de la persona. Se ha observado
que en ocasiones esas demandas compiten con las tendencias
naturales de las personas y crean conflicto entre lo que las personas
van descubriendo que sienten, piensan, necesitan y hacen y lo que se
supone que deberían sentir, pensar, necesitar y hacer.

Así, cuando el comportamiento de un niño coincide con lo que

se supone que es “masculino” recibe aprobación, pero cuando
concuerda con lo que se ha calificado como “femenino” se le critica y
sanciona. El niño aprende que es valioso si se comporta
“masculinamente” pero que pierde valor si lo hace “femeninamente”.
Por ejemplo, un niño que llora cuando se siente triste y que es
criticado por hacerlo porque “los hombres no lloran, las que lloran son
las mujeres”, aprenderá que esa emoción no es valorada socialmente.
Con el tiempo, el niño comenzará a negar esta parte de sí mismo y
perderá la habilidad para interpretar, valorar y expresar
apropiadamente los cambios corporales que le indican que está triste.
Ya hemos dicho que las emociones son parte de la naturaleza
humana porque biológicamente las personas estamos dotadas de los
recursos necesarios para experimentarlas, independientemente de que
seamos hombres o mujeres. Las emociones son una fuente de
información valiosa para interpretar el ambiente y sobrevivir en él. En
ese sentido, es natural que hombres y mujeres experimentemos
emociones. Cuando una persona se percata de los cambios que
experimenta a nivel corporal e interpreta la emoción que está
experimentando su tendencia natural es a expresarla.
Desafortunadamente, en nuestro medio a los hombres se les
priva de esta posibilidad. En la medida que el niño comienza a acatar
las normas y expectativas de género, su experiencia emocional se
asocia con esa parte femenina de sí mismo que es negativa,
devaluada, descalificada. Como resultado, muchos hombres adultos
tienen dificultades para expresar sus emociones y en esa medida, no
cuentan con una condición básica para enfrentar de manera efectiva
los problemas de la vida diaria.
Por otro lado, dado que en las sociedades sexistas se tiende a
valorar más los rasgos masculinos que los femeninos, se ha observado
que cuando las mujeres adoptan las normas consideradas típicamente

femeninas tienden a evaluarse más negativamente que los hombres:

se describen como poco atractivas físicamente y menos hábiles para
actividades académicas, atléticas y deportivas, menos creativas y
capaces de lograr las metas que se proponen por sí mismas, sin el
apoyo de un hombre.
¿Los aspectos comportamentales de la sexualidad se refieren

al hecho de tener relaciones sexuales?
Los aspectos comportamentales incluyen el hecho de tener

relaciones sexuales pero no se reducen a esta conducta. Muchas
personas, como hemos dicho, piensan que la sexualidad se expresa en
las relaciones sexuales o en los comportamientos que implican directa
o indirectamente a los genitales (las fantasías eróticas, la
masturbación y el coito). Estas personas reducen la sexualidad a la
genitalidad y, en ese sentido, plantean como funciones de la
sexualidad la comunicación en pareja, la reproducción y el placer.
En este manual asumimos que la sexualidad es mucho más que
genitalidad. Los aspectos comportamentales de la sexualidad incluyen
la actividad sexual, al igual que la manera como expresamos nuestras
emociones, la forma como solucionamos los conflictos, lo que hacemos
para lograr lo que nos proponemos, el modo como nos relacionamos
con las otras personas, el papel que desempañamos en los ámbitos
familiar, escolar, laboral y comunitario, en fin, en todo lo que hacemos
que de una u otra forma está determinado por la manera como nos
vemos y sentimos con el hecho de ser hombres o mujeres.
Como cualquier otro comportamiento, la actividad sexual
también puede incidir en la autovaloración de los hombres y de las
mujeres. Se ha encontrado que cuando la persona percibe que su
actividad sexual no corresponde con las normas y expectativas
sociales experimenta sentimientos de culpa y vergüenza. La culpa, que

es una emoción basada en el temor al castigo que surge por haber

violado las normas aceptadas socialmente, se asocia con una
evaluación negativa de sí mismo como persona.
La actividad sexual incluye la autoestimulación, la

masturbación, las fantasías sexuales y todas aquellas expresiones
eróticas que se dan entre las personas (los abrazos, los besos en la
mejilla, tomarse de las manos, las caricias en diferentes partes del
cuerpo, la relación sexual penetrativa, entre otras).
Cabe señalar, que los estándares que definen los patrones de

actividad sexual que socialmente se consideran apropiados o ideales
varían de una sociedad a otra. Por ejemplo, en algunas sociedades se
considera insana o inapropiada la actividad sexual auto-erótica (la
autoestimulación y la masturbación) y se da gran importancia a la
abstinencia, por lo que solo se acepta la actividad sexual en el
contexto del matrimonio. En otras sociedades existe el doble estándar,
es decir, se acepta la actividad sexual prematrimonial para los
hombres pero no para las mujeres. En algunos contextos se observa lo
que se ha denominado permisividad con afecto, es decir, se aprueban
las relaciones sexuales pero únicamente en el marco de relaciones
afectivas, estables y con compromiso. Algunas culturas aceptan que
las relaciones sexuales pueden ocurrir, independientemente de que
haya involucramiento afectivo entre los participantes. Recientemente,
se ha observado la aparición de lo que se podría denominar
permisividad protegida; este estándar corresponde a la aprobación de
la actividad sexual siempre y cuando se eviten riesgos como el
embarazo y las infecciones de transmisión sexual.

El cumplimiento o no de estos estándares también tiene

implicaciones en la descripción y valoración que hacen de sí mismas
las personas. Por ejemplo, se ha encontrado que mientras para las
mujeres la actividad sexual fuera de una relación afectiva implica tanto
sentimientos de culpa y vergüenza como estigma social; para los
hombres representa la reafirmación de la masculinidad.
En síntesis, actualmente se reconoce que aunque la sexualidad
tiene una base biológica, las personas llegan a ser individuos sexuales
a través de la interacción social. Esto es, aunque no podemos negar las
diferencias biológicas que hay entre mujeres y hombres, lo que marca
la diferencia fundamental entre los individuos, en general, y entre los
sexos, en particular, es lo que se aprende en el contexto socio-cultural.
La sexualidad es la expresión tanto de tendencias innatas (la

naturaleza) como de la experiencia y la educación (la crianza). Esto
explica el hecho de que aunque la sexualidad de cada persona es
diferente y única a la de los otros miembros de la sociedad, se
observen algunas similitudes entre individuos que han vivido en
contextos culturales diversos: a) en todas las sociedades una forma
de gratificación sexual es la relación sexual penetrativa, pero no
todos los miembros del mismo grupo social las practican; b) todas las
sociedades ejercen algún grado de control sobre el comportamiento
sexual de sus miembros; c) existen algunas conductas que son
"esperadas" en la mayoría de las sociedades, como las relaciones
afectivas y sexuales entre hombres y mujeres (relaciones
heterosexuales) y las relaciones sexuales enmarcadas dentro de
algún tipo de relación-unión estable y con compromiso (como el
matrimonio), no obstante, la existencia de este "ideal" no implica que

todas las personas se comporten de acuerdo con dichos patrones de

comportamiento.
¿Por qué es importante diferenciar la sexualidad de las

relaciones sexuales?
Saber que la sexualidad es mucho más que tener relaciones

sexuales es importante porque cuando reducimos la sexualidad a lo
que podemos hacer con los órganos sexuales, a la genitalidad,
tenemos dificultades para:
 Reconocer que desde antes del nacimiento nuestra naturaleza
humana es sexual.
 Aceptar que desde el mismo momento del nacimiento se comienza
a desarrollar nuestra sexualidad.
 Admitir que los niños y las niñas también expresan su sexualidad.
 Abordar el tema de la sexualidad de manera espontánea, sin culpas,
sin vergüenza, sin temores.
 Comprometernos con el proceso de socialización sexual de los niños
y de las niñas.
 Ideas para recordar…

Sexo = Lo que uno es.
Género = Lo que uno aprende a ser.
Orientación sexual = La atracción afectiva o sexual que uno
experimenta hacia otra persona. Puede ser homosexual (atracción
por personas del mismo sexo), heterosexual (atracción por personas
del otro sexo), bisexual (atracción por personas tanto del mismo sexo
como del otro sexo).
Actividad sexual = Lo que uno hace.

Sexualidad = lo que uno piensa, siente y hace y que lo caracteriza

como hombre o mujer.

Capítulo 2
El desarrollo de la sexualidad
Cuando usted estaba más pequeñ@:

¿Cómo aprendió que usted era “un niño” o “una niña”?
¿Quién le enseñó las partes de su cuerpo?
¿Dentro de las partes de su cuerpo incluyeron los genitales?
¿Cómo respondían los adultos a sus manifestaciones de curiosidad
sexual?
¿Qué información sobre la sexualidad le proporcionaron sus amigos y
los medios de comunicación?
En la actualidad:
¿Qué tanto habla con los miembros de su familia sobre temas
relacionados con la sexualidad?
¿Qué siente cuando aborda temas relacionados con la sexualidad con
otras personas?
Revise sus respuestas y trate de establecer cómo ha influido su

familia, el contexto escolar, sus amigos y los medios de comunicación
en su manera de actuar frente a la sexualidad infantil.
En el capítulo 1 vimos que los aspectos socioculturales, afectivos,

cognitivos, afectivos y comportamentales de la sexualidad se
desarrollan desde el nacimiento a partir de la interacción con los
miembros de la familia y de la sociedad. En este capítulo vamos a ver

cómo se desarrolla la sexualidad a lo largo de la vida, quiénes

intervienen en dicho proceso y de qué medios se valen para lograrlo.
¿Cómo se desarrolla la sexualidad?
La sexualidad se desarrolla a través del proceso de

socialización sexual. La socialización sexual permite a las personas
aprender los conocimientos, creencias, metas, expectativas,
valoraciones, percepciones, intereses, actitudes, normas y
comportamientos asociados con el hecho de ser hombre o ser mujer y,
en general, con la sexualidad.
La socialización sexual es un proceso que nunca termina, los
seres humanos permanecemos desde el nacimiento hasta la muerte en
un continuo aprendizaje de lo que somos, de lo que se espera de
nosotros y de lo que es deseable hacer en el contexto cultural en el
que vivimos. A través de este proceso aprendemos aquello que nos
define y caracteriza como individuos sexuales, por ejemplo, el valor
que tiene nuestro cuerpo, el significado que damos a determinadas
situaciones, la calificación que hacemos de las acciones como
apropiadas o inapropiadas, las obligaciones y privilegios que tenemos
como hombres o como mujeres y el concepto que tenemos de nosotros
mismos.
¿Quiénes intervienen en el proceso de socialización sexual?
Para que las personas asimilen la cultura, la sociedad cuenta

con una serie de espacios y agentes de socialización. Es a través de
estos espacios y agentes de socialización que los individuos
adquieren la información sobre las pautas de comportamiento
esperadas y aprobadas por el grupo social y aquellas que no lo son.
Los principales espacios de socialización sexual son la familia, el

hogar comunitario, el jardín infantil, la escuela, el barrio o vecindario y

los medios de comunicación.
En esos contextos interactuamos con diversas personas, pero no
todas desempeñan la función de agentes de socialización. Con el
tiempo, vamos descubriendo que ciertas personas son más
importantes que otras y que algunos grupos son mejores fuentes de
referencia que otros. A las personas y grupos con los que nos
identificamos psicológicamente se denominan figuras significativas
y grupos de referencia, respectivamente.
Para la mayoría de los niños y niñas menores de seis años la
madre es una figura significativa. En este manual hablamos de la
madre, en términos de la persona que satisface las principales
necesidades básicas fisiológicas y psicológicas y no como quien
biológicamente recibe este nombre. En ese sentido, una madre
sustituta, un padre adoptivo, una tía, un abuelo o cualquier persona
que cumpla las funciones de cuidador principal (sin importar su sexo),
pueden satisfacer las necesidades de la forma que socialmente se
espera que lo haga una madre.
No obstante, la madre no es la única figura significativa, los otros
miembros de la familia también pueden constituirse en personas
psicológicamente relevantes para el niño o la niña. A esas personas
con quienes el niño o la niña se identifica constituyen los principales
agentes de socialización porque es a ellas a quienes quiere
complacer y de quienes desea recibir aprobación.
Las figuras significativas de la familia no son las únicas fuentes
de socialización. La labor de la familia incluye preparar a los hijos y a
las hijas para que puedan manejar de una manera adecuada la
información proveniente de otras fuentes; entre estas se encuentran
principalmente sus maestros/as, otros niños y niñas y los medios de
comunicación.

El grupo de amigos y algunos personajes de los medios de

comunicación son agentes de vital importancia para este proceso
porque a través de ellos los niños amplían sus conocimientos sobre su
cultura y el papel que deben cumplir dentro de ella como hombres o
como mujeres.
En el ámbito escolar los maestros educan a partir de sus propias

actitudes, sus gestos, sus movimientos y sus comportamientos y no
sólo a través de la información que comunican verbalmente. Se ha
encontrado que los maestros que tienen una idea distorsionada de la
sexualidad, tienden a castigar, reprimir, avergonzar y a amenazar a
los niños cuando expresan su curiosidad sexual. De esta manera
están favoreciendo que los niños se sientan avergonzados de sí
mismos y de que su actitud hacia su cuerpo y la sexualidad en
general siga siendo negativa.
Por el contrario, cuando los maestros aceptan su situación como
seres sexuales, reconocen que la sexualidad no es genitalidad y son
conscientes de su papel como agentes de socialización tienden a
cumplir su función educativa de manera constructiva. Los maestros
educan constructivamente cuando, por ejemplo:
- Elogian y alaban a sus alumnos y alumnas por las mismas razones,
es decir, sin establecer diferencias por sexo.
- Evitan mencionar cuáles son las características apropiadas para
niñas y cuáles para niños.
- Asignan responsabilidades iguales para niños y niñas.
- Invitan tanto a niñas como a niños a participar en la realización de
las mismas actividades o tareas.
- Permiten que tanto niñas como niños compartan los mismos
objetos, juguetes y juegos.

- Evitan desaprobar verbal o gestualmente las manifestaciones de la

curiosidad sexual de los niños y de las niñas.
- Escuchan y aclaran las creencias infundadas que los niños y las
niñas han aprendido en su familia.
¿De qué otra forma se puede educar constructivamente en la
escuela?
¿De qué manera cumplen su función los agentes de

socialización sexual?
Las figuras significativas de identificación cumplen su función

como agentes de socialización sexual a través de:
 La creación de ambientes de aprendizaje.
 Lo que hacen, el ejemplo.
 Lo que dicen y la forma que lo dicen.
Como mencionamos en el capítulo anterior, en las sociedades
que tienen diferentes expectativas de los hombres y de las mujeres,
tan pronto como se define el sexo del bebé, la madre y los otros
miembros de la familia comienzan a intervenir para que el niño o la
niña se identifique con lo que se considera apropiado para su sexo. Es
así como se preocupan porque cada uno de los detalles relacionados
con la vida de esa personita esté acorde con lo que su cultura propone
como exclusivo de uno u otro sexo: por ejemplo, el color del vestuario,
la decoración de la cuna y del espacio en el que va a dormir y los
juguetes.
Estas son algunas de las respuestas de las madres y los padres
que esperan el nacimiento de un nuevo miembro de la familia y se
les pregunta por el sexo que prefieren:
“Yo quiero que sea hombre, porque sufren menos en la vida”.

“Como es el mayor, yo quiero que sea hombre para que cuide

a sus hermanas”.
“Yo quiero que sea hombre, para prolongar el apellido”.
“Yo quiero que sea hombre porque corren menos peligros”.
“Yo quiero que sea niña porque son más compañeras de la
mamá, son más de la casa”.
“Yo quiero que sea niña porque son más suavecitas, más fáciles
de criar”.
“Yo quiero que sea niña porque uno las puede vestir y arreglar,
son más lindas”.
“Yo quiero que sea niña porque las mujeres siempre están
pendientes de uno, son más cariñosas”.
¿Cómo cree usted que estas expectativas van a influir en el trato que
se le da a ese niño o a esa niña en la familia?
Lo anterior significa que, contrariamente a lo esperado, la

socialización sexual de los niños y de las niñas no es similar. Se ha
observado que, desde el nacimiento, las personas que se relacionan
con el/la bebé le dan un trato diferente dependiendo del sexo. Las
diferencias más notables ocurren en los juegos y las actividades
domésticas en las que le permiten participar, la manera como le
expresan el afecto y la forma como le imponen limites a su
comportamiento.
Los otros niños y niñas cumplen su función como agentes de
socialización sexual a través de los mensajes que intercambian
durante el juego. Aunque en el primer año de vida muchos juegos y
juguetes son comunes tanto para el niño como para la niña, los adultos
comienzan a intervenir para que uno y otro utilicen los objetos que son
“apropiados para cada sexo”. Así, no es raro observar que hacia los
cinco años los grupos comienzan a excluir de sus juegos a los
miembros de otro sexo, con frases tales como “vete, este no es un

juego para niñas”, “los niños no pueden estar aquí, estamos hablando
cosas de niñas”. Estas frases revelan el medio sexista en el que han
sido socializados los niños y niñas y mantienen la separación de los
sexos.
Los medios de comunicación, por su parte, cumplen su función
como agentes de socialización sexual reflejando en el contenido de sus
programas lo que es aceptado en el medio sociocultural, en lugar de
convertirse en agentes de cambio. En los medios de comunicación se
muestra a los hombres y a las mujeres representando los papeles que
tradicionalmente se les ha asignado a uno y a otro en función de su
sexo. Estos mensajes contribuyen a tener una visión parcializada,
inexacta y deformada de los hombres y de las mujeres, lo cual
favorece el mantenimiento de normas y expectativas de género
sexistas.
¿Cómo es el trato que generalmente dan los agentes de

socialización a los niños y a las niñas?
Los datos de diversos estudios indican que el trato de los adultos

hacia los hijos hombres pretende fomentar la reducción de la expresión
del afecto y el incremento de la agresividad, la independencia y el
autocontrol emocional; mientras que los comportamientos dirigidos a
las hijas mujeres buscan promover su papel como cuidadoras y su
dependencia.
Por ejemplo, mientras a los niños se les propician juegos que
implican mayor actividad física y agresividad, que se realizan en la
calle o en espacios abiertos (fútbol, boxeo, trepar a los árboles, montar
en triciclo), a las niñas se les permiten juegos que se realizan en casa,
que exigen habilidades manuales y favorecen una mayor expresión
verbal y afectiva (jugar a las muñecas, a cocinar, a coser, a pintar y a
ensartar collares).

Igualmente se observa que la asignación de las tareas

domésticas es diferente para los niños y las niñas. Mientras a las niñas
se les pide que colaboren en la cocina, el arreglo de la casa o en el
cuidado de los hermanos menores; a los niños se les encarga del
cuidado de los animales, hacer los mandados o sacar la basura.
Otra forma de trato diferencial se observa en lo que hace
referencia a la expresión del afecto. En general, podemos decir que los
adultos recurren a tres estrategias educativas para fomentar en las
niñas y controlar en los niños la expresión del afecto:
1. A las niñas les expresan el afecto a través del contacto físico.
2. Los adultos hombres tienden a tener expresiones afectivas
con menor frecuencia que las mujeres.
3. Los niños reciben más reacciones negativas cuando intentan
comunicarse con los adultos y más respuestas positivas
cuando realizan actividades agresivas.
Estas tres estrategias hacen que los niños, a medida que crecen,
vayan concluyendo que los “verdaderos hombres” son menos
expresivos que las mujeres. Las niñas, por su parte, van desarrollando
la idea de que las mujeres tienen la capacidad para expresar ternura,
cariño y sensibilidad hacia los demás.
También se ha observado que los adultos ejercen mayor presión
sobre los niños para que se comporten de acuerdo con lo que se
considera propio de los hombres, que sobre las niñas para que actúen
como mujeres. Es decir, desde el nacimiento los hombres se ven
enfrentados a la exigencia de demostrar que son “verdaderos
hombres”, que no son débiles, que no son mujeres. Esta presión se
ejerce, en primer lugar, a través de mensajes tales como “los hombres
no lloran, las que lloran son las niñas”, “sea macho, defiéndase”,
“súbase ahí o es que tiene miedo como una nena”, “vaya juegue, deje
de estar debajo de las naguas de su mamá como una niña”,
“defiéndase o es que es una nena”. En segundo lugar, a través del

castigo severo cuando su comportamiento coincide con lo que

socialmente se considera “femenino”.
Además se ha encontrado que mientras los niños son sometidos
a un trato autoritario, dominante y rudo por parte de los adultos, las
niñas reciben más elogios y críticas por su apariencia física, más
reacciones positivas por sus expresiones afectivas verbales y no
verbales y por sus conductas dirigidas a ayudar y apoyar a otros.
Adicionalmente, los niños y las niñas son disciplinados de manera
distinta. Mientras los adultos tienden a imponer a los niños castigos
físicos, a las niñas las sancionan con desaprobación social.
Mencione otros ejemplos para ilustrar las diferencias que se

presentan en el trato que desde el nacimiento reciben los niños y las
niñas.
¿Cómo cree que se sienten los niños y las niñas cuando observan que
los tratan de manera diferente?
¿Qué consecuencias tiene el que a los niños y niñas se les de

un trato diferente desde que nacen?
Se ha encontrado que cuando a los niños y a las niñas se les

trata de manera diferente, se les impide desarrollar las capacidades
que tienen como seres humanos independientemente de que sean
hombres o mujeres y, por lo tanto, se les imposibilita la satisfacción de
sus necesidades psicológicas básicas.
Desde muy temprana edad, los niños y las niñas comienzan a
reconocer las conductas que, en su medio familiar y social, se espera
que realicen los hombres y las mujeres y las normas que regulan el

comportamiento de cada uno de los sexos. Con el tiempo, también van

descubriendo sus necesidades y aprendiendo la manera como en el
contexto en que viven está permitido que las expresen y satisfagan.
Cuando el proceso de socialización sexual ocurre en un contexto
sexista, cumplir con las normas y expectativas de “un verdadero
hombre” y de “una verdadera mujer” tiene múltiples recompensas. Sin
embargo, también implica pagar un precio muy alto, tanto para la
persona como para la sociedad.
Así el hombre que decide vivir de acuerdo con lo que
socialmente se espera de los hombres tiene la oportunidad de
desarrollar su creatividad y la capacidad para resolver problemas, lo
cual le facilita lograr lo que se propone y, por lo tanto, satisfacer su
necesidad de autorrealización. Un hombre exitoso es admirado y
reconocido por quienes le rodean. Los “verdaderos hombres” miden su
éxito y valor personal cuantificando sus ingresos y sus propiedades,
entre estas incluyen las mujeres que han conquistado y los hijos que
han tenido. De ahí que su mayor motivo de reconocimiento y orgullo
sea el ser capaz de mantener económicamente a su familia y su
principal preocupación el trabajo productivo.
Pero ser un “verdadero hombre” es una carga muy pesada.
Cumplir con la expectativa de ser competente y triunfar en todo lo que
se propone es imposible. Siempre habrá otra persona, hombre o
mujer, que gane más dinero, tenga más éxito, sea más atractiva,
tenga una casa más grande, un carro más veloz o una pareja más
bonita. El hombre que pretende satisfacer las normas y expectativas
tradicionales de género, jamás va a estar satisfecho, nunca va a tener
suficiente, difícilmente tendrá tiempo para disfrutar lo que tiene
porque constantemente se siente presionado a ser y a tener más. Esta
exigencia permanente, por supuesto, afecta su salud física y mental.
Socialmente, las consecuencias de contar con “verdaderos
hombres” son devastadoras. Hemos dicho que los hombres que han

sido socializados en un medio sexista tienen dificultades para

identificar y expresar sus emociones. Cuando un hombre es incapaz de
entrar en contacto con su experiencia emocional, se convierte en una
máquina. Una máquina no reconoce emociones básicas como el miedo
y es insensible a las necesidades de los otros. El miedo es la emoción
que nos informa sobre las situaciones que representan una amenaza
para nuestro bienestar y nos induce a actuar para satisfacer nuestra
necesidad de seguridad. La capacidad para identificar las necesidades
de otros es fundamental para satisfacer nuestras necesidades de
aceptación, apoyo y pertenencia a través del establecimiento de
relaciones afectivamente cercanas.
El efecto más negativo de esta dificultad de los hombres para
entrar en contacto con este aspecto básico de la naturaleza humana se
observa en su tendencia a asumir riesgos y a hacer daño físico y
psicológico a otros. Para una persona que es incapaz de identificar e
interpretar sus propias emociones y las de quienes lo rodean es fácil
involucrase en situaciones que atentan contra su integridad personal y
la de los demás. Esto explica por qué la mayor proporción de actos
violentos son cometidos por hombres.

A las personas que en su proceso de socialización no se les
favorece la identificación y expresión de sus emociones tienen
dificultades para:
- Reconocer y describir lo que están sintiendo físicamente ante una
situación que amenaza su bienestar.
- Distinguir las emociones que corresponden a las reacciones o
cambios corporales.
- Imaginar lo que las otras personas experimentan ante situaciones
similares y ponerse en su lugar.

- Dar un nombre a la emoción, es decir, expresar en palabras lo que

experimentan físicamente.
Pero para las mujeres la situación no es mucho más alentadora.

Una mujer que se siente comprometida con las normas y expectativas
de género tradicionales, cree que el cuidado y la protección de los
otros constituye una prioridad y que la maternidad es el medio más
importante para satisfacer su necesidad de realización personal. Así
como para los hombres el trabajo constituye una prioridad, la familia lo
es para las mujeres.
Desafortunadamente, en una sociedad sexista las personas
tienen dificultades para conciliar la vida laboral y familiar. Como lo
hemos señalado, cuando acatamos las normas y expectativas de
género tradicionales, el “mundo femenino” y el “mundo masculino” no
solo son independientes sino opuestos. “Ser mujer” significa ser, desde
el principio, lo contrario de un hombre. Como consecuencia, muchas
mujeres crecen pensando que el matrimonio, la maternidad y las
labores domésticas son su destino, y que si son tan inteligentes y
competentes como los hombres difícilmente podrán “realizarse como
mujeres”. Es decir, se ven forzadas a elegir entre sus
responsabilidades domésticas y sus intereses laborales o a supeditar
su vida laboral a la afectiva, esto fundamentado en la creencia de que
“la mujer es el centro del hogar y que es la responsable de que la
familia funcione”.
Esto en razón de que las normas y expectativas de género
tradicionales hacen que sea incompatible, para las mujeres, ser
competentes laboralmente y definir un proyecto de vida significativo
en el que la maternidad sea tan solo una de las múltiples opciones de
realización personal.
Por su parte, a nivel emocional, a la mujer se le favorece el
desarrollo de habilidades para reconocer, interpretar y expresar

abiertamente emociones “femeninas” como el amor, la alegría y la

tristeza, pero se le inhibe de expresar emociones “masculinas” como el
enojo, el odio y el resentimiento. La persona que es capaz de revelar a
otros lo que está sintiendo y de reconocer que es vulnerable y que
necesita ayuda tiene mayores probabilidades de satisfacer sus
necesidades de apoyo a través del establecimiento de relaciones
afectivamente cercanas. Esta es una condición básica para el bienestar
emocional.
No obstante, para las mujeres esta habilidad para comunicar
abiertamente sus emociones se convierte en una desventaja en el
contexto laboral. Esto dado que en el trabajo, un contexto en el que se
valoran las cualidades “masculinas”, el comportamiento gentil,
afectuoso, sensible y compasivo es interpretado como signo de
debilidad y, por lo tanto, es descalificado. Esto favorece la
discriminación de la que son víctimas muchas mujeres en los ámbitos
educativos y laborales. Por ejemplo, a las mujeres se les asignan con
mayor frecuencia trabajos que tienen que ver con el cuidado y la
protección de otros (enfermería, educación, aseo), se les paga menos
que a los hombres cuando desempeñan funciones similares y se
prefiere a los hombres para cargos de dirección o liderazgo.
Otro aspecto que cabe mencionar como consecuencia del trato
diferencial que reciben las niñas desde el nacimiento hace referencia a
la valoración de su cuerpo. En una sociedad sexista, la mujer es
valorada principalmente por su belleza física y para un hombre el tener
una mujer bella como pareja es “un trofeo” que despierta admiración y
envidia por parte de otros hombres. Mientras los hombres compiten
entre ellos por poder económico, las mujeres compiten por su atractivo
físico, lo cual les garantiza ganar la atención de los hombres y, por
supuesto, conseguir alguien que las cuide y proteja. El cuerpo de la
mujer, por lo tanto, se convierte en un instrumento de intercambio, de
seducción y de manipulación.

Obviamente, el satisfacer las expectativas sociales de belleza

satisface necesidades de aceptación, reconocimiento y seguridad, pero
simultáneamente, tiene sus costos. Por ejemplo, las mujeres con
mayor frecuencia que los hombres expresan insatisfacción con su
apariencia física, por lo que tienden a asumir riesgos innecesarios para
su salud como dietas de reducción de peso y cirugías estéticas en
condiciones inadecuadas.
Por otro lado, se ha encontrado que las mujeres se involucran en
actividades sexuales que implican riesgo de infecciones o de un
embarazo no deseado porque han aprendido desde pequeñas que
deben ser pasivas sexualmente, que no es apropiado experimentar
deseo sexual, que la iniciativa la deben tener los hombres y que las
“niñas buenas no hablan de esos temas” solo se limitan a complacer
los deseos sexuales de su pareja para evitar que “se vaya con otra”.
 Para reflexionar…
Imagine que en una oficina de servicios públicos usted observa
que un empleado hombre llora ante el reclamo furibundo de uno de
los clientes: ¿Qué pensaría usted acerca de esa persona? ¿Cómo
reaccionaría? ¿Qué comentarios cree que escucharía por parte de
otros observadores?
Ahora imagine que la persona que llora es una mujer y Una
invitación a responder a las mismas preguntas.
¿Nota alguna diferencia?
¿Quién resulta más devaluado en ese juicio que usted hace del
comportamiento del hombre y de la mujer?
¿Es justo que usted califique de esa manera el comportamiento
de una persona solo por ser hombre o mujer?

En síntesis, en la medida que a las personas se les impide ser o

hacer lo que se considera propio del otro sexo, se les está limitando el
desarrollo de todo el potencial con el que nacen como seres humanos.
El ambiente, los juegos y las actividades que se propician a los niños,
por ser hombres, facilitan el desarrollo de la capacidad para dirigir su
propia vida y tomar decisiones de manera independiente (dan alas);
mientras que los de las niñas promueven el aprendizaje de habilidades
sociales (desarrollan raíces). Por ejemplo, los juegos de construcción y
los rompecabezas favorecen la creatividad y la practica de habilidades
para la toma de decisiones y la resolución de problemas. El juego de la
casita facilita el ensayo de habilidades para relacionarse con otros y el
aprendizaje de tareas domésticas.
Efectivamente, los niños y las niñas crecen en un mundo
dividido: por un lado, los hombres libres y autosuficientes, por el otro,
las mujeres serviciales y dependientes. Desde los primeros años las
niñas pueden jugar con niños sin temor a que se les cuestione su
feminidad, mientras que los niños que juegan con niñas son víctimas
de la sanción, la burla, la crítica y la exclusión social. Así, los niños que
son castigados por tener comportamientos “femeninos”, comienzan a
ver la feminidad y a las mujeres con desprecio. Estos hombres asumen
que la “feminidad” es debilidad, pasividad, dependencia, inseguridad,
sumisión, mientras que la “masculinidad” es sinónimo de aventura,
poder, control, éxito, independencia, fortaleza, valentía,
inexpresividad.
Aunque en los últimos años las mujeres han logrado ser más que
“amas de casa”, el trato desigual hacia los niños y las niñas continua
vigente y, en esa medida, se sigue impidiendo su desarrollo integral.
Es por ello que en el capítulo que sigue, planteamos algunas
alternativas para que el proceso de socialización sexual contribuya al
logro del objetivo que la mayoría de los adultos tenemos cuando

asumimos la tarea de cuidar a los niños y a las niñas: Promover su

desarrollo integral.
¿Cuáles de las siguientes actividades usted permite que realicen los

niños y cuáles aprueba que ejecuten las niñas?
- Patear y gritar cuando está enojad@.
- Llorar cuando se golpea.
- Correr a esconderse cuando algo le asusta.
- Golpear a otr@ niñ@ que le ha pegado.
- Andar desnud@ en público.
- Jugar con muñecas.
- Jugar con carritos.
- Colaborar en la cocina.
- Ayudar en las reparaciones mecánicas.
- Dar de comer a los niños y niñas más pequeños
¿Qué argumentos tiene para justificar que a los niños se les permita
hacer determinadas cosas y a las niñas otras?
¿Qué ventajas y desventajas tiene para los niños y niñas actuar de
acuerdo con lo que socialmente se tiene establecido para cada uno
de los sexos?

Capítulo 3
Una propuesta para el cambio
¿Cómo desea usted que sean en el futuro los niños y las niñas que
tiene bajo su cuidado?
¿Qué hace usted para ayudar a que esos niños y niñas lleguen a ser
lo que usted espera que sean?
Cuando a las personas responsables de la socialización sexual de

los niños y las niñas se les cuestiona sobre sus objetivos como
cuidadores, generalmente, responden que lo que buscan es que
lleguen a ser adultos felices. Las investigaciones han mostrado que la
gente describe la felicidad en términos de alegría, paz, sentimientos de
realización personal, placer, diversión, bienestar y satisfacción con la
vida.
Lo anterior significa que la felicidad tiene que ver con el juicio
que hace la persona sobre la calidad de su propia vida. Ese juicio se
basa en las respuestas que la persona da a las siguientes preguntas:
 ¿En qué medida he logrado lo que me he propuesto?
 ¿Qué consecuencias (personales, familiares o sociales) ha tenido el
logro de estos objetivos?
 ¿El logro de estos objetivos me ha permitido alcanzar otras metas
importantes para mí?
 ¿Estos objetivos los definí teniendo en cuenta mis propios intereses
y capacidades o con el fin de satisfacer las expectativas de las
personas que son importantes para mí?

 ¿Qué tanto, la realización de estos objetivos, me ha facilitado

satisfacer mis necesidades de aceptación, apoyo, reconocimiento,
seguridad y realización personal?
Se puede decir que una persona es feliz cuando, al hacer un
balance de su vida, reconoce que tiene lo que se merece, establece
que ha logrado lo que se ha propuesto y se siente bien con lo que
tiene, con lo que ha logrado y con lo que es como ser humano.
Contrariamente a lo que popularmente se cree, la felicidad no
depende de los recursos económicos con los que cuenta la persona, de
sus ingresos o de sus posesiones materiales. Es decir, aunque para
estar bien se requiere de la satisfacción de las necesidades físicas
básicas, esto no necesariamente incide directamente en sus
sentimientos de felicidad.
La mayoría de las personas estamos convencidas de que los
recursos materiales son una condición básica para ser felices. Esta
convicción nos lleva a planear nuestra vida en función de la
consecución de recursos económicos; asumimos que con el dinero no
solo vamos a obtener comodidad, placer y estabilidad sino también
poder, reconocimiento y seguridad. No obstante, los datos de diversos
estudios indican que las personas que se sienten más satisfechas con
su vida son las que sienten que están logrando lo que se han
propuesto sin dejar de ser lo que son y que, por lo tanto, son dueñas
de sí mismas y de su futuro.
Ahora bien, para que una persona llegue a hacerse responsable de
su propia vida, necesita haber crecido en un ambiente promotor de su
desarrollo integral. Dijimos en el capítulo 1 que el desarrollo integral
implica cambios armónicos en todas las áreas, incluida la sexual. El
desarrollo integral es fundamental para nuestro bienestar. A nivel
sexual, decimos que una persona goza de bienestar cuando:
 Es capaz de describirse teniendo en cuenta los distintos aspectos
que la caracterizan como persona, incluida la sexual.

 Se siente competente y valiosa como persona,

independientemente de ser hombre o mujer, femenina o
masculina, heterosexual, homosexual o bisexual.
 Satisface sus necesidades físicas y psicológicas en forma
constructiva y enriquecedora.
 Su comportamiento sexual está libre de creencias infundadas y
de sentimientos de culpa, temor o vergüenza.
 Es capaz de tomar decisiones relacionadas con su vida sexual y
reproductiva de manera racional, sistemática y autónoma.
 Tiene una posición crítica frente a los mensajes que recibe de los
distintos agentes de socialización sexual.
 Mantiene relaciones cercanas con figuras significativas.
 Se encuentra libre de desórdenes, enfermedades o deficiencias
que interfieren con su actividad sexual y su función reproductiva.
¿Cómo se puede lograr que los niños y niñas sean felices?
Para que los niños y niñas puedan desarrollarse integralmente y,

por lo tanto, gozar de bienestar, requieren que en su medio ambiente
físico, afectivo y sociocultural se le permita satisfacer sus necesidades
fisiológicas y psicológicas básicas en un contexto de respeto a sus
derechos fundamentales.
En los capítulos anteriores hemos visto que uno de los factores
que más dificulta el desarrollo integral de las personas es el crecer en
un contexto sociocultural sexista. Por esta razón, en este Manual
proponemos usar como marco de referencia para la socialización
sexual de los niños y de las niñas los Derechos Fundamentales que se
presentan en el siguiente recuadro.
Derechos Sexuales y Derechos de los Niños y de las Niñas

El marco normativo internacional de los Derechos Sexuales está constituido

por el conjunto de tratados internacionales sobre derechos humanos. En el
caso específico de las personas menores de 18 años los siguientes
Derechos de los Niños y de las Niñas sirven de base para desarrollar el
concepto de Derechos Sexuales en este manual3.
Los niños y las niñas tienen derecho a:
 La vida.
 La identidad y a mantener sus relaciones familiares, excepto cuando
éstas atentan contra su integridad o bienestar.
 Que su opinión sea tenida en cuenta en los asuntos que los afectan
teniendo en consideración su edad y madurez.
 La libertad de expresión.
 La libertad de pensamiento, de conciencia y de religión y a que sus
padres los guíen en el ejercicio de su derecho teniendo en cuenta que a
medida que los niños y las niñas maduran son capaces de formarse sus
propios puntos de vista.
 La privacidad.
 Tener acceso a información adecuada y a estar protegidos contra el
material y la información que pueda ser perjudicial para su bienestar.
 No sufrir ningún tipo de violencia o maltrato, incluyendo cualquier forma
de violencia o abuso sexual, trato negligente o explotación.
 Disfrutar del más alto nivel posible de salud.
 La seguridad social.
 Las condiciones de vida adecuadas para su desarrollo físico, psicológico,
moral, social y sexual.
 La educación encaminada a prepararlos para asumir una vida
responsable y respetuosa de sus padres, de su propia identidad cultural,
de las personas de ambos sexos, de su idioma y sus valores, de los
valores nacionales del país en que viven, del país de que sean
originarios, de otras civilizaciones y del medio ambiente natural.
 Recibir protección contra toda forma de explotación y abuso sexuales
incluyendo la participación en cualquier forma de prostitución,
pornografía o cualquier actividad sexual ilegal.
 Recibir apoyo para su recuperación física y psicológica y para su
reintegración social en caso de haber sido víctima de cualquier forma de
maltrato.
No obstante, para lograr que nuestra sociedad sea menos sexista y,

de esta manera, generar cambios en la forma de tratar a los niños y
las niñas no basta con la existencia de estos principios reconocidos a
nivel internacional. Lo que realmente importa es su puesta en práctica
y, para ello, las personas que cumplimos la función de ser agentes de
3
Calderón, M.C. (2005). Sexualidad y Reproducción. ¿Qué derechos tienen las colombianas y
los colombianos? Bogotá: Profamilia.

socialización sexual necesitamos convencernos de que vale la pena

respetar estos derechos y reconocer que diariamente impedimos su
ejercicio a los niños y a las niñas que tenemos bajo nuestro cuidado.
Efectivamente, tomar la decisión de poner en práctica los
derechos de los niños y de las niñas en el proceso de socialización
sexual, implica:
 Ser conscientes de que la sexualidad es mucho más que
genitalidad.
 Admitir que desde el mismo momento de la fecundación el ser
humano es sexual y que el ambiente sociocultural contribuye a dar
forma a la sexualidad.
 Reconocer que los hombres y las mujeres somos diferentes pero no
opuestos, contrarios, ni enemigos.
 Conocer las ventajas y desventajas que tiene tanto para hombres
como para mujeres el crecer en un medio sociocultural sexista.
 Reconocer que nuestra forma de actuar es el resultado de nuestra
historia personal y que con nuestro comportamiento estamos
contribuyendo a perpetuar prácticas sexuales discriminatorias.
 Aceptar que cuando tratamos a los niños y a las niñas de manera
sexista impedimos su desarrollo integral.
 Aceptar que cada ser humano es único, independiente, digno de
consideración y respeto y que tanto hombres como mujeres tienen
derechos humanos.
 Comprometernos a aprender sobre la sexualidad infantil y usar ese
conocimiento en la vida diaria.

¿Qué ventajas tiene llevar a cabo el proceso de socialización

sexual teniendo en cuenta los derechos de los niños y de las
niñas?
Para los niños y niñas la principal ventaja de crecer en un

ambiente en el que se respetan sus derechos, es que tienen una mayor
probabilidad de convertirse en personas:
 Seguras de sí mismas.
 Creativas.
 Capaces de controlar su comportamiento y de decidir su propia
vida.
 Sensibles a las necesidades de quienes les rodean y dispuestas a
actuar para satisfacerlas.
 Capaces de dar y recibir afecto.
 Hábiles para resolver problemas y para tomar decisiones teniendo
en cuenta sus intereses y los de las demás personas involucradas.
 Competentes para reconocer sus emociones y comunicarse de
manera efectiva.
En síntesis, se ha observado que las personas que fueron tratadas en
forma digna y justa en su infancia gozan de bienestar sexual y, por lo
tanto, son felices.
Algunas características predominantes en las personas que

enfrentan los retos que la vida les plantea con mayor éxito
Imaginativas Amables
Creativas Atentas
Sensibles Cuidadosas
Cooperativas Persistentes
Consideradas Ordenadas
Generosas Precavidas
Prudentes Expresivas

Calidas Optimistas
Respetuosas Seguras de sí mismas
Rápidas para aprender Estables emocionalmente
¿Qué debemos saber sobre la sexualidad infantil para poner en

práctica los derechos de los niños y de las niñas en el proceso
de socialización sexual?
Para promover el cambio que estamos proponiendo es importante:

 Obtener información sobre las características de los niños y de las
niñas en las distintas etapas de desarrollo.
 Desarrollar habilidades para establecer relaciones positivas y
satisfactorias con los niños y las niñas que tenemos bajo nuestro
cuidado.
 Tener en cuenta los medios más eficaces para lograr que los niños y
las niñas aprendan lo que queremos y que les convienen para
desarrollarse integralmente.
 Mejorar nuestra capacidad para manejar de manera adecuada las
expresiones de la sexualidad infantil.
 Buscar apoyo de profesionales expertos cuando tenemos dudas
sobre cómo abordar una situación que pone en riesgo el bienestar y
el desarrollo integral de un niño o una niña.
¿Cuáles son las características de los niños y de las niñas en

las distintas etapas de desarrollo?
Como ya lo mencionamos, el desarrollo de los niños y de las niñas

atraviesa varias etapas y ocurre a ritmos distintos. No obstante, en

ocasiones los adultos esperamos que todos los niños y niñas se

comporten de la misma forma, que actúen como si fueran “adultos” y
que entiendan o hagan cosas que aún no están en condiciones de
comprender o realizar.
Para evitar que les exijamos a los niños y niñas menores de 6 años
más de lo que están en capacidad de hacer o de que, por el contrario,
los tratemos como si no fueran capaces de comprender casi nada,
resulta útil usar como guía las características que los expertos en el
tema de desarrollo han logrado identificar y que se sintetizan en el
siguiente cuadro4.
En el cuadro se observa que desde el nacimiento el niño o la niña
cuenta con el potencial para relacionarse con las personas
responsables de satisfacer sus necesidades básicas y sobrevivir. Por
ejemplo, el bebé cuenta con el reflejo de succión lo cual le facilita la
lactancia y, por lo tanto, calmar el hambre. A partir del tercer mes,
lleva a cabo varias acciones con el fin de comunicarse con sus
cuidadores (sonríe, llora, gira la cabeza, grita). Es así como en el
primer año se comienza a establecer la relación entre el niño y la niña
y sus cuidadores, la cual es esencial para que pueda darse de manera
eficaz el proceso de socialización sexual.
Posteriormente, hacia los dos años, el desarrollo de las habilidades
lingüísticas favorece la relación con otros niños y niñas, la
participación en diversas actividades y juegos y las primeras
manifestaciones de independencia.
A los 4 años comienza a plantear las primeras preguntas sobre sí
mismo/a y el mundo que le rodea, tiene la capacidad para realizar
actividades de autocuidado y juegos cooperativos y, por lo tanto, es
4
Para ampliar este aspecto pueden consultarse los siguientes documentos:
INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR - UNICEF (1995). Escala de
Valoración Cualitativa del Desarrollo Infantil. Bogotá, ICBF.
INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR (1990). El desarrollo Infantil. Una
conceptualización desde el ICBF. Bogota: Subdirección técnica de Protección.

capaz de reconocer las consecuencias de su comportamiento, de

comprender las reglas y las razones que plantean otros para justificar
sus acciones.
Edad Características
0 – 7 meses Depende del adulto para la satisfacción de sus
necesidades básicas.
Se comunica a través del llanto, la sonrisa, la
imitación de sonidos y el balbuceo.
Explora sus manos y pies.
8 – 12 meses Frente al espejo se reconoce a sí mismo/a.
Identifica las partes de su cuerpo.
Responde cuando se le llama por su nombre.
Reconoce voces familiares.
Reacciona ante personas extrañas con llanto o
manifestaciones de miedo.
Se da cuenta que tiene la habilidad para hacer
las cosas que se propone (comportamiento
intencional).
Juega solo/a (Juego solitario).
1 – 2 años Imita el comportamiento de los adultos.
Utiliza algunas palabras para expresarse.
Entiende algunas palabras e ideas.
Disfruta la lectura de cuentos y el juego con
marionetas.
Quiere hacer algunas cosas solo/a (conductas de
“yo puedo solo”, tales como vestirse, comer,
lavarse las manos).
Les gusta colaborar en las tareas de la casa.
El juego continúa siendo individual.
Se inicia el control de esfínteres.
Comienza a entender el efecto que tiene su
comportamiento en otros

2 – 4 años Expresa la frustración con llanto, gritos y

pataletas.
Se enoja cuando no logra hacer todo lo que
quiere.
Continúa el desarrollo de habilidades lingüísticas.
Es capaz de identificar, interpretar y comprender
las emociones de otras personas.
Juega al lado deotros niños y niñas, haciendo
cosas iguales o similares pero sin mucha
interacción (Juego paralelo).
Puede comer y vestirse solo/a.
En el juego imita o representa la vida de los
adultos.
4 – 6 años Manifiesta su curiosidad a través de preguntas.
Inicia el aprendizaje de la lectura y la escritura.
Manifiesta interés por las relaciones románticas.
Participa en juegos conotros niños y niñas que
implican la imaginación, el establecimiento y
cumplimiento de reglas grupales (Juego
cooperativo).
Usa el lenguaje para expresar sus emociones.
Realiza por sí mismo/a las actividades de aseo
personal y cuidado de sus cosas.
Es capaz de modelar una tarea a niños más
pequeños.

¿Cómo podemos establecer relaciones positivas y

satisfactorias con los niños y las niñas que tenemos bajo
nuestro cuidado?
Un requisito fundamental para que pueda ocurrir el proceso de

socialización sexual es que entre los niños y niñas y los adultos
responsables de su cuidado se establezca una relación cercana y
calida. Para lograr establecer una relación positiva con los niños y
niñas, podemos hacer uso de diversas estrategias que resultan de la
combinación de los siguientes aspectos:
a) La aceptación incondicional del niño o de la niña llamada
también apoyo, calidez, expresión del afecto o interés auténtico
en el bienestar del niño o de la niña. Se expresa mediante
aquellos comportamientos del adulto tendientes a mantener una
relación estrecha con el niño o la niña (por ejemplo, compartir
actividades y disfrutar de momentos en privacidad) que
permiten que el niño o la niña se sienta apoyado/a y seguro/a de
que se lo acepta tal como es.
b) El establecimiento de normas y límites claros y el seguimiento de
su cumplimiento. Implica adecuar nuestras exigencias y los
métodos que usamos para lograr que los niños y niñas las
cumplan, a su edad y sus capacidades. De esta manera,
favorecemos el desarrollo de su sentido de responsabilidad sin
desalentar su individualidad y su independencia.
c) El fomento de la autonomía, supone aceptar que los niños y
niñas tienen la capacidad de pensar, sentir y actuar de manera
independiente y que, de acuerdo con su nivel de desarrollo, se
les debe permitir tomar decisiones y solucionar sus problemas.
La autonomía se desarrolla cuando les exigimos que actúen de
acuerdo con su edad, les hacemos pensar sobre las
consecuencias que tiene su comportamiento para ellos y las

demás personas, les ayudamos a plantear alternativas para

solucionar problemas o les permitimos explorar el ambiente y
aprender de la experiencia.
d) La disposición a intercambiar información, experiencias,
necesidades y sentimientos a través de una comunicación clara
y abierta.
En el siguiente cuadro usted encuentra ejemplos concretos de lo que
puede hacer para poner en práctica cada una de estas estrategias.
Aceptación Establecimiento Fomento de la Apertura a la

incondicional de límites autonomía comunicación
Reconozca las Establezca rutinas Crear espacios Crear espacios de
necesidades de aseo, sueño, físicos libres de juego y
fisiológicas y alimentación, juego riesgo que inviten a conversación
psicológicas del Elaboren (adultos y la realización de Reconocer y
niño/a y Una niños) una lista de actividades aceptar las
invitación a las tareas exploratorias sin emociones del niño
responder a ellas domésticas y molestar a otros o de la niña y
teniendo en cuenta definan Permitirle hacer las enseñarle a
su edad responsabilidades cosas que intenta expresarlas con
Abrácelo/a, sin establecer hacer por si palabras: “estás
acarícielo/a, diferencias por mismo/a: vestirse, triste”, “estás
béselo/a, arrúllelo/a sexo (pueden comer, elegir ropa enojado/a”, “yo se
Dígale acordar que estas y juguetes, que te dolió
frecuentemente “te actividades serán bañarse. mucho”, “Yo
amo” rotadas por días o Reconocer su también me siento
Interésese por sus semanas) esfuerzo y mal cuando las
actividades Diga claramente lo elogiarl@ cosas no me salen
Permítale colaborar que espera “quiero Evitar hacerle las bien”, “a mi
Resalte los que al terminar de cosas que ya también me daba
aspectos positivos jugar recojas todos puede hacer por sí miedo la
de los niños y niñas los juguetes y los mismo/a oscuridad”
Evite las pongas en el Recuerde que Favorezca la
comparaciones canasto” usted no siempre interacción entre
Recuerde que los Sea consistente tiene la razón, niños y niñas
seres humanos (estable) es decir, permita al niño o a invitándoles a
somos imperfectos, si dice que antes la niña conocer por compartir
no espere que los de ir a dormir qué es importante actividades, juegos
niños y niñas que deben lavarse las hacer y juguetes
tiene bajo su manos y cepillarse determinadas Comente a los
cuidado sean la los dientes, exija el cosas y por qué se niños y niñas sobre
excepción cumplimento de le impide hacer sus emociones, sus
Evite amenazar con esta norma otras, reconozca experiencias, sus
el retiro del afecto siempre sus equivocaciones deseos, sus planes.
cuando se equivoca Establezca y pida disculpas Dedique tiempo
“si sigues sanciones Permítale expresar para hablar sobre
portándote así te relacionadas con la sus ideas y la forma como se
voy a dejar con tus falta y que le opiniones respecto comportan las

abuelos” permitan repararla a la ropa que va a personas y las

Acepte que los y aprender de la ponerse, el juguete implicaciones que
niños y niñas no experiencia que quiere usar o tiene ese
son una réplica “Habíamos el juego en el que comportamiento
exacta de los acordado que hoy quiere participar “Saben hoy cuando
adultos, son recogías la ropa Solicite su opinión venía en el bus vi
diferentes y no sucia como no lo cuando van a cuando un
tienen por qué ser hiciste, para que preparar los jovencito le robaba
como esperamos puedas salir a jugar alimentos o cuando la cartera a una
que sean debes hacerlo van a tomar una señora, me dio
Al corregir haga durante toda la decisión que lo/a tanta tristeza ver a
referencia al semana”. afecta esa pobre señora
comportamiento no Sea firme evite Tenga en cuenta la gritando
lo/a califique como ceder a la opinión o punto de desesperada, a lo
persona: diga “no manipulación, si vista del niño/a mejor llevaba la
me gusta esto que impone una platica del
estás haciendo sanción “no ves mercado…”
porque puedes televisión hasta Exprese interés
hacerte daño”, que termines de auténtico por
evite “deja de ser recoger los conocer el punto de
tan necio, pareces juguetes” cúmplalo vista de los niños y
un saltamontes”. Este al tanto de lo de las niñasPermita
Exprese interés por que hacen los niños que los niños
lo que hace cuando y niñas, dónde se
no está con usted encuentran, con
quién se relacionan
y verifique que
aunque usted no
está con ellos/as
las reglas que han
acordado se
cumplen
Dedique tiempo a
explicar la razón
por la cual usted
impone una regla,
permítale ver las
consecuencias que
tiene su
comportamiento
para sí mismo y
para otros.
En síntesis, la relación que los niños y niñas establecen con sus

cuidadores se comienza a establecer desde el mismo momento del
nacimiento y depende en gran medida de la sensibilidad de los adultos
para identificar las necesidades del bebé, descubrir y de su capacidad
para responder de manera efectiva y oportuna.

IDEAS PARA RECORDAR...

Para favorecer una buena relación con los niños y niñas es importante:
- Observar y ser sensible. Los cuidadores necesitan tiempo para
conocer y empezar a entender la forma en que los niños y niñas
comunican sus necesidades.
- Responder de acuerdo a la necesidad que ha sido identificada. Al
principio los cuidadores tendrán que experimentar distintas formas de
responder para poder descubrir cuál es la que más satisface a los niños y
niñas.
- Responder de manera consistente es decir, de la misma forma
siempre.
- Reconocer y aceptar que cada persona es única y que, por lo tanto,
tiene sus propias características y estilo de responder a las diferentes
situaciones.
¿Cuáles son los medios más eficaces para lograr que los niños
y las niñas aprendan lo que queremos?
Hemos dicho que, en general, los adultos buscan que los niños y
las niñas lleguen a ser felices. También hemos mencionado que una
persona feliz es aquélla que tiene la capacidad para dirigir y controlar
su vida de acuerdo con criterios personales y teniendo en cuenta las
consecuencias que tienen sus decisiones y su comportamiento para sí
mismo/a y para quienes lo/a rodean. Esta capacidad se desarrolla a
través de tres procesos:
 La observación
 La instrucción
 La experiencia

La mayor parte del comportamiento humano es aprendido a

través de la observación. En el aprendizaje por observación la
conducta de una figura significativa, funciona como modelo para que
quien la observa asuma comportamientos similares.
Lo anterior significa que los comportamientos de los agentes de
socialización sexual se pueden convertir en modelo para los niños y las
niñas. Los agentes de socialización le enseñan al niño o a la niña, con
su ejemplo, cuándo, dónde y cómo expresar afecto; qué, cómo y con
quién hablar acerca de lo que le ocurre, lo que siente, lo que quiere,
necesita o sueña; qué cosas puede y debe hacer; cuáles son las tareas
que debe desempeñar como hombre o como mujer. Por ejemplo, es
muy difícil que un niño aprenda a lavar los platos, a poner la mesa o a
tender su cama si no se le involucra en este tipo de tareas y, además,
observa que su padre tampoco participa en su realización.
En los diferentes espacios de socialización el niño o la niña
también aprende la manera apropiada de usar y hacer respetar el
espacio físico y emocional que existe entre él o ella y las otras
personas. Este aprendizaje se logra observando:
 La forma como se sientan los adultos entre sí (por ejemplo,
demasiado cerca o lejos).
 El tipo de expresiones de afecto que hacen a otras personas y
admiten que otros les hagan (por ejemplo, besos en la mejilla
entre parientes, besos en la boca entre novios o esposos).
 Las exigencias de respeto a la privacidad e intimidad que
hacen las personas (por ejemplo, los adultos cierran la puerta
cuando entran al baño o cuando se están vistiendo y piden a
los niños y niñas que cuando observen la puerta de la
habitación cerrada, toquen antes de entrar).
 Los temas que discuten los adultos en su presencia o en
presencia de otros (por ejemplo, en una visita los padres no

discuten sobre cómo pagar el arriendo, esto lo hacen cuando

están en familia).
El aprendizaje por observación se complica cuando los niños y
niñas son expuestos a modelos inconsistentes de comportamiento, es
decir, cuando las figuras de identificación no se comportan de forma
similar o cuando no lo hacen siempre de la misma forma. Por ejemplo,
para los niños y las niñas es difícil comprender qué se espera de ellos
cuando observan que mientras en la casa las mujeres son las
encargadas de ordenar los cuartos en la escuela la profesora exige que
tanto las niñas como los niños colaboren en esta actividad. También
genera confusión ver que el padre trata cariñosamente a la madre
cuando están en público pero cuando están a solas la grita y la golpea.
La segunda estrategia de aprendizaje de la que disponemos las
personas es la instrucción, es decir, a través de lo que nos dicen que
debemos hacer. Por ejemplo, cuando la madre le indica a su hijo cómo
recoger los juguetes al terminar de jugar y dónde ponerlos. La
instrucción, para que sea efectiva, debe ir acompañada de una
consecuencia en forma de reconocimiento o sanción social. En este
ejemplo, la madre puede decir a su hijo “bravo, así tus juguetes te van
a durar más y el cuarto se ve lindo y ordenado!”, cuando el niño no
recoge sus juguetes, la madre puede decir algo como “hasta que no
termines de recoger los juguetes no puedes ver televisión”.
No obstante, hay que tener en cuenta que la instrucción no va a
ser efectiva si las consecuencias del comportamiento son
inconsistentes, es decir, si actuar o no de acuerdo con lo que se está
enseñando no tiene siempre la misma consecuencia, si se amenaza
con una sanción y no se cumple o si “el cura predica pero no aplica”.
La última forma de aprendizaje es a través de la experiencia.
Las personas aprendemos “haciendo”, es decir, no solo a través de lo
que vemos que otros hacen o a través de lo que nos enseñan
directamente sino a través de la realización de una serie de

actividades que satisfacen nuestra curiosidad y nuestra necesidad de

exploración. La necesidad de exploración y la curiosidad es lo que
mueve a los niños y niñas a chuparse las manos, a morderse los pies, a
tocarse los genitales, a plantear preguntas. Otra experiencia que
permite a los niños y niñas aprender es el juego. En los juegos los
niños y niñas aprenden de sí mismos y desarrollan habilidades para,
entre otras muchas cosas, negociar reglas, resolver conflictos,
expresar necesidades, compartir, cooperar.
Las reacciones de los adultos frente a estas manifestaciones
propias de su curiosidad infantil y experiencias de juego favorecen el
aprendizaje de reglas y pautas de comportamiento.

En la actualidad se sabe que el ser humano nace con “el equipaje”
biológico que necesita para crecer y desarrollarse de manera
saludable. Ese equipaje es como arcilla en las manos de un artesano,
puede ser fácilmente moldeado a lo largo de la vida. Las experiencias
en los primeros años de vida, para bien o para mal, pueden tener
efectos para toda la vida. De la misma manera que un bebé que no
recibe la alimentación adecuada puede sufrir de desnutrición y tener
serios problemas en su desarrollo físico y mental, un bebé que vive
en un ambiente sexista en el que no se le satisfacen sus necesidades
psicológicas básicas puede ver alterado el desarrollo de su
sexualidad.
¿Cuáles son las expresiones naturales de la sexualidad infantil

y cómo podemos manejarlas?
El desarrollo de la sexualidad, como dijimos en los apartados

precedentes, se inicia en la infancia y progresa con la edad, de la

misma forma que ocurre en las otras facetas del ser humano. En
general, se ha observado que en los primeros seis años de vida el
desarrollo de la sexualidad tiene que ver fundamentalmente con tres
procesos: el reconocimiento y la aceptación del propio cuerpo, la
identidad sexual y la adquisición de conocimientos sobre la sexualidad.
EVOLUCION DE LOS COMPORTAMIENTOS

SEXUALES
1. Respuestas reflejas a experiencias internas

• Erecciones
• Lubricación Vaginal
• Contracciones pélvicas
2. Exploración Genital
• Autoestimulación
• Mostrar los genitales
• Mirar y tocar los genitales de otros
3. Juegos Sexuales
• Besar
• Juegos del Papá y la mamá o del doctor
• Usar palabras obscenas
• Chistes con doble sentido
¿Cómo se desarrolla el reconocimiento y la aceptación del

propio cuerpo?
Para el ser humano el reconocimiento y la aceptación del propio

cuerpo es una tarea fundamental para la construcción del concepto y
la aceptación de sí mismo. Esta tarea se logra progresivamente, desde
los primeros meses de vida los niños y niñas comienzan a explorar
diferentes partes del cuerpo: se miran y se introducen en la boca sus
manos y sus pies, se tocan sus genitales cuando tienen la oportunidad
de hacerlo (durante el cambio de pañal o el baño) o se introducen
objetos en la nariz y los oídos. Las personas que se encargan de su

cuidado también facilitan este autodescubrimiento y aprendizaje, por

ejemplo, les enseñan las partes del cuerpo a través de juegos y
canciones.
Generalmente, en las actividades dirigidas a enseñar las partes
del cuerpo a los niños y niñas, los adultos no incluyen los genitales, lo
cual es esencial para que éstos sean asumidos de manera tan natural
como la cabeza o los pies. Por ejemplo, en las canciones que implican
nombrar y señalar la cabeza, el tronco, las rodillas y los pies, se
pueden incluir dentro de la secuencia los genitales (la vulva para las
niñas, el pene y los testículos para los niños); en el aula podemos
utilizar muñecos sexuados, rompecabezas y laminas para colorear que
incluyan niños y niñas desnudos con los que pueden ir aprendiendo
todas las partes que lo conforman, incluidos los genitales, sin hacer
particular énfasis en alguna de ellas. De esta manera los niños se
familiarizarán con los términos apropiados para referirse a los órganos
sexuales, lo cual facilita la comunicación y evita que comiencen a ver
el cuerpo y los temas relacionados con la sexualidad con morbosidad o
malicia.
Si los adultos tienen dificultades para usar con naturalidad la
terminología correcta de las partes del cuerpo, pueden repetirlos con
frecuencia cuando están a solas hasta que se sientan cómodos al
decirlos en voz alta. Si los niños y niñas ya han aprendido otros
nombres para referirse a los genitales, podemos aclararles que esos
términos, aunque los usa la mayoría de la gente, no son los
apropiados.
Paralelamente, los niños y niñas van descubriendo la capacidad
que tienen para experimentar placer. Efectivamente, se ha observado
que, desde los primeros días de nacidos, los niños y las niñas parecen
experimentar placer cuando se estimulan sus genitales y otras
regiones de su cuerpo identificadas como zonas erógenas. Incluso
desde las primeras semanas de vida, los niños responden (de manera

refleja) con erecciones y las niñas con lubricación vaginal a ciertos

estímulos internos o externos (por ejemplo, mientras duermen, los
bañan, los alimentan o les cambian el pañal).
Sin embargo, aunque los niños y las niñas nacen con la
capacidad potencial de responder a los estímulos sexuales y sentir
placer al ser estimulados en las zonas erógenas, estas reacciones no
son la expresión del deseo sexual con la connotación que tiene para
los adultos. Estas son respuestas reflejas, involuntarias, automáticas
como lo son la succión (el bebé voltea la cabeza, abre la boca y realiza
movimientos de succión cuando se le toca la mejilla con un dedo o el
pezón), el sobresalto (el bebé extiende los brazos y las piernas y
arquea la espalda ante un sonido fuerte), o el agarre (el bebé cierra el
puño con fuerza cuando se le toca la palma de la mano). Muchos de los
reflejos del ser humano están presentes desde antes del nacimiento y
son importantes para la supervivencia en la medida que ofrecen
protección.
¿Por qué los niños y niñas se tocan sus genitales?
Como ya hemos dicho los niños y niñas tienen que descubrir su

cuerpo de la misma forma que lo hacen con el resto de las cosas que
hay a su alrededor. El descubrimiento de sus genitales llega a ser una
sorpresa placentera debido a que generalmente los mantienen
cubiertos con los pañales, de manera que el cambio de pañal y el baño
son los instantes propicios para tocar esta parte de su cuerpo con las
manos.
Es así como la auto-estimulación ocurre inicialmente de manera
involuntaria, accidental o casual y se repite de la misma forma que
cualquier otra actividad tendiente a obtener información sobre el
propio cuerpo. A través de esta conducta exploratoria los niños y niñas
van descubriendo el componente placentero que tiene tocar ciertas

partes del cuerpo. Los padres o cuidadores también propician este

descubrimiento al bañarlos o al cambiarles los pañales.
En la medida que el niño o la niña se da cuenta que al tocarse los
genitales siente diferente que cuando se toca cualquier otra parte del
cuerpo, empieza a realizar esta actividad de manera intencional. Así
se observa que los lactantes tienden a tocarse los genitales tan pronto
como pueden dirigir el movimiento de sus brazos y cuando están
desnudos. La estimulación genital también se hace usando los objetos
que tienen disponibles: juguetes, cobijas, almohadas o muebles. Esta
práctica de auto-estimulación intencional aparece alrededor de los 2 ó
3 años, pero tiende a disminuir hacia los 6 años.
Estas sensaciones, aunadas a una amplia gama de actividades
exploratorias en las que los niños y las niñas aplican las habilidades
con las que nacen (la succión y la prensión) les permiten,
progresivamente, discriminar entre ellos y el mundo exterior. Con el
tiempo desarrollan la capacidad de auto-reconocimiento, es decir, al
final de los dos años son capaces de reconocer que el niño o la niña
que aparece frente a un espejo “soy yo”.
Preguntémonos ¿cómo es nuestra reacción cuando el bebé se
esfuerza por tocar el pie con su boca? ¿Reaccionamos de la misma
forma cuando intenta tocar sus genitales con las manos? ¿Por qué?
¿qué es lo que sentimos y pensamos cuando vemos a los niños y
niñas tocarse sus genitales?
¿Es lo mismo la autoestimulación que la masturbación?
No, la autoestimulación es una actividad exploratoria, que

permite al niño o a la niña reconocer su propio cuerpo y diferenciarse

del mundo que le rodea. Aunque la autoestimulación es una actividad

que produce placer, a diferencia de la masturbación, no está
acompañada de fantasías sexuales y no tiene como propósito lograr el
orgasmo.
¿Qué debemos hacer cuando observamos que los niños y niñas

se están tocando sus genitales?
La actitud que asuman los adultos frente a esta conducta de

auto-estimulación tiene una influencia definitiva en la aceptación del
niño de su cuerpo como fuente de placer y no como algo que debe
ocultar y de lo cual debe sentirse avergonzado y culpable.
Recordemos que los niños y las niñas aprenden de lo que observan en
los adultos y de lo que les comunicamos de manera verbal y no verbal.
En efecto, si las personas que se encargan de su cuidado
aceptan que la auto-estimulación es una conducta exploratoria que
permite a los niños y niñas conocerse, es más probable que reaccionen
de la misma manera que lo hacen cuando observan que están llevando
a cabo otras actividades como chuparse el dedo o mirarse en un
espejo. Pero si las personas creen que la autoestimulación es una
practica “dañina”, “sucia”, “obscena” o “pecaminosa”, que indica un
interés exagerado por el placer sexual, es probable que reaccionen
negativamente. En el siguiente cuadro se presentan algunos ejemplos
de respuestas constructivas, es decir, que favorecen el desarrollo sano
de la sexualidad, y de respuestas restrictivas que pueden tener un
efecto negativo en el desarrollo de la sexualidad.

Respuestas constructivas Respuestas restrictivas

No intervenir, ni interrumpir la “Sucio bebé”
actividad porque reconoce que
la autoestimulación es un “Huácala”
asunto privado y personal, que
no le va a causar ningún daño “Eso no se hace”
al niño o a la niña.
“Qué hace tocándose por allá”
Cuando lo hace en público, le
explica al oído que esa “Vaya lávese las manos cochino”
actividad se debe hacer “en
privado” porque es como “Grosero, vaya para adentro”
bañarse o desnudarse en frente
de todo el mundo. Le quita la mano con un mensaje no
verbal que le expresa que lo que está
Observar, sin intervenir, haciendo es “malo”, “inadecuado”,
cuándo ocurre, cómo se “sucio”, “vergonzoso”.
presenta y con qué frecuencia
para establecer si se trata de Le da una palmada.
una conducta:
Le llama la atención en público.
- Exploratoria que satisface su
curiosidad sexual natural. ¿Qué otros ejemplos de respuestas
restrictivas ha observado que se
- Que amerita la intervención presentan en el medio en el que
del adulto para asegurar que el usted vive?
niño o la niña conoce y
comprende las reglas básicas
que regulan el comportamiento
sexual de las personas.
- Que expresa preocupación y

confusión frente a la sexualidad
y requieren la intervención de
un profesional.
En el siguiente capítulo
veremos como establecer la
diferencia y cómo actuar ante
cada una de estas modalidades
de comportamiento.

Otro suceso que es también significativo en este período

(aproximadamente 2 a 3 años de edad) es el inicio del entrenamiento
para el control de esfínteres (orinar y evacuar en el momento y lugar
aceptados socialmente). Aprender a usar el baño es mucho más difícil
para los niños y niñas que aprender a comer solos o a dormir toda la
noche, debido a que este comportamiento no tiene una recompensa
obvia para ellos/as. Cuando el niño o la niña come satisface su
necesidad de hambre e ir a la cama para dormir le permite lograr el
descanso que su cuerpo le está exigiendo. Pero cuando los/as ponemos
en el baño, lo único que hacen es orinar o evacuar, algo que de todas
formas van a hacer, con o sin pañal. Este comportamiento es
importante para los adultos, no para los niños y niñas.
La forma como se realice el entrenamiento del control de
esfínteres contribuye a que los niños y las niñas empiecen a relacionar
sus genitales con limpieza y suciedad, pudor y vergüenza, satisfacción
e insatisfacción, bueno y malo, apropiado e inapropiado. Se ha
encontrado, por ejemplo, que las madres que expresan asco o hacen
comentarios desagradables frente a las primeras evacuaciones de su
hijo/a en el sanitario, retrasan el aprendizaje de esta conducta.
Para que el entrenamiento en el control de esfínteres permita el
desarrollo sano de la sexualidad es recomendable:
 Recordar que no importa cuándo comience uno el entrenamiento, los
niños y niñas generalmente logran mantenerse limpios y secos poco
antes de cumplir los tres años. Entre más pronto comencemos el
entrenamiento más nos vamos a tardar en lograr lo que nos
proponemos.
 Familiarizar al niño o a la niña con el baño, la taza o la bacinilla.
Podemos comprarla y explicarle que sirve para orinar y evacuar en
ella, no debemos forzarlo a usarla. Es conveniente ubicarla en el
baño, para que comience a asociarla con el lugar más apropiado
para hacer uso de ella.

 Observar los horarios en los cuales los niños y niñas acostumbran a

evacuar. Aprender a mantenerse limpio/a ocurre más rápidamente
que aprender a mantenerse seco, porque es algo que se presenta
con menor frecuencia en el día y porque las señales que indican que
esto va a ocurrir son más fácilmente identificables tanto para los
niños como para sus cuidadores. Por ejemplo, si la persona que se
encarga de cuidar al niño o a la niña sabe que generalmente evacua
después de desayunar, puede dejarlo sin pañal un rato y tan pronto
observa las señales del niño de que el movimiento intestinal está por
ocurrir, le puede sugerir y animar para usar la bacinica o la bacinilla.
Si el niño o la niña dice “no”, no se le debe forzar, el entrenamiento
en el control de esfínteres solo es exitoso cuando logramos la
cooperación espontánea del niño o de la niña, si le obligamos nos
exponemos al fracaso.
 Evitar convertir el uso del baño en un asunto moral, diciendo que es
un/a niño/a bueno/a cuando lo usa y malo/a cuando no lo hace.
Aprender a usar el baño y dejar los pañales es tan solo una nueva
habilidad que los niños y niñas desarrollan con el tiempo.
 Impedir que el niño o la niña se de cuenta del disgusto que
representan para los adultos las heces o su olor. Para los niños y
niñas, generalmente, resulta interesante ver lo que sale de su
cuerpo, en ocasiones querrán cogerlas con las manos, olerlas y jugar
con ellas, si observan en los adultos gestos que indican asco o
expresiones verbales de repugnancia, se pueden sentir herido/as y
pensar que no solo rechazan sus heces sino su cuerpo y todo lo que
sale de él. No se trata de fingir que para nosotros sus heces también
son interesantes o que disfrutamos del olor de sus excrementos,
parte de lo que los niños y niñas aprenden con el tiempo es que las
heces no son juguetes, pero debemos evitar hacerlo/a sentir sucio/a
y avergonzado/a por lo que hace.

 Iniciar el entrenamiento al final de los dos años facilitará que el

proceso ocurra con poca intervención por parte de los adultos,
porque a esta edad los niños y niñas están en capacidad de bajarse
los pantalones sin ayuda, de ir al baño solos/as y de vaciar la
bacinilla con poca ayuda. Esto les permitirá sentir que tiene control
sobre sí mismos/as y sobre sus cuerpos.
¿Qué es la identidad sexual y cómo se desarrolla?
La identidad sexual es la idea que la persona tiene de ser

siempre la misma mujer o el mismo hombre aunque varíen las
circunstancias en las que se encuentra o cambien su apariencia, su
forma de pensar, de sentir o de comportarse. La identidad de una
persona se reconoce por la respuesta que da a la pregunta ¿quién soy
yo?
La identidad se desarrolla a lo largo de la vida y puede
experimentar algunos cambios con el tiempo. No obstante, se ha
observado que a partir de los tres años comienzan a ser más estable y
que el grado de estabilidad se incrementa con el tiempo en forma
progresiva. La consolidación de la identidad sexual, de la misma forma
que ocurre con los otros aspectos del desarrollo, requiere del logro de
una serie de objetivos que se van alcanzando progresivamente desde
el nacimiento hasta la muerte. En este manual nos centraremos en las
metas de desarrollo de la identidad que se alcanzan en los seis
primeros años de vida
Así, antes de los dos años los niños y las niñas no son capaces de
decir “soy niño”, “soy niña”. A esta edad no cuentan con la información
que requieren para establecer diferencias entre los sexos y, por
supuesto, tampoco tienen la habilidad para organizar a las personas u
objetos teniendo en cuenta las categorías de género, es decir, si

corresponden a lo que se considera apropiado para los niños

(masculinos) o para las niñas (femeninos).
Como resultado del proceso de socialización sexual, a partir del
segundo año de vida, es posible encontrar que los niños prefieren
juegos y juguetes socialmente considerados “masculinos” y las niñas
los que se denominan “femeninos”. Por ejemplo, un niño reconoce que
otro individuo es niño porque tiene el cabello corto, usa pantalón y
juega con carritos, no es una niña porque no tiene pelo largo, no tiene
falda, no tiene aretes y no juega con muñecas.
Al período de discriminación de sexo y de género le sigue el de
identificación. Hemos dicho que entre los dos y los tres años, el niño y
la niña ya son capaces de reconocer su sexo (soy niño, soy niña) y de
que este hecho es inmodificable. Al mismo tiempo, comienzan a darse
cuenta que a los hombres les corresponden ciertos objetos,
características y cualidades y a las mujeres otras.
En este período de identificación de género los niños y niñas
comienzan a reconocer el sexo de las personas a partir de las
características y los comportamientos que socialmente se les atribuyen
a los hombres y a las mujeres (juegos, peinados, vestidos,
ocupaciones), además creen que el sexo se puede cambiar si se violan
las normas de género. A esta edad el niño puede pensar “si me visto
con falda seré una niña”, la niña puede asumir que “si juego fútbol
seré un niño”.
En un medio social sexista como el que hemos descrito en los
capítulos anteriores, los niños y niñas comienzan a asociar su sexo con
características y comportamientos “típicamente” femeninos y
masculinos. Por esta razón, para confirmar que son niños o niñas
tienden a actuar como observan que esperan sus agentes de
socialización sexual. Por ejemplo, a partir de los tres años los niños y
las niñas prefieren jugar con compañeros del mismo sexo o juguetes

que socialmente han sido definidos como más apropiados para un sexo
que para otro.
Como vemos, la crianza se encarga de sentar las bases de los
comportamientos discriminatorios que se observan en el futuro. Por lo
tanto, si queremos modificar esta tendencia tenemos que comenzar
desde muy temprano. Si aceptamos que el sexo no depende de lo que
hacemos o lo que usamos, podemos:
 Permitir que los niños y las niñas compartan los mismos
juegos y juguetes.
 Definir deberes y responsabilidades iguales para niños y
niñas.
 Evitar asignar privilegios y prohibiciones diferentes para niños
y niñas.
 Dejar de hacer comentarios como “los niños no lloran”, “las
niñas ayudan a la mamá”, “tenía que ser niña para ser tan
lenta”, “sea macho, no se deje”
 Mostrar con el ejemplo que los hombres y las mujeres están
en capacidad de ser y hacer cualquier cosa que se propongan
y de establecer relaciones igualitarias y equitativas.
 Decorar el salón de clase con ilustraciones en los que los
niños y las niñas comparten la realización de actividades.
 Motivar a los niños para que usen juguetes u objetos
considerados “típicamente femeninos” y a las niñas para usar
los “típicamente masculinos”. Por ejemplo, invitar a los niños
a jugar con muñecas, a ensartar collares, a cocinar o a leer y
a las niñas a jugar fútbol, jugar con bloques o con carritos.
 Evaluar el material didáctico que se utiliza en las actividades
escolares para determinar si permite la educación no sexista.
Por ejemplo, las ilustraciones sobre las ocupaciones muestra
tanto a los hombres como a las mujeres desempeñando

oficios no tradicionales como astronauta, programador/a de

computadores, arquitecto/a, cirujano/a, gobernante,
peluquero/a, obrero/a, transportador/a.
 Construir y relatar historietas en las que intervienen
personajes de ambos sexos y en las que la trama permite a
los niños y a las niñas reconocer que tanto hombres como
mujeres pueden ser y hacer lo que se propongan y que el sexo
no les impone restricciones para la expresión de emociones, el
logro de metas, el acceso a los recursos o el desempeño de
funciones.
 Verificar que las películas y libros que se usan en el aula
presenten diversas formas de ser hombre y ser mujer, todas
igualmente validas y dignas de respeto: el mismo número de
niños y de niñas, heroínas y héroes, se presentan mujeres
trabajando fuera de casa y felices aunque no se casaron y no
tuvieron hijos y hombres que realizan actividades domésticas
y que se sienten felices haciéndolo.
 Analizar el material didáctico para garantizar que todas las
ilustraciones y mensajes muestren que tanto hombres como
mujeres tienen la capacidad para participar activamente en
los procesos de toma decisiones que afectan su vida.
 Una invitación a responder…

¿Qué otras alternativas se le ocurren a usted para comenzar a
cambiar las practicas de socialización sexistas en la casa y en el aula
de clase y favorecer relaciones entre los sexos más igualitarias y
equitativas?
Tenga en cuenta que una relación igualitaria es aquella en la que
hombres y mujeres tienen las mismas obligaciones y gozan de las
mismas oportunidades, beneficios y privilegios.

Una relación equitativa es aquella en la que los hombres y las

mujeres comparten tanto las responsabilidades como el acceso y el
control del uso de los recursos que tienen disponibles para satisfacer
sus necesidades (poder).
¿Permitir que los niños hagan las mismas cosas que las niñas
puede inducirlos a ser homosexuales?
La creencia de que si a un niño se le permite realizar actividades

femeninas y desarrollar características del otro sexo se convertirá en
“mujer” y, por lo tanto, deseará tener relaciones sexuales con
personas de su mismo sexo es uno de los principales temores de los
adultos y un argumento que utilizan para mantener el trato sexista.
Esta creencia está fundamentada en la falta de conocimiento sobre la
sexualidad. Para aclarar esta duda recordemos lo que discutimos en el
capítulo 1:
 El ser hombre o mujer (el sexo) está determinado biológicamente y
no se modifica por lo que sentimos, pensamos o hacemos.
Nuestra anatomía y fisiología no se cambia en la interacción social.
 En la interacción con el medio se aprende el significado que tiene
en la sociedad el ser de uno u otro sexo y las normas y expectativas
que socialmente se tienen de los individuos por ser hombres o
mujeres (el género).
 La orientación sexual, que es la tendencia a establecer relaciones
afectivas o sexuales con personas del mismo sexo (orientación
sexual homosexual), del otro sexo (orientación sexual heterosexual)
o de ambos sexos (orientación sexual bisexual) está determinada
por una necesidad fisiológica básica, el deseo sexual. Esta
motivación, como todas las otras motivaciones humanas que están
dirigidas a satisfacer necesidades básicas, es una manifestación de

la naturaleza sexual del ser humano y no es el producto del proceso

de socialización sexual.
 Si la orientación sexual fuera el resultado del proceso de
socialización sexual, las personas que crecieron en contextos
sexistas no mostrarían interés por personas de su mismo sexo, no
obstante, los datos disponibles muestran que incluso en familias en
las que las normas y expectativas de género son excesivamente
rígidas y tradicionales algunos hijos pueden ser homosexuales.
 Aunque la mayoría de las personas tiende a creer que debe existir
armonía o coincidencia entre el sexo, el género y la orientación
sexual, esto no siempre ocurre. Es decir, no siempre un hombre va a
actuar de acuerdo a lo que en una sociedad tradicional y sexista se
considera “masculino” y va a ser heterosexual. Tampoco todas las
mujeres son femeninas y heterosexuales. Es posible que un hombre
sea femenino y heterosexual o un hombre masculino sea
homosexual. Esto es, el comportamiento “femenino” o “masculino”
de una persona no nos permite inferir su orientación sexual.
 Tampoco es cierto que las personas homosexuales se sientan
atraídas por personas de su mismo sexo porque rechazan su propio
sexo y quieren ser del otro sexo. Las personas homosexuales,
generalmente, están satisfechas con su sexo, es decir, aceptan los
aspectos biológicos de su sexualidad.
¿Cómo adquieren los niños y niñas conocimientos sobre la

sexualidad?
El interés, el deseo por conocer y explorar el mundo está

presente desde el nacimiento. Ya hemos dicho que desde el mismo
momento de la fecundación somos seres sexuales, es decir, tenemos
un potencial genético, anatómico y fisiológico que va a ser reconocido
y asignado al momento del nacimiento: el sexo. Pero desde ese mismo

momento comienza el proceso de aprender el significado de ser

hombre o mujer.
La misma curiosidad que el niño o la niña expresa por los objetos
que hay en su ambiente (su cuna, el juguete, el enchufe, la radio, un
perro o una vaca) y por los cambios que ocurren a su alrededor (el
ruido, la llegada de una persona, las risas de otros niños, una canción
en la radio, el día, la noche), la experimenta por su propio cuerpo y por
el de los demás.
Como parte de ese proceso de aprender sobre sí mismo/a,
explorará y manipulará sus genitales, indagará por las diferencias
anatómicas que hay entre los sexos, realizará juegos de exploración
sexual y se interesará por su propia historia y la de su familia.
Efectivamente, a partir de los 2 años los niños y niñas comienzan
a jugar con otros niños y niñas y su curiosidad natural se amplia, ya no
sólo se interesa por su propio cuerpo sino también por el de los otros.
Su curiosidad se expresa tanto en comportamientos de auto-
estimulación, como los descritos en el apartado anterior, como en la
realización de juegos de exploración sexual y en el planteamiento de
preguntas.
¿Cuáles son los juegos de exploración sexual y para qué

sirven?
Los juegos de exploración sexual incluyen actividades con otros

niños y niñas de la misma edad (amigos, primos, vecinos, compañeros
del jardín) tales como “muéstrame el tuyo y yo te muestro el mío”,
tirarse al piso para observar a las mujeres por debajo de la falda, tocar
y pellizcar los senos de la madre, jugar al doctor “bájate el pantalón
para ponerte la inyección”, observar a otras personas mientras están
en el baño, imitar las expresiones románticas y sexuales que observan
en los adultos con quienes viven o los que aparecen en la televisión

(por ejemplo, besarse, abrazarse, cogerse de la mano y decir que son

novios o esposos, meterse entre la cama y decir que están “haciendo
el amor” aunque no conocen el significado de esta frase).
A través de estas experiencias exploratorias los niños y las niñas
aprenden las diferencias de los genitales entre los sexos, los nombres
de esas partes del cuerpo y las funciones que tienen. Estos juegos
también permiten a los niños y niñas aprender las reglas de privacidad
y el concepto de respeto por el propio cuerpo y el de los demás.
¿Cómo deben reaccionar los adultos cuando observan que los

niños y niñas realizan juegos de exploración sexual?
Piense, ¿qué hace usted cuando los/as observa jugando a la

pelota o involucrados en cualquier otra actividad que, en su opinión, no
tiene una connotación sexual? Probablemente, usted les pregunta ¿qué
están haciendo?, ¿se están divirtiendo?, ¿están contentos? y, en
algunos casos, les preguntará sobre la función o el papel de cada uno
en el juego: ¿quién es el arquero?, ¿quién va ganando?, ¿quién va
perdiendo? Además, cuando la actividad lo amerita, hará
recomendaciones para que al jugar no se hagan daño: “tengan
cuidado, no vayan a lastimarse”, “si la pelota se sale a la calle, me
llaman y yo la recojo”, “cuidado con las tijeras no se vayan a cortar un
dedo”. Igualmente, si alguno/a de los niños y niñas se queja de que no
se están respetando las reglas del juego o que sus compañeros le
están haciendo sentir mal, probablemente usted interviene para poner
límites al comportamiento y hacer que la actividad sea divertida y una
experiencia de aprendizaje. Pues bien, ante los juegos de exploración
sexual debemos actuar de la misma forma:
 Podemos averiguar sobre lo que están haciendo (¿qué hacen? ¿a
qué están jugando? ¿en qué consiste el juego?),

 Podemos preguntar sobre los papeles que cada quién está

desempeñando en el juego (¿quién es el papá?, ¿Quién es el doctor?,
¿qué hacen los esposos?).
 Podemos asegurarnos de que en el juego todos respetan las reglas y
de que todos tienen la misma posibilidad de participar y de decidir
sobre lo que quieren o no hacer (“pero los esposos no se gritan”,
“los papás también pueden cocinar”, “no, si ella no quiere bajarse el
pantalón nadie puede obligarla”, “no, nadie tiene derecho a tocar
nuestro cuerpo si no queremos, si él no quiere que le pongan la
inyección debemos respetar su decisión”, “si ella quiere ser la
doctora déjenla un ratico y luego cambian”)
 Debemos intervenir cuando vemos que alguno/a de los niños y niñas
por ser mayor o tener más información quiere imponer su poder
sobre los demás y hacerlos hacer cosas que no desean o que los
ponen en riesgo (“tu eres mayor que tus primitos y sabes que
obligar a otros a hacer lo que no quieren no es correcto, por favor,
busca a otros niños de tu edad para jugar”, “el hecho de que tu seas
mayor no te da derecho a imponer las reglas del juego, ellos
también pueden opinar y decidir”, “tu no debes aprovecharte de que
ellos son más pequeños para hacerlos hacer cosas que no desean”,
“¿cómo te sentirías tu si alguien mayor te quisiera obligar a hacer
cosas que tu no quieres y que te hacen sentir mal?, “ustedes tienen
derecho a decir no, si alguien les pide que hagan cosas que los
hacen sentir mal, tristes, aburridos o avergonzados”).
Pero recuerde, lo más importante no es lo que decimos, sino la
forma como lo hacemos. Usted puede plantear las mismas preguntas
o decir las mismas frases transmitiendo tranquilidad, seguridad y
confianza o, por el contrario, haciendo sentir a los niños y niñas
avergonzados, culpables y atemorizados.

¿Qué tipo de preguntas hacen los niños y niñas para aprender

sobre la sexualidad?
Desde muy temprana edad los niños y niñas comienzan a

plantear preguntas sobre sí mismo/a, su origen, su familia y lo que
observa que ocurre a su alrededor. Así como pregunta “por qué ese
señor no tiene piernas” cuando ve a una persona a la que le falta sus
extremidades, también pregunta, ¿por qué esa señora está gorda?
cuando observa a una mujer embarazada. Las preguntas de los niños y
niñas revelan su curiosidad y deseo de comprender el mundo y surgen
espontáneamente.
Esas preguntas, al igual que lo que ocurre con otros aspectos del
desarrollo infantil, se ha observado que siguen una secuencia
relativamente predecible, es decir, van de menor a mayor complejidad.
Por ejemplo, antes de que pregunten por cómo nacen los bebés
preguntan por las diferencias físicas entre los sexos. En el siguiente
cuadro se presentan algunas de las preguntas que se ha observado
que plantean con mayor frecuencia los niños menores de 6 años.
Preguntas referentes a asuntos sexuales que plantean con

frecuencia los niños y niñas menores de 6 años
¿Por qué yo tengo pene y ella no?
¿Por qué él puede hacer pipí parado y yo no?
¿Por qué mi papá tiene pelos?
¿Qué es eso…? por ejemplo, señalando los senos de la madre, el pene
del hermanito o del padre, una toalla higiénica.
¿De dónde vienen los bebés?
¿Dónde está mi papá? (cuándo vive sólo con la madre)
¿Dónde están los bebés antes de nacer?
¿Cómo salen los bebés de la barriga de las mamás?
¿Cómo llegan los bebés a la barriga de la mamá?

¿Cómo hacen los papás para que su semillita se junte con la de las
mamás?
¿Qué es hacer el amor?
¿Qué tan conveniente es dar a los niños información sexual a

una edad temprana?
Para responder esta pregunta es necesario tener en cuenta que

la adquisición de conocimientos sobre asuntos relacionados con la
sexualidad, al igual que sobre cualquier otro tema, se desarrolla
paulatinamente, sin prisa, pero también sin imponer restricciones a la
curiosidad natural de los niños y niñas. En la medida en que los niños y
niñas empiezan a preguntar, es conveniente darles una información
verídica y concreta que satisfaga su curiosidad y que aclare sus dudas
en el momento en que éstas se presentan. Para lograr que los niños y
niñas satisfagan su curiosidad de forma natural y desarrollen una
actitud sana hacia la sexualidad es importante que los adultos Una
invitación a respondern a sus preguntas puntualmente, con la verdad,
sin dar más información de la que están solicitando y de la que están
en capacidad de comprender. Recuerde, si usted no responde a las
preguntas que los niños y niñas plantean, ellos/as encontrarán las
respuestas en otra parte: los amigos, otros adultos, los libros, las
revistas, la televisión, Internet ¿cuál cree usted que es el mejor medio
para que los niños y niñas satisfagan su curiosidad sexual? ¿Quién cree
que se preocupa más por el bienestar de los niños y niñas? ¿quién cree
que puede ofrecerles una respuesta oportuna, clara y en un contexto
de aceptación incondicional?

¿Cómo se debe responder a las preguntas sexuales de los

niños?
Algunas de las reglas que se deben considerar al responder las

preguntas más frecuentes de los niños y niñas menores de 6 años son:
• Explicar con honestidad.
• Decir la verdad.
• Hablar con naturalidad.
• Responder solo lo que preguntan y de acuerdo con su edad.
• Utilizar siempre los términos correctos (por ejemplo, senos, pene,
testículos, vulva, útero, ovarios, óvulos, espermatozoides).
• Aclarar la pregunta, es decir, qué es lo que los niños y niñas quieren
saber antes de responder para establecer si ya han recibido
información que requiere ser corregida, reforzada o ampliada y si el
sentido de la pregunta es el que nosotros le estamos dando.
• Aceptar la pregunta como una expresión natural del niño o de la
niña, sin juzgarlo, sin regañarlo, sin hacerlo sentir mal por el deseo
de saber y conocer.
¿Qué se puede hacer cuando uno no sabe la respuesta o se

siente incómodo ante la pregunta que plantea el niño o la
niña?
En el primer capítulo dijimos que abordar el tema de la

sexualidad no es un asunto sencillo para la mayoría de las personas.
Nuestra historia previa y la forma como hemos sido socializados, en
muchas ocasiones, nos impiden actuar de forma natural ante la
curiosidad sexual infantil. Por eso hemos insistido en lo importante que
es reconocer que tenemos esta dificultad. Ahora bien, si ante una
pregunta de los niños y niñas nos sentimos incómodos o sentimos que
no tenemos la respuesta adecuada, podemos decírselos: “sabes, para

mi es muy difícil hablar de este tema, porque cuando yo tenía tu edad

no tuve quien respondiera mis preguntas, yo no quiero que a ti te pase
lo mismo por eso me gusta que quieras hablar conmigo”, “la verdad,
yo no se la respuesta a esa pregunta, pero podemos averiguarlo, así
aprendemos los dos”.
En otras ocasiones los niños y niñas nos plantean las preguntas
cuando estamos ocupados/as, cuando estamos en compañía de otras
personas o cuando estamos cansados/as. Cuando esto sea así, en
lugar de regañarlos/as o hacerlos/as sentir mal por preguntar podemos
reconocer que no nos molesta la pregunta sino que el momento no es
el más oportuno y buscar al niño después para atender su necesidad:
“ahorita estoy muy cansada para responder esa pregunta que es muy
importante, espera que descanse un poco y te busco”, “perdona que
no te reponda ahora pero es que no tuve un buen día, más tarde
hablamos del tema”, “déjame que termine de hablar con estas
personas y te atiendo”. Cualquiera que sea la situación, lo más
importante es que usted sea sincero/a y cumpla su promesa de buscar
el momento oportuno para responder.
Reglas de Oro
•Determinar lo que el niño quiere saber

•Ser concreto, claro y directo
•Explicar con honestidad
•Decir la verdad
•Hablar con naturalidad
•Responder solo lo que el niño pregunta
•Tener en cuenta la etapa de desarrollo

¿Por qué algunos niños o niñas no preguntan sobre el tema de

la sexualidad?
Como hemos dicho, la curiosidad sexual es una expresión natural del

desarrollo, cuando el niño o la niña no pregunta sobre el tema
debemos preguntarnos si es que:
 No necesita preguntar porque nosotros/as nos hemos anticipado a
darle la información sobre el tema.
 Está adquiriendo información a través de otras fuentes (la televisión,
los amigos, los maestros, los libros, otros personas).
 Cuando ha planteado preguntas hemos respondido con mentiras o
con regaños.
 Cuando ha preguntado ha percibido que hablar sobre el tema nos
genera vergüenza o incomodidad.
 Cuando ha preguntado hemos evadido la pregunta, le hemos dicho
que después hablamos del tema, pero realmente nunca lo hacemos,
o le hemos dicho que de “esos temas no hablan los niños” o “que
cuando sea grande lo va a entender”.
 No hemos desarrollado una relación que le permita sentirse seguro y
confiado para plantear sus inquietudes.
¿Cómo pueden los adultos favorecer una relación de confianza

que permita a los niños y a las niñas plantear abiertamente
sus inquietudes?
Las relaciones entre los adultos y los niños y niñas que se

caracterizan por una comunicación clara y abierta se establecen desde
muy temprana edad, cuando los cuidadores dedican tiempo para
jugar con los niños, se interesan por escucharlos y responder sus
preguntas, hablan siempre con la verdad y directamente, son capaces
de reconocer sus propios sentimientos y los comunican de manera

efectiva. Adicionalmente, hablan sin rodeos, llaman las cosas por su

nombre y no menosprecian la capacidad de los niños y niñas para
comprender lo que se les dice. Recuerde, la respuesta de los adultos
permite que los niños y las niñas identifiquen cuándo está permitido
satisfacer su curiosidad sexual y cuándo no.
¿Qué conocimiento tienen los niños y niñas menores de seis

años sobre la sexualidad?
En los estudios que se han realizado para establecer qué saben los
niños y las niñas menores de seis años sobre la sexualidad se ha
encontrado que:
 Con respecto a las diferencias sexuales recurren a la apariencia
física o a la información proporcionada por personas cercanas para
definir el sexo de las personas.
 En cuanto a los nombres de los órganos sexuales, hacen uso de los
términos que son usados en su medio familiar para referirse a estas
partes del cuerpo. Por ejemplo, se refieren a los senos con palabras
como "teta", "garras" y "teteritos"; a la vagina como "la cosita",
"pipí" o "la cola"; al pene como "el chirilo", "pirulo", "chichí" o
"pipicito"; al útero como la barriga o el estómago. Cabe señalar que
cuando los niños y niñas han crecido en un ambiente en el que el
uso de los términos correctos es habitual, tienden a usarlos de
forma espontánea y natural, sin malicia y vergüenza.
 Con relación al conocimiento sobre el proceso reproductivo, tanto
niñas como niños, sin diferencia de edad, tienden a informar que los
bebés provienen de la mamá, de una semilla, de un huevo o de
ambos. También se ha encontrado que pocos niños pueden explicar
el proceso reproductivo, es decir, sus explicaciones no incluyen
referencias acerca de la concepción y el intercambio sexual, el papel

del hombre y de la mujer en el proceso y las condiciones en las que

éste ocurre.
 En cuanto al conocimiento sobre el comportamiento sexual adulto,
los niños y niñas refieren acciones como darse un beso, casarse,
acostarse, dormir juntos y abrazarse, identifican que las personas
aptas para hacer este tipo de actividades son el papá y la mamá, los
adultos y los casados. Además reconocen que también es posible
que los padres den un beso a sus hijos. Conviene señalar que los
niños y niñas tienden a interpretar estas interacciones entre adultos
y entre adultos y niños a partir de lo que han observado en su
entorno y en los medios de comunicación. Es decir, los niños y niñas
no piensan ni hablan sobre lo que no han visto o sobre lo que no les
ha ocurrido.
¿Qué debemos hacer si observamos que los niños y niñas usan

términos inadecuados para referirse las partes del cuerpo o
tiene información distorsionada sobre la sexualidad?
Debemos hacer lo mismo que hacemos cuando los escuchamos

hablar de otros asuntos, la sexualidad no tiene por qué ser un tema
que reciba un trato particularmente diferente. Concretamente, a)
debemos invitarlo a sustituir el término que está usando por uno más
apropiado (por ejemplo, “la palabra correcta para esa parte del cuerpo
es senos, no tetas”), b) explorar de dónde obtuvo la información que
está compartiendo y que es incorrecta (Por ejemplo, ¿cómo te
enteraste que a los bebés los compran en la clínica?) y c) proporcionar
la información que solicita, corregir la información errónea o aclarar lo
que es inconsistente (por ejemplo, “en la clínica las mamás tienen a
los bebés, pero no porque ahí los venden, sino porque los médicos y
las enfermeras le ayudan a los bebés a salir del cuerpo de la mamá”).


Aunque para los adultos resulta fácil inventar palabras para
adaptarlas a la edad de las personas con las que nos encontramos,
debemos tener en cuenta que los niños y niñas aceptarán cualquier
término que usemos para referirnos a las partes del cuerpo y a sus
funciones. Estas palabras son las que ellos usarán durante mucho
tiempo para comunicarse sobre el tema. Usar la terminología correcta
desde el principio evita que los niños y niñas comiencen a ver los
temas relacionados con la sexualidad con malicia y facilita la
comunicación clara, abierta y directa al respecto.

Capítulo 4
Comportamientos sexuales infantiles… ¿Cómo
reconocer la diferencia?
¿Qué criterios utiliza usted para determinar si el comportamiento de
un niño o de una niña es una expresión natural de su desarrollo
sexual?
¿Qué hace usted cuando observa que un niño o una niña está
pidiendo a otro/a niño/a de su misma edad que se baje los
pantalones?
¿Cómo reacciona usted cuando escucha a un niño o a una niña
menor de seis años hablar con sus compañeros sobre “hacer el
amor” o “tener relaciones sexuales”?
En los capítulos anteriores hemos discutido sobre los conceptos

básicos acerca de la sexualidad, el proceso de socialización sexual, al
igual que algunos elementos que nos permiten comprender la forma
como se desarrolla y manifiesta la sexualidad en los primeros seis
años de vida del ser humano. La experiencia en el trabajo con padres,
madres y educadores indica que para los adultos responsables del
cuidado de los niños y niñas, resulta difícil decidir si el comportamiento
sexual que observan es “natural”, “normal” o propio de un desarrollo
sano de la sexualidad o, por el contrario, exige que se le preste
atención especial porque pone en riesgo su desarrollo integral y su
bienestar.
Por esta razón, en este capítulo vamos a revisar algunos criterios
que nos pueden ser útiles para diferenciar una conducta exploratoria
que satisface la curiosidad sexual natural del niño o de la niña, de una

conducta que amerita la intervención del adulto o de un profesional,

porque expresa que su desarrollo integral está en riesgo.
¿Qué comportamientos sexuales se observan “normalmente”

en los niños y niñas menores de seis años?
Aunque la investigación sobre el desarrollo de la sexualidad en la

infancia es escasa, los pocos estudios disponibles indican que los niños
menores de 6 años exhiben una gran variedad de comportamientos
sexuales. En el capítulo anterior mencionamos que los
comportamientos sexuales más frecuentes son la autoestimulación, la
exhibición de los genitales a otros niños, los juegos de exploración
sexual y las preguntas sobre asuntos sexuales. Es muy raro encontrar
que los niños se involucren en los niveles más altos de la secuencia de
actividad sexual: la estimulación mutua de los genitales o la
penetración. En el siguiente cuadro se sintetizan las expresiones de la
sexualidad infantil en los primeros seis años de vida.
EXPRESIONES DE LA SEXUALIDAD INFANTIL

Del nacimiento a los dos años
 Exploran las diferentes partes del cuerpo, incluso los genitales.
 Expresan una actitud positiva hacia su propio cuerpo.
 Los niños tienen erecciones y las niñas lubricación vaginal.
 Imitan los comportamientos que observan en los hombres y las
mujeres de su contexto familiar.
 Identifican el sexo de las personas por la vestimenta y las
actividades en las que participan.
Tres a cuatro años

 Reconocen las diferencias físicas de los sexos y expresan

curiosidad por sus genitales, los de sus cuidadores y los de sus
compañeros de juego.
 Se autoestimulan.
 Juegan al médico, la casita, el papá y la mamá con los amigos y
hermanos.
 Reconocen su propio sexo: soy niño, soy niña.
 Comprenden que el sexo no se modifica con el paso del tiempo.
 Imitan las expresiones sexuales de los adultos (besos, abrazos,
practicas de seducción y conquista, dicen que son novios o
esposos).
 Usan palabras obscenas y chistes con contenido sexual sin
transgredir las reglas de la familia y el medio social en el que se
encuentra.
 Comienzan a hacer preguntas sobre las diferencias sexuales, su
origen y nacimiento.
Cinco a seis años
 Continúan con los juegos y actividades sexuales, así como la
autoestimulación.
 Comprenden que la forma de vestir o de comportarse no produce
cambios en el sexo de las personas.
 Sus preguntas sobre la reproducción son más elaboradas, expresan
curiosidad por el papel del hombre en el proceso.
 Expresan interés por las diferencias que observan entre los
hombres y las mujeres (sobre sus características físicas, su forma
de ser y de comportarse).
 Comienzan a preferir como compañeros de juego a niños de su
mismo sexo.

 Hacen preguntas sobre las relaciones de pareja y sobre las

personas que tienen relaciones afectivas o sexuales con personas
del mismo sexo.
 Expresa curiosidad por los objetos que encuentra en su casa o que
anuncian en la televisión y que tienen alguna connotación sexual
(por ejemplo, las toallas higiénicas y los condones).
¿Cómo puede uno diferenciar cuándo un comportamiento

corresponde al desarrollo sano de la sexualidad infantil y
cuándo no?
Como ya dijimos, las manifestaciones de la sexualidad de cada

niño/a son únicas, en la medida que son el resultado de la interacción
entre las características biológicas con las que nace y el ambiente
sociocultural en el que crece y se desarrolla. Sin embargo, existen
algunos indicios que pueden ser útiles al momento de “juzgar” el
comportamiento de un niño o una niña, veamos algunos de ellos:
 El tipo de comportamiento sexual.
 La edad del niño o de la niña.
 Las diferencias en edad, tamaño, fuerza, poder o conocimiento entre

los involucrados en el juego sexual.
 El tipo de relación entre los involucrados.
 La frecuencia con la que ocurre la conducta.
 La naturaleza de las fantasías que acompañan o preceden la

conducta.
 Las emociones que acompañan la conducta.
 La reacción al ser sorprendidos por un adulto.

 La presencia de amenaza o presión para mantener lo ocurrido en

secreto.
 El tipo de lenguaje utilizado para describir lo que está haciendo.
Los investigadores que han tratado de establecer cómo es el

desarrollo de la sexualidad infantil han encontrado que:
- La frecuencia con la que ocurren ciertos comportamientos sexuales

disminuye con la edad en ambos sexos (Por ejemplo, pedir aotros
niños y niñas que muestren sus genitales, desear ser del otro sexo,
frotar el cuerpo contra el de otras personas, mostrar los genitales
aotros niños y niñas, autoestimularse en público).
- Algunos comportamientos los presentan con mayor frecuencia las

niñas (imitar comportamientos sexuales con muñecas, insertarse
objetos en la vagina o el ano, hablar seductoramente y pretender ser
del otro sexo), mientras que otros son más comunes en los niños
(mirar fotos de personas desnudas, tocarse los genitales en público y
tratar de ver a las personas desnudas).
- La experiencia sexual no es igual que la de los adultos, esto es, en

los niños y niñas la conducta no va acompañada del carácter
apasionado y erótico que caracteriza la expresión sexual de los
adultos.
- El tipo de expresiones sexuales de los niños, al igual que la

frecuencia con la que ocurren, está relacionada con el nivel educativo
de los cuidadores, las actitudes de los padres hacia la sexualidad, las
reglas existentes en la familia sobre la desnudez, el número de horas
que permanece bajo el cuidado de personas externas a la familia, las
situaciones de la vida diaria que generan tensión, la presencia de
violencia doméstica.

Como dijimos en los capítulos anteriores, los expertos en el

tema de la sexualidad infantil coinciden en que las manifestaciones
sexuales de los niños y niñas son un medio para obtener información
sobre sí mismos y su entorno. Efectivamente, la lista de
comportamientos que presentamos arriba muestra que la mayoría de
comportamientos les permiten a los niños y niñas explorar su cuerpo,
conocer cuáles son las diferencias entre los sexos y cómo van a
cambiar a medida que crecen y se van haciendo adultos. Las
expresiones de la curiosidad sexual infantil, también, les permiten
obtener información sobre su origen y sobre la reproducción e ir
elaborando respuestas para la pregunta ¿quién soy yo?
Se ha observado que los juegos de exploración sexual que se

consideran propios del desarrollo sano de la sexualidad tienen las
siguientes características:
 Ocurren entre niños que son de la misma edad y tamaño.
 Suceden entre hermanos, parientes o compañeros entre quienes

existe una relación de afecto.
 La participación en el juego es voluntaria.
 En el juego la exploración sexual es mutua.
Adicionalmente, para valorar si la curiosidad sexual de los niños

y niñas expresa que su desarrollo está progresando de forma
saludable, debemos tener en consideración el interés que manifiesta
por otros aspectos de su vida. El desarrollo sano de la sexualidad se
evidencia cuando encontramos un relativo balance entre su
preocupación por los asuntos sexuales y la que le generan otras
cuestiones (los animales, los carros, los hechos de la naturaleza, entre
otros).

Otro aspecto que es relevante a la ahora de establecer si un

determinado comportamiento sexual corresponde al desarrollo sano de
la sexualidad es el de las emociones. La curiosidad sexual de los niños
y niñas, generalmente, es espontánea y va acompañada de interés por
conocer, alegría y sorpresa. Cuando observamos que ante las
manifestaciones sexuales los niños y niñas experimentan intensos
sentimientos de culpa, rabia, temor y vergüenza debemos prestar
atención porque estas emociones evidencian que el desarrollo sexual
de los niños está en riesgo.
ALGUNOS INDICIOS DE QUE EL JUEGO SEXUAL NO

CORRESPONDE A LA EDAD DEL NIÑO
•Edad de las personas involucradas

•Tipo de actividad sexual
•Diferencia en tamaño, fuerza o conocimiento entre las
personas involucradas
•El contexto en el que se da la conducta sexual
•La persistencia de la conducta
•El lenguaje utilizado para describir lo que hace
•La presencia de temor, vergüenza o intimidación
•El secreto
Con fines orientadores, presentamos en el siguiente cuadro un

semáforo que incluye los comportamientos sexuales que pueden
observarse en niños menores de 6 años. En la columna verde,
aparecen los comportamientos que evidencian que el desarrollo sexual
del niño o de la niña está progresando de acuerdo a lo esperado, de

forma natural y saludable. En la columna amarilla, se encuentran los

comportamientos que ameritan una respuesta por parte de los
cuidadores para asegurar que contribuyan a su bienestar. En la
columna roja se incluyen los comportamientos que exigen la
intervención de un profesional para valorar en qué medida son
evidencia de que el desarrollo integral del niño o de la niña está en
riesgo.
SEMÁFORO DE LOS COMPORTAMIENTOS SEXUALES INFANTILES
VERDE AMARILLO ROJO

COMPORTAMIENTOS COMPORTAMIENTOS COMPORTAMIENTOS
ESPERADOS QUE AMERITAN UNA QUE EXIGEN LA
RESPUESTA DEL INTERVENCION DE UN
CUIDADOR PROFESIONAL
Se autoestimula Se autoestimula en público. La conducta autoestimulatoria
ocasionalmente, generalmente es repetitiva y compulsiva,
en momentos de aburrimiento dedica la mayor parte de su
y cansancio o antes de dormir. tiempo a esta actividad lo cual
lo mantiene aislado y le
impide realizar otras
actividades.
Expresa interés por tener un El interés por tener un bebé no Manifiesta temor o enojo hacia
bebé. disminuye. Pasa varios los bebés, el nacimiento de los
días/semanas jugando a que bebés o el porceso
tiene un bebé. reproductivo.
Utiliza palabras obscenas para Continua diciendo palabras El uso de palabras obscenas se
referirse a los genitales y sus obscenas a pesar de que los hace cada vez más frecuente a
funciones. adultos le han indicado cuáles pesar de que los cuidadores
son los términos apropiados. han expresado su
desaprobación en repetidas
ocasiones y de manera
consistente.
Conversa sobre las diferencias En sus conversaciones sobre Sostiene conversaciones
sexuales, el nacimiento de los temas sexuales revela que explícitamente sexuales en las
bebés y la reproducción con cuenta con información que se evidencia que cuenta
niños de su edad. distorsionada que requiere con más información de la que
corrección. corresponde para un/a niño/a
de su edad y que el lenguaje
que utiliza es el de un adulto.
Muestra curiosidad por la Juega con su orina y sus Continúa jugando con sus
orina y sus excrementos. excrementos más de una vez. excrementos después de varias

semanas y a pesar de que los

cuidadores han expresado su
inconformidad y
desaprobación de la conducta.
Explora los cuerpos de otros a El interés por involucrarse en Obliga a sus compañeros a
través de juegos como “el juegos de exploración sexual jugar y a quitarse la ropa.
papá y la mamá”, “el doctor” o es mayor que el que manifiesta Insiste en la importancia de
“muéstrame el tuyo y yo te por otros juegos. mantener en secreto lo que
muestro el mío”. están haciendo.
Expresa interés por el cuerpo Intenta bajarle los Su interés por el cuerpo
de otros niños y pantalones a un niño o desnudo es insistente, se
particularmente por el cuerpo levantarle la falda a una esconde para ver fotos de
desnudo de los adultos (trata niña. personas desnudas en revistas
de sorprenderlos mientras se Insiste en observar a los y en la televisión.
viste o se bañan, mira por adultos desnudos, aún después
debajo de la puerta cuando de haberlos visto en alguna
están en el baño, se acuesta ocasión.
para ver a las mujeres que
usan falda cuando pasan por
su lado).
Intenta introducir el dedo o Continúa introduciendo Utiliza objetos que le
algunos objetos (un lápiz, un objetos en sus propios produzcan dolor al ser
palo, una arveja) en sus genitales o recto o en los de introducidos en sus genitales,
propios genitales o recto o en sus compañeros a pesar de que utiliza la fuerza y la coerción
los de sus compañeros. al hacerlo se ha ocasionado para introducir objetos en los
dolor o de que se le ha genitales de sus compañeros
indicado que puede lastimarse de juego.
o hacerle daño a la otra
persona.
Con sus compañeros de juego Toca los genitales de sus Obliga a sus compañeros de
se involucran en actividades compañeros de juego sin su juego a involucrarse en
de estimulación mutua de los permiso. actividades de estimulación
genitales. mutua.
Simula las relaciones sexuales Simula las relaciones sexuales Simula las relaciones
con muñecas. con muñecas, animales y otros sexuales con otros niños
niños con la ropa puesta. desnudos. Introduce
Imita con muñecos las Imita con muñecos, animales Simula la relación sexual sin la
expresiones afectivas y yotros niños y niñas (con la ropa puesta, estimula con la
eróticas que observa entre los ropa puesta) las expresiones boca los genitales de sus
adultos (besarse, abrazarse, afectivas y eróticas que compañeros de juego o exige
subirse uno encima del otro). observa entre los adultos. que le estimulen los suyos con
la boca.

¿Por qué se puede ver alterado el desarrollo de la sexualidad

infantil?
Las investigaciones sobre el desarrollo sexual infantil no son

abundantes, pero los datos disponibles revelan que cuando los niños y
las niñas exhiben comportamientos que no se observan en la mayoría
de los compañeros de su edad es porque en el medio familiar y social
en el que viven han sido expuestos a información sexual que rebasa su
capacidad de comprensión. La confusión y la preocupación que
produce en los niños y niñas la información que reciben se manifiestan
a través de comportamientos sexuales repetitivos que ponen en riesgo
su desarrollo integral.
A los niños y niñas se los expone a información sexual que

rebasa su capacidad de comprensión cuando:
 Tienen acceso a los mensajes con contenido sexual que se

transmiten a través de los diferentes medios de comunicación
(televisión, radio, revistas, Internet, videojuegos, películas).
 Permanecen mucho tiempo bajo el cuidado de adolescentes o

adultos que no se inhiben para hablar sobre temas sexuales o para
satisfacer sus necesidades eróticas en presencia de los niños y
niñas.
 Viven en ambientes en los que son frecuentes las conversaciones,

las peleas, los chistes y los comentarios con connotación sexual.
 Viven en ambientes en los que los límites personales son
excesivamente flexibles o inexistentes. Los límites personales hacen
referencia a las barreras interpersonales que impone la mayor parte
de las personas en relación con la desnudez, la proximidad física y
las expresiones afectivas y eróticas.
 Viven en contextos en los que el cuerpo y la actividad sexual son
usados para obtener dinero, drogas u otros beneficios.

 Han sido usados para satisfacer las necesidades sexuales de otras

personas en la familia o fuera de ella (abuso sexual).
¿Cómo podemos evitar que los niños presenten

comportamientos sexuales que ponen en riesgo su desarrollo
integral?
En los capítulos anteriores hemos planteado varias alternativas

que pueden ser útiles para que los agentes de socialización sexual
promuevan en los niños y niñas el desarrollo sano de la sexualidad.
Adicionalmente, la lista que acabamos de presentar nos permite
evaluar la calidad de la información a la que están teniendo acceso los
niños y niñas en el ambiente en el que viven.
Finalmente, podemos realizar acciones tendientes a prevenir
que los niños y niñas sean víctimas de abuso sexual o impedir que este
siga ocurriendo. Si deseamos proteger a los niños y niñas y hacerlos
menos vulnerables al abuso sexual o evitar que continúen siendo
víctimas (en el caso de que hayan pasado por una experiencia de éste
tipo) necesitamos enseñarles ciertas estrategias de autocuidado, de la
misma manera que les enseñamos cómo cruzar una calle, cómo
encender la estufa y a evitar jugar con fuego. En este sentido, a los
niños y niñas desde muy pequeños podemos:
 Enseñarles que deben contarnos siempre que una persona les pida
hacer cosas que no desean, que los hacen sentir mal o que deben
mantener en secreto. Explicarles que nadie debe obligarlos a hacer
algo que no desean o que los hace sentir avergonzados y que nunca
nos vamos a enojar o los vamos a castigar por confiar en nosotros.
 Asegurarles que es correcto decir NO cuando sentimos que corremos
peligro o que lo que nos piden o proponen no nos conviene.

 Enseñarles los nombres correctos de todas las partes del cuerpo,

incluyendo los genitales, y enseñarles que nadie puede tocarlas si
ellos no lo desean, o se sienten mal, culpables o avergonzados.
 Explicarles que no siempre deben obedecer a las personas mayores
y hacerles ver en qué circunstancias pueden decir NO.
 Decirles que si alguien trata de obligarlos a hacer algo que no
desean o les produce miedo pueden salir corriendo, gritar y buscar
ayuda.
 Ayudarles a entender que los besos, los abrazos y las caricias son
demostraciones de afecto que no se deben mantener en secreto y
que si alguien les pide que no lo cuenten es porque lo que hace no
es correcto y lo avergüenza.
 Enseñarles a distinguir entre secretos "buenos" y secretos "malos".
Los secretos buenos son aquellos que no lastiman a nadie (No decir
a papá que le tenemos una sorpresa para su cumpleaños). Los
secretos malos nos hacen sentir mal y lastiman a las personas.
 Asegurarles que siempre vamos a creer lo que nos dicen y que
siempre estaremos dispuestos a ayudarlos y a protegerlos cuando lo
necesiten.
 Inventarles una clave para que puedan usar en cualquier momento
en que se sientan en riesgo, estén asustados y necesiten nuestra
ayuda. Esta clave pueden usarla, por ejemplo, cuando están bajo el
cuidado de alguien y usted llama para preguntarles cómo están.
 Hablarles de la importancia de confiar en la intuición. Si ante
cualquier circunstancia se siente incómodos, avergonzados,
temerosos, culpables o siente que algo no está bien deben buscar
ayuda.
 Recomendarles que si alguno/a de sus amigos/as les cuenta que
está siendo abusado se lo comenten a alguien de confianza para
darle ayuda.

¿Cómo debe ser la intervención de un adulto cuando observa

que el comportamiento sexual de un niño o de una niña se
ubica en la columna amarilla del semáforo?
Como ya hemos mencionado, para muchos adultos no es fácil

aceptar que los niños y las niñas son seres sexuales y que su
comportamiento tiene como fin obtener información sobre sí mismo y
los demás. Por lo tanto, cuando observamos en los niños y niñas
comportamientos como los que describimos en la columna amarilla es
aconsejable:
 Calmarnos, antes de reaccionar y recordar que de nuestra
intervención depende que ese evento se convierta en una
experiencia de aprendizaje.
 Pensar, antes de responder, qué del comportamiento es lo que
amerita ser aclarado, corregido o controlado. Es importante tener
en cuenta que debemos centrarnos en el comportamiento y que
debemos evitar calificar a los niños y niñas de “groseros”,
“vulgares”, “atrevidos”.
 Preguntar antes de reaccionar, evitar regañar, pegar, gritar o
castigar sin tener claro qué era lo que estaba ocurriendo. La
respuesta que nos den los niños y niñas nos permite establecer cuál
era la intención del comportamiento, qué emoción acompañaba el
evento y qué debemos hacer o decir para ayudarles a aprender de la
experiencia.
 Tratar de establecer si lo que nos molesta es el comportamiento del
niño o de la niña o la dificultad que tenemos para abordar los
asuntos que tienen que ver con la sexualidad de forma natural.
 Recordar que nuestra intervención debe estar orientada a ayudar a
que los niños y niñas reconozcan y acepten que las personas
tenemos unos derechos que son los que establecen límites a nuestro
comportamiento: “nosotros no debemos obligar a las personas a

hacer lo que no desean, si ella no quiere bajarse los pantalones

déjala tranquila”, “a ti no te gustaría que yo te bajara los pantalones
en frente de todo el mundo, a mi tampoco me gusta, por favor
respétame”, “yo se que te gusta cuando te tocas el pene, pero a
algunas personas les incomoda verte hacerlo, es mejor que lo hagas
en tu cuarto, en privado”, “el cuerpo es lo más hermoso que
tenemos los seres humanos, por eso debemos protegerlo y cuidarlo,
si te introduces eso en el recto se puede partir y vas a lastimarte”,
“yo también te quiero mucho, pero yo no puedo ser tu esposa, yo ya
estoy comprometida con otra persona”, “solo los adultos tienen la
posibilidad de tener hijos y de darles todo lo que necesitan”, “no me
gusta que me espíes mientras estoy en el baño, por favor respeta mi
privacidad”, “?dónde escuchaste esa palabra? las personas se
sienten mal cuando tu las llamas de esa forma”.
 Preguntar sobre el significado de las palabras obscenas que usa. Es
muy probable que el niño o la niña no conozca el verdadero
significado de esos términos. Es necesario que el niño conozca lo
que quieren decir las palabras y que identifique los sentimientos que
pueden generar en las personas al escucharlas. Sin embargo, si
estos términos son usados con frecuencia en el medio en el que
viven los niños y niñas es muy posible que se conviertan en parte de
su vocabulario habitual y que a pesar de nuestros regaños continúen
usándolos. Recuerde que los niños y las niñas aprenden de lo que
ven que hacen las personas en su medio.

Los niños y niñas necesitan aprender las siguientes reglas básicas
sobre el comportamiento sexual:
- Está bien tocar tus genitales cuando estas a solas y si esto no te
impide compartir con otras personas, jugar, aprender y divertirte.

- No es correcto tocar los genitales de las otras personas sin su

consentimiento.
- Hay actividades que son privadas y que, por lo tanto, no es correcto
realizarlas en público.
- Hay comportamientos sexuales que solo se realizan entre personas
adultas.
- No está bien utilizar palabras relacionadas con los genitales o sus
funciones para ofender, agredir o avergonzar a otros.
¿Qué podemos hacer cuando nos damos cuenta que el

comportamiento sexual de un niño o de una niña requiere la
intervención de un profesional?
Se debe buscar ayuda profesional en el Instituto Colombiano de

Bienestar Familiar y en los servicios de salud de la localidad. Recuerde
que la intervención en estos casos debe ser realizada por personal
experto, con una formación profesional especializada. Su
responsabilidad es identificar el caso y remitirlo de inmediato al sector
salud y/o de protección respectivo.
Ideas para recordar

Si usted observa que un niño o una niña está involucrado en
comportamientos sexuales que evidencian que su desarrollo integral
está en riesgo, además de consultar a un profesional, siga las
siguientes recomendaciones:
 Esté pendiente de lo que hace cuando está jugando. Cuando está
con otros niños y niñas, no permita que se encierren.
 Evite que se bañe o duerma con otros niños y niñas.
 No le de la oportunidad de asumir el rol de autoridad cuando se
encuentra con otros niños y niñas.

 No deje a disposición de los niños y niñas materiales sexualmente

explícitos (revistas, películas, páginas de Internet, videojuegos con
contenido sexual o pornográfico).
 Refuerce las reglas de privacidad en la familia, insista en la
importancia de cerrar la puerta mientras se bañan, se visten o
utilizan el baño.
 Asegúrese de que los niños y niñas no tienen la posibilidad de
observar a sus padres o a otras personas de su entorno familiar o
social cuando tienen relaciones sexuales.
 Restrinja la desnudez a determinados espacios de la casa
(habitación, baño), debe evitarse en aquellos lugares que son
ocupados por toda la familia.
 Comunique claramente las reglas de privacidad y respeto a la
intimidad. Estas reglas deben ser cumplidas por todos los
miembros de la familia.
PARA TERMINAR…
Este manual ha sido escrito con el propósito de apoyar a los

educadores y principales agentes de socialización sexual de los niños y
niñas en su tarea. Esperamos que al final de la lectura del contenido
que hemos proporcionado usted haya logrado comprender que:
1. La sexualidad es mucho más que genitalidad.
2. El sexo, que es el aspecto biológico de la sexualidad, influye en
el ambiente y el trato que las personas proveen a los niños y
niñas desde el nacimiento.
3. Los comportamientos de los niños y niñas, que están
determinados por las características genéticas que los padres
transmiten a sus hijos, influyen en la forma como sus padres los
crían.

4. Las experiencias que los niños y niñas tienen en sus primeros

años de vida sientan las bases para el desarrollo de la
sexualidad.
5. Según como se lleve a cabo el proceso de socialización sexual las
personas tendrán mayores o menores posibilidades de lograr las
tareas propias del desarrollo y, por lo tanto, de gozar de
bienestar. Esto en la medida que el proceso de socialización
sexual:
 Facilita o inhibe el desarrollo de habilidades para el
establecimiento de relaciones sociales y afectivas (la
habilidad para expresar emociones, para comprender las
emociones de otros y para regular el comportamiento).
 Influye en las metas que las personas se proponen lograr
en la vida y la forma en que luchan por alcanzarlas.
 Determina la adopción de prácticas de autocuidado que
son necesarias para la promoción y el mantenimiento de
salud.
6. Si queremos que los niños y las niñas que están bajo nuestro
cuidado sean felices, debemos procurarles un contexto familiar
y social en el que el hecho de haber nacido hombre o mujer no
imponga restricciones a su desarrollo integral.
Como dijimos en la introducción de este manual, esperamos que
usted haya logrado identificar en qué medida el trato que usted da a
los niños y niñas que están bajo su cuidado les está permitiendo
desarrollarse integralmente. Confiamos también que los elementos que
le hemos aportado en los distintos capítulos le hayan facilitado tomar
la decisión de convertirse en agente de cambio cultural y que para ello
haya logrado plantearse nuevas maneras de abordar el proceso de
socialización sexual de los niños y niñas que están bajo su cuidado, a
fin de asegurar que tengan una vida mejor que la que usted ha tenido.

 Una invitación a responder…

- Mencione tres cosas nuevas que usted haya aprendido sobre el
tema de la sexualidad infantil.
- Plantee tres preguntas que le hayan surgido durante la lectura y
que no hayan sido respondidas en el manual.
- Enuncie tres ejemplos que podrían incluirse en el libro para
complementar los temas expuestos.
Entregue estas respuestas a la persona responsable del componente
de Educación de la propuesta “Promoción de Comportamientos
Prosociales en Familias y Niños-Niñas de 3 a 6 Años: Experiencia
Piloto en tres ciudades de Colombia”. Gracias por sus aportes, esta
información será muy útil para elaborar la versión definitiva de este
manual.

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http://www.who.int/reproductive-health/hrp/progress/67.pdf
World Health Organization (2005). Addressing violence against women
and achieving the Millennium Development Goals. Ginebra:
Autor.

Otros manuales de la propuesta “Promoción de Comportamientos

Prosociales en Familias y Niños-Niñas de 3 a 6 Años: Experiencia Piloto
en tres ciudades de Colombia”, son los siguientes:
1) El arte de las visitas domiciliarias para construir relaciones

familiares saludables. Manual para Educadores Familiares del
ICBF. Versión preliminar en revisión.
2) Promoción de Comportamientos Prosociales mediante la
Prevención, Detección y Manejo de la Agresión en Niños-niñas de
3 a 6 años. Manual para Maestras(os), Jardineras y Madres
Comunitarias. Versión preliminar en revisión.
3) Documento Conceptual “La Sexualidad también es cosa de niños
y niñas”. Versión preliminar en revisión.

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MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL

INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR

“Modelos de atención para la prevención, detección y

Proyecto de Cooperación Técnica No Reembolsable

LA SEXUALIDAD TAMBIÉN ES COSA DE NIÑOS Y

ELVIA VARGAS TRUJILLO, D.Ps.1

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Este Manual denominado “La sexualidad también es cosa de

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inequitativas entre los sexos y, por consiguiente, legitiman la violencia

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dedicamos a plantear una propuesta para modificar las prácticas de

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sexual”. Desde pequeños aprendemos que el objetivo de esta

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¿Cómo se manifiesta la discriminación sexual?