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Guadalupe Nettel Nac con un lunar blanco, o lo que otros llaman una mancha de nacimiento, sobre la crnea de mi ojo

derecho. No habra tenido ninguna relevancia de no haber sido porque la mcula en cuestin estaba en pleno centro del iris, es decir, justo sobre la pupila por la que debe entrar la luz hasta el fondo del cerebro. En esa poca no se practicaban an los transplantes de crnea en nios recin nacidos: el lunar estaba condenado a permanecer ah durante varios aos. La obstruccin de la pupila favoreci el desarrollo paulatino de una catarata, de la misma manera en que un tnel sin ventilacin se va llenando de moho. El nico consuelo que los mdicos pudieron dar a mis padres en aquel momento fue la espera. Seguramente, cuando su hija terminara de crecer, la medicina habra avanzado lo suficiente para ofrecer la solucin que entonces les faltaba. Mientras tanto, les aconsejaron someterme a una serie de ejercicios fastidiosos para que desarrollara, en la medida de lo posible, el ojo deficiente. Esto se haca con movimientos oculares semejantes a los que propone Aldus Huxley en El arte de ver pero tambin y esto es lo que ms recuerdo por medio de un parche que me tapaba el ojo derecho durante la mitad del da. Se trataba de un pedazo de tela con las orillas adhesivas semejantes a las de una calcomana. El parche era color carne y ocultaba desde la parte superior del prpado hasta el principio del pmulo. A primera vista, daba la impresin de que en lugar de globo ocular slo tena una superficie lisa. Llevarlo me causaba una sensacin opresiva y de injusticia. Era difcil aceptar que me lo pusieran cada maana y que no haba escondite o llanto que pudiera liberarme de aquel suplicio. Creo que no hubo un solo da en que no me resistiera. Habra sido tan fcil esperar a que me dejaran en la puerta de la escuela para quitrmelo http://www.letraslibres.com/index.php?art=14025

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