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SALVACION
Segunda Parte: Introducción

Ap 5:11-13
11
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y
de los ancianos; y su número era millones de millones, 12que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 13Y a todo lo creado que está en el cielo, y
sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay,
oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la
gloria y el poder, por los siglos de los siglos
Ap 7:10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios
que está sentado en el trono, y al Cordero.

ESTUDIO DE LA PALABRA SALVACION

William Barclay, en su libro: palabras griegas del nuevo testamento, hace un estudio
detallado de los usos y orígenes de la palabra salvación, en el programa pasado
examinamos los conceptos de salvación tanto en el AT como en el NT. Ahora debemos
considerar lo que podríamos llamar elementos de Salvación en el NT, es decir, las
cosas que traen "salvación".

(I) Salvación implica "arrepentimiento". La aflicción piadosa produce arrepentimiento


que obra para salvación (2 Co 7:10).
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación,
de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte

La expresión: «Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para


salvación» se refiere a la tristeza por nuestros pecados que producen un cambio en
nuestra conducta. Mucha gente se entristece sólo por los efectos de sus pecados o
por haber sido descubiertos («tristeza del mundo»). Compare el remordimiento de
Pedro y su arrepentimiento con la amargura y suicidio de Judas. Ambos negaron a
Cristo. Uno se arrepintió y fue restaurado a la fe y al servicio; el otro se quitó la vida

La “tristeza” no es arrepentimiento, pero, cuando es tristeza “según Dios”, “obra


arrepentimiento”; es decir, tiende a él. La “tristeza del siglo” (tal como es sentida por
los mundanos) “obra completamente” como su resultado final, la muerte eterna. En el
griego no hay este juego de palabras, de modo que la palabra calificada no es
meramente “arrepentimiento” sino “arrepentimiento para salvación”; éste, dice él,
nunca le pesará a nadie, aunque vaya acompañado por “tristeza”, o “dolor” en el
momento.

“Arrepentimiento” da a entender vuelta a la sana mente; “dolor” o “pesar” da a


entender meramente intranquilidad de espíritu por lo pasado o presente, y se aplica
aun para el remordimiento de Judas en Mat 27:3; de modo que, aunque el
“remordimiento” o “dolor” acompaña al arrepentimiento, no es acompañado siempre
por el arrepentimiento.

El “arrepentimiento” quita los estorbos en el camino de la “salvación”, a lo cual se


opone la “muerte”, del alma. “El dolor del mundo” no es por el pecado mismo, sino por
las consecuencias penales del pecado; de suerte que tan pronto como se secan las
lágrimas del dolor, se renuevan los placeres de la impiedad.

Salvación es algo de lo que hay que ocuparse con "temor y temblor" dice (Fil 2:12).

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Salvación. Parte 2. Introducción
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Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi


presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en
vuestra salvación con temor y temblor

Debemos ser diligentes en el uso de todos los medios que llevan a nuestra salvación
perseverando en ellos hasta el fin, con mucho cuidado no sea que con todas nuestras
ventajas no lleguemos al premio del supremo llamamiento. Debemos ocuparnos en
nuestra salvación, porque es Dios quien obra en nosotros. Esto nos anima a hacer lo
más que podamos porque nuestro trabajo no será en vano; aún debemos depender de
la gracia de Dios. La obra de la gracia de Dios en nosotros es vivificar y comprometer
nuestros esfuerzos. La buena voluntad de Dios para nosotros es la causa de su buena
obra en nosotros.

Cumplir nuestro deber sin murmuraciones. Cumplirlo y no le atribuyamos defectos.


Preocupémonos de nuestro trabajo y no lo hagamos motivo de contienda. Seamos
apacibles: no demos ocasión de ofensa. Los hijos de Dios deben distinguirse de los
hijos de los hombres. Mientras más perversos sean los otros, más cuidadosos
debemos ser nosotros para mantenernos sin culpa e inocentes. La doctrina y el
ejemplo coherente de los creyentes iluminarán a otros y dirigirán su camino a Cristo y
a la piedad, así como la luz del faro advierte a los marinos que eviten los escollos y
dirige su rumbo al puerto. Tratemos de brillar así.

(II) Salvación implica "fe" (ef 2:8; 2 Ti 3:15; 1 P 1:9). Implica aceptar a Dios, a través
de su palabra, y moldearse uno mismo en confianza cabal sobre la base de la
misericordia ofrecida por Dios. Miremos tres pasajes que nos hablan de esta fe para
salvación:
ef 2:8 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios”

Cuando alguien le da un regalo, ¿diría usted: «¡Qué lindo es!, ¿cuánto le debo?» No,
la respuesta apropiada es: «Gracias». Con cuánta frecuencia los cristianos, aun
después de habérseles dado la salvación, se sienten obligados a hacer algo para
llegar hasta Dios. Debido a que nuestra salvación e incluso nuestra fe son regalos,
debiéramos responder con gratitud, alabanza y regocijo

Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado


de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte.
Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con
cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos. Si
bien ninguna acción u «obra» nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención
de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio. No somos salvos solo
para nuestro beneficio, sino para el de Él, para glorificarle y edificar la Iglesia

2 Ti 3:15 “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales
te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”

Timoteo fue uno de los primeros en la segunda generación de cristianos: llegó a ser
cristiano no por medio de la predicación de un evangelista que hubiera predicado un
tremendo sermón, sino debido a que su madre y su abuela le enseñaron las Sagradas
Escrituras desde que era un niño. La labor de los padres es de una importancia vital.
Tanto en casa como en la iglesia es necesario entender que enseñar a los niños es
tanto una oportunidad como una responsabilidad. Jesús quería que los niños vinieran
a Él. hagamos nuestra parte en guiar a nuestros hijos a Cristo

1 P 1:9 “obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”

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Salvación. Parte 2. Introducción
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La esperanza en el vocabulario mundano se refiere sólo a un bien incierto, porque


todas las esperanzas mundanas son inestables, edificadas sobre arena, y las
esperanzas del cielo que tiene el mundano son conjeturas ciegas y sin fundamento.
Pero la esperanza de los hijos del Dios vivo es una esperanza viva; no sólo acerca de
su objeto, sino también en su efecto. Vivifica y consuela en todas las angustias,
capacita para enfrentar y superar todas las dificultades. La misericordia es la fuente de
todo esto; sí, gran misericordia y misericordia múltiple. Esta bien cimentada esperanza
de salvación es un principio activo y vivo de obediencia en el alma del creyente.

Salvación implica "creencia" (Ro 1:16), esto es, la convicción de que las promesas de
Dios en Cristo son verdaderas, la complacencia en aventurar nuestra vida en la
veracidad de Jesucristo.
Ro 1:16 “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios
para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al
griego”

El apóstol expresa en estos versículos el propósito de toda la epístola, en la cual


plantea una acusación de pecaminosidad contra toda carne; declara que el único
método de liberación de la condena es la fe en la misericordia de Dios por medio de
Jesucristo y, luego, edifica sobre ello la pureza del corazón, la obediencia agradecida,
y los deseos fervientes de crecer en todos esas gracias y temperamentos cristianos
que nada, sino la fe viva en Cristo, puede producir.

Dios es un Dios justo y santo, y nosotros somos pecadores culpables. Es necesario


que tengamos una justicia para comparecer ante Él; tal justicia existe, fue traída por el
Mesías, y dada a conocer en el evangelio: el método de aceptación por gracia a pesar
de la culpa de nuestros pecados. Es la justicia de Cristo, que es Dios, la que proviene
de una satisfacción de valor infinito. La fe es todo en todo, en el comienzo y en la
continuación de la vida cristiana. No es de la fe a las obras como si la fe nos pusiera
en un estado justificado y, luego, las obras nos mantuvieran allí, pero siempre es de fe
en fe: es la fe que sigue adelante ganándole la victoria a la incredulidad

Salvación implica "esperanza" (Ro 8:24). El arrepentimiento, el temor y temblor, no es


sinónimo de hacer a un hombre desesperar, sino de moverle a buscar, en radiante
esperanza, su remedio en Jesucristo. Fe, esperanza y creencia van tupidamente
entretejidas. Son las diferentes expresiones de la confianza en que se funda la
Salvación.
Ro 8:24 “24Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve,
no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? 25Pero si
esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos”

Es natural que los hijos confíen en sus padres a pesar de que estos algunas veces
fallan al cumplir con sus promesas. Nuestro Padre celestial, sin embargo, nunca
promete algo que después no cumpla.

No obstante, su plan puede demorar más de lo que esperábamos. En lugar de actuar


como niños impacientes mientras esperamos que se revele la voluntad de Dios,
debiéramos confiar en la bondad y sabiduría del Señor.

En Romanos, Pablo presenta la idea de que la salvación es pasado, presente y futuro.


Es pasado porque fuimos salvos en el momento en que creímos en Jesucristo como
Señor y Salvador (3.21–26; 5.1–11; 6.1–11, 22, 23); nuestra vida nueva (vida eterna)
comenzó en ese momento. Es presente porque estamos siendo salvados; o sea,
estamos en proceso de santificación. Pero al mismo tiempo no recibimos por completo

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los beneficios y bendiciones de la salvación que recibiremos cuando el reino de Cristo


se establezca definitivamente. Esa será nuestra salvación futura. Aunque estamos
seguros de nuestra salvación, seguimos mirando con esperanza y confianza hacia
aquel cambio completo de cuerpo y personalidad que nos espera más allá de esta
vida, cuando seamos como Él es como dice (1 Juan 3.2 “Amados, ahora somos hijos
de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando
él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”)

(Ill) Salvación implica "perseverancia". El que persevere hasta el fin encontrará


Salvación (Mt 10:22; Mt 24:13).
Mt 10:22 “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que
persevere hasta el fin, éste será salvo”

Permanecer hasta el fin no es la manera de alcanzar la salvación sino la evidencia


de que uno se ha entregado de veras a Jesús. La persistencia no es un medio de
asegurar nuestra salvación, sino el resultado de una vida rendida al Señor

El hombre que no se intimida por la oposición exterior ni por el desaliento interior, al


final, encontrará la salvación. No debe ser derrotado por sus dudas ni por los
argumentos y seducciones de los otros. Su confianza es algo a lo que debe adherirse
como a un salvavidas en medio de un mar tempestuoso.

(IV) Salvación implica "amar la verdad" (2 Ts 2:10). El hombre que no ama la verdad
nunca puede encontrarla. Si un hombre cierra los ojos a la verdad sobre él, no puede
ser movido al esencial arrepentimiento. Si cierra los oídos a la verdad sobre Jesús,
nunca podrá informarse ni apercibirse de la finalidad del ofrecimiento de Dios. Y
siempre será cierto que no hay ciego más grande que el que no quiere ver.
2 Ts 2:10 “y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto
no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”

En este versículo la expresión: por cuanto, Literalmente, “En pago de”; en justa
retribución por no tener ellos, los que se pierden, amor por la verdad que estaba a su
alcance (porque la verdad pone freno a las pasiones malas) y en consecuencia porque
tenían ellos “placer en la injusticia” como dice (Rom 1:18 “Porque la ira de Dios se
revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen
con injusticia la verdad”).

Los que se pierden, están perdidos porque no aman, sino rechazan la verdad que los
salva. No recibieron, se refiere a que, “no acogieron para sí” el amor de la verdad.

No meramente el amor a la verdad en general sino el amor a LA verdad, es decir,


Jesús quien es la Verdad, en oposición a las mentiras de Satanás.

Jesús, es la verdad que puede salvar como afirma (Ef 4:20-21 “20Mas vosotros no
habéis aprendido así a Cristo, 21si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él
enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús”). Esto requiere de nosotros no
que aceptemos meramente la verdad, sino que amemos la verdad como afirma el
salmista en el (Sal 119:97 “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi
meditación”).

(V) Algunas veces, Salvación implica "temor" como sugiere (Jud 1:22-23 “22A algunos
que dudan, convencedlos. 23A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened
misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne”).

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Salvación. Parte 2. Introducción
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Un testimonio eficaz salva a las personas del juicio de Dios. A algunos testificamos
mediante la compasión y la amabilidad; a otros, como si estuviéramos rescatándolos
del fuego eterno. Aborrecer «la ropa contaminada por su carne» significa que debemos
odiar el pecado, pero tenemos que ser testigos y amar a los pecadores. Los
incrédulos, por mucho éxito que parezcan tener en las normas mundanas, están
perdidos y necesitan salvación. No debemos dar poca importancia al testimonio. Es
cuestión de vida o muerte

Al procurar un punto de coincidencia con quienes tratamos de ganar para Cristo,


debemos tener mucho cuidado de no caer en las arenas movedizas de la transigencia.
Cuando les hablamos a otros, debemos estar seguros de que nuestro fundamento sea
firme y seguro. Cuídese de no parecerse tanto a los incrédulos que nadie pueda decir
quién es usted o qué cree. Influya en ellos para que busquen a Cristo. ¡No permita que
ellos influyan en usted para hacerle pecar!

Algunas veces en la salvación hay algo así como un temor limpiador como dice el (Sal
19:9 “El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre”).

El temor del Señor es el principio del conocimiento dice (Pr 1:7 “El principio de la
sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la
enseñanza”).

En esta era de información, el conocimiento es abundante, pero hay falta de sabiduría.


Sabiduría significa mucho más que simplemente saber mucho. Es una actitud básica
que influye en cada aspecto de la vida. El fundamento de la sabiduría es temer a Dios:
honrarlo y respetarlo, vivir maravillados por su poder y obedecer su Palabra. La fe en
Dios debe ser la base para su comprensión del mundo, sus actitudes y sus acciones.
Confíe en Dios y Él lo hará profundamente sabio

Con respecto a nuestra salvación existe lo que alguien ha llamado "el estremecimiento
celestial", el repentino temblor por miedo de lo que somos, que nos conduce a
encontrar la esperanza de lo que en Cristo podemos ser.

(VI) Salvación siempre implica "gracia", pues está fundada en la gracia y somos
salvos por gracia como dice (Ef 2:5 “aun estando nosotros muertos en pecados, nos
dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”).

Aquí Pablo enfatiza que ya no necesitamos vivir bajo el poder del pecado. Cristo
destruyó en la cruz la paga del pecado y su poder sobre nuestras vidas. La fe en
Cristo nos declara absueltos o «no culpables» delante de Dios como afirma (Romanos
3.21, 22 “21Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los profetas; 22la justicia de Dios por medio de la fe en
Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia”).

Dios no nos quita del mundo ni tampoco nos convierte en muñecos, sentiremos como
que pecamos y algunas veces lo haremos. La diferencia radica en que antes de ser
cristianos éramos esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa, pero ahora podemos
escoger vivir para Cristo

Los cristianos primitivos estaban convencidos de que eran salvos por la gracia del
Señor Jesús, y la idea que expresa el vocablo Salvación es la prueba final de que la
salvación es un don que no hemos merecido ni podíamos merecer, sino que viene a
nosotros de la pura bondad y generosidad de Dios.

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(VII) Salvación implica "el mensaje de la cruz", aun cuando este mensaje parezca
una simpleza al oírlo por primera vez como dice (1 Co 1:18 “Porque la palabra de la
cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es
poder de Dios”), e implica que debe quedar impreso para siempre en nuestra memoria
como afirma (1 Co 15:1-2 “1Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he
predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2por el cual
asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en
vano”).

La salvación Implica ver la cruz y recordarla constantemente, es decir, tomar


conciencia del amor de Dios y vivir de acuerdo con ella.

La palabra resurrección señala, habitualmente, nuestra existencia más allá de la


tumba. No se halla un rasgo de la doctrina del apóstol Pablo en todas las enseñanzas
de los filósofos. La doctrina de la muerte y resurrección de Cristo es el fundamento del
cristianismo. Si se quita, se hunden de inmediato todas nuestras esperanzas de
eternidad.

Por sostener con firmeza esta verdad los cristianos soportan el día de la tribulación, y
se mantienen fieles a Dios. Creeremos en vano, a menos que nos mantengamos en la
fe del evangelio. Esta verdad es confirmada por las profecías del Antiguo Testamento;
muchos vieron a Cristo después que resucitó. Este apóstol fue altamente favorecido,
pero siempre tuvo una baja opinión de sí, y la expresaba. Cuando los pecadores son
hechos santos por la gracia divina, Dios hace que el recuerdo de los pecados
anteriores los haga humildes, diligentes y fieles. Atribuye a la gracia divina todo lo que
era valioso en él. Aunque no ignoran lo que el Señor ha hecho por ellos, en ellos y por
medio de ellos, cuando miran toda su conducta y sus obligaciones, los creyentes
verdaderos son guiados a sentir que nadie es tan indigno como ellos. Todos los
cristianos verdaderos creen que Jesucristo, y éste crucificado, y resucitado de entre
los muertos, es la suma y la sustancia del cristianismo. Todos los apóstoles
concuerdan en este testimonio; por esta fe vivieron y en esta fe murieron.

(VIII) El escritor de la epístola a los Hebreos tiene algo más que añadir. El diría que
Salvación también implica "la continuación de la obra de Cristo".

La visión de este escritor es que Cristo vive siempre para interceder por nosotros en
(He 7:25 “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan
a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”).

Nadie puede añadir a lo que Jesucristo hizo para salvarnos. Nuestros pecados
pasados, presentes y futuros han sido perdonados, y Jesucristo está con el Padre
como una señal de que nuestros pecados han sido perdonados. Si usted es cristiano,
recuerde que Cristo ha pagado el precio por sus pecados una sola vez para siempre

Como nuestro Sumo Sacerdote, Cristo es nuestro abogado, el mediador entre


nosotros y Dios. Él cuida de nuestros intereses e intercede por nosotros ante Dios. El
sumo sacerdote del Antiguo Testamento se presentaba delante de Dios una sola vez al
año para interceder por el perdón de los pecados de la nación; Cristo intercede por
nosotros, delante de Dios, de modo permanente. La presencia de Cristo en el cielo con
el Padre nos asegura que nuestros pecados han sido pagados y perdonados. Esa
maravillosa seguridad nos libra de condenación y del temor a fracasar

Con uno de los pensamientos de mayor alcance de todos los del NT, este autor ve a
Jesús defendiendo todavía a los hombres, llevando a cabo su obra sumosacerdotal,
dejando expedito el camino hasta Dios a los hombres.

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Salvación. Parte 2. Introducción
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Esta es la visión de un Cristo que nos amó desde el principio de los tiempos y que nos
amará hasta el final, y cuyo amor continuo es nuestra eterna esperanza de Salvación.

En muchos casos, en el NT, Salvación se encuentra como si no tuviera explicación.


Se usa como una palabra de cuyo significado cada uno entendería al menos algo.
Tales casos los vemos en los siguientes textos:
Lc 19:9 “Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también
es hijo de Abraham”
Hch 11:14 “él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa”
Hch 16:30-31 “30y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
31
Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”
1 Co 3:15 “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será
salvo, aunque así como por fuego”
2 Co 2:15-16 “15Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y
en los que se pierden; 16a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos
olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?”

Pero si hemos de apoderarnos de todo el valor y significado de esta palabra, debemos


preguntar: ¿De qué es salvado el hombre? ¿Cuál es la liberación que la Salvación
promete? Antes de buscar las respuestas en el NT, debemos hacer una observación.
El verbo griego sozein significa tanto salvar a un hombre en el sentido eterno como
curarlo en el sentido físico. En el NT, la salvación es "total". El hombre es salvado
íntegramente en todo su ser.

(I) Salvación es salvación de la "enfermedad física" (Mt 9:21; Lc 8:36, en ambos


casos el verbo es sozein).

Mt 9:20-21 “20Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía
doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21porque decía
dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva”
Lc 8:36 “Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el
endemoniado”

Jesús estaba interesado en el cuerpo y en el alma de los hombres; y es muy


significativo el que la iglesia esté redescubriendo esto hoy. Tal salvación puede no
curar, pero siempre capacita al sufriente para convertir sus padecimientos en gloria.

(II) Salvación es salvación del peligro. Cuando los discípulos peligraban daban
voces para ser "salvados" (Mt 8:25; Mt 14:30). Esto no significa protección de todo
peligro y daño; significa que el hombre que sabe que está dentro de la Salvación de
Dios, sabe que está, como Rupert Brooke decía, "seguro donde no hay seguridad". Es
la convicción de que nada, en vida o en muerte, puede separarle del amor de Dios.
Mt 8:25 “Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos,
que perecemos!”

A pesar de que los discípulos habían sido testigos de muchos milagros, se llenaron de
pánico en esta tormenta. Como navegantes experimentados, estaban conscientes del
peligro existente; lo que no sabían era que Cristo podía dominar las fuerzas de la
naturaleza. Hay siempre una dimensión de nuestras vidas en la que sentimos que Dios
no puede obrar o no ha de obrar. Cuando comprendemos bien quién es Él,
entendemos que Él calma lo mismo las tormentas de la naturaleza que las tormentas
del corazón atribulado. El poder de Jesús que calmó esta tormenta puede también
calmar las tormentas que braman en nuestras vidas. Él está dispuesto a ayudarnos si
se lo pedimos. No es necesario excluirlo de ningún aspecto de nuestra vida

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Salvación. Parte 2. Introducción
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Mt 14:30 “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse,


dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!”

A pesar de que empezamos con buenas intenciones, algunas veces nuestra fe decae.
Esto no significa necesariamente que hemos fallado. Cuando la fe de Pedro decayó,
buscó a Cristo, la única persona que podría ayudarle. Estaba temeroso pero aún así
miró a Cristo. Cuando estamos recelosos de los problemas que nos rodean y dudamos
de la presencia o capacidad de Cristo para ayudarnos, debemos recordar que es el
único que en realidad puede ayudarnos

(lll) Salvación es salvación de la "parte perversa de la vida". Un hombre cuando pone


su fe en Jesucristo es salvado de esta perversa generación como exhorta (Hch 2:40
“Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta
perversa generación”). El hombre que conoce la Salvación de Dios tiene con él, y
sobre él, una cualidad profiláctica, un antiséptico divino que le inmuniza para ir por el
mundo sin contaminarse.

(IV) Salvación es salvación de "la condición de perdido". Jesús vino al mundo a


buscar y a salvar lo que se había perdido (Mt 18:11; Lc 19:10).

Mt 18:11 “Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había
perdido”
Lc 19:10 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había
perdido”

Vino a rescatar al hombre cuando éste iba camino de una situación en que perdería
cuerpo y alma. Vino a hacerle volver del camino que conduce a la más fatal clase de
muerte, para dirigirle por el que lleva a la más esencial clase de vida.

Considerando la astucia y maldad de Satanás, y la debilidad y depravación de los


corazones de los hombres, no es posible que no haya sino ofensas. Dios las permite
para fines sabios y santos, para que sean dados a conocer los que son sinceros y los
que no lo son. Habiéndosenos dicho antes que habrá seductores, tentadores,
perseguidores y malos ejemplos, permanezcamos de guardia. Debemos apartarnos,
tan lícitamente como podamos, de lo que puede enredarnos en el pecado. Hay que
evitar las ocasiones externas de pecado.

Si vivimos conforme a la carne, debemos morir. Si mortificamos, a través del Espíritu,


a las obras de la carne, viviremos. Cristo vino al mundo a salvar almas y tratará
severamente a los que estorban el progreso de otros que están orientando su rostro al
cielo. ¿Y, alguno de nosotros rehusará atender a los que el Hijo de Dios vino a buscar
y salvar? Un padre cuida a todos sus hijos, pero es particularmente tierno con los
pequeños

(V) Salvación es salvación del "pecado". Jesús recibió este nombre porque había de
salvar a su pueblo de sus pecados como dice (Mt 1:21 “Y dará a luz un hijo, y llamarás
su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”).

El hombre solo es esclavo del pecado. No puede liberarse de él. Puede diagnosticar
fácilmente su enfermedad, pero no puede curarla. Sólo el poder salvador de Cristo
efectúa esa curación. "El quebranta el poder del invalidado pecador. Liberta al
prisionero del pecado."

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Salvación. Parte 2. Introducción
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(VI) Salvación es salvación de la "ira" (Ro 5:8-9 “8Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más,
estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”).

El NT no puede ser vaciado de su concepción de juicio, pues ésta concepción es


fundamental en él. Jesucristo obró, Dios obró, y la obra de ambos libertó al hombre de
la ira de la santidad de Dios agraviada y de la ley transgredida. Algo pasó que, en
Jesucristo, pone al hombre creyente en una nueva relación con Dios.

(VII) Una última cosa hemos de hacer constar. Salvación es escatológica. Es decir,
podemos empezar a gozar de ella aquí y ahora, pero su pleno efecto y su completa
maravilla vendrá a nosotros el día en que Jesús sea coronado Rey de todo el mundo
(Ro 13:11; 1 Co 5:5; 2 Ti 4:18; He 9:28; 1 P 1:5; Ap 12:10).

Es cierto que la segunda venida de Cristo no es una doctrina popular; pero se sigue
conservando la tremenda verdad de que este mundo va a alguna parte, y, cuando el
mundo llegue a su consumación última, la Salvación será simultánea y finalmente
perfeccionada.

Salvación es lo que salva a un hombre de la ruina de su alma en esta vida y en la


futura.

Ap 5:11-13
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Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y
de los ancianos; y su número era millones de millones, 12que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 13Y a todo lo creado que está en el cielo, y
sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay,
oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la
gloria y el poder, por los siglos de los siglos
Ap 7:10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que
está sentado en el trono, y al Cordero.

El mensaje de salvación no está limitado a una cultura, raza ni nación específica. Todo
el que acude a Dios arrepentido y con fe es aceptado por Él y será parte de su reino.
No permita que los prejuicios ni las tendencias impidan que usted hable de Cristo a los
demás. Cristo acoge a todas las personas en su reino

La canción del pueblo de Dios alaba la obra de Cristo. Él (1) fue inmolado, (2) los
compró con su sangre, (3) los reunió en un reino, (4) los hizo sacerdotes, y (5) los
escogió para reinar sobre la tierra. Jesucristo ya murió y pagó la penalidad por el
pecado. Él nos congrega ahora en su reino, haciéndonos sus sacerdotes, y en el
futuro reinaremos con Él. Adore y alabe a Dios por lo que ha hecho, lo que hace y lo
que hará en favor de todos los que confían en Él. Cuando nos demos cuenta del futuro
glorioso que nos aguarda, hallaremos las fuerzas para afrontar las dificultades
presentes

En los actos de adoración nos acercamos a Dios pero esto sólo es posible por medio
de Cristo; los pecadores no pueden aproximarse al trono de Dios si no es por un
Mediador y este mediador único se llama Jesucristo. Cuando ponemos nuestra fe en la
persona y obra de Jesucristo, somos vestidos con los ropajes de la justificación, la
santidad y la victoria.

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Salvación. Parte 2. Introducción
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Tal aparición gloriosa será la que hagan al final los fieles siervos de Dios, cuando
hayan peleado la buena batalla de la fe, y terminado su carrera. Con una voz fuerte
dieron a Dios y al Cordero la alabanza de la gran salvación. Los que disfrutan de la
dicha eterna deben bendecir, y bendecirán al Padre y al Hijo; lo harán en público y con
fervor.

Ap 7:10 establece que toda la alabanza por nuestra salvación se atribuye a nuestro
Dios y al Cordero. Asimismo en la entrada del Señor en Jerusalén, el grito de
salvación fue el clamor de la multitud que llevaba las palmas. Hosanna significa
sálvanos ahora; viene del Salmo 118, (vv. 14, 15, 22, 26) la misma relación ocurre
entre la salvación, los tabernáculos de los justos, y el clamor de los judíos, que ha de
ser repetido por toda la nación en la venida de Cristo, “Bendito el que viene en el
nombre del Señor.”

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Salvación. Parte 2. Introducción

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