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CONTEXTO HISTÓRICO
La Polis se construirá alrededor del ágora, ya que la misma es la plaza pública, espacio
público y común donde se debatirán los problemas de interés general. Ahora, la ciudad
integrará en su interior a todos sus miembros, los cuales se reunirán para discutir acerca
de su destino en la plaza públca. Las murallas cercarán la ciudad entera, protegiendo a
los ciudadanos que la constituyen, ya no centrados sobre el palacio real, sino sobre el
espacio común de reunión.
La isonomía solo pudo ser posible gracias a una tradición igualitaria antíquisima, donde
la calificación guerrera y el derecho a participar e los asuntos públicos será equivalente.
En la Polis el estado de soldado coincidirá con el de ciudadano, el que tiene su puesto en
la formación militar, también lo tendrá en la organización política. Luego del siglo VII, se
modificará su puesto en el orden social y su esquema psicológico.
RELIGIOSIDAD GRIEGA
La religión griega pertenece a la familia de los politeísmos, donde cada dios tiene su
área determinada de influencia. Es politeísta porque esta religión se encuentra integrada
por muchos dioses, y no se afirma la existencia de uno sólo, sino de muchos. (Poli:
muchos, teos: dios)
Por otro lado, es una religión de la distancia por que el mundo de los dioses se encuentra
separado del mundo humano. En los hombres no hay nada divino, sino que éstos se
encuentran sometidos al arbitrio de los seres sobrenaturales. Esta religiosidad de la
distancia puede caracterizarse a partir de tres conceptos:
a) Cuando el hombre muere, su alma va al Hades, pero este alma es menos que nuestra
vida. No hay en nuestra alma instancias divinas, sino que es apenas una sombra de
la vida, de lo que fue.
b) No hay individuo capaz de dirigir libremente su vida. El destino es unánime para
todos, ya que la vida humana está sometida a condiciones sobrenaturales.
c) En las celebraciones, nunca dejan de ser quienes son los hombres, no hay
transfiguraciones ni desintegraciones de la individuación, condiciones indispensables
para la religación con la divinidad, para el encuentro místico.
El culto era oficiado a menudo por el padre, en el caso de la familia o por los
magistrados o sacerdotes que hacían lo mismo para el pueblo. Esto permitía que muchas
personas pudieran tener cubiertas gran parte de sus obligaciones religiosas ya que otros
las llevaban a cabo, en representación de sus intereses.
La forma esencial del culto era el sacrificio, que podía ser de animales o puros de grano,
pasteles, fruta u otros. El calendario religioso establecía que dios o héroe debía recibir las
ofrendas y en qué día. El tipo de víctima del sacrificio, sexo o color depende del dios o
festival correspondiente, pero no se sacrificaban víctimas humanas. Algunos ritos eran
deliberadamente misteriosos, pero en general solían ser de carácter alegre y festivo, ya
que los dioses amaban la belleza y se les debía dedicar los objetos más bonitos que uno
pudiese encontrar.
Dioniso
El culto dionisíaco elimina la distancia entre el mundo de los dioses y de los hombres,
cae la distancia infranqueable entre ellos. El surgimiento de este culto posee tres
derivaciones:
a) Alma: Surge la idea del alma como algo divino. En la psykhé dionisíaca, la divinidad
se manifiesta, mientras que la psykhé homérica era un recuerdo, una sombra de lo
que fue.
b) Chamanismo: Los chamanes nos indican que podemos hacer con el alma, la cual
puede alcanzar la bilocación o la separación temporaria del cuerpo, luego de
cumplida una ascética determinada: no comer carne, 5 años de silencio, abstinencia
sexual y examen de conciencia. Hay que neutralizar el cuerpo para purificar el alma,
esto permitirá a su vez la transmigración de la misma.
c) Individualidad: El hombre se vuelve responsable de sus actos, ya no es un juguete del
arbitrio de los dioses. Queda librado de la sujeción divina, por lo que debe
responsabilizarse de sus conductas y acciones.
Las experiencias dionísiacas eran de tal intensidad que eran deseadas y perseguidas por
sus cultores, neutralizando todo otro culto. La música y la danza que acompañaban los
rituales invitaban a comunicarse con la divinidad, comunicación en la cual el individuo
desaparece. En estas experiencias, la unión con el dios se vuelve mística, incorporándose
el extasiado a la naturaleza misma. El resultado no querido es el regreso, ya que en él el
hombre vuelve a ser sí mismo, sin gradualidad entre ambos estados.
El caso de las mujeres era particularmente llamativo. Las mujeres se aliviaban del
confinamiento doméstico, repudiando temporalmente de la autoridad del macho,
escapando a los montes para seguir al apuesto dios Dioniso. Allí como ménades bailaban,
alborotaban, despedazaban animales vivos y se los comían crudos. En los lugares donde
no se realizaban estas escapadas a los montes, aparecían danzas arrebatadas a cargo de
las mujeres como culto a Dioniso. Esta liberación era temporal y de hecho representaba
una reafirmación de la sujeción, porque demostraba que las mujeres eran seres
irracionales, volubles, que requerían de un mayor control riguroso sobre sus
comportamientos, para que éstos se ajusten a lo establecido.
Como consecuencia de la aparición del dionisismo, surgen las sectas filosófico religiosas,
entre ellas, la pitagórica. La aparición de estas sectas implica una revolución, ya que
implanta creencias y rituales impropios de la religiosidad griega de la distancia. Por otro
lado, surgen prácticas y creencias como el ascetismo, creencia en el más allá, rechazo de
la sociedad profana, concepción de una esencial forma de vida religiosa, doctrinas sobre
culpa y redención. Esta revolución puede haber tenido influencias externas de otras
culturas, como la egipcia, aunque también puede haberse debido al creciente
individualismo de la sociedad arcaica, que relajó los lazos de parentesco tradicionales y
fomentó la búsqueda de salvación individual.
MITOS
Según Mircea Eliade, autor de “Mito y realidad”, los mitos tienen tres
características: