Pareciera ser que la globalización es un fenómeno que todavía no afecta la
educación, sobre todo en los países subdesarrollados como el nuestro, nada más lejos de la realidad.
La globalización es un fenómeno que llega mucho más allá de las políticas
económicas y que está penetrando en la órbita de las políticas educativas, queriendo generalizar los distintos problemas locales y/o regionales sin considerar aspectos específicos de cada región. Son varias la razones que permiten comprenden éste resurgir educativo:
• Se considera al conocimiento como un productor de riqueza sobre todo para las
instituciones que se dedican a la educación donde cada día se exige más eficacia y más eficiencia dentro de un ambiente de competencia. • El ritmo y el avance tecnológico de la información y la comunicación son elementos nucleares de la globalización y que progresivamente se han ido introduciendo también en el campo educativo, aunque sin modificar sustancialmente las formas de enseñanza-aprendizaje. Las perspectivas ofrecidas actualmente por la telemática sugieren un auge de la enseñanza a distancia, un ámbito en el cual las innovaciones se suceden rápidamente abriendo nuevas posibilidades pero asimismo grandes problemas como el caso del programa de la telesecundaria implementado en el área rural de nuestro país. • El considerarle a la educación toda potestad para alcanzar el desarrollo económico (desarrollismo). • La configuración de sistemas educativos aparentemente flexibles y adaptables a demandas y contextos diferentes. • La visión funcionalista de algunos gobiernos como el nuestro, que le preocupa alcanzar mayor cobertura a menor coste. • Se constituye una alternativa que ofrece los mecanismos necesarios para garantizar la estratificación y exclusión social, aunque es cierto que en la socialización intervienen multitud de agentes, desde la familia, los medios de comunicación, el mismo Estado, nadie duda que el sistema educativo es una de la piezas más importantes para lograrlo o por contrario también puede constituirse en un instrumento para lograr la cohesión social.
Ante lo enunciado anteriormente vemos cómo el problema de la globalización se va
generalizando en los países como la única política capaz de solucionar la problemática educativa del Continente a través de una convergencia hacia un sistema educativo mundializado sin tomar en cuenta características sociales, culturales, que singularizan a cada región.
Bajo ésta visión la convergencia que se busca va encaminada primeramente al área
curricular mediante la definición de áreas de contenidos equivalentes en todas la culturas, pero con claro origen europeo, la identificación de un cierto número de contenidos 2
considerados patrimino imprescindible de cualquier ciudadano en una economía
globalizada, ejemplo el inglés y la informática. La difusión de un marco pedagógico único, centrado en las actividades de enseñanza-aprendizaje concebidas como procesos esencialmente psicológicos que tienen lugar independientemente de las variables del contexto en que se producen, sean éstas sociales, culturales o económicas.
También se puede hablar de una convergencia estructural que se refiere a las
concepciones del servicio público de la educación y acerca del modo en que éste debe ser gestionado y que sugiere que no hay mejor sistema que aquel en el que los poderes públicos reducen su presencia al mínimo mediante la reducción del papel del Estado como proveedor del servicio público de la educación, devolviendo la responsabilidad de ésta prestación a la sociedad civil, lo cual plantearía importantes interrogantes relativos a la equidad y cohesión social.