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2Qué educacién es “publica”?! Fernando Atria Introduccién La educacién piiblica es la educacién provista por érganos del Estado. Esta definicién habitual de lo piblico en educacién, hasta hace un tiempo, ha sido impugnada por “formalista’. Lo serfa porque mira a la forma juri- dica del que prove educacién y no a la educacién que proporciona. Lo que substantivamente debe considerarse educacién piiblica, sigue el argumento, incluirfa a los establecimientos estatales tanto como a los subvencionados. Pot consiguiente, no habria justificacién para que el Estado hiciera diferencias de trato entre ambos. Este articulo discute este argumento y alega, primero, que es incoherente en s{ mismo, porque usa un criterio de definicién de lo “puiblico” en educacién que si fuera aplicado consistentemente Ilevarfa a la misma conclusién que rechaza y, segundo, que la educacién es “piblica” en sentido substantivo cuando el que desea ser admitido en un establecimiento tiene derecho a ello. En Chile, como se ha entendido que los sostenedores de establecimientos subvencionados tienen una forma excénttica de libertad de ensefianza que les permite seleccionar (y mantener) estudiantes por su mayor 0 menor compatibilidad con el proyecto educativo unilateralmente definido por ellos, nadie puede decir que tiene, ante un establecimiento subvencionado, un derecho a ser admitido. Esta relacién entre el postulante y el sostenedor + ac ancl es una vn comida homimo sparc ca Exo Scie N° 117 (209) pp 457, cy decor ba sutra a pain dees sepundavertn spe dea cee dl proyecto FONDECYT 1N? 10605, ysc benef adems des comentaisdelos aioe al seminar "Educacién Pic: Def- cones Existegis de Force, rganiad por UNICEF yl Centro de lveigaciénAvazads en Educ {in de Univer de Chie (CTAB) i 25 de ago de 2003, en particular dl comentario de Pia Romagucs 154] Fewanpo Arua tiene la simetria propia de los individuos en el mercado, y no la asimetrfa que define la relacién entte el ciudadano (titular de derechos) y el Estado (que no los tiene, porque esté “al servicio de la persona humana”). En tercer lugar, el articulo muestra que en un sistema mixto como el chileno, compuesto por establecimientos que no estén legalmente habilitados para seleccionar a sus estudiantes (porque éstos tienen derecho a ser admiti- dos: educacién piblica) y otros que si lo estén (educacién privada), hay una tendencia inmanente al deterioro de los primeros, que los lleva a transformarse en ghettos de marginacién social y econémica. Esta tendencia justifica que el Estado muestte por la educacién publica una preocupacién especial, diferen- ciando el trato hacia ella de aquél que da alos establecimientos que conforman la educacién privada (subvencionada o pagada). ‘Aunque este escrito pretende ser una contribucién al debate sobre la edu- cacién piblica y su “fortalecimiento”, no discute en particular ninguna de las iniciativas legales actualmente en curso, ni contiene lo que en documentos de este tipo es usualmente denominado “recomendaciones de politica’, es decir, sugerencias precisas de accién que se siguen del argumento desarrollado. El aporte que este articulo aspira a hacer es anterior al debate de cursos especi- ficos de accién. Pretende mostrar que parte importante de la discusién sobre educacién piblica ha perdido el rumbo porque ha asumido que las finalida- des que debe perseguir el sistema educacional, en general, y el sistema “publi- co” en particular, son claras, indiscutibles y compartidas. La discusién suele tratarse como si fuera puramente instrumental, no politica sino de politcas. La manera en que esta tiltima expresidn se utiliza ¢s, de hecho, indicativa de este problema. “Politicas puiblicas” es hoy s6lo una expresién para “estrategias de accién del Estado”. La pregunta por una estrategia supone claridad sobre los fines, porque no tiene sentido discutir sobre estrategia sin saber cules son los fines. Hay aqu{, a mi juicio, un serio error de diagnéstico. La demanda por el mejoramiento de la educacién publica no es reducible a una demanda por mejores estrategias instrumentales para conseguir un fin que no esté en discusién, Al contrario, es una demanda por recuperar el sentido de la educa- cién publica, Pero la manera en que esta demanda es recibida en las instancias formales de discusién y decisién (en comisiones presidenciales o el Congreso Nacional, etc.) es como si fuera un asunto puramente estratégico, de ordenar medios para obtener fines que no estan en cuestién. Este documento asume el problema en la primera éptica: como una discusién sobre el sentido de la educacién publica y la necesidad de fortalecerla dada esa importancia, No se trata, desde luego, de que no tenga implicaciones de politica; las tiene, y suficientemente claras. Se trata de que no es reducible ala discusién sobre las politicas. {Que Epveacion es Ponca? |155 El déficit de sentido de la discusién sobre educacién puiblica puede no- tarse al considerar uno de los aspectos mis insdlitos del sistema educacional chileno: es un sistema construido desde el paradigma de un establecimien- to particular pagado. Es decir, el establecimiento particular pagado, ese que atiende a una cifta considerablemente menor al 10% de la poblacién, es el que expresa de modo mis pleno la idea de un establecimiento educacional, lo que es en principio aceptable o deseable que un establecimiento educacional haga o pueda hacer. Un establecimiento particular subvencionado es coma uno particular pagado, con una caracteristica accidental adicional: que atiende per- sonas que no pueden pagar su colegiatura, y por eso existe la subvencién. Y un establecimiento municipal es como uno subvencionado, con una caracteristica accidental adicional: que su “sostenedor” tiene la “naturaleza juridica’ de “mu- nicipalidad” (0 “Estado”. Esto ha llevado a una radical homologacién del régimen de los dos iilti- mos al régimen del primero. Ast, silos establecimientos paradigméticos pueden cobrar por la educacién que oftecen, es decit, ofrecerla condicionalmente al puiblico, y pueden seleccionar, eso implica que, en principio, también pueden hacerlo los otros. ¥ con esa I6gica se introdujo el financiamiento compartido, y se autorizé incluso a los establecimientos municipales a cobrarlo?. Si los esta- blecimientos particulares pagados, cuyo régimen jurfdico es el de una empresa privada, pueden elegir libremente con quien contratar 0 no, y por eso selec- cionar unilateralmente estudiantes, o expulsarlos por infraccién a reglamentos unilateralmente fjados por el duefio, ese mismo poder lo tienen, en principio, los establecimientos subvencionados y municipales. La conclusién de este ra- zonamiento es que la “educacién publica” no tiene nada de peculiar, nada que justifique una preocupacién especial o un programa de fortalecimiento. En rigor, que la categoria de educacién publica no existe més que como una pura ‘forma jurtdica, sin contenido. Es esta situacién la que pretende invertir el presente escrito. En vez de tomar la escuela particular pagada como paradigma, y el resto como estable- cimientos caracterizados por notas accidentales adicionales, el argumento de este articulo es el contrario: que el sistema debe estar pensado desde el esta- blecimiento piblico y que, en este contexto, la educacién privada debe ser pensada como “anémala”. ‘Antes de seguir, sin embargo, ¢s fundamental entender que la afirmacién, inmediatamente anterior es trivializada si por “educacién ptiblica” se entiende 2 Estes lengua egal: vase art 46a, 20370; vase adiconalmente lar. 1° dl proyecto de ey que foralece la celucacdn pla, que se reir ala educacion provisa por sostenedores pio. > Aunque vase inf 2° 14.

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