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C i e n c i a s d e l a C o m u n i c a c i ó n

Pautas y expectativas en la formación de familias de los


estudiantes de la Universidad Simón Bolívar

María Teresa Torres

Resumen

El presente estudio intenta rescatar las opiniones y expectativas que universitarios de am-
bos géneros plantean sobre el futuro del ámbito privado. El punto de partida y discusión es
el hogar de origen, en donde se inician los procesos de construcción de normas y prototi-
pos de familias.

Los jóvenes y sus familias forman parte de la comunidad educativa de la Universidad Simón
Bolívar, ubicada en la ciudad de México. Los resultados expuestos no pretenden ser la voz de
los jóvenes mexicanos, sino tan sólo una aproximación a un grupo concreto, con el objeto de
conocer, reflexionar y orientar para el mejor desempeño en nuestra sociedad.

Introducción El presente trabajo pretende dar voz a un pequeño


sector de jóvenes de la Universidad Simón Bolívar,
Ante el exigente mundo competitivo, padres y do- al abordar las características de las cuales forman
centes concentramos nuestros mejores esfuerzos en parte sus opiniones y propuestas en la conforma-
la preparación científica y tecnológica de los uni- ción de nuevos hogares.
versitarios, como si su destino se sintetizara en la
profesión, vida productiva y bienestar material. Pero La familia, institución primaria, se forma a partir de
qué será de su mundo privado, cuáles son sus anhe- relaciones de parentesco (por vínculos de sangre,
los, sus afectos, sus temores y proyectos personales. matrimonio y adopción); está normada por pautas
Vale la pena detenernos a escuchar y compartir con y prácticas establecidas (De Oliveira y Salles, 1989).
los jóvenes. Es un espacio de convivencia y de experiencias sig-
nificativas en la historia personal y colectiva en don-
La Universidad Simón Bolívar (USB), institución es- de se aprenden pautas sociales y se desarrollan las
colar de inspiración católica, reconoce que su com- potencialidades de las personas.
promiso moral y social no se limita a las necesidades
presentes y futuras del aparato productivo; la meta De un tronco común se derivan generaciones suce-
educativa es más amplia: formar personas armóni- sivas y, en una misma generación o cohorte, se ex-
camente integradas “[...] con el fin de que lleguen perimentan variaciones en el ciclo vital de la fami-
a ser hombres y mujeres de auténtico prestigio por lia. La familia no se circunscribe a un espacio físico;
su saber y congruencia de vida” (USB, s.f., p. 29). las relaciones entre los familiares rebasa un domici-
Desde este enfoque, la educación supera el concep- lio e incluye una red de interacciones entre hogares
to de información y actualización científica y tecno- y miembros ubicados en una o en varias localida-
lógica, reconoce en los alumnos un largo e inacaba- des. Sometido a la prueba del tiempo, el concepto
do proceso de síntesis dialéctica de factores físicos, de familia se aleja de cualquier definición que in-
psicológicos, sociales y materiales. tente encuadrarlo en una visión estática, en virtud
de que intervienen múltiples variables que se
entrecruzan, a su vez, en tres tiempos e historias: el

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personal, el familiar y el macro social. Estos tres fac- La construcción social del género es un proceso in-
tores producen variación en las necesidades, nor- acabado que está presente en el desarrollo de cada
mas prácticas, gratificaciones, así como, conflictos persona, de la colectividad y, en forma más amplia,
personales y colectivos; determinantes que, para su en la cultura.
estudio, se desglosan en las siguientes variables:
La edad, atributo originalmente biológico, es tras-
a) Variables contextuales o ámbito macro social. Es tocada por la “varita mágica” de la cultura; así, las
decir, el contexto socio histórico más general. Las expectativas, aprendizajes y prácticas sociales son
familias de cualquier índole se desarrollan en ám- orientados en cada fase del ciclo vital de acuerdo
bitos concretos que mantienen o alteran los ritmos con el contexto social. Así se aprende que “hay una
o estilos de vida, formas de sentir, pensar y actuar. edad” para el matrimonio, para tener hijos, para
En el tiempo, lo que caracteriza a las generaciones hacerse responsable, para jubilarse, para convertir-
no es simple cuestión de fechas; aunado a la edad, se en ciudadano, etcétera, pudiendo o no coincidir
los grupos comparten acontecimientos cruciales y con la aptitud biológica, psíquica y social.
escenarios sociales. Esos escenarios bosquejarán,
por un lado, las políticas socioeconómicas más re- Así como el colectivo familiar experimenta una serie
levantes que alteran, en una determinada época, de aprendizajes, conflictos, acomodos y transforma-
a la sociedad y sus instituciones; por otro lado, la ciones en el curso de vida, lo mismo le sucede a cada
relación con los indicadores socio demográficos uno de los integrantes, circunstancias que pueden
que expresan las transformaciones y adecuacio- coincidir o no con los ritmos del conjunto. El cruce de
nes de los hogares, en un reflujo de interacciones historias individuales y colectivas se convierte en re-
micro y macro sociales. flujo de interacciones mutuas. Esta visión dinámica
rompe con el prototipo de la familia como entidad
b) Variables próximas o ámbito inmediato de los su- estable, armónica y con cohesión, entendiendo la
jetos de la USB en estudio. El reto es descubrir cómo dinámica familiar como un conjunto de redes de in-
se consolidan las familias y se reestructuran ante la tercambio, cooperación, conflicto y poder entre gé-
incidencia de variables contextuales, así como de las neros y generaciones.
transformaciones internas causadas por los ciclos y
eventos del grupo y de los individuos. Un primer
acercamiento son los indicadores tales como núme-
ro, edad, género, estado civil, parentesco, escolari- Objetivo
dad, ocupación de sus miembros, entre otros; cuali-
dades que marcan desigualdad en la distribución Contribuir al avance del conocimiento de las carac-
del poder y tareas entre los integrantes y que, en su terísticas, necesidades y expectativas personales del
conjunto, distinguen tipos de familia. alumnado, a fin de proporcionar a la USB informa-
ción que le permitan seguir mejorando sus políticas
El sexo adquiere especial relevancia, ya que, a par- y diseñar estrategias de apoyo y orientación.
tir de una primera marca biológica distintiva, se
constituye en...

[...] un sistema de representaciones, normas, valores y


prácticas construido a partir de las diferencias sexuales
entre hombres y mujeres, que establece relaciones jerár-
quicas entre ellos y garantiza la reproducción biológica y
social. En tanto construcción social se presenta a los indi-
viduos como una realidad objetiva y subjetiva, recreada
continuamente por ellos con base a los significados pro-
porcionados por la historia, la cultura y el lenguaje (Ariza
y De Oliveira, 2000, 204).

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Metodología Resultados

Las pautas sociales de las familias son patrones –cons- Las 279 personas estudiadas son adultas en mayoría
cientes o inconscientes– que dan forma a familias de edad con derechos ciudadanos –edad promedio
enteras y a sus particulares comportamientos; son de 21 años–; 81% son menores de 23 años. La edad
objetos sociales multifactoriales y dinámicos. Para fi- media de los hombres es un año mayor a la de las
nes de este estudio se comparan las características mujeres –21.5 y 20.5 años en ese orden. Predomina
de la familia de origen de donde proviene la pobla- la población femenina en razón de 1.9 mujeres por
ción estudiantil con las expectativas que tienen ante cada varón.
la posibilidad de formar o no familias destino o de
elección. Se examinan dos conjuntos: la generación La población examinada es sustancialmente soltera
de padres y la de los hijos y su ubicación en sus res- –(96%) y sólo 3% es casada; en el Distrito Federal
pectivos escenarios sociales; además, se relacionan con (D. F.) es otra la situación: 66% en soltería y 19% en
los indicadores sociodemográficos para los dos blo- unión conyugal, en los mismos rangos de edad de
ques de edad en los que se ubican los grupos (de 40 a la muestra (INEGI, 2001).
54 años y de 20 a 24).
Un porcentaje de 72% del alumnado se dedica ex-
Las variables contextuales o macro sociales se tra- clusivamente al estudio. En el D. F. más de la mitad
bajaron a partir de fuentes documentales. Para las de la juventud trabaja (55%); en la USB el índice
variables próximas se recurrió a la información de cam- baja a menos de la tercera parte (28%) y hay cuatro
po en dos etapas. En la fase exploratoria se obtuvie- hombres por cada dos mujeres que trabajan.
ron algunos datos sociodemográficos de 189 cédulas
aplicadas por el Departamento de Psicopedagogía Relacionado con los índices de soltería y de población
para aspirantes a ingresar a la USB. económicamente inactiva, no es de extrañar la alta
corresidencia del alumnado con la familia de origen
En la segunda etapa, de un universo de 889 estu- (93%), lo cual, de alguna manera, indica la probabili-
diantes de licenciatura de la USB en el ciclo escolar dad de dependencia material o socio afectiva.
2001-2002, se aplicó una encuesta a 279 jóvenes
(31.4% del total), con la valiosa ayuda de 10 alum- Prevalece la tradicional tendencia al grupo nuclear
nas del 6º semestre de Ciencias de la Comunicación. completo –padre, madre e hijos– en siete de cada 10
El cuestionario aplicado fue diseñado para recabar familias; cifra similar al D. F. (7.2). Los hogares nu-
información en tres rubros fundamentales: cleares incompletos caracterizados por la ausencia de
los padres (por motivo de viudez, divorcio o separa-
a) Datos generales sobre el alumno: sexo, edad, ción) es de 2.6 por cada 10. Destaca la mayor propor-
estado civil, ocupación y número de hijos. ción de mujeres que encabezan este tipo de familias
–al igual que en el resto de la república (Figura 1).
b) Características de la familia de origen: tamaño,
composición de la familia, número de hijos; sexo, Del total de padres y madres, 81% son menores de
edad, escolaridad, ocupación, estado civil y corresi- 55 años, la edad media de los señores es de tres años
dencia de cada miembro. Además de los anterio- superior a la de las esposas (51 y 48 años, respecti-
res datos, para el caso de los padres, se obtuvo el vamente). La edad media de la mujer al término de
número de hermanos, la edad en que se casaron y la fase reproductora es un indicador del proceso
en la que tuvieron el primer hijo. conclusivo de la etapa expansiva del ciclo de vida
familiar.
c) Opiniones y expectativas en la formación de fa-
milias de elección: preferencias por la soltería, el
matrimonio, la paternidad y la maternidad; distri-
bución de responsabilidades domésticas en la pare-
ja, edades para el primer matrimonio y para tener
el primer hijo, así como el tamaño de la familia.

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Figura 1. Tipología de las familias del estudiantado

80%

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50%

40%

30%

20%

10%

0%
Ambos Padre o madre Madre e hijos Padre e hijos Sólo hermanos Nuclear + otros Fam. Destino
padres e hijos segundas nupcias miembros

La escolaridad es más alta para los padres que para las madres; no obstante, la USB tiene un grupo selecto de
cónyuges con más de la mitad de ellos con algún grado de licenciatura –ellas 53% y ellos 78%– (en el D. F. fue
de 15% y 27%); con estudios de maestría o doctorado 5% de las mujeres y 12% de varones (en el D. F., 1.7% y
3.5%) (INEGI, 2001).

En opinión del alumnado, el matrimonio representa, en primer lugar, el destino más aceptable (66% de las
alumnas y 63% de los alumnos). La soltería resulta más atractiva como segunda mejor opción para ellas que para
ellos (18% contra 12%); pero esta misma disyuntiva sería una pésima elección de vida para 56% de las mujeres y
68% de los alumnos (Figura 2).

Figura 2. La mejor opción en la vida personal de las y los alumnos

70%

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40%

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0%
Alumnas Alumnos Global

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En comparación con la generación anterior, las opiniones de los estudiantes coinciden en postergar dos impor-
tantes eventos: unión conyugal y primer hijo. Para el primer suceso, se retrasaría en tres años la edad de los
varones (de 25 años en los padres a 28 años en los alumnos); para las alumnas sería cuatro años más (de 22
años en las madres a 26 como ideal). Para la paternidad, el retraso sería de dos años (27 la edad media del
padre y 29 para los jóvenes) y la maternidad tres años más (24 años en las madres y 27 en las hijas). Contraria-
mente a lo esperado, no hubo variación significativa entre las opiniones de los alumnos de los primeros y
últimos grados, ni entre ambos géneros.

En comparación con las pautas tradicionales de las familias de origen, opera un cambio en la perspectiva de la
nueva generación. Mientras 49% de las madres se dedica exclusivamente al hogar, sólo 7% de los universita-
rios de ambos sexos aprueba que la mujer joven se dedique por entero a ser ama de casa. Cerca de las tres
cuartas partes de las alumnas y poco más de la mitad de sus compañeros consideran que las labores domésticas
deben distribuirse equitativamente en la pareja; 39% del sexo masculino afirma que son tareas predominan-
temente femeninas (Figura 3).

Figura 3. Opinión sobre el porcentaje de participación del hombre en las labores domésticas

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%
0% 1 al 24% 26 al 49% Equidad 51 al 74% 75 al 100%

Los alumnos identifican al padre como el principal sustento económico (68%) mientras que a la madre, 24%,
situación que remite a los tradicionales esquemas económicos y culturales. En las opiniones y expectativas de los
universitarios se observa variación en las pautas económicas del hogar: a favor de la equidad en la pareja para
aportar dinero, 66% de las mujeres, 58% de los hombres; la población restante considera que debe ser más una
carga masculina, ya que una tercera parte de las mujeres y 40% del género masculino opinan que corresponde
al hombre la mayor proporción del sustento en el hogar. Donde hay mayor acuerdo en la distribución equitativa
en la pareja es en la educación de los hijos y atención de enfermos (8 de cada 10).

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En cuanto al número de hijos, se reporta un promedio de 5.9 hijos en la generación de los abuelos, de 2.8 en
la de los padres y el esperado por los jóvenes de sólo dos hijos por pareja; destaca que hay 7.5 % que no le
interesa tener hijos. De los que responden afirmativamente a la paternidad y maternidad, la tercera parte
espera tener igual número de hijos que la familia de origen; otro 35% espera tener uno o dos hijos menos que
sus progenitores (Figura 4).

Figura 4. Comparación del número de hijos de la familia de origen con las expectativas de los y las alumnas

80%

70%

60%

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40%

30%

20%

10%

0%
Menos hijos que la fam. de origen Igual hijos que la fam. de origen Más hijos que la fam. de origen

Discusión ro promedio de hijos al principio de los cincuenta era


de 6.09 –cifra que corresponde aproximadamente
El “milagro mexicano” cobijó el nacimiento e infan- a la generación de los padres–. La esperanza de vida
cia de la primera generación –los progenitores– alre- pasó de 49.7 años a 61.9 una década después.
dedor de la década de los años cincuenta. Esta etapa
se caracterizó por un acelerado crecimiento econó- Además de la concentración urbana, se fue perfi-
mico, modernización del aparato productivo, au- lando el prototipo de la familia nuclear –aún hoy
mento del empleo urbano, detrimento del sector predominante en las expectativas de los jóvenes–;
rural, apoyo a la sindicalización, incremento del mer- se dio una paulatina incorporación de familias en-
cado interno a través del consumo popular y fuerte teras a la clase media, cuyo modelo de vida se resu-
presencia de un estado paternalista, autoritario y mía en una creciente incorporación al consumo.
centralista.
En ese contexto socioeconómico se desarrolló la pri-
La modernización del país se reflejó en los indicadores mera etapa de la vida de los padres y madres del
demográficos con un acelerado incremento de pobla- alumnado; ambiente favorable a las familias gran-
ción. Así aconteció un nuevo “milagro” como produc- des con la promesa de mejorar los estilos de vida en
to de las políticas de salud, el mejoramiento de los virtud de un “milagroso” modelo económico. Pero
niveles de vida y educación a finales de los sesenta; en algún momento se desvanece la magia y las pau-
el crecimiento demográfico fue considerado como tas sociales de los hogares necesariamente se rees-
uno de los factores de desarrollo nacional. El núme- tructuran en el ámbito personal y de grupo.

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Un segundo escenario social corresponde cuando el En el ámbito inmediato, en mucho casos afectaron la
primer grupo empieza a formar parejas y a tener estructura y pautas sociales de la familia: estrategias
descendencia –finales de los setenta y principios de para un consumo más racional, la educación como
los ochenta–. Los colapsos de 1972 y 1982 expresa- inversión a futuro, reducción del tamaño de los hoga-
ron el agotamiento del modelo económico del mi- res y la cada vez más frecuente doble jornada feme-
lagro mexicano y la búsqueda de un nuevo núcleo nina (hogar y trabajo).
dinámico de acumulación de capital; se confronta-
ron proyectos nacionales alternativos –reformista y Los individuos o grupos que conforman la sociedad re-
accionan de manera diferente adoptando conductas so-
neoliberal– y se agudizaron las dificultades de las
ciales que les posibiliten mejorar o aumentar su bienes-
clases sociales para establecer un pacto duradero y tar. De aquí surgen actitudes y comportamientos que
nuevos mecanismos de dominación. En este contex- inciden en su vida, entre otros, la conformación de la
to, el crecimiento demográfico se planteó como un familia grande o pequeña; los hábitos de higiene y los
problema y se diseñó una nueva política de pobla- cuidados que afectan a la salud; la búsqueda de otras
fuentes de trabajo que satisfagan las necesidades ele-
ción con el objetivo de detener el ritmo de crecimien-
mentales para las personas y sus familias; en fin, la posi-
to y la concentración urbana; en 1973 se aprobó la bilidad de encontrar opciones que conduzcan a un pro-
Ley General de Población; se iniciaron los progra- grama y sobrevivencia más digna (Cabrera, 1999, p. 9).
mas oficiales de planificación familiar; el Consejo
Nacional de Población (Conapo) definió metas demo- Entre los ajustes cotidianos al nuevo esquema mexi-
gráficas para disminuir la tasa de crecimiento de 3.5% cano, posiblemente los que más afecten a nivel micro
anual (1970) a 1.8% (1990). El resultado fue de 2% y y macro social son los cambios en los roles y actua-
para el 2000, 1%. ciones femeninas. El perfil de las madres en la USB
de un alto nivel de escolarización y su participación
En 1965 había un promedio de siete hijos por fami- en actividades económicas como profesionales, pro-
lia; en 1998 se redujo a 2.5. En 1970, 10% de las mu- bablemente, representan, para el resto de la fami-
jeres en edad fértil y en unión conyugal recurría a lia, patrones sociales diferentes a los estereotipos
métodos anticonceptivos; actualmente, la cifra se ele- tradicionales de género y división social del trabajo
va a 69%. Los movimientos feministas, la reivindica- doméstico, y esto influya en la aspiración de las hi-
ción de los derechos de la mujer, el incremento de su jas por alcanzar niveles escolares y laborales supe-
escolaridad, su incorporación en actividades econó- riores, así como en la opinión de los alumnos ten-
micas y políticas han tenido impacto en la dinámica diente a una mayor equidad.
demográfica, en el tamaño de los hogares y en las
valoraciones, prácticas, relaciones y estructuras de En la primera etapa de la vida adulta de la juventud
poder en las familias. de la USB se definen y redefinen los proyectos de vida:

Lo anterior explica la drástica reducción del prome- Entre los 15 y 24 años de edad los individuos toman de-
dio de hijos por hogar de la USB en comparación con cisiones críticas para sus historias de vida personales, las
cuales dan lugar a transiciones que implican cambios
la generación de los abuelos. Y se abre un tercer es-
importantes en sus responsabilidades y papeles sociales
cenario social que se ubica entre 1980 y el 2002, con- y familiares. Entre las numerosas transiciones a la vida
texto en el que la mayoría de la población estudian- adulta, destacan cinco por su particular importancia en
til nace, se forma y aprenden a decidir como sujetos la trayectoria y calidad de vida de las personas. Dos de
sociales. La mayoría nació durante el primer lustro ellas están vinculadas a la esfera de la vida pública (de-
jar la escuela e incorporarse al mercado de trabajo) y las
de los ochenta, en medio de graves crisis económicas
otras tres remite a la esfera familiar (abandonar el ho-
y políticas que replantearon nuevos senderos de de- gar paterno, casarse o unirse y tener el primer hijo)
sarrollo y mecanismos de control. Las repercusiones (Conapo, 2000, p. 21).
se evidenciaron en el desempleo, carestía, endeuda-
miento, descenso de los niveles de vida, desesperan-
za y profundas mutaciones en la vida del mexicano.

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En su inmensa mayoría, los alumnos son más afortu- Conclusiones


nados que el resto de sus congéneres; además de asis-
tir a una universidad, aproximadamente tres cuartas Como se ha mencionado a lo largo del documento,
partes cuentan con el apoyo económico de los pa- las características de las pasadas, presentes y futuras
dres y la oportunidad de asistir a una universidad familias dependen de las condiciones socioeconó-
particular con prestigio, por lo cual se postergan la micas y personales; por tanto, los jóvenes aprenden,
segunda y tercera transiciones: incorporación plena transforman y recrean las pautas sociales de la fami-
al mercado de trabajo y retirada del hogar paterno. lia de origen. No es un hecho que todos los alumnos
tengan decidido si el día de mañana formarán una
En las otras dos transiciones del ciclo vital –casarse y familia ni mucho menos que sus expectativas fielmen-
tener el primer hijo– las opiniones y expectativas del te se cumplirán; sin embargo, el futuro de cualquier
estudiantado empiezan a configurar –al menos ser humano no aparece espontáneamente; más bien,
hipotéticamente– un porvenir esperado. La familia es producto del contexto socioeconómico y de un lar-
nuclear prototipo, cultural, económico y demográfi- go proceso de formación, de reflexiones, aprendiza-
co se perfila como la elección personal para la mayo- jes y experiencias en la vida cotidiana. Entre los en-
ría de los alumnos de ambos sexos, en virtud de que cuestados existen jóvenes que en este momento
sus expectativas tienden a reproducir un modelo cuya creen que la formación de familias es un destino
base es la pareja con hijos; sin embargo, empiezan a incuestionable; algunos se encuentran reacios a la
hacer acto de presencia otras posibilidades de vida idea; otros piensan con entusiasmo que es la mejor
personal como son la soltería y la pareja sin hijos. opción en su vida; y hay quienes ni siquiera se han
detenido a reflexionar.
No obstante a que en las estadísticas nacionales la
propensión a la soltería en los hombres jóvenes es Si bien la idea de integrar o no una pareja y tener
superior que en las mujeres, la opinión de las dos descendencia se forma en un largo proceso en la
terceras partes del género masculino de la universi- historia de vida personal, en él se ven involucrados
dad es en sentido contrario. La preferencia por la factores del ámbito macro social, así como factores
vida conyugal en los hombres, de alguna manera, concernientes al ámbito inmediato del individuo
marca la confirmación de valores y pautas de convi- (pertenencia a la clase social, experiencias familia-
vencia conocidas, pero también en el mundo de lo res, escuela, valores, afectos, proyectos de vida, et-
simbólico expresa el cambio de la adolescencia a la cétera). Con la integración de dichos ámbitos, los
edad adulta; la capacidad no sólo de asumir las rien- jóvenes construyen día con día con sus expectativas
das de su vida, sino, sobre todo, la “prueba” de su y vivencias un presente y un futuro mediato.
habilidad para brindar protección, sustento y direc-
ción a un grupo primario por él formado. La USB juega un papel importante, ya que, antes
que informadora, es formadora de seres humanos
La formación de familias propias sigue siendo una con capacidad de reflexionar y asumir las responsa-
alternativa válida, pero la tendencia es a postergar bilidades de sus decisiones y acciones. De ahí el in-
la edad para la vida conyugal y el primer hijo. Inde- terés por acercarse a conocer los factores que inci-
pendientemente del género y del grado escolar, hay den en la formación de los alumnos y sus proyectos
una opinión generalizada del alumnado sobre la edad de vida, para, en un segundo momento, propiciar
y el momento propicio para ambos acontecimientos: espacios de reflexión y orientación dentro de un am-
el matrimonio, cinco años después egresar de la li- biente de ética y participación social congruentes
cenciatura, y un año después, el primer hijo; tiempos con la realidad y potenciales de las personas en be-
que supuestamente permitirían el desarrollo profe- neficio de los jóvenes y del país.
sional y la solvencia económica. En los padres, la es-
pera para el primer hijo fue mayor (dos años), segu-
ramente porque se casaban a más temprana edad,
lo que supone una carencia de infraestructura do-
méstica y mayores dificultades para su suministro.

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