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Trabajo interior: Estados de Conciencia

Es necesario saber que la humanidad vive con la conciencia dormida. Las


personas trabajan soñando. Las personas andan por las calles soñando. Las
personas viven y mueren soñando. Cuando hemos llegado a la conclusión de que
todo el mundo vive dormido comprendemos la necesidad de despertar.
Necesitamos el despertar de la conciencia. Quien despierta la conciencia deja de
soñar. Quien despierta la conciencia se convierte en un investigador competente
de los mundos superiores. Quien despierta la conciencia es un iluminado.
1.- LA CONCIENCIA:

Dentro de las tradiciones espirituales y esotéricas de Oriente y Occidente se hace


de la conciencia el eje central del desarrollo interior del hombre considerándola
una función inherente a la esencia espiritual del hombre, como una dimensión
central que sirve de base y de contexto a toda experiencia y se realizan
afirmaciones que contradicen plenamente a los presupuestos occidentales, entre
estas afirmaciones encontramos las siguientes:

1) Nuestro estado habitual de conciencia está muy debajo de ser óptimo.

2) Existen múltiples Estados de conciencia, entre ellos estados verdaderamente


superiores.

3) Estos estados sólo se adquieren a través del desarrollo de nuestra Conciencia.

4) Pero la comunicación verbal de tales estados superiores de conciencia son


necesariamente limitados.

Los místicos plenamente realizados expresan inequívocamente que nuestro


estado de conciencia habitual no sólo no es óptimo sino que es también nebuloso
e ilusorio. Afirman que, lo sepamos o no, vivimos prisioneros de nuestra propia
mente, total e inconscientemente atrapados por un continuo dialogo interior
fantástico que crea una deformación ilusoria (charla interior) capaz de consumir
totalmente la percepción de la realidad. Tal y como el mayor discípulo de Lao-Tse,
Chuang Tse, decía a sus discípulos:"¿Como se yo que al apegarme a esta vida no
estoy apegándome a un sueño y retrasando mi entrada en el mundo real?". Así
el Conocimiento (la Gnosis) nos enseña que nos encontramos "dormidos" o
soñando, que no hacemos, sino que las cosas nos suceden; vivimos siendo
víctimas de las circunstancias y sólo a través de un trabajo adecuado podemos
salir de este sueño. Y esta adquisición de un nuevo estado de Ser y por lo tanto
de Consciencia es la meta de una Verdadera Escuela Gnóstica.

2.- LOS CUATRO ESTADOS DE CONCIENCIA:

Existen diversas definiciones sobre los Estados de Conciencia, en general se


afirma que estos se disponen a lo largo de un espectro que representa los
diferentes niveles de expresión de la conciencia, en donde cada nivel va asociado
a un sentido peculiar de la experiencia o vivencia y de la identidad, el cual va
desde la experiencia conocida como Conciencia Absoluta, Budeidad, Nirvana,
Conciencia Cósmica, Conciencia de Cristo, etc., que son la fuente de las Grandes
Religiones y disciplinas de la Conciencia, hasta llegar en un sentido descendente,
a un grado de identidad que podemos denominar conciencia "yoica".
En el Conocimiento se afirma que tenemos Cuatro Estados de Conciencia, dos
que conocemos y dos que ignoramos:

1) Sueño

2) Vigilia

3) Autoconciencia

4) Conciencia Objetiva

En el Primer Estado de Conciencia el hombre esta en un estado pasivo, su cuerpo


está casi inactivo, descansa. Es un estado donde se recupera el organismo sin
ninguna interferencia.

El Segundo Estado de Conciencia es el habitual, comúnmente considerado como


la cúspide de la conciencia , en el cual uno camina, trabaja, escribe libros,
conversa de asuntos sublimes y al cual se le llama también de conciencia lúcida,
pero si observamos su mundo interior vemos que no hay mucha diferencia con el
estado anterior, no puede detener el flujo de sus pensamientos, ni controlar su
imaginación, ni sus emociones, ni su atención, en un mundo subjetivo de "me
gusta, no me gusta", "quiero, no quiero", "creo, no creo", por lo que su visión del
mundo resulta limitada por estas subjetividades y por su propia imaginación.

El Tercer Estado de Conciencia, es el Recuerdo de Sí, es la conciencia de la


individualidad, a partir de aquí podemos comenzar a vivir en la Verdad. Toda la
actividad humana en el campo de la vida diaria pasa por alto este estado al darlo
por sentado y ni sospecha que carecemos de el. Estado en el cual comienza a
manifestarse nuestra esencia. A este estado sólo puede accederse por medio de
un trabajo continuo.

El Cuarto Estado de Conciencia es el de Conciencia Objetiva, donde el hombre ve


las cosas tal como son, es decir se vive en la Verdad, también se le denomina
Iluminación y con otros nombres que hemos citado y que es en si indescriptible.
Y el único camino válido hacia la Conciencia Objetiva pasa a través del desarrollo
de la Conciencia de Sí, como resultado de un crecimiento interior y de un
prolongado Trabajo sobre Sí.

En cada uno de estos estados la configuración de la realidad difiere, cuanto más


bajo es nuestro grado de Conciencia mayor es nuestro grado de ilusión (o maya),
por la tanto la percepción y los razonamientos que tenemos sobre ella esta
enrarecida en un alto grado. Todo esto es muy significativo pues dentro del
modelo de razonamiento psicológico occidental se ve a la psicosis como un
estado de conciencia sub-óptimo, en el que se ve a la realidad deformada y no se
reconoce esta deformación. Dicho de otra manera vivimos en un estado de sueño.
Y a veces la vida del hombre es una locura sin sentido.

El hombre común apenas puede reconocer esta condición de si mismo y esto en


el mejor de los casos. Es por ello que afirmamos que una enseñanza correcta
tiene en cuenta esta definición genérica, pero fundamental de los Cuatro Estados
de Conciencia.

Y cuando se avanza en el Camino Interno se podrá mirar hacia atrás y ver las
limitaciones que antes no se reconocía. De la misma manera en que alguien que
vive en un medio urbano crónicamente contaminado se percata de ello sólo al
salir de él.

3.- LA IDENTIFICACION:

En general se la define como un proceso inconciente en el cual el individuo se


asemeja o se siente, es decir se hace uno con algún objeto. Ahora bien este
objeto puede ser externo (una persona o algún objeto perceptible) o Interno
(fenómenos, contenidos o representaciones mentales), en virtud del cual algo es
vivificado como si mismo, con un alto grado de significado para la persona.

Ahora, cuando nos identificamos con algún pensamiento, emoción, sentimiento,


en fin, algún tipo de contenido mental se lo vivencia dentro del si mismo de cada
uno con un alto grado de apego. Este tipo de identificación pasa inadvertido para
todos nosotros dada la gran medida en que nos afecta a todos. Es decir de que
estamos tan identificados con alguna manifestación de nuestro ego que jamás se
nos llegaría a ocurrir cuestionarnos aquello que creemos que somos.

Cuando nos identificamos con alguna manifestación del ego, esta manifestación
se convierte en un contexto, en un marco de referencias, a partir del cual se
contempla cualquier otro contenido y experiencia mental. Por ejemplo en un
estado de ira se contempla las cosas a través de esta misma ira, pues estamos
tan identificados con la ira, que momentáneamente somos esa misma ira. Así
una manifestación egoíca determina el significado, la percepción, el grado de
creencia, la motivación y el comportamiento de una persona. Todo de una
manera congruente a ese contexto que nos trae un determinado ego y que
además se refuerza.

Otro ejemplo es el pensamiento "me va a pasar algo malo" y si lo observamos y


lo vemos como lo que es, un pensamiento, este ejercerá menos control sobre
nosotros. Pero si nos identificamos totalmente con él, entonces la realidad es de
que ahora si estamos asustados y probablemente se generaran toda una serie de
ideas, de emociones y se percibirá al mundo como atemorizante y se actuará de
manera temerosa. Y recuérdese que la identificación hace que la persona no se
percate del hecho de que su percepción del medio emana de la idea "me va a
pasar algo malo", porque esta idea ya no es algo que se pueda ver, sino algo a
partir del cual se ve y se interpreta todo lo demás. Así la identificación actúa
como un modelo limitador de lo que en realidad somos. Nuestra mente esta llena
de ideas con las cuales nos identificamos sin saberlo, y es por ello que nuestro
estado de conciencia habitual es el de sueño, es decir nos encontramos
literalmente hipnotizados por nuestros propios contenidos mentales. Por ello
decía Buda "Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge con nuestros
propios pensamientos. Con nuestros pensamientos hacemos al mundo."

4.- EL RECUERDO DE SI:

El trabajo del despertar de la conciencia, puede pues desde cierto ángulo


considerarse como un des-identificación progresiva respecto a lo que creemos
que somos, respecto a nuestro propio ego. En prácticas tales como la meditación
se adiestra al estudiante para que observe e identifique con rapidez y precisión
todo contenido mental. Es un proceso por el cual se va refinando la percepción
para despojarnos de capas o niveles cada vez más sutiles de identificación.

Y existe una forma de meditación activa para la vida diaria que tiene muchas
definiciones y sin embargo sólo se la puede comprender en la práctica, esta
forma de meditación en la vida cotidiana se denomina Recuerdo de Sí, de la cual
podemos decir que es el esfuerzo realizado en un momento específico de estar
más conciente, percibiendo todo en el aquí y ahora, haciendo conciencia de la
propia conciencia, en lugar de estar inmerso en la charla interior o sumergido en
las reacciones hacia los numerosos estímulos que nos llegan . Es una lucha
privada e interna para adquirir mayor conciencia y es el corazón de toda práctica
esotérica. Así el Recuerdo de sí es una práctica con la cual aprendemos a
discriminar la diferencia entre sueño y despertar y es una práctica que comienza
con la meta de practicar continuamente el Recuerdo de Sí. Para empezar relájese
y detenga la charla interior.

Otra forma de recuerdo de sí es recordar que uno esta en el Camino Interno. Si


estamos inmersos y fascinados por los sucesos externos de la vida y todos sus
aconteceres no estamos en el Recuerdo de Sí y somos hombres dormidos,
máquinas arrastradas por la vida. Mantenerse erguido en la vida y tener un claro
sentido de si mismo, experimentando la vida notando nuestras propias
reacciones frente a ella, sentir que se vive la vida, en lugar de la vida nos viva a
nosotros. Sentirnos actores ante que espectadores de la vida, todo ello pertenece
a la idea del Recuerdo de Si. Es así que sólo el sentimiento de un estado superior
puede separarnos de nuestros estados inferiores de conciencia y diversas formas
automáticas de identificación. Con el Recuerdo de Sí, siempre hay cierto
sentimiento, cierta emoción. No es posible recordarse a si mismo a sangre fría.

La mayoría de las tradiciones reconocen la existencia de un amplio espectro de


Estados de Conciencia, y acentúan diferentes técnicas para alcanzarlos pero
todos pasan por el Recuerdo de Sí. Y en un estado elevado de conciencia
encontramos las siguientes características:

1) Inefabilidad: La experiencia es de un poder tal y tan diferente de la


experiencia ordinaria que da la sensación de que desafía a toda descripción.

2) Noética: Hay una sensación incrementada de claridad y comprensión.

3) Percepción alterada del tiempo y del espacio.

4) Apreciación de la naturaleza unitiva e integrada del universo y de la propia


unidad con él.

5) Intenso afecto positivo, incluyendo una sensación de la perfección del


universo. Las personas que alcanzan algunas de estas situaciones en forma real
tienen cambios perdurables en su forma de ser, el individuo se siente el centro
responsable, activo y creativo de sus propias actividades y de sus propias
percepciones, más autodeterminada, con más "libre albedrío" que en otras veces.
Es decir se fortalece su conciencia.

Lamentablemente a la mayoría de las personas les gusta lo espectacular, buscan


estados nirvánicos a corto plazo e incluso hay algunas que ya se creen
establecidas dentro de ellos. En el Zen hay un relato muy conocido sobre un
estudiante que meditaba sobre la respiración y corrió un día a decir a su maestro
que había visto imágenes de un Buda de oro circundado de luz. "Ah, sí -
respondió el maestro-, pero ¿Seguiste prestando atención a la respiración?".

Por lo último vemos que siempre se precisa de la guía de alguien más


experimentado, pues muchas veces la búsqueda de lo trascendental puede ser
una experiencia de lo más confusa. Esto muchas veces se acusa y señala como
dependencia psicológica, pero esto es como en cualquier cosa que uno hace
seriamente en la vida, el consultar y mantenerse en interacción constante con un
experto.

Dentro de la Escuela Gnóstica damos esta recomendación: "Se debe trabajar


tanto como sea posible, trabajar silenciosamente sin atraer sobre sí una atención
y presión crecientes". Sino estará perdido, pues la presión y sobre todo la
incomprensión del mundo puede en algunos casos multiplicarse.
Para lograr esto hay dos formas. La primera es retirarse de la influencia nociva
de la vida como es el caso de los anacoretas y monjes reclusos. Pero ese no es
exactamente nuestro camino, si bien la Escuela como estructura física y humana
brinda un algo de está posibilidad en el sentido de un grupo y un lugar adecuado
de estudio, reflexión y práctica, como quiera que realizamos el Trabajo en el
medio de la vida, el refugio debe ser creado dentro de uno mismo.

A esto se llama Centro magnético.

Sólo una continua práctica del recuerdo de Sí sumado a la comprensión de una


enseñanza interior correcta puede darnos este Centro Magnético. Pues este
Centro Magnético es un Estado de Conciencia y es la fuerza que nos da aquello
que comprendemos. Es Recuerdo de Sí. Es presencia de Sí.

"No sacrificamos nada valioso al tratar de despertar. El mísero destino de la vida


es la muerte, pero todos los momentos en que logramos penetrar el presente
son indestructibles; lo demás es tiempo perdido...No te engañes, el momento
siguiente no es más valioso que el presente. En realidad, no podrás vivir el futuro
sin penetrar el presente, pues el presente es el futuro".

Querido lector, ¿le gustaría ser libre?

-Láncese en la batalla contra sí mismo.

- Deje que cada quien viva la vida como quiera.

- Aprenda la Filosofía auténtica y pura de DIOS.

- Ría cuando otros lloran. Tenga paz en su corazón cuando todo lo que le rodea
son guerras.

- Ande despierto cuando sus amigos duermen.

- Trate de elevarse hacia las nubes cuando las masas se revuelvan en el lodo de
la perversidad.

- Aprenda a amar a quien le odia.

- Sirva con lo que tiene, no con lo que le sobra. Diga la verdad aunque le den
cicuta.
- Ame la libertad aunque todo el mundo viva en la esclavitud de la ignorancia.

- Cántele glorias a DIOS aunque las masas canten alabanzas al demon**.

- Ame la vida en todas sus expresiones, aunque otros la maten.

- Trate de alumbrar el camino a otros, aunque por lo pronto el suyo esté a


oscuras.

- Nunca diga no puedo sin haberlo intentado.

- No le tema a DIOS, por que EL le ama y no es su verdugo, respételo, cúmplale


sus leyes.

- No se entregue a nadie incondicionalmente.

- Comprenda que la religión más elevada es el Amor.

- Ande su camino, ándelo libre que no está solo.

- Húyale al delito, piense ser útil a la vida y a alguien.

- Eleve su pensamiento al altruismo, al éxito y a la alegría.

- Haga lo de la fuente cristalina: deje que de ella beba todo el que tenga sed.

- Trate de pasar inadvertido entre las muchedumbres.

- Aprenda a dar respuestas justas. No viva para ser servido, viva para servir.

- Trate de amar al Sol por la luz y el calor, ame la Luna por las noches
estrelladas.

- De la razón al que la pide.

- Cédale el paso al que va más de afán; no dé pasos en falso.

- No diga: yo sé, lo que no ha comprendido. Deje que todo el mundo diga lo que
sabe.

- Hable solo para enseñar lo que conoce. Nunca diga: yo sé tal cosa, si es buena
enséñela a otros.

- Aprenda a mirar donde va a pisar.

- Levante la cara para adorar a DIOS. Baje los ojos para ver el peligro.

- Antes de decir: esto es así, compréndalo con su Conciencia.


- No censure lo que no sabe. No de crédito a lo que desconoce.

- Al despertar mire lo que fue su sueño. Al dormirse mire lo que fue su vigilia.

- Cuando ande con un necio, cállese.

- Cuando ande con un sabio, escúchele.

- Cuando ande con un ignorante, enséñele.

- Cuando alguien cometa un error delante de usted, observe sus errores.

- Cuando se bañe hágalo para limpiar su cuerpo.

- Cuando camine hágalo para expresar su vida.

- Cuando hable no olvide sus palabras, porque le seguirán por toda la vida.

- Cuando esté en silencio, oiga su lenguaje interno.

- Cuando esté hablando, observe su silencio interno.

- Trate de ver como la luz no deja sombras a su alrededor en la noche, para que
no le sigan los que aman la oscuridad.

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