Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Lazos de sangre
Isla de Buca
Heracles se había retirado de su vida de pirata, ahora podía hacerse
cargo de Juliah, su amada, tres meses a su lado para descubrir la felicidad y
olvidar a la mar, tan solo el contacto en el puerto con Díaz que se había
dedicado a pescar en un viejo bote era lo que quería con la mar, pero una noche
mientras disfrutaban de una botella de vino castellano en casa de ella, a pesar
de la desaprobación de su padre, la puerta se abrió de golpe entrando a varios
hombres con mosquetes y floretes, y finalmente entrando con paso lento y firme
su gran enemigo, Argos, el almirante monteignense iba vestido como un pirata
de la isla, aunque se había caído de una torre de mas de 20 metros después de
recibir múltiples heridas por su amigo Rudi, aquel fantasma se encontraba allí,
en la casa de su prometida, en pie y ajustándose un guante en la mano derecha.
Nada más entrar sus hombres cogieron a la joven Juliah, quien intentaba usar
su magia de sorte para acabar con el enemigo de su amado pero no podía hacer
nada mientras que el almirante reía, cogió una copa de vino y lo probó luego
dijo.
-Es cierto que el vino castellano es muy bueno, pronto tendré mi propia
plantación en Castilla, pero no he venido aquí para hablar de enología señor
Gutiérrez, sino de negocios.- Se sentó frente a Heracles sirviéndose algo mas de
vino.- Vera, cuando en Vendel fuimos asaltados por los vesten, un grupo de sus
hombres consiguió llegar hasta mi camarote en el que era mi barco llevándose
ciertas cartas de navegación que como sabrá estaban en poder de un tal Olaf, y
antes de su padre y bla bla bla, en fin ya conoce la historia tan bien como yo.
Como seguir su estela es fácil he decidido negociar directamente con usted.-
Volvió a beber vino y continuó- Sere breve, consígame las cartas de navegación
Syrneth, llévelas al Barcino a la taberna “El nuevo Orden” y le devolveré a la
vodaccia con vida, de lo contrario se la entregare en pedazos.-
Sin esperar la reacción de su interlocutor el cual estaba desarmado, se
levantó apuró la copa de vino y se fue con sus hombres llevándose a Juliah…
Isla de Buca
La noticia del secuestro de Juliah recorre la isla de Buca como la pólvora,
toda la Hermandad de la Costa es conocedora del incidente, y la mezcla de
respeto y desprecio por Heracles se torna en lastima, pues era sabido que era un
hombre fiel a su amada y el insultarlo ahora puede ser razón de que Díaz, su
fiel contramaestre quiera cobrarse la afrenta con sangre, pero en una población
tan pequeña incluso el propio Allende se entera y no tarda en ir a ver a uno de
sus mas carismáticos capitanes, quedando por vía de Díaz con él en el puerto.
Heracles, el orgulloso capitán, se presentó cabizbajo si saber como
encontrar las cartas Syrneth, si alguno de sus antiguos compañeros las tenían no
era mejor que si las tuviera el propio Argos, ninguno lo respetaba y ninguno
haría nada por él. Pero Allende lo saludó de forma cordial y le dijo.
-Mi estimado Heracles, la pena que soportas es similar a la que yo llevo
en mis hombros, y si yo he conseguido forjar mi camino en la dirección que
conlleva tu también puedes, pues he sabido por parte de mis espías que la
armada castellana va a botar un barco corsario contra los barcos mercantes
vendelios, y claro hemos conseguido infiltrarte.- A Heracles le brillaron los ojos
al oír eso y mas cuando Allende de uno de sus bolsillos sacó un puñado de
papeles con los sellos reales y empezó a dárselos..- Aquí tienes la patente de
corso castellana, los papeles de un barco pesquero del cual has sido capitán en
Málaga, papeles que acreditan que eres hombre de honor sin cuentas con la
justicia, y un pase en un mercante hasta San Cristóbal donde te harás cargo del
buque, por supuesto Díaz ira contigo si así lo deseas.-
Heracles estaba casi llorando por aquello, ahora podría ir a la posada en
cuestión y darle su merecido a Argos, si es que no era un fantasma… pero ¿que
tripulación tendría?