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Decreto 4065 del 2008

Estudio de Opiniones y Controversias

Síntesis Realizada por:

Noviembre 2008
Tabla de contenido
1. La noticia sobre la propuesta del Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo
Territorial de suspensión de los planes parciales aparecida el 27 de Agosto de
2008 en la revista Portafolio. ......................................................................................... 3
2. El derecho de petición presentado al Ministerio de Ambiente, Vivienda y
Desarrollo Territorial por Alejandro Florián y Daniel Manrique. ................................... 4
3. "Del ordenamiento territorial y el regreso a las cavernas", escrito publicado por
Ignacio Gallo en el grupo de discusión de Facebook "defendamos el
ordenamiento territorial municipal" sobre temas que incluyen el de la
suspensión de los planes parciales. ............................................................................. 6
4. La editorial de El Espectador del 5 de Octubre de 2008 que contiene un
análisis sobre el tema. ................................................................................................... 8
5. La respuesta a la editorial de El Espectador, enviada por la directora de
CAMACOL Beatriz Uribe Botero, el 10 de Octubre de 2008 al diario. ..................... 10
La noticia sobre la propuesta del Ministerio de Ambiente Vivienda y
Desarrollo Territorial de suspensión de los planes parciales aparecida
el 27 de Agosto de 2008 en la revista Portafolio.
Suspender planes parciales por ser obstáculo para
constructores, propone Minambiente
La medida sería temporal, mientras se revalúan los trámites y la imposición de cargas y
beneficios, señaló el jefe de la cartera de Medio Ambiente y Vivienda, Juan Lozano.
"Lo que nació como un instrumento para agilizar el desarrollo de vivienda nueva,
identificando usos del suelo y otros procedimientos, se convirtió en un obstáculo y está generando
inconvenientes a los constructores", dijo el funcionario sobre los planes que, en promedio, se están
demorando entre 2 y 3 años para ser aprobados.
El Ministro lanzó la iniciativa este miércoles durante el Salón Inmobiliario, en Bogotá.
María Isabel Silva, presidenta de la Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá aplaudió la
propuesta y recordó que en Bogotá hacen fila cerca de 30 solicitudes y ninguna se ha aprobado.
"Y el inconveniente es más grande si se tiene en cuenta que luego de aprobados, los
procedimientos han cambiado. Ante esto, es necesario comenzar de ceros", aseguró Silva, quien se
reunió la semana pasada con la Secretaría Distrital de Planeación y la Empresa de Renovación
Urbana para hablar sobre el tema.
Mauricio Agudelo, representante de la firma constructora Integral va más allá y considera
que los planes parciales que no generan valores agregados a la ciudad deberían eliminarse de tajo.
"La propuesta del Ministro hay que avaluarla detenidamente, pues se corre el riesgo de que en el
tiempo en que se suspendan -así sea temporalmente- todo el mundo se lance a radicar proyectos y
a cogestionar las diferentes instancias.
"Creo que se debería reiterar el llamado de atención a las oficinas de planeación para que
entren en los procesos, especialmente en el tema de cargas y beneficios, que -de hecho- han
interpretado como han querido", señalo Agudelo.
Jorge Mario Ángel, presidente de la Lonja de Medellín, comparte la preocupación expresada
por el Ministro y reconoce que los planes se han convertido en un obstáculo. "Sin embargo, hay que
tener mucho tacto sobre lo que se decide, ya que suspenderlos podría generar caos en el desarrollo
urbano".
Ángel coincide con Agudelo en que, “definitivamente, se deben resolver los temas de
ejecución y normas, y la falta de coordinación y la lentitud en las entidades de planeación, que por
dedicarse al detalle olvidan lo importante".
Lozano dijo que se reunirá con Camacol, Fedelonjas y otras entidades y evaluarán el futuro
de su propuesta.
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El derecho de petición presentado al Ministerio de Ambiente, Vivienda
y Desarrollo Territorial por Alejandro Florián y Daniel Manrique.
Bogotá D.C, Octubre 3 de 2008
Doctor:
JUAN LOZANO
Ministro de Medio Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial
Ciudad
Asunto: Derecho de Petición.
Señor Ministro:
Haciendo uso del derecho de petición de que trata el artículo 23 de la Constitución Política le
solicitamos se sirva informarnos sobre el alcance y los detalles de su anuncio de suspender
provisionalmente los planes parciales, anuncio reseñado por el diario Portafolio del 27 de agosto de
2008.
En particular nos interesa conocer:
1. ¿Cuáles son los motivos, los argumentos y los estudios o documentos técnicos realizados
por el Ministerio para sustentar la decisión de suspender provisionalmente los planes parciales?
En particular sírvase indicarnos si el Ministerio cuenta con un diagnóstico sobre el
comportamiento del instrumento planes parciales en las distintas ciudades, el número de hectáreas
aprobadas, el número de viviendas proyectadas, la VIS y la VIP que va a ser construida, las
condiciones de financiación de infraestructuras y equipamientos y los tiempos de duración de los
trámites. Solicitamos nos faciliten copias a nuestro costo de tales estudios.
2. ¿Con cuáles organismos técnicos, gremiales o académicos se han celebrado reuniones o
solicitado consultas, para debatir y analizar los argumentos y estudios que sustentan esta decisión
en curso?, ¿Se han recibido recomendaciones por escrito?
Comedidamente le solicitamos copia, a nuestro cargo, de las actas o ayuda de memoria de
las reuniones, así como de las convocatorias o invitaciones realizadas.
3. ¿El Ministerio ha consultado a las autoridades distritales y municipales sobre la decisión
que está considerando y sus implicaciones y ha tenido en cuenta sus inquietudes y
recomendaciones?. ¿Cuándo, con cuáles funcionarios y de qué forma se realizaron estas
consultas?.
Igualmente queremos conocer las actas o ayudas memoria correspondientes, así como las
convocatorias e invitaciones realizadas y los documentos de recomendaciones que hayan sido
recibidos.
4. Como es de su conocimiento los planes parciales cumplen diversas funciones. Con base
en estos documentos se adelanta el trámite de liquidación de la participación en plusvalías,
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aprobada en varios municipios, en ellos se concretan las condiciones de ejecución y financiación de


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infraestructuras de carácter general y local y la forma de cumplimiento de obligaciones urbanísticas


de aporte de suelo y financiación, aún para cargas generales, previstas en algunos POT y
recientemente declaradas ajustadas a derecho por el Consejo de Estado.
En los planes parciales se define la localización y condiciones de cumplimiento de la
obligación de destinar un porcentaje de VIS o VIP, en la forma reglamentada en cada municipio. ¿A
quien se van a trasladar, mediante Decreto anunciado, todas esas responsabilidades?
Sírvase informarnos los análisis realizados por el Ministerio sobre el soporte jurídico de esta
medida. Sírvase suministrarnos copia de los mismos.
5. Como es de su conocimiento tanto el ordenamiento territorial al igual que la participación
en plusvalías (que se concreta a través de diversos mecanismos tributarios y no tributarios), así
como la participación en los procesos de planeación, son derechos colectivos consagrados en la
Constitución Política o en la ley.
De manera particular sírvase respondernos sobre los procedimientos sustitutivos que se van
a establecer para la liquidación y cobro de participación en plusvalías y de cargas urbanísticas e
indicarnos cómo se va a compensar el detrimento patrimonial en que puede hacer incurrir a los
municipios de generarse vacíos en los procesos de liquidación y cobro de la participación y de las
cargas urbanísticas por la expedición eventual de licencias sin el cumplimiento de estas obligaciones
a cargo de los propietarios de suelo.
6. ¿Cuál es el sustento jurídico o legal que permite suspender, por decisión del gobierno
nacional, la aplicación de un instrumento contenido en la ley en desarrollo de una competencia
constitucional otorgada a los municipios para ordenar su territorio? (Art. 311 y 312-7 CP) ¿Qué
sucede entonces, cuando el instrumento hace parte del plan de ordenamiento del municipio?.
7. En respuesta del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial a derecho de
petición presentado por “De Justicia” en relación con el decreto 2060 de 2004, respecto a la
posibilidad de retirar de la vida jurídica a través de un decreto nacional, decisiones que sobre el
mismo aspecto previamente hayan sido adoptadas por el POT, el Ministerio indicó:
“…Ahora bien, en relación con la posibilidad de retirar del ordenamiento jurídico una
disposición que se encuentre en contravía con otra del orden nacional, este Ministerio debe precisar
que no tiene competencia para tomar una decisión sobre la materia, pues, la presunción de legalidad
de los actos administrativos implica de suyo la suposición de que fueron emitidos conforme a
derecho, esto es, dictados en armonía con el ordenamiento jurídico”.
Más adelante el mismo escrito reitera que las normas legales sobre revisión de los POT, no pueden
ser modificadas por un decreto nacional y que, por tanto, cualquier modificación de una norma del POT debe
ser el resultado de esa revisión, de modo que decretos nacionales no son derogatorios de las normas de los
POT.
Sírvase indicarnos si ha variado la posición del Ministerio respecto a este tema.
8. ¿De qué manera ha considerado y calculado este Ministerio el volumen y complejidad de los
conflictos jurídicos entre particulares y el Estado y los costos por atención de procesos y eventuales condenas
que se pueden ocasionar con la decisión de “suspender provisionalmente los planes parciales”? ¿A quien
corresponderá pagar tales costos?
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Recibiremos las respuestas a nuestro derecho de Petición en la Diagonal 40A (Antigua Ave 39) No
Página

14-75 de la ciudad de Bogotá.


Atentamente,
Alejandro Florián B. C.C. No. 19´397.521 Bogotá
Daniel Manrique P. C.C. No. 79.619.257 Bogotá

"Del ordenamiento territorial y el regreso a las cavernas", escrito


publicado por Ignacio Gallo en el grupo de discusión de Facebook
"defendamos el ordenamiento territorial municipal" sobre temas que
incluyen el de la suspensión de los planes parciales.
DEL ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y EL REGRESO A LAS CAVERNAS Por Ignacio Gallo P.
luisignaciogallo@gmail.com
En la década de los ochenta se inició un cambio en las políticas nacionales de manejo del Estado.
Ante su crisis, comenzó a entregar parte de sus funciones a los municipios. La descentralización municipal
inició así un largo camino hasta ser ratificada en la Constitución Nacional: “Colombia es un Estado social de
derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades
territoriales”.
En cuanto a los usos del suelo y el ordenamiento del territorio, el artículo 311 de la Constitución
estableció que “Al municipio como entidad fundamental de la división político <sic>-administrativa del Estado
le corresponde prestar los servicios públicos que determine la ley, construir las obras que demande el
progreso local, ordenar el desarrollo de su territorio, promover la participación comunitaria, el mejoramiento
social y cultural de sus habitantes y cumplir las demás funciones que le asignen la Constitución y las leyes” y
asignó a los Concejos Municipales la definición de los usos del suelo.
En ese marco, la Ley 388 de 1997 logró insertar al país en un proceso modernizador de sus
prácticas frente al desarrollo urbano. Los Planes de Ordenamiento Territorial, independiente de su diversidad
y calidad, se convirtieron en referente obligado de la toma de decisiones pública como privada. Han
transformado lentamente las prácticas tradicionales y generado un proceso de cambio cultural.
Por otra parte, han permitido que los municipios colombianos desarrollen y apliquen novedosas
formas de gestionar la construcción y la financiación de las ciudades, mediante la aplicación de planes
parciales bajo el principio de reparto equitativo de las cargas y los beneficios o la participación en plusvalía,
entre otros.
Este proceso, no obstante, ha tenido igualmente dificultades; en particular, las asociadas a la
capacidad institucional de los municipios para tramitar las demandas de los agentes económicos relacionados
con la promoción inmobiliaria y la construcción. Los tiempos de expedición de planes parciales, se han
convertido en dolor de cabeza para empresarios y promotores al igual que la falta de reglas claras de juego.
Pero de igual forma, desde el sector privado, tampoco se han entendido los beneficios de un proceso
juicioso de planeación, no solo para la ciudad sino para su negocio y al asumirse como un trámite más, se
han creado presiones para que procesos de maduración de grandes porciones de suelo, que requieren
debate público y reflexión se gestionen con la misma temporalidad que la expedición de una licencia de
construcción.
Ante esta situación, la respuesta en los últimos dos años del Gobierno Nacional y del Ministerio de
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Ambiente y Vivienda ha sido un proceso sistemático y deliberado de retorno a la centralización de las


decisiones sobre el territorio.
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Desde diferentes sectores, las normativas del gobierno nacional están limitando la autonomía
municipal, con un muy dudoso soporte constitucional y pasando por encima de las decisiones del
ordenamiento territorial de los municipios y Distritos.
La Ley 1152 de 2007 de Desarrollo Rural en el artículo 11 establece que “…El Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural será responsable de liderar y coordinar la formulación de la política general de
desarrollo rural, con base en criterios de ordenamiento productivo y social que permitan determinar las áreas
prioritarias de desarrollo rural...” Y que para el efecto “…establecerá el uso actual y potencial del suelo,
ordenará las zonas geográficas de acuerdo con sus características biofísicas, sus condiciones económicas,
sociales y de infraestructura, y definirá los lineamientos, criterios y parámetros necesarios que deben ser
considerados para la elaboración de los Planes de Ordenamiento Territorial en las zonas rurales de los
municipios… ”
El artículo 14 establece que “…los Consejos Municipales de Desarrollo Rural, deberán incorporar el
ordenamiento productivo de acuerdo con lo establecido en el artículo 11 de esta ley… ”
Un segundo tema inscrito en el Plan Nacional de Desarrollo se relaciona con el tema minero. El Plan
establece como política “consolidar y promocionar El País Minero”, fortalecer la acción del Estado en materia
de promoción de la inversión privada en la exploración y explotación minera y la evaluación de las
condiciones y el potencial geológico del país, teniendo como meta para el periodo 2006 - 2010 el desarrollo
de actividades de exploración geológica en 120,000 km2, geoquímica en 120,000 km2 y geofísica en 90,000
km2, el equivalente sin sumarlos al 11% del territorio nacional.
A esto se suma que el Código de Minas establece que “Ninguna autoridad podrá establecer ni exigir,
permisos, licencias o requisitos adicionales para la procedencia de las propuestas o para la expedición”. En
este contexto, el Gobierno Nacional tiene autonomía absoluta para otorgar licencias mineras a los privados
que lo soliciten y no hay articulación con ningún instrumento de planificación municipal, ni consulta a
autoridades Municipales.
Con el nivel de licenciamiento minero y la cantidad de títulos expedidos, parecería que nuestro
territorio se convierte en una gran excavación a lo que los municipios no tienen derecho de opinar. Este tema
es especialmente crítico en zonas como el Departamento de Cesar.
Un tercer tema se relaciona con los Macroproyectos Urbanos definidos en el Plan Nacional de
Desarrollo y reglamentados mediante el decreto nacional 4260 de 2007. Mientras en casos como el de Bogotá
se han invertido importantes recursos y un alto costo político en el montaje de las operaciones estratégicas, la
promoción de un modelo regional desconcentrado y el fortalecimiento de los planes parciales para el logro de
una mejor calidad urbana y la distribución de cargas y beneficios, desde el Gobierno Nacional, se propone
que los macroproyectos constituyen determinantes de ordenamiento de superior jerarquía para los municipios
y se entienden incorporados en sus planes de ordenamiento territorial.
Y por tanto “En los procesos de revisión y ajuste de los Planes de Ordenamiento Territorial los
municipios y distritos deberán dar estricto cumplimiento a las disposiciones contenidas en los respectivos
Macroproyectos”. En cuanto a la iniciativa, “las entidades territoriales, áreas metropolitanas y/o particulares
podrán sugerir al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial que se identifiquen o determinen
Macroproyectos”, es decir, el municipio o Distrito pasa a ser un actor pasivo frente a su territorio tal como lo
ratifica el artículo 11 del decreto, cuando dice que formulado el Macroproyecto, el Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial dará aviso mediante comunicación escrita a los representantes legales de los
municipios y/o distritos en cuya jurisdicción se ejecutará el Macroproyecto, con el propósito de que las
acciones urbanísticas que pretendan desarrollar estas entidades territoriales en las áreas que hagan parte del
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Macroproyecto sean concertadas con el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial”.


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De manera muy cortés, una vez adoptado el Macroproyecto por el Ministerio “…enviará copia del
acto administrativo que lo adopte a los municipios, distritos y autoridades ambientales con jurisdicción en el
área en la cual se ejecutará el Macroproyecto… ”
Para rematar, se establece que “Los Macroproyectos reglamentados en el presente decreto
únicamente requerirán la adopción de planes parciales para su ejecución cuando así lo determine el acto
administrativo que lo adopte y la entidad ejecutora tendrá la iniciativa para su formulación”.
De esta forma, de manera olímpica queda desbaratada la base del sistema de ordenamiento y
gestión planteada por la Ley 388 de 1997.
El cierre de faena se da con el anuncio del Ministerio de suspender “provisionalmente”, (seguramente
de la misma manera que el 4 X 1000), los planes parciales en suelo urbano, argumentando que "lo que nació
como un instrumento para agilizar el desarrollo de vivienda nueva, identificando usos del suelo y otros
procedimientos, se convirtió en un obstáculo y está generando inconvenientes a los constructores" (Portafolio,
27 de agosto de 2008).
Olvida el Ministro, que con base en los planes parciales y otros instrumentos derivados, gran parte
de los municipios han organizado sus Planes de Desarrollo en lo referente al desarrollo de proyectos
estratégicos y financiación de su desarrollo territorial.
Ante la situación descrita, cabe preguntarse qué están pensando las entidades territoriales y qué
piensan hacer para tratar la gobernabilidad de sus territorios. Porque al paso que vamos, cada municipio será
un potrero más de la Gran Hacienda. Debemos preguntarnos dónde está quedando la Constitución, la
descentralización y la autonomía municipal. Si le apostamos al proceso modernizador frente al territorio y el
suelo o regresamos a las cavernas.
Y la pregunta más importante, con quién discute y toma el señor Ministro las decisiones que afectan
el territorio y la vida de los municipios y Distritos? Sería interesante que nos explicara cuál fue el proceso de
debate y con quién, para crear la figura de los Macroproyectos Urbanos o la propuesta de suspensión de los
planes parciales y que de una vez nos aclarara si tenemos un Ministerio de Desarrollo Territorial o de la
Construcción.

La editorial de El Espectador del 5 de Octubre de 2008 que contiene


un análisis sobre el tema.
Suspensión temporal de los planes parciales
Debido a las denuncias de algunos sectores, el ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo,
Juan Lozano, manifestó hace un tiempo la posibilidad de que la figura urbanística de los Planes
Parciales sea suspendida temporalmente. Durante un salón inmobiliario realizado en Bogotá, afirmó
que “Lo que nació como un instrumento para agilizar el desarrollo de vivienda nueva, identificando
usos del suelo y otros procedimientos, se convirtió en un obstáculo y le está generando
inconvenientes a los constructores”.
No sería la primera vez que el gobierno nacional, atendiendo quejas, por no decir presiones,
de los constructores, y pese a que no le compete derogar disposiciones contenidas en los planes de
ordenamiento territorial, expide reglamentaciones que no consultan el interés general, interfieren
más allá de lo permitido por la Constitución en la autonomía de los gobiernos municipales o crean
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inseguridad jurídica al producir reglamentaciones paralelas a las municipales.


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Ya ha pasado con un decreto que redujo el área mínima de los terrenos destinados a
vivienda de interés social a 35 Mts2 en unifamiliar o 120 Mts2 en vivienda multifamiliar, con otro que
ha pretendido limitar la posibilidad de imponer obligaciones urbanísticas a los propietarios de suelo,
o los que establecen normas para el suelo rural o la localización industrial.
En este caso arremete contra el instrumento que define las condiciones específicas de
planificación de las áreas del suelo de desarrollo o de renovación y concreta los instrumentos de
financiación y de distribución de cargas y beneficios, para que un conjunto de propietarios de suelo
queden vinculados de la misma manera, en los derechos y las obligaciones, y se puedan destinar
porcentajes a vivienda de interés social.
Desafortunadamente un proceso con efectos tan benéficos como los indicados, no ha
estado acompañado de la debida asistencia técnica por parte del nivel nacional (es prácticamente
inexistente), ni de la atención ni mucho menos gerencia por parte de los alcaldes.
En ocasiones ni los secretarios de planeación, a pesar del elevado nivel de coordinación
interinstitucional que demanda este instrumento, han estado presentes. Tampoco ha habido
adecuados mecanismos de información, participación y control ciudadano. Es un tema de
especialistas que difícilmente permea a la opinión.
La gestión de los planes parciales, en un contexto de importantes dinámicas de crecimiento
de las ciudades ha estado a cargo de plantas de personal reducidas y recortadas, con escasos
recursos financieros y reducidos apoyos a nivel de capacitación.
Los tiempos de formulación en algunos casos han sido y son muy largos. Este parece ser el
principal argumento del gobierno y de los constructores. En los casos en los que el tiempo supera
los tres años, que no son pocos, el instrumento bien puede pasar a ser una tara.
También existe una buena dosis de indefinición y una cierta resistencia a tomar decisiones
cuando los planes enfrentan situaciones particulares de conflicto relacionadas con aspectos como
los ambientales, la presencia de vivienda de interés prioritario, la factibilidad de conexión a servicios
de acueducto y alcantarillado o la financiación de infraestructuras.
No se puede desconocer en algunos casos algún grado de discrecionalidad, que puede y
debe ser corregido.
Sin desconocer estos problemas, propios de cualquier instrumento de gobierno urbano, el
anuncio del Ministerio es preocupante. Los ajustes a esta figura tendrían que ser el producto de
diagnósticos concretos, conocidos y compartidos por los gobiernos municipales y por el conjunto de
la ciudadanía y tendrían que dirigirse a mejorar el desempeño de los planes parciales. No
necesariamente a su desmonte.
Expertos en el tema señalan que se requeriría una reforma legal, seguida de las
consecuentes modificaciones de los planes de ordenamiento territorial. Es difícil imaginar que un
decreto presidencial pueda adoptar una medida supuestamente temporal que implique, en la
práctica, la derogatoria de disposiciones nacionales o municipales, válidamente adoptadas. El
eventual recurso directo al otorgamiento de licencias por parte de los curadores, irrespetando la
autonomía municipal, es a todas luces improcedente.
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Si el Ministerio está convencido de la necesidad de modificar los planes parciales, ajustar los
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procedimientos o incluso sustituirlos por otra figura, debe presentar los respectivos estudios técnicos
y abocarse al proceso de reforma legal, en armonía con la autonomía municipal, antes de ceder con
medidas coyunturales, provisionales y con escaso soporte jurídico, a las presiones de algunos
constructores.

La respuesta a la editorial de El Espectador, enviada por la directora


de CAMACOL Beatriz Uribe Botero, el 10 de Octubre de 2008 al diario.

Los planes parciales


Por: Cartas de nuestros lectores
Es una lástima que haya salido el editorial “Suspensión temporal de los planes parciales” del
pasado lunes, sin mayor investigación sobre el tema.
Creo respetuosamente que el editorial presenta una visión sobre la propuesta del ministro
Lozano y se queda corto en explicar el alcance y las bondades de la misma. Como explico a
continuación, el tema es bastante más complejo de lo que se presenta en el editorial.
Es importante entender que la propuesta del ministro Lozano se da en un momento en que
la economía colombiana, y nuestra actividad en particular, muestran serias señales de
desaceleración y pérdida de empleo.
Consideramos que el Gobierno debe en esta coyuntura tomar decisiones audaces que
reduzcan de manera importante los costos de transacción asociados a todas las actividades
productivas formales del país, estén éstas o no en manos del sector privado. Esto en nuestro sector
significa reducir los trámites innecesarios, es decir, aquellos que no generan valor a las ciudades en
términos de su calidad.
La propuesta del ministro Lozano, que es sólo una parte de un paquete de medidas que se
ha propuesto la cartera de Vivienda en esta coyuntura, consiste en eliminar, de manera temporal y
cuando no se necesita, el instrumento de gestión del suelo creado por la Ley 388 que se llama el
Plan Parcial.
Este instrumento genera enorme valor cuando se trata de planear las ciudades en suelos de
expansión o en grandes áreas dentro del perímetro de las ciudades. Es decir, suelos que para su
desarrollo o incorporación adecuada al perímetro urbano deben pasar por un proceso de planeación
intermedia. Estos son, por decirlo de alguna manera, suelos nuevos, suelos inexplorados en materia
urbana.
La figura del Plan Parcial infortunadamente ha sufrido una transformación importante: de
ser un instrumento valioso en el proceso de planeación de las ciudades, se ha convertido en un
trámite que se aplica cuando se necesita y cuando no se necesita. Este último es el caso de los
planes parciales en los suelos urbanos, que ya cuentan con normas suficientes en materia urbana y
que pueden desarrollarse adecuadamente y de manera más ágil sin el tortuoso y costoso proceso
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del Plan Parcial. Este último es el que el ministro Lozano pretende eliminar de manera temporal.
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La ciudad consolidada ya tiene las definiciones que requiere y el simple respeto y aplicación
de la norma urbana es suficiente para emprender su adecuado desarrollo. De hecho, como está
planteada la propuesta del Gobierno, para levantar la exigencia de Plan Parcial en suelo urbano las
ciudades deben contar con un decreto que reglamente el tratamiento de desarrollo. Es decir, para
que el decreto propuesto pueda aplicarse es necesario que la ciudad cuente en su ordenamiento
jurídico con una norma que contemple las exigencias necesarias en materia de calidad del espacio
público, continuidad vial y reparto equitativo de cargas y beneficios entre otros. Estas exigencias, ni
pretenden, ni podrían, de ninguna manera, ser evadidas por los constructores.
Más allá de las consideraciones sobre el crecimiento económico del país y de las ciudades,
vale la pena preguntarse cuánto le está costando a la sociedad mantener predios vacantes para que
después de cinco o seis años el municipio les apruebe su Plan Parcial sin haberle agregado ningún
valor a la ciudad. Cabe también preguntarse quién está pagando este mayor precio. La respuesta es
sencilla: el costo para la sociedad es muy alto y el mayor precio lo paga siempre el comprador final.
Ahora, cuando se trata de vivienda social (de la que en Colombia se necesitan más de dos
millones), el proyecto de construcción sencillamente se hace inviable dada la imposibilidad de
trasladar el mayor costo de la tierra (resultado de la burocracia) al comprador final.
A los detractores de la propuesta del ministro Lozano los invitamos a mirar el mediocre
desempeño de la vivienda social en las ciudades colombianas y los invitamos a estudiar la dura
caída en las cifras de licencias e iniciaciones de vivienda social en los últimos doce meses.
Estas cifras nos confirman que mientras persista la existencia de trámites inútiles, largos y
costosos en las ciudades colombianas, no será posible ofrecerles vivienda social a los más de dos
millones de hogares pobres que la necesitan.
Beatriz Uribe Botero. Presidente de Camacol. Bogotá.

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